Consideraciones acerca de la VIF

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Posgrado en Salud Social y Comunitaria

2. Consideraciones acerca
de la Violencia intrafamiliar
2.1. El papel de la familia en el desarrollo del sujeto
La organización familiar es una matriz de relaciones a partir de la cual el sujeto
adquiere identidad. En el seno de la familia se aprenden modalidades para
relacionarse, para vincularse, para comunicarse, que luego se reproducirán
socialmente. Es en la familia donde se constituye la capacidad de aprender.

El origen de la familia, el proceso de socialización y los vínculos establecidos en


ella, condicionan la estructura global de la misma y esa relación da lugar a la
emergencia de un sujeto, con ciertas características.

Es decir, la familia constituye una red, en cuyo seno cada miembro ocupa un rol. La
conducta de las personas al ser esencialmente relacional, sólo puede ser entendida en
la red de relaciones, de vínculos en los que emerge.

Los seres humanos necesitan de la familia para cubrir sus necesidades de alimento,
abrigo y afecto. Es en su interior que se desarrollan las habilidades comunicativas
como instrumento de relación. De la familia se espera que sea continente de los
diferentes momentos y crisis vitales de la persona, desde su nacimiento hasta su
vejez.

Cuando el sistema familiar no funciona adecuadamente, la totalidad del


funcionamiento del grupo se ve afectado.

Para lograr el pleno desarrollo de las potencialidades de la persona se debe partir del
afianzamiento y protección del núcleo familiar, porque las primeras funciones vitales
del ser humano se desarrollan en ella. La vivencia de los primeros años de vida
influye en la personalidad futura del adulto.

2.2. Violencia intrafamiliar


2
Desde la perspectiva de L. Guido violencia intrafamiliar es:

"cualquier acción u omisión que resulte en un daño a la integridad física, sexual,


emocional, social, patrimonial de un ser humano, donde medie un vínculo
2. Serie Género y Salud familiar o íntimo entre la víctima y su agresor(a). Puede manifestarse en forma
Pública. Modelo Integral
para Abordar la VIF. de abuso directo, por descuido o como cualquier conducta que tenga por
Programa Mujer, Salud y propósito la amenaza, la degradación, la privación arbitraria de libertad,
Desarrollo -
PAHO/WHO, 2001. el control del comportamiento o coacción."

66
Unidad 2

Según esta definición hay violencia intrafamiliar por acción o por omisión.

Cuando hablamos de violencia familiar o violencia intrafamiliar nos referimos a


todas las formas de abuso de poder que se desarrollan en el contexto de las
relaciones familiares y que ocasionan diversos niveles de daño a las víctimas de
esos abusos. Las víctimas son en general mujeres, niños, adolescentes y personas
mayores o ancianos de ambos sexos, independientemente de la clase social, nivel
educativo o el papel que tengan dentro de la estructura familiar.

En las situaciones de violencia intrafamiliar la víctima y el victimario o agresor


tienen parentesco entre sí o pertenecen a la misma familia inmediata. Es el
ambiente relacional que existe entre la víctima y el agresor el que marca
fundamentalmente la diferencia.

En el contexto de la violencia la víctima es "toda persona que individual o


colectivamente ha sufrido daño físico, mental, emocional, pérdida económica o
sustancial desmejora de sus derechos fundamentales, a través de actos u omisiones
3
que son violatorios de las leyes que operan en ese Estado" .

El conocimiento sobre los grupos más vulnerables nos plantea que la violencia
intrafamiliar no se distribuye al azar, sino que tiene cierta direccionalidad: sexo
femenino, edad temprana o avanzada, discapacidad o dependencia, entre otras. Ello
no excluye que muchas veces sea ejercida hacia otros miembros de la familia que no
pertenecen, en principio, a estos grupos vulnerables (por ejemplo, los hombres).

La literatura existente señala que el grupo de agresores así como el de víctimas es 3.CLARAMUNT, C.,
heterogéneo, es decir, que no existe un perfil de agresor o de víctima. GUIDO, L.: Algunos
elementos filosoficos,
políticos y acciones de
Con relación a quiénes son los agresores(as), muchos estudios indican que tanto intervención para la
prevención, detección y
hombres como mujeres pueden ser y son abusadores físicos, sexuales, psicológicos, atención del problema de
la violencia intrafamiliar.
patrimoniales, negligentes, etc.; no obstante, es el sexo masculino el que incurre con San José: OPS/OMS.
mayor frecuencia en ese rol (Batres, 1997; Claramunt, 1996; Correccional Service Programa
4 Mujer, Salud y
Canadá, 1994) . El victimario o agresor puede ser un individuo o un conjunto de Desarrollo, 1996.
individuos (familia, grupo o colectividad).
4. MASSOLO, A.: Las
condiciones del habitat
para la mujer. Managua:
Seminario
La violencia intrafamiliar no es específica de una clase social. Todos los grupos Latinoamericano
sociales, económicos y culturales, etarios, urbanos y rurales, están involucrados "Estudios e Investigación
sobre mujer y género en
independientemente del nivel educativo, religión o grupo étnico de pertenencia. América Látina y el
5 Caribe", 1997.
(Comisión Violence à l'encontre des femmes, 1995) .
5. Serie Género y Salud
Pública. Modelo Integral
Desde otro punto de vista, hay coincidencia en señalar que la violencia intrafamiliar para Abordar la VIF.
es tanto un serio problema de salud pública como una violación flagrante y severa Programa Mujer, Salud y
Desarrollo -
de los derechos humanos, cuyas consecuencias negativas se extienden no solamente PAHO/WHO, 2001.

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Posgrado en Salud Social y Comunitaria

a las víctimas sino también hacia las posibilidades de desarrollo social y económico
de la comunidad toda.

