Apuntes Sobre Lacan
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INTRODUCCIN A LACAN
I Graffittis en el muro
Tenemos, pues, el plano del espejo, el mundo simtrico de los ego y de los otros homogneos. De l debe distinguirse otro plano, que llamaremos el muro del lenguaje. El lenguaje sirve tanto para fundarnos en el Otro como para impedirnos radicalmente comprenderlo. Y de esto precisamente se trata en la experiencia analtica. El sujeto no sabe lo que dice, y por las mejores razones, porque no sabe lo que es1. El ser humano ocupa un particular lugar en el mundo, en la medida en que no posee una relacin directa con el mismo, o con lo que podramos denominar la naturaleza, de la que se encuentra separado por un muro, que Lacan denomin como el muro del lenguaje. Sabemos que existen personas, objetos, ideas pero este conocimiento slo es aprehensible por medio del lenguaje que hace las veces de mediador, introduciendo al smbolo como creador de la realidad propiamente humana, y despojando al sujeto de una relacin instintiva o natural con el mundo. El smbolo se manifiesta en primer lugar como asesinato de la cosa2, con lo que el lenguaje establece un ordenamiento en la experiencia humana que Lacan denomin como orden simblico y que, anudado a lo imaginario y lo real, conforma la estructura subjetiva del hombre. El hombre se encuentra apresado por el lenguaje, rodeado por las paredes del muro (del que, en el caso ms favorable, nunca saldr), aunque no por esto es un ser pasivo: tambin habla, y su discurso muchas veces lo desconcierta: no entiende lo que dice, le extraan sus sueos, sus sntomas, dice ms (o menos) de lo que quiere decir, verdaderos graffittis del discurso, en los que Freud supo escuchar la verdad del deseo inconsciente del sujeto a travs de sus formaciones (sueos, chistes, sntomas neurticos, actos fallidos, fantasas). Ser a partir de la experiencia freudiana y de los aportes de otras disciplinas (tomaremos, para nuestro desarrollo, a la lingstica estructural) que Lacan podr enunciar uno de sus
Lacan, Jacques: Seminario 2 El yo en la teora de Freud y en la tcnica psicoanaltica, pags. 26667, Ed. Paids, 1991. (Las cursivas son del original; las negritas me pertenecen). 2 Lacan, J.: Funcin y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanlisis, pg. 307; en Escritos, tomo 1, Ed. Siglo XXI, 1988.
postulados fundamentales: el de que El inconsciente est estructurado como un lenguaje*. En la explicacin de esta tesis consistir el desarrollo del presente trabajo. II La Lingstica Estructural de Ferdinand De Saussure Del lenguaje se ocupa la lingstica, podramos decir. De hecho, fue de un tenor similar la objecin que los lingistas le formularon a Lacan, como veremos ms adelante. Pero puede decirse, con absoluta justicia, que la lingstica como ciencia, la lingstica moderna, debe su estatuto y sus blasones a Ferdinand de Saussure, creador de la lingstica estructural y sin el cual no hubiera habido lingistas en condiciones de refutar a Lacan. Muy lejos queda nuestra intencin de presentar toda la teora de de Saussure; slo abordaremos aquellos aspectos fundamentales, que hicieron de su obra uno de los referentes ineludibles para comprender los desarrollos de Jacques Lacan. A los lectores interesados en ampliar esta temtica remitimos a la clsica obra Curso de lingstica general, que se consigna en la bibliografa del presente trabajo. En primer lugar, de Saussure establece una clara diferencia entre lengua y habla, sealando que el objeto de estudio de la lingstica es la primera. La lengua es un hecho social y consiste en un sistema de signos de significado convencional, y de igual valor para todos los miembros de la comunidad que la utiliza. El valor universal de la lengua permite la comunicacin entre las personas, lo que sucede por medio del habla, a la que definiremos como el uso individual de los signos. Sealadas estas diferencias, abordaremos ahora un elemento que encontramos tanto en la lengua como en el habla: el signo, verdadero articulador entre estas dos dimensiones, y por ello estructural en el lenguaje, el signo se sita en la base misma, en el fundamento del lenguaje (ningn elemento contingente podra servir de nexo entre lengua y habla, que son, como dijimos, las dos dimensiones que adquiere el lenguaje). Dice de Saussure: Lo que el signo lingstico une no es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acstica. La imagen acstica no es el sonido material, cosa puramente fsica, sino su huella psquica, la representacin que de l nos da el testimonio de nuestros sentidos. Unin que, adems, es arbitraria: El lazo que une el significante al significado es arbitrario; o bien, puesto que entendemos por signo el total resultante de la asociacin de un significante con un significado, podemos decir ms simplemente: el signo lingstico es arbitrario. As, la idea de sur no est ligada por relacin alguna interior con la secuencia de sonidos s-u-r que le sirve de significante, podra estar representada tan perfectamente por cualquier otra secuencia de sonidos. Sirvan de prueba las diferencias entre las lenguas y la existencia misma de lenguas diferentes: el significado buey tiene por significante bwi a un lado de la frontera franco-espaola y bf (boeuf) al otro, y al otro lado de la frontera franco-germana es oks (Ochs) 3. El grfico siguiente nos muestra la estructura del signo: Sdo Sgte = Concepto Im. Acst.
Las citas que aparecen sealadas por un asterisco no corresponden a un texto en particular, sino que aparecen en tantos textos y mencionadas tantas veces por Lacan, que dejamos al lector la tarea de comenzar la lectura del autor francs para encontrarse con ellas. 3 De Saussure, Ferdinand: Curso de lingstica general, pag. 130, Ed. Losada, 1945. (Las cursivas pertenecen al original).
En este grfico, la barra representa la unin indisoluble entre significado y significante. Es en la comunicacin en donde entran en juego los tres elementos destacados: un sujeto (que hace las veces de emisor) selecciona signos de la lengua y los combina mediante el habla, constituyendo as un mensaje dirigido a otro sujeto (receptor). La estructura de la comunicacin podra graficarse de la siguiente manera:
Naturalmente, la comunicacin slo es posible si los signos poseen ya un valor predeterminado e igual para todos los sujetos, valor que est establecido por la lengua (dimensin sincrnica del lenguaje) y que por ello posibilita que el habla (dimensin diacrnica) se transforme en comunicacin. III Lacan y el inconsciente estructurado como un lenguaje Sealar que el lenguaje es el fundamental creador de la realidad humana no es poco; pero descubrir y sealar cul es la estructura del mismo supone un paso decisivo. Es lo que hizo de Saussure. Considerar al hombre como un ser racional, con conciencia de s mismo, de su ser y su finitud, capaz de organizar su existencia mediante una abstraccin las leyes- es destacar un hecho sin parangn en la naturaleza; pero demostrar que la razn y la conciencia son slo un nfima parte del sujeto y que los puntos claves de la existencia humana se ven sobredeterminados por un sistema el Inconsciente desconocido para el yo, supone un paso decisivo en la consideracin de la Humanitas. Es el que dio Freud. Lacan orientar su bsqueda terica desde la obra freudiana el psicoanlisis- hacia el lenguaje de Saussure mediante, en pos de determinar cul es la relacin entre los dos factores claves de la existencia humana (el inconsciente y el lenguaje). El primer paso es obvio: el sueo, el lapsus, el chiste, el sntoma neurtico son fenmenos de lenguaje, tal como lo resalta Lacan: La funcin de la palabra slo puede explicarse al definir el campo del lenguaje. Esos dos trminos son el ttulo de un discurso que pronunci en Roma, en 1953, y del cual surge mi escuela despus de muchas dificultades. Mi escuela es freudiana, y eso no debe extraar, ya que demostr claramente que los testimonios aportados por Freud de la existencia del inconsciente, de los sueos, de los lapsus y ocurrencias, slo son interpretables sobre el texto de lo que se dice a travs de la palabra del propio interesado. Este es un hecho patente en las tres obras que Freud ha escrito sobre cada uno de esos temas y que constituyen el punto de partida de su pensamiento4. Referencias como stas son innumerables en la obra de Lacan, pero slo nos aproximan a la cuestin planteada, indicando que las formaciones del inconsciente son hechos de lenguaje. La pregunta, entonces, subsiste: de qu manera se articulan estas dos estructuras inconsciente y lenguaje? En primer lugar, notamos que, cuando del inconsciente se trata, no es aplicable la relacin establecida por de Saussure entre significado y significante a partir del signo lingstico, dado que el sentido de, por ejemplo, un sueo, es singular, individual, vlido nicamente para el sujeto que lo so (por ello es que no se puede hablar de un simbolismo onrico). Este hecho
Entrevista realizada a Jacques Lacan, y publicada en el libro Freud y el psicoanlisis, pag. 11, Ed. Salvat, 1973.
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contrasta con la universalidad del signo, con el valor que posee el signo para toda la comunidad que lo utiliza, a partir de la lengua comn. Un solo ejemplo nos bastar para demostrar lo expresado: el sueo freudiano conocido como la Mesa redonda. Dice el contenido manifiesto de ese sueo: Varias personas comiendo juntas. Reunin de invitados o mesa redonda... La seora E.L. se halla sentada junto a m, y coloca con toda confianza una de sus manos sobre mi rodilla. Yo alejo su mano de m, rechazndola. Entonces dice la seora: Ha tenido usted siempre tan bellos ojos!... En este punto veo vagamente algo como dos ojos dibujados o el contorno de los cristales de unos lentes...5 Qu quiere decir este sueo? Est fuera de toda duda que el relato de su sueo por parte de un sujeto constituye un hecho de lenguaje, mas: cmo aplicar la estructura del signo en este caso? Cmo aplicar el significado sobre el significante, siendo que, precisamente, el significado se escabulle por todos lados, sin dejarse aprehender? Cmo decir qu es lo que significa este sueo con la frmula del signo? Desde luego, poseemos el recurso de afirmar que los sueos (o los lapsus, o los sntomas, etc.) son fenmenos absurdos, carentes de sentido y no merecen, por tanto, nuestra atencin ni nuestro inters. Atajo disponible hasta que el maestro viens lo cerr, demostrando que todos los fenmenos mencionados poseen una lgica y un sentido, perfectamente comprensibles luego de realizado su anlisis. Porque el punto clave es ste: los sueos (o cualquier formacin del inconsciente) poseen un sentido, dicen algo, son un mensaje, tal el descubrimiento de Freud. Pero el primer psicoanalista llega a esta conclusin por medio de una va sorprendente, inslita hasta ese momento: las ocurrencias espontneas de sus pacientes. La asociacin libre, regla tcnica fundamental del psicoanlisis, consiste en que el paciente (el analizante) diga lo primero que se le ocurra, sin previa reflexin ni crtica, con lo que se produce un material en apariencia azaroso, pero que a partir de la interpretacin del analista va resignificndose y ordenndose, con lo que comienza a aparecer en el discurso del sujeto un sentido desconocido para l mismo hasta ese momento, pero que, paradjicamente, le es propio. Con ello, entramos ya en el terreno del inconsciente que podemos considerar como un discurso incomprensible para el yo, un mensaje que necesita ser traducido para comprender su texto, labor que slo es posible a partir del psicoanlisis. Con estas premisas claves, Lacan realiza su lectura de de Saussure de la que extrae una conclusin fundamental: el significante posee una radical supremaca por sobre el significado, siendo el segundo un efecto del primero. Podemos apreciar que Lacan conserva los dos trminos introducidos por de Saussure en el signo lingstico, pero invertidos: Significante (S) significado (s)
En donde la barra representa la separacin estructural entre significante y significado. Lo que nos lleva a considerar qu es, para Lacan, un significante. Sabemos ya que para de Saussure era la imagen acstica, la representacin mental del concepto; mas, Lacan lo definir de un modo diferente: un significante es lo que representa a un sujeto para otro significante*. Definicin sta, a primera vista, un tanto extraa pero sostenida por una solidez lgica (y clnica) que veremos a continuacin.
Freud, Sigmund: Los sueos pag. 723, Ed. Biblioteca Nueva, 1981.
Retomemos el sueo freudiano de la mesa redonda. El contenido manifiesto no nos arroja ninguna luz sobre el significado del mismo, aunque no deja de ser una representacin mental: un significante. Representacin que slo va aclarando su sentido en la medida en que se le asocian otras representaciones (es decir, otros significantes) que van constituyendo una cadena, lgicamente eslabonada, que es lo que Freud denomin como cadena asociativa. En el ejemplo mencionado, mesa redonda es un significante que representa a Freud, pero no para otro sujeto, sino para otro significante: la mujer, la deuda, la paternidad, el amor, son algunos de los significantes que se destacan en la larga serie asociativa que se desprende a partir del contenido manifiesto del sueo, y que va aclarando el significado del mismo. Por ello, otra forma de definir al significante es la de mencionarlo en trminos de una cadena, a partir de la cual se va gestando, retroactivamente, el significado. En base a estas consideraciones, el esquema inicial que introducimos para explicar la teora de Lacan (significante sobre significado), se vera corregido y precisado de la siguiente forma: S1S2S3S4Sn significado
Si el significante es una cadena, se deduce que son necesarios al menos dos significantes, para producir un efecto de sentido. Un sntoma neurtico no es, inicialmente, un significante; pero si al sntoma se agrega alguna asociacin que, retroactivamente, aclara su sentido, estamos ya en la dimensin del significante. Isabel de R. acude a Freud derivada por un mdico, que la diagnostica como histrica. Sus sntomas eran dolores en las piernas y dificultades para andar, cuyo origen no era orgnico. Qu sentido tiene este sntoma? Qu mensaje expresa? Imposible saberlo, se nos presenta como un jeroglfico similar al contenido manifiesto de un sueo. Mas la labor de anlisis arroja algunas luces que permiten leer y comenzar a comprender el texto que un sntoma constituye. Dolores en las piernas, dificultad al andar (sgte 1) se asocia con lo sola que estaba (sgte 2) (stehen significa en alemn tanto estar como estar en pie) en ocasin de una serie de infortunios familiares. Se asocia, adems, con el sentimiento de su impotencia y la sensacin de que no lograba avanzar un solo paso en sus propsitos (sgte 3) de reconstruir la felicidad familiar, etc.6 En este ejemplo podemos apreciar cmo el significado se constituye retroactivamente, como efecto de la cadena significante. Que no hay primaca del significado se demuestra por el hecho de que un sntoma similar en su forma en dos sujetos, posee un significado diferente para cada uno de ellos. Propiedades del significante Para finalizar este punto, destacamos que el significante posee dos propiedades: la materialidad y la combinacin. Con materialidad hacemos alusin a que cada significante es diferente de los dems y es ste hecho el que posibilita la relacin de los mismos, es decir, su combinacin. De este modo, las propiedades del significante hacen que ste se exprese, estructuralmente, en forma de una cadena: lo que Freud denomin como la cadena asociativa, que no es otra cosa que la puesta en juego del discurso (inconsciente) del sujeto. Finalmente, estas propiedades del significante estn relacionadas con las figuras retricas del lenguaje: la materialidad se articula a la metfora, y la combinacin a la metonimia, figuras retricas que se constituyen, adems, en las leyes del lenguaje, como veremos ms adelante.
Freud, S.-Breuer, J.: Estudios sobre la histeria, pags. 118-9, Ed. Biblioteca Nueva, 1981.
La puntada, puntos de capitn o puntos de almohadillado. El punto de basta De lo expresado hasta ac surge un interrogante: el deslizamiento de la cadena significante es indefinido? Lacan sostiene que no, y para explicarlo introduce los conceptos de puntada, o puntos de capitn; y el de punto de basta. Antes de proseguir, consideramos oportuno introducir una cita, que explica con mucha claridad qu es un punto de capitn: Es lo que se conoce en tapicera como capiton. Ingenuamente uno pensara que esos botones aparecen cosidos uno a uno y esto sera anlogo a los signos en el sentido saussureano. En verdad el capiton no se hace as, sino que se trata de un entrecruzamiento de hilos que por tensin producen las depresiones en la superficie, tambin llamadas puntos de almohadillado. Lo que hay que retener es que todos estos puntos se producen simultneamente al tirar de los hilos y no uno a uno. La puntuacin de una frase es anloga a la tensin de los hilos; tiene por resultado el abrochamiento del sentido que resulta retroactivo y que se presenta como una unidad. Ejemplifiquemos: Un. Un hombre. Un hombre bien. Un hombre bien parecido. Un hombre bien parecido al mono.7 El discurrir de la cadena significante no es infinito ni tampoco azaroso; si las ocurrencias del sujeto no nos aportan, al principio, claridad alguna, de a poco van, interpretacin del analista mediante, ordenndose en un sentido lgico, en el que puede ya leerse un discurso, un mensaje, estructurado por el inconsciente del sujeto. Freud expresa, con respecto a la cadena asociativa, que los pensamientos mismos van formando, con admirable docilidad, cadenas lgicamente eslabonadas, en las cuales se repiten como centrales determinadas representaciones8. Estas representaciones centrales tienen una estructura metafrica, cuyo efecto es dar un sentido a las dems representaciones. Son los puntos de capitn. En el sueo de la mesa redonda, que ya mencionamos anteriormente, los puntos de capitn son las ideas que tienen que ver con la deuda, la mujer, el amor; en el anlisis de ese sueo nos da la impresin de que todas las representaciones desembocaran en dichos temas, que de este modo producen un efecto de puntada, resignificando el discurso del sujeto y estableciendo su sentido. Pero Lacan habla tambin de un punto de basta, que implica una detencin de la cadena significante, el punto de basta por el cual el significante detiene el deslizamiento, indefinido si no, de la significacin9. En el sueo freudiano que nos va sirviendo de ejemplo, encontramos este punto de basta, precisamente en el momento en que Freud expresa que En el tejido cuya trama nos descubre claramente el anlisis podra yo ahora separar ms los hilos y demostrar que van a unirse todos en un nudo nico; pero consideraciones de naturaleza no cientfica, sino privada, me impiden llevar a cabo en pblico tal labor10. El acceso a las representaciones inconscientes reprimidas determina, segn Freud, el efecto de sentido que adquiere el discurso del sujeto una vez realizado el anlisis; efecto de sentido que da una ltima puntada al discurso (el punto de basta), resignificando toda la cadena significante, y deteniendo el deslizamiento de la misma.
