Historia de la alimentacion
Historia de la alimentacion
Historia de la alimentacion
INTRODUCCION
Mediante el análisis de la practicas alimenticias del ser
humano se revelan características esenciales de la especie, su
evolución y también ciertos desafíos futuros que deberán
enfrentar. La frase “dime lo que comes y te diré quien eres”,
popularizada por el francés Jean Anthelme Brillant-Savarin,
hace alusión a la influencia directa de la comida en la calidad
de vida de las personas. Categóricamente, es posible apelar a
ella para adentrarse en los distintos periodos de la historia.
Alimentarse es una premisa básica para todos los seres vivos.
Entre ellos, los seres humanos son los únicos que se
distinguen por haber aprendido a cocinar sus alimentos y por
tener la capacidad de sublimar sus necesidades naturales:
transformaron la necesidad básica de la alimentación en una
inmensa manifestación cultural, desencadenando estímulos
que determinarían la forma de vida, organización y
asentamiento de las diferentes comunidades. Las primeras
expresiones culturales se relacionaron con la obtención de
alimentos. Los Homo habilis fabricaron herramientas de
piedra para romper frutos silvestres o extraer raíces y
tubérculos de la tierra. Los Homo erectus aprenderían a
dominar el fuego, lo que les permitió cocinar los alimentos y
contribuyo de modo decisivo a la humanización. El cocimiento
de los alimentos ablando la comida, libero aminoácidos y
azucares, hizo mas digeribles las grasas, aumento el valor
nutritivo de los productos y redujo el tiempo y la energía
empleados para nutrirse. El estómago, la pelvis, la caja
torácica y los dientes comenzaron a encogerse y el cerebro
aumentó de tamaño debido a la mayor ingesta energética.
Cocinar supuso planificar la captura de las presas, así como
proyectar la preparación y la distribución de la comida dentro
del grupo. Obligo a ejercitar el intelecto y este, a su vez,
potencio las técnicas alimenticias y culinarias en un ciclo sin
fin que se continua hasta el presente. A partir de entonces, los
seres humanos protagonizaron tres grandes revoluciones
productivas relacionadas con la alimentación: la revolución
Neolítica, la revolución Agrícola y la revolución Verde. En los
tiempos neolíticos, las comunidades dejaron de trasladarse
constantemente y aprendieron a domesticar las plantas y los
animales para su sustento. La invención de la agricultura y la
ganadería permitió la acumulación de excedentes y el
consecuente aumento del tiempo libre. Hace 10000 años,
esas primeras sociedades sedentarias aprenderían a planificar
canales de riego, a levantar construcciones mas resistentes y
a elaborar vasijas para el almacenamiento de los productos.
La molienda de grano propicio el acopio de la harina, que
incluso seria reservada para épocas de escasez de carnes y
verduras. Los cereales ganarían, en ese sentido, un lugar
central en la historia alimentaria de la humanidad. En grandes
civilizaciones de la Antigüedad, como la egipcia o la
mesopotámica, las autoridades eran responsables de la
administración de los almacenes de trigo y cebada, y los
únicos con potestad de construir sistemas de irrrigación para
el aprovechamiento de las aguas y los campos. La cultura
agrícola grecolatina desarrollo adelantos productivos que se
prolongarían hasta el medioevo y serian habituales en las
economías feudales, entre ellos los molinos de viento y de
agua, y el arado de metal. A partir de la revolución agrícola
del siglo XVIII se alcanza una productividad alimenticia sin
precedentes mediante la implementación de nuevos sistemas
de explotación de la tierra, como la rotación trienal de cultivos
sin barbecho y el uso de maquinaria agrícola. Los cambios en
la agricultura impulsarían las migraciones de los campos
hacia las ciudades, en un proceso de urbanización que se
prolongaría hasta el mundo contemporáneo. Ya desde
mediados del siglo XX, como parte de la revolución Verde
comenzaron a utilizarse cereales mejorados en el laboratorio
y la aplicación de grandes cantidades de agua, fertilizantes y
plaguicidas en los campos. Así se logró que la producción de
alimentos superara las necesidades de la población mundial,
pese a que el hambre no dejara de azotar a ciertas regiones
del mundo por la desigual distribución.
El aumento de la productividad alimenticia a cualquier costo
ha puesto en riesgo la salud humana y el equilibrio del
planeta, cuya preservación esta amenazada por la explotación
de los suelos, las aguas y demás recursos naturales. Las
naciones mas pobres se ven castigadas por la desnutrición.
Tanto en los países desarrollados como en los en vías de
desarrollo se han vuelto corrientes los trastornos alimentarios
como la bulimia y la anorexia, caracterizados por una
distorsión de la imagen corporal. Además, la alteración
artificial de los productos ha causado otros prejuicios en la
salud, como obesidad, diabetes o hipercolesterolemia. Las
espectaculares modificaciones resultantes del tratamiento
transgénico de los alimentos no permiten una adaptación
biológica del ser humano. Uno de los mayores desafíos
actuales es poder predecir las consecuencias de las
transformaciones alimenticias, científicas y tecnológicas en el
futuro de la humanidad. Si bien la comida nos hizo humanos,
ahora el reto ineludible es evitar que ella se vuelva
destructiva y preservar las fuentes de alimento.
