La Venganza de Una Madre Soltera - Gena Jim - Completa

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Cap: Prólogo

Todo empezó cuando cumplí mis dieciocho años, toda


joven sueña que ha sus dieciocho hace una gran fiesta
con todos sus amigos un gran bizcocho, muchos amigos,
bebidas, musica, borracheras etc... Luego de eso renta un
depa y se va a vivir sola... Pero ese no fue el caso... La
gran sorpresa que me dierón es que debía de ir a vivir
con un hombre que apenas conocía, según mi madre la
empresa de mi padre estaba en banca rota y la única
que podía salvarlo era yo, ya que era la única inútil, que
por lo menos sirviera para eso. -Pero madre, apenas
acabo de cumplir mis dieciocho aún soy joven para
casarme. Le digo desesperada, no quería casarme,
apenas soy una adulta, aunque hay jovenes que se
casan de doce, trece, y catorce... pero ese no era mi caso
no quería casarme. -Ya tienes dieciocho años, eres toda
una adulta Cecilia no eres una niña deja de ser tan
infantil. Me mira con una risa burluna mi hermana mayor
por dos años. -Tu hermana tiene razón Cecilia, aprende
de élla y se útil por una vez en tú vida. Habla
levantandose del comedor para dejarme con mi
hermana. -Mirian por favor ayúdame, no dejes que me
hagan esto, por favor te lo suplico. Le hablo a mí
hermana dejando caer mis lágrimas. -Las lágrimas no
arreglan nada hermanita, además Victor es joven apenas
tiene veinticinco años, deberías de estar agradecida de
eso, todas mueren por él. Dice para levantarse y mirarme
con burla. Suspiro al quedarme sola en la mesa del
comedor. Mi hermana es el orgullo de mi madre, la mejor
en sus calificaciones de la escuela, aunque sé que se
debe a que se acuesta con los maestros... Es de cabello
castaño, ojos azules, alta, toda una modelo. Mientras que
yo tengo el cabello n***o, ojos negros como la noche no
soy muy alta, pero al menos tengo un cuerpo excelente,
cadera fina, mucho pecho y un gran trasero. (...) No
dejaba de llorar mientras era obligada por mis padres a
preparar mis maletas... De verdad era una inútil. La hora
de irme llegó y un joven muy guapo en un lujoso auto fue
a buscarme tarde en la noche. -Señor y señora Williams,
mañana a primera hora recibirán el dinero suficiente
para su empresa. Habla muy sonriente el joven. Mis
padres asienten con los ojos brillantes y se retiran sin
decir mas nada. El joven sonríe y me abre la puerta del
auto. Bueno tal vez no sea tan mala idea irme con él y
quizás con el tiempo si nos llevamos bién nazca un bello
amor. Que lejos de la realidad estaba, no todo es como
un cuento de adas. Al llegar a su enorme mansión lujosa
me llevó a un pequeño cuartucho con un baño. -Esta será
tu habitación, no tienes permitido salir a menos que te
ordene ¿Te quedó claro? Habla con la voz fría. Asiento
con un poco de miedo. -Otra casa más, a los ojos de
todos eres mi prometida y nos casaremos cuando tengas
veinte años, así que ni una palabra de esto nadie o
tendrás que asumir las consecuencias ¿Entendido? Otra
vez asiento como una estúpida. -Eso me gusta... Ahora
quitate la ropa. Demanda ¿-Que? Hablo asustada. -No
me gusta repetir las cosas dos veces Cecilia... Quitate la
ropa. Habla empujandome dentro de la habitación. -No
por favor, no hagas esto. Suplico con lágrimas. -Jajaja,
que no haga esto... Déjame decirte querida, con tu cuerpo
pagarás cada centavo del dinero que les daré a tus
padres, así que es mejor que empieces a complacerme.
Mis lágrimas y gritos no lo detuvieron él muy maldito
destrozó mi ropa, me golpeó por no cooperar y tomó mi
cuerpo... Mi primera vez, cada joven sueña que su
primera vez sea especial... Pero él destruyó mi sueño.
Desde ese día comenzó mi calvario, no tenía celular, ni
ordenar, nada de tecnología, solo una pequeña TV, que
me permitía mirar todos los chismes de la sociedad
podrida en la que estamos. En donaciones importantes
mis padres y hermana pasaban por mí y ante todos tenía
que fingir que era feliz con mis padres y prometido, de lo
contrario recibía una golpiza. Mi hermana se burlaba
constantemente de mí, incluso llegó a golpearme por
pedirle que me ayudara a escapar. Pensé en quitarme la
vida, pero nunca tuve el valor de hacerlo, pensé en
escapar, pero la primera vez que lo hice casi me mata a
golpes, así que no estaba dentro de mis planes, solo me
quedaba esperar el mejor momento y ver que hacer.
Victor me obliga a tener relaciones sexuales con él casi
diario y lo peor de todo es que tengo que fingir que me
gusta si no soy golpeada... Estoy cansada. Dos meses
pasaron y las naunsea y mareos me atormentaba cada
día. -Un médico vendrá a verte, no puedo estar con una
mujer que no me sirve. Dice y sale de la habitación
dando un portazo. Solo suspiro y espero. Él médico llega
y me revisa junto a Victor que me mira molesto como si
fuera culpable de enfermarme. Me hacen los análisis
necesario y luego de varias horas. -Felicidades señorita
Williams, está embarazada de cuatro semanas, aquí les
dejaré las vitaminas necesa... -No hace falta doctor
puede retirarse. Habla Victor sin expresión. El doctor me
mira con lástima y se retira. -Mañana a primera hora irás
a sacarte esa cosa. Dice mirando mi vientre con odio. -
Pero... -Nada de peros cecilia, Andrés te llevará, no te
pueden ver conmigo, así que no intente nada estúpido.
Asiento bajando la cabeza y el sale de mi habitación.
Mañana será el momento perfecto para escaparme,
gracias bebé por esta oportunidad, prometo amarte
incondicionalmente. Pienso mientras paso mi mano por
mi vientre plano.
Capitulo:01
El día siguiente llegó y los nervios no me dejaron
dormir, me sentía muy ansiosa. Como dijo Victor,
Andrés fue por mi a primera hora, así que busqué el
poco dinero que tenía ahorrado cuando vivia con mis
padres, no era mucho pero para algo servía. Llegamos
al hospital, Andrés me deja en una habitación y se
marcha no se dónde, así que aprovecho y me voy por
la dirección contraria a la que el se va. Camino rápido
por el gran pasillo del hospital y entro a una habitación
donde los doctores guardan la ropa. Me cambio
inmediatamente por uno de esos trajes y me marcho a
toda velocidad por la puerta de emergencias. Ya fuera
del hospital comienzo a correr sin un destino fijo hasta
alejarme de ahí. Mi corazón latía a toda velocidad y
mis manos temblaban por los nervios, corría y
caminaba durante horas, luego entré a una tienda de
ropas barata y compré una peluca rubia corta de la
mas barata junto a unos vaqueros y un abrigo con
capucha. Tomé un tren que salía no se dónde y decidí
irme. Me bajé en la última parada y ya estaba muy
mareada y hambrienta. Entré a una cafetería y compré
lo mas barato para comer, no podía gastar mucho
dinero, tenía que ahorrar lo más que podía hasta ver lo
que podía hacer... Mientras caminaba sin rumbo
encontré una mochila y algunas ropas en el basurero
que estoy segura que me serviría para algo. Al llegar la
noche, no podía darme el lujo de pagar un hotel así
que me acosté en una banqueta de un pequeño
parque, por suerte la noche estaba fresca y no pasaría
frío. Al día siguiente con los mareos y naunseas
matutinas seguí caminando sin detenerme, no iba a
permitir que esas personas me encontraran por eso
debía de alejarme lo mas que podía. En los lugares que
miraba que pasaba muchas personas me sentaba con
un cántaro y algunas personas me tiraban monedas
que era suficiente para comer en el día, no podía
gastar el poco dinero que me quedaba, tengo que
pensar en el bebe que crece en mi vientre... Aunque su
padre es un maldito que odio con toda mi alma, esta
pequeña criatura no tiene la culpa de nada, solo es una
victima mas de este mundo cruel. Cuando mis pies no
dan para más me detengo frente a una cafetería,
llevaba días caminando y mis pies están hinchados con
algunas heridas. -Tomemos un descanso aquí bebe
¿Que dices? Susurro acariciando mi vientre plano.
Suspiro al tomar asiento debajo de un árbol y me
quedo dormida... La verdad estoy muy cansada. -Oye
niña despierta. Una voz hace que me coloque de pies
asustada. Frente a mí una mujer hermosa de piel
morena de unos treinta años me mira con curiosidad. -
Oye niña ¿Te encuentras bién? Me pregunta
preocupada mientras me escanea. Iba a contestar,
pero mi estómago suena haciendo que me ponga roja
de la vergüenza. ¿-Tienes hambre? Me pregunta sin
dejar de mirarme. Yo solo asiento bajando la cabeza.
La hermosa mujer toma mi mano y me lleva a la
cafetería que al parecer es de élla y me brinda una rica
sopa. -La preparé hace unas horas pero está buena. Yo
solo asiento y sin pensarlo dos veces devoro la sopa. -
Vaya si que tenías hambre ¿De donde eres pequeña?
Permanezco callada sin saber si puedo confiar en élla.
Ella alza las cejas. ¿-No me digas que estás
escapando? No digo nada y la bella mujer lo toma
como un sí. -Ya veo... ¿Estas huyendo de tus padres? ¿O
un marido loco? No contesto y élla me mira con
lástima. -Supongo que es lo segundo... ¿Cierto? Asiento
¿-Cual es tu nombre pequeña? Lo pienso y no le doy mi
verdadero nombre. Solo le hago pequeños arreglos. -
Me llamo Celia. Digo bajito -Bién Celia ¿Tienes más
familiares donde puedas ir? Niego y élla suspira
mirándome de arriba abajo. -Mira como estás...
¿Cuántos dias llevas fuera de casa? -Varios... La bella
mujer suspira nuevamente. -Mi nombre es Patricia y
este es mi local, no puedo dejar que una pobre niña
deambule sola por las calles, puedes quedarte hasta
que cierre y tomar un baño en mi casa si quieres, luego
veremos que hacer, debes de volver con tus padres. La
miro con horror y tomo su mano. -E... Estoy
embarazada... Ellos me obligaron a casarme... Hablo
con tristeza y desesperación, la verdad no sé que
hacer, ni a donde ir, pero una cosa estoy segura,
lucharé por mi y por mi bebe. Patricia me mira
sorprendida y baja la cabeza a mi vientre. -Que
malditos... ¿Que pasa por la cabeza de los padres hoy
en día? Así fue como hice una amiga, más que amiga
la veía como mi proctetora... Una madre y le estaré
agradecida durante toda mi vida. Patricia me contrató
para que trabajara como mesera en su local, no era
mucho, pero al menos era suficiente para mí. Renté un
pequeño cuarto al lado del departamento de Patricia
contaba con un baño, era solo una habitación, donde
tenía la sala, la cocina y una pequeña cama, todo
junto, eso para mi era más suficiente. Los meses iban
pasando y mi panza creciendo, Patricia me llevó a un
hospital donde ayudaban a chicas con poco recursos
como yo para que todo fuera gratis. Todo me fue mas
fácil gracias al esposo de Patricia, que se llama Marcos
que era guardia en el hospital y conocía a todos.
Marcos y Patricia tenían un solo hijo, un joven muy
educado un año mayor que yo, se volvió como un
hermano para mí. Los nueve meses llegarón y el dolor
del parto fue horrible, pero nada me daba mas alegría
que ver a mi niño fuerte y sano... Y sí, es un varón y le
puse de nombre Angel, mi niño fue un pequeño Angel
que iluminó mi vida. Patricia, su esposo e hijo fueron de
gran ayuda para mí, me enseñaron a cargar mi niño,
bañarlo, limpiarlo... Todo... Esas personas tienen mi
gratitud mientras vida tenga.
Capitulo:02
Tres meses pasaron y el dinero no me daba para
cubrir todos mis gastos, estaba voviendome loca, tenía
que pagar la renta, comprar leche a mi niño, algunos
medicamentos, comida para mí... No me alcanzaba...
Hasta pensé en vender mi cuerpo... Pero ¿Que pensaría
mi niño de mí cuando sea grande? Llego a la cafetería
llena de ojeras y mi pequeño en mi hombro, no dormí
de tanto pensar. Patricia me mira y suspira. -No
entiendo por que te niegas a vivir con nosotros, mirate
Celia, pareces fantasma. Me recrimina Patricia cruzada
de brazos. Suspiro dejando a mi niño en un viejo coche
con varios juegos, por suerte es muy tranquilo y casi
no llora, solo cuando tiene hambre. -Me han ayudado
mucho Patricia, de verdad estoy bién. -Eso ni tu misma
te lo crees. Vuelve a suspirar. Te tengo un excelente
trabajo... No es el mejor que digamos pero la paga es
muy buena... Es para que atiendas una mansión que se
encuentra en una finca -Pero... ¿Y mi niño? Pregunto -
Le hablé de eso y ella me dijo que eso no importa, esas
personas quieren que vivas allá, y si el niño no es
problema no importa. -Entonces... ¿Estás de acuerdo
que vaya allá.? Le pregunto algo dudosa -Claro que sí
niña tonta, tienes un bebe que va creciendo y necesita
suficiente dinero, además apenas cumpliste los
diecinueves años, con ese dinero puedes completar tus
estudios y ser alguién importante, luego destruir a esos
bastardos que tienes como padre y dique prometido.
Asiento dándole la razón. -De acuerdo ¿Cuándo debo
ir? -Mañana tienes que ir a su residencia para que te
hagan la entrevista, estoy segura que te aceptarán. ¿-Y
si no me aceptan? -No pierdes nada con ir... Mi hijo
Mark te llevará no sabes andar en la cuidad. -Te lo
agradezco Patricia... Eres como una madre para mí.
Digo sentimental. -Tú también eres como una hija...
Pero basta de sentimentalismo y mejor vamos a
atender los clientes. (...) Al día siguiente me levanté muy
temprano y busqué una de mis mejores ropas (Aunque
todas eran viejas) Me vestí y a mi hombrecito igual.
Mark me llevó en su viejo auto hasta le lujosa
residencia. -Cualquier cosa estaré aquí esperándote,
suerte celia. Asiento bajandome del auto. -Nos vemos
al roto Mark. El solo asiente y entro a la lujosa mansión.
Una ama de llaves me recibe y me mira de arriba
abajo. ¿-Que se le ofrece señorita? Dice cseria sin
expresión. -Tengo una entrevista con la señora Sara
Jhonson. -De acuerdo, sigame. Suspiro y sigo a la
señora con mi pequeño en brazos, que mira todo el
lugar con curiosidad. -Puede esperar aquí señorita... -
Celia -Bién Celia, la señora la atendera en unos
minutos. Asiento y élla se retira. Permanezco de pies
esperando y para que mentirles, estoy muy nerviosa.
Unos diez minutos mas tarde una elegante señora se
presenta ante mí. -Perdón la tardanza, estaba algo
ocupada. Dice para sentarse elegantemente en uno de
sus muebles. -No se preocupe, no pasa nada. Digo algo
nerviosa. Ella asiente y me mira a mi y al bebé. ¿-Por
que no tomas asiento? Debe de ser muy cansado
permanecer de pies con un bebe en mano. -Descuide,
estoy acostumbrada. Digo acomodandome en otro
mueble frente a élla. Ella no dice nada y solo me
observa. -Tu rostro me parece conocido, pero no se de
donde ¿Cuál es tu nombre pequeña? Mi corazón
golpea violentamente en mi pecho. -Ce... Celia... La
señora Jhonson solo me observa y eso me pone mas
nerviosa. -De acuerdo Celia... Cuentame un poco de tí
¿Cuántos años tienes? ¿Quienes son tus padres? -
Tengo diecinueve años y mis padres... Están muertos.
Digo recordando la clase de escoria que tengo como
padres. Ella levanta las cejas. ¿-Están muertos para tí o
en realidad murieron? Me pregunta sin despegar la
mirada de mí. ¿Que ella lee la mente? Muerdo los
labios. -No es necesario que contestes Celia... ¿Me
puedes decir algo del padre de tu niño? Miro hacía otro
lado -También está muerto. Digo apretando mi niño
mas hacía mí. La señora Jhonson suspira. -Si eres
cinsera conmigo quizás pueda ayudarte Cecilia
Williams. Escuchar mi verdadero nombre de su boca
hizo que pierda el color de mi cara y sentiera un leve
mareo. -Por tu reacción asumo que estoy en los
correcto... Pero no me explico como que es que estás
viva y además ¿Con un hijo? La miro sin entender. -No
sé de que habla señora Jhonson. Ella solo me observa
como lo ha hecho desde el principio. -Fui a tú velorio
hace unos meses, se supone que moriste en un terrible
accidente, nadie supo como fue, pero tus padres y
prometido estaban devastado. No puedo creer que
esas personas hayan hecho eso, pero ¿Que se puede
esperar de semejantes monstruo? ¿-Devastados? Ja lo
dudo, mejor dicho felices. Hablo reprimiendo el odio
que siento a esas personas. Sara no se sorprende en
nada de lo que digo y permanace en silencio. -
Presentía que algo ocultaban, por eso la zorra de tu
hermana... -Perdón, la señorita Williams drogó a mi hijo
para acostarse con él, no sé que pretendía. Habla
frunciendo el ceño la señora Johnson. Me sorprendo
de sus palabras y bajo el rostro... De seguro la señora
Johnson piensa que soy igual a mi hermana. -Señora...
Le juro que no sabía nada de esto... De haberlo sabido
yo... -Tranquila Celia, sé que no tuviste nada que ver
todo ocurrió en tu supuesto velorio... Pero cuéntame
¿Que es lo que te ha pasado? En vista de que la señora
Jhonson no quiere saber de mi familia eso me brinda
un poco de alivio y sé que puedo al menos confiar en
élla. Le cuento todo desde el principio, hasta como
llegué aquí. Élla me mira sin expresión y algo de pena.
La miro colocarse de pies y suspira. -Te propongo un
trato Celia, estoy pensando en levantar una nueva
empresa de marketing, pero aún no tengo quién esté al
frente, si tienes la suficiente capacidad para manejar
una empresa y desarrollarla como es debido, serás la
nueva CEO, pero si no es así, solo trabajarás en la
mansión. ¿-De verdad haría eso por mí? Pregunto sin
poder creerlo. -Claro que sí, simpre y cuando no me
traiciones las dos nos beneficiaremos. -Jamás haría
eso. Digo segura. -Eso espero querida. Al salir de la
mansión le conté la buena noticia a Patricia, su esposo
e hijo estuvieron muy felices por mí y decidieron con
ayuda de un amigo abogado sacar mis papeles para
inmediatamente ponerme a estudiar con mi nuevo
nombre Celia Álvarez García, llevaba el apellido de
Patricia y su esposo Marco. ¿- Estás feliz mi pequeño
Angel? Le digo a mi bebe, mientras le doy el pecho.
Puedo notar su sonrisa y eso me hace más feliz. -Tu
mami hará lo imposible para hacerte feliz y vengarme
de aquello que nos hicieron sufrir ¿Estás de acuerdo?
Mi niño solo sonríe con sus hermosos ojos verdes, igual
que el padre, pero no me importa es mi hijo y así lo
amo.
Capitulo: 03
10 años más tarde. CELIA: -Es todo por hoy, señores
nos veremos en el próximo mes. Hablo levantándome
de mi asiento para despedir a todos mis socios. Ellos se
marchan con una sonrisa y yo salgo de la sala de
reunión para ir a mi despacho. Los primeros años
fueron muy duros, pero le puse muchas ganas para
estar donde estoy hoy, todo por mí y por mi pequeño
Angel. ¿-Irás a recoger al pequeño mocoso? Me habla
patricia entrando a mi despacho. -Claro que si, tú
ocúpate de los demás y no te quedes hasta tarde. Digo
levantándome para irme antes de que sea más tarde. -
Claro que sí jefa. Dice sonriendo con el mismo ánimo
de antes. Le doy un abrazo como siempre lo hago y
beso su mejilla. -No se que haría sin tí Patri. Hablo
sonriendo. -Me repites lo mismo cada día. Pequeña
mocosa. -Es que no tengo como agradecerte todo lo
que has hecho por mí. Hago un puchero. -Ya vete, se te
hace tarde. Dice echándome de mi propia oficina y yo
solo sonrío. En todos estos años Patricia y su familia
han sido un gran apoyo para mí y para mi pequeño,
por eso quería darle dinero sin que ellos hicieran nada,
pero se negaron y decidieron trabajar conmigo.
Patricia es mi asistente personal, su esposo mi chofer y
Mark mi vice-presidebte, miré que tenía la suficiente
capacidad para estos negocios y pagué sus estudios. Él
muy idiota se negó claro, pero lo convencí con mi cara
de niña buena. Han pasado muchas cosas en estos
diez años y una de ellas es que Sara me vendió su
empresa porque según ella estaba haciéndose vieja y
ya quería estar tranquila, le entregué unos millones
rendidos que fui pagando a plazo... Pero valió la pena.
Otra de ellas es que ya no soy la misma chiquilla tímida
e inocente de antes, me convertí en una mujer fría,
inteligente, calculadora y sobre todo hermosa, no es
por presumir, pero soy sumamente bella, no es por fea
que tengo miles de pretendientes. Me bajo del auto al
ver todos los niños salir de escuela. -Mami, mami. Grita
mi pequeño al verme. Aun con mis tacones aguja me
bajo un poco para besar su hermosa mejilla, ya está
muy grande mi pequeño bebe. ¿-Como te fue hoy
cariño? Pregunto con una sonrisa. -Me fue excelente,
saqué diez de diez. Dice enseñándome una hoja muy
sonriente. Beso nuevamente su mejilla. -Felicidades mi
príncipe, eres muy inteligente como tu bella mami.
Angel se llena más de orgullo. -Claro que si mami, toda
mi inteligencia lo saqué de tí. Le doy otro abrazo y
entramos al auto. -Buenas tardes, papá Marcos ¿Cómo
está mamá Patricia? Pregunta mi niño. -Están bien
pequeño ¿Cómo te fue en la escuela hoy? Pregunta
Marcos mientras conduce. -Muy bien, saqué diez de
diez. Habla orgulloso. Para celebrar las calificaciones
de Angel lo invité a un helado. -Celia vas a malcriar a
ese pequeño mocoso dándole todos los gustos. Dice
Marcos con una sonrisa. -Claro que no papa Marcos,
mami, no tendrá jamás una queja de mí, soy su más
grande orgullo. Dice con el ego por las nubes... Creo
que sí, lo he malcriado demasiado. Luego de ir por el
helado llegamos a nuestra casa, pero llama mi
atención un lujoso deportivo rojo. -Tio Hugo. Sale mi
hijo del auto para ir a saludarlo. Hugo es hijo de Sara,
el chico que mi hermana casi viola y tiene una
hermana llamada Anni, una chica muy amable y
simpática. Salgo del auto y despido a Marco para que
se vaya a casa. -Hugo ¿Qué raro tú aquí? Tenías
mucho que no venías Digo abriendo el portón de mi
casa con la contraseña. ¿-Qué? ¿Ahora no puedo
visitarte? Dice con una sonrisa coqueta. -Nunca dije
eso. Hablo entrando a mi hogar, dulce hogar. -Digamos
que no me rechazaste de la mejor manera... Eres muy
cruel Celia. -Si vas a hablar de lo mismo... -No, no, solo
quería saber como estabas. Dice siguiéndome junto a
Angel. -Estoy bien, gracias por preocuparte. Hablo
quitandome el blezer que tenía y quedando solo en
blusa de tirantes. -Angel ¿Sabes qué hacer verdad? -
Claro que sí mami, ya bajo y tío Hugo no molestes
mucho a mi mami, es mía solamente. Dice para
retirarse, pero no sin antes darle una mirada de
advertencia a Hugo. -Ese pequeño terremoto como
que sabe demasiado. Dice Hugo sonriendo. -Es mi hijo,
obvio que debe de saber mucho. Hablo mientras le
hago seña a la cocinera para que sirva la comida. ¿-
Vas a comer? Le pregunto. Él asiente y no despega la
mirada de mí. ¿-Qué? ¿Tengo algo en la cara? Digo
alzando las cejas. -No, no es eso... Eres hermosa Celia.