DAngelo, R.; Carbajal, E.; y Marchilli, A.: Una introduccin a Lacan, Ed. Lugar, 2000, pag. 35. Freud, S.: Los sueos, pag. 725, Ed. Biblioteca Nueva, 1981. (Las cursivas me pertenecen). 9 Lacan, J.: Subversin del sujeto y dialctica del deseo en el inconsciente freudiano, pag. 785, en Escritos, tomo 2, Ed. Siglo XXI, 1988. 10 Freud, S.: Ibid (8), pag. 725. (las cursivas me pertenecen).
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En conclusin, significado y significante, las dos dimensiones que estructuran al lenguaje, y que de Saussure articula en el signo lingstico, son retomadas por Lacan quien las sita en otra articulacin, precisamente invierte la frmula saussuriana y demuestra la supremaca del significante por sobre el significado. Significado o Efecto de sentido Hasta este momento nos hemos manejado con un trmino que pertenece, en realidad, al campo de la lingstica: el significado. Lo vimos como un efecto de la cadena significante, como lo que se constituye al final del deslizamiento significante y es singular, particular para cada sujeto. Al ser, de esta manera, sumamente variable, Lacan intenta sustituir la rigidez que transmite el concepto de significado en tanto se ve relacionado con la inmutabilidad del concepto, cuando en psicoanlisis se trata de la singularidad del deseo, y de cmo ste se constituye y expresa a travs del significante (que, como vimos, es siempre parte de una cadena). Decamos, as, que Lacan busca reemplazar el trmino significado por otro que exprese mejor lo que es el resultado de la cadena significante. A tal fin, emplea el concepto de significancia al principio y tambin al final de su obra. En el transcurso de sta, utiliza tambin los trminos de significacin, efecto de significacin y efecto de sentido. Nos inclinamos por este ltimo, dado que la significacin se establece entre lo imaginario y lo simblico, quedando as lo real elidido; en tanto que el sentido es el efecto de una interseccin entre lo simblico y lo real, en el que se diluyen los efectos imaginarios. Aunque no desarrollaremos el tema de los tres registros (slo estamos exponiendo una introduccin al orden simblico) y su interrelacin, nos importaba dejar establecido en qu contexto y dentro de qu lmites hablamos de significado, y porqu nos parece ms atinado su abordaje en trminos de un efecto de sentido. Ahora bien: estas diferencias que vamos marcando desde la teora lacaniana nos indican que de Saussure estaba equivocado? De ninguna manera. El signo es una realidad, constituye un hecho, y si la teora saussureana trae aparejada una verdadera revolucin en la lingstica es porque logra ordenar ciertos fenmenos en un contexto conceptual que los explica convenientemente, adquiriendo un status verdadero y rigurosamente cientfico. Sin embargo Lacan tampoco estaba equivocado y la subversin de la teora saussureana que ste realiza debe situarse en un eje mucho ms amplio: el de la subversin freudiana que, precisamente, invierte la valoracin que el hombre posea de s mismo hasta ese momento. Antes de Freud, dotado de razn y conciencia, y por ello dueo de s, de su ser, de su voluntad; despus de Freud, un extranjero en su propia casa, sobredeterminado por el inconsciente, verdadero sistema que marca, sin que el sujeto (el yo) lo sepa, el sentido de su existencia. Explicaremos esta diferencia de un modo ms metodolgico y conceptual: la teora saussureana se encuentra limitada a lo que Freud llam proceso secundario y que recordaremos, se caracteriza por un tipo de energa ligada, que trae aparejada una identidad de pensamiento. Las consecuencias son evidentes: si mencionamos la palabra casa, cada sujeto se representar un lugar donde viven las personas: unin entre significado y significante, posibilitada por la identidad de pensamiento y que consiste en que la energa psquica permanece ligada a una representacin determinada, sin que se desplace permanentemente a otras representaciones. Otro caso es el de los procesos primarios, que son inconscientes, y en los cuales la energa fluye libremente de una representacin a otra mediante desplazamientos y condensaciones, y en los que Freud encuentra una identidad de percepcin. Las consecuencias de este libre fluir de la energa a travs de las representaciones son situar al significado como contingente, y como efecto de la cadena significante: La casa es hermosa nos revela un significado que se
transforma por completo slo con un ligero desliz, un pequeo desplazamiento: La caza es hermosa ya posee otro sentido, dado que condensa otra serie diferente de ideas. Lacan y de Saussure se sitan, en sntesis, en dos rdenes diferentes: uno se ocupa del inconsciente el analista y otro del yo el lingista. Metfora y metonimia Otro de los fundamentos es adoptado por Lacan en base a la sugerencia de su amigo Roman Jakobson, lingista ruso de la Escuela de Praga, y contemporneo del analista francs. Jakobson, si bien est lejos de desautorizar a De Saussure, centra su inters en aspectos que van ms all del signo lingstico, y sostiene que el lenguaje se organiza de acuerdo con dos grandes ejes: el paradigmtico y el sintagmtico. Desarrollaremos brevemente cada uno de ellos. El eje paradigmtico es el eje de las sustituciones, lo que indica que, en el registro de la lengua, podemos encontrar trminos equivalentes intercambiables entre s (podemos decir mesa redonda o mesa circular), lo que abre la posibilidad de sustituir una palabra por otra. Es el eje en el que se sita la metfora: si decimos que un manto negro envolvi a la luna, estamos sustituyendo un significante por otro, ya que la palabra noche no aparece mencionada, aunque conserva una relacin con el significante anterior. Ahora bien: cmo logramos discriminar que este manto negro es la noche y no, por ejemplo, una nube? Para ello es necesario considerar la ubicacin de este significante en la cadena, en su relacin con los que lo preceden y los que le siguen, y esto ya nos lleva al eje sintagmtico del lenguaje. El eje sintagmtico es el de las combinaciones, se sita en el habla, y la figura retrica que le corresponde es la metonimia. Si hablar es establecer relaciones entre significantes, la metonimia es definida como la parte por el todo: si decimos poner la mesa, se entiende que el sentido apunta a colocar el mantel, servilletas, platos, cubiertos, etc., a efectos de almorzar o cenar; se apunta a la relacin entre varios elementos unidos en contigidad, aunque slo se mencione uno, incluido en presencia (la mesa). Otras formas que adopta la metonimia son aquellas en que se mencionan como el autor por la obra (por ejemplo, leer a Freud) o el continente por el contenido (por ejemplo, tomar un vaso de agua). En estos casos encontramos tambin una asociacin de elementos dada por contigidad, aunque la definicin que expresa a la metonimia como la parte por el todo nos parece ms abarcativa, a raz de lo cual trabajaremos con ella. Dicen los lingistas: Para Jakobson, la interpretacin de toda unidad lingstica pone en marcha en cada instante dos mecanismos intelectuales independientes: comparacin con las unidades semejantes (= que podran por consiguiente reemplazarla, que pertenecen al mismo paradigma), relacin con las unidades coexistentes (= que pertenecen al mismo sintagma). De este modo, el sentido de una palabra est determinado a la vez por la influencia de las que le rodean en el discurso, y por el recuerdo de las que podran haber ocurrido en su lugar. (...) esta dualidad es para Jakobson de una gran generalidad. Constituira la base de las figuras retricas ms empleadas por el lenguaje literario; la metfora (un objeto es designado por un objeto semejante) y la metonimia (un objeto es designado por el nombre de un objeto que est asociado en l en la experiencia) provendran respectivamente de la interpretacin paradigmtica y de la sintagmtica, a tal punto que a veces Jakobson considera sinnimo sintagmtica y metonmica, paradigmtica y metafrica11. Las nicas objeciones que quizs podramos plantear a lo expresado en esta frase, son las de que no hablaramos del lenguaje literario, sino del lenguaje en su aspecto ms general;
Ducrot, O.; y Todorov, T.: Diccionario enciclopdico de las ciencias del lenguaje, pag. 134; Ed. Siglo Veintiuno, 17. edicin, 1995.
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y que no mencionaramos el trmino objeto (empleado en las definiciones de metfora y metonimia), sino al concepto de significante. Objeciones que, naturalmente, no provienen de la lingstica sino del psicoanlisis y que consisten, en realidad, en una extrapolacin de los conceptos de la lingstica a la experiencia psicoanaltica, con las necesarias modificaciones que esto conlleva. El siguiente esquema sintetiza lo expuesto:
Eje paradigmtico
Eje sintagmtico
En base a estos desarrollos, Jakobson sugiri a Lacan que la metfora podra equipararse al concepto freudiano de condensacin, y la metonimia al de desplazamiento. Si bien los desarrollos de Freud con respecto a la condensacin y al desplazamiento poseen algunas diferencias con los de metfora y metonimia, podemos destacar como fundamental un punto: el de que poseen una estructura afn. Para Freud, la condensacin y el desplazamiento son las leyes que rigen el funcionamiento del inconsciente, siendo la primera una convergencia de dos o ms representaciones sobre otra, a la que de este modo sobredeterminan. Para seguir con el ejemplo expuesto, sealaremos lo siguiente: el contenido manifiesto de un sueo es sumamente corto, conciso, incomprensible; mas luego del anlisis, parten varias cadenas asociativas que conducen a las ideas latentes (preconscientes) del sueo, primer paso para acceder a las representaciones inconscientes, que son las que verdaderamente forman el sueo, pero que no se encuentran representadas directamente en el contenido manifiesto del mismo. Dicho de otra manera: se encuentran sustituidas por el contenido manifiesto. Recordamos que es sta, precisamente, la frmula de la metfora: la sustitucin de un significante por otro. Con respecto al desplazamiento, Freud lo define como la transferencia de la energa psquica desde una representacin importante (inconsciente) a una indiferente (prec.-cc.), siendo que la metonimia es definida como la parte por el todo. En nuestro ejemplo, poner la mesa es la alusin a una parte, por medio de la cual se hace referencia a un todo. Con la siguiente observacin: la referencia cae sobre lo menos importante (la mesa ya est puesta), dejando de lado lo verdaderamente importante (y que s hay que poner: cubiertos, manteles, platos, etc., que es lo que indica la expresin citada). Y en el sueo de Freud? La representacin ms intensa es la Sra. E.L., persona indiferente para l en la vida cotidiana, y que en el sueo manifiesto ocupa un lugar central e intenta seducirlo. De los resultados del anlisis, podemos decir que la Sra. E.L. es una parte (indiferente, nimia), que se arroga la representacin del todo (las representaciones inconscientes, y verdaderamente importantes):
de la Sra. E.L. parten cadenas asociativas que conducen tanto al tema de la deuda como al del amor, centrales en las ideas latentes. De este modo, si las leyes del inconsciente son equiparables a las leyes del lenguaje, concluimos que entonces El inconsciente est estructurado como un lenguaje, dado que obedece a sus leyes (metfora y metonimia). Lacan, en su teorizacin, conserva los trminos introducidos por de Saussure en el signo lingstico (significado y significante), aunque invertidos; y utiliza los ejes del lenguaje formulados por Jakobson (y cuyos modelos o formas retricas son la metfora y la metonimia), aunque aplicados al sujeto del inconsciente ($). Este procedimiento lacaniano est sumamente fundado, ya que la lingstica y el psicoanlisis abordan dos campos diferentes (en la medida en que una se ocupa de los fenmenos que ataen al yo, la razn y la conciencia, y el otro toma a su cargo todo aquello que tiene relacin con el inconsciente). No obstante, y por ello mismo, Lacan se hizo acreedor a duras crticas (muchas de ellas justificadas) por parte de los lingistas, que le reprocharon, en resumidas cuentas, valerse de trminos de su disciplina pero asignndoles un significado o un valor diferente. Por este motivo, Lacan traz una clara diferencia entre los campos de incumbencia y los objetos de estudio de la lingstica y del psicoanlisis, aclarando que l no haca lingstica sino lingistera, trmino que engloba o incluye todos aquellos fenmenos de lenguaje en los que entra en juego el inconsciente. IV Lingistera Un buen da me di cuenta de que era difcil no entrar en la lingstica a partir del momento en que se haba descubierto el inconsciente. Por lo cual dije algo que me parece, a decir verdad, la nica objecin que pueda yo formular a lo que oyeron el otro da de labios de Jakobson, a saber, que todo lo que es lenguaje pertenece a la lingstica, es decir, en ltimo trmino, al lingista. Y no es que no se lo conceda con todo gusto cuando se trata de la poesa, a propsito de la que esgrimi este argumento. Pero si se considera todo lo que, de la definicin del lenguaje, se desprende en cuanto a la fundacin del sujeto, tan renovada, tan subvertida por Freud hasta el punto de que all se asegura todo lo que por boca suya se estableci como inconsciente, habr entonces que forjar alguna otra palabra, para dejar a Jakobson en su dominio reservado. Lo llamar la lingistera. Esto deja su parte al lingista, y tambin explica el que tantas veces tantos lingistas me sometan a sus amonestaciones desde luego, no Jakobson, pero es porque me ve con buenos ojos, o dicho de otra manera, porque me quiere, como lo expreso en la intimidad. Mi decir que el inconsciente est estructurado como un lenguaje, no pertenece al campo de la lingstica12. Desde sus dominios, situados en la lingistera, Lacan prosigue su trabajo, aportando ms desarrollos a los que ya vimos. Entre ellos, dos que presentaremos ac, sin pretender que nuestro anlisis sea exhaustivo. Ellos son el hablente y lalengua. Estos extraos trminos no son ms que una acentuacin de las diferencias entre la lingstica y el inconsciente; pretenden dar un contenido propio a los descubrimientos del psicoanlisis, para situarlos en el contexto conceptual que se fue edificando, a partir de Freud, desde la clnica. Y la clnica psicoanaltica consiste, en primer lugar, en ceder la palabra al sujeto para permitir el despliegue de un discurso que, al estar articulado y sobredeterminado por el inconsciente, tambin es extrao para el propio sujeto que habla. La funcin del analista ser
