Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 370
Cap: Prólogo
Todo empezó cuando cumplí mis dieciocho años, toda
joven sueña que ha sus dieciocho hace una gran fiesta con todos sus amigos un gran bizcocho, muchos amigos, bebidas, musica, borracheras etc... Luego de eso renta un depa y se va a vivir sola... Pero ese no fue el caso... La gran sorpresa que me dierón es que debía de ir a vivir con un hombre que apenas conocía, según mi madre la empresa de mi padre estaba en banca rota y la única que podía salvarlo era yo, ya que era la única inútil, que por lo menos sirviera para eso. -Pero madre, apenas acabo de cumplir mis dieciocho aún soy joven para casarme. Le digo desesperada, no quería casarme, apenas soy una adulta, aunque hay jovenes que se casan de doce, trece, y catorce... pero ese no era mi caso no quería casarme. -Ya tienes dieciocho años, eres toda una adulta Cecilia no eres una niña deja de ser tan infantil. Me mira con una risa burluna mi hermana mayor por dos años. -Tu hermana tiene razón Cecilia, aprende de élla y se útil por una vez en tú vida. Habla levantandose del comedor para dejarme con mi hermana. -Mirian por favor ayúdame, no dejes que me hagan esto, por favor te lo suplico. Le hablo a mí hermana dejando caer mis lágrimas. -Las lágrimas no arreglan nada hermanita, además Victor es joven apenas tiene veinticinco años, deberías de estar agradecida de eso, todas mueren por él. Dice para levantarse y mirarme con burla. Suspiro al quedarme sola en la mesa del comedor. Mi hermana es el orgullo de mi madre, la mejor en sus calificaciones de la escuela, aunque sé que se debe a que se acuesta con los maestros... Es de cabello castaño, ojos azules, alta, toda una modelo. Mientras que yo tengo el cabello n***o, ojos negros como la noche no soy muy alta, pero al menos tengo un cuerpo excelente, cadera fina, mucho pecho y un gran trasero. (...) No dejaba de llorar mientras era obligada por mis padres a preparar mis maletas... De verdad era una inútil. La hora de irme llegó y un joven muy guapo en un lujoso auto fue a buscarme tarde en la noche. -Señor y señora Williams, mañana a primera hora recibirán el dinero suficiente para su empresa. Habla muy sonriente el joven. Mis padres asienten con los ojos brillantes y se retiran sin decir mas nada. El joven sonríe y me abre la puerta del auto. Bueno tal vez no sea tan mala idea irme con él y quizás con el tiempo si nos llevamos bién nazca un bello amor. Que lejos de la realidad estaba, no todo es como un cuento de adas. Al llegar a su enorme mansión lujosa me llevó a un pequeño cuartucho con un baño. -Esta será tu habitación, no tienes permitido salir a menos que te ordene ¿Te quedó claro? Habla con la voz fría. Asiento con un poco de miedo. -Otra casa más, a los ojos de todos eres mi prometida y nos casaremos cuando tengas veinte años, así que ni una palabra de esto nadie o tendrás que asumir las consecuencias ¿Entendido? Otra vez asiento como una estúpida. -Eso me gusta... Ahora quitate la ropa. Demanda ¿-Que? Hablo asustada. -No me gusta repetir las cosas dos veces Cecilia... Quitate la ropa. Habla empujandome dentro de la habitación. -No por favor, no hagas esto. Suplico con lágrimas. -Jajaja, que no haga esto... Déjame decirte querida, con tu cuerpo pagarás cada centavo del dinero que les daré a tus padres, así que es mejor que empieces a complacerme. Mis lágrimas y gritos no lo detuvieron él muy maldito destrozó mi ropa, me golpeó por no cooperar y tomó mi cuerpo... Mi primera vez, cada joven sueña que su primera vez sea especial... Pero él destruyó mi sueño. Desde ese día comenzó mi calvario, no tenía celular, ni ordenar, nada de tecnología, solo una pequeña TV, que me permitía mirar todos los chismes de la sociedad podrida en la que estamos. En donaciones importantes mis padres y hermana pasaban por mí y ante todos tenía que fingir que era feliz con mis padres y prometido, de lo contrario recibía una golpiza. Mi hermana se burlaba constantemente de mí, incluso llegó a golpearme por pedirle que me ayudara a escapar. Pensé en quitarme la vida, pero nunca tuve el valor de hacerlo, pensé en escapar, pero la primera vez que lo hice casi me mata a golpes, así que no estaba dentro de mis planes, solo me quedaba esperar el mejor momento y ver que hacer. Victor me obliga a tener relaciones sexuales con él casi diario y lo peor de todo es que tengo que fingir que me gusta si no soy golpeada... Estoy cansada. Dos meses pasaron y las naunsea y mareos me atormentaba cada día. -Un médico vendrá a verte, no puedo estar con una mujer que no me sirve. Dice y sale de la habitación dando un portazo. Solo suspiro y espero. Él médico llega y me revisa junto a Victor que me mira molesto como si fuera culpable de enfermarme. Me hacen los análisis necesario y luego de varias horas. -Felicidades señorita Williams, está embarazada de cuatro semanas, aquí les dejaré las vitaminas necesa... -No hace falta doctor puede retirarse. Habla Victor sin expresión. El doctor me mira con lástima y se retira. -Mañana a primera hora irás a sacarte esa cosa. Dice mirando mi vientre con odio. - Pero... -Nada de peros cecilia, Andrés te llevará, no te pueden ver conmigo, así que no intente nada estúpido. Asiento bajando la cabeza y el sale de mi habitación. Mañana será el momento perfecto para escaparme, gracias bebé por esta oportunidad, prometo amarte incondicionalmente. Pienso mientras paso mi mano por mi vientre plano. Capitulo:01 El día siguiente llegó y los nervios no me dejaron dormir, me sentía muy ansiosa. Como dijo Victor, Andrés fue por mi a primera hora, así que busqué el poco dinero que tenía ahorrado cuando vivia con mis padres, no era mucho pero para algo servía. Llegamos al hospital, Andrés me deja en una habitación y se marcha no se dónde, así que aprovecho y me voy por la dirección contraria a la que el se va. Camino rápido por el gran pasillo del hospital y entro a una habitación donde los doctores guardan la ropa. Me cambio inmediatamente por uno de esos trajes y me marcho a toda velocidad por la puerta de emergencias. Ya fuera del hospital comienzo a correr sin un destino fijo hasta alejarme de ahí. Mi corazón latía a toda velocidad y mis manos temblaban por los nervios, corría y caminaba durante horas, luego entré a una tienda de ropas barata y compré una peluca rubia corta de la mas barata junto a unos vaqueros y un abrigo con capucha. Tomé un tren que salía no se dónde y decidí irme. Me bajé en la última parada y ya estaba muy mareada y hambrienta. Entré a una cafetería y compré lo mas barato para comer, no podía gastar mucho dinero, tenía que ahorrar lo más que podía hasta ver lo que podía hacer... Mientras caminaba sin rumbo encontré una mochila y algunas ropas en el basurero que estoy segura que me serviría para algo. Al llegar la noche, no podía darme el lujo de pagar un hotel así que me acosté en una banqueta de un pequeño parque, por suerte la noche estaba fresca y no pasaría frío. Al día siguiente con los mareos y naunseas matutinas seguí caminando sin detenerme, no iba a permitir que esas personas me encontraran por eso debía de alejarme lo mas que podía. En los lugares que miraba que pasaba muchas personas me sentaba con un cántaro y algunas personas me tiraban monedas que era suficiente para comer en el día, no podía gastar el poco dinero que me quedaba, tengo que pensar en el bebe que crece en mi vientre... Aunque su padre es un maldito que odio con toda mi alma, esta pequeña criatura no tiene la culpa de nada, solo es una victima mas de este mundo cruel. Cuando mis pies no dan para más me detengo frente a una cafetería, llevaba días caminando y mis pies están hinchados con algunas heridas. -Tomemos un descanso aquí bebe ¿Que dices? Susurro acariciando mi vientre plano. Suspiro al tomar asiento debajo de un árbol y me quedo dormida... La verdad estoy muy cansada. -Oye niña despierta. Una voz hace que me coloque de pies asustada. Frente a mí una mujer hermosa de piel morena de unos treinta años me mira con curiosidad. - Oye niña ¿Te encuentras bién? Me pregunta preocupada mientras me escanea. Iba a contestar, pero mi estómago suena haciendo que me ponga roja de la vergüenza. ¿-Tienes hambre? Me pregunta sin dejar de mirarme. Yo solo asiento bajando la cabeza. La hermosa mujer toma mi mano y me lleva a la cafetería que al parecer es de élla y me brinda una rica sopa. -La preparé hace unas horas pero está buena. Yo solo asiento y sin pensarlo dos veces devoro la sopa. - Vaya si que tenías hambre ¿De donde eres pequeña? Permanezco callada sin saber si puedo confiar en élla. Ella alza las cejas. ¿-No me digas que estás escapando? No digo nada y la bella mujer lo toma como un sí. -Ya veo... ¿Estas huyendo de tus padres? ¿O un marido loco? No contesto y élla me mira con lástima. -Supongo que es lo segundo... ¿Cierto? Asiento ¿-Cual es tu nombre pequeña? Lo pienso y no le doy mi verdadero nombre. Solo le hago pequeños arreglos. - Me llamo Celia. Digo bajito -Bién Celia ¿Tienes más familiares donde puedas ir? Niego y élla suspira mirándome de arriba abajo. -Mira como estás... ¿Cuántos dias llevas fuera de casa? -Varios... La bella mujer suspira nuevamente. -Mi nombre es Patricia y este es mi local, no puedo dejar que una pobre niña deambule sola por las calles, puedes quedarte hasta que cierre y tomar un baño en mi casa si quieres, luego veremos que hacer, debes de volver con tus padres. La miro con horror y tomo su mano. -E... Estoy embarazada... Ellos me obligaron a casarme... Hablo con tristeza y desesperación, la verdad no sé que hacer, ni a donde ir, pero una cosa estoy segura, lucharé por mi y por mi bebe. Patricia me mira sorprendida y baja la cabeza a mi vientre. -Que malditos... ¿Que pasa por la cabeza de los padres hoy en día? Así fue como hice una amiga, más que amiga la veía como mi proctetora... Una madre y le estaré agradecida durante toda mi vida. Patricia me contrató para que trabajara como mesera en su local, no era mucho, pero al menos era suficiente para mí. Renté un pequeño cuarto al lado del departamento de Patricia contaba con un baño, era solo una habitación, donde tenía la sala, la cocina y una pequeña cama, todo junto, eso para mi era más suficiente. Los meses iban pasando y mi panza creciendo, Patricia me llevó a un hospital donde ayudaban a chicas con poco recursos como yo para que todo fuera gratis. Todo me fue mas fácil gracias al esposo de Patricia, que se llama Marcos que era guardia en el hospital y conocía a todos. Marcos y Patricia tenían un solo hijo, un joven muy educado un año mayor que yo, se volvió como un hermano para mí. Los nueve meses llegarón y el dolor del parto fue horrible, pero nada me daba mas alegría que ver a mi niño fuerte y sano... Y sí, es un varón y le puse de nombre Angel, mi niño fue un pequeño Angel que iluminó mi vida. Patricia, su esposo e hijo fueron de gran ayuda para mí, me enseñaron a cargar mi niño, bañarlo, limpiarlo... Todo... Esas personas tienen mi gratitud mientras vida tenga. Capitulo:02 Tres meses pasaron y el dinero no me daba para cubrir todos mis gastos, estaba voviendome loca, tenía que pagar la renta, comprar leche a mi niño, algunos medicamentos, comida para mí... No me alcanzaba... Hasta pensé en vender mi cuerpo... Pero ¿Que pensaría mi niño de mí cuando sea grande? Llego a la cafetería llena de ojeras y mi pequeño en mi hombro, no dormí de tanto pensar. Patricia me mira y suspira. -No entiendo por que te niegas a vivir con nosotros, mirate Celia, pareces fantasma. Me recrimina Patricia cruzada de brazos. Suspiro dejando a mi niño en un viejo coche con varios juegos, por suerte es muy tranquilo y casi no llora, solo cuando tiene hambre. -Me han ayudado mucho Patricia, de verdad estoy bién. -Eso ni tu misma te lo crees. Vuelve a suspirar. Te tengo un excelente trabajo... No es el mejor que digamos pero la paga es muy buena... Es para que atiendas una mansión que se encuentra en una finca -Pero... ¿Y mi niño? Pregunto - Le hablé de eso y ella me dijo que eso no importa, esas personas quieren que vivas allá, y si el niño no es problema no importa. -Entonces... ¿Estás de acuerdo que vaya allá.? Le pregunto algo dudosa -Claro que sí niña tonta, tienes un bebe que va creciendo y necesita suficiente dinero, además apenas cumpliste los diecinueves años, con ese dinero puedes completar tus estudios y ser alguién importante, luego destruir a esos bastardos que tienes como padre y dique prometido. Asiento dándole la razón. -De acuerdo ¿Cuándo debo ir? -Mañana tienes que ir a su residencia para que te hagan la entrevista, estoy segura que te aceptarán. ¿-Y si no me aceptan? -No pierdes nada con ir... Mi hijo Mark te llevará no sabes andar en la cuidad. -Te lo agradezco Patricia... Eres como una madre para mí. Digo sentimental. -Tú también eres como una hija... Pero basta de sentimentalismo y mejor vamos a atender los clientes. (...) Al día siguiente me levanté muy temprano y busqué una de mis mejores ropas (Aunque todas eran viejas) Me vestí y a mi hombrecito igual. Mark me llevó en su viejo auto hasta le lujosa residencia. -Cualquier cosa estaré aquí esperándote, suerte celia. Asiento bajandome del auto. -Nos vemos al roto Mark. El solo asiente y entro a la lujosa mansión. Una ama de llaves me recibe y me mira de arriba abajo. ¿-Que se le ofrece señorita? Dice cseria sin expresión. -Tengo una entrevista con la señora Sara Jhonson. -De acuerdo, sigame. Suspiro y sigo a la señora con mi pequeño en brazos, que mira todo el lugar con curiosidad. -Puede esperar aquí señorita... - Celia -Bién Celia, la señora la atendera en unos minutos. Asiento y élla se retira. Permanezco de pies esperando y para que mentirles, estoy muy nerviosa. Unos diez minutos mas tarde una elegante señora se presenta ante mí. -Perdón la tardanza, estaba algo ocupada. Dice para sentarse elegantemente en uno de sus muebles. -No se preocupe, no pasa nada. Digo algo nerviosa. Ella asiente y me mira a mi y al bebé. ¿-Por que no tomas asiento? Debe de ser muy cansado permanecer de pies con un bebe en mano. -Descuide, estoy acostumbrada. Digo acomodandome en otro mueble frente a élla. Ella no dice nada y solo me observa. -Tu rostro me parece conocido, pero no se de donde ¿Cuál es tu nombre pequeña? Mi corazón golpea violentamente en mi pecho. -Ce... Celia... La señora Jhonson solo me observa y eso me pone mas nerviosa. -De acuerdo Celia... Cuentame un poco de tí ¿Cuántos años tienes? ¿Quienes son tus padres? - Tengo diecinueve años y mis padres... Están muertos. Digo recordando la clase de escoria que tengo como padres. Ella levanta las cejas. ¿-Están muertos para tí o en realidad murieron? Me pregunta sin despegar la mirada de mí. ¿Que ella lee la mente? Muerdo los labios. -No es necesario que contestes Celia... ¿Me puedes decir algo del padre de tu niño? Miro hacía otro lado -También está muerto. Digo apretando mi niño mas hacía mí. La señora Jhonson suspira. -Si eres cinsera conmigo quizás pueda ayudarte Cecilia Williams. Escuchar mi verdadero nombre de su boca hizo que pierda el color de mi cara y sentiera un leve mareo. -Por tu reacción asumo que estoy en los correcto... Pero no me explico como que es que estás viva y además ¿Con un hijo? La miro sin entender. -No sé de que habla señora Jhonson. Ella solo me observa como lo ha hecho desde el principio. -Fui a tú velorio hace unos meses, se supone que moriste en un terrible accidente, nadie supo como fue, pero tus padres y prometido estaban devastado. No puedo creer que esas personas hayan hecho eso, pero ¿Que se puede esperar de semejantes monstruo? ¿-Devastados? Ja lo dudo, mejor dicho felices. Hablo reprimiendo el odio que siento a esas personas. Sara no se sorprende en nada de lo que digo y permanace en silencio. - Presentía que algo ocultaban, por eso la zorra de tu hermana... -Perdón, la señorita Williams drogó a mi hijo para acostarse con él, no sé que pretendía. Habla frunciendo el ceño la señora Johnson. Me sorprendo de sus palabras y bajo el rostro... De seguro la señora Johnson piensa que soy igual a mi hermana. -Señora... Le juro que no sabía nada de esto... De haberlo sabido yo... -Tranquila Celia, sé que no tuviste nada que ver todo ocurrió en tu supuesto velorio... Pero cuéntame ¿Que es lo que te ha pasado? En vista de que la señora Jhonson no quiere saber de mi familia eso me brinda un poco de alivio y sé que puedo al menos confiar en élla. Le cuento todo desde el principio, hasta como llegué aquí. Élla me mira sin expresión y algo de pena. La miro colocarse de pies y suspira. -Te propongo un trato Celia, estoy pensando en levantar una nueva empresa de marketing, pero aún no tengo quién esté al frente, si tienes la suficiente capacidad para manejar una empresa y desarrollarla como es debido, serás la nueva CEO, pero si no es así, solo trabajarás en la mansión. ¿-De verdad haría eso por mí? Pregunto sin poder creerlo. -Claro que sí, simpre y cuando no me traiciones las dos nos beneficiaremos. -Jamás haría eso. Digo segura. -Eso espero querida. Al salir de la mansión le conté la buena noticia a Patricia, su esposo e hijo estuvieron muy felices por mí y decidieron con ayuda de un amigo abogado sacar mis papeles para inmediatamente ponerme a estudiar con mi nuevo nombre Celia Álvarez García, llevaba el apellido de Patricia y su esposo Marco. ¿- Estás feliz mi pequeño Angel? Le digo a mi bebe, mientras le doy el pecho. Puedo notar su sonrisa y eso me hace más feliz. -Tu mami hará lo imposible para hacerte feliz y vengarme de aquello que nos hicieron sufrir ¿Estás de acuerdo? Mi niño solo sonríe con sus hermosos ojos verdes, igual que el padre, pero no me importa es mi hijo y así lo amo. Capitulo: 03 10 años más tarde. CELIA: -Es todo por hoy, señores nos veremos en el próximo mes. Hablo levantándome de mi asiento para despedir a todos mis socios. Ellos se marchan con una sonrisa y yo salgo de la sala de reunión para ir a mi despacho. Los primeros años fueron muy duros, pero le puse muchas ganas para estar donde estoy hoy, todo por mí y por mi pequeño Angel. ¿-Irás a recoger al pequeño mocoso? Me habla patricia entrando a mi despacho. -Claro que si, tú ocúpate de los demás y no te quedes hasta tarde. Digo levantándome para irme antes de que sea más tarde. - Claro que sí jefa. Dice sonriendo con el mismo ánimo de antes. Le doy un abrazo como siempre lo hago y beso su mejilla. -No se que haría sin tí Patri. Hablo sonriendo. -Me repites lo mismo cada día. Pequeña mocosa. -Es que no tengo como agradecerte todo lo que has hecho por mí. Hago un puchero. -Ya vete, se te hace tarde. Dice echándome de mi propia oficina y yo solo sonrío. En todos estos años Patricia y su familia han sido un gran apoyo para mí y para mi pequeño, por eso quería darle dinero sin que ellos hicieran nada, pero se negaron y decidieron trabajar conmigo. Patricia es mi asistente personal, su esposo mi chofer y Mark mi vice-presidebte, miré que tenía la suficiente capacidad para estos negocios y pagué sus estudios. Él muy idiota se negó claro, pero lo convencí con mi cara de niña buena. Han pasado muchas cosas en estos diez años y una de ellas es que Sara me vendió su empresa porque según ella estaba haciéndose vieja y ya quería estar tranquila, le entregué unos millones rendidos que fui pagando a plazo... Pero valió la pena. Otra de ellas es que ya no soy la misma chiquilla tímida e inocente de antes, me convertí en una mujer fría, inteligente, calculadora y sobre todo hermosa, no es por presumir, pero soy sumamente bella, no es por fea que tengo miles de pretendientes. Me bajo del auto al ver todos los niños salir de escuela. -Mami, mami. Grita mi pequeño al verme. Aun con mis tacones aguja me bajo un poco para besar su hermosa mejilla, ya está muy grande mi pequeño bebe. ¿-Como te fue hoy cariño? Pregunto con una sonrisa. -Me fue excelente, saqué diez de diez. Dice enseñándome una hoja muy sonriente. Beso nuevamente su mejilla. -Felicidades mi príncipe, eres muy inteligente como tu bella mami. Angel se llena más de orgullo. -Claro que si mami, toda mi inteligencia lo saqué de tí. Le doy otro abrazo y entramos al auto. -Buenas tardes, papá Marcos ¿Cómo está mamá Patricia? Pregunta mi niño. -Están bien pequeño ¿Cómo te fue en la escuela hoy? Pregunta Marcos mientras conduce. -Muy bien, saqué diez de diez. Habla orgulloso. Para celebrar las calificaciones de Angel lo invité a un helado. -Celia vas a malcriar a ese pequeño mocoso dándole todos los gustos. Dice Marcos con una sonrisa. -Claro que no papa Marcos, mami, no tendrá jamás una queja de mí, soy su más grande orgullo. Dice con el ego por las nubes... Creo que sí, lo he malcriado demasiado. Luego de ir por el helado llegamos a nuestra casa, pero llama mi atención un lujoso deportivo rojo. -Tio Hugo. Sale mi hijo del auto para ir a saludarlo. Hugo es hijo de Sara, el chico que mi hermana casi viola y tiene una hermana llamada Anni, una chica muy amable y simpática. Salgo del auto y despido a Marco para que se vaya a casa. -Hugo ¿Qué raro tú aquí? Tenías mucho que no venías Digo abriendo el portón de mi casa con la contraseña. ¿-Qué? ¿Ahora no puedo visitarte? Dice con una sonrisa coqueta. -Nunca dije eso. Hablo entrando a mi hogar, dulce hogar. -Digamos que no me rechazaste de la mejor manera... Eres muy cruel Celia. -Si vas a hablar de lo mismo... -No, no, solo quería saber como estabas. Dice siguiéndome junto a Angel. -Estoy bien, gracias por preocuparte. Hablo quitandome el blezer que tenía y quedando solo en