Suma teolgica mnima_ Los Pasajes Filosóficos Esenciales De -- Santo Tomás de Aquino -- 2014 -- Tecnos Editorial S A -- 9788430959242 -- c44df4857a5e008ea363cdd5bdbf87ed -- Anna’s Archive
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SANTO TOM AS DE A Q U IN O
tecjtos
SANTO TOMÁS DE AQUINO
Printed in Spain
A Norris W. Clark, S. j.
Más que un gran tomista;
un pequeño Tomás
índice
SU M A TEO LÓ G IC A M ÍN IM A ....................................................................... 47
I. M E T O D O L O G ÍA : LA T E O L O G ÍA C O M O C IE N C IA ... 49
Prólogo ......................................................................................... 49
C uestión 1: ¿Q ué es y qué com prende la doctrina sa
grada i1 ........................................................................................................ 51
A rtículo 1: ¿Es o no necesario que, además de las
m aterias filosóficas, haya otra doctrina? ................. 51
A rtículo 10: El texto de la Sagrada Escritura, ¿tiene
o no tiene varios se n tid o s?.................................................. 53
II. P R U EB A S DE LA E X IS T E N C IA D E D I O S ............................... 57
C uestión 2: Sobre la existencia de D io s ............................... 57
A rtículo 1: Dios, ¿es o no es evidente por sí m is
mo? ...................................................................................................... 58
i [9]
10 SANTO TOMÁS DE AQUINO
III. LA N A T U R A LE Z A DE D IO S .......................................................... 75
C u e s t ió n 3: Sobre la sim plicidad de Dios .......................... 75
A rtícu lo 7: D io s, ¿es o no es absolutam ente sim
ple? ....................................................................................................... 77
C u e s t ió n 8: Sobre la presencia de Dios en las cosas .. 79
Artículo 1: Dios, ¿está o no está en todas las cosas? . 79
C u e s t ió n 9: Sobre la inmutabilidad de Dios .................... 83
A rtículo 1: D ios, ¿es o no es com pletam ente inm u
table? .................................................................................................. 83
C u e s t ió n 13: Sobre los nombres de D io s ............................ 85
Artículo 5: Los nombres dados a D ios y las criaturas,
¿son o no son dados unívocam ente a a m b o s ? .... 85
C u e s t ió n 14: Sobre la ciencia de D io s .................................. 88
A rtículo 5: ¿Conoce o no conoce D io s lo distinto a
Él? .......................................................................................................... 88
A rtículo 8: La cien cia de D ios, ¿es o no es causa de
las cosas? ......................................................................................... 89
C u e s t ió n 16: Sobre la v e r d a d ....................................................... 91
A rtículo 8: La verdad, ¿es o no es inm utable? ......... 91
C u e s t ió n 19: Sobre la voluntad de Dios .............................. 92
A rtículo 5: ¿Hay o no hay alguna causa que deter
m ine la voluntad de D io s ? .................................................. 92
C u e s t ió n 2 0 : Sobre el amor de D io s ....................................... 94
A rtículo 2: ¿Dios lo am a o no lo am a todo? .............. 94
A rtícu lo 3: D io s, ¿lo am a o no lo am a todo por
igual? .................................................................................................. 95
C u e s t ió n 2 2 : Sobre la providencia de D io s ........................ 97
A rtícu lo 4: La p ro vid encia d iv in a , ¿im pone o no
im pone necesidad a las cosas? ....................................... 97 IV
.
IV. C O S M O L O G ÍA : C R E A C IÓ N Y P R O V ID E N C IA .............. 99
C u es tió n 46: Sobre el principio de duración de las cosas
cre a d a s ....................................................................................................... 99
A rtículo 1: La totalidad de las criaturas, ¿existió o
no existió s ie m p re ? ................................................................... 99
A rtículo 2: El in icio del m undo, ¿es o no es artículo
de fe? .................................................................................................. 103
ÍNDICE 11
V. A N T R O P O L O G ÍA : C U E R P O Y A L M A ................................... 107
C u e s t ió n 75: Sobre el hom bre com puesto de alma y
cuerpo. Sobre la esencia del a lm a ........................................ 107
A rtículo 6: El alm a hum ana, ¿es o no es corrupti
ble? ....................................................................................................... 107
A rtículo 7: El alm a y el ángel, ¿son o no son de la
m ism a especie? .......................................................................... 110
C u e s t ió n 76: Sobre la unión alma-cuerpo ......................... 112
A rtícu lo 5: ¿Es o no es co nvenien te que el alm a
intelectiva se una al cuerpo correspondiente? ... 112
V I. E p is t e m o l o g ía y p s ic o l o g ía ........................................................... 115
C u e s t ió n 82: Sobre la voluntad .................................................. 115
A rtículo 3: La voluntad, ¿es o no es una potencia
más digna que el entendimiento? ................................. 115
C u e s t ió n 83: Sobre el libre albedrío ....................................... 119
A rtículo 1: El hombre, ¿tiene o no tiene libre albe
drío? ..................................................................................................... 119
C u e s t ió n 84: Sobre cóm o el alma, unida al cuerpo, en
tiende lo corporal, que le es in fe rio r .................................... 122
A rtícu lo 1: El alm a, ¿conoce o no conoce lo corpo
ral por el entendimiento? ................................................... 122
A rtículo 6: El conocim iento intelectual, ¿parte o no
parte de las cosas s e n s ib le s ? ............................................. 125
C u e s t ió n 85: Sobre el con ocer: m odo y orden .............. 129
A rtícu lo 1: Nuestro entendim iento, ¿conoce o no
conoce lo corporal y lo m aterial abstrayendo es
pecies de las imágenes? ...................................................... 129
A rtículo 2: Las especies inteligibles abstraídas de las
imágenes, ¿se relacionan o no se relacionan con
nuestro entendim iento com o objeto? ........................ 133
V IL ÉT IC A .............................................................................................................. 139
C u e s t ió n 2: ¿En qué consiste la bienaventuranza del
h o m b re ? ................................................................................................... 139
A rtículo 1: ¿Consiste la bienaventuranza del hombre
en las riquezas? .......................................................................... 139
A rtículo 2: ¿La bienaventuranza del hombre consis
te en los honores? .................................................................... 143
A rtículo 3: ¿La bienaventuranza del hombre consis
te en la fam a o gloria? ........................................................... 145
12 SANTO TOMÁS DE AQUINO
[ 13 ]
14 MANUEL GARRIDO
La síntesis tomista
de haber escrito en fase anterior otro algo menos extenso, la Summa contra
Gentiles (Suma contra los gentiles), que iba dirigido contra los grandes pen
sadores no cristianos de su tiempo. Más llamativo aún es el hecho de que
Tomás de Aquino, igual que Nietzsche, sólo pudo disponer de veinte años
para escribir una obra copiosísima. Nietzsche perdió la razón a los 44 y Santo
Tomás perdió la vida a los 49, y sin embargo la cantidad y calidad de la obra
escrita por ambos es abrumadora. Valga como muestra en el caso de Santo
Tomás el detalle, observado por Kenny, de que sólo una de sus obras, la Suma
contra los gentiles, menos extensa que la Suma teológica, supera en sesenta
mil palabras la extensión de las obras completas de Berkeley.
