68001-23-33-000-2015-00178-01(4460-16)
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68001-23-33-000-2015-00178-01(4460-16)
FUENTE FORMAL: LEY 1437 DE 2011 – ARTÍCULO 314 / LEY 1437 DE 2011 – ARTÍCULO
316 / LEY 1564 DE 2012 – ARTÍCULO 365 / LEY 1564 DE 2012 – ARTÍCULO 366
Los procesos declarativos o de conocimiento son aquellos que a partir de la teoría general se
estructuran para ventilar las controversias sobre derechos inciertos, discutibles y frente a los
cuales no hay certeza de su incorporación al patrimonio de la parte que los reclama. Por ello,
la sentencia del juez que resuelve el asunto, declara que el actor es su titular y que debe
percibirlos y reclamarlos al demandado, constituyendo el justo título para su existencia en el
ordenamiento jurídico. En este aspecto, es importante mencionar que la mayor parte del
ejercicio de derecho de acción que permite nuestro ordenamiento adjetivo, se erige sobre el
principio dispositivo, según el cual, corresponde a las partes la iniciativa e impulso de los actos
procesales que son trascendentes para el proceso.
NOTA DE RELATORÍA: Sobre el alcance del principio dispositivo, ver: Corte constitucional,
sentencia de tutela T-233 de 2005.
CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN SEGUNDA
SUBSECCIÓN B
Auto Interlocutorio.-
3. Por tal razón, encontrándose el proceso para dictar sentencia que desate la apelación
interpuesta, para la Sala es necesario entrar a dilucidar la procedencia del desistimiento.
I. ANTECEDENTES:
4. El señor Jorge Alfonso Montero Castro, por medio de apoderado especial presentó
demanda en ejercicio del medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho contra
U.G.P.P., con el fin que se declarara la nulidad del acto presunto negativo resultado del
silencio de la demanda frente a la petición por él impetrada el 27 de agosto de 2014,
encaminada a la reliquidación de su pensión de jubilación, reconocida con la Ley 33 de 1985.
1
Folio 181
9. Inconforme con dicha decisión, la demandada UGPP, interpuso recurso de apelación,
pidiendo la revocatoria de la sentencia de primera instancia para en su lugar negar las
pretensiones, al considerar que el a quo no tuvo en cuenta que la transición de la Ley 100 de
1993 no incluye el ingreso base de liquidación, tal como ha sido definido y sentado por la
jurisprudencia constitucional en las sentencias C-258 de 2013 y SU-230 de 2015.
10. Sostuvo también, que toda pensión debe acompasarse al principio de sostenibilidad
financiera del sistema, según el cual, solo pueden ser liquidadas a partir de los factores
efectivamente cotizados, que en vigencia de la Ley 100 de 1993, no son otros a los enlistados
de manera taxativa en el Decreto 1158 de 1994.
11. Posteriormente, el a quo citó a las partes a la audiencia de conciliación de que trata el
artículo 192 del CPACA, que se llevó a cabo el 15 de septiembre de 2016 a las 2:30 pm., la
cual se declaró fallida y fue concedido el recurso de apelación interpuesto por la accionada.
12. Por medio de auto de 26 de octubre de 2016, la Sección Segunda, Subsección B de esta
Corporación admitió el recurso de apelación al estimar que se cumplieron los requisitos
previstos en el artículo 247 de la Ley 1437 de 2011.
13. A través de proveído del 1º de marzo de 2017, se corrió traslado para alegar de
conclusión, oportunidad en donde las parte guardaron silencio, y el Ministerio Público se
abstuvo de emitir concepto.
II. CONSIDERACIONES
Cuestión previa
Problema Jurídico
17. Para resolverlo, la Sala acudirá a las fuentes formales que regulan la figura del
desistimiento para extraer sus características, condiciones y requisitos puntuales de
procedencia, también la visión que sobre este particular tiene la doctrina y la jurisprudencia,
para finalmente abordar el caso concreto.
19. Como se sabe, los procesos declarativos o de conocimiento son aquellos que a partir de la
teoría general se estructuran para ventilar las controversias sobre derechos inciertos,
discutibles y frente a los cuales no hay certeza de su incorporación al patrimonio de la parte
que los reclama. Por ello, la sentencia del juez que resuelve el asunto, declara que el actor es
su titular y que debe percibirlos y reclamarlos al demandado, constituyendo el justo título para
su existencia en el ordenamiento jurídico.
