Examen de Conciencia

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EXAMEN DE CONCIENCIA PARA UNA BUENA CONFESION

Ten encuenta que es muy necesario lavar tu alma en la PISCINA DE LA GRACIA o el sacramento de la Reconciliacin y FRECUENTA LA SANTA EUCARISTA COMULGANDO, que es la MXIMA ORACIN, y vale ms que muchas oraciones juntas, porque es all en donde se hace Jesucristo presencia Viva para nosotros. Si alguna razn te impide confesarte y comulgar, no te desanimes, pero tampoco demore, ora y haz tu parte, debes comenzar a ordenar tu vida, en lo que a ti corresponde Dios har lo suyo. Toma como base los mandamientos, porque dice la palabra: si ustedes me aman, obedecern mis mandamientos. (Juan 14.15). si obedecen mis mandamientos permanecern en mi amor (Juan 15.10) Y si ustedes

permanecen unidos a mi y si permanecen fieles a mis enseanzas, pidan lo que quieran y se les dar (Juan 15.7)

Primer Mandamiento: AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y AL

PRJIMO COMO AS MISMO

PECADOS CONTRA EL PRIMER MANDAMIENTO Se consideran y son pecados contra el primer mandamiento los que atentan contra la fe (duda voluntaria, incredulidad, hereja, apostasa, cisma, leer libros que atacan la fe y la moral, discutir sobre cuestiones de fe sin tener la debida preparacin...), contra la esperanza (desesperacin, presuncin) y contra la caridad (indiferencia, ingratitud, tibieza, odio, envidia, rias, escndalo y cualquier pecado mortal).Pero los pecados especficos contra este mandamiento son los que contradicen la virtud de la religin. De entre los muchos pecados sealamos los ms conocidos: a) La supersticin. Consiste en atribuir a ciertos objetos, signos o palabras efectos desproporcionados, invocando a alguna criatura como si fuera Dios. Es una desviacin del culto que debemos a Dios, conduciendo a la idolatra y a distintas formas de adivinacin y magia. b) La idolatra. Consiste en adorar a dioses falsos o dar a una criatura el culto debido a Dios. Es un pecado gravsimo que Dios condena severamente en la Escritura. Hoy da muchos ponen tambin en lugar de Dios a dolos como el dinero, la comodidad, el poder, los personajes, cantantes, polticos, deportistas, equipos deportivos, programas de televisin o a s mismos. c) La adivinacin, espiritismo y magia. Es invocar fuerzas ocultas -a los difuntos, y aun al demonio- para averiguar por su intervencin cosas desconocidas y realizar cosas maravillosas, como si fueran milagros.

d) El sacrilegio. Consiste en profanar o tratar indignamente personas, objetos y lugares consagrados a Dios. e) El tentar a Dios con palabras u obras, poniendo a prueba su bondad y omnipotencia. f) La irreligiosidad, que es el pecado de no tener ninguna religin, despreciando as a Dios. g) El atesmo, que niega a Dios, y el agnosticismo, que -como no "puede" conocer a Dios- opta por no tener en cuenta a Dios. LA VENERACIN DE LA VIRGEN Y DE LOS SANTOS Los cristianos adoramos a Dios. Pero adems veneramos e invocamos a la Virgen, a los ngeles y a los santos, los amigos de Dios a los que ha glorificado. De esta manera honramos a Dios en ellos; son como un espejo en el que vemos algo de la infinita perfeccin de Dios. Luego al venerar a los santos celebrando su memoria y pidiendo su intercesin, siguiendo su ejemplo y honrando sus reliquias e imgenes, en definitiva honramos a Dios. Por eso los cristianos tenemos imgenes de la Virgen, de los ngeles y de los santos, y conservamos con veneracin las reliquias de los santos. Honrando las imgenes y reliquias honramos a los santos a los que representan o de quienes son. IMPORTANCIA DEL PRIMER MANDAMIENTO El primer mandamiento es el ms santo y el principal. Cumplindolo bien, cumplimos todos los dems; y no podemos olvidar que amar a Dios sobre todas las cosas es lo primero. A fin de cuentas, lo nico verdaderamente importante para nosotros. Creo en dioses y doctrinas falsas? Tengo dolos (Aquellos que ocupa el lugar del Dios verdadero: trabajo, dinero, fama, familia, etc.) Dudo de la existencia de Dios? Me domina la incredulidad? Revelo el porvenir o creo en adivinacin, hechicera, ocultismo, brujera, magia? Creo en ageros, tabla ouija, talismanes, riegos, velaciones, sahumerios, etc.? Llevo amuletos, fetiches( pirmides, cuarzo, mata de sbila, sales u otros objetos para la buena suerte) Consulto horscopo, carta astral, tarot, naipes, taza de chocolate, tabaco, lectura de manos, espritus guas, etc.

Directa o indirectamente he hecho maleficios, o conjuros a otras personas? He hecho pactos con el demonio, pactos de sangre o practicas satnicas? Practico dinmicas mentales, mtodos que endiosan la mente, como meditacin trascendental, yoga, metafsica, curanderismo (INVOLUCRAR EL NOMBRE DEL HERMANO GREGORIO HERNADEZ)? Uso medicina alternativa? Creo en la reencarnacin, nueva era, pertenezco a la masonera? Practico la simona (compra y venta de cosas espirituales)?. Respeto, amo y obedezco al Papa y dems autoridades eclesisticas? He recibido la Sagrada comunin en pecado grave? Me he confesado y comulgado de acuerdo a las indicaciones de la Santa Madre Iglesia? Descuido la oracin, lectura de la palabra de Dios y los sacramentos? He cumplido los votos y promesas hechas? Pago los diezmos y ofrendas? He ayunado los mircoles de Ceniza y Viernes Santo? Me avergenzo de dar testimonio de Dios en obras o palabras? He renegado de las verdades de la fe catlica? He cometido la Hereja, apostasa, cisma, agnosticismo, sacrilegio (desprecio, burla y profanacin del nombre de Dios, cosas, lugares sagrados o actos litrgicos) blasfemia y incredulidad? Creo todo lo que ensea la Iglesia Catlica? Has sostenidos ideas contrarias a ellas? Hago con desgana las cosas que se refieren a Dios? He callado en la confesin por vergenza algn pecado mortal? Tengo enemistad, odio o rencor contra alguien? Evito que las diferencias polticas o profesionales degeneren en indisposicin, malquerencia u odio hacia las personas? Me preocupo de influir con naturalidad y sin respeto humano para hacer ms cristianos el ambiente a m alrededor? Se defender a Cristo y a la doctrina de la iglesia? Hago el propsito de plantearme ms en serio mi formacin cristiana y mis relaciones con Dios? He renegado o blasfemado contra Dios? He hablado mal de los sacerdotes? Me he burlado de los que practican su fe? He sido supersticioso? He sido orgulloso, arrogante, soberbio, altanero, egosta? He sido envidioso, hipcrita, excesivamente celoso, perezoso? Te has desesperado o sublevado a sangre fra contra la Providencia de Dios? (Mortal) No he servido oportunamente a los necesitados (recuerde las obras de misericordia)? He sido perezoso o cobarde para hablar de Dios? Me he quedado callado ante las injusticias? Eludo la cruz, me desespero con el sufrimiento?

Justifico mi pecado y malas acciones y me abate el sentimiento de culpa? Otros pecados: vanagloria, jactancia, deseo de recibir atencin y reconocimiento, deseo de imponer la voluntad, fastidio o irritabilidad, irona, hipocresa. Has cometido algn sacrilegio confesndote mal o comulgado en pecado, o si eres persona casada, habiendo recibido el matrimonio en pecado mortal? Te has confesado sin arrepentimiento o sin propsito de enmienda? Has sido poco sincero procurando engaar al confesor en cosa importante relacionada con pecados graves? Te distraes voluntariamente al rezar? (venial) Procuras completar tu formacin religiosa con lecturas, consultas, sermones, conferencias religiosas? Has negado o dudado concientemente de alguna verdad de fe? Te has animado a pecar pensando en que ya te confesaras despus? Has tardado mucho tiempo en confesarte despus de haber pecado gravemente? Perteneces a sociedades irreligiosas como la masonera, espiritismo, partido comunista? (Mortal).

Segundo Mandamiento: NO JURAR SU SANTO NOMBRE EN VANO.


