Unidad 1 – El canto gregoriano
Unidad 1 – El canto gregoriano
Unidad 1 – El canto gregoriano
1
desembocaron en el tetragrama (s.XI) y el pentagrama (s.XIII), sistemas que
coexistieron durante siglos. Por fin fue posible representar con exactitud el
movimiento melódico y las alturas (aunque no el ritmo), lo cual permitirá
preservar para los siglos venideros repertorios musicales crecientemente
complejos que, en ausencia de la notación, habrían perecido para siempre.
2
Música y oración
Las liturgias cristianas orientales y
occidentales comparten un ancestro en la
liturgia sinagogal judía.
3
melodía y texto ayuda a retener con mayor exactitud ambos,
reforzándose mutuamente.
2. Amplificación. En ausencia de medios artificiales de amplificación del
sonido, el canto es la forma más eficaz de hacer audible un texto ante
asambleas amplias. Es el mismo fenómeno que encontramos en la
recitación de los números del «Gordo» de Navidad, de los
antiguos romances del ciego o las lecturas de los bandos
municipales por los alguaciles en las plazas principales de los pueblos.
3. Trascendencia. Por muy simples que sean las fórmulas melódicas
utilizadas en la recitación, el canto sitúa instantáneamente al oyente en
un plano que trasciende al de la palabra. El canto puede transfigurar un
texto asemejándolo con la palabra de dios, conseguir que cobre
sentido un texto incomprensible, o que adquiera una cualidad mística
uno repetitivo.
4
Las liturgias de las grandes religiones monoteístas originadas en el Oriente
Próximo están emparentadas en una extensa y tupida red de herencias,
préstamos e intercambios que afectarán de lleno a su componente musical.
Ilustraremos algunas de ellas mediante una breve serie de audiciones.
La liturgia sinagogal judía -consistente en esencia en la recitación de textos
sagrados y el canto de los salmos-, constituye la fuente de todas las liturgias
cristianas, orientales y occidentales. La diáspora, la aculturación de las
comunidades judías y, finalmente, el paso del tiempo y la dependencia de la
tradición oral, hacen imposible una reconstrucción exacta de la liturgia judía
de estos primeros tiempos.
Difusión del canto litúrgico cristiano [siglos I-VII]. Este vídeo ilustra con
ejemplos sonoros la difusión del cristianismo por el Mediterráneo, así como la
configuración de las principales liturgias cristianas orientales y occidentales
(latinas).
5
Canto sinagogal judío – Salmo 137. Esta reconstrucción de la salmodia
hebrea muestra un estilo solista, ornamentado, ritmo libre y flexiones
microtonales.
6
La reforma carolingia
El papa León III corona a
Carlomagno como emperador del
Occidente cristiano.
Sin embargo, para restaurar el Imperio era necesario forjar una alianza con el
papa de Roma para que reconociese (y coronase) al nuevo emperador, como
antaño se hizo con los últimos césares del Imperio Romano. Mediante
la imposición de la liturgia gregoriana a todos sus súbditos y dominios,
Carlomagno no solo afianzó la alianza del papa sino que además dotó a su
Imperio de una unidad con un altísimo valor simbólico: un Imperio, una sola
liturgia.
7
El Imperio carolingio en su máxima expansión (s.VIII-IX).
Dado el inmenso volumen del repertorio litúrgico cristiano –consistente en
varios cientos de melodías–, los carolingios pusieron en marcha un ambicioso
programa para difundir el canto romano a lo ancho de todo el Imperio en un
proceso que se extendería durante un siglo aproximadamente. De esta
formidable empresa resultarían tanto la invención de la notación
musical como la fijación del canto gregoriano tal como lo conocemos.
Por un lado, la transmisión de las melodías romanas –probablemente similares
a las francas, pero más ornamentadas y afectadas por matices cromáticos y
microtonales característicos de la cultura mediterránea– obligó a crear y
desarrollar un sistema de notación musical que pudiera registrar estos
exóticos matices lo más fielmente posible. Por otro lado, este ímprobo
esfuerzo no pudo evitar que en el proceso de transmisión y preservación se
incorporasen numerosos rasgos idiosincráticos germánicos –simplicidad
melódica, fraseo regular, diatonismo, etc.–, especialmente tras el declive del
Imperio carolingio durante las invasiones normandas (siglo IX).
