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Agravios

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AGRAVIOS

1.- La omisión de emplazamiento al presente juicio y la notificación de


que me duelo, están viciados de nulidad por no haberse respetado las
formalidades a que se refieren los artículos 57 y 58 del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de puebla, según expongo:

Artículo 57.- Se practicara personalmente el emplazamiento, el que


consiste en dar a conocer el demandado, que existe un juicio iniciando en su
contra y que se le esconde un plazo para que comparezca a deducir sus
derechos.

Artículo 58.- los efectos del emplazamiento son:

I.- Prevenir el juicio a favor del Tribunal que primero los hace;
II.- Sujetar al demandado a seguir el juicio ante el Tribunal que lo emplazó;
III.- Producir todas las consecuencias de la interpelación judicial, y
IV.- Imponer a las partes el deber de presentarse ante el Tribunal, cuando
durante el juicio sean citados o requeridos por este.

Violación al artículo 16, de la Constitución, hay violación a este


precepto, en virtud de que cualquier acto de molestia en las propiedades,
posesiones o derechos debe ser dictado por escrito, por autoridad competente
que funde y motive la causa legal del procedimiento, y en el presente caso los
actos que se reclaman carecen de la debida fundamentación y motivación
debida al haberse practicado una notificación de manera ilegal privando a la
demandada en el juicio natural del derecho de defensa técnica y por ende,
existe violación a mis garantías individuales.

No se colmaron los supuestos facticos previstos en el artículo 57 del Código


Federal de Procedimientos Civiles, ya transcrito en párrafos que anteceden:

Al respecto también resultan aplicables los siguientes criterios:


EMPLAZAMIENTO, FORMALIDADES DEL EL SECRETARIO O ACTUARIO
QUE LOS PRACTIQUE DEBE ESPECIFICAR DETALLADAMENTE LAS
RAZONES POR LAS QUE LA PERSONA A BUSCABA NO SUSCRIBIÓ EL
ACTA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).

El artículo 120 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, antes
de su reforma (hoy artículo 125), en lo conducente dispone: “Deben firmas las
notificaciones las personas que las hacen y aquellas a quienes se hacen. Si
estas no supieren o no quisieren firmar, lo hara el secretario, notificador o
quienes hagan sus veces, haciendo constar esta circunstancia…”. Por tanto,
las expresiones asentadas en la actuación impugnada
(emplazamiento), al no explicar la razón por la que la quejosa so
suscribió la misma, en tanto que no especifica si fue porque no supo,
no quiso o no pudo hacerlo, por tener alguna imposibilidad física o
mental, resultan insuficientes para tener por satisfecho el requisito
establecido en el precepto que se produce, poniendo de manifiesto la
infracción a las formalidades que deben tener las notificaciones, sobre
todo la relativa al emplazamiento, que por su trascendencia es de
vital importancia.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER


CIRCUITO

III.3º.C, J/6

Amparo en revisión 613/96. Yolanda Barba Hernández. 8 de agosto de 1996.


Unanimidad de votos. Ponente: Arturo Barocio Villalobos. Secretaria: Patricia J.
Chávez Alatorre.
Amparo en revisión 636/96. Raúl Sánchez Mendoza. 5 de septiembre de 1996.
Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Figueroa Cacho. Secretaria: Alva Engracia
Bugarín Campos.
Amparo en revisión 1073/96. José Vargas Pérez. 21 de noviembre de 1996.
Unanimidad de votos. Ponente: Arturo Barocio Villalobos. Secretaria: María
Elena Ruiz Martínez
Amparo en revisión 1203/96. Condominio Riviera Mar, S. A. 23 de enero de
1997. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Figueroa Cacho. Secretaria: Oscar
Javier Murillo Aceves.
Amparo en revisión 199/97. Lucia Neri Rodríguez y otro. 13 de marzo de 1997.
Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Figueroa Cacho. Alva Engracia Bugarín
Campos.
Instancia.- Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época. Tomo V, Mayo de 1997. Pág. 548
Tesis de Jurisprudencia.

2.- por la violación de los artículos 4,14 y 16 Constitucionales, así como


a las garantías de legalidad, seguridad jurídica y debido proceso legal, por el
incumplimiento a lo establecido por los artículos 57 y 58 del Código de
Procedimientos civiles vigentes para el Estado.

