68001-23-33-000-2015-00178-01(4460-16)

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 12

DESISTIMIENTO DE LAS PRETENSIONES DE LA DEMANDA EN EL CURSO DE LA

SEGUNDA INSTANCIA – Procedencia / DESISTIMIENTO DE LAS PRETENSIONES –


Alcance / DESISTIMIENTO DE LAS PRETENSIONES – Produce efectos de cosa juzgada /
CONDENA EN COSTAS POR DESISTIMIENTO DE LAS PRETENSIONES DE LA
DEMANDA – Procedencia.

El desistimiento implica la renuncia a las pretensiones en todos aquellos casos en que la


firmeza de la sentencia absolutoria habría producido efectos de cosa juzgada, y en este
sentido adquiere importancia el recurso interpuesto con el que se pretende la revocatoria del
fallo de primera instancia y en lugar se nieguen las pretensiones de la demanda, considerando
que quien apeló fue el demandado. De este modo, la Sala considera que el propósito del
desistimiento coincide con el del acto procesal que mantiene viva la segunda instancia, siendo
viable en la medida que apuntan al mismo objetivo, además de ser oportuno debido a que la
sentencia que pone fin al proceso aún no se encuentra ejecutoriada. (…). El desistimiento
comprenderá la renuncia a las pretensiones de la demanda, produciendo efectos de cosa
juzgada como si se tratara de una sentencia absolutoria, entendiendo así que pese al fallo
estimatorio de instancia, los cargos de la nulidad invocada no prosperaron, no asistiéndole
derecho alguno a la parte actora para la reliquidación de su pensión de jubilación. En otros
términos, el efecto de la aceptación del desistimiento es igual al producido si se hubieren
negado las pretensiones de la demanda; razón por la cual, al adquirir firmeza el presente auto,
no tendrá efecto alguno la sentencia apelada, esto es, la del 20 de mayo de 2016 proferida por
el Tribunal Administrativo de Santander. (…). La Sala, una vez analizada la actuación procesal
y las pruebas que fueron aportadas al plenario, no encuentra ninguna evidencia de causación
de costas o de expensas, motivando entonces que por esta decisión no haya condena en
contra de la parte que desistió.

FUENTE FORMAL: LEY 1437 DE 2011 – ARTÍCULO 314 / LEY 1437 DE 2011 – ARTÍCULO
316 / LEY 1564 DE 2012 – ARTÍCULO 365 / LEY 1564 DE 2012 – ARTÍCULO 366

NOTA DE RELATORÍA: Sobre el desistimiento de las pretensiones de la demanda, ver:


Consejo de Estado, Sección Tercera, auto de 8 de mayo de 2017, radicación: 49923, C.P.:
Jaime Orlando Santofimio Gamboa.

PROCESO DECLARATIVO O DE CONOCIMIENTO – Objeto / PRINCIPIO DISPOSITIVO –


Alcance

Los procesos declarativos o de conocimiento son aquellos que a partir de la teoría general se
estructuran para ventilar las controversias sobre derechos inciertos, discutibles y frente a los
cuales no hay certeza de su incorporación al patrimonio de la parte que los reclama. Por ello,
la sentencia del juez que resuelve el asunto, declara que el actor es su titular y que debe
percibirlos y reclamarlos al demandado, constituyendo el justo título para su existencia en el
ordenamiento jurídico. En este aspecto, es importante mencionar que la mayor parte del
ejercicio de derecho de acción que permite nuestro ordenamiento adjetivo, se erige sobre el
principio dispositivo, según el cual, corresponde a las partes la iniciativa e impulso de los actos
procesales que son trascendentes para el proceso.

NOTA DE RELATORÍA: Sobre el alcance del principio dispositivo, ver: Corte constitucional,
sentencia de tutela T-233 de 2005.

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN SEGUNDA

SUBSECCIÓN B

Consejera ponente: SANDRA LISSET IBARRA VÉLEZ

Bogotá D.C., catorce (14) de marzo de dos mil diecinueve (2019).

Radicación número: 68001-23-33-000-2015-00178-01(4460-16)


Actor: JORGE ALFONSO MONTERO CASTRO

Demandado: UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL DE GESTIÓN PENSIONAL Y


CONTRIBUCIONES PARAFISCALES DE LA PROTECCIÓN SOCIAL-U.G.P.P

Asunto: Desistimiento de las pretensiones en trámite de recurso de apelación con


fallo estimatorio

Auto Interlocutorio.-

1. Ha venido el proceso de la referencia con el informe de la Secretaría de la Sección


Segunda1 de 9 de junio de 2017, para resolver el recurso de apelación interpuesto por la parte
demandada contra la sentencia proferida el 20 de mayo de 2016 por el Tribunal Administrativo
de Santander que accedió a las pretensiones de la demanda, encaminadas a la reliquidación
de la pensión de jubilación del demandante.

2. No obstante, a folio 199 del expediente, la parte demandante a través de su apoderado


especial, expresamente manifiesta: «… que presentó DESISTIMIENTO de las pretensiones,
condicionado a la no condena en costas, en los términos previstos en el (sic) Artículos 314 y
316 del C.G.P., aplicables al procedimiento contencioso administrativo por remisión expresa
del Artículo 188 del CPACA.»

3. Por tal razón, encontrándose el proceso para dictar sentencia que desate la apelación
interpuesta, para la Sala es necesario entrar a dilucidar la procedencia del desistimiento.