blusa de tirantes. -Angel ¿Sabes qué hacer verdad? - Claro que sí mami, ya bajo y tío Hugo no molestes mucho a mi mami, es mía solamente. Dice para retirarse, pero no sin antes darle una mirada de advertencia a Hugo. -Ese pequeño terremoto como que sabe demasiado. Dice Hugo sonriendo. -Es mi hijo, obvio que debe de saber mucho. Hablo mientras le hago seña a la cocinera para que sirva la comida. ¿- Vas a comer? Le pregunto. Él asiente y no despega la mirada de mí. ¿-Qué? ¿Tengo algo en la cara? Digo alzando las cejas. -No, no es eso... Eres hermosa Celia. Habla casi susurrando. -Lo sé, pero gracias. Sonrío -Ya veo a quién sacó el ego tu hijo. Sonrío -De su mami claro. Hablo orgullosa. - Celia... ¿De verdad no te gusto ni un poquito? Dice mirándome con intensidad. -Hugo, ya tuvimos esta conversación, no hagas esto más difícil, además hay muchas chicas que morirían por tí. Es la verdad, Hugo es un joven muy guapo, de ojos grises, cabello rubio, cuerpo bien trabajado, alto... Todo lo que una chica busca en estos tiempos, pero yo más bien lo veo como un hermano. El iba a continuar hablando, pero Angel llega para salvar el momento. ¿- Hugo te molestó mamí? Me pregunta sentándose a mi lado. Yo solo sonrío y niego. ¿- Pero, por quién me tomas pequeño terremoto? D ice Hugo haciéndose el ofendido. -Tío Hugo sé que estás enamorado de mami y un hombre enamorado molesta mucho. Habla Angel mirando mal a Hugo. -Angel, esa no son maneras de hablar. Lo reprendo. -Lo siento mami, pero yo te protegeré de todo hombre. Habla haciendo un puchero hermoso y no me resisto. -Oh, mi niño es tan lindo. digo tomando su sus cachetes para halarselo. -No hagas eso ma, no soy un niño. dice con las mejillas roja. -Para mí siempre serás un niño, mi niño hermoso. Digo sonriendo. Después de la comida Angel se fue hacer sus tareas y yo me quedé hablando con Hugo. - Escuché de mi madre que pronto irás a tú cuidad natal ¿Estarás bién? pregunta Hugo preocupado. -Claro que sí, no soy aquella niña débil que ellos creyeron destruir. Digo tomando una copa de vino. - Pero aun así, si necesitas ayuda... sabes que cuantas conmigo. -Lo tomaré en cuenta, no te preocupes. ¿- Como no preocuparme si vas a ir a la boca del lobo? ¿Y si te hacen daño otra vez? -No lo harán, los destruiré a todos. digo dejando mi copa de vino junto a una sonrisa malévolo. Capitulo:04 CELIA: Los días iban pasando y estaba preparando todo para volver a mi cuidad natal, en una semana eran las vacaciones de Angel y voy aprovechar ese tiempo. -Celia, tú mansión está lista está justo en el centro de la cuidad como pediste. Habla Patricia sentándose en un mueble de mi oficina. - Perfecto ¿Sobre el personal? Pregunto sin levantar la mirada de los papeles. -Está todo listo, nada de que preocuparse. -Bién, necesito algo muy importante Patricia y es que programes una reunión con Máximo Cooper, para cuando esté allá. ¿- Que? ¿Con esa bestia? ¿Para que quieres reunirte con él Celia? Dice Patricia preocupada y curiosa. -Tengo un importante trato que ofrecerle que nos beneficiaría a ambos. Digo levantando la mirada. Patricia me mira con sospecha. -No será para lo que estoy pensando... ¿Piensas pedirle que te ayude a detruir la empresa de Victor? Asiento volviendo a los papeles. -Pero... Bueno tu sabes lo que haces... Solo cuídate ¿Si? Le sonrío con ternura. -Deja de preocuparte, estaré bién patri. Ella solo suspira y se retira. Suspiro y miro hacía el ventanal, pronto llegará la hora donde me suplicaran piedad. (...) El día de partir llegó y estaba despidiendo a todos mis seres queridos. -Toma mucha agua y trata de dormir bién, si algo va mal vienes aquí de inmediato ¿Entendiste?. Habla Patricia preocupada. -Síi lo has repetido muchas veces, ya verás no pasará nada. Digo consolándola. - De acuerdo ¿Segura que estarás bién solo con la ama de llaves? - Estoy segura, deja de preocuparte y solo dí que me amas. Hablo mostrando una brillante sonrisa. Élla me da un leve golpe en la cabeza y luego me abraza. -Sabes que te amo pequeña tonta, aunque no soy de demostrar afecto. -Eso lo sé, te quiero mucho Patri. Ella no dice nada y se separa de mí para despedirse de Angel con los ojos aguados. Me despido de Marcos y Mark, que al igual que Patricia me piden que vuelva si algo sale mal. Al acercarme a Hugo este solo me abraza. -Mis padres no pudieron venir por que se les presentó un inconveniente, pero irán a visitarte pronto. Dice un poco triste. Asiento y me separo de él. - Nos vemos en unos meses Hugo, cuídate. Digo brindandole una sonrisa -Esta bién, estaré esperándote... Aunque mejor iré a visitarte así que cuídate. Asiento sin darle mucha importancia y tomo la mano de Angel para partir. Horas mas tarde estamos entrando en una lujosa mansión. -Estaremos aquí por unos meses Angel ¿Te gusta? Digo mirándolo -Es muy hermosa mami, una belleza igual a tí. Sonrío por su piropo, mi hijo será un rompe corazones adulador. Después de instalarnos tomamos un descanso antes de iniciar todo. Al día siguiente me coloco un vestido elegante de color rojo, junto a unos tacones aguja n***o, un bolso n***o, mi negra cabellara suelta, mis labios de rojo de carmin y listo, debo de impresionar si quiero conseguir que Máximo Cooper sea mi aliado. Me miro al espejo y estoy hermosa como siempre, asi que bajo para desayunar. Al llegar Angel estaba ahí sentado junto a su desayuno. -Estás muy hermosa ma, estoy seguro que todos los hombres voltearan a mirarte. Dice orgulloso de la belleza de su madre. ¿-Eso crees? -Por supuesto, eres la mas hermosa. Solo sonrío y tomo mi desayuno. -Ma, estuve imvestigando a mi padre y me enteré que tiene un romance con Mirian Williams tu hermana. Me quedo algo sorprendida, pero me recompuse. -Angel te he dicho que no imvestigues la vida de ese hombre, no quiero arruinar tu infancia, solo te dije que él era tu padre para no mentirte pero... -Ma lo sé, pero ya soy un hombre, así que te protegeré de todos los malos y eso incluye a mi padre, por eso debo de mantenerlo vigilado y saber lo que hace. Suspiro, nunca debí de heberle contado quién era su padre, ahora sigue los pasos de ese hombre diciendo que me ayudara con mi venganza. -Angel cariño, sé que escuchaste cuando Patri y yo hablábamos, por eso te enteraste que me vengaría de él... Aún así no quiero que crezca odiando a tú padre, mami se sentiría muy triste por eso. Angel me mira. -No lo odiaré, pero tampoco lo voy a querer como un padre, tu eres mi papá y mamá. Dice abrazandome y dejando un dulce beso en mi mejilla. -De acuerdo, eso está mejor digo con una sonrisa. (...) Entro a la gran empresa de Máximo Cooper apodado la bestia de los negocios y me acerco a la recepcionista. -Tengo una reunión con él señor Cooper, soy Celia Álvarez. Ella solo me mira de arriba abajo y me indica por donde debo ir. Camino a paso seguro y muy sensual por la hermosa empresa llamando la atención de todos. Al llegar al último piso un secretario me recibe. ¿- Es usted la señorita Álvarez? Me habla muy amable el joven. -Asi es. -Pase, el señor Cooper la espera. Asiento y toco la puerta. Escucho una sensual y ronca voz decir pase. Entro a la elegange oficina y miro un corpulento hombre con un cobre boca que solo deja ver sus hermosos ojos grises y su largo cabello que cubre toda su frente. -Buenos días señor cooper. digo entrando elegantemente como si fuera la reina del mundo y su oficina me perteneciera. - Señorita Álvarez, es un gusto conocer a la mujer de la que todos hablan... Tome asiento por favor. -Me halaga señor Cooper. Digo sentándome de forma elegante y cruzando las piernas. El solo me oberva sin decir nada. -Digame señorita Álvarez ¿Que trato tiene para ofrecerme? -Directo como me gusta señor Cooper, asi que también seré clara y directa... Quiero destruir la empresa de Victor Cortés y necesito de su ayuda para hacerlo. Todo lo digo sin dejar de sonreír. Capitulo:06 Máximo Cooper: ¿-No hay más información de élla? Le pregunto a mí hombre de confianza y mejor amigo. - No Máximo, solo hay registro de élla de hace diez años en adelante. Frunzo el ceño encontrándome eso muy extraño, todo en élla es extraño es como si empezara a existir desde hace diez años. No hay fotos ni de su niñez nada, solo aparece que tiene un hijo que tuvo a los dieciocho años... El padre del niño es desconocido, y es tan cuidadosa que tampoco aparece foto de su hijo... Y lo mas extraño de todo ¿Por que Sara Jhonson invirtió en una desconocida? ¿Será su hija?... Eso lo dudo. Pienso poniendo mi cerebro a trabajar. ¿-Que vas hacer Máximo? Pregunta mi buen amigo Jeremi, mi único amigo. -Creo que aceptaré el trato... Hablo dudoso. ¿-Y si es una trampa? ¿y si Victor la envió para que te engañara? Habla Jeremi preocupado. -Es una posibilidad... Pero pienso correr el riesgo, esta es la oportunidad que he esperado por años y no pienso desaprovecharla... En caso de que sea una trampa de élla y Victor... Lo destruiré a ambos. Digo haciéndo mis manos puños. Jeremi solo me observa y suspira. - Debes de recordar que Celia Álvarez es una fiera cuando se trata de negocios, debe de tener mucho cuidado con élla. Habla Jeremi colocandose de pies. -Si eso lo sé... Aunque quiero que hagas una última cosa por mi hoy. Digo sin despegar la vista de él, que estaba por casi retirarse de mi oficina. -Te escucho. -Investiga donde se está quedando Celia y mándame la ubicación. - Esta bién, pero sé cauteloso. Asiento y el se retira. Al dia siguiente me encuentro frente a una gran mansión que se encuentra justo en el centro de la cuidad. -Si que Celia sabe como aprovechar el dinero. Susurro aún dentro de mi auto mirando atreves del cristal. Me bajo del auto con mi traje a la medida, mi cubre bocas cubriendo la mitad de mi cara y mi cabello haciendo la otra parte, solo dejando a la vista mis ojos. No miro ningún guardia, así que toco el timbre. Segundos mas tarde una de mujer habla. ¿- Quién es y que desea? Miro por la pequeña cámara y me acerco al micrófono. -Soy Máximo Cooper, vengo a hablar con la señorita Celia Álvarez. -La señora de está casa no se encuentra, vuelva otro momento. Frunzo el ceño. ¿- Quién es nana? Escucho la voz de un niño. - Está buscando a la señora dice que se llama Máximo Cooper. - déjalo pasar. Escucho otra vez la voz del niño. -Pero... Dejo de escuchar y segundo más tarde escucho el clic de la puerta abierta. Entro y quedo maravillado con lo hermoso que se mira el exterior de la mansión. Tiene un hermoso patio muy grande con unos bellos jardines que debo de felicitar al que lo cuida. A lo lejos miro una gran piscina... Pero no vine a admirar, asi que me dedico a entrar en la mansión. Al llegar a la puerta un niño de unos díez años está de pies observándome con los brazos cruzados. -Maximo Cooper, al parecer le gusta la mansión ¿Verdad que es hermosa? Miro al niño de arriba abajo. -Así es, la señora de esta casa tiene excelente gustos. -Lo sé, todo lo que hace mi mami es perfecto igual que élla. Habla el niño muy orgulloso. alzó las cejas aunque de seguro él no lo nota. ¿-Eres hijo de Celia Álvarez? El niño me observa y muerde sus labios. -Oh, perdón por no presentarme señor Cooper, soy Angel Álvarez hijo de Celia Álvarez, pase a mí humilde mansión. Sonrío al ver que esta mansión no tiene nada de humilde, es todo lujo. El niño... Bueno Angel me imvita a sentarme en unos de los costosos muebles y se sienta frenta a mí. ¿- Dónde está tu madre? Pregunto sin rodeos. -Está haciendo cosas de mujeres. Dice como sin nada. ¿-Cosas de mujeres? Pregunto sin entender. -Si, arreglandose las uñas... Cabello, ya sabes. Dice restandole importancia. Observo al niño y se parece mucho a una persona que conozco. - Dime pequeño ¿Quién es tu padre? Le pregunto haciéndolo sonar como una pregunta casual, al menos si su madre no me dice nada, sacaré información a este tonto niño. El pequeño mocoso me observa muy relajado. -Señor Cooper, si mi madre no le ha dicho nada yo no tengo por que abrir la boca ¿Acaso quieres sacar información a través de mí? Retiro lo dicho de tonto no tiene nada. -Para nada, solo tenía curiosidad. Digo muy tranquilo. ¿-Sabía usted que la curiosidad mató al ratón? Dice clavando sus ojos verdes en mí, así como lo hiso su madre ayer, la única diferencia es que los ojos de Celia son negros como la noche. -Al menos murió sabiendo. Digo con una sonrisa al saber que no va a encontrar que contestarme. -Si pero no sabes si valió la pena por lo que murió ¿y si por lo que murió era insignificante? ¿Se imagina que se arrepintió segundo antes de morir? Retiro lo dicho este que está frente a mí no es un niño normal. El pequeño mocoso solo se ríe burlándose de mí. -Señor Cooper ¿Le gustaría jugar PlayStation? Frunzo el ceño y niego. -Por favor, me voy a aburrir de verle la cara a usted, solo será hasta que mi madre regrese ¿ Acaso tienes miedo de jugar conmigo? Sé que está usando esa táctica para que juegue con él, es un mocoso muy inteligente. -De acuerdo, pero por perder cada partida hay que poner cien dolores. Observo como le brillan los ojos. -Trato hecho... NANA PREPARA BOCADILLOS, EL SEÑOR COOPER Y YO ESTAREMOS EN LA SALA DE JUEGOS. Le grita mientras me arrastra con él. Horas después, Angel me ha ganado mas de cinco partida y apenas llevo una sola ganada. -Siii. Grita al ganarme otra. -Eres muy bueno lo admito. Le digo mientras lo observo devorar sus bocadillos. -Lo sé, soy bueno en todo lo que hago, pero... ¿No piensas comer bocadillos? Niego. ¿-Es por el cubre bocas? Anda quitárselo, me gustaría ver su rostro. Dice emocionado -No creo que te gustaría, es horrible. Hablo mirándo hacía otro lado. -Vamos por favor, somos amigos ¿No? Suspiro al ver que no se dará por vencido y retiro el cubre bocas cerrando los ojos, de seguro saldrá corriendo y no va a querer volver a verme. Segundos después siento una pequeña mano trazando la marcas de mis cicatrices. - Soy hombre, pero debo de reconocer que eres... Mmm, se siente raro decirte que eres lindo... Pero sí lo eres, no entiendo por que cubres tu rostro... La verdad no entiendo a los adultos. Angel se sienta frente a mí suspirando y me obliga a comer los bocadillos. El pequeño empieza hacer chistes malos para aligerar el ambiente y entre risas casi acabamos todo... Pero una voz nos interrumpe. -Veo que se divierten... Señor Cooper no esperaba su visita. Capitulo:07 CELIA: Al llegar a la mansión y encontrar a mí hijo y Máximo Cooper conversando de lo mas normal me sorprendió bastante, así como la bruja que soy decido interrumpir su bello momento. -Veo que se divierten... Señor Cooper no esperaba su visita. Interrumpo entrando a la sala de juegos. Miro como se tensa el cuerpo de Máximo y me sorprendo bastante al no ver nada cubriendo su rostro... Es muy hermoso, esa cicatriz lo hace ver como un hombre rudo y caliente... No se que rayos pienso. -Mami al fin llegaste, Máximo tiene mucho rato esperándote. Dice mi niño para luego darme un dulce beso en la mejilla. ¿-Máximo? ¿Desde cuando son tan cercanos? Alzo las cejas mirándolos a los dos. -Mmm mamita, tú y él tienen mucho de que hablar así que me iré para no interrumpirlos. Habla alejandose a toda velocidad. No digo nada y paso a sentarme en uno de los muebles. ¿-No pasa nada si hablamos aquí? Es que estoy algo cansada. Hablo con una sonrisa, sin dejar de mirar ese rostro tan perfecto y varonil. Tiene unas cejas hermosas, su nariz es respingada y ni hablar de sus labios... Son rosados y carnosos... ¿Cómo se sentiría besarlos? ¿-Me estás escuchando Álvarez? Me regresa a tierra su sexi y varonil voz. -Mmm ¿Perdón? La verdad no sé por que sentía que mi voz se volvía mas sensul y ronca. -Le decía que no hay problema que hablemos aquí. Dice sin despegar esos ojos grises de mí. Veo el intento de cubrirse su hermoso rostro. -No hace falta que se cubra el rostro señor Cooper, me gusta ver las expresiones de las personas cuando hablan. La verdad es que me gusta ver la expresión del rostro del protagonista de 365 DNI, cuando están... ya saben... Eso me vuelve loca y ahora me pregunto... ¿-No le molesta ver mi rostro? Me pregunta sin expresión alguna. Sueno mi garganta -Por supuesto que no, tiene un rostro muy calie.. Apuesto. Me corrijo de inmediato. Creo que ver muchas películas con demasiado contenido adulto está afectando mi cerebro. Veo perfectamente como alza las cejas. -De acuerdo, depositaré mi confianza en usted Álvares... -No estamos en la oficina... Puede llamarme Celia, además pronto seremos socios. Observo su perfecta sonrisa. -Está muy segura de que seremos socios. Dice mirándome con una bella sonrisa ¿Está coqueteando conmigo? -Claro que sí ¿O por qué vendría a mí casa? Hablo devolviendo la sonrisa. -Tiene un punto... Celia, pero me gustaría que fueras sincera conmigo... No quiero trampas ni nada oculto entre nosotros, si vamos a ser socios para destruir a Cortes tenemos que trabajar unidos. Cruzo las piernas y me centro en lo que de verdad quiero, desde el maldito de cortes nunca he estado con un hombre no sé por qué me siento de esa manera con Máximo ¿Será la abstinencia? -Bién Máximo, estoy de acuerdo contigo ¿Que es lo que quieres saber? Pregunto sin despegar la mirada de él, es un abito que tengo para intimidar a las personas, pero eso no funciona con Máximo. ¿-Quién es el padre de Angel? Y no me vengas que es algo personal. Dice Máximo tomándo uno de los bocadillos que habían. Esa pregunta me la esperaba. Mi ceño se frunce automaticamente y mi mirada se vuelve mas fría. -Bién, es Victor Cortés. Digo seria sin expresión alguna. Puedo ver como su mirada se llena de odio. - Lo sabía ¿Por que quieres vengarte del padre de tu hijo? Dice frunciendo el ceño. Me coloco de pies, estar sentada hablando de este tema me enferma. ¿- Recuerdas a Cecilia Williams? Pregunto mientras abro la cortina para mirar por el ventanal. ¿-La pobre chica que murió en un accidente? ¿Que tiene élla que ver con lo que estamos hablando? Pregunta confundido. Alzo las cejas. -Te creí mas inteligente Máximo... Pero veo que no. Digo expresando falsa tristeza. Observo claramente como su ceño se frunce... Claro pues le dije bruto. -Celia no soy un adivi... Se queda a mitad de frase y abre grandemente esos hermosos ojos grises. - No puedo creerlo... ¿Acaso eres... Cecilia Williams? - Cecilia Williams murió... Ahora soy Celia Álvares. El solo asiente sin dejar de observarme fijamente. -Ahora todo tiene sentido... Celia Álvares acepto su trato de ser su socio y prometido. Sonrío pero luego quedo desconcertada ¿Prometido? -Nunca hablé de ser su prometida, Máximo Cooper. Digo tomándo asiento. -Lo sé, pero sea un poco mas inteligente Celia... Su ex prometido hará una enorme fiesta de compromiso con su hermana ¿No sería el mejor momento para dar la cara en brazo de su mayor enemigo? ¿Acaso me dijo bruta? -Tiene un buen punto, pero ¿Que dirá su familia de tener una prometida que nunca has presentado? Será un gran escándalo. Digo buscando excusa. -Mi familia estará encantada, pero sí eso le preocupa hay bastante tiempo para presentarla formarmente... Y sobre el escandalo... Ese será el menor de mis problemas. Me sonríe con altanería. Ruedo los ojos. - Primero tengo que hablar con Ángel, nunca me ha visto con un hombre, es muy celoso. Sonrío creyendo haberle ganado. -No te preocupes, yo hablaré con él, es un niño muy inteligente estoy seguro de que entenderá. Habla sonriendome y mirándome con burla. Hago un puchero. -Esta bién, haré lo que tú digas. Hablo dándome por vencida, por una batalla que gane no es nada. -Perfecto, mañana pasa por mi empresa para firmar el contrato, tenemos que empezar pronto con nuestras citas románticas... Todo tiene que ser perfectamente planificado. Dice sonriendo de manera siniestra. -Si lo que digas... Sólo habla con Angel antes de irte. El asiente y me observa mientras entrecierra los ojos. ¿-Que? Pregunto. ¿-De verdad no te da asco ver mi horrible rostro? Se sincera Celia. Dice sin despegar esa intensa mirada gris de mí. ¿Asco? Si tan solo se imaginara... Sueno mi garganta para que mi voz no se escuche rara. -Tu rostro no es horrible, sólo tienes una cicatriz que le podría pasar a cualquiera y sobre sentir ¿Asco? No sé por que sentiría eso si eres muy guapo. Todo lo digo mirándolo a los ojos para que vea que no miento. ¿-De verdad crees que soy guapo? Me pregunta inseguro. Observo sus largas pestañas, sus gruesas cejas, sus carnoso labios rosados... Y por último la horrible cicatriz que adorna un lado de su mejilla completa, pero ésta no hace que pierda el atractivo, si no le da ese aire de hombre dominante y peligroso... Justo como me gustan. ¿-Quieres que sea cinsera contigo? Le pregunto. -Si. Me responde con duda. -Eres el tipo de hombre que me gustaría llevar a la cama. Cap:08 Cap:08 CELIA: Observo como inmediatamente se coloca el cubre bocas para que no vea el rubor subir por su mejilla... Demasiado tarde, ya ví lo tímido que eres ja ja. -Iré a hablar con Angel. Dice alejandose de mí. Si tan solo supiera que nada más soy puro bla, bla, bla... Nunca he estado con un hombre por voluntad propia, creo que pasaría vergüenza si algún día llego a acostarme con un hombre. Mi pequeño Angel interrumpe mis pensamientos. -Mamita, Máximo habló conmigo y me contó que serías su prometida hasta completar la venganza... ¿Te sientes feliz con eso? Me pregunta preocupado. Sonrío al ver a mi pequeño hombre preocupado, daría la vida por él, es mi mas grande amor, creo que las que son madres entienden este sentimiento. -No te preocupes, tu mamita se siente feliz con eso. Digo besando su mejilla y revolviendo su