Derivado del desconocimiento por parte del demandado del presente juicio en
su contra se violan de manera grave los derechos de audiencia y debido
proceso consagrados en el artículo 14 Constitucional.

3.- Ahora bien, al ser el emplazamiento una formalidad esencial o


imprescindible para que el demandado tenga una adecuada defensa, pues la
omisión del mismo a su práctica defectuosa constituye en la infracción procesal
de mayor magnitud y de carácter más grave, por lo que es indudable que
deben seguirse estrictamente sus formalidades, y en el supuesto expuesto esta
circunstancia nunca se vigiló ni cumplió ya que se presume la celebración de
un emplazamiento que no se llevó a cabo, a mi persona donde se me informara
la razón de la demanda. En el caso concreto, el diligenciario no practico el
emplazamiento a la suscrita por lo que es notoriamente procedente y valido
suspender el juicio en que se actúa.

Sobre el particular es aplicable la siguiente tesis jurisprudencial:

EMPLAZAMIENTO. EL CITATORIO RESPECTIVO NO DEBE DEJARSE CON


EL VECINO INMEDIATO, CUANDO EN LA PRIMERA BÚSQUEDA LA CASA
SEÑALADA PARA TAL EFECTO SE ENCONTRÓN CERRADA (CÓDIGOS DE
PROCEDIMIENTOS CIVILES DE LOS ESTADOS DE CHIAPAS Y DE
PUEBLA).

Las reglas establecidas para la práctica del emplazamiento, como


formalidad esencial del procedimiento que se debe cumplir en respecto a la
garantía de audiencia prevista en el artículo 14 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, tiene como fin último evitar que el demandado
quede en estado de indefensión. En congruencia con la anterior, si bien es
cierto que conforme a lo dispuesto en los artículos 116 y 49 de los Códigos de
Procedimientos Civiles de Chiapas y Puebla, respectivamente, se permite
emplazar al demandado entregando la célula al vecino inmediato, cuando
aquel no atendió al citatorio que previamente se le dejó con un familiar, un
doméstico o una persona que vive en su domicilio, también lo es que dichos
preceptos no autorizan dejar el citatorio con el vecino inmediato, cuando en la
primera búsqueda para la práctica del emplazamiento la casa señalada para tal
efecto se encontró cerrada, pues mientras que, en el primer caso las la sanción
procesal se justifica por el desacato del demandado al citatorio que se le dejo
con una persona que vive en su domicilio, lo que racionalmente hace presumir
que si tuvo noticia de él, en el segundo, por un lado, no ha procedido desacato
alguno que justifique la imposición de una sanción y, por otro, no se
garantizaría que el demandado tuviera conocimiento de la cita y, por ende, que
se encontrara en posibilidad de atenderla, lo que a la postre implicaría el
desconocimiento del inicio de un juicio en su contra, y por tanto su indefensión,
que es precisamente lo que se pretende evitar con la garantía de audiencia,
por lo que si el mencionado citatorio no se deja con alguna persona que viva en
el domicilio del demandado, si no con el vecino inmediato, no puede estimarse
legalmente hecho.

1ª. /J. 6/2002

Contradicción de tesis 41/2001-PS. Entre las sustentadas por el Tercer Tribunal


Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito y el Primer Tribunal Colegiado del
Vigésimo Circuito. 14 de noviembre del 2021. Mayoría de 3 votos. Disidentes:
Juventino V. Castro y Castro y Humberto Román Palacios. Ponente: José de
Jesús Gudiño Pelayo. Secretario: Miguel Ángel Ramírez González.

Tesis de Jurisprudencia 6/2002. Aprobada por la Primera Sala de este Alto


Tribunal, en sesión de seis de febrero de dos mil dos, por unanimidad de
cuatro votos de los señores Ministros: presidente Juan N. Silva Meza, Juventino
V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios y Olga Sánchez Cordero de
García Villegas. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo.

Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su


Gaceta, Novena Época. Tomó XV, Marzo del 2002. Pág. 56. Tesis de
Jurisprudencia.
4.- Se vulneró en mi perjuicio de los derechos consagrados en el artículo
14 de la Carta Magna, consistente en la GARANTÍA DE AUDIENCIA, lo anterior
es así, porque sin ser oída para defenderme y oponer excepciones, dentro de
los autos del expediente 283/2022 de los del libro índice del Juzgado
Tercero Civil, con lo que se generó en mi contra un estado de indefensión, al
habérseme privado de mis derechos a contestar la demanda, ofrecer
excepciones y defensas dentro de tal procedimiento, con lo que no se dio
cumplimiento a las formalidades esenciales del procedimiento; lo anterior sin
darme oportunidad de defenderme, ofrecer pruebas y alegar, lo que implica la
PRIVACIÓN DEL REFERIDO DERECHO, existe la obligación por parte de la
autoridad de dar la oportunidad al agraviado para que exponga todo en cuanto
considere conveniente en defensa de sus intereses; obligación que resulta
inexcusable aun cuando la Ley Suprema no establezca tal garantía, toda vez
que el artículo 14 de la Constitución Federal impone a todas las autoridades tal
obligación y, consecuentemente, su inobservancia dejaría a su arbitrio decidir
acerca de los intereses de los particulares, con violación de la garantía
establecida con el invocado precepto constitucional, este criterio sirve de
fundamento a mi demanda, es de aplicación obligatoria como lo prescribe el
artículo 192 de la Ley de Amparo, mismo que fue emitido en la séptima época,
por la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable
en el apéndice de 1995, tomos VI, parte SCJN, tesis: 82, página 54, misma que
es de el tenor literal siguiente:

AUDIENCIA, ALCANCE DE LA GARANTÍA DE. En los casos en que los actos


reclamados impliquen privación de derechos, existe la obligación por parte de
las autoridades responsables de dar oportunidad al agraviado para que
exponga todo que consideré conveniente en defensa de sus intereses:
obligación que resulta inexcusable aun cuando la ley que rige el acto
reclamado no establezca tal garantía, toda vez que el artículo 14 de la
Constitución Federal impone a todas las autoridades tal obligación y,
consecuentemente, su inobservancia dejaría a su arbitrio decidir acerca de los
intereses de los particulares, con violación de la garantía establecida por el
invocado precepto constitucional.

Cabe precisar que la garantía de audiencia consiste fundamentalmente


en oportunidad que concede el particular de intervenir para que el poder
defenderse, es decir, se debió de dar la oportunidad de contestar la demanda,
rendir pruebas y alegar, antes de emitir una sentencia, criterio que tiene apoyo
en la ejecutoria emitida en la séptima época, por la segunda sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en el apéndice 1995,
tomos VI, parte SCJN, tesis: 96, páginas 63, misma que dice:
AUDIENCIA, RESPECTO A LA GARANTÍA DE. DEBEN DARSE A CONOCER
AL PARTICULAR LOS HECHOS Y MOTIVOS QUE ORIGINAN EL
PROCEDIMIENTO QUE SE INDICIE EN SU CONTRA.
La garantía de audiencia consiste fundamentalmente en la oportunidad
que concede el particular de intervenir para que el poder defenderse, y esa
intervención se puede concretar en dos aspectos esenciales, a saber: la
posibilidad de rendir pruebas que acrediten los hechos en que se finque la
defensa; y la de producir alegatos para apoyar esa defensa con los
argumentaciones jurídicas que se estimen pertinentes. Esto presupone,
obviamente, la necesidad de que los hechos y datos en los que la autoridad se
basa para iniciar un procedimiento que puede culminar con privación de
derechos, sean del conocimiento del particular, lo que se traduce siempre en
un acto de notificación qué tiene por finalidad que aquél se entere de cuáles
son esos hechos y así este en aptitud de defenderse. De lo contrario la
audiencia resultaría prácticamente inútil, puesto que del presunto afectado no
estaría en condiciones de saber qué pruebas aportar o que alegatos formular a
fin de contradecir los argumentos de la autoridad, si no conocen las causas y
los hechos en que se está se apoya para iniciar un procedimiento que pudiera
afectarlo en sus fuera jurídica.

