Juan El Oso - Esquinas2

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

Juan Oso y la redencin del salvaje

Roberto Martnez Gonzlez y Francisco Lugo Silva

La intencin principal de este trabajo es mostrar el modo en que un mito puede ser usado para ex plicar la otredad a partir de los propios trminos culturales. En la primera parte de este texto los autores presentan un anlisis del relato espaol de Juan Oso y concluyen que ste simboliza la redencin del salvaje. En la segunda seccin, muestran la manera en que Juan Oso fue calibrado para describir nuevas realidades durante el proceso colonial: el origen de poblaciones mestizas. Finalmente, exponen cmo esta clase de mitos subsiste en las sociedades occidentales modernas. Palabras clave: anlisis del mito, concepcin del salvaje, cambio cultural, violencia simblica, cultura, modernidad

141

Juan Oso and the Redemption of the Savage Man The main goal of this paper is to show how a myth can be used to explain the otherness in self cultural terms. The fist part of this text presents an analysis of the Spanish tale of Juan Oso and concludes that it symbolizes de redemption of the savage man. The second part explains how Juan Oso was calibrated to describe new realities during the colonization process: the origin of mixed ethnic populations (mestizos). Finally, it exposes how this kind of myth subsists in modern western societies. Key Words: myth analysis, conception of the savage man, cultural change, symbolc violence, modernity

roBerto Martnez Gonzlez: instituto de investigaciones Histricas, universidad nacional autnoma de Mxico, Mxico-distrito Federal [email protected] Francisco Lugo SilVa: escuela de altos estudios en ciencias sociales, Pars, Francia [email protected]

Desacatos, nm. 29, enero-abril 2009, pp. 141-150


recepcin: 20 de agosto de 2007 / aceptacin: 21 de enero de 2008

esquinas

Desacatos

enero-aBril 2009

142 3

o primero que debemos preguntarnos al analizar un texto mtico es dnde, cundo, hacia quin y para qu se relata1. Pues, aun cuando la narracin mtica est lejos de ser un vaco de sentido, s puede ser entendida como una suerte de herramienta para producir mltiples y diversos significados segn el mbito crono-cultural en que se use. as, haciendo un smil con lo que postula Foucault (1979: 3) sobre la teora, nosotros proponemos que el conjunto de mitos de una cultura puede ser comprendido como una caja de he rramientas que permite, a su vez, la produccin de nuevas herramientas es decir, nuevos relatos mticos. de esta manera, la intencin principal del trabajo ser entender el modo en que una herramienta particular, el cuento de Juan oso, es usada y calibrada al pasar de un espacio cultural a otro. en nuestro caso, la caja de herramientas parece estar compuesta por los textos bblicos2. Y es en el contraste entre la caja, la herramienta y el contexto de uso que podemos entender la produccin de sentidos. al mismo tiempo, procuraremos definir el modo en que este mito se actualiza en el pensamiento de las sociedades modernas. as, procurando ilustrar los mecanismos que la cultura occidental pone en marcha en la alteridad, mostraremos que, aunque cada uno se sita en un orden epistemolgico diferente, Juan oso y los extraterrestres son slo herramientas o mitologas blancas, en el sentido derridiano (derrida, 1972: 254) que permiten ensanchar o acortar el mundo para la asimilacin o el rechazo de los hbridos que habitan nuestro universo3.
1 entendemos mito en el sentido de roland Barthes (1980: 205, 213-214),

JUAN OSO: ANLISIS DEL RELATO

en las diferentes versiones espaolas que conocemos de este relato, el orden de la narracin es, a grandes rasgos, el siguiente:
una joven se interna en el bosque o la montaa para recuperar un animal perdido, lavar ropa o cualquier motivo semejante. la mujer es raptada por un oso y llevada a una cueva en las profundidades del monte. el oso se comporta como si fuera el marido de la muchacha que mantiene presa; le lleva de comer y copula con ella. tras un ao de cautiverio, la joven termina por dar a luz a un nio llamado Juan oso. aos ms tarde, la madre y el nio deciden escapar de la caverna; la fuga se produce cuando el oso se encuentra fuera buscando comida. Haciendo prueba de su gran fuerza fsica, el muchacho logra desplazar la enorme roca que obstruye la entrada de la gruta. en algunas versiones, el joven mata a su padre-oso en la huida. al regresar a su pueblo de origen, la madre mete a Juan en la escuela. Pero, como los otros muchachos lo molestaban por su apariencia o el hecho de ser hijo de un oso, Juan los golpea con tal fuerza que, en algunas versiones, termina por matarlos. siendo expulsado de la escuela y el poblado, Juan acepta partir a cambio de que se le fabrique un mazo de acero de un peso extraordinario. en su camino, Juan se encuentra con dos o tres hombres fornidos que hacen tareas sobrehumanas (arrancar rboles con las manos, arar sin bueyes, aplanar montaas con los glteos o mover molinos a soplidos) y decide contratarlos para que lo acompaen. el grupo de hombres fuertes opta por acampar en un claro del bosque, una casa de cobre o un castillo abandonado. uno de los compaeros de viaje de Juan oso se queda a preparar la cena en tanto que los otros parten en busca de lea o comida. Mientras espera el retorno de sus compaeros, el hombre fornido es primero engaado y despus vapuleado por un ser malfico variable (el diablo, un duende, un seorito).

