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Revista de la Red de Intercátedras de Historia de América Latina Contemporánea 169

Año 3, N° 5, Córdoba, Diciembre 2015-Mayo 2016. ISSN 2250-7264


Nicolás Daniele

Jorge A Nállim, Las raíces del antiperonismo. Orígenes históricos e


ideológicos, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2014, 283 páginas.
ISBN 978-987-614-457-5

Nicolás Daniele 

El libro de Nállim nos ofrece un acercamiento al corazón del clivaje político más
trascendente de la historia política contemporánea de Argentina, nos referimos a los orígenes
del antiperonismo. Desde una mirada de mediano plazo, el autor nos ofrece un abordaje
integral de las vertientes por las que circuló la tradición liberal en el período comprendido
entre 1930-1955. De tal modo, la propuesta nos acerca a la trama ideológica y política que
protagonizaron los diferentes grupos políticos y culturales en estos años, sus posicionamientos
frente a la coyuntura local y los realineamientos que inevitablemente los empujó el contexto
político internacional ante fenómenos como el fascismo, la Guerra Civil española y la
Segunda Guerra Mundial.

La actualización y reconfiguración del acervo ideológico social es una práctica política


permanentemente. En determinadas coyunturas donde la disputa hegemónica por el orden
asume un nuevo tamiz, estas reconfiguraciones ideológicas ofician como catalizador de
fuerzas y conglomerados sociales y políticos. La organización del libro y la periodización que
propone Nállim nos habla de rupturas pero, sobre todo, de continuidades en la búsqueda de
construir espacios políticos en esta coyuntura pos 1930, donde el liberalismo en su amplio
repertorio ideológico y programático, si bien transita por una crisis de legitimidad política de
envergadura, apelará a modelos polarizados para defenderse de lo que a su parecer constituye
un intento de retroceso a la Argentina pre moderna.

El libro está organizado en tres capítulos, cada uno de ellos trabaja un período
específico que da cuenta de las particularidades coyunturales locales e internacionales, los
posicionamientos de los diferentes grupos y, en menor medida, también las discrepancias
internas de cada colectivo político, advirtiendo permanentemente al lector de la
heterogeneidad de posicionamientos y miradas que también habitan detrás de cada bandería
política.

En el primer capítulo (1930-38), el autor retoma debates centenarios para justificar la


continuidad, en muchos casos de bases ideológicas y prejuicios políticos de corte liberal, que
en este período trabajado son retomados y utilizados por colectivos antifascistas defensores
del liberalismo político y económico. Este amplio colectivo que abarca a radicales, socialistas,
demócratas progresistas, comunistas y a sectores minoritarios de la iglesia católica, como así
también a agrupaciones de periodistas, emprendimientos editoriales, escritores. Desde este
amplio y heterogéneo espacio político e ideológico se organiza la principal crítica a lo que era
considerado una experiencia de “fascismo criollo”, no solo por las innumerables
comprobaciones de fraudes electorales y proscripciones, sino también por el intervencionismo
estatal en el ámbito económico, interpretado esto último como una expresión más del
totalitarismo político que controlaba el Estado desde 1930. Es interesante observar cómo el
autor da cuenta de la vitalidad política del período que alternó fraude y proscripción con la
activación de gran número de espacios por donde se movilizaron colectivos políticos y


Escuela de Historia, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba. E-mail:
[email protected]
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sociales, al compás de un contexto internacional también convulsionado. Estos grupos


permanecerán activos y serán profundamente protagonistas en los años venideros, poniendo
en cuestión la clásica nomenclatura de “Década Infame” que suele asociar a esta larga década
con la idea de la clausura política. Más aún, si la ventana por la cual nos acercamos a mirar el
período logra también incluir las vastas experiencias de las otras plazas argentinas, el caso de
Córdoba es bien significativo en relación al respecto.