1. EL NOMBRE DE DIOS ES SANTO Dios es santo, y su nombre tambin lo es porque el nombre representa a la persona. As se explica que, si alguien pronuncia de forma irreverente el nombre de una persona querida, sintamos indignacin. Es la razn de que cuando nombramos a Dios, no pensemos en unas letras que componen una palabra, sino en el mismo Dios, Uno y Trino Por eso hemos de santificar su nombre y pronunciarlo con gran respeto. Los ngeles y los santos en el cielo alaban continuamente el nombre de Dios, proclamndolo santo, santo, santo. Nosotros pedimos en el Padrenuestro: "Santificado sea tu Nombre", y hemos de esforzarnos para que el nombre de Dios sea glorificado en toda la tierra. 2. CMO HONRAMOS EL NOMBRE DE DIOS Honramos o santificamos el nombre de Dios cuando lo alabamos como Creador y Salvador, confesando ante los hombres que es nuestro Dios y Seor; escuchando con devocin o meditando la palabra de Dios; cuando damos gracias por todo lo que nos concede o pedimos con confianza su ayuda y proteccin; cuidando todo lo que est consagrado; cuando procuramos que Dios sea conocido, amado y honrado por todos; jurando con piedad, justicia y verdad, y cuando hacemos votos o promesas de cosas gratas a Dios con intencin de cumplirlas. 3. EL RESPETO DE LAS COSAS SANTAS En atencin al nombre de Dios, que de alguna manera ostentan, hemos de respetar los lugares, las cosas y personas a l consagradas. Son lugares sagrados los templos y los cementerios, que exigen un comportamiento lleno de respeto y dignidad. Son cosas sagradas el altar, el cliz y otros objetos dedicados al culto.

Son personas consagradas los ministros de Dios y los religiosos; por tanto, el Papa y los obispos merecen todo respeto -por lo que representan- y nunca se debe hablar mal de ellos. Si se profanan cosas o lugares sagrados o se injuria a las personas consagradas a Dios, se comete un pecado de sacrilegio. 4. EL JURAMENTO ES PONER A DIOS POR TESTIGO A veces es necesario que el que hace una declaracin sobre lo que ha visto u odo, haya de reforzarla con un testimonio especial. En ocasiones muy importantes, sobre todo ante un tribunal, se puede invocar a Dios como testigo de la verdad de lo que se dice o promete: eso es hacer un juramento. Fuera de estos casos no se debe jurar nunca, y hay que procurar que la convivencia humanase establezca en base a la verdad y honradez. Jess dijo: "Sea, pues, vuestro modo de hablar: s, s, o no, no. Lo que exceda de esto, viene del Maligno" (Mateo 5,37) 5. VOTO Y PROMESA Voto es la promesa deliberada y libre, hecha a Dios acerca de un bien posible y mejor, con intencin de obligarse. La costumbre ha de ser el hacer propsitos que nos ayuden a mejorar, sin necesidad de votos y promesas, a no ser que Dios as nos lo pidiera. Si alguna vez queremos hacer alguna promesa a Dios, es prudente preguntar antes al confesor, para asegurarnos de que podemos cumplirla. 6. PECADOS CONTRA EL SEGUNDO MANDAMIENTO Adems de los pecados de perjurio o de incumplimiento del voto, los pecados contra este mandamiento son: pronunciar con ligereza o sin necesidad el nombre de Dios, nombrar a Dios con enfado, maldecir y blasfemar. La blasfemia consiste en decir palabras o hacer gestos injuriosos contra Dios, la Virgen, los Santos y la Iglesia. Si se hace de forma consciente, es un pecado grave, ya que va directamente contra Dios. Has jurado en falso? (Mortal) Has jurado con duda de la verdad de lo que jurabas? (Mortal) Has jurado con verdad pero sin necesidad y por costumbre? (Venial). Has jurado hacer algo malo? Has blasfemado a conciencia contra Dios, contra la virgen o las cosas santas? (Mortal) Has dicho palabras irreverentes de Dios, de la virgen o de los santos? Has dicho chistes irreligiosos? Has hablado mal de la iglesia, de sus obispos y sacerdotes o de cosa y personas sagradas? Te has burlado de las personas porque son buenas? Has faltado al respeto debido en el templo? Has cumplido, pudiendo, los votos y las promesas hechas a Dios?

Tercer Mandamiento: SANTIFICAR LAS FIESTAS

1. EL DOMINGO O DA DEL SEOR Dios manda que le dediquemos un da de la semana de modo especial; un da para l y para que podamos descansar. Los israelitas celebraban el sbado, conforme se lo orden a Moiss en el Sina; pero los Apstoles sealaron el domingo, que es el da en que resucit Jesucristo. Tambin en domingo, el Espritu Santo vino sobre los Apstoles en la fiesta de Pentecosts. Domingo significa da del Seor, y se llama as por conmemorar la Resurreccin de Nuestro Seor Jesucristo. 2. LAS FIESTAS DE PRECEPTO Adems del sbado, los israelitas celebraban otras fiestas a lo largo del ao; la ms importante era la Pascua. Los cristianos celebramos tambin fiestas en las que conmemoramos los principales misterios de la vida de Jess: Navidad, Epifana, Presentacin en el templo, Corpus Christi...; de la Santsima Virgen: Maternidad divina, Inmaculada Concepcin, Asuncin, Visitacin...; y de los santos: San Jos, San Pedro... La Iglesia determina qu fiestas son de precepto o de guardar, es decir, aquellas que debemos santificar como si fueran domingo. En la liturgia catlica la fiesta ms solemne es la Pascua o da de la resurreccin de Cristo, que se repite cada domingo. 3. LA ASISTENCIA A MISA Aunque todos los das han de vivirse santamente, Dios ha querido que le adorsemos y disemos culto de manera especial los domingos y fiestas de guardar. Y cmo santificar el domingo y las fiestas de guardar? Principalmente asistiendo a la Santa Misa. La Misa es el acto ms grande de adoracin y culto que podemos ofrecer a Dios en la tierra. Al igual que los primeros cristianos, nos reunimos alrededor del altar y del sacerdote -que representa a Jesucristo- para celebrar el santo sacrificio de la Misa. 4. LA OBLIGACIN DE OR MISA LOS DOMINGOS Y DAS DE PRECEPTO Para ayudarnos a cumplir el tercer mandamiento de la ley de Dios, la Iglesia ha impuesto la obligacin de or Misa entera todos los domingos y fiestas de guardar. Este mandamiento obliga al cristiano que ha cumplido 7 aos y tiene uso de razn. El que no asiste a Misa comete pecado mortal, a no ser que est dispensado, como es el caso de un enfermo, o si tiene que recorrer una distancia larga, etc.; es decir, siempre que haya una causa justa y grave. Si se tiene duda, debemos preguntar. La Iglesia puede imponer esta obligacin porque tiene autoridad para dictar leyes, y no pretende otra cosa que ayudarnos a cumplir realmente la voluntad de Dios. De esta forma, nos concreta el contenido del tercer mandamiento de la ley de Dios. 5. CMO ASISTIR A MISA El precepto obliga a or Misa entera el mismo domingo y da de fiesta -o la vspera-, siguiendo el curso de la celebracin con piedad y atencin. Por eso hay que llegar puntuales, escuchar con atencin las lecturas y la homila, estando recogidos y atentos para participar en la Misa.

La santa Misa por la radio y por la televisin es valido siempre y cuando se este enfermo (grave) sea anciano o se viva en lugares muy distantes. 6. EL DESCANSO FESTIVO La vida humana sigue un ritmo de trabajo y descanso. La institucin del domingo contribuye a que todos disfruten del tiempo de descanso y solaz suficiente, que les permita cultivar su vida familiar, cultura, social y religiosa. En los domingos y fiestas de precepto, los cristianos deben abstenerse de trabajos y actividades que impiden dar culto a Dios, para gozar de la alegra propia del da del Seor y disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo. Podemos descansar con diversiones sanas que no ofenden a Dios, con una vida familiar ms intensa, haciendo deporte o excursiones, etc. Nunca deberamos ofender a Dios, pero mucho menos en domingo o da de fiesta. He dejado de ir a misa algn domingos o fiesta de precepto pudiendo ir? (Mortal). Haz llegada tarde y te has quedado sin or misa entera sin motivo suficiente? Te has distrado voluntariamente durante la misa o cometido durante ella alguna irreverencia? He trabajado corporalmente en domingo o fiestas de precepto sin permiso, sin necesidad y mas de dos horas? (Mortal) Has dejado el cumplimiento pascual? (Mortal) Has trabajado sin permiso y sin necesidad, pero no ha pasado mucho de dos horas? (Venial). Has sido causa de que otros no vayan a misa o la oigan mal o trabajen sin necesidad? Has asistido al templo y te has acercado a recibir los sacramentos con vestidos inmodestos, es decir, sin manga o mangas cortas, con escote, con transparencia, faldas cortas o vestidos impropios de una mujer verdaderamente cristiana?