20. En este aspecto, es importante mencionar que la mayor parte del ejercicio de derecho de
acción que permite nuestro ordenamiento adjetivo, se erige sobre el principio dispositivo,
según el cual, corresponde a las partes la iniciativa e impulso de los actos procesales que son
trascendentes para el proceso.
21. La Corte Constitucional, reflexionando sobre tal principio y haciendo alusión a los actos
procesales que lo evidencian ha manifestado en sede de tutela2:
«Tiene ello que ver con el mismo principio del artículo 2º del Código de
Procedimiento Civil y con lo que son manifestaciones del principio dispositivo
que permanecen vigentes en nuestro ordenamiento y para estos procesos.
¿Cuáles son los actos procesales que para las partes conforman tales
manifestaciones del principio dispositivo? Sin duda alguna, y así lo prevé el
artículo ya varias veces citado, les corresponde a éstas trabar el proceso,
presentar las demandas, pues sólo por excepción es procedente el proceso
civil de oficio; de igual manera están llamadas a efectuar los actos procesales
que el Código señala como responsabilidad suya: interponer recursos, aportar
las pruebas que consideren pertinentes, etc. Así las cosas, es necesario
indicar que en relación con la condena en concreto, el inciso primero del
artículo 308 del Código de Procedimiento Civil prevé una actuación especial
que debe surtirse cuando el juez, aún a pesar de estar llamado por la Ley a
hacerlo, omite efectuar la condena en concreto. Es claro para esta Sala que la
conducta que debió desplegar la parte demandante ante la decisión del
Tribunal que demanda, consistía en acogerse a lo que dispone la norma
transcrita, y solicitar, dentro del término de ejecutoria de la sentencia, la
adición de la condena en concreto. Ahora, en adición debe considerarse que
esta Corte ha reconocido el efecto de lo que la doctrina ha llamado las cargas
procesales. Así, la Corporación ha reiterado la concepción según la cual tales
cargas se definen como aquellas situaciones instituidas por la ley en relación
con el proceso que comportan o demandan una conducta de realización
facultativa, normalmente establecida en interés del propio sujeto a quien se le
impone la carga. Las cargas procesales se caracterizan porque el sujeto
conserva la facultad de cumplirlas o no. De allí que haya sido del parecer de
esta Corporación que su incumplimiento acarrea de suyo consecuencias
negativas para quien las incumple, las cuales pueden ir desde la preclusión de
una oportunidad o un derecho procesal hasta la pérdida del derecho material.
Tales consecuencias habrá de soportarlas quien no cumplió la carga procesal,
pues ésta es, como ya se dijo y se reitera, una facultad de la parte procesal.»
22. En tal virtud, es conveniente reiterar el carácter dispositivo del proceso por regla general, a
partir del cual, incumbe a las partes su impulso y ejercer la iniciativa de los principales actos
procesales de cara a la producción de los efectos perseguidos. Es así, que el artículo 8.º del
CGP prescribe que el proceso solo podrá iniciarse a petición de parte, y que así mismo, le
corresponde a cada una probar el supuesto de hecho que consagran las normas cuyos efectos
se persiguen desde la posición que detenten en el juicio al instituirse la carga probatoria en el
artículo 167 ibídem.
23. Claro lo anterior, se tiene que el desistimiento no se encuentra regulado en la Ley 1437 de
2011, Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, por lo que
en uso de la remisión contenida en la disposición 306 de este estatuto, serán aplicables las
normas del Código General del Proceso, en cuyo artículo 314 se establece así:
[…]»
24. Por su parte la jurisprudencia de esta Corporación, en lo que tiene que ver con el
desistimiento de las pretensiones ha señalado3 -se resalta-:
25. De igual manera, es del caso expresar que el anterior razonamiento ha sido reiterado de
manera más reciente, a través de auto del 8 de mayo de 2017, C.P. Jaime Orlando Santofimio
Gamboa4 del siguiente modo:
3
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Rad.05001-23-31-000-
2003-02753-01(AP). C.P. Ramiro Saavedra Becerra.
4
Sentencia del Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección
C, 8 de mayo de 2017, C.P. Jaime Orlando Santofimio Gamboa. Radicación No. 25000-23-26-000-2007-
00724-01(49923).
desinterés en la ejecución de tal actuación o lo que es lo mismo la
dejación sin efectos jurídicos del acto, por vía del acto del desistimiento 5.
