Dicesis de San Jos de Mayo.

Subsidio Litrgico para uso de equipos de liturgia parroquiales.

Este subsidio est elaborado a partir de otros materiales litricos: -Subsidio de Adviento y Navidad Centro de Pastoral Litrgica de Barcelona -Bendicional -El ao Litrgico Julin Lpez Martn -ACI PRENSA pgina web

ALGUNAS CARACTERSTICAS
Comienzo: El Adviento es el comienzo del Ao Litrgico y empieza el domingo prximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Forma una unidad con la Navidad y la Epifana.

ADVIENTO
Caminamos juntos a la espera del Seor.

Trmino: Adviento viene de adventus, venida, llegada. Color: La Liturgia en este tiempo usa es el morado. Duracin: 4 semanas Partes: Se puede hablar de dos partes del Adviento: a) desde el primer domingo al da 16 de diciembre, con marcado carcter escatolgico, mirando a la venida del Seor al final de los tiempos; b) desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar ms explcitamente la venida de Jesucristo en las historia, la Navidad. Personajes: Las lecturas bblicas de este tiempo de Adviento estn tomadas sobre todo del profeta Isaas (primera lectura), tambin se recogen los pasajes ms profticos del Antiguo Testamento sealando la llegada del Mesas. Isaas, Juan Bautista y Mara de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias ofrece a los fieles para preparar la venida del Seor Jess.

Este Subsidio ha sido elaborado por el Hno. Jos Mario Dipacce s.f. y el Seminarista Andrs Paredes. Octubre de 2010.

EL SENTIDO DEL TIEMPO DE ADVIENTO

J. LLIGADAS Adviento: el tiempo de la venida del Seor. Eso significa la palabra latina adventus: venida, advenimiento. Una palabra que se aplicaba especialmente a la llegada de algn personaje importante, y que ahora nosotros dedicamos al nico personaje realmente importante, Jess. Al inicio del ao litrgico, preparando la celebracin de la Navidad, dedicamos unas semanas a contemplar esta venida: a esperarla, a desearla, a prepararla en nuestras vidas y, en definitiva, a celebrarla. Porque, ciertamente, al tiempo que anhelamos que venga el Seor, y nos queremos convertir para ser para l un pueblo bien dispuesto, ya podemos tambin vivir la alegra de su presencia en nuestras vidas. Porque esta venida del Seor no es la ficcin de estar esperando como si fusemos los hombres y mujeres del Antiguo Testamento que no haban visto an al Mesas. Nosotros s lo hemos visto, nosotros hemos conocido ya su venida en nuestra historia, hace dos mil aos, en Beln. Pero esta venida histrica, que conmemoramos en la Navidad, deja en nosotros el anhelo de una venida ms plena. Y por ello, decimos que el Adviento celebra una triple venida del Seor: en primer lugar, la histrica, cuando asumi nuestra misma carne para hacer presente en el mundo la Buena Noticia de Dios; en segundo lugar, la que se realiza ahora, cada da, a travs de la Eucarista y de los dems sacramentos, y a travs de tantos y tantos signos de su presencia, comenzando por el signo de los hermanos, y de los hermanos pobres; y finalmente, en tercer lugar, la venida definitiva, al final de los tiempos, cuando llegar a plenitud el Reino de Dios en la vida eterna. Todo esto celebramos en el tiempo de Adviento. Y lo celebramos como en una gradacin: primero, los primeros das, el inters principal se dirige hacia la venida definitiva al final de los tiempos, con la llamada a la vigilancia para estar bien dispuestos; luego, nos centramos ms en la venida cotidiana, que vemos marcada por los anuncios del precursor Juan Bautista y su invitacin a preparar el camino del Seor; y finalmente, sobre todo a partir del da 17 de diciembre, nuestra mirada se fija ya de lleno en la espera del nacimiento de Jess en Beln, acompaados por la figura amorosa de Mara y tambin de su esposo Jos. Y todo ello, acompaado a lo