6
El autor chileno J. Barudy considera que se requieren por lo menos tres grupos de
actores para que el fenómeno de la violencia se produzca:

los abusadores y maltratadores


las víctimas
los terceros, los otros

Los abusadores y maltratadores son habitualmente los adultos del sistema familiar
(en el caso maltrato infantil, la violencia conyugal -dirigida hacia la mujer
mayoritariamente o hacia el hombre en ocasiones-, el maltrato o abandono de los
ancianos). Estos adultos cambian las responsabilidades que deberían tener hacia sus
hijos, su pares o los mayores y los utilizan a su antojo para conseguir lo que
pretenden. Generalmente, estos adultos provienen de familias violentas. Las
experiencias traumáticas de la niñez han quedado ancladas en su psiquismo,
aumentando la probabilidad de convertirse en adultos violentos, reproduciéndolas.

Las víctimas son -como ya se dijo- aquellos que sufren el daño, sea éste físico,
mental, emocional, etc.

En el caso de la violencia intrafamiliar, los terceros u otros son personas del entorno
familiar o social. Pueden ser instigadores, cómplices, pasivos, indiferentes, los que
no quieren saber o los que sabiendo, no hacen nada para oponerse y/o tratar de
contribuir condiciones para un cambio.

2.3. Violencia de género


Una mención aparte merece el caso de la violencia de género, entendida como todas
las formas mediante las cuáles se intenta perpetuar el sistema de jerarquías
impuesto por la cultura patriarcal. Se trata de una violencia estructural que se
dirige hacia las mujeres con el objeto de mantener o incrementar su subordinación
al género masculino hegemónico.

Algunos autores consideran que los dos factores más importantes para la aparición
de violencia hacia la mujer son: la desigualdad con respecto al hombre -tanto en
las relaciones personales como sociales- y la existencia de una cultura de la
violencia que la acepta como un modo de resolver los problemas.
6. J. BARUDy. : El
dolor Invisible de la
Infancia. Ed. Paídos. Ejemplos de ella son -entre otras- todas las formas de discriminación hacia la mujer
Barcelona, 1998.

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Unidad 2

en distintos niveles: político, institucional y laboral. El acoso sexual, la violación, el


tráfico de mujeres para prostitución, la utilización del cuerpo femenino como objeto
de consumo, la segregación basada en ideas religiosas y, por supuesto, todas las
formas de maltrato físico, psicológico, social y sexual que sufren las mujeres en
cualquier contexto, tanto público como privado y, que ocasionan una escala de daños
que pueden culminar en la muerte.

La Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra


la Mujer incluye la siguiente definición - hoy ampliamente aceptada- de este tipo de
violencia:

" todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o
pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico
para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida
privada"

Las consecuencias son siempre un daño en la salud física, psicológica y social de


la mujer, un menoscabo de sus derechos humanos y un riesgo para su vida.

7
M. Ellsberg define la violencia conyugal o doméstica como "todo acto u omisión
que tiene la intención de controlar y/o someter, y que resulte en daño a la integridad
física, emocional, sexual o económica, utilizada contra las mujeres adolescentes o
adultas por su pareja actual o anterior".

La violencia de género se expresa muy habitualmente en el ámbito familiar. Es el


resultado del establecimiento del maltrato bajo una apariencia amorosa, tras la que se
esconden conductas agresivas que van disminuyendo la autoestima y la libertad de la
mujer. La educación recibida ocupa un lugar muy importante en la instauración de
valores como la obediencia y sumisión a la pareja.

Es muy común que la mujer maltratada no se reconozca a si misma como


víctima y por ello no exteriorice su situación de violencia. Otros impedimentos
también operan para no dejar que se reconozca el problema como tal:
el miedo de la mujer a que la violencia continúe o aumente,
la vergüenza por no haber sido capaz de frenar la violencia o de cambiar el
comportamiento de su pareja,
el sentimiento de fracaso por no haber cumplido con los roles considerados 7. Serie Género y Salud
Pública. Modelo Integral
tradicionales como esposa y madre. para Abordar la VIF.
Programa Mujer, Salud y
Desarrollo -
PAHO/WHO, 2001.

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Posgrado en Salud Social y Comunitaria

En este tipo de violencia, los mismos efectos del maltrato -la falta de apoyo, la
pérdida de autoestima, el aislamiento-, contribuyen a quitar a las mujeres la
capacidad para tomar decisiones.

Lo invitamos a reflexionar en conjunto con sus compañeros del Posgrado acerca


de las siguientes creencias o mitos:

"Los casos de violencia son escasos, no representan un problema tan grave"


"La violencia familiar es un fenómeno que ocurre sólo en condiciones de
pobreza"
"El consumo de alcohol es la principal causa de las conductas violentas"
"Las víctimas de maltrato a veces se lo buscan, algo hacen para provocar. Por
otra parte, por algo se quedan, les gusta"
"El maltrato emocional no es tan grave como la violencia física"
"A veces, para disciplinar a los niños es necesario recurrir al castigo físico"

¿Algunas de estas creencias están presentes en su comunidad? y ¿en el equipo de


profesionales de su CS?

Conserven sus conclusiones para retomarlas más adelante y llévenlas al siguiente


encuentro con el tutor.

2.4. Masculinidad y violencia


Muchas veces se identifica a los victimarios con el sexo masculino. Esto constituye
un prejuicio, pues existen mujeres maltratadoras -tanto como abusadoras- de
hombres, niños, ancianos y, aún de otras mujeres. Sin embargo, muchas más veces
trasciende públicamente el maltrato ejercido por hombres que por mujeres.

En cualquier caso, el prejuicio que asocia violencia a masculinidad es también un


estereotipo social. En este sentido existe mayor conceptualización sobre el caso del
hombre como victimario.

