04MSEC_UD1

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 40

EDUCACIÓN

EMOCIONAL Y
HABILIDADES
SOCIALES.
LA EMPATÍA

Dra. D.ª Carmen Martorell Pallás y Dra. D.ª Mª Olatz Gómez Llorens

MÁSTER UNIVERSITARIO EN FORMACIÓN DEL


PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
OBLIGATORIA, BACHILLERATO, FORMACIÓN
PROFESIONAL Y ENSEÑANZA DE IDIOMAS
Este material es de uso exclusivo para los alumnos
de la Universidad Internacional de Valencia. No
está permitida la reproducción total o parcial de su
contenido ni su tratamiento por cualquier método
por aquellas personas que no acrediten su relación
con la Universidad Internacional de Valencia, sin
autorización expresa de la misma.

Edita
Universidad Internacional de Valencia
Máster Universitario en
Formación del Profesorado de
Educación Secundaria Obligatoria,
Bachillerato, Formación Profesional
y Enseñanza de Idiomas

Educación emocional y habilidades sociales. La empatía


6 ECTS

Dra. D.ª Carmen Martorell Pallás


Dra. D.ª Mª Olatz Gómez Llorens
Leyendas

Enlace de interés Ejemplo Importante

Los términos resaltados a lo largo del contenido en color naranja se recogen en el apartado GLOSARIO.
Índice

UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. APROXIMACIÓN CONCEPTUAL A LA INTELIGENCIA EMOCIONAL . . . . . . . . . 7


1.1. Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

1.2. Teoría de la emoción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

1.2.1. Definición del concepto de emoción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

1.3. La teoría de las inteligencias múltiples. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

1.3.1. ¿Qué relación tiene la teoría de las inteligencias múltiples con la IE? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

1.4. El mapa cerebral de las emociones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

1.5. Otros conceptos relacionados con la emoción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

1.6. Estructura y funciones de las emociones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

1.7. Tipos de emociones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

1.7.1. La rueda de las emociones de Plutchik. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

1.8. Conceptualización de la inteligencia emocional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

1.9. Componentes de la inteligencia emocional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

1.10. Enfoques teóricos de la inteligencia emocional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

1.10.1. El modelo de habilidades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

1.10.2. Los modelos mixtos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

1.10.3. Modelo integrador de la IE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30

GLOSARIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

BIBLIOGRAFÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

5
Unidad de aprendizaje 1

Aproximación conceptual a la Inteligencia emocional

Objetivos específicos
•• Conocer el concepto, funciones y tipología de las emociones como paso previo a la
conceptualización de la inteligencia emocional.

•• Conocer el origen y evolución de la inteligencia emocional.

•• Delimitar una definición de inteligencia emocional.

•• Describir los elementos que configuran la inteligencia emocional.

•• Analizar los principales modelos teóricos en relación con la inteligencia emocional.

1.1. Introducción
“No hay separación de mente y emociones: las emociones, pensamientos y aprendizaje están
relacionados". Eric Jensen (2004).

7
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

Comenzar esta unidad con esta cita de Jensen (2004) tiene como propósito recalcar desde el
principio la íntima relación que tienen las emociones con el proceso de aprendizaje del ser humano.
De ahí la importancia de incorporar la inteligencia emocional como una de las competencias de la
práctica docente.

Eric Jensen, profesor e investigador de la International Society of Neuroscience, se dedica a


estudiar cómo se configuran los procesos de aprendizaje en las distintas etapas evolutivas del
ser humano. En su libro Cerebro y aprendizaje (2004) destaca que, en todo proceso de aprendizaje,
no solo intervienen procesos biológicos, sino que además las emociones juegan un papel crucial
en esta dinámica de aprendizaje. En este sentido, Jensen destaca el papel fundamental de las
emociones en el desenvolvimiento del aprendizaje, sobre todo el del placer y el miedo. De esta
manera, se podría afirmar que el aprendizaje es una “experiencia emocionante”, por lo que, para que
se desarrolle un óptimo aprendizaje, debemos tener un alumnado emocionalmente competente,
es decir, que tenga la capacidad de gestionar su proceso de aprendizaje con inteligencia emocional.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que, en la educación formal, es el profesorado el que
tiene la responsabilidad de guiar al alumnado hacia un buen aprendizaje mediante un buen proceso
de enseñanza. Así pues, para tener un alumnado emocionalmente competente, es necesario que el
profesorado sea emocionalmente competente.

La educación del siglo XXI ha puesto de manifiesto la necesidad de reorganizar el sistema


educativo tradicional hacia nuevos paradigmas que puedan hacer frente a las necesidades y
retos a los que se enfrenta la sociedad actualmente. Hasta hace relativamente poco tiempo, el
proceso de enseñanza-aprendizaje iba encaminado prácticamente en su totalidad al desarrollo de
la inteligencia intelectual. Los avances en la investigación de la neurociencia evidencian cada vez
más que el desarrollo de esa inteligencia intelectual va de la mano de la inteligencia emocional. Es
responsabilidad del profesorado encontrar el equilibrio entre el desarrollo de ambas inteligencias
en la educación de su alumnado. Nuestro sistema educativo no solo debe procurar el desarrollo
curricular de las competencias académicas, sino que también debe saber hacer frente al desarrollo
integral del alumnado, incluida su inteligencia emocional.

La educación emocional es, por lo tanto, un espacio de transformación de nuestras escuelas e


institutos: un espacio donde no priman únicamente los resultados académicos, sino que también
permite la oportunidad de optimizar el proceso de aprendizaje de nuestro alumnado a través del
desarrollo de su autoestima y autonomía personal, la promoción de los valores, la igualdad de
oportunidades y la inclusión, la resolución de los conflictos y la promoción de una cultura de paz a
través de la puesta en valor de la inteligencia emocional.

Para ello, se comenzará delimitando en esta unidad el concepto de emoción y todos los elementos
que configuran toda una teoría científica al respecto. A continuación, se conceptualizará la propia
inteligencia emocional relacionándola con la teoría de las inteligencias múltiples y se describirán
sus principales características y principios básicos, los elementos que la componen y los principales
modelos teóricos en los que se sustenta.

8
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

1.2. Teoría de la emoción


Para poder profundizar en el concepto de inteligencia emocional (IE), previamente se debe conocer
qué son las emociones y otros conceptos relacionados con ella y adentrarse en el análisis de estas,
cuáles son sus principales características, qué funciones cumplen y cuál es su tipología. Todo esto son
cuestiones clave que se deben estudiar en profundidad para conocer cómo afecta la IE al ser humano.

1.2.1. Definición del concepto de emoción

La palabra emoción proviene del latín emoveo, emotum. El prefijo “e-” significa “hacia fuera” y “moción”
significa “movimiento”. Por lo tanto, el significado de esta palabra se aproximaría a “algo que ocurre en
el interior que genera un movimiento hacia fuera”.

Es necesario destacar, también, que no existe una definición definitiva del concepto en sí y que,
pese a las numerosas investigaciones que se llevan a cabo en torno a las emociones, no se ha podido
delimitar una teoría de la emoción aceptable (Scherer, 2000; 2001).

Ya a finales del siglo XIX, algunas investigaciones intentaron profundizar en el mundo de las
emociones para intentar comprender qué era ese hecho que ocurría en los seres humanos y que
manejaba todo su comportamiento, fueran estos hechos (es decir, las emociones) actos voluntarios o
involuntarios.

En el marco de la psicología experimental, el psicólogo y filósofo Wundt (1896) evidenció que las
emociones eran respuestas fisiológicas que se daban en función de tres dimensiones:

•• Agrado/desagrado (placer/displacer)

•• Tensión/relajación

•• Excitación/calma

Wundt dedujo que las emociones eran una respuesta de combinación específica de estas dimensiones.
Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XX y precisamente por la irrupción en el campo de la
psicología del concepto de inteligencia emocional, que las emociones ganaron importancia en la
investigación científica.

A continuación se ofrecen algunas definiciones del concepto de emoción aportadas por diferentes
investigadores en la materia:

•• Oatley (1992): “una experiencia afectiva en cierta medida agradable o desagradable, que supone
una cualidad fenomenológica característica y que compromete tres sistemas de respuesta,
cognitivo-subjetivo, conductual-expresivo y fisiológico-adaptativo”.

•• Goleman (1995): “utilizo el término emoción para referirme a un sentimiento y sus pensamientos
característicos, a las condiciones psicológicas o biológicas que lo caracterizan, así como a una
serie de inclinaciones a la actuación”.