largo de todo el tiempo por los orculos de Isaas y de los dems profetas, que nos hacen vivir en constante actitud de gozosa espera. La organizacin del tiempo de Adviento El tiempo de Adviento es el ms tardo de todos los tiempos litrgicos: no existi hasta el siglo V o VI. La fiesta de Navidad naci a principios del siglo IV, y consta por primera vez en un calendario del ao 354; la de la Epifana, quiz algunos aos antes. Y a partir de la existencia de esas fiestas, los cristianos quisieron dedicar un tiempo a su preparacin. Un tiempo, sin embargo, que tuvo distintas extensiones y caractersticas segn cada lugar, hasta que qued fijado como ahora lo tenemos. Actualmente, el tiempo de Adviento comienza el cuarto domingo antes de Navidad. Ello conlleva que no tenga siempre la misma extensin. Porque como el da de Navidad, el 25 de diciembre, no se corresponde con un da fijo de la semana, si resulta por ejemplo que la Navidad cae en domingo, entonces el Adviento comienza el 27 de noviembre y tiene cuatro semanas justas; y en cambio, si cae en lunes, entonces el cuarto domingo antes de la Navidad es el 3 de diciembre, y el Adviento tiene slo tres semanas y un da. Entre estas dos fechas, por tanto, el 27 de noviembre y el 3 de diciembre, puede comenzar el Adviento. Lo que marca, naturalmente, con mayor fuerza el sentido y la vivencia de este tiempo son los domingos, con la distribucin de sus lecturas en tres ciclos: En el evangelio, el primer domingo de los tres ciclos est centrado en la venida definitiva del Seor al final de los tiempos, para realizar la plenitud de su Reino; el segundo y tercer domingo, el protagonista es Juan Bautista, que nos invita a preparar la venida del Seor; y el cuarto domingo, el evangelio nos presenta las escenas preparatorias del nacimiento de Jess (el sueo de Jos, la anunciacin, la visitacin). En la primera lectura, leemos cada domingo textos de Isaas y de los dems profetas, que nos anuncian la obra del Dios salvador y la venida de su Mesas: los tres primeros domingos estas profecas evocan las grandes esperanzas de Israel, mientras que el cuarto, en sintona con el evangelio, presentan las promesas ms directas del nacimiento del Hijo de Dios. Y finalmente, estn los textos de la segunda lectura, tomados de san Pablo o de las otras cartas apostlicas, que nos exhortan a preparar y a vivir la venida del Seor.

LA CORONA DE ADVIENTO
Origen: La Corona de Adviento tiene su origen en una tradicin pagana europea que consista en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradicin para evangelizar a las personas. Partan de sus costumbres para ensearles la fe catlica. La corona est formada por una gran variedad de smbolos: La forma circular: El crculo no tiene principio ni fin. Es seal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y tambin de nuestro amor a Dios y al prjimo que nunca debe de terminar. Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdn de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo ms importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unin ms estrecha con Dios, nuestro Padre. Las cuatro velas: Nos hace pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Despus de la primera cada del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvacin que ilumin todo el universo como las velas la corona. As como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez ms cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento. Oracin de Bendicin: del bendicional nn 1241 y 1242 La corona de Adviento que se ha instalado en la Iglesia, se puede bendecir al comienzo de la Misa. La bendicin se har despus del saludo inicial, en lugar del acto penitencial. Monicin Introductoria Hermanos: Al comenzar el nuevo ao litrgico vamos a bendecir esta corona con que inauguramos tambin el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que

Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la esperanza. La corona de Adviento es, pues, un smbolo de que la luz y la vida triunfarn sobre las tinieblas y la muerte, porque el Hijo de Dios se ha hecho hombre y nos ha dado la verdadera vida. El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual preparacin para recibir la luz de la Navidad. Por eso hoy, primer domingo de Adviento, bendecimos esta corona y encendemos su primer cirio. Luego el ministro, si es sacerdote o dicono, con las manos extendidas, si es laico con las manos juntas, dice la oracin de bendicin: Oremos: La tierra, Seor, se alegra en estos das, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Seor, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces. Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparacin para la venida de tu Hijo, te pedimos, Seor, que, mientras se acrecienta cada da el esplendor de esta corona con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo, iluminar todas las oscuridades. l que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amn. A continuacin se enciende el primer cirio.

