04 Sesion Pedro Gomez Serrano

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Centro para la Investigacin y Difusin de la Doctrina Social de la Iglesia

Instituto Social Len XIII

INSTRUMENTOS DEL DESARROLLO HOY

LAS FINANZAS INTERNACIONALES Y EL DESARROLO


Bloque III
Pedro Jos Gmez Serrano Universidad Complutense de Madrid

VI Seminario 2007 LOS NUEVOS ESCENARIOS DEL DESARROLLO HUMANO Un Proyecto Global
En el 40 Aniversario de Populorum Progressio y en el 20 de Sollicitudo Rei Socialis

Fundacin Pablo VI Facultad de CC.PP. y Sociologa Len XIII


VI Seminario de Doctrina Social de la Iglesia www.instituto-social-leonxiii.org

BLOQUE III INSTRUMENTOS DEL DESARROLLO HOY


Ponente: Pedro Jos Gmez [email protected]

LAS FINANZAS INTERNACIONALES Y EL DESARROLLO

RESUMEN El presente artculo intenta presentar de forma panormica la problemtica que afrontan los pases menos desarrollados en materia de financiacin. Para ello, se describen, en primer lugar, los elementos bsicos del sistema financiero internacional y la importancia que tiene su buen funcionamiento para impulsar un crecimiento econmico sostenido. En segundo trmino, se analizan los distintos cauces a travs de los cuales se canaliza el ahorro desde las economas excedentarias hacia los pases empobrecidos, sealando los pros y contras que presenta cada modalidad de financiacin tanto para los agentes donantes como para los receptores de los recursos. En tercer lugar, se presenta sintticamente la evolucin de la financiacin al desarrollo desde la segunda guerra mundial hasta nuestros das, para concluir con la enumeracin de los principales desafos que, en este terreno, tiene que afrontar la comunidad internacional si quiere que los Objetivos del Milenio sean algo ms que una declaracin puramente retrica. El artculo sostiene que la superacin del subdesarrollo no es una cuestin exclusivamente financiera pero, al mismo tiempo, defiende la importancia de mejorar sustancialmente esta dimensin del actividad econmica para reducir la plaga de la pobreza absoluta y concluye que, en esta compleja materia, las responsabilidades estn muy repartidas entre los pases desarrollados, los no desarrollados y los Organismos Internacionales. Palabraz clave: financiacin, desarrollo, cooperacin, ayuda al desarrollo, prstamos internacionales, inversin directa, regulacin monetaria, remesas, Objetivos del Milenio, deuda externa.

Dentro del VI seminario de Doctrina Social de la Iglesia organizado por el Instituto Social Len XIII de la Universidad Pontificia de Salamanca, se me invit amablemente a reflexionar sobre la problemtica financiera a la que se enfrentan los pases del Sur en la actualidad. El tema se abordaba dentro de la 4 sesin que tambin afrontaba la dimensin comercial de las relaciones econmicas Norte-Sur y que desarroll Teresa Cavero Gmez, del departamento de estudios de INTERMON. Desde luego, no hace falta ser un experto en economa internacional para saber que los pases subdesarrollados necesitan abundantes recursos con el fin de realizar las inversiones imprescindibles para impulsar el desarrollo. Las infraestructuras sociales y productivas (carreteras, vas frreas, tendidos elctricos, sistemas de distribucin de agua o gas, etc), los edificios pblicos (escuelas, hospitales, oficinas), las viviendas particulares y cualquier actividad empresarial precisa de fondos invertibles. Lo que no tienen por qu saber quienes se encuentran ajenos a la investigacin econmica de los ltimos tiempos es que hoy el anlisis del subdesarrollo es mucho ms complejo que el de los aos 60 y 70 del siglo pasado y no hace recaer la pobreza del Sur en la falta de recursos financieros. Sigue teniendo vigencia el crculo de la pobreza del que hablaba Nurkse la alta pobreza conduce a un ahorro bajo que limita, a su vez, las posibilidades de inversin y, en consecuencia, los ingresos futuros-, pero ste no es ms que uno entre muchos otros problemas a los que se enfrentan las naciones menos desarrolladas1. Por ejemplo, hoy parece claro que muchos pases en desarrollo s tienen cierta capacidad de ahorrar al menos sus capas sociales medias y altas- pero que distintos mecanismos impiden que esos recursos acaben dedicndose a la inversin productiva: actitudes atesoradoras, evasin de capitales, inseguridad jurdica, falta de demanda efectiva, corrupcin, consumo ostentoso, importaciones lujosas, etc2. No es infrecuente que los propios sistemas bancarios nacionales sean incapaces de captar el ahorro interno realmente existente y canalizarlo hacia actividades rentables que, muchas veces, pueden estar siendo promovidas por personas consideradas de poca solvencia por el sistema bancario local. Hasta hace poco, la mayora de las entidades financieras nacionales proporcionaban sus servicios exclusivamente a las empresas consolidadas y a las clases sociales acomodadas, sin contemplar como potenciales clientes a la mayor parte de los ciudadanos. Este hecho explica parcialmente el xito de los programas de microcrditos y microfinanzas que se han generalizado durante las ltimas dcadas en tantas economas en desarrollo y que tienen como destinatarios a los ms pobres3. En la prctica, una parte importante del ahorro nacional permaneca fuera de las instituciones intermediadoras debido a la falta de hbito bancario de la mayora de la poblacin. La prdida de eficiencia econmica derivada de este fenmeno y la creciente importancia de las remesas, que estn recibiendo muchos pases en desarrollo y que escapan a los circuitos formales, estn induciendo a los gobiernos a modificar esta situacin.

ALONSO, Jos Antonio: Crecimiento y desarrollo: bases de la dinmica econmica, en Diez lecciones sobre la economa mundial, Civitas, Madrid 2000. En especial, pp. 56-58. 2 Este fenmeno fue analizado ya en la dcada de los 50. BARAN, Paul: La economa poltica del crecimiento, Fondo de Cultura Econmica , Mxico 1973 (1 ed 1957). 3 LACALLE, Maricruz: Microcrditos. De pobres a microempresarios, Ariel, Barcelona, 2002. YUNUS, Muhammad: Es posible acabar con la pobreza? Editorial Complutense, Madrid, 2007.

No obstante, el mismo sector pblico, que en los pases econmicamente avanzados desempea un papel fundamental en la acumulacin de capital y la modernizacin econmica, parece constituir ms parte del problema que de la solucin en muchos Estados del Sur, especialmente en aquellos en los que la corrupcin, el autoritarismo poltico o la falta de competencia profesional impide la adopcin de una adecuada estrategia de desarrollo. Las polticas populistas que reducen el rigor presupuestario, la escasa eficacia en la gestin de los fondos pblicos, las deficiencias operativas y la regresividad de los sistemas fiscales, la arbitrariedad o el desatino en la regulacin macroeconmica, la inadecuada supervisin del sistema bancario, la inseguridad jurdica que padecen ahorradores e inversores o las respuestas nacionalistas ante los inversores forneos son otras tantas patologas que merman la capacidad de los Estados para ampliar el ahorro interno y asignarlo de un modo eficiente. El desarrollo tal y como es entendido en la actualidad- implica crecimiento, cambio estructural, distribucin de la renta, difusin del bienestar y ampliacin de las oportunidades de eleccin del conjunto de la poblacin, por lo que, ciertamente, reclama una inversin alta y duradera4. Con todo, la inversin es necesaria pero no suficiente para alcanzar el xito econmico. Dicho de otro modo, el subdesarrollo no es slo cuestin de falta de dinero5. Hoy se subraya, adems, la importancia de otros factores entre los que podemos destacar los siguientes: La cantidad y, sobre todo, la calidad de la fuerza de trabajo del pas La existencia de una clase empresarial emprendedora El acceso y asimilacin de la tecnologa que cumple los estndares mundiales El buen funcionamiento de los mercados de productos y factores El acierto de la regulacin macroeconmica realizada por los gobiernos La existencia de un marco econmico institucional slido La capacidad para disear una insercin positiva en el mercado mundial