hermoso cabello, mi hijo es hermoso por donde quiera que lo mire. -Si te sientes feliz entonces yo también lo soy... ¿Entonces Máximo será como mi padrastro temporal? Me pregunta con su mirada inocente. Me siento mal por esto, ¿Que estoy haciendo? Mi niño solo tiene que ser feliz sin darle mente a nada de lo que está pasando. Suspiro ¿-Te gusta la idea de que Máximo sea tu padrastro? Le pregunto sin dejar de mirarlo. El asiente emocionado -Maximo es buena persona, además le gusta jugar conmigo, no como Hugo que se la pasaba molestandote sin descanso. Habla frunciendo el ceño. Sonrío y lo abrazo. ¿-Sabes que te amo? Le pregunto -Lo sé mami, yo también te amo mucho. Besa mi mejilla. Se separa inmediatamente de mí. -Mami, ya que Máximo es tú prometido lo he invitado a cenar para que se vayan acostumbrando y no parezcan extraños cuando estén delante de las personas, tienen que hacer todo bien si quieren tener éxito. Lo miro con los ojos abiertos. ¿- Máximo va a cenar con nosotros? Pregunto como estúpida. Mi niño me mira con una sonrisa. -Claro que sí, vamos él nos está esperando en la sala. Habla halandome tras él. Entonces me doy cuenta de algo, aunque traté de dar todo de mí, a mí hijo siempre le hizo falta la figura paternal... No quiero que se encariñe demasiado con Máximo y luego acabe sufriendo. Llego a la sala arrastrada por Angel y observo a Máximo sentado en el sofá muy relajado con el cubre bocas puesto. -Angel me invitó a cenar, espero que eso no te moleste. Dice sin apartar los ojos de mí. -Por supuesto que no, debemos acostumbrarnos más para que sea creíble toda esta farsa... Por ahora iré a tomar una ducha, bajo en unos momentos. Digo para subir la escalera e ir a mí habitación. Allí hago todas mis necesidades y me tomo un largo y refrescante baño. Entro a mí enorme closet y me coloco un vestido casual de rosas, junto a unas sandalias muy cómodas. Dejo mi hermosa cabellera negra suelta, me echo un poco de perfume y listo. Me miro nuevamente al espejo luciendo muy natural y bella como siempre. Escucho unos toques en mi puerta. ¿-Si?. -Señora, la cena está lista. Escucho la voz de unas de mis trabajadoras. -De acuerdo ya bajo. Digo para darme una última mirada en el espejo. Al bajar observo como Máximo y Angel platican como dos adultos y sonríen en complicidad. Cuando llego frente a ellos hacen silencio. ¿-Que? ¿Acaso hablaban de mí? Digo alzando las cejas. -Claro que no mamí, solo le contaba a Máximo algunas anécdotas de mi pasado. Dice desviando la mirada. Miro a Máximo al darme cuenta que Angel no me dice la verdad y él solo se encoge de hombros. -Cosas de hombres. Dice restándole importancia. Los miro desconfiada pero no agrego nada y nos dirigimos al comedor para cenar. Mientras cenábamos me sentía recluída, Máximo y Angel hablaban como dos adultos que se conocían de hace años, mientras yo los observaba sintiendo grandes celos de como Máximo me quitó la atención de mi pequeño... Si soy una madre muy celosa. -Cuándo entre nuevo a la escuela todas las chicas daban la vida por mí, soy el mas hermoso de la escuela entera. Dice con su aire de arrogancia Angel. -Me pasó lo mismo, incluso tenía que esconderme de esas chicas acosadoras que eran muy molestas, no las soportaba. Dice Máximo mientras termina la cena. (Claro sin el cubre bocas) -Si, lo que tenemos que pasar por ser guapos. Dice mi hijo y los dos suspiran como si eso fuera una carga... Esto es el colmo. ¿-Que me dices de tí Celia? ¿Tuviste muchos admiradores? Pregunta Máximo acordandose de mi existencia. Iba a responder encogiéndome de hombros, pero Angel se adelanta. -Ni te imaginas, mi madre podría poner una floristería si se lo proponía, a diario llegaban muchas rosas de sus admiradores. Dice mi pequeño con una sonrisa traviesa... ¿Que está pasando aquí? ¿-Es así? Me mira alzando las cejas Máximo. Finjo no darle mucha importancia. -Aparte de ser hermosa... Fui la más inteligente de mi clase, destacaba en todo. Digo con humildad fingida, terminando mi vaso de mi jugo. ¿-Fuiste la mas inteligente? Me pregunta sin despegar la mirada de mí. -Así es, me gradúe con honores. Digo orgullosa de mi gran esfuerzo y horas incontables sin dormir. Máximo solo sonríe y puede ver de donde Angel sacó ese ego tan grande, su madre es una mujer bella y segura de si misma. -No lo dudo, lo has demostrado en tu empresa que cada día crece mas, estoy seguro que muy pronto serás conocida en el mundo entero. Sonrío. -Esa es la meta, pero antes de eso tengo que limpiar el camino por ciertas alimañas. Digo apretando los puños. Luego de platicar un poco más, Máximo se retira, prometiendole a mí hijo volver pronto para echar otra partida. Cuándo estamos Angel y yo solos. -Mami iré a descansar, que tengas buenas noches. Dice abrazandome y besando mi mejilla. -Gracias tu igual que tengas buenas noches. Hablo devolviendo el abrazo y el beso. Mi niño se retira y yo me quedo sola en el gran sofá. -Señora, Patricia llamó hace unas horas, dijo que cuándo no estes ocupada que la llamaras. Me habla la nana de Angel. Asiento agradeciendole. Tomo mi celular y llamo a Patricia. - Pensé que ya no llamarías. Dice la mujer que es como mi madre detrás de la línea. -No digas eso Patricia, estaba algo ocupada. Digo estirando mi cuerpo. -Si lo sé, estabas con el gran Máximo Cooper... Y dime ¿En verdad es una bestia? Me pregunta con curiosidad. Sonrío -Mas bien un cordero, no es nada como los medios informan, aunque claro se mira muy frío e imponente detrás de ese cubre bocas. -No lo puedo creer... ¿Ya viste su rostro? -Asi es. Digo dejando escapar una risita. ¿-Es guapo? Pregunta. -Como no tienes idea... Aunque me imagino que no es para esto que quieres hablar conmigo Patri ¿No es así? -Siempre directa Celia... Victor Cortes se ha comunicado conmigo esta tarde. Un silencio de unos segundos se formó tras la línea. ¿-Te ha dicho que quiere? Pregunto frunciendo el ceño. -No exactamente, pero al parecer su empresa ha tenido una recaída y quiere que inviertas. Levanto las cejas con una sonrisa escalofriante. -Entonces al parecer nos veremos antes de lo esperado. Capitulo:09 CELIA: Abro los ojos desde que amanece y me levanto para hacer mi rutina de ejercicios. Una hora después me estoy cambiando, me coloco un hermoso vestido n***o mas arriba de las rodillas con las mangas largas pegado a mi cuerpo, así resaltando mi hermosa figura. Me hago una coleta alta para resaltar mis finos rasgos, uso un poco de delineador, rimel y mi pintalabios favorito, rojo carmín. por último me coloco mis tacones aguja rojo, junto a mi bolso del mismo color que mis tacones, un poco de perfume y listo. Bajo las escaleras para buscar a Angel y despedirme, pero me sorprendo al verlo cambiado con esmoquin n***o y camisa azul. Lo miro confundida. ¿-Para dónde vas? Pregunto mirándo lo hermoso que está mi hombre, si no fuera por mis tacones estuviera casi de mi tamaño. -Iré contigo mamí, no voy a dejarte sola tengo que protegerte. Habla para acercarse a mí y besar mis manos. -Estas hermosa, estoy orgulloso de tener una madre tan bonita y elegante. Habla como todo un caballero tratando de convencerme. Alzo las cejas. ¿-Tratas de convencerme? Digo tratando de ocultar mi sonrisa. - Claro que no mamí, tu belleza es única eso te lo puedo asegurar. Dice con una sonrisa haciendo un hermoso puchero. Suspiro. -Bién vendrás conmigo, pero permanecerás callado y prométeme que no te meterás en problemas o te castigaré. Digo hablando de manera dura. -De acuerdo ma, prometo portarme bién y hacerte sentir orgullosa de tenerme. Sus palabras me derriten y le doy un abrazo. -Oh, ven aquí mi pequeño mocoso, mami siempre estará orgulloso de tí. Hablo sonriendo con dulzura. (...) Media hora más tarde estamos frente a la empresa de Máximo Cooper. ¿- Estás listo? Le pregunto a Angel. -Siempre estoy listo. Habla colocandose unas gafas oscuras y saliendo del auto. Mi hermoso y caballero hijo me abre la puerta del auto. -Gracias eres todo un caballero. Hablo con una sonrisa mirando alrededor que muchas personas miran. Mi niño sonríe y empezamos a caminar juntos con elegancia como si el mundo nos perteneciera. Las personas de la empresa nos miran y susurran cosa que en realidad no me importa asi que mi hijo y yo caminamos como si no existieran... Odio los chimosos. Nos informan que Máximo nos espera y al llegar frente a su puerta toco. -Pase. Escucho su gruesa y sensual voz. Angel y yo entramos, pero Máximo no está sólo, con el está Jeremi white su mejor amigo el que siempre estuvo en los momentos más difíciles de Máximo... Claro aparte de su familia... Si investigué todo de él, soy muy precavida. -Buenos días. Decimos mi hijo y yo al unísono. Los dos hombres responden el saludo con cortesía. Miro como Jeremi me mira con desconfianza y alzo las cejas. -Pueden tomar asiento Celia y Angel. Habla Máximo con el cubre bocas y su cabello largo tapando su frente completa. Angel y yo tomamos asiento de forma elegante en unos de los muebles y cruzamos las piernas. -Celia, te presento a Jeremi white, mi socio y mejor amigo, Jeremi élla es Celia Álvares mi prometida por situaciones que conoces y su hijo Angel Álvares. Los dos asentimos mirándonos, en cambio Angel ni le presta atención por estar mirando una pequeña rubia de unos nueve años que sale de una puerta que supongo es el baño. -Papi ya terminé ¿puedo ir a jugar? Dice sin darse cuenta de nuestra presencia. -Rassanna, ya te dije que no me gusta que andes sola por la empresa. Dice Jeremi, dirigiéndose a élla. La pequeña hace un lindo puchero. -Por favor di que sí papito. Dice tratando de convencerlo. -Rassanna ya ta dije... - Que Angel la acompañe, yo tampoco estoy de acuerdo que vagues sola por la empresa. Habla Máximo dirigiéndose a Angel. La pequeña al fin se da cuenta de nuestras presencias y su carita se vuelve muy roja. Jeremi mira a Angel y duda un poco. -Angel es un buen niño, no habrá problema si juegan un rato en la sala de descanso. Dice Máximo mirando la duda de su amigo. - Esta bién ¿Que opinas Rossanna? ¿Quieres ir a jugar con él? Es un amigo de tu tío Máximo. La pequeña mira al guapo Angel y su cara se vuelve mas roja y asiente de forma tímida. -Bién Angel, Rossanna te mostrará la sala de descanso, hay mucho juego diviertanse. Dice Máximo guiñandole un ojo a Angel sin que los demás se den cuenta. Angel mira a su madre y esta asiente. Los dos se retiran y Máximo no quita la mirada de las hermosas piernas de Celia. Su amigo le da con el pie para que este disimule. - Bién Celia estos son los ducumentos que debes de firmar para ser legalmente socia de la empresa Corporation Cooper, si tienes alguna duda aquí estoy para aclarar cualquier cosa. Asiento y Jeremi me da los ducumentos. Luego de leer todo por un largo rato los firmo y Máximo hace lo mismo. -Desde hoy somos oficialmente prometidos y socios... ¿ Cuál es el plan para empezar a destruir a Victor, Celia? Pregunta Máximo. Sonrío con malicia... He estado esperando este momento por años. -En este momento tenemos una gran ventaja y es que la empresa de Victor Cortes tiene un gran fiasco, están buscando inversionista... ¿Y quién mejor que yo para imvertir en esta? Jeremi frunce el ceño. ¿- Como sabes esa información? Dice analizandome. Sonrío. -Tengo mis métodos White, ¿Algún problema con eso? Digo levantando las cejas. El no dice nada y niega. - Bién, en una semana me reuniré con Cortes, me imagino le dará el infarto de su vida... Mientras ustedes encárguense de que ningúna otra empresa quiera asociarse con él. Hablo determinada y segura. Los dos hombres asienten y yo sonrío feliz. -Si eso es todo voy retirarme, tengo algunas reuniones que atender. Dice Jeremi. Máximo asiente y el se retira Observo a Máximo ¿- No es incómodo usar eso el dia completo? Le señalo su cubre bocas. -Aveces, pero estoy acostumbrado. Dice encogiendose de hombros. Asiento -Te lo puedes quitar ya he visto tu rostro, no es necesario que lo uses frente a mí. Digo ansiosa por ver su hermoso rostro. El asiente y se lo quita. Yo sonrío de felicidad. ¿-No has pensado en no usarlo nunca? Pregunto sin dejar de observarlo. -No, me gusta el efecto que produce al verme las personas... Creen que soy un monstruo y me temen, es mas fácil manejarlos así. -Ya entiendo... Aunque creo que no necesitas de un cubre bocas para que te teman... Tu presencia es muy imponente. ¿-Eso crees? Me pregunta con duda. -Claro que sí. Digo segura. Mi hijo entra e interrumpe nuestra plática. -Perdón por interrumpir... El señor Jeremi dijo que la reunión ha terminado ¿Ya nos vamos? Dice con cara de inocente Me coloco de pies. -Ya es hora de irme, hasta luego Máximo. Digo para dirigirme a mi hijo. -Paso a recogerte esta noche a las ocho, será nuestra primera cita, hay que empezar a crear rumores. Asiento -De acuerdo, estaré lista a las ocho. hablo sonriéndole coqueta y me despido. Mientras bajamos por el ascensor. ¿- Te gusta Máximo mami? Pregunta Angel mirándome. Alzo las cejas. - No ¿Por que preguntas eso? -Te vuelves muy coqueta cuando estás con el y tu voz muy diferente a como hablas normalmente. Lo miro con el ceño fruncido. -Angel Álvares ¿Es así como le hablas a tu madre? Digo acercándome a él. -Ma... Mami... Lo... Siento... Fue muy inprudente de mi parte decirte eso... Pero... ¿Si te gusta? Antes que lo reprenda el ascensor se abre y ese pequeño mocoso sale a toda velocidad. Respiro varias veces y salgo, pero sin perder la elegancia. Estás castigado Angel Álvares Capitulo:10 CELIA: La noche llegó y aquí estoy mirándome al espejo para ver que todo está acomodado. Llevo un elegante vestido azul marino corto, pero no deja mucho a la imaginación, mi cabello está suelto y llevo un ligero maquillaje para que mi piel se mire natural. uso unas zapatillas no muy altas, esta vez quiero estar algo cómoda. La puerta de mi habitación es tocada. ¿- Si? -El señor Cooper la espera abajo. Me habla la ama de llaves. -De acuerdo ya bajo. Digo tomando mi bolso y echándome una última mirada para salir. La bajar la escalera escucho a Angel hablando con Máximo. -Así es, mami me ha castigado... Una semana sin jugar PlayStation. Habla quejándose <<¿ Puedes creerlo? No le dije nada malo. -De seguro le dijiste algo para molestarla ¿Ya te disculpaste? Escucho a Máximo. - Claro que sí, pero de todas maneras estoy castigado. Dice haciéndo un puchero. Máximo iba a hablar pero interrumpo. -Buenas noches. Digo acercándome. Los dos voltean a mirarme. -Mami está muy hermosa ¿No lo crees Máximo? Habla Angel mirándolo. -Sin duda tu madre es una mujer muy bella. Habla observandome con una sonrisa. -Asi es, por eso debes de cuidarla con tu vida y no la traigas muy tarde, ella se acuesta temprano. -Angel... Digo observandolo para que haga silencio. El suspira y se acerca a mí. -Cuidate mucho ma y diviertete. Dice dejando un dulce beso en mi mejilla para retirarse. -Lo siento, aveces se vuelve muy intenso. Digo acercándome a Máximo. El me brinda una hermosa sonrisa. -No te preocupes, es un hijo preocupado por su madre ¿Nos vamos? Habla ofreciendome su brazo. Lo tomo y salimos para encontrarme con un hermoso deportivo n***o. Máximo abre mi puerta como todo un cabellero y yo gustosa subo a su lujoso auto. Mientras vamos de camino. ¿-A dónde iremos? Pregunto impaciente. -Primero cenaremos y luego haremos lo que tú quieras. Dice mientras conduce. ooww, que lindo. - Está bién. Hablo mirándo la hermosa la cuidad a través del cristal. Máximo se detiene frente a un lujoso restaurante, se coloca el cubre bocas, abre mi puerta y toma mi mano de forma delicada. Al entrar una hermosa chica muy coqueta nos recibe. ¿-Nombre de la reservación? Pregunta mirándo a Máximo con curiosidad. - Máximo Cooper. Ella sólo asiente y nos guía a una hermosa mesa que se encuentra en la azotea del hotel que supongo es un lugar muy exclusivo. Cuándo estamos solos. ¿-Te gusta este lugar? Pregunta sin dejar de mirarme. -Si gracias, es muy hermoso. Digo con la voz mas suave de lo normal. Tomamos asiento y Máximo toma mi mano para entrelazar nuestros dedos. -Hay cámaras a nuestra izquierda, mírame como si fuera el único hombre para tí en este mundo. Dice acariciando mi rostro con sus grandes manos. Alzo las cejas y luego sonrio divertida. -De acuerdo. Digo para colocarme de pies y acercar mi silla a la suya. El frunce el ceño. ¿- Que haces? Dice mirándome algo confundido. -Quiero ser una prometida amorosa, esto tiene que quedar perfecto. Hablo quitando un poco su cubre bocas y besando su mejilla de forma delicada. Aparte de que estoy fingiendo... Tengo que aprovechar este guapo hombre, no todos los días encuentro uno así. Pienso por dentro de mí. Traen nuestros pedidos y empiezo a darle de mi camida en la boca a Máximo. Puedo observar que se muere de la vergüenza, pero eso me divierte más. Se preguntarán como está comiendo con un cubre bocas puesto, pues el cubre bocas de Máximo tiene una pequeña abertura para que pueda comer o beber lo que desee. Cuando término la rica cena empiezo a comer las frutas que están perfectamente cortadas. Así que tomo una uva y la muerdo con los dientes sosteniendo la otra mitad afuera. He visto esto en muchas pelis romántica ¿Por que no aprovechar? Muevo a Máximo haciendo que me mire. El me mira frunciendo el ceño. -Mmm. Le hago ceña para que tome la uva de mis labios. ¿- Quieres que tome la uva? Asiento, pero niego varias veces cuando observo que lo va a quitar con su mano. Le hago ceñas y apunto su boca. ¿-Quieres... Que... Lo haga... Con la boca? Asiento levantando el pulgar. Miro como suspira. ¿-Segura? Ruedo los ojos y vuelvo a asentir. Miro como se acerca lentamente a mí y siento el momento exacto cuando nuestros labios se rosan... Como quisiera besarlo. Se aleja de mí y me mira con intensidad. ¿- Te estás aprovechando de mí? Dice mientras no deja de observarme. Hago un puchero ¿- Por quién me tomas? Solo quiero que todo quede perfecto. Hablo mirándolo de forma inocente y batiendo mis pestañas. -De acuerdo Celia, voy a creerte. Dice suspirando. Sonrío de forma inocente y terminamos nuestra rica cena sin inconvenientes. Nos retiramos del lujoso lugar como una pareja normal tomados de las manos. Le dije a Máximo que me llevara a un lugar tranquilo y me trajo a un viejo puente donde podía observar la cuidad con tranquilidad. -Hay noches que necesito despejar mi mente y vengo a aquí para pensar con claridad. Dice colocandose cerca de mi para mirar las luces de la cuidad. El aire fresco golpea mi rostro y cierro los ojos. -Es un lugar muy tranquilo, gracias por traerme aquí, lo necesitaba. Digo recargando mi cabeza en su brazo y suspiro. -Celia... Quiero preguntarte algo. Dice casi en un susurro. ¿- Si? Pregunto con la voz suave, cerrando los ojos. ¿ -Llegaste a amar a Victor? Pregunta. Abro los ojos y lo miro, para ver que tiene sus hermosos ojos cerrados, él lo abre al darse cuenta que lo miro. - Cuándo me obligarón a vivir con ese mal nacido apenas era una niña que acababa de cumplir los dieciocho años, que soñaba con un príncipe azul, que se enamoraría y se casarían por amor, pero esos malditos destruyeron ese sueño ¿Si llegué a amar a Victor? Lo odié desde la primera noche que me obligó a estar con él por la fuerza. Hablo con resentimiento recordando aquellos días que sufrí tanto. Siento los brazos de Máximo rodearme. -Prometo que pagarán por todo lo que te hicieron, cuentas con mi ayuda para todo los que necesites ¿De acuerdo? Susurra y me acurruco más a él, es reconfortante tener este hombre, no entiendo como su ex lo abandonó solo por tener cicatrices en el rostro. Luego de charlar de cosas sin importancias decidimos que era muy tarde y debíamos de regresar. Máximo: Mientras conduzco por las tranquilas calles, Celia va dormida profundamente, sonrío mientras la observo. Para mi Celia es alguién muy especial me vuelvo un completo tonto cuando estoy junto a élla mi actitud cambia por completo. Intento despertarla cuando llegamos a su mansión, pero me lanza un manotazo que sí no me aparto rápido me revienta la cara. Así que la tomo en mis brazos de forma delicada, la muy aprovechada se acorruca en mí pecho y entra una de sus manos debajo de mi camisa haciendo un suspiro de satisfacción. Sonrío un poco y los guardias que ella puso en la mansión me dejan pasar sin inconvenientes. Me doy un susto de muerte al entrar a la sala y ver a Angel de brazos cruzados. -Son las once y cuarenticinco... -Sshhh. Le hago ceñas para que haga silencio y no despierte a su madre. El entiende y me dice donde está la habitación de Celia. Después de subir las escaleras, entro a su enorme habitación y la acuesto en su gran cama. -Mmm. Se queja cuando me separo de ella, pero la cubro no sin antes quitar sus zapatos. Dejo un dulce beso en su frente y salgo. Al bajar las escaleras Angel aún está ahí. -Si celia sabe que no has dormido a esta hora se enojará contigo. Digo deteniendome a su lado. -Lo sé, pero no podía dormir. Dice él pequeño suspirando. -Nunca le haría daño Angel, ella es muy especial para mí. El niño suspira. -Lo sé, pero... No puedo evitarlo, siempre hemos sido mi madre y yo... ¿Al menos se divertio? Pregunta bostezando Asiento y el sonríe. -Entonces eso es bueno, buenas noches Máximo si deseas dormir aquí, hay una habitación... -No gracias ya debo irme, que tengas buenas noches Angel, ya es tarde debes de ir a dormir. Angel asiente y cada quién nos marchamos a nuestros respectivos lugares, mañana será un día largo tengo muchas cosas que hacer. Capitulo:11 CELIA: Despierto al escuchar la voz de Angel llamarme. -Mami