Habla casi susurrando. -Lo sé, pero gracias. Sonrío -Ya
veo a quién sacó el ego tu hijo. Sonrío -De su mami
claro. Hablo orgullosa. - Celia... ¿De verdad no te gusto
ni un poquito? Dice mirándome con intensidad. -Hugo,
ya tuvimos esta conversación, no hagas esto más
difícil, además hay muchas chicas que morirían por tí.
Es la verdad, Hugo es un joven muy guapo, de ojos
grises, cabello rubio, cuerpo bien trabajado, alto... Todo
lo que una chica busca en estos tiempos, pero yo más
bien lo veo como un hermano. El iba a continuar
hablando, pero Angel llega para salvar el momento. ¿-
Hugo te molestó mamí? Me pregunta sentándose a mi
lado. Yo solo sonrío y niego. ¿- Pero, por quién me
tomas pequeño terremoto? D ice Hugo haciéndose el
ofendido. -Tío Hugo sé que estás enamorado de mami
y un hombre enamorado molesta mucho. Habla Angel
mirando mal a Hugo. -Angel, esa no son maneras de
hablar. Lo reprendo. -Lo siento mami, pero yo te
protegeré de todo hombre. Habla haciendo un puchero
hermoso y no me resisto. -Oh, mi niño es tan lindo. digo
tomando su sus cachetes para halarselo. -No hagas
eso ma, no soy un niño. dice con las mejillas roja. -Para
mí siempre serás un niño, mi niño hermoso. Digo
sonriendo. Después de la comida Angel se fue hacer
sus tareas y yo me quedé hablando con Hugo. -
Escuché de mi madre que pronto irás a tú cuidad natal
¿Estarás bién? pregunta Hugo preocupado. -Claro que
sí, no soy aquella niña débil que ellos creyeron destruir.
Digo tomando una copa de vino. - Pero aun así, si
necesitas ayuda... sabes que cuantas conmigo. -Lo
tomaré en cuenta, no te preocupes. ¿- Como no
preocuparme si vas a ir a la boca del lobo? ¿Y si te
hacen daño otra vez? -No lo harán, los destruiré a
todos. digo dejando mi copa de vino junto a una
sonrisa malévolo.
Capitulo:04
CELIA: Los días iban pasando y estaba preparando
todo para volver a mi cuidad natal, en una semana
eran las vacaciones de Angel y voy aprovechar ese
tiempo. -Celia, tú mansión está lista está justo en el
centro de la cuidad como pediste. Habla Patricia
sentándose en un mueble de mi oficina. - Perfecto
¿Sobre el personal? Pregunto sin levantar la mirada de
los papeles. -Está todo listo, nada de que preocuparse.
-Bién, necesito algo muy importante Patricia y es que
programes una reunión con Máximo Cooper, para
cuando esté allá. ¿- Que? ¿Con esa bestia? ¿Para que
quieres reunirte con él Celia? Dice Patricia preocupada
y curiosa. -Tengo un importante trato que ofrecerle que
nos beneficiaría a ambos. Digo levantando la mirada.
Patricia me mira con sospecha. -No será para lo que
estoy pensando... ¿Piensas pedirle que te ayude a
detruir la empresa de Victor? Asiento volviendo a los
papeles. -Pero... Bueno tu sabes lo que haces... Solo
cuídate ¿Si? Le sonrío con ternura. -Deja de
preocuparte, estaré bién patri. Ella solo suspira y se
retira. Suspiro y miro hacía el ventanal, pronto llegará
la hora donde me suplicaran piedad. (...) El día de partir
llegó y estaba despidiendo a todos mis seres queridos.
-Toma mucha agua y trata de dormir bién, si algo va
mal vienes aquí de inmediato ¿Entendiste?. Habla
Patricia preocupada. -Síi lo has repetido muchas veces,
ya verás no pasará nada. Digo consolándola. - De
acuerdo ¿Segura que estarás bién solo con la ama de
llaves? - Estoy segura, deja de preocuparte y solo dí
que me amas. Hablo mostrando una brillante sonrisa.
Élla me da un leve golpe en la cabeza y luego me
abraza. -Sabes que te amo pequeña tonta, aunque no
soy de demostrar afecto. -Eso lo sé, te quiero mucho
Patri. Ella no dice nada y se separa de mí para
despedirse de Angel con los ojos aguados. Me despido
de Marcos y Mark, que al igual que Patricia me piden
que vuelva si algo sale mal. Al acercarme a Hugo este
solo me abraza. -Mis padres no pudieron venir por que
se les presentó un inconveniente, pero irán a visitarte
pronto. Dice un poco triste. Asiento y me separo de él. -
Nos vemos en unos meses Hugo, cuídate. Digo
brindandole una sonrisa -Esta bién, estaré
esperándote... Aunque mejor iré a visitarte así que
cuídate. Asiento sin darle mucha importancia y tomo la
mano de Angel para partir. Horas mas tarde estamos
entrando en una lujosa mansión. -Estaremos aquí por
unos meses Angel ¿Te gusta? Digo mirándolo -Es muy
hermosa mami, una belleza igual a tí. Sonrío por su
piropo, mi hijo será un rompe corazones adulador.
Después de instalarnos tomamos un descanso antes
de iniciar todo. Al día siguiente me coloco un vestido
elegante de color rojo, junto a unos tacones aguja
n***o, un bolso n***o, mi negra cabellara suelta, mis
labios de rojo de carmin y listo, debo de impresionar si
quiero conseguir que Máximo Cooper sea mi aliado. Me
miro al espejo y estoy hermosa como siempre, asi que
bajo para desayunar. Al llegar Angel estaba ahí
sentado junto a su desayuno. -Estás muy hermosa ma,
estoy seguro que todos los hombres voltearan a
mirarte. Dice orgulloso de la belleza de su madre. ¿-Eso
crees? -Por supuesto, eres la mas hermosa. Solo sonrío
y tomo mi desayuno. -Ma, estuve imvestigando a mi
padre y me enteré que tiene un romance con Mirian
Williams tu hermana. Me quedo algo sorprendida, pero
me recompuse. -Angel te he dicho que no imvestigues
la vida de ese hombre, no quiero arruinar tu infancia,
solo te dije que él era tu padre para no mentirte pero...
-Ma lo sé, pero ya soy un hombre, así que te protegeré
de todos los malos y eso incluye a mi padre, por eso
debo de mantenerlo vigilado y saber lo que hace.
Suspiro, nunca debí de heberle contado quién era su
padre, ahora sigue los pasos de ese hombre diciendo
que me ayudara con mi venganza. -Angel cariño, sé
que escuchaste cuando Patri y yo hablábamos, por eso
te enteraste que me vengaría de él... Aún así no quiero
que crezca odiando a tú padre, mami se sentiría muy
triste por eso. Angel me mira. -No lo odiaré, pero
tampoco lo voy a querer como un padre, tu eres mi
papá y mamá. Dice abrazandome y dejando un dulce
beso en mi mejilla. -De acuerdo, eso está mejor digo
con una sonrisa. (...) Entro a la gran empresa de
Máximo Cooper apodado la bestia de los negocios y
me acerco a la recepcionista. -Tengo una reunión con
él señor Cooper, soy Celia Álvarez. Ella solo me mira de
arriba abajo y me indica por donde debo ir. Camino a
paso seguro y muy sensual por la hermosa empresa
llamando la atención de todos. Al llegar al último piso
un secretario me recibe. ¿- Es usted la señorita Álvarez?
Me habla muy amable el joven. -Asi es. -Pase, el señor
Cooper la espera. Asiento y toco la puerta. Escucho
una sensual y ronca voz decir pase. Entro a la elegange
oficina y miro un corpulento hombre con un cobre
boca que solo deja ver sus hermosos ojos grises y su
largo cabello que cubre toda su frente. -Buenos días
señor cooper. digo entrando elegantemente como si
fuera la reina del mundo y su oficina me perteneciera. -
Señorita Álvarez, es un gusto conocer a la mujer de la
que todos hablan... Tome asiento por favor. -Me halaga
señor Cooper. Digo sentándome de forma elegante y
cruzando las piernas. El solo me oberva sin decir nada.
-Digame señorita Álvarez ¿Que trato tiene para
ofrecerme? -Directo como me gusta señor Cooper, asi
que también seré clara y directa... Quiero destruir la
empresa de Victor Cortés y necesito de su ayuda para
hacerlo. Todo lo digo sin dejar de sonreír.
Capitulo:06
Máximo Cooper: ¿-No hay más información de élla? Le
pregunto a mí hombre de confianza y mejor amigo. -
No Máximo, solo hay registro de élla de hace diez años
en adelante. Frunzo el ceño encontrándome eso muy
extraño, todo en élla es extraño es como si empezara
a existir desde hace diez años. No hay fotos ni de su
niñez nada, solo aparece que tiene un hijo que tuvo a
los dieciocho años... El padre del niño es desconocido, y
es tan cuidadosa que tampoco aparece foto de su
hijo... Y lo mas extraño de todo ¿Por que Sara Jhonson
invirtió en una desconocida? ¿Será su hija?... Eso lo
dudo. Pienso poniendo mi cerebro a trabajar. ¿-Que vas
hacer Máximo? Pregunta mi buen amigo Jeremi, mi
único amigo. -Creo que aceptaré el trato... Hablo
dudoso. ¿-Y si es una trampa? ¿y si Victor la envió para
que te engañara? Habla Jeremi preocupado. -Es una
posibilidad... Pero pienso correr el riesgo, esta es la
oportunidad que he esperado por años y no pienso
desaprovecharla... En caso de que sea una trampa de
élla y Victor... Lo destruiré a ambos. Digo haciéndo mis
manos puños. Jeremi solo me observa y suspira. -
Debes de recordar que Celia Álvarez es una fiera
cuando se trata de negocios, debe de tener mucho
cuidado con élla. Habla Jeremi colocandose de pies. -Si
eso lo sé... Aunque quiero que hagas una última cosa
por mi hoy. Digo sin despegar la vista de él, que estaba
por casi retirarse de mi oficina. -Te escucho. -Investiga
donde se está quedando Celia y mándame la
ubicación. - Esta bién, pero sé cauteloso. Asiento y el se
retira. Al dia siguiente me encuentro frente a una gran
mansión que se encuentra justo en el centro de la
cuidad. -Si que Celia sabe como aprovechar el dinero.
Susurro aún dentro de mi auto mirando atreves del
cristal. Me bajo del auto con mi traje a la medida, mi
cubre bocas cubriendo la mitad de mi cara y mi
cabello haciendo la otra parte, solo dejando a la vista
mis ojos. No miro ningún guardia, así que toco el
timbre. Segundos mas tarde una de mujer habla. ¿-
Quién es y que desea? Miro por la pequeña cámara y
me acerco al micrófono. -Soy Máximo Cooper, vengo a
hablar con la señorita Celia Álvarez. -La señora de está
casa no se encuentra, vuelva otro momento. Frunzo el
ceño. ¿- Quién es nana? Escucho la voz de un niño. -
Está buscando a la señora dice que se llama Máximo
Cooper. - déjalo pasar. Escucho otra vez la voz del niño.
-Pero... Dejo de escuchar y segundo más tarde escucho
el clic de la puerta abierta. Entro y quedo maravillado
con lo hermoso que se mira el exterior de la mansión.
Tiene un hermoso patio muy grande con unos bellos
jardines que debo de felicitar al que lo cuida. A lo lejos
miro una gran piscina... Pero no vine a admirar, asi que
me dedico a entrar en la mansión. Al llegar a la puerta
un niño de unos díez años está de pies observándome
con los brazos cruzados. -Maximo Cooper, al parecer le
gusta la mansión ¿Verdad que es hermosa? Miro al
niño de arriba abajo. -Así es, la señora de esta casa
tiene excelente gustos. -Lo sé, todo lo que hace mi
mami es perfecto igual que élla. Habla el niño muy
orgulloso. alzó las cejas aunque de seguro él no lo
nota. ¿-Eres hijo de Celia Álvarez? El niño me observa y
muerde sus labios. -Oh, perdón por no presentarme
señor Cooper, soy Angel Álvarez hijo de Celia Álvarez,
pase a mí humilde mansión. Sonrío al ver que esta
mansión no tiene nada de humilde, es todo lujo. El
niño... Bueno Angel me imvita a sentarme en unos de
los costosos muebles y se sienta frenta a mí. ¿- Dónde
está tu madre? Pregunto sin rodeos. -Está haciendo
cosas de mujeres. Dice como sin nada. ¿-Cosas de
mujeres? Pregunto sin entender. -Si, arreglandose las
uñas... Cabello, ya sabes. Dice restandole importancia.
Observo al niño y se parece mucho a una persona que
conozco. - Dime pequeño ¿Quién es tu padre? Le
pregunto haciéndolo sonar como una pregunta casual,
al menos si su madre no me dice nada, sacaré
información a este tonto niño. El pequeño mocoso me
observa muy relajado. -Señor Cooper, si mi madre no
le ha dicho nada yo no tengo por que abrir la boca
¿Acaso quieres sacar información a través de mí?
Retiro lo dicho de tonto no tiene nada. -Para nada, solo
tenía curiosidad. Digo muy tranquilo. ¿-Sabía usted que
la curiosidad mató al ratón? Dice clavando sus ojos
verdes en mí, así como lo hiso su madre ayer, la única
diferencia es que los ojos de Celia son negros como la
noche. -Al menos murió sabiendo. Digo con una sonrisa
al saber que no va a encontrar que contestarme. -Si
pero no sabes si valió la pena por lo que murió ¿y si
por lo que murió era insignificante? ¿Se imagina que se
arrepintió segundo antes de morir? Retiro lo dicho este
que está frente a mí no es un niño normal. El pequeño
mocoso solo se ríe burlándose de mí. -Señor Cooper
¿Le gustaría jugar PlayStation? Frunzo el ceño y niego.
-Por favor, me voy a aburrir de verle la cara a usted,
solo será hasta que mi madre regrese ¿ Acaso tienes
miedo de jugar conmigo? Sé que está usando esa
táctica para que juegue con él, es un mocoso muy
inteligente. -De acuerdo, pero por perder cada partida
hay que poner cien dolores. Observo como le brillan los
ojos. -Trato hecho... NANA PREPARA BOCADILLOS, EL
SEÑOR COOPER Y YO ESTAREMOS EN LA SALA DE
JUEGOS. Le grita mientras me arrastra con él. Horas
después, Angel me ha ganado mas de cinco partida y
apenas llevo una sola ganada. -Siii. Grita al ganarme
otra. -Eres muy bueno lo admito. Le digo mientras lo
observo devorar sus bocadillos. -Lo sé, soy bueno en
todo lo que hago, pero... ¿No piensas comer bocadillos?
Niego. ¿-Es por el cubre bocas? Anda quitárselo, me
gustaría ver su rostro. Dice emocionado -No creo que
te gustaría, es horrible. Hablo mirándo hacía otro lado.
-Vamos por favor, somos amigos ¿No? Suspiro al ver
que no se dará por vencido y retiro el cubre bocas
cerrando los ojos, de seguro saldrá corriendo y no va a
querer volver a verme. Segundos después siento una
pequeña mano trazando la marcas de mis cicatrices. -
Soy hombre, pero debo de reconocer que eres... Mmm,
se siente raro decirte que eres lindo... Pero sí lo eres, no
entiendo por que cubres tu rostro... La verdad no
entiendo a los adultos. Angel se sienta frente a mí
suspirando y me obliga a comer los bocadillos. El
pequeño empieza hacer chistes malos para aligerar el
ambiente y entre risas casi acabamos todo... Pero una
voz nos interrumpe. -Veo que se divierten... Señor
Cooper no esperaba su visita.
Capitulo:07
CELIA: Al llegar a la mansión y encontrar a mí hijo y
Máximo Cooper conversando de lo mas normal me
sorprendió bastante, así como la bruja que soy decido
interrumpir su bello momento. -Veo que se divierten...
Señor Cooper no esperaba su visita. Interrumpo
entrando a la sala de juegos. Miro como se tensa el
cuerpo de Máximo y me sorprendo bastante al no ver
nada cubriendo su rostro... Es muy hermoso, esa
cicatriz lo hace ver como un hombre rudo y caliente...
No se que rayos pienso. -Mami al fin llegaste, Máximo
tiene mucho rato esperándote. Dice mi niño para luego
darme un dulce beso en la mejilla. ¿-Máximo? ¿Desde
cuando son tan cercanos? Alzo las cejas mirándolos a
los dos. -Mmm mamita, tú y él tienen mucho de que
hablar así que me iré para no interrumpirlos. Habla
alejandose a toda velocidad. No digo nada y paso a
sentarme en uno de los muebles. ¿-No pasa nada si
hablamos aquí? Es que estoy algo cansada. Hablo con
una sonrisa, sin dejar de mirar ese rostro tan perfecto y
varonil. Tiene unas cejas hermosas, su nariz es
respingada y ni hablar de sus labios... Son rosados y
carnosos... ¿Cómo se sentiría besarlos? ¿-Me estás
escuchando Álvarez? Me regresa a tierra su sexi y
varonil voz. -Mmm ¿Perdón? La verdad no sé por que
sentía que mi voz se volvía mas sensul y ronca. -Le
decía que no hay problema que hablemos aquí. Dice
sin despegar esos ojos grises de mí. Veo el intento de
cubrirse su hermoso rostro. -No hace falta que se
cubra el rostro señor Cooper, me gusta ver las
expresiones de las personas cuando hablan. La verdad
es que me gusta ver la expresión del rostro del
protagonista de 365 DNI, cuando están... ya saben... Eso
me vuelve loca y ahora me pregunto... ¿-No le molesta
ver mi rostro? Me pregunta sin expresión alguna. Sueno
mi garganta -Por supuesto que no, tiene un rostro muy
calie.. Apuesto. Me corrijo de inmediato. Creo que ver
muchas películas con demasiado contenido adulto está
afectando mi cerebro. Veo perfectamente como alza
las cejas. -De acuerdo, depositaré mi confianza en
usted Álvares... -No estamos en la oficina... Puede
llamarme Celia, además pronto seremos socios.
Observo su perfecta sonrisa. -Está muy segura de que
seremos socios. Dice mirándome con una bella sonrisa
¿Está coqueteando conmigo? -Claro que sí ¿O por qué
vendría a mí casa? Hablo devolviendo la sonrisa. -Tiene
un punto... Celia, pero me gustaría que fueras sincera
conmigo... No quiero trampas ni nada oculto entre
nosotros, si vamos a ser socios para destruir a Cortes
tenemos que trabajar unidos. Cruzo las piernas y me
centro en lo que de verdad quiero, desde el maldito de
cortes nunca he estado con un hombre no sé por qué
me siento de esa manera con Máximo ¿Será la
abstinencia? -Bién Máximo, estoy de acuerdo contigo
¿Que es lo que quieres saber? Pregunto sin despegar la
mirada de él, es un abito que tengo para intimidar a las
personas, pero eso no funciona con Máximo. ¿-Quién
es el padre de Angel? Y no me vengas que es algo
personal. Dice Máximo tomándo uno de los bocadillos
que habían. Esa pregunta me la esperaba. Mi ceño se
frunce automaticamente y mi mirada se vuelve mas
fría. -Bién, es Victor Cortés. Digo seria sin expresión
alguna. Puedo ver como su mirada se llena de odio. -
Lo sabía ¿Por que quieres vengarte del padre de tu
hijo? Dice frunciendo el ceño. Me coloco de pies, estar
sentada hablando de este tema me enferma. ¿-
Recuerdas a Cecilia Williams? Pregunto mientras abro
la cortina para mirar por el ventanal. ¿-La pobre chica
que murió en un accidente? ¿Que tiene élla que ver con
lo que estamos hablando? Pregunta confundido. Alzo
las cejas. -Te creí mas inteligente Máximo... Pero veo
que no. Digo expresando falsa tristeza. Observo
claramente como su ceño se frunce... Claro pues le dije
bruto. -Celia no soy un adivi... Se queda a mitad de
frase y abre grandemente esos hermosos ojos grises. -
No puedo creerlo... ¿Acaso eres... Cecilia Williams? -
Cecilia Williams murió... Ahora soy Celia Álvares. El solo
asiente sin dejar de observarme fijamente. -Ahora todo
tiene sentido... Celia Álvares acepto su trato de ser su
socio y prometido. Sonrío pero luego quedo
desconcertada ¿Prometido? -Nunca hablé de ser su
prometida, Máximo Cooper. Digo tomándo asiento. -Lo
sé, pero sea un poco mas inteligente Celia... Su ex
prometido hará una enorme fiesta de compromiso con
su hermana ¿No sería el mejor momento para dar la
cara en brazo de su mayor enemigo? ¿Acaso me dijo
bruta? -Tiene un buen punto, pero ¿Que dirá su familia
de tener una prometida que nunca has presentado?
Será un gran escándalo. Digo buscando excusa. -Mi
familia estará encantada, pero sí eso le preocupa hay
bastante tiempo para presentarla formarmente... Y
sobre el escandalo... Ese será el menor de mis
problemas. Me sonríe con altanería. Ruedo los ojos. -
Primero tengo que hablar con Ángel, nunca me ha visto
con un hombre, es muy celoso. Sonrío creyendo
haberle ganado. -No te preocupes, yo hablaré con él,
es un niño muy inteligente estoy seguro de que
entenderá. Habla sonriendome y mirándome con burla.
Hago un puchero. -Esta bién, haré lo que tú digas.
Hablo dándome por vencida, por una batalla que gane
no es nada. -Perfecto, mañana pasa por mi empresa
para firmar el contrato, tenemos que empezar pronto
con nuestras citas románticas... Todo tiene que ser
perfectamente planificado. Dice sonriendo de manera
siniestra. -Si lo que digas... Sólo habla con Angel antes
de irte. El asiente y me observa mientras entrecierra los
ojos. ¿-Que? Pregunto. ¿-De verdad no te da asco ver
mi horrible rostro? Se sincera Celia. Dice sin despegar
esa intensa mirada gris de mí. ¿Asco? Si tan solo se
imaginara... Sueno mi garganta para que mi voz no se
escuche rara. -Tu rostro no es horrible, sólo tienes una
cicatriz que le podría pasar a cualquiera y sobre sentir
¿Asco? No sé por que sentiría eso si eres muy guapo.
Todo lo digo mirándolo a los ojos para que vea que no
miento. ¿-De verdad crees que soy guapo? Me
pregunta inseguro. Observo sus largas pestañas, sus
gruesas cejas, sus carnoso labios rosados... Y por
último la horrible cicatriz que adorna un lado de su
mejilla completa, pero ésta no hace que pierda el
atractivo, si no le da ese aire de hombre dominante y
peligroso... Justo como me gustan. ¿-Quieres que sea
cinsera contigo? Le pregunto. -Si. Me responde con
duda. -Eres el tipo de hombre que me gustaría llevar a
la cama.
Cap:08
Cap:08 CELIA: Observo como inmediatamente se
coloca el cubre bocas para que no vea el rubor subir
por su mejilla... Demasiado tarde, ya ví lo tímido que
eres ja ja. -Iré a hablar con Angel. Dice alejandose de
mí. Si tan solo supiera que nada más soy puro bla, bla,
bla... Nunca he estado con un hombre por voluntad
propia, creo que pasaría vergüenza si algún día llego a
acostarme con un hombre. Mi pequeño Angel
interrumpe mis pensamientos. -Mamita, Máximo habló
conmigo y me contó que serías su prometida hasta
completar la venganza... ¿Te sientes feliz con eso? Me
pregunta preocupado. Sonrío al ver a mi pequeño
hombre preocupado, daría la vida por él, es mi mas
grande amor, creo que las que son madres entienden
este sentimiento. -No te preocupes, tu mamita se siente
feliz con eso. Digo besando su mejilla y revolviendo su
hermoso cabello, mi hijo es hermoso por donde quiera
que lo mire. -Si te sientes feliz entonces yo también lo
soy... ¿Entonces Máximo será como mi padrastro
temporal? Me pregunta con su mirada inocente. Me
siento mal por esto, ¿Que estoy haciendo? Mi niño solo
tiene que ser feliz sin darle mente a nada de lo que
está pasando. Suspiro ¿-Te gusta la idea de que
Máximo sea tu padrastro? Le pregunto sin dejar de
mirarlo. El asiente emocionado -Maximo es buena
persona, además le gusta jugar conmigo, no como
Hugo que se la pasaba molestandote sin descanso.
