Legitima defensa

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PROTECCIÓN O CASTIGO: EL DILEMA DE LA LEGÍTIMA DEFENSA PARA

MUJERES AGREDIDAS

Guerrero Chero Maricarmen Denisse


Coveñas Castro, Anail
Estudiantes del II ciclo de la Escuela de Derecho
Universidad Nacional de Tumbes
Sumario: 1. Introducción. 2. Legítima Defensa. 3. Requisitos de la Legitima Defensa. 4. Caso de
violencia y agresión física, defensa de mujer violentada en contra de su agresor 5. Bibliografía
1. INTRODUCCION
Este artículo aborda un tema tan fundamental como es la legítima defensa; la misma que es un
derecho fundamental que permite a una persona protegerse a sí misma o a otros ante una agresión
ilegítima, siempre que se cumplan ciertos requisitos de necesidad y proporcionalidad. Sin
embargo, cuando se trata de violencia contra la mujer, la aplicación de este derecho adquiere
particularidades y desafíos adicionales. La violencia contra la mujer en el Perú es un problema
grave y persistente que incluye violencia física, psicológica, sexual y económica, y muchas
mujeres se encuentran en situaciones de peligro constante debido a estas agresiones por parte de
familiares, parejas u otros.
“La legítima defensa surgió inicialmente como una forma de venganza privada. Sin embargo, con
el tiempo ha evolucionado para fundamentarse en la protección de los bienes jurídicos de la
víctima agredida y en la protección del derecho frente a las agresiones o ataques injustos.”1
El concepto tradicional de legítima defensa, que exige una agresión actual o inminente, puede ser
difícil de aplicar en estos contextos, donde la amenaza para la víctima es constante y prolongada.
Esto genera interrogantes sobre cómo el sistema judicial debe interpretar y aplicar la legítima
defensa en casos de mujeres que actúan para protegerse de agresores que representan un riesgo
persistente para su vida e integridad.
En el presente documento, abordaremos cómo la normativa peruana aborda la legítima defensa en
situaciones de violencia contra la mujer, revisando casos judiciales y analizando la necesidad de
incorporar una perspectiva de género que permita comprender mejor las circunstancias y
dinámicas de poder que afectan a las víctimas. Asimismo, se discutirán los retos y posibles
reformas para asegurar que el derecho a la defensa sea efectivo y justo en casos de violencia de
género.
2. LEGITIMA DEFENSA
La legítima defensa, “llamada también defensa necesaria” (Villa Stein, 2014, pág. 413) es un
concepto jurídico que permite a una persona protegerse a sí misma o a otros contra una amenaza
inminente de daño o peligro, utilizando una fuerza que puede ser proporcional a la amenaza. Este
derecho está reconocido en muchos sistemas legales y, en términos generales, implica que una
persona no será penalmente responsable por los actos que cometa en defensa propia, siempre y
cuando se cumplan ciertas condiciones. “Se entiende como la defensa contra una agresión
1
Es decir, la legítima defensa es una causa que justifica una conducta contraria a derecho, de
forma que se exonera de responsabilidad a su autor cuando actúe en defensa de la persona o de
derechos siempre que exista una agresión ilegítima previa. (Gerson, 2024)
ilegítima, actual y no provocada contra la persona o derechos propios o contra persona o derechos
de otros”2
La legítima defensa permite que una persona lleve a cabo una conducta típica, que normalmente
sería considerada ilegal, de manera apropiada, como manifiesta (García Cavero, 2012)“en
defensa de bienes jurídicos propios o de terceros ante una agresión ilegítima” 3 Esta defensa se
fundamenta en la necesidad de proteger a las personas y sus derechos contra agresiones ilegítimas
y actuales, pudiendo ser proporcional o no, dependiendo de cada sistema
3. REQUISITOS DE LA LEGÍTIMA DEFENSA
El artículo 20 inciso 4 establece los requisitos que se tienen que dar para que pueda apreciarse
legítima defensa. (Codigo Penal del Perú, 2004)
a) Agresión Ilegítima: Debe entenderse que la agresión debe ser ilegítima, actual, real e
inminente, no se admite el acto de defensa posterior a la agresión. Una vez consumado el
menoscabo al bien jurídico, no es admisible la legítima defensa, ya que importaría amparar una
venganza. Tampoco se da frente a un evento futuro, pues en este caso corresponde la prevención
jurídica del Estado. Igualmente, no es necesario que el agresor sea imputable, esto es, no deja de
ser legítima defensa el reaccionar ante el ataque de un niño o un orate.
b) Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla: Este requisito es el
que más controversia ha generado, pues antes de su modificatoria contemplada en el artículo 1°
de la ley N° 27936 publicada el 12/02/2003, la ley tomaba en cuenta el criterio de
proporcionalidad, lo cual significaba que el medio utilizado para defenderse debía ser igual o
similar para que se admita la defensa, es decir “revolver contra revolver o palo contra palo”. Esto
ahora tiene otro criterio y la proporcionalidad ha sido reemplazada por la racionalidad del medio
empleado para impedir o repeler la agresión. En este caso el Juez debe valorar otros elementos o
circunstancias, como “…la intensidad y peligrosidad de la agresión, la forma de proceder del
agresor y los medios de que se disponga para la defensa.”
c) Falta de provocación suficiente de quién hace la defensa: Este requisito implica el castigo
de una acción de defensa racional y necesaria frente a una agresión ilegítima. Es decir, el
agredido que se defiende no de haber provocado la agresión al agresor. Bien podría darse el caso
de una agresión grave e intencional (provocación suficiente e insuficiente), en esta última, de
sobrepasar los límites permisibles, podría incluso ocurrir una "contraagresión", en la cual
perfectamente podría darse la legítima defensa.
4. VALORACIÓN DE PRUEBAS CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
Para juzgar de manera justa los casos de legítima defensa, especialmente aquellos que involucran
violencia contra mujeres en el ámbito doméstico o relaciones abusivas, es fundamental reconocer
la discriminación estructural que las afecta y que impide la igualdad de derechos. Evaluar las
pruebas sin considerar la perspectiva de género perpetúa sesgos, invisibiliza la violencia y
fomenta la impunidad, reforzando estereotipos que culpan a las víctimas. El CEVI recomienda
usar los criterios de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para una evaluación con
enfoque de género.4 Esto implica:
2
(Felipe, 2019)
3
García Cavero también menciona que la legítima defensa su pone dos actos de organización.
Por un lado, el acto de organización del agresor y, por el otro, el acto de organización de defensa.
4
(OEFA)
 Investigaciones exhaustivas e imparciales ante cualquier señal de violencia contra la
mujer;
 Entender que las víctimas no siempre pueden detallar todos los abusos sufridos, y que las
imprecisiones en sus relatos no invalidan su testimonio;
 Valorar la declaración de la víctima como crucial, sin exigir pruebas gráficas o médicas;
 Aceptar que la ausencia de lesiones visibles no significa que no haya existido violencia.
5. CRITERIOS JUDICIALES EN MATERIA DE LEGÍTIMA DEFENSA
Desde una perspectiva judicial, se resuelven los casos concretos de acuerdo con las leyes vigentes
y criterios judiciales que se generan a través de las tesis y jurisprudencias expedidas por los
tribunales; pero en muchos casos también con base en criterios que se encuentran apoyados en
una justicia con mayor beneficio para quien se juzga, sin dejar de observar la legalidad. Esto
quiere decir que cualquier asunto es susceptible de ser analizado bajo los principios que rige la
legalidad y justicia.
Por otra parte, a partir de los contenidos de la ley, los criterios judiciales en materia penal
también se forman tomando en consideración las aportaciones de la dogmática penal, sobretodo
si se busca un criterio sostenible y consistente.
Ciertamente, el derecho penal es dúctil como también los juzgadores, y esto hace que no se
puedan inadvertir que los bienes jurídicos protegidos por el sistema penal son los de mayor valor,
por lo que su consideración es la que prevalece en sentencias penales
6. CASO DE VIOLENCIA Y AGRESION FISICA, DEFENSA DE MUJER
VIOLENTADA EN CONTRA DE SU AGRESOR
En el presente caso que se expondrá, sucedió en la vida real en la que detalla que una pareja de
convivientes tuvieron una discusión verbal y luego un altercado físico en su domicilio. Durante la
pelea, Jhosimar golpeó a Joselyne en el rostro, lo que llevó a que ella tomara un cuchillo de 22
centímetros y le infligiera tres puñaladas en el abdomen. Posteriormente, Jhosimar fue llevado al
hospital, donde se le diagnosticó hemoneumotórax, lo que requirió 10 días de atención médica y
30 días de incapacidad.
Joselyne Katerin Mitma Cano fue acusada del delito de parricidio en grado de tentativa, según el
artículo 107 del Código Penal peruano, que agrava el delito de homicidio cuando la víctima tiene
una relación parental con el agresor.
