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TAREA I Resumen sobre Lógica Proposicional

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Lógica Proposicional, Resumen. Any Isabel Pérez Santiago.

1.1 El lenguaje de la lógica proposicional.

1.1.1 Proposiciones atómicas y proposiciones moleculares.


La lógica proposicional trata sobre la verdad o la falsedad de las proposiciones y de
cómo la verdad se transmite de unas proposiciones (premisas) a otras (conclusión).
Una proposición es la unidad mínima de significado susceptible de ser verdadera o
falsa.

Debemos distinguir dos tipos de proposiciones: las proposiciones atómicas y las


proposiciones moleculares. Las proposiciones atómicas son aquéllas que no se
componen de otras proposiciones.

En una proposición atómica ninguno de sus elementos componentes es una


proposición. Una proposición atómica es verdadera o falsa, y su verdad o falsedad
no depende de otras proposiciones, sino de cómo es la realidad.

Las proposiciones moleculares son aquéllas que están compuestas por


proposiciones atómicas.

Una proposición molecular será verdadera o falsa, pero a diferencia de lo que


ocurre con las proposiciones atómicas, su verdad o falsedad no depende
directamente de la realidad, sino que depende o es función de la verdad o falsedad
de las proposiciones atómicas que la componen.

1.1.2 Conectivas lógicas.


Las proposiciones atómicas pueden combinarse de diferentes formas para dar lugar
a proposiciones moleculares. Los elementos que sirven para conectar las
proposiciones atómicas entre sí se llaman conectivas lógicas. Las conectivas lógicas
nos dicen cómo afecta el valor de verdad de las proposiciones atómicas al valor de
verdad de las proposiciones moleculares. En el lenguaje natural, la conjunción ‘y’
funciona como una conectiva lógica.

La ‘y’ nos está diciendo que la proposición molecular sólo es verdadera si las dos
proposiciones atómicas que la componen son ambas verdaderas, y será falsa en
caso de que, al menos una de ellas, sea falsa.

La disyunción ‘o’ también funciona como una conectiva lógica y nos está diciendo
que la proposición molecular es verdadera si al menos una de las proposiciones
atómicas que la componen es verdadera.
Cada operador asigna un valor distinto a la misma combinación de símbolos. Esta
forma de conectar dos proposiciones nos indica que una de ellas es la condición de
la otra la conectiva correspondiente se llama ‘condicional’ o ‘implicador’. La primera
proposición es la condición que se ha de cumplir, y nos referiremos a ella como
antecedente; la segunda proposición es lo condicionado, y nos referiremos a este
elemento del condicional como consecuente.

La negación, aplicada a una proposición atómica, simplemente invierte su valor de


verdad, de modo que si la proposición atómica es falsa, entonces la proposición
molecular será verdadera. La razón de que dicha proposición sea molecular y no
atómica es que uno de sus elementos componentes es una proposición atómica. La
negación no modifica el significado de la proposición negada, sino únicamente su
valor de verdad. Esta falta de significado es un rasgo esencial de las conectivas
lógicas.

1.1.3 Símbolos de la lógica proposicional.


Las proposiciones atómicas pueden ser sustituidas por lo que llamaremos variables
proposicionales, que serán las letras.

La operación consistente en sustituir las expresiones del lenguaje natural por


símbolos lógicos se llama formalización. A la proposición debidamente formalizada
la llamaremos fórmula.

A cada conectiva lógica le corresponde un símbolo:

1.2 Sintaxis: Fórmulas bien formadas (fbf).

Reglas para la formación de fórmulas bien formadas (fbf):


Regla 1: Toda proposición atómica es una fbf.
Regla 2: Si A es una fbf, entonces ¬A también es una fbf.
Regla 3: Si A y B son fbf, entonces (AB), (AB) y (AB) también son fbf.
1.3 Formalización de proposiciones.

1.3.1 Formalización de la conjunción.


La Formalización: p∧q (se lee ‘p y q’).

El ‘pero también’ es una conjunción, aunque los matices que tiene en el lenguaje
natural se pierden al formalizarla. El ‘además’ añade un matiz que no nos interesa
desde un punto de vista lógico. A la lógica sólo le interesa en qué condiciones es
verdadera o falsa la proposición. Eso es lo único que ha de quedar reflejado en la
formalización. El ‘es completamente cierto’ no añade nada al significado de las
proposiciones atómicas, sino que simplemente sirve para reforzar la idea de que es
cierto lo que digo.

