Resumen U3

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Centro Técnico de Estudios Superiores

Técnico de Enfermería

Profesor

José Ríos

Alumno

Rafael A. Gálvez M.

Materia

Principios de sociología

Cedula

8-938-107

Grupo

Enfermería B23

2024
Introducción

El funcionalismo estructuralista es una corriente teórica que ha marcado un hito en


la comprensión de la sociedad y sus estructuras. Esta teoría ve a la sociedad
como un sistema complejo cuyas partes trabajan juntas para promover la
estabilidad y el equilibrio. Su visión de las instituciones, normas y tradiciones como
piezas interconectadas que mantienen la cohesión social ha influido
profundamente en la sociología y la antropología. A continuación, se presenta un
resumen detallado sobre los aspectos más relevantes del funcionalismo
estructuralista, destacando sus orígenes, desarrollo y principales exponentes.
Resumen

El funcionalismo estructuralista surge de la mano de Émile Durkheim, uno de los


fundadores de la sociología moderna, quien estaba preocupado por cómo las
sociedades podían mantener su cohesión y estabilidad. Según Durkheim, las
sociedades tradicionales y las sociedades modernas se mantienen unidas por
diferentes tipos de solidaridad: la solidaridad mecánica, que es fuerte en las
sociedades primitivas donde los individuos comparten valores y creencias
similares, y la solidaridad orgánica, característica de las sociedades modernas,
donde la especialización del trabajo genera interdependencia entre los miembros.

Durkheim defendía que la sociedad debe ser analizada como un ente separado de
los individuos que la componen, argumentando que las instituciones sociales
tienen funciones específicas que permiten mantener la cohesión social. Esta idea
de "funciones" se convirtió en uno de los pilares del funcionalismo estructuralista.

En el campo de la antropología, autores como Bronislaw Malinowski y Alfred


Radcliffe-Brown aplicaron las ideas funcionalistas al estudio de las sociedades
primitivas. Radcliffe-Brown introdujo el prefijo "estructuralista" al funcionalismo,
subrayando la importancia de las relaciones sociales estructurales que permiten
que una sociedad funcione de manera cohesiva, incluso en la ausencia de una
autoridad centralizada. Su enfoque fue particularmente relevante en sociedades
"primitivas" que dependían más de los grupos de parentesco que de las
instituciones formales.

Posteriormente, el sociólogo Talcott Parsons integró el funcionalismo en una teoría


sociológica más amplia, desarrollando un esquema teórico conocido como el
modelo AGIL, que define las cuatro funciones esenciales que cualquier sistema
social debe cumplir para mantenerse estable: adaptación (A), logro de metas (G),
integración (I) y latencia o mantenimiento de patrones (L). Estas funciones
describen cómo los sistemas sociales se adaptan a su entorno, establecen metas,
regulan las relaciones entre sus partes y mantienen su cohesión a largo plazo.
Principales exponentes del funcionalismo estructuralista

A lo largo de su desarrollo, el funcionalismo estructuralista contó con la influencia


de varios teóricos importantes:

1. Émile Durkheim: Considerado el precursor del funcionalismo, Durkheim


propuso que las instituciones y normas sociales tienen funciones que
permiten la estabilidad. Introdujo el concepto de solidaridad y exploró cómo
las sociedades se mantienen unidas a través de sus instituciones.

2. Bronislaw Malinowski: En el campo de la antropología, Malinowski


argumentó que las prácticas culturales cumplen una función que satisface
las necesidades básicas de los individuos, tanto biológicas como
psicológicas, y por lo tanto son esenciales para la supervivencia social.

3. Alfred Radcliffe-Brown: Desarrolló la idea de que las estructuras sociales


son interdependientes y que el propósito de estas es mantener la cohesión
social. Radcliffe-Brown aplicó estas ideas en sus estudios de las
sociedades africanas, subrayando la importancia de los sistemas de
parentesco y la organización social.

4. Talcott Parsons: Amplió el funcionalismo estructuralista en el ámbito de la


sociología. A través del esquema AGIL, Parsons intentó explicar cómo las
sociedades complejas gestionan sus conflictos y alcanzan un equilibrio
social. También destacó que los individuos actúan dentro de sistemas
sociales normativos, donde su comportamiento está influenciado por los
valores y normas de la sociedad.

5. Herbert Spencer: Otro de los precursores del funcionalismo, Spencer utilizó


la analogía orgánica para describir cómo las instituciones sociales, como
los órganos de un cuerpo humano, trabajan de manera interdependiente
para mantener la estabilidad de la sociedad. Spencer fue uno de los
primeros en introducir la idea de evolución social, sugiriendo que las
sociedades, al igual que los organismos, evolucionan a lo largo del tiempo.
6. Robert K. Merton: Aunque fundamentalmente de acuerdo con Parsons,
Merton añadió importantes matices al funcionalismo. Introdujo la idea de
funciones manifiestas y funciones latentes para explicar cómo las
instituciones sociales pueden tener efectos no intencionados o no
reconocidos. También destacó la existencia de disfunciones, lo que implica
que no todas las instituciones contribuyen al bienestar general de la
sociedad.