Cuarto Mandamiento: HONRAR A PADRE Y MADRE


Despus de estudiar los tres primeros mandamientos, que abarcan los deberes para con Dios, vamos a considerar los siete restantes que miran al prjimo y pueden resumirse en "Amars a tu prjimo como a ti mismo". Empezamos en el cuarto, que dice: "Honrars a tu padre y a tu madre". Dios quiere que -despus de l- se honre a los padres, que nos han dado la vida y transmitido el conocimiento de Dios; pero el mandamiento abarca tambin las relaciones de parentesco con otros miembros del grupo familiar, como los abuelos y antepasados, a los que debemos igualmente honor, afecto y reconocimiento. Finalmente, se extiende a los deberes del alumno con su maestro, el empleado respecto al patrono, del subordinado a su jefe, del ciudadano respecto a su patria y a los que la administran o gobiernan. 1. SENTIDO DEL CUARTO MANDAMIENTO

Los padres son el instrumento querido por Dios para traer nuevas vidas a este mundo. Adems de la vida, procuran a sus hijos el alimento y la educacin para que crezcan, se desarrollen y reciban todos los auxilios para alcanzar la santidad de vida de los hijos de Dios. El cuarto mandamiento nos recuerda las obligaciones que tenemos con los padres: amor, respeto y obediencia. El comportamiento de Jess con Mara, su Madre, y con Jos, que haca las veces de padre, debe ser ejemplo a imitar por todos. Por extensin, el cuarto mandamiento incluye el respeto y obediencia debidos a quienes, bajo algn aspecto, estn constituidos en autoridad: profesores, autoridades eclesisticas y civiles, la patria, etc. 2. DEBERES DE LOS HIJOS CON LOS PADRES A) AMOR. El primer deber de un hijo con sus padres es amarles, y el amor se demuestra con obras. Hay que rezar por ellos, darles satisfacciones y alegras y ayudarles segn las posibilidades, sobre todo si estn enfermos o son ancianos. B) RESPETO Y GRATITUD. El respeto a los padres se muestra en una sincera veneracin, y cuando se habla con ellos y de ellos con reverencia. Sera una falta de respeto levantarles la mano, despreciarlos, insultarlos u ofenderlos de cualquier modo y avergonzarse de ellos. Si se advierte que los padres tienen algn defecto o rareza -particularmente cuando son mayores-, o que no hacen lo que deben, hay que rezar, comprenderlos y disculparlos, ocultando sus defectos y tratando de ayudarles a superarlos, sin que jams salga de la boca una palabra de crtica. C) JUSTA OBEDIENCIA. Hay que obedecer a los padres con prontitud y diligencia, siempre que no sea pecado lo que mandan. La obediencia exige esfuerzo, porque es mucho ms fcil ser "rebelde" haciendo continuamente el propio capricho. Para obedecer hace falta un corazn bueno y vencer el propio egosmo. 3. OTRAS OBLIGACIONES DEL CUARTO MANDAMIENTO Dentro de este mandamiento se incluyen, adems de los padres, otras personas a las que se debe tambin obediencia, amor y respeto: A) LOS HERMANOS. Especialmente los hermanos mayores deben procurar dar buen ejemplo evitando enfados, rias y envidias; el egosmo, en una palabra. B) FAMILIARES Y AMIGOS. El amor y el respeto de la familia alcanzan de modo particular a los abuelos, tos, primos y a los amigos. C) PROFESORES Y BIENHECHORES. Son los representantes de nuestros padres y por eso se les debe agradecimiento y respeto. D) LOS PASTORES DE LA IGLESIA. Porque somos hijos de la Iglesia, tenemos que amar a los que gobiernan muestra alma, rezar por ellos y obedecer sus indicaciones. La lealtad pide no murmurar nunca.

E) DEBERES CON LA PATRIA Y AUTORIDADES CIVILES. Como toda autoridad viene de Dios, hay que amar y servir a la Patria, la madre comn, respetar y obedecer a las autoridades civiles y cumplir las leyes, siempre que sean justas. 4. DEBERES DE LOS PADRES CON LOS HIJOS Los padres han de amar, sustentar y educar a sus hijos: cuidar de sus necesidades espirituales y materiales, dndoles una slida formacin humana y cristiana. Para conseguirlo, adems de rezar por ellos, deben poner los medios eficaces: el ejemplo propio, los buenos consejos, eleccin de escuela, vigilar las compaas, etc. Despus de haberles aconsejado, han de respetar y favorecer la vocacin de los hijos cuando eligen el camino de su vida, en lo humano y en lo sobrenatural. 5. CUMPLIR CON AMOR LAS OBLIGACIONES DE ESTE MANDAMIENTO Jess, Mara y Jos forman la Sagrada Familia -modelo de todas las familias-, en la que reinaba el cario, la obediencia y la alegra. Tambin en la nuestra debe ser el amor a Dios -y a los dems por Dios- lo que nos mueva en todo momento a cumplir gustosamente nuestros deberes. El cumplimiento del cuarto mandamiento lleva consigo una recompensa: "Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus das sobre la tierra que el Seor, tu Dios, te va a dar" (xodo 20,12). Dios bendice con frutos espirituales y temporales la paz y prosperidad; al contrario, la no observancia entraa grandes daos, no slo para la persona sino para la comunidad humana.

A. HIJOS:

Has desobedecido a tus padres? Los respetas? les has respondido con aspereza? los has insultado? los has tratado con dureza y brusquedad? Te has avergonzado de ellos pblicamente? Los has socorrido en sus necesidades, tanto materiales como espirituales? Atiendes a tus padres lo que debes con lo que ganas? Si han muerto, te acuerdas de rezar por ellos y ofrecerles alguna misa? Has obedecido y respetado a tus superiores? Eres indisciplinado y rebelde? Has sido irresponsable?

B. PADRES:

Educas convenientemente a tus hijos en buenas costumbres? Los alimentas, vistes e instruye en religin y cultura? Los corriges y castigas segn merece la falta? Los has maldecido? Los tienes mimados y consentidos? Les res y aplaudes sus faltas y desvergenzas? Los dejas andar ociosos y vagos? Les das buen ejemplo en palabras y obras? Vigilas sus diversiones, amistades y lecturas?

Les ayudas para que logren un estado de vida acomodado a su condicin? Has violentado a tus hijos en la eleccin de estado o prohibido que se consagren a Dios? Has violado, ultrajado, insultado a tus hijos?

C. HERMANOS:

Has tratado bien a tus hermanos? Has reido con ellos? Los has maltratado? has hecho las pases con ellos? Le has dado mal ejemplo? Has sido causa de que aprendan a contestar a tus padres o a desobedecer, los has escandalizado en algo? Has descubierto sus faltas graves a tus padres para que los corrijan, a no se de que haya otro medio mas eficaz?

D. ESPOSOS:

ESPOSO: Eres carioso y fiel con tu compaera? Quitas la libertad a tu esposa para lo bueno y lo licito? Si la tienes que corregir lo haces con cario? La has desautorizado delante de los hijos? Le das lo suficiente para los gastos de la familia? Has cumplido tus deberes como esposo? He abusado de mi autoridad como padre? He administrado con honradez y responsabilidad los bienes? ESPOSA: Eres atenta y servicial con tu esposo? Te portas con el con bondad a pesar de sus exigencias y caprichos, mientras no haya en ellos pecado? Malgastas el dinero en vanidades y vicios? Has cumplido tus deberes como esposa? He abusado de mi autoridad como madre?

E. AMBOS:

os insultis y desautorizis en presencia de los hijos? usis el matrimonio como Dios manda? tenis cuidado de hacer ese acto tan sagrado con todo recato y modestia y sin escndalo de los hijos o de otros? pensis en ese acto que Dios os ve y que os pedir cuenta de cualquier desorden que os atrevis a cometer? profanis el sacramento del matrimonio faltando a la fidelidad conyugal en obras o en deseos?

F. SUPERIORES Y FUNCIONARIOS:

tratas con justicia y caridad a tus subordinados? procuras que se guarden las leyes justas?

has guardado justicia en la distribucin de cargos, empleos, privilegios, premios y honores? has dado cargo de responsabilidad a personas que pueden hacer dao? has protegido a pobres y desvalidos? atiendes sin razn a recomendaciones? te has dejado sobornar por dinero? mandas lo que debes mandar? evitas los escndalos o los toleras por temor a algn poderoso, por respeto humano o por provecho propio? has tomado determinaciones injustas o enviado expedientes injustos? haces todo el bien que puedes? has cumplido a conciencia tus obligaciones? has perjudicado a alguien con tus descuidos en el desempeo de tu cargo? te has aprovechado indebidamente de tu cargo en provecho propio? eres diligente en despachar los asuntos de otros que estn esperando tu tramitacin? propones los negocios de los pobres a los de los ricos, perjudicando a aquellos con el retraso? cuidas de que tus subalternos no traten mal a los que acuden a ellos? son tus modales duros, despticos o desagradables? Cundo haya que reprender procuras hacerlo sin ofender ni injuriar? PATRONO: Das a su tiempo el salario justo y conveniente? Guardas con tus empleados las leyes? Tienes bien clasificados a tus obreros pagndoles conforme a la categora del trabajo que realizan? Tratas a tus obreros con caridad cristiana como a tus hermanos? Te interesas por su bienestar, su salud, su familia en cuanto sea posible? Evitas cuando puedes su prevencin moral y los peligros de sus almas? Evitas lo posible la promiscuidad de los sexos? Te preocupas de que tus jefes de taller o de oficina no pervirtieran al personal que tienen a sus rdenes? Das buen ejemplo con una actitud irreprochable para con las mujeres que tienes a tus servicios? Facilitas el ejercicio de los deberes religiosos de tu personal? Les encargas trabajos que ofenden su conciencia? Les impones trabajos superiores a sus fuerzas? Aprecias el esfuerzo realizado y reconoces su merito para que tus subordinados gocen de esta satisfaccin? Te procuras ganancias desproporcionadas? Abusas de los necesitados? Has perjudicado injustamente a alguna persona con tus negocios? contribuyes, segn tus posibilidades, al remedio de la sociedad, empleando tu capital en forma que proporcione ayuda al obrero?

