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Desarrollo personal y social

durante la adolescencia
Josefa Pérez
Blasco

1. Introducción

La adolescencia, definida como la transición entre la infancia y la vida


adulta, es una experiencia que varía de una cultura a otra y que, dentro de
una misma cultura, cambia a lo largo de la historia. En los grupos sociales en
los que la libertad de opción de vida es escasa y el entramado social no es
muy complejo, es un período corto y ritualizado —los «ritos de iniciación»
de la pubertad duran tan sólo unos días o semanas—, mientras que en
contextos como el nuestro la preparación para la vida adulta lleva años y
confronta al individuo a tareas y desafíos evolutivos de envergadura.
Entre nosotros, el inicio de la adolescencia se sitúa aproximadamente
hacia los 12 años y termina hacia los 20, aunque el período postadolescente
—la llamada adultez emergente— puede dilatarse hasta bien entrada la
veintena. No obstante, este criterio cronológico es sólo aproximativo, ya que
en general, tanto en la literatura científica como en el pensamiento lego, el
inicio de la adolescencia se vincula a los cambios biológicos de la pubertad,
y su final, a los cambios sociales como: la mayoría de edad, la finalización
del período educativo formal, la autonomía económica, el establecimiento de
un compromiso afectivo formal, etc. Que el límite superior sea más difícil de
establecer nítidamente, se debe, precisamente a que los roles y las opciones
de vida adultos en nuestra sociedad sean enormemente variables y
complejos.
Un período tan largo del desarrollo no puede ser homogéneo. Por eso,
cada vez encontramos con más frecuencia autores que lo dividen en etapas,
siendo habitual mencionar tres (Arnett, 2008):

a) Durante la primera, que abarca de los 10 a los 14 años


aproximadamente y que se denomina adolescencia temprana, los
cambios más notables son: la maduración sexual y los inicios del
pensamiento formal.
b) En la segunda fase, la adolescencia intermedia, de los 15 a los 18, la
creciente autonomía respecto de los padres y la expansión de las
relaciones con los iguales, son las transformaciones más acusadas, al
mismo tiempo que siguen los esfuerzos para ajustarse a los procesos
de maduración biológica y los progresos del razonamiento
intelectual.
c) En la tercera fase, la adolescencia tardía, que comprende desde los
18 años hasta mediados de la veintena, el logro de la independencia y
la autonomía respecto a los padres y la definición de las relaciones de
amistad y afectivas siguen siendo cuestiones a las que el individuo
dedica grandes dosis de energía. Asimismo, irrumpen con fuerza
otros temas referidos a su definición como persona que de forma
inminente va a desempeñar roles adultos y que exigen la valoración y
elección de compromisos éticos, sociales, afectivos, profesionales,
ideológicos, etc. Entre los cambios biológicos, el hito más destacado
es la maduración del córtex frontal (relacionado con el control de
impulsos y la valoración del riesgo, entre otras funciones), y en los
intelectuales, lo más característico es la posibilidad de pensamiento
posformal (razonamiento más flexible, dialéctico y pragmático que el
formal).

Los psicólogos del desarrollo han descrito los principales logros


sociopersonales que cada cultura espera que se alcancen en las diferentes
etapas del curso de la vida. Una de las aportaciones más valiosas en este
sentido es la de Havighurst (1972). Este autor considera que estos logros son
destrezas, conocimientos, actitudes y funciones específicas que resultan de
una combinación del esfuerzo personal, la maduración física, la presión
social y la educación. De los adolescentes se espera que:

a) Consigan establecer relaciones nuevas y más maduras con coetáneos


de ambos sexos.
b) Acepten y adopten un rol sexual masculino o femenino.
c) Acepten la propia apariencia física y se responsabilicen del cuidado
del propio cuerpo con eficacia.
d) Alcancen la independencia emocional de los padres y otros adultos.
e) Se preparen para la independencia económica y el desarrollo
profesional.
f) Se preparen para el establecimiento de una pareja y la vida familiar.
g) Adopten una ideología y un sistema de valores éticos que guíen su
conducta.
h) Desarrollen los conceptos y habilidades intelectuales necesarios para
llevar a cabo una conducta cívica responsable.

De forma general, las tareas o cuestiones clave en el desarrollo personal


del adolescente son: la búsqueda y el logro de la identidad, el logro de la
autonomía y la toma de decisiones sobre las metas vitales, de las que nos
ocuparemos en el punto siguiente.

2. Desarrollo personal

El principal desafío al que se enfrenta el adolescente en su desarrollo


personal: es definir quién es y quién quiere ser en el mundo de los adultos
hacia el que se dirige. En este apartado intentaremos dar respuesta a las
siguientes cuestiones: ¿Cómo construye el adolescente su identidad?
¿Existen formas de dar respuesta a este desafío que sean más saludables que
otras? ¿Cómo influye el contexto social en esa construcción?

2.1 El autoconcepto y la autoestima

Este desafío no es exclusivo de los años adolescentes, pero en ninguna otra


etapa resulta más acuciante que en ésta. Todos tenemos una noción más o
menos clara, más o menos estructurada y coherente quiénes somos y de
cómo vamos convirtiéndonos en nosotros mismos. Tenemos un sentido de
nuestro yo que comienza a formarse en la niñez y no deja de evolucionar
durante toda la vida. Sin embargo, es durante los años adolescentes cuando
surgen las preguntas: ¿quién soy?, ¿qué me gusta y qué no?, ¿qué se me da
bien hacer y qué no?, ¿cómo me ven los otros? son cuestiones que están en la
base de la búsqueda de una identidad coherente y que vienen propulsadas por
los numerosos y rápidos cambios que se presentan entre la pubertad y la vida
adulta.
Los avances en el desarrollo cognitivo —poder pensar sobre
abstracciones, ser conscientes del propio pensamiento, pensar sobre lo
posible, la habilidad para la introspección, un mayor dominio de la teoría de
la mente— tienen importantes consecuencias en las descripciones que los
adolescentes dan de sí mismos. Así, su autoconcepto, la idea que tienen de sí
mismos, se vuelve más abstracto y más complejo.
El adolescente se describe basándose más en rasgos de personalidad y en
valores que en características más concretas, como el aspecto físico o
actividades que se realizan con éxito y con gusto o todo lo contrario, tal
como se hace al final de la niñez. Asimismo, las autodescripciones
adolescentes reconocen y expresan aspectos paradójicos, parciales o
relativos, es decir, tienen mucha mayor complejidad que las de los niños, que
suelen hablar de sí mismos en términos más absolutos. El autoconcepto de
los adolescentes también denota una estructuración en la que las relaciones
sociales y la aceptación del grupo son cruciales.

Soy reservado, algo tímido, odio los prejuicios, la falsedad, no creo en muchas cosas, me
gusta estar con mis amigos, aunque me encanta la soledad, la independencia, la libertad.
Soy tranquilo, pero me encanta salir y soltarme por las noches (tomo bastante, me
descontrolo a veces, jeje, soy humano).
Pablo, 17 años

Al final de la adolescencia se observa el peso creciente de los valores y


creencias personales como importante organizador del autoconcepto, lo que
evidencia de nuevo el carácter abstracto de sus razonamientos.

Soy antifascista a muerte. Pero, ¡ojo!, no soy intolerante. Si me respetan, yo los respeto.
Si no, que les metan una piña por el culo. Suelo pensar mucho las cosas antes de actuar,
menos en el amor, que eso aún me viene grande, soy demasiado joven xD. Soy
completamente atea, me cohíbe mucho las religiones, pero respeto a los creyentes,
mientras no traten de imponerme su dogma. Aprecio mi libertad por encima de todo.

Otro cambio que denota un avance en el autoconocimiento, es la


capacidad que aparece en la adolescencia de distinguir ese yo real que se
percibe y describe de los yo posibles. Los yo posibles son construcciones
abstractas, ideas con las que juega el adolescente. Dentro de los yo posibles
está el yo ideal (el tipo de persona que uno quisiera ser) y el yo temido (el
tipo de persona en que uno detestaría convertirse).
Ser consciente del yo real y de los yo posibles motiva a la persona a
actuar y esforzarse para alcanzar su yo ideal y a no convertirse en su yo
temido. En general se considera que poseer un equilibrio entre el yo ideal y
el temido favorece y estimula el desarrollo. Otras combinaciones, como tener
La conciencia únicamente del yo temido y carecer del yo ideal, no es tan
deseable, porque la persona no anticipa tanto un beneficio como teme un
perjuicio, y además no sabe exactamente hacia dónde quiere encaminarse.
Por otra parte, también es cierto, tal como las investigaciones demuestran,
que cuando existe una gran discrepancia entre el yo real y el ideal, aparecen
sentimientos de fracaso, ineficacia y humor depresivo.

Soy una persona muy influenciable y me importa mucho lo que piensen de mí, estoy
sujeto a modas en cuanto a la forma de vestir (tirando a pijo), soy tolerante (con la forma
de ser de la gente, con la música, con casi todo en general)... Me hubiera gustado ser una
persona impactante, radical, muy dura psicológicamente, que sabe lo que quiere,
dominante, con carácter y sobre todo segura de sí misma. Pero supongo que eso será algo
que jamás se manifestará.
Miquel, 16 años

La capacidad de pensar con complejidad sobre los fenómenos,


percibiendo múltiples aspectos de una situación o idea, se refleja también en
las auto descripciones adolescentes. Especialmente a partir de la
adolescencia intermedia, encontramos con mayor frecuencia mención a
aspectos personales contradictorios.

Puedo ser muy buena o muy mala. Todo depende. Por lo general, no hago ningún mal a
nadie, pero a nadie le mola que le toquen los huevos y ahí es cuando puedo sacar mi peor
faceta. Soy lo más sincera que puedo, aunque soy algo reservada. Me cuesta mucho
exteriorizar lo que siento o cómo me encuentro. Tal vez por ello casi nadie me conoce
realmente. Muchas de las cosas que hago parecen ser por llevar la contraria o por ser
distinta y salirme de los esquemas, pero van intrínsecas en mí, no es algo que pueda
evitar, ni que quiera hacerlo.
Raquel, 16 años

Los adolescentes son capaces de distinguir lo que ellos piensan de sí


mismos de la imagen que proyectan en los demás, y en muchas ocasiones, si
hay discrepancias, las observan y las hacen objeto de sus reflexiones.

Algunas personas dicen que soy seria, despreocupada, que soy tímida, o muy dura a la
hora de demostrar los sentimientos... pero, siento que soy alegre y divertida, que sí me
preocupo por las cosas, sólo que en un menor grado en comparación con los demás, y
coincido, en que soy tímida, pero es mientras me adapto a la otra persona, que me toma
algo de tiempo abrirme, sí, pero que al final (y me lo han dicho), vale la pena. Y eso no
lo estoy inventando. Entonces caigo nuevamente en el problema, ¿quién soy en verdad?

Charlotte, 18 años
Pero también a veces se sienten confusos porque perciben cambios en su
forma de pensar o actuar en función de con quién están y entonces se
preguntan quiénes son verdaderamente. Otras veces simplemente exhiben un
yo falso con plena conciencia de estar interpretando un papel. Aunque la
mayoría dice no estar a gusto falseando, muchos consideran que esa
representación es aceptable y comprensible cuando su finalidad es captar a
alguien o no mostrar ciertas facetas personales que uno prefiere guardar para
sí.

A veces me gusta decir cosas que no pienso y observar lo que hace la gente. No son
mentiras, es otra cosa. Me gusta, por ejemplo, exagerar que estoy triste o inventarme un
problema. A priori la gente suele confundirse mucho conmigo, pero, sinceramente, me da
igual... no me importa mucho que se sepa que invento, me gusta mi misterio.

Laure, 15 años

Definir lo que somos no es nunca una tarea sencilla, porque nuestra


identidad es compleja. Se suelen distinguir el yo psicológico, social, sexual,
familiar y de afrontamiento (véase cuadro 3.1).

Cuadro 3.1 Las facetas del yo


Yo psicológico ¿Me gusta físicamente? ¿Sé controlarme? ¿Cuáles son mis
deseos? ¿Cuáles son mis sentimientos?

Yo social ¿Soy una persona amistosa? ¿Le caigo bien a la gente? ¿A qué
aspiro socialmente? ¿Soy una persona solitaria?

Yo sexual ¿Cuál es mi visión del sexo? ¿Quiénes me atraen? ¿Soy


atractivo/a? ¿Estoy a gusto con mi sexualidad?

Yo familiar ¿Qué opino de mis padres y de mi familia? ¿Me siento bien


con ellos? ¿Siento que me quieren y que les gusto?

Yo de afrontamiento ¿Soy una persona eficaz para enfrentarse a los retos de la vida?
¿Qué tal es mi respuesta a las exigencias escolares?
¿Qué me exijo? ¿Sé adaptarme? ¿Soy suficientemente feliz?

Para cada una de esas facetas la persona emite un juicio valorativo que
determina la estima global que tiene de sí misma, su autoestima. Éste es un
tema clásico y permanente en la investigación sobre adolescencia, porque, al
menos en el entorno de los países occidentales, se relaciona con el desarrollo
saludable. Algunas de las conclusiones que se repiten invariablemente en los
trabajos empíricos son las siguientes (Harter, 2003):

a) Los adolescentes no necesitan tener una imagen positiva en todas las


esferas (académica, social, apariencia física, atractivo sexual, etc.)
para que su autoestima sea elevada. De hecho, puede haber grandes
diferencias entre su estimación en unas y otras. Lo que parece ser
decisivo es la importancia que se otorgue a las áreas en cuestión.
b) Se produce una oscilación en el nivel de autoestima en la mayoría de
los adolescentes. Las investigaciones indican que la autoestima
tiende a disminuir en la adolescencia temprana y luego va
aumentando en la adolescencia intermedia y tardía.
c) Se han constatado diferencias en función del género en cuanto al
peso de unas facetas y otras en la autoestima global, que reflejan en
gran medida los valores tradicionales asociados a la masculinidad y
la feminidad. Si bien la apariencia física, el rendimiento académico,
la popularidad y la aceptación social son factores importantes para
unos y otras, los chicos suelen manifestar una actitud algo más
despreocupada que las chicas. En general también se han encontrado
puntuaciones algo más bajas en autoestima en las chicas que en los
chicos. Tal vez, como argumentan algunos autores, entre ellos Carol
Gilligan (1982), las chicas van «perdiendo su voz» a medida que se
van adaptando a las expectativas de género culturales, mientras que
los chicos son presionados para afirmarse. Sin embargo, no siempre
es fácil para éstos valorarse positivamente, sobre todo cuando no
cumplen con la expectativa que dictamina que un hombre debe ser
siempre fuerte, seguro, duro y arriesgado. La socialización
diferencial hace también distinta la vulnerabilidad.

2.2 La identidad

La mayor capacidad introspectiva del adolescente y su habilidad para pensar


de forma abstracta le permiten pensar sobre sí mismo de una forma diferente
y más compleja a la de cuando era niño. Durante la adolescencia, la persona
se interesa por construir lo que se denomina «sentido de identidad». Está
interesada en descubrir las fortalezas y debilidades que le son propias, en
entender lo que es distintivo de su personalidad, en perfilar sueños y metas y
en tomar decisiones consecuentes con todo ello. El sentido de identidad
implica, en consecuencia, percibir la continuidad y la coherencia de uno
mismo a lo largo del tiempo. Es una organización interna constituida por
impulsos, capacidades, creencias e historia de vida personal que va
elaborando de forma dinámica el propio individuo a lo largo de su vida. En
este proceso son necesarias las estrategias de razonamiento formal: ser
consciente de las alternativas posibles, examinarlas activamente, y tras
reflexionar, comprometerse con la que se estime más idónea.
Eric Erikson es el autor de referencia ineludible en el estudio de la
identidad adolescente. En su teoría sobre el desarrollo psicosocial, describe
los desafíos críticos de cada etapa del ciclo vital a los que se va enfrentando
la persona. Dos supuestos fundamentales subyacen en la teoría de Erikson
(1986):

a) La personalidad se desarrolla siguiendo unos pasos predeterminados


en la naturaleza humana que conducen a que las personas tiendan a
interactuar y ser conscientes de un radio social cada vez más amplio.
b) La sociedad tiende a estar constituida de tal modo que satisface y
propicia esta sucesión de potencialidades para la interacción
siguiendo la secuencia y el ritmo adecuados.

El desarrollo de la personalidad es descrito como un proceso que implica


una secuenciación jerarquizada de estadios o etapas relacionados con la edad
cronológica a través del cual van sucediéndose una serie de crisis que retan
al yo e incrementan tanto la vulnerabilidad como el potencial de madurez.
La personalidad va madurando progresivamente a medida que el yo se
enfrenta a los sucesivos desafíos psicosociales. Aunque todos los elementos
de la personalidad están presentes en alguna medida en todas las etapas, en
cada una de ellas emerge con más fuerza la necesidad de consolidar una
cualidad particular. En este sentido, las etapas se consideran críticas, puesto
que constituyen un reto, un desafío para el crecimiento y afianzamiento del
yo, de forma que la resolución positiva da lugar al surgimiento de una nueva
fuerza psicosocial, mientras que la resolución negativa aporta, en cambio,
una debilidad del ego.
Cada estadio o etapa se construye sobre los resultados previos y
contribuye a la forma en que se resolverán los siguientes. De este modo, el
yo va acumulando fuerzas o debilidades psicosociales. En este proceso, el
contexto social desempeña un papel fundamental, de modo que, un
desarrollo óptimo implica la sincronización entre las capacidades y
necesidades del individuo y las demandas sociales asociadas en mayor o
menor medida a la edad cronológica. Un desarrollo de la personalidad
completo y saludable implica resolver adecuadamente cada uno de los
dilemas o crisis propios de cada etapa.
Las etapas y sus correspondientes edades, definiciones, fuerzas y
debilidades del yo quedan recogidas en el cuadro 3.2.
Cuadro 3.2 Etapas en el desarrollo del yo según la teoría de Erikson
Edad Etapa Fuerza del yo Debilidad Descripción de una resolución
del yo adecuada

01 Confianza. Esperanza Retraimiento A partir de la relación con el


Desconfianza cuidador el niño aprende a sentirse
seguro en el mundo y a confiar en
que sus necesidades serán
satisfechas.

23 Autonomía vr. Voluntad Compulsión Las energías del niño están


Vergüenza y duda dirigidas al desarrollo de
habilidades físicas tales como andar
y controlar esfínteres que le ayuda
a crear un cierto sentido de
independencia.

45 Iniciativa vr. Culpa Finalidad Inhibición El niño va aumentando su iniciativa


cuando ensaya nuevas conductas y
no se deja abrumar por el fracaso.

6 12 Industriosidad vr. Competencia Inercia El niño aprende las destrezas


Inferioridad básicas de su entorno cultural y a
enfrentarse a sentimientos de
inferioridad.

13 -18 Identidad del yo Fidelidad Repudio de El adolescente va definiendo su


vr. Difusión rol propio sentido de sí mismo a través
de la exploración tentativa de
alternativas con las que
comprometerse.

19 25 Intimidad vr. Amor Exclusividad El joven desea y consigue


Aislamiento establecer relaciones satisfactorias
de profundo compromiso e inicia la
inmersión de su Yo en un
«nosotros».

25 65 Generatividad vr. Cuidado Actitud El adulto siente interés y se


Estancamiento rechazante involucra en acciones que suponen
la guía y el cuidado de las
generaciones más jóvenes, así
como la aportación de un legado
importante.
65... Integridad vr. Sabiduría Desdén El anciano alcanza el sentido de
Desesperación aceptación de lo que ha sido su
vida, lo que le permite aceptar sin
desesperación la muerte que sabe
cercana.

Como vemos, el proceso de elaborar el sentido de la identidad es el


aspecto crítico de la adolescencia aunque, evidentemente, está presente
durante toda la vida. Puede tener un resultado saludable, que consiste en
llegar a establecer un sentido firme y claro de quién es uno y de su lugar en
el mundo y otro menos saludable: estar confuso e indeciso respecto a lo
mismo.
El logro de la identidad se refleja en la asunción de un compromiso en
tres ámbitos: el área interpersonal y afectivo-sexual, el área vocacional
profesional y el área ideológico-ética. La incapacidad de comprometerse en
estas áreas al final de la adolescencia indica que la persona está en el polo
denominado confusión de identidad.
Una de las principales funciones psicosociales de la adolescencia es
permitir una moratoria, un tiempo prolongado en el que el individuo puede
valorar y experimentar roles y opciones diferentes, antes de decidirse por las
alternativas que encuentran más adecuadas para expresar su individualidad
en la vida adulta hacia la que se encaminan.

2.3 Diferentes formas de elaborar la identidad

James Marcia (1966), basándose en la teoría de Erikson, investigó la forma


en que los adolescentes van construyendo su identidad. Sus observaciones le
permitieron identificar cuatro estatus de identidad diferentes: logró,
moratoria, exclusión y difusión. La distinción se basó en dos criterios que
podían estar presentes o no: (1) una exploración, entendida como un período
en el que de forma activa, consciente y en ocasiones, con cierta inquietud y
desasosiego, se examinan y evalúan alternativas, y (2) un compromiso que se
expresa en la asunción e implicación con un conjunto de opciones políticas,
sociales, religiosas y vocacionales.
El logro de identidad es el estatus de los adolescentes que, tras un período
de moratoria durante el cual exploran diferentes opciones posibles, se
comprometen firmemente con sus elecciones personales, ocupacionales e
ideológicas. El estatus de exclusión de identidad es el de quienes se han
comprometido con ciertas opciones, pero sin un intento serio de revisar las
opciones potenciales, sin moratoria. Los adolescentes que exploran, pero no
se comprometen, se ubican en el estatus de moratoria. Son aquellos que
permanecen en la indecisión y buscan con afán encontrar las alternativas con
las que mejor se identifican, pero tienen dificultades para comprometerse.
Por último, también hay adolescentes que ni exploran ni se comprometen,
con lo cual su identidad aparece difusa, razón por la que el estatus que
componen recibe el nombre de difusión. En el cuadro 3.3 se ejemplifican los
diferentes estatus.
Cuadro 3.3 Los diferentes estatus de identidad

COMPROMISO

Se da No se da

Se da Logro de identidad Moratoria


«Me ha costado, pero ya «No lo sé, tengo que
lo sé, estudiaré Botánica seguir pensando. Mientras
porque me encantan las tanto, trabajaré en lo que
plantas» me salga»
EXPLORACIÓN
No se da Exclusión de identidad Difusión de identidad
«Estudiaré Medicina, «No tengo ni la menor
como mis padres, nunca lo idea de lo que haré»
he dudado»

Los estatus de logro y de moratoria tienen una relación directa con


ciertos aspectos saludables del desarrollo. Los adolescentes que han pasado o
están pasando por una fase de exploración, especialmente los que tras ésta
han hecho sus elecciones, suelen ser significativamente más independientes,
dispuestos a participar y a prestar ayuda, y hábiles en la solución de
problemas que los de los otros dos grupos.
Los resultados de las investigaciones indican que quienes no se definen
pero tampoco les importa no hacerlo (los que están en el estatus de difusión)
suelen tener niveles más bajos de autoestima y autoeficacia y niveles más
altos de ansiedad, desidia y relaciones familiares poco cercanas, en
comparación con los grupos de logro y de moratoria. El estatus de difusión
parece ser el menos ventajoso de todos, asociándose al riesgo de problemas
psicosociales futuros.
Quienes están en el estatus de exclusión son más convencionales,
conformistas y obedientes a las figuras de autoridad que el resto. Las
relaciones con los padres suelen ser muy cercanas, y suele también haber una
mayor coincidencia entre el sistema de valores familiares y el adoptado —sin
un cuestionamiento a fondo— por parte del joven. Estos rasgos son
considerados como poco favorables en las culturas que consideran muy
positivamente el individualismo y la independencia (por ejemplo, en
Norteamérica y muchos países occidentales desarrollados), pero no tiene por
qué serlo en otros contextos, en los que el pensamiento independiente y la
autonomía no son tan valorados como la solidaridad y la conexión con el
grupo social, es decir, en culturas más cooperativistas como las orientales o
las latinas tradicionales. Lo que nos conduce a recordar la importancia de
analizar el desarrollo y de describir los criterios de desarrollo saludable, en
este caso referidos a la adolescencia, teniendo siempre en cuenta que está
condicionado contextualmente.
El contexto histórico-cultural influye también en el tiempo requerido para
salir de la moratoria y establecer los compromisos. Cuanto más compleja es
la sociedad, más opciones posibles se encuentran y más largo es el proceso
de elección. En nuestro entorno, un amplio porcentaje de los denominados
adultos emergentes —entre los 18 y los 25 años— afirman no haber
realizado sus compromisos. La mayoría no se encuentra en el estatus de
logro de identidad a la edad de 21 años. Esto es así especialmente entre los
que continúan sus estudios universitarios. Esta diferencia se atribuye a que
en la universidad se favorece el cuestionamiento crítico de las ideas en
general, lo que puede aplicarse también a las ideas sobre uno mismo y sobre
la propia vida.
Algunos autores consideran que las teorías de Erikson y de Marcia no se
ajustan a la realidad actual de la construcción de la identidad. Defienden que
en la construcción de lo que se ha dado en llamar la identidad posmoderna el
proceso es diferente (Arnett, 2008). Concretamente afirman que la identidad
posmoderna no es ni tan estable ni tan unitaria, sino que se modifica
continuamente a lo largo de toda la vida, y, sobre todo, es diferente según el
entorno social en el que se desenvuelve la persona.
La velocidad a la que evolucionan los contextos culturales incide en
nuestra forma de adaptarnos y de adoptar una posición frente al mundo. Este
cambio permanente, que nos lleva a agregar nuevos elementos a nuestra
identidad y eliminar otros, nos afecta más allá de la adolescencia.
Por otra parte, el fenómeno de la globalización contribuye a que la
identidad no sea tan unitaria como en generaciones anteriores. Vivimos en un
mundo cada vez más homogéneo y cercano; debido al desarrollo tecnológico
y la integración económica mundial, los adolescentes de cualquier parte del
globo escuchan la misma música, ven el mismo cine, usan las mismas
marcas de ropa y están conectados entre sí por Internet. Evidentemente, eso
no anula las influencias contextuales de cada cultura autóctona o la etnia de
pertenencia, que siguen marcando diferencias en el desarrollo de los
individuos. Los efectos de este cambio histórico sobre la identidad de los
jóvenes son complejos. Aunque en la mayoría se observa una especie de
biculturalidad —cultura autóctona y cultura global—, mientras que en otros
un aspecto importante de su identidad es, precisamente, la resistencia a la
globalidad y la definición y defensa de su cultura de origen.
3. Cambios en las relaciones interpersonales

El espacio social se expande enormemente durante la adolescencia. La


familia sigue siendo un grupo de referencia fundamental, pero la importancia
creciente de otros grupos como los amigos, altera la expresión de los
vínculos familiares. El camino hacia la autonomía de los adolescentes pasa
por la reducción de las actividades compartidas con los padres y del tiempo
que se pasa en casa, así como por el cuestionamiento de las normas de
convivencia y, en ocasiones, de los valores que subyacen en éstas. La
amistad, las primeras relaciones de pareja y la pertenencia a un grupo de
compañeros se vuelven cada vez más importantes a medida que se transita
hacia la vida adulta. Éstos son los rasgos más destacados de la nueva
situación social del adolescente que veremos con más detenimiento a
continuación, tratando de responder a preguntas como: ¿cuánto hay de mito
y de verdad en la idea del conflicto intergeneracional durante la
adolescencia?, ¿qué características favorecen intercambios saludables y la
resolución adecuada de conflictos entre los adolescentes y los educadores?,
¿qué favorece y qué dificulta la madurez de los adolescentes en términos de
autonomía y responsabilidad?, ¿por qué es tan importante el grupo de iguales
durante la adolescencia?

3.1 El adolescente y su familia

El paso de la infancia a la vida adulta es un largo proceso de maduración que


se caracteriza porque el individuo se vuelve cada vez más autónomo y
responsable, adopta posturas y compromisos personales, y gana cotas de
independencia respecto al núcleo familiar. Este proceso, siendo deseable y
saludable, es un reto para la familia.
Forma parte de las creencias populares sobre la adolescencia, la idea de
que las relaciones entre los adolescentes y sus padres son tumultuosas y
conflictivas. ¿Cuánto hay de cierto en ello?
Las numerosas investigaciones que se han llevado a cabo sobre este tema
arrojan resultados que demuestran que el proceso de adaptación no es tan
problemático como a menudo se ha sugerido. De hecho, los expertos estiman
que los conflictos sólo llegan a deteriorar de forma significativa las
relaciones en una proporción que oscila entre el 5 y el 10%. En nuestro país,
las encuestas indican que la mayoría de los adolescentes afirman que se
sienten muy satisfechos de la relación con sus padres y que en casa
encuentran un espacio de seguridad y estabilidad. ¿Cuáles son los temas que
suscitan más desacuerdo? De nuevo, los resultados de las investigaciones
coinciden (Oliva y Parra, 2004):
a) Las discusiones más frecuentes giran en torno al manejo del dinero,
los horarios y la colaboración en las tareas domésticas, siendo mucho
menos frecuentes las disputas por desacuerdos en el sistema de
valores, las creencias políticas y religiosas características personales
y morales negativas y por temas como la sexualidad y las drogas.
b) Las discusiones más intensas se centran en la conducta
desconsiderada en casa, características personales y morales
negativas y los deberes y el rendimiento académico. Las discusiones
son menos intensas cuando el objeto es el orden de la habitación, la
colaboración en las tareas domésticas, la higiene y la apariencia
personal.
c) Con las madres discuten más que con los padres, aunque los
adolescentes dicen que ellas les comprenden mejor y que con ellas
tienen una relación más cercana y positiva que con los padres. Con
las madres discuten más por la forma de vestir, la elección de amigos
o reglas de urbanidad, mientras que las discusiones con los padres
giran en torno al dinero, utilización del tiempo libre y los estudios.

La mayoría de los adolescentes necesitan el apoyo de sus padres para


afrontar los cambios de la adolescencia. En un plano abstracto y general, la
familia, y más específicamente los padres, llevan a cabo el proceso de
socialización de sus hijos con el objetivo de que éstos adquieran un conjunto
de habilidades, hábitos de conducta y valores que les permitan desarrollar
sus potencialidades como individuos en coherencia con las exigencias de su
entorno social. En un plano más concreto, la forma en que se lleva a cabo
este proceso, así como el contenido de los objetivos que se persiguen, varían
en función de las características individuales de los miembros de la familia,
de los valores asumidos, de su estructura y del contexto histórico y cultural
en el que el sistema familiar está inserto.
Tradicionalmente se han tenido en cuenta dos dimensiones principales en
la socialización familiar que dan origen a las diferentes prácticas educativas:
el afecto y el control (Musitu et al., 1994).
El afecto implica la disponibilidad, la capacidad de percibir y responder
con coherencia a las demandas del hijo, de crear un clima emocionalmente
estable y de mantener formas de interacción armónicas. Un apoyo parental
sin fisuras refleja un vínculo seguro y, durante la adolescencia, facilita la
capacidad del hijo para negociar su autonomía hacia un funcionamiento
adaptativo. Así, los adolescentes en cuyas familias impera este clima
afectivo tienden a mostrar un mejor ajuste y desarrollo psicosocial, niveles
más altos de autoestima, confianza en sí mismos, bienestar psicológico,
mayor competencia conductual y académica, suelen ser más receptivos a la
socialización paterna y presentan en menor medida problemas de conducta
que aquellos que han crecido en un clima emocional menos cálido.
Menor coincidencia existe respecto a la incidencia de la segunda
dimensión, el control, en el desarrollo adolescente. Probablemente, porque
encierra mayor complejidad conceptual y porque, en ocasiones, los
investigadores no han evaluado exactamente lo mismo aunque lo hayan
podido denominar de forma similar. Aun así, en general, contamos con la
evidencia de que existe una relación directa entre esta dimensión y mayor
ajuste escolar y menor implicación en actividades antisociales y delictivas.
La exploración y la autonomía, que se incrementan en el período de la
adolescencia, exigen un cierto control parental que se materializa en el
conocimiento sobre las actividades diarias del hijo y de las relaciones con los
compañeros. En definitiva, el control de los padres proporciona una guía al
hijo adolescente para enfrentarse con los riesgos y las oportunidades del
ambiente. Sin embargo, cuando el control es excesivamente restrictivo o
coercitivo, pueden aparecer problemas de conducta y de rebeldía.
Es evidente que las dimensiones control y afecto no son dicotómicas
sino que se dan en un continuo. Su combinación da lugar a la tipología sobre
estilos parentales clásica en la que se distinguen los estilos: democrático o
con autoridad, aquel en el que los padres muestran altos niveles de afecto y
de control, autoritario, caracterizado por bajo nivel de afecto y alto de
control, permisivo, con alto nivel de afecto y bajo de control, y negligente o
no comprometido, con bajos niveles de afecto y de control. Estos estilos se
relacionan con efectos diferentes en el desarrollo de los hijos y de los
intercambios paternofiliales (González et al., 2002).

a) La paternidad democrática, en la que los padres y los hijos negocian


y se comunican, fortalece el sentido de la independencia del
adolescente y, al mismo tiempo, potencia el afecto y la intimidad.
Muestra una relación más estrecha con altos niveles de ajuste y
competencia psicosocial, autoestima y logro académico. Comparados
con los otros grupos, tienden a tomar decisiones y a elaborar planes
de manera más adecuada y abocada al éxito. Sus decisiones y planes
suelen ser calificados como satisfactorios por sus padres, con cuyas
normas y valores suele haber más acuerdo. Este estilo educativo
induce a los adolescentes a pensar en el impacto que puede tener su
conducta sobre los demás y adoptar un código moral internalizado y
maduro.
b) Los adolescentes con padres autoritarios y coercitivos dedican
menos tiempo a explorar alternativas y, consecuentemente tienen un
sentido menos desarrollado de su propia identidad. Es más probable
que adopten estándares morales externos, en lugar de interiorizar
normas. Tienen tendencia a la introyección acrítica de normas
externas, con niveles más bajos de autoconfianza y con dificultades
para
guiar la propia conducta siguiendo criterios personales. Suelen tener
una autoestima más baja, posiblemente porque cuando los padres
imponen su voluntad les están transmitiendo que no son competentes,
que sus metas están equivocadas y que no saben realmente lo que les
conviene. Tienen problemas para usar su propio juicio como una guía
de conducta y por ello son más susceptibles a la presión de los
iguales.
c) Los adolescentes socializados según un estilo permisivo, tienden a
incurrir con más frecuencia que el resto en conductas de riesgo, como
el consumo de sustancias adictivas, y a presentar mayores
dificultades académicas y fracaso escolar. La rebelión del adolescente
es mucho más probable que se produzca ante un estilo de disciplina
extremo, excesivamente severo o permisivo.
d) Finalmente, el estilo negligente o no comprometido aparece asociado
con una mayor tendencia a presentar baja competencia y una amplia
gama de problemas de conducta y emocionales.

Como puede apreciarse, el estilo democrático fomenta el bienestar y el


desarrollo óptimo del adolescente, puesto que se basa en un balance
adecuado entre el control y la autonomía, se caracteriza por un intercambio
comunicativo que promueve los avances intelectuales y la competencia
psicosocial y propicia la receptividad en los hijos a la socialización por el
hecho de producirse en un marco cálido y afectuoso. Estas conclusiones,
aunque han sido extraídas de investigaciones sobre la influencia de la
familia, ponen de manifiesto mecanismos psicológicos que pueden
extrapolarse a los procesos educativos en general, incluidos los que tienen
lugar en el ambiente académico.
Es inexacto, no obstante, concluir que los estilos de socialización familiar
son el determinante único del desarrollo de los adolescentes. El proceso de
socialización es bidireccional, en la medida en que los resultados y su
naturaleza también podrían atribuirse al tipo de comportamientos que los
adolescentes suscitan de sus padres. Por ejemplo, hijos con un temperamento
difícil, con tendencia a la rebeldía, pueden inducir a prácticas educativas
basadas en el control, mientras que un temperamento más tranquilo y
cooperativo normalmente va a inducir a emplear estrategias menos
coercitivas y a intercambios más cálidos y tranquilos. De ahí la ya popular
expresión: no sólo los buenos padres producen buenos hijos, sino que los
buenos hijos también producen buenos padres.
3.2 Relaciones con los iguales

Si en cualquier momento del curso de la vida, los amigos y compañeros son


importantes para el bienestar y el desarrollo psicológico saludable, en la
adolescencia desempeñan un papel crucial. Paulatinamente, la familia deja
de ser el contexto social de referencia básico del individuo y su influencia va
disminuyendo —aunque no desaparece— a medida que aumenta la del grupo
de iguales.
Es con los iguales con quienes más tiempo se pasa y con quienes más
actividades placenteras se comparten, también con quienes más se debaten
las propias ideas, dudas y creencias, se ensayan conductas y se expresan
sentimientos.
Las relaciones con los amigos son más igualitarias que con los padres y
hermanos, se basan en la elección y el compromiso y, consecuentemente, son
más inestables y vulnerables. La amistad impulsa el avance hacia la
autonomía y la elaboración de la identidad del adolescente en tanto que
ofrece un espacio de afecto, lealtad y compromiso distinto y complementario
al de la propia familia, y exige aprender a cooperar y negociar en igualdad de
condiciones a riesgo de perder la relación.
Es evidente que no todos los adolescentes se integran con el mismo éxito
en el grupo de iguales:

a) Los más populares se comportan con amabilidad, son bondadosos,


alegres y divertidos. Saben escuchar y se interesan por el punto de
vista de los otros y, al mismo tiempo, se expresan abierta y
claramente. Su actitud es segura sin resultar arrogantes y les gusta
participar y proponer actividades al grupo.
b) Los impopulares, por el contrario, son torpes socialmente. Algunos
son rechazados por sus pares, otros son ignorados y, por último, los
hay también polémicos o controvertidos. Los rechazados suelen ser
lo por su agresividad, su negativismo y por buscar pelea con
frecuencia; no respetan los intereses ajenos y tienden a estar absortos
en los propios, que defienden con buena dosis de egoísmo y
beligerancia. La agresión incluye el sarcasmo, la burla despiadada, el
ridículo, el chisme y la exclusión, como formas de expresión más
frecuentes, y la violencia física en casos más extremos. Los
adolescentes ignorados también carecen de habilidades sociales, pero
su déficit reside en la timidez y el retraimiento en vez de en la
agresividad y el egoísmo.
c) Finalmente, otro grupo de adolescentes lo forman aquellos que
siendo hábiles socialmente, en tanto que saben liderar grupos, son
también muy agresivos, combinación que tiene como efecto que
sean radicalmente rechazados o estimados por sus compañeros, razón
por la que se les denomina adolescentes controvertidos o polémicos.

Los resultados de las investigaciones demuestran invariablemente que los


adolescentes más competentes para entablar relaciones satisfactorias de
amistad gozan de numerosos beneficios, entre ellos, mayor autoestima y
satisfacción vital, menor riesgo de experimentar problemas de conducta y
emocionales y mayor ajuste escolar. En contraste, se ha comprobado que
existe una asociación entre la impopularidad, por una parte y la depresión,
los problemas conductuales y las dificultades académicas, por otra. Esta
relación se da de forma más acusada en los rechazados que en los ignorados,
ya que la agresividad que caracteriza a los rechazados trae como
consecuencia desajustes familiares y escolares, y en general, disputas
frecuentes con figuras de autoridad (Arnett, 2008).
Los educadores y psicólogos, conscientes de estos efectos, apoyan la
implementación de programas de intervención para desarrollar las
habilidades sociales de niños y adolescentes, cuyo déficit está en la base de
la impopularidad. Los rechazados aprenden en ellos a controlar sus impulsos
agresivos y a gestionar su ira mediante la toma de conciencia de su
impulsividad y la búsqueda de alternativas más positivas de resolución de
sus conflictos con los otros. En el caso de los ignorados, el objetivo es que
aprendan cómo hacer amigos, escuchar de forma atenta, comunicarse
asertivamente y atraer la atención positiva de sus iguales.

4. Riesgo y resiliencia en la adolescencia

El retrato del adolescente como un ser rebelde, inestable y angustiado ha sido


constante a lo largo de la historia del pensamiento, de la literatura clásica y
también tradicionalmente de la psicología. La labor con adolescentes no
puede asentarse sobre mitos y prejuicios, en especial si éstos tienen un sesgo
negativista. Así, algunas cuestiones relevantes que abordamos a continuación
son: ¿es la adolescencia un período crítico para la salud mental y física?,
¿hasta dónde llega el riesgo?, ¿qué hace que los adolescentes se desarrollen
óptimamente?

4.1 La adolescencia como período de crisis y riesgos

Stanley Hall, pionero del estudio científico de la adolescencia, a principios


del siglo XX la definió como una etapa tormentosa, un período de tensión
y «tempestad». Sigmund Freud, coetáneo de Hall, reforzó la idea de que la
psicología del adolescente está caracterizada fundamentalmente por la
confusión, el estrés y la pérdida. Los psicoanalistas posteriores llegaron
incluso a definirla con connotaciones psicopatológicas. Es el caso de Ana
Freud, quien afirmó que ser normal durante la adolescencia es por sí mismo
anormal y que resulta difícil trazar una línea de separación entre normalidad
y patología, aunque la mayor parte de las perturbaciones mentales de la
adolescencia experimentan una «curación espontánea».
Esta perspectiva fue puesta en entredicho por Margaret Mead. La famosa
antropóloga, tras estudiar las costumbres de los adolescentes pobladores de
Samoa y Nueva Guinea a principios del siglo XX, concluyó que lo normal
entre ellos es vivir una transición gradual y tranquila, una suave adaptación a
los roles adultos. La autora interpreta las diferencias con la adolescencia
occidental como una consecuencia de la separación que existe entre el
mundo infantil y el mundo adulto (con las «verdades de la vida» como el
sexo, el nacimiento, la muerte o el trabajo): cuanto mayor es la distancia,
mayor es la dificultad para pasar de una etapa a otra. A pesar de que las
conclusiones de Mead han sido criticadas de imprecisión científica por
posteriores estudios, su aportación sirvió para poner de manifiesto la
importancia de los diferentes contextos en las características evolutivas del
adolescente (y de cualquier otra etapa del desarrollo), al tiempo que
cuestionó la universalidad de sus conflictos.
Estudios transculturales posteriores apoyan las conclusiones de Margaret
Mead y señalan que el conflicto y la ruptura con los valores representados
por los padres están en función del tipo de socialización abierta o cerrada. En
la sociedad occidental actual, prototipo de la socialización abierta, se da una
gran importancia a la individualidad y existe una gran variedad de opciones
en cuanto a roles adultos, valores, etc., consecuentemente, la ruptura y el
conflicto son más probables que en sociedades cerradas en las que los
valores y los roles adultos están más claros y definidos, y la socialización va
dirigida hacia el consenso, la obediencia y la conformidad, de manera que el
paso a la vida adulta no lleva implícita la tensión de tener que buscar por uno
mismo «un lugar en el mundo» a través de elecciones personales. Desde hace
medio siglo, las investigaciones coinciden en sus resultados:
La anormalidad psicológica, la psicopatología y la grave confusión
emocional no son la norma durante la adolescencia, y una gran proporción de
adolescentes no presentan dificultades psicológicas significativas. En la
misma línea, como ya se dijo en un punto anterior de este capítulo, otros
estudios indican que, si bien el conflicto padres-hijos adolescentes tiende a
incrementarse en los inicios de la adolescencia, en la mayoría de los casos no
se refiere a los valores familiares, sino a discrepancias en la convivencia,
como los horarios, la participación en las tareas domésticas, los desacuer-
dos en cuanto a la forma de vestir, etc.; en cualquier caso, estos trabajos
indican que la ruptura de los lazos afectivos es excepcional.
¿Por qué está tan arraigada la visión negativa de la adolescencia? Voces
expertas sostienen que la idea de la adolescencia como un tiempo de
rebelión, tormenta interior y conflicto intergeneracional, se mantiene en
nuestra cultura por razones como:

a) La sobregeneralización de signos superficiales de inconformidad (en


cuanto a gustos musicales, vestimenta, etc.).
b) El sensacionalismo de los medios de comunicación de masas que a
menudo ofrecen una imagen desviada del adolescente.
c) La generalización de ejemplos de adolescentes inadaptados
provenientes de estudios psicológicos y sociológicos.
d) La falta de consideración de diferencias transculturales.
e) La excesiva importancia concedida a la frustración o conflictos
ligados a la sexualidad adolescente.
f) Como resultado de la profecía autocumplida que puede conducir a
algunos adolescentes a comportarse de forma rebelde para adaptarse
a las expectativas sociales.

Se estima que el porcentaje de adolescentes con problemas psicológicos


importantes gira en torno al 17-20%, que es una proporción muy similar a la
que se observa entre la población adulta. La adolescencia, por tanto, no
parece ser un tiempo de «normal anormalidad», ya que los niveles de
sintomatología clínica no son más altos que en otras etapas.
Es inquietante que el estereotipo negativo persista entre profesionales que
trabajan con adolescentes. Este prejuicio, constatado por las encuestas entre
psiquiatras y psicólogos, tiene sus riesgos. Por una parte, puede conducir a
etiquetar de patológico a aquel adolescente que no es rebelde o que no se
enfrenta a dificultades; por otra, puede ocurrir que si consideramos que lo
natural es «ser anormal», problemas serios que aparezcan durante la
adolescencia, no sean reconocidos ni convenientemente tratados. De los dos
riesgos, sin lugar a dudas, el más grave es el segundo. Aunque la
investigación demuestre que sólo un 20% de los adolescentes presentan
serios disturbios, también demuestra que si no son diagnosticados y tratados
convenientemente, la tendencia normal es la de continuar con patologías
durante su vida adulta.
Algunas alteraciones graves en la adolescencia pueden ser ignoradas o
minimizadas porque se atribuyen a «tonterías de la edad»: los trastornos de
la alimentación pueden verse como un mero sacrificio por la estética;
síntomas de esquizofrenia tales como el aislamiento, la falta de interés por
los demás, conductas negativas, etc., pueden ser atribuidos erróneamente a la
rebelión adolescente; o incluso la depresión, que se tiende a considerar como
normal en esta etapa y que puede desembocar en conductas suicidas, dada la
tendencia del adolescente a pasar a la acción de forma impulsiva.
Si bien es cierto que no todos los adolescentes se ven afectados por
problemas conductuales graves, también lo es que durante esta etapa y la
denominada adultez emergente —entre los 18 y los 25 años— es cuando
existe mayor probabilidad, en comparación con el resto del ciclo vital, de
involucrarse en conductas de riesgo tales como el consumo y abuso de
drogas, problemas menores con la ley, relaciones sexuales sin protección,
conducción temeraria y trastornos alimentarios.
¿A qué se debe este fenómeno? Los resultados de las investigaciones
ponen de manifiesto la interrelación de factores evolutivos (como la
maduración tardía del córtex prefrontal, que regula entre otras funciones la
capacidad para valorar el riesgo), personales (por ejemplo, el temperamento
impulsivo y la tendencia a la búsqueda de sensaciones fuertes) y sociales
(como un estilo parental negligente, muy severo o inconsistente, o la
integración social basada en la presión de un grupo tolerante con la conducta
problemática). No existe una causalidad directa ni simple de este fenómeno.
Comprender los riesgos que pueden asociarse a una adolescencia
problemática es tan esencial como comprender cuáles son los factores y los
procesos que facilitan el ajuste y el desarrollo saludable. Estas dos
perspectivas, que reciben el nombre de enfoque de riesgo y enfoque de
resiliencia, lejos de ser excluyentes pueden considerarse complementarias, se
enriquecen mutuamente, posibilitan un análisis más realista del fenómeno y
el diseño de intervenciones eficaces.

4.2 La promoción de la resiliencia entre los adolescentes

El enfoque de resiliencia enfatiza el estudio de las fortalezas y aspectos


positivos presentes en el ser humano en vez de hacerlo en sus limitaciones y
su vulnerabilidad. Es más reciente que el de riesgo, pero su influencia está
presente en un número creciente de programas y proyectos de investigación
con adolescentes.
El término resiliencia proviene del vocablo latino resilio, que significa
volver atrás, rebotar. Se suele aceptar que la psicología y las ciencias sociales
lo toman de la física, donde se emplea para designar la resistencia que
oponen los cuerpos, en especial los metales, a la ruptura por choque o
percusión; designa, pues, la cualidad de los materiales que tienen a la vez
elasticidad y fragilidad, y que manifiestan la capacidad de recuperar su
estado inicial tras un golpe o una presión continua. De forma general, la
resiliencia se define como la capacidad de resistir situaciones difíciles y salir
de ellas con mayor fortaleza.
Las variables que se asocian a un comportamiento resiliente,
especialmente en el desarrollo de los adolescentes y los niños, pueden
ubicarse en el propio individuo, en medio familiar y en el ambiente social
amplio (Meichenbaum, 2005), tal como recoge el cuadro 3.4.

Cuadro 3.4 Principales factores de resiliencia

Individuales Familiares Sociales

• autoestima • armonía y buen trato • relación cercana y


• locus de control interno • cohesión positiva con algún
• autocuidado y • buena relación con, al adulto que actúa como
responsabilidad menos, uno de los mentor
• metas realistas y flexibles padres • facilidades para el
• actitud vital positiva • estímulo para la acceso a sistemas
• compromiso con valores autonomía y la educativos y laborales
• vinculación positiva con la responsabilidad • facilidades para
familia • equilibrio entre control actividades de ocio
• habilidad para resistir la afecto saludables
presión negativa de grupo • comunicación asertiva

Por otra parte, cuando se comparan los resultados de los programas para
evitar los comportamientos problemáticos y de riesgo en la adolescencia
(como el embarazo o el consumo de drogas), se observa que las
intervenciones que se basan en soluciones específicas o aisladas centradas en
los problemas concretos arrojan resultados menos alentadores que las
iniciativas que promueven lo que se viene en llamar «habilidades para la
vida».
Consecuentemente, la OMS está adoptando esta iniciativa de forma
prioritaria y creciente en los últimos años como estrategia fundamental para
promover modos de vida saludables y el óptimo bienestar físico, social y
psicológico del adolescente. Desde esta organización, se estiman como
indispensables las habilidades que se recogen en el cuadro 3.5.
En concordancia con este enfoque, una reciente investigación llevada a
cabo desde la Universidad de Sevilla (Olivas, 2008) ha identificado un total
de 27 competencias específicas que se agrupan en cuatro grandes áreas de
carácter más general (social, cognitiva, moral y emocional) y un área central
relativa al desarrollo personal que integra los resultados de las cuatro
restantes. Se considera que las relaciones entre las competen-
Cuadro 3.5 Habilidades para la vida promocionadas por la OMS

La capacidad de tomar Que ayuda a los adolescentes a evaluar sus posibilidades y a


decisiones considerar cuidadosamente las diferentes consecuencias de sus
elecciones.

La capacidad de resolver Que facilita la búsqueda de soluciones constructivas y ayuda a


problemas reducir la ansiedad.

La capacidad de pensar en Indispensable para tomar decisiones y resolver problemas.


forma creativa Permite que los adolescentes exploren todas las alternativas
posibles y sus consecuencias. Les ayuda a ver más allá de su
experiencia personal.

La capacidad de pensar de Permite analizar objetivamente la información disponible junto


forma crítica con sus propias experiencias. Permite que los adolescentes
reconozcan los factores que influyen en su comportamiento,
tales como los valores sociales, la influencia de los compañeros
y la de los medios de comunicación masiva.

La capacidad de comunicarse Que ayuda a los adolescentes a intercambiar con los otros,
con eficacia verbalmente o de otra forma, sentimientos, necesidades e ideas.

La capacidad de establecer y Que permite interactuar de modo positivo con las personas con
mantener relaciones quienes se encuentran a diario, especialmente con los familiares.
interpersonales

El autoconocimiento Que es la capacidad de saber quién es uno mismo, qué quiere y


qué no quiere y qué le complace o disgusta. También ayuda a
reconocer las situaciones estresantes.

La capacidad de Que es la habilidad de una persona para imaginar cómo es la


experimentar empatía vida de otra persona en una situación muy diferente de la propia.
Ayuda a entender y aceptar la diversidad y mejora las relaciones
interpersonales.

La capacidad de controlar las Que permite que los adolescentes reconozcan sus emociones y
emociones la forma en que influyen en su comportamiento. Es de particular
importancia aprender a manejar las emociones difíciles, como la
ira, que pueden tener consecuencias desfavorables para la salud.

La capacidad de manejar la Que es la habilidad de los adolescentes de reconocer las


tensión y el estrés circunstancias de la vida que les causan estrés, la forma en que
éste les afecta y formas adecuadas para mantener la tensión en
un nivel adecuado.
Las características específicas del bloque central y las de las restantes áreas
son bidireccionales, y se potencian mutuamente. El modelo aparece
representado en la figura 3.1.

Figura 3.1 Habilidades para la vida (Olivas et al., 2008)

Una de las grandes aportaciones de este modelo radica en ir más allá de


otros más tradicionales que se limitan a considerar el rendimiento académico
o la ausencia de problemas emocionales o conductuales como los únicos
indicadores del desarrollo saludable del adolescente.
Potenciar los factores protectores y amortiguar los de riesgo exige una
gran motivación y trabajo por parte de los profesionales que trabajan con
adolescentes. No obstante, puede ser un esfuerzo fructífero y gratificante
teniendo en cuenta que el desarrollo de las competencias que hemos
mencionado revierten no sólo en la salud y el bienestar del individuo, sino
también en las relaciones que entabla en diferentes contextos sociales y, por
ende, en la sociedad en general.
5. Cuestiones

1. Nombre las habilidades para la vida que desde la OMS se consideran


prioritarias cuando se interviene para favorecer el desarrollo saludable
de los adolescentes.
2. ¿Cómo influyen el control y el afecto educativos en el desarrollo de los
adolescentes? ¿A qué cree que se debe?
3. Conteste si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas.

Verdadero Falso

La mayoría de los adolescentes presentan perturbaciones


emocionales y problemas graves en la relación con los
adultos.

La rebelión del adolescente es mucho más probable que se


produzca ante un estilo de disciplina extremo, excesivamente
severo o permisivo.

El estatus de difusión parece ser el menos ventajoso de todos,


asociándose al riesgo de problemas psicosociales futuros.

Todos los adolescentes construyen su identidad pasando por


un período de crisis.

Los programas más eficaces para favorecer el desarrollo


saludable se focalizan en la promoción de cualidades
positivas y fortalezas más que en la evitación de riesgos.

4. ¿Qué piensa usted?

Seguramente usted ha viajado y conoce otras culturas, ha escuchado a personas


mayores relatar sus recuerdos de infancia y juventud, ha visto muchas películas y
leído muchas novelas. Teniendo en cuenta sus observaciones, ¿qué diferencias
relacionadas con el contexto histórico-social destacaría en la forma de vivir la
adolescencia?, ¿existen variaciones en función del género?, ¿qué desafíos enfrentan
en común?

5. Lea el siguiente Decálogo dirigido a los padres publicado por el


Departamento de Policía de Washington. ¿Qué ideas le suscita? ¿Cree
que refleja una ideología concreta o piensa que pone la alarma y señala
pautas valiosas en general para la educación? En grupo, elaboren un
decálogo dirigido al profesorado de Secundaria.
1. Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que le pida, así
crecerá convencido de que el mundo le pertenece.
2. No le dé ninguna educación ética, espere a que alcance la mayoría de
edad para que pueda decidir libremente.
3. Cuando diga palabrotas ríase las. Esto le animará a hacer más cosas
graciosas.
4. No le regañe nunca ni le diga que está mal algo de lo que hace, podría
crearle complejo de culpabilidad.
5. Recoja todo lo que él deja tirado, libros, zapatos, juguetes, hágaselo
todo, así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos, cuide de que sus platos,
cubiertos y vasos estén esterilizados pero que su mente se llene de
basura.
7. Discuta y riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así no se
sorprenderá ni le dolerá demasiado el día en que la familia quede
destrozada para siempre.
8. Dele todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para
disponer de dinero es necesario trabajar.
9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres, el
sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores,
vecinos, etc., piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y
que de verdad quieren fastidiarle.
El desarrollo personal en la adolescencia, aspectos importantes y recomendaciones para
vivir esta etapa

¿Qué es la adolescencia?
El ser humano a medida que va avanzando en su crecimiento, pasa por etapas en las
cuales durante un tiempo desarrolla aspectos físicos y psicológicos necesarios para
llegar a ser una persona adulta sana.

El desarrollo personal en la adolescencia está marcado por rasgos propios y únicos, de


los cuales los seres humanos van poco a poco, uniendo las distintas piezas que se
integran como un todo y que van formando su personalidad, su manera de relacionarse
con el entorno.

Cuando un niño comienza el largo camino hacia la madurez, la adolescencia se


convierte en un proceso que lo impulsa de manera obligatoria a replantearse muchos de
los conceptos en los cuales se basa su realidad actual, por ejemplo, lo comienza a
aclarar la visión sobre sus padres, sus amigos y sobre lo que realmente es importante en
la vida.

Es este cambio de conciencia el que poco a poco lo lleva a dejar su comportamiento


infantil y comienza a tener pensamientos y sentimientos que se acercan a los de un
adulto responsable.

El desarrollo personal en la adolescencia es una etapa de cambios a todo nivel

Dentro de estas etapas de desarrollo que necesariamente todos debemos atravesar, la


adolescencia es la que nos lleva por un intrincado camino donde se nos abre un mundo
de posibilidades de expansión, lo que nos alerta y nos indica que estamos a punto de
pasar de ser niños a ser adultos.

En el desarrollo personal en la adolescencia experimentamos una serie de cambios, que


van desde el desarrollo a nivel biológico, donde sufrimos una maravillosa, complicada
y completa transformación de nuestro cuerpo, que nos hace pasar por una metamorfosis
de la cual vamos de niños a personas adultas.

Además del cambio físico, en la adolescencia también se comienzan a percibir los


cambios en el terreno sexual, que vienen marcados por el novedoso interés en el sexo
opuesto, donde la interacción social se vuelve un aspecto importantísimo en la vida
cotidiana de cualquier adolescente.

En el desarrollo personal en la adolescencia la información y la guía por parte de un


adulto responsable suele ser requerida, para lograr sentirse seguros

El aspecto psicológico durante la adolescencia


Ya saliendo de la niñez nos viene una fase de transformación a nivel psicológico, que
tiene como punto de partida la pubertad, la cual tiene todo un mar de diferentes
variantes relacionadas con los aspectos a nivel social y cultural.
El desarrollo personal durante la adolescencia es un hermoso y un poco confuso
periodo de alteraciones con las cuales debemos aprender, madurar y responsabilizarnos,
es un lapso en el cual nos preparamos para llevar las riendas de nuestra vida adulta.

Desde una edad temprana el cerebro continúa su desarrollo continuo y progresivo,


madurando poco a poco, algo que podemos notar va cambiando cuando se está en el
adolescente está en plena adolescencia, lo que podemos notar a simple vista con el
comportamiento, las reacciones, la resolución de problemas y la toma de decisiones en
las personas.

En relación a la constitución de las células cerebrales, podemos decir que durante la


etapa de la adolescencia, pueden llegar a duplicarse, así como las redes neuronales las
cuales sufren un incremento considerable, lo que causa un efecto de transformación
radical en el comportamiento del adolescente.

Durante el desarrollo personal en la adolescencia necesitamos guía para formar bases


sólidas

Durante el desarrollo personal en la adolescencia está en pleno crecimiento y desarrollo


la parte del cerebro que se encarga del control de grandes aspectos de la personalidad,
por ejemplo cuando observamos al adolescente comportarse de manera impulsiva,
muchas veces reaccionando sin pensar las cosas para evaluar la situación, o
simplemente que no toman en cuenta las consecuencias directas de sus actos.

Generalmente este comportamiento lo observamos en la etapa de la adolescencia, y se


debe a que a nuestro cerebro todavía le falta desarrollarse, aunque los cambios en la
etapa temprana de la niñez son importantes, es en la adolescencia que logramos esa
madurez necesaria que nos da la capacidad de actuar, razonar, sentir y reaccionar de
manera responsable y sana.

Si bien es cierto que durante el periodo de la adolescencia un ser humano se enfrenta a


cambios inesperados y sorprendentes, tenemos la ventaja de que tanto nuestro cerebro
como nuestro cuerpo tienen una capacidad de adaptación increíble, vamos aprendiendo
sobre la marcha y madurando durante el camino.

Cuando se está en pleno desarrollo, nos adaptamos rápidamente a los cambios, aunque
existen aspectos que son factores determinantes en el desarrollo de la personalidad del
adulto en progreso.

La clave para lograr tener el control sobre nuestros comportamientos, durante el


desarrollo personal en la adolescencia, está en tener abiertos los canales de información
con el adolescente, informar y sobre todo escuchar sus inquietudes, para que comience
a tener una visión de la vida desde su propia perspectiva.

El Potencial Personal del adolescente


El potencial personal durante la etapa de la adolescencia nos hace encontramos con el
típico comportamiento adolescente, podemos encontrar toda una gama de acciones que
son guiadas por la motivación de cubrir sus propias necesidades, se debe tomar en
cuenta que están atravesando por una transformación importante que literalmente les
aumenta las conexiones cerebrales y les refina el razonamiento lógico.

Durante la adolescencia, el desarrollo de todo el potencial es importante, en esta etapa


de cambios y de fijar bases que en un futuro lo convertirán en adulto, tiene sentido el
explorar las cualidades, habilidades y aptitudes con las que cuenta el adolescente, así
podrá tener más claro el panorama general de lo que puede y quiere hacer.

Los retos a enfrentar durante el desarrollo personal en la adolescencia son muchos,


generalmente uno de ellos es que el adolescente tiende a comportarse de manera
impulsiva, algunas veces esta manera de actuar puede ponerlo en peligro, también
afecta de manera negativa a las personas que le rodean, pues la falta de juicio y las
acciones inapropiadas, dan como resultado situaciones difíciles que se pueden evitar.

Para impulsar el desarrollo personal en la adolescencia se necesita el apoyo que nos


lleva a entender cómo tomar decisiones conscientes y proyectarnos como un adulto
responsable y feliz.

Características del comportamiento adolescente


Durante la etapa del desarrollo personal en la adolescencia está intensamente marcada
por dos aspectos, uno es la fase de desarrollo neural y la otra las emociones y
sensaciones que vienen dadas por la percepción de nuevas experiencias.

Las tomas de decisiones se vuelven de golpe más complejas, siendo necesario el


encontrar el equilibrio interno que ayude a mejorar la habilidad de determinar qué es lo
que es más conveniente para todos los involucrados en el asunto.

En la fase del de la adolescencia la capacidad de razonamiento, da un giro increíble, ya


que se debe saber que es lo permitido, hasta dónde puedes llegar con tu
comportamiento y en resumen, estar consciente de lo que quieres y puedes hacer.

Una de las características más resaltantes en la etapa del desarrollo personal en la


adolescencia es la de la búsqueda incesante de nuevas experiencias, cada vez más
intensas que logren cubrir la necesidad de expandir nuestras sensaciones.

El mundo del adolescente pasa de estar íntegramente ligado a su realidad familiar como
un ente activo, a tratar por todos los medios de encajar en un mundo novedoso lleno de
claves sociales que debe aprender a utilizar.

Claves del desarrollo personal en la adolescencia


Al tratar de integrarse al universo social existente, en la etapa del desarrollo personal en
la adolescencia, se está propenso a imitar comportamientos sociales, y generalmente
tiene la tendencia de hacer lo contrario de lo que le dicen sus padres, ya que piensa que
de esa manera se acerca más al comportamiento del adulto.
Existen algunas conductas que son nocivas, que pueden causar daño en el adolescente,
esto aunado a la poca consciencia de los riesgos que conlleva dicho comportamiento,
son un detonante para conflictos con las figuras de autoridad.

La curiosidad y la presión social impulsa a el adolescente a querer experimentar todo


tipo de situaciones, y es en este sentido que radica el peligro de que en una acción
impulsiva, las consecuencias sean impredecibles.

Como un ejemplo de los problemas que pueden surgir cuando se vive el desarrollo
personal en la adolescencia, podemos mencionar las drogas, las fiestas sin control,
experimentación con la sexualidad y el comportamiento desafiante en contra de todo
tipo de autoridad.

¿Cómo enfrentar los retos en la adolescencia?


Una de las claves para entender el comportamiento adolescente y poder servir de guía,
en el complejo camino hacia la madurez, es la comunicación, esta debe ser franca,
abierta y con la disposición de obtener entendimiento mutuo.

Una de las recomendaciones para fomentar un sano desarrollo personal en la


adolescencia, son la educación y la orientación, para ayudarlos con sus inquietudes y
dudas acerca de cómo actuar frente a las distintas situaciones que se presenten.

Se debe tener presente que no somos perfectos, todos cometemos errores, y en esta
etapa los adolescentes necesitan protección, pero dándoles su espacio para que puedan
comenzar a sentirse conscientes de sus propias decisiones, haciendo su propio camino.

Nosotros como adultos debemos respetar las necesidades del adolescente, porque si a
los ojos de un adulto parece un drama sin importancia, para ellos es asunto de vida o
muerte, el desarrollo personal en la adolescencia es un periodo interesante, el cual debe
vivirse de manera plena, con buena comunicación y apoyo mutuo.

La comunicación efectiva, desde el cariño y el respeto mutuo, así como brindarles la


confianza de que actúe según su criterio, poco a poco irá fortaleciendo su autoestima y
su juicio para empezar su razonamiento autónomo para enfrentar la vida, y lograr un
completo desarrollo personal en la adolescencia.
bueno qué tal vamos a comenzar con este tema 2 que lleva por título desarrollo social
durante la adolescencia bien en este en esta unidad nos vamos a ocupar pues describir
cómo transcurre el desarrollo social adolescente en tres áreas fundamentales de la
socialización por un lado las relaciones familiares por otro lado el grupo de iguales y en
tercer lugar en cuanto a las relaciones de pareja vale entonces vamos a ir viendo cómo
transcurren pues las relaciones en estos tres contextos entre tres ámbitos a lo largo de la
adolescencia vale desde desde los inicios de la pubertad hasta la adolescencia tardías
vamos a ir viendo cómo van evolucionando estas relaciones y cómo y cómo se van
transformando bueno pues comenzamos con las relaciones familiares bien como resulta
evidente la mayoría de las circunstancias durante la etapa adolescente chicos y chicas
van a experimentar cambios en las relaciones con sus padres es decir si lo comparamos
con lo que sería las relaciones infantiles pues ahora van a producirse una serie de
cambios si bien es cierto que aunque no hay un consenso unánime entre entre los
distintos autores pero en general se puede sostener que estos cambios no tienen por qué
ser negativos vale bien lo primero que podemos señalar es que con respecto a los
comienzos de la adolescencia en la pubertad pues sí que se suele experimentar un
incremento en el número de conflictos con con los padres de acuerdo y esto se puede
plasmar en cuestiones de la vida cotidiana como por ejemplo una serie de normas
normas en casa o con respecto a las relaciones con los amigos las horas de llegar a casa
a los fines de semana etcétera vale va a aumentar el número de conflictos con los padres
vale esto es en cuanto a la adolescencia temprana o puerta si bien a medida que vaya
avanzando la adolescencia conforme nos vayamos adentrando más en esta etapa se va a
ir observando que esta frecuencia de conflicto se va a ir disminuyendo vale si bien
puede suceder en contraposición que puede aumentar lo que sea la intensidad lo que
sería la intensidad de estos de estos problemas es decir que en general la tendencia va a
consistir en que la pues el número de conflictos vaya vaya vaya disminuyendo pero sí
que es verdad que cuando se produzcan pues van a van a tener una sola nada si van a
mostrarse en una en una intensidad más más alta vale tenemos que tener en cuenta
también que puede no pues que las relaciones familiares no tienen que significar que
una ruptura una cultura emocional es decir si comparamos con la con la infancia no
significa que cuando lleguemos a la etapa adolescente se experimente una ruptura
drástica con los cambios en los cambios familiares bien todo va todo va a depender un
poco también de que los padres vayan flexibilizando sus pautas de crianza y que tengan
un grado de sensibilidad adecuado hacia las bueno pues las necesidades que van a
mostrar sus hijos al llegar a esta etapa y que por supuesto van a ser distintas a las
necesidades de esos chicos cuando cuando se encontraban en la infancia cuando cuando
eran niños bien a qué se debe el cambio de estado de estas relaciones bueno pues de las
relaciones familiares cuando cuando los chicos entran en la etapa adolescente bueno se
pueden apuntar diversos factores es por un lado vamos a encontrar el desarrollo
cognitivo que experimenta la adolescente vale esto lo veremos en otro en otra unidad el
adolescente experimentan un desarrollo cognitivo a nivel de sus herramientas de
conocimientos del pensamiento de la inteligencia de la atención bien pues todo este
desarrollo cognitivo adolescente va a venir caracterizado por que bueno pues es capaz
de pensar en forma abstracta es capaz de desligarse de la realidad por lo tanto puede
pensar en otras formas alternativas de ver el mundo o de ver la realidad entonces esto
cómo se traduce las relaciones familiares bueno pues es lo típico de iu porque tiene que
ser las cosas como tú digas no cuando dice un chico a sus padres y porque tiene que ser
como como tú lo ves no porque no puede ser de otra manera vale bueno pues está este
digamos cambios en lo cognitivo en el pensamiento en la forma de digamos de procesar
la realidad que va que va experimentando que que le permite plantearse desligarse de la
de la realidad concreta y plantearse otras alternativas pues también se van a plasmar en
la en las relaciones familiares vale por otro lado también otro factor que va a influir en
esa modificación de las relaciones familiares va a tener que ver con el hecho de que
bueno pues chicos y chicas van a comenzar a ir pasando cada vez más tiempo con sus
iguales aumenta el tiempo que van a pasar con él con el grupo de amistades vale y por
tanto van a ir exigiendo mayor mayor independencia no van a ir e independencia por
supuesto con respecto a los padres con respecto a las relaciones con los padres vale bien
por otro lado hay algunos autores que han encontrado positivo o necesario el hecho de
que exista un cierto grado de conflicto siempre que no sea muy alto un cierto grado de
conflicto en las relaciones intergeneracionales entre padres e hijos porque si nuestros
autores ellos facilitaría la transición necesaria para el desarrollo evolutivo de la familia
es decir para que la familia es el se adentre en otra etapa lo que significa que va a
cambiar sus relaciones es la forma en la que se relaciona entre sí los miembros
familiares vale al mismo tiempo ello favorecería a un cierto distanciamiento del chico
con sus padres si lo comparamos con la naturaleza de las relaciones familiares padres e
hijos en la infancia pues ahora la adolescencia el chicos y chicas van a requerir
distanciarse un cierto distanciamiento de sus padres para que ello les facilite en la
adquisición progresiva de la propia identidad no para saber quién soy yo para descubrir
quién soy en el mundo pues necesito un cierto distanciamiento un cierto alejamiento de
las personas hasta las que ahora estaba funcionando cuando en mi infancia no está pues
estaba funcionando con con mis padres bien por otro lado también otro de las razones
que bueno pues puede antojarse como una cierta influencia para el cambio de las
relaciones familiares pues en este caso no van a venir originadas en los chicos sino que
pues puede suceder que al mismo tiempo que los jóvenes se están entrando la
adolescencia y están experimentando cambios pues desde el punto de vista evolutivo
los padres también pueden estar atravesando sus propias transiciones o crisis vitales es
decir los padres se pueden estar enfrentando por ejemplo a un proceso de jubilación un
proceso de enfermedad llegó por ejemplo puede coincidir la la aparición de la primera
menstruación en la chica con que la con que la madre por ejemplo esté entrando o se
esté acercando a la menopausia no es cuestión en este tipo bueno pues van a van a
influir en que las relaciones familiares pues se modifiquen con lo que con lo que en
comparación con lo que era anterior en la en la infancia vale bueno muy bien es
importante tener en cuenta un aspecto que que no debemos de perder de vista para
entender mejor tanto las características y la naturaleza de las relaciones familiares
cuando el chico llega a la adolescencia también con el hecho de las relaciones que
establecen con los iguales para entender mejor tanto las relaciones con los iguales las
relaciones de pareja o las relaciones familiares tenemos que tener en cuenta una tarea
clave de la que cobra un protagonismo fundamental en la adolescencia y en la búsqueda
del chico a la chica por la propia autonomía es su camino personal su recorrido hacia
lograr el logro de la autonomía vale bien como decimos conviene prestar atención a
este punto porque va a ser importante en el desarrollo social de la adolescente y esta
transición hacia la autonomía no debe venir de una etapa en la que era muy dependiente
de sus padres en la que sí pues los padres si estaba malito lo llevaron al médico lo
llevan a la escuela o al cumpleaños un amigo lo recoge etcétera de venir de de esta
etapa pues ahora se va a buscar se va a iniciar una transición hacia ir logrando
progresivamente una autonomía bien pero este logro de la autonomía no va a ser algo
uniforme sino que va a experimentar oscilaciones o ambigüedades vale entonces eso
significa que en un mismo chico en diferentes momentos pues puede bueno pues puede
mostrar a veces expresiones de madurez no exigiendo una cierta independencia y de
una cierta privacidad a una pero también puede convivir en otros momentos con
muestras de inmadurez es decir bueno pues no quiero asumir ciertas responsabilidades
no me exija ciertos compromisos porque no vale no quiero asumir esa bueno pues es
esa esas exigencias no entonces pueden convivir expresiones de madurez y de
inmadurez valen en esa en ese tránsito con ese rumbo hacia finalmente el logro del
logro de la autonomía bien como hemos comentado ese distanciamiento que que en
cierto grado se produce de los padres en los chicos que entran en la adolescencia pues
es un paso sería considerado un paso necesario por algunos autores para para llegar a
alcanzar esa propia autonomía que hemos dicho acuerdo bueno y qué y que conlleva
estamos hablando de la autonomía que conlleva bueno pues alcanzar la autonomía
requiere el logro de la autonomía emocional a qué nos referimos con con autonomía
emocional bueno pues por un lado conlleva lo que sería el fenómeno de des
idealización de los padres es decir empezar a ver a los padres cómo son realmente decir
con sus limitaciones y con sus virtudes esto es un cambio importante con respecto a la
infancia vale si tenemos en cuenta que los niños tienen una percepción de sus padres
como que son pues que todos lo saben o que todos lo pueden no entonces en esta etapa
empieza a verse a los padres con con un mayor acercamiento a lo que es la realidad no
con sus propias limitaciones y con sus con sus propias virtudes por otro lado también en
relación a esta autonomía emocional pues es necesario el chico o la chica vayan
adquiriendo un mayor grado de independencia e individuación es decir que vayan
construyendo su propia identidad como un individuo único y diferente a todo el resto
del resto del mundo vale pues todo toda esta tarea se realice de señalización de los
padres y el logro de la independencia y la individuación del chico es pues van a
potenciar esa autonomía emocional no se van a introducir en un logro de la de la
autonomía emocional bien con respecto a esta autonomía emocional no hay un
consenso unánime entre sí si es adecuado un elevado nivel de autonomía emocional
para predecir o pronosticar un desarrollo desde el chico más más adecuado vale en este
sentido parece ser que habría que considerar otra otra variable que interactuar ya con la
autonomía emocional esa variable tendría que ver con el clima familiar vale bien lo que
nos estamos refiriendo es que cuando el clima familiar no es el adecuado no es el
deseable no es el óptimo pues una autonomía emocional puede ser sinónimo o puede
relacionarse con con problemas con problemas para estar adaptados con problemas de
desajustes esto por un lado digamos que se traduciría en la práctica con el hecho de que
estaríamos hablando de chicos que son muy autónomos que se muestran como muy
independientes pero que detrás de esta alta autonomía en esta alta independencia
emocional pues lo que hay es un clima familiar un ambiente familiar que en el que
carecía de apoyo en el que carecía de muestras de refuerzo de afirmación vale entonces
está alta autonomía emocional lo que hace es denotar una falta de apoyo a nivel del
contexto familiar en el que en el que se ha criado ese chico es a esa chica vale por lo
tanto concluimos en este sentido que cuando hay escasa condición familiar y el chico la
muestra de una elevada autonomía emocional pues esto puede traducirse en problemas
en problemas adaptativos más más adelante en el futuro en cambio en otro en otro
sentido cuando se da una alta autonomía emocional y esta alta autonomía emocional no
existe o está asociada a un mayor apoyo en el entorno familiar por parte del entorno
familiar vale vamos a encontrar consecuencias más positivas en los chicos es decir se
pueden pronosticar un desarrollo a la larga más más positivo que se puede traducir pues
por ejemplo en una autoestima más alta vale o un rendimiento académico más positivo
o actitudes adecuadas ante la vida ante las relaciones con los demás de la resolución de
problemas etcétera bueno pues entonces el significado o la importancia de la autonomía
emocional va a ser diferente en función de que haya existido un adecuado apoyo y
cohesión familiar o por el contrario que no haya existido esta circunstancia bueno pues
ahora vamos a centrarnos en un aspecto muy importante de cara al bienestar de cara al
rendimiento y en definitiva de cara al desarrollo social de chicos y chicas adolescentes
y es sería el de los llamados estilos educativos parentales en los estilos educativos de
los de los padres es algo que evidentemente tiene lugar en el entorno familiar y que
caracteriza cómo es la relación que los padres establecen para con sus hijos de acuerdo
bien a qué nos referimos con estilos educativos pues son estas pautas parentales y que
pueden venir caracterizada por una serie de aspectos que vamos a analizar a
continuación de tal manera que para estudiar los estilos educativos parentales vamos a
atender principalmente a dos variables o dos dos dimensiones por un lado la dimensión
de afecto comunicación y por otro lado la dimensión de control y exigencias vale es
decir en función de los valores que muestren una y otra dimensión de la interacción de
ambas se van a derivar hasta cuatro estilos educativos diferenciados y en base a esos
cuatro estilos educativos diferenciados vamos a tener unas consecuencias distintas a la
hora de establecer las relaciones con sus hijos y a la hora también de cómo va a ser o
cómo puede ser el comportamiento de estos chicos de chicas bien pues vamos a
analizar la primera de esas dimensiones que es la que hemos denominado en la que
hemos presentado como afecto comunicación de acuerdo en qué consiste bueno pues
por afecto y comunicación vamos a entender todo aquello que tiene que ver con el tono
emocional de la relación vale es decir los padres las muestras de aceptación o en
cambio rechazo se muestran cálidos con sus hijos o bien fríos dan muestras de afecto o
bien son principalmente hostiles tienen abierto un canal de comunicación sensibles a
sus necesidades o no lo son son impermeables de acuerdo esta sería la primera de las
variables otros factores que vamos a requerir para definir cómo es el estilo como puede
ser el estilo educativo parental de unos padres y ahora con la segunda de las
dimensiones en la que caracteriza definimos como control exigencia pues va a hacer
referencia al grado de exigencia o de disciplina que los padres se emplean para con sus
hijos así como el grado de control sobre la conducta de los hijos cómo es el
establecimiento de normas y en qué medida van a exigir el cumplimiento de las mismas
vale entonces en este sentido vamos a encontrarnos con padres que que pueden ejercer
una vigilancia muy alta un control coercitivo como padres policía o bien padres que en
otra en otro grado de esta dimensión se puede mostrar más bien como padres que
supervisaban que estando atentos que ponen límites en ciertos comportamientos pero
que ese límite no llega a hogar no llega a oficial no es coercitivo sino que deja espacio
para el margen o la negociación pero eso sí llega un punto que de ahí ya no ceden hay
ciertas normas que ya no nos cederían vale o bien también puede ocurrir que nos
vayamos al otro extremo es en el que la las normas y el control sobre los hijos sea
prácticamente nulo o inexistente vale dejando una libertad absoluta y total a la conducta
de los hijos sin realizar ningún tipo de supervisión ningún tipo de vigilancia es bueno
bien pues de la interacción de los posibles valores que pueden tomar cada una de estas
dos variables vamos a encontrar que el estilo parental educativo puede ser de tipo
democrático o bien de tipo autoritario o bien de tipo permisivo o bien de tipo de
negligente bien pues vamos a ver con un poco más de detenimiento estos estilos aquí
tenemos una comparativa de los mismos en base a las dos dimensiones que hemos
considerado afecto comunicación por un lado contra la exigencia por otro vale bien
vamos con el primero de ellos el estilo autoritario en estilo autoritario se va a
caracterizar principalmente porque tiene un aspecto porque tienen escasas muestras de
afecto de comunicación y cuando las hay son más bien negativas son más diezmos tiles
de falta de apoyo de crítica de acuerdo y en cambio el grado del control y exigencia al
que se meten a sus chicos es muy elevado vale es como un control coercitivo como
padres policía muy bien vamos con el segundo de los estilos sería el estilo democrático
el estilo democrático se va a caracterizar por nuestras altas de afecto y de comunicación
tienen más mantienen abierto un canal de comunicación con sus hijos son sensibles a
sus necesidades a sus expectativas y refuerzan transmiten seguridad confianza pero al
mismo tiempo también ejercen un grado de control y de supervisión sobre la conducta
de sus hijos que amigos tienen qué actividades se involucran de acuerdo y exigen una
serie de normas aunque dejando un margen para negociar pero llegado a un punto ya no
es negociación sino que hacen valer también su autoridad como padres en tercer lugar
vamos a encontrar el denominado estilo permisivo el estilo permisivo va a venir
caracterizado en cuanto a la dimensión de afecte de comunicación por una dosis alta
también de afecto y comunicación como en el caso anterior mantiene un canal de
comunicación abierto con sus hijos o sensibles a sus necesidades le animan leele le
refuerza le transmiten confianza pero sin embargo en cuanto a la dimensión de control
exigencia van a mostrar unos niveles bajos van a dejar muchísima libertad están
prácticamente ausentes a la hora de poner límites a la hora de controlar o interesarse por
la conducta de sus hijos por lo que hacen en qué actividades se implican etcétera y ya
finalmente el cuarto de los estilos el negligente o indiferente va a estar caracterizado
por dosis bajas o inexistentes de afecto y comunicación no das muestras de apoyo no
mantiene un canal de comunicación abierto con sus hijos al mismo tiempo tampoco
tampoco llevan a cabo ninguna vigilancia ninguna supervisión o no ponen ningún
límite o normas de comportamiento hacia hacia sus hijos bien pues ésta sería la
comparativa de los cuatro estilos educativos parentales y vamos a ver ahora según los
estudios y la bibliografía de la que se dispone pues como cada uno de estos estilos se
relacionan con las características del comportamiento de sus hijos y cómo es su
desarrollo social vamos a empezar por padres y madres autoritarios que recordamos que
se caracterizan por alto grado de exigencia y control y bajo nivel de afecto y
comunicación pues como serían los hijos adolescentes de estos padres autoritarios pues
se caracterizan porque tienen un comportamiento a menudo disciplinado y tienen buena
predisposición hacia las tareas en realizar las tareas educativas en académica etcétera no
obstante cuando la presión es muy alta es cuando se sienten con un gran estrés puede
estallar pueden resultar en manifestaciones de episodios puntuales de rebeldía de
hostilidad de acuerdo de inconformismo bien desde un punto de vista de también de la
confianza que tengan en sí mismo vamos a encontrar que estos chicos quizás
probablemente derivados de la poca confianza que le han transmitido los padres por las
pocas muestras de apoyo y afecto puestos chicos van a predominar van a estar
caracterizados por tener escasa confianza en sí mismos por lo tanto pueden llegar a
volverse excesivamente dependientes desde el grupo de iguales vale ya desde un punto
de vista al más emocional pues derivado de esa poca confianza pues pueden tener
tendencia hacia hacia el estado más bien depresivos al estado de ánimo deprimido
bueno muy bien vamos a continuar ahora con con lo que sería el estilo educativo
parental democrático que recordamos que tienen niveles altos de afecto de
comunicación pero sin dejar de ejercer control y exigencia vale aunque no sería un
control positivo como con el caso un control policial como en el caso autoritario vale
pero sí que pondrían a un nivel determinado de límites y de supervisión de la conducta
de sus hijos bien como son las características de los chicos adolescentes de los hijos de
padres y madres democráticos bueno pues van a tener una suele tener confianza en sí
mismos mantienen una actitud positiva hacia la vida hacia las relaciones con los iguales
etcétera y se relacionan más con un rendimiento pues académico adecuado vale además
también suelen presentar un bienestar mental adecuado se encuentre sienten bien desde
el punto de vista de la salud mental y se relacionan predominantemente con problemas
o con escasos problemas de comportamiento tienen una menor probabilidad de
presentar problemas de conducta bueno ya en tercer lugar llegamos a los padres y
madres permisivos y dan estar caracterizados por altos niveles de afecto y de
comunicación y en cambio control y exigencias muy bajas o incluso inexistentes vale lo
que es la supervisión y el control de los hijos va a ser prácticamente inexistente como
van a ser las características de los hijos adolescentes bueno van a mostrar
auto-confianza por ese buen clima emocional por eso es el nivel adecuado de afecto en
el seno familiar también general tiene una menor incidencia de problemas psicológicos
de sufrimiento psicológico emocional pero sin embargo en el plano ya social en el
paralelo de las relaciones de la adaptación social puedes mostrar problemas de conducta
dificultades de conducta ser el cumplimiento de norma las normas de convivencia vale
pueden pueden ser transgresores a nivel de comportamiento social igualmente tienen un
mayor riesgo de experimentar el consumo del tóxico vale abuso de sustancia de alcohol
y otras drogas también pueden producirse hay mayor riesgo en estos chicos bueno y ya
finalmente los padres negligentes o indiferentes que venían caracterizados por los
niveles más bajos en cuanto a efectos de comunicación y también en control y
exigencias vale son padres que están poco implicados en la crianza de sus hijos vale y
cómo van a ser las características de estos chicos bueno pues tienen tienen una gran
probabilidad de presentar dificultades en cuanto al ámbito académico asimismo
también van a experimentar problemas psicológicos de salud mental e igualmente van a
tener problemas de conducta van a tener también van a ser mayor riesgo de ser
transgresores a nivel a nivel social con los problemas de conducta que ello acarrea y de
igual modo que en el caso anterior también hay un mayor riesgo de consumo abusivo
de sustancias tóxicas no de alcohol y otras y otras drogas bueno dejamos ahora ya atrás
lo que serían las relaciones familiares hemos hablado de cómo evolucionan y cómo
cambian durante la adolescencia y ahora vamos a hablar de las relaciones de amistad
vale es una faceta muy importante del desarrollo social adolescente vale 10 vamos a
analizar entonces qué características tienen esta relaciones de amistad en primer lugar
tenemos que decir que estas relaciones de amistad de la adolescencia van a ser más
estables van a gozar de mayor estabilidad que durante la infancia en el sentido de que
son más resistentes a la distancia física y al y al tiempo o lo que es lo mismo sí sí en la
infancia las relaciones de amistad están condicionadas por las cercanías físicas pues los
amigos o los vecinos de la calle o los amigos o los que comparten clases en el cole y
están muy condicionadas por actividades que comparten y por verse cadí casi a diario
pues en la adolescencia se nos encontramos con que los chicos pueden tener amistades
que a lo mejor sólo vean los fines de semana o que incluso vivan en otros barrios males
y entonces tengan un menor contacto pero pese a ello esa relación de amistad goza de
plena salud de pleno de pleno derecho por lo tanto son más resistente a la distancia
física y al tiempo otra de las características de las relaciones de la amistad de la
adolescencia es que establecen sirve para establecer interacciones y relaciones
recíprocas es decir pues los chicos de chica adolescentes en este ámbito en este
contexto pues van a encontrar a alguien que lo comprende muy bien que se comprende
muy bien con nosotros y que también se ayudan entre sí vale es un tipo de relación
simétrica a diferencia de las relaciones que se establecían en la influencia con con los
padres en esta época también surgen las amistades íntimas cobran cobran gran gran
importancia la figura del amigo íntimo con el que se siente una gran fusión y por un
lado estas amistades íntimas pueden tener variaciones en cuanto al género generalmente
habitualmente son más intensas entre las chicas que tienen bueno pues por
condicionantes sociales venados culturales pues pueden tener más facilidad o son más
proclives a compartir sentimientos hablar de los sentimientos mientras que los chicos
en estas relaciones íntimas se van a manifestar más bien en el sentido de realizar
actividades compartidas de acuerdo bien pues este tipo de apego que es horizontal es
decir que es entre iguales a diferencia del apego vertical que era el que se establecía con
los padres verdad pues este apego horizontal va a venir va a ser muy importante de cara
a que el adolescente vaya completando su desarrollo porque va a favorecer su
autoestima sus habilidades sociales va a contar con un apoyo emocional diferente al de
sus padres que le va a venir bien para cuando tengan que enfrentarse a situaciones
estresantes situaciones académicas situaciones sentimentales de pareja etcétera de
acuerdo entonces va a tener una función es también muy muy positiva por otro lado
podemos encontrar que también se puede experimentar cierta soledad emocional
durante durante esta etapa en lo que se refiere a la transición afectiva de los padres a los
amigos es decir de ir pasando como era en el pasado en la que las relaciones eran de
una gran fusión con los padres desvincularnos de los padres como ya hemos señalado
antes y empezar a establecer vínculos fuertes con los amigos en esa transición que se
puede experimentar un cierto vacío emocional vale por eso cobra tanta importancia a la
figura del amigo íntimo o también por eso cobra tanta importancia el fenómeno fan en
esta etapa no s ese amor incondicional por por unido al honor pues para cubrir esa
necesidad de apego de vinculación con alguien de vacío afectivo que se puede ser que
se puede dar en esta etapa cuando se está transitando desde el vínculo emocional con
los padres al vínculo emocional con con las amistades con el grupo de iguales bien pues
igual que pasa también con en cierto modo con las relaciones familiares vamos a
encontrar que las relaciones de amistad y el grupo de amigos no va a ser algo unitario
homogéneo a lo largo de toda la adolescencia sino que conforme vayamos
evolucionando en esta etapa pues el grupo de amigos vaya experimentando cambios y
se vaya desarrollando de manera progresiva una descripción que recoge de manera
ampliamente representativa cómo es la evolución del grupo de amigos durante la
adolescencia es la que se presenta aquí y que se recoge a modo de diferentes fases que
describirían ese desarrollo en primer lugar al llegar a la adolescencia vamos a partir de
la pandilla uni sexual la pandilla uni sexuales en principio es una continuación del
grupo de amigos de la infancia de las relaciones de la de la infancia valen de hecho al
principio pues suelen ser los mismos amigos que se tienen en la que se tienen en la
infancia van a estar caracterizados porque son grupos muy homogéneos muy con
características muy similares entre sí como hemos dicho van a estar condicionados por
la cercanía física pues el mismo barrio la misma calle o la o el mismo cole la misma
clase vale o en este caso ya el mismo instituto si hablamos ya de adolescencia y bueno
pues es verdad que son grupos no pues que pueden ir en de cinco a ocho nueve
integrantes todos son pues o bien son chicos por un lado o bien son chicas son poco
permeables a la influencia de chicos de fuera por lo tanto a veces pueden actuar de
manera negativa al rechazar la incorporación de nuevos chicos vale y bueno pues estas
serían las características más representativas de la de la pandilla aury sexual después
pasaríamos tendremos en otra fase que vendrá caracterizada por el hecho de que se
producirían interacciones esporádicas entre pandillas unos sexuales de distinto sexo
vale por ejemplo en encuentros en fines de semana en fiestas vale pues pandillas um y
sexuales de distintos sexos de distinto sexo pero van a experimentar pues los primeros
encuentros los primeros contactos aunque sí que es verdad que bueno porque estos
primeros contactos van a ser todavía muy rudos no muy pobres en cuanto a en cuanto al
tipo de interacción y en cuanto al tipo de intercambio entre entre estas pandillas bien
pues de la de la de estas interacciones esporádicas van a ir surgiendo con toda
probabilidad la formación de lo que serían las pandillas mixtas estas pandillas mixtas
que van a ser en general de un mayor tamaño que las pandillas bisexuales y a lo mejor
no van a tener una proximidad temporal o un contacto continuado en el tiempo tan
habitual como era en la pandilla um y sexual vale pero va a tener aportaciones va a
permitir aportaciones importantes de cara a lo que es el aprendizaje de relaciones
sociales pues cada vez más compleja cada vez con mayor grado de intimidad van a ser
muy positivas para el desarrollo de la autoestima y también van van a permitir pues las
primeras relaciones sentimentales de acuerdo y bueno pues estas pandillas porque van a
venir caracterizada bueno pues ya pueden presentar tener sus propios posicionamiento
antes determinados temas que las que las definen como pandillas como por ejemplo la
forma de vestir o las preferencias musicales o su posicionamiento antes ante el
consumo de sustancias o ante lo que sería pues los estudios o las relaciones con con los
demás bien y finalmente esta pandilla va a ir dando pasos va a ir transformándose poco
a poco a un conjunto de bueno pues de de parejas que han ido surgiendo en parte del
seno de esta pandilla o en parte de la incorporación porque estas pandillas mixtas son
mucho más flexibles más permeables la incorporación de chicos y chicas de fuera vale
pues en definitiva van a ir desintegrándose para dejar paso es bueno para un tipo de
relaciones que va a haber caracterizados porque por un conjunto de parejas que que
estarían relacionadas entre sí pues que tienen quedadas o que aunque comparten
determinadas actividades pero quedaría digamos todo quedaría cobrar un mayor
protagonismo el hecho de las relaciones de parejas bien pues precisamente de las
relaciones de pareja es de lo que nos vamos a ocupar ahora en este punto bueno
podemos ver que que buena parte de las primeras citas los primeros encuentros de
pareja las primeras los primeros contactos en este sentido pues tienes más facilidad para
que se produzcan en el seno de la propia pandilla mixta vale lo que va a permitir un
aprendizaje de chicos y chicas que se sentirán con mayor seguridad para salir ya
posteriormente fuera de la pandilla de la pandilla mixta y que dice en contactos y
relaciones pues con otros chicos y chicas que no estén que no formen parte de la dehesa
de esa pandilla bien a la hora de elegir las relaciones de pareja tienen preferencias y es
más fácil que que tengan cierta preferencia por escoger a compañeros a chicos y chicas
que tengan un cierto prestigio de esta manera es si yo tengo pues una relación de pareja
con un chico o una chica que tienen cierto prestigio por cuestiones de algún tipo de
atractivo o bien de índole física de índole académica o deportiva por cualquier cualidad
no pues voy a mostrarme como como entre mis iguales no en una posición de como de
ventaja no voy a utilizarlo también pues para mostrarme con con cierta con cierta
posición de atractiva también por mi parte por el hecho de mantener relaciones con
chicos chicas que tengan que tengan un mayor prestigio bien en cuanto a las
necesidades que van a cubrirla las relaciones de pareja en los primeros años de la
adolescencia pues vamos a encontrar que pueden contribuir necesidades sexuales para
ella con el inicio de la pubertad ya hemos comentado en otras ocasiones pues que hay
un momento del deseo sexual pero también el apego emocional es el vínculo de apego
de establecer un vínculo con con la pareja pueden también de afiliación de amistad el
compartir de apoyo mutuo vale y a estas necesidades pues también a medida que
avanza la adolescencia se va a unir también la necesidad de seguridad emocional a lo
largo que va aumentando el desarrollo de la adolescencia la importancia de la relación
de pareja va a ir adquiriendo cada vez mayor protagonismo vale de tal manera que en
los primeros años de la adolescencia no está en los primeros puestos de lo que son las
prioridades de chicos y chicas pero la medida que avanza la adolescencia la prioridad
de la relación de pareja vaya adquiriendo vaya ascendiendo en la escala de prioridades
de chicos y chicas bien conviene también tener en cuenta hacemos apelación una vez
más a que no no al llegar a la adolescencia no se produce una ruptura con con la vida
infantil pues en este sentido vamos a señalar ahora que bueno que el establecimiento de
la de las relaciones de pareja va a estar muy influido por el modelo de representación al
elaborado durante la infancia es decir por como hemos interiorizado que son las que
son las relaciones íntimas en la infancia vale en qué medida nos referimos a esto bueno
pues dado que las relaciones con los padres establecidas durante la infancia pues son
relaciones de un carácter muy íntimo y además con un contacto físico muy estrecho
pues está esta realidad nos permite así minar un modelo de relación íntima dale con un
contacto cercano con con una intimidad emocional que que pues nos va a influir a la
hora de cuando lleguemos a la adolescencia puede como establecemos también esas
relaciones cercanas esas relaciones afectivas cercanas porque tienen en común tanto en
relaciones de pareja en la adolescencia como relaciones afectivas con los padres durante
la infancia pues como hemos señalado que ambas son de carácter íntimo de carácter
cercano y también con un contacto físico con una proximidad física muy estrecha
bueno pues con esto hemos llegado hasta aquí hemos llegado al final del tema en el que
hemos hecho un recorrido por los cambios que se producen durante la etapa
adolescencia en lo que sería las relaciones familiares las relaciones con el grupo de
iguales y las relaciones de pareja de acuerdo

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