TEMAS 5, 6, 7 HISTORIA

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UNIDAD 5: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL

5.1. ISABEL II: LAS REGENCIAS. LAS GUERRAS CARLISTAS. LOS GRUPOS POLÍTICOS.
EL ESTATUTO REAL DE 1834 Y LA CONSTITUCIÓN DE 1837

5.1.1. Las regencias


- Regencia de Mª Cristina (1833-1840): fallecido Fernando VII, Mª Cristina mantuvo a Cea
Bermúdez como jefe de Gobierno. La escasez de reformas (división provincial de Javier de
Burgos) comprometía el apoyo liberal a la re-gente, que le sustituyó por el moderado Martínez*
de la Rosa. Su conservadurismo (Estatuto Real, 1834) llevó a los liberales progresistas a
promover el pronunciamiento militar de los sargentos de La Granja (1836). M.ª Cristina se vio
forzada a reinstaurar la Constitución de 1812 y nombrar presidente a Calatrava, que promovió
reformas (desamortización de Mendizábal, supresión de diezmos, señoríos y mayorazgos) que
liquidaron el Antiguo Régimen. En 1837 se aprobó una nueva constitución consensuada entre
progresistas, moderados y la Corona, que aceptaba renunciar al absolutismo a cambio de
reservarse mayor poder que el reconocido en la Constitución de 1812. Tras su aprobación, la
regente sustituyó al Gobierno progresista por uno moderado. Su intento de eliminar la elección
democrática de los alcaldes provocó altercados progresistas que obligaron a M.ª Cristina a ceder
la regencia al general Espartero.
- Regencia de Espartero (1840-1843): su política autoritaria y alguna de sus principales medidas
(ley librecambista para el sector textil, que provocó altercados en Barcelona sofocados con el
bombardeo de la ciudad) provocó que hasta los progresistas le retiraran su apoyo, marchando al
exilio tras el pronunciamiento del general Narváez, líder de los moderados. El fracaso de las dos
regencias condujo a la anticipación de la mayoría de edad de Isabel II, que fue proclamada reina
con tan solo 13 años.

5.1.2. Las guerras carlistas


Causas del conflicto
El carlismo tuvo su origen en el problema sucesorio de Fernando VII, que en 1830 abolió la Ley Sálica y
desterró a su hermano Carlos M.ª Isidro a Portugal.
A la muerte del rey (1833), Carlos M.ª Isidro publicó el Manifiesto de Abrantes reclamando el trono.
Poco después comenzaba la primera guerra carlista.

Etapas de la primera guerra carlista (1833-1839)


- Ocupación de zonas rurales (1833-1835): las partidas carlistas tomaron la región vasconavarra y
amplias áreas rurales de Aragón, Cataluña y Valencia. El general Zumalacárregui convirtió las partidas
carlistas en un fuerte ejército, pero fracasó en el sitio de Bilbao, en cuyo asalto murió.
-Ofensivas carlistas (1835-1837): los carlistas trataron de ampliar su influencia mediante dos
expediciones militares dirigidas por el general Gómez y el propio Carlos V, pero fracasaron por su falta
de apoyo en las ciudades. El general liberal Espartero alcanzó gran prestigio tras levantar el segundo
sitio carlista a Bilbao (batalla de Luchana, 1836).
— Fin de la guerra (1837-1839): los fracasos dividieron al carlismo facilitando que Espartero firmara con
el jefe carlista Maroto en 1839 el Convenio de Vergara . A cambio de la rendición carlista, Espartero se
comprometió a evitar las represalias y a pedir a la regente el mantenimiento de los fueros y la
incorporación al Ejército nacional de los oficiales carlistas que lo deseasen.
El acuerdo no fue aceptado por todos los carlistas que, liderados por el general Cabrera, continuaron
luchando hasta 1840 en el Maestrazgo.

Consecuencias
— Consolidación de Isabel II en el trono, asentando el liberalismo en España.
— Absorción de los recursos económicos (desamortización de Mendizábal) retrasando la
industrialización del país.
— Aumento del protagonismo de los militares en la vida política.
— Pérdidas humanas y materiales propias de toda guerra.
Pese a su derrota, el carlismo siguió latente entre sus bases, dando lugar a dos nuevas guerras
(durante la Década Moderada y el Sexenio Revolucionario) a lo largo del siglo XIX.

5.1.3. Los grupos políticos, el Estatuto Real de 1834 y la Constitución de 1837


Grupos políticos
— Liberales (moderados/progresistas): durante la minoría de edad de Isabel II se confirmó la división
del liberalismo en progresistas y moderados. Ambas corrientes defendían la monarquía constitucional
frente al absolutismo, pero los progresistas apostaban por la soberanía nacional (limitación de los
poderes del rey) y amplios derechos individuales (incluyendo la libertad religiosa). Por el contrario, los
moderados defendían amplios poderes para la Corona (soberanía compartida con las Cortes), derechos
individuales limitados (sufragio censitario muy restringido) y la confesionalidad del Estado.
Los principales apoyos del liberalismo fueron la alta nobleza, el Ejército y
las clases urbanas.
— Carlistas: absolutistas que defendían el Antiguo Régimen y los fueros. Su lema era «Dios, patria, rey
y fueros». Estuvieron apoyados por la baja nobleza rural, el clero y los campesinos de las provincias
vascas, Navarra, Cataluña y el Maestrazgo.

El Estatuto Real de 1834 y la Constitución de 1837


Se aprobaron dos constituciones, reflejo de la inestabilidad política del momento:
– Estatuto Real (1834): no era una constitución, sino una carta otorgada muy conservadora que
reservaba gran poder a la Corona:
- Ausencia de reconocimiento de la soberanía nacional y los derechos individuales.
- Cortes bicamerales: Estamento de los Próceres (designados por la Corona) y Estamento de
Procuradores (sufragio censitario muy restrictivo). Solicitan la elaboración de leyes a la Corona.

– Constitución de 1837: fue consensuada por todos los liberales y la Corona:


- Soberanía nacional.
- Reconocimiento amplio de derechos individuales (expresión, igualdad jurídica, propiedad), si
bien no recogía la libertad religiosa.
- Poder ejecutivo: el rey nombraba al presidente del Gobierno y los ministros. Además, la Corona
sancionaba las leyes, y convocaba y disolvía las Cortes.
- Poder legislativo: Cortes bicamerales divididas en Congreso de los Diputados y Senado (con
capacidad de veto sobre las leyes aprobadas por el Congreso).
- Poder municipal: elección democrática de los alcaldes.

5.2. ISABEL II: EL REINADO EFECTIVO. GRUPOS POLÍTICOS. CONSTITUCIONES.

5.2.1. El reinado efectivo

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