La comida prehistórica.
Menú rico y natural.
En el Paleolítico los seres humanos se dedicaban a la caza y a
la recolección, dependían de los cambios estacionales y
consumían los alimentos con escasa elaboración. El dominio
del fuego introdujo transformaciones radicales en la
supervivencia.
Comer lo obtenido.
Durante las primeras etapas de la expansión del Homo
sapiens, la principal estrategia de supervivencia fue la caza
de animales combinada con actividades de recolección de
frutos y raíces silvestres. Las primeras comunidades
aprendieron paulatinamente de los ciclos vitales de las
plantas comestibles y procuraban regresar a las zonas donde
las hallaban en abundancia. Los granos de los cereales fueron
conocidos por los seres humanos hace unos 20000 años; por
ejemplo, el mijo en Eurasia y el maíz en América. Al elevarse
la temperatura del planeta tras la ultima glaciación, los
grandes herbívoros escaseaban, mientras que el
calentamiento del agua favorecía la abundancia de pescado.
La alimentación era rica en proteínas y pobre en grasas, en
comparación con las dietas actuales.
Descubrimiento del fuego
El descubrimiento y manipulación del fuego introdujo
transformaciones radicales. Cocer los alimentos permitió una
mejor digestión y evito la transmisión de enfermedades,
aunque tales beneficios no eran reconocibles en la Prehistoria.
Ramas. Se utilizaban como combustible en fogatas y como
utensilios para extraer raíces.
Huevos. Ricos en proteínas y de fácil digestión, los huevos de
diferentes aves se conseguían con facilidad.
Frutos silvestres. En varios yacimientos neolíticos se hallo
evidencia de que se consumían higos y cerezas.
Semillas. Las de alholvas, cilantro, comino y girasol se
encontraron en varios sitios arqueológicos.
Productos de mar. Los pescados como el salmón y el sábalo
eran ingeridos cocidos, asados en las fogatas.
Hierbas medicinales. Conocían el uso de plantas diuréticas y
purgantes de origen vegetal, como el diente de león.
Cuestión de supervivencia.
En la Prehistoria, la mayor parte de las actividades diarias se
dedicaban a la búsqueda de alimentos para subsistir. Muchos
de los productos que se consumían por entonces aun hoy
forman parte de las dietas habituales.
Carnes. La dieta prehistórica era elevada en proteínas y baja
en grasas. Los animales herbívoros como mamuts, ciervos o
liebres eran atrapados con estrategias de caza grupales.
Pescados. Se pescaba para el consumo familiar con arpones y
redes en las cercanías de las orillas. Los bivalvos, como las
ostras y las almejas, eran recogidos con las manos.
Frutos secos. Los alimentos energéticos como almendras,
avellanas y nueces se recogían de los arboles y luego eran
abiertos con utensilios de piedra, como morteros o percutores.
La alimentación en el Antiguo Egipto – 3000 AC
Pan, alimento sagrado.
Las crecidas periódicas del Nilo depositaban en sus márgenes
un fertilizante natural denominado limo. Sin embargo, los
egipcios atribuían un carácter sagrado al rio y agradecían a
los dioses la productividad de sus tierras. Los principales
cultivos que realizaban eran los cereales. El trigo permitía la
elaboración del pan horneado, base de la alimentación de la
mayoría de la población. La cebada favorecía la producción de
cerveza, primordial bebida egipcia.
Prosperidad agrícola.
Los antiguos egipcios consideraban que los cultivos y las
cosechas eran beneficios o restricciones otorgados por sus
dioses. Aparte de sus concepciones religiosas, lo cierto es que
lograban obtener tres cosechas anuales gracias a la
construcción de un amplio sistema de diques y canales
distribuidos a lo largo del rio Nilo. La abundancia de los
alimentos fue el resultado de la acción conjunta de la
naturaleza y de los hombres. Los cereales, como el trigo y la
cebada, eran los productos esenciales de la agricultura.
Además, cultivaban verduras, hortalizas y legumbres, como
apio, berro, espárragos, lechuga, ajo, cebollas, garbanzos y
lentejas. Las frutas mas apreciadas eran los dátiles, higos,
uvas, manzanas y melones.
Si bien toda la población consumía continuamente pan y
cerveza, los hábitos alimentarios variaban sustancialmente de
acuerdo con el grupo social. Los sectores privilegiados comían
todo tipo de alimentos, entre ellos las carnes de aves o
animales de corral. En cambio, la mayor parte de la población
no consumía carne porque el mantenimiento de los rebaños
era costoso. Los campesinos solían comer buey solo en los
días festivos, cuando el ganado era sacrificado en los templos
y su carne se distribuía entre la población. Estaba mas
extendido el consumo de aves y pescados, producto de la
caza y de la pesca.
Tributo en alimentos.
