Sanando mis heridas de infancia

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Autora: Nelly González

Revisión técnica: Daniel Yépez


Diseño: Natalíe Vargas
Diseño de portada: Luis Ormeño
Fecha: Octubre, 2020

“El ABC para padres y madres primerizos” es una


publicación de World Vision Perú. Queda prohibida
la reproducción total o parcial del contenido sin
autorización previa.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
1. Los primeros bloqueos.
2. Mi niño/niña interior.

3. Sanando a mi niño/niña interior.


3.1. Aceptar
3.2. Perdonar
3.3. Agradecer
3.4. Trascender

CONCLUSIONES

EJERCICIOS DE AUTO-REFLEXIÓN
1. Hoy me perdono.
2. Carta a mi niño/niña interior.
3. Carta a mi adulto.
4. Integrando mi ser.
INTRODUCCIÓN

c
onocer nuestro pasado, nos permite aceptar quienes somos en realidad, para
seguir haciendo lo que nos suma y tomando lo que nos resta como oportunidad
de transformación.

Reconocer aquellas necesidades que no fueron cubiertas durante nuestra primera


infancia, es dar permiso a nuestro adulto de permanecer al lado, acompañándonos,
escuchándonos y sosteniéndonos de manera oportuna, con mayor asertividad de
quienes, en su momento, no pudieron hacerlo.

Por el contrario, un niño o niña que se quedó con heridas abiertas, tendrá dificulta-
des para hacerse cargo de su propia vida, pues la idea constante de que alguien le
ha causado daño, se impregna como una barrera que no le permitirá avanzar.

En ese sentido, una persona que va soltando la imagen creada inconscientemente


de un padre o madre que le maltrató o no estuvo presente, podrá separarse sana-
mente, para tomar riendas de su propia vida, dejando de sentirse amenazado, hu-
millado, castigado, limitado.
En el presente ebook, conocerás cómo las primeras experiencias de vida determi-
nan la construcción de nuestra autoimagen, de acuerdo a los daños que recibió
nuestro niño/niña interior, autoconcepto que nos acompañará incluso en nuestra
adultez, adoptando un comportamiento automático basada en la asertividad o en
los límites impuestos, sintiendo el mismo daño que cuando fuimos infantes.

Además, aprenderás algunas alternativas de abordaje para sanar a nuestro niño/ni-


ña interior, a través de cuatro fases que van desde la aceptación, pasando por el
perdón y el agradecimiento, hasta llegar a la trascendencia, reflejado en el acerca-
miento desde un yo más auténtico hacia distintas dimensiones de tu vida.

Finalmente, encontrarás algunos ejercicios que te apoyarán a comunicarte con tu


interior de manera clara, con la finalidad de que logres diseñar y construir una
mejor versión de ti, sea cual haya sido tu historia de vida.
Si te preguntaran qué es lo que realmente quieres para tus hi-
jos/hijas, seguramente tu respuesta sea “quiero todo lo
mejor”, agregando que les deseas un futuro lleno de bienes-
tar, prosperidad y mucho éxito; pero las buenas intenciones
no siempre producen el mejor resultado esperado.
Muchas personas creen equivocadamente, que la verdadera
labor de un padre y una madre, consiste en corregir constan-
temente cada “mal” comportamiento, en lugar de tomar cada
experiencia como oportunidad de aprendizaje, guiando,
acompañando y disfrutando cada proceso de maduración de
sus hijos e hijas. Sin embargo, lejos de enmendar alguna con-
ducta particular, no se dan cuenta que van contribuyendo a la