como un sistema particular por cuanto se edifica a partir de una cadena semiolgica que existe previamente: es un sistema semiolgico segundo. lo que constituye el signo (es decir el total asociativo de un concepto y de una imagen) en el primer sistema, se vuelve simple significante en el segundo [] el mito no oculta nada: su funcin es la de deformar, no la de hacer desaparecer [] el vnculo que une el concepto del mito al sentido es esencialmente una relacin de deformacin [] naturalmente, esta deformacin es slo posible porque la forma del mito ya est constituida por un sentido lingstico. 2 decimos caja de herramientas porque el texto en s mismo no es un mito sino un racimo de entidades mticas. la teora, segn Foucault, no constituye sino una caja de herramientas se trata de construir no un sistema sino un instrumento [] esta bsqueda no puede hacerse ms que gradualmente a partir de una reflexin [] sobre situaciones dadas. 3 segn derrida, el hombre blanco toma su propia mitologa, la indoeu-

ropea, su logos, es decir, el mythos de su idioma por la forma universal de aquello que todava debe querer llamar la razn. en este sentido, veremos que el europeo, a travs de las herramientas que emplea para entender el mundo, termina por ficcionalizar al otro y convertirlo en una entidad mitolgica.

enero-aBril 2009

Desacatos

esquinas

el episodio se repite con cada uno de los acompaantes del protagonista, hasta que, siendo el turno de Juan oso, ste logra vencer al agresor y le arranca o recibe de l una oreja que, en el futuro, le permitir invocar su ayuda. encuentran un profundo agujero por el que, en ocasiones, huye el agresor. los otros hombres fuertes se acobardan y slo Juan oso tiene el valor para descender hasta lo ms hondo de la cavidad. una vez en el fondo de la oquedad, Juan se encuentra con una, dos o tres princesas prisioneras de un gigante o el diablo. Para liberar a la (o las) muchacha(s), Juan oso se enfrenta a dos o tres animales furiosos de dimensiones extraordinarias; entre los cuales figuran un toro, un len y una serpiente. tras haber pasado estas pruebas, el protagonista enfrenta en un duelo al captor de la(s) princesa(s). Vence a su adversario y recibe de la (o las) princesa(s) una media toronja o media pera de oro como muestra de agradecimiento. los compaeros fornidos ayudan a sacar a la(s) princesa(s) de la cavidad y deciden abandonar a Juan oso para casarse con ellas. Vindose perdido en la profunda oquedad, Juan oso muerde la oreja y solicita la ayuda del demonio o ser malfico derrotado. este ltimo lo socorre y ayuda a alcanzar a la (o las) princesa(s) antes de que se casen. Por ltimo, Juan oso demuestra ser el verdadero salvador de la (o las) muchacha(s) y contrae matrimonio con ella (o una de ellas).

4
grabado del Maestro e. s., retocado por israhel van Mecknem (alemania, ca. 1461). ashmolean Museum (oxford), Pa 1306.

143

el oso, de quien se origina el protagonista de este relato, es imaginado en el pensamiento occidental como un ser prximo a lo humano. Pues, adems de ser el nico animal europeo capaz de adoptar una posicin erecta semejante a la humana, encontramos que algunas poblaciones como Berln y Berna llevan por nombre lugar de osos. en los cuentos tradicionales europeos, como ricitos de oro, el oso aparece como un ser capaz de fundar una familia. esta misma interpretacin se ve reforzada por el hecho de que arturo, el hroe civilizador celta unificador de inglaterra e introductor del cristianismo, significa que tiene aspecto de oso (Markale, 1993: 11). en el Pas Vasco existe una leyenda que cuenta que:
un hombre y una mujer se escondieron un da que Jess recorra la montaa de arige. al paso del viajero

divino se pusieron a gritar con fuerza sobrehumana. Jess dijo: queris hacer el animal? seris osos y os subiris a los rboles, con excepcin del abeto. el hombre y la mujer formaron la primera pareja de osos de los Pirineos (Marliave, 1995: 126).