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entonces la de ir operando sobre ese discurso, y lo har tambin con la palabra interpretacin mediante- a fin de ir produciendo efectos de sentido en el texto del analizante. Lo cual no es sin consecuencias: el asombro, la angustia, la sorpresa, suelen acompaar el (re) surgimiento de ideas y representaciones que el sujeto posee, y que le cuesta reconocer como propias, dado que la represin implica fundar una ignorancia permanente del yo con respecto al sujeto: al crear el inconsciente la represin divide al sujeto, dejndolo en una situacin de ignorancia con respecto al propio deseo que, sin embargo, insiste en reaparecer: sueos, lapsus, sntomas neurticos hablan un discurso que el yo no comprende. Este sujeto que habla sin saber sin entender lo que dice no es entonces el hablante, el sujeto que se comunica con los dems en un lenguaje sin fisuras (como parecera ser el lenguaje si nos atenemos a la teora saussuriana), sino un sujeto que habla en un idioma que l mismo desconoce. Lacan acu, para referirse al sujeto del inconsciente ($) el concepto de parltre, condensacin entre parler (hablar) y tre (ser). Desafortunadamente, no existe, en espaol, una traduccin eficaz de este nuevo trmino, que conserve las resonancias del original francs. Se lo podra traducir como serhablante, hablanteser, o hablente. Preferimos, arbitrariamente, esta ltima. Mas este hablente, dijimos, habla una lengua particular: la de su propio inconsciente, y es por ello diferente a la lengua de los lingistas. Lacan la denomin como lalangue (lalengua), homofnica a la langue (la lengua). En este caso, la traduccin es bastante similar, aunque vale sealar que en la homofona concluye el parecido, ya que trazan campos absolutamente diferenciados. Es por ello que Lacan enuncia que el inconsciente est estructurado como un lenguaje, y no como el lenguaje: el lenguaje es el campo de la lingstica; un lenguaje (lalengua) ya es la entrada en el campo psicoanaltico, en tanto da cuenta del sujeto del inconsciente ($). Lalengua es, en primer lugar, la lengua materna. Mas no es el idioma, ni la lengua de una comunidad determinada, sino la manera en que el discurso del Otro se inscribi en el sujeto, los deseos que gener, los ideales, la sexuacin, las fantasas, emblemas e identificaciones que el sujeto fue incorporando, asimilando, de su relacin con el Otro, en su paso por el complejo de Edipo y el complejo de castracin; es la forma en que el lenguaje se inscribi en el sujeto. Provisoriamente, podramos mencionar a los padres en el lugar de Gran Otro, aunque luego iremos precisando este punto. De este modo, surge ac un interrogante: si lalengua que habla un sujeto es singular, cmo es entonces posible la comunicacin? Si cada cual habla un lenguaje, qu posibilidad existe de que dos o ms sujetos se entiendan? Basta una ligera observacin sobre la realidad cotidiana para concluir que el malentendido se encuentra, siempre, a la orden del da. Al respecto, Lacan aport otra novedad, que trae aparejada una radical modificacin de la frmula de la comunicacin establecida por de Saussure (ver pgina 3), al expresar que El emisor recibe del receptor su propio mensaje en forma invertida*. Frmula que, en cierta manera, Freud ya haba adelantado: Cuando en el tratamiento psicoanaltico aparece una serie de ideas correctamente fundamentadas e irreprochables, surge tambin para el mdico un momento de perplejidad, pudiendo el paciente tomar cierta ventaja al afirmar: Esto es en su totalidad bien pensado y cierto, no le parece? Qu quisiera usted cambiar de lo que yo he contado?. Pero no tardamos en observar que tales ideas, inatacables por el anlisis, han sido utilizadas por el enfermo para encubrir otras que tratan de escapar a su crtica y a su conciencia. Una serie de reproches contra otros nos hace sospechar la existencia, detrs de ella, de una serie de reproches de igual contenido contra la propia persona. Nos bastar entonces referir cada uno de ellos a la persona del enfermo. Este modo de defenderse contra un reproche referido a uno mismo, transfirindolo a otra persona, muestra algo innegablemente automtico y tiene su modelo en la conducta de los nios, que siempre que se
les reprocha alguna mentira responden: El mentiroso eres t13. Un fragmento del caso Dora puede resultarnos til a ttulo de ejemplo: Acusaciones contra el padre, que le habra transmitido su enfermedad [sfilis], y detrs de ellas una acusacin contra s misma flujo blanco, jugueteo sintomtico con el bolsillo, incontinencia posterior a los seis aos-, secreto que la enferma se resiste a dejarse arrancar por los mdicos; todo esto me parece constituir una prueba indiciaria irreprochable de la masturbacin infantil14. Dora acusa a su padre (enfermedad sexual transmitida hereditariamente) para evitar la autoacusacin por su propia sexualidad (masturbacin infantil), situando as el origen de sus sntomas en el Otro. Por lo general, podemos afirmar que la queja neurtica se refiere siempre al Otro, pero que el contenido de esta queja se ajusta al propio sujeto que la emite. Forzosamente, al ponerse en juego la dimensin del inconsciente, la comunicacin es equvoca, dado que si el sujeto desconoce sus representaciones reprimidas, al emerger stas a la conciencia son referidas al Otro en la medida en que el propio sujeto las siente como ajenas. Grficamente, la frmula de la comunicacin establecida por Lacan se presentara as:
El equvoco que el significante abre nos lleva a realizar una aclaracin: el trmino en forma de doble ve es, en realidad, una M invertida. En un aspecto ms amplio, diremos que la comunicacin es equvoca porque el sentido de lo que un sujeto dice se define desde el Otro. El discurso es siempre un mensaje dirigido al Otro, pero suele existir una diferencia entre lo que el sujeto desea expresar, y lo que el Otro recibe, entiende o interpreta de dicho mensaje. Por ejemplo, si un sujeto desea halagar a una mujer por medio de un piropo y la respuesta es una bofetada, quiere decir que el mensaje no fue recibido como un piropo, sino como un insulto. Por ello, el sentido de lo que un sujeto dice es sancionado por el Otro, con lo que la comunicacin no adquiere una dimensin lineal (como en la frmula saussuriana), sino una mucho ms compleja y que implica la relacin del sujeto con el Otro. V- El Gran Otro El tramo final de nuestro recorrido nos lleva a uno de los conceptos centrales en la obra lacaniana, como es el del Gran Otro, introducido por el maestro francs en la clase del 25 de mayo de 1955 de su Seminario 2 (vase bibliografa). Lacan diferencia un otro, escrito en minsculas, de Otro con maysculas. Se simbolizan con una a o a para el pequeo otro, y con una A para el Gran Otro (iniciales de autre, otro en francs). El pequeo otro se sita en la dimensin del yo y del semejante, son los otros que tratamos a diario, cotidianamente, relacin entre iguales y de yo a yo. La estructura de esta relacin est dada por el registro imaginario, que posee una funcin de desconocimiento de la relacin simblica del sujeto con su deseo. Por el contrario, el Gran Otro se sita en el registro simblico, que es el orden del deseo inconsciente, el lenguaje y el significante. El trmino evoca resonancias freudianas de la primera poca, cuando en sus inicios Freud denominaba al inconsciente como una otra
Freud, S.: Anlisis fragmentario de una histeria (caso Dora), pags. 951-2 (Las cursivas me pertenecen). 14 Ibid, pag. 976.
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escena, un otro lugar en el que se pona en juego y en acto el deseo del sujeto. Marca tambin una alteridad fundamental, destaca la ajenidad y la extraeza que el propio inconsciente le causa al sujeto; como si el sujeto estuviera dividido: por un lado, lo que sabe y conoce de s mismo, las certidumbres yoicas con que se presenta; pero adems, es como si el sujeto fuese Otro para s mismo, en tanto los aspectos fundamentales de su ser le son desconocidos, a pesar de saberlos. En esa paradoja consiste el inconsciente: es un saber no sabido y eso es, en definitiva, el Gran Otro: uno de los nombres lacanianos del inconsciente. El sujeto del inconsciente, sujeto dividido (o sujeto barrado), se simboliza en el lgebra lacaniana, con una ese tachada ($). Lo expresado hasta ac refleja slo parcialmente el contenido que posee el concepto de Otro, ya que ste no slo es una definicin, un modo de nombrar al inconsciente, sino que permite ampliar y precisar el alcance del inconsciente freudiano. Freud siempre remarc que las personas (las comillas son, en este caso, de suma importancia, ya que se trata en realidad de representaciones) ms importantes en la vida del sujeto, adquiran un valor y una significacin muy elevadas slo en la medida en que, a partir de ciertos rasgos particulares, lograban evocar algunas representaciones reprimidas en el sujeto, pasando a ser sustitutivas de stas. Para un sujeto, entonces, ocupar el lugar del Otro quien evoque las representaciones reprimidas de su propio inconsciente. Este aporte de Lacan permite despojar al inconsciente de resonancias tales como lo oculto, al destacar que el deseo entra en juego en el campo del Otro. El lector podr haber inferido ya, probablemente, que el Otro no es, entonces, alguien particular, sino una abstraccin, un lugar simblico a ser ocupado por personajes contingentes. Al principio de este tem dijimos que el Otro se sita en el orden simblico, expresin que ahora corregiremos y precisaremos, sealando que el Otro es el orden simblico, es el orden del lenguaje, que preexiste al sujeto, lo constituye y estructura, y seguir existiendo luego de que el sujeto desaparezca. De ah la ambicin de dejar una huella, un rastro del paso por la vida que expresa la popular frase tener un hijo, plantar un rbol, escribir un libro: simplemente, formar parte del universo simblico por el que transcurre la existencia humana, y que en Lacan se lee como el Otro. Corregiremos tambin otra expresin utilizada, en relacin a lalengua, cuando dijimos, provisoriamente, que el Gran Otro son los padres. Es sta una verdad a medias, ya que si para un nio sus padres ocupan el lugar de Gran Otro, alcanza con considerar que estos padres tuvieron o tienen, a su vez, padres (los abuelos del sujeto), que tambin tuvieron padres (los bisabuelos), y as sucesivamente; con lo que, en definitiva, todos los sujetos son, en primer lugar, hijos. La genealoga slo es posible por el hecho de que nadie es el Otro, lugar que puede, eso s, encarnarse en diferentes sujetos. Con lo que volvemos a encontrar el hecho de que el Otro es el orden simblico, constituyente del sujeto. Estos ltimos lineamientos que venimos trazando nos permiten sealar un punto de suma importancia: el Otro (A) no es consistente, no es perfecto; sino, por el contrario, es inconsistente, incompleto, lo que en el lgebra lacaniana se representa como A. Si el orden simblico fuera perfecto, cerrado, seramos como hormigas, perfectamente regulados por una estructura perfecta. En el Otro siempre faltar una respuesta, La respuesta, lo que deja un lugar al sujeto, posibilitando que l busque, por medio de su deseo, un lugar en el Otro: dado que en el Otro siempre faltar una significacin, a esta significacin para su deseo debe encontrarla en una bsqueda singular cada sujeto. Mas, como esta bsqueda se juega siempre en relacin al Otro, Lacan dice que el deseo del hombre es el deseo del Otro*, en la medida en que el deseo, para hacerse reconocer, debe remitirse al Otro, al cual est articulado estructuralmente.
VI- Para concluir El desarrollo precedente intenta presentarse como una introduccin a los conceptos claves de Lacan, de los cuales hemos desarrollado algunos en sus puntos ms relevantes, dejando su anlisis exhaustivo para otra ocasin. Nos interesa destacar, sin embargo, que nuestro abordaje es por fuerza incompleto, y que cada uno de los temas tratados posee una fundamentacin mucho ms amplia, que por imperio de los lmites que todo trabajo posee no hemos desarrollado. Queda ya en la iniciativa del lector el ahondar y corregir los lineamientos presentados en estas pginas. Finalizamos con una cita de Lacan que, esperamos, no resultar extraa a esta altura: El lenguaje sin duda est hecho de lalengua. Es una elucubracin de saber sobre lalengua. Pero el inconsciente es un saber, una habilidad, un savoir-faire [saber hacer] con lalengua. Y lo que se sabe hacer con lalengua rebasa con mucho aquello de que puede darse cuenta en nombre del lenguaje15. LIC. JUAN CAMUA Auxiliar Docente Graduado de la Ctedra Psicoanlisis (Freud)
Bibliografa Consultada Freud, Sigmund: Obras Completas, Editorial Biblioteca Nueva, 1981.
- Estudios sobre la histeria (1895). - La interpretacin de los sueos (1900). - Los sueos (1901). - Psicopatologa de la vida cotidiana (1901). - El mtodo psicoanaltico de Freud (1904). - El chiste y su relacin con el inconsciente (1905). - Anlisis fragmentario de una histeria (caso Dora) (1905). - Psicoanlisis (cinco conferencias en la Universidad de Clarke) (1910). - El porvenir de la terapia psicoanaltica (1910). - Mltiple inters del psicoanlisis (1913). - La represin (1915). - Lo inconsciente (1915). - Lecciones introductorias al psicoanlisis (1916-17). - Los caminos de la terapia psicoanaltica (1919). - Autobiografa (1925). - La negacin (1925). - Psicoanlisis: escuela freudiana (1926). - Construcciones en psicoanlisis (1937). - Escisin del yo en el proceso de defensa (1940). - Compendio del psicoanlisis (1940).
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Ibid (11), pag. 167 (las cursivas en francs son del original).
Lacan, Jacques: Escritos, Editorial Siglo XXI, decimocuarta edicin, 1988; y El Seminario, Editorial Paids, 1991.
- El Seminario, Libro I Los escritos tcnicos de Freud. - El Seminario, Libro II El yo en la teora de Freud y en la tcnica psicoanaltica. - El Seminario, Libro III Las psicosis. - El Seminario, Libro V Las formaciones del inconsciente (Paids, 1999). - El Seminario, Libro XI Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis. - El Seminario, Libro XVII El reverso del psicoanlisis (Paids, 1992). - El Seminario, Libro XX An. - El seminario sobre La carta robada, en Escritos, tomo 1. - Del sujeto por fin cuestionado, en Escritos, tomo1. - Funcin y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanlisis, en Escritos, tomo 1. - La cosa freudiana o el sentido del retorno a Freud en psicoanlisis, en Escritos, tomo 1. - La instancia de la letra en el inconsciente o la razn desde Freud, en Escritos, tomo 1. - La significacin del falo, en Escritos, tomo 2. - Subversin del sujeto y dialctica del deseo en el inconsciente freudiano, en Escritos, tomo 2. - Posicin del inconsciente, en Escritos, tomo 2. - La ciencia y la verdad, en Escritos, tomo 2. - El psicoanlisis verdadero y el falso, Revista freudiana N , Editorial Paids, Barcelona, 1993. De Saussure, F.: - Curso de lingstica general, Ed. Losada, Buenos Aires, 1945. Dor, Jol: - Introduccin a la lectura de Lacan, Ed. Gedisa, Barcelona, 1994. Ducrot, O.; y Todorov, T.: - Diccionario enciclopdico de las ciencias del lenguaje, Ed. Siglo XXI, decimosptima edicin, Espaa, 1995. Braunstein, N.: - Lingistera (Lacan entre el lenguaje y la lingstica), Ed. Siglo XXI, Mxico, 1982. Roudinesco, E.: - Lacan, Fondo de Cultura Econmica, Colombia, 2000. Vallejo, A.: - Vocabulario lacaniano, Helguero Editores, 1987. DAngelo, R.; Carbajal, E. y Marchilli, A.: - Una introduccin a Lacan, Lugar Editorial, Buenos Aires, 2000. Kristeva, J.: - El lenguaje, ese desconocido, Ed. Fundamentos, Madrid, 1988. Entrevista a J. Lacan, realizada por Mara Jos Raqu Arias, y publicada en el libro Freud y el psicoanlisis, Ed. Salvat, 1973.