No hay, pues, una nica llave del desarrollo, sino un amplio conjunto de estrategias complejas ms o menos acertadas que aspiran a alcanzarlo, poco a poco, y que dependiendo de las caractersticas estructurales de cada pas- implican acciones tanto hacia el interior como hacia el exterior de las economas nacionales de uno u otro tipo6. Es dentro de este marco donde tiene sentido preguntarse por una faceta particular del proceso: la financiacin del desarrollo. 1. Qu es el sistema monetario y financiero internacional? El sistema monetario y financiero constituye uno de los elementos clave de cualquier economa7. Simplificando mucho, podemos decir que es la parte del sistema econmico que se ocupa de la intermediacin financiera, esto es, de canalizar el ahorro del que disponen las unidades econmicas con supervit hacia las que tienen dficit por
GRIFFIN, Keith (2001): Desarrollo humano: origen, evolucin e implicaciones Ensayos sobre el desarrollo humano, IBARRA, P. y UNCETA, K. (Ed) Icaria, Barcelona. 5 ALONSO, Jos Antonio y FITZGERALD, Valpy: Financiacin del desarrollo y coherencia en las polticas de los donantes, La Catarata, Madrid, 2003. 6 BUSTELO, Pablo: Teoras contemporneas del desarrollo econmico, SACHS, Jeffrey : El fin de la pobreza. Editorial Debate, Madrid, 2006. 7 CALVO, Antonio, CUERVO, lvaro, PAREJO, Jos Alberto y RODRGUEZ, Luis: Manual de sistema financiero espaol, Areiel , Barcelona, 2007.
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sus actividades de consumo e inversin. Est constituido por el conjunto de agentes econmicos, instrumentos y mercados que intervienen en la transformacin del excedente econmico en acumulacin y consumo a travs de un amplio abanico de actividades que afectan a la totalidad de la dinmica econmica monetaria y real. El buen o mal funcionamiento de este subsistema influye en el crecimiento, la eficiencia, la flexibilidad, la equidad y la estabilidad de todo el sistema econmico. La funcin intermediadora permite poner a disposicin de quienes desean invertir o consumir ms de lo que les permiten sus recursos, el ahorro de quienes ingresan ms de lo que gastan a cambio claro est- de una remuneracin. De este modo, se produce una reasignacin de los recursos que resulta fundamental para incrementar el crecimiento econmico de un modo eficiente, es decir, empleando dichos recursos del modo en que puedan contribuir a un aumento mayor del producto. Si nos referimos al mbito internacional, un buen sistema financiero seria aquel que pone a disposicin del los pases con menos ahorro interno y mayores oportunidades de inversin, el ahorro de otros pases excedentarios. Al mismo tiempo, el sistema debera ser lo suficientemente flexible y eficiente como para adaptase a las caractersticas de los agentes econmicos locales, ofreciendo sus servicios al menor coste posible. Por otra parte, al sistema financiero le compete tambin lo que se denomina la regulacin monetaria. Esto es, la introduccin en el circuito econmico de una cantidad adecuada de dinero a fin de evitar dos posibles extremos: que aumente la inflacin como consecuencia de que el flujo monetario en circulacin exceda las necesidades de pagos derivadas de los intercambios econmicos normales, por una parte, y, por otra, que los tipos de inters se disparen como consecuencia de una excesiva escasez de dinero, lo que traera consigo una cada en la inversin y en el consumo que frenara, a su vez, el crecimiento. Es sta una delicada misin que tienen encomendada los Bancos Centrales de cada pas. En el plano internacional, despus de la desaparicin del Sistema Monetario Internacional en la primera mitad de los aos 70 del siglo pasado, no existe un verdadero regulador monetario, por lo que la cantidad de dinero disponible depende de mltiples factores aleatorios. Los comportamientos de la Reserva Federal de Estados Unidos o del Banco Central Europeo inciden sin duda en la evolucin monetaria internacional, si bien su actuacin no pretende defender los intereses comunes de la economa mundial ni, menos an, los de los pases empobrecidos. La tercera dimensin de la actividad del sistema financiero consiste en gestionar las relaciones cambiarias. Habida cuenta que en la economa mundial se producen transacciones econmicas utilizando diversas divisas, resulta relevante la evolucin que pueda darse entre ellas para garantizar un contexto econmico de crecimiento y estabilidad. Las fluctuaciones excesivas e imprevistas, dificultan de manera extraordinaria los intercambios internacionales (comercio, inversiones, etc) ya que los agentes econmicos no pueden calcular los ingresos y los gastos que tendrn a medio y largo plazo en trminos de su moneda nacional. Despus de la II Guerra Mundial, Estados Unidos y sus aliados establecieron el ya mencionado Sistema Monetario Internacional basado en un modelo de tipos de cambio fijos que pretenda impulsar el comercio transparente y evitar los movimientos financieros de carcter especulativo. Hoy las monedas flotan libremente, lo que significa que varan de valor entre s dependiendo bsicamente de la oferta y la demanda de las mismas que se manifiesta en los mercados cambiarios.