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construcción de una estructura psíquica des- frente a cada tropiezo, porque aún cuando
organizada, la misma que se verá reflejada en existe la creencia de tener todo resuelto en
una adultez con carencias emocionales mar- la adultez, la verdad es que las heridas emo-
cadas. cionales de la primera infancia que quedan sin
cerrar, se muestran al exterior reclamando
Entonces, qué tanto se necesita hacer o dejar
justicia y sostenimiento, en la etapa adulta.
de hacer para que los hijos e hijas realmente
alcancen “todo lo mejor” de la vida. La res- En ese sentido, la única manera de generar un
puesta radica esencialmente en el actuar de vínculo con tus hijos e hijas, desde el respeto,
los padres y madres, siendo los primeros pro- el amor y la ternura, es sanando tus propias
tagonistas en sanar su interior, perdonando a heridas de infancia.
sus propios padres y madres por cómo les
A continuación, se detallan algunos concep-
criaron, por su presencia o su ausencia, y por
tos sobre el proceso de sanación interna.
otro lado, también un actuar introspectivo,
perdonándose a sí mismos, por juzgarse

8. Sanando mis heridas de infancia


1. Los primeros bloqueos
Al nacer, llegamos al mundo con cero expec-
tativas, pues aún no conocemos de qué trata
la vida, pero conforme vamos viviendo expe-
riencias cotidianas de toda índole, vamos in-
terpretando que el mundo puede resultar
amenazador, sintiendo miedo constante o
por el contrario, un espacio seguro, sintiendo
confianza y contención.
Esta interpretación es el significado que inte-
riorizamos, la misma que dependerá exclusi-
vamente del trato que vamos recibiendo, res-
pecto a todo lo que hemos visto, escuchado y
nos hicieron sentir. Por ejemplo: Una madre o
un padre que carga a su bebé -quien de
pronto llora en la madrugada- mientras le
habla con palabras suaves, permite contener-
lo con inmediatez, cubriendo la necesidad de
ese momento. Si ese bebé recibe constante-
mente más de esas atenciones oportunas, co-
menzará a configurar la idea de que vive en
un mundo seguro, con personas que le pro-
porcionan confianza y soporte emocional,
convirtiéndose en un adulto que utilizará
este apego seguro de manera asertiva en su
vida, vinculándose sanamente con las perso-

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nas de su entorno. Los dos ejemplos previamente detallados,
Por el contrario, una madre o un padre que hacen mención sólo a una etapa de desarro-
piensa que es mejor dejar llorar a su bebé llo, pero si a eso sumamos que vivimos en una
para que “aprenda a ser autónomo” o para sociedad donde a los niños y niñas se les
que no se “malacostumbre a los brazos”, no niega casi todo con frases como: “No toques
sólo está ignorando el sentir del bebé, sino eso”, “No te sientes así”, “No corras”, “No
que éste a su vez va interiorizando el mensaje comas con las manos”, “No llores”... No, no,
que el mundo es un lugar amenazante, sin- no. Los niños y niñas, van normalizando la
tiendo que está en constante peligro, pues idea de que todo lo que hacen está “mal”, co-
siente que está solo, sin alguien que le sosten- mienzan a conocer lo que es el miedo, la
ga cuando lo necesita. Si ese bebé sigue que- culpa, la vergüenza, el dolor.Y así van avanzan-
dándose sin contención en distintos momen- do en la vida, con esas emociones incorpora-
tos de su vida, se convertirá probablemente das.
en un adulto que irá por la vida con miedo, in- Entonces, a modo de precisión, ¿quiere decir
seguro de sí mismo, buscando vincularse con que cada adulto se comporta de acuerdo a
personas que le proporcionen esa seguridad sus necesidades cubiertas o no cubiertas du-
que le hace falta en su estructura. rante sus primeros años de vida y al significa-
do que otorga a cada experiencia vivida? Sí.
Cada uno de nosotros tenemos una estruc-
tura basada en emociones que se han ido ges-
tando desde nuestras edades tempranas y las
que contribuyen a la idea principal que confi-
guramos sobre determinadas situaciones. Por
tanto, a mayores necesidades básicas no cu-
biertas (a lo largo de nuestra vida), más blo-
queos tendremos para actuar de manera au-
téntica, en nuestra cotidianidad.

