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Nicolás Daniele
El libro de Nállim nos ofrece un acercamiento al corazón del clivaje político más
trascendente de la historia política contemporánea de Argentina, nos referimos a los orígenes
del antiperonismo. Desde una mirada de mediano plazo, el autor nos ofrece un abordaje
integral de las vertientes por las que circuló la tradición liberal en el período comprendido
entre 1930-1955. De tal modo, la propuesta nos acerca a la trama ideológica y política que
protagonizaron los diferentes grupos políticos y culturales en estos años, sus posicionamientos
frente a la coyuntura local y los realineamientos que inevitablemente los empujó el contexto
político internacional ante fenómenos como el fascismo, la Guerra Civil española y la
Segunda Guerra Mundial.
El libro está organizado en tres capítulos, cada uno de ellos trabaja un período
específico que da cuenta de las particularidades coyunturales locales e internacionales, los
posicionamientos de los diferentes grupos y, en menor medida, también las discrepancias
internas de cada colectivo político, advirtiendo permanentemente al lector de la
heterogeneidad de posicionamientos y miradas que también habitan detrás de cada bandería
política.
Escuela de Historia, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba. E-mail:
[email protected]
Revista de la Red de Intercátedras de Historia de América Latina Contemporánea 170
Año 3, N° 5, Córdoba, Diciembre 2015-Mayo 2016. ISSN 2250-7264
Nicolás Daniele
El segundo capítulo está subdividido en dos períodos, uno que va desde 1938 a 1943 y
otro desde 1943 a 1946. Esta periodización se justifica, por un lado, por la crisis que va
atravesar la experiencia de la Concordia (1938), pero también por el intento de las fuerzas y
colectivos políticos liberales antifascistas de conformar un Frente Popular Democrático
(1938). Hacia junio de 1943, con el golpe de Estado, se clausura este intento.
Paradójicamente, muchos de estos grupos antifascistas también pusieron parte de sus
expectativas, como sabemos rápidamente frustradas. El entrecruzamiento con los sucesos
europeos es valioso, ya que oficiaron como disparador de ordenamientos políticos y marcos
ideológicos para interpretar la coyuntura local. El segundo subperíodo (1943-46) está guiado
en gran medida por la dinámica misma que se fue gestando al interior de las fuerzas militares
en el gobierno, con especial atención al creciente protagonismo que fue asumiendo la figura
de Perón desde la Secretaria de Trabajo y Prevención, y todo lo que devino en consecuencia.
Pero además hay un nuevo elemento, la dimensión internacional del acompañamiento a este
colectivo ahora antiperonista: la embajada de los Estados Unidos. Es en estos años donde
tiene nacimiento naturalmente el “antiperonismo”, pero lo interesante del caso es observar
cómo en la raíz misma de este colectivo heterogéneo se va enarbolando un prefijo “anti”,
ahora para posicionarse en oposición a un fenómeno local. Aquí habitan bagajes ideológicos
históricos locales e importados, reconfigurados y puestos a disputar sentidos polarizados. En
esta línea, podemos interpretar que, si bien el “antiperonismo” es una novedad, no lo son las
bases ideológicas que lo sostienen, o por lo menos gran parte de ellas.
Sin dudas uno de los mayores logros del libro de Nállim es visualizar las continuidades
y reconfiguraciones de bases ideológicas liberales, que terminan corporizando hacia mitad de
siglo en el “antiperonismo”. Es de mencionar que la construcción de antinomias construidas
en torno al peronismo, son un ejemplo de la polarización política que el período claramente
evidencia. No son descuidadas las miradas heterogéneas presentes en ambos bandos, tanto en
el peronismo como en los grupos antiperonistas había una gran variedad de interpretaciones y
de disputas ideológicas, no obstante, las fronteras políticas eran lo suficientemente fuertes.
Hacia el final del período, observamos como antiguos compañeros de rutas de las filas
peronistas, al desprenderse, terminan obligadamente recayendo en el heterogéneo colectivo
del “anti”, ayudados en parte por las bajas barreras de ingreso a este colectivo social y
político.
Si bien hay un conjunto importante de trabajos en clave de historia intelectual que han
puesto el foco en esta temática, este libro particularmente elige ampliar temporalmente el foco
y observar trayectorias de mediana temporalidad; esto es un interesante aporte, más aún
cuando la clave de escritura intenta escapar de la erudición disciplinar, una originalidad en los
trabajos de historia intelectual que cabe destacar. La reactualización de discursos e imágenes
antiperonistas fue posible dado que existían con anterioridad espacios y redes de socialización
de políticos y personalidades de la cultura que se mantuvieron activos. Con el arribo de Perón
no dejaron de actuar.