I. ANTECEDENTES:

4. El señor Jorge Alfonso Montero Castro, por medio de apoderado especial presentó
demanda en ejercicio del medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho contra
U.G.P.P., con el fin que se declarara la nulidad del acto presunto negativo resultado del
silencio de la demanda frente a la petición por él impetrada el 27 de agosto de 2014,
encaminada a la reliquidación de su pensión de jubilación, reconocida con la Ley 33 de 1985.

5. A título de restablecimiento del derecho, el demandante solicitó la reliquidación de su


pensión de jubilación con el 75% del promedio de lo devengado durante el último año de
servicio, incluyendo la totalidad de factores de salario, y que se le paguen las diferencias
causadas entre lo reconocido y lo resultante de la reliquidación, sumas que deberán ser
indexadas a valor presente, computándose los intereses moratorios respectivos.

1.2 Actuación Procesal.-

6. después de agotar el trámite del proceso ordinario previsto en el CPACA, El Tribunal


Administrativo de Santander mediante sentencia del 20 de mayo de 2016, accedió a las
pretensiones de la demanda y condenó en costas a la parte demandada.
7. Para decidir así fijó como problema jurídico, si el demandante como beneficiario del régimen
de transición y pensionado conforme a la Ley 33 de 1985, tenía derecho a que su pensión se
reliquidara con la totalidad de factores salariales devengados en el último año de servicio; ante
lo cual sostuvo desde el principio de favorabilidad y con la perspectiva de la sentencia de
unificación del 4 de agosto de 2010, exp. 0112-09 de la sección segunda del Consejo de
Estado, que debe existir una relación entre lo devengado como retribución del trabajo y la base
de liquidación pensional, siendo importante el concepto de salario para definirla, y descartar
así su naturaleza taxativa.

8. De este modo, concluyó en la ilegalidad del acto acusado, y ordenó la reliquidación de la


pensión del actor con el 75% de lo devengado durante el último año de servicio, esto es, entre
el 27 de noviembre de 2002 al 26 de noviembre de 2003, incluyendo todos los factores de
salario, y ordenando la deducción por aportes de los nuevos factores.

1
Folio 181
9. Inconforme con dicha decisión, la demandada UGPP, interpuso recurso de apelación,
pidiendo la revocatoria de la sentencia de primera instancia para en su lugar negar las
pretensiones, al considerar que el a quo no tuvo en cuenta que la transición de la Ley 100 de
1993 no incluye el ingreso base de liquidación, tal como ha sido definido y sentado por la
jurisprudencia constitucional en las sentencias C-258 de 2013 y SU-230 de 2015.

10. Sostuvo también, que toda pensión debe acompasarse al principio de sostenibilidad
financiera del sistema, según el cual, solo pueden ser liquidadas a partir de los factores
efectivamente cotizados, que en vigencia de la Ley 100 de 1993, no son otros a los enlistados
de manera taxativa en el Decreto 1158 de 1994.

11. Posteriormente, el a quo citó a las partes a la audiencia de conciliación de que trata el
artículo 192 del CPACA, que se llevó a cabo el 15 de septiembre de 2016 a las 2:30 pm., la
cual se declaró fallida y fue concedido el recurso de apelación interpuesto por la accionada.

12. Por medio de auto de 26 de octubre de 2016, la Sección Segunda, Subsección B de esta
Corporación admitió el recurso de apelación al estimar que se cumplieron los requisitos
previstos en el artículo 247 de la Ley 1437 de 2011.

13. A través de proveído del 1º de marzo de 2017, se corrió traslado para alegar de
conclusión, oportunidad en donde las parte guardaron silencio, y el Ministerio Público se
abstuvo de emitir concepto.

14. A través de memorial recepcionado el 13 de febrero de 2019 por esta Corporación, la


apoderada de la parte demandante, doctora Maria Fabiola Aponte Carvajal, presentó
escrito de desistimiento de la demanda.

II. CONSIDERACIONES

Cuestión previa

15. Encontrándose el expediente para fallo de segunda instancia, se observa que se ha


presentado escrito de desistimiento de la demanda, manifestación de la parte del demandante,
a quien le favorece la decisión apelada, por lo que encuentra la Sala que deberá resolverse
este particular, que se traduce en el siguiente;

Problema Jurídico

16. Determinar si es procedente el desistimiento de la demanda cuando ha sido proferida


sentencia que acoge las pretensiones, y contra ella se interpone apelación por el demandado
subsistiendo la segunda instancia para éste propósito.

17. Para resolverlo, la Sala acudirá a las fuentes formales que regulan la figura del
desistimiento para extraer sus características, condiciones y requisitos puntuales de
procedencia, también la visión que sobre este particular tiene la doctrina y la jurisprudencia,
para finalmente abordar el caso concreto.

Contexto de la figura del desistimiento.

18. Antes de adentrarnos al análisis del desistimiento y de su regulación normativa, para la


Sala es de suma importancia iniciar la consideración con el principio dispositivo que permea el
ejercicio del derecho de acción y la activación del proceso.

19. Como se sabe, los procesos declarativos o de conocimiento son aquellos que a partir de la
teoría general se estructuran para ventilar las controversias sobre derechos inciertos,
discutibles y frente a los cuales no hay certeza de su incorporación al patrimonio de la parte
que los reclama. Por ello, la sentencia del juez que resuelve el asunto, declara que el actor es
su titular y que debe percibirlos y reclamarlos al demandado, constituyendo el justo título para
su existencia en el ordenamiento jurídico.