10. Sanando mis heridas de infancia


2. Mi nino/nina interior
Durante los primeros años de vida, el ser
humano va armando sus primeras configura-
ciones mentales, lo que significa los cimientos
de una estructura que lo acompañará a lo
largo de sus etapas de vida posteriores,
muchas veces traducido en la sensación de un
vacío existencial.
Un niño o niña, naturalmente, no cuenta con
recursos personales para defenderse com-
pletamente frente a alguna injusticia o violen-
cia ejercida por algún adulto. Con el paso del
tiempo, ese niño o niña se va haciendo
“fuerte” físicamente, con lo que ya podría de-
fenderse si alguien intenta hacerle daño, sin lado, te alejarás de tu amor propio, juzgándo-
embargo, esa indefensión primaria (cuando te, culpándote y sintiendo incapacidad por
fue infante) aún está presente, anclada firme- ser quien realmente quieres ser; y por otro
mente y listo para asomarse cuando alguna lado, te acercarás a tu hijo/hija desde el dolor,
nueva injusticia vuelva a su vida. Al intentar el miedo, la culpa, o cualquier otra emoción
defenderse, utiliza recursos no necesaria- del cual te hayan lastimado. De cualquier
mente de manera asertiva, limitando su creci- modo, ambas opciones son igual de dañinas.
miento personal, dejando a medias lo que se
En conclusión, a más temprana edad ha sido
propone, sintiendo incapacidad para lograr lo
el bloqueo, la herida es más profunda y hay
que tanto desea con un sinfín de razones.
más daño colateral. La buena noticia es que
Por lo tanto, si tu niño o niña interior aún nunca es tan temprano ni demasiado tarde
está con heridas, pasarán dos cosas: Por un para sanar y reescribir una nueva historia.

World Vision 11.


3. Sanando a mi nino/nina interior
Todos tenemos en nuestro interior un niño o que incluye transitar por 4 fases: aceptar, per-
niña con distintos daños, unos más que otros. donar, agradecer y trascender a un nuevo ser
El punto es comprender que, si bien durante más auténtico.
nuestra infancia no tuvimos los recursos per- 3.1. Aceptar
sonales suficientes para defendernos, soste-
nernos y/o cuidarnos de aquellas experien- Es el primer paso para la reparación. Consiste
cias que nos produjeron mucho dolor; ahora básicamente en permitirnos ser quienes
que somos adultos, tenemos la oportunidad somos, tomando las experiencias de vida
-y la responsabilidad- de edificar un nuevo como oportunidades transformadoras con
significado a nuestra propia historia. motivación de impulso, reuniendo todas las
partes heridas y no heridas. Aceptar no es re-
Para re-construir una nueva versión de sí resignación, sino más bien, es tomar nuestros
mismo, es indispensable desaprender creen- constructos sin hacer juicios valorativos. En la
cias limitantes incorporadas en cada expe- medida que más nos aceptamos como somos,
riencia vivida e iniciar un proceso secuencial, seremos capaces de aceptar a las personas de
nuestro entorno. Por el contrario, cuando no
logramos aceptarnos auténticamente, vere-
mos siempre en el otro, sus “imperfecciones”.
Del mismo modo, si no aceptamos nuestra
historia -con consciencia-, invertiremos más
energía en buscar incesantemente culpables,
convirtiéndonos en víctimas eternas, lo que a
su vez, nos limitará a hacernos responsables
de lo que elegimos, agotándonos emocional-
mente, perpetuando así la confusión y el
vacío existencial.

