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El jaguar (Panthera onca) es un gran felino nativo de América, considerado casi amenazado por la UICN debido a la pérdida de hábitat y conflictos con humanos. Es el mayor félido de América y se caracteriza por su potente mordedura y su habilidad para cazar presas grandes. A pesar de su declive, aún existen 34 subpoblaciones distribuidas a lo largo del continente.
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El jaguar (Panthera onca) es un gran felino nativo de América, considerado casi amenazado por la UICN debido a la pérdida de hábitat y conflictos con humanos. Es el mayor félido de América y se caracteriza por su potente mordedura y su habilidad para cazar presas grandes. A pesar de su declive, aún existen 34 subpoblaciones distribuidas a lo largo del continente.
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Panthera onca

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«Jaguar» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Jaguar


(desambiguación).
«Onça» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Onça (desambiguación).
Para otros usos de este término, véase Nahuel (desambiguación).

Jaguar

Estado de conservación

Casi amenazado (UICN 3.1)1

Taxonomía

Reino: Animalia

Filo: Chordata

Clase: Mammalia

Orden: Carnivora

Suborden: Feliformia

Familia: Felidae

Subfamilia: Pantherinae

Género: Panthera

Especie: Panthera onca


(LINNAEUS, 1758)
Distribución

Distribución de Panthera onca. En rosa las zonas donde se


ha extinguido, en rojo las zonas donde perdura.2

Subespecies

 P. onca arizonensis †
 P. onca augusta †
 P. onca centralis
 P. onca goldmani
 P. onca hernandesii
 P. onca mesembrina †
 P. onca onca
 P. onca palustris
 P. onca paraguensis
 P. onca peruviana
 P. onca veraecruscis

[editar datos en Wikidata]

El jaguar, yaguar, otorongo, yaguareté, jaguareté, tigre o tecuán N 1


(Panthera onca) es un carnívoro félido de la subfamilia de
los Panterinos y género Panthera. Es la única de las cinco especies
actuales de este género que se encuentra en América. También es el mayor
félido de América y el tercero del mundo, después del tigre (Panthera tigris) y
el león (Panthera leo). Su distribución actual se extiende desde el extremo sur
de Estados Unidos continuando por parte de México, América
Central y América del Sur hasta el norte y noreste de Argentina. Habita
principalmente en zonas tropicales secas y húmedas, pero también vive en
matorrales áridos. Su dieta es muy amplia, puede cazar grandes presas,
incluido ganado, o pequeños animales. Exceptuando algunas poblaciones
en Arizona (suroeste de Tucson), esta especie ya ha sido prácticamente
extirpada en los Estados Unidos desde principios de la década de 1900.N 2
Se encuentra emparentado y se asemeja mucho en apariencia física al
leopardo (Panthera pardus), pero generalmente es de mayor tamaño, cuenta
con una constitución más robusta y su comportamiento y hábitat son más
acordes a los del tigre (Panthera tigris). Si bien prefiere las selvas densas
y húmedas, puede acomodarse a una gran variedad de terrenos boscosos o
abiertos. Está estrechamente asociado a la presencia de agua y destaca junto
con el tigre, por ser un félido al que le gusta nadar.

Es fundamentalmente solitario. Caza haciendo emboscadas, siendo oportunista


a la hora de elegir las presas. Es una especie clave para la estabilización de
los ecosistemas en los que habita; al ser un superpredador, regula las
poblaciones de las especies que captura. Los ejemplares adultos tienen una
mordedura excepcionalmente potente, incluso en comparación con otros
grandes félidos,5 lo que les permite perforar los caparazones
de reptiles acorazados como tortugas y utilizar un método poco habitual para
matar: ataca directamente la cabeza de la presa entre las orejas para propinar
un mordisco letal que atraviesa el cráneo con sus colmillos alcanzando
al cerebro.67

Panthera onca está calificado en la Lista Roja de la UICN como «especie casi
amenazada» y su número está en declive.1 Entre los factores que lo amenazan
se incluyen la pérdida y la fragmentación de su hábitat. A pesar de que el
comercio internacional de ejemplares de esta especie o sus partes está
prohibido,8 este félido muere con frecuencia a mano de los humanos,
especialmente en conflictos con ganaderos. Aunque reducida, su distribución
geográfica continúa siendo amplia, existiendo aún 34 subpoblaciones a lo largo
del continente.9 A lo largo de la historia, esta distribución le otorgó un lugar
prominente en la mitología de numerosas culturas indígenas americanas, como
los mayas y los aztecas.

Nombres comunes y etimología


[editar]
En sus zonas nativas recibe diferentes denominaciones
en español como jaguar, yaguar, yaguareté, otorongo, jaguarete, tigre o tigr
e americano. Los mexicas lo llamaban ocelotl, aunque también utilizaban este
nombre para el ocelote (Leopardus pardalis), y podrían referirse a él
como tlatlauhquiocélotl.101112 En gran parte de Hispanoamérica desde la
llegada de los españoles es común llamar a este animal «tigre» aunque es
remoto el parecido con el tigre asiático (Panthera tigris) del cual procede el
apelativo. En las zonas de países de habla castellana que están próximas a la
frontera con Brasil, se emplea también la denominación brasileña
en portugués: onça-pintada o jaguar. En cuanto a las lenguas aborígenes
americanas, en maya se le llama balam,13 en mapuche es llamado nawel14
(origen del antropónimo y topónimo Nahuel), en algunos Idiomas
quechuas uturunku o unqa y en bribri namú,15 y nawat tekwani (literalmente
significa: come gente).16

Yaguar y yaguareté provienen del guaraní yaguar 'fiera', y eté 'verdadero', y


probablemente llegó al español por conducto del portugués o del francés, lo
cual explica la desvirtuación hacia la forma con j: jaguar.17 El origen del nombre
se ha supuesto como procedente de yaguá-eté, que significaría «fiera de
verdad» o «auténtica fiera»; en efecto, antes de 1492 los guaraníes utilizaban
la palabra yaguá para referirse a los distintos carnívoros o «fieras», pero ante la
presencia de los feroces perros de combate traídos por los europeos el término
guaraní yaguá pasó a significar solo 'perro' (actualmente se aplica este término
en guaraní a cualquier perro),18 mientras que Panthera onca era el yaguá-eté,
es decir: la fiera o animal feroz por antonomasia, siendo la más peligrosa de
todas las que los integrantes de esa etnia conocían y a quien más temían. De
allí surgió la denominación yaguareté, usada especialmente en los países
del área guaranítica: Argentina y Paraguay, y de modo abreviado, yaguar, o por
error en la pronunciación sobre textos no en castellano: jaguar con «j».

El primer componente de su designación taxonómica, Panthera, es un


término latino derivado a su vez de la palabra griega πάνθηρ (leopardo,
la especie tipo del género). Se ha dicho que esta palabra deriva de παν- «todo»
y θήρ «bestia», aunque podría ser una etimología popular19 o que tuviera su
origen en pundarikam (literalmente «animal amarillento»), la
palabra sánscrita para «tigre».20

Onca proviene del portugués onça, con la cedilla sustituida por razones
tipográficas, aunque en España se usa más habitualmente para la onza o
leopardo de las nieves (Panthera uncia) y en Latinoamérica para el gato onza u
ocelote. Deriva del latín lyncis, lince,21 que perdió la letra «L» al confundirse con
el artículo definido (italiano lonza, francés antiguo l'once).22

Taxonomía
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Pantherinae
Neofelis nebulosa - pantera nebulosa

Neofelis diardi - pantera nebulosa de Borneo

Panthera
Panthera tigris - tigre

Panthera uncia - leopardo de las nieves

Panthera leo - león

Panthera onca

Panthera pardus - leopardo

Árbol filogenético de la subfamilia Pantherinae.23


Panthera onca, es el único miembro del género Panthera existente en la
actualidad en el Nuevo Mundo. Pruebas de ADN muestran que esta especie, el
león (Panthera leo), el tigre (Panthera tigris), el leopardo (Panthera pardus), el
leopardo de las nieves (Panthera uncia), y la pantera nebulosa (Neofelis
nebulosa) comparten un antepasado común, y que este grupo tiene una edad
de entre 6 y 10 millones de años;24 el registro fósil indica que la aparición
de Panthera se produjo hace entre 2 y 3,8 millones de años.2425 Generalmente
los estudios filogenéticos han demostrado que la pantera nebulosa es la
especie basal de este grupo.24262728 La posición de las especies restantes varía
entre diversos estudios y en la práctica permanece sin resolver.

Basándose en pruebas morfológicas, el zoólogo británico Reginald Pocock


llegó a la conclusión de que el pariente más cercano a Panthera onca era el
leopardo.28 Sin embargo, las pruebas de ADN no son concluyentes y su
posición en relación con otras especies varía de un estudio a otro.24262728 Fósiles
de especies extintas de Panthera, como por ejemplo el jaguar
europeo (Panthera gombaszoegensis) y el león americano (Panthera leo atrox),
presentan características propias tanto del león como de Panthera onca.28 El
análisis del ADN mitocondrial de Panthera onca indica que el linaje de la
especie se remonta a entre hace 280 000 y 510 000 años, por lo tanto es más
moderna de lo que sugiere el registro fósil.29

Subespecies
[editar]

Aunque se han reconocido


numerosas subespecies de Panthera onca, investigaciones recientes apuntan a

que solo hay tres. P. onca hernandesii.


La última descripción taxonómica de las subespecies de Panthera onca fue
realizada por Pocock en 1939. Basándose en los orígenes geográficos y la
morfología craneal, reconoció ocho subespecies, aunque no disponía de
suficientes especímenes como para evaluarlas de manera crítica, y mostró sus
dudas sobre el estatus de algunas de ellas. Sin embargo la división en
subespecies de Pocock todavía se utiliza habitualmente en descripciones
generales de este félido.30

Seymour relaciona ocho subespecies reconocidas:31

1. P. onca arizonensis † (Goldman, 1932), sur de Arizona a Sonora, México.


2. P. onca centralis (Mearns, 1901), Panamá y norte de Colombia.
3. P. onca goldmani (Mearns, 1901), península de
Yucatán a Belice y Guatemala.
4. P. onca hernandesii (J. E. Gray, 1857), centro y oeste de México.
5. P. onca onca (Lineo, 1758): entre las cuencas del río Orinoco y
el Amazonas.
6. P. onca paraguensis (Hollister, 1914), sur de Brasil hasta la Pampa central
de Argentina, incluyendo además a Paraguay y parte de Uruguay.
7. P. onca peruviana (de Blainville, 1843), bosque tropical de Tumbes
(costa) Perú y Ecuador.
8. P. onca veraecruscis (Nelson y Goldman, 1933), Texas central al sudeste de
México.
En la obra Mammal Species of the World y en el Sistema Integrado de
Información Taxonómica (ITIS) se reconocen nueve subespecies,3233 las ocho
citadas y además P. onca palustris (Ameghino, 1888).