Un cuarto y ltimo elemento que configura los sistemas financieros se refiere al control y supervisin de las entidades bancarias8. Debido a que los bancos operan con un dinero que no es de sus accionistas y que sus actividades se basan en la confianza general de los agentes econmicos en su honorabilidad, profesionalidad y solvencia, los Bancos Centrales de cada pas se encargan de vigilar la correcta gestin de sus activos y pasivos. Hay que tener en cuenta que las entidades bancarias operan como nudos de enlace en la red que forman millones de ahorradores, inversores y empresas, por lo que su posible quiebra que dara lugar a un efecto de encadenamiento- amenazara al conjunto del sistema econmico. Por desgracia, a nivel internacional no existe ni un marco normativo compartido dentro del sector, ni una supervisin directamente supranacional. Y a nadie escapa que el control nacional de la actividades exteriores de los bancos no deja de ser muy complicado en la era global Los elementos que configuran el sistema financiero son mltiples: agentes como los bancos privados, cajas de ahorros, profesionales, intermediarios, cooperativas de crdito, bancos centrales, empresas de inversin, etc.- instrumentos -dinero efectivo, tarjetas, cheques, bonos, acciones, sistemas informticos, bolsas, medios de pago, etc.- y mercados bancario, interbancario, al contado, a plazo, cambiario, de seguros, de futuros y opciones, de inversin, etc-. Podemos decir que uno de los sntomas ms claros de la globalizacin econmica es el aumento y diversificacin de los intercambios financieros y sus modalidades. Hasta el punto de que uno de los rasgos bsicos de la economa actual sea su financiarizacin, es decir, la expansin creciente del circuito financiero y su relativa autonomizacin de la economa real al servicio de la cual tendra en principio que estar, pero a la que, con frecuencia, subordina 9. De este modo, algunas estimaciones sealaban que ya al final del siglo XX, slo el 5% de las operaciones que se materializaban en los mercados internacionales de divisas tenan que ver con operaciones reales (pagos por transacciones comerciales e inversiones directas) mientras el 95% se derivaba de operaciones financieras. En diciembre de 1997 las reservas de todos los bancos centrales del mundo ascendan a 1.6 billones, la misma magnitud que las operaciones de los mercados cambiarios en un solo da10. Y esta tendencia no ha hecho sino consolidarse en los inicios del siglo XXI. En el entorno econmico internacional varios organismos, creados al finalizar la Segunda Guerra Mundial, poseen an hoy en da una gran relevancia y, en particular, dos: el Banco Mundial (junto con los Bancos Regionales de Desarrollo) y el Fondo Monetario Internacional11. El primero despus de un breve perodo en el que se dedic a financiar la reconstruccin postblica- ha constituido durante ms de 50 aos la primera entidad oficial en otorgar crditos para financiar proyectos de desarrollo. Los
BRKER, Gunder, MARTNEZ CORTIA, Rafael: Banca y finanzas: competencia y tendencias, Ediciones de las Ciencias Sociales, Madrid, 1990. 9 MARTNEZ GONZLEZ-TABLAS, ngel: Economa poltica mundial. I. Las fuerzas estructurantes, Ariel, Barcelona 2007, captulo 4. PALAZUELOS MANSO, Enrique: La globalizacin financiera. Sntesis, Madrid, 1998. 10 FERRER, Aldo: La globalizacin, la crisis financiera y Amrica Latina, Comercio Exterior, Vol. 49, Nm. 6, junio de 1999, Mxico, BANCOMEXT, pp. 527-536. 11 Para una visin introductoria a la naturaleza y funcionamiento de estas entidades: GONZLEZ, Sara: Organizacin Econmica Internacional. Relaciones y organismos fundamentales, Pirmide, Madrid 2002. NIETO SOLS, Jos Antonio: Organizacin econmica internacional y globalizacin, Siglo XXI, Madrid 2005.
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pases del Sur han recibido en torno a 500.000 millones de dlares en condiciones muy ventajosas El Fondo Monetario Internacional, por su parte, ha tenido por finalidad facilitar la estabilidad financiera a escala mundial. Hasta la primera mitad de los aos 70 su cometido consisti en mantener el correcto funcionamiento del Sistema Monetario Internacional. Su importancia para los pases en desarrollo pas a ser decisiva a partir de 1982, cuando se desencaden la crisis de la deuda externa en cuyo intento de resolucin desempe y desempea un papel protagonista, as como en la superacin de las distintas crisis financieras que se han repetido desde finales de los aos 90 del siglo pasado. Si bien es cierto que la existencia de estos organismos multilaterales ha proporcionado recursos e instrumentos que han favorecido el crecimiento econmico del Sur, no es menos cierto que dichas instituciones financieras se encuentran completamente controladas por los pases desarrollados dado que los votos se reparten en proporcin a las cuotas aportadas por cada estado y que stas se encuentran determinada por la capacidad econmica de cada nacin. As, por ejemplo, en el ao 2000, las 24 sillas que corresponden a los gobernadores del Banco Mundial estaban ocupadas del siguiente modo: Estados Unidos, Japn, Alemania, Francia y Reino Unido disponan de un gobernador cada uno y un peso en el total de los votos del 16,49%, 7,91%, 4,52%, 4,33% y 4,33% respectivamente, mientras en el extremo contrario del poder econmico, la Repblica Democrtica del Congo y otros 23 pases de frica, ocupaban la silla 24 y podan ejercer un voto ponderado conjunto del 2,01% en total12. La distribucin del poder en el FMI es anloga. No es de extraar que las polticas impulsadas por estos organismos sigan las directrices de los gobiernos de los pases ms ricos y condicionen las polticas de los pases receptores desde la perspectiva de sus propios intereses. Con todo, desde la crisis de los aos 70 y, muy especialmente, tras la entrada en la poca de la globalizacin, las empresas privadas transnacionales financieras y no financieras- han pasado a protagonizar la parte ms importante de las transacciones financieras internacionales, hasta el punto de condicionar el conjunto de la actividad econmica. Como es lgico, la finalidad que persiguen estas entidades no es otra que la maximizacin de beneficios. No obstante, en su proceso de expansin han incidido profundamente en las posibilidades de desarrollo de todos los pases. A este respecto parece claro que se ha producido una profunda modificacin en la valoracin que los pases menos desarrollados hacen de la inversin extranjera directa. Si en los aos 50 y 60 era mirada con recelo por percibirse como un instrumento de dominacin o explotacin econmica, a partir de los aos 80, muchos gobiernos han intentado atraerla por considerarla un factor clave de modernizacin econmica. 2. Las fuentes o canales de financiacin del desarrollo y sus caractersticas Los flujos financieros internacionales utilizan distintos canales que presentan ventajas y desventajas especficas tanto para los donantes como para los pases del Sur. Pasemos a describirlos brevemente, resaltando sus principales virtualidades:
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Los prstamos oficiales son crditos proporcionados, tanto por Estados como por organismos pblicos multilaterales. Por regla general, este tipo de crditos

SANAHUJA, Jos Antonio: Altruismo, mercado y poder. El Banco Mundial y la lucha contra la pobreza, Intermon-Oxfam, Barcelona, 2001.

suele concederse con claras ventajas financieras respecto a los del mercado. Con frecuencia, tienen un perodo de gracia o de carencia (pasan varios aos hasta que el prstamo comienza a devolverse), el plazo de amortizacin es largo (10, 20 y, en casos extremos, hasta 50 aos) y los tipos de inters se encuentran en el lmite inferior del mercado o, incluso, por debajo. Para muchos pases particularmente vulnerables, la ventaja de estos crditos no radica solo en su menor coste econmico, sino en el hecho de que no podran acceder a prstamos convencionales por su falta de solvencia. Es el caso de los Pases Menos Adelantados subconjunto de los pases subdesarrollados formado por unos 50 estados cuyas caractersticas socioeconmicas se encuentran particularmente deterioradas13- que difcilmente son considerados clientes por la banca convencional. Para los pases del Sur, el mayor problema que presentan estos prstamos radica en las condiciones que los acreedores suelen plantear. Cuando hablamos de gobiernos los crditos persiguen, con frecuencia, alianzas o apoyos de tipo poltico en la esfera internacional, as como abrir mercados o defender los intereses de sus empresas. Cuando se trata de organismos internacionales la condicionalidad suele afectar a la poltica econmica que el gobierno prestatario tiene que aplicar para seguir obteniendo financiacin. Los crditos privados representan un caso, en buena medida, opuesto al anterior. Aqu son los bancos particulares quienes conceden los prstamos y, normalmente, su preocupacin se circunscribe a garantizar la seguridad en el cobro de sus servicios, sin influir en el uso que pueda hacerse de los fondos, en especial si son concedidos a gobiernos de estados soberanos que, en principio, poseen una solvencia mayor que los agentes privados. Los bancos prestan al tipo de mercado, aplicando un margen que depende de la calidad crediticia del prestatario. As, las grandes corporaciones transnacionales, los organismos financiero internacionales y los gobiernos de pases desarrollados obtienen crdito a intereses bajos, mientras que los pases en desarrollo se ven penalizados con una prima de riesgo derivada de su menor solvencia. Este fenmeno se ha agudizado a partir de 1982, ao en el que se desencaden la tristemente famosa crisis de la deuda externa cuyos devastadores efectos an no se han superado. Los crditos privados tienen un perodo de amortizacin que oscila, normalmente entre 3 y 8 aos, sin que se contemple ningn perodo de gracia, a no ser que la entidad privada realice operaciones en nombre de su Estado y, en alguna medida, garantizada por l. Se denomina inversin directa extranjera a aquella aportacin fornea de capital que persigue la puesta en marcha de una actividad econmica nueva o el control y direccin de una empresa anteriormente operante en el pas de destino. Este tipo de inversin cuenta con detractores furibundos y defensores incondicionales. Los primeros suelen argumentar que los intereses del inversor extranjero pueden no coincidir con los de la nacin en la que se establecen, que con frecuencia explotan los principales recursos naturales locales sin impulsar la transformacin manufacturera, que los rditos y beneficios que saldrn a medio

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En concreto, los Pases Menos Adelantados concepto acuado por la Naciones Unidas- son un conjunto de naciones cuya muy difcil situacin socioeconmica viene determinada por poseer dos o tres de las siguientes caractersticas: tener una renta per capita inferior a los 900 dlares; ser isla o, por el contrario, carecer de acceso directo al mar; concentrar las exportaciones en muy pocos productos primarios y poseer una fuerza de trabajo con muy baja cualificacin.