Estructura teórica del funcionalismo estructuralista

El funcionalismo estructuralista se basa en la premisa de que las sociedades están


compuestas por partes interdependientes, que deben funcionar de manera
cohesionada para mantener la estabilidad y el orden. Estas partes son las
instituciones, los valores y las normas, que cumplen funciones específicas dentro
del sistema social. La principal tarea del funcionalismo es identificar qué funciones
cumplen las instituciones y cómo contribuyen al equilibrio del sistema.

Parsons propuso que cada sistema social tiene sub-sistemas que desempeñan
funciones clave:

 Sub-sistema biológico: Cumple la función de adaptación, que se refiere a la


capacidad de la sociedad para interactuar con su entorno y modificarlo
según sus necesidades. En términos económicos, esta función es esencial
para la supervivencia.

 Sub-sistema cultural: Se encarga del mantenimiento de patrones, a través


del conjunto de normas, valores, símbolos y costumbres que son
compartidos por los miembros de la sociedad. Los sistemas educativos y
los medios de comunicación son instituciones clave que cumplen esta
función.

 Sub-sistema social: Regula la integración, que se refiere a la forma en que


los individuos interactúan entre sí. Para que una sociedad funcione
correctamente, los individuos deben aceptar las metas sociales y las
expectativas de comportamiento. Las instituciones jurídicas, encargadas de
aplicar sanciones, son fundamentales para asegurar la integración.

 Sub-sistema de personalidad: Enfocado en la consecución de metas y la


motivación de los individuos para alcanzar los objetivos de la sociedad. Las
instituciones políticas son las encargadas de canalizar las aspiraciones
individuales hacia metas sociales.

Críticas al funcionalismo estructuralista

Aunque el funcionalismo estructuralista ha tenido una gran influencia en las


ciencias sociales, no ha estado exento de críticas. En la década de 1960, varios
teóricos comenzaron a señalar las limitaciones de esta teoría, argumentando que
pone demasiado énfasis en la estabilidad y no presta suficiente atención a los
conflictos y cambios sociales.

Entre las críticas más importantes se destacan:

 Incapacidad para explicar el cambio social: Una de las principales críticas al


funcionalismo es que se enfoca en el equilibrio y la estabilidad, lo que
dificulta la explicación de los cambios sociales. Se le ha acusado de ser una
teoría conservadora que justifica el statu quo y las desigualdades sociales,
como las de clase, género y raza.

 Teoría de consenso: Se le reprocha al funcionalismo que asume un


consenso generalizado en la sociedad sobre valores y normas, sin tener en
cuenta que existen grupos en conflicto que no necesariamente comparten
las mismas metas. Los teóricos del conflicto, como los marxistas,
argumentaron que el funcionalismo subestimaba las tensiones inherentes a
la lucha de clases y otras formas de conflicto social.

 Determinismo estructural: Otra crítica es que el funcionalismo estructuralista


tiende a ver a los individuos como agentes pasivos, controlados por las
estructuras sociales. Esto ignora la capacidad de los individuos para actuar
de manera autónoma y cambiar las estructuras sociales en las que están
inmersos.
 Tautología y teleología: Algunos críticos argumentan que el funcionalismo
es tautológico, ya que tiende a explicar las instituciones sociales por sus
efectos en lugar de identificar las causas que las originan. Asimismo, se le
ha acusado de ser teleológico, es decir, de asumir que las instituciones
existen porque cumplen una función social necesaria.

Evolución y declive del funcionalismo estructuralista

Durante las décadas de 1940 y 1950, el funcionalismo estructuralista fue la


corriente dominante en sociología y antropología. Sin embargo, en la década de
1960, su influencia comenzó a declinar con el auge de teorías centradas en el
conflicto social y la crítica de las estructuras de poder, como el marxismo y el
feminismo. A pesar de ello, el funcionalismo estructuralista dejó un legado
duradero en la forma en que se estudian las instituciones y las interacciones
sociales.

Autores como Anthony Giddens y Niklas Luhmann continuaron desarrollando


teorías inspiradas en el funcionalismo, integrando nuevos conceptos como la
teoría de la estructuración y la teoría de sistemas. Además, investigaciones
recientes en biología evolutiva y teoría de selección multinivel han brindado un
nuevo soporte a ciertas ideas funcionalistas.
Conclusiones

El funcionalismo estructuralista ha sido una de las corrientes más influyentes en la


historia de la sociología y la antropología, proporcionando un marco teórico
robusto para entender cómo las sociedades mantienen su cohesión y estabilidad.
A través de sus principales exponentes, como Durkheim, Parsons y Merton, esta
teoría ha permitido un análisis detallado de las instituciones y su papel en el
mantenimiento del orden social. Sin embargo, su énfasis en el equilibrio y la
estabilidad ha sido objeto de críticas, especialmente por su incapacidad para
abordar los conflictos sociales y explicar el cambio. A pesar de su declive en las
décadas recientes, el funcionalismo estructuralista sigue siendo relevante para el
estudio de las dinámicas sociales, y sus conceptos continúan influyendo en la
investigación contemporánea.

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