8
Al respecto Jorge Corsi considera que todo acto de violencia masculina
aparentemente individual se inscribe dentro de una sociedad patriarcal que
favorece el desarrollo de una personalidad de agresividad excedente, y cuya vía
privilegiada de expresión es la violencia contra las mujeres.
8. Ideas extraídas de
J. CORSI: Fundación
Mujeres, documentación A continuación, presentamos algunas de sus conceptualizaciones, aclarando que
de apoyo. La violencia
hacia la mujer en el
aquello que se dice en relación a los hombres como victimarios es una vía para
contexto domestico.

70
Unidad 2

pensar en cualquier victimario, sea hombre o mujer, adolescente, adulto o anciano.

9
Según J.Corsi :

La violencia en la pareja no es permanente, sino que se da por ciclos; la


interacción varía desde períodos de calma y afecto hasta situaciones de
violencia que pueden llegar a poner en peligro la vida. El vínculo que se va
construyendo es dependiente y posesivo, con una fuerte asimetría.

Los primeros síntomas se pueden percibir durante el noviazgo, cuando la


interacción comienza a caracterizarse por los intentos del hombre por controlar
la relación, es decir, controlar la información, las decisiones, la conducta de ella,
e incluso sus ideas o formas de pensar.

Cuando el control de la relación se ha establecido, debe mantenerse a través de


métodos que pueden incluir la violencia. Se produce entonces un juego de roles
complementarios, según el cual una mujer socializada para la sumisión y la
obediencia es la pieza complementaria del engranaje que conforma junto con un
hombre socializado para ser ganador, controlar las situaciones y asumir el
liderazgo.

Un hombre violento puede haber internalizado pautas de resolución de


conflictos a partir de su más temprana infancia. Cuando la demanda externa se
le vuelve insoportable, necesita terminar rápidamente con la situación que la
genera y él ha aprendido que la vía violenta es la más rápida y efectiva para
aliviar la tensión.

La identidad masculina tradicional se construye sobre la base de dos procesos


psicológicos simultáneos y complementarios: un hiperdesarrollo del "yo
exterior" (hacer, lograr, actuar) y una represión de la esfera emocional.

Para poder mantener el equilibrio de ambos procesos, el hombre necesita ejercer


un permanente autocontrol que regule la exteriorización de sentimientos tales
como el dolor, la tristeza, el placer, el temor, etc., como una forma de preservar
su identidad masculina.

El hombre violento se caracteriza, pues, por la inexpresividad emocional, la baja 9. CORSI, J.


autoestima, la escasa habilidad para la comunicación verbal de sus sentimientos, Comp.:Violencia
familiar: Una mirada
la resistencia al autoconocimiento y la proyección de la responsabilidad y de la interdisciplinaria sobre
culpa. un grave problema
social. Paidos. Buenos
Aires, 2004.

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Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Una mujer maltratada suele haber incorporado modelos de dependencia y de


sumisión. Ella experimenta un verdadero conflicto entre su necesidad de
expresar sus sentimientos y el temor que le provoca la posible reacción de su
marido (…)

(…) El hombre violento suele adoptar modalidades conductuales disociadas: en


el ámbito público se muestra como una persona equilibrada y, en la mayoría de
los casos, no trasunta en su conducta nada que haga pensar en actitudes
violentas. En el ámbito privado, en cambio, se comporta de modo amenazante,
utiliza agresiones verbales, actitudinales y físicas, como si se transformara en
otra persona. Su conducta se caracteriza por estar siempre "a la defensiva" y por
la posesividad respecto de su pareja.

Tiene una percepción rígida y estructurada de la realidad. Sus ideas son


cerradas, con pocas posibilidades reales de ser revisadas. Percibe a su mujer
como "provocadora": tiene una especie de lente de aumento para observar cada
pequeño detalle de la conducta de ella; en cambio, le resulta
extraordinariamente difícil observarse a sí mismo, a sus sensaciones y
sentimientos y, por lo tanto, suele confundir miedo con rabia, o inseguridad con
bronca.

También suelen tener una fuerte tendencia a confundir sus suposiciones


imaginarias acerca de su mujer, con la realidad y, por lo tanto, actuar en función
de su construcción imaginaria (por ejemplo, en las reacciones celotípicas).

Si no consideramos todos estos elementos del contexto bipersonal en el que


transcurre la violencia doméstica, no podremos comprender las consecuencias
que la experiencia de victimización tiene sobre la mujer.

Es necesario conocer los patrones de agresión y destacar que la búsqueda de


explicaciones sobre el origen de la conducta violenta no implica su justificación. El
hombre violento es responsable de su propia conducta y de la forma que emplea para
expresarla. Pero es importante tener en cuenta que, de acuerdo con la manera en que
se defina el maltrato hacia la mujer, variarán las estrategias de cambio que se
empleen para abordarlo.

En los casos de violencia intrafamiliar es necesario considerar la implementación de


acciones orientadas a la asistencia de aquella figura que se presenta como violenta.
De lo contrario, cualquier acción de prevención estaría ignorando la raíz del

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Unidad 2

fenómeno, ya que las personas violentas pueden pasar de una relación violenta a otra.
Desde esta perspectiva, el cambio en las creencias y actitudes violentas contribuye a
reducir el maltrato.

3. Diferentes tipos de violencia


Existen varias maneras de clasificar la violencia. A continuación se presenta una de
las formas posibles de ordenar esta problemática:

Abandono físico y/o emocional


Maltrato físico
Maltrato emocional
Abuso sexual
Síndrome de Munchaussen
Violencia conyugal

3.1. Abandono físico y/o emocional


Se configura un cuadro de abandono físico y/o emocional cuando las personas
adultas encargadas de cuidar y proteger a los niños y/o a los ancianos y/o a otros
adultos miembros de la familia no hacen nada para evitar el sufrimiento del otro, o
no hacen lo necesario y suficiente aún pudiendo proporcionarles el mínimo bienestar
que el sujeto necesita. Se trata de un maltrato pasivo, por omisión.