Propongo que de la nica cosa de la que se puede ser culpable, al menos en la perspectiva analtica, es de haber cedido en cuanto al deseo. Lacan se presenta muy pronto como enemigo de la psicologa, de su idea de un yo totalizador y unitario. Adems, se declara antifilosfico, pues desconfa de las pretensiones universalizadoras de la filosofa y odia directamente la mediana del discurso universitario. Sin embargo, no ha dejado intacta ni la psicologa, ni la filosofa, ni la cultura del siglo XX. Despus de una larga vida errante, plagada de encuentros y de polmicas, lo encontramos en 1974, expulsado de la Escuela de Altos Estudios de Pars, dando clase en una sala prestada de la Facultad de Derecho a 500 alumnos que le reciben con una expectacin inusitada. Lacan pertenece a la generacin que sigue al existencialismo (Sartre, Bataille, Camus), al estructuralismo de los aos sesenta. Junto con Althusser, Barthes y Lvi-Strauss constituye la cabeza visible de un movimiento que inunda la cultura y las ciencias humanas occidentales hasta bien entrados los aos setenta. Por razones no del todo misteriosas, tal vez porque en el mundo hispano, a diferencia de la cultura angloamericana, siempre se dio una especial atencin a lo asocial, a la lgica de lo que fracasa en la historia, Lacan ha tenido una especial acogida en el mundo hispanohablante, particularmente en Argentina y Espaa. La atencin latina a lo primario, a la tragedia de lo atrasado, es tambin lo que explica que Freud haya sido traducido al espaol muy tempranamente, antes que al ingls o al francs. El doctor Lacan se presenta en los aos sesenta bajo el emblema del retorno a Freud, con el programa de liberar a Freud de las deformaciones psicologistas a que su xito social lo haba sometido, sobre todo en el psicoanlisis norteamericano. Quiz el punto clave aqu es el papel que en la teora freudiana le conceden los psicoanalistas norteamericanos al Yo como instancia de control (cuando Freud haba advertido claramente: El Yo no es el maestro en su morada). Sucesivos conflictos de Lacan con la IPA, la asociacin internacional de psicoanlisis, conducen finalmente a su expulsin en 1963. La disculpa es la duracin de las sesiones (Lacan no es partidario de un tiempo fijo, sino de que el curso de la asociacin libre fije el trmino), pero haba ya una fuerte tensin entre Lacan y la institucin psicoanaltica. Podamos decir que la duracin de las sesiones concentra toda la obsesin de la oficialidad analtica por la mtrica, por lo mensurable, obsesin a la que Lacan se opone. De cualquier modo, es gracias a esa expulsin, cuando tiene ya 62 aos, que Lacan puede exponer libremente sus ideas e impactar en los jvenes psicoanalistas e intelectuales franceses, incluyendo la llamada generacin del 68. Junto a Sartre, Deleuze, Foucault, Lyotard y otros, Lacan se convierte, a pesar de su escepticismo poltico, en uno de los focos de atencin de la efervescencia que domina Pars en los aos setenta, despus de la revolucin de Mayo. Adems de su formacin clnica y mdica, Lacan se relaciona intensamente con los cientficos (Lvi-Strauss, Jakobson), los artistas y escritores surrealistas (Dal, Eluard, Breton), con la filosofa (Heidegger, Sartre, Merleau-Ponty). Es particularmente significativa su relacin personal con Heidegger, cuando entonces casi nadie le haca caso en Europa. Un poco a la manera de Scrates, Lacan habla mucho ms de lo que escribe. Pero como escriba igual que hablaba, y viceversa, no hay una diferencia fundamental entre sus Escritos y la transcripcin de los Seminarios orales. En todo caso, el sistema lacaniano es difcil, irregular, abierto, con constantes revisiones y reapariciones de los mismos temas, a veces con conceptos nuevos. Aunque l, en otra de sus ironas, deca que su estilo era cristalino (porque cristalizaba al oyente), la verdad es que su forma de escribir, la densidad laberntica de sus giros barrocos,
sus juegos homofnicos de palabras y, sobre todo, la profundidad de su pensamiento, hacen sudar incluso a sus discpulos ms cercanos. Una de las caractersticas de los Seminarios de Lacan es la forma en que fustiga a sus oyentes, como si nunca estuviera satisfecho con el nivel de atencin que le prodigan. El inconformismo es la nota general del pensamiento de Lacan, su incesante interrogacin, su desconfianza hacia el xito de lo que parece consagrado. Llega a decir que el psicoanlisis debe fracasar como institucin para obtener algn resultado en la prctica. En efecto, se trata de una ciencia conjetural, irnica: la ciencia imposible del ser nico. Por eso pone en pie un estilo que es una autntica muralla para los oportunistas y se atreve a cuestionar lo que ya parece fijado, incluyendo sus propias creaciones. En 1978, a los 77 aos, an se atreve a disolver la asociacin que l mismo haba creado. Hombre de una cultura vastsima, como Freud, Lacan aparece siempre como un genial intruso en todos los terrenos (hasta hablando de Kant!), con pginas gloriosas sobre el sufrimiento humano, la sociedad consumista, la muerte y la locura, el arte, el sexo, el lenguaje, la matemtica, la mujer y el hombre, los conceptos claves de la filosofa y los momentos ms importantes de las religiones, incluyendo el cristianismo. Admira particularmente el estilo de Baltasar Gracin, el barroco y los msticos espaoles. Su yerno y albacea, Jacques-Alain Miller, comenta: La impaciencia de Lacan cortaba el apetito de los ms hambrientos, que rpidamente se ponan a trabajar para este amo que saba que iba a morir y que les enseaba que no haba que perder tiempo... Lacan no se sacrificaba por nadie... Ciertamente, peda mucho, no aceptaba de buena gana que la respuesta del otro fuera un no, ignoraba las conveniencias cuando su deseo estaba comprometido pero qu alivio tratar finalmente con alguien que saba y que deca lo que quera, y que quera lo que deseaba, sin esas vacilaciones, esos arrepentimientos, esos enredos del deseo que arruinan la vida!16 El resultado de este modo de operar es que la teora de Lacan se presenta siempre por fuera de todas las disciplinas de entonces, mutando de modo imprevisto y vinculada a la experiencia de lo que slo se presenta una vez, un inconsciente que emerge de forma en cada caso nica, sin admitir un metalenguaje que lo encierre, que lo abarque. Lacan es un ejemplo llamativo de coherencia, de unidad entre la teora y la prctica: en cada sesin, el analista ha de sumergirse en el silencio para escuchar aquello que emerge de modo imprevisible. No hay ganancia sin prdida, haba dicho Freud. Relmpago de verdad en la frontera entre dos mundos, podemos considerar la ciencia de Lacan como el envs del discurso contemporneo de la ciencia, como la negatividad que necesita este determinismo extremo del mundo tcnico (ciertamente, tal vez no sea casual que los pacientes del psicoanlisis casi nunca sean sencillos campesinos). Miller ha dicho que el analista aprovecha precisamente la fe actual en el determinismo, en la causalidad, para liberar el beneficio de una inesperada contingencia. Fiel a la imagen de Don Juan, que ama las mujeres una a una, tambin a l se le conocen muchas relaciones, a veces un poco escandalosas. Es una caracterstica del personaje una especie de disciplina del instante, la capacidad para vivir tres minutos en uno y para cambiar inesperadamente. Por eso desconfiaba incluso de los que pretendan seguirle. Prologando a una joven universitaria que hace una tesis doctoral sobre l, dice: Mis crits no sirven para una tesis, la universitaria particularmente: antitticos por naturaleza, pues lo que formulan slo cabe tomarlo o dejarlo. Termina as, hablando de los textos que intentan
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Jacques-Alain Miller, Cartas a la opinin ilustrada, Paids, Buenos Aires 2002, pgs. 44-45.
saquearle: Interesarn para trasmitir lo que literalmente he dicho: iguales que el mbar que preserva la mosca, para nada saber de su vuelo17 Dentro del ingente campo problemtico que Lacan aborda, escogeremos ocho registros: 1. La Spaltung Desde el comienzo para Lacan se trata de limitar, de relativizar el papel del saber, la ciencia positiva, la sociedad. Retornar a Freud es remitirse a un malestar incurable en la cultura. Desde ah se intenta subvertir el sujeto de la ciencia: si la ciencia se ocupa de todo, qu pasa con el sujeto, con lo supuesto en ese horizonte de saber? En todo caso, qu tipo de ciencia es posible despus del descubrimiento del inconsciente? Lacan parte de la frmula de Saussure18 (Significado/Significante) para invertirlo e insistir en la primaca del significante: la barra separadora (Ste./Sdo.) es resistente a la significacin, impermeable a una relacin unvoca. De manera que la significacin nunca puede cerrarse, siempre sufre un
Prlogo a Anika Rifflet-Lemaire, Lacan, Edhasa, Barcelona 1971, pg. 21. En semitica, y en especial, dentro de sta, en lingstica, la palabra 'significante' es particularmente utilizada por la escuela estructuralista, a partir de Ferdinand de Saussure, eminente lingista de la ciudad de Genve. Saussurre dict un curso en el cual traduce los trminos utilizados precedentemente por los pensadores alemanes del s XIX: "Sinn" y "Bedeutung". Para traducir (al francs) "Sinn", utiliza la palabra que puede fcilmente entenderse en castellano: SIGNIFICANTE; para "Bedeutung", la palabra francesa que usa es fcilmente traducible como 'significado'. En tal curso, Saussure explica que el signo, o el smbolo, -luego otros estudiosos distinguirn los conceptos signo de smbolo-, est constituido por un Significante (abreviado: Ste.) y un Significado (abreviado: sdo). Si ejemplificamos a un smbolo (en el sentido saussurriano de smbolo) como una palabra -por ejemplo la palabra "rbol", Saussurre considera que el Significante es la "huella sonora" o lo que es lo mismo en su opinin- el conjunto de fonemas que constituyen a la palabra "rbol". Mientras que el significado es la representacin psquica del objeto mencionado: 'rbol'. De un modo simplista, puede decirse entonces que el significante es el conjunto de sonidos de una palabra, y que el significado es lo que este conjunto de sonidos est transmitiendo como mensaje. Saussure ilustra esto inscribiendo al significado (sdo.) y al significante (Ste.) dentro de un circulo dividido en dos partes iguales; en la parte superior pone al significado, en la parte inferior al significante, y a ambos los relaciona con dos flechas que representan una relacin biunvoca (es decir, Saussure crea que haba una complementareidad total entre un significante y lo por ste significado). Luego, la nocin saussuriana ha debido ser corregida y mejorada, si bien su idea es fecundsima. Uno de los principales 'correctores' de lo que Saussure ha dicho respecto al Significante y al significado es Lacan; la modificacin en la explicacin que de significante y significado hace Lacan, ser fundamental en el devenir de la psicologa, en especial en lo atinente al psicoanlisis: Lacan, "rompe" el encierro (el crculo) en que Saussure supona al significado y al significante; invierte primero la situacin de ambos: el significante (Ste.) es ubicado "arriba" y el significado (sdo.) abajo; espesa la barra que los separa (homologndola a la censura entre consciente, y lo inconsciente), luego hace desplazar al significado y dice 'debajo del Significante... Hay... nada. A esta altura del presente texto, quien esto escribe, comprende que para aquel que no ha profundizado en el psicoanlisis -y en especial en el de cuo lacaniano- todo puede parecer un galimatas. Sin embargo la cuestin se aclara si se entiende que Lacan quiere decir que el pensar est constituido bsicamente por significantes que cambian continuamente de significado; que el psicoanalista debe, entonces, muchsimas veces, tener ms en cuenta al significante (el fonema u otra representacin hecha por la persona durante el anlisis) que el supuesto significado (una persona durante un psicoanlisis puede usar un significante creyendo a nivel consciente que le est dando un significado, sin embargo, muchas veces ese significante remite -y es lo que importa- a otros significados que de momento son inconscientes). Ms an, el pensar humano, est privilegiadamente (por cierto que no nicamente) configurado por significantes; estos tienen una materialidad (tanto su sonido, como el conjunto de neuronas o engrama, que soportan a cada significante.
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desplazamiento en la cadena significante. La barra que impide el cierre de la significacin implica un contacto indirecto con el sentido y la consiguiente cada del referente. De resultas de ello, el propio sujeto queda dividido: entre el sujeto del enunciado y el sujeto de la enunciacin se establece una divisin (Spaltung). Frente al cogito de Descartes (Cogito ergo sum), Lacan replica: Yo pienso donde no soy, yo soy donde no pienso. El sujeto est dividido entre el sujeto del conocimiento y el sujeto del significante. Una persona no est loca por creerse otra, por ejemplo, Napolen. Ms bien Napolen est loco si se cree Napolen, si cree que su verdad coincide con su saber19. Radicalizando a Freud, en Lacan se produce el retorno de una Verdad que slo acaece en la falla del Saber: se trata de una verdad que no puede conocerse, no puede saberse positivamente de una vez por todas, permitiendo el autoconocimiento del sujeto. En resumidas cuentas, Lacan no es un simple humanista, tampoco un pensador de las Luces o un hombre de izquierdas, pues no puede creer en el autodominio del hombre, en su capacidad para iluminarlo todo. Hay un resto asocial e incultivable, el inconsciente, que es fundamental e impone que la verdad slo pueda decirse a medias. 2. El inconsciente El eje de la existencia es inaccesible para el hombre. ste permanece expropiado de su intimidad y por eso Lacan habla de Extimidad, de un afuera que est en el centro mismo del sujeto. Somos sujetos del inconsciente, de una cifra de destino que no es posible saber de modo general, positivo, anticipable. Que exista inconsciente impone que el hombre slo sabe el sentido de lo que hizo despus, a posteriori. Para empezar, el lenguaje no es un til del que el hombre dispondra. El lenguaje es exterior a los seres hablantes, anterior a ellos, y de su entrecruzamiento con el cuerpo queda un sedimento de naturaleza simblica, el inconsciente. Inconsciente es ese sedimento significante en la atadura del sujeto a la lengua. La palabra afecta al cuerpo, lo desvitaliza: as pues, ganar un lugar como sujeto en el campo del significante es perder el ser de la vida natural (por esta razn, para Lacan, una ontologa que intente vincular el hombre con la naturaleza es una ficcin). Parasitado por el significante, el hombre paga un precio por hablar, una libra de carne. As pues, el inconsciente no es solamente un fondo de desconocimiento, lejano y pasivo. Esa dimensin del inconsciente que evoco estaba olvidada... El inconsciente se haba vuelto a cerrar sobre su mensaje gracias a los cuidados de esos activos ortopedistas en que se convirtieron los analistas de la segunda y de la tercera generacin, que se han dedicado, al psicologizar la teora analtica, a suturar esa hiancia. Cranme, yo mismo nunca la vuelvo a abrir sin tomar precauciones... el inconsciente freudiano no tiene nada que ver con las formas llamadas del inconsciente que le han precedido... el inconsciente romntico de la creacin imaginante... Tropiezo, fallo, fisura... la sorpresa, eso por lo que el sujeto se siente rebasado, por lo que halla a la vez ms y menos de lo que esperaba20. El inconsciente no es el registro extico que complementa la buena marcha de la economa, el lobo, el fondo primario que podemos sacar los fines de semana. No es una excepcin, es otro concepto de la ley, de la regla. El inconsciente se estructura como un lenguaje e interviene activamente en la vida consciente del sujeto. El inconsciente es dinmico: un lapsus es el sntoma de que el inconsciente trabaja,
Cfr. Jacques Lacan, Kant con Sade, Escritos II, Siglo XXI, Mxico 1975, pgs. 342 ss. Jacques Lacan, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis, Barral, Barcelona 1977, pgs. 36-37.
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de que no cesa de no escribirse21. Este dinamismo del inconsciente (Deleuze hablara de nomadismo) viene a decir que en la polmica de Hume con Descartes acerca de la sustancia del sujeto, es como si Lacan aceptara con Hume que no hay sujeto totalizante, elevado sobre cada situacin, pero para decir que en cada situacin permanece la indeterminacin del inconsciente, una cifra que siempre va por delante con un mensaje que es preciso descifrar una y otra vez. De ah que el hombre slo conozca el sentido de lo que hizo o lo que dijo despus, cuando ya no hay remedio. El significante est as ligado a la contingencia, no al determinismo, ni a una causalidad que fuera predecible. Lacan no trabaja con el uno totalizador, una unidad envolvente, sino con lo unario, el uno que emerge en cada caso de modo nico. La discontinuidad, sta es pues la forma esencial bajo la que nos aparece en primer lugar el inconsciente como fenmeno la discontinuidad en la que algo se manifiesta como una vacilacin... Es lo uno anterior a la discontinuidad? No lo creo as... uno cerrado espejo al que se aferra la referencia al psiquismo de la envoltura. El uno introducido por la experiencia del inconsciente, es el uno de la hendidura, del coste, de la ruptura... una forma ignorada de lo uno... se pierde en la medida en que se encuentra... Se trata siempre del sujeto en tanto que indeterminado22. As pues, sigue Lacan: La verdadera frmula del atesmo no es que Dios ha muerto, sino que Dios es inconsciente23. A veces Lacan recuerda un pasaje de Freud donde la verdad del inconsciente se revela como un descubrimiento sbito que sacude a este mundo adormecido: Padre, no ves que estoy ardiendo? 3. Real, simblico, imaginario Lacan elige siempre lo impar, el uno de la discontinuidad. Por eso sostiene un orden ternario, una trinidad con la que se escora el dualismo, impidiendo que el sistema se bloquee en una oposicin dual, simplemente metafsica (consciente/ inconsciente: manifiesto/latente). Aunque hay un isomorfismo entre el significante y el inconsciente, no todo es significante en la estructura, lo cual marca una diferencia con el estructuralismo. En efecto, Lacan no es estructuralista en cuanto toda su teora est polarizada por algo no estructurable, algo inasimilable que tal vez recoge un eco de la anterior experiencia existencialista. Se trata de lo real como imposible: el referente ha cado, pero esa cada (como la nada de Sartre) es estructurante. En el sntoma, puente tendido hacia lo real, habita algo irreductible, que resiste a la simbolizacin. Ante ese real slo cabe la metfora: No resulta relevante que, en el origen de la experiencia analtica, lo real se haya presentado bajo la forma de lo que hay en l de inasimilable -bajo la forma del trauma, determinando toda su sucesin, e imponindole un origen en apariencia accidental?24. El vnculo con lo real es fantasmtico y el fantasma no es otra cosa que la obra que el significante ha realizado en lo real. Se trata de una relacin paradjica, pues el fantasma es una ecuacin que conecta al que habla con lo real que ha perdido. As pues, la materialidad del inconsciente incluye lo real como imposible, una imposibilidad constitutiva. Las tres dimensiones (dit-mansions) que rodean al sujeto son respectivamente: a) lo imaginario, que se corresponde con la fase del espejo donde el nio aprende a distinguirse del otro y anticipa su madurez identificndose con su imagen en el espejo, identificacin que va acompaada de jbilo (sin embargo, la simetra invertida del espejo y el carcter externo de la imagen especular llevan consigo una alienacin del sujeto en
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Jacques Lacan, Aun. El seminario: libro 20, Paids, Buenos Aires 1981, pg. 74. Jacques Lacan, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis, op. cit., pg. 38. 23 Ibd., pg. 69. 24 Ibd., pg. 65.