LEER A SANTO TOMÁS 17
Manuel G arrido
Prefacio
[19]
Introducción
[21]
22 PETER KREEFT
<
Si existe (I, 2)
HOMBRE'
(I, 75-119)
[39]
40 PETER KREEFT
analógico: la relación entre dos cosas o térm inos que son en parte lo
m ism o y en parte diferentes, que ni son unívocos (com pletam ente
¡guales), ni equívocos (com pletam ente distintos); la relación de
sim ilitud pero no de identidad entre el significado de un término
cuando se e nu ncia com o predicado de un sujeto (por ejem plo, «la
leche es buena») y el significado de ese térm ino cuando se enuncia
com o predicado de otro sujeto (por ejem plo, «Dios es bueno»),
apetito: en el sentido más am plio, cualq uier in clin ació n o tendencia
h acia algún objeto bueno o adecuado, o a apartarse de algún
objeto m alo o inadecuado; de m anera más lim itada, en los seres
vivos, la tendencia al crecim iento y la salud; de un modo más li
mitado aún, en los anim ales, el deseo de los sentidos de su objeto
natural (véase concupiscencia y apetito irascible); en su sentido
más lim itado, en el hom bre, el deseo de la voluntad del bien que
le es propio, la felicidad [bienaventuranza],
apetito irascible: deseo sensible de com batir un peligro.
argumento: prueba de que una cierta proposición (la conclusión) es
verdadera por m edio de la dem ostración de que ésta se sigue de
m anera lógica y necesaria al ser ciertas otras proposiciones (pre
misas).
idea: concepto.
imagen: imagen sensorial.
imaginación: sentido interno que genera representaciones de objetos
reales y m ateriales aun cuando éstos no están presentes.
incorpóreo: inm aterial, sin un cuerpo.
incorruptible: incapaz de corrom perse o ser destruido.
inducción: razonam iento que parte de casos particulares h acia prin
cipio s generales; desde prem isas más particulares hacia c o n c lu
siones más universales.
GLOSARIO 43
juicio: acto de la mente que com para dos conceptos (sujeto y predi
cado) en una proposición afirm ativa o negativa.
materia: el prin cipio en el ser de una cosa por el cual ésta es cap az de
ser determ inada por la form a; potencia frente a acto. En lenguaje
moderno, el térm ino hace referencia a las cosas reales, visibles,
form adas (por ejem plo, sustancias quím icas, m ateria); pero en ter
m inología tomista y aristotélica, la «materia» no es observable por
sí m ism a, o ni siquiera es real por sí m ism a. No es una cosa, sino
un p rin cip io m etafísico o aspecto de las cosas que, junto con la
form a, e xp lica el cam bio com o la actualizació n (determ inación)
de la potencia (m ateria).
medio: algo que se h alla en el punto interm edio entre dos extrem os.
metafísica: parte de la filosofía que estudia el ser com o tal y las verda
des, leyes o principios universales de todos los seres; «la cien cia
del ser en cuanto ser».
movimiento: en sentido am plio, cualquier m ovimiento; de manera más
particular, cam bio de lugar, locom oción.
reducción: acto mental por m edio del cual se lleva algo co m p lejo a
una form a o p rin cip io más elem ental o fundam ental, o bien se
observa dentro de una clase o prin cip io general.
representación: sem ejanza o parecido; imagen.
Prólogo
1 «Doctor» (del latín áocére, enseñar) aquí significa «maestro», no «señor» [master,
en el original inglés]. U n «doctor» de la verdad católica es su siervo.
2 Tal vez resulte sorprendente para el lector el descubrimiento de que la Suma fuese
escrita para «incipientes», pero debería servir para que los no iniciados la iniciasen. He
[49]
50 SANTO TOMAS DE AQUINO
aquí cómo Santo Tomás describió su Suma al dar una explicación acerca de por qué
no la pudo terminar después de pasar por una «experiencia mística» (la descripción
correcta es «contemplación infundida»): «No puedo escribir más; en comparación con
aquello que he visto, todo cuanto he escrito no me parece sino paja».
Fray Reginaldo, amigo íntimo de Santo Tomás, testificó bajo juramento tras la
muerte de éste haber oído una voz procedente del crucifijo de la capilla que le decía
a Santo Tomás: «Has escrito bien sobre Mí, Tomás. ¿Cuál habrá de ser tu recompen
sa ? »^ oyó a Tomás responder: «Sólo Tú, Señor». Esta contestación nos dice dos cosas:
una, por qué Tomás era Santo Tomás; y dos, por qué él decía de Sócrates que era el
filósofo más grande (S.T. III, 42, 4): porque al igual que Santo Tomás, Sócrates sabía
que siempre fue un principiante (véase Apología 20d-23b).
3 Nótese cómo Santo Tomás predica con el ejemplo en este prólogo, aun con
forme lo predica.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 51
C u estió n 1
Artículo 1
1 Es decir, más de lo que puede ser (a) descubierto, (b) comprendido o (c) demos
trado por medio únicamente de la razón humana.
2 Cf. S.T. 1 ,16,3.
3 Esto es la «teología natural» (o teología racional, o teología filosófica) como
algo distinto de la «teología revelada». Sólo es conocida por la razón, y no por la fe
en la revelación divina.
4 Nótese el íntimo grado de identificación de la teología tomista con las Escrituras,
sus materias. Esa objeción protestante tan común de que esta teología tiene un carácter
más racionalista y helénico que bíblico y de creencias es una absoluta inexactitud.
52 SANTO TOMÁS DE AQUINO
5 Nótese que, si bien Santo Tomás es un filósofo teórico, y aunque la teología sea
fundamentalmente una ciencia teórica (S.T. 1,1,4), el Aquinate entiende que el motivo
que tiene Dios para la revelación de las materias de la teología es fundamentalmente
práctico: nuestra salvación.
6 Para un tratamiento más extenso de esta cuestión, véase la Suma contra los Gentiles
I, 4, de Santo Tomás.
7 N.B.: esto parece implicar que los paganos también pueden acceder a la salva
ción, si bien de una manera menos «fácil» y «segura».
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 53
Artículo 10
Santo Tomás corta esto sí o sí y mantiene que un pasaje puede ser correctamente
interpretado tanto de manera literal («histórica») como simbólica («espiritual»), porque
Dios escribe la historia conforme el hombre escribe los textos. Es decir, a continuación
de esto, la hermenéutica es una metafísica: la visión sacramental de la naturaleza y la
historia conforme a la cual los objetos, los sucesos y, de igual modo, los textos pueden
ser signos y también objetos, pueden ser medios a través de los cuales otras cosas expresan
su significado y son conocidas, y también pueden ser cosas conocidas por sí mismas.
Esta visión de la naturaleza y de la historia como signos y no sólo como cosas — y,
por tanto, objetivamente significantes— presupone un teísmo de manera implícita, pues
sólo Dios y no el hombre podría ser el autor de dicha significación en la naturaleza
e historia que a nosotros nos viene dada en lugar de ser un artificio que procede de
nosotros. Esta visión sacramental de la naturaleza ha quedado relegada con acierto en
la ciencia moderna (con fines metodológicos), de manera innecesaria en la filosofía
moderna y de forma desastrosa en la conciencia moderna.
10 Estos tres principios (para el B y el C, véase la respuesta a las objeciones) impi
den que la interpretación espiritual, simbólica, se vuelva incontrolada e irresponsable.
Ejercen un control sobrio y científico sobre este aspecto imaginativo de la interpre
tación, como quien sube a un jinete duro de pelar a lomos de un caballo brioso. Hoy
en día, a este aspecto imaginativo se le hace o bien caso omiso o bien burla en parte a
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 55
C u estió n 2
A r t íc u l o 1
el argumento de San Anselmo (cf. la respuesta a las objeciones), pero no, desde luego,
con su conclusión (que Dios existe).