Oraciones para encender la corona.

Primer domingo Encendemos, Seor, esta luz, como aqul que enciende su lmpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana del Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegra. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque t nos traes la luz ms clara, la paz ms profunda y la alegra ms verdadera. Ven, Seor Jess. Ven Seor Jess! Segundo domingo Los profetas mantenan encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un smbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco est rebrotando, florece el desierto. La humanidad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Seor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazn encendida la esperanza. Ven pronto, Seor. Ven, Salvador!

Tercer domingo En las tinieblas se encendi una luz, en el desierto clam una voz. Se anuncia la buena noticia: el Seor va a llegar. Preparen sus caminos, porque ya se acerca. Preparen su alma, como una novia se engalana el da de su boda. Ya llega el mensajero. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. Ven, Seor, a salvarnos, envulvenos en tu luz, calintanos en tu amor! Cuarto domingo Al encender estas cuatro velas, en el ltimo domingo, pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre. Nadie te esper con ms ansia, con ms ternura, con ms amor. Nadie te recibi con ms alegra. te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En sus brazos encontraste la cuna ms hermosa. Tambin nosotros queremos prepararnos as: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada da. Ven pronto, Seor. Ven a salvarnos!

Palabra para que reafirme nuestra esperanza.

CELEBRACION PENITENCIAL DE ADVIENTO

1. RITO DE ENTRADA Canto de entrada a eleccin. Saludo del celebrante Monicin introductoria (Dialogada entre dos lectores. De pie). L.1 El tiempo de adviento ha sido un constante y repetido anuncio: El Seor vendr. Pero, nos hemos abierto a esta venida del Seor? La alegre celebracin de la Navidad ser un estallido de aquella afirmacin tantas veces repetida: "El Seor est con nosotros". Pero, nosotros estamos con el Seor? Jess vino para anunciarnos la Buena Nueva: "El Reino de Dios estar entre ustedes". Pero nosotros vivimos del Reino de Dios, lo anhelamos, trabajamos por su venida, caminamos hacia El? El Reino de Dios es toda verdad, toda justicia, todo amor que hay o podra haber entre nosotros. Celebrar la venida del Seor significa descubrir ms el Reino que ya tenemos ahora, significa anhelar y trabajar para que venga ms a nosotros y a todos los hombres. Esta celebracin que nos rene aqu debe expresar nuestro humilde reconocimiento de los obstculos que tenemos ante el Reino de Dios; no es verdad que ni valoramos bastante ni trabajamos como deberamos por el Reino de nuestro Mesas? Pero tambin nos hemos reunido para orar confiadamente al Padre, repitiendo una vez ms aquellas palabras del Padre nuestro: venga a nosotros tu Reino. Por eso y en primer lugar, escucharemos su

Oracin del celebrante C. Oremos unidos al Seor (pausa). Padre santo: Nos queremos preparar para celebrar de nuevo la constante venida de tu Hijo Jesucristo a nuestra vida. Queremos abrirnos ms a tu Reino, anhelarlo y trabajar ms para que venga a nosotros. Pero sabemos y reconocemos que hay en nosotros demasiados obstculos, miedo, desnimo y egosmo; reconocemos que hace falta que nos fecunde tu verdad, tu esperanza, tu amor. Por eso te pedimos que nos ayudes a renovarnos: que venga a nosotros Tu Reino. Te lo pedimos confiadamente por Jesucristo nuestro Seor. Amn.

L.2

T.

2.