OBRERO: Obedeces y respetas a tus superiores? Cumples tus contratos justos? Cuidas las cosas de tus patronos? Los perjudicas en sus bienes? Trabajas con diligencia el tiempo debido? Das buen ejemplo de honradez y fidelidad? Guardas los secretos de fabricacin de la empresa en que trabajas? Impides, sin derecho, que trabajen otros que lo necesitan? Son lcitos los medios que empleas para defender tus derechos? TODOS: Cumples a conciencia tus obligaciones profesionales? Eres egosta olvidndote de los derechos o necesidades del prjimo cuando entran por medios tus intereses? Has cometido alguna injusticia? Has hecho algn negocio sucio? Obedeces las leyes justas? Te portas en todo como ciudadano ejemplar, como corresponde al buen catlico?

Quinto Mandamiento: NO MATARAS


En el Gnesis hay un episodio muy triste y doloroso: la historia de Can y Abel. Ambos hermanos ofrecan sacrificios, pero Can ofreca lo peor, cuando Abel ofreca a Dios los mejores corderos del rebao. Por eso el humo del sacrificio de Can no suba al cielo, mientras que el de Abel era agradable a Dios y suba derecho hacia el cielo. Can sinti envidia de su hermano, le invit a pasear por el campo y con una quijada de asno lo mat. Dios le ech en cara su delito y maldijo a Can por haber derramado la sangre de un hombre inocente. La sangre inocente grita venganza ante Dios y Can anduvo errante durante el resto de su vida, lleno de remordimientos. El quinto mandamiento no solo ordena "no matar"; tambin prohbe las rias, golpes, envidias, etc., y sobre todo manda el respeto y cuidado exquisito de la vida humana, que es don de Dios. 1. SLO DIOS ES DUEO Y SEOR DE LA VIDA La vida humana es sagrada; desde el comienzo es fruto de la accin creadora de Dios y siempre mantiene esa especial relacin con el Creador, origen y trmino de nuestra existencia. Slo Dios es seor de la vida desde el principio hasta el fin; el hombre no es ms que administrador, y debe cuidad de la vida propia y de la de sus semejantes. El quinto mandamiento prohbe lo que atenta injustamente contra la vida propia y ajena; pero no debe entenderse en sentido preferentemente negativo, pues ordena la caridad, la concordia y la paz con todos -aun con los que se muestran como enemigos-, y este aspecto positivo es el contenido principal del precepto. 2. DEBERES DEL QUINTO MANDAMIENTO CON UNO MISMO

A) AMOR Y RESPETO DE S MISMO. Hemos de querernos a nosotros mismos de manera ordenada, sin egosmo (refiriendo exclusivamente a uno mismo las personas y las cosas), ni soberbia (con una falsa valoracin de las propias cualidades, por ambicin, presuncin y vanagloria). B) USAR BIEN DE LOS TALENTOS. Dios ha dado a cada hombre talentos y capacidades tanto naturales como sobrenaturales. En el plano natural estn la inteligencia y la voluntad, que hemos de desarrollar adquiriendo los conocimientos de que seamos capaces y formando la voluntad para alcanzar el seoro de nosotros mismos y una personalidad capaz de grandes empresas. La pereza es el pecado que se opone a que los talentos fructifiquen. En el aspecto sobrenatural tenemos la gracia santificante, junto con los dones que la acompaan. Hemos de corresponder generosamente porque al final de la vida se nos pedir cuenta de cmo hemos aprovechado las gracias recibidas. C) AMOR Y RESPETO DEL CUERPO. El cuerpo es el instrumento que Dios nos ha dado y santificado; en da resucitar lleno de gloria. Por eso hemos de respetarlo y cuidarlo (alimento, limpieza, deporte), evitando los excesos que puedan daar la salud. Est claro que hemos de amarlo de manera ordenada, ya que hay cosas ms importantes. Se oponen a este deber el suicidio, desear la propia muerte, exponerse a grandes peligros (conduccin imprudente de vehculos, excursiones arriesgadas, etc.), la mutilacin de algn miembro, la eutanasia (acortar la vida para rehuir el dolor), la gula (comer o beber en exceso), la embriaguez y el tomar drogas. D) EL CUIDADO DE LA VIDA ESPIRITUAL. Es importante cuidar el cuerpo, pero lo es ms cuidar de la vida del alma para que la gracia vaya creciendo en nosotros. Se crece conociendo mejor la doctrina cristiana -en el Catecismo- para poder cumplirla, confesando y comulgando con frecuencia, tratando a Jess en el Sagrario, haciendo pequeos sacrificios, etc. La vida de la gracia en el alma se pierde -se mata- por el pecado mortal, que es como un suicidio; aunque gracias a la misericordia de Dios existe el remedio del sacramento de la Penitencia, que permite recuperar la vida sobrenatural. 3. DEBERES DEL QUINTO MANDAMIENTO CON LOS DEMS A) RESPETO A LA VIDA AJENA. La misma razn que obliga a respetar la vida propia, exige el respeto de la vida ajena: cada hombre es criatura de Dios, de quien recibimos la vida, y slo l es dueo. Este derecho a la vida es conculcado en el homicidio y el aborto, que son crmenes horrendos contra Dios y contra el hombre. Dios es siempre el autor de la vida, tambin de la vida de los animales y plantas, y no se les puede matar a no ser porque son tiles y necesarios para alimentarnos, pero sin ensaarse causando dolor intil o martirizndolos.

B) EL RESPETO A LA CONVIVENCIA. El quinto mandamiento prohbe no slo matar, sino todo lo que va en contra de los dems: odio, envidia, enemistad, discordias, rias, venganzas, peleas, desear el mal a alguien, alegrarnos si vemos que los dems sufren o lo pasan mal, insultar... El Evangelio proclama bienaventurados a los amantes de la paz, y una manifestacin de ese espritu ser rezar para que no haya guerra entre los hombres. El cristiano tiene que perdonar de corazn las injurias que se le hacen, "no siete veces, sino setenta veces siete" (Mateo 18,22); es decir, siempre. Igualmente ha de saber pedir perdn de las ofensas que l pueda hacer a los dems; no es ninguna humillacin, sino demostrar con obras que se tiene un corazn grande. C) EL PECADO DE ESCNDALO. Por atentar contra el bien espiritual del prjimo, el escndalo es un pecado contra el quinto mandamiento. Escndalo es toda palabra, obra u omisin que incita a otros a pecar: malas conversaciones, blasfemar, ensear fotos o libros inconvenientes, utilizar vestidos indecorosos, no ir a Misa... Esos ejemplos provocan el pecado en quien los observa o padece, y por eso dijo Jess refirindose al que comete escndalo: "Ms le valiera que atndole una rueda de molino al cuello, le arrojasen al fondo del mar" (Mateo 18,6). Hemos de huir de los que ensean o empujan a pecar haciendo el oficio del demonio; y, si hubiramos cometido ese pecado, hay que pedir perdn y reparar el dao. 4. AYUDAR A LOS DEMS EN SUS NECESIDADES Para vivir el sentido positivo del quinto mandamiento hay que querer al prjimo, ayudndole -con el ejemplo y con la palabra- a resolver sus necesidades, tanto materiales como espirituales. Las obras de misericordia recuerdan cules son las principales necesidades, y en socorrerlas podremos demostrar la verdad de nuestro amor al prjimo. has asesinado a alguien? (Mortal) has procurado el aborto? (Mortal y Excomunin) has intentado suicidarte? (Mortal) has incitados a otros directamente al suicidio o a cualquier otro crimen? (Mortal) has puesto en peligro tu vida sin necesidad? has herido o golpeado a otro sin motivo razonable? has insultado a otro? has injuriado o maldecido? tienes odio o rencor a alguien? Es odio a muerte? (Mortal) niegas el saludo o el habla a alguna persona sin causa razonable o por largo tiempo? deseas en serio males graves para otros? (Mortal) has sido causa de rias o enemistades? fomentas antipata? tienes paciencia con la flaqueza del prjimo? te dejas llevar de la vanidad y vanagloria?

te has alegrado del mal ajeno o pesado de su bien? te has vengado o deseado vengarte? te has negado a perdonar y hacer las paces? si has ofendido a alguien le has dado satisfaccin explicita o tcitamente? estas dispuesto a perdonar y reconciliarte? tienes mal genio y ries sin ningn motivo? tratas al prjimo con altanera? eres amable y servicial? tratas a los dems con caridad cristiana? te has embriagado hasta perder la razn? (Mortal) has bebido de manera que, por haberte alegrado demasiado, has cometido pecados que no hubieras cometido sin beber? has dado bebidas con malos fines? has dado mal ejemplo? Has sido en algo grave que haya inducido a otros a pecado mortal? (Mortal) has escandalizado a otros ensendoles o incitndoles a pecar mortalmente? (Mortal) has sido causa consciente y voluntaria de pecados mortales de otros, pudiendo y debiendo haberlo evitado? (Mortal) has dado o recomendado fotografas, libros, revistas, peridicos malos? has dejado de mirar por el bien ajeno pudiendo fcilmente evitar daos? has dado disgustos sin causa? remedias a los necesitados segn tus posibilidades? practicas la limosna cuando te es posible?

