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El hombre que es parte de la naturaleza debe vivir en armonía con ella, esto significa que las
actividades humanas deben desenvolverse de tal manera que sean compatibles con el
mantenimiento y mejoramiento del entorno ecológico que lo sustenta y condiciona.
Los componentes esenciales del medio ambiente son: el agua, el aire, la tierra y los seres vivos, los
cuales se hallan en estrecha relación, proporcionando a la Biósfera el equilibrio necesario para que
las distintas formas de vida se mantengan y desarrollen. La alteración de tales componentes
perjudica dicho equilibrio ecológico y puede ocasionar graves daños a cualquier forma de vida y , en
todo caso, deteriorar la calidad de vida humana.
Ciertas alteraciones se han venido produciendo en mayor o menor medida en el medio humano
durante las últimas décadas por la aplicación de políticas culturales, sociales y económicas que no
tienen suficientemente en cuenta el "impacto medioambiental" de determinadas formas abusivas de
explotación de los recursos naturales, de la utilización de determinadas sustancias, industrias y
tecnologías potencialmente dañinas y de la preferencia por energías "no limpias".
La integridad del medio ambiente se afecta por una doble vía: la acción del hombre y la de la propia
naturaleza, que no son factores independientes sino interdependientes, la acción del hombre afecta
la naturaleza y esta a su vez afecta al hombre.
En este contexto se ha desarrollado el Derecho Ambiental, que cabe definir como "el que norma la
creación, modificación, transformación y extinción de las relaciones jurídicas que condicionan el
disfrute, la preservación y el mejoramiento del medio ambiente". Este último entendido como "el
conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y momento determinados,
es aquel espacio en que el hombre se desarrolla, que el hombre condiciona y que es condicionado
por el hombre".
La aspiración del Derecho Ambiental es regular la relación del hombre con la naturaleza,
codificándola, sobre la base de los elementos comunes que diversas leyes hasta hoy vigentes han
regulado por separado, incluso a veces en oposición (leyes del suelo, de yacimientos minerales, de
bosques, etc).
El Derecho Ambiental es así una nueva rama del Derecho, cuyo carácter interdisciplinario lo nutre
de los principios de otras ciencias, como la ecología, la sociología, y la economía. En otro sentido,
por su carácter tutelar de los intereses colectivos se halla en íntima relación con el derecho público,
tanto administrativo como sancionador, y, por su énfasis preventivo y reparador de los daños
particulares, constituye un capítulo importante del derecho privado.
CONCEPTO DE AMBIENTE:
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Concepción estricta de medio ambiente: la concepción estricta del concepto jurídico de ambiente,
sostiene que sus elementos naturales son solo el agua y el aire.
Martin MATEO, sostiene que el medio ambiente está integrado por "aquellos elementos naturales
de titularidad común y características dinámicas: en definitiva, el agua y el aire, vehículos básicos de
transmisión, soporte y factores esenciales para la existencia del hombre sobre la tierra".
Por su parte, Ferrer DUPUY sostiene que, adicionalmente a los elementos aire y agua de la posición
estricta, pero que excluye otros elementos, como es el suelo dentro de la categoría de los bienes
comunes, también se deberían incluir la flora y la fauna, el paisaje es decir, todos los elementos que
coadyuvan a la definición del bien ambiental como objeto del derecho y destino de la tutela jurídica.
Concepción amplia del medio ambiente: la concepción amplia, según Ferrer, incluye toda la
problemática ecológica general y por supuesto el tema capital de la utilización de los recursos a
disposición del hombre en la biosfera. Esta noción también incluiría las cuestiones relativas al
urbanismo y a la ordenación del territorio.
Dentro de este grupo mayoritario nos encontramos con posturas muy diversas y con enfoques
jurídicos también diversos. Posiciones que se articulan en función de su concepción jurídica como
simple valor bien realizable por múltiples políticas públicas, o bien como fin cuya consecución poder
ser organizada a través de precisas técnicas decantadas como sector ordinamental con identidad
propia, en correspondencia con la idea más o menos amplia de su contenido.
En relación a esta posición tiene autores que defienden su concepto "muy amplio" de medio
ambiente, frente a otros que defienden simplemente un concepto "amplio o intermedio". Al primer
grupo, pertenece Mola de Esteban, que define el medio ambiente humano como el hombre y su
entorno vital; esto es, el marco comprensivo y mutable de los elementos, condiciones y
circunstancias de todo orden físico y orgánico en el que el hombre desenvuelve su vida. Nada por
tanto, es absolutamente extraño al concepto de medio ambiente. Del segundo grupo podemos
destacar a Arroyo Gómez que se inclina por un concepto que él llama "intermedio", en el cual añade,
al concepto estricto, lo que se ha venido en llamar el marco de vida, donde también tendría cabida,
además de la protección del paisaje y la naturaleza en sus especies vegetales y animales, la del
patrimonio histórico-artístico de un país.