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LITURGIA DE LA PALABRA (Sentados) Se sugiere: Lectura (Ap 1,1-7; 3,14-22) Salmo 138 / 139 Homila Silencio LITURGIA DE LA RECONCILIACION Confesin general (Todos de pie). C. Confesemos ahora, juntos, que por nuestra falta de fe, de esperanza y de amor, vivimos poco el Reino de Jesucristo. Y pidamos perdn diciendo: Ven, Seor Jess. - Porque creemos poco en la fecundidad de tu Palabra; porque no nos dejamos penetrar por tu Evangelio; porque no buscamos siempre la verdad, y no la comunicamos; por nuestras mentiras... humildemente te pedimos todos juntos: Ven, Seor Jess.

3.

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L.2

L.

- Porque confiamos poco en tu presencia activa, porque tenemos una esperanza muy dbil; porque no valoramos gozosamente todo lo que de bueno nos das y no sabemos darte gracias por ello; porque nos resignamos fcilmente a todo aquello que hay de mal en el mundo; porque no trabajamos lo suficiente para que aumente la justicia; por nuestro miedo y nuestra pereza... humildemente te pedimos todos juntos: Ven, Seor Jess. - Porque no nos dejamos transformar por tu amor; porque lo empequeecemos y lo traicionamos; porque hay en nosotros dureza, egosmo, indiferencia; porque utilizamos a los dems para descargar nuestro malhumor o para satisfacer nuestras ansias de mandar; porque no buscamos sinceramente en tu Palabra y en tu Eucarista la fuerza que necesitamos para amar ms y mejor... humildemente te pedimos todos juntos: Ven, Seor Jess. C. Con estos sentimientos de reconocer nuestra condicin de pecadores hacemos la confesin general de nuestras faltas, diciendo juntos: Yo confieso

OTRAS SUGERENCIAS
1. La ambientacin de la Iglesia. Que, al entrar, todo el mundo note que iniciamos un tiempo nuevo. Eso, como dice el refrn, vale ms que mil palabras. Un pster grande y visible con una frase alusiva (Ven, Seor Jess! u otra semejante). Austeridad en las flores (mejor una ornamentacin de slo plantas), debemos reservar para la Navidad los arreglos florales que expresen la solemnidad. Dentro del tiempo de Adviento tenemos la Inmaculada Concepcin de la Virgen Mara, el ocho de diciembre, que nos exige una ornamentacin festiva del espacio litrgico por ser solemnidad. Velo para el ambn o frontal para el altar con el color litrgico propio del tiempo que es el morado o violeta. Una msica que al entrar invite ya a la oracin (el gregoriano es ideal para este tiempo). 2. Los cantos. Un elemento clave para dar el tono de las celebraciones es el tipo de cantos que se escogen. Cada tiempo litrgico tiene sus cantos propios, que el solo hecho de cantarlos hace penetrar ya en la sintona del tiempo. De modo que habra que procurar cantar cantos muy propios de Adviento. De un modo especial, eso vale para el canto de entrada, exponemos algunas sugerencias: Gozo y alegra (Filipenses 4,4) Gozo y alegra porque viene ya, viene ya, viene ya. Gozo y alegra porque viene ya, nuestro Dios y Salvador.

Padre nuestro C. Hermanos, como Cristo nos ense, pidamos al Padre que venga a nosotros su reino de verdad, de amor y de esperanza. Digamos: Padre nuestro...

El celebrante invita a la confesin individual. Puede un ministro distribuir la comunin a los que ya se han reconciliado.

Que nada les preocupe: no habr ms soledad; dirijan siempre su oracin a Dios, que cerca siempre est. Vivamos siempre unidos, an en la adversidad; El gua nuestro caminar por sendas de bondad. Su paz nos hace libres, devuelve su amistad; felices siempre en el Seor, El nunca fallar. Un pueblo que camina por el mundo Un pueblo que camina por el mundo gritando Ven, Seor!. Un pueblo que busca en esta vida la gran liberacin. Los pobres siempre esperan el amanecer de un da ms justo y sin opresin. Los pobres hemos puesto la esperanza en Ti, Liberador. Salvaste nuestra vida de la esclavitud, esclavos de la Ley, sirviendo en el temor. Nosotros hemos puesto la esperanza en Ti, Dios del Amor. El mundo por la guerra sangra sin razn familias destrozadas buscan un hogar. El mundo tiene puesta su esperanza en Ti, Dios de la Paz.