Sexto Mandamiento: NO FORNICAR-NO COMETERAS ACCIONES

IMPURAS

San Pablo escribe a los de Corinto: "No sabis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?... No sabis que vuestro cuerpo es templo del Espritu Santo, que est en vosotros, que lo habis recibido de Dios, y que no os pertenecis? Habis sido comprados a gran precio! Glorificad por tanto a Dios en vuestro cuerpo" (1 Corintios 6,15; 19-20) En un mundo pagano, donde la castidad se despreciaba y ridiculizaba, San Pablo exhibe las razones para que el cristiano viva la castidad: es miembro de Cristo, templo del Espritu Santo y debe dar gloria a Dios tambin con el cuerpo. Pero no slo el cristiano, sino el hombre como tal, deben respetar su cuerpo -y el de los dems- cuidando con esmero la castidad en pensamientos, palabras, obras y deseos, si quiere vivir conforme a la razn. Dios ha marcado el camino de la dignidad humana en este campo con dos preceptos: el sexto, "no cometers actos impuros", y el noveno, "no consentirs pensamientos ni deseos impuros", para el pleno dominio racional -interior y exterior- de la sexualidad. 1. LA SEXUALIDAD ES DON DE DIOS

Un punto de partida, tan fundamental como necesario para hablar del sexto mandamiento es la afirmacin de la Sagrada Escritura, cuando ensea que Dios cre al hombre a su imagen y semejanza, y los cre hombre y mujer (Cf. Gnesis 1,27). El que el varn, pues, sea varn y la mujer sea mujer, viene de Dios. Dios lo ha querido as. Por tanto, como todo lo que hace Dios es bueno, la sexualidad no es mala, ni es contraria a la ley de Dios; es buena puesto que viene de Dios. Es otro don de Dios. Eso s, la sexualidad tiene una razn de ser muy definida y sublime. Aunque Dios poda haber hecho las cosas de otra manera, quiso -por la sexualidad- confiar al hombre y a la mujer -a los esposos- la misin nobilsima de transmitir la vida, continuando la generacin humana querida por Dios. Y como la misin es tan alta, quiso tambin ordenarla y protegerla con unos preceptos que la mantienen en su dignidad y eficacia, conforme al plan de Dios. Por eso no se puede hacer con el cuerpo lo que apetece. Dios ha establecido un orden en el uso de la sexualidad y consiste en que el placer sexual -sea de pensamiento, palabra u obra- slo es lcito buscarlo dentro del matrimonio y encaminado al fin sealado por el Creador: la transmisin de la vida humana, junto con la ayuda mutua de los esposos. 2. LA VIRTUD DE LA CASTIDAD Aunque a veces se identifican castidad y pureza, la virtud de la pureza expresa ms bien el hecho y la renuncia total al uso de la sexualidad; mientras que la castidad expresa el seoro sobre la sexualidad por renuncia total al uso ilcito. La castidad, pues, es la virtud que regula y controla la sexualidad, imponiendo el respeto al cuerpo en pensamientos, deseos, palabras y acciones. Esta virtud expresa la integracin de la sexualidad en la persona y, por consiguiente, la sumisin de la pasin sexual a la razn humana y a la fe. La virtud de la castidad es, como toda virtud, una conquista propia de valientes; es algo positivo que libera de la esclavitud del pecado. 3. LA IMPUREZA DESTRUYE MUCHAS COSAS EN EL HOMBRE El pecado de impureza destruye en el hombre y en la mujer tesoros que Dios les ha dado, no slo por cuanto le ofendemos y perdemos su amistad, sino porque daa de modo particular virtudes de verdad excelentes. El impuro est triste porque es esclavo del pecado; no es generoso porque slo piensa en s mismo y en el placer; se debilita su fe porque se le va cegando el corazn. Pierde esa sensibilidad fina del alma, que le capacita para amar a Dios y a los dems. Si no se consigue la educacin y dominio de la sexualidad, con una pedagoga de libertad, la alternativa es evidente: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado. 4. LA CASTIDAD ES PARA TODOS Cristo es el modelo de todas las virtudes, y condicin del cristiano es vivir una vida casta. Cada uno en su estado y segn la vocacin que ha recibido, pues a unos Dios les pide vivir en virginidad o en celibato -modo eminente de dedicarse por entero a Dios con el corazn indiviso-, y a otros, en el matrimonio o solteros. Los casados han de vivir la castidad conyugal, fieles a sus deberes matrimoniales;

los solteros practican la castidad en la continencia. Los esposos han de tener presente que la fecundidad es un bien y fin del matrimonio, pues el amor conyugal tiende naturalmente a ser fecundo; por eso, el acto matrimonial debe quedar abierto a la transmisin de la vida, y nunca est permitido el recurso a la anticoncepcin o a la esterilizacin para evitar la procreacin. 5. PECADOS CONTRA LA CASTIDAD Pecan contra la castidad los que -consigo o con otros- cometen acciones impuras; miran cosas impuras; consienten pensamientos o deseos impuros; mantienen conversaciones o cuentan chistes sobre cosas impuras; los que voluntariamente se ponen a s mismos o a otros en peligro de cometerlos. Como tipificacin moral, son pecados notorios contra la castidad la masturbacin, la fornicacin, incesto, las actividades pornogrficas y las prcticas homosexuales; contra la dignidad del matrimonio podemos destacar el adulterio, la poligamia y el amor libre. Estos pecados contra la castidad son siempre graves, si hay pleno conocimiento y consentimiento; en tal caso no hay materia leve. 6. LA LUCHA POR LA CASTIDAD Para ganar la batalla de la castidad es necesario huir de las ocasiones; en esta materia huir no significa cobarda sino prudencia. Y la prudencia dicta evitar amistades, lecturas, espectculos, conversaciones, etc., que empujen al pecado. Otro paso es estar ocupados en un trabajo serio, que salva de ensimismarse en el egosmo; ayuda tambin el deporte, que forma virtudes esplndidas para resistir al capricho. Y no se puede olvidar la importancia de la sinceridad, que cuenta las dificultades a las personas competentes en busca de ayuda y consejo, as como la modestia y el pudor que ensean delicadeza al vestirse, en el aseo diario, etc., en orden a defender la pureza propiamente dicha. Pero lo ms importante es poner los medios sobrenaturales: confesin y comunin frecuentes; pedir la castidad con humildad y perseverancia; acudir a la Virgen Pursima y Madre nuestra; ofrecer pequeos sacrificios que afirman la voluntad y consiguen la gracia. Como observa Santo Toms de Aquino, "que el hombre viva en la carne y no segn la carne, no es del hombre sino de Dios".

Sptimo Mandamiento: NO HURTARAS


Cuando el joven rico se acerc a Jess preguntando qu deba hacer para ir al cielo, oy esta respuesta: "Cumple los mandamientos". Y al confesar que los haba cumplido desde nio, Jess le dijo: "Una cosa te falta. Ve, vende cuanto tienes y dalo a los pobres y tendrs un tesoro en el cielo; despus ven y sgueme" (Marcos 10,21). Al or estas palabras se march triste porque era muy rico y no quera abandonar sus bienes. Entonces el Seor advirti a los discpulos: "Qu difcilmente entrarn en el Reino de Dios los que tienen riquezas!". La escena sugiere algunas preguntas: Estamos apegados a las cosas que tenemos? Somos egostas? Cuidamos y respetamos las cosas de los otros? Cogemos lo que no es nuestro? Nos preocupamos de los pobres y de los que tienen menos que nosotros? Cumplimos nuestras obligaciones como ciudadanos?