Ferrer, precisa que como cierre a este aspecto doctrinal debemos citar, por ser modelo tenido en
cuenta por casi todas estas opciones doctrinales, a GIANNINI que parte de una consideración
tripartita del medio ambiente: el ambiente en cuanto conservación del paisaje, incluyendo tanto las
bellezas naturales como monumentos y centros históricos: el ambiente en cuanto protección del
suelo, aire y agua; y el ambiente en cuanto objeto de la disciplina urbanística. Es decir, elementos
ambientales culturales, elementos ambientales naturales y urbanismo.
NATURALEZA:
La palabra «naturaleza» procede del latín natura que significa «perteneciente o relativo a la
naturaleza o conforme a la cualidad o propiedad de las cosas», «carácter natural».
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La «naturaleza» es la dinámica y la armonía del conjunto de los seres vivos y la materia inerte en su
extensa diversidad en todas sus variedades y combinaciones a través del tiempo y el espacio, de las
actividades climáticas, sísmicas, volcánicas, geológicas, geográficas y atmosféricas.
El concepto de naturaleza como un todo —el universo físico— es un concepto más reciente que
adquirió un uso cada vez más amplio con el desarrollo del método científico moderno en los últimos
siglos.
Dentro de los diversos usos actuales de esta palabra, «naturaleza» puede hacer referencia al dominio
general de diversos tipos de seres vivos, como plantas y animales, y en algunos casos a los procesos
asociados con objetos inanimados —la forma en que existen los diversos tipos particulares de cosas
y sus espontáneos cambios—, así como el tiempo atmosférico, la geología de la Tierra y la materia y
energía que poseen todos estos entes. A menudo, se considera que significa «entorno natural»:
animales salvajes, rocas, bosques, playas, y en general todas las cosas que no han sido alteradas
sustancialmente por el ser humano, o que persisten a pesar de la intervención humana. Este
concepto más tradicional de las cosas naturales implica una distinción entre lo natural y lo artificial
(entendido esto último como algo hecho por una mente o una conciencia humana).
ECOSISTEMA
El ecosistema es un sistema dinámico relativamente autónomo, formado por una comunidad natural
y su ambiente físico. El concepto, que empezó a desarrollarse entre 1920 y 1930, tiene en cuenta las
complejas interacciones entre los organismos (plantas, animales, bacterias, algas, protozoos y
hongos, entre otros) que forman la comunidad y los flujos de energía y materiales que la atraviesan.
Todas las formas de vida tienen la necesidad de relacionarse con el entorno en que viven, y también
con otras formas de vida. En el siglo XX, esta premisa dio lugar al concepto de ecosistema, que se
pueden definir como cualquier situación en la que hay una interacción entre organismos y su
entorno. Los ecosistemas constan de factores bióticos y abióticos que funcionan de manera
interrelacionada. Los factores más importantes de un ecosistema son: suelo, atmósfera, radiación
solar, agua y organismos vivos. Cada organismo vivo tiene una relación continua con todos los
demás elementos de su entorno. Dentro del ecosistema, las especies se relacionan y dependen unas
de otras en la llamada cadena alimentaria, e intercambian materia y energía tanto entre ellas mismas
como con su entorno. Michael Pidwirny, en su libro Fundamentals of Physical Geography, describe
el concepto así:
“Los ecosistemas son entidades dinámicas compuestas por una comunidad biológica y un entorno
abiótico. La composición abiótica y biótica de un ecosistema y su estructura viene determinada por
el estado de una cantidad de factores del medio relacionados entre sí. Cualquier cambio en alguno
de estos factores (por ejemplo: disponibilidad de nutrientes, temperatura, intensidad de la luz,
densidad de población de una especie...) resultará en cambios dinámicos en la naturaleza de estos
sistemas. Por ejemplo, un incendio en un bosque caducifolio templado cambia completamente la
estructura de ese sistema.
El concepto de ecosistema es, por tanto, un importante objeto de estudio, ya que nos proporciona la
información necesaria para tomar decisiones sobre cómo la vida humana puede interactuar de
manera que permita a los variados ecosistemas un crecimiento sostenido con vistas al futuro, en vez
de expoliarlos. Para tal estudio se toma una unidad más pequeña llamada micro ecosistema. Por
ejemplo, un ecosistema puede ser una piedra con toda la vida que alberga. Un macro ecosistema
podría comprender una eco región entera, con su cuenca hidrográfica.