Somos pobres peregrinos Somos pobres peregrinos que buscando van la paz. Danos luz en el camino, guanos a nuestro hogar. Ven, Jess, ven; ven, Jess, ven; Ven, Seor Jess, ven; ven, Seor Jess. A calmar a los que lloran y sufren persecucin; ven para todos los pobres y limpios de corazn. Ven tambin para los santos y el que sabe perdonar; para el que quiere justicia, para los que aman la paz. Danos luz en el camino para nuestro atardecer; danos fuerzas y paciencia para no desfallecer. Despertemos, llega Cristo Despertemos, llega Cristo; ven, Seor! Acudamos a su encuentro; ven, Seor! La Iglesia espera tu venida: ven, Seor! y llena de alegra canta: ven, Seor! Palabra eterna y creadora: ven, Seor! A recrear todas las cosas: ven, Seor! Imagen de la luz eterna, ven, Seor! A iluminar nuestras tinieblas: ven, Seor! Verdad y vida encarnada: ven, Seor! A responder a nuestras ansias: ven, Seor! Pastor y Rey de nuestras vidas: ven, Seor! A conducirnos a tu Reino: ven, Seor!

Consolad a mi pueblo (Isaas 40,1) Consolad a mi pueblo, dice el Seor; hablad al corazn del hombre. Gritad que mi amor ha vencido, preparad el camino, que viene tu Redentor. Yo te he elegido para amar, te doy mi fuerza y luz para guiar, yo soy consuelo en tu mirar. Gloria a Dios! Consolad a mi pueblo, dice el Seor; sacad de la ceguera a mi pueblo. Yo he sellado contigo alianza perpetua Yo soy el nico Dios. Consolad a mi pueblo, dice el Seor; mostradle el camino de libertad. Yo os dar fuertes alas, transformar tus pisadas en sendas de eternidad. A casa de Zacaras (La visitacin) A casa de Zacaras, Mara se encamin; [camino de montaas y en sus entraas el mismo Dios.] (bis) Oy Isabel el saludo; su seno se estremeci, [y el Espritu Santo casi cantando en ella habl.] (bis) Llena de gracia has venido a m, la mamacita del Salvador: [dichosa sea la que crey en la promesa de su Seor.] (bis)

Mi alma cantando se alegra, porque Dios mi Salvador [puso en m su mirada, su humilde esclava de corazn.] (bis) Fortaleci a los humildes, al poderoso lo ech, [por la misericordia que en nuestra historia El derram.] (bis) Bendita seas, Mujer Bendita seas, Mujer, que le ofreces a Dios la vida. Bendita por ser del Padre, bendita por ser del pueblo. Bendita por ser Mujer y hacer nacer a Dios adentro. Bendita seas, Mujer, que desde Dios miras al pueblo; bendito sea tu canto, bendito tu caminar; benditos sean tus pies que pisan barro y que siguen yendo. Mi pueblo te necesita viviendo como mi pueblo. Mi gente te reconoce, te quiere ver a vos con ellos. Que siga la puerta abierta, que siga el desprendimiento [que siga tu mesa pobre y el pobre sentado adentro.] (bis)