5.- El emplazamiento es del orden público y los jueces están obligados


investigar de oficio si se efectuó o no, y en caso afirmativo, si se observaron las
leyes de la materia, lo anterior porque su falta es la violación procesal de
mayor magnitud y de carácter más grave, puesto que da origen a la omisión de
las demás formalidades esenciales del juicio, esto es, imposibilita al
demandado para contestar la demanda y, por consiguiente, le impide oponer
las excepciones y defensas a su alcance, lo anterior tiene apoyo en la
jurisprudencia obligatoria emitida en la Séptima Época, por la Extinta Tercera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en el Apéndice
de 1995, Tomo IV, Parte SCJN, Tesis: 247, página 168, misma que dice:

EMPLAZAMIENTO ES DE ORDEN PÚBLICO Y SU ESTUDIO ES DE OFICIO.


La falta de emplazamiento a su verificación en forma contraria a las
disposiciones aplicables, es la violación procesal de mayor magnitud y de
carácter más grave, puesto que da origen a la omisión de las demás
formalidades esenciales en el juicio, esto es, imposibilita al demandado para
contestar la demanda y, por consiguiente, le impide oponer excepciones y
defensa a su alcance; además, se le priva del derecho a presentar pruebas que
acrediten sus defensas y excepciones y a oponerse a la recepción o a
contradecir las probanzas rendida por la parte actora y, finalmente, a formular
alegatos y ser notificado oportunamente del fallo en que el proceso se dicte. La
extrema gravedad de esa violación procesal ha permitido la consagración del
criterio de que el emplazamiento es de orden público y que los jueces están
obligados a investigar por oficio si se efectuó o no y si, en caso afirmativo, se
observaron las leyes de la materia.
Cabe señalar cuando la falta de emplazamiento como en la especie,
corresponde a la autoridad responsable la carga de la prueba, Novena Época,
tal como lo indica la jurisprudencia emitida con el SEGUNDO TRIBUNAL
COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO, consultable en el
Seminario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo: XV, abril del 2002,
Tesis: VI.2oC. J/222, página 1053, misma que dice:

EMPLAZAMIENTO, FALTA O ILEGALIDAD, CARGA DE LA PRUEBA. Cuando


se reclama lo actuado en un procedimiento por la falta de emplazamiento,
corresponde a la autoridad responsable probar la existencia de tal acto, pero si
se reclama la ilegalidad del mismo, la carga de la prueba de los hechos que
determinan su inconstitucionalidad recae en el quejoso en términos del artículo
149 de la Ley de Amparo.

Al respecto también resultan aplicables los siguientes criterios:

EMPLAZAMIENTO, FORMALIDADES DEL. EL SECRETARIO O ACTUARIO


QUE LO PRACTIQUÉ DEBE ESPECIFICAR DETALLADAMENTE LAS
RAZONES POR LAS QUE LA PERSONA BUSCADA NO SUSCRIBIÓ EL ACTA
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).

El artículo 120 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de


Jalisco, antes de su reforma (hoy artículo 125), en lo conducente dispone:
“Deben firmar las notificaciones las personas que las hacen y aquellas a
quienes se hacen. Si estas no supieren o no quisieren firmar, lo hará el
secretario, notificador a quienes hagan sus veces, haciendo constar esta
circunstancia…”. Por tanto, las expresiones asentadas en la actuación
impugnada (emplazamiento), al no explicar la razón por la que la quejosa no
suscribió la misma, en tanto que no especifica si fue porque no supo, no quiso
o no pudo hacerlo, por tener alguna imposibilidad física o mental, resultan
insuficientes para tener por satisfecho el requisito establecido en el precepto
que se produce, poniendo de manifiesto la infracción a las formalidades que
debe tener las notificaciones, sobre todo la relativa al emplazamiento, qué por
su trascendencia es de vital importancia.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.

III.3o.C. J/6
Amparo en revisión 613/96. Yolanda Barba Hernández. 8 de agosto de 1996.
Unanimidad de votos. Ponente: Arturo Barocio Villalobos. Secretaria: Patricia J.
Chávez Alatorre.

Amparo en revisión 636/96. Raúl Sánchez Mendoza. 5 de septiembre de 1996.


Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Figueroa Cacho. Secretaria: Alba Engracia
Bugarin Campos.

Amparo en revisión 1073/96. José Vargas Pérez. 21 de noviembre de 1996.


