ESPÍRITU
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ESPÍRITU
MEAD
Trata sobre la persona como objeto para sí, en cuanto estructura social que surge desde la experiencia social,
sus relaciones y las reacciones (actitudes) de la comunidad, internalizando estas últimas a través de la
comunicación significante (posible ésta por el lenguaje) y así hacer la diferencia entre la comunidad, llamado
el “otro generalizado” y la persona, a través del proceso interno diferenciado entre el papel de “yo” y “mi”.
Describe las etapas del desarrollo de la persona, capaz de transformarse en un ente solitaria, pero nunca
concebido como surgido fuera de la experiencia social. Por lo tanto la persona sería una reflejo de la
sociedad-comunidad en la que estaría inserto.
Hace la distinción entre persona sujeto-objeto, afirmando a la persona como un objeto para sí (capacidad que
diferenciaría a los humanos de otros animales), como única forma de acceder a la estructura social. Pone el
ejemplo de que uno nunca es capaz de verse de forma completa el cuerpo, aunque sabe que existe la
espalda, por ejemplo, no la ve, y si o hace no ve su delantera. La persona como objeto sería la única forma de
poder entrar al entramado social porque de esta forma es capaz de tomar conciencia de sí, lo que implicaría
un reconocimiento de uno mismo, capaz de tomar distinto papeles y organizar las reacciones de la comunidad
y las de uno. Proceso parecido al de ser una doble persona, reflejado en los niños a través de sus amigo
imaginarios.
El origen, o primera etapa, estaría dada por la conversación significativa de gestos, es decir, una
conversación con símbolos universales que sean capaces de crear una reacción en el otro y en uno mismo.
La base de todo se basa en una conversación de gestos donde el enunciado de uno produzca una reacción,
una actitud, una respuesta de parte de la comunidad organizada que uno es capaz de internalizar. A través de
la conversación de gestos la comunidad lo modificada a uno y uno, a través de las reacciones organizadas
internalizadas (voy a ser majadera en este punto porque el texto lo recalca mucho) modifica a la comunidad, y
es en esta dinámica constante es que se produce el desarrollo de la persona.
Hay que tomar en cuenta la forma lúdica de los niños en sus juegos precedentes al deporte (se puede
identificar en esto formas de organización temprana que estaría presente en pueblo primitivos, idea muy
evolucionista que termina encasillando a ciertas comunidades como mas avanzadas que otras). El juego
donde el niño juega a ser otro, a ser el policía, el ladrón, etc. Puede ser en conjunto o un solo niño adopta
varias papeles, va así conociendo la sociedad, va internalizando ciertas reacciones necesarias para el
desarrollo. Este es un juego donde adopta el papel que quiera y que puede abandonar en cualquier momento.
Esto no ocurre cuando pasa a la etapa del deporte, pone el ejemplo de un juego de béisbol, donde cada
jugador tiene un papel único y necesario para alcanzar el objetivo planteado, y aunque el niño puede tomar,
eventualmente, cualquier papel, el que se le ha asignado ha sido en función de lo que necesita, de lo que es
capaz de hacer el niño y la comunidad que lo rodea, y no puede abandonarlo en cualquier momento, porque
la meta es también suya. Existe una retroalimentación a través de las conversaciones de gestos, donde el
otro generalizado (en este caso el resto del equipo) “exige” ciertas cosas y el niño responde con símbolo que
van a causar una reacción (el niño debe correr a atrapar la pelota, reacción del otro generalizado, el niño
alcanza la pelota, reacción del niño, y el equipo gana el partido, reacción de la comunidad, que termina
modificando el entorno). El niño adopta las reacciones de la comunidad frente a sí, y también adopta
reacciones de él mismo frente a la comunidad, se vuelve el deporte entonces un ejemplo de cómo se forma la
personalidad organizada.
Cuando la comunidad tiene sus reacciones organizadas y son iguales, se le exige en conjunto ciertas
reacciones al individuo, cuando eso ocurre se forma la institución.
El proceso antes descrito donde el individuo internalizar la reacción de forma organizada de la comunidad y
es capaz a su vez de reaccionar a ésta, se lleva a cabo a través de un “yo” conciente y un “mi” social.
En el ejemplo del deporte, el mi es la reacción de la comunidad que espera que el individuo corra a alcanzar
la pelota, el mi analiza la situación, analiza las consecuencias y la mejor opción, es capaz de adoptar las
series de reacciones de forma organizada de la comunidad, pero no lleva a cabo la reacción, esta es llevada a
cabo por el yo, y a pesar de que el mi sepa lo que se tiene que hacer, y que el yo probablemente haga esto,
nunca se sabe exactamente que va a suceder. El yo viene a hacer la inmediatez del acto, de la reacción, que
puede ser lo que el mi analizo, pero nunca se sabe con certeza que es lo que va a hacer el yo, pueden
presentarse obstáculos en el camino que modifiquen la reacción del yo pero nunca se sabe en el momento,
sólo se conoce lo que hizo el yo cuando ya lo ha realizo, es decir, aunque el yo actúe en tiempo presente,
sólo se sabe lo que hizo una vez ya ocurrido la reacción.
El yo es la base de la experiencia del individuo que se forma a través de ésta, mientras que el mi es que le
presenta el problema. El yo proporciona la sensación de libertad, de novedad, porque recuerdo, ni el mi ni el
yo saben como se va a reaccionar ante la reacción de la comunidad, que le presenta constantes desafíos,
que están adoptadas en una serie de reacciones organizadas internalizadas en el mi.
