Prueba de Lenguaje 2013
Prueba de Lenguaje 2013
Prueba de Lenguaje 2013
Cuento sbito
Erase una vez un cuento que, de repente, cuando an era posible, comenz. Para el hroe, que
se puso en camino, no haba en eso nada repentino, por supuesto; ni en el ponerse en
camino, cosa que se haba pasado la vida entera esperando, ni tampoco en el desenlace,
pues ste, cualquiera que fuese, le pareca, como el horizonte, estar siempre en algn otro
sitio. Pero para el dragn, como era muy bruto, todo result muy repentino. Se senta
sbitamente hambriento, y, sin ms, sbitamente, ya estaba comiendo algo. Siempre era
como la primera vez. Y entonces, sbitamente, record haber comido ya algo parecido:
cierto sabor agrio y familiar Pero, de la misma manera repentina, se le olvid. El hroe, al
encontrarse repentinamente con el dragn (llevaba aos de penoso viaje por selvas
encantadas, desiertos interminables, ciudades carbonizadas por el aliento de los dragones,
de modo que la palabra repentinamente no le pareca la ms apropiada), sin saber cmo
sinti envidia, al desenvainar la espada (desenlace posible que se le haba presentado de
pronto, como si el horizonte, con el desesperado espejismo de lo repentino, se hubiera
inclinado), de la libertad sin tensiones del dragn. Libertad?, podra haber preguntado el
dragn de no haber sido por lo bruto que era, mientras rumiaba el sbito y agrio sabor
familiar (un recuerdo?) en su propio aliento. Pero de qu? (Olvidado).
Tomado de: Coover, Robert. (2005). Cuento sbito, en: Arias Garca, Benito(ed.). Grandes minicuentos
fantsticos.
Bogot, Colombia: Alfaguara. p. 68 (Trabajo original publicado en 1986)
70. De acuerdo con el texto, cuando se dice que para el hroe
el desenlace se parece al horizonte por estar siempre en
algn otro sitio, se puede concluir que para este
personaje el final de la historia
C. D.
Narracin: historia del dragn
Narracin: Cuento Sbito
Historia: narracin del
Historia: reflexin sobre la
hroe
construccin del cuento
Intrahistoria:
Intrahistoria: Proceso de creacin
Del hroe y del dragn
75. Por la manera en que se presentan los personajes, sus
formas de reflexionar y de actuar, y el modo como se
integran en la historia, puede afirmarse que en el cuento
se plantea una relacin entre
A. smil
B. hiprbole.
C. metfora.
D. irona.
77. La organizacin de la informacin en el texto es
No te preocupes, le cuento un cuento y luego le preparo algo para comer, as comienza este libro del
escritor argentino Luis Mara Pescetti.
A travs de frases cortas y de las ilustraciones de Okif , el pap de Jorge relata en sepia el milenario y
conocido cuento de Caperucita Roja (tal y como nos lo contaron a nosotros), mientras el nio reinterpreta
la historia en vicos colores, ampliando y sustituyendo elementos a partir de la versin del padre. Jorge
hace lo que los hermanos Grimm, quienes tomaron la versin popular de Caperucita Roja reelaborada por
Charles Perrault en el siglo XVII y reinterpretaron el cuento aadiendo aquel final feliz del cazador que le
abre la panza al lobo y saca a Caperucita y a su abuela vivas! Jorge imagina a una Caperucita de cara roja
cuya capa, otrora una alusin al pecado y a la vanidad, le sirve ahora para volar y encontrarse con el lobo,
y ano en el peligroso bosque, sino en los aires. Asimismo, el cazador tiene la cara de su padre e irrumpe
en la casa de la abuelita en una nave espacial, vestido como un sper hroe para llevar a cabo el rescate.
Este libro-lbum propone una nueva mirada, una versin ms, si se quiere, de entre las muchas que
existieron a partir de 1790, que nos muestra las diferentes representaciones de los cuentos que tanto el
que relata como el que escucha construyen en su mente, de acuerdo con su propia experiencia.
La reinterpretacin del tradicional colorn colorado, este cuento se ha acabado es para Jorge el momento
en el cual su padre-cazador firma autgrafos a un grupo de nios admiradores. Y sin ms, a la voz de
Vamos a la cocina, que te preparo a un sndwich bien, bien rico, el nio se imagina un suculento
emparedado del lobo feroz, bien grande.
Tomado de: Stornelli, Nicola. Asesor de la Vicerrectora de Investigacin de la Universidad Popular del
Cesar. Jr. Especial para
El tiempo. Opinin. Editorial, 14 de abril de 2008
86. La problemtica abordada por el texto anterior es
Tomado de:
http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/william-ospina/columna-nuestra-extrana-
epoca
90. La estructuracin del texto, desde du inicio hasta el
prrafo 3, puede organizarse de la siguiente manera:
Los doctrinarios del Progreso haban imaginado que la humanidad avanzara, de la Oscuridad
hacia la Luz, de la Ignorancia hacia el Conocimiento.
Buena parte de los malentendidos que han suscitado estas teoras hasta en el campo de la
filosofa se debe a esa desgraciada condicin. Nuestro lenguaje cotidiano se ha formado bajo
la presin del mundo cotidiano: seres humanos, muebles, vehculos de transporte,
emociones, libros, enfermedades. Pero cuando la ciencia avanz hacia lo
infinitamente grande y hacia lo infinitamente pequeo ninguna de estas palabras result ya
apta para designar los nuevos entes. Y el empeo en querer expresar el contenido de la
teora de Einstein con el solo uso de palabras como "tren" y "jefe de estacin" es tan
grotesco como el empeo en querer arreglar un aparato de radio con el solo uso de martillo
y tenaza.
Y con hombre medio" no nos referimos al ciudadano de la calle. En esta
situacin estn desde los mdicos hasta los historiadores, desde los
humanistas que pueden leer a Platn en griego hasta los filsofos
normales. En otros tiempos, un hombre culto era aquel que conoca la
cosmogona de los presocrticos. Hoy, el hombre culto es generalmente el
que sigue conociendo la cosmogona de los presocrticos pero ignora la
de Einstein. Esta es la cruel y paradjica conclusin del avance cientfico.