Unanimidad de votos. Ponente: Arturo Barocio Villalobos. Secretaria: María
Elena Ruiz Martínez.

Amparo en revisión 1203/96. Condominio Riviera Mar. 23 de enero de 1997.


Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Figueroa Cacho. Secretaria: Oscar Javier
Murillo Aceves.

Amparo en revisión 199/97. Lucia Neri Rodríguez y otro. 13 de marzo de 1997.


Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Figueroa Cacho. Secretaria: Alba Engracia
Bugarin Campos.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Novena Época. Tomó V, Mayo de 1997. Pág. 548.
Tesis de Jurisprudencia.

EMPLAZAMIENTO ILEGAL. LA FE PÚBLICA DE QUE ESTA INVESTIDO EL


FUNCIONARIO QUE LO PRACTICA, NO CONVALIDA LAS ALTERACIONES Y
CONTRADICCIONES EN QUE INCURRA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
PUEBLA).

Es verdad que la finalidad que persigue la ley, en lo que a determinadas


notificaciones se refiere, es la de que se practiquen, preferentemente, con la
persona a quien va dirigida la notificación, sobre todo cuando se trata del
llamamiento a juicio, ya que así se desprende del texto del artículo 49 del
Código de Procedimientos Civiles del Estado de Puebla; pues se infiere que de
esa manera la persona notificada, al tener conocimiento de la existencia del
juicio al que se le llama, está en posibilidad de hacer valer en el mismo todos
los derechos que la ley procesal le concede: sin embargo no puede
jurídicamente sostenerse la legalidad del emplazamiento cuando por ejemplo,
en la constancia correspondiente, el actuario que la practicó haya asentado
que primero se constituyó en un domicilio donde dejó el citatorio y que, al día
siguiente, se “volvió a constituir” en otro, pues la circunstancia de que tal
funcionario este investido de fe pública no convalida las marcadas
contradicciones en qué incurra: por lo cual se concluye que, precisamente en
atención a la fe pública que merecen los actos de los funcionarios con potestad
para otorgarla y a las alteraciones a contradicciones que se desprenden del
acta respectiva, resulta evidente que no se le pueden atribuir valor probatorio
alguno, ya que es de explorado derecho que las afirmaciones contradictorias
violan las reglas generales de la lógica, las cuales señalan que no pueden una
cosa ser y dejar de ser al mismo tiempo.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO

VI.2º.C. J/189

Amparo en revisión 283/89. María Elena Cervantes Jiménez.- 29 de agosto de


1989.- Unanimidad de votos.- Ponente: Gustavo Calvillo Rangel.- Secretario:
José Mario Machorro Castillo.

Amparo en revisión 481/99. Pedro Sánchez Rodríguez y otro.- 30 de


septiembre de 1999.- Unanimidad de votos.- Ponente: José María Mendoza
Mendoza.- Secretario: Gonzalo Carrera Molina.

Amparo en revisión 193/2000. Austreberta Flores Conde.- 15 de junio de


2000.- Unanimidad de votos.- Ponente: Raúl Armando Pallares Valdez.-
Secretario: Gonzalo Carrera Molina.

Amparo en revisión 2361/2000. Felipe de Jesús Guzmán Carcaño.- 22 de junio


de 2000.- Unanimidad de votos.- Ponente: Raúl Armando Pallares Valdez.-
Secretario: Carlos Galindo Andrade.
Amparo en revisión 242/2000. Gonzalo Leoncio García García.- 22 de junio de
2000.- Unanimidad de votos.- Ponente: Raúl Armando Pallares Valdez.-
Secretario: Gonzalo Carrera Molina.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Novena Época. Tomó XII, Septiembre de 2000. Pág.
620. Tesis de Jurisprudencia.
6.- Finalmente, aunque no fui emplazada a juicio, cabe argumentar que
existe una razón de orden procesal muy importante a tomar en cuenta; el
llamado domicilio “convencional” para oír y recibir notificaciones, es una figura
jurídica de carácter meramente procesal, es decir, que se actualiza después de
instaurado el proceso, pero no antes, dado que el domicilio procesal se
proporciona para oír y recibir simples “notificaciones”, pero el emplazamiento,
es un acto totalmente distinto y de naturaleza esencialmente constitucional
que no puede ser equiparado a las notificaciones intraprocesales; tal está
definido en la siguiente:

EMPLAZAMIENTO, NOTIFICACIÓN, CITACIÓN Y REQUERIMIENTO.