20. En este aspecto, es importante mencionar que la mayor parte del ejercicio de derecho de
acción que permite nuestro ordenamiento adjetivo, se erige sobre el principio dispositivo,
según el cual, corresponde a las partes la iniciativa e impulso de los actos procesales que son
trascendentes para el proceso.

21. La Corte Constitucional, reflexionando sobre tal principio y haciendo alusión a los actos
procesales que lo evidencian ha manifestado en sede de tutela2:

«Tiene ello que ver con el mismo principio del artículo 2º del Código de
Procedimiento Civil y con lo que son manifestaciones del principio dispositivo
que permanecen vigentes en nuestro ordenamiento y para estos procesos.
¿Cuáles son los actos procesales que para las partes conforman tales
manifestaciones del principio dispositivo? Sin duda alguna, y así lo prevé el
artículo ya varias veces citado, les corresponde a éstas trabar el proceso,
presentar las demandas, pues sólo por excepción es procedente el proceso
civil de oficio; de igual manera están llamadas a efectuar los actos procesales
que el Código señala como responsabilidad suya: interponer recursos, aportar
las pruebas que consideren pertinentes, etc. Así las cosas, es necesario
indicar que en relación con la condena en concreto, el inciso primero del
artículo 308 del Código de Procedimiento Civil prevé una actuación especial
que debe surtirse cuando el juez, aún a pesar de estar llamado por la Ley a
hacerlo, omite efectuar la condena en concreto. Es claro para esta Sala que la
conducta que debió desplegar la parte demandante ante la decisión del
Tribunal que demanda, consistía en acogerse a lo que dispone la norma
transcrita, y solicitar, dentro del término de ejecutoria de la sentencia, la
adición de la condena en concreto. Ahora, en adición debe considerarse que
esta Corte ha reconocido el efecto de lo que la doctrina ha llamado las cargas
procesales. Así, la Corporación ha reiterado la concepción según la cual tales
cargas se definen como aquellas situaciones instituidas por la ley en relación
con el proceso que comportan o demandan una conducta de realización
facultativa, normalmente establecida en interés del propio sujeto a quien se le
impone la carga. Las cargas procesales se caracterizan porque el sujeto
conserva la facultad de cumplirlas o no. De allí que haya sido del parecer de
esta Corporación que su incumplimiento acarrea de suyo consecuencias
negativas para quien las incumple, las cuales pueden ir desde la preclusión de
una oportunidad o un derecho procesal hasta la pérdida del derecho material.
Tales consecuencias habrá de soportarlas quien no cumplió la carga procesal,
pues ésta es, como ya se dijo y se reitera, una facultad de la parte procesal.»

22. En tal virtud, es conveniente reiterar el carácter dispositivo del proceso por regla general, a
partir del cual, incumbe a las partes su impulso y ejercer la iniciativa de los principales actos
procesales de cara a la producción de los efectos perseguidos. Es así, que el artículo 8.º del
CGP prescribe que el proceso solo podrá iniciarse a petición de parte, y que así mismo, le
corresponde a cada una probar el supuesto de hecho que consagran las normas cuyos efectos
se persiguen desde la posición que detenten en el juicio al instituirse la carga probatoria en el
artículo 167 ibídem.

23. Claro lo anterior, se tiene que el desistimiento no se encuentra regulado en la Ley 1437 de
2011, Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, por lo que
en uso de la remisión contenida en la disposición 306 de este estatuto, serán aplicables las
normas del Código General del Proceso, en cuyo artículo 314 se establece así:

«ARTÍCULO 314. DESISTIMIENTO DE LAS PRETENSIONES. El demandante


podrá desistir de las pretensiones mientras no se haya pronunciado sentencia
que ponga fin al proceso. Cuando el desistimiento se presente ante el superior
por haberse interpuesto por el demandante apelación de la sentencia o
casación, se entenderá que comprende el del recurso.

El desistimiento implica la renuncia de las pretensiones de la demanda en todos


aquellos casos en que la firmeza de la sentencia absolutoria habría producido
efectos de cosa juzgada. El auto que acepte el desistimiento producirá los
mismos efectos de aquella sentencia.

Si el desistimiento no se refiere a la totalidad de las pretensiones, o si sólo


proviene de alguno de los demandantes, el proceso continuará respecto de las
pretensiones y personas no comprendidas en él.
2
Sentencia T-233-05.
[…]
El desistimiento debe ser incondicional, salvo acuerdo de las partes, y sólo
perjudica a la persona que lo hace y a sus causahabientes.
El desistimiento de la demanda principal no impide el trámite de la
reconvención, que continuará ante el mismo juez cualquiera que fuere su
cuantía.

Cuando el demandante sea la Nación, un departamento o municipio, el


desistimiento deberá estar suscrito por el apoderado judicial y por el
representante del Gobierno Nacional, el gobernador o el alcalde respectivo.