y largo plazo del pas pueden compensar ampliamente la entrada inicial de ahorro externo, que muchas inversiones acaban con parte del tejido empresarial nacional o le subordinan a sus estrategias de produccin, que igual que una empresa extranjera se establece en un lugar puede trasladarse a otro con mayor facilidad que las empresas nacionales, etc. Los defensores de la inversin extranjera directa cuyo nmero se encuentra en constante ascenso- sostienen que es un tipo de inversin mucho menos voltil que otras, dado que los costes de la deslocalizacin son muy elevados; que el inversionista se compromete mucho ms en que la operacin empresarial salga adelante, que la aportacin ms all de su cuanta econmica- suele incorporar tecnologa y modos de gestin empresarial ms avanzados; que las asociaciones empresariales o joint ventures difunden ms fcilmente los conocimientos y, por ltimo, que la mayora de estos empresarios dominan los entresijos de los mercados internacionales que constituyen fuertes barreras para tantas compaas del Sur que desean exportar. La inversin en cartera es aquella que utiliza como canal de transmisin de los fondos la compra de ttulos, sean de deuda (bonos, notas, pagars) o de propiedad (acciones, participaciones). En ocasiones, no es fcil saber si una inversin ha de clasificarse como directa o en cartera. Si el protagonista compra acciones para gestionar la compaa estaramos en el primer caso, pero si slo pretende obtener rentabilidad de los ttulos sin implicarse en la marcha de la empresa, estaramos en el segundo. El inversor en cartera puede buscar rentabilizar su operacin por dos caminos: obteniendo los rendimientos previstos en cada ttulo (fijos, variables o dependientes de los beneficios empresariales) u obteniendo plusvalas derivadas de la diferencia entre el precio de compra y el de venta del ttulo correspondiente. Las ventajas que presenta esta modalidad de financiacin radican en la existencia de un mercado secundario la bolsa- en el que pueden comprarse y venderse indefinidamente los ttulos. De este modo, los inversores y los agentes necesitados de financiacin pueden adaptar continuamente sus posiciones comprando y vendiendo activos y utilizando el ttulo que, en cada caso, resulte ms interesante por su relacin rentabilidadriesgo. Para los pases del Sur este canal puede representar la llegada de ingentes cantidades de ahorro externo, pero si sus sistemas financieros son poco slidos, la llegada repentina de fondos o su fuga masiva puede trastornar todas sus macromagnitudes: inflacin, tipo de inters, tipos de cambio, comercio exterior, deuda externa, etc. Es de sobra conocida la volatilidad potencial de estas operaciones. La Ayuda Oficial al Desarrollo constituye un caso particularmente favorable de obtencin de recursos para las naciones en desarrollo. Segn la definicin oficial establecida por la OCDE (Organizacin de Cooperacin y Desarrollo Econmicos): la AOD est constituida por los flujos que las agencias oficiales, incluidos los gobiernos estatales y locales, o sus agencias ejecutivas, destinan a los pases en desarrollo y a las instituciones multilaterales y que en cada operacin satisfacen las siguientes condiciones: a. tienen como principal objetivo la promocin del desarrollo econmico y bienestar social de los pases en desarrollo, y b. son de carcter concesional y contienen un elemento de donacin de al menos un 25%. En consecuencia, la ayuda llega a los pases del Tercer Mundo para enfrentarse a los desafos de la desigualdad y la pobreza en

condiciones financieras muy favorables y, a veces, gratuitas. El hecho de que los fondos lleguen en forma de divisas, se orienten a pases con un elevado nivel de pobreza y a un coste muy bajo convierte a este instrumento en idneo para impulsar el desarrollo. No obstante, este canal tambin se enfrenta a algunas posibles patologas: los recursos recibidos en condiciones tan ventajosas pueden utilizarse con menor rigor que los crediticios, no faltan los casos de corrupcin y desvo de los fondos por parte de las autoridades gestoras, los fondos llegan con poca regularidad dada la discrecionalidad con la que actan los donantes, algunos gobiernos del Sur reconducen sus propios recursos hacia otras finalidades cuando obtienen ayuda exterior, los donantes pueden buscar contraprestaciones econmicas o polticas subrepticiamente, etc. Las transferencias privadas representan otra de las formas de financiacin del Sur ms favorables para sus destinatarios. En la prctica encontramos aqu dos subcategoras: por una parte existen transferencias de fondos que son canalizados por asociaciones civiles, sindicatos, ONGs, Iglesias y particulares del Norte que estn comprometidos con la mejora de las condiciones de vida en el Tercer Mundo. Estos recursos suelen ser utilizados, en general, con mucho aprovechamiento tanto porque las entidades son poco propicias al despilfarro, como por la proximidad de sus activistas a la realidad de los sectores ms pobres de la poblacin. Los especialistas en cooperacin critican, en cambio, que muchos proyectos impulsados por iniciativas particulares carecen de coordinacin y sostenibilidad a medio o largo plazo y que, en ocasiones, predomina la buena voluntad sobre la competencia tcnica. Por otra parte, las remesas de los emigrantes tambin pertenecen a la categora de las transferencias privadas. En este caso, son trabajadores originarios del mundo en desarrollo los que envan parte de sus ingresos a los familiares. Estas remesas estn permitiendo la reduccin de la pobreza de numerosas familias, el acceso a la vivienda, la puesta en marcha de pequeos negocios y una ampliacin de las divisas disponibles que resulta de vital importancia en pases con dificultades exportadores. Con todo, incluso esta forma de financiacin puede generar algunos problemas: la agudizacin de la desigualdad a niveles regional y familiar, el encarecimiento de la vivienda, la escasa bancarizacin del circuito de divisas, el aumento de importaciones suntuarias, el efecto reclamo, etc.

En definitiva, la financiacin del desarrollo a nivel internacional puede realizarse de mltiples formas, cada una de las cuales ofrece ventajas e inconvenientes especficos. Ciertamente los pases del Sur han podido ver como en numerosas ocasiones- sus recursos eran explotados por empresas extranjeras que generaban un bajo valor aadido interno y sacaban del pas amplios beneficios, han padecido severas crisis financieras en las ltimas dcadas y se han visto obligadas a afrontar costosos ajuste socioeconmicos posteriores. Con todo, parece evidente que la existencia de estas oportunidades es, en si misma, positiva para economas cuyo ahorro interno es bajo y sus necesidades de inversin muy altas. Otra cuestin radica en evaluar si la gestin de los recursos ha sido la adecuada en cada caso o si la evolucin de los mercados internacionales puede generar problemas insolubles a las dbiles y vulnerables economas del Tercer Mundo.

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3. Evolucin de los flujos financieros en las ltimas dcadas A partir de las consideraciones realizadas en el apartado anterior podran identificarse una serie de grandes etapas en la financiacin de las economas subdesarrolladas desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros das. Dentro de una tnica caracterizada por el incremento continuo de los flujos internacionales, pueden identificarse distintas fases en las que la orientacin de los fondos y la utilizacin de uno u otro medio de financiacin oscilaron sensiblemente: Durante los primeros aos de la postguerra, los pases del Tercer Mundo, inmersos en pleno proceso de descolonizacin, recibieron, fundamentalmente dos tipos de fondos: en primer lugar, la inversin directa realizada por Corporaciones Transnacionales que se diriga a controlar y explotar los recursos naturales del Sur y, en segundo, los prstamos oficiales concedidos por los organismos financieros internacionales como el Banco Internacional de Reconstruccin y Fomento (hoy Banco Mundial) y algunos estados particulares. Destaca, en este ltimo mbito, el esfuerzo realizado por los Estados Unidos y la Unin Sovitica para conseguir aliados en el mundo en desarrollo en el contexto de la Guerra fra. El resto de los canales de financiacin apenas fueran utilizados tanto por falta de oferta (las antiguas colonias no aparecan como clientes interesantes para la banca privada que orientaba sus actividades sobre todo al servicio de las compaas multinacionales), como de demanda (los costes financieros resultaban excesivos para los gobiernos del Sur). A lo largo de la dcada de los 70, comenzaron a tener importancia los fondos procedentes de Ayuda Oficial al Desarrollo, una vez que, tras la celebracin de la primera UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo) en 1962, tuviera lugar un proceso de negociacin ente los pases ms avanzados y el resto que culmin, el ao 1970, con el compromiso de las naciones ricas de destinar el 0,7 % del PNB a los pases en desarrollo en forma de donacin. Al mismo tiempo, el encarecimiento de los precios del crudo y la aparicin del circuito de los petrodlares convirti por primera vez en clientes de la banca privada internacional a las naciones del Sur. Sus altos niveles de crecimiento econmico, la abundancia de recursos, la recesin que afecto a los pases industrializados y los bajsimos intereses que predominaban en los mercados hicieron posible que las economas en desarrollo fueran destinatarias de ms de la mitad de los prstamos privados de la poca. El estallido de la crisis de la deuda externa en el ao 1982 con la subsiguiente suspensin de pagos de 16 pases subdesarrollados gener un cambio radical de panorama en las finanzas internacionales. La cada en picado de los crditos privados ante el problema de la morosidad- fue pareja al ascenso de los prstamos oficiales de emergencia (concedidos, sobre todo, por el FMI) destinados a atender los pagos inmediatos del servicio de la deuda. Al mismo tiempo, la Ayuda Oficial al Desarrollo a pesar de su moderado ascenso en trminos reales- recuper parte del protagonismo que haba perdido en los aos precedentes al ser una fuente de recursos ajena al nivel de solvencia de los Estados. Por otra parte, los inversores e intermediarios internacionales comenzaron a preferir las operaciones vehiculadas por ttulos (notas, bonos, acciones, participaciones) a aquellas de tipo crediticio, al entender que las