1. EL PLAN DE DIOS SOBRE LOS BIENES DE LA TIERRA El hombre nace en el seno de una familia: padres, hermanos y otros seres que lo cuidan para que salga adelante. Tambin est rodeado de cosas que necesita para vivir y desenvolverse: comida, bebida, vestido y muchos bienes que hacen posible y facilitan el desarrollo de sus capacidades naturales. Esos bienes -como tambin la vida- no se los ha dado l, sino que los ha recibido. Los ha recibido de Dios, que es el Creador de todo, y utiliza la familia como instrumento de su Providencia generosa y esmerada. Pero la condicin de este hombre es la de cada hombre y, por tanto, los bienes creados tienen un destino universal; son de todos y para todos y se consiguen principalmente mediante el trabajo. Al mismo tiempo, para seguridad de su libertad y estmulo del trabajo -derecho y deber del hombre-, necesita poseer algunos bienes (casa, tierras, dinero...), que protegen la autonoma de la persona y de la familia. Es el derecho a la propiedad privada, que es un derecho natural, es decir, querido por Dios. Por eso los sistemas que anulan o coartan la libertad, el trabajo y la propiedad privada son antinaturales porque se oponen a derechos fundamentales de la persona humana. Armonizar y tutelar una y otra dimensin: el destino universal de los bienes creados y la propiedad privada es lo que hace este sptimo precepto del declogo, junto con el dcimo. Es la idea que subyace en la frase de Juan Pablo II: "Sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social"; porque, aunque puede disponer de las cosas, el hombre es mero administrador y debe estar abierto a los dems, teniendo en cuenta virtudes tan sociales como la templanza, la justicia y la solidaridad, reclamadas por la condicin del cristiano. 2. EL RESPETO DE LAS PERSONAS Y DE SUS BIENES Teniendo en cuenta esos principios que regulan el uso de los bienes creados, el sptimo mandamiento prohbe estas actuaciones, que atentan contra el derecho del prjimo: A) EL ROBO, que es quitar o retener una cosa contra la voluntad de su dueo; B) LA USURA, que es prestar dinero u otra cosa exigiendo un inters excesivo; C) EL FRAUDE, que es no dar el justo peso y medida o dar una cosa por otra; D) TAMBIN PROHBE RETENER DELIBERADAMENTE OBJETOS PERDIDOS, pagar salarios injustos, elevar los precios especulando con la ignorancia o la necesidad ajena, la especulacin de terrenos, la corrupcin que "compra" el juicio de los que deben tomar decisiones conforme a derecho, el trabajo mal hecho, perder tiempo en el trabajo y hacerle perder tiempo a los dems con conversaciones obscenas, el fraude fiscal, la falsificacin de cheques y facturas, los gastos excesivos, el despilfarro. 3. EL RESPETO A LA INTEGRIDAD DE LA CREACIN Dios no ha concedido al hombre un dominio absoluto y desptico sobre la naturaleza sino relativo; es decir, un dominio regulado por el respeto y cuidado de la calidad de vida del prjimo, incluyendo a las generaciones futuras. En el trato con los animales, es legtimo servirse de ellos para el alimento y vestido, pero no es conforme a la dignidad humana hacerlos sufrir intilmente, sacrificar

sus vidas sin necesidad, e invertir en ellos sumas notables que ms deberan remediar necesidades de los hombres. 4. OBLIGACIN DE REPARAR EL DAO Cuando se roba o estropea algo produciendo un dao importante en los bienes de los dems, se comete un pecado grave; el pecado es venial si el dao es pequeo. El pecado grave se perdona en la confesin, si al arrepentimiento acompaa la intencin (al menos) de devolver lo robado o reparar el dao; si no existe esta intencin, el pecado no se perdona. Si ya no se tiene lo robado, hay que devolverlo de los bienes propios o comprar otra cosa igual a lo robado, y devolverlo. Si no se sabe qu hacer, preguntar al confesor. 5. ACTITUD ANTE LOS BIENES DE LA TIERRA A) RESPECTO A NOSOTROS MISMOS. Sabemos que las cosas de la tierra estn a nuestro servicio y que las necesitamos, pero hay bienes mucho ms importantes: el amor a Dios y al prjimo demostrado con obras, que son bienes que llevan al cielo. A estos debemos aspirar, estos son los que hemos de adquirir y conservar con esfuerzo. B) RESPECTO A LOS DEMS. No se trata slo de no robar; el cristiano ha de compartir sus bienes con los que tienen necesidad, si quiere ser fiel al Evangelio. Entre las diversas formas de vivir el encargo de Jesucristo, podemos sealar: ayudar a los dems, especialmente a los ms prximos, como son los padres, hermanos, etc.; trabajar -o estudiar si es el caso- porque as participamos en la obra de la creacin y, unido a Cristo, el trabajo puede ser adems redentor; ayudar a los pobres y necesitados con limosnas y visitndoles para hacerles pasar un buen rato. Tambin tenemos obligacin de ayudar a la Iglesia en sus necesidades, como seala el quinto mandamiento de la Iglesia, que cada uno ha de vivir segn sus posibilidades (por ejemplo, siendo generoso en la ofrenda cuando vamos a la Iglesia el domingo). Es decir, las obras de misericordia con para practicarlas.

Octavo Mandamiento: NO LEVANTAR FALSOS TESTIMONIOS NI

MENTIR

Cuenta el Evangelio que, en el juicio de Jess ante el Sanedrn, los judos presentaron testigos falsos que le acusaban de muchas cosas para condenarle. Ante aquellos testimonios falsos y contradictorios, Jess permaneca en silencio. Slo habl cuando el Sumo Sacerdote le pregunt: "Eres t el Mesas, el Hijo de Dios?" (Marcos 14,61). Y confes la verdad, aunque por decir la verdad sufri tantos ultrajes y la muerte. El octavo mandamiento: "No dirs falso testimonio ni mentirs" es muy necesario, sobre todo cuando las relaciones entre los hombres estn enturbiadas por tanta mentira, calumnias difamaciones y falsos testimonios. A todo esto hemos de oponer el amor a la verdad.

1. JESS ENSEA A DECIR LA VERDAD Jess nos ensea con su ejemplo a decir la verdad, aunque esto le costara muchos sufrimientos y la muerte. La verdad, dice Santo Toms, es algo divino: hay que respetarla y amarla. A veces, decir la verdad cuesta y exige esfuerzo; pero hay que ser valientes para decirla siempre y no mentir. Jess dijo en una ocasin: "Sea vuestro modo de hablar: s, s, o no, no. Lo que excede de esto, viene del Maligno" (Mateo 5,37). Es un buen lema que nos ayudar a ser sinceros y leales con Dios, con nosotros mismos y con los dems. 2. EL DAO DE LA MENTIRA Igual que una cerilla -una cosa tan pequea- puede destruir un bosque, as la mentira puede destruir cosas grandes, como la amistad de un amigo o la confianza de los padres. Si se miente a los amigos o a los padres, se acaba perdiendo su amistad y su confianza. Despus, aunque el mentiroso diga la verdad, ya no se le cree. Para vivir en sociedad es indispensable ser sinceros y decir la verdad. Para ello hemos de esforzarnos en la sinceridad con nosotros mismos, sin ocultarnos la verdad. Aun cuando nunca de debe mentir, en ocasiones se debe callar para guardar un secreto o para no perjudicar a otra persona. 3. MOTIVOS POR LOS QUE SE MIENTE Con frecuencia se miente por miedo o vergenza de ser descubiertos; otras veces, para salir de un apuro o para gastar una broma. Puede ser pecado mortal mentir en asuntos importantes, o sabiendo que hacemos un dao grave. Si el bien comn o particular no exige que callemos, un cristiano debe decir siempre la verdad, incluso hasta el martirio, que es supremo testimonio de la verdad de la fe. 4. EL OCTAVO MANDAMIENTO ORDENA RESPETAR LA HONRA DE LOS DEMS La honra es un bien ms importante que los bienes materiales. Todos los hombres tienen derecho a su fama; por eso no podemos robar o destruir la honra de los dems. A) MODOS DE DESTRUIR LA HONRA. Destruye la honra de los dems: - La calumnia, que es exagerar las faltas de los dems o decir que han hecho algo malo sabiendo que no es verdad. - La maledicencia o difamacin, por difundir injustamente los defectos ocultos del prjimo. - El falso testimonio, declarando en un juicio algo que no es verdad y perjudica al prjimo. - El juicio temerario, que consiste en pensar mal de los dems sin justo motivo. - Violando el secreto, que manifiesta lo que deba callar.