[…]»

24. Por su parte la jurisprudencia de esta Corporación, en lo que tiene que ver con el
desistimiento de las pretensiones ha señalado3 -se resalta-:

«Dentro del sistema procesal colombiano, la figura del desistimiento reviste


diversos enfoques y posibilidades, pero sólo constituye forma anticipada de
terminación del proceso, cuando lo que se retira son las pretensiones de la
demanda en su totalidad, ya que cuando se desiste de un recurso o incidente para
nada afecta el curso normal del proceso que sigue hasta proferir sentencia, en
cambio, como terminación del proceso implica renuncia integral a las pretensiones de
la demanda y tiene la virtualidad de extinguir el proceso y el derecho, puesto que su
aceptación tiene los mismos efectos de una sentencia absolutoria.
El artículo 342 del C. de P.C. prevé que el desistimiento implica la renuncia a todas
las pretensiones de la demanda en todos aquellos casos en que la firmeza de la
sentencia absolutoria habría producido efectos de cosa juzgada. El auto que acepte el
desistimiento producirá los mismos efectos de aquella sentencia.
La norma que se deja expuesta permite destacar las siguientes características:
• El demandante podrá desistir de la demanda mientras no se haya pronunciado
la sentencia que ponga fin al proceso. Como se ve, el desistimiento podrá
solicitarse aún durante el trámite de la segunda instancia, es unilateral, basta
que lo presente la parte demandante, salvo taxativas excepciones legales.
• Es incondicional, salvo acuerdo entre las partes.
• Implica renuncia a todas las pretensiones de la demanda y por ende se
extingue el derecho pretendido independientemente de que exista o no.
• El auto que lo admite tiene los mismos efectos que hubiera generado una sentencia
absolutoria.
• Su aceptación produce todos los efectos de la cosa juzgada.
• Las partes podrán desistir de los recursos e incidentes que hayan interpuesto, pero
no podrán desistir de las pruebas practicadas existe uniformidad de criterio en cuanto
al alcance de la figura del desistimiento, de modo que este mecanismo no solo pone
término al litigio existente, sino extingue el derecho pretendido, pues la decisión
judicial que lo declara equivale a una sentencia absolutoria y tiene el valor de una
providencia con efectos de cosa juzgada». (Negrillas y subrayas fuera de texto
original).

25. De igual manera, es del caso expresar que el anterior razonamiento ha sido reiterado de
manera más reciente, a través de auto del 8 de mayo de 2017, C.P. Jaime Orlando Santofimio
Gamboa4 del siguiente modo:

«Es en este contexto, también como manifestación del principio


dispositivo, que se inscribe la figura del desistimiento regulada en los
artículos 314 a 317 del Código General del Proceso, ya que parte de la
idea según la cual si el impulso y ejercicio de los actos procesales es una
cuestión que atañe a los involucrados en la controversia, sin intromisión
del juez, lo menos que puede deducirse es que son estos mismos los que
se encuentran autorizados para manifestar, en posterior momento, su

3
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Rad.05001-23-31-000-
2003-02753-01(AP). C.P. Ramiro Saavedra Becerra.
4
Sentencia del Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección
C, 8 de mayo de 2017, C.P. Jaime Orlando Santofimio Gamboa. Radicación No. 25000-23-26-000-2007-
00724-01(49923).
desinterés en la ejecución de tal actuación o lo que es lo mismo la
dejación sin efectos jurídicos del acto, por vía del acto del desistimiento 5.

En este sentido el artículo 314 del Código General del Proceso, que se ocupa
del desistimiento de las pretensiones, señalando que i) en cuanto a la
oportunidad del ejercicio de tal figura podrá tener lugar “mientras no se
haya pronunciado sentencia que ponga fin al proceso.” ;ii) respecto de
sus efectos, señala que tal acto produce la “renuncia de las pretensiones
de la demanda”, advirtiendo que el auto que reconozca en sentido
favorable una petición de tal naturaleza producirá los mismos efectos de
la sentencia que se hubiere proferido, lo que implica, entonces, que
adquiere fuerza de cosa juzgada sin que, posteriormente, sea posible
adelantar un nuevo litigio sobre la base de los mismos hechos y
pretensiones, iii) a su vez, comprende que si el desistimiento no se refiere
a la totalidad de las pretensiones, o si sólo proviene de alguno de los
demandantes, el proceso continuará respecto de las pretensiones y
personas no comprendidas en él y, por último, iv) el acto de desistimiento
es unilateral, de manera que para que este se configure basta la
manifestación de la voluntad de la parte accionante, así como también la
norma exige que éste sea incondicional, salvo acuerdo en contrario de las
partes.

Por otro tanto, en cuanto a la firma de presentación del escrito de desistimiento,


debe decirse que pese a que el artículo 315 del Código General del Proceso
instituye que el escrito de desistimiento no puede ser presentado por el
apoderado que no tenga la facultad expresa para ello, es decir, que debe
verificarse, también, que éste se encuentre facultado expresamente para
desistir, pues al suponer un acto de disposición del derecho en litigio, se trata
de una facultad, en principio, reservada a la parte que se verá afectada, de
acuerdo al inciso final del artículo 77 del Código General del Proceso6.
Por último, el artículo 316 del Código General del Proceso dispone que la
aceptación del desistimiento conlleve la condena en costas, a excepción de
cuando las partes convengan otra cosa, o que el demandado no se oponga a la
solicitud de desistimiento de las pretensiones.» (Subrayas y negrilla fuera de
texto original)

26. Desde otra orilla, para la doctrina la figura del desistimiento se trata de una modalidad de
terminación anticipada del proceso por la disposición del derecho discutido, inclinándose a su
renuncia de parte de quien lo reclama, cuyo límite es el finiquito del juicio, esto es, la firmeza
de la decisión que así lo disponga, tal como lo expone el profesor Hernán Fabio López en su
libro de “Código General del Proceso”7 así:

« […] forma anormal de terminación del proceso ya que éste sólo se da


cuando el demandante, luego de instaurada la relación jurídico-procesal y
antes de que se haya dictado sentencia que ponga fin al proceso, es decir
sentencia ejecutoriada, renuncia incondicional, unilateral e
integralmente a las pretensiones formuladas.

