La Fidelidad Nos Lleva A La Santidad
La Fidelidad Nos Lleva A La Santidad
La Fidelidad Nos Lleva A La Santidad
ORACIN ESPECIAL Dios mo: Aydame a decir la palabra de verdad en la cara de los fuertes, y a no mentir para congraciarme el aplauso de los dbiles. Si me das dinero, no tomes mi felicidad, y si me das fuerzas, no quites mi raciocinio. Si me das xito, no me quites la humildad; si me das humildad, no quites mi dignidad. Aydame a conocer la otra cara de la imagen y no me dejes acusar a mis adversarios tachndolos de traidores porque no comparten mi criterio. Ensame a amar a los dems como me amo a mi mismo y a juzgarme como lo hago con los dems.
No me dejes embriagar con el xito cuando lo logre, ni desesperarme si fracaso; ms bien hazme siempre recordar el fracaso, es la prueba que antecede al xito. Ensame que la tolerancia es el ms alto grado de la fuerza, y que el deseo de venganza es la primera manifestacin de debilidad. Si me despojas del dinero, djame la esperanza, y si mi despojas del xito djame la fuerza de voluntad para poder vencer el fracaso. Si me despojas del don de salud, djame la gracia de la fe. Si hago dao a la gente dame la fuerza de la disculpa y si la gente me hace dao dame la fuerza del perdn y la clemencia. DIOS MO, SI TE OLVIDO, NO ME OLVIDES. Amn
Un matrimonio bautiz con la palabra INCREBLE a su hijo, porque tenan la certeza que hara increbles cosas a lo largo de su vida. Lo cierto es que, lejano a aquel mandato familiar, Increble tuvo una vida equilibrada y tranquila. Se cas y fue fiel a su esposa durante setenta aos. Los amigos le hacan todo tipo de bromas, porque su nombre no coincida con su estilo de vida. Justo antes de morir, Increble le pidi a su esposa que no pusiera su nombre en la lpida, para evitar cualquier tipo de bromas. Cuando muri, la mujer obedeci el pedido, y puso, humildemente: Aqu yace un hombre que le fue fiel a su mujer durante setenta aos. Cuando la gente pasaba por ese lugar del cementerio, lean la placa y decan: INCREBLE!.
La Biblia hace notar varias posiciones para orar. Encontramos a siervos de Dios orando mientras estn: - sentados como David (2 Sam. 7: 18) - inclinndose, como Eliezer (Gn. 24: 26) y Elas (1 Rey, 18: 42)
Jess muri con las palabras de Sal. 31: 5 :5 "En tu mano encomiendo mi espritu;" en los labios. Esta actitud lleva a una sublime culminacin el espritu de humilde sumisin a la voluntad del Padre, ejemplificado a travs de toda la vida terrenal de Jess. Este mismo espritu abnegado fue el que impuls a Jess a pronunciar en el huerto de Getseman estas palabras: "no sea como yo quiero, sino como t" " (Mat. 26: 39).
Jess muri triunfante sobre la tumba (Apoc. 1:18) y sobre todas las fuerzas del mal (Col. 2:15). Aunque se haba retirado de l la sensacin de la presencia de su Padre, de modo que mientras penda de la cruz "no poda ver a travs de los portales de la tumba", Jess no muri derrotado. Estaba plenamente consciente del triunfo que haba obtenido y confiaba en su propia resurreccin.
CONCLUSIN: Nuestra confianza en Dios permitir que nuestra Fidelidad sea probada y l nos dar la victoria como lo hizo con Jos ante la situacin planteada por la mujer de Potiphar, como Daniel ante la acusacin de los presidentes y gobernadores de Babilonia y sobre del ejemplo perfecto de nuestro Seor Jesucristo, ante la acusacin falsa de los prncipes y sacerdotes de Israel, se mantuvo fiel hasta la muerte y por ello aquel Centurin pudo expresar: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. LA FIDELIDAD NOS LLEVA A LA SANTIDAD