CONSTITUYEN MEDIOS DE COMUNICACIÓN PROCESAL QUE TIENEN
SIGNIFICADO DISTINTO. Entre los medios de comunicación que los Jueces y
Tribunales utilizan en el proceso para hacer saber a las partes las resoluciones
que dictan, se encuentran el emplazamiento, la notificación, la citación y el
requerimiento, los cuales posee significado diverso, a saber: el emplazamiento
es el llamado judicial que se hace para que dentro del plazo señalado la parte
de mandada comparezca en juicio; la notificación es el acto por el cual se hace
saber a alguna persona, con efectos jurídicos, una resolución judicial o
cualquier otra cuestión ordenada por el juzgador; la citación es el acto de
poner en conocimiento de alguna persona un mandato del Juez o Tribunal para
que concurra a la práctica de alguna diligencia procesal; y el requerimiento es
el acto de intimar a una persona en virtud de una resolución judicial, para que
haga o se abstenga de hacer la conducta ordenada por el juzgador.

No. Registro 182,843 Tesis aislada Materia(s): Común Novena Época


Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomó XVIII, Noviembre de 2023, Tesis: 1a. LIII/2023, página: 123.
Contradicción de tesis 73/2002-PS. Entre las sustentadas con el Primer
Tribunal Colegiado del Quinto Circuito y Tercer Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Tercer Circuito. 3 de septiembre del 2003. Unanimidad de cuatro
votos. Ausente: Humberto Román Palacios. Ponente: Juan N. Silva Meza.
Secretario: Manuel González Díaz. De esta suerte, el domicilio señalado para
efectos procesales, no puede servir para emplazar, a menos que se
compruebe, en términos del artículo 743 de la Ley Federal del Trabajo, que el
emplazado, habita, trabaja o tiene ahí su domicilio, cosa que no ocurrió en la
especie. EMPLAZAMIENTO, EN EL DOMICILIO CONVENCIONAL. Tratándose del
emplazamiento qué es una orden público a irrenunciable, el mismo debe
ajustarse a los requisitos exigidos por la disposición legal de la legislación
procesal qué corresponda, a pasar de que en el Código Civil, como es el caso
del de Michoacán, exista un domicilio convencional.
No. Registro 255,103 Tesis aislada Materia(s): Civil, Común Séptima
Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial
de la Federación Tomo: 57 Sexta Parte Tesis: Página. 28 Genealogía: Informe
1973, Tercera Parte, Tribunales Colegiados de Circuito, Página 7.

TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEGUNDO CIRCUITO

Amparo en revisión 669/73. Graciela Muñoz de Morelos. 7 de septiembre de


1973. Unanimidad de votos. Ponente: Martin Antonio Ríos.

EMPLAZAMIENTO, NO PUEDE HACERSE EN EL DOMICILIO CONVENCIONAL. Si


bien puede designarse domicilio convencional para el cumplimiento de
determinadas obligaciones, tratándose del señalamiento de casa o edificio para
que se hagan el emplazamiento y demás notificaciones en caso de juicio, debe
marcarse la diferencia entre uno y otro caso, ya que el primero es totalmente
distinto del segundo. En efecto, la designación a que se alude no “pre
constituye el domicilio” de la parte, ni envuelve la imposible renuncia tácita a
la garantía del emplazamiento y “debido proceso legal”.
No. Registro 347,378 Tesis aislada Materia(s): Civil Quinta Época Instancia:
Tercera Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo: XCI Tesis:
Página 2945.

Amparo Civil en Revisión 6784/46. Luna J. Guillermo. 29 de marzo de 1947.


Unanimidad de cuatro votos. El Ministro Hilario Medina no intervino en este
asunto por las razones que constan en el acta del día. Ponente: Emilio Pardo
Aspe.

