trabajo (1)
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trabajo (1)
Uno de los aspectos en los que la criptografía se convirtió en una pieza clave fue
en el ámbito militar, afianzándose un hueco dentro de los ejércitos de todo el
mundo. Durante las Guerras de religión de Francia (que enfrentaron al Estado
con los Hugonotes), “descifrar los mensajes enemigos” se convirtió en un
objetivo táctico y Antoine Rossignol se convertiría, en 1628, en unos de los
criptógrafos más importantes de Francia y, de hecho, tanto su hijo como su nieto
trabajarían en el primer centro de criptología de Francia (conocido como
“Cabinet Noir”). Durante el siglo XVIII la criptografía estuvo presente en la
mayoría de
conflictos armados que se desarrollaron en el mundo y, precisamente,
tendría un papel clave en la “Guerra de la Independencia” de las colonias
británicas en América al interceptar los mensajes del Ejército Británico y también
al desarrollarse nuevos métodos de cifrado (como la rueda de cifrado de Thomas
Jefferson). En la Guerra de Crimea, Reino Unido consiguió una importante
ventaja gracias al matemático Charles Babbage (pionero en el ámbito de la
computación gracias al desarrollo de la Máquina Analítica). Babbage trabajó en
descifrado de los códigos de Vigenère que se consideraban extremadamente
robustos y, evidentemente, este trabajo dotó de una importante ventaja a Reino
Unido (hasta el punto de clasificar como secreto el trabajo de Babbage y
atribuirse a Friedrich Kasiski porque llegó a la misma conclusión años después).
El tratado más importante sobre criptografía de esta época fue realizado por
Auguste Kerckhoffs, un lingüista y criptógrafo de origen holandés que publicó en
la Revista de Ciencias Militares de Francia en 1883 un tratado que renovó por
completo la base de los sistemas criptográficos con sus 6 principios básicos que
debía cumplir un sistema criptográfico.