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primeras eran ms flexibles ante cambios en la coyuntura y permitan reducir los riesgos de las operaciones. Durante los aos 80 el nuevo crdito privado fue concedido muy mayoritariamente a clientes del Norte. Con la profundizacin del fenmeno globalizador, en la ltima dcada del siglo pasado y el inicio del actual se ha asistido a una diferenciacin y sofisticacin crecientes de los instrumentos financieros utilizados en la economa mundial. Destaca, especialmente, el auge experimentado por la inversin extranjera directa que acompaa al proceso de deslocalizacin y segmentacin productiva que ha llevado a numerosas empresas transnacionales a ubicarse en economas emergentes. Del mismo modo, el incremento de los flujos migratorios al que asistimos en los ltimos aos ha disparado el volumen de remesas que reciben los pases en desarrollo, hasta el punto que, hoy en da, es la fuente de financiacin del Sur ms cuantiosa. Por el contrario, las sucesivas crisis financieras que aquejaron a las economas emergentes desde la mitad de los aos 90, redujeron la euforia que haba caracterizado a la inversin en cartera desde la segunda mitad de los 80.

En definitiva, los mercados financieros internacionales se han ido adaptando a la evolucin general de la economa mundial, ofreciendo a los pases en desarrollo oportunidades y riesgos que se han repartido de un modo dispar. Si bien han sido importantes y crecientes los montos de ahorro externo que, de un modo u otro, han llegado al Tercer Mundo, no es menos cierto que esos fondos han afluido de forma muy aleatoria, no se han dirigido fundamentalmente a los Pases Menos Adelantados y su impacto sobre el desarrollo ha sido mucho ms modesto de lo que caba imaginar14. Los siguientes grficos permiten ilustrar la evolucin financiera descrita en las anteriores lneas, por lo que se refiere a las ltimas dcadas:

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Sorprendentemente, durante los ltimos aos han sido las economas emergentes de Asia las que han proporcionado la mayor parte de ahorro externo, mientras USA pasaba a ser el mayor deudor mundial.

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Tngase en cuenta que, en el grfico 1, la partida de acreedores oficiales incluye tanto los crditos procedentes de organismos pblicos y Estados como la ayuda oficial al desarrollo reembolsable15. Su peso ha perdido importancia con excepcin de los periodos afectados por crisis financieras en los que los prstamos de emergencia se dispararon. Del mismo modo, en el que muestra los flujos monetarios a pases en desarrollo 1990-2004 (con datos procedentes del Banco Mundial), los flujos oficiales incluyen la suma de crditos pblicos y la ayuda oficial al desarrollo en valores netos. Por eso, en determinados aos, alguna partida puede tener niveles negativos. Resulta especialmente significativo el peso creciente que han tenido en los ltimos tiempos la inversin extranjera directa y la partida de remesas. Tambin llama la atencin la tendencia descendente de los flujos oficiales que implica una reduccin del compromiso poltico del Norte con el Sur. Respecto a los flujos privados -que incluyen crditos e inversin en cartera- resulta llamativa tanto la cada de su importancia relativa como sobre todo- la enorme oscilacin de su cuanta, que afecta muy claramente a las posibilidades de crecimiento de los pases subdesarrollados. Durante los aos 70 fueron considerados la panacea del desarrollo pero, tras la crisis de la deuda, han perdido cierto atractivo y hoy se consideran parte de un conjunto de instrumentos crecientemente diversificados. GRFICO 2

FLUJOS MONETARIOS A PAISES EN DESARROLLO.1990-2004

Fuente: Organizacin Internacional de Migraciones: WORLD MIGRATION 2005.p. 270.

El comportamiento positivo de la inversin directa, uno de los componentes que ms ha crecido en las ltimas dcadas y en el que ms esperanza han puesto los especialistas en desarrollo -porque junto a la provisin de capitales incorpora factores estratgicos como la transferencia de tecnologa, las mejoras en la gestin empresarial y la ampliacin de la capacidad exportadora-, debe ser matizado por el hecho de que no se
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SUBDIRECCIN GENERAL DE ESTUDIOS SOBRE EL SECTOR EXTERIOR Y LA COMPETITIVIDAD: Fuentes de financiacin del desarrollo Boletn de Informacin Comercial Espaola n 2831 del 17 al 23 de enero de 2005, p. 4.

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ha dirigido a todos los pases en desarrollo sino que, por el contrario, ha tendido a concentrarse en poco ms de una docena de ellos16. No es cierto que la inversin empresarial haya abandonado los pases desarrollados para dirigirse al Sur de hecho entre dos tercios y tres cuartos de la inversin mundial es Norte-Norte- y, menos an, que se haya orientado a los pases con ms necesidades de financiacin. En realidad, en justa correspondencia con la lgica capitalista, las mayores inversiones se han realizado en pases que presentaban ventajas estratgicas: mano de obra barata y bien preparada, mercados amplios, fuerte crecimiento econmico, estabilidad macroeconmica, recursos naturales por explotar, etc. A este respecto, la existencia de una legislacin abierta e, incluso, incentivadora de la inversin extranjera se revela como una condicin necesaria pero de ningn modo suficiente para atraer la inversin. Como muestra el cuadro 1, Asia acumula la mayor parte de la inversin directa que llega a las economas en desarrollo, mientras frica y Oriente Medio se encuentran relativamente postergadas. No obstante, estas diferencias regionales pueden ocultar un fenmeno de mayor importancia: la concentracin de la inversin en unos pocos pases dentro de cada regin (en cada una de ellas, los cinco primeros pases del ranking acumulan ms del 75% de la inversin total de la zona). As, por ejemplo, entre 2000 y 2004, China recibi el 42% de toda la inversin destinada a pases en desarrollo de la regin asitica, mientras Brasil y Mxico acumulaban el 28% y el 25%, respectivamente, de la suya17. Parece claro que la inversin extranjera directa se ha concentrado en las economas ms grandes del Sur y, especialmente, en un reducido grupo de naciones con renta media baja. Los pases pequeos y los de renta baja han sido claramente postergados de este proceso. Y no olvidemos que en los Pases Menos Adelantados viven cerca de mil millones de las personas mas pobres del planeta.

Lo que no implica que fracciones menores de la Inversin Extranjera Directa no dejen de representar un volumen de recursos nada despreciable para pases muy pobres. Lo que s parece cierto es que, en estos casos, la capacidad de negociacin de los gobiernos con las corporaciones transnacionales es prcticamente nula, cuando no llega a formarse una alianza estratgica entre regmenes autoritarios e intereses empresariales forneos que resulta an ms nociva, como ilustran los ejemplos tristemente actuales de Birmania (cuya junta militar apuntalan las petroleras Chevron y Total), la Repblica Democrtica del Congo (sumida hace pocos aos en una guerra civil alimentada por los
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UNCTAD: Informe sobre las inversiones en el mundo. Anuario, ONU, Unidas, Nueva York y Ginebra. GARCA, Clara: Cmo hacer para que la inversin directa contribuya al cumplimiento de los objetivos del milenio, en OLIVIE Iliana y SORROZA, Alicia: Mas all de la ayuda. Coherencia de polticas econmicas para el desarrollo, Ariel, Barcelona, 2006, 174-177.