lo imaginario: el yo como lugar de desconocimiento); b) lo simblico: el acceso al mundo del lenguaje va a permitir al sujeto una segunda cota de identidad: el sujeto se establece no siendo la cosa ni el nombre que le ha dado a la cosa (en el juego del Fort-Da fuera/ah el nio, al hacer desaparecer y reaparecer el carrete atado a un cordel, puede simbolizar y controlar la ausencia de la madre: el futuro sujeto renuncia al objeto reemplazndolo por significantes (as como la metfora es parte constitutiva de lo simblico, la metonimia la parte por el todo es parte constitutiva de lo imaginario); c) tenemos el yo como instancia imaginaria (moi) y el yo como instancia simblica (je): el yo ideal y el ideal del yo, pero queda lo real, que no cesa nunca de no escribirse: es una experiencia constante en la cura el ser enfrentado a aquello que no para nunca de no escribirse y vuelve siempre al mismo lugar, escapando al significante, al smbolo. Hay un ncleo subyacente a todas las formaciones del inconsciente, su ombligo: el deseo inconsciente, el fantasma del deseo. Lacan asla el objeto de ese fantasma en el objeto (a), que es real y causa el deseo del sujeto; este objeto constituye el plus del goce. El objeto (a) es la manera de referirse a lo que est irremediablemente perdido, pero que sigue siendo causal, pues resulta de las operaciones de castracin (a procede de autre: el otro, el semejante imaginario). 4. La cura El sentido es imaginario, el equvoco es propiamente lo simblico: la operacin analtica consiste en llevar el sentido imaginario al equvoco simblico, que carece de sentido (el sentido siempre est del lado de lo religioso). La imputacin del inconsciente al prjimo es un acto de piedad por el que se interrumpe la chchara social para que, en el hombre que sufre, algo hable de nuevo desde el silencio. La gente va al analista porque sufre, porque sus vivencias desbordan constantemente su capacidad de simbolizacin, los determinismos imaginarios a los que achaca su desequilibrio. El silencio del analista representa el Otro del inconsciente. La transferencia se produce hacia el analista como portador de un supuesto saber (el sujeto supuesto saber). Entre otras cosas, el analista calla porque no tiene nada que decir: su primera funcin es otorgarle la palabra al paciente, concederle un inslito espacio de silencio para que desde ah lo Otro tome la palabra. Al inconsciente no se lo comprende, no se lo explica: se le escucha... Diga usted lo que quiera (talking cure): cuanto ms libre es el juego de la asociacin, ms se atiene a la ley de un inconsciente que permanece soterrado bajo la imagen que tiene de s el sujeto. El silencio del analista representa al Otro del inconsciente, lo no sabido de las vivencias. No hay conocimiento del inconsciente, no se puede hacer una psicologa o una filosofa del inconsciente. Desde una silenciosa escucha, el analista solamente se autoriza a s mismo, lo que causa la indignacin lgica en la jerarqua institucional, entre los que se creen propietarios del saber de especialistas. Pero para Lacan es clave que no exista metalenguaje, ningn saber previo desde el que interpretar la emergencia del inconsciente, que siempre sucede uno a uno, de manera inanticipable (por eso en algn lugar Lacan dice que la experiencia del inconsciente es como la de una puntuacin sin texto). Que no hay metalenguaje significa que no hay frmula que se pueda aplicar al inconsciente en general: la hiptesis de que el inconsciente est estructurado como un lenguaje hay que probarla en cada caso. En este tiempo donde los medios no dejan de parlotear y donde el prjimo ha enmudecido, el psicoanalista cobra por escuchar. Al pagar por cada sesin, el analizado se desprende de la escoria de sus fantasmas, queda exento respecto a su analista y tambin con respecto a lo que ha dicho en la sesin (por eso, dicen los psicoanalistas, lo realmente caro es lo que no se paga). Hay una escena originaria, un trauma
en el pasado que debe lograr su descarga pero de modo oblicuo, a travs de fragmentos y fbulas, pues donde hay significante hay error con respecto al referente y el trauma est perdido como hecho real. El inconsciente se da en el acto de un decir, como aquello que sabe ms que lo que el hablante quiere decir. El que habla no es dueo de lo que dice: en cuanto se habla, uno es hablado por la lengua que preexiste lgicamente al sujeto (el lapsus no se usa, se impone, pues en el lenguaje siempre se juega algo del orden del malentendido). Se trata siempre del tropiezo, el fallo, la fisura, una sorpresa por la que el sujeto se siente rebasado, por la que halla a la vez ms y menos de lo que esperaba. Es difcil establecer los efectos del anlisis, que son forzosamente lentos. Al histrico le dar la defensa, el caparazn que le falta, le ayudar a desprenderse de su dependencia dolorosa respecto del Otro, le ensear el aislamiento. Al obsesivo le forzar a pensar en lo que le disgusta, le permitir franquear la barrera del placer y mirar de frente lo que antes consideraba con un rodeo, o no consideraba... Finalmente, el sentido de la cura no es librarnos del dolor sino solamente ensearnos a vivir con lo incurable que nos constituye. Se trata de despertar al sujeto neurtico de los fantasmas de omnipotencia que mantiene y que alimentan bien su presuncin, cuando cree satisfacerlos, bien su depresin, cuando piensa fallarles. 5. La castracin El falo est situado en la hendija entre la necesidad (biolgica) y la demanda, interferida por el lenguaje (dirigida al Otro). El falo es un significante privilegiado, es el significante del deseo: de hecho, los griegos no lo representaban como un rgano, sino como una insignia. Por eso en las vicisitudes de la castracin el falo queda marcado. Esa relacin entre deseo y marca es imaginarizada como amenaza sobre el rgano por el varn, mientras que en la mujer es imaginarizada como nostalgia de rgano. Pero esto slo en el aspecto imaginario: lo decisivo de la castracin se juega a otro nivel, y est referido a la castracin de la madre (el Otro primordial del sujeto). Lo que la madre desea es el falo, el significante del deseo. El hijo quiere ser el falo, pero ese anhelo est condenado estructuralmente al fracaso, pues no se puede ser el falo. Esta imposibilidad del sujeto de satisfacer el deseo del Otro siendo el falo, y ese deseo siempre insatisfecho, configuran lo que Lacan llam falta-en-ser (manque tre). Lo decisivo de la castracin no es que el sujeto tenga o no tenga rgano: lo decisivo es que la madre no tiene falo. En la vertiente imaginaria de la castracin (experimentada por la mujer como nostalgia del rgano que no tiene y como amenaza sobre el rgano que tiene por el varn), en ambos casos la tenencia del rgano introduce la dimensin de la falta: en uno porque teme perderlo, en otra porque lo aora. La falta-en-ser condena al sujeto a parecer el falo, protegiendo el rgano: este parecer constituye la impostura masculina y la mascarada femenina. 6. No hay relacin sexual La dimensin de la funcin flica establece que no hay relacin sexual. El mundo animal representara la imagen de un goce absoluto, que para el hombre est perdido y desvirtuado por su relacin con el lenguaje, desde la funcin simblica del falo. Entre uno y otro sexo se establece el campo del significante, en el cual destaca el significante del deseo: la funcin flica viene a decir que lo que los seres humanos entienden por ligar no establece la relacin entre los dos sexos, no colma el abismo que los separa. Los humanos gozan, pero parcialmente, pues gozan del falo y no del sexo: perdidos para ellos el goce sexual absoluto que puede suponerse a los animales, les queda la posibilidad de gozar del falo. En lugar de la
relacin sexual, imposible, quedan sujetos al goce flico, un goce parcial dependiente del significante. Pero el goce flico no es simtrico para ambos sexos, por lo que entre lo masculino y lo femenino no se establece una relacin de complementariedad. Los dos sexos no son la media naranja de una totalidad armnica: el uno, el hombre, goza como Todo (todo en l goza del falo), mientras el otro, la mujer, lo hace como No-Todo (no todo en ella goza del falo). Las frmulas cunticas de la sexuacin son la escritura lgica de las distintas maneras que tienen los hablantes de situarse en relacin al falo. Como hablar es perder el ser, por eso no hay escritura posible de la relacin sexual: no hay inscripcin en el inconsciente ni del significante hombre ni del significante mujer, sino que slo hay un significante, el falo. Lacan escribe esta imposibilidad as: ]f.f (x.y), no existe funcin tal que entre x e y constituya una relacin. La funcin flica no se instala bajo la forma de una universalidad que coloque a todos los hablantes bajo una misma ley, pues no hay universal que no tenga como lmite una excepcin que lo niega. La relacin sexual no cesa de no escribirse... La contingencia es aquello en que se resume lo que somete la relacin sexual a no ser, para el ser que habla, ms que el rgimen del encuentro25. La sexualidad se instaura en el campo del sujeto por una va que es la de la carencia. El ser vivo sexuado ya no es inmortal. Precisamente el fantasma es un montaje con el que cada sujeto organiza, a travs de sus escenas, lo que va a reemplazar a la inexistente relacin sexual. 7. La mujer? Lacan no dice que el placer no sea posible, que el sexo no tenga sus alegras (l las encontr de mil formas). Slo dice, con Rilke y otros, que es imposible separar la relacin sexual de la experiencia de la finitud, del sufrimiento del amor y el desamor, de la decepcin, del engao. El sexo publicitario y la pornografa son ingenuos, con frecuencia son aburridos y tristes, porque estaran encadenados al sueo de un sexo sin el amor, sin finitud. En este aspecto, vinculando la sexualidad al amor, la mujer siempre ha sido ms intuitiva (aunque ahora la equiparacin de los sexos est borrando eso). Hay un goce suplementario en la mujer, con respecto a la funcin flica, que la libra del Todo. Aunque hay algunos hombres (por ejemplo, el mstico) que se colocan tambin del lado del No-Todo, de un goce ms all del falo. Lacan dice: creo en el goce de la mujer, en cuanto est de ms... ese goce que se siente y del que nada se sabe no es acaso lo que nos encamina hacia la ex-sistencia?26. La mujer no existe porque no constituye una clase: su relacin privilegiada con el No-Todo impone que la mujer, a diferencia del hombre, exista una a una. En esta lnea de pensamiento, Lacan llega a reivindicar la vieja idea eclesistica de que la mujer no tiene alma: no la tiene si se entiende por alma una dimensin que la eleve, que la salve de la singularidad. Slo hay una manera de poder escribir la mujer sin tener que tachar el la: all donde la mujer es la verdad. Y por eso, de ella, slo se puede decir a medias (mi-dire), mal-decirla (mdire)27. No hay la mujer: precisamente lo esencial en el mito de Don Juan es que las posee una por una. 8. La tica Afirmar el inconsciente en el hombre es un acto de piedad increble, pues presupone la existencia (como en Scrates) de un daimon en cada cual, una voz a la que obedecer. El el estatuto del inconsciente, que como les indico es tan frgil en el plano ntico, es tico. Freud,
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Jacques Lacan, Aun. El seminario: libro 20, op. cit., pg. 114. Ibd., pg. 93. 27 Ibd., pg. 125.
en su sed de verdad dice -Sea lo que sea, hay que ir a l28. Los lacanianos reivindican el coraje de no faltar al inconsciente del que se es sujeto. Hay que leer, formarse, pero sobre todo es preciso leer el inconsciente, ese libro de tirada nica donde est escrito el guin de la vida. Y esto plantea entonces una cuestin muy grave, la de reconciliarse con la ex-sistencia de cada cual. Pero entonces, en qu queda la libertad? De cualquier modo, parece que no elegimos en la vida como quien elige colores. Parece que no, pues en aquello que nos jugamos algo importante elegimos lo que sentimos como propio, lo que nos toca, que nos corresponde. De otro modo, por qu mantener una eleccin como propia, digan lo que digan los otros? As, como en Spinoza, en Lacan hay una suerte de eleccin forzosa. Por la misma razn que podemos decir que una decisin es algo que no se puede pensar (J. Alemn), pues tomamos la decisin en la medida en que somos tomados por ella, tambin debemos decir que, propiamente hablando, no elegimos. Nos limitamos a estar a la altura del acontecimiento, a la paradoja de no ceder en cuanto al deseo, convirtiendo en tarea la inanticipable causalidad que nos determina. Los estoicos hablaban aqu del amor fati, un amor al destino que no parece muy lejano a Lacan: nos limitamos a reconocer lo inevitable, a quererlo como propio, como una libre eleccin. Desciframos la cifra que en cada caso nos corresponde, el devenir inconsciente del que somos sujeto, y esto dibuja como una especie de circularidad: Como dijo un da Picasso... Yo no busco, encuentro... No me buscaras si no me hubieras ya encontrado29. Hay ciertamente una especie de crculo vicioso, el que recordaba Pndaro con su Llega a ser lo que ya eres y el que recordaba Freud con su: Wo Es war, soll Ich werden. Goce de qu? De un ser nico que slo tiene una cosa que decir Soy lo que soy30. El goce no es el placer, es un concepto ms complejo, est ms all del principio del placer, que sera un dique homeosttico y regulador frente al goce. En el horizonte de la cuestin hay un goce mtico, el goce imposible de la cosa, de la madre, del Otro. El ms all del placer que es el goce confina con el dolor y el sufrimiento. Qu es el goce? El goce es lo que no sirve para nada31: queda fuera de lo til, pues el sujeto del inconsciente atenta contra s mismo y en su constitucin surgen efectos estructurales que no colaboran en absoluto con el bienestar, obstaculizando cualquier ideario social que pretenda reducir el malestar en la cultura. El goce es una satisfaccin de las pulsiones independiente del sufrimiento, por eso puede incluir el malestar... e incluso cosas peores. Frente a esto, el deseo siempre est vinculado a la insatisfaccin. No el deseo de esto o lo otro, sino el deseo: Toda una temtica que atae al estatuto del sujeto aparece cuando Scrates formula no saber nada, excepto lo que concierne al deseo. Scrates no coloca al deseo en la posicin de subjetividad original, sino en la posicin de objeto32. El deseo, esa pasin intil (Lacan reivindica aqu a Sartre), abre la existencia. De ah la frase: El deseo, lo que se dice el deseo, basta para que la vida no tenga sentido si produce un cobarde33. Que duda cabe, que esta manera de pensar deja en una incmoda posicin todo lo que ataa a la sociedad, incluso a la democracia. Pero en estos mrgenes se quiso mover Lacan, para quien no hay que creer en una sociedad ideal, en una democracia moderna que encarne de manera laica la vieja promesa religiosa.
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Jacques Lacan, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis, op. cit., pg. 45. Ibd., pg. 19. 30 Jacques Lacan, El reverso del Psicoanlisis. El seminario: libro 17, Paids, Buenos Aires 1992, pg. 70.
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Jacques Lacan, Subversin del sujeto, Escritos I, Mxico 1971, pg. 323. Jacques Lacan, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis, op. cit., pg. 25. 33 Jacques Lacan, Kant con Sade, Escritos II, op. cit., pg. 354.
Es la brecha separando al hombre de la naturaleza la que determina su falta de relacin con la naturaleza, y engendra su escudo narcisstico, pero esta misma estructura es tambin la visin donde se injerta sobre l su propio entorno, es decir, la sociedad de sus congneres. Aparece aqu el concepto de transitivismo, que an es un absoluto equivalente ataque y contraataque, el sujeto aqu esta en aquel estado de ambigedad que precede a la verdad, en cuanto a su yo esta realmente alienado de si mismo en la otra persona. Por ejemplo la gnesis de la homosexualidad en un cuerpo puede referirse a la imago de una hermana mayor, es como si el varn se sintiera atrado hacia las huellas que el desarrollo superior de su hermana dej. La tensin libidinal que encadena al sujeto a la constante bsqueda de una unidad ilusoria que siempre lo tienta a alejarse de si mismo, esta relacionada a esa agona de derreliccin que es el destino especial y trgico del hombre.
En Freud Es a partir de La interpretacin de los sueos, que Freud empieza a abandonar formulaciones impregnadas por la neurologa, para dar paso al inconsciente con elaboraciones ms psicoanalticas. A partir de este texto, el aparato psquico ser un instrumento compuesto, con elementos que le dar el nombre de instancias o sistemas. Estos son: consciente, preconsciente e inconscientes. Esta ser la primera configuracin tpica del aparato psquico, en donde cada instancia, tendr modalidades de funcionamiento distintas. Particularmente, el inconsciente, estar caracterizado, como modo de funcionamiento, por el proceso primario. Siendo las caractersticas, la atemporalidad, la ausencia de contradiccin, sustitucin de la realidad exterior por la realidad psquica y adems poseer dos mecanismos fundamentales: el desplazamiento y la condensacin de las representaciones. El preconsciente y el consciente estarn regidos por el proceso secundario. Para comprender el paso del proceso primario al proceso secundario, es de fundamental importancia entender como interviene la representacin cosa y la representacin palabra. En el artculo Lo inconsciente, Freud dice: La representacin consciente engloba la representacin de la cosa ms la representacin de la palabra correspondiente, mientras que la representacin inconsciente es la representacin de la cosa sola. Luego Freud denominar a los contenidos del inconsciente como agencias representantes de la pulsin. Es decir que la pulsin solo se halla presente en el inconsciente por medio de sus representantes, Teniendo en cuenta que pulsin es el concepto lmite entre lo somtico y lo psquico. En la etapa de la primera tpica asimila lo inconsciente a lo reprimido. Represin que producira la primera escisin del sujeto. Luego en 1923, con su artculo El YO Y EL ELLO, se modifica la teora del aparato psquico, en donde las caractersticas atribuidas al inconsciente en la primera tpica, se la atribuye al Ello. El Ello ser el polo pulsional de la personalidad y desde el punto de vista dinmico entrar en conflicto con el Yo y el Superyo. Adems el conflicto neurtico estar dado por la oposicin entre pulsiones de vida y pulsiones de muerte. En anlisis, cuando Freud habla de una escucha del inconsciente, est hablando del pasaje de las representaciones, lo que implica asociaciones internas a los juegos de palabras, lo que a su vez implica asociaciones externas. El inconsciente es productivo y producido. Es la regla de transformaciones que operan sobre las transformaciones verbales que configuran el contenido latente en contenido manifiesto. Puesto que el inconsciente se produce al hablar, irrumpiendo en lo que el Yo intenta decir, no hay formaciones del inconsciente como tales si no hay escucha de las asociaciones que den cuenta de esa transformacin.