1.3.2 Formalización de la disyunción.


La Formalización: p∨q (se lee ‘p o q’)

Es un error (∨p∨q), pues, no se trata de traducir palabra por palabra, sino de


expresar la forma lógica de la proposición.

1.3.3 Formalización del condicional.


La Formalización: p→q (se lee ‘si p entonces q’ ó ‘p implica q’)

Aunque no aparezca literalmente el ‘entonces’, como lo que estamos traduciendo no


son las palabras, una por una, sino la forma lógica, es evidente que basta el ‘si’
inicial para indicarnos el condicional. En lenguaje natural a veces él ‘y’ no solo
funciona como conjunción, pues puede tener un sentido condicional.

Si digo que algo es una condición necesaria, estoy diciendo que es un requisito
imprescindible –necesario‐, pero que no es suficiente, esto significa que aunque se
cumpla una condición necesaria, no por ello se aprobará, pues puede que no se
cumplan otras condiciones necesarias. Lo que está claro es que si no se cumple,
aunque se cumplan todas las demás, se suspenderá.

Una condición suficiente se basta por sí misma para que el consecuente del
condicional sea verdadero. Que una condición suficiente no tiene por qué ser
también necesaria, pues podría haber otra condición suficiente.

La Formalización: p↔q (se lee ‘p coimplica q’).

La proposición es equivalente a afirmar (p→q) y (q→p) simultáneamente.


[(p→q) ∧ (q→p)] = (p↔q)
El símbolo ‘↔’ sirve para indicar esta doble dirección del condicional y se llama
bicondicional.
1.3.4 Formalización de la negación.
La Formalización: ¬p (se lee ‘no p’)

El ‘no es cierto que’ es una forma reforzada de negar, por lo tanto se formaliza como
una simple negación, que es lo que es. El ‘ningún’ expresa negación, de modo que la
proposición no es sino la negación de la proposición atómica. No hay que entender
el ‘no hay nada’ como una doble negación, que sería equivalente a afirmar, sino
como una negación reforzada.

1.3.5 Formalizaciones combinando todas las anteriores.


Formalización: (p ∧ q) → r

Nótese que no es lo mismo ‘(p∧q)→r’ que ‘p∧(q→r)’. El significado de una proposición


puede cambiar enormemente según cómo usemos los paréntesis. Aunque existen
algunas reglas para simplificar el uso de los paréntesis, es mejor usarlos para evitar
ambigüedades.

Formalización: ¬ (p ∧ q)

Lo que estoy diciendo es que no es cierto que las dos proposiciones sean
verdaderas, pero eso no significa que las dos sean falsas; puede que sea una
verdadera y otra falsa. Lo que estoy negando no es cada una de las proposiciones
atómicas, sino la conjunción de las dos.

Formalización: ¬p ∧ ¬q

En este caso sí estamos negando cada una de las proposiciones atómicas de la


conjunción, lo que en lenguaje natural se expresa con el ‘ni… ni…’. Hay que observar
que ‘¬(p ∧ q)’ no significa lo mismo que ‘¬p ∧ ¬q’.

Formalización: p → [¬q ∧ (r ∨ s)]

El uso de corchetes ([,]) o de paréntesis ((,)) obedece a razones de claridad


expositiva. Simplemente la fórmula se lee más fácilmente si distinguimos los
paréntesis más externos de los más internos mediante los corchetes. La proposición
nos dice que sí, entonces… te ocurrirá algo. Concretamente te ocurrirán al menos dos
cosas, una de ellas la sabemos segura: (¬q). La otra consecuencia, depende, pues
hay dos opciones, (r) o (s) (o las dos cosas) la cuestión es que esa segunda
consecuencia todavía no se ha concretado, por eso se expresa como una
disyunción.
Formalización: p → [q ∨ (s → r)]

La complejidad de esta proposición radica en el hecho de que el consecuente del


condicional es una disyunción y uno de los términos de esa disyunción es un
condicional, de modo que tenemos un condicional dentro de otro condicional.

1.4 Tablas de verdad.

1.4.1 Tablas de verdad de las conectivas lógicas.

El valor de verdad de las proposiciones moleculares depende del valor de verdad de


las proposiciones atómicas que la componen y de las conectivas lógicas. Una
proposición atómica puede ser verdadera o falsa.

La proposición atómica ‘p’ (que puede ser cualquier proposición atómica) puede ser
verdadera (1) o falsa (2).

La proposición molecular (p ∧ q) puede ser verdadera o falsa, pero su verdad o


falsedad depende de la verdad o falsedad de p y de q. Así pues, si p es verdadera
pero q es falsa, (p ∧ q) será falsa. A cada combinación de valores de verdad de p y
de q, le corresponde un valor de verdad a la proposición compleja.