9
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

•• Scherer (2000): “la interfaz del organismo con el mundo exterior […] refleja la evaluación de la
importancia de un estímulo en particular en términos de las necesidades del organismo,
preferencias, intenciones, etc., […] prepara fisiológica y físicamente al organismo para la acción
apropiada y comunica el estado del organismo y sus intenciones de comportamiento a otros
organismos que le rodean”.

•• Bisquerra (2003): “una emoción es un estado complejo del organismo, caracterizado por una
excitación o una perturbación que predispone a una respuesta organizada. Las emociones se
generan como respuesta a un acontecimiento externo o interno”.

•• Maureira y Sánchez (2011): “disposiciones funcionales para generar cambios de posiciones de


un segmento o el total de un organismo y que se identifican como un desplazamiento en relación
con el entorno”.

El punto en común entre las diferentes investigaciones al respecto, tal y como se infiere de las
anteriores definiciones, es que, para poder hablar de emoción, se deben producir una serie de cambios
psicofisiológicos en la persona. Por ello, la definición de Scherer es la que más rigor científico proyecta.

Siguiendo la teoría de la emoción de Scherer (2000), se describen tres cambios fundamentales que se
dan en la producción de todo tipo de emociones, lo que él denominó “triada de respuesta”:

•• Activación fisiológica.

•• Expresión motora.

•• Sentimiento o experiencia subjetiva: para que se produzca una emoción, debe existir
previamente un estímulo (interno o externo) que genere un movimiento emocional. Estos
estímulos son interpretados como relevantes para el organismo.

Ante estos estímulos relevantes se produce una respuesta concreta, una emoción que es observada
a través de la expresión motora. Tras esta emoción aparece el sentimiento, es decir, la interpretación
subjetiva que se hace de la emoción y que perdura más que la propia emoción, que suele manifestarse
de forma puntual y en muy corto tiempo.

Para establecer una teoría general y comprensible, en términos científicos, es posible afirmar que la
emoción se compone de tres elementos o dimensiones:

•• La valencia, es decir, si la emoción tiende al eje del placer o el agrado (valencia positiva) o si
tiende al eje del displacer o desagrado (valencia negativa).

•• La intensidad de la emoción, que es la manera y la cantidad en la que se percibe cualquier


emoción. Esta intensidad puede ser alta o baja.

•• El appraisal, que es la interpretación cognitiva y automática que hacemos de la emoción.

10
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

1.3. La teoría de las inteligencias múltiples


La expresión latina cogito ergo sum (pienso, luego existo) instauró en la sociedad en general la
creencia de que la inteligencia estaba directamente relacionada con la capacidad de razonar, de lo que
se derivó que el grado de inteligencia de una persona dependía de su capacidad para el pensamiento
lógico racional y su capacidad de expresión lingüística. Esta creencia se encuentra aún muy arraigada
dentro del marco de la educación.

En 1905, los psiquiatras Binet y Simon crearon el primer test de inteligencia, que consistía en una serie
de problemas lógico-matemáticos y verbales, para medir así el coeficiente de inteligencia (CI) de una
persona. Sin embargo, en 1983, el psicólogo Howard Gardner planteó que, además de la capacidad
lingüística y la lógico-matemática, el ser humano tiene otras habilidades que definen su inteligencia
y el grado de esta. Después de años investigando con pacientes que habían padecido accidentes
vasculares, concluyó que no existe una única inteligencia, sino que es múltiple y diversa, y que cada
persona tiene una forma diferente de ser inteligente.

En su Teoría de las inteligencias múltiples (Gardner, 1995), definió hasta doce tipos de inteligencia,
y determinó que cada persona podía tener más de una de estas inteligencias de manera más
significativa que otras.

1. Inteligencia lingüística: se utiliza en la comprensión de las palabras y en el uso del lenguaje. Se


observa en escritores, poetas, oradores y locutores.

2. Inteligencia lógico-matemática: es propia de científicos, y se utiliza en aquellas áreas que re-


quieren de la lógica.

11
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

3. Inteligencia musical: se relaciona con la percepción del sonido y del tiempo. Es característica
de músicos y cantantes.

4. Inteligencia espacial: está relacionada con el dominio y comprensión del espacio, así como el
cálculo de volúmenes. Se observa en pilotos, escultores, arquitectos y decoradores.

5. Inteligencia cinestésico-corporal: permite el dominio de cuerpo y es propia de deportistas,


equilibristas, bailarines y actores.

6. Inteligencia interpersonal: se relaciona con la capacidad de comprender los estados de ánimo


de otras personas, además de sus deseos, motivaciones y acciones. Es propia de personas de-
dicadas a la psicología, psiquiatría o educación.

7. Inteligencia intrapersonal: hace posible comprender los propios sentimientos, emociones, mo-
tivaciones y deseos, y sirve para el crecimiento personal. Es característica de personas preocu-
padas por su propio desarrollo espiritual.

8. Inteligencia naturalista: es la habilidad para reconocer y comprender el entorno natural, es la


inteligencia que ha permitido al ser humano sobrevivir y dominar su entorno. La poseen explo-
radores y naturalistas.

9. Inteligencia existencial: es característica de personas filosóficas y religiosas, ya que es la ca-


pacidad de interesarse e indagar en cuestiones filosóficas como quiénes somos, de dónde ve-
nimos, para qué existimos o qué es el infinito.

10. Inteligencia emocional: propia de aquellas personas que destacan al mismo nivel tanto en la
inteligencia interpersonal como la intrapersonal.

11. Inteligencia creativa: se refiere a aquellas personas con habilidad para la innovación y la crea-
ción de nuevos objetos o conceptos.

12. Inteligencia colaborativa: personas que poseen la especial habilidad de alcanzar sus propias
metas facilitando también las metas del resto de las personas a través del trabajo en equipo.

1.3.1. ¿Qué relación tiene la teoría de las inteligencias múltiples con la IE?

Según la teoría de Gadner, todas las personas poseen todos los tipos de inteligencias anteriormente
descritas, aunque algunas se manifiesten de manera más evidente que otras dependiendo de
múltiples factores (genéticos, personalidad, experiencias, etc.). A partir de estas investigaciones,
resulta irracional insistir en que el alumnado aprenda de una manera homogeneizada.

Aunque Gadner clasifica la IE como un tipo más de inteligencia, se comprobó que esta actúa como
motor de aprendizaje: “son las emociones, y no la estimulación cognitiva, las que constituyen los
cimientos de la arquitectura mental primera” (Greenspan, 1998:55). Esto habla del papel decisivo que
juegan las emociones en las funciones cerebrales más importantes.

12
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

Por su parte, Salovey y Mayer (1990) sostienen que las emociones estimulan la inteligencia y que
ayudan a las personas a dar prioridad a sus procesos mentales. Goleman (1996) también sostiene que
emoción e inteligencia actúan conjuntamente, en equilibrio, para procurar el bienestar de la persona.

De todo lo expuesto anteriormente se puede deducir el papel fundamental que tienen las emociones
en el desarrollo de los diferentes tipos de inteligencia ya que, aunque cada persona destaca en
algunas de ellas discriminando otras, la inteligencia, no es un proceso estático e inmutable, sino que
se puede ejercitar y entrenar. Es aquí donde la emoción juega su papel fundamental.

1.4. El mapa cerebral de las emociones


Los estudios sobre el comportamiento del cerebro han demostrado que las emociones humanas se
originan en el llamado sistema límbico (Barton, Aggleton y Grenyer, 2003; Briggman y Kristan, 2006),,
un conjunto de estructuras importantes que incluyen el hipocampo y la amígdala, entre otras. El
circuito de la emoción es lo que se conoce como el circuito de Papez.

El troncoencéfalo (cerebro reptil) es la parte más primitiva del cerebro y la que regula las funciones
básicas como la respiración, el latido cardíaco o el metabolismo. Inmediatamente por encima del tronco
se encuentra el sistema límbico, donde tienen lugar las reacciones emocionales. Su función es la de
facilitar la adaptación al medio y a sus continuos cambios, de ahí que se relacione con la memoria y el
aprendizaje. En esta zona también se encuentra la amígdala, lugar donde quedan registrados todos los
recuerdos emocionales que, a posteriori, serán utilizados por el neocórtex para interpretar la experiencia
emocional. Por encima del sistema límbico encontramos el neocórtex. Es en esta parte del cerebro donde
radica la diferencia entre seres humanos y animales, ya que gracias al neocórtex el ser humano tiene la
habilidad del lenguaje, de la razón, y de la comprensión simbólica del arte y la cultura. Esta parte del
cerebro también se encarga de dar el formato final en forma de sentimiento a una emoción dada.