El abandono físico y/o emocional es una de las formas en que se ejerce la violencia
10
hacia los niños. Dice J. Corsi al respecto:

"(...) El factor común que subyace en todas las formas de maltrato, es el abuso
de poder o autoridad. El abuso ocurre cuando una persona más fuerte o
poderosa (padres - adultos) aprovecha la ventaja que tiene sobre otro menos
fuerte o poderoso (niño).
10. CORSI, J
El maltrato infantil, es un problema muy complejo, ya que algunas formas de Comp.:Violencia
familiar: Una mirada
abuso son más difíciles de detectar que otras. Por ejemplo, el descuido o interdisciplinaria sobre
negligencia (ya sea físico o psicológico) o las diversas formas de abuso un grave problema
social. Paídos.
Buenos Aires, 2004

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Posgrado en Salud Social y Comunitaria

emocional, muchas veces no resultan fáciles de tipificar y detectar.

Los investigadores del tema aceptan una definición amplia de maltrato hacia los
niños, que incluye conductas tales como dañarlos físicamente, no brindarles los
cuidados apropiados o privarlos de afecto. El grado puede variar desde
humillarlos con frecuencia hasta negarles el alimento; desde el zamarreo hasta
la violación (…)"

La Primera Conferencia de Consenso sobre el anciano maltratado, celebrada en


11
España en 1995, se acuerda definir maltrato al anciano como :

" Cualquier acto u omisión que produzca daño, intencionado o no, practicado
sobre personas de 65 y mas años, que ocurra en el medio familiar, comunitario
o institucional, que vulnere o ponga en peligro la integridad física, psíquica, así
como el principio de autonomía o el resto de los derechos fundamentales del
individuo, constatable objetivamente o percibido subjetivamente"

Los especialistas coinciden en que los ancianos son reacios a informar de su


victimización por los miembros de su familia como maltratadores, por temor a
represalias, o al confinamiento en instituciones, o simplemente, porque prefieren
negar una realidad que les resulta insoportable.

Entre las formas más frecuentes de maltrato al anciano se encuentran:

negligencia física: no satisfacer las necesidades básicas, negar el alimento,


los cuidados higiénicos, la vivienda, la seguridad o el tratamiento médico; y,
negligencia emocional: la negación de afecto, el desprecio, el aislamiento o
la incomunicación.

3.2. Maltrato físico


12
Según la OPS violencia física:

11. KESSEL "(...) ocurre cuando una persona le inflige daño no accidental a otra, usando la
SARDINAS H. y col.
Primera Conferencia fuerza física o algún tipo de arma que puede provocar o no lesiones, ya sean
Nacional de Consenso
sobre el anciano
éstas internas, externas o ambas. El castigo repetido no severo también se
maltratado. 1996. considera violencia física"
12. OPS. Modelo de
leyes y politicas sobre El maltrato físico consiste en el uso de la fuerza de una persona contra el cuerpo de
violencia intrafamiliar
contra las mujeres. otra, incluye cualquier conducta que implique agresión física, desde empujones y
Capitulo 3. Abril de golpes con el cuerpo (patadas, puñetazos), mordeduras y quemaduras hasta agresión
2004

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Unidad 2

utilizando objetos o armas.

13
Dice H. Zimrin respecto al maltrato en la infancia:

MALTRATO, ABUSO y NEGLIGENCIA EN LA INFANCIA

Suele decirse que la violencia contra los niños no existe porque es una idea que
resulta intolerable. En consecuencia, se la niega directamente o se la relega a
otros grupos, a otras culturas, a otras familias, al ámbito de las minorías. (...)

Sólo luego de cumplida la ardua tarea de reconocer el problema, comienza la


tarea no menos difícil de buscar a las víctimas. Sin duda, resulta difícil.

Ante las enfermedades comunes, ante un verdadero accidente, los padres de los
niños afectados piden ayuda. (...) Esto no ocurre en el caso del abuso infantil,
que combina una grave enfermedad con la violación de la ley. En estos casos
muy raramente la gente pide ayuda.

Por un lado porque, como se dijo, para pedir ayuda hay que admitir primero el
problema. Por otra parte, porque en estos casos la víctima no pide ayuda. ¿Por
qué?

En primer lugar, porque las víctimas son niños. Más aún: el 50% de los niños
víctimas de abuso y violencia tienen menos de 6 meses de edad. Están
"guardados" en casa o en las guarderías; están ocultos; no hablan. El porcentaje,
por pequeño que sea, de niños que no son llevados a control, representa a
muchísimos niños de los que ni siquiera se sabe que existen y cómo están...

En segundo lugar, los niños que sí son "visibles" y están en edad de hacerlo, no
hablan. Tienen un buen motivo: están amenazados. En algunos casos, están
amenazados de muerte o de más violencia. En otros los amenaza la "culpa" de
ser los causantes, en caso de que el padre denunciado vaya a la cárcel. El niño
víctima será capaz de justificar cualquier cosa, de mentir todo lo que sea
necesario, con tal de "proteger" a sus padres.

En la consulta de emergencia, los nervios que manifiesta el padre dan una falsa
13. H. ZIMRIN:
imagen de preocupación por la salud del niño. La alteración deriva, sin Maltrato, abuso y
embargo, de la posibilidad de ser descubierto y transmite certeramente al niño el negligencia en la
infancia. Reseña de la
"peligro" que representa la situación también para él. conferencia pronunciada
el 16 de marzo de 2001,
en el Ministerio de
Salud, Buenos Aires.