Los dos, el mi y el yo, trabajan por separado en el proceso pero dependen uno del otro, reaccionan uno al
otro, constituyendo una personalidad tal como aparece en la experiencia social. La persona, como dijimos al
principio, en un proceso, una experiencia social, que es llevada a cabo por estas dos fases distinguibles que
forman la personalidad. Se pueden concluir entonces, que la personalidad no es más que el producto de la
interacción de reacciones organizadas entre la comunidad y la persona, llevadas a cabo por la principal
herramienta que es el lenguaje, entre el problema que le presenta el mi al yo, y la reacción que tiene este
último.
Los animales no tienen lenguajes, por tanto no tendrían responsabilidad a su sociedad (deberes) lo que
implica necesariamente que no tienen derechos. En la práctica significa que uno podría matar a un animal
porque este no tiene derecho. No tiene personalidad capaz de reaccionar ante un problema que se le
presenta. Los objetos inanimados estarían en la misma categoría. Lo que sucede es que la persona le asigna
personalidad al animal al hablarle, por ejemplo, le asigna personalidad al objeto inanimado al enfurecerle con
él (la persona se puede golpear con la silla y la patea), por esto se defiende al animal u objeto inanimado, se
le atribuye una personalidad, que según el planeamiento, no tendría.
La naturaleza, dice el texto, sería distinto, tendría reacciones frente a estímulos, un girasol, por ejemplo, que
se mueve buscando la luz del sol. (tengo que admitir la diferencia de porqué la naturaleza sería distinta no me
quedó claro, pero no es que sea lo más fundamental).
También, y paralelamente a la formación del cuerpo de la persona, existe un desarrollo del espíritu, un
subjetivo dentro del proceso. Recordando el juego de roles del niños en la etapa antes del deporte, cuando el
niño juega a ser policía y empieza a dirigir el tránsito, entonce levanta la mano. Pero cuando el policía de
adulto, en medio de la calle levanta la mano y para el tránsito, la conducta deja de ser un juego para
transformarse en lo “subjetivo” del proceso social. Levantar la mano en realidad no significa nada, sino hasta
que la comunidad le otorga un símbolo (recordando, estímulo cuya reacción se puede anticipar) y le otorga a
una de las instituciones creadas por ella la función de llevarla a cabo. La actitud es válida sólo si existe la
reciprocidad en este “juego” de conversación de gestos. A esta reciprocidad de símbolos significantes es lo
que se conoce como espíritu, todo siempre dentro de la experiencia social .
En el momento, dentro de todo este proceso, cuando la persona ya ha internalizado la actitud social del otro
generalizado y la actitud que debe tomar él como individuo, cuando el individuo se ha reconocido como
persona, tiene conciencia de sí dentro de la comunidad, entonces se ha transformado en una persona
definida.
El hecho de que un grupo de personas se haya formado dentro de las mismas experiencias sociales, que
todas sean reflejo de la comunidad, de las actitudes sociales adoptadas, no significa en ningún momento que
san todas iguales. Cada estructura de la persona representa un punto de vista distinto de abordar las
relaciones sociales, existe una pauta de cada individuo que forma la estructura con la cual reacciona de
manera única ante las actitudes sociales presentadas.
Al tener actitudes distintas van emergiendo distintas necesidades, como la de sobresalir dentro de la
comunidad, siempre con el denominador de que el reconocimiento es parte importante al ser seres surgidos
del proceso social. Cuando las reales posibilidades del yo son insuficientes para cumplir objetivos ocurre el
sentimiento de inferioridad. El sentimiento de superioridad en cambio, se da cuando se reconoce la labor, la
reacción del sujeto en la comunidad, hay que cuidarse sí de vanagloriarse de ésta situación porque podría
suceder el efecto contrario. Un ejemplo, cuando alguien se cae (se saca la mier…) existe una tendencia
inmediata a sorprendernos con lo que acaba de suceder, uno se puede compadecer de la persona (y muchas
veces lo hace) pero estará pensando “por suerte no fui yo”, y la risa afloraría como liberador de la tensión que
nos provoca el tratar de ayudar y “sentir su dolor” sin vanagloriarse del sentimiento de superioridad que
provoca el que la otra persona se haya caído y no uno (este sentimiento no necesariamente se da a niveles
macro, también en cosas pequeñas como la que se acaba de mencionar).
Finalmente (y no los aburro más) la idea de que la persona es un desarrollo, se forma como tal dentro de una
comunidad social, basado en las experiencias sociales que es capaz de desarrollar a través de su
personalidad, definida como los mecanismos del mi y el yo, implica, necesariamente, la existencia de una
sociedad antes que el individuo, en contraste con otras teorías que posicionan a la persona como primero.
Basados en todos los argumentos expuestos, la persona se forma conciencia de sí en contraste con lo que es
capaz de ver, de internalizar sobre las actitudes de los otro.
Saber que soy y quién soy, no olvidar que la forma de llegar a tener conciencia de sí es a través de
visualizarnos como objeto, se va desarrollando a través de la internalización de series de reacciones
universales, en tanto todos lo tienen, de adoptar distintos roles, de hacernos “dobles” (recordar el ejemplo del
amigo imaginario) e ir reaccionando con una conversación de signos significantes y así ir modificando el
entorno (con la reacción del yo) y el entorno va modificando a nosotros (con los problema y límites que nos
impone el mi).