La defensa alegó que Joselyne actuó en legítima defensa debido a la agresión previa de su
conviviente, amparándose en el artículo 20, numeral 3, del Código Penal. Sin embargo, el
Tribunal determinó que no hubo proporcionalidad en la respuesta de Joselyne, pues su reacción
fue excesiva frente a la agresión inicial de Jhosimar. Por tanto, se consideró que existió una
legítima defensa imperfecta, ya que, aunque hubo agresión ilegítima, la respuesta fue desmedida.
El Tribunal Supremo declaró haber nulidad en parte de la sentencia inicial, reduciendo la pena de
Joselyne de 10 años a 6 años de prisión, debido a la concurrencia de dos causales: tentativa de
parricidio y legítima defensa imperfecta. Se mantuvo el monto de 1,000 soles como reparación
civil (R.N.-2145-2018-Lima-Nor…).
6.1. Analisis
La legítima defensa se concede cuando una persona actúa para defenderse de una agresión
ilegítima que pone en peligro su vida o integridad. En el caso de Joselyne Katerin Mitma Cano,
hay varias razones que podrían justificar la aplicación de la legítima defensa:
Joselyne fue agredida físicamente por su conviviente Jhosimar Cristhian Payano Ramírez, quien
la golpeó en el rostro y le dio puñetazos. Esta agresión puede considerarse ilegítima, lo que
justifica que Joselyne intentara defenderse.
El Tribunal reconoció que la relación entre ambos estuvo marcada por episodios de violencia
familiar, donde Joselyne fue víctima de maltratos físicos y psicológicos. Esta historia de abuso
genera un contexto en el que Joselyne podría haber sentido que su vida o integridad física estaban
en riesgo.
Joselyne afirmó que su intención al tomar el cuchillo no era matar, sino asustar a Jhosimar y
detener la agresión. Este tipo de reacción, aunque exagerada, podría ser interpretada como un
acto instintivo de defensa personal frente a una situación que ella percibía como peligrosa.
Sin embargo, el Tribunal no concedió la legítima defensa completa, sino una legítima defensa
imperfecta, porque consideró que la respuesta de Joselyne fue desproporcionada. Aunque hubo
una agresión ilegítima, el hecho de que ella le asestara tres puñaladas a Jhosimar fue visto como
un uso excesivo de la fuerza. La legítima defensa requiere que el medio empleado sea racional y
necesario, y en este caso, el Tribunal concluyó que no lo fue. Es por esto que no estamos de
acuerdo a esta decisión, porque si bien la acusada era sometida a distintos casos de violencia
tanto física como verbal, si bien está en medio el principio de proporcionalidad, pero el hombre
siempre va a tener más fuerza y ella lo hizo en defensa propia.
5. EL PROBLEMA DEL EXCESO EN LA LEGÍTIMA DEFENSA
Según (María Elena) constituyen dos puntos importantes que conforman un problema, que
involucra el exceso de la legítima defensa, entre ellos:
a) Es común en la doctrina penal la afirmación de que el problema del exceso se presenta no
tanto cuando hay desproporcionalidad, sino más bien cuando la repulsa a la agresión continúa
después de que ésta ha cesado, es decir, cuando ya no hay necesidad de la acción de defensa.
b) Desde otra perspectiva, también se cuestiona si de una comparación del valor de los
bienes jurídicos sacrificados con el de los salvados se puede plantear que haya habido exceso en
la legítima defensa. El bien máximo protegido legalmente es la vida, y en el caso que se analiza
fue ésta la que se lesionó en defensa de la integridad física; pero nada impide que ante este tipo
de agresiones también estuviera de por medio la vida de la agredida.
Podemos evidenciar que frente a ciertas circunstancias que rodean un evento delictivo no se
desprende una situación irracional de defensa o desproporcionalidad en los medios empleados,
porque ante la necesidad de repeler una agresión que probablemente pueda llegar a causar la
muerte, estuvieron dos bienes jurídicos que dejan patente la agresión.

5. REFERENCIAS
Codigo Penal del Perú. (2004). Lima.
Felipe, V. (2019). Derecho penal básico. Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Católica del Perú.
García Cavero, P. (2012). Derecho Penal Parte General. Lima: Jurista Editores.
Gerson, V. R. (2024). La legítima defensa en el Código Penal. Gerson Vidal Rodriguez Abogado.
María Elena, L. F. (s.f.). La Legitima Defensa. Casos particulares. Instituto de investigaciones
jurídicas UNAM, 14.
OEFA. (s.f.). Legitima defensa y violencia contra las mujeres.
Villa Stein, J. (2014). Derecho Penal, parte general. Lima: ARA Editores.

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