Panthera onca cuenta con dos subespecies extintas: Panthera onca


augusta y Panthera onca mesembrina,3435 ambas del Pleistoceno,
habitaban América desde la Patagonia (incluido Chile) hasta Estados Unidos, a
estas dos subespecies se une Panthera onca arizonensis que fue erradicada
en tiempos modernos.

Jaguar
Evaluaciones posteriores sugieren que solo se tendrían que reconocer tres
subespecies: P. onca onca, P. onca hernandesii y P. onca paraguensis,31 y
estudios recientes tampoco han conseguido encontrar pruebas que sustenten
subespecies claramente definidas, y ya no las reconocen.36 Larson (1997)
estudió la variación morfológica en Panthera onca y demostró que hay
una variación clinal norte-sur, pero también que la diferenciación dentro de las
presuntas subespecies es mayor que la que hay entre ellas, y que por lo tanto
no apoya una división en subespecies.37 Un estudio genético de Eizirik y otros
colaboradores en 2001 confirmó la ausencia de una estructura geográfica de
subespecie clara, a pesar de que encontraron que las grandes barreras
geográficas, como por ejemplo el río Amazonas, limitaban el intercambio de
genes entre las diferentes poblaciones.29 Un detallado estudio realizado
posteriormente también mostró un flujo genético entre subespecies y una
heterogeneidad relativamente baja.38

Subpoblaciones
[editar]
Lo que si se conocen son subpoblaciones diferenciadas geográficamente de
jaguares. Ya que un artículo publicado en la Cambridge University Press,
presentó un estudio de identificando 34 subpoblaciones de Panthera onca y su
nivel de peligro de extinción. Actualmente son 34 las subpoblaciones descritas,
y estas son:

1. Pacífico mexicano (EN)


2. Sierra de Tamaulipas (CR)
3. Golfo de México (CR)
4. Selva Maya (EN)
5. Montañas Maya (EN)
6. Caribe hondureño (CR)
7. Misquito hondureño (CR)
8. Indio-Maíz Tortuguero (CR)
9. Talamanca (CR)
10. Península Osa (CR)
11. Panamá central (CR)
12. Choco biogeográfico (EN)
13. Paramillo-San Lucas (CR)
14. Sierra Nevada de Santa Marta (CR)
15. Serranía de Perijá-Catatumbo (CR)
16. Santa Helena-Guayas (CR)
17. Amazonia (LC)
18. Maranhao-Babacu (CR)
19. Nascentes Parnaiba (EN)
20. Boqueriao da Onca (CR)
21. Sierra de Capibara (CR)
22. Chapada Diamantina (CR)
23. Araguia (EN)
24. Goias y Tocatins (EN)
25. Sertao Veredas Peruacu (CR)
26. Mato Grosso (EN)
27. Chapada dos Guimaraes (CR)
28. Emas (CR)
29. Espinhaco de Minas (CR)
30. Sooretama (CR)
31. Mantiqueria-Rio Doce (CR)
32. Pontal do Paranapanema (CR)
33. Serra do Mar (CR)
34. Iguazú (CR)
Biología y comportamiento
[editar]

Cráneo de un ejemplar de yaguareté austral


(Panthera onca palustris).
Descripción
[editar]

Su cabeza es robusta y sus mandíbulas


extremadamente potentes. Su tamaño tiende a incrementarse cuanto más al
sur se localicen.
Panthera onca es el mayor félido de América.39 Es un animal robusto y
musculoso que presenta variaciones significativas en cuanto al tamaño, con un
peso que oscila normalmente entre 56 y 96 kilogramos, aunque hay registros
de machos más grandes, de hasta 160 kg (aproximadamente como una tigresa
o una leona),4041 y por el contrario los más pequeños pueden tener un peso tan
bajo como 36 kg. Las hembras suelen ser un 10-20 % más pequeñas que los
machos. La longitud de este félido varía entre 162 y 183 cm y la cola puede
añadir unos 75 cm más. Su altura hasta los hombros o la cruz es de unos 67-
76 cm.42 Su cabeza es voluminosa y con una mandíbula prominente; el color de
sus ojos varía de un tono amarillo oro a un amarillo verdoso y sus orejas son
relativamente pequeñas y redondeadas.43

Se han observado variaciones en su tamaño en diferentes regiones y hábitats,


mostrando un incremento de tamaño cuanto más al sur se localicen. Un estudio
realizado en la Reserva de la Biosfera de Chamela-Cuixmala, en la
costa mexicana del Pacífico, mostró que en esa zona pesaban tan solo entre
30-50 kg, aproximadamente el peso del puma,44 mientras que un estudio en la
región brasileña del Pantanal mostraba un peso medio de 100 kg, a menudo
con pesos de 135 kg o más en machos viejos.45 Los ejemplares que habitan en
forestas a menudo son más oscuros y bastante más pequeños que los que
viven en áreas abiertas (el Pantanal es una cuenca de zonas húmedas abierta),
posiblemente debido al menor número de grandes presas herbívoras en las
zonas boscosas.46

La estructura corta y robusta de sus miembros hace que sea muy hábil a la
hora de escalar, arrastrarse y nadar.42 La cabeza es robusta y
la mandíbula extremamente potente; se ha sugerido que posee el mordisco
más potente de todos los félidos y el segundo más potente de todos los
mamíferos (tras la hiena manchada); esta potencia es una adaptación que le
permite incluso perforar caparazones de tortugas.6 Un estudio comparativo de
la potencia de mordisco ajustado según la medida corporal lo situó como el
primero de los félidos, junto con la pantera nebulosa, y por delante del león y
el tigre.47

El melanismo es el resultado de
un alelo dominante y un fenómeno relativamente habitual en esta especie.
Un ejemplar adulto puede arrastrar 8 metros un toro de 360 kilogramos entre
sus mandíbulas y pulverizar los huesos más duros,48 o arrastrar a una tortuga
de mar de 34 kg a lo largo de más de 90 m en la profundidad de un bosque.39
Puede cazar animales salvajes que pesan hasta 300 kg en el interior de una
selva densa y su físico corto y robusto es una adaptación a sus presas y
ambiente.

La base de su pelaje suele ser de un color entre amarillo pálido y castaño


rojizo.39 La piel está cubierta de unas manchas en forma de rosa
para camuflarse en su hábitat selvático. Las manchas pueden variar en la piel
de un mismo animal y entre diferentes ejemplares: las rosetas pueden incluir
una o más manchas y la forma de las manchas varía. Las de la cabeza y el
cuello son generalmente sólidas, igual que las de la cola, donde se pueden unir
para formar una banda. La región ventral, el cuello y la superficie exterior de las
patas y los flancos inferiores son blancos.42

En la especie se produce con relativa frecuencia un exceso de pigmentación


conocido como melanismo.46 La condición melanística es menos común que la
manchada (se da en aproximadamente un 6 % de la población) y es el
resultado de un alelo dominante.4950 Los ejemplares con melanismo parecen
totalmente negros, aunque se pueden apreciar las manchas si se los mira de
cerca. Los ejemplares con melanismo son conocidos informalmente como
«panteras negras», pero no constituyen una especie distinta, ni siquiera una
subespecie. Igual que en los demás grandes félidos, en raras ocasiones
aparecen individuos albinos, denominados «panteras blancas».46

Aunque es muy semejante físicamente al leopardo (Panthera


pardus), Panthera onca es más robusto y pesado y se pueden distinguir por
sus manchas: las rosetas en la piel de este último son más grandes, menores
en número, suelen ser más oscuras y tienen líneas más gruesas y manchas
pequeñas en el centro, que el leopardo no tiene. También tiene una cabeza
más redondeada y unas patas más cortas y robustas que el leopardo.51

Reproducción y ciclo vital


[editar]

Madre a punto de asir a una cría por el cuello.


Las hembras alcanzan la madurez sexual aproximadamente entre los 12 y
24 meses de edad y los machos entre los 24 y 36 meses.39 Se cree que en
estado salvaje se aparean durante todo el año, aunque el número de
nacimientos se incrementa durante la estación lluviosa, cuando las presas son
más abundantes.52 Investigaciones realizadas con machos en cautividad apoya
la hipótesis de que se emparejan durante todo el año, sin
variaciones estacionales en las características del semen y la calidad
eyaculatoria; también se ha observado un éxito reproductivo reducido en
cautividad.53 El celo de la hembra dura 6-17 días de un ciclo completo de
37 días; las hembras indican que son fértiles con marcas odoríferas urinarias y
una mayor vocalización.52 Durante el cortejo ambos sexos cubren un territorio
más amplio del habitual.

Las parejas se separan después del coito y las hembras se encargan del
cuidado de los cachorros. El periodo de gestación dura entre 93 y 105 días; las
hembras paren habitualmente 2 crías, aunque el número puede oscilar entre 1
y 4. La madre no tolera la presencia de machos después del nacimiento de las
crías, por el riesgo de canibalismo infantil; este comportamiento también se
observa en el tigre.54

Las crías nacen ciegas e indefensas y dependen por completo de su madre;


empiezan a ver después de dos semanas. Los cachorros son destetados a la
edad de 3 meses, pero permanecen en la madriguera donde han nacido hasta
los 5 o 6 meses, momento en el que empiezan a salir para acompañar a la
madre cuando va de caza.3955 Permanecen en compañía de la madre durante 1
o 2 años antes de abandonarla para establecer su propio territorio. Los machos
jóvenes son inicialmente nómadas, enfrentándose con ejemplares más viejos
hasta que consiguen hacerse con un territorio. Se estima que su longevidad
típica en libertad es de unos 11-12 años;39 en cautividad puede vivir hasta 25
años, habiéndose registrado incluso una hembra que alcanzó los 32 años, lo
que lo sitúa entre los félidos más longevos.4556

Comportamiento
[editar]
Como la mayoría de los félidos, es un animal solitario (exceptuando el conjunto
madre-cachorros). Por lo general los adultos solo se encuentran para el cortejo
y el apareamiento (aunque se han constatado casos anecdóticos de
socialización)54 y suele establecer un amplio territorio y defenderlo. En el caso
de las hembras estos territorios, que miden entre 25 y 40 km², pueden
superponerse, pero los animales suelen evitarse entre ellos. Los de los machos
cubren aproximadamente el doble de superficie, con una extensión que varía
según la disponibilidad de presas y espacio, y no se superponen.5457 Utilizan
vocalizaciones, arañazos en los árboles, orina y heces para marcar su
territorio.3958

Como los demás miembros del género Panthera, y a diferencia del resto de
félidos, Panthera onca es capaz de rugir, gracias a su alargada y
especialmente adaptada laringe y su unión al hueso hioides.5960 El macho ruge
más fuerte, y lo hace habitualmente para advertir o disuadir a posibles
competidores por el territorio y las hembras; en estado salvaje se han
observado intensas competencias de rugidos entre individuos.61 Su rugido a
menudo se asemeja a una tos repetitiva; también pueden vocalizar maullidos y
gruñidos.45 Se producen combates entre machos por las hembras, pero son
raros, y en estado salvaje se ha observado una tendencia a evitar los
enfrentamientos;58 cuando estos ocurren suelen ser conflictos territoriales: el
territorio de un macho puede abarcar el de dos o tres hembras, y no tolerará
intrusiones de otros machos adultos.54

A menudo se le describe como un animal nocturno, pero más específicamente


es crepuscular (su mayor actividad se desarrolla al amanecer y a la puesta del
sol). Ambos sexos cazan, pero los machos se desplazan más que las hembras,
en consonancia con su territorio más amplio. Tiene unos ojos relativamente
grandes, situados para proporcionar visión binocular y una notable visión en la
oscuridad, gracias a una membrana reflectante (tapetum lucidum) que
concentra la luz en el campo focal de la retina; su olfato está muy bien
desarrollado y puede detectar el olor de sus presas a grandes distancias.
Puede cazar de día si hay presas disponibles, y es un félido relativamente
enérgico, puesto que pasa hasta un 50-60 % de su tiempo activo.46 Su
naturaleza evasiva y lo inaccesible de gran parte de su hábitat habitual hacen
que sea un animal muy difícil de observar, y todavía más de estudiar.