12. Sanando mis heridas de infancia


3.2. Perdonar 3.3. Agradecer
Es la habilidad para separarnos del dolor per- Es la valoración al resultado de cada expe-
manente, soltando la imagen que hemos riencia vivida, considerándolo como oportu-
construido sobre nosotros mismos y de las nidades de aprendizaje. Generalmente, la ten-
personas que nos dañaron en su momento, dencia es agradecer por las situaciones agra-
para asumir con responsabilidad cada elec- dables; sin embargo, las situaciones poco
ción que tomamos en la vida. Perdonar con- agradables, nos muestran lo que realmente
tiene una alta dosis de compasión, por ti y no merecemos, por tanto agradecer que apa-
por quienes te causaron daño. Al igual que el rezcan en nuestra vida, también es darle un
párrafo anterior, para perdonar a los demás, lugar por darnos claridad en nuestro camino.
es requisito indispensable que te perdones Desde otra arista, agradecer implica resignifi-
primero, por dudar de ti, por dejar de creer car nuestra experiencia de dolor, es decir,
en ti, por ponerte barreras constantes para darle un nuevo significado por otro que se
crecer, por juzgarte una y otra vez. Luego, acerque más al sentimiento de ser dignos y
perdonar a tu padre y madre, comprendiendo merecedores de afecto. Cuando se instaura el
que ellos también actuaron desde sus propias agradecimiento, logramos caminar genuina-
historias de infancia con heridas, sin que ello mente en ese puente que nos acerca más
signifique justificar sus malos tratos. Tuvieron hacia la trascendencia, esto es, al vínculo sano
buenas intenciones para ti e hicieron (equivo- en distintas áreas de la vida, cambiando la vio-
cados o no) lo que creyeron que era lo mejor lencia y el sometimiento como fuente princi-
en el tiempo que vivieron. pal en la propia experiencia de vida, por acti-
Solo desterrando la idea o imagen que tienes tudes bien tratantes, lo que fomenta el mejo-
sobre tus progenitores como personas casti- ramiento de los vínculos con los pares.
gadoras o maltratadoras, podrás rediseñar tu
vida sin sus mandatos inconscientes y sobre- 3.4. Trascender
todo, vincularte con las personas de tu entor- Esta última fase hace referencia al permiso
no de manera más genuina y saludable. para transitar en nuestro sentir, uniendo

World Vision 13.


todas las partes; es decir, aceptando, perdo-
nando y agradeciendo. Es como ir limpiando
el panorama que inicialmente parecía estar
lleno de sombra. Es abrazar el dolor, la pena,
el miedo, la culpa. Es construir a un adulto
fuerte emocionalmente, capaz de sostener a
su niño/niña interior cuando éste le necesite
incondicionalmente. Una forma grandiosa de
saber que ya vas en esta fase, es cuando tu
dolor aparece y en lugar de evitarle o po-
nerle una máscara, le das permiso de entrar
y le acompañas hasta que decide irse, y no
por el mero hecho de irse, sino que te per-
mite generar vínculos más cercanos e invo-
lucrados con las personas de tu entorno.

En la medida que sanas a tu niño/niña inte-


rior, vas acompañándote en el proceso de
seguir creciendo como ser humano. Un cre-
cimiento personal con mayor claridad,
menos juicio, más perdón, más aceptación,
porque cuando te alejas del pasado doloro-
so, tienes más espacio para estar en el pre-
sente con consciencia.
Recuerda que eres mucho más que tus heri-
das. Eres quien eliges ser.
Entonces, ¿Quién eliges ser a partir de hoy?

14. Sanando mis heridas de infancia


CONCLUSIONES
Cada adulto se comporta en la vida, de acuerdo a sus necesidades cubier-
tas o no cubiertas desde sus primeros años de vida.

A mayores necesidades básicas no cubiertas (a lo largo de la vida), más


bloqueos existen para actuar de manera auténtica, en la cotidianidad con-
sigo mismo y con su entorno.