Los graneros de los faraones se encontraban distribuidos a lo
largo de todo Egipto. Funcionarios especializados cumplían
con las tareas de organizar la recolección y el
almacenamiento de los cereales.
Caza y pesca. La agricultura se complementaba con la caza
de aves y la pesca en las orillas del rio Nilo. Se preparaba pate
con el hígado de los gansos.
Bebidas. La cerveza era la bebida mas difundida en el Antiguo
Egipto. En cambio, el vino estaba asociado a los hábitos
alimentarios de los sectores nobles.
Uso del lino. Cultivaban distintos tipos de lino, para la dieta o
la elaboración de tejidos para sus vestidos.
El agua. La almacenaban en pozos de piedra o la acarreaban
diariamente desde las orillas del rio.
Tareas de interior. El tratamiento de los granos se realizaba en
ambientes secos, al resguardo de rayos solares.
Tareas de exterior. A diferencia de las casas de elite, con patio
para el horno, los pobres cocinaban en la azotea.
La fabricación del pan.
Los egipcios descubrieron la manipulación de la levadura y el
proceso de fermentación. Eso los hizo pioneros en el arte de la
fabricación del pan. Para evitar el calor de los hornos, en las
viviendas de familias acomodadas, las cocinas se situaban
lejos de las demás dependencias. Quienes no tenían hornos
llevaban las masas a unos de tipo comunal; cada parentela
tenia un molde especifico para poder identificar su pan.
Distribución. El producto de la cosecha se distribuía en tres
partes; una era destinada al tributo, otra se reservaba para la
siguiente siembra y la ultima a la molienda para la
alimentación.
Molienda. Las mujeres solían dedicarse de manera exclusiva a
esta actividad. Con paciencia, trituraban los granos hasta
lograr la harina necesaria para la elaboración del pan.
Mezcla y amasado. La harina se humedecía y se mezclaba con
levadura. Se la amasaba con las manos en cestas de mimbre
hasta lograr la consistencia requerida para ingresar al horno.
Panes nutritivos. Gracias a las pinturas jeroglíficas se sabe
que los egipcios mezclaban las masas con semillas de
diferentes plantas con el propósito de hacer panes mas
nutritivos.
Horneado. Los cocineros no tenían a su disposición carbón de
piedra. Solamente disponían de leña o, los que poseían
animales, utilizaban sus excrementos secos como
combustible.
La comida mediterránea
Delicias que trascienden
Las costumbres alimenticias de los antiguos griegos fueron
incorporadas por los romanos y difundidas por el
Mediterráneo. El trigo, el aceite de oliva y el vino estaban
presentes en las ingestas cotidianas. Esos alimentos aun son
pilares fundamentales de la cocina del mundo.
Trilogía esencial
Grecia es considerada la madre de la cocina occidental.
Difundió la conocida trilogía mediterránea “trigo, vid y olivo”,
así como el predominio de todo tipo de verduras, legumbres y
frutas en las recetas domésticas. La base de la alimentación
eran los cereales y, con las harinas, se amasaba una galleta
plana llamada “maza”, esencial en la vida cotidiana.
Abundaba el consumo de pescado, mariscos y moluscos,
como la sepia y los calamares. La ingesta de carnes rojas no
era habitual, y entre los animales de corral se destacaba el
cerdo. El vino se bebía rebajado con agua en cuencos de
madera, metal o barro. El valor de la hospitalidad era
importante para la sociedad griega, por eso en los banquetes
o simposia se esperaba que el anfitrión ofreciera a sus
invitados los mejores alimentos de su cocina.
El simposio griego. Los sectores privilegiados de las polis
griegas organizaban banquetes donde degustaban productos
regionales y bebían abundante vino.
Legumbres. Las verduras eran caras en las ciudades, excepto
las habas y las lentejas, que se comían en pure.
Huevos. Los de las aves de corral solían comerse crudos o
como acompañamiento de platos.
Alimentos del mar. Los pescados y mariscos, ricos en fosforo,
se consumían frescos o conservados en salazón.
Frutos secos. Incorporados en comidas o en postres, se
compraban en el mercado o se recogían silvestres.
Efectos beneficiosos
El famoso Hipócrates fue el primero de los grandes médicos
griegos que demostró interés por la nutrición y la higiene:
recomendaba lavarse las manos antes de las comidas y
alimentarse con mas vegetales que carnes. En la actualidad,
se considera que las ventajas de la dieta mediterránea
radican en la gran variedad de vegetales que la componen y
el uso del aceite de oliva como grasa principal.
Trigo. Era reducido a sémola y utilizado en hervidos, o molido
y transformado en harina. Podía amasarse con agua para
elaborar panes livianos para comer durante las jornadas.
Aceite de oliva. Además de ser la principal fuente de grasa
alimenticia, era empleado como conservante de otros
productos y, también, como combustible para las lámparas.
Condimentos. El ajo y el orégano eran condimentos básicos de
muchos platos. La pimienta era tan prestigiosa que también
se utilizaba como moneda.
Vino. Bebida por excelencia que solía rebajarse con agua y
aromatizarse. Los pueblos mediterráneos no consumían
cerveza, te ni café.