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Posgrado en Salud Social y Comunitaria

En tercer lugar, paradójicamente, los niños se sienten culpables de lo que


sucede. Toda la escuela, todos los materiales dirigidos a ellos, todos los
programas de televisión y mensajes orientados a los niños, les dicen que "deben
amar a sus padres". El niño abusado, por su parte, siente que no quiere a su
progenitor que abusa de él. Pasa horas y horas rogando en su interior que muera
o que suceda algo que lo borre de la faz de la tierra... y en seguida se culpa por
ello y pasa otras tantas deseando que su ruego anterior no haya sido escuchado.
Luego la culpa le hace sentir que "es un mal niño". y el hecho de haber sido un
"mal niño" viene a "justificar" el mismo abuso de que está siendo objeto. Se
siente, entonces, "responsable de su propio sufrimiento", hundiéndose así en un
siniestro círculo vicioso que rebaja su autoestima cada vez más y le hace
"permitir" cada vez más abuso impidiéndole cualquier tipo de reacción.

Adicionalmente, los niños abusados, al sufrir repetidamente actos de violencia


de los que no pueden defenderse, construyen una imagen omnipotente del padre
abusador. Desarrollan entonces una personalidad fatalista, incapaz de reaccionar
ante los abusos. Pierden la capacidad de proteger sus propios derechos y de
asumir conductas asertivas o de autoprotección.

Esto explica, también, la situación de adultos que inexplicablemente "se


quedan", aun cuando sufren o presencian situaciones de abuso o agresión por
parte de sus propias parejas. La respuesta es que este adulto no se va porque
está convencido de que no puede hacer nada. y así se va trasladando la
violencia de generación en generación.

(...) Por otra parte, deseo insistir en el fuerte impacto del abuso sobre la
autoestima del niño. Los chicos víctimas se sienten "malos" porque odian a sus
padres.

Los padres, por su parte, en muchos casos no parecen entender siquiera de qué
se les habla cuando se les plantea su situación como un caso de abuso y
violencia. Muchos de ellos creen simplemente estar haciendo "lo correcto", lo
que les corresponde hacer como padres y a lo que tienen una especie de
"derecho natural" habilitante. No pueden comprender siquiera que necesitan
ayuda, ya que califican su propio comportamiento como "perfecto".

ENCONTRAR A LAS VíCTIMAS

Uno de los problemas clave, como he dicho, consiste en cómo encontrar a las
víctimas. En esto juegan un papel irremplazable los profesionales de la salud,
en particular los del primer nivel de atención y los que trabajan en los servicios
de emergencia de los hospitales. Hay determinados indicadores físicos a los que
hay que estar alerta. Entre ellos:

76
Unidad 2

Muchas magulladuras en todo el cuerpo, de diferentes "colores". El niño


que se golpea por una caída de la bicicleta, por ejemplo, u otro accidente
"aparatoso" de ese tipo no suele magullarse en todo el cuerpo en forma
repartida y pareja. Además, sus golpes se producen todos al mismo tiempo.
Moretones de diferentes colores pueden estar denunciando una cronicidad
de las lesiones.
Marcas de lesiones simétricas. Ambas manos, cachetes, etc. Los accidentes
no ocurren así.

Marcas producto de elementos, objetos, instrumentos. Los niños, por


ejemplo, muy raramente "se caen encima de una plancha".

Tipos de fracturas o lesiones que no concuerdan con el "relato del


accidente" que hace la familia. Por ejemplo, una fractura en que el cartílago
se desgarra tomando la forma de un "asa" o "manija" ("buckle fracture").

Síndrome de sacudida. Como los bebés no tienen fuerza suficiente en el


cuello como para sostener la cabeza firmemente, si son sacudidos con
fuerza ésta va y viene produciéndose pequeños derrames característicos
dentro de la parte blanca de los ojos.

Fracturas de cráneo a edades muy tempranas. En los primeros meses el


hueso del cráneo es sumamente elástico y sólo golpes de gran intensidad
pueden fracturarlo. Atención a los relatos según los cuales "el niño rodó de
una cama o de una mesa".

Lastimaduras en la zona del cuello. Es una zona naturalmente "muy


protegida" por la postura normal de los niños pequeños. Marcas en ese
lugar suelen ser huella de una agresión intencional de un adulto.

Marcas de quemaduras de cigarrillos, mordeduras de adulto, cortaduras con


cuchillo u otro objeto cortante.

Sin duda, hay que aprender y entrenarse. No sólo los médicos; también
enfermeras, maestras, asistentes sociales (...).

Lo que se puede y se debiera difundir en la comunidad es la existencia de esta


realidad, y una actitud de atención respecto de lo que ocurre (en casa, en las
casas vecinas, en el barrio), sumada a la sensibilidad para detectar a niños
tristes, que lloran, o que manifiestan un deterioro escolar.

También resulta útil difundir los números de teléfono para denuncia o solicitud
de ayuda.

77
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Hay que tener presente, además, que los niños abusados suelen llegar al examen
"preparados" por sus propios padres y amenazados, a veces de muerte. Es
necesario encontrar el modo de desarrollar en ellos la confianza básica.

Este sentimiento de confianza básica, esencial en el desarrollo de la psicología


del niño, aparece vulnerado o inexistente en los niños víctimas de violencia o
abuso. Normalmente, un niño cuando es agredido por otros, por el "afuera",
recibe en casa ayuda, consuelo, contención. ¿Qué pasa cuando la agresión
proviene, precisamente de casa, del lugar o de la persona que debería ayudarlo,
consolarlo, contenerlo? Se desarrolla entonces una "desconfianza básica" y
generalizada que le impide al niño solicitar o recibir cualquier otra clase de
ayuda.

