EXPIACIÓN LIMITADA
EXPIACIÓN LIMITADA
EXPIACIÓN LIMITADA
Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, 23 y Jesús andaba en el templo por
el pórtico de Salomón. 24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma?
Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras
que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque
no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre
que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el
Padre uno somos. Juan 10:22-31
La expiación limitada o expiación definida, es tal vez el punto que es considerado más problemático
dentro de las doctrinas de la gracia para muchos cristianos. Este término no tiene que ver con la
limitación del poder del Señor en la salvación, sino que el alcance de la misma está limitado a
aquellos que el Señor desde antes de la fundación del mundo predestino a ser suyos, es decir, su
iglesia. El punto de debate tiene que ver si Cristo murió por todos los seres humanos o si solamente
lo hizo por su Iglesia. En caso de que el Señor Jesucristo hubiese muerto por todo ser humano, la
doctrina de la elección soberana no debería ser contemplada, implicando una de dos cosas:
1. Que todos los hombres han de poseer el poder de ir a Cristo o rechazarlo, de ser así iría en contra
de que los hombres están muertos en delitos y pecados y que no tienen en si la capacidad de ir a
Cristo.
2. La segunda premisa sería que Cristo debió rescatar a todo hombre, tanto si saben que lo hizo
como si no, esa postura se conoce como universalismo y negaría la perdición eterna en el infierno
de muchos hombres.
Dado que estas dos premisas tienen serios problemas al sugerir que la muerte de Cristo fue a favor
de todos los hombres, ¿Por qué motivo es tan popular? Hay muchos motivos, entre ellos están el
que hace más atractivo a Dios, que engrandece su amor pues ama a todos por igual, otros piensan
que hace más valiosa la muerte de Cristo. Estas y otras posturas son comunes en los diferentes
grupos cristianos, sin embargo, dichas posturas lo que hacen es menoscabar la verdad, así mismo,
niegan el plan eterno del Señor.
El problema de base es el no entendimiento de plan eterno en la redención dado por el Señor, quien
por medio de Su Palabra nos recuerda el propósito por el cual la Segunda Persona de la Trinidad se
hizo hombre: Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de
Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:9-10.
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el
pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata
las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y
yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este
redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Por eso me ama
el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo
la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí
de mi Padre. Juan 10:11-18.
1. EL AGENTE DE NUESTRA SALVACIÓN (Juan 10:23-24): Esto sucedió dos meses después de
la declaración de nuestro Señor al afirmar que Él era el Buen Pastor de las ovejas, donde claramente
su enseñanza confrontaba los pastores de Israel que se habían desviado, lo que se demostró con el
pasaje del ciego al que Jesucristo le dio vista en el capítulo 9. Ellos estaban celebrando la fiesta de
la dedicación del Templo, conocida como Hanukkah o la fiesta de las luminarias, donde se
conmemoraba la victoria de los Israelitas sobre el rey sirio Antíoco IV Epífanes.
Es durante esa fiesta que a nuestro Señor lo rodean judíos con el propósito de confrontarlo y buscar
su muerte al tener según ellos motivos para acusarlo. Ellos estaban haciendo la pregunta correcta
pero con las intenciones incorrectas. NO EXISTE UNA PREGUNTA MÁS IMPORTANTE, esta define
quien es nuestro SEÑOR, SU PROPÓSITO AL VENIR y MI MANERA DE RELACIONARME CON ÉL. Ellos
no aceptaban a Jesús como el Cristo, no podía ser quien restauraría según ellos a su nación, el
problema radicaba en la distorsión que se había llevado en sus mentes del plan divino del Señor.
Hemos de ver a lo largo de las Escrituras que el tema de la EXPIACIÓN LIMITADA O DEFINIDA, tiene
que ver en últimas con el PLAN DE REDENCIÓN, el cual se dio entre los miembros de la Santísima
Trinidad desde antes de la fundación del mundo: Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de
personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra
peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis
de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la
fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante
el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y
esperanza sean en Dios. 1 Pedro 1:17-20.
Las Escrituras nos enseñan acerca que el DIOS TRIUNO propuso y acordó un plan de redención
eterna, donde DIOS el PADRE planeó con un propósito original todas las cosas, entre ellas enviar al
HIJO dándole las capacidades para llevar a cabo el plan, siendo verdaderamente DIOS y
verdaderamente hombre y dándole toda la ayuda para llevarlo a cabo. Con todo eso, Jehová quiso
quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado,
verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Isaías 53:10
Dios el Hijo queriendo hacer de manera libre y voluntaria la voluntad del PADRE estuvo dispuesto a
dejar la gloria de su naturaleza divina haciéndose hombre. Así mismo estuvo dispuesto a entregarse
como una ofrenda para la satisfacción de la justicia divina y rescatar un pueblo para sí mismo. Ahora
tras su muerte, resurrección y asenso ora e intercede por aquellos por quienes murió. Verá el fruto
de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a
muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes
repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores,
habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores. Isaías 53:11-12.