Lacan con Freud Lacan en Funcin y campo de la palabra, profesa el retorno a las fuentes, es decir a Freud, para no faltar a su verdad, debido al cauce que haba tomado el psicoanlisis posfreudiano. En su obra si bien se apoya en la nocin de estructura de Lvi Strauss, producir un estructuralismo propio, en donde la estructura del lenguaje preexiste y estructura al sujeto. En La instancia de la letra dice: ...El sujeto, s puede parecer siervo del lenguaje, lo es ms an de un discurso en el movimiento universal del cual su lugar est ya inscripto en el momento de su nacimiento.... Es decir el lenguaje ser constitutivo de la cultura e implicar que el sujeto est inmerso en la trama del lenguaje. De esta manera abordar un concepto fundamental: El inconsciente est estructurado como el lenguaje. Cuyos elementos sern el significante y el significado, pero no tendrn el mismo sentido dado por Saussure, porque Lacan, instalar la supremaca del significante. En el seminario XI, dir El inconsciente es la suma de los efectos de la palabra en un sujeto; es a ese nivel que el sujeto se constituye como efecto del significante. Sabemos que el analista escucha un relato, escucha una cadena de significante pero no de significado, por lo tanto lo constitutivo del sujeto ser el orden simblico. Para escribir un significante hay que escribir por lo menos dos. Esta cadena significante tendr una barra, que Lacan la define como resistente a la significacin, y la relaciona con la represin primaria. S........S S Ese lugar donde se inscribe el tesoro del lenguaje, Lacan lo denominar lugar del Otro (A). Por lo tanto, el sujeto aparece dividido por su discurso, est hendido y no es ms que lo que Freud siempre reiter. Esta divisin del sujeto ser constituyente del deseo mismo. Los mecanismos de las formaciones del inconsciente, que Freud denomin condensacin y desplazamiento, en Lacan sern similares a los del lenguaje y los llamar metfora y metonimia. La metfora es la sustitucin de una palabra por otra, produciendo una creacin de sentido y la metonimia es la conexin palabra a palabra, se inscribe en el orden de la coordinacin sintctica. Este inconsciente se manifiesta siempre como lo que vacila en un corte del sujeto. Sale a la luz por un instante y en un segundo tiempo se cierra, esto ser la evanecencia del inconsciente, es algo que pulsa y encuentra falla o fisura. Quiere decir, que el psicoanlisis opera con palabras y el inconsciente es producido mientras se habla, irrumpiendo en el discurso intencional bajo la forma de sorpresa y esto marca la divisin del sujeto. Cuando se representa al inconsciente como constituido por recuerdos traumticos, en que la solucin del sntoma es alcanzado cuando se recupera el recuerdo de algn hecho olvidado, lo que hay que tener en cuenta es que si a travs de la palabra se recupera un recuerdo y ese recuerdo es capaz de transformar un sntoma, es porque algo ha sido transformado en la significacin de ese recuerdo, que adquiere una nueva significacin. Esta nueva significacin no ser cualquiera que se fabrique. Tambin hay que recordar que inconsciente no es lo irracional, es una lgica que organiza el discurso y a sus formaciones (actos fallidos, sueos y sntomas). Para concluir dira que el concepto de inconsciente puede ser abordado desde varias facetas y adquiere su verdadero valor en relacin con los otros conceptos fundamentales del psicoanlisis, esto es, los conceptos de pulsin, repeticin y transferencia.
El falo en la cultura
Vctor Gutirrez Olivares
Este trabajo fue premiado en el marco del Concurso de contenidos de la Comunidad Russell (2003-2004) El atesmo deja de ser optimista para convertirse en trgico, su smbolo no es ya Prometeo, sino Ssifo. Nietzsche
Qu liga el arte al artista? Qu enlaza la emocin esttica a la forma? En el libro El Banquete, de Platn; Aristfanes invitado de Agatn en el tema propuesto por l sobre el amor, el discurso de Aristfanes es muy distinto al de Eriximaco y Pausanias que le haban precedido, su intervencin versa en llegar a conocer la naturaleza humana y sus vicisitudes, porque segn l nuestra primitiva naturaleza no era la misma de ahora, sino diferente en la que existan tres gneros de los hombres, y no dos -masculino y femenino-, haba un tercero. Era el Andrgino una sola cosa, partcipe de ambos sexos; Tena cuatro brazos e igual nmero de piernas, dos rostros semejantes en todo colocados en sentido opuesto a lo igual que sus genitales, una sola cabeza. Eran seres terribles por su vigor y fuerza por lo cual, atentaron contra los dioses quienes no podan darles muerte y extirpar su linaje. Fulminndolos con el rayo de Zeus concibi una idea y dijo: "Me parece tener una solucin para que pueda haber hombres y para que, por haber perdido fuerza, cese su desenfreno. Ahora mismo voy a cortarlos en dos a cada uno de ellos y as sern a la vez ms dbiles y ms tiles para nosotros por haberse multiplicado su nmero..." Una vez separada su naturaleza humana en dos Zeus los disemin por toda la tierra, aorando cada parte a su contrasea, al encontrar una de ellas se rodeaban con sus brazos y se enlazaban entre s, deseosos de volver a su estado primitivo y estar unidos como antes muriendo de inanicin en general, por no querer hacer nada los unos separados de los otros. De ah que busque siempre cada uno a su propia contraparte. De est manera, en tanto que el sujeto ($) queda constituido en la falta, y por la falta, por quererse igualar a los dioses, el sujeto tiene que vivir cuando se produce dicha separacin, deseando encontrar la parte que lo complemente. El deseo queda del lado de la castracin, del lado de la falta, slo se desea lo que no se tiene, de lo que se carece, de lo que se extraa. La satisfaccin absoluta del deseo es imposible, porque ste slo se sostiene en la insatisfaccin. Sin embargo, en ningn otro lugar, salvo el del amor, se encuentra lo que ordena la verdad del inconsciente marcando con su sello cada una de las representaciones que lo constituyen. Su nombre es falo(). El falo no es el pene, es el significante de eso que no hay; es lo que nos viene a representar, aquello que no existe, Lacan indica la nocin del falo como: "significante del deseo". Nunca deja uno de desear, slo estando muerto, de ah de entender la terrorfica palabra unheimlich que nos viene en principio como lo ms agradable donde ya, no se desea, pero a la vez se convierte en lo ms siniestro. Para Freud nada es ms pavoroso, ms siniestro que ver la imagen del propio deseo hecha realidad. El hombre por lo tanto vive contraviniendo la cultura que l mismo fundo pues ha tenido que ceder ante su pulsin; funda un nuevo estatuto: la culpa el principio de placer da paso al principio de realidad a un ms all, Freud en El malestar en la cultura de 1929 menciona que
no es la cultura la causa de la insatisfaccin del deseo sino que, al contrario, es la insatisfaccin del deseo, el motor de la cultura. Se desprende entonces que la cultura por su estructura formal, intrnsecamente heterognea se funda en el falo que es falta y fuente convirtindose de esta forma en falocentrica. Puntualizando en que el falo es el significante de la castracin, de la carencia de lo que no hay, el centro; porque promueve, pone en movimiento, es condicin de existencia de la cultura, engendrada por Poros y Penia. El deseo del falo para el otro es representado por objetos imaginarios con valor flico en un intento de sustituir la falta a travs del poder, de atributos estticos, de la inteligencia, del dinero, la danza, las artes, entre otras. El falo, referente del orden inconsciente, no puede asirse en un concepto, escapa por el corte de su unidad a toda inscripcin. Es decir que no existe ni imagen ni texto del falo. Su nico concepto es inconsciente: la castracin. Es por esto, que lo nico que el sujeto soporta es la divisin, estar en falta y por la falta. El culto al falo es estructural, aparece en todas las culturas y ha estado siempre en unin permanente con las divinidades de todas las civilizaciones, es un smbolo que entre los primitivos adquiri poder curativo, instituyndolo como ttem. Por ello no es raro encontrar en muchos pueblos representaciones flicas incrustadas en las paredes de la entrada o en forma de esculturas, para proteger a sus habitantes contra el posible "mal de ojo" de los forasteros. Como por ejemplo entre los Akha, un pueblo del norte de Tailandia, para protegerse de los demonios al poblado, construyen en madera figuras de un hombre y una mujer listos para copular. El culto al falo es una de las prcticas religiosas ms antiguas que se conocen y probablemente estaba relacionada con el culto a la fertilidad, recordemos que cuando Zeus (Supra) "separ" al andrgino, tambin lo hizo con el fin de que se procrearan mayor nmero de hombres y as, rendir ms culto a sus templos. El falo aparece ya representado en las pinturas paleolticas, por ejemplo en las cuevas de Altamira y de Lascaux. Tambin aparece en el arte parietal levantino: en Cogull (Lerida) se conserva una pintura que representa una danza ritual de carcter flico, en la que nueve mujeres bailan alrededor de un hombre totalmente desnudo con un gran pene. As mismo, los menhires paleolticos se han interpretado como representaciones megalticas de penes. En Trecia exista el culto a Priapo, hijo de Afrodita y de Dionisio; era representado como un hombrecito en actitud burlesca y provisto de un enorme pene, el cual pesa en una balanza. El otro plato de dicha balanza, contiene una bolsa repleta de monedas de oro, simbolizando no slo el peso del pene, sino adems, su valor y estima. A l se le renda culto, en cuyo honor se celebraban grandes orgas flicas. En la antigua Roma, el culto flico continu. En las ruinas de Pompeya se han conservado numerosas representaciones flicas, tanto en pinturas como en esculturas. Crente fue otro adoratorio de divinidades flicas. La India es uno de los mejores lugares donde las representaciones flicas se encuentran por doquier; el dios Siva era venerado como un pene erecto (el linga), a veces combinado con una representacin de la vulva (el yoni). Incluso las torres de los templos indios son, a veces, representaciones colosales de un pene como ocurre en el famoso templo Lingaraja. El menhir prehistrico o el obelisco historiado de un parque de Oslo Noruega son claramente representativos del pene que se mantiene erecto. La ereccin del pene representa al padre primordial, el cual puede tener a todas las mujeres y acoplarse con ellas manteniendo esa ereccin que representa el poder de eyaculacin permanente, sin llegar a la detumescencia, pues l es un ser completo que no desea, todo lo tiene, ms sus hijos estigmatizados por darle muerte, por querer poseer a dichas mujeres siempre giramos en torno a buscar ese placer y deseo de la ereccin permanente, buscando de objeto tras objeto sin lograrlo, creando algo que represente lo que
nos hace falta como sujetos incompletos, tachados por la ley, edificamos templos y disfrazamos nuestra carencia de poder absoluto haciendo representaciones en bailes, pinturas, esculturas; aorando: "eso que nos hace falta". El exhibicionismo flico se da en todas las culturas por la necesidad, en la cual el pene erecto o sus smbolos representan el poder y rango social, en algunas tribus son utilizadas estratagemas para simular un gran pene erecto. El culto flico se encuentra tambin en toda la repblica Mexicana en sus tradiciones, danzas, festividades, pinturas, ceremonias, entre otras. A la llegada de los espaoles (1520), se maravillaron de dichas danzas en las cuales se representaban hechos picos, histricos, sus creencias, y otros tantas ms. Entre los bailes haba uno muy curioso, que se encontr en uso en los pueblos mayas. Se plantaba un madero de quince o veinte pes, y de su punta se ataban treinta o ms cordeles, segn el nmero de danzantes, todos de pueblos diferentes. Cada uno tomaba la extremidad del suyo, y comenzaban a bailar al son de los instrumentos, cruzndose con tal destreza que hacan sobre el madero un hermoso tejido. En ste ejemplo de uno de tantos similares en el cual los danzantes bailan al comps del teponaztli o chirimia a un mismo paso que seala los cuatro puntos cardinales, se deja ver entrever el cuidado conque es envuelto el xcotl o tronco para "protegerlo" y as embellecerlo. El madero o xcotl vendra a representar el rgano sexual del dios que debe ser cuidado y adornado con mil colores. Sali entonces Ezuaucatl con los prisioneros; mandles poner un huhuetl en medio, y a su msica bailaron todos alrededor. Recomendles despus que muriesen como valientes, y subi al madero, en donde volvi a bailar y cantar. Enseguida se arroj desde lo alto. La guerra en los pueblos prehispnicos tena un significado mstico, a la vez que morir en honor a sus dioses les prometa llegar a alcanzar un goce. La dcima veintena era Xocohuezti, y empezaba el 28 de agosto; significaba cuando madura la fruta, los sacerdotes levantaban con gran solemnidad y reverencia un madero Xcotl y lo enhestaban en el patio del templo. Ponan sobre el madero un gran pjaro hecho de masa de bledos, tzoalli, hacindole su cabeza con pico dorado, las alas y la cola con plumas, a su rededor cuatro pias, de la misma masa. Seguase despus la danza sagrada; formaban la rueda interior los mancebos y doncellas del Calmecac, y la exterior los seores y principales. Terminaba sta una hora antes de ponerse el sol, lanzbance los mancebos a subir al palo xcotl, hasta que el primero llegaba a lo alto y arrancaba la cabeza del pjaro. Enseguida el pueblo derribaba el madero, y todos se lanzaban sobre l arrancndole un pedazo o astilla que, como reliquia, guardaban; tenindose por muy feliz al que haba alcanzado a tomar una pequea parte de la masa del cuerpo del pjaro. Conclusin La cultura, como podemos ver, es significada en tanto falta que es la causa y efecto de una ley que tiene como significante al falo que es fundamento del orden simblico, condicin estructural para que haya sujeto que en tanto castrado vuelve eje a su insatisfaccin. Foucault y Derrida hacen la distincin de la complementariedad que no puede existir porque nunca hablamos de sujetos iguales a s mismos, ms no diferentes, menos an idnticos, pero s representables. Por lo que tendremos que distinguir tambin que la cultura es diferente de la civilizacin pues en la primera el hombre ejerce poder para modificar el medio; en la segunda slo el que tiene el poder puede decir el estado de las cosas, la palabra es vuelta precentificacin de la cosa; el deseo, entonces no es un anhelo, si no una nostalgia, por ello, el sujeto es evanescente por lo que tenemos que organizar nuestro mundo gramaticalmente. El hombre nombra para separarse de s, esta estructura que nos subyace conocida como lenguaje, nos instalar siempre en la falta. La castracin no es cortar nada, sino prohibir, por lo que buscaremos desde siempre el falo de objeto en objeto y de cultura en cultura.