Habla frunciendo el ceño. Sonrío y lo abrazo. ¿-Sabes
que te amo? Le pregunto -Lo sé mami, yo también te
amo mucho. Besa mi mejilla. Se separa
inmediatamente de mí. -Mami, ya que Máximo es tú
prometido lo he invitado a cenar para que se vayan
acostumbrando y no parezcan extraños cuando estén
delante de las personas, tienen que hacer todo bien si
quieren tener éxito. Lo miro con los ojos abiertos. ¿-
Máximo va a cenar con nosotros? Pregunto como
estúpida. Mi niño me mira con una sonrisa. -Claro que
sí, vamos él nos está esperando en la sala. Habla
halandome tras él. Entonces me doy cuenta de algo,
aunque traté de dar todo de mí, a mí hijo siempre le
hizo falta la figura paternal... No quiero que se encariñe
demasiado con Máximo y luego acabe sufriendo. Llego
a la sala arrastrada por Angel y observo a Máximo
sentado en el sofá muy relajado con el cubre bocas
puesto. -Angel me invitó a cenar, espero que eso no te
moleste. Dice sin apartar los ojos de mí. -Por supuesto
que no, debemos acostumbrarnos más para que sea
creíble toda esta farsa... Por ahora iré a tomar una
ducha, bajo en unos momentos. Digo para subir la
escalera e ir a mí habitación. Allí hago todas mis
necesidades y me tomo un largo y refrescante baño.
Entro a mí enorme closet y me coloco un vestido
casual de rosas, junto a unas sandalias muy cómodas.
Dejo mi hermosa cabellera negra suelta, me echo un
poco de perfume y listo. Me miro nuevamente al espejo
luciendo muy natural y bella como siempre. Escucho
unos toques en mi puerta. ¿-Si?. -Señora, la cena está
lista. Escucho la voz de unas de mis trabajadoras. -De
acuerdo ya bajo. Digo para darme una última mirada
en el espejo. Al bajar observo como Máximo y Angel
platican como dos adultos y sonríen en complicidad.
Cuando llego frente a ellos hacen silencio. ¿-Que?
¿Acaso hablaban de mí? Digo alzando las cejas. -Claro
que no mamí, solo le contaba a Máximo algunas
anécdotas de mi pasado. Dice desviando la mirada.
Miro a Máximo al darme cuenta que Angel no me dice
la verdad y él solo se encoge de hombros. -Cosas de
hombres. Dice restándole importancia. Los miro
desconfiada pero no agrego nada y nos dirigimos al
comedor para cenar. Mientras cenábamos me sentía
recluída, Máximo y Angel hablaban como dos adultos
que se conocían de hace años, mientras yo los
observaba sintiendo grandes celos de como Máximo
me quitó la atención de mi pequeño... Si soy una madre
muy celosa. -Cuándo entre nuevo a la escuela todas
las chicas daban la vida por mí, soy el mas hermoso de
la escuela entera. Dice con su aire de arrogancia Angel.
-Me pasó lo mismo, incluso tenía que esconderme de
esas chicas acosadoras que eran muy molestas, no las
soportaba. Dice Máximo mientras termina la cena.
(Claro sin el cubre bocas) -Si, lo que tenemos que
pasar por ser guapos. Dice mi hijo y los dos suspiran
como si eso fuera una carga... Esto es el colmo. ¿-Que
me dices de tí Celia? ¿Tuviste muchos admiradores?
Pregunta Máximo acordandose de mi existencia. Iba a
responder encogiéndome de hombros, pero Angel se
adelanta. -Ni te imaginas, mi madre podría poner una
floristería si se lo proponía, a diario llegaban muchas
rosas de sus admiradores. Dice mi pequeño con una
sonrisa traviesa... ¿Que está pasando aquí? ¿-Es así?
Me mira alzando las cejas Máximo. Finjo no darle
mucha importancia. -Aparte de ser hermosa... Fui la
más inteligente de mi clase, destacaba en todo. Digo
con humildad fingida, terminando mi vaso de mi jugo.
¿-Fuiste la mas inteligente? Me pregunta sin despegar
la mirada de mí. -Así es, me gradúe con honores. Digo
orgullosa de mi gran esfuerzo y horas incontables sin
dormir. Máximo solo sonríe y puede ver de donde Angel
sacó ese ego tan grande, su madre es una mujer bella
y segura de si misma. -No lo dudo, lo has demostrado
en tu empresa que cada día crece mas, estoy seguro
que muy pronto serás conocida en el mundo entero.
Sonrío. -Esa es la meta, pero antes de eso tengo que
limpiar el camino por ciertas alimañas. Digo apretando
los puños. Luego de platicar un poco más, Máximo se
retira, prometiendole a mí hijo volver pronto para echar
otra partida. Cuándo estamos Angel y yo solos. -Mami
iré a descansar, que tengas buenas noches. Dice
abrazandome y besando mi mejilla. -Gracias tu igual
que tengas buenas noches. Hablo devolviendo el
abrazo y el beso. Mi niño se retira y yo me quedo sola
en el gran sofá. -Señora, Patricia llamó hace unas
horas, dijo que cuándo no estes ocupada que la
llamaras. Me habla la nana de Angel. Asiento
agradeciendole. Tomo mi celular y llamo a Patricia. -
Pensé que ya no llamarías. Dice la mujer que es como
mi madre detrás de la línea. -No digas eso Patricia,
estaba algo ocupada. Digo estirando mi cuerpo. -Si lo
sé, estabas con el gran Máximo Cooper... Y dime ¿En
verdad es una bestia? Me pregunta con curiosidad.
Sonrío -Mas bien un cordero, no es nada como los
medios informan, aunque claro se mira muy frío e
imponente detrás de ese cubre bocas. -No lo puedo
creer... ¿Ya viste su rostro? -Asi es. Digo dejando
escapar una risita. ¿-Es guapo? Pregunta. -Como no
tienes idea... Aunque me imagino que no es para esto
que quieres hablar conmigo Patri ¿No es así? -Siempre
directa Celia... Victor Cortes se ha comunicado conmigo
esta tarde. Un silencio de unos segundos se formó tras
la línea. ¿-Te ha dicho que quiere? Pregunto frunciendo
el ceño. -No exactamente, pero al parecer su empresa
ha tenido una recaída y quiere que inviertas. Levanto
las cejas con una sonrisa escalofriante. -Entonces al
parecer nos veremos antes de lo esperado.
Capitulo:09
CELIA: Abro los ojos desde que amanece y me levanto
para hacer mi rutina de ejercicios. Una hora después
me estoy cambiando, me coloco un hermoso vestido
n***o mas arriba de las rodillas con las mangas largas
pegado a mi cuerpo, así resaltando mi hermosa figura.
Me hago una coleta alta para resaltar mis finos rasgos,
uso un poco de delineador, rimel y mi pintalabios
favorito, rojo carmín. por último me coloco mis tacones
aguja rojo, junto a mi bolso del mismo color que mis
tacones, un poco de perfume y listo. Bajo las escaleras
para buscar a Angel y despedirme, pero me sorprendo
al verlo cambiado con esmoquin n***o y camisa azul. Lo
miro confundida. ¿-Para dónde vas? Pregunto mirándo
lo hermoso que está mi hombre, si no fuera por mis
tacones estuviera casi de mi tamaño. -Iré contigo
mamí, no voy a dejarte sola tengo que protegerte.
Habla para acercarse a mí y besar mis manos. -Estas
hermosa, estoy orgulloso de tener una madre tan
bonita y elegante. Habla como todo un caballero
tratando de convencerme. Alzo las cejas. ¿-Tratas de
convencerme? Digo tratando de ocultar mi sonrisa. -
Claro que no mamí, tu belleza es única eso te lo puedo
asegurar. Dice con una sonrisa haciendo un hermoso
puchero. Suspiro. -Bién vendrás conmigo, pero
permanecerás callado y prométeme que no te meterás
en problemas o te castigaré. Digo hablando de manera
dura. -De acuerdo ma, prometo portarme bién y
hacerte sentir orgullosa de tenerme. Sus palabras me
derriten y le doy un abrazo. -Oh, ven aquí mi pequeño
mocoso, mami siempre estará orgulloso de tí. Hablo
sonriendo con dulzura. (...) Media hora más tarde
estamos frente a la empresa de Máximo Cooper. ¿-
Estás listo? Le pregunto a Angel. -Siempre estoy listo.
Habla colocandose unas gafas oscuras y saliendo del
auto. Mi hermoso y caballero hijo me abre la puerta del
auto. -Gracias eres todo un caballero. Hablo con una
sonrisa mirando alrededor que muchas personas
miran. Mi niño sonríe y empezamos a caminar juntos
con elegancia como si el mundo nos perteneciera. Las
personas de la empresa nos miran y susurran cosa que
en realidad no me importa asi que mi hijo y yo
caminamos como si no existieran... Odio los chimosos.
Nos informan que Máximo nos espera y al llegar frente
a su puerta toco. -Pase. Escucho su gruesa y sensual
voz. Angel y yo entramos, pero Máximo no está sólo,
con el está Jeremi white su mejor amigo el que
siempre estuvo en los momentos más difíciles de
Máximo... Claro aparte de su familia... Si investigué todo
de él, soy muy precavida. -Buenos días. Decimos mi
hijo y yo al unísono. Los dos hombres responden el
saludo con cortesía. Miro como Jeremi me mira con
desconfianza y alzo las cejas. -Pueden tomar asiento
Celia y Angel. Habla Máximo con el cubre bocas y su
cabello largo tapando su frente completa. Angel y yo
tomamos asiento de forma elegante en unos de los
muebles y cruzamos las piernas. -Celia, te presento a
Jeremi white, mi socio y mejor amigo, Jeremi élla es
Celia Álvares mi prometida por situaciones que
conoces y su hijo Angel Álvares. Los dos asentimos
mirándonos, en cambio Angel ni le presta atención por
estar mirando una pequeña rubia de unos nueve años
que sale de una puerta que supongo es el baño. -Papi
ya terminé ¿puedo ir a jugar? Dice sin darse cuenta de
nuestra presencia. -Rassanna, ya te dije que no me
gusta que andes sola por la empresa. Dice Jeremi,
dirigiéndose a élla. La pequeña hace un lindo puchero.
-Por favor di que sí papito. Dice tratando de
convencerlo. -Rassanna ya ta dije... - Que Angel la
acompañe, yo tampoco estoy de acuerdo que vagues
sola por la empresa. Habla Máximo dirigiéndose a
Angel. La pequeña al fin se da cuenta de nuestras
presencias y su carita se vuelve muy roja. Jeremi mira
a Angel y duda un poco. -Angel es un buen niño, no
habrá problema si juegan un rato en la sala de
descanso. Dice Máximo mirando la duda de su amigo. -
Esta bién ¿Que opinas Rossanna? ¿Quieres ir a jugar
con él? Es un amigo de tu tío Máximo. La pequeña mira
al guapo Angel y su cara se vuelve mas roja y asiente
de forma tímida. -Bién Angel, Rossanna te mostrará la
sala de descanso, hay mucho juego diviertanse. Dice
Máximo guiñandole un ojo a Angel sin que los demás
se den cuenta. Angel mira a su madre y esta asiente.
Los dos se retiran y Máximo no quita la mirada de las
hermosas piernas de Celia. Su amigo le da con el pie
para que este disimule. - Bién Celia estos son los
ducumentos que debes de firmar para ser legalmente
socia de la empresa Corporation Cooper, si tienes
alguna duda aquí estoy para aclarar cualquier cosa.
Asiento y Jeremi me da los ducumentos. Luego de leer
todo por un largo rato los firmo y Máximo hace lo
mismo. -Desde hoy somos oficialmente prometidos y
socios... ¿ Cuál es el plan para empezar a destruir a
Victor, Celia? Pregunta Máximo. Sonrío con malicia... He
estado esperando este momento por años. -En este
momento tenemos una gran ventaja y es que la
empresa de Victor Cortes tiene un gran fiasco, están
buscando inversionista... ¿Y quién mejor que yo para
imvertir en esta? Jeremi frunce el ceño. ¿- Como sabes
esa información? Dice analizandome. Sonrío. -Tengo
mis métodos White, ¿Algún problema con eso? Digo
levantando las cejas. El no dice nada y niega. - Bién, en
una semana me reuniré con Cortes, me imagino le
dará el infarto de su vida... Mientras ustedes
encárguense de que ningúna otra empresa quiera
asociarse con él. Hablo determinada y segura. Los dos
hombres asienten y yo sonrío feliz. -Si eso es todo voy
retirarme, tengo algunas reuniones que atender. Dice
Jeremi. Máximo asiente y el se retira Observo a
Máximo ¿- No es incómodo usar eso el dia completo?
Le señalo su cubre bocas. -Aveces, pero estoy
acostumbrado. Dice encogiendose de hombros.
Asiento -Te lo puedes quitar ya he visto tu rostro, no es
necesario que lo uses frente a mí. Digo ansiosa por ver
su hermoso rostro. El asiente y se lo quita. Yo sonrío de
felicidad. ¿-No has pensado en no usarlo nunca?
Pregunto sin dejar de observarlo. -No, me gusta el
efecto que produce al verme las personas... Creen que
soy un monstruo y me temen, es mas fácil manejarlos
así. -Ya entiendo... Aunque creo que no necesitas de un
cubre bocas para que te teman... Tu presencia es muy
imponente. ¿-Eso crees? Me pregunta con duda. -Claro
que sí. Digo segura. Mi hijo entra e interrumpe nuestra
plática. -Perdón por interrumpir... El señor Jeremi dijo
que la reunión ha terminado ¿Ya nos vamos? Dice con
cara de inocente Me coloco de pies. -Ya es hora de
irme, hasta luego Máximo. Digo para dirigirme a mi hijo.
-Paso a recogerte esta noche a las ocho, será nuestra
primera cita, hay que empezar a crear rumores.
Asiento -De acuerdo, estaré lista a las ocho. hablo
sonriéndole coqueta y me despido. Mientras bajamos
por el ascensor. ¿- Te gusta Máximo mami? Pregunta
Angel mirándome. Alzo las cejas. - No ¿Por que
preguntas eso? -Te vuelves muy coqueta cuando estás
con el y tu voz muy diferente a como hablas
normalmente. Lo miro con el ceño fruncido. -Angel
Álvares ¿Es así como le hablas a tu madre? Digo
acercándome a él. -Ma... Mami... Lo... Siento... Fue muy
inprudente de mi parte decirte eso... Pero... ¿Si te gusta?
Antes que lo reprenda el ascensor se abre y ese
pequeño mocoso sale a toda velocidad. Respiro varias
veces y salgo, pero sin perder la elegancia. Estás
castigado Angel Álvares
Capitulo:10
CELIA: La noche llegó y aquí estoy mirándome al
espejo para ver que todo está acomodado. Llevo un
elegante vestido azul marino corto, pero no deja
mucho a la imaginación, mi cabello está suelto y llevo
un ligero maquillaje para que mi piel se mire natural.
uso unas zapatillas no muy altas, esta vez quiero estar
algo cómoda. La puerta de mi habitación es tocada. ¿-
Si? -El señor Cooper la espera abajo. Me habla la ama
de llaves. -De acuerdo ya bajo. Digo tomando mi bolso
y echándome una última mirada para salir. La bajar la
escalera escucho a Angel hablando con Máximo. -Así
es, mami me ha castigado... Una semana sin jugar
PlayStation. Habla quejándose <<¿ Puedes creerlo? No
le dije nada malo. -De seguro le dijiste algo para
molestarla ¿Ya te disculpaste? Escucho a Máximo. -
Claro que sí, pero de todas maneras estoy castigado.
Dice haciéndo un puchero. Máximo iba a hablar pero
interrumpo. -Buenas noches. Digo acercándome. Los
dos voltean a mirarme. -Mami está muy hermosa ¿No
lo crees Máximo? Habla Angel mirándolo. -Sin duda tu
madre es una mujer muy bella. Habla observandome
con una sonrisa. -Asi es, por eso debes de cuidarla con
tu vida y no la traigas muy tarde, ella se acuesta
temprano. -Angel... Digo observandolo para que haga
silencio. El suspira y se acerca a mí. -Cuidate mucho ma
y diviertete. Dice dejando un dulce beso en mi mejilla
para retirarse. -Lo siento, aveces se vuelve muy intenso.
Digo acercándome a Máximo. El me brinda una
hermosa sonrisa. -No te preocupes, es un hijo
preocupado por su madre ¿Nos vamos? Habla
ofreciendome su brazo. Lo tomo y salimos para
encontrarme con un hermoso deportivo n***o. Máximo
abre mi puerta como todo un cabellero y yo gustosa
subo a su lujoso auto. Mientras vamos de camino. ¿-A
dónde iremos? Pregunto impaciente. -Primero
cenaremos y luego haremos lo que tú quieras. Dice
mientras conduce. ooww, que lindo. - Está bién. Hablo
mirándo la hermosa la cuidad a través del cristal.
Máximo se detiene frente a un lujoso restaurante, se
coloca el cubre bocas, abre mi puerta y toma mi mano
de forma delicada. Al entrar una hermosa chica muy
coqueta nos recibe. ¿-Nombre de la reservación?
Pregunta mirándo a Máximo con curiosidad. - Máximo
Cooper. Ella sólo asiente y nos guía a una hermosa
mesa que se encuentra en la azotea del hotel que
supongo es un lugar muy exclusivo. Cuándo estamos
solos. ¿-Te gusta este lugar? Pregunta sin dejar de
mirarme. -Si gracias, es muy hermoso. Digo con la voz
mas suave de lo normal. Tomamos asiento y Máximo
toma mi mano para entrelazar nuestros dedos. -Hay
cámaras a nuestra izquierda, mírame como si fuera el
único hombre para tí en este mundo. Dice acariciando
mi rostro con sus grandes manos. Alzo las cejas y
luego sonrio divertida. -De acuerdo. Digo para
colocarme de pies y acercar mi silla a la suya. El frunce
el ceño. ¿- Que haces? Dice mirándome algo
confundido. -Quiero ser una prometida amorosa, esto
tiene que quedar perfecto. Hablo quitando un poco su
cubre bocas y besando su mejilla de forma delicada.
Aparte de que estoy fingiendo... Tengo que aprovechar
este guapo hombre, no todos los días encuentro uno
así. Pienso por dentro de mí. Traen nuestros pedidos y
empiezo a darle de mi camida en la boca a Máximo.
Puedo observar que se muere de la vergüenza, pero
eso me divierte más. Se preguntarán como está
comiendo con un cubre bocas puesto, pues el cubre
bocas de Máximo tiene una pequeña abertura para
que pueda comer o beber lo que desee. Cuando
término la rica cena empiezo a comer las frutas que
están perfectamente cortadas. Así que tomo una uva y
la muerdo con los dientes sosteniendo la otra mitad
afuera. He visto esto en muchas pelis romántica ¿Por
que no aprovechar? Muevo a Máximo haciendo que
me mire. El me mira frunciendo el ceño. -Mmm. Le
hago ceña para que tome la uva de mis labios. ¿-
Quieres que tome la uva? Asiento, pero niego varias
veces cuando observo que lo va a quitar con su mano.
Le hago ceñas y apunto su boca. ¿-Quieres... Que... Lo
haga... Con la boca? Asiento levantando el pulgar. Miro
como suspira. ¿-Segura? Ruedo los ojos y vuelvo a
asentir. Miro como se acerca lentamente a mí y siento
el momento exacto cuando nuestros labios se rosan...
Como quisiera besarlo. Se aleja de mí y me mira con
intensidad. ¿- Te estás aprovechando de mí? Dice
mientras no deja de observarme. Hago un puchero ¿-
Por quién me tomas? Solo quiero que todo quede
perfecto. Hablo mirándolo de forma inocente y
batiendo mis pestañas. -De acuerdo Celia, voy a
creerte. Dice suspirando. Sonrío de forma inocente y
terminamos nuestra rica cena sin inconvenientes. Nos
retiramos del lujoso lugar como una pareja normal
tomados de las manos. Le dije a Máximo que me
llevara a un lugar tranquilo y me trajo a un viejo
puente donde podía observar la cuidad con
tranquilidad. -Hay noches que necesito despejar mi
mente y vengo a aquí para pensar con claridad. Dice
colocandose cerca de mi para mirar las luces de la
cuidad. El aire fresco golpea mi rostro y cierro los ojos.
-Es un lugar muy tranquilo, gracias por traerme aquí, lo
necesitaba. Digo recargando mi cabeza en su brazo y
suspiro. -Celia... Quiero preguntarte algo. Dice casi en
un susurro. ¿- Si? Pregunto con la voz suave, cerrando
los ojos. ¿ -Llegaste a amar a Victor? Pregunta. Abro
los ojos y lo miro, para ver que tiene sus hermosos ojos
cerrados, él lo abre al darse cuenta que lo miro. -
Cuándo me obligarón a vivir con ese mal nacido
apenas era una niña que acababa de cumplir los
dieciocho años, que soñaba con un príncipe azul, que
se enamoraría y se casarían por amor, pero esos
malditos destruyeron ese sueño ¿Si llegué a amar a
Victor? Lo odié desde la primera noche que me obligó
a estar con él por la fuerza. Hablo con resentimiento
recordando aquellos días que sufrí tanto. Siento los
brazos de Máximo rodearme. -Prometo que pagarán
por todo lo que te hicieron, cuentas con mi ayuda para
todo los que necesites ¿De acuerdo? Susurra y me
acurruco más a él, es reconfortante tener este hombre,
no entiendo como su ex lo abandonó solo por tener
cicatrices en el rostro. Luego de charlar de cosas sin
importancias decidimos que era muy tarde y debíamos
de regresar. Máximo: Mientras conduzco por las
tranquilas calles, Celia va dormida profundamente,
sonrío mientras la observo. Para mi Celia es alguién
muy especial me vuelvo un completo tonto cuando
estoy junto a élla mi actitud cambia por completo.
Intento despertarla cuando llegamos a su mansión,
pero me lanza un manotazo que sí no me aparto
rápido me revienta la cara. Así que la tomo en mis
brazos de forma delicada, la muy aprovechada se
acorruca en mí pecho y entra una de sus manos
debajo de mi camisa haciendo un suspiro de
satisfacción. Sonrío un poco y los guardias que ella
puso en la mansión me dejan pasar sin inconvenientes.
Me doy un susto de muerte al entrar a la sala y ver a
Angel de brazos cruzados. -Son las once y
cuarenticinco... -Sshhh. Le hago ceñas para que haga
silencio y no despierte a su madre. El entiende y me
dice donde está la habitación de Celia. Después de
subir las escaleras, entro a su enorme habitación y la
acuesto en su gran cama. -Mmm. Se queja cuando me
separo de ella, pero la cubro no sin antes quitar sus
zapatos. Dejo un dulce beso en su frente y salgo. Al
bajar las escaleras Angel aún está ahí. -Si celia sabe
que no has dormido a esta hora se enojará contigo.
Digo deteniendome a su lado. -Lo sé, pero no podía
dormir. Dice él pequeño suspirando. -Nunca le haría
daño Angel, ella es muy especial para mí. El niño
suspira. -Lo sé, pero... No puedo evitarlo, siempre
hemos sido mi madre y yo... ¿Al menos se divertio?
Pregunta bostezando Asiento y el sonríe. -Entonces eso
es bueno, buenas noches Máximo si deseas dormir
aquí, hay una habitación... -No gracias ya debo irme,
que tengas buenas noches Angel, ya es tarde debes de
ir a dormir. Angel asiente y cada quién nos marchamos
a nuestros respectivos lugares, mañana será un día
largo tengo muchas cosas que hacer.
Capitulo:11
CELIA: Despierto al escuchar la voz de Angel llamarme.
-Mami despierta, tienes que ver las noticias. Escucho su
voz en medio del sueño. -Mmm, Angel déjame dormir.
