Alianza Terapeutica, Adherencia y Resultado de Un Tratamiento Psicoterapeutico
Alianza Terapeutica, Adherencia y Resultado de Un Tratamiento Psicoterapeutico
Alianza Terapeutica, Adherencia y Resultado de Un Tratamiento Psicoterapeutico
1. Introducción
La Alianza Terapéutica es un constructo desarrollado en psicoterapia desde los primeros
trabajos de Freud (Corbella y Botella, 2003).
Freud se refirió a la transferencia positiva, como aquel aspecto de la relación entre el
analista y el cliente, que revestía de autoridad al analista, y favorecía la aceptación y credibilidad
de las explicaciones e interpretaciones del profesional.
Posteriormente, Freud indicó que la transferencia positiva podía distorsionar la relación
real entre analista y paciente; destacando el trabajo con la interpretación y la transferencia del
cliente. (Corbella y Botella, 2003).
En el transcurso del siglo XX, el constructo de alianza terapéutica ha sido incorporado en
la mayoría de los enfoques terapéuticos, pero distanciada del aspecto transferencial
psicoanalítico.
Otro autor destacado por sus aportes a este constructo fue Carl Rogers, que describió las
características que debía poseer el terapeuta para que la relación terapéutica fuera efectiva
(Corbella y Botella, 2003).
Greenberg et al. (1996) describen del siguiente modo las condiciones necesarias de una
relación terapéutica efectiva:
Las condiciones descritas por Rogers se refieren a una “forma de ser” o a una filosofía
sostenida por el terapeuta. Cuando el terapeuta vive esta filosofía, esto ayuda al cliente y al
terapeuta a expandir el desarrollo de sus capacidades (Anderson, 2001).
Según Consoli y Machado (2004), aunque se pueden enseñar/aprender las habilidades
relacionadas con la empatía (reflejos terapéuticos), parece difícil enseñar/aprender una actitud
empática.
“Si bien los programas de entrenamiento en habilidades pueden servir para ayudar a los
candidatos a aprender algunos aspectos de la respuesta empática, resulta menos claro
determinar en qué medida puede lograr una actitud empática si el candidato no la posee antes
de ingresar a la formación” (Consoli y Machado, 2004, p. 393).
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Alianza Terapéutica (30%): es probable que los clientes que asignan una
puntuación elevada a la calidad de la alianza terapéutica, finalicen y tengan éxito en
el proceso terapéutico.
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Bordin afirmó que una alianza positiva no es curativa por si misma, sino que es un
ingrediente que hace posible la aceptación y el seguimiento del trabajo terapéutico.
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Corbella y Botella (2003) afirman que en la visión contemporánea, “se considera que la
alianza terapéutica es una construcción conjunta entre paciente y terapeuta, de modo que las
expectativas, las opiniones, las construcciones que ambos van desarrollando respecto al trabajo
que están realizando, la relación establecida y la visión del otro resultan relevantes para el
establecimiento de la alianza terapéutica, así como la alianza modula la relación.” (p. 208)
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Enfoques en los cuales es usual que el terapeuta realice un diagnóstico de la situación problema que ha
llevado al cliente a solicitar atención. Otros enfoques posmodernos han sugerido que no es necesario realizar
un diagnóstico tipo DSM-IV, ni diagnóstico estructural, o que incluso que no es necesario conocer el problema
para efectuar un tratamiento psicoterapéutico (Anderson y Gehart, 2007).
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Véase el documento “La entrevista de indagación diagnóstica como intervención”; y el proceso de
“comprometer” en los proceso de la Entrevista Motivacional (Miller y Rollnick, 2013).
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Una vez que esa resistencia era superada, los clientes veían a la relación como íntima,
pero diferente a otras relaciones que ellos tenían: el terapeuta era considerado como un experto,
y estaba asegurada la confidencialidad.
Los clientes consideraban al sentimiento de ser comprendido por el terapeuta como un
elemento importante a lo largo de todas las fases del tratamiento.
los clientes fueron reclutados de entornos hospitalarios ambulatorios, y el otro los clientes
recibieron tratamiento hospitalario seguido de tratamiento ambulatorio.
Los pacientes fueron asignados al azar a uno de tres tipos de tratamientos diferentes,
que eran epistemológica, teórica y técnicamente no congruentes:
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Un hallazgo similar al encontrado en los programas de tratamiento penal. Véase el documento “Modelos de
tratamiento penal con personas infractoras de ley”.
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explícitas, y estructurado.
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“La reactancia es definida como la predisposición persistente a no ser aquiescente con las demandas
interpersonales del tratamiento. Los pacientes con altos niveles de reactancia tienden a experimentar
pérdida del sentido de individualidad o de libertad o de autonomía en las relaciones interpersonales, sobre
todo en su relación figuras de autoridad. Este tipo de pacientes tiende a rechazar la estructura y prefieren
usar su iniciativa personal y su experiencia. Los pacientes altamente reactantes tienden a ser dominantes y
manipuladores en sus relaciones con los demás.” (Beutler, Moleiro y Penela, 2004, p. 89)
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Internalizador
Externalizador
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Esto no significa que en el entorno carcelario los profesionales tengan que hablar en argot, sino que se
refiere a que el discurso del terapeuta debe ser de fácil comprensión para el usuario, e incluso que use las
mismas metáforas que usa el usuario para describir su comportamiento o su experiencia (escucha activa,
comunicación de la empatía terapéutica; Miller y Rollnick, 2002, 2013).
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Para implementar esas prácticas sugeridas por la literatura, los terapeutas deben tener a
su disposición un instrumento sencillo y de fácil aplicación para medir la calidad de la alianza
terapéutica desde la perspectiva del cliente al final de cada sesión terapéutica (Duncan et al.,
2003).
Referencias bibliográficas
Anderson, H. (2001) Postmodern Collaborative Therapy and Person-Centered-Therapies: What Would
Carl Rogers Say? Journal of Family Therapy, Vol. 23, Nº 4, 339-360
Anderson, H. and Gehart, D. (Eds.) (2007) Collaborative Therapy. Relationships and Conversations that
Make a Difference. New York: Routledge
Assay, T. and Lambert, M. (1999) The Empirical Case for the Common Factors in Therapy: Quantitative
Findings. In M. Hubble, B. Duncan, and S. Miller (Eds.), The Heart & Soul of Change. Washington,
DC: American Psychological Association, p. 23-55
Consoli, A. y Machado, P. (2004) Los psicoterapeutas, ¿nacen o se hacen? Las habilidades naturales y
adquiridas de los psicoterapeutas: Implicaciones para la selección, capacitación y desarrollo
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