4 Es decir, «lo que se da en la realidad» (de manera objetiva, fuera de la mente
humana) es un concepto más grande que «lo que se da sólo en el entendimiento». Por
tanto, «Dios no existe» se convierte en una proposición contradictoria (y su opuesto,
«Dios existe», se convierte por tanto en una proposición evidente por sí misma). «Dios
carece de existencia» significa «el mayor ser concebible carece de una perfección
concebible, esto es, la existencia objetiva».
60 SANTO TOMÁS DE AQUINO
en sí
y para nosotros
evidente por
verdadera sí misma
en sí pero
proposición no para nosotros
Juicio (oración kno evidente
enunciativa)
3.
<
lógicamente válido
Raciocinio ' —i argumento
lógicamente inválido
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 61
Artículo 2
que la hipótesis ha de ser falsa), esto es, que ahora no existe nada, pues si ha habido un
tiempo infinito (que ha de haber sido si no hay creador), entonces toda posibilidad
ha debido de tener tiempo suficiente para realizarse, incluida la posibilidad de la no
existencia simultánea de todos los seres contingentes.
25 La segunda mitad de esta demostración, que habla de la pluralidad de seres
necesarios, se refiere a los ángeles (en términos bíblicos) inmutables o «intelectos» (en
términos aristotélicos) no corpóreos.
26 La cuarta manera presupone algo que, excepto unos pocos sofistas de la antigua
Grecia y escépticos de la antigua R om a, todo el mundo aceptó hasta los tiempos m o
dernos, y que la mentalidad moderna tiende a encontrar incomprensible, esto es, que
los «valores» son objetivos, que los juicios de valor son juicios de hecho: por ejemplo,
que un hombre tiene realmente más valor que un simio.
27 El concepto de grados de ser al igual que de bondad, y de un «ser máximo»
al igual que un «bien máximo», probablemente resultará muy extraño para el lector
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 73
moderno, pero una cosa ha de ser primero antes de poder ser buena (de manera que
todo cuanto posea bondad, también ha de poseer ser), y todo cuanto posee ser, también
posee alguna bondad (cf. S.T. I, 5, 3); por tanto, la bondad y el ser son coextensivos.
El concepto de grados del ser se puede entender si recordamos que el significado de
«ser» no se reduce sólo a existencia («ser o no ser») sino también esencia (lo que es una
cosa, su naturaleza), y este segundo aspecto de ser admite grados.
28 El quid del argumento es que «mejor» implica «lo mejor». Dicho de una manera
dinámica, el progreso supone la existencia de una vara de medir inmutable con la que
valorar tal progreso. Si esa vara o nivel también progresase, ¿cómo íbamos a poder
progresar para alcanzarla? ¿Cómo íbamos a alcanzar, o siquiera acercarnos a una meta
que se moviese con nosotros?
El ejemplo que pone Santo Tomás para este principio (el fuego) es, por supuesto,
científicamente malo, pero una ilustración inválida no invalida el principio.
29 Esto se conoce a menudo como el «argumento del diseño». Quizá sea el ar
gumento más popular e instintivamente obvio de todos a favor de la existencia de
Dios. Com o dijo Paley, si nos encontramos un reloj, es razonable concluir que existe
un fabricante de relojes.
74 SANTO TOMÁS DE AQUINO
30 Igual que las Escrituras, San Agustín y Santo Tomás responden al problema del
mal no por medio de una fórmula intemporal, sino con una dramática promesa para
el futuro: dado que el mal se produce en la historia, su solución también se produce
en la historia. El mayor ejemplo en la historia tanto del mal como de Dios generando
el bien a partir de éste es la Crucifixión.
31 Las ciencias naturales y humanas no necesitan de por sí hacerse preguntas acerca
de un origen último, pero la filosofía sí. Una vez queda planteada la cuestión del origen
último de los datos de las ciencias naturales y humanas, las cinco vías demuestran que
Dios es la única respuesta a esa cuestión.
III. L A N A T U R A L E Z A D E D IO S
C u estió n 3
1 N.B.: para Santo Tomás, esencia, «qué es» = modo de existencia («cómo es») en
última instancia. La esencia está relacionada con la existencia en término de potencia
y acto. La existencia (esse) es el acto último y por tanto también la naturaleza (esencia)
de Dios. Sólo en El esencia y existencia son idénticas.
[75]
76 SANTO TOMÁS DE AQUINO
Artículo 7
C u estió n 8
Artículo 1
8 ¡Y nosotros también! Nuestro ser no está confinado dentro de nuestra piel — eso
es epidermidolatría, o idolatría de la epidermis— , sino que es como un campo magné
tico. La frase a la que hace referencia esta nota al pie constituye también la esencia de
la Teoría del Campo de Einstein respecto de la materia, frente a la noción de Newton
de una materia que sólo existía dentro de los límites de su superficie. Einstein definió
la existencia de un cuerpo físico allá donde éste producía un efecto.
9 Esto distingue de manera nítida el cristianismo del deísmo. U n carpintero no
causa la existencia en sí de la casa que construye, sólo su forma, por tanto, cuando el
carpintero deja de trabajadla casa continúa existiendo;pero,si Dios dejase de «trabajar»
(cf.Jn 5,1.7) se destruiría esa existencia en sí de todas las cosas, pues se trata de su obra.
1(1 Gilson llama a esto el «gran silogismo»:
1. El ser es íntimo en todas las cosas.
2. Pero Dios es Ser (su esencia es existencia).
3. Por tanto, Dios es íntimo en todas las cosas.
Nada es más interno, presente e íntimo en todos los seres que Dios. Dios, por así
decirlo, activa desde dentro todos los seres.
N.B.: Dios puede así estar presente y ser íntimo de forma suprema sólo porque
es trascendente de manera suprema, es decir, es existencia pura, infinita, no una exis
tencia limitada por una esencia finita. Si El fuese una de tantas esencias, no podría
encontrarse presente en esencias opuestas. El azul no puede estar presente en el rojo
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 81
porque se trata de una esencia diferente, pero la luz incolora puede hallarse presente
en el rojo, en el azul y en todos los colores. Dios (y la existencia) es como la luz en
esta analogía. Cf. también el artículo 2.
11 Una analogía física algo alejada podría ser la del mar, «en» un barco hundido. La
analogía de Santo Tomás es mejor: el cuerpo se halla «en» el alma, y no al revés, como
solemos pensar (¡qué materialista es nuestra forma habitual de pensar!). Hasta el pro
pio Descartes cayó víctima de este pensamiento-visualización imaginativo-sensorial
cuando afrontaba el problema de la mente y el cuerpo. ¡Durante un tiempo pensó
que el alma podía hallarse «en» la glándula pineaüY nosotros a menudo pensamos aún
que la mente se encuentra «en» el cerebro. Eso es como pensar que un programador
informático se halla «en» su hardware. Si el programador trasciende su software, ¡pues
no digamos su hardware!
12 Dios es trascendente en naturaleza, no en localización. Está aquí, ahora, presente
en este lugar y en este momento, y en todos los lugares y momentos. Dios es trascen
dente en su naturaleza e inmanente en su presencia.