En este sentido el artículo 314 del Código General del Proceso, que se ocupa
del desistimiento de las pretensiones, señalando que i) en cuanto a la
oportunidad del ejercicio de tal figura podrá tener lugar “mientras no se
haya pronunciado sentencia que ponga fin al proceso.” ;ii) respecto de
sus efectos, señala que tal acto produce la “renuncia de las pretensiones
de la demanda”, advirtiendo que el auto que reconozca en sentido
favorable una petición de tal naturaleza producirá los mismos efectos de
la sentencia que se hubiere proferido, lo que implica, entonces, que
adquiere fuerza de cosa juzgada sin que, posteriormente, sea posible
adelantar un nuevo litigio sobre la base de los mismos hechos y
pretensiones, iii) a su vez, comprende que si el desistimiento no se refiere
a la totalidad de las pretensiones, o si sólo proviene de alguno de los
demandantes, el proceso continuará respecto de las pretensiones y
personas no comprendidas en él y, por último, iv) el acto de desistimiento
es unilateral, de manera que para que este se configure basta la
manifestación de la voluntad de la parte accionante, así como también la
norma exige que éste sea incondicional, salvo acuerdo en contrario de las
partes.
26. Desde otra orilla, para la doctrina la figura del desistimiento se trata de una modalidad de
terminación anticipada del proceso por la disposición del derecho discutido, inclinándose a su
renuncia de parte de quien lo reclama, cuyo límite es el finiquito del juicio, esto es, la firmeza
de la decisión que así lo disponga, tal como lo expone el profesor Hernán Fabio López en su
libro de “Código General del Proceso”7 así:
28. De acuerdo con lo anterior, es facultad de la parte demandante desistir de las pretensiones
de manera total o parcial, siempre que no hubiere pronunciamiento que ponga fin al proceso,
conllevando la renuncia de las súplicas en todos aquellos casos en que la firmeza de la
sentencia absolutoria haya producido efectos de cosa juzgada.
[…]
Ciertamente, tanto como puede suceder durante el trámite de las instancias, e
incluso mientras se surte la revisión ante la respectiva Sala de esta
corporación[5], cuando ocurren hechos a partir de los cuales el accionante en
tutela depone su aspiración, sea espontáneamente o porque obtiene una
satisfacción del derecho que reclamaba mediante la acción constitucional,
desaparece la razón de ser de la demanda de amparo y no tiene justificación
alguna que el juez constitucional insista en pronunciarse, ya que en tal
escenario su decisión no contribuye a la protección de los derechos invocados,
que ya no se requiere, pudiendo incluso constituir un elemento inoportuno o
perturbador de la situación ya superada. » (Subrayas y negrilla fuera de texto
original) 8
31. Es de relievar, que la Corte Constitucional establece claramente las instancias del trámite
de tutela como escenario propicio para que tenga cabida el desistimiento de las pretensiones,
entendiendo además que la revisión eventual es completamente ajena a ellas, pues al tratarse
de la etapa procesal donde se prepondera el interés general que regenta dicha Corporación al
interpretar la Constitución Política en la definición de asuntos que atañen a derechos
fundamentales, y por tanto resulta improcedente en este espacio.
«La norma que se deja expuesta permite destacar las siguientes características:
[…]»
33. Es plausible concluir a partir de una lectura tranquila y desprevenida del ya mencionado
artículo 314 del CGP, que el desistimiento procede siempre que no se hubiere proferido
sentencia que ponga fin al proceso, entendiendo ésta oportunidad aún en la segunda instancia
cualquiera sea su origen, porque justamente el derecho discutido aún está en controversia por
encontrarse pendiente de resolver las inconformidades del apelante.
34. Por tal razón, esta Sala no puede perder de vista que el carácter dispositivo merodea a lo
largo de todo el proceso, el cual conforme a la ley, podrá tener vocación de una o de dos
instancias y siempre girará en torno a discutir el contenido de la pretensión como también los
argumentos puntuales que la controvierten. De ahí que, en derecho las cosas se deshacen
como se hacen, y en tal sentido, si el proceso solo puede iniciarse a petición de parte, también
podrá corresponderle a ésta su terminación anticipada, cuando medie su voluntad inequívoca
pura y simple.