Bendita sea tu pobreza de compartir angustias y sueos. Bendito sea el no tener, bendito sea tu silencio. Bendito que, sin horarios, dejas que todos sigan viniendo. Bendita seas amiga, hermana y Madre al mismo tiempo. Bendita virginidad, bendito deseo eterno. Bendito sea tu amor que late adentro de un te quiero. Madre de los pobres Madre de los pobres, de los peregrinos, te pedimos por Amrica Latina. Tierra que visitas con los pies descalzos, apretando fuerte un nio en tus brazos. Amrica, despierta: sobre tus cerros despunta la luz de una maana nueva. Da de la salvacin, que ya se acerca: sobre los pueblos que estn en tinieblas ha brillado una gran luz. Luz de un nio frgil, que nos hace fuertes; luz de un nio pobre, que nos hace ricos. Luz de un nio esclavo, que nos hace libres; esa luz que un da nos diste en Beln. Madre de los pobres, hay mucha miseria porque falta siempre el pan en muchas casas. El pan de la verdad falta en muchas mentes, el pan del Amor, que falta en muchos hombres.

Alivia la pobreza porque la viviste; alivia la miseria de los que ms sufren. Arranca el egosmo que nos empobrece para compartir y avanzar al Padre. Padre, T que nos has amado (Kyrie - Adviento) Padre, T que nos has amado, desde toda la eternidad, e inundas nuestros corazones hacindonos hijos de verdad: Seor, ten piedad de nosotros, (3 veces) ten piedad, Seor. Jesucristo Salvador, te entregaste por nosotros; y el mundo te suplica Ven pronto, Seor, no tardes. Cristo, ten piedad de nosotros, (3 veces) Cristo, ten piedad. Santo Espritu de Dios, que eres el alma de la Iglesia. Toma nuestros corazones, renovndolos con tu presencia. Seor, ten piedad de nosotros, (3 veces) ten piedad, Seor.

Algunos de ellos estn en el tradicional libro de cantos Cantemos Hermanos, otros no, por eso anexamos a este subsidio un cd que tiene intencin de ser ayuda para aprender estos cantos y otro tiles para el adviento. El uso del cd ha de ser slo para aprender los cantos, y no para reproducirlos en las celebraciones. Adems la calidad del mismo no es la mejor, insistimos en que la intencin es ser un material de consulta para aprender a entonarlos.

Recordemos tambin que en los domingos de Adviento se suprime el canto del Gloria, excepto en la solemnidad de la Inmaculada Concepcin. Se puede tambin cantar el Seor ten piedad y en la Liturgia de la Palabra por lo menos la antfona del Salmo (nunca suprimir el Salmo que es Palabra de Dios, por un canto apropiado). Y para el Aleluya utilizar una meloda ms sencilla, reservando para la navidad alguna ms alegre o festiva. 3. Los guiones de misa dominical. Algunos elementos a tener en cuenta: Centrarse en la temtica del domingo respectivo Pensar el Acto Penitencial y la Oracin de los Fieles inspirados en las lecturas que cada domingo se proclaman, la revista CLAM puede ser un subsidio litrgico til para algunas ocasiones o para inspirar nuestro trabajo de elaboracin. Las moniciones introductorias a la Liturgia de la Palabra tienen que ser breves y motivadora para la escucha, no deben ser un relato minucioso de lo que ellas dirn. Un salmo para despus de la comunin. Para ayudar al clima de oracin propio de este tiempo, puede ser interesante introducir la prctica de rezar, durante del silencio de la comunin y antes de la poscomunin, un salmo, o un cntico evanglico (enteros o en parte). Lo puede recitar un lector (sin ninguna introduccin, sin que la asamblea se una con ninguna antfona, y sin gloria final: la asamblea se une con su silencio), o bien puede recitarlo entero toda la asamblea (mejor todos a la vez, y no a dos coros). Si se hace de la segunda forma, se puede imprimir una hoja con los salmos y repartirlo y recogerlo en cada misa. Algunos pueden ser: Salmo 24 Seor, ensame tus caminos; Salmo 84 Seor, has sido bueno con tu tierra; Salmo 102 Bendice, alma ma, al Seor; Cntico de Mara Proclama mi alma la grandeza del Seor; Cntico de Zacaras Bendito sea el Seor, Dios de Israel.