Tabla de verdad de la conjunción:

Como vemos en la tabla, la fórmula (p ∧ q) sólo es verdadera cuando p es verdadera


y q es verdadera, siendo falsa en todos los demás casos. Podemos confeccionar una
tabla semejante para todas las conectivas lógicas:
Tabla de verdad de la disyunción:

Como vemos, la disyunción sólo es falsa en caso de que sus dos términos lo sean, y
es verdadera en todos los demás supuestos.

Tabla de verdad del condicional:

Observamos en la tabla del condicional que sólo es falso en un caso: cuando el


antecedente es verdadero y el consecuente falso. Si el antecedente es verdadero y
también lo es el consecuente. Si el antecedente es falso pero el consecuente es
verdadero, el condicional es verdadero. La razón de esto es que el consecuente de
un condicional puede ser verdadero independientemente del antecedente. Si tanto
el antecedente como el consecuente son falsos, el condicional es verdadero. Hay
que recordar que un condicional no está describiendo un hecho actualmente
existente del mundo, sino que establece una condición y dice que, en el caso de que
se cumpliera, ocurriría tal o cual cosa. Que el antecedente y el consecuente sean
falsos no excluye que si el antecedente hubiera sido verdadero también lo hubiera
sido el consecuente.

Tabla de verdad de la negación:

La negación invierte el valor de verdad de la proposición negada. Cuando p es


verdadera, ¬p es falsa, y cuando p es falsa, ¬p es verdadera.
1.4.2 Tablas de verdad de fórmulas en general.

Cualquier fórmula tiene su propia tabla de verdad, que variará en función de la


cantidad de proposiciones atómicas que la integran y de su propia complejidad
lógica. Para realizar la tabla de verdad de una fórmula, hay que determinar, en
primer lugar, de cuántas columnas (vertical) y filas (horizontal) constará.

Para determinar el número de columnas de una tabla, es necesario recurrir al


concepto de historia formacional de una fórmula. La historia formacional de una
fórmula es el conjunto de todas sus sub fórmulas, incluyéndola a ella misma.
La historia formacional de una fórmula consistente en una letra proposicional es
simple. La historia formacional de la fórmula p es, simplemente, p. Si en vez de p
tenemos la fórmula (p ∧ q) su historia formacional será el conjunto {p, q, p ∧ q}.

La historia formacional de la fórmula (p ∧ q) consta de tres elementos: las dos


proposiciones atómicas p y q, y la propia fórmula (p ∧ q).

La historia formacional de (p ∨ q) es { p, q, p ∨ q}, y la de (p → q) es {p, q, p → q}. Por


su parte, la historia formacional de una fórmula como ¬p será {p, ¬p}.

Cada una de las ramas del árbol puede ser, a su vez, una fórmula compleja, en cuyo
caso se volvería a ramificar tantas veces fuera necesario hasta llegar a las fórmulas
atómicas. La fórmula (p ∧ q) → (r ∨ ¬q), la historia formacional quedaría
representada.
La historia formacional de (p ∧ q) → (r ∨ ¬q), será el conjunto {p, q, r, ¬q, p ∧ q, r ∨ ¬q,
(p ∧ q) → (r ∨ ¬q)} formado por 7 elementos. Aunque la fórmula atómica q se repite
dos veces en la fórmula, a efectos de su historia formacional sólo se cuenta una vez.

La historia formacional de una fórmula, tendrá tantas columnas como elementos


tenga la historia formacional de la fórmula, y a cada columna le corresponderá uno
de esos elementos, desde los más simples hasta los más complejos. La tabla de
verdad de la fórmula anterior (p ∧ q) → (r ∨ ¬q) tendrá 7 columnas.

El número de filas de la tabla = 2^n

Donde n es el número de proposiciones atómicas de que consta la fórmula. La


fórmula (p ∧ q) → (r ∨ ¬q), consta de las 3 proposiciones atómicas p, q y r. Aplicando
la fórmula obtenemos que nuestra tabla debe tener 2^3 filas, es decir, 8 filas.

El valor del resto de celdas de la tabla dependerá de los valores de las proposiciones
atómicas.

Debemos obtener todas las combinaciones posibles de valores de verdad de las


fórmulas atómicas de nuestra tabla.

La columna correspondiente a ¬q. Por la tabla de verdad de la negación, cuando q


es 1, ¬q es 0, y viceversa. Asignaremos a cada celda de la columna ¬q un valor en
relación con el valor que para esa fila tenga la columna q.
La columna correspondiente a (p ∧ q), debemos aplicar la tabla de verdad de la
conjunción a cada par de valores de las columnas correspondientes a p y a q.