En efecto, dentro del sistema procesal civil colombiano la figura del


desistimiento se le considera desde diversos enfoques, pero sólo es forma
anormal de terminación del proceso cuando lo que se retira son las
pretensiones de la demanda en su totalidad, ya que si se desiste de un
recurso, de parte de las pretensiones, de una oposición o de un incidente,
para nada se afecta el curso normal del proceso que sigue hacia su fin es
5
Devis Echandía define el acto de desistimiento haciendo énfasis en la eliminación de los efectos
procesales ya surtidos: “El desistimiento es una declaración de voluntad y, por tanto, un acto Jurídico-
procesal, dirigido a eliminar los efectos jurídicos de otro acto procesal ya realizado. En estricta lógica, en
el desistimiento existe una renuncia a determinados efectos procesales ya surtidos y no a los actos que
los producen.” DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Nociones… Ob. cit. pág. 296.
6
Código General del Proceso. Artículo 77 – Inciso cuarto. El apoderado no podrá realizar actos
reservados por la ley a la parte misma; tampoco recibir, allanarse, ni disponer del derecho en litigio,
salvo que el poderdante lo haya autorizado de manera expresa.
7
LÓPEZ BLANCO, Hernán Fabio, “Código General del Proceso”, Editorial Dupré Editores Ltda, Bogotá
D.C., 2016, página 1018-1019.
decir hasta la sentencia […] y tiene virtualidad extintiva del proceso y del
derecho, por cuanto su aceptación tiene los mismos efectos de una sentencia
absolutoria. » (Subrayas y negrillas fuera de texto original).

27. En cuanto a sus características, el mencionado autor expresa lo siguiente:

« […] 1. Es unilateral, basta que lo presente la parte demandante, salvo


taxativas excepciones legales no se requiere la anuencia de la otra parte. 2.
Es incondicional. 3. Implica la renuncia de todas las pretensiones de la
demanda y por ende se extingue el pretendido derecho si es que existía. 4. El
auto que lo admite tiene los mismos efectos que hubiera generado una
sentencia absolutoria.»

28. De acuerdo con lo anterior, es facultad de la parte demandante desistir de las pretensiones
de manera total o parcial, siempre que no hubiere pronunciamiento que ponga fin al proceso,
conllevando la renuncia de las súplicas en todos aquellos casos en que la firmeza de la
sentencia absolutoria haya producido efectos de cosa juzgada.

29. En cuanto a la oportunidad del desistimiento, es importante mencionar que la regulación


procesal es clara en señalar que será hasta que se profiera sentencia que ponga fin al
proceso, aspecto considerable si se tiene en cuenta la particularidad del problema jurídico
fijado que apunta a esclarecer si procede en la segunda instancia en donde quien desiste es
ajeno a la apelación interpuesta.

30. Frente a esta particularidad, la Corte Constitucional ha explicado:

«De otra parte, en lo que atañe a la oportunidad del desistimiento, se ha


señalado que cuando la acción de tutela está ya bajo conocimiento de la
Corte Constitucional por haber sido seleccionada para revisión, resulta
improcedente, pues en esa etapa procesal, que según se ha aclarado no
es una instancia, el caso adquiere otra connotación, precisamente al ser
considerado como un asunto de interés público. Esta calificación se
sustenta en la especial finalidad que cumple la revisión de sentencias de tutela
por parte de esta corporación, que como es sabido, persigue principalmente
que sean efectivamente amparados los derechos fundamentales, además de la
consolidación y unificación de la jurisprudencia sobre ellos[3], propósito que sin
duda excede considerablemente los intereses individuales de las partes, que de
ordinario son los únicos que se afectan con este tipo de decisión.

[…]
Ciertamente, tanto como puede suceder durante el trámite de las instancias, e
incluso mientras se surte la revisión ante la respectiva Sala de esta
corporación[5], cuando ocurren hechos a partir de los cuales el accionante en
tutela depone su aspiración, sea espontáneamente o porque obtiene una
satisfacción del derecho que reclamaba mediante la acción constitucional,
desaparece la razón de ser de la demanda de amparo y no tiene justificación
alguna que el juez constitucional insista en pronunciarse, ya que en tal
escenario su decisión no contribuye a la protección de los derechos invocados,
que ya no se requiere, pudiendo incluso constituir un elemento inoportuno o
perturbador de la situación ya superada. » (Subrayas y negrilla fuera de texto
original) 8

« Consideración respecto del desistimiento

2.1 Doctrinariamente se ha señalado que el desistimiento ha de


entenderse como una declaración de voluntad y un acto jurídico procesal,
en virtud del cual, el interesado expresa “su voluntad de separarse de la
acción intentada o deducida, de la oposición que ha formulado, del
incidente que ha promovido o del recursos que haya interpuesto”[3].