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intereses de empresas extranjeras) o, ms cercana a nosotros, Guinea Ecuatorial (donde empresas como Noble Energy y Amerada Hess USA- o la espaola REPSOL luchan por hacerse con parte de la extraccin del crudo) cuyo presidente, el dictador Obiang controla unas exportaciones de petrleo que situaron la renta per capita del pas en 2002 en el sexto lugar del mundo con 30.130 $ frente a los 21.460 $ de Espaa- al tiempo que el conjunto de la poblacin se encontraba entre las ms pobres del planeta y disfrutaba, ese ao, de una esperanza de vida que no alcanzaba los 50 aos18. El comportamiento de los fondos de ayuda al desarrollo desde mitad de los aos 80 queda reflejado en el siguiente grfico procedente del estudio de la Realidad de la Ayuda que publica anualmente Intermn-Oxfam19:

Puede observarse con claridad como el conjunto de los pases de la OCDE redujo su esfuerzo relativo a partir de finales de la dcada de los 80 pasando de aportar el 0,35 % de PNB que, con todo, no era sino la mitad de lo comprometido en 1970- a poco ms del 0,22 % en el ao 2000, con una leve remontada que se ha producido en los primeros aos del siglo XXI. Esta evolucin requiere algn comentario. El descenso relativo en los fondos donados que se situaron entre los 50.000 y los 60.000 dlares anuales en valor absoluto, cifra que se mantuvo constante a pesar de que el PNB de los pases segua creciendo-, denominado en la literatura especializada fatiga de los donantes se debe a numerosos factores entre los que destacan: el final de la guerra fra (y la menor necesidad de buscar aliados en el Sur por parte de las superpotencias); la mayor exigencia de la OCDE en que los fondos denominados de ayuda lo fueran realmente (anteriormente ocultaban partidas variopintas como la venta de armamentos o crditos a la exportacin encubiertos); el ascenso del neoliberalismo (con su rechazo a toda intervencin pblica o poltica en la economa); la publicacin de diversos estudios que cuestionaban el impacto positivo de la ayuda y los problemas presupuestarios de
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PNUD: Informe sobre el desarrollo humano 2004, p. 155. INTERMON-OXFAM: La realidad de la Ayuda 2005-2006, Barcelona 2006.

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muchos pases desarrollados (en USA por la poltica conservadora de sus gobiernos y en Europa por las exigencias de la convergencia macroeconmica establecida para adoptar el Euro). La relativa recuperacin a la que estamos asistiendo en los ltimos aos se debe a factores ambiguos: el ms positivo es la asuncin de los Objetivos del Milenio por parte del mundo desarrollado, aunque el esfuerzo efectuado hasta ahora sea la mitad del necesario para conseguirlos y que se ha estimado por las Naciones Unidas en el 0,5% del PNB. Por otra parte, los procesos de condonacin de la deuda externa de pases pobres han elevado notablemente la partida de AOD20. Si bien este fenmeno que llega muy tarde- puede suponer un alivio importante para algunas economas empobrecidas, no es menos cierto que, considerado en si mismo, no supone la llegada de nuevos fondos para el desarrollo, sino una reduccin en la sangra de flujos monetarios hacia el exterior. Por ltimo, existe un factor claramente perturbador de todo el proceso: el incremento de la AOD norteamericana la mayor en trminos absolutos como corresponde al tamao de su economa-, ya que incorpora en sus partidas el gasto derivado de los procesos de reconstruccin en Irak y Afganistn. Es lo que ya se conoce como proceso de securitizacin de la ayuda, al subordinar sta a operaciones de pacificacin posteriores a conflictos violentos. Posiblemente esos recursos son necesarios, lo que no est tan claro es que deban ser calificados de AOD. Algo parecido podra pensarse de la ayuda humanitaria, cuya necesidad es incuestionable pero que no contribuye realmente al desarrollo, sino a paliar situaciones desesperadas. Por lo que se refiere a la Ayuda No Oficial (la protagonizada directamente por las entidades de la sociedad civil) se estima que puede representar una cantidad mucho menor: entre el 10% y el 25% de la AOD, aunque, como hemos indicado antes, puede que su aprovechamiento relativo sea mayor.

Por ltimo ha de destacarse el fuerte dinamismo que han presentado las remesas en los ltimos aos hasta pasar a constituir la fuente mayor de ingresos para el Sur en el

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ATIENZA. Jaime: La deuda externa del mundo en desarrollo, AKAL, Madrid, 2002.

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ao 200621. Ha de tenerse en cuenta, adems, que la mayora de los organismos internacionales considera que las cifras reales son muy superiores a las oficiales debido a que muchos flujos se producen a travs de contactos personales amigos y familiaresy no quedan registrados en las estadsticas oficiales como ocurre habitualmente con las operaciones bancarias. El fenmeno tiene gran importancia porque la suma de unas reglas comerciales justas22 (que, al menos no discriminen a los ms pobres) y de una poltica migratoria razonablemente abierta podra proporcionar a los PSD casi diez veces la ayuda al desarrollo que han recibido e la ltima dcada23. Si bien es cierto que para los pases receptores este tipo de fondos como ya hemos sealado- presenta las mayores ventajas, dos cuestiones se encuentran actualmente sometidas a investigacin. En primer lugar, el destino final de los recursos y su contribucin al crecimiento que el BM ha estimado entre 1,5 y 3,17 dlares por cada dlar de remesas recibido (y que denota un fuerte efecto de apalancamiento). En segundo lugar, no est claro si estos flujos se mantendrn a largo plazo, lo que depender, bsicamente, de que la emigracin tienda a ser temporal situacin en la que los flujos se mantendran- o se convierta en definitiva con lo que los flujos tenderan a reducirse paulatinamente-, as como del modo en que terminen por configurase las polticas migratorias de los pases ricos (ms abiertas o ms restrictivas). Ni que decir tienen que tambin en materia de remesas resulta temerario generalizar, ya que el peso de la emigracin es muy diferente en cada pas, as como los patrones de comportamiento de la poblacin respecto a las remesas. 4. Los grandes problemas financieros desde la perspectiva del Sur El recorrido panormico que hemos realizado nos permite identificar cinco grandes desafos que la comunidad internacional debera abordar si desea proporcionar a los pases subdesarrollados los elementos necesarios par superar sus agudas carencias en el mbito financiero. Voy a presentarlos de un modo sinttico. Un primer reto, que afecta particularmente a los ms pobres tiene que ver con la debilidad de la Ayuda Oficial al Desarrollo y el insuficiente esfuerzo que se est realizando para alcanzar los Objetivos del Milenio que, en todo caso, no dejan de ser un programa de mnimos24. Hasta el momento, de los ocho objetivos, solo parece ir por un camino relativamente adecuado el de la reduccin a la mitad del la proporcin de pobres absolutos y ello no se debe tanto a la solidaridad internacional como a la buena evolucin econmica de China y, en menor medida, de India que son, por otra parte, los pases que -debido a su tamao- tienen un mayor nmero de pobres. Por el contrario, la evolucin de numerosos pases de Asia, Amrica Latina y, sobre todo, frica va en contra de los objetivos proclamados. Parece que el club de los ricos aumenta sus
ALONSO, Jos Antonio: Emigracin y desarrollo: implicaciones econmicas, en ALONSO, Jos Antonio (Ed): Emigracin, pobreza y desarrollo, Los libros de la Catarata, Madrid, 2004. ATIENZA, Jaime: Migraciones y remesas en la promocin del desarrollo, en OLIVIE Iliana y SORROZA, Alicia: Mas all de la ayuda. Coherencia de polticas econmicas para el desarrollo, Ariel, Barcelona, 2006. pp 111-161. 22 OXFAM: Cambiar las reglas. Comercio, Globalizacin y lucha contra la pobreza. Intermon-Oxfam, Barcelona 2002 . STIGLITZ. Joseph. y CHARLTON, Andrew: Comercio justo para todos, Taurus, Madrid, 2007. 23 DE LA DEHESA, Guillermo: Globalizacin, desigualdad y pobreza, Alianza Editorial, Madrid. 2003. 24 MARTNEZ OSS, Pablo: Objetivos del Milenio. Se puede acabar con la pobreza? PPC. Madrid, 2005.
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aportaciones, aunque lo hace con lentitud y, como ya se ha sealado, con notables ambigedades25. Por lo que se refiere a la AOD tan importante es elevar la cuanta de los fondos, como lograr que sean destinados a quienes ms los necesitan, se empleen en aquellas actividades que ms pueden contribuir a la erradicacin de la pobreza, se independicen de motivaciones e intereses espreos y sean gestionados ms eficientemente. Aunque la comunidad de donantes lleva dcadas mejorando los criterios capaces de generar una ayuda adecuada, los obstculos son an formidables. Por poner un ejemplo, mientras que, segn el Comit de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, la ayuda al desarrollo ha logrado superar los 106 mil millones de dlares en 2005, con una ratio per capita de 13,7 dlares (34$ por persona que vive en los pases en desarrollo) y un 0,21 % de la Renta Nacional Bruta (RNB) Mundial (12,4 % de la RNB de los pases en desarrollo), segn el Banco Mundial la estimacin del valor anual de los sobornos en el mundo es del orden de un trilln de USD, equivalente a 150 dlares per capita y un 3 % del PIB mundial (Rose-Ackerman , 2004)26. Un segundo desafo procede de la gestin de la crisis de la deuda externa, que, como sealaba un eslogan de los partidarios de la condonacin mas que deuda externa parece deuda eterna. Resulta evidente que no puede incentivarse el uso irresponsable de los fondos prestados y que en la utilizacin de los mismos hubo numerosos casos de corrupcin, despilfarro e incompetencia tanto en el bando de los acreedores como en el de los deudores. Pero no es menos cierto que los motivos que causaron la imposibilidad del pago del servicio de la deuda fueron sobre todo sistmicos y ajenos por completo a la responsabilidad y capacidad de respuesta del Sur: la brusca subida de los tipos de inters (en trminos nominales pasaron del 11 al 20 % del 1979 a 1982 y, en trminos reales, el ascenso fue mayor), la extraordinaria revalorizacin del dlar (en torno al 40%), el colapso en los mercados internacionales de mercancas (los aos 1981, 1982 y 1983 fueron los primeros desde la II Guerra Mundial en los que el comercio disminuy durante tanto tiempo) y la radical cada de los precios de las exportaciones del Sur (que algunas estimaciones sitan en torno al 35%). Veinticinco aos despus del estallido de la crisis de la deuda sta no ha hecho ms que crecer, a pesar de los desorbitados pagos derivados de los esquemas de reprogramacin (durante los aos 80 los tipos de inters medios de los crditos a los pases subdesarrollados llegaron a ser cuatro veces mayores de los que se aplicaron a clientes de pases desarrollados debido a la prima de riesgo) y los radicales programas de ajuste estructural que tantos pases del Sur han padecido27. Si en el caso de las deudas personales la legislacin de los pases desarrollados contempla la necesidad de que el deudor pueda seguir atendiendo a sus gastos elementales y si existen precedentes de condonacin internacional cuando las deudas se haban producido en situaciones excepcionales, parece razonable suponer que ya es hora de llevar a cabo una poltica mas ambiciosa que haga salir de la trampa de la deuda a las naciones que viven en la mayor postracin.