Caza y dieta
[editar]
Tiene un mordisco excepcionalmente potente,
incluso en relación con otros grandes félidos, lo que le permite perforar

los caparazones de reptiles acorazados.


Jaguares comiendo un caimán en el Parque estatal Encontro das Águas
en Mato Grosso, Brasil.
Al igual que el resto de los félidos, es un carnívoro estricto, esto es, que se
alimenta exclusivamente de carne.39 Es un cazador solitario y oportunista y su
dieta abarca más de 80 especies diferentes.3146 Prefiere presas grandes,
fundamentalmente mamíferos diurnos, como capibaras, tapires, pecaríes y en
ocasiones ciervos, pero también caza caimanes e incluso anacondas adultas,
aunque incluye entre sus presas prácticamente de todas las especies
pequeñas que pueda capturar,
como ranas, agutíes, aves grandes, peces, puercoespines o tortugas;31396263 un
estudio llevado a cabo en la Reserva natural de Cockscomb de Belice reveló
que los ejemplares que vivían en la zona tenían una dieta compuesta
principalmente por armadillos y pacas.58 En algunas zonas, como Brasil y
Venezuela, en su hábitat natural también se cría ganado, por lo que algunos
individuos pueden especializarse en la captura de animales domésticos.43

Aunque utiliza la técnica de asestar un mordisco profundo en el cuello para


provocar la asfixia en sus presas, típica del género Panthera, prefiere un
método de matar único entre los félidos (especialmente con el capibara):
muerde directamente los huesos temporales del cráneo entre las orejas de las
presas con sus colmillos, perforándolos hasta alcanzar el cerebro.64 Esta
técnica podría ser el resultado de una adaptación para abrir los caparazones de
las tortugas: después de las extinciones del Pleistoceno superior, los reptiles
acorazados como las tortugas se habrían convertido en la base de presas
abundantes para el jaguar.4661 Una vez que rompe el caparazón, simplemente
mete la pata dentro y extrae la carne.54 El mordisco en el cráneo lo utiliza con
los mamíferos en particular; con reptiles como los caimanes, puede saltar sobre
la espalda de la presa e inmovilizarla partiéndole las vértebras cervicales. Con
presas como los perros, asestar un zarpazo para aplastarles el cráneo puede
resultar suficiente.
Este félido caza generalmente
tendiendo emboscadas.
Es un cazador más dado a preparar emboscadas que a la persecución. Se
desplaza sigilosamente por caminos del bosque, escuchando y acechando la
presa antes de lanzarse sobre ella o prepararle una emboscada. Ataca desde
su escondrijo con un salto rápido, habitualmente desde un punto ciego del
objetivo; la capacidad de emboscada de esta especie está considerada casi sin
parangón en el mundo animal tanto por los indígenas como por los
investigadores de campo, y son probablemente producto de su papel
como superpredador en distintos entornos. La emboscada puede incluir saltar
dentro del agua para perseguir la presa, pues es capaz de llevar una de buen
tamaño nadando; su fuerza es tal que puede cargar con cadáveres tan grandes
como el de un novillo hasta lo alto de un árbol que sobresalga del nivel del
agua.54

Después de matar a la presa, la arrastra entre la espesura o a un lugar


escondido. Primero come el cuello y el pecho, en lugar de la parte central,
sigue con el corazón y los pulmones y después las espalderas.54 Se estima la
necesidad alimenticia de un ejemplar de 34 kg (en el extremo inferior del rango
de pesos de la especie) en 1,4 kilogramos de comida al día.65 Para animales en
cautividad de entre 50 y 60 kg, se recomiendan más de dos kilogramos de
carne diarios.66 En la naturaleza, el consumo es naturalmente más errático; los
félidos salvajes gastan una energía considerable para capturar y matar las
presas y pueden consumir hasta 25 kg de carne de una vez, y después pasar
periodos de inanición.67 A diferencia de las demás especies del
género Panthera, no existe ningún registro de ataque sistemático a humanos y
apenas hay casos documentados de jaguares atacando a humanos.31 La
mayoría de los pocos casos de ataques a personas muestran que el animal
atacante es o bien viejo, con los dientes dañados, o está herido.68 En
ocasiones, si se asustan, los ejemplares en cautividad pueden arremeter contra
los empleados del zoo.69

Ecología
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Distribución y hábitat
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El jaguar puede vivir en una amplia variedad
de hábitats boscosos o abiertos, y está estrechamente asociado a la presencia

de agua. Panthera onca.


Hay constancia sobre la presencia de Panthera onca en el registro fósil desde
hace 2 millones de años,30 y ha sido un félido americano desde que atravesó
el puente de Beringia durante el Pleistoceno; el antepasado inmediato de los
animales modernos es Panthera onca augusta, que era de mayor tamaño que
los existentes en la actualidad;3843 las pruebas fósiles muestran ejemplares
de Panthera onca de hasta 190 kg, mucho mayores que la media actual de
este animal.70

En el siglo XVIII y hasta casi mediados de siglo XIX, su área de distribución se


extendía desde el actual sur de los Estados Unidos hasta el actual sur de
Argentina (el límite sur se encontraba aproximadamente entre el río Negro y
quizás muy esporádicamente el aún más austral Chubut en lo que hoy es
la Patagonia argentina); sin embargo, en toda esa inmensa extensión latitudinal
no habitó las zonas frías; especialmente no se le ha encontrado en zonas frías
de altas montañas.71 El jaguar sobrevivió en el norte de la Patagonia
argentina y el estrecho de Magallanes, Chile, hasta fines del siglo XIX y se
extirpó de la región centro-sur de Chile durante el siglo XVII.72

Actualmente su distribución está muy fragmentada debido a la competencia


con el hombre, quien ha provocado y sigue provocando extensos biomas
moldeados por el grado de influencia humana en los cuales se extingue la
fauna silvestre. El área de distribución actual (ca. 2015) de Panthera onca se
extiende desde el extremo sur del estado de Arizona en el sudoeste de
los Estados Unidos, a través de América Central, hasta el norte de Argentina,
incluida la mayor parte de la Amazonia brasileña.2 Los países en los que aún
sobreviven ejemplares silvestres de esta especie
son: Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados
Unidos, Guatemala, Guayana
Francesa, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, S
urinam y Venezuela. Actualmente ha sido extirpado en El Salvador y Uruguay.1
73
Se encuentra en muchas reservas naturales a lo largo de su ámbito de
distribución, pero solo el 34,8 % de su rango de distribución actual se
encuentra bajo alguna figura de protección.74

La inclusión de los Estados Unidos en su área de distribución se basa en


observaciones ocasionales en el suroeste, particularmente en Arizona, Nuevo
México y Texas. A principios de la década de 1900, se lo podía ver tan al norte
como el Gran Cañón y tan al oeste como el Sur de California.65 En 2004,
agentes de medio ambiente de Arizona fotografiaron y documentaron
ejemplares de Panthera onca en la parte meridional del estado y en febrero de
2009 se capturó un ejemplar de unos 54 kg, al que se le colocó un collar de
seguimiento por radio y fue liberado al suroeste de Tucson; esta captura se
produjo más al norte de lo que se había considerado anteriormente, lo que
representa una señal de que podría haber una población reproductiva
permanente al sur de Arizona. Posteriormente se confirmó que el animal era el
mismo macho (conocido como «Macho B») que había sido fotografiado en
2004 y que por entonces era el ejemplar más viejo conocido en libertad
(aproximadamente 15 años).75 En marzo de 2009, «Macho B», el único
ejemplar observado en los Estados Unidos desde hacía más de una década,
fue recapturado y sacrificado tras descubrir que padecía de insuficiencia
renal.76 Un macho fue fotografiado el 19 de noviembre de 2011 en el condado
de Cochise, en el estado de Arizona, bastante al norte de la frontera
internacional, confirmando un avistamiento previo desde un helicóptero.77

Organizaciones ecologistas consideran que la finalización del muro fronterizo


Estados Unidos-México, tal como se propone actualmente, reducirá la
viabilidad de cualquier población que se encuentre actualmente en los Estados
Unidos al disminuir el flujo génico con las poblaciones mexicanas e impedirá
cualquier expansión hacia el norte de la especie.78

El hábitat de P. onca incluye las selvas húmedas de Centro y Sudamérica,


zonas húmedas abiertas y de forma estacional inundadas, y praderas secas.
De entre estos hábitats, prefiere el bosque denso;46 este félido ha perdido
terreno más rápidamente en las regiones más secas, como la pampa
argentina o las praderas áridas de México y el suroeste de los Estados Unidos;1
se considera que su distribución se han disminuido cerca de un 55 % en el
último siglo.74 Puede vivir en bosques tropicales, subtropicales y caducifolios
secos. Está estrechamente relacionado con el agua y a menudo prefiere vivir al
lado de ríos, pantanales y selvas densas con mucha vegetación que le
permiten asediar a sus presas. Se han encontrado ejemplares a altitudes de
hasta 3800 m.

Históricamente, el límite occidental de la distribución del jaguar en Sudamérica


incluía los bosques secos y valles interandinos de la costa norte del Perú, en
los departamentos de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad y Cajamarca.
Registros arqueológicos, crónicas coloniales y relatos orales sugieren que este
felino habitó estos ecosistemas y se desplazaba por los valles costeros y
montañosos. Representaciones en cerámicas de las culturas Moche,
Lambayeque y Chimú evidencian su importancia en la cosmovisión
prehispánica.79
Durante la época precolombina, el jaguar aprovechaba los bosques secos
ecuatoriales, que en aquel entonces eran más extensos y menos
fragmentados. Se presume que habitaba áreas cercanas a los ríos costeros
como los valles del Chira, Piura, La Leche y Zaña, donde la disponibilidad de
agua y presas favorecía su supervivencia. En Cajamarca, existen referencias
sobre su presencia en los valles del Jequetepeque y Marañón. Sin embargo, su
población declinó con la expansión agrícola y ganadera.