82 SANTO TOMÁS DE AQUINO
C u estió n 9
Artículo 1
C u estió n 13
Artículo 5
Así pues, hay que decir que estos nombres son dados a Dios
y a las criaturas por analogía, esto es, proporcionalmente20. Lo
cual, en los nombres se presenta de doble manera. 1) O porque
muchos guardan proporción a una cosa, como san o se dice tanto
de la medicina como de la orina, ya que ambos guardan relación
y proporción a la salud del animal, la orina como signo y la
medicina como causa. 2) O porque uno guarda proporción con
otro, como san o se dice de la medicina y del animal, en cuanto
que la medicina es causa de la salud que hay en el animal. De
este modo, algunos nombres son dados a Dios y a las criaturas
analógicamente, y no simplemente de forma equívoca o uní
voca. Pues no podemos nombrar a Dios a no ser partiendo de
las criaturas, como ya se dijo (a.l).Y así, todo lo que se dice de
Dios y de las criaturas se dice por la relación que la criatura
tiene con Dios como principio y causa, en quien preexisten de
modo sublime todas las perfecciones de las cosas. Este modo
de interrelación es el punto medio entre la pura equivocidad y
la simple univocidad. Pues en la relación analógica no hay un
solo sentido, como sucede con los nombres unívocos, ni senti
dos totalmente distintos, como sucede con los equívocos21 [...].
211 Es decir, la sabiduría en Dios es infinita y una con la esencia de Dios porque
es proporcional al ser de Dios, que es infinito y uno con su esencia, mientras que la
sabiduría en el hombre es finita y distinta de su esencia porque es proporcional al ser
del hombre, que es finito y está compuesto de esencia más existencia.
21 De este modo, para resumir, todos los nombres de Dios y todos aquellos tér
minos que de El se pueden decir como predicados designan o 1) la esencia de Dios
(Ser, existencia,YO EXISTO), o 2) lo que no es Dios (términos unívocos negativos
como «eterno» [no temporal] o «inmaterial»), o 3) cómo es Dios (términos positivos
analógicos como «sabio» y «bueno»), o 4) relaciones con Dios (por ejemplo, «Creador»,
«Señor», «Redentor»), o 5) simples metáforas («Roca», «León»).
88 SANTO TOMÁS DE AQUINO
C u estió n 14
Artículo 5
22 Este tema es crítico para la Edad Media dado que Aristóteles, cuyo discurso
parecía encarnar la razón, contradecía aquí la fe y la revelación divina. Aristóteles
enseñaba que Dios, al ser perfecto, conocía sólo aquello cuya perfección merecía ser
conocida, esto es, El mismo, y no conocía, ni amaba ni cuidaba de manera providen
cial de otra cosa que Sí mismo. Para preservar la síntesis de fe y razón y demostrar el
carácter razonable de la fe cristiana, Santo Tomás tuvo que mostrar el error racional
de Aristóteles aquí. En el cuerpo del artículo, Santo Tomás da validez al conocimiento
por parte de Dios de otros objetos distintos de Sí mismo sin poner en compromiso
su perfección ni su unidad, ni rebajarlo al modo de conocer sujeto-objeto propio del
ser humano, y lo hace volviendo a apelar, como hace con tanta frecuencia, al hecho
de la creación.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 89
Ar tíc u lo 8
La ciencia de Dios, ¿es o no es causa de las cosas?
Objeciones por las que parece que la ciencia de Dios no
es causa de las cosas.
[...]
En cam bio está lo que dice Agustín en XV De Trín.: Todas
las criaturas, espirituales y materiales, no porque existan las conoce Dios,
sino que existen porque las conoce23.
de su sucesor, Fichte, en la cual la mente (ego) crea (postula) la materia tanto como la
forma, es bastante incorrecta referida al hombre, pero bastante correcta referida a Dios.
24 Cf. 16,1. Aquí se halla implícita toda una visión del mundo. Parece como si la
ciencia humana estuviera leyendo la ciencia de Dios (pues, según la máxima medieval,
«Dios escribió dos libros, la naturaleza y las Escrituras»). Esta visión era tan habitual
para el hombre del medievo como la visión secular-científica-empiricista-materialista-
positivista del mundo lo es para el hombre moderno. La visión medieval del mundo
incluye, abarca y expande la moderna:
En estos dos diagramas, tanto las flechas como los círculos concéntricos repre
sentan la relación de determinación, formación o creación [fabricación]. El nivel
más inferior, o el círculo más pequeño, es en relación con el superior o más grande.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 91
C u estió n 16
Sobre la verdad
Artículo 8
[. ..]
Solución. H a y que decir: Como ya se dijo (a. 1), propiamen
te la verdad está en el entendimiento, y las cosas son llamadas
verdaderas por la verdad que hay en algún entendimiento. Por
lo tanto, la mutabilidad de la verdad hay que analizarla con
respecto al entendimiento [...].
Por lo tanto, si hay algún entendimiento en el que no pueda
darse un cambio de opinión, o al que no se le escape nada, en
él la verdad es inmutable. Como se demostró (q.14 a. 15), un
entendimiento así lo es el divino. Por eso, la verdad del enten
dimiento divino es inmutable. En cambio, la verdad de nuestro
entendimiento es cambiable. No porque ella esté sometida a
mutación, sino porque nuestro entendimiento pasa de la verdad
a la falsedad26 [...].
C u estió n 19
Artículo 5
Objeciones por las que parece que hay alguna cosa que
determine la voluntad de Dios:
1. Dice Agustín en el libro Octoginta trium quaest.: ¿ Quién
osará decir que Dios lo hizo todo de un modo irracional? Pero en
quien obra voluntariamente, la razón de obrar es también la
causa de querer. Luego la voluntad de Dios tiene alguna causa27.
2. [...] Si su voluntad no es causa alguna, no sería necesario
buscar en las cosas naturales ninguna causa a no ser la voluntad
divina. De ser así, las ciencias que buscan las causas de los efectos,
serían del todo inútiles [...].
Solución. Hay que decir. De ninguna manera la voluntad de
Dios tiene alguna causa. Para demostrarlo, hay que tener presen
te que, como la voluntad sigue al entendimiento, sucede que del
mismo modo causa el querer en quien quiere y el conocer en
quien conoce. En el entendimiento ocurre que, si por una parte
conoce el principio y por otra la conclusión, el conocimiento
del principio causa el conocimiento de la conclusión. Pero si
el entendimiento es el mismo principio y viera la conclusión,
aprehendiendo principio y conclusión en un único acto, el
conocimiento de la conclusión no estaría causado por el co
nocimiento del principio, porque lo mismo no es causa de sí
mismo. Sin embargo, comprendería que los principios causan
27 Cf. la pregunta de Sócrates en el Eutifrón: «¿Acaso es pía una cosa porque a los
dioses les agrada, o les agrada ésta a los dioses porque es pía?». El problema es evitar tan
to la imperfección intelectual de la arbitrariedad (la primera alternativa en la pregunta
de Sócrates) como la imperfección volitiva de una voluntad de Dios formada, deter
minada y juzgada por aquello que es externo a El (la segunda alternativa de Sócrates).
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 93
C u estió n 20
Artículo 2
¿Dios lo ama o no lo ama todo?
Objeciones por las que parece que Dios no lo ama todo:
[••■]
4. Por último. En el Sal 5, 7 se dice: Odiaste a todos los que
hacían el mal. Pero no se puede odiar y amar algo al mismo
tiempo. Luego Dios no lo ama todo.
En cam bio está lo que se dice en Sab 11,25: Amas todo lo
que existe, y nunca has odiado lo que creaste.
Solución. Hay que decir: Dios ama todo lo existente. Pues
todo lo existente, por existir, es bueno; ya que el mismo ser de
cualquier cosa es bueno, como también lo es cualquiera de sus
perfecciones. Ya se demostró anteriormente (q.19 a.4) que la
voluntad de Dios es causa de todo. Así, es necesario que algo
tenga ser o algún bien en tanto en cuanto es querido por Dios.
Por lo tanto, Dios quiere algún bien para cada ser existente. Por
eso, como amar no es más que desear el bien a alguien, resulta
evidente que Dios ama todo lo existente.