Hablo para darme la vuelta del otro lado y seguir
dormiendo. -Mami, salieron dándose un beso en la
imagen... Pero dijiste que no te gustaba... Me levanto de
inmediato quedando sentada. - Déjame ver. Digo con
la voz ronca tratando de abrir bién los ojos. Angel me
pasa su tableta. Abro grande los ojos cuando miro que
es el momento cuando hice que tomara la uva de mi
boca y se mira una escena muy romántica. Miro a
Angel que me observa con una sonrisa y una cara de
lo sabía. Siento mi cara roja. -Deja de mirarme así, no
es lo que crees solo estabamos fingiendo. Hablo
tapando mi rostro. El alza las cejas. -No es lo que
parecía cuando llegaste en sus brazos bién
acurrucada. Dice para mirarme con burla. Entonces
recuerdo que me quedé dormida en su auto... ¿Él me
trajo? Que vergüenza. Me observo y miro que traigo la
misma ropa de anoche. Suspiro y miro la tableta para
ver todos los chismes que han inventado. AL FIN LA
BESTIA TIENE PAREJA ¿QUIÉN SERÁ ESA CHICA?
Observo como mencionan varios nombres, pero uno
en especial llama mi atención y es el de Carolina Miller,
la ex de Máximo que lo abandonó diciendo que no
podía estar con una bestia asi, que le daba asco, no
podría estar con un deforme. Pero lo peor de todo es
que lo dijo en una ruenda de prensa haciéndose la
víctima, esa mujer es un demonio. Leo varios
comentarios que dicen que soy una caza fortunas, que
estoy dispuesta a todo con tal de conseguir dinero,
otros decían que Máximo merecía una segunda
oportunidad... Bla, bla, bla... Chisme de personas sin
oficio. Miro a Angel que me observa sin decir nada. ¿-
Leíste los comentarios? Pregunto mientras me levanto
de la cama. El asiente y frunce el ceño. - Solo son
comentarios de personas fustradas, no les haga caso
mami. Solo sonrío y asiento, nunca hago caso de lo que
las demás personas piensen de mí, vivo para mí no
para la gente. No muy lejos de la cuidad, Máximo
recibe una llamada. ¿ -Si? Contesta frunciendo el ceño
al no tener ese número registrado. ¿- Máximo eres tú
cierto? Aprieta los puños al escuchar su voz y los
recuerdos que creyó haber enterrado vuelven a él ¿-
Que quieres Carolina? Habla con la voz dura y sin
rastro de emoción. -Maxi... Yo... A pesar de todo este
tiempo... Nunca he dejado de pensar en ti... Te extraño
tanto... Maxi... Empiezo a reírme como loco. -No me
digas Carolina, llamas después de todos estos años y
me vienes con esa mierda ¿Es enserio? Digo sintiendo
como mi corazón se estruja. -Maxi yo... -Soy Máximo o
señor Cooper para tí Miller, no somos tan cercanos
para que me estés tuteando. Hablo furioso. - Sé que
estás enojado, estaré allá en una semana, espero
podamos hablar como en los viejos tiempos... No la
dejo terminar y cuelgo, esto es el colmo ¿Cómo se
atreve a llámarme después de todo lo que hizo y dijo
de mí? ¿Me cree estúpido? Mientras Máximo está que
hecha fuego en otro país Carolina recibe una bofetada
de su padre. -Por tu culpa ese estúpido de Máximo
tiene a otra mujer ¿Que te costaba permanecer a su
lado y ser su esposa? -Pero padre, su rostro estaba
horrendo parecía un monstruo de esas películas de
terror. Se queja con una de sus manos en la mejilla. ¿-
Acaso eso importa? Luego de obtener su fortuna
podías matarlo, pero no, te fuiste como la inútil que
eres, nuestra empresa esta en quiebra ¿Que harás
ahora? Pregunta el hombre furioso. -Ya hablé con él,
volveré en una semana y haré que me perdone. Dice
Carolina con una sonrisa malvada. -Espero que sepas
arreglar la cosa y no quiero nada de comunicación con
ese estúpido de Victor, por su culpa casi nos
descubren. -Descuida padre, ya corté toda
comunicación con él. Habla Coralina dando la vuelta
para marcharse a su habitación, si su padre piensa que
dejará de hablar con Victor está loco. (...) Los días
pasarón y Celia estaba alistandose para reunirse con
Victor Cortés. -Ma ¿Seguro que está bien que vayas
sola? Me pregunta Angel preocupado. Lo miro con una
sonrisa -Por supuesto que sí, tu mamí es una mujer
muy fuerte. Digo con seguridad mirándome por última
vez al espejo. Esta vez llevo un pantalón fino de vestir
junto a una hermosa blusa de color rojo vino, unos
tacones aguja rojo, un bolso n***o, mi hermosa
cabellera suelta y un ligero maquillaje con mi pinta
labios favorito rojo carmín, me miraba inponente y eso
me gustaba. Salgo junto a Angel que me mira con
preocupación, él ya sabe quién es su padre y no es que
yo le he metido a la cabeza que su padre es mala
persona, eso no... Angel desde pequeño ha sido
inteligente y ha investigado por su propia cuenta todas
las fachorias que Víctor ha hecho, por eso es su
preocupación que él me haga algo. Al salir fuera de mi
mansión Máximo se encuentra recargado en su auto
con su perfecto traje hecho a la medida mirándo su
teléfono. Sonrío de manera automatica y me acerco a
él. ¿-Que haces aquí? No me avisaste que vendrías.
Hablo de manera coqueta con una sonrisa de oreja a
oreja. Levanta su mirada y me mira de arriba abajo. -
Estaba muy ocupado, perdón por no avisar ¿Cómo has
estado todos estos días? Hago un puchero. -Estoy
molesta, pues tengo un prometido que ni me escribe
para saber como estoy. Finjo estar molesta. Puedo ver
que sonríe a través del cubre bocas. -Lo siento, eso no
volvera a pasar ¿Nos vamos? Dice sin dejar de
mirarme. Lo miro confundida. ¿- A dónde?. -Te llevaré a
la empresa de Cortés, Angel me pidió que cuidara muy
bién de tí. Miro a Angel y este finge no haber
escuchado. - Bién, pero no entrarás conmigo... Debo de
hacer esto sola por ahora. Máximo asiente. Miro a
Angel y me despido de él con un beso en la frente y
este me pide que me cuide. Minutos después estoy
frente a la empresa de Victor Cortes... ¿Para que
mentir? Es grande y lujosa. ¿- Segura que estarás bién?
Pregunta Máximo preocupado. Me acerco a él y quito
su cobre bocas. -No lo uses cuándo estés conmigo... Y sí
estaré bién, no te preocupes. El asiente - pero si algo va
mal me avisas y yo iré inmediatamente por ti. - Está
bién, lo tomaré en cuenta. Hablo con una sonrisa y
salgo del auto. Me coloco mis gafas oscuras, arreglo mi
cabello hacía atrás y camino con seguridad. Al llegar a
la recepción la chica me mira de arriba abajo alzando
las cejas. ¿- Quién eres? Me pregunta sin nada de
educación. Quito mis lentos y arreglo algunos flecos
rebelde de mi cabello. - Mucho gusto, soy celia Álvares
tengo una reunión con él señor Cortes. Hablo con
superioridad mirándola como cucaracha. Ella me mira
sorprendida y la entiendo... Los rumores es que la CEO
de mi empresa es una señora mayor muy vieja, ya que
no muestro mi rostro en público, eso lo hace mi vice-
Presidente... Tengo que guardar las apariencias. -Lo
siento señora Álvares, el señor Cortes la espera en su
despacho. Élla me indica por dónde y me dirijo al
despacho de Victor caminando como la reina del
mundo, sonando mis tacones por el lujoso pasillo.
Tomo el ascensor y llego al último piso... Una chica que
viste como prosti, me mira con cara de culo mascando
un chicle. ¿- Tienes una cita con Victor? Dice con mala
educación ¿Acaso no le enseñarón modales a estas
chicas? -Asi es. Digo con poco tacto. Ella me mira mal
¿- Cuál es su nombre? -Celia Álvares. Digo alzando las
cejas. Ella me mira sorprendida. -El señor Cortés la
espera, puede pasar. Dice algo nerviosa... Asi es,
tiembla mocosa mal educada. Me dirijo a la puerta que
dice su nombre y toco. -Pase. Escucho la voz de Victor...
¿Si estoy nerviosa? Para que negarlo, volveré a ver la
cara del hombre que me hizo vivir un infierno. Entro
con seguridad sin mostrar emoción alguna en mí
rostro. -Buenos días señor Cortés, creo que debería de
educar a sus empleadas. Digo con la voz neutra
observandolo con mis ojos negros como la noche. El
levanta la mirada y es como si viera un fantasma. ¿ -
Cecilia?
Capitulo:12
Celia: – ¿Cecilia? Dice el hombre que me hizo vivir un
infierno. Lo miro de arriba abajo y ha cambiado
mucho, tiene una barba más pronunciada, su cara se
mira más mayor y está más gordo. – Por si no lo
recuerda, mi nombre es Celia señor Cortés. Digo con
una sonrisa tomando asiento. Él no deja de mirarme y
niega varias veces. – Perdone señorita Álvarez, usted se
parece mucho a una vieja amiga. Alzo las cejas. ¿– Es
así? ¿Qué pasó con ella? Pregunto sin dejar de mirarlo.
– Murió. Dice cómo si realmente lo lamentara... Que
maldito. – Es una pena... Pero no vine a hablar de su..
Amiga, señor Cortés ¿Cuál es su propuesta? Hablo
cruzando mis piernas como todo una diva. Ese
estúpido me mira con deseo y se relame los labios...
Asqueroso. – Señorita Álvarez si invierte en mi empresa
le daré el diez por ciento de las acciones... No tiene
nada que perder. Habla mirándome de forma coqueta.
Ruedo los ojos mentalmente. Finjo pensarlo un poco. –
Imvertiré con todo lo que necesites, pero quiero un
veinte por ciento de las acciones, eso o nada. Hablo
segura de mi misma. – Pero señorita Álvarez, el diez
por ciento es más que suficiente, además que le daré
todo lo que me pidas. Dice mirando mi cuerpo con
deseo. – El veinte por ciento o nada, señor Cortés no
haga perder mi valioso tiempo tengo muchas cosas
que hacer y mi prometido me espera abajo. Digo algo
molesta. Él me mira con enojo, pero suaviza la mirada
de inmediato. – Si es así, entonces tendré que discutirlo
con los demás socios... La llamaré más tarde señorita
Álvarez. Me levanto del asiento con una sonrisa falsa. –
Mi oferta no dura una eternidad Cortés, recuerde eso
bien, hay muchas empresas que están detrás de mí.
Digo para irme moviendo mis caderas de forma
sensual. Mientras que en la oficina Víctor llama de
inmediato a Andrés. ¿– Señor.? – Quiero que investigues
a Celia Álvarez, quiero saber todo de élla...
Absolutamente todo. Digo levantándome para ver por
la ventana como se sube en un lujoso auto. – Si señor....
Pero... ¿Pasa algo malo con élla? Pregunta Andres con
curiosidad. – Creo que es Cecilia... – Cecilia está muerta
Víctor, deja tu obsesión con ella. Habla Andrés tratando
de que Víctor entre en razón. – No encontraron su
cuerpo Andrés, así que ella nunca murió, deja de decir
estupideces y has lo que digo. Habla muy enojado
Víctor y cierra el teléfono. ¿– Te fue bién? Pregunta
Máximo mientras arranca el auto. – Perfecto, de seguro
ya mandó a imvestigarme. Hablo mirando a través del
cristal con una sonrisa. ¿– Cuál será tu próximo
movimiento? Me pregunta Máximo – Estoy segura que
me llamará pronto, tu encárgate de que no encuentre
inversionistas. Digo mirándolo de reojo. – Todo lo que
ordene mi prometida ¿Quieres ir a comer algo o te
llevo a tu mansión ? – Mejor llévame a mi mansión y
comemos juntos ¿Que dices? – Perfecto. Me responde
con una sonrisa. Llegamos a la mansión y mi niño me
espera en la puerta y corre al vernos. – Mami ¿Estás
bién? ¿No te hizo nada? Me pregunta impaciente. –
Estoy bién Angel, ya te dije que tu mami es una mujer
muy fuerte. Digo para besar su frente. Lo escucho
suspirar – Entonces... ¿Todo salió bién? Pregunta mi
niño – Tal y como esperaba. Respondo entrando a la
mansión. Máximo y Angel se ponen a conversar no se
de qué y yo me dirijo a la cocina para preparar una
rica comida, hoy estoy de muy buen humor. – No pensé
que sabias cosinar. La ronca y sexi voz de Máximo me
asusta. Volteo para mirarlo con los brazos cruzados
observandome. – Hay muchas cosas que no sabes de
mí Máximo. Digo sonriendo coqueta. El alza las cejas ¿–
Así? ¿Cuáles? Habla acercándose a mí. Muerdo mis
labios y levanto la mirada para mirarlo. ¿– De verdad
quieres saber? Escucho mi propia voz más ronca y
sensual – Si, quiero saber. Dice susurrando muy cerca
de mí. Le iba a contestar, pero su celular suena
sacandonos del mágico momento. El se retira
excusándose y yo vuelvo a preparar la comida con un
suspiro ¿Decepcionada? Creo que sí. Horas más tarde
terminamos de comer la rica comida que preparé. –
Mami es la mejor cocinera de todo el mundo. Me
halaga mi niño hermoso. – Tienes razón, Celia es la
mejor, tengo suerte de tener una prometida que cocina
tan rico. Me guiña un ojo y yo me derrito. – Muchas
gracias a los dos... Es que todo lo que hago se me da
bueno. Hablo con una sonrisa inocente. Máximo solo
me observa y niega con una sonrisa, mientras que
Ángel se retira para hacer algo que no alcance a
escuchar. Miro a Máximo y cambio mi expresión ¿–
Quién te llamó para que estés tan preocupado? ¿Paso
algo? Pregunto sin dejar de mirarlo. El desvía la mirada
– No te preocupes, no es nada. Dice sin mirarme. – No
me mientas Máximo. Digo fruncido el ceño y mirándolo
mal. El suspira y me observa. – Debes de saber que
tuve una prometida que me abandonó en mi peor
momento ¿Cierto? Frunzo el ceño ¿– La tal Carolina?
Pregunto El asiente ¿– Que pasa con ella? Pregunto
impaciente – Volvió... Se quiere reunir conmigo. Habla
suspirando y pasando la mano por su pelo frustrado.
No se por qué me siento mal... ¿– y te vas a reunir con
élla? Pregunto con temor ¿Que me pasa? – Ella me hizo
mucho daño Celia, no quiero volver a verla. Habla con
una expresión triste. Lo tomo de la mano. – Si no la
quieres ver, no la veas... ¿Que te parece si vamos al
cine hoy? Le pregunto con los ojos como un cachorro.
¿– Te gusta el cine? Me pregunta con ojos brillantes.
Asiento varias veces. – Veo que tenemos algo en
común ¿A las siete? – De acuerdo... Llevaremos a Angel,
quiero que dé un paseo. – Por mi no hay problema... Ya
debo irme hasta luego. Dice para colocarse de pies.
Hago lo mismo que él y lo llevo hasta el portón. ¿– No
se te olvida algo? Digo haciendo un puchero cuándo
miro que el abre la puerta de su auto. El niega tratando
de acordarse. – No recuerdo haber traído algo que se
me olvide ¿Que se me olvidó? Pregunta confundido.
Señalo mi mejilla con mi dedo y me mira sin entender.
Que bruto, ruedo los ojos. – Soy tu prometida ¿No te
piensas despedir de mí? Digo algo enojada por su falta
de inteligencia. Máximo abre los ojos y sonrie
acercándose a mí, se baja el cubre bocas y levanta mi
mentón. – No debiste señalar tu mejilla... Debiste
señalar tu boca. Dice para besar mis labios con pasión
dejándome paralizada. (Si les gustan, no olviden
comentar.)
Capitulo:13
Son casi las siete y no he terminado de cambiarme por
estar pensando en sus dulces labios... Es la primera vez
que me siento de esa manera... – Mami ¿Estás lista? Me
grita Angel detrás de mi puerta. – Ya casi. Digo para
colocarme las sandalias. Me miro al espejo para ver
que tengo todo en orden, me hunto perfume, tomo mi
bolso y salgo. Hoy estoy muy casual, vaqueros
ajustados, top, sandalias y listo. Al bajar las escaleras
observo a Máximo vestido de manera casual, lleva
unos vaqueros negros y un polo... Así dejando ver esos
fuertes brazos que ocultaban la camisa y su cebello
suelto... Simplemente perfecto. Observo a mi niño junto
a él que lleva un cubre bocas y una gorra. Frunzo el
ceño. ¿– Por qué te estás cubriendo Angel? Pregunto
terminando de bajar las escaleras. – Aún no puedo
dejar que vean mi rostro, todo a su tiempo ma. Dice
para bajarse el cubre bocas y mirarme con una
sonrisa. ¿– Verdad que me veo lindo? Me pregunta
acercándose a mí. – Todo lo que te pones te queda
lindo. Digo para besar su mejilla. Él sonríe y me halaga
diciendo que soy la madre más hermosa. Los dos
sonreímos para ser interrumpidos por Máximo – Madre
e hijo son iguales ¿Ya están listos? Habla sin dejar de
mirarme. – Deja echarme un poco de perfume ya
vuelvo. Dice mi niño para subir las escaleras a toda
velocidad. – Estás hermosa. Dice Máximo para
acercarse a mí. – Gracias... Tu igual. Hablo suavizando
mi voz y mirando sus brazos... Luego sus labios.
Máximo sonríe y besa mis labios de forma casta. –
Gracias. Dice con la voz ronca susurrando. Se aleja un
poco cuándo escuchamos pasos, pero sonreímos con
complicidad. – Estoy listo, ya podemos irnos. Dice para
cubrirse su hermosa cara y Máximo hace lo mismo.
Mientras vamos en el auto, reímos, cantamos y
hablamos de cosa sin importancia hasta llegar. Al
bajarnos Máximo toma mano y entrelaza nuestros
dedos y al otro lado toma la mano de Angel. – Hay
muchas personas, no se separen de mí. Angel y yo
asentimos como dos niños... Bueno el es un niño yo no.
Hacemos una larga fila, Angel va delante yo en el
medio y Máximo detrás, este último va abrazándome
por detrás... Y eso me pone algo nerviosa. Al terminar
de hacer la interminable fila nos dirijimos a comer algo
hasta que llegue la hora de la peli. ¿– Quieren comer
pizza? Nos pregunta Máximo. – Sii. Dice Angel muy feliz.
Máximo me mira y yo solo asiento. Nos sentamos
hasta que llegan con nuestro pedido. Cuándo llega la
pizza con nuestras coca cola empezamos a comer,
Angel y Máximo se suben el cubre bocas un poco para
comer bién. Con dos pedazos estoy satisfecha... Pero
no puedo decir lo mismo de Angel y Máximo. – Maxi,
creo que lo mejor sería pedir otra pequeña ¿Que dices?
Habla Angel tomando de la coca cola. – Estoy de
acuerdo. Dice Máximo llamando a una de las
trabajadoras para pedir otra pequeña . Yo solo los miro
con la boca abierta. – Ma ¿Segura que no vas a comer
más? – No, ya estoy llena. Digo observándolos. –
Bueno más no rinde, Jajajaja. Los dos empiezan a
reírse. Yo solo observo como entre los dos se comen
casi dos pizza en medio de risas y chiste. Cuándo
terminan se aflojan la correa del pantalón. – Hay estoy
muy lleno. Habla Máximo tratando de sentarse bién. –
Si, pero estaba muy buena. Dice Angel tratado de
acomodarse mejor en la silla. – No sabía que te
gustaban las pizza Maxi, ya tengo compañero. Dice
Angel con una sonrisa de felicidad en el rostro. Mirarlo
feliz me llena de emoción su felicidad es la mía. – La
peli ya va a empezar, voy a ir al baño para no estar
saliendo. Digo colocandome de pies. Me dirijo al baño y
tardo unos minutos ya que estaba lleno. ¿– Viste que
guapo es el chico que tiene el cubre bocas? Tiene un
cuerpo de infarto. Habla una rubia pintandose los
labios en el espejo. – Si, está muy guapo, me atrevería
a convertirme en la madrastra del niño con el que
anda. Dice la compañera de ella con una sonrisa
coqueta. – Si, se nota que son de esos hombres ricos,
guapos, solteros, con hijo... Con el combo completo.
Hablan mientras se ríen... Que estúpidas. pienso
rodando los ojos. Me dirijo al espejo para retocarme el
maquillaje mientras ellas salen susurrando no se que.
Al salir me encuentro a Máximo y Angel esperándome
fuera del baño y las dos chicas a sus lados tratando de
coquetear. Frunzo el ceño y me dirijo hacia ellos. –
Mami que bueno que llegaste, hay muchas moscas
molestando. Dice Angel cruzando los brazos y mirando
a las dos chicas mal. Sonrío y observo a Máximo que
suspira, se acerca a mi y toma mi mano entrelazando
nuestros dedos. – Es molesto estar aquí, vámonos. Dice
arrastrandome con él. Tomo a Angel de la mano y así
nos vamos los tres a ver la famosa película de Avatar,
Angel estaba desesperado por verla, pero no sin antes
pasar por nuestros combos de palomitas... Esto es para
largo. Por suerte encontramos tres asientos y Máximo
se sentó a mi derecha y Angel a mi izquierda, según
ellos deben de protegerme de cualquier cosa. Así
empezamos a ver la película que por cierto muy
bueno, no perdí ningún detalle. – Estás muy
concentrada. Escucho que me susurra Máximo
haciendo que me sobresalte. Le doy con el codo. – No
me asustes así. Digo volviendo mis ojos a la peli. – Te
decía que Angel está dormido. Me vuelve a susurrar.
Miro a mi niño y definitivamente está profundamente
dormido. Sonrío al verlo así y lo recuesto sobre de mí.
¿– Cuánto le falta a la peli para terminar? Le pregunto
susurrando. – veinte minutos. Dice dejando un beso en
mi cuello que me hace temblar y dice otra vez. – El tipo
detrás de nosotros a la derecha no deja de mirarte.
Miro disimuladamente y en efecto un chico rubio de
ojos azules me mira con una bella sonrisa y al ver que
lo observo me guiña un ojo. Volteo con una sonrisa –
Es muy guapo. Hablo para mirar la pantalla. – Si dices
que es guapo tienes pésimos gustos. Habla frunciendo
el ceño. Alzo las cejas mirándolo. – Si mis gustos son
pésimos entonces eres feo. Hablo con una sonrisa
burlona. – Mejor ponte a mirar la película. Dice
tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos sin
mirarme. Así terminamos de ver la película y Máximo
cargó a Angel hasta el auto. En un tranquilo y cómodo
silencio llegamos a mi mansión. Máximo volvió a cargar
a Angel hasta llevarlo a la habitación, le coloco su ropa
de dormir y le dejo un dulce beso, lo cubro y salgo. – Si
quieres puedes dormir aquí, es peligroso que
conduzcas a estas hora. Digo mirando el reloj que son
casi las una. – No te preocupes estoy acostumbrado.
Dice colocándose de pies. ¿– Seguro que no te quieres
quedar? Digo haciéndo un puchero. El asiente y se
acerca más a mí. – Me encantaría quedarme, pero
debo de salir temprano, en unas horas será otro día.
Asiento y lo guío a la salida. – Me escribes un mensaje
cuando llegues a casa ¿Si? – Está bién, te escribiré
cuando llegue, que duermas bién. Dice para dejar un
casto y dulce beso en mis labios y se marcha.
Capitulo:14
CELIA: Pasaron dos días y recibí la llamada de la
secretaria de Víctor para que pasara por la empresas
a firmar el contrato. Me lleve a mi abogado para
verificar que el contrato era válido y no hubiera trucos,
por suerte todos estaba bien y se encontraban algunos
socios que me llevé muy bien con todos. No podía
estar más feliz, todo está pasando justo como lo he
planeado. Los días fueron pasando y llegó el tan
esperado día... El compromiso de mi hermana... Le daré
una gran sorpresa con mi presencia... Pienso con una
sonrisa mientras intento subir el ziper de mi vestido, de
tanto luchar no puedo así que lo dejo casi al terminar.