Actualmente, el límite occidental de la distribución del jaguar en Sudamérica se


encuentra en los relictos de bosque seco del noroeste del Perú, particularmente
en el Parque Nacional Cerros de Amotape y la Reserva Nacional de Tumbes.
Su presencia en la costa y sierra norte es considerada extinta desde hace
décadas debido a la pérdida de hábitat y la fragmentación de corredores
ecológicos.8081

La reintroducción del jaguar en estos ecosistemas traería beneficios


ecológicos, ya que, como superdepredador, regula las poblaciones de
herbívoros y mesodepredadores, ayudando al equilibrio natural. Además, su
retorno podría potenciar el ecoturismo en áreas protegidas como el Parque
Nacional Cerros de Amotape, promoviendo la conservación del hábitat y
generando ingresos sostenibles para comunidades locales.82

Experiencias exitosas en países como Argentina o México han demostrado que


la reintroducción de grandes felinos es posible con una planificación adecuada,
restauración del hábitat y educación ambiental. Sin embargo, cualquier
iniciativa requeriría estudios de viabilidad sobre disponibilidad de presas,
conectividad de los ecosistemas y aceptación de las comunidades locales. La
cooperación entre entidades gubernamentales, organizaciones de
conservación y poblaciones locales sería clave para garantizar el éxito de un
programa de reintroducción del jaguar en el Perú.83

Papel ecológico
[editar]
El jaguar adulto es un superpredador, por lo tanto se encuentra en lo más alto
de la cadena trófica y no tiene depredadores en estado salvaje. También está
considerado como especie clave en cuanto depredador focal, teniendo en
cuenta que estos félidos mantienen la integridad estructural de los sistemas
forestales mediante el control de los niveles de población de sus presas, como
mamíferos herbívoros y granívoros.4484 Sin embargo resulta difícil determinar
con precisión el efecto que tienen especies como esta sobre los ecosistemas,
pues es necesario comparar los datos de regiones donde la especie está
ausente y sus hábitats actuales, a la vez que se controlan los efectos de la
actividad humana. Se acepta que la población de las especies de sus presas
de tamaño medio aumenta cuando no hay superpredadores, y se supone que
esto tiene efectos negativos en cascada sobre su entorno.85 Sin embargo,
algunos estudios de campo realizados en lugares donde los grandes félidos
están ausentes han mostrado que las variaciones podrían ser naturales y que
los incrementos de población de sus presas podrían no ser significativos, por lo
que la hipótesis de Panthera onca como especie clave no está apoyada por
toda la comunidad científica.86
También tiene efecto sobre otros depredadores. Panthera onca y el puma, el
segundo mayor félido de América, a menudo son simpátricos (especies
relacionadas que comparten territorios que se superponen) y a menudo se los
ha estudiado conjuntamente. Allí donde se presenta la simpatría, el puma es
más pequeño de lo normal y más pequeño que los fenotipos locales
de Panthera onca. P. onca tiende a capturar las presas más grandes, y el puma
piezas más pequeñas, lo que redunda en un menor tamaño de este último.87
Sin embargo, esta situación puede resultar ventajosa para el puma, pues su
abanico de presas más amplio y su capacidad de capturar presas más
pequeñas, podría darle ventaja en entornos alterados por los humanos;44 El
puma tiene actualmente una distribución significativamente más amplia.

Conservación
[editar]
Estado poblacional
[editar]
Duración: 25 segundos.0:25Jaguares (Panthera onca) jugando en el
zoológico y jardines de Jacksonville, 2013
Las poblaciones de este gran félido se encuentran actualmente en declive.73 El
animal está catalogado como especie casi amenazada por la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN),1 lo que quiere
decir que podría estar amenazado de extinción en un futuro próximo. La
pérdida de parte de su ámbito de distribución, incluida su práctica eliminación
de sus áreas históricas en el norte, así como la creciente fragmentación de las
zonas restantes, ha contribuido a su estatus actual. Durante los años 1960
hubo un declive especialmente significativo, con más de 15 000 pieles de esta
especie extraídas de la Amazonia brasileña cada año; gracias a la Convención
sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje
Amenazadas (CITES) de 1973, se produjo una drástica disminución del
comercio de pieles.88 Un estudio detallado que se realizó bajo los auspicios de
la Wildlife Conservation Society (WCS) reveló que ha perdido el 37 % de su
distribución histórica y se desconoce su situación en un 17 % adicional; sin
embargo, el estudio más reciente de sus situación poblacional global indica una
reducción del 55% de su distribución en el último siglo, y de 34 subpoblaciones,
33 se consideran en alguna categoría de amenaza74. Un aspecto más favorable
fue que la probabilidad de supervivencia a largo plazo fue considerada elevada
en un 70 % de la distribución actual, especialmente en la cuenca del
Amazonas y las regiones adyacentes del Gran Chaco y el Pantanal.2

Amenazas
[editar]
Entre sus principales amenazas se encuentran la deforestación de su hábitat y
ecosistema, un creciente incremento de la competencia por la comida con los
humanos,1 la caza furtiva, los huracanes en la parte septentrional de su
distribución y los enfrentamientos con los ganaderos, que a menudo los matan
en las zonas donde cazan ganado pues, cuando se adapta a la presa, se ha
comprobado que caza ganado bovino como parte importante de su dieta; sin
embargo, mientras que la deforestación para crear zonas de pasto es un
problema para la especie, su población podría haber aumentado tras la
introducción de ganado bovino en América del Sur al aprovecharse los félidos
de esta nueva fuente de presas.89 Esta tendencia a cazar ganado ha llevado a
los propietarios de ranchos a contratar cazadores especializados a tiempo
completo.45

Escena de caza de jaguares con perros – MHNT


Panthera onca es una especie incluida en el Apéndice I de la CITES,8 por lo
que está prohibida cualquier forma de comercio internacional de esta especie o
sus partes.90 Su caza está prohibida en Argentina, Belice, Colombia, Estados
Unidos, Guayana
Francesa, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Surinam, y Venezuela. Su
caza está restringida como «animales con problemas» en Brasil, Costa
Rica, Guatemala, México y el Perú, mientras que la caza deportiva todavía se
permite en Bolivia. La especie carece de protección legal
en Ecuador y Guyana.30

Los esfuerzos de conservación actuales a menudo se concentran en reducir los


potenciales conflictos con ganaderos, reducir su cacería y la de sus presas y
promover actividades compatible con el mantenimiento de su hábitata como
el ecoturismo.9192 Recientemente se desarrolló la etiqueta Jaguar Friendly que
certifica unidades productivas que contribuyen a la conservación de hábitat y
corredores claves de la especie, mientras contribuye al mejoramiento de los
medios de vida de las poblaciones humanas que comparten su territorio.
Generalmente se lo define como una «especie paraguas», esto es, una especie
con una distribución y unas necesidades de hábitat lo bastante amplias para
que, si se la protege, también se estará protegiendo a otras muchas especies
con una distribución más pequeña.9394 Las especies paraguas sirven de
«enlaces móviles» en su entorno, en el caso de esta especie mediante la
depredación. Así pues, las organizaciones conservacionistas se concentran en
proporcionar un hábitat viable y conectado para este félido, con la idea de que
también se beneficiarán otras especies.91

En el pasado su conservación se hacía en ocasiones por medio de la


protección de zonas donde la población local o bien se encuentra estable o
está en aumento; estas zonas, denominadas «Unidades de Conservación de
Jaguar», eran grandes áreas pobladas por unos 50 ejemplares. Sin embargo,
algunos investigadores determinaron recientemente que, con el fin de asegurar
que el patrimonio génico se comparta lo suficiente como para mantener la
especie, era importante que las poblaciones de esta especie estuvieran
interconectadas. A estos efectos, se han iniciado nuevos proyectos para
conectar estas zonas de protección de la especie.95
Los principales problemas de conservación del jaguar tienen su origen en las
actividades humanas que generan un enorme impacto directo e indirecto en
sus poblaciones. Entre las amenazas más importantes para su conservación
están la pérdida y fragmentación de hábitat. El jaguar es una especie de gran
tamaño y de amplia distribución, que requiere de grandes extensiones para
mantener poblaciones viables. En este sentido, las áreas naturales protegidas
son fundamentales para su conservación. Sin embargo, pocas áreas protegidas
tienen la superficie adecuada para mantener una población viable de jaguar a
largo plazo, por lo que es imprescindible contar con corredores u otras formas
de manejo del paisaje adyacente. Por lo tanto, los esfuerzos para la protección
del jaguar requieren de la consolidación de las áreas naturales protegidas ya
existentes, de la creación de nuevas reservas y de la conservación del jaguar
en las grandes áreas no protegidas en las que se encuentra todavía a la
especie, lo que representa uno de los factores críticos dentro de los esquemas
de su conservación. En Latinoamérica, como en México, la depredación de
animales domésticos, en especial bovinos, causada por félidos silvestres, tiene
como consecuencia acciones de control letal por parte de ganaderos y
criadores. Este control se lleva a cabo incluso dentro de áreas protegidas, aún
en ausencia de casos de depredación en la zona.96

Reintroducción en Argentina
[editar]
En Argentina, la caza y la destrucción de ambientes naturales provocaron que
el yaguareté pierda más del 95% de su área de distribución, se estima que
sobreviven apenas entre 200 y 250 yaguaretés en todo el país. Sin embargo,
un proyecto iniciado en 2012 para reintroducir al yaguareté en los Esteros del
Iberá, en conjunto entre el Gobierno de Corrientes, Parques
Nacionales, Rewilding Argentina y Tompkins Conservation, trajo esperanza
para la recuperación de la especie. Una vez finalizada la construcción del
Centro de Reintroducción del Yaguareté (CRY) en la isla San Alonso, en el
corazón del Parque Iberá, y gracias a la donación de ejemplares por
instituciones de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y a la participación de
científicos y expertos de la especie, se constituyó en los años siguientes una
población fundacional que cuenta con 18 individuos. Así, la provincia
de Corrientes pasó de no tener ningún yaguareté libre en los últimos 70 años a
albergar a casi el 10% de los yaguaretés que habitan en Argentina, además de
ser la provincia de la región chaqueña argentina con la mayor cantidad de
individuos.97En 2024 por primera vez en la historia se capturó y translocó un
yaguareté silvestre entre dos parques nacionales de Argentina, a fin de
contribuir a la repoblación de la especie en la región del Chaco Seco.98 Esto fue
el resultado de los procesos de reintroducción llevados a cabo en el Parque
Iberá.

Acciones para su conservación en México


[editar]
El jaguar es considerado, por su relevancia ecológica y social, como una
especie prioritaria para la conservación en México de acuerdo a la normatividad
en materia ambiental. La Ley General de Vida Silvestre establece que las
especies prioritarias para la conservación son aquellas que determina la
autoridad y que merecen atención especial por sus características, como ser
especies clave, emblemáticas, carismáticas y factibles de recuperación.
Además, el jaguar se encuentra incluido en la norma mexicana de especies en
peligro (NOM.059 ECOL 2001) y su cacería está vedada en el Diario Oficial de
la Federación desde 1987. En los últimos años se ha avanzado mucho en
materia de conservación del jaguar en México.96 Recientemente se estimó un
aumento poblacional entre los años 2008 y 2018, gracias en parte a los
esfuerzos coordinados de personas y organizaciones bajo la sombrilla de la
Alianza para la Conservación del Jaguar en México.