en el valle de aiguesjuntos, tambin en el Pas Vasco, se cuenta que un herrero blasfemo fue convertido en oso (Marliave, idem). siguiendo el mismo orden de ideas, en el poblado de iturbide, nuevo len, se dice que aquellos que tienen relaciones sexuales ilcitas se convierten en osos: Por eso, la osa es como mujer los osos son animales pero tienen vista como uno, pechos como uno, se sientan como uno; noms que es puro pelo, ta lleno de pelo todo4. as, los osos aparecen en los relatos como mujeres y hombres que allan a dios, que blasfeman o

4 lpez, 2002, comunicacin personal.

esquinas

Desacatos

enero-aBril 2009

144 3

siguen conductas opuestas a la moral cristiana. en otras palabras, el oso figurara en el pensamiento popular como una especie de humano en un mbito ajeno al orden moral cristiano. Por su parte, la madre de Juan oso es claramente una mujer cualquiera, una mujer annima, sin nombre ni apellido, que representa al resto de los miembros de su gnero. la mujer, como es sabido, fue durante siglos pensada como un ser cercano a lo animal, ms instintiva y menos inteligente que el hombre. en el lenguaje popular, la sexualidad femenina ha sido muchas veces asociada con la animalidad: una prostituta es una zorra, una perra o una golfa (que deriva de la misma raz que wolf, lobo); la vulva, a causa de su capilaridad es llamada en el espaol de Mxico el mono o el oso; el conejo, en el de espaa; la chatte, gata, en francs, y the pussy, gatito, en ingls. de hecho, la propia valoracin negativa de la capilaridad femenina parece estar relacionada con la animalizacin de la mujer. Por ello, si el oso es pensado como un animal cercano a lo humano y la mujer como un humano prximo a lo animal, podemos ver que la relacin entre los dos polos que dan origen a Juan oso es presentada como una alianza entre dos entidades del margen; una unin semejante a la planteada por deleuze y guattari (1988) en su propuesta sobre el devenir. Por consiguiente, el producto de dicha unin es igualmente imaginado como un ser marginal, un ser que no corresponde ni al mbito de lo humano ni al de la sociedad. el nombre de Juan procede del hebreo Yohasnam y significa dios es misericordioso o dios est a mi favor. en la Biblia encontramos dos Juanes: Juan Bautista y Juan evangelista. el Bautista, primo de Jess, anuncia la llegada de cristo y se presenta al inicio de la vida del Mesas; el evangelista, hermano simblico de Jess (hermanado en la cruz cuando dice Madre, he aqu a tu hijo. Hijo, he aqu a tu madre), anuncia el advenimiento del anticristo y se presenta en la partida de cristo al cielo. as pues, podemos ver que Juan es una figura mediadora entre lo cristiano y lo no cristiano, lo no plenamente humano y lo humano. Juan oso tiene esta misma funcin. en nuestro relato, la relacin con el oso es una relacin fuera del matrimonio y produce un ser

prximo a lo animal. Juan oso no logra integrarse y es expulsado de la comunidad. despus de una serie de episodios que no hacen ms que resaltar las cualidades heroicas del personaje, ste derrota al diablo como Juan con el Bautismo rescata a la princesa y, a travs del sacramento matrimonial, logra su reincorporacin a la sociedad. as, Juan oso aparecera como el relato de un personaje que pasa del orden de lo salvaje al de la sociedad a travs de sus mltiples combates y, en particular, la derrota del diablo. en otras palabras, Juan oso es el mito de la domesticacin del salvaje5. lo interesante es que, a diferencia de muchos otros, este relato no se qued en el Viejo Mundo sino que acompa a los europeos en la conquista del nuevo Mundo expandindose as entre las ms diversas culturas del continente. lo encontramos, por ejemplo en cuba (Feijoo, 1960: 15-29, 62), colombia (Jaramillo, 1958: 58-67), Per (Morote, 1959: 135-179), Puerto rico (Mason y espinosa, 1924: 250-261). en Mesoamrica, ste es uno de los cuentos ms populares. lo encontramos entre los nahuas de la sierra de Puebla (taggart, 1997), en la montaa de guerrero6, el sur de Veracruz (campos, 1982: 144-152) y Milpa alta (Horcasitas y Ford, 1979: 106109). aparece igualmente entre los tepecanos de Jalisco (Mason, 1914: 176-179), los huaves (Mestres, 2000: 126128), los tepehuanes (Mason, 1956: 49-66) y los mestizos de nuevo len, durango, tamaulipas (lpez, 1998) y chicago (goodwyn: 1953: 143-147)7. una prueba de que al menos una parte del sentido original del relato se conserv es que, entre los huaves, el personaje que sustituye al oso es llamado el salvaje.
5 cabe recordar al respecto que, de acuerdo con lo que seala Bartra (1992: 122), el salvaje, ubicado en la interfase entre la naturaleza y la cultura, no representa aquello que se encuentra fuera del alcance del hombre sino lo que se sita en los lmites de lo alcanzable. la domesticacin del salvaje por el matrimonio aparece igualmente en el mito de rave else: una terrible mujer salvaje que se convierte en princesa despus de bautizarse y contraer matrimonio con un caballero. aqu hablamos de domesticacin en el sentido de hacer parte del domus casa (lat.), volver familiar, cognoscible y manipulable lo que antes se nos presentaba como ajeno y peligroso. 6 neff, 2002, comunicacin personal. 7 Vase lugo y Martnez (2006) para un anlisis comparativo de las versiones indgenas y espaolas.