2.2 En el ámbito jurídico colombiano, el desistimiento tiene diversos enfoques,


ya que puede ser tenido como una forma anormal de terminación de un
8
Auto de la Corte Constitucional A 345-10, 20 de octubre de 2010, M.P. Nilson Pinilla Pinilla, Expediente
T-2.320.307.
proceso, cuando quiera que éste se haga respecto de todas las pretensiones
de la demanda o puede tener un alcance más restringido, cuando el
desistimiento se hace respecto de un recurso, de un incidente o de algunas, y
no de todas las pretensiones de la demanda, en cuyo caso, el proceso
proseguirá su trámite de manera normal.

Ahora bien, para que el desistimiento pueda tramitarse el mismo deberá


reunir las siguientes características:

i) Que se produzca de manera incondicional. Es decir, que no puede haber


condicionamiento alguno que restrinja o limite la libre voluntad de quien
desea renunciar a una actuación judicial. En casos como el que aquí se
plantea, el desistimiento del incidente, solo deberá atenerse a lo
establecido por el artículo 344 del C.P.C.

ii) Es unilateral, ello supone en consecuencia que puede ser presentado


por la parte demandante o su apoderado, salvo excepciones legales.

iii) Implica la renuncia a todas las pretensiones de la demanda, y por ende


se extingue el pretendido derecho, independientemente de que exista o
no.

iv) El auto que admite el desistimiento o lo resuelve equivale a una


decisión de fondo, con los efectos propios de una sentencia absolutoria y
con alcances de cosa juzgada.[4] » (Subrayas y negrilla fuera de texto
original)9

31. Es de relievar, que la Corte Constitucional establece claramente las instancias del trámite
de tutela como escenario propicio para que tenga cabida el desistimiento de las pretensiones,
entendiendo además que la revisión eventual es completamente ajena a ellas, pues al tratarse
de la etapa procesal donde se prepondera el interés general que regenta dicha Corporación al
interpretar la Constitución Política en la definición de asuntos que atañen a derechos
fundamentales, y por tanto resulta improcedente en este espacio.

32. Por su parte, ésta Corporación no ha sido indiferente al criterio de oportunidad, y


justamente el pleno de la sección tercera 10 quien ha manifestado a partir de la regulación
normativa del desistimiento que:

«La norma que se deja expuesta permite destacar las siguientes características:

- El demandante podrá desistir de la demanda mientras no se haya


pronunciado la sentencia que ponga fin al proceso. Como se ve, el desistimiento
podrá solicitarse aún durante el trámite de la segunda instancia, es unilateral,
basta que lo presente la parte demandante, salvo taxativas excepciones legales.

[…]»

33. Es plausible concluir a partir de una lectura tranquila y desprevenida del ya mencionado
artículo 314 del CGP, que el desistimiento procede siempre que no se hubiere proferido
sentencia que ponga fin al proceso, entendiendo ésta oportunidad aún en la segunda instancia
cualquiera sea su origen, porque justamente el derecho discutido aún está en controversia por
encontrarse pendiente de resolver las inconformidades del apelante.

34. Por tal razón, esta Sala no puede perder de vista que el carácter dispositivo merodea a lo
largo de todo el proceso, el cual conforme a la ley, podrá tener vocación de una o de dos
instancias y siempre girará en torno a discutir el contenido de la pretensión como también los
argumentos puntuales que la controvierten. De ahí que, en derecho las cosas se deshacen
como se hacen, y en tal sentido, si el proceso solo puede iniciarse a petición de parte, también
podrá corresponderle a ésta su terminación anticipada, cuando medie su voluntad inequívoca
pura y simple.

9
Auto de la Corte Constitucional A 163-11, 21 de julio de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio
Expediente T-2270723.
10
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Rad.05001-23-31-000-
2003-02753-01(AP). C.P. Ramiro Saavedra Becerra.
35. Entonces, el proceso constituye el escenario procesal compuesto por diversas etapas que
cohesionadas la una con la otra permite la resolución de un conflicto regulado por normas
coercitivas de parte de una autoridad investida de jurisdicción, que de acuerdo con lo
dispuesto en la ley adjetiva, incorporará a un solo juez11, o podrá propiciar la revisión de su
decisión12.

36. De acuerdo con el análisis efectuado, tratándose de los procesos declarativos o de


conocimiento en donde es incierto el derecho y el pronunciamiento que haga el juez sobre él,
mientras subsistan oportunidades para discutirlo, procesalmente no puede afirmarse su
conclusión.

37. Siendo así, se reafirma que el desistimiento está limitado a la expedición de la sentencia
que ponga fin al proceso, oportunidad que debe ser entendida a aquella en que se resuelve
definitivamente todos los aspectos pendientes de manera que no quede escenario procesal
para discutir el contenido del derecho pretendido; pues una vez producida aquella por el juez
competente, cesa la disposición del derecho de la parte que lo invocó y la posibilidad de
resolverlo desde su voluntad.

38. Pues bien, para la Sala el desistimiento es un acto procesal atribuible a la parte
demandante de carácter eminentemente volitivo, en donde a partir de la autonomía de su
voluntad renuncia en forma expresa a la pretensión enmarcada en la acción ejercida, que al
producirse dentro del proceso y considerarse en el plano sustantivo es decir alrededor del
derecho perseguido, tiene efectos de cosa juzgada en los términos que los hubiere producido
la sentencia absolutoria.