Referencias culturales
[editar]
En la cultura precolombina
Panthera onca
120 idiomas
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(desambiguación).
«Onça» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Onça (desambiguación).
Para otros usos de este término, véase Nahuel (desambiguación).

Jaguar

Estado de conservación

Casi amenazado (UICN 3.1)1

Taxonomía

Reino: Animalia
Filo: Chordata

Clase: Mammalia

Orden: Carnivora

Suborden: Feliformia

Familia: Felidae

Subfamilia: Pantherinae

Género: Panthera

Especie: Panthera onca


(LINNAEUS, 1758)

Distribución

Distribución de Panthera onca. En rosa las zonas donde se


ha extinguido, en rojo las zonas donde perdura.2

Subespecies

 P. onca arizonensis †
 P. onca augusta †
 P. onca centralis
 P. onca goldmani
 P. onca hernandesii
 P. onca mesembrina †
 P. onca onca
 P. onca palustris
 P. onca paraguensis
 P. onca peruviana
 P. onca veraecruscis

[editar datos en Wikidata]


El jaguar, yaguar, otorongo, yaguareté, jaguareté, tigre o tecuán N 1
(Panthera onca) es un carnívoro félido de la subfamilia de
los Panterinos y género Panthera. Es la única de las cinco especies
actuales de este género que se encuentra en América. También es el mayor
félido de América y el tercero del mundo, después del tigre (Panthera tigris) y
el león (Panthera leo). Su distribución actual se extiende desde el extremo sur
de Estados Unidos continuando por parte de México, América
Central y América del Sur hasta el norte y noreste de Argentina. Habita
principalmente en zonas tropicales secas y húmedas, pero también vive en
matorrales áridos. Su dieta es muy amplia, puede cazar grandes presas,
incluido ganado, o pequeños animales. Exceptuando algunas poblaciones
en Arizona (suroeste de Tucson), esta especie ya ha sido prácticamente
extirpada en los Estados Unidos desde principios de la década de 1900.N 2

Se encuentra emparentado y se asemeja mucho en apariencia física al


leopardo (Panthera pardus), pero generalmente es de mayor tamaño, cuenta
con una constitución más robusta y su comportamiento y hábitat son más
acordes a los del tigre (Panthera tigris). Si bien prefiere las selvas densas
y húmedas, puede acomodarse a una gran variedad de terrenos boscosos o
abiertos. Está estrechamente asociado a la presencia de agua y destaca junto
con el tigre, por ser un félido al que le gusta nadar.

Es fundamentalmente solitario. Caza haciendo emboscadas, siendo oportunista


a la hora de elegir las presas. Es una especie clave para la estabilización de
los ecosistemas en los que habita; al ser un superpredador, regula las
poblaciones de las especies que captura. Los ejemplares adultos tienen una
mordedura excepcionalmente potente, incluso en comparación con otros
grandes félidos,5 lo que les permite perforar los caparazones
de reptiles acorazados como tortugas y utilizar un método poco habitual para
matar: ataca directamente la cabeza de la presa entre las orejas para propinar
un mordisco letal que atraviesa el cráneo con sus colmillos alcanzando
al cerebro.67

Panthera onca está calificado en la Lista Roja de la UICN como «especie casi
amenazada» y su número está en declive.1 Entre los factores que lo amenazan
se incluyen la pérdida y la fragmentación de su hábitat. A pesar de que el
comercio internacional de ejemplares de esta especie o sus partes está
prohibido,8 este félido muere con frecuencia a mano de los humanos,
especialmente en conflictos con ganaderos. Aunque reducida, su distribución
geográfica continúa siendo amplia, existiendo aún 34 subpoblaciones a lo largo
del continente.9 A lo largo de la historia, esta distribución le otorgó un lugar
prominente en la mitología de numerosas culturas indígenas americanas, como
los mayas y los aztecas.

Nombres comunes y etimología


[editar]
En sus zonas nativas recibe diferentes denominaciones
en español como jaguar, yaguar, yaguareté, otorongo, jaguarete, tigre o tigr
e americano. Los mexicas lo llamaban ocelotl, aunque también utilizaban este
nombre para el ocelote (Leopardus pardalis), y podrían referirse a él
como tlatlauhquiocélotl.101112 En gran parte de Hispanoamérica desde la
llegada de los españoles es común llamar a este animal «tigre» aunque es
remoto el parecido con el tigre asiático (Panthera tigris) del cual procede el
apelativo. En las zonas de países de habla castellana que están próximas a la
frontera con Brasil, se emplea también la denominación brasileña
en portugués: onça-pintada o jaguar. En cuanto a las lenguas aborígenes
americanas, en maya se le llama balam,13 en mapuche es llamado nawel14
(origen del antropónimo y topónimo Nahuel), en algunos Idiomas
quechuas uturunku o unqa y en bribri namú,15 y nawat tekwani (literalmente
significa: come gente).16

Yaguar y yaguareté provienen del guaraní yaguar 'fiera', y eté 'verdadero', y


probablemente llegó al español por conducto del portugués o del francés, lo
cual explica la desvirtuación hacia la forma con j: jaguar.17 El origen del nombre
se ha supuesto como procedente de yaguá-eté, que significaría «fiera de
verdad» o «auténtica fiera»; en efecto, antes de 1492 los guaraníes utilizaban
la palabra yaguá para referirse a los distintos carnívoros o «fieras», pero ante la
presencia de los feroces perros de combate traídos por los europeos el término
guaraní yaguá pasó a significar solo 'perro' (actualmente se aplica este término
en guaraní a cualquier perro),18 mientras que Panthera onca era el yaguá-eté,
es decir: la fiera o animal feroz por antonomasia, siendo la más peligrosa de
todas las que los integrantes de esa etnia conocían y a quien más temían. De
allí surgió la denominación yaguareté, usada especialmente en los países
del área guaranítica: Argentina y Paraguay, y de modo abreviado, yaguar, o por
error en la pronunciación sobre textos no en castellano: jaguar con «j».

El primer componente de su designación taxonómica, Panthera, es un


término latino derivado a su vez de la palabra griega πάνθηρ (leopardo,
la especie tipo del género). Se ha dicho que esta palabra deriva de παν- «todo»
y θήρ «bestia», aunque podría ser una etimología popular19 o que tuviera su
origen en pundarikam (literalmente «animal amarillento»), la
palabra sánscrita para «tigre».20

Onca proviene del portugués onça, con la cedilla sustituida por razones
tipográficas, aunque en España se usa más habitualmente para la onza o
leopardo de las nieves (Panthera uncia) y en Latinoamérica para el gato onza u
ocelote. Deriva del latín lyncis, lince,21 que perdió la letra «L» al confundirse con
el artículo definido (italiano lonza, francés antiguo l'once).22

Taxonomía
[editar]
Pantherinae
Neofelis nebulosa - pantera nebulosa

Neofelis diardi - pantera nebulosa de Borneo

Panthera
Panthera tigris - tigre

Panthera uncia - leopardo de las nieves


Árbol filogenético de la subfamilia Pantherinae.23
Panthera onca, es el único miembro del género Panthera existente en la
actualidad en el Nuevo Mundo. Pruebas de ADN muestran que esta especie, el
león (Panthera leo), el tigre (Panthera tigris), el leopardo (Panthera pardus), el
leopardo de las nieves (Panthera uncia), y la pantera nebulosa (Neofelis
nebulosa) comparten un antepasado común, y que este grupo tiene una edad
de entre 6 y 10 millones de años;24 el registro fósil indica que la aparición
de Panthera se produjo hace entre 2 y 3,8 millones de años.2425 Generalmente
los estudios filogenéticos han demostrado que la pantera nebulosa es la
especie basal de este grupo.24262728 La posición de las especies restantes varía
entre diversos estudios y en la práctica permanece sin resolver.

Basándose en pruebas morfológicas, el zoólogo británico Reginald Pocock


llegó a la conclusión de que el pariente más cercano a Panthera onca era el
leopardo.28 Sin embargo, las pruebas de ADN no son concluyentes y su
posición en relación con otras especies varía de un estudio a otro.24262728 Fósiles
de especies extintas de Panthera, como por ejemplo el jaguar
europeo (Panthera gombaszoegensis) y el león americano (Panthera leo atrox),
presentan características propias tanto del león como de Panthera onca.28 El
análisis del ADN mitocondrial de Panthera onca indica que el linaje de la
especie se remonta a entre hace 280 000 y 510 000 años, por lo tanto es más
moderna de lo que sugiere el registro fósil.29

Subespecies
[editar]
Aunque se han reconocido
numerosas subespecies de Panthera onca, investigaciones recientes apuntan a

que solo hay tres. P. onca hernandesii.


La última descripción taxonómica de las subespecies de Panthera onca fue
realizada por Pocock en 1939. Basándose en los orígenes geográficos y la
morfología craneal, reconoció ocho subespecies, aunque no disponía de
suficientes especímenes como para evaluarlas de manera crítica, y mostró sus
dudas sobre el estatus de algunas de ellas. Sin embargo la división en
subespecies de Pocock todavía se utiliza habitualmente en descripciones
generales de este félido.30

Seymour relaciona ocho subespecies reconocidas:31

1. P. onca arizonensis † (Goldman, 1932), sur de Arizona a Sonora, México.


2. P. onca centralis (Mearns, 1901), Panamá y norte de Colombia.
3. P. onca goldmani (Mearns, 1901), península de
Yucatán a Belice y Guatemala.
4. P. onca hernandesii (J. E. Gray, 1857), centro y oeste de México.
5. P. onca onca (Lineo, 1758): entre las cuencas del río Orinoco y
el Amazonas.
6. P. onca paraguensis (Hollister, 1914), sur de Brasil hasta la Pampa central
de Argentina, incluyendo además a Paraguay y parte de Uruguay.
7. P. onca peruviana (de Blainville, 1843), bosque tropical de Tumbes
(costa) Perú y Ecuador.
8. P. onca veraecruscis (Nelson y Goldman, 1933), Texas central al sudeste de
México.
En la obra Mammal Species of the World y en el Sistema Integrado de
Información Taxonómica (ITIS) se reconocen nueve subespecies,3233 las ocho
citadas y además P. onca palustris (Ameghino, 1888).

Panthera onca cuenta con dos subespecies extintas: Panthera onca


augusta y Panthera onca mesembrina,3435 ambas del Pleistoceno,
habitaban América desde la Patagonia (incluido Chile) hasta Estados Unidos, a
estas dos subespecies se une Panthera onca arizonensis que fue erradicada
en tiempos modernos.