Se puede realizar otra clasificación de los ecosistemas atendiendo a sus comunidades, como en el
caso de un ecosistema humano. La clasificación más amplia (sometida hoy a un amplio estudio y
análisis, y también objeto de discusiones sobre su naturaleza y validez) es la del conjunto entero de
la vida del planeta vista como un único organismo, la conocida como hipótesis de Gaia.
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PATRIMONIO NATURAL Y PATRIMONIO CULTURAL
El patrimonio natural está constituido por monumentos naturales construidos por formaciones
físicas y biológicas, es decir, éstas fueron creadas poco a poco a lo largo del tiempo por la naturaleza,
teniendo un valor universal excepcional desde el punto de vista estético y científico además de
cultural. El patrimonio natural lo constituyen las reservas de la biosfera, los monumentos naturales,
las reservas y parques nacionales, y los santuarios de la naturaleza, que nos ha legado el pasado.
Teniendo como resumen todos los animales, plantas, territorios y conjuntos de estos tres grupos
hacen que signifiquen valores universales en cuanto a la protección y conservación de especies
animales y vegetales en peligro de desaparición o paisajes integrales en peligro de destrucción o
transformación son en términos generales un patrimonio natural cuya custodia en la conservación o
en su caso multiplicación es responsabilidad de una nación ya que dicho patrimonio debe de
permanecer igual en su raíz biológica donde se encuentre como un pueblo o una ciudad y por lo
tanto debe seguir perteneciéndole evitando su desaparición de manera que se mantenga para las
generaciones futuras. Incluye obras arquitectónicas y ambientes naturales excepcionales. Las
construcciones humanas deben ser representativas de una cultura para considerarse patrimonio, sea
cual sea el momento de su creación.
Algunos patrimonialistas y museólogos que estudian los vínculos del patrimonio cultural con la
naturaleza han alertado sobre las consecuencias concretas de las alteraciones ambientales tanto en
la música folklórica como en la producción de artesanías tradicionales y en la supervivencia de las
deidades, mitos y leyendas de los pueblos originarios. Sostienen que la destrucción del patrimonio
natural, en definitiva, atenta contra la identidad de los pueblos.
Es conveniente aclarar que, en cuanto al contenido material del concepto de lo ambiental y, por
ende, del derecho que lo regula, se han planteado dos posiciones extremas y una intermedia. La
primera, excesivamente amplia, donde prácticamente todo es ambiente. En la posición opuesta –la
restringida- se hallan quienes, con un afán de mayor precisión, circunscriben demasiado la
problemática ambiental al ámbito de los bienes comunes, es decir, el agua, el aire y los procesos de
contaminación que los afecta. La posición intermedia, por último, establece que el objeto material
del ambiente comprende tres aspectos: a) los recursos naturales y su uso; b) los accidentes naturales;
y c) la problemática de los asentamientos humanos.
El Derecho Ambiental es, en un sentido, una nueva rama del Derecho que, por su carácter
interdisciplinario, se nutre de los principios de otras ciencias. En otro sentido, también es una nueva
rama interdisciplinaria del Derecho. Así, por su carácter sistemático y tutelar de los intereses, se
halla en íntima relación con el Derecho Público –tanto administrativo como sancionador- y, por su
énfasis preventivo y reparador de los daños particulares, constituye un capítulo importante del
Derecho Privado. Por otra parte, por su vocación redistributiva se relaciona con el aspecto
económico del Derecho y por su carácter supranacional compromete principios del Derecho
Internacional. Los ecosistemas tienen límites naturales; la biósfera es una sola. Pero es necesario
aclarar que el Derecho Ambiental no viene a reemplazar a los antiguos derechos agrarios, mineros o
de aguas, sino que se dedica a estudiar las implicancias jurídicas de las relaciones de todos esos
elementos entre sí y con el hombre, impregnando las otras ramas del Derecho, como el
Constitucional, el Administrativo y el Civil. Es decir, que a la definición precisa del contenido de la
materia jurídico institucional, se le debe agregar el análisis de la metodología de estudio, para lo cual
resulta útil la teoría sistémica, que tanta difusión ha tenido en los últimos años.
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Por último, señalamos que la evolución de las normas ambientales ha seguido diversas etapas. La
primera, comprende los preceptos orientados en función de los usos de un recurso (riego, agua
potable, navegación, etc.). La segunda, más evolucionada, encuadra la legislación en función de cada
categoría o especie de recurso natural, coordinando los distintos usos (aguas, minerales, forestales,
etc.). La tercera, orienta la normativa hacia el conjunto de los recursos naturales. Finalmente, la
cuarta etapa toma en consideración el entorno como conjunto global y atiende a los ecosistemas.
Esta última comprende las normas ambientales en sentido estricto. Estas etapas de la evolución
legislativa, aunque sucesivas, no se excluyen unas a otras.