8
Ello explica que el canto supuestamente «romano» que acabó instaurándose
en Occidente (y en la propia Roma) tuviera las características mixtas que ha
exhibido el canto llano hasta nuestros días: Exuberantes melodías orientales
diatonizadas y sometidas a la disciplina de un ritmo «plano.
La misa y el oficio
La misa es la palabra de Dios y la
eucaristía ofrecidas diariamente al
pueblo.
Las dos principales liturgias de la
religión cristiana son la misa y el
oficio. Cada una de estas liturgias
cuenta con un repertorio de
melodías que varía según el
momento del año litúrgico en el que se lleve a cabo la celebración.
La misa es la celebración a la que acudían diariamente los fieles para recibir la
palabra de dios y obtener el perdón de los pecados mediante la recreación de
la Última Cena (eucaristía), y a la que también se acudía para la celebración de
ritos especiales, como la coronación de un rey o un pontífice o las exequias
de un personaje ilustre. La misa se celebraba con distinto grado de
suntuosidad (también en lo musical) según la importancia de la celebración, y
estaba prácticamente toda ella cantada en latín.
El canto llano es un elemento central en la vida
monástica.
9
respectivamente). El oficio se rige por un calendario litúrgico
extremadamente exigente que establece la oración (y el canto) según lo
comandado en el Libro de los salmos («Siete veces al día te alabaré») a lo largo
de las denominadas horas canónicas: Los laudes, prima, tercia, sexta,
nona, vísperas y las completas, a los que deben añadirse los maitines, rezo
nocturno que hace honor de nuevo al Libro de los salmos («A media noche
me levantaba para darte las gracias»), de tal modo que a lo largo de la semana
se recitasen los 150 salmos completos.
Tanto la misa como cada una de las horas del oficio cuentan con textos y
cantos fijos (se recitan o entonan en todas las ceremonias) y con textos y
cantos variables (varían según el calendario o según el día de la semana). Los
textos y cantos fijos forman el «ordinario», los textos y cantos variables
forman el «propio». Los cantos del ordinario de la misa son el Kyrie, el Gloria,
el Credo, el Sanctus y el Agnus Dei. Estos cantos tienen siempre el mismo
texto y cuentan con un repertorio relativamente reducido de melodías, cuyo
uso depende únicamente del grado de solemnidad que requiera la misa o de
tradiciones locales. Los cantos del propio de la misa son el Introito, el
Gradual, el Aleluya, el Ofertorio y la Comunión. Estos cantos cuentan on un
texto y una melodía distintas de acuerdo con la festividad que se esté
celebrando. Hay un propio específico para cada domingo del año, para cada
una de las festividades del año litúrgico –especialmente abundantes en
la Navidad y la Semana Santa–, así como para ocasiones especiales, como la
coronación de un rey, una boda, un funeral o la consagración de un templo.
10
El Real Book de la Edad Media
El canto gregoriano fue el único repertorio
musical de la Edad Media que llegó a todas las
clases sociales y a todos los rincones de la
cristiandad.
A pesar de haber vivido numerosas
mutaciones a lo largo de su larga historia, y de
haber sufrido una larga decadencia desde las
postrimerías de la Edad Media hasta la
Revolución Francesa, el canto gregoriano ha
constituido la columna vertebral de la liturgia
católica hasta el Concilio Vaticano II (1962-65).
Al semejanza del Real Book, el canto gregoriano está formado por cantos
procedentes de épocas y lugares muy diversos. Con el desarrollo de la
polifonía a partir del siglo XII, veremos también cómo el canto gregoriano
será tomado una y otra vez como punto de partida para la improvisación y la
composición de música polifónica. Tanto el improvisador como el compositor
partirán de una melodía gregoriana dada y añadirán una o varias voces
nuevas.
11
Los estilos del canto gregoriano
El estilo de los distintos géneros gregorianos varía dependiendo de su origen
(romano antiguo, germánico, etc.) y de la función que cumplen dentro de la
liturgia. En primer lugar cabe destacar los recitativos (como la lectura del
Evangelio, más arriba) de los cantos propiamente dichos. El estilo de los
cantos suele clasificarse de este modo:
Misa del día de Navidad – Introito «Puer natus est» [s.VI-IX]. Los introitos son
cantos de estilo neumático con tonos de recitación estandarizados en los
versículos (LEER MÁS).
12