Sin embargo, no ama como nosotros lo hacemos. Pues, como
nuestra voluntad no causa [de forma activa] la bondad de las
cosas, sino que es movida [de forma pasiva] por ella como por
el objeto, nuestro amor, por el que queremos el bien para al
guien, no causa su bondad. Sino que sucede al revés, es decir, su
bondad, real o aparente, provoca el amor por el que queremos
que conserve el bien que posee y alcance el que aún no tiene.
A ello nos entregamos. Pero el amor de Dios infunde y crea
bondad en las cosas29.
29 Pues Dios es puro acto, sin potencia, y por tanto sin ser causado o movido
(cambiado) por otras cosas. Dios no se enamora por el mismo motivo que el agua
no se moja.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 95
Artículo 3
[...]
En cam bio está lo que dice Agustín en Super Ioann.: Dios
ama [1] todo lo que hizo; y de esto, ama más [2] a las criaturas racio
nales; y de éstas, ama más [3] a los que son miembros de su Unigénito.
[4] Y a su Unigénito lo ama mucho más todavía.
Solución. Hay que decir: Como amar es querer el bien para
alguien, en un doble sentido puede decirse amar más o menos.
1) Uno, por parte del mismo acto de la voluntad, que puede ser
más o menos intenso. En este sentido, Dios no ama a unos más
que a otros, porque todo lo ama con un solo y simple acto de
voluntad, que siempre tiene la misma intensidad. 2) Otro, por
parte del mismo bien que alguien quiere para el amado. Y, en
este sentido, decimos que alguien ama más a otro si el bien que
se le desea es mayor, aun cuando no sea con una más intensa
voluntad.Y en este sentido es en el que hay que decir que Dios
ama a unos más que a otros. Pues como el amor de Dios es
causa de la bondad de las cosas, como ya se dijo (a.2), algo no
30 Dios practica aquello que nos predica: ama al pecador y odia el pecado. Dios
ama incluso al ser que El creó en el diablo, pero no a la ausencia de ser en el pecado
del diablo. Santo Tomás no está diciendo que los pecadores no tengan existencia, sino
que carecen de la plenitud de existencia que viene con el amor por el bien.Vicio y
virtud poseen una dimensión ontológica al igual que moral; mermamos nuestro ser
cuando pecamos y lo aumentamos por medio de las virtudes.
96 SANTO TOMÁS DE AQUINO
31 Esto puede resultar chocante para aquellos cuya verdadera religión es el ame
ricanismo, pero es que Dios no es norteamericano. El amor de Dios está ordenado
jerárquicamente, tanto como lo debería estar el nuestro (¿de verdad piensa alguien que
no deberíamos amar a la gente más que a los animales?). El argumento de la última
frase del artículo parece simple y contundente.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 97
C u est ió n 22
Artículo 4
C u estió n 46
Artículo 1
1 El tema era importante en la Edad Media porque Aristóteles parecía haber de
mostrado que el mundo era eterno. Sin embargo, las Escrituras revelaban que había
tenido un principio; así, la filosofía y la teología revelada — la razón y la fe— parecían
contradecirse e invalidar el nuclear empeño medieval de su maridaje.
[99]
100 SANTO TOMAS DE AQUINO
Artículo 2
6 Es decir, que sólo se puede descubrir por medio de la fe, no por la razón
desasistida. Después de mostrar, en el artículo 1, que la razón no puede demostrar
la falsedad de la doctrina de la creación de un mundo con un recorrido temporal
finito en lugar de infinito, Santo Tomás ahora muestra que la razón tampoco puede
demostrar su veracidad. El primer artículo refuta a los averroístas latinos; el segundo
refuta a los agustinianos.
7 He aquí el argumento del kalam (tiempo), utilizado por muchos filósofos mu
sulmanes del medievo, y adoptado por filósofos cristianos como San Buenaventura.
104 SANTO TOMÁS DE AQUINO
8 Santo Tomás siempre tiende a ser más crítico, escéptico y agnóstico que crédulo.
Preferiría no ofrecer argumento alguno que ofrecer uno débil. Este hábito tan severo
a menudo resulta irritante para los creyentes; el hábito opuesto, sin embargo, suele
irritar a los no creyentes.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 105
9 Cf. 1,44,1.
10 Distínganse tres tipos de causas eficientes en lo que al tiempo se refiere:
1. El tipo más habitual precede a sus efectos en el tiempo. Por ejemplo, el golpe
del bate de béisbol a la bola (la causa) sucede antes de que ésta salga volando del
campo (el efecto).
2. A veces, la causa y el efecto son simultáneos en duración. Por ejemplo, una
bola de acero que deja una marca sobre una almohada, o el acto del pensamiento que
genera una idea en la mente.
3. En cuanto a ese tipo singular de causa eficiente que es la creación, la causa
y el efecto pueden ser simultáneos e instantáneos en lugar de durativos, dado que la
creación no es un proceso en el tiempo (véase I, 45, 2). Imaginarnos esto nos resulta
imposible, pues nuestra capacidad de imaginación sólo puede imaginar algo en el
tiempo y el espacio, y es para nosotros muy difícil de concebir, pero es ligeramente
posible, o «difícilmente inteligible», que diría Santo Tomás. Es inteligible al menos en
sentido negativo, por medio de lo que no es.
106 SANTO TOMÁS DE AQUINO
11 Cf. las famosas paradojas de Zenón contra el movimiento, que afirman la impo
sibilidad de pasar por un número infinito de puntos en el espacio en un tiempo finito.
El argumento del kalam comete un error similar, según Santo Tomás, al afirmar la
imposibilidad de pasar por un número infinito de días en el tiempo. Su razonamiento
es que no hay un número realmente infinito de días, por mucho que retrocedamos. La
premisa falsa que comparten las paradojas de Zenón y el argumento del kalam queda
al descubierto en la última frase.
V. A N T R O P O L O G ÍA :
C U E R P O Y A LM A
C u estió n 75
Artículo 6
1 Es decir, todo lo que tiene su propio acto de existencia (es decir, todo cuanto
es sustancia y no accidente). Los accidentes (como la blancura de una gaviota) y las
simples formas materiales (como la naturaleza de la gaviota) pueden generarse o co
rromperse por la generación o corrupción de la sustancia a la cual son inherentes (la
gaviota); pero una sustancia (por ejemplo, una gaviota) no se genera o corrompe por
la generación o corrupción de otra sustancia (otra gaviota).
2 La corrupción se produce al ser la forma separada de su materia (por ejemplo,
el alma separada de su cuerpo). Este hombre, esta sustancia compuesta de forma y
materia, es corruptible, pero el alma, como forma sin materia, no es así corruptible.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 109
Puede ser también señal de esto el que cada ser por naturale
za desea ser como debe ser. En los seres que pueden conocer, el
deseo sigue al conocimiento. En cambio, el sentido no conoce
el ser más que sometido al aquí y ahora, mientras que el entendi
miento aprehende el ser absolutamente y siempre. Por eso, todo
lo que tiene entendimiento por naturaleza desea existir siempre.
Un deseo propio de la naturaleza no puede ser un deseo vacío3.
Así, pues, toda sustancia intelectual es incorruptible.