B) ACTUACIN DEL CRISTIANO. El que oye hablar de los dems -sea persona particular o institucin (familia, Iglesia, etc.)- est obligado a no escuchar lo que se dice y a defender con valenta o a disculpar, si lo que dice es verdad. C) OBLIGACIN DE RESTITUIR LA HONRA. Dios quiere que seamos como los guardianes de la buena fama de los dems. El que destruye esta buena fama peca gravemente, si el defecto que descubre o el dao que produce son graves. El que ha daado la buena fama del prjimo est obligado a reparar, esto es, a decir pblicamente que aquello que ha dicho no es verdad o que ha exagerado. La reparacin hay que hacerla -igual que cuando se roba algo material- para que se pueda perdonar el pecado. 5. CUIDAR Y DEFENDER NUESTRA BUENA FAMA Durante el juicio ante el Sanedrn, un criado dio una bofetada a Jess que responda a Caifs. Y el Seor se defendi: "Si habl mal, mustrame en qu, y si bien por qu me pegas?" (Juan 18,23). Jess da ejemplo de cmo hay que defender la buena fama cuando nos atacan injustamente. 6. PODEMOS AYUDAR A LOS DEMS CON LA CORRECCIN FRATERNA La caridad nos llevar a decir con nobleza, a decir las cosas a la cara, de frente, nunca de espaldas. Decir las cosas con verdad y caridad es ayudar a nuestros hermanos con la correccin fraterna. Podemos recordar lo que dijo Jess: "La verdad os har libres" (Juan 8,32). has mentido con dao grave para el prjimo? (Mortal) has calumniado en cosa grave? has descubierto sin causa faltas ocultas, aunque sean ciertas? has revelado secretos sin razn seria y proporcionada para ello? has ledo cartas de otros contra la voluntad de estos? te has puesto a escuchar cosas secretas? has criticado sin motivo? has odo con gusto murmuraciones de otros? has dado pie a esas murmuraciones? has sembrado discordia entre otros con cuentos y chismes verdaderos o falsos? has dejado mal a tus compaeros delante de otros? has tenido medias palabras o insinuaciones infundiendo sospechas de otros? has exagerado defectos de otros? has dejado de restituir la fama, pudiendo? has juzgado mal de otros sin fundamento suficiente? has permitido la murmuracin debiendo cortarla? has dejado de defender al prjimo pudiendo hacerlo fcilmente?

Noveno Mandamiento: NO CONSENTIRAS PENSAMIENTOS NI DESEOS

IMPUROS-NO DESEAR LA MUJER O EL HOMBRE DEL PRJIMO(A).

Compuesto de alma y cuerpo, tras el desorden del pecado original el hombre ha de soportar el tirn de la carne que reclama con egosmo el placer de la sexualidad, sin mirar a la disciplina con que Dios ha ordenado los fueros del cuerpo. As, la pureza es una virtud que ha de alcanzarse con la gracia de Dios, y una particular lucha personal. Para ser limpios de corazn es necesario rechazar con firmeza pensamientos y deseos impuros, que constituyen la raz interna del pecado contra la castidad, y ya son pecados cuando se consienten. Sin embargo, vale la pena porque la pureza es una de las mayores fuentes de alegra, de paz y de energa en el progreso de la persona. Como dice Jess en el sermn de la montaa, "bienaventurados los limpios de corazn, porque ellos vern a Dios" (Mateo 5,8). Al reclamo de esta invitacin entendemos que la pureza puede costar, pero sabemos que es un don magnfico, corona triunfal que hemos de apetecer, venciendo el lodo de la impureza -la impureza mancha-, que es un engao amargo. Es absurdo que nos quieran convencer de que el hombre es una bestia incapaz de remontar sus instintos; el hombre no es una bestia. Y cuando Dios impone el precepto de la pureza desde la misma raz interior, "no manda ningn imposible, sino que cuando lo ordena advierte que hagas lo que puedas, que pidas lo que no puedas y l te ayudar para que puedas", ensea el Concilio de Trento con San Agustn. 1. LA CONCUPISCENCIA Al desobedecer a Dios, Adn y Eva no slo pecaron sino que abrieron una fuente de pecado: la concupiscencia o inclinacin al pecado que permanece incluso en el bautizado; el bautismo perdona el pecado original pero no elimina la concupiscencia. San Juan habla de una triple concupiscencia: concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y soberbia de la vida. (Cf. 1 Juan 2,16), consecuencia del pecado original que contradice a la razn y desordena las facultades del hombre. En s misma no es pecado, pero inclina al pecado, aunque no puede daar al que no la consiente sino que le hace frente con la gracia de Cristo. Para eso se le deja al bautizado, para el combate. 2. LA PURIFICACIN DEL CORAZN Como la naturaleza siente el hormigueo de las pasiones, hay que buscar la raz del pecado para combatirla. Y la raz se encuentra en el corazn; la pureza se vive en el cuerpo, pero se vive sobre todo en el alma. Jess advierte a sus discpulos: "De dentro del corazn salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones" (Mateo 15,19). Por eso, la lucha contra la concupiscencia pasa por la purificacin del corazn y Dios quiere que seamos limpios y castos por dentro, en primer lugar; el noveno mandamiento prohbe los pecados internos contra la castidad: los pensamientos y deseos impuros. 3. LUCHAR CONTRA LA TENTACIN Las tentaciones contra la castidad, de suyo, no son pecado sino incitaciones al pecado; seran pecado si la voluntad se complaciera en ellas, pero no lo son si la voluntad no consiente y las rechaza. Proceden de las malas inclinaciones,

sugestin del demonio o del mundo que nos rodea. No debe sorprendernos, pero -sin obsesionarnos- hay que rezar para ser fuertes y rechazarlas con prontitud. El que resiste a la tentacin, crece en amor a Dios y se hace fuere por dentro, con la fuerza de Dios, que da su gracia para vencer. Cuando surgen dudas de si una cosa es o no es pecado contra la pureza se pregunta a personas competentes: padres, sacerdote... para formarse y tener paz. En estos casos sucede lo que con las moscas en verano cuando se posan tan molestas en la cara. El que se pose no depende de nosotros; de nosotros depende el ahuyentarlas! Si en el momento de la tentacin podemos decir sinceramente: "He hecho lo posible por quitrmela de encima", no hay que perder la paz y la alegra. 4. EL PUDOR Y LA MODESTIA Siempre se ha dicho que la pureza est defendida por el pudor, virtud que es parte potencial de la templanza. El pudor rechaza mostrar lo que debe permanecer velado, inspira la eleccin del modo de vestir, lleva a la modestia que regula los gestos y movimientos corporales, y mantiene silencio o reserva donde se adivina el riesgo de una curiosidad malsana. Existe un pudor de los sentimientos como tambin un pudor del cuerpo. El pudor custodia la intimidad de la persona y ensea sobre todo delicadeza. 5. CAMPAA POR LA PUREZA La pureza cristiana exige el saneamiento del clima actual de la sociedad, y el cristiano tiene que luchar contra la permisividad de las costumbres, que es resultado de una concepcin errnea de la libertad. Aun con independencia de la fe, el hombre no puede dejarse arrastrar por ese erotismo difuso que impregna tantos espectculos indecorosos de televisin, cine, teatro, etc., porque atenta contra la dignidad humana. Podra decirse lo del sabio: "Cuantas veces estuve con los hombres, volv menos hombre". Con mayor razn el cristiano ha de trabajar para que los espectculos sean limpios y no ofendan a Dios, como ocurre siempre que encierran cultura verdadera. El esfuerzo en favor de la castidad o pureza, que Dios protege con el sexto y noveno mandamiento, significa contribuir a que los hombres y las mujeres sean ms capaces de s mismas, y ayuda a purificar y elevar las costumbres de los pueblos. Si no se vive la pureza, las personas y los pueblos se embrutecen, viviendo como bestias. 6. MEDIOS PARA VIVIR Y CRECER EN PUREZA Se puede alcanzar y mejorar la pureza interior mediante la oracin -la pureza siempre hay que pedirla-, con la pureza de intencin, que busca cumplir en todo la voluntad de Dios; y cuidando la imaginacin y la vista -junto con los otros sentidos- para poder rechazar cualquier complacencia en los pensamientos impuros. Has cometido alguna accin deshonesta? ha sido a solas? con otra persona? de que sexo? de que clase? soltera, casada, pariente, animales?

has llegado hasta lo mas grave, o ha sido solo tocando? (Mortal desde que sea buscando el placer sexual fuera del uso licito del matrimonio). te has puesto voluntariamente en peligro prximo de pecar gravemente, o no lo has evitado pudiendo y debiendo hacerlo? (mortal) has bailado con mala intencin? has bailado esos bailes que llaman ahora amacizados? has tenido tactos deshonestos movido por la pasin de impureza? (Mortal) has besado o abrazado con deseo deshonesto? (Mortal) te has rozado con alguna cosa o persona con intencin deshonesta? (Mortal) has hecho gestos deshonestos? has dicho palabras groseras o malsonantes? has tenido conversaciones obscenas, contando chistes verdes o cantando canciones deshonestas? si eres casado o casada has deseado deshonestamente y con deliberacin a otra persona? (Mortal) te has baado en piscinas mixtas en presencia de personas de otro sexo? has vestido trajes muy inmodestos, sin mangas o mangas muy cortas, transparentes, escotados o muy ceidos al cuerpo? si eres mujer, has vestido trajes de bao impropios?