Como ya se dijo, algunos indicadores de la presencia de maltrato físico en niños,


adolescentes, adultos o personas mayores es la presencia de hematomas en cualquier
zona del cuerpo (preferentemente zonas laterales de la cara, brazos y piernas).
Habitualmente, se observan moretones de diferentes colores, que dan cuenta de
diferentes episodios de violencia sufridos.

La siguiente tabla muestra presenta la correlación entre el color de los hematomas


(moretones) y el tiempo que ha pasado desde el episodio que los produjo:

Color del hematoma

Negruzco, azul oscuro Inmediato 1 día


Rojo Violáceo Reciente 1 a 5 días
Rojo Púrpura No reciente 5 a 7 días
Verdoso Antigua 7 a 10 días
Amarillento Muy Antigua 2 a 4 semanas

78
Unidad 2

Otros indicadores de la presencia de maltrato físico son:


Cicatrices diversas
Marcas de quemaduras
Fracturas inexplicables
Fracturas antiguas ya curadas, múltiples en distintos estadios evolutivos
Marcas de mordeduras

3.3. Maltrato emocional


Este tipo de maltrato equivale a todas aquellas conductas orientadas a la
desvalorización de la otra persona, y presentan diferentes grados de gravedad según
el nivel en que fortalezcan la pérdida de autoestima de la víctima que lo sufre y el
14
control sobre ella.

15
Según la OPS se entiende por violencia psicológica hacia la mujer:

"(...) toda conducta que ocasione daño emocional, disminuya la autoestima,


perjudique o perturbe el sano desarrollo de la mujer u otro integrante de la
familia, como por ejemplo: conductas ejercidas en deshonra, descrédito o
menosprecio al valor personal o dignidad, tratos humillantes y vejatorios,
vigilancia constante, aislamiento, constantes insultos, el chantaje, degradación,
ridiculizar, manipular, explotar, amenazar el alejamiento de los(as) hijos(as) o la
privación de medios económicos indispensables, entre otras. En algunas
legislaciones, también incluye la libertad de tránsito de la víctima, así como
entrar y salir del hogar (…)"

El maltrato emocional puede manifestarse de diferentes modos: violencia verbal,


miradas, gestos, gritos, insultos, humillaciones, burlas, coerción, descalificaciones, 14. VEGA MARTíNEZ
ESCUDERO M.,
críticas, desprecios, abandono, aislamiento emocional, incomunicación, etc. Pueden FERNáNDEZ
ser víctimas de este tipo de maltrato en el marco familiar niños, adolescentes, otros RODRíGUEZ O.: Malos
tratos: detección precoz y
adultos y ancianos. asistencia en atención
primaria. Editorial: Ars
Médica. 2005.
Para caracterizar algunos aspectos del maltrato emocional dirigido a los niños
16
recurriremos nuevamente a J. Corsi : 15. OPS. Modelo de
leyes y políticas sobre
violencia intrafamiliar
contra las mujeres.
Capitulo 3. Abril de
2004.

16. JORGE CORSI:


El abuso emocional Una mirada abarcativa
sobre el problema de la
violencia familiar.
El abuso emocional, es el más difícil de identificar y de probar. Insultos, Violencia familiar.
Buenos Aires- Paídos
amenazas, descalificaciones, castigos desproporcionados, cuando son la regla y 2004.

79
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

no la excepción dentro de la relación padres - hijos, pueden provocar graves


daños psicológicos en el niño. (...)

Un niño puede estar gravemente dañado desde el punto de vista emocional y sin
embargo no mostrar cicatrices exteriores. Puede estar sufriendo el efecto
paralizante de sentirse despreciable, sin comprender ni poder explicar el por
qué.

Los padres pueden abusar emocionalmente de sus hijos basados en buenas


intenciones, como querer que sobresalgan en el colegio, en el deporte o en la
vida social. A partir de esas buenas intenciones, puede presionarlos o
avergonzarlos al punto de infringirles sufrimiento emocional crónico.

También pueden ejercer el abuso emocional de un modo pasivo, no brindando el


afecto, el apoyo y la valoración que todo niño necesita para crecer
psicológicamente sano. Cuanto más temprana sea la conducta de abuso
emocional activo o pasivo, mayores serán las consecuencias psíquicas en el niño
(…)

3.3.1. Indicadores de maltrato emocional

El maltratador en su objetivo de conseguir el control sobre la mujer puede utilizar


estrategias de abuso psicológico difíciles de percibir como maltrato. Se trata de
conductas restrictivas y controladoras que disminuyen la capacidad de decisión y
autonomía de las mujeres y que producen dependencia y aislamiento.

La mujer las interpreta como manifestaciones de interés y de amor, sin caer en la


cuenta que se trata de agresiones, poniéndose de esta forma en una situación de
indefensión y vulnerabilidad.

Para el caso del maltrato emocional hacia las mujeres, existen indicadores que
permiten al profesional sospechar que una mujer está pasando por una situación de
violencia emocional: se trata de síntomas de angustia, agotamiento, temor, etc.

En el caso del maltrato emocional hacia los niños se pueden observar:

Extrema falta de confianza en sí mismo


Exagerada necesidad de sobresalir o ganar

80
Unidad 2

Demandas excesivas de atención.


Agresividad o pasividad exagerada frente a otros niños.
Retraso del lenguaje.
Disminución de la capacidad de atención.
Problemas de aprendizaje.
Problemas graves de control de esfínteres.

3.4. Abuso sexual


17
Según la OPS se entiende como violencia sexual:

"(...) todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, las relaciones
sexuales no deseadas, las insinuaciones sexuales no deseadas, o las acciones
para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una
persona mediante la coerción de otra, independientemente de la relación de ésta
con la víctima. Todo lo anterior, en cualquier ámbito, incluido el hogar, el lugar
de trabajo, la violación por desconocidos, durante conflictos armados, acoso
sexual, de personas con una discapacidad, de menores de edad, matrimonio
forzado, negación a anticoncepción y protección, aborto forzado y prostitución
forzada, entre otras (...)"