Estos tres cerebros trabajan siempre de forma coordinada (Palmera Cantero, 1996), lo que
provoca que exista una relación directa entre pensamiento, sentimientos y emociones. Es decir, la
primera reacción emocional se produce en el cerebro reptil, que envía una señal al sistema límbico
para que la interprete. Finalmente, el sistema límbico envía una nueva señal neuronal al neocórtex,
que se encarga de interpretar la emoción, basándose en gran parte en los recuerdos emocionales
que se almacenan en el sistema límbico.

Aunque una gran mayoría de nuestras emociones pueden ser previstas y controladas por el neocórtex,
existe un tipo de reacciones emocionales que utilizan otros circuitos cerebrales más cortos, de manera
que es la propia amígdala la encargada de elaborar la valoración que se hace de esas emociones
concretas.

Gracias a esta posibilidad de “atajo” de algunas reacciones emocionales, el ser humano gana en
capacidad de adaptación al medio, ya que normalmente las reacciones emocionales que se producen
se perciben como un riesgo mortal, ya sea real o interpretado como real (por ejemplo, el miedo ante
un animal salvaje provoca que nos protejamos rápidamente, sin pensar). Sin embargo, este “atajo”
también puede provocar que se produzcan reacciones emocionales de manera inconsciente en
momentos poco adecuados, actuando sin pensar.

13
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

El circuito emocional de Papez (Papez, 1937) explica el procesamiento emocional en el cerebro.


Este circuito se encuentra situado en el lado medial del cerebro, e incluye varias estructuras
pertenecientes al sistema límbico:

•• Los cuerpos mamilares

•• La corteza cingulada

•• La amígdala

•• El hipocampo

•• El núcleo talámico anterior

•• La circunvolución del hipocampo

Enlace de interés
El circuito emocional de Papez:

https://www.youtube.com/watch?v=rpKQonDYx_Q&feature=youtu.be

El sistema límbico está involucrado tanto en los procesos de aprendizaje y memoria como en el
control emocional. Este circuito comprende dos canales para el procesamiento de las emociones. La
información sensorial llega al tálamo y desde allí puede seguir dos caminos:

•• El canal del sentimiento: la información viaja hasta el hipotálamo, donde se origina la respuesta
física y se transmite hacia la corteza cingular a través de otros núcleos talámicos. Esta es una
vía subcortical de activación del cíngulo.

•• El canal del pensamiento: la información viaja desde el tálamo a la corteza sensorial, donde se
perciben los estímulos y se activan los recuerdos, y de ahí al cíngulo. Esta es la vía cortical de
activación del cíngulo.

Finalmente, Papez plantea que la conexión cíngulo-hipocampo-hipotálamo permite a los


pensamientos originados en la corteza controlar las respuestas emocionales.

Enlace de interés
Cómo funciona el cerebro a nivel emocional:

https://www.youtube.com/watch?v=o4K7GY8nics

14
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

1.5. Otros conceptos relacionados con la emoción


El concepto de emoción se suele sustituir normalmente por otros términos que, a priori, parecen ser
sinónimos, como el término sentimiento. Sin embargo, al profundizar en su teoría, se deduce que
ambos conceptos no son equivalentes, sino que, en realidad, el sentimiento es una consecuencia del
proceso emocional. La diferencia crucial entre ambos conceptos radica en una dimensión temporal.
Mientras que la emoción es un movimiento puntual de corta duración, el sentimiento podría ser la
huella que deja ese movimiento puntual de la emoción.

Ambos conceptos pueden considerarse similares solamente en la toma de conciencia de que se ha


producido un movimiento o cambio en la persona, sin embargo, en el sentimiento no encontramos
las dimensiones de evaluación y valoración del estímulo. Otros términos, humor y afecto, sí podrían
considerarse como sinónimos de la emoción, aunque existen algunas diferencias sutiles entre estos
términos y ella, y entre ambos.

El afecto se relaciona con la preferencia, con otorgar un valor concreto a las distintas situaciones que
se pueden producir. Según esto, un estímulo dado, dependiendo del valor que se le tenga atribuido
previamente, provocará una emoción u otra que, además, tendrá una valencia e intensidad concreta.

En el término de humor también están implicados los elementos de valencia e intensidad, y la


diferencia con respecto a la emoción puede residir en que, aunque también se refiere a un estado
(movimiento o cambio) puntual y determinado, este suele tener una duración ligeramente mayor en
el tiempo, es decir, mientras que la emoción puede durar unos segundos, minutos u horas, el humor
puede alargarse a días.

Profundizando en la distinción entre emoción y sentimiento, debe tenerse en cuenta que ambos
conceptos presentan diferencias sutiles, aunque de base y características sean muy similares. Damsio
(2010) alude a que “una emoción está siempre referida a una secuencia de acciones y los sentimientos
se refieren a los resultados de esa secuencia de acciones”. Pongamos como ejemplo una situación de
peligro, de miedo. El miedo es el sentimiento, la huella que deja el estímulo ante el que nos exponemos.
La emoción es el conjunto de cambios y acciones que se desencadena a partir del miedo que sentimos (la
presión arterial sube y los músculos se tensan, el cuerpo se prepara para poder huir o atacar).

De ese comportamiento emocional es posible hacer una evaluación posterior para extraer un
aprendizaje. En este caso, lo que aprendido es que ante una situación de peligro sentiremos miedo.
Y ese miedo es el sentimiento, es decir, la huella o aprendizaje de la situación vivida. De este ejemplo,
Damasio concluye que “mientras que las emociones son unos programas de acción, los sentimientos
de esas emociones son las percepciones compuestas que provienen del estado del cuerpo durante
una emoción y es esa percepción la que te da el feeling o sentimiento”.

15
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

En conclusión, la diferencia entre ambos conceptos radica en que, mientras que la emoción es una
respuesta básica, primitiva y unidireccional (es decir, una reacción ante un estímulo), el sentimiento
incluye la capacidad de pensar y reflexionar de manera más o menos consciente sobre lo que se ha
sentido con la emoción experimentada.

No obstante, es importante tener presente que ambos conceptos son inseparables, ya que donde
hay una emoción siempre habrá un sentimiento. La intensidad y duración de ese sentimiento siempre
dependerá de lo significativa que haya sido la emoción sentida.

1.6. Estructura y funciones de las emociones


En este apartado se ofrece una descripción de los elementos que componen cada una de las
emociones, así como de las distintas funciones que tiene cualquier proceso emocional. Se
profundizará también en la distinción entre emociones básicas o primarias, emociones secundarias
y otro tipo de emociones (instrumentales, estéticas, etc.), para finalizar con una reflexión acerca de la
distinción entre emociones positivas y emociones negativas.

Retomando el análisis de la teoría de la emoción, podría decirse que las emociones permiten el
entendimiento entre los seres humanos. Al interactuar con otras personas, las emociones permiten
enviar señales, que expresen cómo nos sentimos, para que los demás nos entiendan.

16
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

En 1872, Darwin escribió La expresión de emociones en hombres y animales y contrastó que ante
las mismas emociones se producían los mismos gestos faciales, por lo que las decisiones son el
resultado de las emociones.

Las emociones sirven como la fuente más poderosa, auténtica y motivadora de energía humana
(Lazarus, 1991). Por lo tanto, se podría entender la emoción como “una respuesta mental organizada a
un evento que incluye aspectos psicológicos, experienciales y cognitivos”.

En la actualidad, se acepta que las emociones tienen tres componentes (López Mejías et al., 2009):

•• Fisiológicos

•• Cognitivos

•• Conductuales

En la tabla siguiente se describen las características generales de cada uno los componentes.

Fisiológicos Cognitivos Conductuales


Las emociones pueden causar La información es procesada a Provocan un cambio en el
reacciones fisiológicas nivel consciente e inconsciente. comportamiento: los gestos
importantes. Muchas de las Influye en nuestra experiencia de la cara, el movimiento del
reacciones físicas que se subjetiva. Aunque los expertos cuerpo. El componente final
experimentan durante una creen que hay una serie de es tal vez con el estamos
emoción, como la sudoración emociones básicas universales más familiarizados, por ser la
de las manos, el ritmo cardíaco que son experimentadas por expresión real de la emoción.
acelerado o la respiración personas de todo el mundo Invertimos una cantidad
rápida, son controladas por el independientemente de su significativa de tiempo en
sistema nervioso simpático, origen o de su cultura, los interpretar las expresiones
una rama del sistema nervioso investigadores también emocionales de las personas
autónomo que controla las creen que la experiencia de que nos rodean. Nuestra
respuestas involuntarias la emoción puede ser muy capacidad de comprender con
del cuerpo. Mientras que los subjetiva. Además, no siempre precisión estas expresiones
primeros estudios sobre la se experimenta una emoción está ligada a lo que llamamos
fisiología de las emociones de manera “pura”, ni las mismas inteligencia emocional y estas
tienden a centrarse en estas emociones se manifiestan ante expresiones juegan un papel
respuestas autónomas, la acontecimientos o situaciones importante en nuestro lenguaje
investigación más reciente similares de la vida. corporal en general.
se ha centrado en el papel del
cerebro en las emociones.

