Vida y obra de Kant
Vida y obra de Kant
Vida y obra de Kant
En el siglo XVIII Kant elaboró un nuevo modelo ético, que busca un fundamento
diferente para la vida moral del hombre. Las éticas anteriores tenían fundamentos
heterónomos (se fundamentaban en las ideas del bien, la naturaleza y la felicidad).
La razón
La razón toma vital importancia dentro de la ética kantiana ya que, para él, la razón
es el fundamento mental del hombre, que además de permitirle adquirir
conocimientos, impulsa la voluntad humana a actuar de una u otra forma. Kant
clasifica la Razón teórica que es aquella capaz de conocer y Razón practica que es
aquella capaz de determinar la voluntad y por ende la acción moral. Kant llama pura
a la razón que no está mezclada con nada empírico y en la medida en que es capaz
de actuar por sí sola. De esta manera define lo que es Razón teórica y Razón
práctica que es la que posee una realidad objetiva: la moción de la voluntad.
La libertad
Los escritos del filósofo prusiano se caracterizan por su compromiso con la Libertad,
con la Dignidad del hombre y con la concepción moral derivada de la razón. Esto
quiere decir que la razón no admite ningún criterio externo a ella como pueden ser la
tradición, la teología o cualquier tipo de ordenamiento natural. Solo la razón es el
punto de partida y el criterio de discernimiento de lo que es y de lo que no es.
Para Kant el ser humano tiene dos dimensiones dentro de sí: el instinto gobernado
por el placer, y la razón gobernada por el principio del deber. De esta manera, parte
de una concepción del hombre como agente y ser moral, lo cual tiene sentido sobre
la suposición de tener una voluntad libre. Hay que mostrar, pues, que existe una
razón pura practica: la razón es suficiente por si sola.
Imperativo categórico
Kant divide los principios prácticos en dos grandes grupos: máximos e imperativos.
Los máximos son principios prácticos que solo se aplican a los sujetos individuales
que se las proponen así mismo, pero no a todos los hombres y por lo tanto son
subjetivas, ejemplo el principio véngate de todas las ofensas que recibes, es una
máxima y por lo tanto son subjetivas porque solo es válida para aquel que la
sostiene y no se impone en absoluto a todos los seres razonables.
Principio de la humanidad
El hombre como fin en sí no tiene precio, sino dignidad. Aquello que tiene precio
puede ser sustituido por algo equivalente. La dignidad a la inversa es el valor
intrínseco de la persona: aquello puntualmente que constituye la condición para que
un hombre sea fin en sí mismo.
De esta manera, puede afirmarse que la ética “del deber por el deber” sigue siendo
el paradigma para afirmar los principios morales universales. Su compromiso es con
el único principio moral supremo.
Conclusión de Karla
Conclusión de Jacquelyn