EMPLAZAMIENTO, NULIDAD DEL, CUANDO SE REALIZA EN UN DOMICILIO


PROCESAL SEÑALADO POR EL DEMANDADO. Se viola el artículo 109, fracción I,
del Código de Procedimientos Civiles del Estado de San Luis Potosí, al ordenar
que el emplazamiento a juicio se realice en un lugar que no corresponde al
domicilio en que reside el quejoso (contrariamente a lo que señala esa
disposición legal), sino en otro diverso, que ni siquiera es un domicilio
convencional, sino puramente procesal; pues debe tenerse presente que la
naturaleza jurídica de las notificaciones ordinarias que se ordenaran en el
incidente de nulidad (en que se señaló aquel), es diversa a la de un
emplazamiento, ya que este es el acto fundamental que, en acatamiento a la
garantía de audiencia, debe revestir las más estrictas formalidades legales, de
modo que no puede realizarse en un lugar diverso, sino precisamente en el
domicilio del demandado, por ofrecer este lugar la certidumbre que se
cumplirá el efecto del llamado a juicio.

No. Registro 215,918 Tesis aislada Materia(s): Civil Octava Época Instancia:
Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XII, Julio de 1993 Tesis: Página: 210

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL NOVENO CIRCUITO.

Amparo en revisión 29/93. Jesús Manuel Dávila Téllez. 11 de marzo de 1993.


Unanimidad de votos. Ponente: Guillermo Baltazar Alvear. Secretario: Guillermo
Salazar Trejo.

EMPLAZAMIENTO EN EL LUGAR SEÑALADO POR EL INTERESADO, ILEGALIDAD


DEL (INTERPRETACIÓN A LA VIGÉSIMA SEGUNDA TESIS RELACIONADA CON LA
JURISPRUDENCIA NUMERO 187, CONSULTABLE EN LA PÁGINA 579 DEL ÚLTIMO
APÉNDICE AL SEMANARIO JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN, CUARTA PARTE). La
Sala responsable a la sentencia reclamada hizo una inexacta aplicación de la
vigésima segunda tesis relacionada con la jurisprudencia número 187,
consultable en la página 579 del Apéndice de Jurisprudencia 1917 – 1975,
Cuarta Parte, al Semanario Judicial de la Federación, pues si bien es verdad
que la misma autoriza expresamente el señalamiento de un domicilio
convencional para que en este se practiquen las notificaciones a la parte que lo
señaló, no es menos cierto que la indicación de ese domicilio convencional no
puede atentar contra la finalidad del emplazamiento a que la propia ejecutoria
se refiere y que no es otra sino la consistencia en que la parte demandada
tenga conocimiento real y efectivo de la demanda que se endereza en su
contra, para que de esta manera se encuentre en aptitud legal de oponer
defensas y excepciones que tuviere en contra de las prestaciones que le
reclama su contra parte y de probar aquellas a través de los medios de
convicción que enumera la ley, y es por todo ello que al citado acto procesal,
que indudablemente es el más importante dentro de un procedimiento, se le
rodea de las formalidades a que se refieren los artículos 116 y 117 del Código
Procesal Civil y cuya inobservancia trae como consecuencia la nulidad del
mismo.

No. Registro 241,011 Tesis aislada Materia(s): Civil, Común Séptima Época
Instancia: Tercera Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo: 109
- 114, Cuarta Parte Tesis: Página: 105 Genealogía: Informe 1978, Segunda
Parte, Tercera Sala, tesis relacionada con Jurisprudencia 137, Pagina 404.
Por lo anteriormente expuesto infundado, a Usted H. JUEZ TERCERO DE
LO CIVIL. Solicito atentamente:

PRIMERO: Tenerme por presente con este escrito, promoviendo


INCIDENTE SOBRE DECLARACIÓN DE NULIDAD DE LO ACTUADO, en
contra de todo lo actuado en los autos del expediente 283/2022 de los del libro
índice de este H. Juzgado Tercero de lo Civil.

SEGUNDO: Tener por formulados los agravios que se han indicado en el


cuerpo del escrito.

TERCERO: Previos los tramites de la Ley, dictar resolución, en la cual


declare la reposición del procedimiento por así corresponder a derecho.
PROTESTO MIS RESPETOS

HEROICA PUEBLA DE ZARAGOZA, A 16 DE FEBRERO DEL AÑO


2024

KOREY CHILIAN ORDUÑA

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