despierta, tienes que ver las noticias. Escucho su voz en medio del sueño. -Mmm, Angel déjame dormir. Hablo para darme la vuelta del otro lado y seguir dormiendo. -Mami, salieron dándose un beso en la imagen... Pero dijiste que no te gustaba... Me levanto de inmediato quedando sentada. - Déjame ver. Digo con la voz ronca tratando de abrir bién los ojos. Angel me pasa su tableta. Abro grande los ojos cuando miro que es el momento cuando hice que tomara la uva de mi boca y se mira una escena muy romántica. Miro a Angel que me observa con una sonrisa y una cara de lo sabía. Siento mi cara roja. -Deja de mirarme así, no es lo que crees solo estabamos fingiendo. Hablo tapando mi rostro. El alza las cejas. -No es lo que parecía cuando llegaste en sus brazos bién acurrucada. Dice para mirarme con burla. Entonces recuerdo que me quedé dormida en su auto... ¿Él me trajo? Que vergüenza. Me observo y miro que traigo la misma ropa de anoche. Suspiro y miro la tableta para ver todos los chismes que han inventado. AL FIN LA BESTIA TIENE PAREJA ¿QUIÉN SERÁ ESA CHICA? Observo como mencionan varios nombres, pero uno en especial llama mi atención y es el de Carolina Miller, la ex de Máximo que lo abandonó diciendo que no podía estar con una bestia asi, que le daba asco, no podría estar con un deforme. Pero lo peor de todo es que lo dijo en una ruenda de prensa haciéndose la víctima, esa mujer es un demonio. Leo varios comentarios que dicen que soy una caza fortunas, que estoy dispuesta a todo con tal de conseguir dinero, otros decían que Máximo merecía una segunda oportunidad... Bla, bla, bla... Chisme de personas sin oficio. Miro a Angel que me observa sin decir nada. ¿- Leíste los comentarios? Pregunto mientras me levanto de la cama. El asiente y frunce el ceño. - Solo son comentarios de personas fustradas, no les haga caso mami. Solo sonrío y asiento, nunca hago caso de lo que las demás personas piensen de mí, vivo para mí no para la gente. No muy lejos de la cuidad, Máximo recibe una llamada. ¿ -Si? Contesta frunciendo el ceño al no tener ese número registrado. ¿- Máximo eres tú cierto? Aprieta los puños al escuchar su voz y los recuerdos que creyó haber enterrado vuelven a él ¿- Que quieres Carolina? Habla con la voz dura y sin rastro de emoción. -Maxi... Yo... A pesar de todo este tiempo... Nunca he dejado de pensar en ti... Te extraño tanto... Maxi... Empiezo a reírme como loco. -No me digas Carolina, llamas después de todos estos años y me vienes con esa mierda ¿Es enserio? Digo sintiendo como mi corazón se estruja. -Maxi yo... -Soy Máximo o señor Cooper para tí Miller, no somos tan cercanos para que me estés tuteando. Hablo furioso. - Sé que estás enojado, estaré allá en una semana, espero podamos hablar como en los viejos tiempos... No la dejo terminar y cuelgo, esto es el colmo ¿Cómo se atreve a llámarme después de todo lo que hizo y dijo de mí? ¿Me cree estúpido? Mientras Máximo está que hecha fuego en otro país Carolina recibe una bofetada de su padre. -Por tu culpa ese estúpido de Máximo tiene a otra mujer ¿Que te costaba permanecer a su lado y ser su esposa? -Pero padre, su rostro estaba horrendo parecía un monstruo de esas películas de terror. Se queja con una de sus manos en la mejilla. ¿- Acaso eso importa? Luego de obtener su fortuna podías matarlo, pero no, te fuiste como la inútil que eres, nuestra empresa esta en quiebra ¿Que harás ahora? Pregunta el hombre furioso. -Ya hablé con él, volveré en una semana y haré que me perdone. Dice Carolina con una sonrisa malvada. -Espero que sepas arreglar la cosa y no quiero nada de comunicación con ese estúpido de Victor, por su culpa casi nos descubren. -Descuida padre, ya corté toda comunicación con él. Habla Coralina dando la vuelta para marcharse a su habitación, si su padre piensa que dejará de hablar con Victor está loco. (...) Los días pasarón y Celia estaba alistandose para reunirse con Victor Cortés. -Ma ¿Seguro que está bien que vayas sola? Me pregunta Angel preocupado. Lo miro con una sonrisa -Por supuesto que sí, tu mamí es una mujer muy fuerte. Digo con seguridad mirándome por última vez al espejo. Esta vez llevo un pantalón fino de vestir junto a una hermosa blusa de color rojo vino, unos tacones aguja rojo, un bolso n***o, mi hermosa cabellera suelta y un ligero maquillaje con mi pinta labios favorito rojo carmín, me miraba inponente y eso me gustaba. Salgo junto a Angel que me mira con preocupación, él ya sabe quién es su padre y no es que yo le he metido a la cabeza que su padre es mala persona, eso no... Angel desde pequeño ha sido inteligente y ha investigado por su propia cuenta todas las fachorias que Víctor ha hecho, por eso es su preocupación que él me haga algo. Al salir fuera de mi mansión Máximo se encuentra recargado en su auto con su perfecto traje hecho a la medida mirándo su teléfono. Sonrío de manera automatica y me acerco a él. ¿-Que haces aquí? No me avisaste que vendrías. Hablo de manera coqueta con una sonrisa de oreja a oreja. Levanta su mirada y me mira de arriba abajo. - Estaba muy ocupado, perdón por no avisar ¿Cómo has estado todos estos días? Hago un puchero. -Estoy molesta, pues tengo un prometido que ni me escribe para saber como estoy. Finjo estar molesta. Puedo ver que sonríe a través del cubre bocas. -Lo siento, eso no volvera a pasar ¿Nos vamos? Dice sin dejar de mirarme. Lo miro confundida. ¿- A dónde?. -Te llevaré a la empresa de Cortés, Angel me pidió que cuidara muy bién de tí. Miro a Angel y este finge no haber escuchado. - Bién, pero no entrarás conmigo... Debo de hacer esto sola por ahora. Máximo asiente. Miro a Angel y me despido de él con un beso en la frente y este me pide que me cuide. Minutos después estoy frente a la empresa de Victor Cortes... ¿Para que mentir? Es grande y lujosa. ¿- Segura que estarás bién? Pregunta Máximo preocupado. Me acerco a él y quito su cobre bocas. -No lo uses cuándo estés conmigo... Y sí estaré bién, no te preocupes. El asiente - pero si algo va mal me avisas y yo iré inmediatamente por ti. - Está bién, lo tomaré en cuenta. Hablo con una sonrisa y salgo del auto. Me coloco mis gafas oscuras, arreglo mi cabello hacía atrás y camino con seguridad. Al llegar a la recepción la chica me mira de arriba abajo alzando las cejas. ¿- Quién eres? Me pregunta sin nada de educación. Quito mis lentos y arreglo algunos flecos rebelde de mi cabello. - Mucho gusto, soy celia Álvares tengo una reunión con él señor Cortes. Hablo con superioridad mirándola como cucaracha. Ella me mira sorprendida y la entiendo... Los rumores es que la CEO de mi empresa es una señora mayor muy vieja, ya que no muestro mi rostro en público, eso lo hace mi vice- Presidente... Tengo que guardar las apariencias. -Lo siento señora Álvares, el señor Cortes la espera en su despacho. Élla me indica por dónde y me dirijo al despacho de Victor caminando como la reina del mundo, sonando mis tacones por el lujoso pasillo. Tomo el ascensor y llego al último piso... Una chica que viste como prosti, me mira con cara de culo mascando un chicle. ¿- Tienes una cita con Victor? Dice con mala educación ¿Acaso no le enseñarón modales a estas chicas? -Asi es. Digo con poco tacto. Ella me mira mal ¿- Cuál es su nombre? -Celia Álvares. Digo alzando las cejas. Ella me mira sorprendida. -El señor Cortés la espera, puede pasar. Dice algo nerviosa... Asi es, tiembla mocosa mal educada. Me dirijo a la puerta que dice su nombre y toco. -Pase. Escucho la voz de Victor... ¿Si estoy nerviosa? Para que negarlo, volveré a ver la cara del hombre que me hizo vivir un infierno. Entro con seguridad sin mostrar emoción alguna en mí rostro. -Buenos días señor Cortés, creo que debería de educar a sus empleadas. Digo con la voz neutra observandolo con mis ojos negros como la noche. El levanta la mirada y es como si viera un fantasma. ¿ - Cecilia? Capitulo:12 Celia: – ¿Cecilia? Dice el hombre que me hizo vivir un infierno. Lo miro de arriba abajo y ha cambiado mucho, tiene una barba más pronunciada, su cara se mira más mayor y está más gordo. – Por si no lo recuerda, mi nombre es Celia señor Cortés. Digo con una sonrisa tomando asiento. Él no deja de mirarme y niega varias veces. – Perdone señorita Álvarez, usted se parece mucho a una vieja amiga. Alzo las cejas. ¿– Es así? ¿Qué pasó con ella? Pregunto sin dejar de mirarlo. – Murió. Dice cómo si realmente lo lamentara... Que maldito. – Es una pena... Pero no vine a hablar de su.. Amiga, señor Cortés ¿Cuál es su propuesta? Hablo cruzando mis piernas como todo una diva. Ese estúpido me mira con deseo y se relame los labios... Asqueroso. – Señorita Álvarez si invierte en mi empresa le daré el diez por ciento de las acciones... No tiene nada que perder. Habla mirándome de forma coqueta. Ruedo los ojos mentalmente. Finjo pensarlo un poco. – Imvertiré con todo lo que necesites, pero quiero un veinte por ciento de las acciones, eso o nada. Hablo segura de mi misma. – Pero señorita Álvarez, el diez por ciento es más que suficiente, además que le daré todo lo que me pidas. Dice mirando mi cuerpo con deseo. – El veinte por ciento o nada, señor Cortés no haga perder mi valioso tiempo tengo muchas cosas que hacer y mi prometido me espera abajo. Digo algo molesta. Él me mira con enojo, pero suaviza la mirada de inmediato. – Si es así, entonces tendré que discutirlo con los demás socios... La llamaré más tarde señorita Álvarez. Me levanto del asiento con una sonrisa falsa. – Mi oferta no dura una eternidad Cortés, recuerde eso bien, hay muchas empresas que están detrás de mí. Digo para irme moviendo mis caderas de forma sensual. Mientras que en la oficina Víctor llama de inmediato a Andrés. ¿– Señor.? – Quiero que investigues a Celia Álvarez, quiero saber todo de élla... Absolutamente todo. Digo levantándome para ver por la ventana como se sube en un lujoso auto. – Si señor.... Pero... ¿Pasa algo malo con élla? Pregunta Andres con curiosidad. – Creo que es Cecilia... – Cecilia está muerta Víctor, deja tu obsesión con ella. Habla Andrés tratando de que Víctor entre en razón. – No encontraron su cuerpo Andrés, así que ella nunca murió, deja de decir estupideces y has lo que digo. Habla muy enojado Víctor y cierra el teléfono. ¿– Te fue bién? Pregunta Máximo mientras arranca el auto. – Perfecto, de seguro ya mandó a imvestigarme. Hablo mirando a través del cristal con una sonrisa. ¿– Cuál será tu próximo movimiento? Me pregunta Máximo – Estoy segura que me llamará pronto, tu encárgate de que no encuentre inversionistas. Digo mirándolo de reojo. – Todo lo que ordene mi prometida ¿Quieres ir a comer algo o te llevo a tu mansión ? – Mejor llévame a mi mansión y comemos juntos ¿Que dices? – Perfecto. Me responde con una sonrisa. Llegamos a la mansión y mi niño me espera en la puerta y corre al vernos. – Mami ¿Estás bién? ¿No te hizo nada? Me pregunta impaciente. – Estoy bién Angel, ya te dije que tu mami es una mujer muy fuerte. Digo para besar su frente. Lo escucho suspirar – Entonces... ¿Todo salió bién? Pregunta mi niño – Tal y como esperaba. Respondo entrando a la mansión. Máximo y Angel se ponen a conversar no se de qué y yo me dirijo a la cocina para preparar una rica comida, hoy estoy de muy buen humor. – No pensé que sabias cosinar. La ronca y sexi voz de Máximo me asusta. Volteo para mirarlo con los brazos cruzados observandome. – Hay muchas cosas que no sabes de mí Máximo. Digo sonriendo coqueta. El alza las cejas ¿– Así? ¿Cuáles? Habla acercándose a mí. Muerdo mis labios y levanto la mirada para mirarlo. ¿– De verdad quieres saber? Escucho mi propia voz más ronca y sensual – Si, quiero saber. Dice susurrando muy cerca de mí. Le iba a contestar, pero su celular suena sacandonos del mágico momento. El se retira excusándose y yo vuelvo a preparar la comida con un suspiro ¿Decepcionada? Creo que sí. Horas más tarde terminamos de comer la rica comida que preparé. – Mami es la mejor cocinera de todo el mundo. Me halaga mi niño hermoso. – Tienes razón, Celia es la mejor, tengo suerte de tener una prometida que cocina tan rico. Me guiña un ojo y yo me derrito. – Muchas gracias a los dos... Es que todo lo que hago se me da bueno. Hablo con una sonrisa inocente. Máximo solo me observa y niega con una sonrisa, mientras que Ángel se retira para hacer algo que no alcance a escuchar. Miro a Máximo y cambio mi expresión ¿– Quién te llamó para que estés tan preocupado? ¿Paso algo? Pregunto sin dejar de mirarlo. El desvía la mirada – No te preocupes, no es nada. Dice sin mirarme. – No me mientas Máximo. Digo fruncido el ceño y mirándolo mal. El suspira y me observa. – Debes de saber que tuve una prometida que me abandonó en mi peor momento ¿Cierto? Frunzo el ceño ¿– La tal Carolina? Pregunto El asiente ¿– Que pasa con ella? Pregunto impaciente – Volvió... Se quiere reunir conmigo. Habla suspirando y pasando la mano por su pelo frustrado. No se por qué me siento mal... ¿– y te vas a reunir con élla? Pregunto con temor ¿Que me pasa? – Ella me hizo mucho daño Celia, no quiero volver a verla. Habla con una expresión triste. Lo tomo de la mano. – Si no la quieres ver, no la veas... ¿Que te parece si vamos al cine hoy? Le pregunto con los ojos como un cachorro. ¿– Te gusta el cine? Me pregunta con ojos brillantes. Asiento varias veces. – Veo que tenemos algo en común ¿A las siete? – De acuerdo... Llevaremos a Angel, quiero que dé un paseo. – Por mi no hay problema... Ya debo irme hasta luego. Dice para colocarse de pies. Hago lo mismo que él y lo llevo hasta el portón. ¿– No se te olvida algo? Digo haciendo un puchero cuándo miro que el abre la puerta de su auto. El niega tratando de acordarse. – No recuerdo haber traído algo que se me olvide ¿Que se me olvidó? Pregunta confundido. Señalo mi mejilla con mi dedo y me mira sin entender. Que bruto, ruedo los ojos. – Soy tu prometida ¿No te piensas despedir de mí? Digo algo enojada por su falta de inteligencia. Máximo abre los ojos y sonrie acercándose a mí, se baja el cubre bocas y levanta mi mentón. – No debiste señalar tu mejilla... Debiste señalar tu boca. Dice para besar mis labios con pasión dejándome paralizada. (Si les gustan, no olviden comentar.) Capitulo:13 Son casi las siete y no he terminado de cambiarme por estar pensando en sus dulces labios... Es la primera vez que me siento de esa manera... – Mami ¿Estás lista? Me grita Angel detrás de mi puerta. – Ya casi. Digo para colocarme las sandalias. Me miro al espejo para ver que tengo todo en orden, me hunto perfume, tomo mi bolso y salgo. Hoy estoy muy casual, vaqueros ajustados, top, sandalias y listo. Al bajar las escaleras observo a Máximo vestido de manera casual, lleva unos vaqueros negros y un polo... Así dejando ver esos fuertes brazos que ocultaban la camisa y su cebello suelto... Simplemente perfecto. Observo a mi niño junto a él que lleva un cubre bocas y una gorra. Frunzo el ceño. ¿– Por qué te estás cubriendo Angel? Pregunto terminando de bajar las escaleras. – Aún no puedo dejar que vean mi rostro, todo a su tiempo ma. Dice para bajarse el cubre bocas y mirarme con una sonrisa. ¿– Verdad que me veo lindo? Me pregunta acercándose a mí. – Todo lo que te pones te queda lindo. Digo para besar su mejilla. Él sonríe y me halaga diciendo que soy la madre más hermosa. Los dos sonreímos para ser interrumpidos por Máximo – Madre e hijo son iguales ¿Ya están listos? Habla sin dejar de mirarme. – Deja echarme un poco de perfume ya vuelvo. Dice mi niño para subir las escaleras a toda velocidad. – Estás hermosa. Dice Máximo para acercarse a mí. – Gracias... Tu igual. Hablo suavizando mi voz y mirando sus brazos... Luego sus labios. Máximo sonríe y besa mis labios de forma casta. – Gracias. Dice con la voz ronca susurrando. Se aleja un poco cuándo escuchamos pasos, pero sonreímos con complicidad. – Estoy listo, ya podemos irnos. Dice para cubrirse su hermosa cara y Máximo hace lo mismo. Mientras vamos en el auto, reímos, cantamos y hablamos de cosa sin importancia hasta llegar. Al bajarnos Máximo toma mano y entrelaza nuestros dedos y al otro lado toma la mano de Angel. – Hay muchas personas, no se separen de mí. Angel y yo asentimos como dos niños... Bueno el es un niño yo no. Hacemos una larga fila, Angel va delante yo en el medio y Máximo detrás, este último va abrazándome por detrás... Y eso me pone algo nerviosa. Al terminar de hacer la interminable fila nos dirijimos a comer algo hasta que llegue la hora de la peli. ¿– Quieren comer pizza? Nos pregunta Máximo. – Sii. Dice Angel muy feliz. Máximo me mira y yo solo asiento. Nos sentamos hasta que llegan con nuestro pedido. Cuándo llega la pizza con nuestras coca cola empezamos a comer, Angel y Máximo se suben el cubre bocas un poco para comer bién. Con dos pedazos estoy satisfecha... Pero no puedo decir lo mismo de Angel y Máximo. – Maxi, creo que lo mejor sería pedir otra pequeña ¿Que dices? Habla Angel tomando de la coca cola. – Estoy de acuerdo. Dice Máximo llamando a una de las trabajadoras para pedir otra pequeña . Yo solo los miro con la boca abierta. – Ma ¿Segura que no vas a comer más? – No, ya estoy llena. Digo observándolos. – Bueno más no rinde, Jajajaja. Los dos empiezan a reírse. Yo solo observo como entre los dos se comen casi dos pizza en medio de risas y chiste. Cuándo terminan se aflojan la correa del pantalón. – Hay estoy muy lleno. Habla Máximo tratando de sentarse bién. – Si, pero estaba muy buena. Dice Angel tratado de acomodarse mejor en la silla. – No sabía que te gustaban las pizza Maxi, ya tengo compañero. Dice Angel con una sonrisa de felicidad en el rostro. Mirarlo feliz me llena de emoción su felicidad es la mía. – La peli ya va a empezar, voy a ir al baño para no estar saliendo. Digo colocandome de pies. Me dirijo al baño y tardo unos minutos ya que estaba lleno. ¿– Viste que guapo es el chico que tiene el cubre bocas? Tiene un cuerpo de infarto. Habla una rubia pintandose los labios en el espejo. – Si, está muy guapo, me atrevería a convertirme en la madrastra del niño con el que anda. Dice la compañera de ella con una sonrisa coqueta. – Si, se nota que son de esos hombres ricos, guapos, solteros, con hijo... Con el combo completo. Hablan mientras se ríen... Que estúpidas. pienso rodando los ojos. Me dirijo al espejo para retocarme el maquillaje mientras ellas salen susurrando no se que. Al salir me encuentro a Máximo y Angel esperándome fuera del baño y las dos chicas a sus lados tratando de coquetear. Frunzo el ceño y me dirijo hacia ellos. – Mami que bueno que llegaste, hay muchas moscas molestando. Dice Angel cruzando los brazos y mirando a las dos chicas mal. Sonrío y observo a Máximo que suspira, se acerca a mi y toma mi mano entrelazando nuestros dedos. – Es molesto estar aquí, vámonos. Dice arrastrandome con él. Tomo a Angel de la mano y así nos vamos los tres a ver la famosa película de Avatar, Angel estaba desesperado por verla, pero no sin antes pasar por nuestros combos de palomitas... Esto es para largo. Por suerte encontramos tres asientos y Máximo se sentó a mi derecha y Angel a mi izquierda, según ellos deben de protegerme de cualquier cosa. Así empezamos a ver la película que por cierto muy bueno, no perdí ningún detalle. – Estás muy concentrada. Escucho que me susurra Máximo haciendo que me sobresalte. Le doy con el codo. – No me asustes así. Digo volviendo mis ojos a la peli. – Te decía que Angel está dormido. Me vuelve a susurrar. Miro a mi niño y definitivamente está profundamente dormido. Sonrío al verlo así y lo recuesto sobre de mí. ¿– Cuánto le falta a la peli para terminar? Le pregunto susurrando. – veinte minutos. Dice dejando un beso en mi cuello que me hace temblar y dice otra vez. – El tipo detrás de nosotros a la derecha no deja de mirarte. Miro disimuladamente y en efecto un chico rubio de ojos azules me mira con una bella sonrisa y al ver que lo observo me guiña un ojo. Volteo con una sonrisa – Es muy guapo. Hablo para mirar la pantalla. – Si dices que es guapo tienes pésimos gustos. Habla frunciendo el ceño. Alzo las cejas mirándolo. – Si mis gustos son pésimos entonces eres feo. Hablo con una sonrisa burlona. – Mejor ponte a mirar la película. Dice tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos sin mirarme. Así terminamos de ver la película y Máximo cargó a Angel hasta el auto. En un tranquilo y cómodo silencio llegamos a mi mansión. Máximo volvió a cargar a Angel hasta llevarlo a la habitación, le coloco su ropa de dormir y le dejo un dulce beso, lo cubro y salgo. – Si quieres puedes dormir aquí, es peligroso que conduzcas a estas hora. Digo mirando el reloj que son casi las una. – No te preocupes estoy acostumbrado. Dice colocándose de pies. ¿– Seguro que no te quieres quedar? Digo haciéndo un puchero. El asiente y se acerca más a mí. – Me encantaría quedarme, pero debo de salir temprano, en unas horas será otro día. Asiento y lo guío a la salida. – Me escribes un mensaje cuando llegues a casa ¿Si? – Está bién, te escribiré cuando llegue, que duermas bién. Dice para dejar un casto y dulce beso en mis labios y se marcha. Capitulo:14 CELIA: Pasaron dos días y recibí la llamada de la secretaria de Víctor para que pasara por la empresas a firmar el contrato. Me lleve a mi abogado para verificar que el contrato era válido y no hubiera trucos, por suerte todos estaba bien y se encontraban algunos socios que me llevé muy bien con todos. No podía estar más feliz, todo está pasando justo como lo he planeado. Los días fueron pasando y llegó el tan esperado día... El compromiso de mi hermana... Le