Sólo asignamos el valor 1 a (p ∧ q) cuando p vale 1 y q también vale 1. En los demás


casos asignamos a (p ∧ q) el valor 0.

La columna correspondiente a la fórmula (r ∨ ¬q). Tendremos que aplicar la tabla de


verdad de la disyunción, una disyunción sólo tiene el valor de verdad 0 si sus dos
términos tienen ambos el valor de verdad 0, siendo 1 en el resto de casos. El primer
término de la disyunción es r, por lo tanto deberemos atender a los valores de la
columna r para establecer los de (r ∨ ¬q). Pero como vemos, el segundo término que
hay que tener en cuenta es ¬q, esto significa que tenemos que basarnos en los
valores de la columna ¬q y no en los de la columna q.

Sólo asignamos el valor 0 a la columna (r ∨ ¬q) cuando las columnas


correspondientes a r y a ¬q coinciden en el valor 0, asignando 1 en caso contrario.

Para completar la última columna, correspondiente a la fórmula entera, aplicaremos


la tabla de verdad del condicional, tomando como referencia las columnas
correspondientes a (p ∧ q) y a (r ∨ ¬q).

La tabla de verdad del condicional, sabremos que sólo se asigna el valor de verdad
0 a un condicional cuando el antecedente es 1 y el consecuente 0. La fórmula
(p ∧ q) → (r ∨ ¬q) sólo tenga el valor de verdad 0 en la segunda fila, pues es la única
en la que el antecedente (p ∧ q) es 1 y el consecuente (r ∨ ¬q) es 0, en el resto de
casos, de acuerdo con la tabla de verdad del condicional, la fórmula es verdadera.

Conclusiones acerca de nuestra fórmula. Puede ser verdadera o falsa, y sólo es falsa
en un caso. Lo que la tabla nos dice es qué es lo que tiene que ocurrir para que la
fórmula sea falsa. Debemos fijarnos en los valores de las celdas correspondientes a
las fórmulas atómicas de la fila 2 de la tabla, que es la que

hace a la fórmula falsa. A partir de dichos valores, podemos llegar a la conclusión


de que nuestra fórmula sólo es falsa si p y q son verdaderas y r falsa, lo que
constituiría un contraejemplo de nuestra fórmula.
1.4.3 Contingencias, tautologías y contradicciones.

Podemos afirmar con absoluta certeza la verdad de (p ∨ ¬p), pues, sea cual sea el
valor de sus componentes, la fórmula resulta ser siempre verdadera. A este tipo de
fórmulas las llamamos Tautologías, y son consideradas verdades lógicas. Se trata de
proposiciones cuya verdad es completamente independiente de lo que ocurra en el
mundo, y por lo tanto, no nos dan ninguna información sobre la realidad empírica.
Las tautologías, más bien, tienen el valor de funcionar como principios lógicos, es
decir, como condiciones que han de ser cumplidas por nuestro discurso si es que ha
de ser consistente. La fórmula analizada aquí es, concretamente, el principio de
tercio excluso, y afirma que una proposición o bien es verdadera o bien es falsa, y
que no cabe una tercera posibilidad.

La fórmula (p ∧ ¬p) todos los valores de sus subfórmulas, resulta ser falsa. A estas
fórmulas las llamamos Contradicciones. En efecto, diga p lo que diga, si afirmo
(p ∧ ¬p) me estoy contradiciendo y por lo tanto mi afirmación tiene que ser
necesariamente falsa. La negación de una contradicción será siempre una
tautología, y viceversa, la negación de una tautología será una contradicción. La
negación de (p ∧ ¬p) es ¬(p ∧ ¬p), que es una tautología que dice que una
contradicción no puede ser nunca verdadera. Éste es el famoso principio de no
contradicción.

El tercer tipo de fórmulas son aquéllas cuya verdad o falsedad no puede decidirse
simplemente por medios lógicos, es necesario el recurso a la observación. Es el caso
de la fórmula (p → q) la tabla de verdad nos dice que la fórmula puede ser
verdadera o puede ser falsa, y nos indica en qué casos es verdadera y en qué casos
es falsa, pero no nos resuelve el problema de si es efectivamente verdadera o falsa.
Este tipo de fórmulas son Contingencias porque no son ni necesariamente
verdaderas ni necesariamente falsas, sino que su verdad o falsedad es relativa,
depende del significado de las fórmulas atómicas.

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