Jaguar
Evaluaciones posteriores sugieren que solo se tendrían que reconocer tres
subespecies: P. onca onca, P. onca hernandesii y P. onca paraguensis,31 y
estudios recientes tampoco han conseguido encontrar pruebas que sustenten
subespecies claramente definidas, y ya no las reconocen.36 Larson (1997)
estudió la variación morfológica en Panthera onca y demostró que hay
una variación clinal norte-sur, pero también que la diferenciación dentro de las
presuntas subespecies es mayor que la que hay entre ellas, y que por lo tanto
no apoya una división en subespecies.37 Un estudio genético de Eizirik y otros
colaboradores en 2001 confirmó la ausencia de una estructura geográfica de
subespecie clara, a pesar de que encontraron que las grandes barreras
geográficas, como por ejemplo el río Amazonas, limitaban el intercambio de
genes entre las diferentes poblaciones.29 Un detallado estudio realizado
posteriormente también mostró un flujo genético entre subespecies y una
heterogeneidad relativamente baja.38

Subpoblaciones
[editar]
Lo que si se conocen son subpoblaciones diferenciadas geográficamente de
jaguares. Ya que un artículo publicado en la Cambridge University Press,
presentó un estudio de identificando 34 subpoblaciones de Panthera onca y su
nivel de peligro de extinción. Actualmente son 34 las subpoblaciones descritas,
y estas son:

1. Pacífico mexicano (EN)


2. Sierra de Tamaulipas (CR)
3. Golfo de México (CR)
4. Selva Maya (EN)
5. Montañas Maya (EN)
6. Caribe hondureño (CR)
7. Misquito hondureño (CR)
8. Indio-Maíz Tortuguero (CR)
9. Talamanca (CR)
10. Península Osa (CR)
11. Panamá central (CR)
12. Choco biogeográfico (EN)
13. Paramillo-San Lucas (CR)
14. Sierra Nevada de Santa Marta (CR)
15. Serranía de Perijá-Catatumbo (CR)
16. Santa Helena-Guayas (CR)
17. Amazonia (LC)
18. Maranhao-Babacu (CR)
19. Nascentes Parnaiba (EN)
20. Boqueriao da Onca (CR)
21. Sierra de Capibara (CR)
22. Chapada Diamantina (CR)
23. Araguia (EN)
24. Goias y Tocatins (EN)
25. Sertao Veredas Peruacu (CR)
26. Mato Grosso (EN)
27. Chapada dos Guimaraes (CR)
28. Emas (CR)
29. Espinhaco de Minas (CR)
30. Sooretama (CR)
31. Mantiqueria-Rio Doce (CR)
32. Pontal do Paranapanema (CR)
33. Serra do Mar (CR)
34. Iguazú (CR)
Biología y comportamiento
[editar]
Cráneo de un ejemplar de yaguareté austral
(Panthera onca palustris).
Descripción
[editar]

Su cabeza es robusta y sus mandíbulas


extremadamente potentes. Su tamaño tiende a incrementarse cuanto más al
sur se localicen.
Panthera onca es el mayor félido de América.39 Es un animal robusto y
musculoso que presenta variaciones significativas en cuanto al tamaño, con un
peso que oscila normalmente entre 56 y 96 kilogramos, aunque hay registros
de machos más grandes, de hasta 160 kg (aproximadamente como una tigresa
o una leona),4041 y por el contrario los más pequeños pueden tener un peso tan
bajo como 36 kg. Las hembras suelen ser un 10-20 % más pequeñas que los
machos. La longitud de este félido varía entre 162 y 183 cm y la cola puede
añadir unos 75 cm más. Su altura hasta los hombros o la cruz es de unos 67-
76 cm.42 Su cabeza es voluminosa y con una mandíbula prominente; el color de
sus ojos varía de un tono amarillo oro a un amarillo verdoso y sus orejas son
relativamente pequeñas y redondeadas.43

Se han observado variaciones en su tamaño en diferentes regiones y hábitats,


mostrando un incremento de tamaño cuanto más al sur se localicen. Un estudio
realizado en la Reserva de la Biosfera de Chamela-Cuixmala, en la
costa mexicana del Pacífico, mostró que en esa zona pesaban tan solo entre
30-50 kg, aproximadamente el peso del puma,44 mientras que un estudio en la
región brasileña del Pantanal mostraba un peso medio de 100 kg, a menudo
con pesos de 135 kg o más en machos viejos.45 Los ejemplares que habitan en
forestas a menudo son más oscuros y bastante más pequeños que los que
viven en áreas abiertas (el Pantanal es una cuenca de zonas húmedas abierta),
posiblemente debido al menor número de grandes presas herbívoras en las
zonas boscosas.46

La estructura corta y robusta de sus miembros hace que sea muy hábil a la
hora de escalar, arrastrarse y nadar.42 La cabeza es robusta y
la mandíbula extremamente potente; se ha sugerido que posee el mordisco
más potente de todos los félidos y el segundo más potente de todos los
mamíferos (tras la hiena manchada); esta potencia es una adaptación que le
permite incluso perforar caparazones de tortugas.6 Un estudio comparativo de
la potencia de mordisco ajustado según la medida corporal lo situó como el
primero de los félidos, junto con la pantera nebulosa, y por delante del león y
el tigre.47

El melanismo es el resultado de
un alelo dominante y un fenómeno relativamente habitual en esta especie.
Un ejemplar adulto puede arrastrar 8 metros un toro de 360 kilogramos entre
sus mandíbulas y pulverizar los huesos más duros,48 o arrastrar a una tortuga
de mar de 34 kg a lo largo de más de 90 m en la profundidad de un bosque.39
Puede cazar animales salvajes que pesan hasta 300 kg en el interior de una
selva densa y su físico corto y robusto es una adaptación a sus presas y
ambiente.

La base de su pelaje suele ser de un color entre amarillo pálido y castaño


rojizo.39 La piel está cubierta de unas manchas en forma de rosa
para camuflarse en su hábitat selvático. Las manchas pueden variar en la piel
de un mismo animal y entre diferentes ejemplares: las rosetas pueden incluir
una o más manchas y la forma de las manchas varía. Las de la cabeza y el
cuello son generalmente sólidas, igual que las de la cola, donde se pueden unir
para formar una banda. La región ventral, el cuello y la superficie exterior de las
patas y los flancos inferiores son blancos.42

En la especie se produce con relativa frecuencia un exceso de pigmentación


conocido como melanismo.46 La condición melanística es menos común que la
manchada (se da en aproximadamente un 6 % de la población) y es el
resultado de un alelo dominante.4950 Los ejemplares con melanismo parecen
totalmente negros, aunque se pueden apreciar las manchas si se los mira de
cerca. Los ejemplares con melanismo son conocidos informalmente como
«panteras negras», pero no constituyen una especie distinta, ni siquiera una
subespecie. Igual que en los demás grandes félidos, en raras ocasiones
aparecen individuos albinos, denominados «panteras blancas».46

Aunque es muy semejante físicamente al leopardo (Panthera


pardus), Panthera onca es más robusto y pesado y se pueden distinguir por
sus manchas: las rosetas en la piel de este último son más grandes, menores
en número, suelen ser más oscuras y tienen líneas más gruesas y manchas
pequeñas en el centro, que el leopardo no tiene. También tiene una cabeza
más redondeada y unas patas más cortas y robustas que el leopardo.51
Reproducción y ciclo vital
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Madre a punto de asir a una cría por el cuello.


Las hembras alcanzan la madurez sexual aproximadamente entre los 12 y
24 meses de edad y los machos entre los 24 y 36 meses.39 Se cree que en
estado salvaje se aparean durante todo el año, aunque el número de
nacimientos se incrementa durante la estación lluviosa, cuando las presas son
más abundantes.52 Investigaciones realizadas con machos en cautividad apoya
la hipótesis de que se emparejan durante todo el año, sin
variaciones estacionales en las características del semen y la calidad
eyaculatoria; también se ha observado un éxito reproductivo reducido en
cautividad.53 El celo de la hembra dura 6-17 días de un ciclo completo de
37 días; las hembras indican que son fértiles con marcas odoríferas urinarias y
una mayor vocalización.52 Durante el cortejo ambos sexos cubren un territorio
más amplio del habitual.

Las parejas se separan después del coito y las hembras se encargan del
cuidado de los cachorros. El periodo de gestación dura entre 93 y 105 días; las
hembras paren habitualmente 2 crías, aunque el número puede oscilar entre 1
y 4. La madre no tolera la presencia de machos después del nacimiento de las
crías, por el riesgo de canibalismo infantil; este comportamiento también se
observa en el tigre.54

Las crías nacen ciegas e indefensas y dependen por completo de su madre;


empiezan a ver después de dos semanas. Los cachorros son destetados a la
edad de 3 meses, pero permanecen en la madriguera donde han nacido hasta
los 5 o 6 meses, momento en el que empiezan a salir para acompañar a la
madre cuando va de caza.3955 Permanecen en compañía de la madre durante 1
o 2 años antes de abandonarla para establecer su propio territorio. Los machos
jóvenes son inicialmente nómadas, enfrentándose con ejemplares más viejos
hasta que consiguen hacerse con un territorio. Se estima que su longevidad
típica en libertad es de unos 11-12 años;39 en cautividad puede vivir hasta 25
años, habiéndose registrado incluso una hembra que alcanzó los 32 años, lo
que lo sitúa entre los félidos más longevos.4556

Comportamiento
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Como la mayoría de los félidos, es un animal solitario (exceptuando el conjunto
madre-cachorros). Por lo general los adultos solo se encuentran para el cortejo
y el apareamiento (aunque se han constatado casos anecdóticos de
socialización)54 y suele establecer un amplio territorio y defenderlo. En el caso
de las hembras estos territorios, que miden entre 25 y 40 km², pueden
superponerse, pero los animales suelen evitarse entre ellos. Los de los machos
cubren aproximadamente el doble de superficie, con una extensión que varía
según la disponibilidad de presas y espacio, y no se superponen.5457 Utilizan
vocalizaciones, arañazos en los árboles, orina y heces para marcar su
territorio.3958

Como los demás miembros del género Panthera, y a diferencia del resto de
félidos, Panthera onca es capaz de rugir, gracias a su alargada y
especialmente adaptada laringe y su unión al hueso hioides.5960 El macho ruge
más fuerte, y lo hace habitualmente para advertir o disuadir a posibles
competidores por el territorio y las hembras; en estado salvaje se han
observado intensas competencias de rugidos entre individuos.61 Su rugido a
menudo se asemeja a una tos repetitiva; también pueden vocalizar maullidos y
gruñidos.45 Se producen combates entre machos por las hembras, pero son
raros, y en estado salvaje se ha observado una tendencia a evitar los
enfrentamientos;58 cuando estos ocurren suelen ser conflictos territoriales: el
territorio de un macho puede abarcar el de dos o tres hembras, y no tolerará
intrusiones de otros machos adultos.54

A menudo se le describe como un animal nocturno, pero más específicamente


es crepuscular (su mayor actividad se desarrolla al amanecer y a la puesta del
sol). Ambos sexos cazan, pero los machos se desplazan más que las hembras,
en consonancia con su territorio más amplio. Tiene unos ojos relativamente
grandes, situados para proporcionar visión binocular y una notable visión en la
oscuridad, gracias a una membrana reflectante (tapetum lucidum) que
concentra la luz en el campo focal de la retina; su olfato está muy bien
desarrollado y puede detectar el olor de sus presas a grandes distancias.
Puede cazar de día si hay presas disponibles, y es un félido relativamente
enérgico, puesto que pasa hasta un 50-60 % de su tiempo activo.46 Su
naturaleza evasiva y lo inaccesible de gran parte de su hábitat habitual hacen
que sea un animal muy difícil de observar, y todavía más de estudiar.