daré una gran sorpresa con mi presencia... Pienso con una sonrisa mientras intento subir el ziper de mi vestido, de tanto luchar no puedo así que lo dejo casi al terminar. Me miro al espejo y quedo encantada con lo veo, llevo un vestido rojo pegado como una segunda piel, con un abierto hasta mi muslo, es de escote corazón dejando ver mis atributos y lo acompaño con unos tacones muy altos plateados. Llevo un hermoso recogido y un maquillaje para la ocasión. – Mami baja ya, Maxi está aquí. Escucho la voz de Angel detrás de la puerta. – Ya bajo. Digo terminando de darme el último retoque. Me miro por última vez y bajo las escaleras como una reina. – Mami estás bellísima, serás la más linda de todas esas mujeres que van a ir. Dice mi hijo con una bella sonrisa. – Gracias mi hermoso Angel, siento no llevarte esta vez, prometo que para la próxima... Angel me corta. – Descuida ma, lo entiendo perfectamente... Solo cuídate y les da saludos a mi tía. Sonrío y beso sus mejillas. – Eres todo una diosa. Habla Máximo acercándose a mí. Lleva un esmokin n***o con la camisa de abajo en color rojo... Es todo un galán. – Tu no te quedas atrás, Estás guapo. Hablo con una sonrisa y le doy la espalda. ¿– Me ayudas? Le señalo el ziper. – Será un placer. Dice terminando de subirlo y dejando un casto beso en mi cuello. Observo a Angel y está distraído con su tableta. Suspiro – Ya sabes Angel, nada de desvelarte, te duermes temprono y no olvides cenar. – Si ma, prometo que me dormiré temprano y no me saltaré la cena. Dice dejando su tableta y se acerca mi para darme un beso. Lo abrazo y le dejo su beso de buenas noches. – Maxi ya sabes, tienes que proteger y cuidar a mi madre. – Angel... Le recrimino. – No te preocupes campeón protegeré a tu madre con mi vida. Habla Máximo con una sonrisa. Suspiro y niego con la cabeza. – Ya debemos irnos, tenemos que correr durante dos horas. Digo caminando a la salida. Al salir un hermoso deportivo rojo nos espera. – Muy hermoso tu auto. Hablo mirándolo con una sonrisa tierna. – Si, es mi favorito. Dice abriendome la puerta. Entro al auto y luego nos ponemos en marcha. Dos horas más tarde estoy frente a la mansión que me vio crecer, y sufrir. Miro que no ha cambiado más que el color. ¿– Estás bién? Me trae de vuelta la voz de Máximo. Suspiro – Siendo cinsera estoy nerviosa. Digo luchando por no comerme las uñas... Una mala costumbre que tengo. – Estarás conmigo, te protegeré de todo. Dice tomando mi rostro y haciéndo que lo mire. – Lo sé... Pero no he visto esas personas de hace diez años... Siento que fue ayer que salí por esa puerta siendo obligada a casarme con ese imbécil. Digo bajando la vista al sentir mis ojos humedecerse. Máximo toma mi rostro y hace que lo mire. – En primer lugar no permitiré que llores, no vas a arruinar tu maquillaje estás muy hermosa y lo segundo has luchado por esto durante años, eres una mujer fuerte, valiente y decidida, basuras como tu familia no puede recibir ni una sola lagrima tuya es muy valiosa para esos miserables y me disculpa por ofenderlos. Sonrío – Descuida se merecen eso y más... Y si tienes razón no voy a arruinar mi maquillaje de horas por esas gentes... He luchado y me he desvelado para estar donde estoy hoy, todo por mi y mi hijo, para un día ver como pagan por todo lo que me hicieron. Digo recomponiendome de mi caída emocional, esas personas no merecen ni una gota de mi preciada lágrima. – Esa es la Celia que conozco... Por cierto ¿Trajiste tu pintalabios? Frunzo el ceño. ¿– Que? Si... Pero... No termino de hablar cuando ya está besando mis labios de forma delicada. No pierdo el tiempo y cierro los ojos enredando mis dedos en su largo cabello para atraerlo más a mí. Siento su lengua entrar en mi boca y un gemido sale de mi sin darme cuenta. – Me encantaría seguir, pero no quiero arruinar lo hermosa que estás. Habla sobre mis labios con la voz ronca. – Entonces será en otro momento. Digo acaraciando sus cicatriz con mis dedos. Máximo deja un sueve beso en mis manos y asiente. Luego de retocar mi maquillaje y limpiarle los labios de rojo a Máximo, salimos del auto. ¿– Tienes la carta de invitación? Le pregunto mientras voy del brazo de él. – Aquí está. Dice con la voz ronca detrás del cubre bocas. ¿– Como los conseguiste? Pregunto curiosa – Tengo mis métodos. Dice miéntras entramos a la mansión de los Williams. El gran patio estaba hermosamente decorado y varios trabajadores iban y venían con diferentes y varios platillos. ¿– Lista para ser el centro de atención? Pregunta Máximo. Sonrío – Estoy lista para darles un infarto a mi querida familia. Digo con una sonrisa inocente. Y como no ser el centro de atención si todos saben que Máximo y Víctor son enemigos, además que todos podrán ver la cara de la misteriosa prometida que atrapó el corazón del frío CEO apodado la bestia. Entramos en el lugar con elegancia como si fuéramos los dueños del mundo y como lo predijo Máximo todos voltean a mirar y mi querida hermana que se encontraba en el escenario dando su discurso deja de ser el centro de atención... Lo siento por ella. – Mira es la bestia... Y al parecer su prometida... ¿Que hace aquí? ¿No son enemigos? Escucho que susurran varias personas. – Atención aquí por favor. Habla mi padre... Los años no han cambiando nada en el, sigue teniendo esa mirada de superioridad. – Padre, no invité a esas dos personas ¿Que hacen aquí? Dice colocando la mano en su vientre un poco notorio con el ceño fruncido. Si, de seguro debe de estar furiosa por no ser el centro de atención. – No recuerdo haber invitado a la bestia y su... Acompañante ¿Acaso están aquí sin invitación? Habla mi padre mirándonos furioso, pero no me observa solo a Máximo, supongo que para el soy irrelevante. – No quiero tener problemas, así que les pediré de la manera más amable que se retiren, no quiero que mi prometida se ponga mal a causa del embarazo. Dice Víctor fingiendo amabilidad. Con una sonrisa me acerco donde se encuentra el escenario pero sin subir y hablo lo suficientemente alto para que escuchen. – Solo vengo con mi prometido a la fiesta de compromiso de mi hermana ¿Algún problema con eso? Digo con una sonrisa inocente. Observo como mi padre se paraliza y me mira bién. ¿– Cecilia? Dice con duda y a la vez sorpresa. – Me decepciona que no conozca a tu propia hija... Papá Capitulo:15 Cap:15 CELIA : - Me decepciona que no conozca a tu propia hija... Papá. Hablo fingiendo tristeza. ¿- Pero cómo? ¿No estás muerta? Habla mi padre con evidente nerviosismo. - Cecilia hija... Estás viva... Escucho el grito fingido de mi madre... La verdad no sé de dónde salió. Miro a la mujer que me dió la vida, creo que es lo único que debo de agradecerle. Ella empieza a llorar mientras abraza a mi padre diciendo que si en verdad estoy ahí... Segundos después se desmaya. Mi hermana y Víctor corren a socorrerla e inmediatamente se la llevan dejando a todas las personas con ganas de ver más chismes. Máximo toma mi mano y entrelaza nuestros dedos. - Mañana estaremos en primera plana es genial ¿No? Escucho una pequeña risita de Máximo. - Es perfecto. Digo con una sonrisa retorcida. - Encárgate de que el chisme sea más largo y más entretenido. Hablo susurrando. - De eso me encargo no te preocupes. Asiento y observo como mi padre toma el micrófono para hablar. - Debido a este incidente, mi esposa y mi hija no se sienten bien... Así que por favor voy a pedir que se retiren, lamento todo lo que está pasando prometo recompensarlos. Cuándo el dice eso todas las personas empiezan a hablar unos bien y otros mal, haciendo que se escuche un gran alboroto. El gran patio se fue despejando hasta quedar vacío. - Eres una maldita zorra me has engañado ¿Celia? No entiendo cómo pude creerte. Habla un furioso Víctor ¿Donde quedó su amabilidad de hace rato? - Cuidado como te diriges a mi prometida Cortés. Escucho la gruesa voz de Máximo. - JAJA, ¿Prometida? No puedo creerlo, abre los ojos Máximo ella solo te está usando para darme celos. Dice Víctor casi explotando de la furia. Ahora soy yo la que río. - JAJA ¿Celos dices? No me hagas reír Víctor, no eres nada comparado con mi Máximo, de lo contrario ¿Por que crees que escapé de tí? Todo lo digo con una sonrisa tranquila mientras me miro las uñas. ¿- Cómo te atreves a arruinar mi momento Cecila? Ladra la otra perra al borde del llanto. Alzo las cejas. - Solo venía a darles una sorpresa... Pero veo que no soy bienvenida... ¿Nos vamos Maxi? Le hablo muy cariñosa. - Ya era hora, este lugar apesta. Dice Máximo tomándome de la cintura. - Bueno los dejaré para que reflexionen, nos veremos pronto... Bay bay... Y hermana, Angel te manda saludos. Digo dándome la vuelta para marcharme. ¿- Acaso me estás amenazando que me hablas de los ángeles? Habla mi hermana muy alterada. La observo sobre mi hombro. - Si te amenazara no te mencionaría los preciados ángeles, el infierno y los demonios es lo que van contigo. Digo para marcharme y salir de la mansión. Al estar en el auto Máximo no para de reír. - Por Dios ¿viste sus caras? Le diré al fotógrafo que esa imagen queda perfecta de portada. Dice sin dejar de reír. Es tan hermoso cuándo ríe que quedo embobada mirando su rostro. Suspiro - Así es, fue tan satisfactorio verlos alterados, me imagino que ninguno dormirán esta noche pensando en mí. Digo sonriendo mientras miro a través del cristal. ¿- Quieres tomarte unas copas para celebrar? Me pregunta Máximo y lo miro con una sonrisa. - No es mala idea, hay que celebrar nuestra victoria. Máximo asiente y nos dirigimos a un antro de la ciudad. (...) Media hora más tarde estamos sentados tomándo nuestras bebidas. ¿- Bailas? Me pregunta Máximo. - No sé bailar muy bien. Hablo dando un sorbo a mi fuerte bebida. - Solo dejate llevar. Dice colocándose de pies y tomando mi mano. Me dejo llevar y empezamos a bailar. - Eres muy hermosa Celia. Me susurra Máximo. - Lo sé, pero gracias. Hablo moviendo mis caderas al ritmo de la música. Observo como se ríe y me toma de la cintura para movernos al mismo ritmo. Es muy bueno bailando tiene un diez de diez. Luego de beber unas cuantas copas me sentía algo mareada. - Maxi creo que es mejor irnos... He bebido demasiado, estoy algo mareada. Digo dando mi último trago. ¿- Enserio? Veo que eres poco tolerante al alcohol. Habla Máximo muy normal. Empiezo a reírme y le doy la razón, no estoy acostumbrada al alcohol creo que ya estoy ebria. ¿- Me prestas a tu chica para bailar? Se detiene frente a nosotros un rubio de ojos azules muy guapo. - No. Responde Máximo a secas, pero el rubio no se detiene y se gira para quedar frente a mí. - Pienso que ella debería de dar su opinión... ¿Que dices preciosa? ¿Quieres bailar conmigo? Alzo las cejas, quizás esté algo ebria pero no soy estúpida. - Mira chico bonito, le preguntaste a mi prometido ¿No? Pues el ya te dió la respuesta deja de molestar. Hablo colocandome de pies, ya me quiero ir. Él rubio me mira molesto y se retira. ¿-Por qué le dijiste bonito? Me pregunta Máximo mientras caminamos para salir fuera del antro. - Es lindo. Digo encogiendome de hombros. - Creo que el alcohol afectó tu vista ¿Me estás diciendo que ese flacucho decolorido es lindo? (Sin ofender a los rubios) Frunzo el ceño. - Mi vista está buena y si digo que es lindo, es por que lo es. Digo enojandome. Máximo se da cuenta de mi enojo y deja el tema por la paz. Al salir fuera del antro la brisa fría se cuela en mis huesos... Y ahora si en verdad me siento mareada. - Maxi... Maximito... Ahora si creo que estoy ebria... Me siento muy mareada JAJAJAJA. Empiezo a reírme no se por qué. - Cielos de verdad pareces que estás ebria . Dice Máximo tratando de que yo mantenga el equilibrio, pero la risa no me deja. - Maxi... - Mmm ¿- Sabes que le dijo el piojo a un calvo? - No - No te agache que me caigo JAJAJAJ. Empiezo a reír como loca hasta llegar al auto que Máximo me ayuda a entrar. - Si sientes ganas de vomitar me avisas con tiempo para detenerme ¿De acuerdo? Habla Máximo quitándose el cubre bocas. Asiento sin prestarle mucha atención. ¿- Puedo poner música? Le pregunto - Claro que sí, no tengo problema con eso. Dice con una sonrisa. Empecé escuchando la típica música clásica que hasta Máximo iba cantando, pero me aburrí... Esto me da sueño. Así que busco mi artista favorita Ana Gabriel. Fue como hechizo lo que pasó Un amor veló mi corazón No pude ponerle condición Pero si acaso, no soy igual No piensen mal Fue como magia su suavidad Él logró borrar mi soledad Ya no me pude resistir Pero en verdad que me cautivó Su forma de ser Si fue hechizo o no fue hechizo ¿Eso qué me importa ya? Pues mis ojos son sus ojos Y mi ser, solo su ser Si fue hechizo o no fue hechizo Ya no me preocupa más Soy feliz entre sus brazos Eso es una realidad (Recomendable escuchar) Canto a todo volumen mientras cierro los ojos lloro y río como una loca. Máximo solo me observa arrepintiendose de llevarme a ese antro. Cuándo llegamos a mi mansión ya estaba ronca de cantar tanta música... Romántica todas, creo que estar ebria me puso romántica. Máximo abre mi puerta y me ayuda a bajar. - Oye... Hay que hacer silencio, no quiero que Angel se despierte y me mire así. Hablo preocupada. - Descuida ya el debe de estar durmiendo. Dice Máximo tomándome de la cintura para que no caiga. ¿- Enserio? ¿Qué hora es? Pregunto confundida - Casi las tres de la mañana. Responde Máximo. Abro los ojos y empiezo a llorar. - Que mala madre soy... No le di su beso de buenas noches a mi hijo. Lloro desconsoladamente. - Shhhh, tranquila si se lo diste antes de irnos. Trata de tranquilizarme. ¿- Enserio? - Así es, así que no hagas ruido, para que Angel no se despierte. Asiento varias veces, pero el silencio me causa risa, por más que intento controlarlo no puedo. - De verdad, no volverás a beber otra vez. Dice Máximo cargandome para llevarme a mi habitación ya que no podía caminar de la risa. Hago un puchero y beso su mejilla. - Prometo que la próxima que bebo no voy a embriagarme, solo tengo que acostumbrarme. Beso su mejilla muy cerca de sus labios. - Nada de promesa, no puedes tomar alcohol. Dice Máximo acostandome en mi cama, pero lo halo conmigo. - Hazme el amor Maxi. ¿- Que? Capitulo:16 CAP:16 CELIA : – Hazme el amor Maxi ¿– Que? Me mira sorprendido sin saber que hacer o decir. – Que me hagas el amor, se que escuchaste perfectamente. Digo con una sonrisa coqueta. – Celia... Creo que es mejor irme... Estás muy ebría... No dejo que termine y lo tomo del cuello para tenerlo muy cerca de mí. – Estoy algo ebría, pero se lo que hago... Eso te lo puedo asegurar. Hablo guiñandole el ojo. ¿– Y si te arrepientes mañana? – Nunca me arrepiento de lo que hago. Digo acariciando su cicatriz y dejando un dulce beso en ella. – Celia no creo que... – Sshhh. Coloco un dedo en su boca. – Deja las excusas Maxi... ¿Acaso la tienes chiquita? Alzo las cejas con una sonrisa burlona. Máximo frunce el ceño y me tumba en la cama devorando mis labios con mucha ganas. ¿– Quieres saber de que tamaño la tengo? Me habla besando mi lóbulo y dejando pequeños mordiscos. Un suave gemido sale de mis labios y sonrío. – Sí. Hablo con la voz ronca. Máximo toma mi mano y la presiona en su paquete. – Lo sientes ¿Mmm? Dice volviendo a besar mis labios con pasión. Sin darme cuenta sólo estoy en ropa interior, pero lo curioso es que no siento vergüenza ¿De verdad estoy muy ebria? Me distraigo y dejo de pensar cuándo Máximo toma entre sus labios mis pechos, y juega con ella a su antojo volviéndome loca de placer. ¿– Te gusta? Me pregunta bajando por mi vientre. – Me encanta. Hablo tomando entre mis dedos su largo cabello y lo halo de manera suave. Mis bragas son retiradas y ahora entiendo por que a las chicas les gustan que bajen al pazo. – Mmm, si Maxi así. Digo entre gemidos. Un inmenso placer hace que cierre los ojos y apriete los puños en la cama. ¿– Estás bien? Pregunta Máximo subiendo a besar mis labios, y haciendo que pruebe mi sabor. Solo asiento y él se coloca de pies quitándose toda la ropa... OMG que muñecón. ¿– Sorprendida? Dice muy orgulloso de su muñecón. ¿– Como caminas con esa cosa? Digo sin salir de mi asombro. – JAJAJA Se burla de mí mientras sube encima de la cama. – Me encantaría saber si eres así de atrevida cuándo no estás ebria. Dice con una sonrisa subiendo encima de mi apoyándose de sus fuertes brazos... La verdad tiene un cuerpo de infarto. No digo nada y lo halo del cuello para besarlo con pasión mientras su gran muñecón rozaba mi intimidad. ¿– Estás lista? Me pregunta y yo asiento sin dejar de acariciar su espectacular cuerpo. Gimo cerrando los ojos con dolor cuándo siento que entra en mi de golpe. – Mierda, lo siento, lo siento. Dice con preocupación intentando salir, pero lo envuelvo con mis piernas. – Ni se te ocurra... Solo... Espera un momento. Mierda creo que hasta se me quitó la ebriedad. ¿– Eres virgen? Mierda estás apretada. Habla con la voz ronca besando mi cuello. Sonrío ¿– Como es que soy virgen con un hijo? – Tienes razón ¿Cuánto tiempo tienes que no lo haces? Dice moviéndose de forma lenta y pausada. – Desde que escapé del hospital con Ángel... Mmm, muévete más rápido. Digo moviendo mis caderas junto a él, pero el se detiene. – Espera me estás diciendo que... – Así es, no he estado con nadie más... Deja de hablar y muévete. – Tus palabras son órdenes. Dice moviéndose más rápido y besando mis labios apacionadamnete. Nuestros gemidos se volvieron uno solo y nuestros cuerpos chocaban haciendo un sonido obsceno hasta llegar al más alto de lo placeres. (...) Abro los ojos al sentir mucha sed y un fuerte dolor de cabeza y dolor de cuerpo... Principalmente en mi zona baja... Intento moverme, pero algo me tiene acorralada, me volteo temerosa para ver quién es y me llevo la gran sorpresa de ver Máximo dormido profundamente... Sin ropa... Mierda ¿Que hice? Como puedo me separo de él sin despertarlo y así como estoy desnuda corro al baño, con el corazón latiendo a mil por segundos. Cierro con seguro la puerta y me apoyo en ella. – Celia... ¿Que hiciste? ¿Acaso estás loca? Digo bajito recordando todo lo que hice anoche... Estaba Insaciable, luego de terminar con el misionero, me subí arriba de él para cabalgarlo... ¿Enserio le dije que quería saber como se siente que llegue hasta el fondo? Estoy loca, lloriqueo recordando toda la locura de anoche... Pero no se quedó ahí... Luego Máximo me puso en cuatro hasta hacer que me tiemblen las piernas como gelatina, después colocó mis piernas sobre sus hombros y me dió como cajón que no cierra. Me siento en el piso sintiendo mi rostro arder de la vergüenza... Estoy jodida. Me coloco de pies y quedo horrorizada al verme al espejo... Si lo que se imaginan... Estoy llena de marcas ¿Tan agresivo fue? Pienso recordando toda la forma en la que me tomó. Niego con la cabeza varias veces con las manos en mis mejillas de lo roja que estoy. Me entro a la ducha y dejo que el agua me caiga en todo el cuerpo... Tengo que despejar mi mente estoy hecha un lío. Al terminar de ducharme salgo envuelta en una toalla temerosa de abrir la puerta. Pero me lleno de valor y la abro, encontrándome a Máximo sentado encima de la cama con el pantalón puesto. – Bueno días. Digo con un hilo de voz muriéndome de la vergüenza. Máximo se gira y me observa de arriba abajo, luego se suena la garganta. – Buenos días Celia ¿Cómo te sientes? Pregunta sin despegar sus hermosos ojos de mí. – Con sinceridad, me siento horrible con la resaca... Y... Avergonzada. Hablo bajando la mirada. Siento como Máximo se acerca a mí y sube mi mentón con sus grandes manos. – Nunca bajes la mirada y lo de anoche... No tienes por qué avergonzarte estuviste increíble. Siento mi rostro arder y miro hacía otro lado. Cielos, parezco niña adolescente, ¿Por qué tiene que ser tan lindo? – Está bien... Iré a cambiarme... Puedes usar el baño. Digo casi huyendo... Me siento tan nerviosa. Capitulo:17 CELIA: Antes de entrar a mi closet tomo mi celular para llamar a la nana. – Buen día señora ¿Se le ofrece algo? Escucho la voz de la nana. ¿– Angel está despierto? Pregunto – No señora aún duerme. Suspiro. – Nana... Quiero que me hagas un favor... Mmm, necesito que vayas a la farmacia y me traigas una pastilla del día... Por favor... Escucho silencio a través de la línea. – No sé preocupe señora yo me encargo. – Gracias. Digo para colgar la línea y suspirar. Miro mi enorme closet y no se que ponerme... Quiero estar hermosa, pero no quiero ser muy obvia. Así que elijo unos short y un top de color blanco, me coloco unas sandalias cómodas, desenredo mi cabello y lo dejo así mojado. Me miro al espejo, vuelvo a suspirar y salgo. Al salir Máximo se encuentra de pies secando su hermoso cabello con una toalla, solo lleva el pantalón que tenía hace rato dejándome ver ese hermoso cuerpo bien trabajado... Como deseo volver a tocarlo... – Tenemos que hablar Celia. Dice Máximo mirándome serio. Cielos ¿Por qué me pone tan nerviosa ese tenemos que hablar? Asiento y lo guío a un pequeño sofá que tengo en mi habitación. ¿– De... De qué quieres hablar? Hablo sin dejar de mirar ese cuerpo... Solo me hace acordar lo salvaje y apasionado que es... Ufff, hasta se me quitó la resaca, que calor esta haciendo. ¿– Me estás escuchando Celia? Me sobresalto al escuchar su voz. – Disculpa ¿Que decías? Hablo con la voz ronca mirándolo ¿Pensará que soy una fácil si le digo que lo deseo? – Si me sigues mirando de esa manera te juro que no respondo. Dice acercándose a mí acariciando mi mejilla. – Máximo... La propuesta que te hice anoche... Yo... – Mamí ¿Estás despierta? Nos