enero-aBril 2009

Desacatos

esquinas

la pregunta es: ante tal difusin, no sera demasiado ingenuo pensar que este relato fue introducido en amrica por azar? Y, si este fue deliberadamente enseado a las poblaciones indgenas, con qu intencin se hizo? Para que serva a los conquistadores, colonos y evangelizadores el relato de Juan oso?

JUAN OSO Y SU IMPORTACIN AL NUEVO MUNDO

ahora bien, ya que llegamos a aproximarnos a la naturaleza de Juan oso resta por averiguar su utilidad en el nuevo Mundo. sta es casi obvia y la venimos aludiendo desde el principio del texto; su funcin sera abrirle un espacio a los productos de la relacin sexual entre espaoles e indgenas pues, aun cuando desde 1514 Fernando el catlico haba expedido una cdula real propiciando el mestizaje en el nuevo Mundo y autorizando los matrimonios mixtos, haca falta algo ms que decretos para que empresas de este tipo se llevaran a cabo (Basave Bentez, 1994: 8)8. Ya que, si bien tericamente estaba reconocida la humanidad del indgena, vulgarmente su condicin segua siendo discutible. esta situacin se ve, por ejemplo, reflejada en el hecho de que, en esta poca, los monstruos del renacimiento difundidos por Joaqun de Flore, dante o el Bosco fueron multiplicados en europa por la imprenta destinada a adornar las narraciones de viajes. de hecho, Muchembled (2002: 99) seala que los monstruos aparecieron de modo mucho ms intenso despus del descubrimiento de amrica pues en algunas crnicas tempranas se describa a los indgenas bajo formas fantsticas9. lo monstruoso en el indgena aparece claramente ejemplificado

de espaol e indgena: mestizo. Pintura de castas, siglo XVii.

en la descripcin del chichimeca que hacia 1585 hizo diego Muoz (1965: 27) en lo que ahora es Jalisco:
chichimeca es nombre comn entre los indios, del que no es bautizado, y este tiene todos los infieles que poseen la ms larga y ancha parte de la tierra que hay en las indias [] es gente infiel, de bestial fiereza, y que no teniendo asiento cierto, especial de verano, andan discurriendo de una parte a otra [] Por ningn suceso adverso que les acaezca, se entristecen [] diferencian de los indios de paz en lengua, costumbres y disposicin de cuerpo, fuerza y ferocidad, por la mala influencia de alguna estrella; son dispuestos, nevrosos, fornidos, desbarbados; pueden ser tenidos por monstruos de la naturaleza, porque en sus costumbres son tan diferentes de hombres, cuando su ingenio es semejante al de los brutos.

145

8 Por anodino que parezca, la cuestin de la humanidad o animalidad

del indio era de vital importancia en el desarrollo de la empresa colonial pues, como sabemos, desde toms de aquino (1225-1274) se defina a la bestialidad como el peor de los pecados sexuales ya que, por ella, no se preservaban las diferencias entre hombres y animales. a finales del siglo Xiii lleg a considerarse como un crimen capital en un cdigo espaol. en Mayorca, en el siglo XV, la bestialidad condujo a varias ejecuciones, y en inglaterra y suiza, este acto acarreaba generalmente la pena de muerte. 9 incluso coln (1971) dijo que los indios que lo acompaaban tenan pnico de descender en una isla habitada por hombres que tenan un solo

Podra argumentarse que los conquistadores no tuvieron ningn problema en acostarse y casarse con las indgenas. el problema vino despus ya que, si bien las relaciones sexuales entre indios y espaoles no cesaron con el arribo a la nueva espaa de hombres acompaados de sus familias, los matrimonios intercastas s. si

ojo en medio de la frente y por otros que se llamaban canbales de los que parecan tener un miedo espantoso.