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Con todo, las cifras de 2006 muestran la primera cada en el volumen absoluto de la AOD en los ltimos 10 aos. La realidad de la Ayuda 2007-2008, Intermn-Oxfam, Barcelona, 2007. 26 ALCAIDE ZUGAZA, Laura y LARRU RAMOS. Jos Mara: Corrupcin, ayuda al desarrollo, pobreza y desarrollo humano Boletn Econmico de Informacin Comercial Espaola, n 2917, del 21 al 31 de julio de 2007, p 37. 27 CARRERA, Miguel y DE DIEGO, Dorotea: Deuda y desarrollo, en OLIVIE Iliana y SORROZA, Alicia: Mas all de la ayuda. Coherencia de polticas econmicas para el desarrollo, Ariel, Barcelona, 2006. pp 233-280.

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La prevencin y resolucin de las crisis financieras constituye otro de los objetivos que la comunidad internacional habra de asumir28. Cuando el impago del servicio de la deuda redujo el acceso al crdito a los pases afectados, las instancias internacionales impulsaron la apertura del Sur a las inversiones en cartera. Como consecuencia de este proceso y ante la llegada masiva de capitales a mercados estrechos y dbilmente regulados, se generaron diversas crisis financieras que aquejaron -durante la dcada de los 90- tanto a los mayores pases de Amrica Latina como a algunas economas en transicin de Europa Central y Oriental y a varias economas emergentes de Asia29. La estructura bsica del fenmeno se ha repetido una y otra vez. El pas en desarrollo, con gran esfuerzo, mantiene durante un cierto periodo de tiempo las variables macroeconmicas bajo control para ganarse la confianza de los inversores extranjeros. stos entran en el pas buscando nuevos y desconocidos mercados donde obtener ganancias a corto plazo, pero sin involucrarse en operaciones de inversin directa. Como consecuencia de esta masiva llegada de capitales, las cotizaciones de las bolsas se disparan y la moneda local se aprecia. Cuando los inversores consideran que las plusvalas son suficientes o cuando, por algn motivo fundado o imaginario, pierden la confianza en el pas, se dan las condiciones para llevar a cabo la venta de los ttulos anteriormente comprados. En ese momento se produce el riesgo de que la moneda del pas tienda a depreciarse (ya que los inversionistas forneos recuperan su dinero en grandes cantidades y lo convierten en divisas fuertes). Los organismos internacionales, en particular el FMI, animan al gobierno a mantener la paridad de su moneda con el fin de evitar el slvese quien pueda de los inversores que, obviamente, huiran si el valor internacional de sus activos cayera en picado. Para sostener su moneda el gobierno del pas emergente tiene que encarecer el crdito, gastar ingentes cantidades de divisas y, finalmente acudir al endeudamiento externo. Al final, el pas queda con menos recursos, con graves prdidas de los inversores locales, con las variables monetarias completamente desestabilizadas, altamente endeudado con el exterior y vindose obligado, por ltimo, a devaluar, lo que termina agudizando el problema del endeudamiento. Son numerosos los economistas que han criticado duramente tanto la irresponsabilidad con la que los OFI han presionado a las naciones del Sur para que iniciaran la apertura financiera, como sus recomendaciones y actuacin cuando las crisis se estaban desencadenando30. Resulta ciertamente sintomtico que el presidente del Banco Mundial reconociera pblicamente esta responsabilidad en pleno ejercicio de su mandato31. El fenmeno anteriormente descrito conduce a la conviccin de que el mundo necesita una profunda reforma de sus instituciones financieras internacionales. Diseadas para resolver los problemas de la economa mundial en la postguerra, resultan manifiestamente inadecuadas para regular unos flujos econmicos que son, hoy en da, mucho ms amplios que hace medio siglo y, sobre todo, mucho ms complejos. Antes o despus tendrn que cambiar las reglas y la distribucin del poder en los Organismos Econmicos Internacionales en un sentido democratizador si queremos evitar, no slo que el bloque de pases menos desarrollados contine postergado, sino que se generen situaciones que puedan desestabilizar al conjunto de la economa
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STIGLITZ, Joseph: Cmo lograr que funcione la globalizacin, Taurus, Madrid, 2006. STIGLITZ, Joseph: El malestar en la globalizacin, Taurus, Madrid, 2002. 30 AGLIETTA, Michel y MOATTI, Sandra: El FMI. Del orden monetario a os desrdenes financieros. AKAL, Madrid, 2000. 31 WOLFENSON, James D. (presidente del grupo Banco Mundial): La otra crisis. Discurso ante la Junta de Gobernadores, Washington D.C., 6 de octubre de 1998.