Tabla 1. Componentes de la emoción (López Mejías et al., 2009).

17
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

El esquema general de toda emoción es el siguiente: ante un estimulo (interno o externo), se produce
una respuesta fisiológica que es procesada mentalmente, lo que genera una respuesta conductual.

Respuesta Procesamiento Respuesta


Estímulo
fisiológica mental conductual

Figura 1. Esquema básico de comportamiento emocional (elaboración propia) .


El esquema obedece al principio de acción/reacción, donde el estímulo sería la acción y todo el
esquema de respuestas que se pone en marcha sería la reacción. En cuanto a las funciones que
cumplen las emociones, existen muchas clasificaciones(Oatley y Jenkins, 1996; Goleman, 1996;
Bisquerra, 2008).En este sentido, se abordará esta descripción de las funciones que cumplen las
emociones siguiendo el modelo propuesto por Bisquerra en su obra Psicopedagogía de las emociones
(Bisquerra, 2008), por ser el autor que más ha puesto en relación la IE con el espacio de la educación
formal y no formal.

Tres son las funciones principales que cumple toda emoción:

1. Función adaptativa: alude a la idea de que las emociones funcionan tanto como facilitadoras
de la respuesta ante las exigencias ambientales (estímulos), como inductoras de la expresión
de la reacción afectiva a otros individuos. Así, por ejemplo, el miedo favorecería la huida o la in-
movilidad corporal defensiva, además de que su expresión podría ser útil para apaciguar una
reacción intensa por parte de la persona agresora.

2. Función social: la expresión de las emociones permite predecir a las demás personas el com-
portamiento que vamos a desarrollar y viceversa, lo que tiene un indudable valor para las rela-
ciones interpersonales y para la adaptación al entorno social. La emoción es visible y por medio
de ella realizamos un intercambio informativo con las personas con las que interactuamos.

3. Función motivacional: la relación entre motivación y emoción es íntima, toda conducta motiva-
da produce una reacción emocional y, a su vez, la emoción facilita la aparición de unas conduc-
tas motivadas y no otras. La relación entre motivación y emoción no se limita al hecho de que
en toda conducta motivada se producen reacciones emocionales, sino que una emoción puede
determinar la aparición de la propia conducta motivada, dirigirla hacia determinado objetivo y
hacer que se ejecute con intensidad.

18
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

Esta función no depende del tipo de emoción sino de la dimensión de agrado/desagrado (placer/
displacer) de la emoción y de la intensidad de la reacción emotiva. Por ejemplo, la tristeza (emoción)
nos llevaría a realizar una determinada conducta, fundamentalmente de duelo (conducta motivada) y,
dependiendo no de la emoción sino de su intensidad y agrado/desagrado, puede hacer que la persona
llore a solas o que busque compañía.

1.7. Tipos de emociones


Antes de comenzar el análisis de los tipos de emociones, es necesario tener en cuenta una serie
de aspectos relevantes y característicos de las emociones que pueden suponer un criterio de
clasificación. Bisquerra (2000) distingue tres factores importantes de las emociones:

•• La especificidad: tiene que ver con la cualidad específica de la emoción que la hace diferente a
otras emociones. Por ejemplo, resulta sencillo diferenciar la alegría del odio, mientras que dife-
renciar la alegría del optimismo es más complejo. La especificidad es la característica que hace
posible distinguir dos emociones, aunque la diferencia entre ellas sea sutil.

La especificidad también permite clasificar las emociones por familias o grupos. Cada familia
de emociones está compuesta por la emoción primaria y por otras secundarias y terciarias.

•• La intensidad: característica que se refiere a la fuerza con la que se experimenta una emoción.
En este sentido, la intensidad permite diferenciar cuantitativamente una emoción de otra de la
misma familia. Por ejemplo, tanto el enfado como la ira pertenecen a la misma emoción, pero se
diferencian entre sí por la intensidad con la que se manifiesta. Por regla general, las emociones
primarias son las que mayor grado de intensidad tienen en su expresión.

•• La temporalidad: característica relacionada con la duración de la emoción. Las emociones pri-


marias son las que menor duración temporal tienen, suelen ser expresiones puntuales de corta
duración que derivan a otras emociones secundarias que sí tienen mayor duración. Por ejemplo,
la ira se manifiesta de forma puntual y breve hasta que se transforma en otra emoción más sua-
ve que perdura más en el tiempo, el enfado.

A la hora de realizar una clasificación de los tipos de emociones existe un gran número de ellas, debido
a la propia complejidad del estudio de las emociones y a su carácter subjetivo (Plutchik, 1980; Salovey
y Mayer, 1990; Goleman, 1995; TenHouten, 2007). Atendiendo al modelo de Goleman, derivado de
Salovey y Mayer, las emociones se dividen en dos grupos, según estas sean emociones innatas al ser
humano o emociones aprendidas:

•• Emociones primarias: son aquellas emociones innatas y proceden directamente del instinto de
supervivencia, por lo que normalmente surgen de una manera involuntaria.

•• Emociones secundarias: son emociones que derivan de las primeras y surgen como fruto de un
proceso de aprendizaje. Es decir, las emociones primarias se filtran a través de un proceso
mental, de manera que su expresión pueda ser mejor controlada.

19
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

Emociones primarias Emociones secundarias


Ira Rabia, enojo, resentimiento, furia, indignación, odio, etc.
Tristeza Pena, desconsuelo, pesimismo, melancolía, soledad, etc.
Miedo Ansiedad, aprensión, temor, preocupación, angustia, etc.
Alegría Felicidad, gozo, diversión, euforia, éxtasis, etc.
Sorpresa Sobresalto, asombro, desconcierto, admiración, etc.
Aversión Desprecio, desdén, asco, disgusto, repugnancia, etc.
Vergüenza Culpa, perplejidad, remordimiento, humillación, etc.
Amor Confianza, amabilidad, afinidad, devoción, etc.
Tabla 2. Clasificación de las emociones según Goleman (1995).
Por su parte, TenHouten (2007) también habla de emociones terciarias, que son aquellas que se
derivan de la combinación de una emoción primaria con una secundaria.

Bisquerra (2000), además de entender esta división entre emociones primarias y secundarias, realizó
también una clasificación de las emociones que obedece al principio de placer/displacer (agrado/
desagrado) y establece, de esta manera, distintos tipos de emociones.

El primer tipo son las emociones positivas, aquellas cuya evaluación racional, denominada appraisal,
es favorable. Es decir, son emociones aproximadas al eje del placer (alegría, amor, afecto, alivio,
felicidad, orgullo).

Las emociones negativas son aquellas cuyo appraisal es desfavorable, cercanas al eje del displacer.
Son emociones relacionadas con la amenaza, frustración o retraso de un objetivo perseguido, o bien
un conflicto entre diferentes objetivos (miedo, ira, ansiedad, tristeza, culpa, vergüenza, envidia, celos,
asco, etc.). Las emociones negativas, según Bisquerra (2014), se experimentan:

Ante acontecimientos que son valorados como una amenaza, una pérdida, una meta que se bloquea,
dificultades que surgen en la vida cotidiana, etc. […] Las emociones positivas, en cambio, se experimentan
ante acontecimientos que son valorados como un progreso hacia los objetivos personales. Estos objetivos
son, básicamente, asegurar la supervivencia y progresar hacia el bienestar. La supervivencia y el bienestar
tienen una dimensión personal y social.

Bisquerra utiliza el concepto de polaridad emocional para explicar que las emociones se clasifican en
un eje con dos polos, el positivo y el negativo. El polo positivo tiende al placer (agrado) y el negativo al
displacer (desagrado).

20
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

Existe también un tercer tipo de emociones, las emociones ambiguas, que se pueden clasificar dentro
de este eje de placer/displacer. Bisquerra (2000) alude a este concepto para referirse a un tipo de
emociones que son difíciles de posicionar en uno u otro lado del eje. Son emociones con un carácter
equívoco, que en el momento de sentirlas no se puede definir hacia qué lado del eje placer/displacer
se inclinan (sorpresa, esperanza, compasión, sospecha, etc.). La emoción de una sorpresa puede ser
positiva cuando el estímulo que causa esa sorpresa es algo agradable. Por ejemplo, si dos personas se
encuentran por la calle después de mucho tiempo sin verse, dependerá de la relación que tuvieran. Si
esas personas se tienen aprecio, la sorpresa será positiva. Por el contrario, si no existe buena relación
entre ellas, la sorpresa del reencuentro será negativa.