Dcimo Mandamiento: NO CODICIAR LOS BIENES AJENOS


El estado de inocencia en el que fue creado el hombre supona la mente sometida a Dios, las potencias inferiores a la razn y el cuerpo al alma. El pecado trastorn esa armona privilegiada y se desataron las pasiones, produciendo un conflicto interior de desorden y tensin; tambin en el uso de los bienes materiales que el hombre necesita para subsistir y desarrollar su vida en la tierra. Y con frecuencia el hombre pierde la conciencia de su dignidad; lo que deba ser equilibrio se convierte en desenfreno. Olvida que l vale ms que las cosas, y se pega a las cosas -no se contenta con lo necesario y suficiente-, dando lugar a la codicia, que degrada a la persona. La avaricia se explica en el pagano, que no tiene otra esperanza que los bienes caducos; pero no tiene sentido en el cristiano, que vuela con su esperanza teologal ms all del tiempo y de las cosas efmeras de este mundo. La meta del cristiano es Dios y la gloria del cielo; no se contenta con menos. Como la avaricia se traduce tantas veces en el robo y usurpacin de los bienes del prjimo, este precepto trata de ordenar la raz interior de esos pecados y prohbe codiciar los bienes ajenos. 1. LA AVARICIA, RAZ DE TODOS LOS MALES Para contrarrestar la avaricia de los amadores de este mundo, escribe San Pablo: "Nada trajimos al mundo y nada podemos llevarnos de l. En teniendo con qu alimentarnos y con qu cubrirnos, estamos con eso contentos. Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en lazos y en muchas codicias locas y perniciosas, que hunden a los hombres en la perdicin y en la ruina, porque la raz de todos los males es la avaricia, y muchos, por dejarse llevar de ella, se extravan en la fe y a s mismos se atormentan con muchos dolores" (1 Timoteo

6,7-10). La leccin de sensatez del Apstol no significa que no haya que desarrollar -con el ingenio y el trabajo- las posibilidades econmicas que ayudan a ejercer la libertad y a promover la familia -y tambin a promover el bienestar de los dems suscitando empresas, riqueza y trabajo, en beneficio de los conciudadanos-; significa slo que el hombre no puede esclavizarse sometindose a bienes efmeros, porque l es ms y vale ms. Y, por supuesto, que la codicia y envidia de bienes ajenos, que conduce a la apropiacin ilegtima de lo que no es suyo, debe ser combatida y dominada. 2. CONFORMIDAD CON LO QUE DIOS NOS DA El corazn se identifica con lo que ama, y, si ama irrefrenadamente bienes materiales, se hace materia -cosa-, reduciendo sus aspiraciones al poco bienestar material de algunos aos, no exentos de zozobra e inquietud ante los riesgos. Al contrario, la conformidad con los bienes y riquezas que Dios da -y con los que honradamente se pueden adquirir- hace feliz; la codicia y la envidia de lo que no se posee es lo que no hace feliz a nadie. Y si el deseo de tener bienes y luchar por conseguirlos con medios lcitos y fin honesto, es bueno y agrada a Dios, el deseo desordenado o codicia le ofende, lo mismo que degrada al hombre. 3. QU PROHBE EL DCIMO MANDAMIENTO El dcimo mandamiento prohbe la avaricia o deseo desordenado de riquezas, y tambin el deseo de cometer una injusticia que daara al prjimo en sus bienes temporales. Prohbe adems la envidia o tristeza que produce el bien del prjimo, con deseo desordenado de poseerlo y apropirselo aunque sea de forma indebida. De esta envidia -que suele proceder del orgullo- nacen el odio, la maledicencia y la calumnia. Es preciso combatir un pecado capital del que nacen tantos males, y se consigue con la benevolencia, la humildad y el abandono en la providencia de Dios. 4. EL DESPRENDIMIENTO DE LOS BIENES DE LA TIERRA Cuando el hombre tiene entera su conducta moral, es decir, cuando impera la ley de Dios en el corazn, sobresale el desprendimiento de los bienes creados, porque el amor de Dios lo domina todo. Se percibe con fuerza aquello del Evangelio: "Bienaventurados los pobres en el espritu, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mateo 5,3). Por eso, el cristiano ha de orientar sus deseos en la lnea de la esperanza teologal, para que el uso de las cosas de este mundo y el apego a las riquezas no impida -en contra del espritu de pobreza evanglicabuscar el amor perfecto. 5. LA LUCHA CONTRA EL APEGO A LOS BIENES TERRENOS El Evangelio exhorta a la vigilancia, y este campo requiere una particular atencin, porque el apego a los bienes desplaza a Dios y desorienta la vida. El remedio est en fomentar el deseo de la felicidad verdadera, que se alcanza aqu- viviendo en gracia de Dios por encima de todo; y despus -en plenitud- en el cielo, viendo a Dios y gozando de Dios. La esperanza de que veamos a Dios supera toda felicidad. Y para contemplar y poseer a Dios hay que mortificar la

concupiscencia con ayuda de la gracia de Dios, venciendo la seduccin del placer y del poder. 6. HAY QUE AMAR Y CUMPLIR LOS DIEZ MANDAMIENTOS El dcimo mandamiento desdobla y completa el noveno. Al prohibir la codicia del bien ajeno ataca la raz del robo, de la rapia y del fraude, Prohibidos en el sptimo mandamiento. Si no se domina la concupiscencia de los ojos se llega a la violencia y a la injusticia, prohibidos en el quinto precepto. La codicia tiene su origen, como la fornicacin, en la idolatra condenada en los tres primeros mandamientos de la Ley. El dcimo mandamiento se refiere a las intenciones del corazn; resume, con el noveno, los diez mandamientos de la ley de Dios. Al terminar este estudio de los mandamientos se advierte que, efectivamente, son un regalo de Dios al hombre. Jesucristo ense a cumplirlos y proclam las bienaventuranzas para saber el espritu con que hay que cumplirlos. Los mandamientos sealan el camino del cielo de forma clara y sencilla. Muestran cmo amar a Dios sobre todas las cosas y al prjimo como a uno mismo por amor a Dios. Te has quedado con algo que no es tuyo? has quitado algo o encubierto algn robo? ha sido con violencia o a persona pobre, o en lugar sagrado, o con otra cualquier circunstancia agravante? has pensado o deseado robar al prjimo, o hacerle dao a sus bienes o lo has aconsejado? has cooperado al robo de alguna forma? has devuelto lo encontrado, si sabes de quien es? si no lo sabes, has procurado averiguarlo con diligencia proporcionada a la importancia de la cosa? Has hecho dao grave voluntariamente a otros en sus bienes? (Mortal). has cooperado, a sabiendas, al dao del prjimo? has sido cmplice o encubridor de alguna injusticia? Has comprado ha sabiendas lo robado? has restituido lo robado y reparado el dao ocasionado segn tus posibilidades? si no lo has hecho ya, estas dispuesto a restituir? has puesto precios abusivos aprovechndote de la necesidad? has hecho trampas en las compras o en las ventas? has jugado con cantidades grandes de dinero? (Mortal) has paso monedas falsas o sisadas en las compras? has retenido dinero de otros necesitndolo ellos? has prestado dinero con usura? has cobrado ms de lo justo? has dado menos salario de lo justo? exiges dinero por un servicio al que estas obligado por tu cargo? cobras por servicios que no has desempeado o desempeas mal?

cooperas segn tus posibilidades a la implantacin de la justicia social y al remedio del tremendo problema social? consideras como problema personal tuyo la tragedia de tus hermanos, los padres de familia sin trabajo y al de todos aquellos que no ganan lo suficiente para sustentar a sus hijos? das la limosna que puedes segn tu posicin? has derrochado en lujo y vanidades lo que a ti te sobra y otros necesitan?

LOS PECADOS CAPITALES


El orgullo, la avaricia, la impureza, la ira, la envidia, la gula y la pereza.

LOS PECADOS CONTRA EL ESPRITU SANTO


-Desesperacin de Salvarse, -Presuncin de Salvarse sin Merecimiento, Impugnacin de la Verdad Conocida, -Envidia de las Gracias Ajenas, -Obstinacin en los pecados, -Impenitencia Final.

LOS CUATRO PECADOS QUE CLAMAN VENGANZA ANTE DIOS


-Homicidio voluntario, -Pecado Impuro contra la Naturaleza, -Opresin del pobre y -Defraudar el Obrero en su Jornal.

Cumpliendo con estas normas cristianas y la ayuda del Todopoderoso y la Intercesin de la Virgen Maria Lograremos la PAZ. (QUE EL SEOR LOS BENDIGA). ATT: LUCY TATIANA POLANCO AYA Y HERNANDO POLANCO MONJE

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