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mundial. As mismo, resulta evidente que, a medio y largo plazo, habr de instaurarse un sistema fiscal global que permita recaudar los recursos necesarios para enfrentarnos a los desafos globales (desnutricin, falta de agua potable, expansin de enfermedades, terrorismo internacional, crisis medioambiental). La economa global ha conducido a la aparicin de prcticas fraudulentas como la localizacin de los beneficios empresariales o los ingresos terroristas en parasos fiscales- que merman los recursos de los Estados y atentan contra los criterios mnimos de la justicia social32. Tambin en este terreno encontramos motivos para ampliar y mejorar la regulacin global. Cuando de bienes pblicos globales como estos se trata, resulta evidente que tendrn que ser financiados con las contribuciones econmicas y la participacin de todos33. Naturalmente, el formidable obstculo a superar es el predominio de los intereses particulares de los estados y su radical oposicin a ceder soberana a rganos supranacionales realmente democrticos. Entre tanto, distintos analistas y colectivos sociales exploran la adopcin de nuevas fuentes de financiacin: lotera mundial, impuesto sobre las emisiones de CO2, tasa Tobin, sobre los movimientos financieros internacionales-, contribuciones de las Corporaciones Transnacionales, impuesto sobre el trfico areo, etc34. Si bien para algunos estas iniciativas son utpicas dada la desfavorable correlacin de fuerzas que se da entre sus defensores y sus detractores, no dejan de tener perfecto sentido para la racionalidad econmica y, en definitiva, no son sino la traslacin a la esfera internacional de algo que est perfectamente establecido en el interior de la mayora de los pases, e, incluso, de realidades supranacionales como la Unin Europea . Lo que causa sonrojo es que, por ejemplo, el mundo pretenda atender las necesidades bsicas de la infancia y sostener las actividades de UNICEF recaudando fondos a travs de la venta de Chrismas en el periodo navideo. Esta realidad me parece pattica, reflejo fiel de los lejos que estamos de una verdadera solidaridad internacional basada en la justicia y el derecho. No deseara, por ltimo, situar de forma maniquea las responsabilidades en el campo exclusivo de los pases ricos. Aunque para ciertos regmenes populistas y demaggicos resulte rentable polticamente echar la culpa de todos los problemas econmicos a los agentes del imperialismo -las empresas multinacionales y los Organismos Financieros Internacionales-, resulta evidente que las naciones en desarrollo tienen mucho que mejorar en materia de gestin financiera. Los OEI pueden haber fallado reiteradas veces en su cometido, se encuentran sin duda- en manos de los pases capitalistas avanzados e, incluso, han podido ser, con frecuencia, mdicos que han agravado ms la dolencia de sus pacientes, que aliviado su enfermedad. Con todo, creo que resulta a todas luces preferible disponer de un entramado institucional internacional que gestione la marcha de la economa a dejar al mercado toda la cancha, cuando los actores que intervienen en el mismo poseen caractersticas estructurales tan diversas. Sin embargo el juicio ms o menos crtico que merecen los OEI, no exime de graves responsabilidades a los gobiernos de muchos pases subdesarrollados. Por eso, es una certeza crecientemente compartida que, tan necesaria como una buena gobernanza de la economa global, es conseguir prcticas de buen gobierno en las naciones en desarrollo. Si algo constatan las investigaciones actuales sobre el impacto de la cooperacin al desarrollo es que ste depende predominantemente- de las condiciones
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HERNNDEZ VIGUERAS, Juan: Los parasos fiscales, Akal, Madrid, 2005. ALONSO, Jos Antonio: Bienes pblicos globales y cooperacin, en La realidad de la Ayuda 20022003, Intermn Oxfam, Barcelona, 2002 pp. 127-153. 34 FITZGERALD, Valpy: Nuevas fuentes de financiacin para el desarrollo, Claves de la economa mundial 2006, ICEX-ICEI, Madrid, 2006. pp. 31-37.

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sociales, polticas y econmicas del pas receptor. Un marco institucional inadecuado y una regulacin econmica equivocada esterilizan todos los esfuerzos de la Ayuda. A pesar de que resulte impopular recordarlo, es cierto que el caos macroeconmico tiene consecuencias nefastas sobre el crecimiento y que sin negar la evidente asimetra de las relaciones econmicas Norte-Sur- la arbitrariedad, la corrupcin y la falta de capacidad tcnica de muchos gobernantes del Sur son la causa principal de la postracin de sus pueblos. Aunque tambin es cierto que los Organismos Financieros Internacionales deberan ser capaces de proporcionar un asesoramiento tcnico no doctrinario y facilitar financiacin a partir de esquemas mucho ms adecuados a las necesidades, caracterstica e intereses de las economas en desarrollo, sin aplicar indiscriminadamente las prescripciones estandarizadas del neoliberalismo. Si algo ensea el xito de las economas emergentes es que, tampoco en el campo financiero existen recetas par el xito, sino complejas estrategias en las que el ahorro interno y el externo, el crdito y la inversin en cartera, la Ayuda Oficial al Desarrollo y las remesas deben ser utilizados inteligente y complementariamente35. 5. Conclusin Si algo genera al mismo tiempo esperanza e indignacin, en las personas que tienen una mnima sensibilidad tica, es saber que con los recursos de los que disponemos la pobreza absoluta podra ser erradicada en poco aos con un coste econmico que las Naciones Unidas han estimado en slo el 2% del PNB de los pases econmicamente desarrollados. Como se indicaba anteriormente, la factura para alcanzar los Objetivos del Milenio que no dejan de ser modestos- supondra exclusivamente el 0,5% del PNB del Norte. En la actualidad, el esfuerzo de la solidaridad procedente de los estados se sita en torno a la mitad de esa cifra. Como sealaba con claridad el Informe sobre le desarrollo humano 2005 del PNUD: El tsunami fue una tragedia altamente visible, impredecible y, en gran medida, inevitable. Existen otras tragedias menos notorias, fciles de evitar y predecibles por su exasperante regularidad. Cada hora que pasa y sin acaparar la atencin de los medios, mueren ms de 1200 nios. Esto equivale a tres tsunamis mensuales, todos los meses, que alcanzan a los ciudadanos ms vulnerables del mundo: los nios. Las causas de la muerte varan, pero la abrumadora mayora se debe a una nica patologa: la pobreza. A diferencia del tsunami, esta patologa se puede prevenir. Con la actual tecnologa, recursos financieros y acumulacin de conocimientos, el mundo tiene la capacidad de superar la pobreza extrema. Sin embargo, como comunidad internacional permitimos que la pobreza destruya la vida a una escala que por su envergadura eclipsa el impacto del tsunami36. El anlisis de la situacin efectuado en las anteriores pginas ha puesto de relieve que el desarrollo no es cuestin exclusiva de dinero, sino de profundas transformaciones estructurales que requieren un compromiso compartido entre los gobiernos del Norte y del Sur, en coordinacin con los Organismos Econmicos

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BUSTELO, Pablo: Economa poltica de los nuevos pases industriales asiticos, Siglo XXI, Madrid, 1990, BUSTELO, Pablo; GARCA, Clara y OLIVI, Iliana: Economa contempornea de Asia Oriental, Planeta, Barcelona, 2004. WATKINS, Kevin: Crecimiento econmico con equidad, Intermn-Oxfam, 1999. PNUD: Informe del desarrollo humano 2005, Mundiprensa, Madrid 2005, p.1

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Internacionales y con la participacin directa de la sociedad civil. Es cierto que un nmero no desdeable de economas en desarrollo han mejorado su situacin econmica gracias a la llegada de recursos financieros de todo tipo: crditos, inversiones directas, ayuda, remesas, etc... Pero no es menos cierto que las magnitudes de la pobreza y la desigualdad son insultantes y que los Pases Menos Adelantados o subcontinentes enteros como frica Subsahariana se encuentran hoy igual o peor que hace varias dcadas, ya que la ayuda es insuficiente para paliar sus necesidades y resultan poco interesantes par la iniciativa privada. Los recursos financieros se han dirigido al Sur de una manera creciente, pero se han concentrado fuertemente en el par de docenas de economas emergentes cuyo dinamismo econmico y dimensin de mercado resultan atractivos para empresas e inversores. Si en el terreno financiero mundial la lgica del mercado no es complementada o corregida por una accin redistributiva ms intensa, anloga a la que, por otra parte, se practica habitualmente dentro de los pases o de la Unin Europea, un tercio de la humanidad continuar en la miseria. Terminemos, no obstante, con unas palabras moderadamente esperanzadoras del economista norteamericano Jeffrey Sachs recogidas en la presentacin de su best-seller El fin de la pobreza: Este libro trata del final de la pobreza en nuestra poca. No es un pronstico. No estoy prediciendo lo que ocurrir, sino tan solo explicando lo que puede ocurrir. Actualmente, ms de ocho millones de personas mueren todos los aos en el mundo porque son demasiado pobres para sobrevivir. Nuestra generacin puede optar por erradicar esta pobreza extrema en el ao 202537. Thats the cuestion, podemos erradicar la pobreza extrema pero, para lograrlo, habr que hacer un esfuerzo social, poltico y econmico mucho mayor. Dudo que este sea posible si no aumentan, paralelamente, la sensibilidad de la sociedad hacia la injusticia y la implicacin ciudadana ente los desafos de la sociedad global.

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SACH, Jeffrey: El fin de la pobreza, Ed. Debate, Barcelona 2005, p. 25.

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