Por último, también existen las denominadas emociones estéticas, aquellas en las que su inclinación
hacia un lado u otro del eje viene determinada por el appraisal, es decir, la evaluación cognitiva que
hagamos acerca del estímulo que las ocasione. En este sentido, habría que considerar también las
preferencias y experiencias previas de la persona que las siente.

Siguiendo con la diferenciación entre emociones positivas y negativas, esta denominación no obedece
en absoluto a la dualidad buenas/malas. Todas las emociones, positivas y negativas, cumplen una
función específica que, por lo general, tiene que ver con la propia supervivencia o adaptabilidad al medio.

También es importante mencionar un elemento más que diferencia a las emociones positivas de las
negativas y tiene que ver con su duración. Muchas investigaciones confirman la evidencia de que, por
lo general, las emociones negativas son las que presentan una mayor temporalidad de manifestación,
lo que se conoce como la ley de la asimetría hedónica (Frijda, 1988).

21
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

1.7.1. La rueda de las emociones de Plutchik

En esencia, todas las clasificaciones descritas (Salovey y Mayer, 1990; Goleman, 1995; Bisquerra,
2000; TenHouten, 2007) derivan de un modelo inicial común. El psiquiatra Plutchik (1958) es
considerado el precursor de la teoría de las emociones, entre otras cosas por su conocida rueda de
las emociones. Si bien es verdad que el análisis que se ofrece a continuación puede incidir en algunos
aspectos ya explicados previamente, su modelo no debe pasarse por alto debido a la importancia de
los estudios de Plutchik.

Las investigaciones de Plutchik partieron de la observación del comportamiento animal. Basándose


en la teoría psicoevolutiva de las emociones de Darwin (1873), afirmó que el mapa emocional de los
animales y de los seres humanos fue evolucionando a lo largo del tiempo como un elemento que
aseguraba la adaptabilidad al medio. Para él, las emociones no eran positivas ni negativas, sino que
cumplían diferentes funciones específicas en esta carrera hacia la supervivencia y la adaptación.

En 1980 elaboró una clasificación denominada la rueda de las emociones. A lo largo de los años, esta
rueda se ha representado de diferentes formas, las más comunes son la de una flor de ocho pétalos y
la de una figura cónica.

La rueda de las emociones se basa en tres criterios básicas:

•• Tipología

•• Antagonismo

•• Intensidad

Figura 2. La rueda de las emociones de Plutchik (1980).


1. Tipología

22
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

Plutchik clasificó las emociones en dos tipos:

–– Básicas: son las situadas en el círculo que rodea al núcleo de la rueda, y son la alegría, la con-
fianza, el miedo, la sorpresa, la tristeza, la aversión, la ira y la anticipación.

–– Compuestas: son el resto de las emociones que se derivan de las ocho básicas, tanto las que
están situadas dentro del núcleo como las que se sitúan en el resto de los círculos.

2. Antagonismo

Dentro de la rueda, Plutchik sitúa las emociones dependiendo del grado de similitud o
discrepancia entre ellas. De esta manera, en los lados opuestos sitúa a las antagonistas,
creando cuatro ejes de oposición:

–– Alegría/Tristeza

–– Anticipación/Sorpresa

–– Asco o aversión/Confianza

–– Ira/Miedo

3. Intensidad

La rueda está atravesada por eje vertical que representa los diferentes niveles de intensidad
con los que pueden ser expresadas las emociones básicas. Cuánto más cercana al núcleo se
encuentre la emoción, mayor intensidad tendrá. Cuanto más lejana se encuentre del núcleo,
menor será su intensidad.

Además de esta clasificación, Plutchik estableció otra clasificación de las emociones a la que
denominó las diadas emociones, para referirse a esas emociones que estaban compuestas por dos
emociones, estableciendo tres diadas:

1. Diada primaria: se compone de la combinación entre las emociones básicas que se encuentran
juntas, que son:

–– Alegría + Confianza = Amor

–– Alegría + Anticipación = Optimismo

–– Confianza + Miedo = Sumisión

–– Miedo + Sorpresa = Alarma

–– Sorpresa + Tristeza = Decepción

23
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

–– Tristeza + Asco = Remordimiento

–– Asco + Ira = Desprecio

–– Ira + Anticipación = Agresión

2. Diada secundaria: formada por dos emociones básicas con un grado de separación, que son:

–– Alegría + Miedo = Culpa

–– Alegría + Ira = Orgullo

–– Confianza + Sorpresa = Curiosidad

–– Confianza + Anticipación = Fatalismo

–– Miedo + Tristeza = Desesperación

–– Sorpresa + Asco = Incredulidad

–– Tristeza + Ira = Envidia

–– Asco + Anticipación = Cinismo

–– Ira + Tristeza = Envidia

3. Diada terciaria: formada por dos emociones básicas separadas por dos grados, que son:

–– Alegría + Sorpresa = Deleite

–– Alegría + Asco = Morbosidad

–– Confianza + Tristeza = Sentimentalismo

–– Confianza + Ira = Dominación

–– Miedo + Asco = Vergüenza

–– Miedo + Anticipación = Ansiedad

–– Sorpresa + Ira = Indignación

–– Tristeza + Anticipación = Pesimismo

Para llevar a cabo una lectura de la rueda de las emociones, se tiene que partir del primer círculo que rodea
al núcleo. En este círculo se sitúan las ocho emociones básicas. Estas ocho emociones están situadas por
pares en los extremos. A partir de estas, se sitúan el resto de las emociones secundarias, que, según estén
más cerca o más alejadas del núcleo, se diferencian de su emoción primaria por la intensidad.

24
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

De esta manera, y a modo de ejemplo, para determinar la emoción antagonista de la confianza primero
se debe localizar esta en el círculo y buscar el lado opuesto donde esté situada. Encontraremos el
asco (aversión). En cuanto a la intensidad, tomando como emoción básica la ira, se aprecia que la furia
es de mayor intensidad que la ira por estar situada en el núcleo, mientras que el enfado tiene menos
intensidad por estar más alejado del núcleo.

1.8. Conceptualización de la inteligencia emocional


Las primeras referencias a la IE tal y como la conocemos actualmente son muy recientes. La primera
vez que se tuvo conocimiento de la existencia de este concepto fue a través de las investigaciones en
el espacio de la psicología llevadas a cabo por Salovey y Mayer (1990) en la Universidad de Cambridge.
No obstante, no fue hasta cinco años después cuando se popularizó el término a través de la aparición
del libro Inteligencia emocional (Goleman, 1995).

Desde la Universidad de Cambridge se sigue investigando la inteligencia emocional y aporta cada vez
más conocimiento a este ámbito. Destaca la reciente investigación The ability model of emotional
intelligence: principles and updates de Mayer, Caruso y Salovey (2016), en la que se ofrecen las
últimas actualizaciones de esta disciplina desde la neurociencia. Estos autores están reorganizando la
definición de la IE. En España destacan las aportaciones de Rafael Bisquerra (2011), doctor en Ciencias
de la Educación que, concretamente, investiga sobre las aplicaciones de la IE en el espacio educativo.

Recordando el origen etimológico de la palabra “emoción” y la definición que hace Bisquerra (2000) de
este concepto, el autor propone una definición simbólica del concepto de IE, aludiendo a ella como un
“pensador con un corazón” que “percibe, comprende y maneja relaciones sociales”.

Figura 3. Pensador con corazón. Definición simbólica de la IE (Bisquerra, 2000).

25
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

Todo ser humano percibe e interpreta la realidad relacionando la razón (mente) con el sentimiento
(corazón). En la medida que esta relación entre mente y corazón se dé de una manera u otra, su
comportamiento observable (emoción) será de diferente manera.

Es decir, siguiendo a Goleman (1995), la IE se define como “la capacidad de reconocer nuestros propios
sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”.

De dicha definición se desprenden dos elementos claves de la inteligencia emocional:

•• La capacidad de autoreflexión, es decir, la habilidad ppara identificar las propias emociones y


regularlas de manera apropiada.

•• La capacidad para reconocer las emociones de las demás personas (empatía).

1.9. Componentes de la inteligencia emocional


Siguiendo la teoría de Mayer y Salovey (1997), la IE se organiza como un modelo de cuatro
elementos claves:

1. Percepción emocional

Se refiere a la habilidad para identificar y reconocer las emociones propias y las de las
personas que nos rodean. La percepción emocional implica prestar atención a un estímulo
dado (externo o interno) y tener la habilidad de decodificar la información que trae consigo
ese estímulo a través de las diferentes señales emocionales (expresión facial, movimientos
corporales, tono de voz, etc.).