Caza y dieta
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Tiene un mordisco excepcionalmente potente,


incluso en relación con otros grandes félidos, lo que le permite perforar
los caparazones de reptiles acorazados.
Jaguares comiendo un caimán en el Parque estatal Encontro das Águas
en Mato Grosso, Brasil.
Al igual que el resto de los félidos, es un carnívoro estricto, esto es, que se
alimenta exclusivamente de carne.39 Es un cazador solitario y oportunista y su
dieta abarca más de 80 especies diferentes.3146 Prefiere presas grandes,
fundamentalmente mamíferos diurnos, como capibaras, tapires, pecaríes y en
ocasiones ciervos, pero también caza caimanes e incluso anacondas adultas,
aunque incluye entre sus presas prácticamente de todas las especies
pequeñas que pueda capturar,
como ranas, agutíes, aves grandes, peces, puercoespines o tortugas;31396263 un
estudio llevado a cabo en la Reserva natural de Cockscomb de Belice reveló
que los ejemplares que vivían en la zona tenían una dieta compuesta
principalmente por armadillos y pacas.58 En algunas zonas, como Brasil y
Venezuela, en su hábitat natural también se cría ganado, por lo que algunos
individuos pueden especializarse en la captura de animales domésticos.43

Aunque utiliza la técnica de asestar un mordisco profundo en el cuello para


provocar la asfixia en sus presas, típica del género Panthera, prefiere un
método de matar único entre los félidos (especialmente con el capibara):
muerde directamente los huesos temporales del cráneo entre las orejas de las
presas con sus colmillos, perforándolos hasta alcanzar el cerebro.64 Esta
técnica podría ser el resultado de una adaptación para abrir los caparazones de
las tortugas: después de las extinciones del Pleistoceno superior, los reptiles
acorazados como las tortugas se habrían convertido en la base de presas
abundantes para el jaguar.4661 Una vez que rompe el caparazón, simplemente
mete la pata dentro y extrae la carne.54 El mordisco en el cráneo lo utiliza con
los mamíferos en particular; con reptiles como los caimanes, puede saltar sobre
la espalda de la presa e inmovilizarla partiéndole las vértebras cervicales. Con
presas como los perros, asestar un zarpazo para aplastarles el cráneo puede
resultar suficiente.

Este félido caza generalmente


tendiendo emboscadas.
Es un cazador más dado a preparar emboscadas que a la persecución. Se
desplaza sigilosamente por caminos del bosque, escuchando y acechando la
presa antes de lanzarse sobre ella o prepararle una emboscada. Ataca desde
su escondrijo con un salto rápido, habitualmente desde un punto ciego del
objetivo; la capacidad de emboscada de esta especie está considerada casi sin
parangón en el mundo animal tanto por los indígenas como por los
investigadores de campo, y son probablemente producto de su papel
como superpredador en distintos entornos. La emboscada puede incluir saltar
dentro del agua para perseguir la presa, pues es capaz de llevar una de buen
tamaño nadando; su fuerza es tal que puede cargar con cadáveres tan grandes
como el de un novillo hasta lo alto de un árbol que sobresalga del nivel del
agua.54

Después de matar a la presa, la arrastra entre la espesura o a un lugar


escondido. Primero come el cuello y el pecho, en lugar de la parte central,
sigue con el corazón y los pulmones y después las espalderas.54 Se estima la
necesidad alimenticia de un ejemplar de 34 kg (en el extremo inferior del rango
de pesos de la especie) en 1,4 kilogramos de comida al día.65 Para animales en
cautividad de entre 50 y 60 kg, se recomiendan más de dos kilogramos de
carne diarios.66 En la naturaleza, el consumo es naturalmente más errático; los
félidos salvajes gastan una energía considerable para capturar y matar las
presas y pueden consumir hasta 25 kg de carne de una vez, y después pasar
periodos de inanición.67 A diferencia de las demás especies del
género Panthera, no existe ningún registro de ataque sistemático a humanos y
apenas hay casos documentados de jaguares atacando a humanos.31 La
mayoría de los pocos casos de ataques a personas muestran que el animal
atacante es o bien viejo, con los dientes dañados, o está herido.68 En
ocasiones, si se asustan, los ejemplares en cautividad pueden arremeter contra
los empleados del zoo.69

Ecología
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Distribución y hábitat
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El jaguar puede vivir en una amplia variedad
de hábitats boscosos o abiertos, y está estrechamente asociado a la presencia

de agua. Panthera onca.


Hay constancia sobre la presencia de Panthera onca en el registro fósil desde
hace 2 millones de años,30 y ha sido un félido americano desde que atravesó
el puente de Beringia durante el Pleistoceno; el antepasado inmediato de los
animales modernos es Panthera onca augusta, que era de mayor tamaño que
los existentes en la actualidad;3843 las pruebas fósiles muestran ejemplares
de Panthera onca de hasta 190 kg, mucho mayores que la media actual de
este animal.70

En el siglo XVIII y hasta casi mediados de siglo XIX, su área de distribución se


extendía desde el actual sur de los Estados Unidos hasta el actual sur de
Argentina (el límite sur se encontraba aproximadamente entre el río Negro y
quizás muy esporádicamente el aún más austral Chubut en lo que hoy es
la Patagonia argentina); sin embargo, en toda esa inmensa extensión latitudinal
no habitó las zonas frías; especialmente no se le ha encontrado en zonas frías
de altas montañas.71 El jaguar sobrevivió en el norte de la Patagonia
argentina y el estrecho de Magallanes, Chile, hasta fines del siglo XIX y se
extirpó de la región centro-sur de Chile durante el siglo XVII.72

Actualmente su distribución está muy fragmentada debido a la competencia


con el hombre, quien ha provocado y sigue provocando extensos biomas
moldeados por el grado de influencia humana en los cuales se extingue la
fauna silvestre. El área de distribución actual (ca. 2015) de Panthera onca se
extiende desde el extremo sur del estado de Arizona en el sudoeste de
los Estados Unidos, a través de América Central, hasta el norte de Argentina,
incluida la mayor parte de la Amazonia brasileña.2 Los países en los que aún
sobreviven ejemplares silvestres de esta especie
son: Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados
Unidos, Guatemala, Guayana
Francesa, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, S
urinam y Venezuela. Actualmente ha sido extirpado en El Salvador y Uruguay.1
73
Se encuentra en muchas reservas naturales a lo largo de su ámbito de
distribución, pero solo el 34,8 % de su rango de distribución actual se
encuentra bajo alguna figura de protección.74

La inclusión de los Estados Unidos en su área de distribución se basa en


observaciones ocasionales en el suroeste, particularmente en Arizona, Nuevo
México y Texas. A principios de la década de 1900, se lo podía ver tan al norte
como el Gran Cañón y tan al oeste como el Sur de California.65 En 2004,
agentes de medio ambiente de Arizona fotografiaron y documentaron
ejemplares de Panthera onca en la parte meridional del estado y en febrero de
2009 se capturó un ejemplar de unos 54 kg, al que se le colocó un collar de
seguimiento por radio y fue liberado al suroeste de Tucson; esta captura se
produjo más al norte de lo que se había considerado anteriormente, lo que
representa una señal de que podría haber una población reproductiva
permanente al sur de Arizona. Posteriormente se confirmó que el animal era el
mismo macho (conocido como «Macho B») que había sido fotografiado en
2004 y que por entonces era el ejemplar más viejo conocido en libertad
(aproximadamente 15 años).75 En marzo de 2009, «Macho B», el único
ejemplar observado en los Estados Unidos desde hacía más de una década,
fue recapturado y sacrificado tras descubrir que padecía de insuficiencia
renal.76 Un macho fue fotografiado el 19 de noviembre de 2011 en el condado
de Cochise, en el estado de Arizona, bastante al norte de la frontera
internacional, confirmando un avistamiento previo desde un helicóptero.77

Organizaciones ecologistas consideran que la finalización del muro fronterizo


Estados Unidos-México, tal como se propone actualmente, reducirá la
viabilidad de cualquier población que se encuentre actualmente en los Estados
Unidos al disminuir el flujo génico con las poblaciones mexicanas e impedirá
cualquier expansión hacia el norte de la especie.78

El hábitat de P. onca incluye las selvas húmedas de Centro y Sudamérica,


zonas húmedas abiertas y de forma estacional inundadas, y praderas secas.
De entre estos hábitats, prefiere el bosque denso;46 este félido ha perdido
terreno más rápidamente en las regiones más secas, como la pampa
argentina o las praderas áridas de México y el suroeste de los Estados Unidos;1
se considera que su distribución se han disminuido cerca de un 55 % en el
último siglo.74 Puede vivir en bosques tropicales, subtropicales y caducifolios
secos. Está estrechamente relacionado con el agua y a menudo prefiere vivir al
lado de ríos, pantanales y selvas densas con mucha vegetación que le
permiten asediar a sus presas. Se han encontrado ejemplares a altitudes de
hasta 3800 m.

Históricamente, el límite occidental de la distribución del jaguar en Sudamérica


incluía los bosques secos y valles interandinos de la costa norte del Perú, en
los departamentos de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad y Cajamarca.
Registros arqueológicos, crónicas coloniales y relatos orales sugieren que este
felino habitó estos ecosistemas y se desplazaba por los valles costeros y
montañosos. Representaciones en cerámicas de las culturas Moche,
Lambayeque y Chimú evidencian su importancia en la cosmovisión
prehispánica.79
Durante la época precolombina, el jaguar aprovechaba los bosques secos
ecuatoriales, que en aquel entonces eran más extensos y menos
fragmentados. Se presume que habitaba áreas cercanas a los ríos costeros
como los valles del Chira, Piura, La Leche y Zaña, donde la disponibilidad de
agua y presas favorecía su supervivencia. En Cajamarca, existen referencias
sobre su presencia en los valles del Jequetepeque y Marañón. Sin embargo, su
población declinó con la expansión agrícola y ganadera.