interrumpe la voz Angel detrás de la puerta. Muerdo mis labios suspirando. – Claro que sí cariño. Hablo levantándome del sofá. ¿– Puedo pasar? Pregunta – Claro que sí. Angel abre la puerta y entra con una tabla en su mano. – Mami ¿Ya viste todo lo que hay en las r************* ? Niego y Angel me pasa su tabla. Bajo el brillo para mirar bien las letras, por el dolor de cabeza y leo. LA HIJA MENOR DE LOS WILLIAMS ESTÁ VIVA. Miro una foto mía que salgo al lado de Máximo tomados de la mano y una imagen de mis padres y hermana que me miran asustados y sorprendido. Luego miro más encabezados. La hija menor de los Williams es la prometida de la bestia. Otros como: Que estoy embarazada, que busco venganza, que mis padres me abandonaron, que mis padres me odian, que mi hermana me quiso asesinar para quedarse con mi prometido... Etc. Quedo sorprendida por la manera de las personas pensar... Pero todo eso me beneficia, ahora los Williams tienen que responder por el cuerpo que han sepultado diciendo que era yo. Aunque claro algunas personas piensan que soy una impostora, pero el que me ha conocido sabe perfectamente que soy yo, y las expresiones en sus rostros dejaron mucho de que hablar... JAJAJA. ¿– Mami, Maxi durmió aquí? Mierda me había olvidado de él. – Jeje... Si. Hablo algo incómoda. Observó cómo Angel le lanza una mirada asesina y máximo solo sonríe burlándose de él. (...) Horas más tarde estamos sentados desayunando, yo me estoy tomando una sopa por la resaca... Siento que muero, mi cabeza va a explotar. ¿– Te sientes bien? Me pregunta Máximo y niego. – Siento que mi cabeza va a explotar. Digo tratando de masajearlo. ¿– Tomaste la pastilla? Dice con preocupación. – Si, pero aún así no deja de doler, no vuelvo a tomar alcohol. – Maxi ¿Por qué permitiste que mami tomara alcohol? Hasta de olerlo está ebría. Dice Angel mirándolo mal cruzandose los brazos. – No sabía que era poco tolerante al alcohol... Pero no me arrepiento, fue increíble. Dice mirándome con una sonrisa coqueta, muerdo mis labios y miro hacía otro lado con la cara roja. – No entiendo a los adultos... Mejor me voy de aquí. Dice Angel levantándose para irse. ¿– Te doy un masaje? Me pregunta Máximo y yo asiento con una sonrisa tímida ¿Que me pasa? Con sus grandes y hábiles manos empezó a darme un suave masaje en la cabeza. ¿– Te gusta? Me susurra en mi oído con esa voz tan sexi. – Me encanta. Digo para voltearme y mirarlo. ¿– Sabes? Tampoco me arrepiento de haber tomado... Fue unas de las mejores noches de mi vida... Gracias a ti. Hablo mandando la vergüenza a un lado. De pronto me coloca encima de la mesa y sus labios chocan con los míos con desespero y pasión. – Quería hacer esto desde que te ví salir de baño. Susurra en mis labios y vuelve a besarme mordiendo mis labios en el proceso. Mis manos pasan detrás de su cuello y lo atraigo más a mi. – Maxi... Gimo bajito al sentir como sus manos se cuelan debajo de mi ropa y aprieta mis pechos. – Me encantaría tomarte aquí mismo, pero... – Lo sé, Angel puede aparecer en cualquier momento. Susurro con la respiración agitada. – Así es, sería incómodo tanto para él como para nosotros. Dice abrazándome y pegando su gran muñeco en medio de mis piernas. – Cielos estás... No termino la frase y Máximo se pega más a mí. – Así es como me pones, todo es tu culpa. Dice separándose de mí haciendo un lindo puchero. Miro hacía abajo observando ese gran paquete... Mmm – Deja de mirar así Celia... Iré al baño, luego debo marcharme. Dice para besar mis labios de forma casta e irse. Uuff, esto me está volviendo loca. – Señora aquí está lo que me pidió. Se acerca a mi la nana con un vaso de agua. Me bajo de la mesa y me tomo la pastilla con el vaso de agua. – Muchas gracias nana. – Estoy para servirle señora. Dice y se marcha. Mi celular suena y sonrío al ver el número de patricia. – Hola Patri ¿Cómo estás? Hablo con emoción. – Estoy bien... He visto las r************* ¿Te sientes bien? ¿Todo está marchando como lo planeado? – Todo va mejor de lo planteado... ¿Cuándo piensas visitarme? Me haces falta. – Tu igual, junto al pequeño terremoto, por eso iré mañana. ¿– Mañana? Pregunto sorprendida. – Si mañana, sabes muy bien que no me gusta repetir las palabras más de dos veces, te voy a castigar cuándo llegue. Empiezo a reirme. – Te quiero mucho Patri. Digo sin dejar de sonreír. – Deja la cursilería... Por cierto Hugo llegará allá esta noche. ¿– Está noche? ¿Hasta ahora me lo dices? Capitulo:18 Cap:18 MÁXIMO : Busco mis cosas y cuándo voy a bajar me encuentro a Angel mirándome con los brazos cruzados. – Sé que ya su relación no es sólo una pantalla... Así que si me entero que haces llorar a madre, no tendré compasión contigo Máximo Cooper. Sonrío al ver como el niño cuida a su madre. – Mis intenciones con tu madre son buenas, prometo cuidarla. Digo colocándome a su altura. Angel me mira con recelo y luego suspira. – Confiaré en tí Máximo, espero que cumplas tu palabra... Pero ahora hay un problema Maxi. Dice Angel frunciendo el ceño. ¿– Un problema? Pregunto confundido – Así es, me enteré que Hugo Jhonson estará aquí esta noche. Dice Angel muy pensativo y lo miro sin entender. – Explicate mejor. Digo impaciente por saber. – Hugo Jhonson, de seguro debes de conocerlo... El está enamorado de mi madre desde que tengo uso de razón... No dejo que el termine de hablar. – Claro que lo conozco, es un mujeriego de primera... ¿Por qué dices que él va a estar aquí? Hablo frunciendo el ceño. – De seguro madre no te ha dicho, pero son amigos de hace años y se llevan bien, pero el no la mira como amiga... La mira como mujer. Dice el pequeño frunciendo el ceño. Me levanto y paso la mano por mi cabello... No puedo prohibirle que no vea a su amigo de hace años, se mira muy feo, además no tenemos una relación estable para estarle prohibiendo ¿Que hago? Debo buscar una menera de mantenerlo alejado de ella... – Puedo ayudarte a que el tío Hugo se mantenga lejos de ella, pero debes de hacer algo por mí. Miro al pequeño que me observa con una mirada astuta... Es muy inteligente el mocoso. – Bien, te escucho. Digo. – Lo que debes de hacer por mí es simple, solo quiero reunirme con Rassanna y pasar tiempo con ella. Dice el pequeño con una sonrisa. Alzo las cejas. ¿– Acaso te gusta la pequeña Anna? Angel me mira con una sonrisa. – Soy muy pequeño para pensar en esas cosas... Por ahora quiero ser su amigo. Dice con cara de inocente, pero se que de eso no tiene nada. – Bien ¿Es un trato? Digo tendiendo mi mano. – Es un trato. Dice el pequeño estrechando nuestras manos. Ya tengo por donde dominarlo. Piensa Angel con una sonrisa macabra en el cerebro. CELIA : Me pasé el día tomando mucha agua y pensando en el maravilloso cuerpo de... Ya saben quién, creo que estoy obsesionada. En estos momentos me encuentro en mi despacho, pero no he podido concentrarme en nada. – Mami, el tío Hugo ya está aquí. Escucho la voz de Angel detrás de la puerta. – Está bien, dile que ya bajo. Digo suspirando, me siento muy cansada. Al llegar a la sala, ahí está Hugo esperándome con su sonrisa de siempre. – Celia cariño, es bueno volver a verte ¿Cómo estás? ¿Todo está bien? Dice intentando abrazarme, pero Angel me aleja de él. – Tío Hugo mami está comprometida, no se vería bien que la estés abrazando. Angel se coloca frente a mí. – Pero este mocoso, no me importa si tu madre está comprometida de todas maneras yo la vi primero. Dice con una sonrisa. – No importa que la hayas visto primero, mami al que quiere es a mi papi Máximo. Me atraganto con mi saliva y Hugo me mira con la boca abierta. ¿– Acaso el llama papi a ese supuesto prometido tuyo? Me pregunta sin dejar de abrir la boca. – Supongo que estás cansado ¿No quieres sentarte y comer algo? Digo cambiando de tema. Hugo no dice nada y me hace caso. Los tres nos sentamos a comer unos bocadillos y Angel no deja de mencionar lo emocionado que estaba cuando le ganó la partida a Máximo y lo mucho que se divirtió cuándo fuimos al cine. Miro a Angel para que haga silencio, se que lo hace a propósito, nunca ha querido a Hugo porque según él es un mujeriego de primera. – Mami, los dejaré para que hablen tranquilos... Tío Hugo cuidado si le pones un solo dedo a mi madre, está prohibida. Angel se marcha y solo quedamos Hugo y yo. – Pensé que el compromiso era solo pantalla ¿ Acaso es real? Me pregunta Hugo sin dejar de mirarme. Desvío la mirada. – Es algo difícil de explicar, no quiero hablar de ello. ¿– Acaso te gusta? ¿Estás enamorada de él? Alzo las cejas. – No tengo por qué darte explicaciones de mi vida privada Hugo, creo que eso quedó claro entre nosotros. Digo mirándolo con seriedad. Hugo suspira y pasa la mano por su cabello. – Perdón es solo que... Rayos ¿Por qué nunca te gusté? Siempre estuve detrás de tí y nunca me hiciste caso ¿Que tiene el que yo no? Suspiro – Hugo siempre te lo he dicho, te veo como un amigo o hermano, jamás como hombre ¿Que parte no entiendes? ¿Debo decírtelo en otro idioma? Hablo molesta, cada vez que lo veo tengo que explicarle lo mismo ya me tiene harta. – Esta bien no te molestes, ya entiendo, se que soy un necio pero... Mejor olvídalo y dime como vas con todo lo planeado. Suspiro al ver que cambia de tema. – Todo perfecto, dentro de poco me rogaran de rodillas. Digo con una sonrisa. – Genial, ya hice lo que me pediste, ¿Cuándo te presentarás ante ellos? Sonrío – Muy pronto, les quiero dar otra sorpresa. Hugo y yo hablamos de otros temas más, luego cada uno fue a dormir. Al llegar a mi habitación, me tomo una ducha y luego me acuesto pensando en todo lo que debo hacer, debo moverme rápido para terminar con esto lo más pronto posible e irme. Mi celular suena y miro el número de Máximo. ¿– Si? ¿– Estabas dormida? Escucho su voz ronca. – No ¿Por qué? – Pensé que te había despertado, pero ya veo que no, ¿Que tal tu visita? Me pregunta y yo Frunzo el ceño. ¿– Me tienes vigilada? ¿– Debería? – No me gustan que me vigilen, eso significa que no me tienes confianza. – Confío en tí, pero me molesta que un hombre esté contigo y no me hayas avisado – Solo es un amigo, no debería de preocuparte. Hablo suspirando. ¿– Segura? – Claro que sí, no tengo por qué mentirte. – Bien confiare en tí, mañana paso por tí a las 7:30 te llevaré a mi empresa. – De acuerdo, estaré lista a esa hora. – Perfecto. Escucho que dice y cuelga... Pero... ¿Por qué colgó tan pronto? Suspiro y me dispongo a dormir, mañana será un largo día. (...) Estaba terminando de desayunar cuándo la nana me avisó que Máximo me esperaba en el auto. – Dile que ya voy. Hablo levantándome para dirigirme al baño y cepillarme de inmediato. Al terminar me dirijo a la salida. – Nana cuándo Hugo y Angel despierten le dice que salí para la empresa de Máximo, que estaré aquí para el almuerzo. La nana asiente y yo me voy. Al salir Máximo me espera recargado en su auto. – Eres muy puntual, eso me encanta. Sonrío como boba y me acerco para besar su mejilla. – Bien día para ti Máximo. El sonríe y se quita el cubre bocas para besar mis labios con pasión. – Buen día para tí, mi hermosa prometida. Dice con una hermosa sonrisa en los labios. ¿– Nos vamos? Digo separándome de él. Máximo abre mi puerta y nos dirigimos a su empresa. Al llegar Máximo abre mi puerta y me toma de la mano entrelazando nuestros dedos. ¿– Estás lista? – Por supuesto. Hablo sonriendo. Al entrar dentro todo el personal nos mira asombrados y murmuraban muy bajito, pero yo no les prestaba atención y camino resonando mis tacones y moviendo mis caderas como si de una pasarela se tratase. Al entrar al ascensor no dejo de sonreír. ¿– Por qué te ríes? Me pregunta Máximo curioso. – Me da risa la cara de estúpidos que ponen al vernos. Máximo me abraza por detrás y deja un suave beso en mi cuello. – Me alegra que en vez de incomodarte, te divierta esto. Iba a contestar, pero las puertas del ascensor son abiertas. Salimos muy abrazados, pero una presencia maligna nos detiene. – Llevo rato esperandote Máx, me alegra volver a verte. Carolina Miller ¿Que hace esa perra aquí? Capitulo:19 ¿– Seguro que imvestigaste bién? Pregunta Víctor frunciendo el ceño. – Así es, sólo hay registro de ella de hace diez en adelante. – Esto es raro Andrés... No se como no me di cuenta que era ella, está tan... Diferente y hermosa. Dice Victor con una sonrisa pensando en su exquisito cuerpo. Inmediatamente la puerta de su oficina fueron abiertas dejando ver a una enojada Mírian. ¿– Por qué no me contestas el teléfono Víctor? Llevo horas llamandote, incluso te busqué en tu casa y no te encontré. Habla Mirian acercándose a él muy enojada. Víctor rueda los ojos y hace una seña a Andrés para que se retire. – Cuida tu manera de hablar conmigo, Mirian. Dice Victor muy tranquilo, pero en un tono muy amenazante. ¿– Que cuide mi manera de hablarte? ¿Por quién me tomas? Soy tu prometida Victor, aparte de que llevo tu hijo. Se señala el vientre muy alterada. – Llevas mi hijo por que así lo he querido, recuerda que tu fuiste la que te metiste a mi cama cuando estaba ebrio. Habla alzando las cejas mientras se cruza de brazos. Mirian no encuentra que decir y las lágrimas empiezan a salir rodando por sus mejillas. ¿– Por qué me tratas así? Te he dado todo de mi para que esto funcione, pero me humillas a cada instante ¿Por qué Victor? Víctor suspira harto. – Te lo he dicho varias veces, pero pareces no entender.... Mírian, te recuerdo que solo llevas mi hijo por que necesito un heredero para recibir toda la herencia, tú a mí no me interesas en lo más mínimo entiéndelo, la única que me interesaba como mujer era tu hermana... Error, me interesa, es mucho mas mujer que tú. Habla con una sonrisa asquerosa en el rostro. – Eres un ser despreciable. Dice Mirian sintiendo un odio inmenso hacia Cecilia. – No, la palabra perfecta sería, somos... Te recuerdo que tú al igual que la zorra de tu madre le daba lo mismo cada vez que mi adorada Cecilia las llamaba para pedirles ayuda. Mirian iba a hablar, pero Victor la detiene. – No quiero escucharte, mejor lárgate te espero en la reunión de la tarde. CELIA : – Llevo rato esperandote Máxi, me alegra volver a verte. Carolina Miller ¿Qué hace esa perra aquí? Siento el cuerpo de Máximo tensarse. ¿– Que haces aquí Señorita Miller? No recuerdo haber tenido una cita con usted. Escucho la voz dura de Máximo a través del cubre bocas. Ella sonríe de forma inocente. – No es necesario la formalidad conmigo, somos cercanos Máx. Habla tratando de acercarse. – Le sugiero que mantengas la distancia señorita Miller, no quiero incomodar a mi prometida y además no somos cercanos, me molesta que me llames por apodos, solo las personas cercanas a mi pueden hacerlo. La chica me mira tratando de calmar su enojo, pero sonríe de forma fingida. – Si tu acompañante es el problema, podemos hablar a solas, prometo que seré breve. Sonríe – Si tienes que decirme algo, puedes hacerlo aquí delante de mí prometida, quiero evitar malos entendidos. Dice mirándome mientras me abraza más a él. Observo su molestia, pero trata de disimularlo. – Veo que aún sigues enojado por el pasado... Entonces hablaré contigo otro día cuando no estés con tu acompañante. Que persistente y arrastrada. – Señorita Miller, soy su prometida no acompañante, espero lo tengas claro para el futuro... Que tengas buen día. Digo para dejarla parada como estúpida, mientras Máximo y yo entramos al despacho. – Woow, si que es muy persistente tu ex. Hablo tomando asiento en unos de los muebles . Escucho el suspiro de Máximo y se sienta junto a mí. – No entiendo por qué vuelve, después de todo lo que me hizo y dijo ¿Acaso pensaba que la recibiría con los brazos abiertos? Dice para recostarse en el mueble colocando su cabeza en mis piernas. ¿– Aún... Sientes algo... Por élla? Pregunto un poco nerviosa, mientras le quito el cubre bocas. Miro como frunce el ceño. – Lo único que siento por ella es asco, a veces me pregunto como pude ser tan ciego. ¿– Por qué lo dices? Ella es hermosa. Hablo acariciando su rostro justo dónde está su cicatriz. Máximo cierta los ojos por un momento y luego dice. – Cuándo tuve aquel accidente, investigué mucho para encontrar pruebas de que fue Víctor, pero lo que encontré fue... Que me estuvo engañando todo el tiempo con mi supuesto mejor amigo. Abro los ojos sorprendida y dejo de acariciar su rostro. ¿– Era la amante de Vicor? Pregunto aún sorprendida. – Mas que amante era su cómplice, estoy muy seguro que ella tuvo que ver algo con lo del accidente. Dice acomodándose mejor en mis piernas. Suspiro mirando hacía el techo... La verdad esto me ha dejado sorprendida, aunque de Víctor no se puede esperar nada bueno. – Celia. Escucho la voz de Máximo. – Mmm. Respondo muy perdida en mis pensamientos. – Bésame. ¿– Qué? Reacciono de inmediato mirando sus labios. – Me siento triste por recordar el pasado... Bésame para alvidar todo... Dice haciendo un lindo puchero. Sonrío como boba y bajo a sus labios dejando pequeños besitos haciendo que el sonría. Pero nos detenemos al escuchar como la puerta es abierta de manera ruidosa. Máximo mira a la puerta frunciendo el ceño. – Pero que demonios... ¿Mami? Dice sorprendido. Miro a una hermosa mujer mayor entrar con cara de pocos amigos. Élla busca con la mirada a Máximo y se sorprende al verlo ¿Será por que está en mis piernas? Muevo a Máximo para que se quite de mis piernas, pero este no hace caso. – Ma, estas no son forma de entrar a mi oficina. Habla Máximo como sin nada. La señora no aparta la vista de mí y Máximo, poniéndome algo nerviosa. – Hijo ingrato ¿Tienes prometida y tengo que enterarme por las noticias? ¿Es que acaso ya no me quieres? Dice la mujer fingiendo tristeza, jeje ella si sabe como manipular a su hijo. Máximo se coloca de pies y lleva a su madre a sentarse mientras el se baja para hablar con ella. – Ma, claro que te quiero, pero han surgido muchas cosas y no he tenido tiempo de presentartela ¿Me perdonas? Habla Máximo con cara de inocente haciendo un puchero. La señora suspira. – Claro que te perdono... Pero primero presentarme a tu prometida. Dice señalandome. Máximo se dirige a mí y me brinda su mano para colocarme de pies, luego me llava junto a su madre. – Ma, te presento a mi prometida Celia Álvarez, cariño ella es mi madre Rosa Méndez de Cooper. – Es un placer conocerla señora. Hablo tendiendo mi mano, pero la señora me abraza. – Me alegro que al fin mi niño esté con alguien, pensé que moriría sin ver nietos de parte de este hijo ingrato. Habla la señora sin soltarme. Miro a Máximo y este se encoge de hombros. La madre de Máximo es una persona muy censilla y buena, así que no tuvimos problemas para hablar. – Cuentame pequeña, pensé que eras hija de los Williams ¿Por que mi hijo te presentó como Celia Álvares? Pregunta curiosa. – Mami es un tema complicado, Celia te lo contará después. Habla Máximo detrás de su escritorio revisando unos papeles. La señora Rosa comprende y cambia de tema haciéndome reír con sus chistes sobre Máximo. Cuándo la señora Rosa se va a retirar la detengo. – Espere, hay algo que quiero contarle... Soy madre tengo un niño, espero eso no le moslete y sí es así no tengo problema que me lo digas ahora. Hablo sin despegar mis ojos de los suyos. Élla me mira con cariño y sonríe. – No soy quién para juzgarte Celia, gracias por contarme, los espero mañana en mi casa y llevas a tu niño. Dice para retirarse con una sonrisa. – Tu madre me ha caído muy bién. Hablo con una sonrisa. – Lo sé, élla es única. Habla orgulloso. El tiempo con Máximo pasó en un abrir y cerrar de ojos y ya era hora de irme. – Me encantaría llevarte yo mismo, pero... – Lo sé, estás muy ocupado no te preocupes. Digo con una sonrisa. – Jeremi te llevará, suerte en tu reunión. – Gracias. Sonrío para irme, pero soy detenida por Máximo. ¿– No sé te olvida algo? Habla con una sonrisa. Frunzo el ceño y luego sonrío para acercarme a él y besar sus labios con pasión. Sus manos atrapan mi cintura y me sienta en sus piernas haciendo que sienta su gran muñecón. – Máximo... Gimo en medio del beso... Esto me está volviendo loca. Sus manos viajan a mis pechos y las aprieta. Luego escuchamos el sonido de la puerta. – Ya debes irte, nos veremos esta noche. Habla con la voz ronca dando pequeños besitos en mi cuello. ¿– Para seguir? Pregunto muy coqueta con una sonrisa. ¿– Quieres que siga? Me pregunta con una sonrisa. ¿– Tu que crees? Digo mientras muevo mis caderas. – Paso por ti a las ocho. – Estaré esperando. Digo levantándome para irme, una reunión muy interesante me espera. Capitulo:20 CELIA : Mientras voy en el auto con Jeremi, solo pienso si estoy haciéndo lo correcto con Máximo, sé que solo será algo temporal hasta que todo se termine y deba irme, pero ¿Que pasará si termino enamorandome de él? Muevo la cabeza en negación mentalmente... No eso no va a ocurrir, no voy a enomararme y se que Máximo tampoco. ¿- Le importaría si paso a buscar a mi hija? La voz de Jeremi me trae de vuelta. ¿- Disculpa? - Le decía que paso a buscar a mi hija al colegio y le preguntaba si no es molestia que pase por ella. Vuelve a repetir Jeremi sin mirarme mientras conduce. - Oh, no sé preocupe no tengo problemas con eso. Hablo con una sonrisa algo avergonzada, por no prestarle atención cuando habló. Al llegar frente al colegio ya la pequeña lo esperaba con una sonrisa al ver el auto. - Buenas tardes papi, ¿Cómo estás? Dice entrando en la parte de atrás con una sonrisa. - Buenas tardes mi cielo, estoy bién ¿Y tu? - Muy bién... ¿Quién es ella papi? Dice al darse cuenta de mi presencia. Volteo a mirarla. ¿- Ya no te acuerdas de