esquinas

Desacatos

enero-aBril 2009

146 3

en esta ilustracin los dolos adorados por los salvajes americanos son adaptaciones de la imagera medieval europea. girolamo Bergonzi y thodore de Bry, Novae Novi Orbis Historae (1528-1599).

a esto aadimos que muchos mestizos eran concebidos bajo una situacin de abuso de poder, comprendemos por qu constituyeron, a principios del periodo virreinal, uno de los sectores ms desfavorecidos. Puesto que muchas veces los mestizos no lograban identificarse con ninguno de los dos sectores hispano o indgena, tendan a convertirse en un problema mayor para la corona pues, ante el rechazo de ambos grupos, los descendientes de indios y espaoles solan vivir en condiciones de indigencia (gmez canedo, 1982: 334-335). de este modo, la figura de Juan oso, el salvaje domesticado, parece por dems convenir a la labor misional pues, as como el protagonista del relato es humanizado

por el sacramento del matrimonio, se pretenda dotar al indio de una condicin semejante a travs del sacramento bautismal. de esta manera, la narrativa mtica permite hacer visibles las piezas en juego, haciendo familiar y manejable toda una serie de elementos que, sin el mito, estaran en la incertidumbre. Juan oso hace que el producto de la relacin entre indios e hispanos sea una figura ya conocida de antemano. al mismo tiempo, Juan oso es el reverso de los hijos de la chingada ya que esta vez es lo salvaje quien viola y engendra. los casos reales que pudieron haber apuntalado el mito de Juan oso son pocos comparados con los casos de violaciones de espaoles a indias, pero no de-

enero-aBril 2009

Desacatos

esquinas

jan de ser significativos por el terror que despiertan al revivir viejos fantasmas europeos. Hernando de Vargas, alcalde Mayor de quertaro, explicaba en 1582 sobre los chichimecas:
cosa digna de gran consideracin es ver las muchas muertes, as de espaoles, como de indios, negros y otros gneros de gentes, y religiosos de la orden de san Fran[cis]co, que estos brbaros han hecho de pocos a[]os a esta parte; que no hay mes, ni semana, ni aun da, [en] que no hay[a] espaoles y otras gentes muertas [] con las mujeres parece que tienen alguna misericordia, porque las llevan vivas (y usar desto es porque tienen falta dellas) (Relaciones geogrficas del siglo xVI. Mi choacn, 1987: 225).

12 aos, aparentemente mexicano cautivo desde nio, y le pregunt en espaol lo siguiente:


no eres t mexicano? s seor. eso era yo. Y cmo te llamas? Bernardino senz, seor. a su servicio. dnde y cuando fuiste t secuestrado? no, pos hace algunos cuatro aos (1835), en la Hacienda de las nimas, cerca de Parral, chihuahua. Podra yo comprarte a tus captores y regresarte con tu familia cuando viaje a chihuahua? no seor ya soy demasiado bruto para vivir entre los cristianos.

todava a fines del siglo XVi, Basalenque (1963: 127) cuenta que una vez que los chichimecas atacaron el pueblo de Yuririapndaro cogieron alguna presa de gente [] entre otras personas que cogieron llevaron a su mujer [de un cantor indgena llamado antonio trompn]. Fernando oper (2001), en sus Historias de la fronte ra, presenta el relato de un tal Josiah gregg, quien cuenta que, en junio de 1838, su caravana se reuni con un grupo de comanches en Fort gibson, Missouri, y entre ellos vio a una mujer con poca apariencia de india, casi blanca:
ella misma confirm pronto mis sospechas, cuando al hablar con ella me relat que era la esposa de uno de los jefes comanches desde su cautiverio cerca de Matamoros, tamaulipas. Pero lo ms extrao fue que ella ya no deseaba volver con su pueblo. Prefera acabar su vida como comanche.