2. Facilitación emocional del pensamiento

Como ya se ha descrito, en IE se trata la dualidad corazón-razón, es decir, cualquier emoción


sentida entra en el sistema cognitivo a través de señales que tienen influencia sobre la
propia cognición. Según la emoción sentida, el pensamiento prioriza y dirige la atención a la
información importante que se asocia a dicha emoción.

3. Comprensión emocional

El ser humano tiene la capacidad de dotar de significado a cada una de las emociones que
siente, por lo que es capaz de comprender lo que está sucediendo. Este elemento resulta
primordial a la hora de comprender las emociones del resto de personas dentro de las distintas
dinámicas de relaciones interpersonales que se producen.

4. Regulación emocional

Se refiere a la capacidad del ser humano de gestionar cada una de sus emociones de manera
que, a priori, suponga un beneficio y bienestar tanto para sí mismo como para las personas que
le rodean. Alude a la capacidad del ser humano para poder mitigar las emociones consideradas
“negativas” y potenciar aquellas consideras “positivas”.

26
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

En el mismo sentido, en su libro Inteligencia emocional (1995), Goleman explica todos estos
componentes de una manera más sencilla y determina cinco pilares básicos de la IE:

1. Conocer las propias emociones.

2. Saber manejar las emociones.

3. La automotivación.

4. Reconocer las emociones de las demás personas.

5. Manejar las relaciones interpersonales.

1.10. Enfoques teóricos de la inteligencia emocional


La primera vez que se utilizó el término inteligencia emocional fue de la mano de Salovey y Mayer
(1990). Hasta entonces, todas las investigaciones llevadas a cabo eran recogidas bajo el concepto
de desarrollo emocional, es decir, no se había evidenciado el universo de las emociones como una
habilidad más del ser humano, entendida dicha habilidad como una forma de inteligencia en el sentido
de que su conocimiento y aprendizaje ofrece más oportunidades de desarrollo y bienestar personal.

El estudio sobre la inteligencia es algo relativamente nuevo, ya que hasta finales del siglo XIX no
cobró relevancia científica de la mano de los nuevos perfiles y necesidades sociales que surgieron a
partir de la Revolución Industrial.

El psiquiatra investigador Alfred Binet (1817-1911) ideó en 1905 el primer test psicométrico
para medir la inteligencia de una persona que, hasta entonces, se especulaba que esta estaba
relacionada con su capacidad intelectual. De hecho, la elaboración de este test fue por encargo del
ministro de Educación en Francia, que llegó a afirmar que “el órgano fundamental de la inteligencia
es el juicio”. Sin embargo, el propio Binet se dio cuenta, a través de sus investigaciones, de que la
inteligencia humana no solo tenía que ver con la capacidad intelectual, no al menos en relación con
el éxito escolar, y empezó a evidenciar la existencia de otros factores más allá del intelecto que
tenían que ver con el nivel de inteligencia de la persona.

Aun así, en 1909 Binet dio a conocer el primer test para medir el coeficiente intelectual, definiendo
este coeficiente como la razón entre la edad mental de una persona y su edad cronológica. La
aparición de este test aceleró toda una serie de investigaciones al respecto entre quienes defendían
la teoría del coeficiente intelectual como signo de inteligencia y quienes defendían, incluyendo al
propio Binet, la existencia de otros factores de la inteligencia.

Los aportes de la psicología cognitiva dieron lugar a nuevas visiones de la inteligencia humana, y esta
empezó a ser concebida de distinta manera. Primero, como una capacidad que, si bien tiene un fuerte
componente innato, también es una capacidad adquirida. Además, la determinación de otros factores
más allá de la propia razón o capacidad lógica para definir la inteligencia evidenció la influencia
de las emociones en el desarrollo de esta. A finales del siglo XX comenzó a evidenciarse de forma
rotunda esta otra forma de inteligencia humana que podría estar incluso por encima de la inteligencia
intelectual (Molina de Colmenares, 2002).

27
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

Los siguientes epígrafes se dedicarán a describir algunos de estos modelos teóricos acerca de la IE,
aquellos que más impacto científico han podido tener, como son el modelo de habilidades de Salovey y
Mayer (1990), y otra serie de modelos que se agrupan bajo el nombre de modelos mixtos, representados
principalmente por Goleman (1995) y Bar-On (1997). Se darán también algunas pinceladas sobre un
nuevo enfoque de explicación de la IE que se recoge bajo el nombre de modelo integrador.

1.10.1. El modelo de habilidades

El término inteligencia emocional aparece formalmente en 1990 en un artículo de los psicólogos


Salovey y Mayer, titulado Emotional Intelligence, en el que formulan las bases teóricas de su modelo,
centrado en la habilidad para procesar la información emocional. En él se incorporan las inteligencias
personales (intrapersonal e interpersonal) definidas anteriormente por Gardner en 1983, tal y como
ya vimos en el epígrafe dedicado a las inteligencias múltiples.

Salovey y Mayer (1990), basándose en los resultados de sus investigaciones, definen la inteligencia
emocional como “la capacidad de controlar y regular los sentimientos y emociones de uno mismo y
de los demás, discriminar entre ellos y utilizarlos como guía del pensamiento y la acción”. También
distinguieron entre inteligencia y emoción (Mayer y Salovey, 1997), indicando que:

•• La inteligencia hace referencia a la dimensión cognitiva, en concreto, al pensamiento.

•• La emoción se refiere a la esfera afectiva del ser humano.

En 1997, estos mismos investigadores hacen una revisión de su modelo y destacan la existencia de
cuatro habilidades básicas en el desarrollo de dicha inteligencia, es decir, indican las habilidades que
son necesarias para poder considerar a una persona como emocionalmente inteligente.

De forma esquemática (figura 2), se pueden observar las habilidades propuestas por estos
investigadores.

•• Percepción de las emociones

Habilidades •• Asimilación de las emociones


básicas •• Comprensión de las emociones
•• Regulación de las emociones

Figura 4. Modelo de salovey y mayer (1997)

28
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

1.10.2. Los modelos mixtos

Goleman (1995) elaboró en sus investigaciones un modelo un modelo mixto de configuración de la IE,
basado en las habilidades descritas en el modelo de Mayer y Salovey, pero usando también el modelo
de inteligencias múltiples de Gardner (1983), en concreto aludiendo a la inteligencia interpersonal e
inteligencia intrapersonal de dicho modelo.

De esta manera, para Goleman, el esquema básico de la IE es:

1. Conocer las propias emociones. Hace referencia a la capacidad de reconocer los propios sen-
timientos. Este es uno de los puntos más importantes de la inteligencia emocional. Las perso-
nas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas.

2. Saber manejar las emociones. Es una habilidad básica que permite el control de los propios
sentimientos según la circunstancia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que es-
tar constantemente luchando con las tensiones desagradables.

3. La automotivación. Esta habilidad ayuda a aumentar la competencia social. La motivación


constituye un imponderable que subyace a todo logro.

4. Reconocer las emociones de las demás personas. Es la capacidad de sintonizar con las demás
personas a través de la empatía. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales so-
ciales sutiles.

5. Manejar las relaciones interpersonales. Habilidad para relacionarse eficazmente con las de-
más personas.

I. Intrapersonal I. Interpersonal
Autoconciencia emocional Autoconciencia emocional
Reconocimiento

Valoración de sí mismo Valoración de sí mismo

Confianza en sí mismo Confianza en sí mismo

Autocontrol emocional Influencia

Fiabilidad Comunicación

Meticulosidad Resolución de conflictos

Adaptabilidad Liderazgo con visión de futuro


Regulación

Motivación de logro Catalizar los cambios

Iniciativa Establecer los vínculos

Tabla 3. Modelo de IE de Goleman (1995).

29
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

En cuanto a Bar-ON (1997), este también utiliza en la configuración de su modelo, igual que hace
Goleman, elementos tanto del modelo de Mayer y Salovey como de Gardner, pero aporta factores
adicionales como el aspecto de la personalidad, la felicidad y el humor, por lo que su modelo es
considerado como un modelo de bienestar.

Bar-On define la Inteligencia emocional como la “capacidad de reconocer y expresar sus emociones,
comprenderse a sí misma/o, actualizar sus capacidades potenciales y llevar una vida saludable y feliz”.
Sus componentes básicos son:

•• Inteligencia intrapersonal. Capacidad para expresar sus emociones y sentimientos. Para ello es
necesario desarrollar el autoconocimiento, la asertividad, la autoestima, el autodesarrollo y la
independencia emocional.

•• Inteligencias interpersonales. Entender las emociones y sentimientos de las demás personas,


cuyos componentes necesarios son: empatía, responsabilidad social y relaciones sociales.