Me miro al espejo y quedo encantada con lo veo, llevo
un vestido rojo pegado como una segunda piel, con un
abierto hasta mi muslo, es de escote corazón dejando
ver mis atributos y lo acompaño con unos tacones muy
altos plateados. Llevo un hermoso recogido y un
maquillaje para la ocasión. – Mami baja ya, Maxi está
aquí. Escucho la voz de Angel detrás de la puerta. – Ya
bajo. Digo terminando de darme el último retoque. Me
miro por última vez y bajo las escaleras como una
reina. – Mami estás bellísima, serás la más linda de
todas esas mujeres que van a ir. Dice mi hijo con una
bella sonrisa. – Gracias mi hermoso Angel, siento no
llevarte esta vez, prometo que para la próxima... Angel
me corta. – Descuida ma, lo entiendo perfectamente...
Solo cuídate y les da saludos a mi tía. Sonrío y beso sus
mejillas. – Eres todo una diosa. Habla Máximo
acercándose a mí. Lleva un esmokin n***o con la
camisa de abajo en color rojo... Es todo un galán. – Tu
no te quedas atrás, Estás guapo. Hablo con una sonrisa
y le doy la espalda. ¿– Me ayudas? Le señalo el ziper. –
Será un placer. Dice terminando de subirlo y dejando
un casto beso en mi cuello. Observo a Angel y está
distraído con su tableta. Suspiro – Ya sabes Angel, nada
de desvelarte, te duermes temprono y no olvides cenar.
– Si ma, prometo que me dormiré temprano y no me
saltaré la cena. Dice dejando su tableta y se acerca mi
para darme un beso. Lo abrazo y le dejo su beso de
buenas noches. – Maxi ya sabes, tienes que proteger y
cuidar a mi madre. – Angel... Le recrimino. – No te
preocupes campeón protegeré a tu madre con mi vida.
Habla Máximo con una sonrisa. Suspiro y niego con la
cabeza. – Ya debemos irnos, tenemos que correr
durante dos horas. Digo caminando a la salida. Al salir
un hermoso deportivo rojo nos espera. – Muy hermoso
tu auto. Hablo mirándolo con una sonrisa tierna. – Si, es
mi favorito. Dice abriendome la puerta. Entro al auto y
luego nos ponemos en marcha. Dos horas más tarde
estoy frente a la mansión que me vio crecer, y sufrir.
Miro que no ha cambiado más que el color. ¿– Estás
bién? Me trae de vuelta la voz de Máximo. Suspiro –
Siendo cinsera estoy nerviosa. Digo luchando por no
comerme las uñas... Una mala costumbre que tengo. –
Estarás conmigo, te protegeré de todo. Dice tomando
mi rostro y haciéndo que lo mire. – Lo sé... Pero no he
visto esas personas de hace diez años... Siento que fue
ayer que salí por esa puerta siendo obligada a
casarme con ese imbécil. Digo bajando la vista al sentir
mis ojos humedecerse. Máximo toma mi rostro y hace
que lo mire. – En primer lugar no permitiré que llores,
no vas a arruinar tu maquillaje estás muy hermosa y lo
segundo has luchado por esto durante años, eres una
mujer fuerte, valiente y decidida, basuras como tu
familia no puede recibir ni una sola lagrima tuya es
muy valiosa para esos miserables y me disculpa por
ofenderlos. Sonrío – Descuida se merecen eso y más... Y
si tienes razón no voy a arruinar mi maquillaje de horas
por esas gentes... He luchado y me he desvelado para
estar donde estoy hoy, todo por mi y mi hijo, para un
día ver como pagan por todo lo que me hicieron. Digo
recomponiendome de mi caída emocional, esas
personas no merecen ni una gota de mi preciada
lágrima. – Esa es la Celia que conozco... Por cierto
¿Trajiste tu pintalabios? Frunzo el ceño. ¿– Que? Si...
Pero... No termino de hablar cuando ya está besando
mis labios de forma delicada. No pierdo el tiempo y
cierro los ojos enredando mis dedos en su largo
cabello para atraerlo más a mí. Siento su lengua entrar
en mi boca y un gemido sale de mi sin darme cuenta. –
Me encantaría seguir, pero no quiero arruinar lo
hermosa que estás. Habla sobre mis labios con la voz
ronca. – Entonces será en otro momento. Digo
acaraciando sus cicatriz con mis dedos. Máximo deja
un sueve beso en mis manos y asiente. Luego de
retocar mi maquillaje y limpiarle los labios de rojo a
Máximo, salimos del auto. ¿– Tienes la carta de
invitación? Le pregunto mientras voy del brazo de él. –
Aquí está. Dice con la voz ronca detrás del cubre bocas.
¿– Como los conseguiste? Pregunto curiosa – Tengo
mis métodos. Dice miéntras entramos a la mansión de
los Williams. El gran patio estaba hermosamente
decorado y varios trabajadores iban y venían con
diferentes y varios platillos. ¿– Lista para ser el centro
de atención? Pregunta Máximo. Sonrío – Estoy lista
para darles un infarto a mi querida familia. Digo con
una sonrisa inocente. Y como no ser el centro de
atención si todos saben que Máximo y Víctor son
enemigos, además que todos podrán ver la cara de la
misteriosa prometida que atrapó el corazón del frío
CEO apodado la bestia. Entramos en el lugar con
elegancia como si fuéramos los dueños del mundo y
como lo predijo Máximo todos voltean a mirar y mi
querida hermana que se encontraba en el escenario
dando su discurso deja de ser el centro de atención...
Lo siento por ella. – Mira es la bestia... Y al parecer su
prometida... ¿Que hace aquí? ¿No son enemigos?
Escucho que susurran varias personas. – Atención aquí
por favor. Habla mi padre... Los años no han
cambiando nada en el, sigue teniendo esa mirada de
superioridad. – Padre, no invité a esas dos personas
¿Que hacen aquí? Dice colocando la mano en su
vientre un poco notorio con el ceño fruncido. Si, de
seguro debe de estar furiosa por no ser el centro de
atención. – No recuerdo haber invitado a la bestia y su...
Acompañante ¿Acaso están aquí sin invitación? Habla
mi padre mirándonos furioso, pero no me observa solo
a Máximo, supongo que para el soy irrelevante. – No
quiero tener problemas, así que les pediré de la
manera más amable que se retiren, no quiero que mi
prometida se ponga mal a causa del embarazo. Dice
Víctor fingiendo amabilidad. Con una sonrisa me
acerco donde se encuentra el escenario pero sin subir
y hablo lo suficientemente alto para que escuchen. –
Solo vengo con mi prometido a la fiesta de
compromiso de mi hermana ¿Algún problema con eso?
Digo con una sonrisa inocente. Observo como mi padre
se paraliza y me mira bién. ¿– Cecilia? Dice con duda y
a la vez sorpresa. – Me decepciona que no conozca a
tu propia hija... Papá
Capitulo:15
Cap:15 CELIA : - Me decepciona que no conozca a tu
propia hija... Papá. Hablo fingiendo tristeza. ¿- Pero
cómo? ¿No estás muerta? Habla mi padre con evidente
nerviosismo. - Cecilia hija... Estás viva... Escucho el grito
fingido de mi madre... La verdad no sé de dónde salió.
Miro a la mujer que me dió la vida, creo que es lo único
que debo de agradecerle. Ella empieza a llorar
mientras abraza a mi padre diciendo que si en verdad
estoy ahí... Segundos después se desmaya. Mi hermana
y Víctor corren a socorrerla e inmediatamente se la
llevan dejando a todas las personas con ganas de ver
más chismes. Máximo toma mi mano y entrelaza
nuestros dedos. - Mañana estaremos en primera plana
es genial ¿No? Escucho una pequeña risita de Máximo.
- Es perfecto. Digo con una sonrisa retorcida. -
Encárgate de que el chisme sea más largo y más
entretenido. Hablo susurrando. - De eso me encargo no
te preocupes. Asiento y observo como mi padre toma
el micrófono para hablar. - Debido a este incidente, mi
esposa y mi hija no se sienten bien... Así que por favor
voy a pedir que se retiren, lamento todo lo que está
pasando prometo recompensarlos. Cuándo el dice eso
todas las personas empiezan a hablar unos bien y
otros mal, haciendo que se escuche un gran alboroto.
El gran patio se fue despejando hasta quedar vacío. -
Eres una maldita zorra me has engañado ¿Celia? No
entiendo cómo pude creerte. Habla un furioso Víctor
¿Donde quedó su amabilidad de hace rato? - Cuidado
como te diriges a mi prometida Cortés. Escucho la
gruesa voz de Máximo. - JAJA, ¿Prometida? No puedo
creerlo, abre los ojos Máximo ella solo te está usando
para darme celos. Dice Víctor casi explotando de la
furia. Ahora soy yo la que río. - JAJA ¿Celos dices? No
me hagas reír Víctor, no eres nada comparado con mi
Máximo, de lo contrario ¿Por que crees que escapé de
tí? Todo lo digo con una sonrisa tranquila mientras me
miro las uñas. ¿- Cómo te atreves a arruinar mi
momento Cecila? Ladra la otra perra al borde del
llanto. Alzo las cejas. - Solo venía a darles una
sorpresa... Pero veo que no soy bienvenida... ¿Nos
vamos Maxi? Le hablo muy cariñosa. - Ya era hora, este
lugar apesta. Dice Máximo tomándome de la cintura. -
Bueno los dejaré para que reflexionen, nos veremos
pronto... Bay bay... Y hermana, Angel te manda saludos.
Digo dándome la vuelta para marcharme. ¿- Acaso me
estás amenazando que me hablas de los ángeles?
Habla mi hermana muy alterada. La observo sobre mi
hombro. - Si te amenazara no te mencionaría los
preciados ángeles, el infierno y los demonios es lo que
van contigo. Digo para marcharme y salir de la
mansión. Al estar en el auto Máximo no para de reír. -
Por Dios ¿viste sus caras? Le diré al fotógrafo que esa
imagen queda perfecta de portada. Dice sin dejar de
reír. Es tan hermoso cuándo ríe que quedo embobada
mirando su rostro. Suspiro - Así es, fue tan satisfactorio
verlos alterados, me imagino que ninguno dormirán
esta noche pensando en mí. Digo sonriendo mientras
miro a través del cristal. ¿- Quieres tomarte unas copas
para celebrar? Me pregunta Máximo y lo miro con una
sonrisa. - No es mala idea, hay que celebrar nuestra
victoria. Máximo asiente y nos dirigimos a un antro de
la ciudad. (...) Media hora más tarde estamos sentados
tomándo nuestras bebidas. ¿- Bailas? Me pregunta
Máximo. - No sé bailar muy bien. Hablo dando un sorbo
a mi fuerte bebida. - Solo dejate llevar. Dice
colocándose de pies y tomando mi mano. Me dejo
llevar y empezamos a bailar. - Eres muy hermosa Celia.
Me susurra Máximo. - Lo sé, pero gracias. Hablo
moviendo mis caderas al ritmo de la música. Observo
como se ríe y me toma de la cintura para movernos al
mismo ritmo. Es muy bueno bailando tiene un diez de
diez. Luego de beber unas cuantas copas me sentía
algo mareada. - Maxi creo que es mejor irnos... He
bebido demasiado, estoy algo mareada. Digo dando
mi último trago. ¿- Enserio? Veo que eres poco
tolerante al alcohol. Habla Máximo muy normal.
Empiezo a reírme y le doy la razón, no estoy
acostumbrada al alcohol creo que ya estoy ebria. ¿-
Me prestas a tu chica para bailar? Se detiene frente a
nosotros un rubio de ojos azules muy guapo. - No.
Responde Máximo a secas, pero el rubio no se detiene
y se gira para quedar frente a mí. - Pienso que ella
debería de dar su opinión... ¿Que dices preciosa?
¿Quieres bailar conmigo? Alzo las cejas, quizás esté
algo ebria pero no soy estúpida. - Mira chico bonito, le
preguntaste a mi prometido ¿No? Pues el ya te dió la
respuesta deja de molestar. Hablo colocandome de
pies, ya me quiero ir. Él rubio me mira molesto y se
retira. ¿-Por qué le dijiste bonito? Me pregunta Máximo
mientras caminamos para salir fuera del antro. - Es
lindo. Digo encogiendome de hombros. - Creo que el
alcohol afectó tu vista ¿Me estás diciendo que ese
flacucho decolorido es lindo? (Sin ofender a los rubios)
Frunzo el ceño. - Mi vista está buena y si digo que es
lindo, es por que lo es. Digo enojandome. Máximo se da
cuenta de mi enojo y deja el tema por la paz. Al salir
fuera del antro la brisa fría se cuela en mis huesos... Y
ahora si en verdad me siento mareada. - Maxi...
Maximito... Ahora si creo que estoy ebria... Me siento
muy mareada JAJAJAJA. Empiezo a reírme no se por
qué. - Cielos de verdad pareces que estás ebria . Dice
Máximo tratando de que yo mantenga el equilibrio,
pero la risa no me deja. - Maxi... - Mmm ¿- Sabes que le
dijo el piojo a un calvo? - No - No te agache que me
caigo JAJAJAJ. Empiezo a reír como loca hasta llegar
al auto que Máximo me ayuda a entrar. - Si sientes
ganas de vomitar me avisas con tiempo para
detenerme ¿De acuerdo? Habla Máximo quitándose el
cubre bocas. Asiento sin prestarle mucha atención. ¿-
Puedo poner música? Le pregunto - Claro que sí, no
tengo problema con eso. Dice con una sonrisa. Empecé
escuchando la típica música clásica que hasta Máximo
iba cantando, pero me aburrí... Esto me da sueño. Así
que busco mi artista favorita Ana Gabriel. Fue como
hechizo lo que pasó Un amor veló mi corazón No pude
ponerle condición Pero si acaso, no soy igual No
piensen mal Fue como magia su suavidad Él logró
borrar mi soledad Ya no me pude resistir Pero en
verdad que me cautivó Su forma de ser Si fue hechizo
o no fue hechizo ¿Eso qué me importa ya? Pues mis
ojos son sus ojos Y mi ser, solo su ser Si fue hechizo o
no fue hechizo Ya no me preocupa más Soy feliz entre
sus brazos Eso es una realidad (Recomendable
escuchar) Canto a todo volumen mientras cierro los
ojos lloro y río como una loca. Máximo solo me
observa arrepintiendose de llevarme a ese antro.
Cuándo llegamos a mi mansión ya estaba ronca de
cantar tanta música... Romántica todas, creo que estar
ebria me puso romántica. Máximo abre mi puerta y me
ayuda a bajar. - Oye... Hay que hacer silencio, no quiero
que Angel se despierte y me mire así. Hablo
preocupada. - Descuida ya el debe de estar
durmiendo. Dice Máximo tomándome de la cintura
para que no caiga. ¿- Enserio? ¿Qué hora es? Pregunto
confundida - Casi las tres de la mañana. Responde
Máximo. Abro los ojos y empiezo a llorar. - Que mala
madre soy... No le di su beso de buenas noches a mi
hijo. Lloro desconsoladamente. - Shhhh, tranquila si se
lo diste antes de irnos. Trata de tranquilizarme. ¿-
Enserio? - Así es, así que no hagas ruido, para que
Angel no se despierte. Asiento varias veces, pero el
silencio me causa risa, por más que intento controlarlo
no puedo. - De verdad, no volverás a beber otra vez.
Dice Máximo cargandome para llevarme a mi
habitación ya que no podía caminar de la risa. Hago un
puchero y beso su mejilla. - Prometo que la próxima
que bebo no voy a embriagarme, solo tengo que
acostumbrarme. Beso su mejilla muy cerca de sus
labios. - Nada de promesa, no puedes tomar alcohol.
Dice Máximo acostandome en mi cama, pero lo halo
conmigo. - Hazme el amor Maxi. ¿- Que?
Capitulo:16
CAP:16 CELIA : – Hazme el amor Maxi ¿– Que? Me mira
sorprendido sin saber que hacer o decir. – Que me
hagas el amor, se que escuchaste perfectamente. Digo
con una sonrisa coqueta. – Celia... Creo que es mejor
irme... Estás muy ebría... No dejo que termine y lo tomo
del cuello para tenerlo muy cerca de mí. – Estoy algo
ebría, pero se lo que hago... Eso te lo puedo asegurar.
Hablo guiñandole el ojo. ¿– Y si te arrepientes mañana?
– Nunca me arrepiento de lo que hago. Digo
acariciando su cicatriz y dejando un dulce beso en ella.
– Celia no creo que... – Sshhh. Coloco un dedo en su
boca. – Deja las excusas Maxi... ¿Acaso la tienes
chiquita? Alzo las cejas con una sonrisa burlona.
Máximo frunce el ceño y me tumba en la cama
devorando mis labios con mucha ganas. ¿– Quieres
saber de que tamaño la tengo? Me habla besando mi
lóbulo y dejando pequeños mordiscos. Un suave
gemido sale de mis labios y sonrío. – Sí. Hablo con la
voz ronca. Máximo toma mi mano y la presiona en su
paquete. – Lo sientes ¿Mmm? Dice volviendo a besar
mis labios con pasión. Sin darme cuenta sólo estoy en
ropa interior, pero lo curioso es que no siento
vergüenza ¿De verdad estoy muy ebria? Me distraigo y
dejo de pensar cuándo Máximo toma entre sus labios
mis pechos, y juega con ella a su antojo volviéndome
loca de placer. ¿– Te gusta? Me pregunta bajando por
mi vientre. – Me encanta. Hablo tomando entre mis
dedos su largo cabello y lo halo de manera suave. Mis
bragas son retiradas y ahora entiendo por que a las
chicas les gustan que bajen al pazo. – Mmm, si Maxi así.
Digo entre gemidos. Un inmenso placer hace que cierre
los ojos y apriete los puños en la cama. ¿– Estás bien?
Pregunta Máximo subiendo a besar mis labios, y
haciendo que pruebe mi sabor. Solo asiento y él se
coloca de pies quitándose toda la ropa... OMG que
muñecón. ¿– Sorprendida? Dice muy orgulloso de su
muñecón. ¿– Como caminas con esa cosa? Digo sin
salir de mi asombro. – JAJAJA Se burla de mí mientras
sube encima de la cama. – Me encantaría saber si eres
así de atrevida cuándo no estás ebria. Dice con una
sonrisa subiendo encima de mi apoyándose de sus
fuertes brazos... La verdad tiene un cuerpo de infarto.
No digo nada y lo halo del cuello para besarlo con
pasión mientras su gran muñecón rozaba mi intimidad.
¿– Estás lista? Me pregunta y yo asiento sin dejar de
acariciar su espectacular cuerpo. Gimo cerrando los
ojos con dolor cuándo siento que entra en mi de golpe.
– Mierda, lo siento, lo siento. Dice con preocupación
intentando salir, pero lo envuelvo con mis piernas. – Ni
se te ocurra... Solo... Espera un momento. Mierda creo
que hasta se me quitó la ebriedad. ¿– Eres virgen?
Mierda estás apretada. Habla con la voz ronca
besando mi cuello. Sonrío ¿– Como es que soy virgen
con un hijo? – Tienes razón ¿Cuánto tiempo tienes que
no lo haces? Dice moviéndose de forma lenta y
pausada. – Desde que escapé del hospital con Ángel...
Mmm, muévete más rápido. Digo moviendo mis
caderas junto a él, pero el se detiene. – Espera me
estás diciendo que... – Así es, no he estado con nadie
más... Deja de hablar y muévete. – Tus palabras son
órdenes. Dice moviéndose más rápido y besando mis
labios apacionadamnete. Nuestros gemidos se
volvieron uno solo y nuestros cuerpos chocaban
haciendo un sonido obsceno hasta llegar al más alto
de lo placeres. (...) Abro los ojos al sentir mucha sed y
un fuerte dolor de cabeza y dolor de cuerpo...
Principalmente en mi zona baja... Intento moverme,
pero algo me tiene acorralada, me volteo temerosa
para ver quién es y me llevo la gran sorpresa de ver
Máximo dormido profundamente... Sin ropa... Mierda
¿Que hice? Como puedo me separo de él sin
despertarlo y así como estoy desnuda corro al baño,
con el corazón latiendo a mil por segundos. Cierro con
seguro la puerta y me apoyo en ella. – Celia... ¿Que
hiciste? ¿Acaso estás loca? Digo bajito recordando
todo lo que hice anoche... Estaba Insaciable, luego de
terminar con el misionero, me subí arriba de él para
cabalgarlo... ¿Enserio le dije que quería saber como se
siente que llegue hasta el fondo? Estoy loca, lloriqueo
recordando toda la locura de anoche... Pero no se
quedó ahí... Luego Máximo me puso en cuatro hasta
hacer que me tiemblen las piernas como gelatina,
después colocó mis piernas sobre sus hombros y me
dió como cajón que no cierra. Me siento en el piso
sintiendo mi rostro arder de la vergüenza... Estoy
jodida. Me coloco de pies y quedo horrorizada al
verme al espejo... Si lo que se imaginan... Estoy llena de
marcas ¿Tan agresivo fue? Pienso recordando toda la
forma en la que me tomó. Niego con la cabeza varias
veces con las manos en mis mejillas de lo roja que
estoy. Me entro a la ducha y dejo que el agua me
caiga en todo el cuerpo... Tengo que despejar mi mente
estoy hecha un lío. Al terminar de ducharme salgo
envuelta en una toalla temerosa de abrir la puerta.
Pero me lleno de valor y la abro, encontrándome a
Máximo sentado encima de la cama con el pantalón
puesto. – Bueno días. Digo con un hilo de voz
muriéndome de la vergüenza. Máximo se gira y me
observa de arriba abajo, luego se suena la garganta. –
Buenos días Celia ¿Cómo te sientes? Pregunta sin
despegar sus hermosos ojos de mí. – Con sinceridad,
me siento horrible con la resaca... Y... Avergonzada.
Hablo bajando la mirada. Siento como Máximo se
acerca a mí y sube mi mentón con sus grandes manos.
– Nunca bajes la mirada y lo de anoche... No tienes por
qué avergonzarte estuviste increíble. Siento mi rostro
arder y miro hacía otro lado. Cielos, parezco niña
adolescente, ¿Por qué tiene que ser tan lindo? – Está
bien... Iré a cambiarme... Puedes usar el baño. Digo casi
huyendo... Me siento tan nerviosa.
Capitulo:17
CELIA: Antes de entrar a mi closet tomo mi celular para
llamar a la nana. – Buen día señora ¿Se le ofrece algo?
Escucho la voz de la nana. ¿– Angel está despierto?
Pregunto – No señora aún duerme. Suspiro. – Nana...
Quiero que me hagas un favor... Mmm, necesito que
vayas a la farmacia y me traigas una pastilla del día...
Por favor... Escucho silencio a través de la línea. – No sé
preocupe señora yo me encargo. – Gracias. Digo para
colgar la línea y suspirar. Miro mi enorme closet y no se
que ponerme... Quiero estar hermosa, pero no quiero
ser muy obvia. Así que elijo unos short y un top de
color blanco, me coloco unas sandalias cómodas,
desenredo mi cabello y lo dejo así mojado. Me miro al
espejo, vuelvo a suspirar y salgo. Al salir Máximo se
encuentra de pies secando su hermoso cabello con
una toalla, solo lleva el pantalón que tenía hace rato
dejándome ver ese hermoso cuerpo bien trabajado...
Como deseo volver a tocarlo... – Tenemos que hablar
Celia. Dice Máximo mirándome serio. Cielos ¿Por qué
me pone tan nerviosa ese tenemos que hablar?
Asiento y lo guío a un pequeño sofá que tengo en mi
habitación. ¿– De... De qué quieres hablar? Hablo sin
dejar de mirar ese cuerpo... Solo me hace acordar lo
salvaje y apasionado que es... Ufff, hasta se me quitó la
resaca, que calor esta haciendo. ¿– Me estás
escuchando Celia? Me sobresalto al escuchar su voz. –
Disculpa ¿Que decías? Hablo con la voz ronca
mirándolo ¿Pensará que soy una fácil si le digo que lo
deseo? – Si me sigues mirando de esa manera te juro
que no respondo. Dice acercándose a mí acariciando
mi mejilla. – Máximo... La propuesta que te hice
anoche... Yo... – Mamí ¿Estás despierta? Nos interrumpe
la voz Angel detrás de la puerta. Muerdo mis labios
suspirando. – Claro que sí cariño. Hablo levantándome
del sofá. ¿– Puedo pasar? Pregunta – Claro que sí.
Angel abre la puerta y entra con una tabla en su mano.
– Mami ¿Ya viste todo lo que hay en las r************* ?