El segundo capítulo está subdividido en dos períodos, uno que va desde 1938 a 1943 y
otro desde 1943 a 1946. Esta periodización se justifica, por un lado, por la crisis que va
atravesar la experiencia de la Concordia (1938), pero también por el intento de las fuerzas y
colectivos políticos liberales antifascistas de conformar un Frente Popular Democrático
(1938). Hacia junio de 1943, con el golpe de Estado, se clausura este intento.
Paradójicamente, muchos de estos grupos antifascistas también pusieron parte de sus
expectativas, como sabemos rápidamente frustradas. El entrecruzamiento con los sucesos
europeos es valioso, ya que oficiaron como disparador de ordenamientos políticos y marcos
ideológicos para interpretar la coyuntura local. El segundo subperíodo (1943-46) está guiado
en gran medida por la dinámica misma que se fue gestando al interior de las fuerzas militares
en el gobierno, con especial atención al creciente protagonismo que fue asumiendo la figura
de Perón desde la Secretaria de Trabajo y Prevención, y todo lo que devino en consecuencia.
Pero además hay un nuevo elemento, la dimensión internacional del acompañamiento a este
colectivo ahora antiperonista: la embajada de los Estados Unidos. Es en estos años donde
tiene nacimiento naturalmente el “antiperonismo”, pero lo interesante del caso es observar
cómo en la raíz misma de este colectivo heterogéneo se va enarbolando un prefijo “anti”,
ahora para posicionarse en oposición a un fenómeno local. Aquí habitan bagajes ideológicos
históricos locales e importados, reconfigurados y puestos a disputar sentidos polarizados. En
esta línea, podemos interpretar que, si bien el “antiperonismo” es una novedad, no lo son las
bases ideológicas que lo sostienen, o por lo menos gran parte de ellas.

El tercer y último capítulo abarca la experiencia peronista en el gobierno (1946-55).


Nállim entiende, al igual que tantos otros, que determinadas decisiones políticas de claro corte
autoritario (juicio político a la corte suprema, la reforma de la constitución, monopolización
del aparato periodístico y la censura de medios e intelectuales) alimentaron las asociaciones
entre peronismo = fascismo = totalitarismo, que desde tiempo ya eran parte del repertorio de
disputa que el amplio arco opositor desplegó durante todos estos años para confrontar con la
experiencia en curso. El autor de cuenta que el carácter flexible y heterogéneo del
“antiperonismo”, si bien trajo a sus protagonistas en sus comienzos enormes frustraciones
electorales, con el tiempo se convirtió en una oportunidad fructífera, pero fugaz, para receptar
a antiguos adversarios que se fueron “(des)peronizando”. Las tres dimensiones propuestas por
el autor -la internacional, las Fuerzas Armadas y la iglesia católica- para dar cuenta de este
reacomodamiento de las fuerzas políticas son bien clarificadoras.

El trabajo de Nállim exhibe el acompañamiento de un densa bibliografía clásica y


actualizada del tema, un especial tratamiento tiene en su trabajo el material gráfico del
momento, principalmente revistas y publicaciones de referencia obligadas de estos grupos,
nos referimos a Argentina Libre, La vanguardia, Hechos e ideas, Orden Cristiano, Nosotros,
La Prensa, Realidad, Sur, Liberalis, Imago Mundi, entre otras. El humor político de Tristán,
Reco y Penike, recuperados por el autor, forman parte de los registros de fuentes trabajadas,
permitiéndonos dimensionar sus capacidades como artefactos culturales para anudar lealtades
y representaciones políticas y sociales de aquellos adversos al fenómeno peronista.
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Año 3, N° 5, Córdoba, Diciembre 2015-Mayo 2016. ISSN 2250-7264
Nicolás Daniele

Sin dudas uno de los mayores logros del libro de Nállim es visualizar las continuidades
y reconfiguraciones de bases ideológicas liberales, que terminan corporizando hacia mitad de
siglo en el “antiperonismo”. Es de mencionar que la construcción de antinomias construidas
en torno al peronismo, son un ejemplo de la polarización política que el período claramente
evidencia. No son descuidadas las miradas heterogéneas presentes en ambos bandos, tanto en
el peronismo como en los grupos antiperonistas había una gran variedad de interpretaciones y
de disputas ideológicas, no obstante, las fronteras políticas eran lo suficientemente fuertes.
Hacia el final del período, observamos como antiguos compañeros de rutas de las filas
peronistas, al desprenderse, terminan obligadamente recayendo en el heterogéneo colectivo
del “anti”, ayudados en parte por las bajas barreras de ingreso a este colectivo social y
político.

Si bien hay un conjunto importante de trabajos en clave de historia intelectual que han
puesto el foco en esta temática, este libro particularmente elige ampliar temporalmente el foco
y observar trayectorias de mediana temporalidad; esto es un interesante aporte, más aún
cuando la clave de escritura intenta escapar de la erudición disciplinar, una originalidad en los
trabajos de historia intelectual que cabe destacar. La reactualización de discursos e imágenes
antiperonistas fue posible dado que existían con anterioridad espacios y redes de socialización
de políticos y personalidades de la cultura que se mantuvieron activos. Con el arribo de Perón
no dejaron de actuar.

Fecha de recepción: 03 de agosto de 2016


Fecha de aprobación: 25 de agosto de 2016

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