Actualmente, el límite occidental de la distribución del jaguar en Sudamérica se


encuentra en los relictos de bosque seco del noroeste del Perú, particularmente
en el Parque Nacional Cerros de Amotape y la Reserva Nacional de Tumbes.
Su presencia en la costa y sierra norte es considerada extinta desde hace
décadas debido a la pérdida de hábitat y la fragmentación de corredores
ecológicos.8081

La reintroducción del jaguar en estos ecosistemas traería beneficios


ecológicos, ya que, como superdepredador, regula las poblaciones de
herbívoros y mesodepredadores, ayudando al equilibrio natural. Además, su
retorno podría potenciar el ecoturismo en áreas protegidas como el Parque
Nacional Cerros de Amotape, promoviendo la conservación del hábitat y
generando ingresos sostenibles para comunidades locales.82

Experiencias exitosas en países como Argentina o México han demostrado que


la reintroducción de grandes felinos es posible con una planificación adecuada,
restauración del hábitat y educación ambiental. Sin embargo, cualquier
iniciativa requeriría estudios de viabilidad sobre disponibilidad de presas,
conectividad de los ecosistemas y aceptación de las comunidades locales. La
cooperación entre entidades gubernamentales, organizaciones de
conservación y poblaciones locales sería clave para garantizar el éxito de un
programa de reintroducción del jaguar en el Perú.83

Papel ecológico
[editar]
El jaguar adulto es un superpredador, por lo tanto se encuentra en lo más alto
de la cadena trófica y no tiene depredadores en estado salvaje. También está
considerado como especie clave en cuanto depredador focal, teniendo en
cuenta que estos félidos mantienen la integridad estructural de los sistemas
forestales mediante el control de los niveles de población de sus presas, como
mamíferos herbívoros y granívoros.4484 Sin embargo resulta difícil determinar
con precisión el efecto que tienen especies como esta sobre los ecosistemas,
pues es necesario comparar los datos de regiones donde la especie está
ausente y sus hábitats actuales, a la vez que se controlan los efectos de la
actividad humana. Se acepta que la población de las especies de sus presas
de tamaño medio aumenta cuando no hay superpredadores, y se supone que
esto tiene efectos negativos en cascada sobre su entorno.85 Sin embargo,
algunos estudios de campo realizados en lugares donde los grandes félidos
están ausentes han mostrado que las variaciones podrían ser naturales y que
los incrementos de población de sus presas podrían no ser significativos, por lo
que la hipótesis de Panthera onca como especie clave no está apoyada por
toda la comunidad científica.86
También tiene efecto sobre otros depredadores. Panthera onca y el puma, el
segundo mayor félido de América, a menudo son simpátricos (especies
relacionadas que comparten territorios que se superponen) y a menudo se los
ha estudiado conjuntamente. Allí donde se presenta la simpatría, el puma es
más pequeño de lo normal y más pequeño que los fenotipos locales
de Panthera onca. P. onca tiende a capturar las presas más grandes, y el puma
piezas más pequeñas, lo que redunda en un menor tamaño de este último.87
Sin embargo, esta situación puede resultar ventajosa para el puma, pues su
abanico de presas más amplio y su capacidad de capturar presas más
pequeñas, podría darle ventaja en entornos alterados por los humanos;44 El
puma tiene actualmente una distribución significativamente más amplia.

Conservación
[editar]
Estado poblacional
[editar]
Duración: 25 segundos.0:25Jaguares (Panthera onca) jugando en el
zoológico y jardines de Jacksonville, 2013
Las poblaciones de este gran félido se encuentran actualmente en declive.73 El
animal está catalogado como especie casi amenazada por la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN),1 lo que quiere
decir que podría estar amenazado de extinción en un futuro próximo. La
pérdida de parte de su ámbito de distribución, incluida su práctica eliminación
de sus áreas históricas en el norte, así como la creciente fragmentación de las
zonas restantes, ha contribuido a su estatus actual. Durante los años 1960
hubo un declive especialmente significativo, con más de 15 000 pieles de esta
especie extraídas de la Amazonia brasileña cada año; gracias a la Convención
sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje
Amenazadas (CITES) de 1973, se produjo una drástica disminución del
comercio de pieles.88 Un estudio detallado que se realizó bajo los auspicios de
la Wildlife Conservation Society (WCS) reveló que ha perdido el 37 % de su
distribución histórica y se desconoce su situación en un 17 % adicional; sin
embargo, el estudio más reciente de sus situación poblacional global indica una
reducción del 55% de su distribución en el último siglo, y de 34 subpoblaciones,
33 se consideran en alguna categoría de amenaza74. Un aspecto más favorable
fue que la probabilidad de supervivencia a largo plazo fue considerada elevada
en un 70 % de la distribución actual, especialmente en la cuenca del
Amazonas y las regiones adyacentes del Gran Chaco y el Pantanal.2

Amenazas
[editar]
Entre sus principales amenazas se encuentran la deforestación de su hábitat y
ecosistema, un creciente incremento de la competencia por la comida con los
humanos,1 la caza furtiva, los huracanes en la parte septentrional de su
distribución y los enfrentamientos con los ganaderos, que a menudo los matan
en las zonas donde cazan ganado pues, cuando se adapta a la presa, se ha
comprobado que caza ganado bovino como parte importante de su dieta; sin
embargo, mientras que la deforestación para crear zonas de pasto es un
problema para la especie, su población podría haber aumentado tras la
introducción de ganado bovino en América del Sur al aprovecharse los félidos
de esta nueva fuente de presas.89 Esta tendencia a cazar ganado ha llevado a
los propietarios de ranchos a contratar cazadores especializados a tiempo
completo.45

Escena de caza de jaguares con perros – MHNT


Panthera onca es una especie incluida en el Apéndice I de la CITES,8 por lo
que está prohibida cualquier forma de comercio internacional de esta especie o
sus partes.90 Su caza está prohibida en Argentina, Belice, Colombia, Estados
Unidos, Guayana
Francesa, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Surinam, y Venezuela. Su
caza está restringida como «animales con problemas» en Brasil, Costa
Rica, Guatemala, México y el Perú, mientras que la caza deportiva todavía se
permite en Bolivia. La especie carece de protección legal
en Ecuador y Guyana.30

Los esfuerzos de conservación actuales a menudo se concentran en reducir los


potenciales conflictos con ganaderos, reducir su cacería y la de sus presas y
promover actividades compatible con el mantenimiento de su hábitata como
el ecoturismo.9192 Recientemente se desarrolló la etiqueta Jaguar Friendly que
certifica unidades productivas que contribuyen a la conservación de hábitat y
corredores claves de la especie, mientras contribuye al mejoramiento de los
medios de vida de las poblaciones humanas que comparten su territorio.
Generalmente se lo define como una «especie paraguas», esto es, una especie
con una distribución y unas necesidades de hábitat lo bastante amplias para
que, si se la protege, también se estará protegiendo a otras muchas especies
con una distribución más pequeña.9394 Las especies paraguas sirven de
«enlaces móviles» en su entorno, en el caso de esta especie mediante la
depredación. Así pues, las organizaciones conservacionistas se concentran en
proporcionar un hábitat viable y conectado para este félido, con la idea de que
también se beneficiarán otras especies.91

En el pasado su conservación se hacía en ocasiones por medio de la


protección de zonas donde la población local o bien se encuentra estable o
está en aumento; estas zonas, denominadas «Unidades de Conservación de
Jaguar», eran grandes áreas pobladas por unos 50 ejemplares. Sin embargo,
algunos investigadores determinaron recientemente que, con el fin de asegurar
que el patrimonio génico se comparta lo suficiente como para mantener la
especie, era importante que las poblaciones de esta especie estuvieran
interconectadas. A estos efectos, se han iniciado nuevos proyectos para
conectar estas zonas de protección de la especie.95
Los principales problemas de conservación del jaguar tienen su origen en las
actividades humanas que generan un enorme impacto directo e indirecto en
sus poblaciones. Entre las amenazas más importantes para su conservación
están la pérdida y fragmentación de hábitat. El jaguar es una especie de gran
tamaño y de amplia distribución, que requiere de grandes extensiones para
mantener poblaciones viables. En este sentido, las áreas naturales protegidas
son fundamentales para su conservación. Sin embargo, pocas áreas protegidas
tienen la superficie adecuada para mantener una población viable de jaguar a
largo plazo, por lo que es imprescindible contar con corredores u otras formas
de manejo del paisaje adyacente. Por lo tanto, los esfuerzos para la protección
del jaguar requieren de la consolidación de las áreas naturales protegidas ya
existentes, de la creación de nuevas reservas y de la conservación del jaguar
en las grandes áreas no protegidas en las que se encuentra todavía a la
especie, lo que representa uno de los factores críticos dentro de los esquemas
de su conservación. En Latinoamérica, como en México, la depredación de
animales domésticos, en especial bovinos, causada por félidos silvestres, tiene
como consecuencia acciones de control letal por parte de ganaderos y
criadores. Este control se lleva a cabo incluso dentro de áreas protegidas, aún
en ausencia de casos de depredación en la zona.96

Reintroducción en Argentina
[editar]
En Argentina, la caza y la destrucción de ambientes naturales provocaron que
el yaguareté pierda más del 95% de su área de distribución, se estima que
sobreviven apenas entre 200 y 250 yaguaretés en todo el país. Sin embargo,
un proyecto iniciado en 2012 para reintroducir al yaguareté en los Esteros del
Iberá, en conjunto entre el Gobierno de Corrientes, Parques
Nacionales, Rewilding Argentina y Tompkins Conservation, trajo esperanza
para la recuperación de la especie. Una vez finalizada la construcción del
Centro de Reintroducción del Yaguareté (CRY) en la isla San Alonso, en el
corazón del Parque Iberá, y gracias a la donación de ejemplares por
instituciones de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y a la participación de
científicos y expertos de la especie, se constituyó en los años siguientes una
población fundacional que cuenta con 18 individuos. Así, la provincia
de Corrientes pasó de no tener ningún yaguareté libre en los últimos 70 años a
albergar a casi el 10% de los yaguaretés que habitan en Argentina, además de
ser la provincia de la región chaqueña argentina con la mayor cantidad de
individuos.97En 2024 por primera vez en la historia se capturó y translocó un
yaguareté silvestre entre dos parques nacionales de Argentina, a fin de
contribuir a la repoblación de la especie en la región del Chaco Seco.98 Esto fue
el resultado de los procesos de reintroducción llevados a cabo en el Parque
Iberá.

Acciones para su conservación en México


[editar]
El jaguar es considerado, por su relevancia ecológica y social, como una
especie prioritaria para la conservación en México de acuerdo a la normatividad
en materia ambiental. La Ley General de Vida Silvestre establece que las
especies prioritarias para la conservación son aquellas que determina la
autoridad y que merecen atención especial por sus características, como ser
especies clave, emblemáticas, carismáticas y factibles de recuperación.
Además, el jaguar se encuentra incluido en la norma mexicana de especies en
peligro (NOM.059 ECOL 2001) y su cacería está vedada en el Diario Oficial de
la Federación desde 1987. En los últimos años se ha avanzado mucho en
materia de conservación del jaguar en México.96 Recientemente se estimó un
aumento poblacional entre los años 2008 y 2018, gracias en parte a los
esfuerzos coordinados de personas y organizaciones bajo la sombrilla de la
Alianza para la Conservación del Jaguar en México.

Referencias culturales
[editar]
En la cultura precolombina

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