Respuesta a las objeciones: 1. A la primera hay que decir:
Salomón, tal como queda expresado en Sab 2,1.21, dice aquello
pero referido a los necios. El que el hombre y los otros animales
tengan un principio similar, es verdad en cuanto al cuerpo, pues
todos los animales vienen de la tierra. Pero no es verdad en
cuanto al alma, pues el alma de los irracionales es producida a
partir de alguna fuerza corpórea, mientras que el alma humana
es producida por Dios. Esto es lo que expresa lo dicho en Gen
1,24 en cuanto a los animales: Produzca la tierra alma viviente. En
cuanto al hombre dice (Gén 2,7): Le inspiró en su rostro el aliento
vital4. De ahí que en Ecl 12, 17 concluya: Vuelva el polvo a la
tierra de la que vino, retorne el espíritu al Dios que lo dio.
Igualmente, un similar desarrollo vital lo tiene en cuanto al
cuerpo. A esto corresponde lo dicho: Respiran deforma parecida
(Ecl 3, 19), y en Sab 2, 2: Humo y aliento hay en nuestras narices.
Pero no es similar el desarrollo en cuanto al alma, porque el
A rtículo 7
C u estió n 76
Artículo 5
6 Quizá sea este principio — explicar la materia por la forma, explicar los detalles
empíricos por el propósito unificador, explicar el menor y el inferior por el mayor y
el superior— , más que cualquier otra noción, el que mejor distinga la idea clásica y
medieval de razón y explicación de la correspondiente noción moderna, que tiende
a lo contrario, es decir, al reduccionismo (por ejemplo, el pensamiento no es más que
actividad bioquímica, el amor sólo es lujuria, el hombre no es más que un simio inte-
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 113
C u estió n 82
Sobre la voluntad
Artículo 3
1 Este tema y el del siguiente artículo son cruciales para la tarea del maridaje de
la filosofía pagana de la antigua Grecia con la revelación bíblica judeocristiana a causa
de la gran contradicción que parece haber aquí, pues para Platón y Aristóteles, la
[115]
116 SANTO TOMÁS DE AQUINO
parte central, más profunda y más elevada del hombre es su mente y su entendimien
to, mientras que en la Biblia, el corazón — o voluntad— y su amor son básicos. Cf.
William Barrett, Inational Man, capítulo 4: «Hebraism and Hellenism». Santo Tomás,
en ese estilo tan cuidadoso y equilibrado suyo, no pone en un compromiso ninguno
de estos dos discernimientos, sino que los sintetiza al percibir una distinción crucial
(en el cuerpo de este artículo).
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 117
4 He aquí el «meollo» práctico.Es mejor amar a Dios que conocerlo, pero es mejor
conocer las cosas materiales que amarlas.
5 Por tanto, dice Santo Tomás en otro lugar que el mayor bien que se le puede
hacer al prójimo es guiarlo hacia la verdad.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 119
C u estió n 83
Artículo 1
demostrarlo, hay que tener presente que hay seres que obran
sin juicio previo alguno. Ejemplo: una piedra que cae de arriba;
todos los seres carentes de razón. Otros obran con un juicio
previo, pero no libre. Ejemplo: los animales; la oveja que ve
venir al lobo juzga que debe huir de él, pero lo hace con un
juicio natural y no libre, ya que no juzga analíticamente, sino
con instinto natural. Así son los juicios de todos los animales. En
cambio, el hombre obra con juicio, puesto que, por su facultad
cognoscitiva, juzga sobre lo que debe evitar o buscar. Como
quiera que este juicio no proviene del instinto natural ante
un caso concreto, sino de un análisis racional, se concluye que
obra por un juicio libre, pudiendo decidirse por distintas cosas.
Cuando se trata de algo contingente, la razón puede tomar
direcciones contrarias. Esto es comprobable en los silogismos
dialécticos y en las argumentaciones retóricas [probables].Ahora
bien, las acciones particulares son contingentes, y, por lo tanto, el
juicio de la razón sobre ellas puede seguir diversas direcciones,
sin estar determinado a una sola. Por lo tanto, es necesario que
el hombre tenga libre albedrío, por lo mismo que es racional.
Respuesta a las objeciones: 1. A la primera hay que decir.
Como dijimos anteriormente (q.81 a.3 ad 3), el apetito sensi
tivo, aun cuando esté sometido a la razón, sin embargo, puede
oponérsele deseando algo contrario a lo que dicta la razón. Por
lo tanto, éste es el bien que rechaza el hombre cuando quiere,
esto es, no desear en contra de la razón, como explica Agustín en
aquel mismo texto.
2. A la segunda hay que decir: Aquella frase del Apóstol no
significa que el hombre no quiera ni corra con libre albedrío,
sino que el libre albedrío no es suficiente para hacerlo si no es
movido y ayudado por Dios.
3. A la tercera hay que decir. El libre albedrío es causa de su
propio movimiento, ya que el hombre se mueve a sí mismo a
obrar por su libre albedrío. Pero la libertad no precisa necesa
riamente que el sujeto libre sea la primera causa de sí mismo.
Para que una cosa sea causa de otra, tampoco se precisa que sea
su primera causa. Dios es la primera causa que mueve tanto
las causas naturales como las voluntarias. Y así como al mo
ver las causas naturales no impide que sus actos sean naturales,
al mover las voluntarias, tampoco impide que sus acciones sean
voluntarias. Por el contrario, hace que lo sean ya que en cada
uno obra según su propio modo de ser7 [...].
7 Nótese de qué manera tan simple y elegante soluciona Santo Tomás el espinoso
problema de la reconciliación del libre albedrío humano con la causalidad divina. Si
Dios como primera causa de la naturaleza de los perros hace que los perros sean pe
rros y no no-perros, entonces Dios como primera causa de la libertad humana hace
que la libertad sea libre, y no no-libre. La gracia establece la naturaleza, no la elimina.
122 SANTO TOMÁS DE AQUINO
C u estió n 84
Artículo 1
A r tíc u lo 6
inmutables y las sustancias naturales totalmente móviles. Nótese cómo cada solución
se iba acercando a la verdad más que sus predecesoras.
13 Nótese de nuevo lo equilibrado de Santo Tomás: el artículo 5 (el argumento
platónico-agustiniano) se ha de complementar con el artículo 6 (el argumento aris
totélico) y viceversa.
126 SANTO TOMÁS DE AQUINO
C u estió n 85
Artículo 1
17 Estas dos objeciones asumen una teoría del conocimiento basada en la simple
«copia».
130 SANTO TOMÁS DE AQUINO
Artículo 2
26 Santo Tomás distingue (a) materia sensible individual: esta carne y estos huesos;
(b) materia sensible común: carne y huesos en general; (c) materia inteligible común:
sustancia cuantificada.
Los sentidos no abstraen a partir de (a), (b) o (c).
Las ciencias físicas abstraen de (a) pero no de (b) o (c).
Las ciencias matemáticas abstraen de (a) y (b), pero no de (c).
La metafísica abstrae de (a), (b) y (c).
La física, las matemáticas y la metafísica representan los tres grados de abstracción.
27 Este es, quizá, el artículo más importante de la epistemología de Santo Tomás,
históricamente hablando, dado que es su alternativa a la mayor parte de la epistemo
logía clásica moderna, que a su vez constituye la mayor parte de la filosofía clásica
moderna. La epistemología moderna está lastrada por el fantasma del escepticismo,
incluso del solipsismo a causa de su constante tendencia subjetivista. Esto, a su vez,
surge sobre todo de la «cosificación de las ideas», la tendencia a no tratar las ideas
como signos intencionales (puros signos, meros signos, «signos formales» — en la
terminología técnica tomista— ), sino como cosas pretendidas (conocidas) antes de
que éstas pretendan otras cosas (técnicamente, como «signos materiales»); no como
134 SANTO TOMÁS DE AQUINO
medios (quo) de conocer objetos, sino como objetos conocidos (quod). Ésta es, sin
duda, la primerísima tesis de la teoría del conocimiento de Locke: «idea = objeto del
conocimiento». Santo Tomás sigue una senda alternativa desde aquí, desde el mismo
comienzo, y define una idea (o «especie inteligible») no como «aquello que» (id quod)
es conocido, es decir, como un objeto, sino como «aquello por lo que» (id quo) es
conocida alguna cosa objetivamente real. Si todo cuanto conociésemos de manera
primaria y directa fuesen nuestras ideas, el escepticismo acabaría por ser inevitable,
pues seríamos como prisioneros en las celdas de una cárcel, que sólo ven imágenes
del mundo exterior en la televisión, y nunca podrán salir de la cárcel y ver de forma
directa el mundo real para saber si las imágenes de la televisión son verdaderas o falsas.
