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CSJ 597/2024/CS1

Luna, Nicolás y Marmisola,


Nazareno en legajo n° 109108/5
(reg. Sala B del S.T.J.) s/
recurso extraordinario federal.

Corte Suprema de Justicia de la Nación


Buenos Aires, 27 de agosto de 2024

Vistos los autos: "Luna, Nicolás y Marmisola, Nazareno en


legajo n° 109108/5 (reg. Sala B del S.T.J.) s/ recurso
extraordinario federal".
Considerando:

Que al presente resulta aplicable, mutatis mutandis,


lo resuelto por el Tribunal en la causa CPE 518/2014/TO1/5/1
/RH2 "Agüero, Julio César s/ incidente de recurso
extraordinario" (votos concurrentes de los infrascriptos), del
día de la fecha, a cuyos términos corresponde remitir en razón
de brevedad.
Por ello, se declara procedente el recurso extraordinario
concedido y se deja sin efecto el pronunciamiento apelado.
Vuelvan los autos al tribunal de origen con el fin de que, por
quien corresponda, se dicte un nuevo pronunciamiento con
arreglo al precedente. Notifíquese y cúmplase.
VOTO DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR DON RICARDO LUIS LORENZETTI
Considerando:
1°) Que con fecha 19 de febrero de 2024, la Sala B
del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de La Pampa
resolvió hacer lugar parcialmente al recurso de casación
formulado por el representante del Ministerio Público Fiscal y
casar parcialmente, por errónea aplicación de la ley
sustantiva, la sentencia del Tribunal de Impugnación Penal
(art. 409, inc. 2 del CPP).
En consecuencia, el tribunal condenó a Nicolás
Osvaldo Luna y a Nazareno Tomás Marmisola como coautores
materiales de los delitos de abigeato agravado por haberse
realizado en las condiciones de robo, portación de arma de
fuego de uso civil sin la debida autorización legal y caza de
animales de la fauna silvestre, todo en concurso real (arts.
45, 167 quater inc. 1, en relación con el 164, 189 bis pto. 2,
tercer párrafo, todo del Código Penal y arts. 24 y 25 de la ley
22.421, y art. 55 del mismo código) y les impuso la pena de 3
años de prisión de ejecución condicional y 4 años de
inhabilitación especial para practicar caza en todas sus
formas.
2°) Que contra esta decisión, el Ministerio Público
Fiscal dedujo recurso extraordinario federal, el cual fue
concedido.
En lo que interesa para esta decisión, el agravio
principal se enfoca en que la sentencia en recurso se apartó de
los mínimos para la fijación de la pena, establecidos por la
ley (arts. 167 quater inc. 1, en relación con el 164, 189 bis
pto. 2, tercer párrafo del Código Penal), sin fundamentación
válida.
CSJ 597/2024/CS1
Luna, Nicolás y Marmisola,
Nazareno en legajo n° 109108/5
(reg. Sala B del S.T.J.) s/
recurso extraordinario federal.

Corte Suprema de Justicia de la Nación

3°) Que el remedio federal es formalmente admisible,


toda vez que se ha puesto en tela de juicio la validez e
inteligencia de una ley federal -en concreto, el art. 167 quater
del Código Penal, que fija un mínimo de cuatro años de prisión
para la pena a imponer- y la decisión definitiva del superior
tribunal de la causa ha sido contraria (art. 14, incs. 1° y 3°
de la ley 48 y Fallos: 331:100; 342:1644; 343:119 y 347:116,
entre otros).
4°) Que los antecedentes del caso no son
controvertidos y son los siguientes.
El Juez de Audiencia de Juicio de la Primera
Circunscripción Judicial de La Pampa condenó a Nicolás Osvaldo
Luna y Nazareno Tomás Marmisola a las penas de 4 años de
prisión y 4 de inhabilitación para practicar la caza, por
considerarlos coautores de los delitos de abigeato agravado por
haberse realizado en las condiciones de robo, portación de arma
de fuego de uso civil sin la debida autorización legal y caza
de animales de la fauna silvestre, en concurso real.
El Tribunal de Impugnación Penal provincial resolvió
hacer lugar al recurso interpuesto calificando los hechos como
tentativa de abigeato agravado, tenencia ilegítima de arma
civil y caza de animales de la fauna silvestre, imponiéndoles a
los acusados la pena de 3 años de prisión en suspenso pero
manteniendo la inhabilitación dispuesta por el juez de mérito.
El Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de
La Pampa decidió ratificar la reducción de penas aplicada por
el Tribunal de Impugnación Penal -a pesar de haber dejado sin
efecto el cambio de calificación legal en la que aquella había
encontrado sustento- argumentando que el monto de 4 años de
prisión solicitado por el acusador público resultaba
“irrazonable”, debiendo privilegiarse la imposición de una
sanción en suspenso en atención a la edad de los imputados, a
su arraigo al arrepentimiento demostrado durante el proceso.