39. De otro lado, el artículo 315 del CGP, señala las personas que no pueden desistir, dentro
de las cuales se encuentran los apoderados que carezcan de facultad expresa para ello, y por
su parte, el canon 316 ibídem indica que cuando se acepte el desistimiento se condenará en
costas a quien desistió, sin embargo el juez podrá abstenerse de hacerlo en determinados
casos.

40. En suma, después de analizar la regulación pertinente al desistimiento y para dar


respuesta al problema planteado, la Sala puede concluir:

40.1 Se trata de una facultad del demandante, y podrá hacer uso de ella mientras el
juez competente no hubiere proferido sentencia que ponga fin al proceso,
oportunidad que se extiende a la segunda instancia porque en ella aún no está en
firme la decisión de fondo.

40.2 Es completamente unilateral y de carácter volitivo.

40.3 Es puro y simple

40.4 Requiere de aceptación por parte del juez de conocimiento y hace tránsito a cosa
juzgada material.

40.5 Desde el plano sustancial, es la disposición del derecho discutido por la renuncia
de la pretensión, produciendo los mismos efectos de la sentencia absolutoria.

40.6 Se extiende a otro tipo de actos procesales como recursos interpuestos, incidentes
promovidos, pruebas pedidas, al evidenciar el carácter dispositivo del proceso que
merodea en todas sus etapas.

Caso concreto

41. La apoderada de la parte demandante, presentó escrito de desistimiento de la demanda


instaurada contra la UGPP encaminada a la reliquidación de su pensión de jubilación,
reconocida en virtud de la Ley 33 de 1985 por ser beneficiario del régimen de transición, luego
de que el Tribunal Administrativo de Santander, estimara dicha pretensión y ordenara lo
pertinente mediante sentencia del 20 de mayo de 201613, y que ésta fuere apelada por la parte
demandada en procura de su revocatoria, para que en su lugar se nieguen las súplicas.
11
Procesos de única instancia.
12
Procesos de dos instancias.
13
Folios 137 a 145.
42. Conviene recordar, que el desistimiento implica la renuncia a las pretensiones en todos
aquellos casos en que la firmeza de la sentencia absolutoria habría producido efectos de cosa
juzgada, y en este sentido adquiere importancia el recurso interpuesto con el que se pretende
la revocatoria del fallo de primera instancia y en lugar se nieguen las pretensiones de la
demanda, considerando que quien apeló fue el demandado.

43. De este modo, la Sala considera que el propósito del desistimiento coincide con el del acto
procesal que mantiene viva la segunda instancia, siendo viable en la medida que apuntan al
mismo objetivo, además de ser oportuno debido a que la sentencia que pone fin al proceso
aún no se encuentra ejecutoriada.

44. Dicho de otra manera, si bien la segunda instancia en la que se halla el proceso depende
de quién apeló, en este caso particular, el enfoque es distinto, pues se trata de la ejecución de
un acto procesal de un sujeto ajeno a la instancia, pero que a pesar de ello encuentra afinidad
con el propósito de la alzada, esto es, procurar efectos de una sentencia absolutoria.

45. En este orden, y de cara a la verificación de los requisitos formales, la Sala encuentra que
la apoderada de la parte actora está expresamente facultada para desistir, puesto que el
poder allegado14 así lo establece. También que la manifestación de desistimiento proviene
únicamente desde el extremo activo de la litis, sin que se observen circunstancias o hechos
que supongan coacción o algún tipo de violencia alrededor de la voluntad o consentimiento
expresado.

46. Ello es importante, porque permite reiterar que una de las características del desistimiento
es la de motivar el pronunciamiento del juez que lo acepta para que produzca efectos de cosa
juzgada material en las mismas condiciones como si se tratara de una sentencia absolutoria, y
en ese sentido encuentra sustento el carácter voluntario de intentar la consecución del
derecho por estimar cumplir los requisitos de ley, pero así mismo dimitir cuando las
circunstancias fácticas permitan suponer lo contrario, o cuando la simple voluntad del titular del
derecho así lo disponga.

47. Es igualmente pertinente reseñar que la Sala Plena de lo Contencioso Administrativo del
Consejo de Estado, en la sentencia de unificación de 28 de agosto de 2018 exp. 4403-13,
constituye un precedente vinculante y obligatorio en la resolución de casos fáctica y
jurídicamente iguales15, relacionados con el IBL pensional de quienes gozan de pensión de Ley
33 de 1985, por ser beneficiarios del régimen de transición de la Ley 100 de 1993; precisó que
se aplicaría con efectos retrospectivos “[…] a todos los casos pendientes de solución tanto en
vía administrativa como en vía judicial a través de acciones ordinarias; salvo los casos en los
que ha operado la cosa juzgada que, en virtud del principio de seguridad jurídica, resultan
inmodificables”.

48. La regla y subreglas sobre el IBL en el régimen de transición, fijadas por la mencionada
sentencia fueron:

REGLA: «El Ingreso Base de Liquidación del inciso tercero del artículo 36
de la Ley 100 de 1993 hace parte del régimen de transición para aquellas
personas beneficiarias del mismo que se pensionen con los requisitos de
edad, tiempo y tasa de reemplazo del régimen general de pensiones
previsto en la Ley 33 de 1985».