28 La analogía entre representaciones sensoriales e ideas («especies inteligibles»)
no es perfecta. N o podemos percibir por reflexión los medios de nuestra percepción,
esto es, las representaciones sensoriales (véase la segunda mitad del párrafo de la solu
ción); pero las ideas, aunque no son objetos conocidos de manera primaria, pueden ser
objetos conocidos de manera secundaria, reflexiva, después de que haya sido conocido
algún objeto real primario. Las representaciones sensoriales, por otro lado, nunca son
percibidas siquiera como objetos secundarios, pues la representación sensorial en sí
no tiene tamaño, forma o peso como tienen los objetos sensibles.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 135
31 Santo Tomás ve así de manera implícita las ideas como algo dinámico en lugar
de estático, como actos (o instrumentos) de conocimiento, en lugar de objetos cono
cidos (excepto por un acto reflexivo, secundario):
Santo Tomás
Oponentes
Relación
Conocimiento
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 137
C u estió n 2
Artículo 1
[139]
140 SANTO TOMÁS DE AQUINO
Nietzsche, Sartre, Marx todo sabio y pseudo sabio da respuesta a esta pregunta, y sus
respuestas tiñen y determinan el resto de la filosofía práctica de cada uno de ellos.
2 La versión antigua del «todo tiene un precio», o incluso del «todo hombre tiene
un precio».
N.B.: los argumentos de estas tres objeciones no son sino pistas; dan con caracte
rísticas comunes al summum bonum y a la riqueza. Com o demostraciones, caen en la
falacia de la base no distribuida: el summum bonum es x, la riqueza es x, por tanto la
riqueza es el summum bonum. Lo mismo sucede con la mayoría de las objeciones a los
siguientes artículos de esta cuestión.
3 Es decir, el dinero es como un paraguas, por encima de todo. El dinero puede
comprar cualquier cosa que se pueda comprar con dinero. D ado que es su universa
lidad lo que parece validarlo como el summum bonum, la respuesta de Santo Tomás es
que esa universalidad suya es engañosa: sólo puede comprar «lo que se puede comprar
con dinero» (respuesta a la segunda objeción). La verdad es que se trata de un paraguas
bastante pequeño.
4 El dinero, al contrario que la felicidad [la bienaventuranza], es bueno sólo cuando
se gasta, no cuando se conserva.
N.B.: los argumentos de las secciones «en cambio» no son demostraciones de
la causa al efecto, sino que a menudo van del efecto a la causa. La verdadera causa o
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 141
Artículo 2
9 N.B.: con los «objetos sexuales» sucede lo mismo que con el dinero: resultan
mucho menos deseables una vez «conseguidos» que cuando no se tenían y se deseaban.
Con el verdadero bien es justo al contrario. Es probable que Santo Tomás dijese que
nuestra sociedad trata el sexo igual que al dinero (como medio de intercambio) y al
dinero igual que al sexo (pues el dinero se puede reproducir por medio de los inte
reses [usura] en un sistema capitalista, algo que Santo Tomás consideraba antinatural,
tanto como la mayoría de pensadores premodernos cristianos, judíos y musulmanes).
10 De este modo, la experiencia es una maestra honesta, en especial la experiencia
del fracaso y la infelicidad, tal y como descubrió San Agustín en su vida (cf. Confesiones)
y tantos otros descubren hoy en día.
11 La versión antigua del honor («calificaciones altas» de los demás) es jerárquica
— recibir honores por ser superior— mientras que la versión moderna más habitual
es igualitaria — ser aceptado como «uno entre la multitud»— ; pero ambas versiones
quedan sometidas a estos mismos argumentos.
144 SANTO TOMÁS DE AQUINO
12 Esta objeción, igual que la primera objeción del artículo 1, confunde lo deseado
con lo deseable, o el querer con el necesitar.
13 Es decir, que el honor es externo y la felicidad es interna.
14 Esforzarse buscando la nota en un curso en lugar de buscar el saber es un ejem
plo de una inversión errónea del signo y el objeto significado. Otro ejemplo sería irse
de vacaciones únicamente para sacar fotos de éstas. U n tercer ejemplo consistiría en
ser buena persona sólo para recibir honores de los demás, o para «llevarse bien con la
gente», una forma muy popular de este mismo error.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 145
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 5
30 Por «navegar» Santo Tomás no entiende tan sólo el hecho de consultar las cartas
de navegación, sino «surcar el mar» realmente.
31 Cf. el artículo 7 para una demostración de este argumento.
32 En contraste con Hobbes o con cualquier materialista, para quienes lo inverso
es verdadero: el alma es un mero siervo del cuerpo. Hobbes dice que la razón es «el
explorador que trabaja para los sentidos».
33 Estos ocho artículos están organizados de manera jerárquica, una escala de
valores, lo cual no obedece a una simple cuestión de preferencias personales de Santo
152 SANTO TOMÁS DE AQUINO
Artículo 6
Tomás. Tal jerarquía objetiva es una necesidad práctica para toda elección moral in
teligente, dado que la mayoría de las elecciones no se dirimen entre el bien y el mal,
sino entre dos bienes en competencia.
34 Cf. II—
II, 35,4, respuesta a la segunda objeción: «Nadie puede permanecer largo
tiempo en tristeza sin placer [ ] Quienes no pueden gozar de las delicias espirituales
se enfangan en las del cuerpo».
35 Otra indicación de lo alejados que se hallaban los antiguos de los modernos
en lo referente a la felicidad: si el significado de eudaimonia o makarios (en griego), o
bien de felicitas o beatitudo (en latín) fuese el de meros sentimientos de satisfacción,
este argumento resultaría ininteligible.
36 Tal y como apuntó Platón en el libro 9 de la República, todos aquellos que
han experimentado tanto los mayores placeres corporales como los mayores placeres
espirituales coinciden en el testimonio que dan acerca de los resultados de esta doble
experiencia: que el alma es capaz de experimentar un placer mucho mayor que el
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 153
Artículo 7
38 Santo Tomás no se refiere a que el hombre sea un medio que ha de ser utilizado
en lugar de un fin que ha de ser amado, sino que la razón última por la cual el hombre
ha de ser amado no es el propio hombre, sino Dios. Pues Dios es 1) la causa formal
ejemplar del hombre: el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios. U no ama
la imagen a causa del original, y no al revés. 2) Dios es la primera causa eficiente del
hombre, su Creador. 3) Dios es también la causa final del hombre, el summum bonum,
o fin último, y no al revés.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 155
Artículo 8
39 Si el alma fuese su propio fin, esto sería como si una flecha disparada fuese su
propia diana.