A más temprana edad ha sido el bloqueo, la herida es más profunda y hay


más daño colateral.
Las heridas se transfieren generacionalmente, es decir, cuando doy una
trato a mi hijo/hija desde mi niña herida, daño también al niño interior
que mi hijo va construyendo de sí mismo.
Pese a tus experiencias previas; ahora que eres adulto, tienes el poder y
la responsabilidad de crear una mejor versión para ti, no solo para seguir
creciendo como ser humano, sino para regalar a tus hijos/hijas la oportu-
nidad de vivir en un entorno con respeto, confianza y ternura.
Eres mucho más que tus heridas. Eres quien eliges ser.

World Vision 15.


EJERCICIOS DE AUTO-REFLEXIÓN
1. Hoy me perdono
Primero, encuentra un lugar libre de distractores. Respira, inhalando por la nariz y exhalando len-
tamente por la boca. Ahora, completa la frase “Hoy me perdono por…” anotando varias acciones
que bloquearon tu acercamiento al amor propio. Hazlo con calma, a tu ritmo, sin apresurarte.

Hoy me perdono por...


Ejemplos:
- Por callar lo que realmente sentía.
- Por evitar pedir ayuda cuando lo necesito.
- Por asumir responsabilidades ajenas.
- Por dejar mi salud emocional en último lugar.

16. Sanando mis heridas de infancia


Luego, lee en voz alta cada una de tus respuestas (del punto anterior), agregando al final el si-
guiente párrafo:

Hoy me perdono y agradezco mucho esta oportunidad


que tengo para acercarme más a mi esencia. Me acepto
tal como soy, con mis errores y mis aciertos; y hoy elijo
amarme, cuidarme y sostenerme incondicionalmente. Sí.

World Vision 17.


2. Carta a mi niño/niña interior
Escribe una carta a tu niño/niña interior desde el adulto que eres, haciéndole saber lo mucho que
le amas y que le darás lo que necesite en momentos oportunos. El tamaño de la carta, dependerá
de ti y de todo lo que quieras expresar.

Ejemplo:
Hola “pequeña Nelly”
Me alegra saber siempre de ti. Eres una niña amorosa y creativa.
Me importas mucho, valoro tu existencia y valentía. Quiero que
sepas que estaré siempre a tu lado para guiarte y acompañarte
en tu crecimiento, sosteniendo tu mano las veces que lo necesites.
Te amo sin condiciones.
Atte.- “Nelly grande”

18. Sanando mis heridas de infancia


Tu turno:

Ahora lee en voz alta la carta elaborada, con el permiso de recibir cada emoción que surja
en ese momento. Es decir, si al leer sientes tristeza y deseos de llorar, ¡házlo! sin juicio.

World Vision 19.


2. Carta a mi adulto
Ahora, permite que tu niño/niña responda la carta que le escribiste minutos antes. Dado que ex-
plícitamente los niños y niñas de tempranas edades no saben escribir, es válido que tu carta sea
muy puntual y precisa. Esta es tu oportunidad para pedir lo que realmente necesitas. Solo házlo
sin limitarte.

Ejemplo:
Hola “Nelly grande”
Quiero que siempre te acuerdes de mi, que me sostengas firmemente
cuando sienta caer y me acompañes cuando no encuentre una salida.
Quiero también que me dediques tiempo y no me juzgues cuando lloro.
¡Yo también te amo!
Atte.- “La pequeña Nelly”

20. Sanando mis heridas de infancia


Tu turno:

Ahora lee en voz alta la carta elaborada, nuevamente con el permiso de sentir y transitar
en cada emoción que aparezca.

World Vision 21.


4. Integrando mi ser
Finalmente, visualiza mentalmente a tu niño/niña interior y a tu adulto abrazándose tan fuerte
que terminan por integrarse, convirtiéndose en una sola persona. Respira profundamente, inha-
lando por la nariz y exhalando lentamente por la boca.

22. Sanando mis heridas de infancia


La guía Sanando mis heridas de infancia tiene
como objetivo conocer cómo las primeras
experiencias de vida determinan la construc-
ción de nuestra autoimagen y aprender alter-
nativas de abordaje para sanar a nuestro ni-
ño/niña interior.

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