El abuso sexual puede iniciarse en la infancia (incluso siendo bebés) y llevarse a


cabo no sólo dentro de la familia sino en guarderías, escuelas, etc. También existe
abuso sexual o violación en la pareja cuando el hombre obliga a la mujer a tener
relaciones sexuales.

Generalmente, el abusador es un familiar o conocido de la familia.

18
Nuevamente recurriremos a J. Corsi:

El abuso sexual

De todas las formas de abuso, tal vez la más difícil de aceptar y reconocer sea
17 y 18. OPS. Modelo de
el abuso sexual hacia los niños. leyes y políticas sobre
violencia intrafamiliar
contra las mujeres.
Este tipo de abuso puede definirse como: "contactos o interacciones entre un Capitulo 3. Abril de
2004.

81
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

menor y un adulto, en los que el menor está siendo usado para la gratificación
sexual del adulto".

Puede incluir una serie de actividades: desde la exposición de los genitales por
parte del adulto, hasta la violación del menor.

El abuso sexual intrafamiliar, ocurre cuando el abusador es parte de la familia


(padre, padrastro, hermano mayor, tío, abuelo u otro familiar).

El abuso sexual extra-familiar por lo común es perpetrado por alguien que el


niño conoce: un vecino, un profesor, un profesional, etc.

Una forma particular del abuso sexual es el incesto. El incesto está definido por
la ley como el acto sexual entre familiares de sangre tales como padre - hija,
hermano - hermana, madre - hijo.

Un alto porcentaje de niñas son víctimas de abuso sexual intrafamiliar a través


del incesto padre - hija. La edad en que más frecuente se produce, es alrededor
de la pubertad y un padre puede continuar manteniendo relaciones sexuales con
una o más hijas a lo largo de varios años. Muchas veces, el incesto no se revela
hasta que la hija se va del hogar. Cuanto más cercana sea la relación entre el
adulto y el niño, mayor será el daño potencial, ya que el abuso sexual
intrafamiliar ocasiona a la víctima, importantes daños psicológicos.

(...) Con respecto al abuso sexual (…) es preciso tener en cuenta:

La fuerza física está presente sólo en un pequeño porcentaje de los


incidentes de abuso sexual a niños.
La percepción del adulto como autoridad, vuelve al niño más vulnerable a
ser amenazado, sobornado o inducido a obedecer órdenes.
Los niños rara vez informan a alguien de lo que está ocurriendo por miedo
y porque el abusador los induce a no contar nada.
Muchas veces, los niños desean contarlo, pero no lo hacen por temor a que
no se les crea o a ser castigados.
Los niños no inventan historias acerca de su propio abuso sexual. Si se
animan a decirlo, es preciso creerles.
La edad promedio en que los niños son abusados sexualmente se ubica
alrededor de los once años, pero es frecuente que niños de menos de tres
años sean abusados.
El típico abuso sexual hacia un niño, ocurre dentro de un largo período, ya
que el ofensor abusa de su posición de poder.

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Unidad 2

3.4.1. Indicadores de abuso sexual

Las víctimas habituales del abuso sexual son las mujeres, las/los adolescentes y los
niños. Los signos o indicadores de abuso sexual en niños o adolescentes pueden ser:

Dificultades para andar y sentarse


Ropa interior rasgada, manchada o ensangrentada
Dolor o escozor en la zona genital
Contusiones o sangrado en los genitales externos, zona vaginal o anal
Vulva hinchada o roja
Semen en boca, genitales o ropa
Presencia de cuerpos extraños en uretra vejiga o ano
Infecciones urinarias a repetición
Llanto fácil por poco o ningún motivo aparente
Cambios bruscos en la conducta escolar
Llegar temprano a la escuela y retirarse tarde
Ausentismo escolar
Conducta agresiva y destructiva
Conducta y conocimiento sexual no coherente con la edad
Conducta excesivamente sumisa
Temor al contacto físico

Aún cuando no sean indicadores excluyentes de abuso sexual, la presencia de varios


de ellos, es signo de que el niño necesita ayuda.

3.5. Síndrome de Munchaussen


Se trata de una forma de violencia con características muy especiales, ya que es la
propia madre del niño la que infringe lesiones repetidas o provoca enfermedades
inyectándole tóxicos u obligándolo a tomar sustancias que le provocan diarreas,
deshidratación u otras causas de internación. El objetivo de la madre es la
internación del niño.

Estos niños tiene muchas veces ingresos múltiples en distintos hospitales, hermanos
con enfermedades raras, accidentes frecuentes o muertes súbitas.

83
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Los síntomas de las enfermedades son bien conocidos por la madre, que suele
mostrarse muy sobreprotectora con el niño y colaboradora con el profesional que
atiende al hijo y muy preocupada por su situación de salud.

Para el profesional es muy difícil arribar a un diagnóstico, discriminar los síntomas


inventados e inexplicables, que desaparecen al separar al niño/a de su familia y
vuelven cuando el niño se encuentra con la madre o padre en el domicilio u hospital.
Los estudios complementarios que el médico solicita no le aclaran el diagnóstico de
la falsa enfermedad.

Por lo tanto, los profesionales deben estar atentos cuando la historia familiar no
concuerda con las manifestaciones clínicas.

3.6. Violencia conyugal


Como ya se dijo previamente, cuando la víctima del maltrato en la pareja es la mujer,
la violencia conyugal se enmarca en el fenómeno de la violencia de género. Aunque
también existen situaciones en que es la mujer la que maltrata al hombre dentro de la
pareja.