Resumir las caractersticas del psicoanlisis de la corriente llamada francesa (continuador de las lecturas de J. Lacan), es quizs una tarea imposible, porque cierta trasmisin terica se apoya en la retrica y la experiencia. Adems se trata de una corriente de pensamiento compleja, y la mayora de las personas, incluso pertenecientes al campo psi no logran captar la lgica de trabajo. Sigmund Freud, es el fundador del psicoanlisis. Su clnica acompa sus investigaciones, y su obra se extendi y desarroll durante muchos aos. Es indudable que el campo psi cambi a partir de sus escritos. Muchos autores lo han continuado. Pero la obra de Freud es tan vasta y polmica que incluso entre sus seguidores no hay acuerdo. As, diferentes lneas de trabajo (incluso opuestas entre s) afirman entonces que si Freud hubiera continuado vivo, hubiera llegado a postular lo que esas mismas lneas plantean. Por otro lado existen diferentes interpretaciones de lo que dijo Freud. El psicoanlisis rompe con la idea de un individuo que se propone un objetivo y se prepara para cumplirlo (como otros postulados sostienen). Entonces comienza a plantear la nocin de un sujeto como constreido a una estructura que lo preexiste. As la sensacin de autonoma de una persona, su mismidad, (el yo moi), no resulta confiable, sino que autoengaa, en el sentido de realizar acciones que no coinciden con lo que esa persona quisiera realizar. De esta manera las personas realizan maniobras tales como no poder estudiar a pesar de proponrselo, decir algo que no se quera, fracasar al triunfar, olvidos, actos fallidos, errores, etc. El psicoanlisis se diferencia de otras posturas porque cree en estos actos fallidos, dan lugar a la expresin inconsciente. Esta postura contradice otras teoras, porque afirma que un individuo, estudiando sus problemticas personales, su padecer, comprendindolo, hacindolo notar, generando nuevos vnculos, o rompiendo las estimulaciones, no lograr modificar la situacin. El psicoanlisis postula la nocin de representaciones inconscientes. La corriente llamada inglesa sostiene que un sujeto se propondra conscientemente una cosa pero inconscientemente otra. Pero el psicoanlisis de la corriente llamada francesa (partiendo de la lectura de J. Lacan) rompe con la idea de una vida inconsciente y otra consciente. Porque no acepta que exista una vida inconsciente separada, como si se tratara de un psiquismo paralelo. Por el contrario postula que el inconsciente no est ni se ubica en ningn lado, sino que este se produce. Por lo tanto, los actos fallidos no son una expresin de una cuestin que se cree inconscientemente pero por la represin el sujeto no se entera (corriente inglesa) sino que es la irrupcin de una representacin inconsciente que no estaba en ninguna parte, sino que se produjo en ese momento. Por lo tanto hipnotizar a un individuo para averiguar los motivos interiores de su malestar, resulta inconsistente. Aunque uno de los libros escritos por S. Freud se llam la interpretacin de los sueos, los sueos no se interpretan, sino que lo que cuenta es lo que un sujeto puede decir sobre ellos. Entonces cobra importancia los dichos de un sujeto, su padecer, y tambin las irrupciones del inconsciente. El psicoanlisis se basa en la idea de estructura, de cmo un sujeto es determinado por la relacin con los dems, de cmo esta relacin constituye una verdadera matriz (fantasma) que marca maneras de comportarse basadas en rasgos estructurales. De esta manera poco importa un sntoma aislado, ni sirve de nada proponerse corregirlo de por s solo, sino que un sntoma es un anudamiento significante que dice mucho ms de lo que aparentemente dice. Por lo tanto los sntomas no son equivalentes a una estructura, por lo que los manuales de
diagnstico tales como el DSM-IV y el CIE 10, pierden importancia. Cobran entonces significacin los trazos simblicos que operan estructuralmente. Es clave la nocin de falo (no confundir con pene), caracterizada por la presencia de una ausencia, falo como representable simblicamente aunque no perteneciente al orden de las representaciones. La nocin de falo implica la circularidad y significacin de las funciones que permiten la constitucin subjetiva de un sujeto. Esta postura traza una lnea divisoria entre la psicologa, basada en el aprendizaje, la reeducacin, el dominio, el aprendizaje, el acomodamiento, etc., y el psicoanlisis preocupado por el deseo del sujeto. Aqu se habla de sujeto, del deseo, y de un ms all que implica la nocin de "goce" como un ms all del principio de placer. El yo divide al sujeto. En este sentido Lacan toma una frase de Descartes: Pienso luego Soy y la modifica en: Soy all donde no pienso pensar. En el sentido que si el sujeto piensa, entonces no es y si es no piensa. Por lo tanto en el psicoanlisis se evita la especulacin consciente, y se habla de modificar el posicionamiento estructural y fantasmtico. Esquematizando sobre el campo "psi" en general puede decirse que las corrientes apoyadas en la reflexin conductual, se basan en el esquema de estmulo respuesta estmulo. A partir de all se explican patologas y se proponen su resolucin desde ese esquema. As las cosas, si alguna persona no come estar marcada por la influencia cultural de la esttica de la delgadez, si un nio observa violencia por televisin este hecho contribuir a una actitud violenta, y si un caballero eyacula precozmente, ser por su habito de hacerlo as. Para el psicoanlisis este esquema es completamente insuficiente, y lo demuestran da a da todas aquellas personas que no responden de manera similar ante estmulos comunes. De igual manera, otros enfoques no conductuales como la gestalt, o las terapias focalizadas, tambin se apoyan en un razonamiento donde hay algo que cambiar con relacin a comprender el punto conflictivo, por lo que se toma nuevamente distancia del psicoanlisis. Al igual que las corrientes basadas en un enfoque sistmico y social, que postulan la circularidad de esquemas de roles que enquistan maneras de comportamiento o de organizacin, pero no dejan de basarse en el pensar o razonar conciente. El psicoanlisis sostiene que una cuota de libertad se adquiere al analizar el posicionamiento subjetivo que posee un sujeto y los significantes que lo determinan. Significantes organizados en una cadena basada en la diferencia.
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JACQUES LACAN
Nacimiento: 13 de abril de 1901, Pars, Francia Defuncin: 9 de septiembre de 1981 (80 aos) Ocupacin: Psicoanalista Nacionalidad: Francs. Movimientos: Psicoanlisis Estructuralismo Influido por: Saussure, Heidegger, Freud, Lvi-Strauss, Kjeve.
Jacques-Marie mile Lacan (Pars, 13 de abril de 1901 - 9 de septiembre de 1981). Psicoanalista francs. Mdico psiquiatra de profesin, es mejor conocido por su trabajo que subvirti el campo del psicoanlisis. Es considerado uno de los analistas ms influyentes despus de Sigmund Freud. Busc reorientar el psicoanlisis hacia la obra original de Freud, de cuyo sentido consideraba que el psicoanlisis post-freudiano se haba desviado cayendo en una lgica a veces biologicista, u objetivadora de la realidad. Lacan acus a muchos de los psicoanalistas coetneos por haber distorsionado y parcializado la teora de Freud. Reinterpret y ampli la prctica psicoanaltica, construyendo una lectura de la obra freudiana basada en el concepto de estructura. Incorpor adems nociones de origen lingstico, filosfico y topolgico que lo llevaron a redefinir muchos de los principales trminos del lxico psicoanaltico y a formular la tesis por la que se lo identifica. "El inconsciente est estructurado 'como' un lenguaje", con esta frase Lacan quiere volver a la concepcin de inconsciente propuesta por Freud, ya no en la lgica de los tericos de las relaciones objetales que intentan dar un lugar al inconsciente. Con esta frase Lacan pone al inconsciente en la imposibilidad de representar los Objetos reales de manera absoluta en el lenguaje. Lo inconsciente remitira a lo no-dicho en el lenguaje. Las nociones lingsticas tomadas de Ferdinand de Saussure se hacen en su obra aplicables a la relectura de Freud. Modificando algunas de las frmulas relativas al significante, Lacan inserta el concepto de lgica del significante para reexplicar la teora freudiana. Su obra ha despertado inters en otros campos adems del psicoanlisis, particularmente en la lingstica, la teora crtica y en el postestructuralismo. La importancia de lo lingstico (si bien, en trminos estrictos, Lacan denomina "lingistera" a su concepcin del lenguaje) en la reformulacin lacaniana del psicoanlisis lo llev a modificar numerosas ideas de la prctica clnica y a proponer un complejo esquema de constitucin psquica del hombre. El yo se constituye en torno a un reconocimiento en torno a la imagen del otro o en su imagen en el espejo. A esta instancia Lacan la llam el Estadio del espejo. Con todo, afirm reiteradamente que su intencin era refinar y mejorar el marco original de las obras de Freud: es famosa su boutade de que quien quiera ser lacaniano es libre de serlo, pero que l mismo se consideraba freudiano. Su obra, lejos de haber cosechado aceptacin universal, es fuente de grandes controversias (incluso dentro de la comunidad psicoanaltica). Los filsofos Slavoj Zizek y Alan
Badiou han sido algunos de sus ms fuertes defensores. En contrapartida, Lacan fue objeto de crticas epistemolgicas de los fsicos Alan Sokal y Jean Bricmont as como del lingista Noam Chomsky, y filosficas por parte de Jacques Derrida y de autores feministas. Ms all de las crticas, resulta indiscutible su fuerte influencia en la prctica del psicoanlisis en algunos pases europeos y latinoamericanos. Sus concepciones han dado pie a numerosas escuelas de orientacin lacaniana en pases como Brasil, Colombia, Francia y Argentina. Inicios Lacan emprendi el estudio de medicina en 1920 y se especializ en psiquiatra desde 1926. En esta poca inici su propio anlisis con Rudolph Loewenstein, que continu hasta 1938. Lacan era muy activo en el mundo de los escritores, artistas e intelectuales parisienses de la poca: fue amigo de Andr Breton, Luis Buuel, Salvador Dal y Picasso (del cual fue mdico), y tambin particip en el mouvement Psych fundado por Maryse Choisy. Contribuy en numerosas publicaciones surrealistas y estuvo presente en la primera lectura pblica del Ulises de James Joyce. En sus estudios mostr particular inters en el trabajo filosfico de Martin Heidegger, y particip en los seminarios sobre Hegel de Alexandre Kojve junto a muchos otros intelectuales de la poca. En 1936 present su primer ensayo analtico sobre 'el estadio del espejo' en el Congreso de la International Psychoanalitical Asociation en Marienbad. Fue enlistado para servir en el ejrcito francs tras la ocupacin alemana de Francia y fue destacado al hospital militar Val-deGrce en Pars. Al trmino de la guerra Lacan visit Inglaterra para atender un curso de cinco semanas, y ah conoci a los analistas ingleses Wilfred Bion, John Rickman, as como entabl una fructfera correspondencia con Winnicott. El trabajo analtico de Bion en grupos contribuy a su nfasis posterior en este tipo de trabajo (a estos grupos de estudio se les llamaba cartels en Francia) como una estructura utilizada para avanzar el trabajo terico en el psicoanlisis. En el otoo de 1953 inici un seminario semanal en el Hospital Sainte-Anne de Pars, instando lo que el describa como 'un retorno a Freud', en particular a la concentracin de Freud en la naturaleza lingstica de la sintomatologa psicolgica. El seminario result muy influyente en la vida cultural parisina as como en la teora y la prctica clnica psicoanalticas, atraa grandes asistencias y continu por casi treinta aos. Fue expulsado junto a a Lagache y Franoise Dolto de la IPA (International Psychoanalitical Asociation) por haberse quejado de que sta, pese a mantener una supuesta fidelidad a la teora freudiana, en lo efectivo tergiversaba continuamente al psicoanlisis. Posteriormente, Lacan se constituy como el maestro del psicoanlisis de corriente francesa. Fund la Sociedad Francesa de Psicoanlisis junto con D.Lagache, J. Favez-Boutonier, R. Lausanne y F. Dolto. Despus de la IPA En 1953, tras ser expulsado junto a Lagache y Franoise Dolto de la SPP (Sociedad Psicoanaltica Parisina) y de la Sociedad Psicoanaltica Internacional, Lagache y Lacan fundaron la Sociedad Francesa de Psicoanlisis. Lacan se convirti en el maestro de la corriente francesa del psicoanlisis. Como vehculo de expresin fund la revista Scilicet y particip de Anthologie. El Seminario, que ofreci en pblico entre 1953 y 1979, se constituye como uno de sus ms importantes legados, aunque est compuesto bsicamente por las transcripciones de las grabaciones magnetofnicas obtenidas de su propia voz, lo que, junto con un estilo sumamente barroco y eventualmente complicado, ha generado la impresin de una dificultad suma por entender de lo que se trata su obra. Algunos de los veinticinco volmenes del seminario han sido "establecidos" por Jaques-Alain Miller, fundador de la Asociacin Mundial
de Psicoanlisis y de quien Lacan deca saba interrogarle. El vigesimosexto ha sido llamado el "silencioso" debido a la imposibilidad de hablar que padeci Lacan desde 1978. Otro de sus grandes compendios lo constituyen los "Escritos", reunidos y editados en 1966 por Franoise Wahl. A partir de 1974, siendo Director del Departamento de Psicoanlisis de la Universidad de Pars VIII, comenz a trabajar en la preservacin de la importancia de la teora de Freud en el movimiento psicoanaltico, basando progresivamente su teora en los matemas, que constituyen una formalizacin de la lgica de lo inconsciente. A menudo se considera que Lacan trabaj tambin como psiclogo experimental, aunque esto es incorrecto. Las observaciones experimentales comentadas en sus obras fueron tomas de investigaciones en chimpancs y humanos de Henri Wallon en 1931.34 Lacan reinterpreta estas experiencias, al punto que las conclusiones de Lacan difieren notablemente de las conclusiones originales. A edad avanzada sufri trastornos cerebrales, afasia parcial y cncer de colon. Pero de igual manera segua trabajando. Ideas Lacan retoma la teora psicoanaltica de Freud para desarrollarla incorporando elementos del estructuralismo, la lingstica (Ferdinand de Saussure, Roman Jakobson), de la filosofa (Kojve, Sartre), de la fenomenologa (Husserl), de corrientes existencialistas diversas a las sartreanas (Martin Heidegger, Karl Jaspers, Maurice Merleau-Ponty), de la antropologa (LviStrauss) as como elementos de las matemticas, por ejemplo la topologa combinatoria (banda de Moebius y el toro), la teora de los nudos, la geometra, la teora de juegos y la teora de nmeros. Inconsciente estructurado Una de las primeras hiptesis fuertes de Lacan es que lo inconsciente est estructurado como un lenguaje y opera combinatoriamente por los mismos procesos que generan la metonimia y la metfora. Entindase bien: no quiere decir que se reduzca a un lenguaje. Un ejemplo "simple" de lo antedicho son los ensueos (imgenes onricas); stos son como metforas de deseos reprimidos. Explica que la materialidad del pensar est dada por la materialidad de los significantes, y las actividades mentales de la combinatoria de significantes que configuran al pensar. Lacan, con Freud, considera que el ser humano, adems de estar regido por los instintos, tambin lo est por las pulsiones. A diferencia de los instintos, las pulsiones carecen de objetos predeterminados; esto hace que el ser humano no quede encerrado en esquemas o estereotipos simples de conducta; el ser humano, al ser pulsional, supera el mero sistema de "estmulo respuesta" que caracteriza a los otros animales (en los primates superiores chimpancs, etc., ya se observan primordios de pulsiones). Refuerza la idea freudiana de que lo inconsciente, lejos de ser algo subconsciente, es algo que se da en un plano que no es subyacente a la consciencia y demuestra esta relacin entre los planos de lo consciente y lo inconsciente con la incorporacin del objeto topolgico denominado banda de Mbius.
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Dylan Evans. From Lacan to Darwin. University of the West of England, Bristol, UK.
Nudo borromeo
Explica la constitucin subjetiva como una estructura dinmica organizada en tres registros. Lacan formul los conceptos de lo real, lo imaginario y lo simblico para describir estos tres nudos de la constitucin del sujeto. Estos tres registros se hallan imbricados segn la forma de un nudo borromeo (o, nudo Borromi): El desanudamiento de cualquiera de los tres borromeo, e provoca el desanudamiento de los otros dos. Se trata de otra herramienta conceptual tpica de la topologa combinatoria, como lo es la ya referida Banda de Mbius. , Registro de lo real Lo real es aquello que no se puede expresar como lenguaje, lo que no se puede decir, no se puede representar, porque al re presentarlo se pierde la esencia de ste, es decir, el objeto re-presentarlo mismo. Por ello, lo Real est siempre presente pero continuamente mediado mediante lo imaginario y lo simblico. Registro de lo imaginario Lo imaginario est constituido en un proceso que requiere una cierta enajenacin estructural, es el reino de la identificacin espacial que inicia en el estadio del espejo y es al, instrumental en el desarrollo de la agencia psquica. Es en este proceso de formacin que el sujeto puede identificar su imagen como el yo, diferenciado del otro y en relacin con el objeto lacin a. Lo que se designa como yo es formado a travs de lo que es el otro en otras palabras, de en la imagen en el espejo. Es la forma primitiva de pensamiento simblico. Registro de lo simblico Lo imaginario, o aspecto no lingstico de la psique, formula el conocimiento primitivo del , no-lingstico yo, en tanto lo simblico, trmino que utilizaba para la colaboracin lingstica (lenguaje , verbal coherente), genera una reflexin a nivel comunitario del conocimiento primitiv del yo primitivo y crea el primer conjunto de reglas que gobiernan el comportamiento e integran a cada sujeto en la cultura. Constituye el registro ms evolucionado y es el que tipifica al ser humano adulto. . Lacan considera que el lenguaje construye al sujeto y el humano padece este lenguaje porque le es necesario y le aporta a cada sujeto una calidad heurstica (con el lenguaje simblico se piensa, con este lenguaje se razona, con tal lenguaje existe comunicacin simblica entre los simblica humanos). Lo que se convierte en el sujeto propiamente, se desarrolla mediante su insercin en el orden simblico, momento en el cual el infante adquiere la habilidad de utilizar el lenguaje es adquiere decir, de materializar su deseo mediante el discurso.