Niego y Angel me pasa su tabla. Bajo el brillo para
mirar bien las letras, por el dolor de cabeza y leo. LA
HIJA MENOR DE LOS WILLIAMS ESTÁ VIVA. Miro una
foto mía que salgo al lado de Máximo tomados de la
mano y una imagen de mis padres y hermana que me
miran asustados y sorprendido. Luego miro más
encabezados. La hija menor de los Williams es la
prometida de la bestia. Otros como: Que estoy
embarazada, que busco venganza, que mis padres me
abandonaron, que mis padres me odian, que mi
hermana me quiso asesinar para quedarse con mi
prometido... Etc. Quedo sorprendida por la manera de
las personas pensar... Pero todo eso me beneficia,
ahora los Williams tienen que responder por el cuerpo
que han sepultado diciendo que era yo. Aunque claro
algunas personas piensan que soy una impostora, pero
el que me ha conocido sabe perfectamente que soy
yo, y las expresiones en sus rostros dejaron mucho de
que hablar... JAJAJA. ¿– Mami, Maxi durmió aquí?
Mierda me había olvidado de él. – Jeje... Si. Hablo algo
incómoda. Observó cómo Angel le lanza una mirada
asesina y máximo solo sonríe burlándose de él. (...)
Horas más tarde estamos sentados desayunando, yo
me estoy tomando una sopa por la resaca... Siento que
muero, mi cabeza va a explotar. ¿– Te sientes bien? Me
pregunta Máximo y niego. – Siento que mi cabeza va a
explotar. Digo tratando de masajearlo. ¿– Tomaste la
pastilla? Dice con preocupación. – Si, pero aún así no
deja de doler, no vuelvo a tomar alcohol. – Maxi ¿Por
qué permitiste que mami tomara alcohol? Hasta de
olerlo está ebría. Dice Angel mirándolo mal cruzandose
los brazos. – No sabía que era poco tolerante al
alcohol... Pero no me arrepiento, fue increíble. Dice
mirándome con una sonrisa coqueta, muerdo mis
labios y miro hacía otro lado con la cara roja. – No
entiendo a los adultos... Mejor me voy de aquí. Dice
Angel levantándose para irse. ¿– Te doy un masaje? Me
pregunta Máximo y yo asiento con una sonrisa tímida
¿Que me pasa? Con sus grandes y hábiles manos
empezó a darme un suave masaje en la cabeza. ¿– Te
gusta? Me susurra en mi oído con esa voz tan sexi. –
Me encanta. Digo para voltearme y mirarlo. ¿– Sabes?
Tampoco me arrepiento de haber tomado... Fue unas
de las mejores noches de mi vida... Gracias a ti. Hablo
mandando la vergüenza a un lado. De pronto me
coloca encima de la mesa y sus labios chocan con los
míos con desespero y pasión. – Quería hacer esto
desde que te ví salir de baño. Susurra en mis labios y
vuelve a besarme mordiendo mis labios en el proceso.
Mis manos pasan detrás de su cuello y lo atraigo más
a mi. – Maxi... Gimo bajito al sentir como sus manos se
cuelan debajo de mi ropa y aprieta mis pechos. – Me
encantaría tomarte aquí mismo, pero... – Lo sé, Angel
puede aparecer en cualquier momento. Susurro con la
respiración agitada. – Así es, sería incómodo tanto para
él como para nosotros. Dice abrazándome y pegando
su gran muñeco en medio de mis piernas. – Cielos
estás... No termino la frase y Máximo se pega más a mí.
– Así es como me pones, todo es tu culpa. Dice
separándose de mí haciendo un lindo puchero. Miro
hacía abajo observando ese gran paquete... Mmm –
Deja de mirar así Celia... Iré al baño, luego debo
marcharme. Dice para besar mis labios de forma casta
e irse. Uuff, esto me está volviendo loca. – Señora aquí
está lo que me pidió. Se acerca a mi la nana con un
vaso de agua. Me bajo de la mesa y me tomo la
pastilla con el vaso de agua. – Muchas gracias nana. –
Estoy para servirle señora. Dice y se marcha. Mi celular
suena y sonrío al ver el número de patricia. – Hola Patri
¿Cómo estás? Hablo con emoción. – Estoy bien... He
visto las r************* ¿Te sientes bien? ¿Todo está
marchando como lo planeado? – Todo va mejor de lo
planteado... ¿Cuándo piensas visitarme? Me haces falta.
– Tu igual, junto al pequeño terremoto, por eso iré
mañana. ¿– Mañana? Pregunto sorprendida. – Si
mañana, sabes muy bien que no me gusta repetir las
palabras más de dos veces, te voy a castigar cuándo
llegue. Empiezo a reirme. – Te quiero mucho Patri. Digo
sin dejar de sonreír. – Deja la cursilería... Por cierto
Hugo llegará allá esta noche. ¿– Está noche? ¿Hasta
ahora me lo dices?
Capitulo:18
Cap:18 MÁXIMO : Busco mis cosas y cuándo voy a bajar
me encuentro a Angel mirándome con los brazos
cruzados. – Sé que ya su relación no es sólo una
pantalla... Así que si me entero que haces llorar a
madre, no tendré compasión contigo Máximo Cooper.
Sonrío al ver como el niño cuida a su madre. – Mis
intenciones con tu madre son buenas, prometo
cuidarla. Digo colocándome a su altura. Angel me mira
con recelo y luego suspira. – Confiaré en tí Máximo,
espero que cumplas tu palabra... Pero ahora hay un
problema Maxi. Dice Angel frunciendo el ceño. ¿– Un
problema? Pregunto confundido – Así es, me enteré
que Hugo Jhonson estará aquí esta noche. Dice Angel
muy pensativo y lo miro sin entender. – Explicate mejor.
Digo impaciente por saber. – Hugo Jhonson, de seguro
debes de conocerlo... El está enamorado de mi madre
desde que tengo uso de razón... No dejo que el termine
de hablar. – Claro que lo conozco, es un mujeriego de
primera... ¿Por qué dices que él va a estar aquí? Hablo
frunciendo el ceño. – De seguro madre no te ha dicho,
pero son amigos de hace años y se llevan bien, pero el
no la mira como amiga... La mira como mujer. Dice el
pequeño frunciendo el ceño. Me levanto y paso la
mano por mi cabello... No puedo prohibirle que no vea
a su amigo de hace años, se mira muy feo, además no
tenemos una relación estable para estarle prohibiendo
¿Que hago? Debo buscar una menera de mantenerlo
alejado de ella... – Puedo ayudarte a que el tío Hugo se
mantenga lejos de ella, pero debes de hacer algo por
mí. Miro al pequeño que me observa con una mirada
astuta... Es muy inteligente el mocoso. – Bien, te
escucho. Digo. – Lo que debes de hacer por mí es
simple, solo quiero reunirme con Rassanna y pasar
tiempo con ella. Dice el pequeño con una sonrisa. Alzo
las cejas. ¿– Acaso te gusta la pequeña Anna? Angel
me mira con una sonrisa. – Soy muy pequeño para
pensar en esas cosas... Por ahora quiero ser su amigo.
Dice con cara de inocente, pero se que de eso no tiene
nada. – Bien ¿Es un trato? Digo tendiendo mi mano. –
Es un trato. Dice el pequeño estrechando nuestras
manos. Ya tengo por donde dominarlo. Piensa Angel
con una sonrisa macabra en el cerebro. CELIA : Me
pasé el día tomando mucha agua y pensando en el
maravilloso cuerpo de... Ya saben quién, creo que estoy
obsesionada. En estos momentos me encuentro en mi
despacho, pero no he podido concentrarme en nada. –
Mami, el tío Hugo ya está aquí. Escucho la voz de Angel
detrás de la puerta. – Está bien, dile que ya bajo. Digo
suspirando, me siento muy cansada. Al llegar a la sala,
ahí está Hugo esperándome con su sonrisa de siempre.
– Celia cariño, es bueno volver a verte ¿Cómo estás?
¿Todo está bien? Dice intentando abrazarme, pero
Angel me aleja de él. – Tío Hugo mami está
comprometida, no se vería bien que la estés
abrazando. Angel se coloca frente a mí. – Pero este
mocoso, no me importa si tu madre está
comprometida de todas maneras yo la vi primero. Dice
con una sonrisa. – No importa que la hayas visto
primero, mami al que quiere es a mi papi Máximo. Me
atraganto con mi saliva y Hugo me mira con la boca
abierta. ¿– Acaso el llama papi a ese supuesto
prometido tuyo? Me pregunta sin dejar de abrir la
boca. – Supongo que estás cansado ¿No quieres
sentarte y comer algo? Digo cambiando de tema.
Hugo no dice nada y me hace caso. Los tres nos
sentamos a comer unos bocadillos y Angel no deja de
mencionar lo emocionado que estaba cuando le ganó
la partida a Máximo y lo mucho que se divirtió cuándo
fuimos al cine. Miro a Angel para que haga silencio, se
que lo hace a propósito, nunca ha querido a Hugo
porque según él es un mujeriego de primera. – Mami,
los dejaré para que hablen tranquilos... Tío Hugo
cuidado si le pones un solo dedo a mi madre, está
prohibida. Angel se marcha y solo quedamos Hugo y
yo. – Pensé que el compromiso era solo pantalla ¿
Acaso es real? Me pregunta Hugo sin dejar de mirarme.
Desvío la mirada. – Es algo difícil de explicar, no quiero
hablar de ello. ¿– Acaso te gusta? ¿Estás enamorada
de él? Alzo las cejas. – No tengo por qué darte
explicaciones de mi vida privada Hugo, creo que eso
quedó claro entre nosotros. Digo mirándolo con
seriedad. Hugo suspira y pasa la mano por su cabello.
– Perdón es solo que... Rayos ¿Por qué nunca te gusté?
Siempre estuve detrás de tí y nunca me hiciste caso
¿Que tiene el que yo no? Suspiro – Hugo siempre te lo
he dicho, te veo como un amigo o hermano, jamás
como hombre ¿Que parte no entiendes? ¿Debo
decírtelo en otro idioma? Hablo molesta, cada vez que
lo veo tengo que explicarle lo mismo ya me tiene harta.
– Esta bien no te molestes, ya entiendo, se que soy un
necio pero... Mejor olvídalo y dime como vas con todo
lo planeado. Suspiro al ver que cambia de tema. – Todo
perfecto, dentro de poco me rogaran de rodillas. Digo
con una sonrisa. – Genial, ya hice lo que me pediste,
¿Cuándo te presentarás ante ellos? Sonrío – Muy
pronto, les quiero dar otra sorpresa. Hugo y yo
hablamos de otros temas más, luego cada uno fue a
dormir. Al llegar a mi habitación, me tomo una ducha y
luego me acuesto pensando en todo lo que debo
hacer, debo moverme rápido para terminar con esto lo
más pronto posible e irme. Mi celular suena y miro el
número de Máximo. ¿– Si? ¿– Estabas dormida?
Escucho su voz ronca. – No ¿Por qué? – Pensé que te
había despertado, pero ya veo que no, ¿Que tal tu
visita? Me pregunta y yo Frunzo el ceño. ¿– Me tienes
vigilada? ¿– Debería? – No me gustan que me vigilen,
eso significa que no me tienes confianza. – Confío en tí,
pero me molesta que un hombre esté contigo y no me
hayas avisado – Solo es un amigo, no debería de
preocuparte. Hablo suspirando. ¿– Segura? – Claro que
sí, no tengo por qué mentirte. – Bien confiare en tí,
mañana paso por tí a las 7:30 te llevaré a mi empresa.
– De acuerdo, estaré lista a esa hora. – Perfecto.
Escucho que dice y cuelga... Pero... ¿Por qué colgó tan
pronto? Suspiro y me dispongo a dormir, mañana será
un largo día. (...) Estaba terminando de desayunar
cuándo la nana me avisó que Máximo me esperaba en
el auto. – Dile que ya voy. Hablo levantándome para
dirigirme al baño y cepillarme de inmediato. Al
terminar me dirijo a la salida. – Nana cuándo Hugo y
Angel despierten le dice que salí para la empresa de
Máximo, que estaré aquí para el almuerzo. La nana
asiente y yo me voy. Al salir Máximo me espera
recargado en su auto. – Eres muy puntual, eso me
encanta. Sonrío como boba y me acerco para besar su
mejilla. – Bien día para ti Máximo. El sonríe y se quita el
cubre bocas para besar mis labios con pasión. – Buen
día para tí, mi hermosa prometida. Dice con una
hermosa sonrisa en los labios. ¿– Nos vamos? Digo
separándome de él. Máximo abre mi puerta y nos
dirigimos a su empresa. Al llegar Máximo abre mi
puerta y me toma de la mano entrelazando nuestros
dedos. ¿– Estás lista? – Por supuesto. Hablo sonriendo.
Al entrar dentro todo el personal nos mira asombrados
y murmuraban muy bajito, pero yo no les prestaba
atención y camino resonando mis tacones y moviendo
mis caderas como si de una pasarela se tratase. Al
entrar al ascensor no dejo de sonreír. ¿– Por qué te
ríes? Me pregunta Máximo curioso. – Me da risa la cara
de estúpidos que ponen al vernos. Máximo me abraza
por detrás y deja un suave beso en mi cuello. – Me
alegra que en vez de incomodarte, te divierta esto. Iba
a contestar, pero las puertas del ascensor son abiertas.
Salimos muy abrazados, pero una presencia maligna
nos detiene. – Llevo rato esperandote Máx, me alegra
volver a verte. Carolina Miller ¿Que hace esa perra
aquí?
Capitulo:19
¿– Seguro que imvestigaste bién? Pregunta Víctor
frunciendo el ceño. – Así es, sólo hay registro de ella de
hace diez en adelante. – Esto es raro Andrés... No se
como no me di cuenta que era ella, está tan... Diferente
y hermosa. Dice Victor con una sonrisa pensando en su
exquisito cuerpo. Inmediatamente la puerta de su
oficina fueron abiertas dejando ver a una enojada
Mírian. ¿– Por qué no me contestas el teléfono Víctor?
Llevo horas llamandote, incluso te busqué en tu casa y
no te encontré. Habla Mirian acercándose a él muy
enojada. Víctor rueda los ojos y hace una seña a
Andrés para que se retire. – Cuida tu manera de hablar
conmigo, Mirian. Dice Victor muy tranquilo, pero en un
tono muy amenazante. ¿– Que cuide mi manera de
hablarte? ¿Por quién me tomas? Soy tu prometida
Victor, aparte de que llevo tu hijo. Se señala el vientre
muy alterada. – Llevas mi hijo por que así lo he querido,
recuerda que tu fuiste la que te metiste a mi cama
cuando estaba ebrio. Habla alzando las cejas mientras
se cruza de brazos. Mirian no encuentra que decir y las
lágrimas empiezan a salir rodando por sus mejillas. ¿–
Por qué me tratas así? Te he dado todo de mi para que
esto funcione, pero me humillas a cada instante ¿Por
qué Victor? Víctor suspira harto. – Te lo he dicho varias
veces, pero pareces no entender.... Mírian, te recuerdo
que solo llevas mi hijo por que necesito un heredero
para recibir toda la herencia, tú a mí no me interesas
en lo más mínimo entiéndelo, la única que me
interesaba como mujer era tu hermana... Error, me
interesa, es mucho mas mujer que tú. Habla con una
sonrisa asquerosa en el rostro. – Eres un ser
despreciable. Dice Mirian sintiendo un odio inmenso
hacia Cecilia. – No, la palabra perfecta sería, somos... Te
recuerdo que tú al igual que la zorra de tu madre le
daba lo mismo cada vez que mi adorada Cecilia las
llamaba para pedirles ayuda. Mirian iba a hablar, pero
Victor la detiene. – No quiero escucharte, mejor lárgate
te espero en la reunión de la tarde. CELIA : – Llevo rato
esperandote Máxi, me alegra volver a verte. Carolina
Miller ¿Qué hace esa perra aquí? Siento el cuerpo de
Máximo tensarse. ¿– Que haces aquí Señorita Miller? No
recuerdo haber tenido una cita con usted. Escucho la
voz dura de Máximo a través del cubre bocas. Ella
sonríe de forma inocente. – No es necesario la
formalidad conmigo, somos cercanos Máx. Habla
tratando de acercarse. – Le sugiero que mantengas la
distancia señorita Miller, no quiero incomodar a mi
prometida y además no somos cercanos, me molesta
que me llames por apodos, solo las personas cercanas
a mi pueden hacerlo. La chica me mira tratando de
calmar su enojo, pero sonríe de forma fingida. – Si tu
acompañante es el problema, podemos hablar a solas,
prometo que seré breve. Sonríe – Si tienes que decirme
algo, puedes hacerlo aquí delante de mí prometida,
quiero evitar malos entendidos. Dice mirándome
mientras me abraza más a él. Observo su molestia,
pero trata de disimularlo. – Veo que aún sigues
enojado por el pasado... Entonces hablaré contigo otro
día cuando no estés con tu acompañante. Que
persistente y arrastrada. – Señorita Miller, soy su
prometida no acompañante, espero lo tengas claro
para el futuro... Que tengas buen día. Digo para dejarla
parada como estúpida, mientras Máximo y yo
entramos al despacho. – Woow, si que es muy
persistente tu ex. Hablo tomando asiento en unos de
los muebles . Escucho el suspiro de Máximo y se sienta
junto a mí. – No entiendo por qué vuelve, después de
todo lo que me hizo y dijo ¿Acaso pensaba que la
recibiría con los brazos abiertos? Dice para recostarse
en el mueble colocando su cabeza en mis piernas. ¿–
Aún... Sientes algo... Por élla? Pregunto un poco
nerviosa, mientras le quito el cubre bocas. Miro como
frunce el ceño. – Lo único que siento por ella es asco, a
veces me pregunto como pude ser tan ciego. ¿– Por
qué lo dices? Ella es hermosa. Hablo acariciando su
rostro justo dónde está su cicatriz. Máximo cierta los
ojos por un momento y luego dice. – Cuándo tuve
aquel accidente, investigué mucho para encontrar
pruebas de que fue Víctor, pero lo que encontré fue...
Que me estuvo engañando todo el tiempo con mi
supuesto mejor amigo. Abro los ojos sorprendida y
dejo de acariciar su rostro. ¿– Era la amante de Vicor?
Pregunto aún sorprendida. – Mas que amante era su
cómplice, estoy muy seguro que ella tuvo que ver algo
con lo del accidente. Dice acomodándose mejor en mis
piernas. Suspiro mirando hacía el techo... La verdad
esto me ha dejado sorprendida, aunque de Víctor no se
puede esperar nada bueno. – Celia. Escucho la voz de
Máximo. – Mmm. Respondo muy perdida en mis
pensamientos. – Bésame. ¿– Qué? Reacciono de
inmediato mirando sus labios. – Me siento triste por
recordar el pasado... Bésame para alvidar todo... Dice
haciendo un lindo puchero. Sonrío como boba y bajo a
sus labios dejando pequeños besitos haciendo que el
sonría. Pero nos detenemos al escuchar como la
puerta es abierta de manera ruidosa. Máximo mira a la
puerta frunciendo el ceño. – Pero que demonios...
¿Mami? Dice sorprendido. Miro a una hermosa mujer
mayor entrar con cara de pocos amigos. Élla busca
con la mirada a Máximo y se sorprende al verlo ¿Será
por que está en mis piernas? Muevo a Máximo para
que se quite de mis piernas, pero este no hace caso. –
Ma, estas no son forma de entrar a mi oficina. Habla
Máximo como sin nada. La señora no aparta la vista de
mí y Máximo, poniéndome algo nerviosa. – Hijo ingrato
¿Tienes prometida y tengo que enterarme por las
noticias? ¿Es que acaso ya no me quieres? Dice la
mujer fingiendo tristeza, jeje ella si sabe como
manipular a su hijo. Máximo se coloca de pies y lleva a
su madre a sentarse mientras el se baja para hablar
con ella. – Ma, claro que te quiero, pero han surgido
muchas cosas y no he tenido tiempo de presentartela
¿Me perdonas? Habla Máximo con cara de inocente
haciendo un puchero. La señora suspira. – Claro que te
perdono... Pero primero presentarme a tu prometida.
Dice señalandome. Máximo se dirige a mí y me brinda
su mano para colocarme de pies, luego me llava junto
a su madre. – Ma, te presento a mi prometida Celia
Álvarez, cariño ella es mi madre Rosa Méndez de
Cooper. – Es un placer conocerla señora. Hablo
tendiendo mi mano, pero la señora me abraza. – Me
alegro que al fin mi niño esté con alguien, pensé que
moriría sin ver nietos de parte de este hijo ingrato.
Habla la señora sin soltarme. Miro a Máximo y este se
encoge de hombros. La madre de Máximo es una
persona muy censilla y buena, así que no tuvimos
problemas para hablar. – Cuentame pequeña, pensé
que eras hija de los Williams ¿Por que mi hijo te
presentó como Celia Álvares? Pregunta curiosa. – Mami
es un tema complicado, Celia te lo contará después.
Habla Máximo detrás de su escritorio revisando unos
papeles. La señora Rosa comprende y cambia de tema
haciéndome reír con sus chistes sobre Máximo. Cuándo
la señora Rosa se va a retirar la detengo. – Espere, hay
algo que quiero contarle... Soy madre tengo un niño,
espero eso no le moslete y sí es así no tengo problema
que me lo digas ahora. Hablo sin despegar mis ojos de
los suyos. Élla me mira con cariño y sonríe. – No soy
quién para juzgarte Celia, gracias por contarme, los
espero mañana en mi casa y llevas a tu niño. Dice para
retirarse con una sonrisa. – Tu madre me ha caído muy
bién. Hablo con una sonrisa. – Lo sé, élla es única.
Habla orgulloso. El tiempo con Máximo pasó en un
abrir y cerrar de ojos y ya era hora de irme. – Me
encantaría llevarte yo mismo, pero... – Lo sé, estás muy
ocupado no te preocupes. Digo con una sonrisa. –
Jeremi te llevará, suerte en tu reunión. – Gracias. Sonrío
para irme, pero soy detenida por Máximo. ¿– No sé te
olvida algo? Habla con una sonrisa. Frunzo el ceño y
luego sonrío para acercarme a él y besar sus labios
con pasión. Sus manos atrapan mi cintura y me sienta
en sus piernas haciendo que sienta su gran muñecón. –
Máximo... Gimo en medio del beso... Esto me está
volviendo loca. Sus manos viajan a mis pechos y las
aprieta. Luego escuchamos el sonido de la puerta. – Ya
debes irte, nos veremos esta noche. Habla con la voz
ronca dando pequeños besitos en mi cuello. ¿– Para
seguir? Pregunto muy coqueta con una sonrisa. ¿–
Quieres que siga? Me pregunta con una sonrisa. ¿– Tu
que crees? Digo mientras muevo mis caderas. – Paso
por ti a las ocho. – Estaré esperando. Digo
levantándome para irme, una reunión muy interesante
me espera.
Capitulo:20
CELIA : Mientras voy en el auto con Jeremi, solo pienso
si estoy haciéndo lo correcto con Máximo, sé que solo
será algo temporal hasta que todo se termine y deba
irme, pero ¿Que pasará si termino enamorandome de
él? Muevo la cabeza en negación mentalmente... No
eso no va a ocurrir, no voy a enomararme y se que
Máximo tampoco. ¿- Le importaría si paso a buscar a
mi hija? La voz de Jeremi me trae de vuelta. ¿-
Disculpa? - Le decía que paso a buscar a mi hija al
colegio y le preguntaba si no es molestia que pase por
ella. Vuelve a repetir Jeremi sin mirarme mientras
conduce. - Oh, no sé preocupe no tengo problemas con
eso. Hablo con una sonrisa algo avergonzada, por no
prestarle atención cuando habló. Al llegar frente al
colegio ya la pequeña lo esperaba con una sonrisa al
ver el auto. - Buenas tardes papi, ¿Cómo estás? Dice
entrando en la parte de atrás con una sonrisa. -
Buenas tardes mi cielo, estoy bién ¿Y tu? - Muy bién...
¿Quién es ella papi? Dice al darse cuenta de mi
presencia. Volteo a mirarla. ¿- Ya no te acuerdas de mí?