La violencia conyugal, es una problemática tan extendida como oculta. Existen


muchas razones por las cuales tanto la víctima como el victimario/a intentan
disimular y ocultar la situación de maltrato. Es por eso, que sólo cuando la violencia
provoca graves daños físicos o psíquicos, el fenómeno se vuelve visible para los
demás.

Algunas de las características que a menudo acompañan la violencia en las relaciones


19
de pareja son:

La gran mayoría de los autores de la violencia son hombres. Las mujeres corren
el mayor riesgo con hombres que ya conocen.
La violencia física casi siempre va acompañada de maltrato psicológico y, en
muchos casos, de abuso sexual.
La violencia conyugal traspasa los límites de la clase socioeconómica, la
religión y el origen étnico.
Los hombres/mujeres que golpean a sus parejas exhiben un marcado
19. CORSI, J.: Una comportamiento de control sobre ellas.
mirada abarcativa
sobre el problema de
la violencia familiar. Para poder comprender la dinámica de la violencia conyugal es necesario considerar
EnViolencia familiar.
Una mirada dos factores: su intensidad creciente y su carácter cíclico. En este caso, la
interdisciplinaria sobre descripción se realiza en la perspectiva de la violencia ejercida por el hombre hacia la
un grado de problema
social. Buenos Aires, mujer.
Paídos, 2004.

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Unidad 2

La intensidad de la violencia sigue habitualmente estas etapas:

1. La primera etapa de la violencia es sutil, toma la forma de agresión psicológica.


Consiste en atentados contra la autoestima de la mujer. El agresor la ridiculiza,
ignora su presencia, no presta atención a lo que ella dice, se ríe de sus opiniones
o de sus iniciativas, la compara con otras personas, la corrige en público. Estas
conductas ejercen un efecto devastador sobre la víctima, provocando un
progresivo debilitamiento de sus defensas psicológicas. Comienza a tener miedo
de hablar o de hacer algo por temor a las críticas.

2. En una segunda etapa, aparece la violencia verbal, que refuerza la agresión


psicológica. El agresor insulta y denigra a la víctima. La ofende criticándole su
cuerpo, le pone sobrenombres descalificantes, etc., comienza a amenazarla con
agresión física. De este modo, va creando un clima de miedo constante. En
muchos casos, la mujer llega a tal estado de debilitamiento, desequilibrio
emocional y depresión que la lleva a realizar una consulta psiquiátrica.

3. En la tercera etapa, comienza la violencia física. A veces disfrazada o fingida


como forma de juego, el agresor toma a la víctima del brazo, la lastima, la
golpea, le tira de los cabellos, la zamarrea. En algún momento, le da una
cachetada con la mano abierta, después siguen las trompadas y las patadas.

Con las variaciones culturales obvias, este ciclo y esta escalada de violencia
conyugal, se dan en todas las latitudes, en todas las clases sociales, en personas de
distintos niveles educativos. La única forma de cortar el ciclo y la escalada de
violencia es a través de la intervención externa. Según los casos, esta intervención
externa está dada por familiares, amigos, médicos, educadores, psicólogos, asistentes
sociales, abogados o policías y mediatizada por instituciones tales como el hospital,
la escuela, los tribunales o la iglesia.

Con respecto al carácter cíclico, la dinámica de la violencia conyugal descrita por L.


Walker (1979) se puede sintetizar en el llamado ciclo de violencia que se plantea en
tres fases:

Primera fase: denominada fase de la acumulación de tensión, en la cual se


produce una sucesión de pequeños episodios que lleva a roces permanentes
entre los miembros de la pareja, con un incremento constante de la ansiedad y la
hostilidad.

Segunda fase: denominada episodio agudo, en la cual la tensión que se había


acumulado da lugar a una explosión de violencia, que puede variar en gravedad,
desde un empujón hasta el homicidio.

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Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Tercera fase: denominada luna de miel, en la que se produce el arrepentimiento,


a veces instantáneo, por parte del hombre, sobreviniendo un pedido de disculpas
y la promesa de que nunca más volverá a ocurrir. Al tiempo, vuelven a
recomenzar los episodios de acumulación de tensión, y a cumplirse el ciclo.

La mujer maltratada se percibe a sí misma como no teniendo posibilidades de salir de


la situación en la que se encuentra. Tiene una idea deformada acerca del poder de su
marido o pareja. El mundo se le presenta como hostil y cree que nunca podrá valerse
por sí misma.

El abuso emocional del que es objeto tiene como consecuencia que comience a verse
a sí misma como inútil, tonta o loca, tal como el hombre le repite constantemente.
Muchas veces puede llegar a dudar de sus propias ideas o percepciones. Cuando el
maltrato es muy grave y prolongado, puede tener ideas de suicidio u homicidio.

Le sugerimos que consulte con los otros profesionales o sus diferentes registros
(historias clínicas, registros de trabajadores sociales y psicólogos u otros
informantes claves) situaciones de violencia intrafamiliar. De los casos de
violencia que llegaron a su CS:
¿Cuáles de los tipos de violencia recientemente definidos se presentan con
más frecuencia?
¿Cómo y por qué se detectan en el CS? ¿Cuáles son los miembros del
equipo de salud que habitualmente se involucran en esta problemática?
En su opinión: ¿Quiénes más podrian involucrarse?

4. Factores de riesgo
Los factores de riesgo que pueden identificarse no son causa de la violencia
intrafamiliar ni predictivos de la aparición de la misma, pero su presencia puede
contribuir a ella.

Los riesgos pueden ser socioculturales e interpersonales, la pobreza, la existencia de


adicciones (al alcohol o a las drogas), los antecedentes de abuso, el haber
presenciado o sufrido violencia intrafamiliar contribuyen a la incidencia y a la
severidad de la misma.

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