en 1805, el doctor sibley encontr un caso parecido pero, esa vez, se trataba nada menos que de la hija de un ex gobernador de chihuahua. sus captores pidieron 1 000 pesos por su rescate, que su padre se dedic a recolectar entre sus amistades y vendiendo propiedades, pero, ante el asombro de todos, ella no quiso volver con su familia: dijo sentirse avergonzada por estar ya entonces encinta pero, ms que todo, por su cara totalmente desfigurada con tatuajes. en el mismo campamento comanche, gregg encontr a un jovencito de alrededor de

en texas, en 1860, fue secuestrada por los comanches la seora cynthia ann Parker con su beb, quien fue rescatada veinte aos despus, pero no as su hijo y otro ms que tuvo durante su cautiverio. este ltimo fue encontrado algunos aos despus, con el nombre de quana, y era ya un poderoso jefe. un extrao comanche de piel blanca y ojos azules. uno de los agentes indios norteamericanos que negoci la rendicin de gernimo platic a mister Barret, un traductor del apache al ingls, que l recordaba perfectamente a una nia mexicana prisionera que, sin restriccin alguna, jugaba con los nios apaches y que posteriormente fue liberada mediante canje. en zacatecas, fue muy notorio el caso de los hermanos arciniega, conocidos como los huicholes, quienes fueron secuestrados de nios en el norteo municipio de sombrerete y aparecieron misteriosamente, veinte aos despus, ya convertidos en adultos. Fueron llevados a la capital de zacatecas donde se dedicaron a cortar el pelo, pero hasta su muerte a finales del siglo XiX apenas lograron hablar tal vez un centenar de palabras en espaol. actos semejantes a los raptos de los chichimecas fueron tambin realizados por indgenas del sur del continente, como los indios ranqueles, los de la pampa argentina, los mapuches, etc. sin embargo, en la guerra entre brbaros y civilizados, estos incidentes son bastante comunes y los ibricos, para cuando llegaron a amrica, ya tenan una larga experiencia con tribus brbaras como los vndalos, los suevos, los visigodos y los moros.

147

esquinas

Desacatos

enero-aBril 2009

148 3

el saqueo, las violaciones, los asesinatos y el rapto eran cosa comn en tales enfrentamientos. as, Juan oso se nos presenta como un viejo recuerdo que auxilia en la asimilacin del mestizo pero que, al mismo tiempo, reacciona como el trauma que deja una honda herida de guerra an sin cicatrizar. Y, aunque ahora Juan oso ya es poco frecuente en las modernas sociedades urbanas, en ellas parecen haber surgido otras clases de herramientas para tratar con las otredades. un ejemplo de este tipo de mitos con bases traumticas es el miedo a oriente que desarrollaron las comunidades estadounidenses durante la guerra Fra. ste se encuentra plasmado en diversas producciones filmogrficas y revistas de pseudo-ciencia que retratan el fenmeno oVni; es decir, historias de extraterrestres que tienen una participacin benfica o siniestra en la vida de los hombres, seres con inteligencia superior y propsitos, por lo general, desconocidos. este imaginario se vena manufacturando desde los inicios de la guerra Fra. segn oscar Massota (1970), en lo que se refiere a produccin grfica, la figura ms emblemtica de esta lucha entre oriente y occidente est representada en la lucha del caucsico Flash gordon y el mongoloide Ming (ntese que este villano lleva por apellido el nombre de la penltima dinasta china). en esa historieta encontramos a la hija del desalmado Ming tratando de seducir al caucsico Flash gordon que la rechaza constantemente. el hecho de que sea un dictador mongol quien enfrenta al caucsico y no un ruso es casi obvio si tomamos en cuenta que fueron los japoneses quienes invadieron el territorio estadounidense, que los chinos comenzaban a convertirse en una potencia comunista, que acababa de terminar la guerra de corea y estaba en puertas la de Vietnam. de hecho, cuando la guerra Fra se encontraba en su punto ms lgido es que el tema oVni cobr fuerza en el imaginario popular y la imagen monstruosa del extranjero-marxista o extraterrestre intruso toma la apariencia mongoloide que aun se observa en revistas, filmes, propaganda, etctera. estas fbulas contemporneas estn frecuentemente acompaadas de relatos de abducciones sexuales, las cuales consisten bsicamente en describir el rapto de humanos por extraterrestres para producir una raza hbrida. lo in-

cartel de la pelcula estadounidense Flash Gordon.

teresante es que dichas narraciones suelen contener justificaciones supuestamente extradas del texto bblico, en las que se menciona a diversos personajes como hijos de extraterrestres: Moiss, no, cristo, los ngeles, etctera. la relacin entre Juan/Bestia (considerando al oso como sincdoque de lo bestial), presentado aqu como ncleo del imaginario que recae sobre el indgena, y el extraterrestre mongoloide, que presentamos como produccin iconogrfica de la extranjera contempornea, podra parecer exagerada. sin embargo, no nos resultar tan extraordinaria si echamos una mirada crtica a un texto particularmente revelador: Crnicas marcianas. en este texto de ray Bradbury (1979) publicado hacia 1950 podemos reconocer a los marcianos como indgenas: aparecen tribus de marcianos atacando a colonos astronautas, comunidades marcianas aniquiladas por la