En esa dirección, la mayoría del a quo consideró


conveniente “…recurrir a la interpretación de la situación
descripta, bajo los principios de razonabilidad y humanidad,
dado que los acusados no pertenecen a una organización
delictiva vinculada a este tipo de ilícitos, ni poseen la
capacidad económica y técnica para concretarlos”, como así
también sopesar “…las razones que tuvo el legislador al momento
de establecer las penas de las escalas de las figuras
delictuales de los arts. 167 ter y quater, que al tener en sus
mínimos los mismos montos sancionatorios, se advierte su
manifiesta inequidad”, motivo por el cual entendió que “…
considerar su ejecución condicional en el caso, sería de alguna
manera dar una solución a esta situación”. En ese orden de
ideas, afirmó que dicha opción era válida a pesar de que en el
caso no se había planteado la inconstitucionalidad de dichas
normas ni “…tampoco [era] la intención dictarla de oficio”,
toda vez que, a su modo de ver, “…los mínimos de las escalas
penales son meramente indicativos y permiten su perforación
cuando la situación bajo estudio resulta extraordinaria y
excepcional”.
En tal contexto, terminó concluyendo que en el caso
era justo “…proceder a la perforación de los mínimos de la
escala penal de los delitos en cuestión”, invocando, a tal
efecto, “…art. 37 del Código Iberoamericano de Ética Judicial,
[el cual] permite que un juez equitativo resuelva basándose en
criterios coherentes con los valores del ordenamiento y en su
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Luna, Nicolás y Marmisola,
Nazareno en legajo n° 109108/5
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art. 35, que debe realizar la justicia por medio del derecho
(ob. cit. p. 411), […en] cumplimiento de convenciones
internacionales y de principios de humanidad, proporcionalidad
y mínima irracionalidad de la pena”.
5°) Que delimitado el caso, la cuestión planteada a
esta Corte Suprema consiste en determinar si una decisión
judicial puede apartarse de los mínimos legales fijados en la
ley penal, sin declarar su inconstitucionalidad.
En efecto, la sentencia en recurso consideró
aplicable a la conducta de las personas mencionadas un tipo
penal (art. 167 quater, inc. 1° del Código Penal), que
establece que la pena a imponer por la comisión del delito allí
previsto es de cuatro (4) a diez (10) años de prisión o
reclusión. El tribunal optó por no aplicarla en el caso
concreto, con argumentos que, como se verá, no son
constitucionalmente admisibles.
Se trata de un supuesto claro de arbitrariedad de
sentencias, conforme los precedentes de esta Corte Suprema y en
consonancia con los argumentos que se desarrollan en los
considerandos siguientes.
6°) Que las sentencias deben ser razonablemente
fundadas.
Esta regla que hoy tiene recepción legal en el art.
3 del Código Civil y Comercial de la Nación, es aplicable a
todo tipo de sentencias, cualquiera sea la especialidad. Es una
regla general de la decisión judicial, de antigua raigambre en
la historia jurídica, ampliamente admitida en la filosofía del
derecho y en la teoría de la argumentación. La presentación de
argumentos razonablemente fundados permite que las partes
puedan controlar y, en su caso, impugnar la sentencia en base a
una pretensión de corrección normativa. Asimismo, la sociedad
en su conjunto tiene derecho al debate democrático sobre el
discurso jurídico, que es inviable si no se conocen los
argumentos.
Esta exigencia cumple una doble finalidad: por un
lado, garantiza el examen por parte de los justiciables de la
interpretación y aplicación del derecho al caso concreto
realizado por el sentenciante; por el otro, desde la
perspectiva del Estado de Derecho, hace posible un control
democrático por parte de la sociedad sobre el ejercicio del
poder jurisdiccional (Fallos: 342:1261).
7°) Que el fundamento de las sentencias no puede
encontrarse ni en la sola voluntad libre del juzgador, ni en
interpretaciones que no están basadas en un criterio
jurídicamente aceptable.
La magna labor de administrar justicia no se basa en
la sola voluntad o en el derecho libremente aplicado, sino en
leyes, ya que nadie está sobre ellas, siendo que nuestra
Constitución estableció un Poder Judicial integrado por jueces
que actúan conforme a reglas que la comunidad debe conocer, y a
las que deben ajustarse para que las soluciones sean
previsibles, todo lo cual esta Corte debe hacer respetar porque
constituyen un elemento de la garantía constitucional del
debido proceso (cfr. Fallos: 344:3345, considerando 6° del voto
del juez Lorenzetti; Fallos: 332:967 “De la Cruz c/ Chilavert
Paredes”, disidencia del juez Lorenzetti, considerando 5° y
Fallos: 330:3432 “Farías c/ Clínica Privada Psiquiátrica
Esquirol S.A.”, disidencia parcial del juez Lorenzetti,
considerando 5°).
8°) Que la decisión judicial exige, como primer paso
lógico, la delimitación de los hechos (elemento fáctico), la
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identificación de la norma aplicable (elemento normativo) para