mí? Hablo alzando las cejas con una sonrisa. Ella se sorprende y sonríe. - Eres la madre de Angel, disculpa por no reconocerte. Habla con sus mejillas rojas. - No te preocupes pequeña. Le digo con una sonrisa. ¿- Cómo está Ángel? Me pregunta - Está muy bién, gracias por preguntar. Que tierna es la niña pienso. - Señora Celia... Me giro para mirarla ¿- Si? Élla me mira algo nerviosa. - Me gustaría ir a su casa para poder jugar con su hijo, ya le dije a mi padre, pero me dijo que le preguntaría y siempre se le olvida. Miro a Jeremi... No creo que se le olvide. - Claro que si hermosa, puedes ir cuándo gustes, me encantaría que mi Angel tenga alguién con quién jugar y hablar creo que se siente muy solo. Todo lo hablo con una sonrisa mirándola. Observo como sonríe muy feliz. - De acuerdo señora Celia, ¿Escuchaste papi? La señora Celia me dió el permiso para ir a jugar con Angel. Habla muy emocionada. - Si la escuché. Dice Jeremi deteniéndose frente a mí mansión. ¿- Vives aquí? Me pregunta la niña sorprendida. - Así es. - Waoo, es un castillo enorme. Dice sin salir de su asombro. ¿- Te gustaría conocerlo? Le pregunto y ella asiente varias veces. ¿- Que les parecen si los invito a comer y de paso saludas a Angel y te enseña la mansión? Ella asiente muy emocionada y mira a su padre. El suspira y luego asiente. Pasamos a mi gran mansión y los guío a la entrada. Angel se lanza a mi con un abrazo como siempre. - Mamita ¿Estás bién? - Si ¿Te portaste bién con Hugo? El asiente, pero no le creo. - Hola Angel. La voz de la niña nos interrumpe. Observo cómo a mí hijo se les ilumina los ojos. ¿- Rossanna? Cuánto tiempo ¿Cómo estás? Ellos se saludan con abrazo y luego se ponen a hablar olvidándose de nuestras precensia. - Mami ¿Le puedo enseñar la mansión a Rossy? - Claro que sí. Y los dos desaparecen de nuestras vistas. - Jeremi amigo ¿Que haces aquí? Escucho la voz de Hugo. ¿- Hugo? Se sorprende Jeremi. Luego los dos se saludan con un abrazo muy emocionados. - Bueno veo que se conocen, Hugo muéstrale el comedor a Jeremi, yo iré a lavarme las manos y colocarme algo mas cómodo. Hugo asiente y se lleva a Jeremi. Uuff, que bueno que se conocen así se quitará su cara de amargado. (...) Luego de haber comido y ellos haber charlado y digo ellos, por qué Jeremi y Hugo no dejaban de hablar como dos amigas chismosas que tenían mucho tiempo de haberse visto y Ángel y Rossanna estaban en su mundo hablando no se qué. Jeremi y Rossanna se marcharon prometiendo volver otro día y aquí estoy yo mirándome por última vez al espejo. Tengo un vestido rojo pegado, dejando ver mi hermosa figura, junto a unos tacones aguja negros, me hice una coleta de caballo, mis pintalabios rojo carmín, delineado y listo. Me siento hermosa, pienso mientras volteo para ver mis atributos. Con todo ya listo salgo. Cuándo bajo la escalera. - Mami Hugo se fue, dijo que no tardaras mucho. Asiento y me bajo para dejar un beso en su cachete. - vuelvo en unas horas Pórtate bien ¿De acuerdo? Mi niño asiente y yo me retiro. Me subo en mi deportivo n***o de último año y arranco a toda velocidad. Al llegar a la empresa de Víctor, todos observan mi auto y luego se sorprenden al verme bajar. Salgo con elegancia y camino como la reina del mundo moviendo mis caderas. La recepcionista no muy amble me dice donde se encuentra la sala de reunión y ahí me dirijo... Creo que tendré que enseñarles modales a estas buenas para nada. Al llegar al último piso me donde se encuentra la sala de reunión. (¿- Estás aquí? Ya es hora) Me escribe Hugo un mensaje. Sonrío y abro la puerta para entrar como si fuera dueña de la oficina. - Perdonen la tardanza señores. Hablo ingresando a la sala. Observo como mi hermana se coloca de pies frunciendo el ceño. ¿- Que haces aquí cecilia? ¿Acaso no te cansas de molestarme? - Que falta de modales tienes hermana... Y contestando a tu pregunta... ¿Tu prometido no te lo dijo? Hablo sentándome en medio de dos señores mayores. Ella mira a Víctor mientras se sienta. ¿- Que Víctor tiene que decirme? Habla mirándolo a él y luego me mira a mí. Sonrío - Que poca confianza te tiene... Bueno ya que no lo sabes te diré... He invertido miles de dolares en este empresa, y para que eso suceda me convertí en socia con el veinte por ciento ¿Satisfecha? Élla me mira con odio. - No voy a permitir... - Ya basta Mirian. La corta Victor golpeando la mesa y luego dice. - Disculpen el mal entendido, mi prometida está embarazada... Puedes seguir Jhonson. Señala a Hugo para que continúe. Este contiene la risa y sigue. - Como les decía he decidido vender mis acciones a la señorita Celia Álvares, sé que ella hará un buen trabajo, no es por nada que su empresa es roconocida casi en el mundo entero. Sus palabras hacen que mi ego crezca y me sienta en las nubes. - No, no puedes venderle tus acciones a élla, te lo prohíbo Jhonson. Habla mi hermana Mirian colocándose de pies. Alzo las cejas y cruzo mis piernas mientras la observo. ¿- Quién eres tú para prohibirle algo? Hablo de manera tranquila y pausada. - Soy la vicepresidente de esta empresa. Dice altanera y orgullosa. Me coloco de pies. - Mirian, creo que se te olvida algo... Tengo el veinte por ciento de las acciones de la empresa ¿Cierto? Ella asiente dudosa mirando a donde quiero llegar. - Hugo Jhonson acaba de venderme sus acciones que son el diez por ciento y si sumamos veinte más diez es igual a treinta ¿Sabes que eso significa? Automáticamente me he convertido en la vicepresidente de esta empresa, tus acciones son una minoría delante de la mía. Le sonrío de forma amable. Miro a Víctor y este me observa analizandome. - No estoy de acuerdo, Victor dile algo. Chilla como niña. - Victor no puede hacer nada, es la norma de la empresa señorita Williams y debe de aceptarla. Habla el señor que está a mi lado. - Pero... - Pero nada Mirian lo que debes de hacer es sentarte y callarte, eras la vicepresidente, pero no hacías nada, tu gastadera de dinero junto a tu madre trajo un desfalco grande a esta empresa. ¿- De qué hablas? Dice nerviosa, pero mostrando seguridad. Alzo las cejas. - Hablo de esto. Digo sacando unos papeles de mi bolso. - Tu madre y tu se han encargado de tomar todo el dinero que han invertido algunos inversionistas para el crecimiento de esta empresa, ¿Sabes como se le llama a eso querida? Robar. - Yo jamás he tomado ese dinero, estás celosa de mi, por eso me estás haciendo esto. Me río de su locura. ¿- Celosa yo? Cariño soy una mujer comprometida. Le muestro mi anillo que yo misma me compré. - Ahí están las pruebas del desfalco que has hecho, devuelve todo ese dinero. Digo tomando asiento de manera delicada. Capitulo:21 C ELIA : ¿– Podemos hablar a solas un momento? Interrumpe Victor dirigiéndose a mí, mientras algunas inversiones miran las pruebas del desfalco que ha causado Mirian. Alzo las cejas... ¿Ahora que quiere este? – Claro ¿Por qué no? Digo colocandome de pies junto a él. Víctor me lleva fuera de la oficina por el lado contrario de la sala de reuniones. Entra a una oficina que supongo es su despacho. ¿– Para que me traes aquí? Espero que no sea para violarme como hacías antes. Hablo de lo mas normal mirándome mis uñas bién arregladas. – No sé de qué hablas Cecilia... – Celia, mi nombre es Celia, Cecilia murió hace muchos años. Digo tomando asiento en unos de sus muebles cruzando las piernas. Observo como suspira. – Bién Celia, espero que olvidemos el pasado y nos concentremos en lo que es el presente y si todo lo que estás haciendo es por que estoy con tu hermana, quiero sepas que nunca te he olvidado y si estoy con Mírian es por que necesito un heredero para obtener la herencia de mis abuelos... Empiezo a reírme antes que termine de hablar. – Víctor, Víctor, ¿Acaso crees que hago todo esto por que estoy celosa? No me hagas reír. Hablo limpiando una falsa lágrima. – Que lindo es el karma ¿No? Digo observándolo con una sonrisa. ¿– Que quieres decir? – No te hagas el estúpido Víctor, hace años tendrías tu heredero ¿Pero que hiciste? – No estaba preparado para tener un hijo, era muy joven. Dice frunciendo el ceño Me coloco de pies y suspiro. – Está conversación me aburrió, si no tienes nada que decirme es mejor que me retire. Digo dándome la vuelta, pero el muy maldito me toma del brazo haciendo que de la vuelta quedando frente a él. – La verdad no sé qué haces con el inútil de Máximo, pero déjame decirte algo Cecilia, eres mía y siempre lo serás. Dice mientras aprieta mi brazo con fuerza. No me quejo de dolor y lo miro con odio. – Jamás seré tuya... Me das asco. Hablo haciendo una fea mueca y solo observo como su rostro se transforma. Solo siento cuando mi espalda es chocada contra la pared y como el animal que es me acorrala. – Vamos a ver cuánto asco te doy. Dice muy enojado acercándose mí. Empiezo a reírme como loca y él me mira turbado... ¿Acaso pensó que le tendría miedo? ¿– Que pasa? Vamos, adelante violame cómo siempre lo hacías, te aseguro que me harás las cosas más fáciles maldito poco hombre. Solo siento como mi rostro es volteado por la bofetada que me da. Si se que lo provoqué, pues ha reaccionado justo como quería. – Celia yo... – Juro que me la pagarás maldito. Levanto mi rodilla y con todas mis fuerzas golpeó su parte íntima, haciendo caiga al suelo gritando de dolor. Sonrío mirando como se revuelca de dolor... Esto es solo el principio Victor. Pienso mientras camino y piso su mano con mis tacones agujas para salir de su apestable despacho. Al salir busco el baño y lo encuentro con éxito. Entro y lo primero que hago es mirarme al espejo para encontrar una fea marca roja en mi hermosa mejilla. Sonrío levemente y en mi bolso busco un mentol (VapoRub) ¿Se preguntan para qué? JeJe. Lo destapo y con mi dedo tomo un poco y lo paso alrededor de mis ojos para que salgan mis preciadas lágrimas con el frío. Lo retiro con una servilleta quedando un poco n***o alrededor de mis ojos por el delineador. Unos minutos más tarde salgo, dándole el tiempo suficiente a Víctor para que entre de primero. Al llegar a la puerta pongo un rostro triste y lastimero y entro con la mirada baja. Siento la mirada de todos, pero permanezco cabizbajo. ¿– Se encuentra bién señorita Álvares? Me susurra el señor que está sentado a mi lado. Lavanto el rostro un poco mirándolo. – No sé preocupe, estoy bién. Hablo mirando a Victor de reojo con un poco de temor. Él señor y los demás que me escucharon miran a Víctor y luego a mí, pero donde no despegaban los ojos era de mi roja mejilla. Luego de una intensa charla de media hora la reunión llega a su final. – Bien señorita Alvares, el lunes tomará su puesto oficialmente como vicepresidente cuentas con nuestro apoyo para lo que necesites. Dice uno de los inversionistas con una sonrisa amable. Le sonrío igual y asiento. – Muchas gracias por su apoyo. Digo muy amable. Todos se colocan de pies y proceden a retirarse. Miro a Víctor con una sonrisa burlona y este me mira sin expresión. Igual me coloco de pies y me retiro pero no sin antes mirar a mi hermana sobre el hombro para sonreír con superioridad. Al salir fuera de la empresa Hugo se coloca frente a mí. ¿– Acaso ese animal se atrevió a golpearte? Dice enojado – Tranquilo Hugo, todo fue por una buena causa. Digo apartandome de él para subir a mi auto. – Por cierto... ¿hiciste lo que te pedí? Pregunto – Si todo está hecho, por eso no debes de preocuparte. Habla suspirando. – Muchas gracias Hugo, has sido de mucha ayuda para mí, no tengo como agradecerte. Digo mirándolo con agradecimiento. El solo suspira. – Mejor ya vete, debes de recoger a Patricia ya está por llegar. Dice para irse hacía su auto. Asiento para arrancar a toda velocidad hacía el aeropuerto. (Espero les gusten) ❤️ Capitulo:22 Cap:22 CELIA : Llego al aeropuerto y la primera cara que miro es la de Patricia. – Patri. Grito al salir del auto. Ella me mira y sonríe como siempre lo hace. – Pequeña mocosa ¿Por qué te tardaste tanto? Llevo como diez minutos parada. Dice acercándose con sus maletas. No le presto atención y la abrazo como siempre lo hacía. – Perdón por llegar tarde, tuve contratiempos ¿Dónde está Marcos? Pregunto buscándolo con la mirada. – Está en el baño en seguida viene. Patri no termina de hablar cuando Marcos ya está junto a mí. – Pequeña ¿Cómo has estado? Habla con una sonrisa en el rostro. Sonrío de vuelta y le doy un abrazo. – Estoy muy bien Marcos ¿Y tu como has estado? – Más joven y con más energía. Habla con una sonrisa. – No le hagas caso ya no aguanta ni tres rondas. Dice Patri rodando los ojos. Marcos iba a contestar pero la voz de Hugo nos interrumpe. – Llegué yo ¿De qué hablan? Dice uniéndose a nosotros. – Tú y tu mala educación, ya eres un hombre madura Hugo. Lo regaña Patri. – No soy una fruta para madurar. Sonríe guiñandole un ojo. – Es mejor irnos, me imagino que están agotados. Hablo para tomar la maleta de Patri y llevarlo al auto de Hugo. Patricia se va conmigo y Marcos con Hugo. Mientras vamos de camino. ¿– Que es ese moretón que tienes en la mejilla Celia? Me pregunta Patricia. – No es nada Patri. Hablo restándole importancia. – Tú mejilla tiene marcado cinco dedos ¿Y me dices que no es nada? ¿Estás bromeando? Me recrimina. – No seas exagerada, no sé nota tanto, además tuvo que pasar para que mis planes salgan perfectos. Escucho como Patri suspira. – Nunca debes de permitir que un hombre te toque de esa manera... ¿Y que me dices de ese tal Máximo Cooper? Dice cambiando de tema. ¿– Que quieres que te diga de Máximo? Hablo muy tranquila, Patri y yo nos tenemos confianza y ningún tema es incómodo para hablar entre nosotras. – Todo, quiero saber todo. Dice mirando el paisaje de la cuidad. – Bueno Máximo es... Es muy lindo conmigo, no es como las personas dicen. Puedo ver cuándo Patri alza las cejas. – Mmm ¿Qué más? Pregunta la muy entromitida. – Se lleva muy bien con Angel y tiene tremendo muñecón. Digo recordando esa enorme cosa parada. ¿– Muñecón? Pregunta confundida. – Si lo que tiene en medio de sus piernas... Es una monstruosidad... Waoo. Miro de reojo a Patri y tiene la boca abierta. – No puedo creer que te acostaste con el Celia... – Estaba algo ebria, pero si. Hablo deteniendome en un semaforo, miro a Patri y tiene sus ojos bien abiertos. ¿– Al menos bebiste pastillas? – Pues claro, aún no quiero traer más hijos al mundo. Digo volviendo a arrancar mi auto. Escucho como Patri suspira aliviada. – Y dime ¿Te lo hizo bien? ¿Te dolió? ¿Cuántas veces lo hicieron? Siento mi cara ponerse roja. – Patri... Ya eso es privado... Aunque... Si, fue maravilloso. Hablo con una sonrisita recordando todo lo que hicimos. – vaya no pensé que que al recordar tu querido pondrías esa sonrisa de tonta. Dice burlándose de mí. La miró mal y acelero a toda velocidad provocando su risa incontrolable. (...) Estaba terminando de cambiarme cuando escucho que tocan mi puerta. ¿– Si? – Soy yo Celia. Escucho la voz de Patri – Pasa Digo mientras me coloco mis sandalias. – Saldremos junto a Ángel y Hugo para conocer la cuidad, así que si quieres puedes volver mañana nos ocuparemos del pequeño terremoto. ¿– Enserio? Pregunto sorprendida. – Claro que sí. Dice Patri acercándose a mí para arreglar mi cabello. – Mi niña, has pasado por mucho durante todos estos años, así que es conveniente que te desestreses un poco y te diviertas es lo justo. Dice sonriéndome como solo ella sabe hacerlo. – Gracias Patri, eres como la madre que nunca tuve. Digo mirándola con cariño. Ella solo sonríe y besa mi frente. ¿– Como me veo? ¿Estoy bien así? Pregunto dando la vuelta. Ella me mira de arriba abajo. – Estás perfecta. Me guiña un ojo. ¿– Algún consejo de tu parte? Pregunto Ella sonríe alzando las cejas y me da algunos consejos que me dejan roja. Cuándo Patri sale me miro por última vez al espejo y me siento hermosa. Llevo un vestido de tirantes, color turquesa, pegado mucho más arriba de mis rodillas, dejando ver mis hermosas piernas. El vestido tiene los costados abiertos que se puede ver parte de mi fina cintura. Esta vez no llevo ropa interior y mi cabello cae como cascada sobre mi espalda. Unos minutos más tarde escucho la voz de la nana. – Señora, el señor Cooper la espera abajo. – Bajo enseguida. Digo tomando mi bolso para bajar. Bajo la escalera de manera sensual mirando al bello hombre que me espera abajo. – Buenas noches. Digo acercándome a él, para besar de menara casta sus labios. – Buenas noches. Dice tomando mi cintura para profundizar el beso hasta quitarme el aliento. – Me enteré que tienes visitas. Dice mientras baja sus manos por mis nal*** ¿– Me estás espiando? Pregunto en un susurro con mi voz sensual... No se por que mi voz cambia de manera automática cuando estoy con él. Escucho su ronca risa. – Puede ser... Mmm ¿No llevas bragas? Pregunta con la voz ronca. Niego con una sonrisa perversa y relamo mis labios. Pero toda calentura se baja cuando Máximo toma mi rostro con sus manos. ¿– Que te pasó en el rostro Celia? Pregunta frunciendo El ceño. – No es nada. Hablo colocando mi mano sobre mi mejilla, pensé que lo había tapado con maquillaje, pero al parecer Máximo es muy observador. Máximo quita mi mano de mi mejilla y lo observa bien. – Fue el animal de Víctor ¿Cierto? Miro como su rostro se llena de furia, así que coloco mis manos sobre la suya y hago que me mire a los ojos. – Ya me encargué de él, además me ha facilitado más las cosas, no te enojes ¿Si? Pongo mi cara de cachorro y miro como el suspira no muy convencido. – De acuerdo... Es mejor irnos te tengo una sorpresa. Dice tomando mi mano para entrelazar nuestros dedos. ¿– Que sorpresa es? Digo emocionada. – Si te lo digo ya no será sorpresa. Dice Máximo abriendo la puerta de su auto para que entre. – Tienes razón. Digo tomando asiento. Mientras vamos de camino la mano de Máximo permanece en mi pierna haciendo pequeñas caricias que hacen que suspire. Muerdo mis labios mientras lo miro como va concentrado en la carretera. Luego su mano va más adentro frotando mi intimidad de manera de lenta. – Maxi... Hablo casi suplicando. ¿– Que quieres Celia? Habla muy tranquilo para mí salud mental. – Tu sabes lo que quiero, así que no te hagas. Digo impaciente por su lentitud... El muy maldito lo hace a propósito. – Abre las piernas. Dice mientras detiene el auto en un semaforo. ¿– Qué? Pregunto como estúpida. Sus ojos grises me miran. – Abre las piernas Celia. Dice demandante y en vez de enojarme siento como me calienta. Le hago caso y abro las piernas para él. – Mmm, así me gusta estás toda mojada. Dice volviendo a conducir. Sus dedos empezaron a frotar ese punto de placer que me volvía loca, luego introduce un dedo dentro haciendo que gima su nombre. – Maxi... Mmm, más rápido. Mi mente estaba nublada y solo quería una cosa, liberarme. Entre gemidos y sonidos obscenos con sus dedos, llegué a la cima del placer mientras sentía mis piernas debilitarse. – Mmm, delicioso. Dice Máximo cuando se lleva sus dedos con mis fluidos a su boca. Nunca había visto una imagen tan erotica... Quería comermelo a besos, pero tendría que esperar no quería provocar un accidente. Máximo detiene el auto y miro alrededor dándome cuenta que estamos cerca de el mar. – Ponte esto, puede que haga frío. Dice Máximo pasándome una chaqueta que supongo es de él. Luego caminamos por una pequeña calle tomados de las manos hasta llegar a un hermoso y lujoso yate. Los dos subimos al yate e inmediatamente se pone en marcha, al parecer Máximo tenía todo preparado. – Ven, sígueme. Dice Máximo guiándome dentro y un agradable aroma llega a mi nariz, frente a mí se encuentra una mesa con una deliciosa cena, velas aromáticas y una lujosa cama llena de pétalos. JEJEJE, esta será una larga noche. Capitulo:23 C ELIA : – Ven, sígueme. Dice Máximo guiándome dentro y un agradable aroma llega a mi nariz, frente a mí se encuentra una mesa con una deliciosa cena, velas aromáticas y una lujosa cama llena de pétalos. JEJEJE, esta será una larga noche. Tomo asiento en la elegante silla que Máximo aparta para mí. – Siéntate cómoda y disfruta. Dice dejando un dulce beso en mi cuello. Máximo con mucha delicadeza destapa los platillos preparados, dejándome ver la rica cena que está preparada de menara delicada y hermosa. – Mmm, esto se mira muy delicioso. Digo mirando el rico pescado bañado en crema de papas. – Yo lo preparé, espero lo disfrutes. Habla con una sonrisa sincera en el rostro. Abro lo boca. ¿– Sabes cocinar? Digo sorprendida. El asiente mientras me brinda una copa de vino. – Sé hacer muchas cosas Celia, entre ella está cocinar diferentes platillos. Dice orgulloso de él mismo. Woow, este hombre viene en el combo completo. Sin más que hablar empezamos a cenar y la verdad está muy rico, merece un diez de diez. ¿– Y bien? Dice sin dejar de observarme. – Está muy rico, diez de diez. Digo volviendo a mi plato sin prestarle mucha atención. Terminamos la cena en silencio, y en estos momentos nos encontramos sentados en el suelo, tomando una copa de vino en la cubierta. – No, nunca me ha llamado la atención el b**m, pero en caso de que me fuera a interesar sería la ama, eso de ser sumisa no me gustaría. Digo tomando un poco de vino. ¿– Por qué no? A las mujeres les gustan que las dominen. Lo miro alzando una ceja. – Has estado con muchas ¿No? Hablo sintiendo algo muy feo en mi pecho. – Solo algunas, nunca llevé una vida s****l activa, siempre me concentré en la empresa y mas después de tener el accidente... A decir verdad luego del accidente solo estuve con dos mujeres, pero salieron huyendo al ver mi rostro. ¿– Enserio? Pero si eres guapo. Digo acercándome a