9
Auto de la Corte Constitucional A 163-11, 21 de julio de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio
Expediente T-2270723.
10
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Rad.05001-23-31-000-
2003-02753-01(AP). C.P. Ramiro Saavedra Becerra.
35. Entonces, el proceso constituye el escenario procesal compuesto por diversas etapas que
cohesionadas la una con la otra permite la resolución de un conflicto regulado por normas
coercitivas de parte de una autoridad investida de jurisdicción, que de acuerdo con lo
dispuesto en la ley adjetiva, incorporará a un solo juez11, o podrá propiciar la revisión de su
decisión12.
37. Siendo así, se reafirma que el desistimiento está limitado a la expedición de la sentencia
que ponga fin al proceso, oportunidad que debe ser entendida a aquella en que se resuelve
definitivamente todos los aspectos pendientes de manera que no quede escenario procesal
para discutir el contenido del derecho pretendido; pues una vez producida aquella por el juez
competente, cesa la disposición del derecho de la parte que lo invocó y la posibilidad de
resolverlo desde su voluntad.
38. Pues bien, para la Sala el desistimiento es un acto procesal atribuible a la parte
demandante de carácter eminentemente volitivo, en donde a partir de la autonomía de su
voluntad renuncia en forma expresa a la pretensión enmarcada en la acción ejercida, que al
producirse dentro del proceso y considerarse en el plano sustantivo es decir alrededor del
derecho perseguido, tiene efectos de cosa juzgada en los términos que los hubiere producido
la sentencia absolutoria.
39. De otro lado, el artículo 315 del CGP, señala las personas que no pueden desistir, dentro
de las cuales se encuentran los apoderados que carezcan de facultad expresa para ello, y por
su parte, el canon 316 ibídem indica que cuando se acepte el desistimiento se condenará en
costas a quien desistió, sin embargo el juez podrá abstenerse de hacerlo en determinados
casos.
40.1 Se trata de una facultad del demandante, y podrá hacer uso de ella mientras el
juez competente no hubiere proferido sentencia que ponga fin al proceso,
oportunidad que se extiende a la segunda instancia porque en ella aún no está en
firme la decisión de fondo.
40.4 Requiere de aceptación por parte del juez de conocimiento y hace tránsito a cosa
juzgada material.
40.5 Desde el plano sustancial, es la disposición del derecho discutido por la renuncia
de la pretensión, produciendo los mismos efectos de la sentencia absolutoria.
40.6 Se extiende a otro tipo de actos procesales como recursos interpuestos, incidentes
promovidos, pruebas pedidas, al evidenciar el carácter dispositivo del proceso que
merodea en todas sus etapas.
Caso concreto
43. De este modo, la Sala considera que el propósito del desistimiento coincide con el del acto
procesal que mantiene viva la segunda instancia, siendo viable en la medida que apuntan al
mismo objetivo, además de ser oportuno debido a que la sentencia que pone fin al proceso
aún no se encuentra ejecutoriada.
44. Dicho de otra manera, si bien la segunda instancia en la que se halla el proceso depende
de quién apeló, en este caso particular, el enfoque es distinto, pues se trata de la ejecución de
un acto procesal de un sujeto ajeno a la instancia, pero que a pesar de ello encuentra afinidad
con el propósito de la alzada, esto es, procurar efectos de una sentencia absolutoria.
45. En este orden, y de cara a la verificación de los requisitos formales, la Sala encuentra que
la apoderada de la parte actora está expresamente facultada para desistir, puesto que el
poder allegado14 así lo establece. También que la manifestación de desistimiento proviene
únicamente desde el extremo activo de la litis, sin que se observen circunstancias o hechos
que supongan coacción o algún tipo de violencia alrededor de la voluntad o consentimiento
expresado.
46. Ello es importante, porque permite reiterar que una de las características del desistimiento
es la de motivar el pronunciamiento del juez que lo acepta para que produzca efectos de cosa
juzgada material en las mismas condiciones como si se tratara de una sentencia absolutoria, y
en ese sentido encuentra sustento el carácter voluntario de intentar la consecución del
derecho por estimar cumplir los requisitos de ley, pero así mismo dimitir cuando las
circunstancias fácticas permitan suponer lo contrario, o cuando la simple voluntad del titular del
derecho así lo disponga.