El Espíritu Santo participando en el Pacto de Redención formó el cuerpo de nuestro Señor y Salvador
en el vientre de María la virgen, así mismo la Biblia nos dice que Cristo se ofreció como sacrificio por
el Espíritu Santo, además levantó a Cristo de entre los muertos y aplica la salvación a los elegidos
haciéndolos nacer de nuevo por medio de la Palabra de Dios. ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el
cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Hebreos 9:14.
2. LA OBRA DE CRISTO COMO MEDIO PARA NUESTRA SALVACIÓN (Juan 10:25-28): Los judíos
no habían atendido ni a las Palabras de Jesús ni a sus hechos, sus señales, milagros y prodigios. Ellos
mantenían en mente un líder político religioso que los librara de la opresión romana, pero el plan
del Señor era más grande, la salvación de un pueblo para sí.
Jesús de manera contundente les respondió que ya lo había dicho con claridad: Y Jesús les
respondió: Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en
vuestros pecados moriréis. Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: Lo que desde
el principio os he dicho. Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es
verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo. Juan 8:24-26. Además lo había afirmado
por sus señales, milagros y prodigios. Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras.
20 Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? Decían otros: Estas
palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos? Juan 10:19-
21.
A pesar de ello NO LE CREYERON a Jesús. Ahora, veamos la declaración fuerte que les da: pero
vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Juan 10:26. La razón es que la
única manera para que creyeran en sus palabras radicaba en que fueran de las ovejas por las cuáles
el vino a dar su vida, por aquellas por las cuáles OFRECERÍA SU PROPIA VIDA y por quien ORABA
EFICAZMENTE:
He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han
guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti;
porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente
que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por
los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.
Juan 17:6-10.
Cristo se los dijo de manera muy clara: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen. Esto
trae implicaciones eternas tal como nos lo dice el mismo capítulo 10: Yo soy el buen pastor; y
conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y
pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también
debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Por eso me ama el Padre, porque yo
pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo
poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. Juan
10:14-18. Cristo no hablaba de sí, les dio a conocer que esta era la voluntad del Padre y había unidad
de propósito: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no
perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos,
y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos. Juan 10:27-30.
Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni
a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las
cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que
condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra
de Dios, el que también intercede por nosotros. Romanos 8:31-34. Este pasaje de manera magistral
nos aclara quienes son esos todos nosotros, sus escogidos, la Iglesia.
3. LO QUE CRISTO LOGRÓ (Juan 10:22-31): La doctrina de la expiación definida establece que
en la muerte de Jesucristo, el Dios trino se propuso lograr la redención de cada persona que el Padre
dio al Hijo en la eternidad pasada y aplicar los logros de Su sacrificio a cada uno de ellos por el
Espíritu Santo. Lo que quiere decir esto, es que mediante la muerte de Cristo se logra la salvación
del pueblo de Dios únicamente, y no solo tuvo la intención de hacerlo. En este sentido, el adjetivo
«definida» cumple una doble función: denota la intención de la muerte de Cristo (solo para Sus
elegidos) y denota la eficacia de la muerte de Cristo (Él realmente salvará a Sus elegidos,
garantizando su fe en el evangelio). Jesús será fiel a Su nombre: «Él salvará a su pueblo de sus
pecados». Veamos lo que Cristo logró:
1) Por la muerte de Cristo un pueblo es reconciliado con Dios: Justificados, pues, por la fe,
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Romanos 5:1.
2) Por la muerte de Cristo un pueblo es perdonado y justificado: siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. Romanos 3:24
3) Por la muerte de Cristo un pueblo es adoptado como hijos de Dios: Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que
redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Gál. 4:4-5.
4) Por la muerte de Cristo un pueblo es limpiado y hecho santo: Maridos, amad a vuestras
mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla,
habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo,
una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin
mancha. Efesios 5:25-27.
5) Por la muerte de Cristo un pueblo es glorificado y recibe vida eterna: Así que, por eso es
mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones
que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Hebreos 9:15.
CONCLUSIÓN: La expiación limitada o expiación definida es una doctrina que nos debe llenar de
consuelo y fortalecer nuestros esfuerzos por la predicación del evangelio, ya que no se basa en algo
indefinido que en última instancia depende del hombre, sino descansa en la obra soberana del
Señor, por lo cual está garantizada su ejecución. Hay dos aspectos pastorales que esta doctrina nos
enseña:
Primero, a pesar de las protestas en sentido contrario, la expiación definida no priva al creyente de
la seguridad personal; más bien, a través de ella somos afirmados. Cuando Jesús murió en la cruz,
estábamos en Su mente. Como comentó Martín Lutero, «la dulzura del evangelio se encuentra en
los pronombres personales: “el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gal
2:20)». Descansamos en la obra cumplida por Cristo: Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo:
Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. Juan 19:30.
En segundo lugar, Si es cierto que Cristo murió por los suyos de todo el mundo, gente de toda tribu,
lengua, nación, condición económica. Dado lo anterior somos estimulados a predicar el evangelio
con la certeza que los suyos oirán su voz y le seguirán por tanto nuestro esfuerzo se hace
emocionante y gratificante. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo
creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo
predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que
anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Romanos 10:14-15.