enero-aBril 2009

Desacatos

esquinas

varicela, ciudades gigantescas con lagos y canales que la atraviesan (una clara alusin a tenochtitlan) y persecucin de marcianos hasta su extincin. Para concluir, el autor describe la llegada a Marte como la llegada de occidente a amrica. en uno de los cuentos, Bradbury pone en el centro de la accin a un arquelogo que llega en una de las mltiples expediciones. el arquelogo descubre que la poblacin indgena fue aniquilada por el virus de la varicela que introdujo una expedicin anterior; los cadveres se encuentran desperdigados por toda la ciudad marciana. el arquelogo decide impedir la devastacin del planeta marciano y mata sin piedad a parte de la tripulacin. durante el ajusticiamiento decide darle la oportunidad de ponerse a favor de esta causa a un personaje llamado cherokee, pero ste se niega y el arquelogo lo termina asesinando tambin, no sin antes decirle: cre que t entenderas. el capitn consigue entrevistarse con l y el arquelogo expone el mvil de sus actos: asimila la conquista de Mxico con la conquista de Marte y seala a corts, el conquistador de Mxico, como un ser imperdonable. el cuento termina con un enfrentamiento de tipo western entre el arquelogo, el capitn y el resto de la tripulacin. ste es el ejemplo ms claro de una cantidad enorme de correlaciones que Bradbury hace del marciano como indgena. aqu se conjugan la extranjera, la autoctona y la invasin. no podemos decir que el caso de Bradbury sea aislado, ya que encontramos las relaciones extraterrestre-indgena-invasin en varias manifestaciones de corte fantstico: tenemos, por ejemplo, el caso de la pelcula Men in Black, en la que al inicio de la historia aparece un extraterrestre disfrazado de latinoamericano cruzando la frontera de los estados unidos; o la Guerra de las Ga laxias, en la que un extraterrestre verde aparece hablando quechua (es una frase sin sentido). este carnaval de mscaras est fundado en aquello que Freud (1955: 219252) llam unheimlich: el temor de que algo familiar se nos vuelva extrao, es decir, siniestro10. Men in Black muestra a un marciano saliendo del interior de un extranjero latinoamericano con marcados rasgos autcto10

nos: esta fantasa aparece incesantemente en las pelculas de ciencia ficcin estadounidenses. The Thing of Ano ther World (1951), de christian nyby, basada en un cuento de John W. campbell y H. P. lovecraft, ilustra claramente estos temores: la cosa extraterrestre se hace pasar por humano sin serlo. algo semejante ocurre con la pelcula de Alien, en la que el bicho extraterrestre se alberga en el cuerpo de sus vctimas y aparece de modo aterrador en el momento ms inesperado. Buffy, la caza-vampiros, combate con monstruos siniestros que, en ocasiones, se hacen pasar por sus vecinos o compaeros de clase. el mismo Bradbury, en Crnicas marcianas, utiliza esta fantasa en un cuento llamado, prototpicamente, el marciano, que trata de un marciano que se hace pasar por el hijo muerto de una pareja de ancianos. lo interesante es que, como en el caso de Juan oso y los monstruos cristianos, se trata aqu de expresiones artsticas populares: populares no porque en ellas se exprese el pueblo directamente, sino porque constituyen un medio para difundir, en amplios sectores poblacionales, ciertos imaginarios sociales que a alguien le interesa promover. as, estar frente a un extranjero, un indgena o lo desconocido, despierta de algn modo la fantasa de que algo en su interior se mueve como extrao. Pero esta fantasa se apoya en eventos traumticos reales. si nos colocramos en el lugar de los troyanos y se nos presentara por segunda vez un caballo de madera con una puerta en el vientre, lo mnimo que podramos sentir es angustia, angustia de que de su vientre brote lo maligno, aunque su interior est completamente vaco. Podemos suponer que, de la misma forma, el espaol se paraba frente a un mestizo, desconfiado y temeroso de que en algn momento de esa forma familiar brotara un indio. no obstante, el camino ineludible de la civilizacin de la luz, del civitas, es la incertidumbre, la perpetua preocupacin de que el ciudadano se vuelva hacia donde provino, hacia la animalidad de la otredad. queda claro que ste es un temor ancestral.