•• Adaptabilidad. Capacidad para gestionar el cambio y resolver problemas.

•• Gestión del estrés. Habilidad para manejar y controlar las propias emociones.

•• Estado del ánimo. Capacidad de generar actitudes positivas y para automotivarse. Se refiere al
optimismo y la felicidad.

1.10.3. Modelo integrador de la IE

Los modelos de Goleman y Bar-On son solo una representación de la infinidad de modelos teóricos
que surgieron a partir del modelo de Mayer y Salovey. Estos modelos se fueron diferenciando entre
sí en el aporte adicional que cada uno iba haciendo al modelo inicial. De esta manera, el modelo
de Goleman introduce conceptos de la teoría de las inteligencias múltiples, y Bar-On introduce
elementos derivados de la teoría del bienestar personal.

En los últimos diez años han ido emergiendo nuevos modelos que prácticamente son similares los
unos a los otros, lo que da lugar a que exista una gran confusión a la hora de decidir a qué modelo
acogerse en cuanto al trabajo con la IE.

30
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

Por esta misma razón, García y Giménez (2010) elaboraron un modelo nuevo de IE que podría
considerarse también como un modelo mixto, en el que han recogido todos los aportes que se han ido
haciendo al respecto desde Mayer y Salovey, con el fin de ofrecer un modelo integrador de la IE. Este
modelo es el que, poco a poco, empieza a reconocerse y a ser utilizado, sobre todo en el ámbito de la
educación y la intervención social.

García y Giménez describen dos tipos de elementos que configuran la IE:

•• Factores internos. Se refieren a las características personales de cada individuo. También son
denominados factores endógenos.

•• Factores externos. Se refieren a los comportamientos de la persona con la intención de


adaptarse al medio que le rodea. Son denominados factores exógenos.

Por otro lado, en relación con la dimensión de características innatas/adquiridas, aluden a que los
factores endógenos no solo son características innatas, sino que también tienen que ver con una
idiosincrasia adquirida, es decir, aprendida en relación con la manera subjetiva de interpretar el mundo.

Los principales factores endógenos que intervienen en la configuración de la IE son (García y Giménez,
2010, pp. 8:1-10):

•• Responsabilidad. Se entiende responsabilidad como la capacidad de un individuo de entender,


comprender las consecuencias que pueden acarrear las acciones en un futuro intuido.

•• Sentido común. Capacidad de planificar, organizar y controlar aspectos, de forma responsable.


Dicha capacidad está intrínsecamente relacionada con la anterior.

•• Voluntad. Habilidad de los individuos para seguir obteniendo resultados, aunque estos no sean
positivos.

•• Capacidad de aprender. Habilidad del individuo para imitar comportamientos y acciones,


pudiendo interpretarlas y modificarlas, a partir de una base de aprendizaje.

31
Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional

Por otra parte, los principales factores exógenos en relación con la IE son (García y Giménez, 2010, pp.
9:1-10):

•• Habilidad de crear modelos mentales. Capacidad de los individuos de crear modelos, a partir
de sus experiencias con el entorno, con el fin de no volver a utilizar otra vez todos los recursos
utilizados en primera instancia, ya que la nueva situación puede estar incrustada de forma
general en los modelos mentales preestablecidos.

•• Persuasión. Habilidad para influir en comportamientos ajenos al nuestro.

•• Capacidad para adaptarse al entorno. Habilidad de un individuo de asumir pautas de conductas,


a partir de la observación, con la finalidad de adaptarse a diferentes situaciones, sin que ello
signifique una introducción fuera de lo que establece el grupo como normal.

•• Empatía. Se entiende como la capacidad de un individuo de ponerse en el lugar de otra persona.


En este sentido, dicha capacidad es importante porque puede hacer que el individuo se dé
cuenta de lo que desea y expresa […] otro individuo.

•• Capacidad para relacionarse y comunicarse. Esta capacidad está relacionada con la habilidad
de un individuo para establecer lazos sociales con otros individuos.

•• Capacidad para comunicarse. Se explicita en la habilidad que puede tener un individuo para
comunicarse con otros, o con organizaciones, sistemas o sociedades, pero de forma verbal.

Este modelo integrado de la IE se diferencia del resto de los modelos en un aporte sustancial para
el espacio científico. Cada uno de los factores, tanto endógenos como exógenos, están definidos en
forma de constructos medibles, de manera cuantitativa y cualitativa.

Según García y Giménez, este modelo es el que ofrece mayores implicaciones en el ámbito de la
educación, ya que todos estos factores definidos en forma de constructos pueden ser utilizados
en la planificación curricular y la evaluación. Además, este modelo ofrece también un práctico
marco de aplicación dentro del aula, ya que permite el diseño de actividades en relación con cada
uno de estos constructos.

En definitiva, a lo largo de esta unidad se ha expuesto que la inteligencia emocional tiene un esquema
muy simple. Quizá su complicación radica en el carácter totalmente subjetivo que tiene el principal
elemento: las emociones.

En cualquier caso, la inteligencia emocional se presenta como la principal herramienta con la que
poder desarrollar todo el potencial humano en nuestro beneficio propio y colectivo. Como futuros
docentes, si queremos poner nuestra práctica al servicio de la consecución de este desarrollo
personal y colectivo de nuestro alumnado, debemos asumir la responsabilidad no solo de acercarnos
teóricamente a la IE, sino realizar nuestro propio aprendizaje en el desarrollo de esta inteligencia para
convertirnos en docentes inteligentes no solo a nivel intelectual, sino también a nivel emocional.

32
Glosario

Appraisal
Interpretación cognitiva y automática que se genera a partir de una emoción.

Comprensión emocional
Capacidad para dotar de significado a cada una de las emociones que se sienten, es decir, para
comprender qué está sucediendo a nivel emocional.

Emoción
Respuesta de un individuo ante un estímulo, ya sea externo o interno, caracterizada por la activación
fisiológica de determinadas funciones orgánicas que se expresan a nivel motor y que generan una
experiencia subjetiva del estímulo a nivel cognitivo, llamada sentimiento.

Emociones estéticas
Emociones que surgen a partir de la evaluación cognitiva que hacemos acerca del estímulo que las
ocasiona. En este sentido, entran en juego las preferencias y experiencias previas de la persona que
las siente.

Emociones negativas
Emociones cuyo appraisal es desfavorable, cercano al eje del displacer. Son las emociones que tienen
que ver con la amenaza, frustración o retraso de un objetivo perseguido o bien un conflicto entre dife-
rentes objetivos (miedo, ira, ansiedad, tristeza, culpa, vergüenza, envidia, celos, asco, etc.).

Emociones positivas
Emociones cuya evaluación racional, denominada appraisal, es favorable. Es decir, emociones aproxi-
madas al eje del placer (alegría, amor, afecto, alivio, felicidad, orgulloso, etc).

Emociones primarias
Aquellas emociones innatas al individuo que se derivan del instinto de supervivencia y que, por lo
general, surgen de manera espontánea y no controlada.

Emociones secundarias
Aquellas emociones que se derivan de las emociones primarias y que surgen como fruto de un proceso
de aprendizaje a partir de un proceso cognitivo, de manera que su expresión puede ser controlada.

33
Glosario

Inteligencia emocional
Tipo de inteligencia que se refiere a la habilidad de identificar y gestionar las propias emociones y a la
de reconocer las de otras personas, lo que posibilita las buenas interacciones interpersonales.

Percepción emocional
Habilidad para identificar y reconocer las emociones propias y las de las personas que nos rodean.

Polaridad emocional
Concepto que explica la clasificación de emociones en torno a un eje con dos polos o variables, el posi-
tivo y el negativo. El polo positivo tiende al placer (agrado) y el negativo al displacer (desagrado).

Regulación emocional
Capacidad para gestionar cada una de las propias emociones de manera que, a priori, supongan un
beneficio y bienestar para la persona y para aquellas que la rodean.

34
Bibliografía

Armus, M., Duhalde, C., Oliver, M. y Woscoboinik, N. (2012). Desarrollo emocional clave para la primera
infancia. Argentina: Unicef.

Bach, E. y Darder, P. (2002). Sedúcete para seducir. Vivir y educar las emociones. Barcelona: Paidós.

Bauman, Z. (2003). Modernidad líquida. México: Fondo de Cultura Económica.

Barton, R. A., Aggleton, J. P. y Grenyer, R. (2003). Evolutionary coherence of the mammalian amygdale.
Proceedings of the Royal Society of London, 270, 539-543.

Binet, A. y Simon, T. (1905). Méthodes nouvelles pour le diagnostic du niveau intellectuel des anor-
maux. L’Année Psychologique, 11, pp. 191-244.