él para acariciar su cicatriz. – No estaba operado para ese tiempo, mi rostro era horrible en todos los sentidos. Dice tomando mi mano para dejar pequeños besos en ella y luego subirme sus piernas. – Quiero que esta vez tomes el control Celia... Soy todo tuyo. Me susurra dejando besos por todo mi cuello. – Maxi... Yo... La verdad no tengo mucha experiencia y no quiero arruinarlo. Digo con pena. Su mano toma mi mentón y hace que lo mire. – No te preocupes por eso, solo dejate llevar... Sé que lo harás bien. Habla besando mis labios con pasión. A pesar de los nervios, lentamente empiezo a quitarle la ropa, bajo con mis besos a su cuello mientras mi mano se deleita en sus enormes abdominales. Luego paso mi lengua por sus tetillas notando un temblor de su parte... Mmm encontré su punto débil. Sigo el recorrido por todo su cuerpo hasta llegar a su enorme muñecón. Con su ayuda quito su pantalón junto a su ropa interior. Recuerdo todo lo que me dijo Patri y manos a la obra... Quito mi vestido quedando desnuda por completo y con mis manos empiezo a masajear su m*****o de arriba abajo, de manera lenta y pausada. Miro la cara de Máximo y tiene sus ojos cerrados mientras muerde sus carnosos labios y suspira. No espero más y lo entro a mi boca, sin dejar de ver sus expresiones. – Mmm... Celia... Dice abriendo los ojos. Bueno a practicar todo lo que miré en porno y los consejos de Patri. Empiezo a lamer esa enorme cosa dura como si de un caramelo se tratara, luego lo entro a mi boca hasta la garganta y le doy la mama** de su vida. – Aaahh, nena voy a correrme. Dice con la voz completamente ronca, intenta separarme, pero tomo sus manos y lo coloca en mis pechos, me sentía completamente exitada y necesitaba algo para aliviarme un poco. Sus caderas empiezan a moverse y en unos segundos siento como algo caliente llena mi boca y me la trago toda. Me separo de él y relamo mis labios. – Delicioso. Digo con una sonrisa traviesa. Máximo me toma de la cintura y me besa con pasión mordiendo mis labios y pasando las manos por mi cuerpo a su antojo. Cuándo siento que nuevamente está listo lo introduzco dentro de mí y empiezo a mover mis caderas a un ritmo normal. Máximo baja a mis pechos y los besa como si fuera su última comida, nuestros gemidos llenan el lugar mientras enredo mis dedos en su hermoso cabello y lo halo cuándo siento sus caderas moverse hacía arriba de manera salvaje... La verdad me tiene completamente loca. En la madrugada una agotada Celia dormía sobre la cama, mientras Máximo observaba cada movimiento que hacía. La verdad nunca había sido tan activo sexualmente, pero con ella se volvía un loco completamente salvaje. Máximo se separa de ella y sale de la habitación sin hacer ruidos. Toma el celular y marca el numero que jamás pensó que volvería a marcar, espero que no lo haya cambiado. A los tres timbre lo descuelgan. ¿– Diga? Una voz desconfiada contesta. – Escucha bien lo que te voy a decir Víctor. ¿– Máximo? ¿Pero que... ? – Cállate y escucha muy bien lo que te voy a decir maldito imbécil. Hablo muy enojado. – Que sea la última vez que le vuelvas a poner un solo dedo a mi mujer, si lo haces considerate muerto, no me va a importar ir allá mismo y matarte con mis propias manos, solo la vuelves a tocar y vas a conocer como es en realidad la bestia. No dejo que hable y cuelgo el celular suspirando... Solo de recordar su hermosa mejilla roja hace que mi sangre hierva y más al ver la marca roja en su brazo... No le comenté nada, pero se que fue ese maldito y sea como sea, va a pagar por haber tocado lo que es mío. CELIA : Despierto al sentir los rayos del sol y cuándo intento moverme no puedo. – Mmm, deja de moverte. Escucho la voz adormilada de Máximo y los recuerdos de anoche vienen a mi cabeza haciéndome sonreír como boba. Me giro para quedar frente a él y me quedo observándolo. – Si continúas mirándome vas a gastarme. Dice abriendo los ojos, para mirarme con una sonrisa. Sonrío igual y me acurruco en su enorme pecho. – Tenemos que irnos Maxi. Hablo dando pequeños besitos en su pecho. ¿– No quieres quedarte más tiempo? Pregunta colocándose encima de mí. – Me encantaría, pero tengo responsabilidades. Digo colocando mis manos detrás de su cuello. El suspira y besa mis labios. – Al menos déjame prepararte el desayuno. Dice besando mi cuello. – Está bien, pero luego nos iremos de inmediato. – Lo prometo. Dice abriendo mis piernas y entrando en mí. Ahora entiendo por qué a las mujeres les gustan el mañanero... Creo que no me cansaría de esto. (...) Cuándo estoy bajando del yate, siento tanto dolor en mis piernas que se me dificulta caminar. ¿– Te encuentras bien? Me pregunta el muy idiota riéndose de mí. – Es todo tu culpa, ahora cargame. Digo como todo una niña mimada. – No tengo la culpa de nada, yo solo cumplía órdenes, tu quería mas y yo te daba más. Habla riéndose de mí. Frunzo el ceño y lo miro mal. – Eres un maldito. – Un maldito que te encanta cuándo es un salvaje. Dice cargandome estilo princesa. – Maxi... Deja de hablar de esa manera... Hay personas mirando. Digo mirando como algunas personas sonríen al escucharlo. – Hay Celia, quién te mira ahora no creería todo lo que me hiciste anoche. Oculto mi cara en su pecho roja de la vergüenza. – Ya cállate, no volveré a acostarme contigo. Siento como se detiene y yo lo miro. – Soy el único con quién te puedes acostar Celia, eres mía y mi mujer. (Gracias a todos los que me apoyan, un beso enorme y un abrazo ❤️) Capitulo:24 C ELIA : Todo el trayecto hasta mi casa solo iba pensando en una sola cosa... Eres mía, mi mujer... Esas palabras no salían de mi cabeza. – Espero ser yo la razón por la que te estás riendo. Interrupe Máximo mis pensamientos. – Pará nada, no te creas tanto. Hablo alzando las cejas. ¿– Así? Entonces... ¿Se puede saber en qué piensas? Dice mirándome de reojo con una sonrisa. ¿– Que obtendré a cambio si te digo? Hablo cruzandome de brazos. – Ooh, toda una negociante me encanta... Bién te daré lo que quieras. ¿– Lo que yo quiera? Pregunto. – Lo que quieras, excepto matar o robar. – Bién, quiero que Veamos juntos un maratón de barbie. Digo con una sonrisa. ¿– Barbie? Habla frunciendo el ceño. – Si, Barbie. – Celia creo que estás grandecita para ver muñecos, dejárselos a los niños. Hago un puchero ¿– Me estás diciendo vieja? – Jamás – Lo pensaste. Digo entrecerrando los ojos. – Claro que no. – Claro que sí. – Contigo no se puede, ya llegamos. Dice parqueando el coche frente a mi mansión. Miro al frente dándome cuenta que ya llegué. ¿– No vas a entrar? ¿– Quieres que entre? – Patri quiere conocerte. Digo colocándome el abrigo que Máximo me prestó ayer. ¿– Quién es Patri? Me pregunta. – Es la persona que me cuidó en mis momentos más difíciles, es como una madre para mí. Máximo asiente y sale del auto junto a mí, pero no sin antes colocarse el cubre bocas. Cuándo entramos a mi mansión un pequeño cuerpo se lanza a mí. – Mamiii. Dice mi pequeño Angel abrazándome, mientras llena mi cara a besos. ¿– Cómo estás mi príncipe? Pregunto separandome de él para besar su frente. – Estoy bien ma, mira lo que me compró mamá Patri. Dice emocionado mostrándome un lindo reloj de muñecos. – oohh, es hermoso al igual que tú. – Lo sé Mami. Dice con el ego por las nubes. Mi pequeño mira a Máximo y sonríe. – Maxi ¿Cómo estás? ¿Cuidaste a mí mami bién? Dice mientras chocan los puños. – Estoy bién y cuidé a tu madre perfectamente, puedes estar seguro de eso. Dice revolviendo su cabello. Estaba tan concentrada en mi pequeño y su conversación que no me di cuanta quién nos observaba como par de chismosos. – Celia, que bueno que llegaste ¿Nos presentas a tu... Prometido? Habla con una sonrisa cuándo se cansó de observar. Volteo a mirar y me encuentro con tres pares de ojos que observan a Máximo con curiosidad. Suspiro y nos acercamos a ellos. – Buenos días. Saluda Máximo muy educado. – Buenos días. Responden los tres. – Máximo te presento a Marcos y Patricia Álvares, ellos son como mis padres y el es Hugo Jhonson un amigo. – Cuánto tiempo Máximo, no esperaba verte. Dice Hugo interrumpiendo con el ceño fruncido y una sonrisa fingida. ¿– Se conocen? Pregunto. – Si Dice Hugo – No. Dice Máximo. Frunzo el ceño. ¿– Se conocen o no se conocen? Pregunto confundida y escucho la misma respuesta. Miro a Máximo que tiene el ceño fruncido, y Hugo igual... Creo que aquí pasó algo, pero lo voy averiguar luego. – Bueno ya no importa... Marcos y Patri, le presento a Máximo Cooper... – Un placer conocerte Máximo, me alegra que estés con Celia y le enseñes como es la vida. Habla Patri interrumpiendome con una risita traviesa y tendiendo la mano. Marcos le sigue igual y se saludan normal. – Celia es como mi hija, así que espero que la cuides como se merece. Dice Marcos mirándolo serio. ¿Que le pasa a esta gente? Ellos saben que esto solo es contrato y se acabará cuándo todo termine. – No se preocupe, la cuidaré con mi vida. Escucho que dice Máximo. Marcos asiente satisfecho. ¿– Deseas pasar a desayunar? Le pregunta Patri. – Lo siento, pero ya desayunamos... Será otro día. Dice de manera amable. – Está bién, me la debes. Dice Patri. Máximo ríe a través del cubre bocas. – De acuerdo lo prometo... Si me disculpan ya debo irme. ¿– Tan rápido? ¿No vas a jugar play conmigo? Habla Angel haciendo un lindo puchero. – Será otro día campeón, tengo cosas que hacer. Dice Máximo revolviendo su cabello. Angel asiente y se retira algo triste. ¿– Estará bién? Me pregunta Máximo. – Si, se le pasará al rato. Luego de Máximo despedirse lo llevo hasta la puerta. – No olvides que tienes una cena hoy con mi madre. Dice Maximo tomándome de la cintura. – No lo olvido. Digo acercándome a él para besar sus carnosos labios que me vuelven loca. – Pasaré por tí a las 7:30. Dice dejando pequeños besos en mis labios. – De acuerdo, estaré esperando. Él asiente y se va. Yo solo suspiro y me dirijo a mi habitación, necesito descansar. (...) Un escándalo hace que abra los ojos frunciendo el ceño. Me coloco un vestido que uso para dormir y salgo. Mientra bajo la escalera escucho la voz de ¿Mi madre? ¿– Dónde está esa maldita? Que salga ahora mismo. Escucho que grita como loca. ¿– Quién te crees que eres para venir a mí mansión a gritar de esa manera? Digo al terminar de bajar las escaleras. – Eres una maldita Cecilia ¿Cómo te atreviste a hacerle eso a tu hermana? Eres una maldita envidiosa, estás celosa de mi preciada hija por que está con Víctor Habla acercándose a mi furiosa. ¿– Quién la dejó entrar? Pregunto muy tranquila. – Fui yo, pero no pensé que gritaría como loca del manicomio. Dice Patri tomando asiento en un mueble mientras suspira. – Cállate maldita negra. Habla fuera de sí mi madre. – Mucho cuidado como le hablas Martha, esta es mi mansión y no voy a permitir que basura como tu le faltes el respeto a mi gente, así que disculpate. Hablo perdiendo la paciencia. Élla empieza a reírse como la loca que es. – Creo que debo recordarte como se respeta Cecilia. Dice acercándose y levanta su mano para pegarme como lo hacía en el pasado. Sonrío y detengo su mano. – Déjame decirte algo Marha, no soy Cecilia ella murió, mi nombre es Celia que se te grabe bién. Digo para darle una bofetada con todas mis fuerzas. Ufff, que liberador. ¿– Pe... Pero que...? Dice recuperándose de su aturdimiento. ¿– Sorprendida Martha? Digo con una sonrisa clavando mis ojos negros en ella. – Quiero que te disculpes con Patri... Y quiero que lo hagas de rodillas, nadie viene a mi mansión a ofender mi gente y a mi, primero tienen que pagar por ello. Digo alzando un poco la voz, pero manteniendo la calma. – Jamás lo haré, primero muerta. Dice orgullosa. Alzo las cejas con una sonrisa. – Bien, tu lo quisiste. Hago una seña a uno de mis guardias que se había acercado con el escándalo y este se viene a mí. ¿– Señora? ¿– Me prestas tu arma? – Aquí tiene señora. Dice entregándome su arma. La tomo con mucho cuidado y le quito el seguro. ¿– Que piensas hacer? Pregunta Martha nerviosa. – Dijiste que lo harías muerta, así que te mataré, te pondré de rodillas, y haré que te disculpes aunque no puedas hablar. – Estás loca. Dice con los ojos bién abiertos. – Eso mismo dijeron todos lo que se metieron conmigo y están siete metros bajo tierra. Digo acercándome a ella mientras la apunto con una sonrisa escalofriante. – Quería hacer esto desde hace mucho y no sabes lo fácil que me lo has puesto “madre” – Espera, Cecilia, espera. Dice desesperada a punto de llorar. ¿– Me quieres decir tus últimas palabras? Le pregunto. – No, no... Yo... ¿– Tu que? Habla rápido que no tengo todo el día. – Yo lo haré... Me... Dis... Diculparé. ¿– Enserio? ¿No prefieres morir? Le pregunto muy entretenida. Élla niega varias veces. – De acuerdo, después que te arrodilles delante de ella y te disculpes lo haces conmigo y besas mis pies. ¿– Que? – Ah, no quieres... Entonces... Tomo el arma y apunto su cabeza. – Si, si, lo haré. Dice derramando lágrimas, pero eso no me conmueve para nada. Martha mi orgullosa madre se arrodilla delante de Patri y le pide disculpas. – Aunque sé que no son sinceras... Pero puedes largarte de mi vista. Dice Patri mirando su celular como si una mosca está a sus pies. Puedo ver como Martha aprieta los puños y la mira con rabia, pero luego me mira y se acerca a mí. – No tengo todo el tiempo. Hablo con aburrimiento mientras suspiro. Martha se arrodilla y besa mis pies, mientras se disculpa odiandome más. – Es suficiente... Saquenla de mi mansión y no la dejen pasar más. Les digo a mis guardias. Ellos se acercan y la toman como una bolsa de basura. Cuándo está lejos de mí vista empiezo a reírme. ¿– Viste su cara? Estaba muerta del miedo. Patri al igual empieza a reírse. – Waoo, la verdad parecías una asesina en serie, hasta a mi me diste un poco de miedo. ¿– De verdad? Hablo sin dejar de reír. – Creo que puedo ser actriz, soy muy buena en esto. Digo tomando asiento. – Eres muy buena... Aunque Celia, ya les declataste la guerra. – Así es, ahora debemos cuidarnos esas personas son capaces de todo. – Tú más, su odio va hacía tí, y ahora más que le quitaste el puesto a su preciada hija. Asiento dándole la razón, debo de andar con cuidado Capitulo:25 Cap:25 MANSIÓN DE LOS WILLIAMS : Una nerviosa Martha entra a su mansión aún temblado. ¿- Que te pasa ma, estás bien? Se dirige Mirian a su madre al verla en mal estado. - Que... Quería... Matarme... Esa maldita... Quería Matarme... Llora la mujer desconsolada. - Ve por un vaso de agua rápido. Le grita Mirian a unas de sus sirvientas. - Tranquila Mamá, estás a salvo. Trata Mirian de consolarla. ¿- Que es lo que está pasando? Se hace presente Pablo el padre de Mirian al escuchar el alboroto. - Pablo cariño... Esa maldita quería matarme... Debimos de matarla cuándo tuvimos la oportunidad. Habla Martha apretando los puños. Pablo se acerca a su esposa y la abraza al verla de esa manera... Nunca la había visto temblando de esa manera. - Cuéntame lo que pasó Martha, quiero saberlo todo. ... ¿- Esa bastarda se atrevió a humillarte de esa manera? Voy a matarla. Se levanta Pablo furioso. - No cariño espera, debes de tranquilizarte no debemos de precipitarnos. Dice Martha colocándose de pies. ¿- Tienes una mejor idea? Pregunta Pablo - Debemos de cortarle las alas, se cree inalcanzable por qué está de zorra con Máximo Cooper. Dice Martha pensativa. - Tengo una idea. Dice Mirian con la mano en su vientre. Sus padres la observan mientras ella toma asiento. - He escuchado que su ex novia está en el país... No es mala idea hacer una tregua con ella. Martha frunce el ceño. - Esa chica no quiere a Máximo, lo dejó muy claro en una entrevista hace años. - Madre... Creo que te falta inteligencia... Es obvio que no lo quiere... Pero todos sabemos que Máximo está podrido en dinero y los Miller están en la quiebra ¿Por qué crees que volvió? ¿A vacacionar? Dice rodando los ojos. - Tienes un buen punto hija... Necesitamos reunirnos urgentemente con Carolina Miller, ella sería de mucha ayuda. Habla Pablo con una sonrisa malévola en el rostro. - Ustedes encarguense de Carolina, yo iré a reunirme con unos amigos que me deben algo, mientras más rápido la quitamos del camino será mejor. Dice Míriam colocándose de pies. - Debes de cuidarte hija, sabes que de ese bebé depende tu futuro y el nuestro. Dice Martha. - Lo sé madre, lo tengo muy claro. Habla Mirian para salir de la mansión. CELIA : La hora de la cena llegó y aquí estamos mi hijo y yo mirándonos al espejo. Yo llevo un vestido de rosas sencillo, un ligero maquillaje y unos tacones no muy altos como acostumbro a usar. Quiero verme sencilla y natural... Creo que lo he logrado. En el caso de Angel es muy diferente, este lleva puesto una camisa negra, pantalones negros, al igual que su zapatos negros, se peinó el cabello hacia atrás dejando ver su hermosa carita de niño mimado. - Mami ¿Cómo me vez? ¿Estoy guapo? - Guapísimos. Digo besando sus mejillas. El sonríe y hace que me baje para besar mi mejilla. - Mami, ya quiero crecer y ser un hombre fuerte para protegerte de todos los malos. Dice haciendo sus manitos puños. Sonrío y siento mis ojos aguarse al verlo muy decidido. - Entonces mientras crezcas me toca a mí protegerte y eso lo haré hasta con mi vida. Hablo para abrazarlo... Él es la única razón por la cuál me he mantenido de pies todos estos años. - Celia sal, tu galán te espera abajo. Escucho la voz de Patri. - Ya bajo. Digo separándome de Angel y tomando mi bolso para salir. Ya abajo me despido de Marcos, Patri y Hugo... Este último solo frunce el ceño y no dice nada. Nos tomó media hora para llegar a la mansión de los Cooper y es inmensamente grande y bella. - Waoo es muy bella. Digo admirando los inmenso patios y jardines. - Gracias, aunque no vivo aquí, pero está a la orden. Sonrío y los tres salimos del auto. Máximo toma mi mano y entrelaza nuestros dedos mientras tomo la mano de mi pequeño. ¿- Lista? - Siempre. Digo sonriendo. Una señora mayor nos recibe muy amable y nos guía hacía la familia de Máximo. - Maxi, no te pregunté... Pero ¿Estará toda tu familia? Le susurro mientras seguimos a la señora. Máximo me iba a contestar, pero es interrumpido. - Aquí los esperan joven Cooper. Habla la señora mayor para retirarse. Máximo suspira retirándose el cubre bocas. - Es mejor que tu misma lo compruebes. Dice con una sonrisa abriendo una puerta grande de madera. Al entrar la inmensa sala se queda en silencio y sólo nos observan, es como si todo se quedara frizado. Sin mentir hay como veinte pares de ojos observandonos. - Buenas noches y dejen de mirar tanto. Habla Máximo dirigiéndose a ellos sin soltar mi mano. Miro a Angel y este solo observa a todos frunciendo el ceño. - Mami ¿Por qué estas personas me observan tanto? Se que soy guapo, pero si siguen mirándome así me voy a gastar. Dice Angel y su voz se escucha por todo el salón. Muerdo mis labios y lo miro con ganas de reprenderlo. Las risas en el salón no se hacen esperar y el ambiente cambia. - Oh, pero que niño más tierno. Dice la madre de Máximo acercándose a nosotros y toma a Angel por los cachetes. Sé que eso no le gusta, pero se lo ganó por estar hablando demás. Nos acercamos a toda la familia de Máximo. - Familia, les quiero presentar a Celia Alvares, mi prometida y su hijo Angel Alvares. - Buenas noches, es un placer para mí poder conocer a la familia de mi prometido. Hablo con una sonrisa. Todos me contestan con una sonrisa amable y Máximo empieza a presentarme a todos... Excepto su madre, Jeremi y su hija luego... Abuelos, tíos, que son como seis, primos, sus dos hermanas, a la esposa de Jeremi que por cierto es muy hermosa y por último su padre. - Te presento a mi padre, Maximiliano Cooper. - Es un gusto conocerlo señor Cooper. Hoblo mirando ese gran hombre que ha pesar de la edad se ha conservado muy bien, grande, fuerte y con un carácter imponente El me sonríe con cariño. - Puedes llamarme solo Maximiliano, bienvenida a la familia Celia Alvares... Escuchen todos, esta noche se une dos personas más a la familia espero que los traten como merece. Todos aplauden y eso me emociona y a la vez hace que mi corazón duela de solo pensar que esto es una farsa y muy pronto se acabará. Después de la hermosa bienvenida nos dirigimos al inmenso comedor, me siento junto a Máximo y Angel que no dejaba de hablar con la niña Rossanna. - Perdonen la interrupción. Dice la amable señora que nos recibió y todos volteamos hacía ella. ¿- Que pasa Dania? Pregunta la madre de Máximo. - Es que la señorita... Ella no termina de hablar cuándo la interrumpen. - Buenas noches, lamento haber llegado sin avisar. Dice bajando la cabeza. ¿- Que haces en mi mansión Miller? Se levanta enojada la madre de Máximo. - Perdona madre... - Señora Cooper para tí, la única con derecho a llamarme madre es Celia y mis hijos. Dice señalándome. Carolina me mira con odio, pero sonríe falsamente. -Perdoname... Es la costumbre... No volverá a pasar. Habla con tristeza. ¿- Que haces aquí Miller? No tienes permitido la entrada a esta mansión. Habla el padre de Máximo sin expresión observándola. - Yo... De verdad lamento todo lo que pasó hace años, mi padre me obligó a decir todas esas cosas feas y me sacó del país a la fuerza. Habla llorando como Magdalena. - Mami creo que yo se actuar mejor que ella. Me susurra Angel riéndose, pero lo que él no se dió cuenta es que todos en la mesa escucharon, haciendo que empiecen a reírse. Miro mal a Ángel y este se calla. - No se que pretendes con decir eso Carolina... Pero quiero que te largues. Dice la abuela tomando un poco de su vino.