PRIMERA SUBREGLA: «[…]

14
Folio 1.
15
La Corte Constitucional en sentencia C-816 de 2011 en la que estudió la constitucionalidad del
artículo 102 de la Ley 1437 de 2011, sobre la fuerza vinculante de la jurisprudencia del Consejo de
Estado, precisó: “[…] sólo a la jurisprudencia de las altas corporaciones judiciales, en cuanto órganos de
cierre de las jurisdicciones - constitucional, ordinaria, contenciosa administrativa y jurisdiccional
disciplinaria-, se le asigna fuerza vinculante; y en virtud de ella, las autoridades judiciales deben acudir
al precedente jurisprudencial para la solución de casos fáctica y jurídicamente iguales. Pero dicha
limitación de la potestad interpretativa de jueces y magistrados no conduce a la negación completa del
margen de autonomía e independencia que la Constitución les reconoce en el ejercicio de su función
judicial. Por eso, como lo ha precisado la jurisprudencia de la Corte Constitucional, las autoridades
judiciales cuentan con la facultad de abstenerse de aplicar el precedente judicial emanado de las cortes
jurisdiccionales de cierre, previo cumplimiento de determinadas condiciones […]”.
- Si faltare menos de diez (10) años para adquirir el derecho a la pensión, el
ingreso base de liquidación será (i) el promedio de lo devengado en el tiempo
que les hiciere falta para ello, o (ii) el cotizado durante todo el tiempo, el que
fuere superior, actualizado anualmente con base en la variación del Índice de
Precios al consumidor, según certificación que expida el DANE.

- Si faltare más de diez (10) años, el ingreso base de liquidación será el promedio
de los salarios o rentas sobre los cuales ha cotizado el afiliado durante los diez
(10) años anteriores al reconocimiento de la pensión, actualizados anualmente
con base en la variación del índice de precios al consumidor, según certificación
que expida el DANE.[…]»

SEGUNDA SUBREGLA: «que los factores salariales que se deben incluir en el


IBL para la pensión de vejez de los servidores públicos beneficiarios de la
transición son únicamente aquellos sobre los que se hayan efectuado los aportes
o cotizaciones al Sistema de Pensiones».

49. De este modo, aunque el escrito de desistimiento no fue explícito en las razones que lo
motivaron, para esta Sala, el momento de expedición de la sentencia de la Sala Plena y los
efectos que dispuso, suponen que el cambio de la posición jurisprudencia fue su causa.

50. Por lo anterior, el desistimiento comprenderá la renuncia a las pretensiones de la


demanda, produciendo efectos de cosa juzgada como si se tratara de una sentencia
absolutoria, entendiendo así que pese al fallo estimatorio de instancia, los cargos de la nulidad
invocada no prosperaron, no asistiéndole derecho alguno a la parte actora para la reliquidación
de su pensión de jubilación. En otros términos, el efecto de la aceptación del desistimiento es
igual al producido si se hubieren negado las pretensiones de la demanda; razón por la cual, al
adquirir firmeza el presente auto, no tendrá efecto alguno la sentencia apelada, esto es, la del
20 de mayo de 2016 proferida por el Tribunal Administrativo de Santander.

51. En este espacio, la Sala resolverá si dicha aceptación conlleva a una condena en costas
contra la parte que desistió, tal como lo prevé el artículo 316 inciso 3º o si se abstiene de
hacerlo considerando:

«Artículo 316: Desistimiento de ciertos actos procesales (…)

No obstante, el juez podrá abstenerse de condenar en costas y perjuicios en los


siguientes casos:
1. Cuando las partes así lo convengan.
2. Cuando se trate del desistimiento de un recurso ante el juez que lo haya concedido.
3. Cuando se desista de los efectos de la sentencia favorable ejecutoriada y no estén
vigentes medidas cautelares.»

52. El escenario del presente juicio, en principio no se encuadra con los casos descritos en la
norma antes mencionada; razón por la cual, y considerando que esta Sala en lo relacionado
con las costas tiene un criterio subjetivo que también consulta la causación, debe acudirse a
los artículos 365 y 366, que establecen:

«Artículo 365. Condena en costas. En los procesos y en las actuaciones posteriores


a aquellos en que haya controversia la condena en costas se sujetará a las siguientes
reglas:

(…)

8. Solo habrá lugar a costas cuando en el expediente aparezca que se causaron y en


la medida de su comprobación.»

53. En atención a dichas reglas, la Sala, una vez analizada la actuación procesal y las pruebas
que fueron aportadas al plenario, no encuentra ninguna evidencia de causación de costas o de
expensas, motivando entonces que por esta decisión no haya condena en contra de la parte
que desistió.
54. Finalmente habrá de manifestar la Sala, que la ejecutoria del auto que acepta el
desistimiento implica la conclusión de la segunda instancia como si se tratara de un fallo
absolutorio.
En mérito de lo expuesto, la subsección B de la Sección Segunda del Consejo de Estado;

RESUELVE:

PRIMERO: ACEPTAR el desistimiento de la demanda de nulidad y restablecimiento del


derecho promovida por Jorge Alfonso Montero Castro contra la UGPP, absteniéndose la Sala
de imponerle costas.

SEGUNDO: EJECUTORIADO este auto, queda concluida la segunda instancia.

NOTIFÍQUESE, CUMPLASE, Y DEVUÉLVASE EL EXPEDIENTE AL TRIBUNAL DE


ORIGEN.

La anterior providencia fue discutida y aprobada por la Sala en la presente sesión.

SANDRA LISSET IBARRA VÉLEZ

CÉSAR PALOMINO CORTÉS CARMELO PERDOMO CUÉTER

También podría gustarte