149

es curioso notar que unheimlich de heim/home hogar designa exactamente lo que no pertenece a mi espacio domstico.

esquinas

Desacatos

enero-aBril 2009

Bibliografa Barthes, roland, 1980, Mitologas, Hctor schmucler (trad.), siglo XXi, Mxico. Bartra, roger, 1992, el salvaje en el espejo, coordinacin de difusin cultural, era, Mxico. Basalenque, diego de, 1963, Historia de la Provincia de San Ni cols de Tolentino de Michoacn del orden de N.P.S, Agustn, Jos Bravo ugarte (ed.), Jus, Mxico. Basave Bentez, agustn, 1994, Historia silenciosa, cmara de diputados, Mxico. Bradbury, ray, 1979, Crnicas marcianas, Minotauro, Buenos aires. campos, Julieta, 1982, La herencia obstinada. Anlisis de cuen tos nahuas, Fondo de cultura econmica, Mxico. coln, cristbal, 1971, Los cuatro viajes del almirante y su tes tamento, espasa calpe, Buenos aires. deleuze, gilles y Flix guattari, 1988, Mil mesetas: capita lismo y esquizofrenia, Jos Vsquez Prez (trad.), Pretextos, Valencia. derrida, Jacques, 1972, la Mythologie blanche: la mtaphore dans le texte philosophique, en Les Marges de la philoso phie, les ditions de Minuit, Pars, pp. 247-324. Feijoo, samuel, 1960-1962, Cuentos populares cubanos, 2 vols., departamento de investigaciones Folklricas de la universidad, la Habana. Foucault, Michel, 1979, Microfsica del poder, la Piqueta, Madrid. Freud, sigmund, 1955, the uncanny, en The Standard edi tion of the Complete Psychological Works of Sigmund Freud, James strachey (trad.), Hogarth Press, londres, pp. 219-252. gmez canedo, lino, 1982, La educacin de los marginados durante la poca colonial. escuelas y colegios para indios y mestizos en la Nueva espaa, Porra, Mxico. goodwyn, Frank, 1953, another Mexican Version of the Bears son Folktale, Journal of American Folklore, nm. 66, american Folklore society, stechert and co., nueva York, pp. 143-154. Horcasitas, Fernando y sara o. de Ford, 1979, Cuentos en n huatl de doa Luz Jimnez, instituto de investigaciones antropolgicas, universidad nacional autnoma de Mxico, Mxico. Jaramillo, agustn, 1958, Cosecha de cuentos del folklore de An tioquia, Beduot, Medelln.

150 3

lpez, cristbal, 1998, Juan oso, en cristbal lpez (coord.), Creer, beber, curar. Historia y cultura en un pueblo de la Sierra Madre Oriental: Iturbide, consejo nacional para la cultura y las artes, Monterrey, pp. 1-27. lugo silva, Francisco y roberto Martnez gonzlez, 2005, Juan oso y la paradoja del sincretismo en Mesoamrica, Anales de Antropologa, vol. ii, nm. 39, instituto de investigaciones antropolgicas, universidad nacional autnoma de Mxico, Mxico, pp. 231-253. Markale, Jean, 1993, Pequeo diccionario de mitologa celta, alejandra, Barcelona. Marliave, olivier de, 1995, Pequeo diccionario de mitologa vasca y pirinica, alejandra, Barcelona. Mason, alden John, 1914, Folk-tales of the tepecanos, Jour nal of American Folklore, vol. 27, nm. 103, american Folklore society, lancaster, nueva York, pp. 148-210. , 1956, Juan el oso, en estudios antropolgicos publica dos en honor al doctor Manuel Gamio, sociedad Mexicana de antropologa, universidad nacional autnoma de Mxico, Mxico, pp. 383-387. y aurelio espinosa, 1924, Porto rican Folklore Folk tales, Journal of American Folklore, nm. 38, american Folklore society, stechert and co., nueva York, pp. 143-208. Massota, oscar, 1970, La historieta en el mundo moderno, Paids, Buenos aires. Mestres, albert, 2000, el conte de la llacuna: Mites i llegendes dels indis huave, empries, Barcelona. Morote, Best, 1959, el oso raptor, en Archivos venezolanos de folklore, caracas, pp. 135-179. Muchembled, robert, 2002, Historia del Diablo, siglos xIIxx, Fondo de cultura econmica, Mxico. Muoz, diego, 1965, Descripcin de la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacn cuando formaba una con Jalisco, instituto Jalisciense de antropologa e Historia, guadalajara. Relaciones geogrficas del siglo xVI. Michoacn, 1987, ren acua (ed.), instituto de investigaciones antropolgicas, universidad nacional autnoma de Mxico, Mxico. oper, Fernando, 2001, Historias de la frontera. el cautiverio en Amrica hispnica, Fondo de cultura econmica, Mxico. taggart, James, 1997, The Bear and his Son: Masculinity in Spa nish and Mexican Folktales, university of texas Press, austin.

También podría gustarte