elaborar el juicio de subsunción (elemento deductivo).
Cuando, mediante este procedimiento, se comprueba
que existe una norma jurídica aplicable, los jueces no pueden
apartarse de ella (Fallos: 313:1007), que es lo que ha ocurrido
en el caso.
Los jueces no pueden dejar de lado la ley porque no
están de acuerdo con ella, o les parece inconveniente. El
juicio que corresponde emitir a los tribunales es el referente
a la constitucionalidad de las leyes, a fin de discernir si
media restricción de los principios consagrados en la Carta
Fundamental (Fallos: 257:127; 293:163; 300:642; 301:341).
Resulta ajeno al control judicial el examen sobre la
conveniencia, oportunidad, acierto o eficacia del criterio
adoptado por el legislador en el ámbito propio de sus funciones
(Fallos: 257:127; 293:163; 300:642; 301:341; 314:424).
9°) Que la sentencia en recurso, determina que la
norma es aplicable al caso, no es inconstitucional, pero la
deja de lado, lo cual la convierte en arbitraria y debe ser
descalificada.
Los argumentos que se utilizan para proceder de esta
manera, no son admisibles.
El tribunal invoca los “principios de razonabilidad
y de humanidad”. En primer lugar, cabe observar que no son
técnicamente principios, porque su estructura normativa no
contiene mandatos de optimización que permitan calificarlos
como tales. La razonabilidad, en el derecho argentino, es una
exigencia de la redacción de sentencias (art. 3 del Código
Civil y Comercial de la Nación) y también puede ser una fuente
para examinar la buena fe de las conductas, y nada de ello
tiene relación con el caso. La “humanidad” por su parte,
tampoco es un principio.
Tampoco puede fundarse en la equidad, porque la
norma aplicable no habilita esa función. Mucho menos puede
basarse la equidad en un código de ética que no está vigente, y
que, además, si lo estuviera, no puede derogar una ley penal.
10) Que, finalmente, cabe señalar que las referidas
limitaciones al control judicial sobre las normas son directa
consecuencia de “…un principio fundamental de nuestro sistema
político [que es] la división del Gobierno en tres
departamentos, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial,
independientes y soberanos en su esfera, [de la que] se sigue
forzosamente que las atribuciones de cada uno le son peculiares
y exclusivas, pues el uso concurrente o común […] harían
necesariamente desaparecer la línea de separación entre los
tres altos poderes políticos, y destruiría la base de nuestra
forma de Gobierno” (Fallos: 1:32; 338:1060, entre muchos
otros). En esa misma dirección, esta Corte Suprema agregó
también que -en tal contexto- la misión más delicada de la
Justicia es la de saber mantenerse dentro del ámbito de su
jurisdicción, sin menoscabar las funciones que incumben a los
otros poderes ni suplir las decisiones que aquellos deben
adoptar (Fallos: 155:248; 272:231; 311:2553; 328:3573; 329
:1675; 329:3089; 338:488; 339:1077, entre muchos otros).
Lo que se desprende de la doctrina jurisprudencial
delineada en los precedentes citados es que los jueces solo
pueden dejar de aplicar las leyes sancionadas por el Congreso
cuando declaren que las mismas resultan incompatibles con la
CSJ 597/2024/CS1
Luna, Nicolás y Marmisola,
Nazareno en legajo n° 109108/5
(reg. Sala B del S.T.J.) s/
recurso extraordinario federal.

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Constitución Nacional. De lo contrario, se invaden competencias


propias de otro poder del Estado, afectando la división de
poderes establecida –precisamente- en la Carta Magna.
11) Que como corolario de lo expuesto, resulta
forzoso concluir que el decisorio apelado no cumple, en orden a
esta cuestión, con la exigencia que demanda que las sentencias
constituyan una derivación razonada del derecho vigente con
aplicación a las constancias efectivamente comprobadas en la
causa (Fallos: 311:948; 311:2402; 311:2547; 313:559; 315:2969;
316:2718; 319:103 y 321:1909), lo que impone su revocación.
Por ello, se declara procedente el recurso extraordinario
y se deja sin efecto el pronunciamiento apelado. Vuelvan los
autos al tribunal de origen con el fin de que, por quien
corresponda, se dicte un nuevo pronunciamiento con arreglo a la
presente. Notifíquese y cúmplase.

Firmado Digitalmente por ROSATTI Horacio Daniel Firmado Digitalmente por ROSENKRANTZ Carlos Fernando

Firmado Digitalmente por MAQUEDA Juan Carlos Firmado Digitalmente por LORENZETTI Ricardo Luis
Recurso extraordinario interpuesto por los Dres. Facundo Manuel Bon-Dergham,
Máximo Orlando Paulucci y Guillermo Alberto Sancho, Fiscal y Fiscales
Generales, respectivamente, de la 1° Circunscripción Judicial de la Provincia
de La Pampa.
Tribunal de origen: Superior Tribunal de Justicia de La Pampa.
Tribunal que intervino con anterioridad: Tribunal de Impugnación Penal de La
Pampa.

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