47. Es igualmente pertinente reseñar que la Sala Plena de lo Contencioso Administrativo del
Consejo de Estado, en la sentencia de unificación de 28 de agosto de 2018 exp. 4403-13,
constituye un precedente vinculante y obligatorio en la resolución de casos fáctica y
jurídicamente iguales15, relacionados con el IBL pensional de quienes gozan de pensión de Ley
33 de 1985, por ser beneficiarios del régimen de transición de la Ley 100 de 1993; precisó que
se aplicaría con efectos retrospectivos “[…] a todos los casos pendientes de solución tanto en
vía administrativa como en vía judicial a través de acciones ordinarias; salvo los casos en los
que ha operado la cosa juzgada que, en virtud del principio de seguridad jurídica, resultan
inmodificables”.
48. La regla y subreglas sobre el IBL en el régimen de transición, fijadas por la mencionada
sentencia fueron:
REGLA: «El Ingreso Base de Liquidación del inciso tercero del artículo 36
de la Ley 100 de 1993 hace parte del régimen de transición para aquellas
personas beneficiarias del mismo que se pensionen con los requisitos de
edad, tiempo y tasa de reemplazo del régimen general de pensiones
previsto en la Ley 33 de 1985».
14
Folio 1.
15
La Corte Constitucional en sentencia C-816 de 2011 en la que estudió la constitucionalidad del
artículo 102 de la Ley 1437 de 2011, sobre la fuerza vinculante de la jurisprudencia del Consejo de
Estado, precisó: “[…] sólo a la jurisprudencia de las altas corporaciones judiciales, en cuanto órganos de
cierre de las jurisdicciones - constitucional, ordinaria, contenciosa administrativa y jurisdiccional
disciplinaria-, se le asigna fuerza vinculante; y en virtud de ella, las autoridades judiciales deben acudir
al precedente jurisprudencial para la solución de casos fáctica y jurídicamente iguales. Pero dicha
limitación de la potestad interpretativa de jueces y magistrados no conduce a la negación completa del
margen de autonomía e independencia que la Constitución les reconoce en el ejercicio de su función
judicial. Por eso, como lo ha precisado la jurisprudencia de la Corte Constitucional, las autoridades
judiciales cuentan con la facultad de abstenerse de aplicar el precedente judicial emanado de las cortes
jurisdiccionales de cierre, previo cumplimiento de determinadas condiciones […]”.
- Si faltare menos de diez (10) años para adquirir el derecho a la pensión, el
ingreso base de liquidación será (i) el promedio de lo devengado en el tiempo
que les hiciere falta para ello, o (ii) el cotizado durante todo el tiempo, el que
fuere superior, actualizado anualmente con base en la variación del Índice de
Precios al consumidor, según certificación que expida el DANE.
- Si faltare más de diez (10) años, el ingreso base de liquidación será el promedio
de los salarios o rentas sobre los cuales ha cotizado el afiliado durante los diez
(10) años anteriores al reconocimiento de la pensión, actualizados anualmente
con base en la variación del índice de precios al consumidor, según certificación
que expida el DANE.[…]»
49. De este modo, aunque el escrito de desistimiento no fue explícito en las razones que lo
motivaron, para esta Sala, el momento de expedición de la sentencia de la Sala Plena y los
efectos que dispuso, suponen que el cambio de la posición jurisprudencia fue su causa.
51. En este espacio, la Sala resolverá si dicha aceptación conlleva a una condena en costas
contra la parte que desistió, tal como lo prevé el artículo 316 inciso 3º o si se abstiene de
hacerlo considerando:
52. El escenario del presente juicio, en principio no se encuadra con los casos descritos en la
norma antes mencionada; razón por la cual, y considerando que esta Sala en lo relacionado
con las costas tiene un criterio subjetivo que también consulta la causación, debe acudirse a
los artículos 365 y 366, que establecen:
(…)
53. En atención a dichas reglas, la Sala, una vez analizada la actuación procesal y las pruebas
que fueron aportadas al plenario, no encuentra ninguna evidencia de causación de costas o de
expensas, motivando entonces que por esta decisión no haya condena en contra de la parte
que desistió.
54. Finalmente habrá de manifestar la Sala, que la ejecutoria del auto que acepta el
desistimiento implica la conclusión de la segunda instancia como si se tratara de un fallo
absolutorio.
En mérito de lo expuesto, la subsección B de la Sección Segunda del Consejo de Estado;
RESUELVE: