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mecastillo_ 2.3 Enfoques sobre la lengua S3 (union S1,2 y 3)

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2.3 Enfoques sobre la lengua.

La lengua representa una herramienta fundamental para la interacción social,


ya que se utiliza para comunicarse, para establecer vínculos con los demás
participantes de la sociedad a la que se pertenece; por lo tanto su función y objetivos
son bastante altos. Es decir, la lengua es comunicación; esa es su esencia y su fin
último en contraposición con el lenguaje que representa la facultad humana de emitir
sonidos con sentido; una vez distinguida la diferencia entre ambos conceptos, lengua
y lenguaje, y reconociendo sus notables diferencias, para objeto del presente trabajo
se utilizarán como sinónimos.

A través del tiempo la enseñanza de la lengua se ha realizado desde


diferentes ángulos, los cuales han hecho que exista una transformación en las
formas de enseñarla, éstos son los enfoques sobre la enseñanza de la lengua, los
cuales han ido evolucionado de una forma integral incorporando las diferentes
concepciones de la enseñanza de la lengua; sin embargo, pese a los avances, aún
siguen vigentes programas y libros de texto que responden únicamente a enfoques
normativos y estructuralistas, centrados únicamente en la gramática con un fin en sí
misma y no en función de los procesos de comprensión y construcción que
benefician su objeto social, cultural y humano. (Romeú, 20016)

De este modo es importante considerar los enfoques de enseñanza de la


lengua que han cobrado mayor auge en los últimos años, y se trata del enfoque
comunicativo y el enfoque sociocultural. El enfoque comunicativo tiene como objetivo
esencial para la enseñanza de la lengua, el fomento del aprendizaje comunicativo, el
cual implica la enseñanza de los saberes, las destrezas y las actitudes que hacen
posible un intercambio comunicativo correcto, adecuado, coherente y eficaz en las
diversas situaciones y contextos de la comunicación humana. La educación
lingüística no solo debe favorecer la adquisición de un cierto saber sobre la lengua,
sino también el aprendizaje de las destrezas y de las habilidades que contribuyen al
desarrollo de la competencia comunicativa de las personas, siendo entendida como
la capacidad de las personas para comportarse comunicativamente de manera eficaz
y adecuada en una comunidad de habla. En consecuencia, la mejora del uso
lingüístico y discursivo de los alumnos, tanto oral como escrita, es el horizonte al que
deben tender tanto los objetivos de la enseñanza del lenguaje como la selección de
los contenidos lingüísticos y literarios, así como las actividades del aprendizaje y las
metodologías utilizadas por el docente y estudiantes en el aula. (Lomas, 2014: 37)

Por ende el lenguaje es uno de los elementos más importantes en la vida del
ser humano, ya que repercute en sus relaciones sociales, además de que facilita la
adquisición de conocimientos, la manifestación de sentimientos y emociones, el
desarrollo de ideas, incita su creatividad y comunicación para interactuar con su
medio social. Por ello es necesario promover en la escuela actividades de enseñanza
de la lengua que desde el enfoque comunicativo capaciten los alumnos para el
análisis, comprensión y producción de mensajes orales y escritos, impactando así
de manera positiva su desarrollo integral, ya que la lengua no es solo un objeto de
conocimiento, sino ante todo un instrumento de comunicación.

Como se mencionó anteriormente la competencia comunicativa es un conjunto


de conocimientos, estrategias, habilidades y actitudes que hacen posible un uso
adecuado, correcto, eficaz y coherente de la lengua en las diversas situaciones y
contextos del intercambio comunicativo entre las personas. Integra un conjunto de
conocimientos no solo lingüísticos si no también estratégicos, sociolingüísticos y
textuales sin cuyo dominio no es posible un uso competente de la lengua en las
sociedades.

Esta competencia comunicativa está integrada por las siguientes


(sub)competencias: la competencia lingüística o gramatical siendo la capacidad
innata para adquirir y hablar una lengua y el conocimiento gramático de esa lengua.
La competencia sociolingüística referida al conocimiento de las normas
sociolingüísticas y culturales que regulan un comportamiento comunicativo
adecuado en los diferentes ámbitos del uso lingüístico. La competencia discursiva o
textual relativa a los conocimientos y habilidades que se precisan para comprender y
producir diferentes tipos de discurso con cohesión y congruencia. Y la competencia
estratégica que se refiere al dominio de los recursos que se pueden utilizar para
resolver las dificultades en el intercambio comunicativo asegurando así la eficacia
comunicativa de la interacción. Se añaden también a esta clasificación la
competencia literaria enfocada a la adquisición de conocimientos, habilidades y
actitudes que hacen posible el uso y disfrute de los textos de naturaleza literaria; y la
competencia semiológica o mediática, siendo los conocimientos, habilidades y
actitudes que hacen posible una interpretación crítica de los usos y formas
iconoverbales de los mensajes de los medios de comunicación de masas y el
internet. (Lomas, 2009)

Por tanto la educación lingüística debe orientarse a favorecer el aprendizaje


de las habilidades expresivas y comprensivas que hacen posible el intercambio
comunicativo entre las personas. Por ello los objetivos de esta educación deben ser
la adquisición de hábitos de lectura y de capacidades de análisis de los textos, el
desarrollo de la competencia lectora, el conocimiento de las obras y de los autores
más significativos de la historia de la literatura, estimulo de la escritura de intención
literaria.

Además los enfoques de la educación literaria están orientados a la


construcción escolar de hábitos lectores, el uso de diferentes criterios en la selección
de las obras de lectura, la búsqueda del disfrute del texto literario de forma compleja
y reflexiva, estimular el placer de la lectura. Todo ello considerando para el lector
escolar, aquello qué debe aprender, cómo conversa con el texto literario al leer,
cómo contribuir al aprendizaje literario, incluyendo conocimientos, habilidades,
hábitos y actitudes. Así como fomentar la escritura de textos literarios.

Es importante recalcar que pese a lo anterior, al momento de concretar la


manera sobre cómo enseñar literatura existen una gran barrera en la unificación de
criterios; sin embargo sí es posible enunciar algunas líneas de actuación en las
actividades del aula que contribuyan a la formación de lectores y al desarrollo de la
competencia literaria de los alumnos; siendo dichas líneas las siguientes: Favorecer
la experiencia de la comunicación literaria; usar textos cuya textura facilite la
comprensión pero que a su vez inviten a una lectura ajena a lo habitual, desarrollar la
capacidad en los alumnos para el análisis y la interpretación de textos cada vez más
complejos. Tener en cuenta las operaciones implicadas en la lectura para contribuir
en la comprensión de textos; facilitar el acceso de los alumnos a la experiencia
literaria, considerando los diferentes modos de expresión. Así como conjugar
actividades de recepción de los textos literarios con las actividades de creación de
escritos de intención literaria. (Lomas, s.f.)

Considerando que la enseñanza de la lengua debe tener como objetivo


primordial el desarrollo de competencias comunicativas, las cuales se subdividen a
su vez en subcompetencias, que consideran conocimientos, estrategias, habilidades
y actitudes; al centrarse, en este caso, en las competencias lingüísticas, se observa
que existen cuatro habilidades que el usuario de una lengua debe dominar para
comunicarse siendo estas: hablar, escuchar, leer y escribir; las que también se
reconocen como destrezas, capacidades comunicativas o macrohabilidades. Dichas
macrohabilidades a su vez se integran por microhabilidades competentes a cada una
de ellas. (Cassany, 2003)

Las habilidades lingüísticas se clasifican de acuerdo según el código oral o


escrito y el papel receptivo o productivo que tengan en la comunicación, dicho de
otra manera, el uso de la lengua solamente puede realizarse de cuatro formas
distintas, según el papel que tiene el individuo en el proceso de comunicación; o sea,
según actúe como emisor o como receptor, y según si el mensaje sea oral o escrito,
la clasificación queda como se muestra en el siguiente recuadro:

Según el papel en el proceso de


comunicación
Receptivo Productivo
(o comprensión) (o expresión)
Según el Oral ESCUCHAR HABLAR
código Escrito LEER ESCRIBIR

Las habilidades de la lengua oral y de la lengua escrita como objeto de la


didáctica, se consideran equivalentes y autónomas, con funciones sociales diferentes
y complementarias, por lo que en el aprendizaje de la lengua deben recibir un trato
independiente y adecuado a las necesidades de los alumnos. Cabe destacar que las
características de la lengua oral es que es más coloquial, subjetiva, redundante y
abierta con un léxico general y pobre; por su parte la lengua escrita es estándar,
objetiva, precisa y cerrada, con un léxico específico. Es importante mencionar que el
código oral es diferente al código escrito y por tanto el comportamiento del usuario
que habla o escribe es diferente del que escucha o lee, sin embargo el papel del
usuario puede transformarse, que significa esto, que en una misma situación y sobre
un tema y con el mismo lenguaje, se pueden desplegar todas las habilidades
lingüísticas para procesar textos diferentes. Es por ello que aunque se distinga entre
cuatro habilidades lingüísticas, que son diferentes entre sí y que se estudian por
separado, en la comunicación actúan conjuntamente como si fueran varias
herramientas que se utilizan para llevar a cabo una misma tarea: la comunicación.

Por todo esto, la didáctica de las habilidades lingüísticas en clase debe ser
integrada, esto es que el desarrollo de las capacidades de comprensión y de
expresión sea equilibrado, la interrelación entre habilidades orales y escritas debe
ser estrecha. En la escuela, las habilidades escritas siempre han estado bien
consideradas ya que la adquisición de la lectoescritura siempre ha sido uno de los
objetivos fundamentales de la escolarización. Sin embargo es importante considerar
enfocar el trabajo de la escritura hacia la comunicación, es decir, hacia la recepción y
producción de textos reales y cercanos al alumno. Además se deben integrar las
habilidades escritas con las orales, en un tratamiento conjunto y equilibrado. Es
importante recordar que la capacidad de comunicarse es la suma de las cuatro
habilidades lingüísticas y no solamente el dominio por separado de cada una de
ellas.

Es por ello que a continuación se describe la enseñanza y modalidades de


esas habilidades lingüísticas. Para el caso de la lengua oral, es importante distinguir
entre las diferentes comunicaciones orales que utilizan los individuos, siendo: la
comunicación singular en la cual un receptor o más no tienen la posibilidad inmediata
de responder y, por lo tanto, de ejercer el papel de emisor; la comunicación dual en
donde dos interlocutores pueden adoptar alternativamente los papeles de emisor y
de receptor; y la comunicación plural en donde tres interlocutores o más pueden
adoptar alternativamente los papeles de emisor y de receptor.
Existen diferentes tipos de comunicaciones orales; las autogestionadas de la
comunicación singular, que requieren la capacidad de preparación y autorregulación
del discurso, en donde la autogestión es el arte de la oratoria, de hablar en público,
de convencer o simplemente de informar. Y las plurigestionadas de la comunicación
dual y plural, ponen énfasis en la interacción y la colaboración comunicativa, en
donde la plurigestión es el arte de la conversación, del intercambio y de la
colaboración entre interlocutores, de saber conducir un debate.

Algunas metodologías que favorecen la lengua oral son el aprendizaje


cooperativo que apuesta por el trabajo en equipos de alumnos en las aulas, con el
objetivo de incrementar el rendimiento de los chicos y chicas en cualquier área del
currículum. Formar y consolidar los equipos de alumnos y desarrollar sus destrezas
sociales, que son las capacidades de interrelación en el equipo y por lo tanto, de
intercambiar información y de escuchar, de hablar, de hacer preguntas y, respuestas,
de colaborar en una conversación, en un diálogo, en una tarea lingüística, etc. Otra
metodología consiste en considerar también que el trabajo de profundización
gramatical y léxico y de enriquecimiento lingüístico general debe revertir en la
expresión oral.

Existen un modelo teórico de expresión oral, el cual esta centrado


principalmente en las situaciones de comunicación poligestionadas. En dicho modelo
se busca desarrollar tanto conocimientos como las habilidades de la expresión oral.
Los primeros son informaciones que se conocen, se tienen memorizadas, incluyen el
dominio del sistema de la lengua (gramática, léxico, morfosintaxis, etc.), pero
también otros aspectos relacionados con la cultura (estructura de las
comunicaciones, modelos culturales, etc.). Las segundas hacen referencia a los
comportamientos que mantenemos en los actos de expresión: las habilidades de
adaptarse al tema, de adecuar el lenguaje y muchas otras.

Una adecuada expresión oral requiere el desarrollo de ciertas


microhabilidades básicas, como son planificar el discurso, conducir el discurso,
negociar el significado, producir el texto, aspectos no verbales, las cuales tienen
incidencia diversa en el currículum según la edad y el nivel de los alumnos. Es por
ello que la didáctica de la lengua oral debe contemplar las siguientes
consideraciones generales: Tomar conciencia de las necesidades orales, progresos
a medio y largo plazo, corrección y fluidez, el orden en clase, planificar la actividad
de expresión, para ello se deberán usar diversas técnicas y ejercicios didácticos.

Ahora bien para el desarrollo de la lectura, se puede asegurar que leer es


comprender un texto, interpretar lo que vehiculan las letras impresas y construir un
significado en nuestra mente a partir de esos signos. Existen diferentes tipos de
lectura, la oralización o en voz alta, la lectura silenciosa, que a su vez puede ser
extensiva ya sea por placer o por interés e intensiva, para obtener información de un
texto; rápida y superficial, para obtener información sobre un texto y finalmente la
lectura involuntaria: que se da por ejemplo al leer noticias, anuncios, carteles, etc.
además la lectura se puede llevar a cabo de forma individual o de forma colectiva.
Además existen otros métodos enfocados a la eficacia lectora o lectura eficaz, que
se conocen popularmente como métodos de lectura rápida o de lectura en diagonal.

Algo característico de la lectura son los tipos de velocidad lectora, observable


en las lecturas integrales, donde se lee todo el texto, de forma reflexiva o mediana,
en donde la primera implica una comprensión exhaustiva y un análisis minucioso del
texto y la segunda es por ocio, en el trabajo, en casa y en la calle. Las lecturas
selectivas escogen solamente las partes del texto que contienen información
interesante según los objetivos del lector, donde se utilizan estrategias
complementarias de comprensión global y búsqueda de información específica;
siendo la lectura atenta y el vistazo, donde la primera se utiliza para buscar datos
concretos y detalles de interés para el lector y la segunda sirve para formarse una
primera idea global que permite dirigir la atención hacia una u otra parte.

El modelo que beneficia la comprensión lectora, es el modelo interactivo, el


cual sostiene que la comprensión del texto se alcanza a partir de la interrelación
entre lo que el lector lee y lo que ya sabe sobre el tema. Es como si el lector
comparase mentalmente dos fotografías de un mismo paisaje, la del texto y la mental
que ya conoce y que a partir de las diferencias que encuentra elaborase una nueva
fotografía, más precisa y detallada, que sustituiría a la que tenía anteriormente en la
mente.

Algunas de las microhabilidades esenciales para la lectura son el sistema de


escribir, palabras y frases, gramática y sintaxis, texto y comunicación enfocados al
mensaje que se está leyendo. La didáctica para la lectura en el aula presenta las
siguientes consideraciones generales: las raíces de la lectura, cuando empieza y
cuando acaba, actividades prelectoras y la concepción de la lectura. Algunas
técnicas y recursos que favorecen las microhabilidades de la comprensión lectora se
agrupan en ejercicios según dichas habilidades poniendo énfasis en sus
características, como son percepción, memoria, anticipación, lectura rápida y lectura
atenta, inferencia, ideas principales, estructura y forma, leer entre líneas,
autoevaluación, preguntas, llenar espacios en blanco, formar parejas, transferir
información, marcar el texto, juegos lingüísticos de lectura, comparar textos, etc.

Para fomentar la escritura, es importante distinguir que saber escribir y ser un


buen redactor o escritor es quien es capaz de comunicarse coherentemente por
escrito, produciendo textos de una extensión considerable sobre un tema de cultura
general, con ello se puede argumentar que escritor es el productor de cualquier clase
de textos. Para ello es importante desarrollar habilidades y conocimientos, los cuales
están agrupados en tres ejes: los conceptos o saberes, que coinciden con las
propiedades textuales e incluyen las seis propiedades del texto que resumen los
conocimientos sobre el código lingüístico que debe dominar un escritor competente y
que le permiten usar la lengua de manera efectiva; los procedimientos o saber hacer,
que distingue las habilidades psicomotrices más mecánicas, pero importantes del
aprendizaje del alfabeto, el trazo de las letras y la caligrafía, de las habilidades
superiores, que incluyen las microhabilidades de generar y ordenar ideas, revisar o
reformular; y las actitudes o reflexionar y accionar, incluye los valores y las opiniones
que el individuo tiene sobre la lengua, sobre la expresión escrita y cada uno de sus
componentes.

El perfil del buen escritor puede describirse como un individuo que domina el
proceso de composición de textos escritos, incluyendo las acciones de lectura, tomar
conciencia de la audiencia sus lectores, planificar el texto, releer los fragmentos
escritos, revisar el texto, con un proceso de escritura recursivo, y el uso de
estrategias de apoyo. Los escritores competentes desarrollan un proceso de
composición elaborado y completo, ya que utilizan estrategias variadas para construir
el mensaje escrito, marcándose objetivos de redacción, imaginan lo que quieren
escribir, buscan y ordenan ideas, hacen borradores, los leen, los valoran y los
reescriben, seleccionan un lenguaje compartido con el lector, etc.

Un modelo que favorece la escritura es el de composición, y puede ser por la


propuesta lineal de tres fases, preescribir, escribir y reescribir. O la propuesta de
estadios paralelos en donde los diversos niveles de composición interaccionan entre
sí; o bien la propuesta de expresión escrita que propone que el acto de escribir se
compone de tres procesos básicos: hacer planes, redactar y revisar; contando con un
mecanismo de control, en donde un monitor se encarga de regularlos y de decidir en
qué momento trabaja cada uno de ellos.

Las microhabilidades desarrollar en beneficio de la escritura son las


psicomotrices enfocadas en la posición y movimiento corporales, el movimiento
gráfico, los aspectos psicomotrices y otros factores; las cognitivas dirigidas a la
situación de comunicación, hacer planes, redactar, revisar, monitorear. Es importante
señalar que las habilidades motrices corresponden a los primeros niveles de
enseñanza y las cognitivas pertenecen a los últimos, siendo algunas de estas
segundas habilidades, sobre todo aquellas que exigen un elevado grado de
conciencia o de metacognición correspondientes a enseñanzas superiores.

La didáctica para enseñar expresión escrita, se basa en la premisa de que


escribir incluye contenidos diversos que requieren didácticas particulares y
especiales. Para las microhabilidades psicomotrices se pueden utilizar los métodos
analíticos que empiezan con la palabra o frase; los métodos sintéticos que
comienzan con los trazos y métodos sobre la escritura natural. Para las
microhabilidades cognitivas y de las propiedades del texto aplicadas a la escritura
generalmente se utiliza el método gramatical o tradicional; por ello es importante
partir de los enfoques de la didáctica de la escritura que son el gramatical, el
funcional o comunicativo, el procesual, y el enfoque basado en el contenido, sin
olvidar que estas cuatro líneas didácticas son complementarias. Y no excluyentes
entre sí. Los principales recursos didácticos para la enseñanza de la escritura son la
redacción, la corrección y la evaluación.

REFERENCIAS

• Romeú, Angelina. (2006). El enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural.


Recuperado de
https://issuu.com/jheiseo/docs/el_enfoque_cognitivo__comunicativo_
• Grácida, Ysabel. (2002) Enfoque Comunicativo: Enseñar a reflexionar sobre el
uso lingüístico. Entrevista a Carlos Lomas. Novedades Educativas. 142.26-30
• Lomas, Carlos (2014) La educación lingüística, entre el deseo y a realidad.
Competencias comunicativas y enseñanza del lenguaje. FLACSO, México:
Octaedro. 37
• Lomas, Carlos y Amparo Tusón. (2009). Enseñanza del lenguaje,
emancipación comunicativa y educación crítica. Mexico: Edére.
• Lomas, Carlos (s.f.) Enseñar lengua y literatura para aprender a comunicarse.
Recuperado de https://educrea.cl/wp-content/uploads/2015/05/Documento-
Ensenar-Lengua-y-Literatura-.pdf
• Cassany, Daniel et al (2003). Enseñar Lengua. España: Grao.

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