Estadio del espejo Lacan descubre (casi paralelamente a Wallon) que la percepcin que cada ser humano tiene de s, su s-mismo (Selbst en la terminologa de C.G. Jung) es congruente con la nocin de su ego y que esta imagen de s, esta nocin que cada ser humano tiene de s, o ego, nocin de su apariencia corporal completa y de su personalidad... slo se logra a temprana edad vindose reflejado en un semejante, a este momento se le llama estadio del espejo. El yo (o, ego) es (inicialmente) un otro, con tal descubrimiento puede decir Lacan: el sujeto se constituye en y por un otro semejante. El estadio del espejo est predeterminado genticamente en los humanos y es perfectamente corroborable en condiciones cientficas de experimentacin (semeja en muchos aspectos al imprinting (grabacin, troquelado) que en etologa ha descubierto Konrad Lorenz). El estadio del espejo es descrito en el ensayo de Lacan "El estadio del espejo como formador de funcin del yo", el primero de sus Escritos, considerado uno de sus trabajos ms importantes. Algunos lo ponen crudamente como el momento en el que el nio se 'reconoce' a s mismo(a) en la imagen del espejo, pero esto no se apega a la idea de Lacan y hace confusa la terminologa. El nfasis de Lacan se concentra en la identificacin con una imagen o entidad exterior inducida mediante, como l lo pone, "insuficiencia de anticipacin y que crea para el sujeto, atrapado en la atraccin de la identificacin espacial, la sucesin de fantasas que se extienden a partir de una imagen-cuerpo fragmentada a una forma en su totalidad que llamar ortopdica y, por ltimo, a la suposicin de la armadura en la entidad alienante, que marcar con su estructura rgida todo el desarrollo mental del sujeto". Es la Funcin Paterna lo que permite que el infante sea un sujeto, lo ms libre posible, con un pensar coherente lo ms propio posible... y al mismo tiempo, por ser de pensar coherente, que le permita relacionarse positivamente mediante smbolos con el otro. La imposicin de La Ley, ha descubierto Freud y lo corrobora Lacan, permite adems la exogamia, y, as, la persistencia de la especie humana. Es significativo que este proceso de identificacin es el primer paso para la constitucin del sujeto porque todo lo que le sigue -la transicin hacia el orden imaginario y el orden simblico- est basado en este reconocimiento equivocado (mconnaissance): este es el proceso que Lacan detecta en cada identificacin posterior con otra persona, la identidad o mecanismos parecidos a lo largo de la vida del sujeto. Es el inicio de un proceso que dura toda la vida y que consiste en la identificacin de uno mismo en trminos del otro. Ms an: para que el ego plasmado o constituido durante el estadio del espejo pueda devenir sujeto se hace necesario luego el clivaje impuesto desde la funcin paterna, desde una de las instancias del Otro. Los estudios de Wallon y los de Lacan en cuanto a la autopercepcin humana a travs de la imagen reflejada se anticiparon ms de treinta aos a los de la psicologa evolutiva al respecto, recin en 1964 el estadounidense Gordon Gallup efectu el llamado test del espejo, aunque significativamente omiti hacer cita de los trabajos precedentes realizados por Wallon y Lacan. El Otro En contraste con los ego-psiclogos angloamericanos de la poca, tal cual se ha visto Lacan considera al yo como algo constituido en el campo del "Otro", es decir, en la concepcin de lo externo. Lacan argumenta que pensar el yo como una fuerza coherente con control sobre la psique de una persona difiere de lo planteado por Freud. Para Lacan, el yo permanece en conflicto interno permanente, slo soportable mediante el autoengao.
Su teora del yo objetificado estaba inspirada en el pensamiento de Ferdinand de Saussure respecto a la relacin entre el significado y el significante -el papel del lenguaje y las referencias en el pensamiento eran centrales a sus formulaciones, en especial la de lo Simblico. Pulsiones Como Freud, considera que el comportamiento humano est regido por pulsiones, que se relacionan con el pensamiento heurstico y lo diferencian del resto de las especies. Es por esto que el humano no queda encerrado en el esquema de "estmulo respuesta" (E-R) que caracteriza a los otros animales. La articulacin de la pulsin en el registro simblico constituye lo que Lacan denomina deseo. El sujeto deseante se adscribe a la cultura, en la medida que exista un objeto "ideal" perdido, al que llama objeto a. Esta instancia mtica, es la que Lacan denomina como S1 (significante del deseo de la madre), la que se relaciona con los postulados psicoanalticos de la lgica de la castracin. El sujeto en la medida que se adscribe la interdiccin de la ley paterna, entra a la mediatez de la cultura. El objeto a se pierde, cuando intenta dar cuenta de ste, ya que al hacerlo sabe que esa instancia mtica de S1 est perdida. En ese proceso, el sujeto entra a la lgica de la castracin, al dar cuenta que "existe alguien, o algo" que permite "volver" a la instancia mtica de inmediatez y de goce. Por ende, S2 sera lo que Lacan llama la Metfora del nombre-del-padre. Un representante que permite al sujeto entrar a lo simblico y a la cadena significante. Que intenta de por si dar sentido a ese S1 que no puede presentarse. Ese ideal perdido y causal de deseo llamado objeto a. Goce vs. deseo-placer Otro de los aportes de Lacan es la distincin que realiza entre los trminos goce y deseoplacer. Aunque ambos parecen semejantes, son radicalmente distintos y tienen consecuencias muy diferentes: el trmino goce se refiere a las actitudes en las cuales el sujeto pierde su cuota de libertad; el trmino deseo asociado con el placer, en cambio, se refiere a las conductas que dejan de estar apegadas cerradamente a un objeto determinado, permitiendo al sujeto ejercer su libertad. La Topologa en Lacan Lacan para dar cuenta del inconsciente, en parte, se apoya en una rama de la matemtica y la geometra, llamada Topologa; la cual estudia el fenmeno de transformacin de ciertos cuerpos geomtricos (tal como la Esfera, el "Toro", el "Cross-Cap", y la "Botella de Klein", Banda de Moebius; y el "NUDO"), y es una geometra que se apoya en la cualidad (y no en la mensurabilidad). Y como una manera de transmitir algo de lo que no se puede transmitir a travs de la matemtica, lo que l llama "matema" A partir de esto puede dar cuenta de una geometra del sujeto, al jugarse lo que es la superficie, la lnea, el agujero y el punto; en relacin a lo que l llam el "parletre"(parlaser o parlaestar), es decir, a lo que dice el sujeto, a los cortes que se producen en la linealidad de lo que dice, agujereandolo, en relacin a su "cuerpo", a ese "yo"(Je) que es otro. Encontrando como mejor objeto para esto el nudo borromeo, cuya principal carcteristica es que al cortarse uno los otros se separan. Como una manera en como se anudan los tres registro real, simblico e imaginario (R.S.I.). Prctica psicoanaltica Lacan extiende el campo del psicoanlisis en el tratamiento de distintas configuraciones del padecimiento psquico (originalmente creado para tratar las distintas formas de neurosis) al tratamiento de las distintas formas de psicosis. Aunque el mismo Lacan pone nfasis en que,
para el psicoanlisis, psicosis, neurosis y perversin son estructuras subjetivas, no enfermedades mentales que una teraputica pueda "normalizar" ni "curar". Lacan explica la gnesis de las psicosis durante la infancia a partir del recurso a un mecanismo de defensa que llama forclusin del nombre del padre: en una determinada relacin entre los padres y el infante por la cual se instaura una legalidad simblica distinta a la que define la neurosis, quedando atrapado en el estadio del espejo que se manifiesta en distintas formas de psicosis. Sin embargo, la psicologa cognitiva y la psiquiatra comn rechazan la explicacin psicoanaltica de estas enfermedades as como el psicoanlisis rechaza gran parte de las explicaciones que dan los de la llamada psicologa cognitiva y los de la psiquiatra comn. Tambin Lacan ha sido uno de los primeros en estudiar la patologa conocida como caso lmite (borderline), entendindola como una forma de psicosis en la cual el afectado mantiene un anclaje con el principio de realidad mediante un proceso llamado synthome. Obviamente esta explicacin psicoanaltica tambin es rechazada por la psiquiatra comn. Lacan rechaza la denominacin de "paciente" para quien sufre de problemas psquicos, sosteniendo que el supuesto paciente es protagonista durante la terapia y debe adoptar un rol activo respecto a s mismo, convirtindose en "analizante" de su propio pensamiento. El mtodo psicoanaltico lacaniano se aproxima a la mayutica de Scrates: el psicoanalista reflexiona con el analizante el discurso para que ste llegue a replantearlo y logre acceder a la abreaccin mediante a un procesamiento, reconocimiento y verbalizacin de afectos traumticos que durante la dolencia se han encontrado reprimidos en lo inconsciente, quedando as curado como resultado de su propia accin. Para Lacan el tiempo de duracin de una sesin no est fijado de antemano, ya que la finalizacin de la misma es considerada una intervencin del analista que es preciso evitar. La sesin puede durar 20 o 30 minutos o apenas algunos minutos, hasta que se hace presente el objeto a, esto es: cuando durante la sesin aparece un signo importante -por ejemplo una palabra importante, clave-, en tales oportunidades se interrumpe la sesin para que el analizante pueda considerar aquello que ha expresado.
Controversias Ciencias exactas y naturales La psicologa cognitiva critica a Lacan por haber retomado ideas de Sigmund Freud previamente refutadas por la investigacin experimental35 y por reinterpretarlas a partir de las teoras de la lingstica de Saussure, que tambin haban sido refutadas con anterioridad por la lingstica moderna36 (ver Noam Chomsky).
Adolf Grnbaum (1986). Precis of The foundations of psychoanalysis: A philosophical critique. Behavioral and Brain Sciences, 9. David S. Holmes (1990), The evidence for repression: An examination of sixty years of research. Publicado en Repression and Dissociation. John Bulevich, Henry Roeidger, David Balota (2003). Can episodic memories be suppressed? Psychonomic Society. Vancouver, Canada. Daniel Schacter (2001). Suppression of unwanted memories: repression revisited? The Lancet 357. McNally, R.J., Susan A. Clancy, and Daniel L. Schacter (2001). Directed forgetting of trauma cues in adults reporting repressed or recovered memories of childhood sexual abuse. Journal of Abnormal Psychology 110. Maryanne Garry, Elizabeth Loftus (2004). I am Freud's brain. Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal. 36 Noam Chomsky (1968). Language and Mind. Noam Chomsky (1972). Studies on Semantics in Generative Grammar.
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Alan Sokal y Jean Bricmont en su trabajo sobre filosofa de la ciencia califican la obra de Lacan como pseudocientficas por usar el lenguaje matemtico en su teora del psicoanlisis de forma incorrecta y totalmente fuera de contexto para aparentar carcter cientfico.37 Crticas Feminismo y post-feminismo Sin embargo, se puede decir que Lacan mantena una relacin complicada con el feminismo y el post-feminismo en cuanto que, aun cuando es criticado por heredar de Freud una supuesta posicin falocntrica en sus teoras psicoanalticas, tambin se considera que present un retrato cabal de los prejuicios de gnero en la sociedad. Lacan utiliza una controvertida frase; "La mujer no existe" (tachando la palabra La). Esta formulacin en Lacan apunta al derrumbe de la mtica concepcin cultural de la mujer como entregadora de goce. Jacqueline Rose, feminista y Lacaniana, nos dice que "la mujer" como categora absoluta y garantizadora de fantasas es falsa. As como Rose, existen representantes cercanas al psicoanlisis lacaniano ([Kristeva, Irigaray] que sostienen afirmaciones similares, no obstante, realizan gestos para derrocar los sistemas falocntricos, en este sentido no se trata de negar lo lacaniano o acusarle de misgino, sino que pensar lo femenino desde otro lugar.
Bibliografa Ediciones de la obra de Lacan Escritos Escritos 1, Siglo XXI, Buenos Aires, 1985. Escritos 2, Siglo XXI, Mxico, 1984. El seminario, Paids, Buenos Aires. ISBN 978-84-7509-088-7 Libro 1: "Los escritos tcnicos de Freud", 1981. ISBN 978-950-12-3971-3 Libro 2: "El yo en la teora de Freud y en la tcnica psicoanaltica", 1983. ISBN 978-950-12-3972-0 Libro 3: "Las Psicosis", 1984. ISBN 978-950-12-3970-6 Libro 4: "La relacin de objeto", 1995. ISBN 978-950-12-3904-1 Libro 5: "Las formaciones del inconsciente", 1999. ISBN 978-950-12-3975-1 Libro 6: "El deseo y su interpretacin", indito. Libro 7: "La tica del psicoanlisis", 1989. ISBN 978-950-12-3977-5 Libro 8: "La transferencia", 2003. ISBN 978-950-12-3976-8 Libro 9: "La identificacin", indito. Libro 10: "La angustia", 2005. ISBN 978-950-12-3978-2 Libro 11: "Cuatro conceptos fundamentales del Psicoanlisis", 1987. ISBN 97884-7509-432-8 Libro 12: "Problemas cruciales para el psicoanlisis", indito. Libro 13: "El objeto del psicoanlisis", indito. Libro 14: "La lgica del fantasma", indito. Libro 15: "El acto psicoanaltico", indito. Libro 16: "De un otro al Otro", 2008. ISBN 978-95-0123-980-5. Libro 17: "El reverso del Psicoanlisis", 1992. ISBN 978-950-12-3987-4 Libro 18: "De un discurso que no fuese semblante", indito.
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Alan Sokal, Jean Bricmont (1999). Imposturas intelectuales. Barcelona: Ediciones Paids Ibrica, S.A.
Libro 19: "... o peor", indito. Libro 20: "Aun", 1982. ISBN 978-950-12-3990-4 Libro 21: "Los desengaados se engaan o los nombres del padre", indito. Libro 22: "R.S.I.", indito. Libro 23: "El sinthome", 2007. ISBN 978-950-12-3979-9 Libro 24: "Lo no sabido que sabe de la una-equivocacin se ampara en la morra", indito. Libro 25: "Momento de concluir", indito. Libro 26: "La topologa y el tiempo", indito. Libro 27: "Disolucin", indito. Bibliografa analtica Colecciones lacanianas Editorial Gredos dispone de una coleccin alusiva: Escuela lacaniana de psicoanlisis. De ella se han publicado hasta el momento los siguientes ttulos: 1. Domenico Cosenza. Jacques Lacan y el problema de la tcnica en psicoanlsis. 2008, ISBN 978-84-249-3564-1. 2. Bernard-Henri & Jacques Alain Miller. La regla del juego. Testimonios de encuentros con el psicoanlisis. 2008, ISBN 978-84-249-3565-8. 3. Jos Mara lvarez Martnez. La invencin de las enfermedades mentales. 2008, ISBN 978-84-249-3566-5. 4. Jacques Alain Miller. La angustia. 2007, ISBN 978-84-7871-997-6. 5. . Introduccin a la clnica lacanaiana. 2006, ISBN 978-84-7871-749-1. 6. VV.AA. El libro blanco del psicoanlisis. 2006, ISBN 978-84-7871-833-7. 7. Jos Antonio Naranjo Mariscal. Razn del psicoanlisis. 2006, ISBN 978-84-7871-834-4. Ediciones diversas Mi enseanza, Paids, 2006. El triunfo de la religin, Paids, 2005. De los nombres del padre, Paids, 2005. La prctica analtica, Paids, 2004. Lacaniana. Los seminarios de Jacques Lacan 1953-1963, Paids, 2003. Incidencias memorables en la cura analtica, Paids, 2003. Lacan argentino. Testimonios transgrupales en ocasin del centenario del nacimiento de Jacques Lacan, Paids, 2002. Coloquio Jacques Lacan 1901-2001, Paids, 2002. Fminas, Paids, 2001. Los dilogos sobre Klein-Lacan, Paids (solo Argentina), 2000. Las paradojas de la identificacin, Paids, 1999. Intervenciones y textos 1, Manantial, Buenos Aires, 1999. Lecturas de psicoanlisis: Freud, Lacan, Paids, 1992. Intervenciones y textos 2, Manantial, Buenos Aires, 1988. Momentos cruciales de la experiencia analtica, Manantial, Buenos Aires, 1987. Ornicar, 3, Petrel, 1981. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, Siglo XXI, Buenos Aires, 1976. La familia, Argonauta. Diccionarios Chemama, Roland & Vandermersch, Bernard (2004). Diccionario del psicoanlisis. Segunda edicin revisada y ampliada. Buenos Aires & Madrid: Amorrortu editores. ISBN 950-518-105-1.
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Lacan no es entonces cronolgico sino lgico: no existe un sujeto D desde el vamos, sino que aparece formulado por un efecto retroactivo. Incluso antes de que hable est barrado en tanto el lenguaje lo preexiste. PC
Grafo I
D = Punto de Partida (delta): un ser con necesidades C = Cdigo [luego reemplazado por Lacan por la letra A] M = Mensaje [luego reemplazado por s. (A)] S/ = Sujeto barrado o tachado (sancin del Otro) S = Significante S' = Significante SS' = Lnea de la diacrona del significante MC = Trazo pleno
S'