Hablo alzando las cejas con una sonrisa. Ella se
sorprende y sonríe. - Eres la madre de Angel, disculpa
por no reconocerte. Habla con sus mejillas rojas. - No
te preocupes pequeña. Le digo con una sonrisa. ¿-
Cómo está Ángel? Me pregunta - Está muy bién,
gracias por preguntar. Que tierna es la niña pienso. -
Señora Celia... Me giro para mirarla ¿- Si? Élla me mira
algo nerviosa. - Me gustaría ir a su casa para poder
jugar con su hijo, ya le dije a mi padre, pero me dijo
que le preguntaría y siempre se le olvida. Miro a
Jeremi... No creo que se le olvide. - Claro que si
hermosa, puedes ir cuándo gustes, me encantaría que
mi Angel tenga alguién con quién jugar y hablar creo
que se siente muy solo. Todo lo hablo con una sonrisa
mirándola. Observo como sonríe muy feliz. - De
acuerdo señora Celia, ¿Escuchaste papi? La señora
Celia me dió el permiso para ir a jugar con Angel.
Habla muy emocionada. - Si la escuché. Dice Jeremi
deteniéndose frente a mí mansión. ¿- Vives aquí? Me
pregunta la niña sorprendida. - Así es. - Waoo, es un
castillo enorme. Dice sin salir de su asombro. ¿- Te
gustaría conocerlo? Le pregunto y ella asiente varias
veces. ¿- Que les parecen si los invito a comer y de
paso saludas a Angel y te enseña la mansión? Ella
asiente muy emocionada y mira a su padre. El suspira
y luego asiente. Pasamos a mi gran mansión y los guío
a la entrada. Angel se lanza a mi con un abrazo como
siempre. - Mamita ¿Estás bién? - Si ¿Te portaste bién
con Hugo? El asiente, pero no le creo. - Hola Angel. La
voz de la niña nos interrumpe. Observo cómo a mí hijo
se les ilumina los ojos. ¿- Rossanna? Cuánto tiempo
¿Cómo estás? Ellos se saludan con abrazo y luego se
ponen a hablar olvidándose de nuestras precensia. -
Mami ¿Le puedo enseñar la mansión a Rossy? - Claro
que sí. Y los dos desaparecen de nuestras vistas. -
Jeremi amigo ¿Que haces aquí? Escucho la voz de
Hugo. ¿- Hugo? Se sorprende Jeremi. Luego los dos se
saludan con un abrazo muy emocionados. - Bueno veo
que se conocen, Hugo muéstrale el comedor a Jeremi,
yo iré a lavarme las manos y colocarme algo mas
cómodo. Hugo asiente y se lleva a Jeremi. Uuff, que
bueno que se conocen así se quitará su cara de
amargado. (...) Luego de haber comido y ellos haber
charlado y digo ellos, por qué Jeremi y Hugo no
dejaban de hablar como dos amigas chismosas que
tenían mucho tiempo de haberse visto y Ángel y
Rossanna estaban en su mundo hablando no se qué.
Jeremi y Rossanna se marcharon prometiendo volver
otro día y aquí estoy yo mirándome por última vez al
espejo. Tengo un vestido rojo pegado, dejando ver mi
hermosa figura, junto a unos tacones aguja negros, me
hice una coleta de caballo, mis pintalabios rojo carmín,
delineado y listo. Me siento hermosa, pienso mientras
volteo para ver mis atributos. Con todo ya listo salgo.
Cuándo bajo la escalera. - Mami Hugo se fue, dijo que
no tardaras mucho. Asiento y me bajo para dejar un
beso en su cachete. - vuelvo en unas horas Pórtate
bien ¿De acuerdo? Mi niño asiente y yo me retiro. Me
subo en mi deportivo n***o de último año y arranco a
toda velocidad. Al llegar a la empresa de Víctor, todos
observan mi auto y luego se sorprenden al verme
bajar. Salgo con elegancia y camino como la reina del
mundo moviendo mis caderas. La recepcionista no
muy amble me dice donde se encuentra la sala de
reunión y ahí me dirijo... Creo que tendré que
enseñarles modales a estas buenas para nada. Al
llegar al último piso me donde se encuentra la sala de
reunión. (¿- Estás aquí? Ya es hora) Me escribe Hugo un
mensaje. Sonrío y abro la puerta para entrar como si
fuera dueña de la oficina. - Perdonen la tardanza
señores. Hablo ingresando a la sala. Observo como mi
hermana se coloca de pies frunciendo el ceño. ¿- Que
haces aquí cecilia? ¿Acaso no te cansas de
molestarme? - Que falta de modales tienes hermana...
Y contestando a tu pregunta... ¿Tu prometido no te lo
dijo? Hablo sentándome en medio de dos señores
mayores. Ella mira a Víctor mientras se sienta. ¿- Que
Víctor tiene que decirme? Habla mirándolo a él y luego
me mira a mí. Sonrío - Que poca confianza te tiene...
Bueno ya que no lo sabes te diré... He invertido miles de
dolares en este empresa, y para que eso suceda me
convertí en socia con el veinte por ciento ¿Satisfecha?
Élla me mira con odio. - No voy a permitir... - Ya basta
Mirian. La corta Victor golpeando la mesa y luego dice.
- Disculpen el mal entendido, mi prometida está
embarazada... Puedes seguir Jhonson. Señala a Hugo
para que continúe. Este contiene la risa y sigue. - Como
les decía he decidido vender mis acciones a la señorita
Celia Álvares, sé que ella hará un buen trabajo, no es
por nada que su empresa es roconocida casi en el
mundo entero. Sus palabras hacen que mi ego crezca y
me sienta en las nubes. - No, no puedes venderle tus
acciones a élla, te lo prohíbo Jhonson. Habla mi
hermana Mirian colocándose de pies. Alzo las cejas y
cruzo mis piernas mientras la observo. ¿- Quién eres tú
para prohibirle algo? Hablo de manera tranquila y
pausada. - Soy la vicepresidente de esta empresa. Dice
altanera y orgullosa. Me coloco de pies. - Mirian, creo
que se te olvida algo... Tengo el veinte por ciento de las
acciones de la empresa ¿Cierto? Ella asiente dudosa
mirando a donde quiero llegar. - Hugo Jhonson acaba
de venderme sus acciones que son el diez por ciento y
si sumamos veinte más diez es igual a treinta ¿Sabes
que eso significa? Automáticamente me he convertido
en la vicepresidente de esta empresa, tus acciones son
una minoría delante de la mía. Le sonrío de forma
amable. Miro a Víctor y este me observa
analizandome. - No estoy de acuerdo, Victor dile algo.
Chilla como niña. - Victor no puede hacer nada, es la
norma de la empresa señorita Williams y debe de
aceptarla. Habla el señor que está a mi lado. - Pero... -
Pero nada Mirian lo que debes de hacer es sentarte y
callarte, eras la vicepresidente, pero no hacías nada, tu
gastadera de dinero junto a tu madre trajo un desfalco
grande a esta empresa. ¿- De qué hablas? Dice
nerviosa, pero mostrando seguridad. Alzo las cejas. -
Hablo de esto. Digo sacando unos papeles de mi bolso.
- Tu madre y tu se han encargado de tomar todo el
dinero que han invertido algunos inversionistas para el
crecimiento de esta empresa, ¿Sabes como se le llama
a eso querida? Robar. - Yo jamás he tomado ese
dinero, estás celosa de mi, por eso me estás haciendo
esto. Me río de su locura. ¿- Celosa yo? Cariño soy una
mujer comprometida. Le muestro mi anillo que yo
misma me compré. - Ahí están las pruebas del desfalco
que has hecho, devuelve todo ese dinero. Digo
tomando asiento de manera delicada.
Capitulo:21
C ELIA : ¿– Podemos hablar a solas un momento?
Interrumpe Victor dirigiéndose a mí, mientras algunas
inversiones miran las pruebas del desfalco que ha
causado Mirian. Alzo las cejas... ¿Ahora que quiere este?
– Claro ¿Por qué no? Digo colocandome de pies junto a
él. Víctor me lleva fuera de la oficina por el lado
contrario de la sala de reuniones. Entra a una oficina
que supongo es su despacho. ¿– Para que me traes
aquí? Espero que no sea para violarme como hacías
antes. Hablo de lo mas normal mirándome mis uñas
bién arregladas. – No sé de qué hablas Cecilia... – Celia,
mi nombre es Celia, Cecilia murió hace muchos años.
Digo tomando asiento en unos de sus muebles
cruzando las piernas. Observo como suspira. – Bién
Celia, espero que olvidemos el pasado y nos
concentremos en lo que es el presente y si todo lo que
estás haciendo es por que estoy con tu hermana,
quiero sepas que nunca te he olvidado y si estoy con
Mírian es por que necesito un heredero para obtener la
herencia de mis abuelos... Empiezo a reírme antes que
termine de hablar. – Víctor, Víctor, ¿Acaso crees que
hago todo esto por que estoy celosa? No me hagas
reír. Hablo limpiando una falsa lágrima. – Que lindo es
el karma ¿No? Digo observándolo con una sonrisa. ¿–
Que quieres decir? – No te hagas el estúpido Víctor,
hace años tendrías tu heredero ¿Pero que hiciste? – No
estaba preparado para tener un hijo, era muy joven.
Dice frunciendo el ceño Me coloco de pies y suspiro. –
Está conversación me aburrió, si no tienes nada que
decirme es mejor que me retire. Digo dándome la
vuelta, pero el muy maldito me toma del brazo
haciendo que de la vuelta quedando frente a él. – La
verdad no sé qué haces con el inútil de Máximo, pero
déjame decirte algo Cecilia, eres mía y siempre lo
serás. Dice mientras aprieta mi brazo con fuerza. No
me quejo de dolor y lo miro con odio. – Jamás seré
tuya... Me das asco. Hablo haciendo una fea mueca y
solo observo como su rostro se transforma. Solo siento
cuando mi espalda es chocada contra la pared y como
el animal que es me acorrala. – Vamos a ver cuánto
asco te doy. Dice muy enojado acercándose mí.
Empiezo a reírme como loca y él me mira turbado...
¿Acaso pensó que le tendría miedo? ¿– Que pasa?
Vamos, adelante violame cómo siempre lo hacías, te
aseguro que me harás las cosas más fáciles maldito
poco hombre. Solo siento como mi rostro es volteado
por la bofetada que me da. Si se que lo provoqué, pues
ha reaccionado justo como quería. – Celia yo... – Juro
que me la pagarás maldito. Levanto mi rodilla y con
todas mis fuerzas golpeó su parte íntima, haciendo
caiga al suelo gritando de dolor. Sonrío mirando como
se revuelca de dolor... Esto es solo el principio Victor.
Pienso mientras camino y piso su mano con mis
tacones agujas para salir de su apestable despacho. Al
salir busco el baño y lo encuentro con éxito. Entro y lo
primero que hago es mirarme al espejo para encontrar
una fea marca roja en mi hermosa mejilla. Sonrío
levemente y en mi bolso busco un mentol (VapoRub)
¿Se preguntan para qué? JeJe. Lo destapo y con mi
dedo tomo un poco y lo paso alrededor de mis ojos
para que salgan mis preciadas lágrimas con el frío. Lo
retiro con una servilleta quedando un poco n***o
alrededor de mis ojos por el delineador. Unos minutos
más tarde salgo, dándole el tiempo suficiente a Víctor
para que entre de primero. Al llegar a la puerta pongo
un rostro triste y lastimero y entro con la mirada baja.
Siento la mirada de todos, pero permanezco cabizbajo.
¿– Se encuentra bién señorita Álvares? Me susurra el
señor que está sentado a mi lado. Lavanto el rostro un
poco mirándolo. – No sé preocupe, estoy bién. Hablo
mirando a Victor de reojo con un poco de temor. Él
señor y los demás que me escucharon miran a Víctor y
luego a mí, pero donde no despegaban los ojos era de
mi roja mejilla. Luego de una intensa charla de media
hora la reunión llega a su final. – Bien señorita Alvares,
el lunes tomará su puesto oficialmente como
vicepresidente cuentas con nuestro apoyo para lo que
necesites. Dice uno de los inversionistas con una
sonrisa amable. Le sonrío igual y asiento. – Muchas
gracias por su apoyo. Digo muy amable. Todos se
colocan de pies y proceden a retirarse. Miro a Víctor
con una sonrisa burlona y este me mira sin expresión.
Igual me coloco de pies y me retiro pero no sin antes
mirar a mi hermana sobre el hombro para sonreír con
superioridad. Al salir fuera de la empresa Hugo se
coloca frente a mí. ¿– Acaso ese animal se atrevió a
golpearte? Dice enojado – Tranquilo Hugo, todo fue
por una buena causa. Digo apartandome de él para
subir a mi auto. – Por cierto... ¿hiciste lo que te pedí?
Pregunto – Si todo está hecho, por eso no debes de
preocuparte. Habla suspirando. – Muchas gracias
Hugo, has sido de mucha ayuda para mí, no tengo
como agradecerte. Digo mirándolo con
agradecimiento. El solo suspira. – Mejor ya vete, debes
de recoger a Patricia ya está por llegar. Dice para irse
hacía su auto. Asiento para arrancar a toda velocidad
hacía el aeropuerto. (Espero les gusten) ❤️
Capitulo:22
Cap:22 CELIA : Llego al aeropuerto y la primera cara
que miro es la de Patricia. – Patri. Grito al salir del auto.
Ella me mira y sonríe como siempre lo hace. – Pequeña
mocosa ¿Por qué te tardaste tanto? Llevo como diez
minutos parada. Dice acercándose con sus maletas. No
le presto atención y la abrazo como siempre lo hacía. –
Perdón por llegar tarde, tuve contratiempos ¿Dónde
está Marcos? Pregunto buscándolo con la mirada. –
Está en el baño en seguida viene. Patri no termina de
hablar cuando Marcos ya está junto a mí. – Pequeña
¿Cómo has estado? Habla con una sonrisa en el rostro.
Sonrío de vuelta y le doy un abrazo. – Estoy muy bien
Marcos ¿Y tu como has estado? – Más joven y con más
energía. Habla con una sonrisa. – No le hagas caso ya
no aguanta ni tres rondas. Dice Patri rodando los ojos.
Marcos iba a contestar pero la voz de Hugo nos
interrumpe. – Llegué yo ¿De qué hablan? Dice
uniéndose a nosotros. – Tú y tu mala educación, ya
eres un hombre madura Hugo. Lo regaña Patri. – No
soy una fruta para madurar. Sonríe guiñandole un ojo.
– Es mejor irnos, me imagino que están agotados.
Hablo para tomar la maleta de Patri y llevarlo al auto
de Hugo. Patricia se va conmigo y Marcos con Hugo.
Mientras vamos de camino. ¿– Que es ese moretón que
tienes en la mejilla Celia? Me pregunta Patricia. – No es
nada Patri. Hablo restándole importancia. – Tú mejilla
tiene marcado cinco dedos ¿Y me dices que no es
nada? ¿Estás bromeando? Me recrimina. – No seas
exagerada, no sé nota tanto, además tuvo que pasar
para que mis planes salgan perfectos. Escucho como
Patri suspira. – Nunca debes de permitir que un hombre
te toque de esa manera... ¿Y que me dices de ese tal
Máximo Cooper? Dice cambiando de tema. ¿– Que
quieres que te diga de Máximo? Hablo muy tranquila,
Patri y yo nos tenemos confianza y ningún tema es
incómodo para hablar entre nosotras. – Todo, quiero
saber todo. Dice mirando el paisaje de la cuidad. –
Bueno Máximo es... Es muy lindo conmigo, no es como
las personas dicen. Puedo ver cuándo Patri alza las
cejas. – Mmm ¿Qué más? Pregunta la muy entromitida.
– Se lleva muy bien con Angel y tiene tremendo
muñecón. Digo recordando esa enorme cosa parada.
¿– Muñecón? Pregunta confundida. – Si lo que tiene en
medio de sus piernas... Es una monstruosidad... Waoo.
Miro de reojo a Patri y tiene la boca abierta. – No
puedo creer que te acostaste con el Celia... – Estaba
algo ebria, pero si. Hablo deteniendome en un
semaforo, miro a Patri y tiene sus ojos bien abiertos. ¿–
Al menos bebiste pastillas? – Pues claro, aún no quiero
traer más hijos al mundo. Digo volviendo a arrancar mi
auto. Escucho como Patri suspira aliviada. – Y dime ¿Te
lo hizo bien? ¿Te dolió? ¿Cuántas veces lo hicieron?
Siento mi cara ponerse roja. – Patri... Ya eso es privado...
Aunque... Si, fue maravilloso. Hablo con una sonrisita
recordando todo lo que hicimos. – vaya no pensé que
que al recordar tu querido pondrías esa sonrisa de
tonta. Dice burlándose de mí. La miró mal y acelero a
toda velocidad provocando su risa incontrolable. (...)
Estaba terminando de cambiarme cuando escucho
que tocan mi puerta. ¿– Si? – Soy yo Celia. Escucho la
voz de Patri – Pasa Digo mientras me coloco mis
sandalias. – Saldremos junto a Ángel y Hugo para
conocer la cuidad, así que si quieres puedes volver
mañana nos ocuparemos del pequeño terremoto. ¿–
Enserio? Pregunto sorprendida. – Claro que sí. Dice
Patri acercándose a mí para arreglar mi cabello. – Mi
niña, has pasado por mucho durante todos estos años,
así que es conveniente que te desestreses un poco y te
diviertas es lo justo. Dice sonriéndome como solo ella
sabe hacerlo. – Gracias Patri, eres como la madre que
nunca tuve. Digo mirándola con cariño. Ella solo sonríe
y besa mi frente. ¿– Como me veo? ¿Estoy bien así?
Pregunto dando la vuelta. Ella me mira de arriba abajo.
– Estás perfecta. Me guiña un ojo. ¿– Algún consejo de
tu parte? Pregunto Ella sonríe alzando las cejas y me
da algunos consejos que me dejan roja. Cuándo Patri
sale me miro por última vez al espejo y me siento
hermosa. Llevo un vestido de tirantes, color turquesa,
pegado mucho más arriba de mis rodillas, dejando ver
mis hermosas piernas. El vestido tiene los costados
abiertos que se puede ver parte de mi fina cintura. Esta
vez no llevo ropa interior y mi cabello cae como
cascada sobre mi espalda. Unos minutos más tarde
escucho la voz de la nana. – Señora, el señor Cooper la
espera abajo. – Bajo enseguida. Digo tomando mi
bolso para bajar. Bajo la escalera de manera sensual
mirando al bello hombre que me espera abajo. –
Buenas noches. Digo acercándome a él, para besar de
menara casta sus labios. – Buenas noches. Dice
tomando mi cintura para profundizar el beso hasta
quitarme el aliento. – Me enteré que tienes visitas. Dice
mientras baja sus manos por mis nal*** ¿– Me estás
espiando? Pregunto en un susurro con mi voz sensual...
No se por que mi voz cambia de manera automática
cuando estoy con él. Escucho su ronca risa. – Puede
ser... Mmm ¿No llevas bragas? Pregunta con la voz
ronca. Niego con una sonrisa perversa y relamo mis
labios. Pero toda calentura se baja cuando Máximo
toma mi rostro con sus manos. ¿– Que te pasó en el
rostro Celia? Pregunta frunciendo El ceño. – No es
nada. Hablo colocando mi mano sobre mi mejilla,
pensé que lo había tapado con maquillaje, pero al
parecer Máximo es muy observador. Máximo quita mi
mano de mi mejilla y lo observa bien. – Fue el animal
de Víctor ¿Cierto? Miro como su rostro se llena de furia,
así que coloco mis manos sobre la suya y hago que me
mire a los ojos. – Ya me encargué de él, además me ha
facilitado más las cosas, no te enojes ¿Si? Pongo mi
cara de cachorro y miro como el suspira no muy
convencido. – De acuerdo... Es mejor irnos te tengo una
sorpresa. Dice tomando mi mano para entrelazar
nuestros dedos. ¿– Que sorpresa es? Digo emocionada.
– Si te lo digo ya no será sorpresa. Dice Máximo
abriendo la puerta de su auto para que entre. – Tienes
razón. Digo tomando asiento. Mientras vamos de
camino la mano de Máximo permanece en mi pierna
haciendo pequeñas caricias que hacen que suspire.
Muerdo mis labios mientras lo miro como va
concentrado en la carretera. Luego su mano va más
adentro frotando mi intimidad de manera de lenta. –
Maxi... Hablo casi suplicando. ¿– Que quieres Celia?
Habla muy tranquilo para mí salud mental. – Tu sabes
lo que quiero, así que no te hagas. Digo impaciente por
su lentitud... El muy maldito lo hace a propósito. – Abre
las piernas. Dice mientras detiene el auto en un
semaforo. ¿– Qué? Pregunto como estúpida. Sus ojos
grises me miran. – Abre las piernas Celia. Dice
demandante y en vez de enojarme siento como me
calienta. Le hago caso y abro las piernas para él. –
Mmm, así me gusta estás toda mojada. Dice volviendo
a conducir. Sus dedos empezaron a frotar ese punto de
placer que me volvía loca, luego introduce un dedo
dentro haciendo que gima su nombre. – Maxi... Mmm,
más rápido. Mi mente estaba nublada y solo quería
una cosa, liberarme. Entre gemidos y sonidos obscenos
con sus dedos, llegué a la cima del placer mientras
sentía mis piernas debilitarse. – Mmm, delicioso. Dice
Máximo cuando se lleva sus dedos con mis fluidos a su
boca. Nunca había visto una imagen tan erotica...
Quería comermelo a besos, pero tendría que esperar
no quería provocar un accidente. Máximo detiene el
auto y miro alrededor dándome cuenta que estamos
cerca de el mar. – Ponte esto, puede que haga frío. Dice
Máximo pasándome una chaqueta que supongo es de
él. Luego caminamos por una pequeña calle tomados
de las manos hasta llegar a un hermoso y lujoso yate.
Los dos subimos al yate e inmediatamente se pone en
marcha, al parecer Máximo tenía todo preparado. –
Ven, sígueme. Dice Máximo guiándome dentro y un
agradable aroma llega a mi nariz, frente a mí se
encuentra una mesa con una deliciosa cena, velas
aromáticas y una lujosa cama llena de pétalos. JEJEJE,
esta será una larga noche.
Capitulo:23
C ELIA : – Ven, sígueme. Dice Máximo guiándome
dentro y un agradable aroma llega a mi nariz, frente a
mí se encuentra una mesa con una deliciosa cena,
velas aromáticas y una lujosa cama llena de pétalos.
JEJEJE, esta será una larga noche. Tomo asiento en la
elegante silla que Máximo aparta para mí. – Siéntate
cómoda y disfruta. Dice dejando un dulce beso en mi
cuello. Máximo con mucha delicadeza destapa los
platillos preparados, dejándome ver la rica cena que
está preparada de menara delicada y hermosa. –
Mmm, esto se mira muy delicioso. Digo mirando el rico
pescado bañado en crema de papas. – Yo lo preparé,
espero lo disfrutes. Habla con una sonrisa sincera en el
rostro. Abro lo boca. ¿– Sabes cocinar? Digo
sorprendida. El asiente mientras me brinda una copa
de vino. – Sé hacer muchas cosas Celia, entre ella está
cocinar diferentes platillos. Dice orgulloso de él mismo.
Woow, este hombre viene en el combo completo. Sin
más que hablar empezamos a cenar y la verdad está
muy rico, merece un diez de diez. ¿– Y bien? Dice sin
dejar de observarme. – Está muy rico, diez de diez.
Digo volviendo a mi plato sin prestarle mucha atención.
Terminamos la cena en silencio, y en estos momentos
nos encontramos sentados en el suelo, tomando una
copa de vino en la cubierta. – No, nunca me ha llamado
la atención el b**m, pero en caso de que me fuera a
interesar sería la ama, eso de ser sumisa no me
gustaría. Digo tomando un poco de vino. ¿– Por qué
no? A las mujeres les gustan que las dominen. Lo miro
alzando una ceja. – Has estado con muchas ¿No?
Hablo sintiendo algo muy feo en mi pecho. – Solo
algunas, nunca llevé una vida s****l activa, siempre me
concentré en la empresa y mas después de tener el
accidente... A decir verdad luego del accidente solo
estuve con dos mujeres, pero salieron huyendo al ver
mi rostro. ¿– Enserio? Pero si eres guapo. Digo
acercándome a él para acariciar su cicatriz. – No
estaba operado para ese tiempo, mi rostro era horrible
en todos los sentidos. Dice tomando mi mano para
dejar pequeños besos en ella y luego subirme sus
piernas. – Quiero que esta vez tomes el control Celia...