156 SANTO TOMÁS DE AQUINO
40 Santo Tomás, siguiendo a San Agustín, está en desacuerdo con esta premisa (cf.
Confesiones 1, 1: «Tú nos has hecho paraTi, y no hallan quietud nuestros corazones
hasta que descansan enTi».Ya se le llame deseo natural o se le llame deseo sobrenatural,
existe en nosotros un inherente deseo de Dios.
41 Otra máxima: «Conócete a ti mismo; a Dios no pretendas conocer. Lo que debe
estudiar la humanidad es el hombre» (Alexander Pope, An Essay on Man). C. S. Lewis
responde: «Lo que debe estudiar la humanidad es todo».
42 N.B.: Santo Tomás no habla de bondad universal, sino de bien universal. Podría
llamarse a Dios un «universal concreto» más que un universal abstracto o un particular
concreto.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 157
C u estió n 5
A rtículo 6
[•■ •]
Solución. Hay que decir: [...] Así, lo que es apetecido como
medio para conseguir el fin último de la tendencia del apeti
to, se llama útil; y lo que es apetecido como fin último de la
tendencia del apetito, se llama honesto, porque se llama honesto
a aquello que es apetecido por lo que es. Aquello en lo que
termina la tendencia del apetito, es decir, la consecución de lo
buscado, es el deleite.
[•■ •]
C u estió n 48
Artículo 6
[••■ ]
En cambio, un artífice sabio permite el mal menor para
evitar el mayor45. Ejemplo: el médico amputa un miembro
para que no se corrompa todo el cuerpo. Pero la sabiduría de
Dios impone la pena para evitar la culpa. Por lo tanto, la culpa
es un mal mayor que la pena.
Solución. H a y que decir: La culpa tiene más razón de mal
que la pena. Y no sólo que la pena sensible, que consiste en la
privación de bienes corporales, tal como entienden muchos las
penas, sino también más que la pena tomada en toda su exten
sión, esto es, en cuanto que las penas son una determinada pri
vación de la gracia y de la gloria46. Esto es así por dos motivos:
45 Con esto, lo que está diciendo Santo Tomás no es que sea sabio o sea bueno
infligir el mal menor para prevenir uno mayor (pues esto nunca es necesario; nuestros
propios males se previenen por medio de nuestras propias decisiones, y los males de
los demás son los males de los demás, no los nuestros), sino que a veces es bueno y
sabio infligir el tipo menor de mal, dolor, etcétera, para evitar el tipo mayor de mal. De
esta forma, el castigo, que ha de ser doloroso de algún modo, puede ser moralmente
bueno si es merecido y además va dirigido a apartar al castigado de futuros males. El
principio del «mal menor» significa 1) que a menudo tenemos que tolerar o permitir
el mal menor para prevenir el mayor, y 2) que a veces hemos de infligir el menor tipo
de mal para evitar el mayor, pero no 3) que debamos cometer pecadillos para evitar
cometer grandes pecados.
46 Por tanto, el pecado (el mal) es un mal aún mayor que su castigo (la privación
de la vida de Dios en el alma, que en esta vida está presente de manera imperfecta
por la gracia, y en la venidera de manera perfecta por la gloria). En otras palabras, el
peor mal no es el Infierno, sino el pecado. La conclusión quizá resulte sorprendente
para nuestra sensibilidad, pero queda demostrada para nuestra razón.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 159
47 Santo Tomás incluye aquí ese discernimiento moral de Sócrates tan fundamen
tal: que es mejor sufrir el mal que hacerlo; y ese otro de Kant: que el corazón del bien
(Kant habla del único bien intrínseco) es una buena voluntad.
48 Hay más mal en oponerse al bien increado (el propio Dios) que en verse pri
vado de El de manera pasiva.
160 SANTO TOMÁS DE AQUINO
C u estió n 61
Artículo 2
C u estió n 62
Artículo 3
C u estió n 91
Artículo 1
[•■ •]
Solución. Hay que decir. Como ya expusimos (q.90 a.l ad 2;
a.3.4),la ley no es otra cosa que un dictamen de la razón práctica
existente en el príncipe que gobierna una comunidad perfecta
[completa]. Pero, dado que el mundo está regido por la divina
providencia, como expusimos en la Parte I (q.22 a. 1.2), es ma
nifiesto que toda la comunidad del universo está gobernada por
la razón divina. Por tanto, el designio mismo de la gobernación
de las cosas que existe en Dios como monarca del universo tiene
naturaleza de ley.Y como la inteligencia divina no concibe nada
en el tiempo, sino que su concepto es eterno, según se dice en
Prov 8,23, síguese que la ley en cuestión debe llamarse eterna.
[...]
Artículo 2
[...]
En cambio está lo que, a propósito de las palabras de Rom 2,
14: Los gentiles, que no tienen ley [la de Moisés], cumplen natural
mente los preceptos de la ley, comenta la Glosa: Aunque no tienen
ley escrita, tienen, sin embargo, la ley natural, mediante la cual cada
uno entiende y es consciente de lo que es bueno y de lo que es malo.
Solución: Hay que decir: Siendo la ley regla y medida, pue
de, como ya se ha dicho (q.90 ad 1), existir de dos maneras: tal
como se encuentra en el principio regulador y mensurante, y
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 165
Artículo 3
[...]
Solución. Hay que decir. La ley, como ya expusimos (q.90 a.l
ad 2), es un dictamen de la razón práctica. Ahora bien, el pro
53 Así, la voz de la conciencia (la razón natural que juzga el bien y el mal) es el
eco de la voz de Dios, y es por tanto sagrada e inviolable.
166 SANTO TOMÁS DE AQUINO
Artículo 4
[...]
H a y que decir: Además de la ley natural y de la
Solución.
ley humana, era necesario para la dirección de la vida humana
contar con una ley divina.Y esto por cuatro razones.
Primera, porque [...] el hombre está ordenado al fin de la
bienaventuranza eterna [...].
C u estió n 94
De la ley natural
Artículo 5
57 Por ejemplo, las Bienaventuranzas y los «consejos evangélicos» del Nuevo Tes
tamento son un añadido significativo a la ley antigua; o la obligación de votar en una
democracia moderna, que no había en la antigua monarquía.
SUMA TEOLÓGICA MÍNIMA 169
A r t íc u l o 6
[...]
En cam bio está lo que San Agustín dice en II Confess.:
Tu ley ha sido escrita en los corazones de los hombres, donde ninguna
iniquidad la puede borrar. Pero la ley escrita en los corazones de
los hombres es la ley natural. Luego la ley natural no puede ser
suprimida.
Solución. Hay que decir: Como ya expusimos (a.4.5), a la
ley natural pertenecen, en primer lugar, ciertos preceptos co
munísimos que son conocidos de todos, y luego, ciertos precep
tos secundarios y menos comunes que son como conclusiones
muy próximas a aquellos principios. Pues bien, en cuanto a
los principios más comunes, la ley natural no puede en modo
alguno ser borrada de los corazones de los hombres si se la
considera en universal. Puede ser abolida58, sin embargo, en
algún caso concreto cuando, por efecto de la concupiscencia o
de otra pasión, la razón se encuentra impedida para aplicar el
principio general a un asunto particular, según ya expusimos
(q.77 a.2). Mas en lo que toca a los preceptos secundarios, la
ley natural puede ser borrada del corazón de los hombres [...]
por costumbres depravadas y hábitos corrompidos, como en el
caso de aquellos que no consideraban pecado el robo (cf. a.4)
ni siquiera los vicios contra la naturaleza59, como también dice
el Apóstol en Rom 1, 24s [...].
ISBN 978-84-309-5924-2
1246039
www.tecnos.es
9 788430 959242
LOS ES ENCIAL E S DE LA F I L O S O F I A