LA TEMTICA DE CADA DOMINGO

1 DOMINGO El Seor viene La vigilancia en espera de la venida del Seor. Durante esta primer semana las lecturas bblicas y la predicacin son una invitacin con las palabras del Evangelio: "Velen y estn preparados, que no saben cundo llegar el momento". Un signo que se puede realizar este primer domingo, adems de la bendicin de la corona que marca el comienzo del Adviento, puede ser la intronizacin del Leccionario, como signo del nuevo ao litrgico que ese da comienza. El Leccionario lo llevaran en procesin al comenzar la Liturgia de la Palabra los lectores que proclamaran las lecturas del da. Lo hacen procesionalmente llevando el Leccionario abierto entre dos cirios encendidos mientras la asamblea canta un canto adecuado. Al llegar al Altar el Leccionario es venerado por el celebrante, mostrado a la asamblea y depositado en el ambn para dar inicio a la proclamacin de la Palabra de Dios. Se puede hacer un pequeo guin explicativo del signo. 2 DOMINGO Preparen el camino Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortacin de Juan Bautista: "Preparen el camino, Jess llega". Encenderemos la segunda vela de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversin que estamos viviendo. 3 DOMINGO Est en medio de ustedes La caracterstica de este domingo es la vivencia de la alegra porque el Seor viene anunciado por la figura de Juan el Bautista, profeta de los nuevos tiempos. La tercer vela de la corona de adviento podra ser de color rosado, no morado como las otras tres, significando que este es el domingo Gaudete, o sea de la alegra. 4 DOMINGO Anunciacin de la encarnacin del Seor El anuncio del nacimiento de Jess hecho a Jos y a Mara. Las lecturas bblicas y la predicacin, dirigen su mirada a la disposicin de la Virgen Mara, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de Mara y aceptar

a Cristo que es la Luz del Mundo". Particularmente, para nuestra dicesis, se podra hacer un nfasis especial sobre la figura de San Jos que acepta sin condiciones el anuncio del ngel y su misin de padre adoptivo del Seor. Sugerimos resaltar la figura de San Jos, motivando esto en los guiones de misa y como canto de entrada el canto a san Jos, fundamentalmente estribillo y estrofa. Emigrante y peregrino, canto usado en las celebraciones diocesanas que a continuacin transcribimos.

Emigrante y peregrino, escuchando del ngel la voz, partiste a tierras lejanas por las sendas extraas de Dios; padeciste la amargura de encontrarte sin techo ni hogar, y supiste de la angustia de los hombres que han de emigrar. Tambin sugerimos invitar a los fieles a llevar el nio Jess de sus pesebres familiares para ser bendecidos antes de ser puestos en el pesebre la noche de navidad. La bendicin deber ser antes de la bendicin final de la misa del 4 domingo de adviento, ha de preverse avisar el domingo anterior para que cada familia traiga a la celebracin la imagen del nio Jess de su pesebre. La bendicin se puede motivar con un pequeo guin o lo puede hacer el cura improvisadamente. Oracin de bendicin del nio Jess del pesebre: Oh Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos has entregado a tu nico Hijo Jess, nacido de la Virgen Mara, para salvarnos y llevarnos de nuevo a ti, te pedimos que con tu bendicin esta imagen del nio Jess en el pesebre nos ayude a ver a Cristo presente en todos los que necesitan nuestro amor. Te lo pedimos en el nombre de Jess, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amn.

Emigrante y peregrino Emigrante y peregrino tras las huellas de Dios, oh Jos, seguiste siempre el camino que dictaba la voz de la fe. Apoyado en la confianza de agarrarte a la mano de Dios, mantuviste la esperanza en la prueba, la duda y dolor. Danos, danos, Jos peregrino, danos en nuestro camino tu fe, esperanza y amor; danos, danos la misma confianza de que tambin nuestra marcha va de la mano de Dios. Emigrante y peregrino con Mara, tu esposa a Beln, cumpliendo as los designios del Mesas que iba a nacer; no encontraste una posada donde al hijo Mara alumbrar, y buscaste un refugio al cobijo de un pobre portal.