Soy todo tuyo. Me susurra dejando besos por todo mi
cuello. – Maxi... Yo... La verdad no tengo mucha
experiencia y no quiero arruinarlo. Digo con pena. Su
mano toma mi mentón y hace que lo mire. – No te
preocupes por eso, solo dejate llevar... Sé que lo harás
bien. Habla besando mis labios con pasión. A pesar de
los nervios, lentamente empiezo a quitarle la ropa, bajo
con mis besos a su cuello mientras mi mano se deleita
en sus enormes abdominales. Luego paso mi lengua
por sus tetillas notando un temblor de su parte... Mmm
encontré su punto débil. Sigo el recorrido por todo su
cuerpo hasta llegar a su enorme muñecón. Con su
ayuda quito su pantalón junto a su ropa interior.
Recuerdo todo lo que me dijo Patri y manos a la obra...
Quito mi vestido quedando desnuda por completo y
con mis manos empiezo a masajear su m*****o de
arriba abajo, de manera lenta y pausada. Miro la cara
de Máximo y tiene sus ojos cerrados mientras muerde
sus carnosos labios y suspira. No espero más y lo entro
a mi boca, sin dejar de ver sus expresiones. – Mmm...
Celia... Dice abriendo los ojos. Bueno a practicar todo lo
que miré en porno y los consejos de Patri. Empiezo a
lamer esa enorme cosa dura como si de un caramelo
se tratara, luego lo entro a mi boca hasta la garganta y
le doy la mama** de su vida. – Aaahh, nena voy a
correrme. Dice con la voz completamente ronca,
intenta separarme, pero tomo sus manos y lo coloca
en mis pechos, me sentía completamente exitada y
necesitaba algo para aliviarme un poco. Sus caderas
empiezan a moverse y en unos segundos siento como
algo caliente llena mi boca y me la trago toda. Me
separo de él y relamo mis labios. – Delicioso. Digo con
una sonrisa traviesa. Máximo me toma de la cintura y
me besa con pasión mordiendo mis labios y pasando
las manos por mi cuerpo a su antojo. Cuándo siento
que nuevamente está listo lo introduzco dentro de mí y
empiezo a mover mis caderas a un ritmo normal.
Máximo baja a mis pechos y los besa como si fuera su
última comida, nuestros gemidos llenan el lugar
mientras enredo mis dedos en su hermoso cabello y lo
halo cuándo siento sus caderas moverse hacía arriba
de manera salvaje... La verdad me tiene
completamente loca. En la madrugada una agotada
Celia dormía sobre la cama, mientras Máximo
observaba cada movimiento que hacía. La verdad
nunca había sido tan activo sexualmente, pero con ella
se volvía un loco completamente salvaje. Máximo se
separa de ella y sale de la habitación sin hacer ruidos.
Toma el celular y marca el numero que jamás pensó
que volvería a marcar, espero que no lo haya
cambiado. A los tres timbre lo descuelgan. ¿– Diga?
Una voz desconfiada contesta. – Escucha bien lo que te
voy a decir Víctor. ¿– Máximo? ¿Pero que... ? – Cállate y
escucha muy bien lo que te voy a decir maldito imbécil.
Hablo muy enojado. – Que sea la última vez que le
vuelvas a poner un solo dedo a mi mujer, si lo haces
considerate muerto, no me va a importar ir allá mismo
y matarte con mis propias manos, solo la vuelves a
tocar y vas a conocer como es en realidad la bestia.
No dejo que hable y cuelgo el celular suspirando... Solo
de recordar su hermosa mejilla roja hace que mi
sangre hierva y más al ver la marca roja en su brazo...
No le comenté nada, pero se que fue ese maldito y sea
como sea, va a pagar por haber tocado lo que es mío.
CELIA : Despierto al sentir los rayos del sol y cuándo
intento moverme no puedo. – Mmm, deja de moverte.
Escucho la voz adormilada de Máximo y los recuerdos
de anoche vienen a mi cabeza haciéndome sonreír
como boba. Me giro para quedar frente a él y me
quedo observándolo. – Si continúas mirándome vas a
gastarme. Dice abriendo los ojos, para mirarme con
una sonrisa. Sonrío igual y me acurruco en su enorme
pecho. – Tenemos que irnos Maxi. Hablo dando
pequeños besitos en su pecho. ¿– No quieres quedarte
más tiempo? Pregunta colocándose encima de mí. –
Me encantaría, pero tengo responsabilidades. Digo
colocando mis manos detrás de su cuello. El suspira y
besa mis labios. – Al menos déjame prepararte el
desayuno. Dice besando mi cuello. – Está bien, pero
luego nos iremos de inmediato. – Lo prometo. Dice
abriendo mis piernas y entrando en mí. Ahora entiendo
por qué a las mujeres les gustan el mañanero... Creo
que no me cansaría de esto. (...) Cuándo estoy bajando
del yate, siento tanto dolor en mis piernas que se me
dificulta caminar. ¿– Te encuentras bien? Me pregunta
el muy idiota riéndose de mí. – Es todo tu culpa, ahora
cargame. Digo como todo una niña mimada. – No
tengo la culpa de nada, yo solo cumplía órdenes, tu
quería mas y yo te daba más. Habla riéndose de mí.
Frunzo el ceño y lo miro mal. – Eres un maldito. – Un
maldito que te encanta cuándo es un salvaje. Dice
cargandome estilo princesa. – Maxi... Deja de hablar de
esa manera... Hay personas mirando. Digo mirando
como algunas personas sonríen al escucharlo. – Hay
Celia, quién te mira ahora no creería todo lo que me
hiciste anoche. Oculto mi cara en su pecho roja de la
vergüenza. – Ya cállate, no volveré a acostarme
contigo. Siento como se detiene y yo lo miro. – Soy el
único con quién te puedes acostar Celia, eres mía y mi
mujer. (Gracias a todos los que me apoyan, un beso
enorme y un abrazo ❤️)
Capitulo:24
C ELIA : Todo el trayecto hasta mi casa solo iba
pensando en una sola cosa... Eres mía, mi mujer... Esas
palabras no salían de mi cabeza. – Espero ser yo la
razón por la que te estás riendo. Interrupe Máximo mis
pensamientos. – Pará nada, no te creas tanto. Hablo
alzando las cejas. ¿– Así? Entonces... ¿Se puede saber
en qué piensas? Dice mirándome de reojo con una
sonrisa. ¿– Que obtendré a cambio si te digo? Hablo
cruzandome de brazos. – Ooh, toda una negociante me
encanta... Bién te daré lo que quieras. ¿– Lo que yo
quiera? Pregunto. – Lo que quieras, excepto matar o
robar. – Bién, quiero que Veamos juntos un maratón de
barbie. Digo con una sonrisa. ¿– Barbie? Habla
frunciendo el ceño. – Si, Barbie. – Celia creo que estás
grandecita para ver muñecos, dejárselos a los niños.
Hago un puchero ¿– Me estás diciendo vieja? – Jamás
– Lo pensaste. Digo entrecerrando los ojos. – Claro que
no. – Claro que sí. – Contigo no se puede, ya llegamos.
Dice parqueando el coche frente a mi mansión. Miro al
frente dándome cuenta que ya llegué. ¿– No vas a
entrar? ¿– Quieres que entre? – Patri quiere conocerte.
Digo colocándome el abrigo que Máximo me prestó
ayer. ¿– Quién es Patri? Me pregunta. – Es la persona
que me cuidó en mis momentos más difíciles, es como
una madre para mí. Máximo asiente y sale del auto
junto a mí, pero no sin antes colocarse el cubre bocas.
Cuándo entramos a mi mansión un pequeño cuerpo se
lanza a mí. – Mamiii. Dice mi pequeño Angel
abrazándome, mientras llena mi cara a besos. ¿– Cómo
estás mi príncipe? Pregunto separandome de él para
besar su frente. – Estoy bien ma, mira lo que me
compró mamá Patri. Dice emocionado mostrándome
un lindo reloj de muñecos. – oohh, es hermoso al igual
que tú. – Lo sé Mami. Dice con el ego por las nubes. Mi
pequeño mira a Máximo y sonríe. – Maxi ¿Cómo estás?
¿Cuidaste a mí mami bién? Dice mientras chocan los
puños. – Estoy bién y cuidé a tu madre perfectamente,
puedes estar seguro de eso. Dice revolviendo su
cabello. Estaba tan concentrada en mi pequeño y su
conversación que no me di cuanta quién nos
observaba como par de chismosos. – Celia, que bueno
que llegaste ¿Nos presentas a tu... Prometido? Habla
con una sonrisa cuándo se cansó de observar. Volteo a
mirar y me encuentro con tres pares de ojos que
observan a Máximo con curiosidad. Suspiro y nos
acercamos a ellos. – Buenos días. Saluda Máximo muy
educado. – Buenos días. Responden los tres. – Máximo
te presento a Marcos y Patricia Álvares, ellos son como
mis padres y el es Hugo Jhonson un amigo. – Cuánto
tiempo Máximo, no esperaba verte. Dice Hugo
interrumpiendo con el ceño fruncido y una sonrisa
fingida. ¿– Se conocen? Pregunto. – Si Dice Hugo – No.
Dice Máximo. Frunzo el ceño. ¿– Se conocen o no se
conocen? Pregunto confundida y escucho la misma
respuesta. Miro a Máximo que tiene el ceño fruncido, y
Hugo igual... Creo que aquí pasó algo, pero lo voy
averiguar luego. – Bueno ya no importa... Marcos y
Patri, le presento a Máximo Cooper... – Un placer
conocerte Máximo, me alegra que estés con Celia y le
enseñes como es la vida. Habla Patri
interrumpiendome con una risita traviesa y tendiendo
la mano. Marcos le sigue igual y se saludan normal. –
Celia es como mi hija, así que espero que la cuides
como se merece. Dice Marcos mirándolo serio. ¿Que le
pasa a esta gente? Ellos saben que esto solo es
contrato y se acabará cuándo todo termine. – No se
preocupe, la cuidaré con mi vida. Escucho que dice
Máximo. Marcos asiente satisfecho. ¿– Deseas pasar a
desayunar? Le pregunta Patri. – Lo siento, pero ya
desayunamos... Será otro día. Dice de manera amable.
– Está bién, me la debes. Dice Patri. Máximo ríe a través
del cubre bocas. – De acuerdo lo prometo... Si me
disculpan ya debo irme. ¿– Tan rápido? ¿No vas a jugar
play conmigo? Habla Angel haciendo un lindo puchero.
– Será otro día campeón, tengo cosas que hacer. Dice
Máximo revolviendo su cabello. Angel asiente y se
retira algo triste. ¿– Estará bién? Me pregunta Máximo.
– Si, se le pasará al rato. Luego de Máximo despedirse
lo llevo hasta la puerta. – No olvides que tienes una
cena hoy con mi madre. Dice Maximo tomándome de
la cintura. – No lo olvido. Digo acercándome a él para
besar sus carnosos labios que me vuelven loca. –
Pasaré por tí a las 7:30. Dice dejando pequeños besos
en mis labios. – De acuerdo, estaré esperando. Él
asiente y se va. Yo solo suspiro y me dirijo a mi
habitación, necesito descansar. (...) Un escándalo hace
que abra los ojos frunciendo el ceño. Me coloco un
vestido que uso para dormir y salgo. Mientra bajo la
escalera escucho la voz de ¿Mi madre? ¿– Dónde está
esa maldita? Que salga ahora mismo. Escucho que
grita como loca. ¿– Quién te crees que eres para venir
a mí mansión a gritar de esa manera? Digo al terminar
de bajar las escaleras. – Eres una maldita Cecilia
¿Cómo te atreviste a hacerle eso a tu hermana? Eres
una maldita envidiosa, estás celosa de mi preciada hija
por que está con Víctor Habla acercándose a mi
furiosa. ¿– Quién la dejó entrar? Pregunto muy
tranquila. – Fui yo, pero no pensé que gritaría como
loca del manicomio. Dice Patri tomando asiento en un
mueble mientras suspira. – Cállate maldita negra.
Habla fuera de sí mi madre. – Mucho cuidado como le
hablas Martha, esta es mi mansión y no voy a permitir
que basura como tu le faltes el respeto a mi gente, así
que disculpate. Hablo perdiendo la paciencia. Élla
empieza a reírse como la loca que es. – Creo que debo
recordarte como se respeta Cecilia. Dice acercándose
y levanta su mano para pegarme como lo hacía en el
pasado. Sonrío y detengo su mano. – Déjame decirte
algo Marha, no soy Cecilia ella murió, mi nombre es
Celia que se te grabe bién. Digo para darle una
bofetada con todas mis fuerzas. Ufff, que liberador. ¿–
Pe... Pero que...? Dice recuperándose de su
aturdimiento. ¿– Sorprendida Martha? Digo con una
sonrisa clavando mis ojos negros en ella. – Quiero que
te disculpes con Patri... Y quiero que lo hagas de
rodillas, nadie viene a mi mansión a ofender mi gente y
a mi, primero tienen que pagar por ello. Digo alzando
un poco la voz, pero manteniendo la calma. – Jamás lo
haré, primero muerta. Dice orgullosa. Alzo las cejas con
una sonrisa. – Bien, tu lo quisiste. Hago una seña a uno
de mis guardias que se había acercado con el
escándalo y este se viene a mí. ¿– Señora? ¿– Me
prestas tu arma? – Aquí tiene señora. Dice
entregándome su arma. La tomo con mucho cuidado y
le quito el seguro. ¿– Que piensas hacer? Pregunta
Martha nerviosa. – Dijiste que lo harías muerta, así que
te mataré, te pondré de rodillas, y haré que te disculpes
aunque no puedas hablar. – Estás loca. Dice con los
ojos bién abiertos. – Eso mismo dijeron todos lo que se
metieron conmigo y están siete metros bajo tierra.
Digo acercándome a ella mientras la apunto con una
sonrisa escalofriante. – Quería hacer esto desde hace
mucho y no sabes lo fácil que me lo has puesto
“madre” – Espera, Cecilia, espera. Dice desesperada a
punto de llorar. ¿– Me quieres decir tus últimas
palabras? Le pregunto. – No, no... Yo... ¿– Tu que? Habla
rápido que no tengo todo el día. – Yo lo haré... Me... Dis...
Diculparé. ¿– Enserio? ¿No prefieres morir? Le pregunto
muy entretenida. Élla niega varias veces. – De acuerdo,
después que te arrodilles delante de ella y te disculpes
lo haces conmigo y besas mis pies. ¿– Que? – Ah, no
quieres... Entonces... Tomo el arma y apunto su cabeza.
– Si, si, lo haré. Dice derramando lágrimas, pero eso no
me conmueve para nada. Martha mi orgullosa madre
se arrodilla delante de Patri y le pide disculpas. –
Aunque sé que no son sinceras... Pero puedes largarte
de mi vista. Dice Patri mirando su celular como si una
mosca está a sus pies. Puedo ver como Martha aprieta
los puños y la mira con rabia, pero luego me mira y se
acerca a mí. – No tengo todo el tiempo. Hablo con
aburrimiento mientras suspiro. Martha se arrodilla y
besa mis pies, mientras se disculpa odiandome más. –
Es suficiente... Saquenla de mi mansión y no la dejen
pasar más. Les digo a mis guardias. Ellos se acercan y
la toman como una bolsa de basura. Cuándo está lejos
de mí vista empiezo a reírme. ¿– Viste su cara? Estaba
muerta del miedo. Patri al igual empieza a reírse. –
Waoo, la verdad parecías una asesina en serie, hasta a
mi me diste un poco de miedo. ¿– De verdad? Hablo sin
dejar de reír. – Creo que puedo ser actriz, soy muy
buena en esto. Digo tomando asiento. – Eres muy
buena... Aunque Celia, ya les declataste la guerra. – Así
es, ahora debemos cuidarnos esas personas son
capaces de todo. – Tú más, su odio va hacía tí, y ahora
más que le quitaste el puesto a su preciada hija.
Asiento dándole la razón, debo de andar con cuidado
Capitulo:25
Cap:25 MANSIÓN DE LOS WILLIAMS : Una nerviosa
Martha entra a su mansión aún temblado. ¿- Que te
pasa ma, estás bien? Se dirige Mirian a su madre al
verla en mal estado. - Que... Quería... Matarme... Esa
maldita... Quería Matarme... Llora la mujer
desconsolada. - Ve por un vaso de agua rápido. Le
grita Mirian a unas de sus sirvientas. - Tranquila Mamá,
estás a salvo. Trata Mirian de consolarla. ¿- Que es lo
que está pasando? Se hace presente Pablo el padre de
Mirian al escuchar el alboroto. - Pablo cariño... Esa
maldita quería matarme... Debimos de matarla cuándo
tuvimos la oportunidad. Habla Martha apretando los
puños. Pablo se acerca a su esposa y la abraza al verla
de esa manera... Nunca la había visto temblando de
esa manera. - Cuéntame lo que pasó Martha, quiero
saberlo todo. ... ¿- Esa bastarda se atrevió a humillarte
de esa manera? Voy a matarla. Se levanta Pablo
furioso. - No cariño espera, debes de tranquilizarte no
debemos de precipitarnos. Dice Martha colocándose
de pies. ¿- Tienes una mejor idea? Pregunta Pablo -
Debemos de cortarle las alas, se cree inalcanzable por
qué está de zorra con Máximo Cooper. Dice Martha
pensativa. - Tengo una idea. Dice Mirian con la mano
en su vientre. Sus padres la observan mientras ella
toma asiento. - He escuchado que su ex novia está en
el país... No es mala idea hacer una tregua con ella.
Martha frunce el ceño. - Esa chica no quiere a Máximo,
lo dejó muy claro en una entrevista hace años. -
Madre... Creo que te falta inteligencia... Es obvio que no
lo quiere... Pero todos sabemos que Máximo está
podrido en dinero y los Miller están en la quiebra ¿Por
qué crees que volvió? ¿A vacacionar? Dice rodando los
ojos. - Tienes un buen punto hija... Necesitamos
reunirnos urgentemente con Carolina Miller, ella sería
de mucha ayuda. Habla Pablo con una sonrisa
malévola en el rostro. - Ustedes encarguense de
Carolina, yo iré a reunirme con unos amigos que me
deben algo, mientras más rápido la quitamos del
camino será mejor. Dice Míriam colocándose de pies. -
Debes de cuidarte hija, sabes que de ese bebé
depende tu futuro y el nuestro. Dice Martha. - Lo sé
madre, lo tengo muy claro. Habla Mirian para salir de
la mansión. CELIA : La hora de la cena llegó y aquí
estamos mi hijo y yo mirándonos al espejo. Yo llevo un
vestido de rosas sencillo, un ligero maquillaje y unos
tacones no muy altos como acostumbro a usar. Quiero
verme sencilla y natural... Creo que lo he logrado. En el
caso de Angel es muy diferente, este lleva puesto una
camisa negra, pantalones negros, al igual que su
zapatos negros, se peinó el cabello hacia atrás
dejando ver su hermosa carita de niño mimado. - Mami
¿Cómo me vez? ¿Estoy guapo? - Guapísimos. Digo
besando sus mejillas. El sonríe y hace que me baje
para besar mi mejilla. - Mami, ya quiero crecer y ser un
hombre fuerte para protegerte de todos los malos.
Dice haciendo sus manitos puños. Sonrío y siento mis
ojos aguarse al verlo muy decidido. - Entonces
mientras crezcas me toca a mí protegerte y eso lo haré
hasta con mi vida. Hablo para abrazarlo... Él es la única
razón por la cuál me he mantenido de pies todos estos
años. - Celia sal, tu galán te espera abajo. Escucho la
voz de Patri. - Ya bajo. Digo separándome de Angel y
tomando mi bolso para salir. Ya abajo me despido de
Marcos, Patri y Hugo... Este último solo frunce el ceño y
no dice nada. Nos tomó media hora para llegar a la
mansión de los Cooper y es inmensamente grande y
bella. - Waoo es muy bella. Digo admirando los
inmenso patios y jardines. - Gracias, aunque no vivo
aquí, pero está a la orden. Sonrío y los tres salimos del
auto. Máximo toma mi mano y entrelaza nuestros
dedos mientras tomo la mano de mi pequeño. ¿- Lista?
- Siempre. Digo sonriendo. Una señora mayor nos
recibe muy amable y nos guía hacía la familia de
Máximo. - Maxi, no te pregunté... Pero ¿Estará toda tu
familia? Le susurro mientras seguimos a la señora.
Máximo me iba a contestar, pero es interrumpido. -
Aquí los esperan joven Cooper. Habla la señora mayor
para retirarse. Máximo suspira retirándose el cubre
bocas. - Es mejor que tu misma lo compruebes. Dice
con una sonrisa abriendo una puerta grande de
madera. Al entrar la inmensa sala se queda en silencio
y sólo nos observan, es como si todo se quedara
frizado. Sin mentir hay como veinte pares de ojos
observandonos. - Buenas noches y dejen de mirar
tanto. Habla Máximo dirigiéndose a ellos sin soltar mi
mano. Miro a Angel y este solo observa a todos
frunciendo el ceño. - Mami ¿Por qué estas personas me
observan tanto? Se que soy guapo, pero si siguen
mirándome así me voy a gastar. Dice Angel y su voz se
escucha por todo el salón. Muerdo mis labios y lo miro
con ganas de reprenderlo. Las risas en el salón no se
hacen esperar y el ambiente cambia. - Oh, pero que
niño más tierno. Dice la madre de Máximo acercándose
a nosotros y toma a Angel por los cachetes. Sé que eso
no le gusta, pero se lo ganó por estar hablando demás.
Nos acercamos a toda la familia de Máximo. - Familia,
les quiero presentar a Celia Alvares, mi prometida y su
hijo Angel Alvares. - Buenas noches, es un placer para
mí poder conocer a la familia de mi prometido. Hablo
con una sonrisa. Todos me contestan con una sonrisa
amable y Máximo empieza a presentarme a todos...
Excepto su madre, Jeremi y su hija luego... Abuelos, tíos,
que son como seis, primos, sus dos hermanas, a la
esposa de Jeremi que por cierto es muy hermosa y
por último su padre. - Te presento a mi padre,
Maximiliano Cooper. - Es un gusto conocerlo señor
Cooper. Hoblo mirando ese gran hombre que ha pesar
de la edad se ha conservado muy bien, grande, fuerte
y con un carácter imponente El me sonríe con cariño. -
Puedes llamarme solo Maximiliano, bienvenida a la
familia Celia Alvares... Escuchen todos, esta noche se
une dos personas más a la familia espero que los
traten como merece. Todos aplauden y eso me
emociona y a la vez hace que mi corazón duela de solo
pensar que esto es una farsa y muy pronto se acabará.
Después de la hermosa bienvenida nos dirigimos al
inmenso comedor, me siento junto a Máximo y Angel
que no dejaba de hablar con la niña Rossanna. -
Perdonen la interrupción. Dice la amable señora que
nos recibió y todos volteamos hacía ella. ¿- Que pasa
Dania? Pregunta la madre de Máximo. - Es que la
señorita... Ella no termina de hablar cuándo la
interrumpen. - Buenas noches, lamento haber llegado
sin avisar. Dice bajando la cabeza. ¿- Que haces en mi
mansión Miller? Se levanta enojada la madre de
Máximo. - Perdona madre... - Señora Cooper para tí, la
única con derecho a llamarme madre es Celia y mis
hijos. Dice señalándome. Carolina me mira con odio,
pero sonríe falsamente. -Perdoname... Es la costumbre...
No volverá a pasar. Habla con tristeza. ¿- Que haces
aquí Miller? No tienes permitido la entrada a esta
mansión. Habla el padre de Máximo sin expresión
observándola. - Yo... De verdad lamento todo lo que
pasó hace años, mi padre me obligó a decir todas esas
cosas feas y me sacó del país a la fuerza. Habla
llorando como Magdalena. - Mami creo que yo se
actuar mejor que ella. Me susurra Angel riéndose, pero
lo que él no se dió cuenta es que todos en la mesa
escucharon, haciendo que empiecen a reírse. Miro mal
a Ángel y este se calla. - No se que pretendes con decir
eso Carolina... Pero quiero que te largues. Dice la
abuela tomando un poco de su vino.

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