Binet, A. y Simon, T. (1908): Le développement de l’intelligence chez les enfants. L’Année Psycholo-
gique, 14, pp. 1-94.

Bisquerra, R. (2000). Educación emocional y bienestar. Barcelona: Praxis.

Bisquerra, R. (2008). Educación para la ciudadanía y convivencia. El enfoque de la educación


emocional. Barcelona: Wolters Kluwer.

Bisquerra, R. (2011). Educación emocional y competencias básicas para la vida. Revista de


Investigación Educativa (RIE), 21(1), pp. 7-43.

Bisquerra, R. y Pérez, N. (2011). Las competencias emocionales. Educación XXI, 10, 61-82.

Bisquerra, R. (2014). El universo de las emociones. Inteligencia emocional en la educación. Madrid:


Síntesis

Block, J. (2002). Personality as an Affect-Processing System: Towards an integrative theory. Nueva


Jersey: Lawrence Erlbaum Associates.

Briggman, K. L. y Kristan, W. B. (2006). Imaging Dedicated and Multifunctional Neural Circuits Genera-
ting Distinct Behaviors. Journal of Neuroscience, 26(42), pp. 10 925-10 933.

Chóliz, M. (2005). Psicología de la emoción: el proceso emocional.

Cohen, J. (2006). Social, emotional ethical and academic education: creating a climate for learning,
participation in democracy and well-being, Harvard Educational Review, 76, pp. 201-237.

Damasio, A. (2005). Neurobiología de la emoción y los sentimientos: En busca de Spinoza. Barcelona:


Crítica.

Damasio A. (2006). El error de Descartes. Madrid: Crítica.

35
Bibliografía

Darwin, C. (1873). The expression of emotions in animals and man. Nueva York.: Appleton. Traducción
al castellano en Madrid: Alianza, 1984.

Delors, J. et al. (1996). La educación encierra un tesoro. Madrid: Santillana. Ediciones UNESCO.

Extremera, N. y Fernández-Berrocal, P. (2002). Educando las emociones: La educación de la inteli-


gencia emocional en la escuela y la familia. En Fernández-Berrocal, P. y Ramos, N. (Eds.). Cora-
zones Inteligentes. Barcelona: Kairos.

Fridja, N. H. (1988). The laws of emotion. American Psychologist, 43, pp. 349-358.

Gaete, V. (2015). Desarrollo psicosocial del adolescente. Revista chilena de pediatría, 86(6), pp.
436-443. https://dx.doi.org/10.1016/j.rchipe.2015.07.005

García, M. y Giménez, S. I. (2010). La inteligencia emocional y sus principales modelos: propuesta de un


modelo integrador. Espiral. Cuadernos de profesorado, 3(6), 43-52.

García, J. Á. (2012). La educación emocional, su importancia en el proceso de aprendizaje. Revista


Educación, 36(1),1-24.

Gardner, H. (1995). Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica. Barcelona: Paidós.

Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence. Nueva York: Bantam Books.

James, W. (1985). ¿Qué es una emoción? Estudios de Psicología, 21, pp. 57-73.

Greenspan, S. (1998). El crecimiento de la mente. Barcelona: Paidós.

Ibáñez, N. (2002). las emociones en el aula. Estudios pedagógicos (Valdivia), (28), pp. 31-45. https://
dx.doi.org/10.4067/S0718-07052002000100002

Jensen, E. (2004). Cerebro y aprendizaje. Competencias e implicaciones educativas. Madrid: Narcea.

Lazarus, R. S. (1991). Emotion and Adaptation. Nueva York: Oxford University Press.

López, D., Valdovinos de Yahya, A., Méndez-Díaz, M. y Mendoza-Fernández, V. (2009). El Sistema


Límbico y las Emociones: Empatía en Humanos y Primates. Psicología Iberoamericana, 17 (2),
pp. 60-69.

Matsumoto, D., Hwang, H. C., López, R. M., y Pérez-Nieto, M. Á. (2013). Lectura de la expresión facial de
las emociones: Investigación básica en la mejora del reconocimiento de emociones. Ansiedad y
Estrés, 19(2-3), pp. 121-129.

Maureira, F. y Sánchez, C. (2011). Emociones biológicas y sociales. Psiquiatría Universitaria (Rev GPU),
7(2), pp. 183-189.

Mayer, J. D., Caruso, D. R., y Salovey, P. (2016). The ability model of emotional intelligence: principles
and updates. Emotion Review, 8 (4), pp. 290-300.

36
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía

Mayer, J. D., Salovey, P. y Caruso, D. (2000). Models of emotional intelligence. En R. J. Sternberg (Ed.),
Handbook of Intelligence (2ª ed.) (pp. 396-420). Nueva York: Cambridge.

Mayer, J. D. y Salovey, P. (1997). What is emotional intelligence? En Salovey, P. y Sluyter, D. (Eds.),


Emotional development and emotional intelligence: Implications for educators (pp. 3-31).
Nueva York: Basic Books.

Molina de Colmenares, N. (2002). Inteligencia racional versus inteligencia emocional: implicaciones


para la educación integral. Laurus, 8(14), pp. 61-70.

Moreira, V., Sánchez, A. y Mirón, L. (2010). El grupo de amigos en la adolescencia: Patrones de afecto,
conflicto y conducta desviada. Boletín de Psicología, 100, pp. 7–21.

Morlán Gracia, L. (2012). Cerebro emocional. Conceptos de historia, localización y función. Avances en
Supervisión Educativa, 16.

Palmero Cantero, F. (1996). Biological perspectives in the study of emotion. Anales de Psicología /
Annals of Psychology, 12(1), pp. 61-86.

Papez, J. W. (1937). A proposed mechanism of emotion. Archives of Neurology and Psychiatry, 38, pp.
725-743.

Pérez, J. C. (2012). Revisión del aprendizaje social y emocional en el mundo. En R. Bisquerra (Coord.),
¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia (pp.
56-69). Esplugues de Llobregat, Barcelona: Hospital Sant Joan de Déu.

Piaget J., (2005). Inteligencia y afectividad. Buenos Aires: Aique.

Plutchik, R. (1980). Emotions: A general psichoevolutionaty synthesis. Nueva York: Harper Row.

Premack, D., y Woodruff, G. (1978). Tiene teoría de la mente un chimpancé. En E. S. Martí (Ed.), Cons-
truir una mente, (pp. 187-192). Barcelona: Paidós.

Salovey, P. y Mayer, J. D. (1990). Emotional intelligence. Imagination, Cognition, and Personality, 9,


185-211.

Salovey, P., y Sluyter, D. J. (1997). Emotional Development and Emotional Intelligence. Educational
Implications. Nueva York: Basic Books.

Salovey, P., Mayer, J. D. y Caruso, D. (2002). The positive psychology of emotional intelligence. En
Snyder, C. R. y Lopez, S. J. (Eds.), The handbook of positive psychology (pp. 159-171). Nueva York:
Oxford University Press.

San Martín, J. L. y Barra, E. (2013). Self Esteem, Social Support and Life Satisfaction in Adolescents.
Terapia psicológica, 31(3), pp. 287-291. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-48082013000300003

Sánchez, N., Extremera, N. y Fernández-Berrocal, P. (2013). Percepción emocional. MSCEIT.

37
Bibliografía

Scherer, K. R. (2000). Psychological models of emotion. En J. C. Borod (ed.): The Neuropsychology of


Emotion (pp. 137-162). Nueva York: Oxford University Press.

Scherer, K. R. (2001). Appraisal considered as a process of multilevel sequential checking. En Scherer,


K. R., Schorr, A. y Johnstone, T. (eds.): Appraisal Process in Emotion. Theory, Methods, Research
(pp. 92-120). Nueva York: Oxford University Press.

Tenhouten, W. D. (2007). Routledge Advances in Sociology. A General Theory of Emotions and Social
Life. Nueva York: Routledge, Taylor and Francis Group.

Tirapu-Ustárroz, J. et al. (2007). ¿Qué es la teoría de la mente? Rev. Neurol., 44(8), pp. 479-489.

Wundt, W., (1886). Lectures on human and animal psychology. (2ª ed.). Londres: Swan Sonnenschein &
Co.; Nueva York: Macmillan & Co.

Zins, J. E., Weissberg, R. P., Wang, M. C. y Walberg, H. J. (Eds.) (2004). Building academic success on
social an emotional learning: What does the research say? Nueva York: Teachers College Press.

38
Autor/a
Dra. D.ª Carmen Martorell Pallás
Dra. D.ª Mª Olatz Gómez Llorens

Reservados todos los derechos©


Universidad Internacional de Valencia - 2021

También podría gustarte