Tema 13
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Toscana y Roma
Miguel Ángel Buonarrotti será la figura creadora de la época, extendiéndose por
buena parte del siglo XVI. En el clasicismo escultórico jugó un papel determinante
el coleccionismo de antigüedades, el cual está espléndidamente representado en la
figura de Lorenzo el Magnífico y en su célebre Jardín de San Marcos. En ese
espacio logró reunir una importantísima cantidad de esculturas antiguas de bulto
redondo, tanto griegas como romanas y, al frente de esa colección, nombra la figura
de un conservador a un maestro escultor que había sido seguidor de Donatello,
Bertoldo di Giovanni, quien se convertirá en uno de los maestros de Miguel Ángel
cuando éste acude de adolescente al Jardín de San Marcos.
Es interesante saber que Andrea Sansovino trabajó en Portugal al servicio del rey
Manuel el afortunado en la década de 1490.
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Obras importantes
Puerta Especiosa de la Catedral de Coimbra || Portada del monasterio Jerónimo
de Belem, Lisboa.
Virgen con el Niño y San Juan Bautista, 1503, Catedral de Génova. De regreso
en Florencia, recibe una serie de encargos para la Catedral de Génova. La
impresión que tenemos es que estas esculturas están incrustadas en el Quattrocento
italiano y nos recuerda a Desiderio da Settegniano, un maestro que influirá en
estas piezas y en la propia formación de Sansovino.
Tumbas de los cardenales Ascanio Sforza y Girolamo Basso della Rovere, 1505
y 1507, Santa María del Popolo. Fueron un encargo del papa Julio II. En estas
tumbas se consigue actualizar la tipología arquitectónica del sepulcro parietal que
tan abundantemente se veía en el Quattrocento y acercarla a las formas de
Bramante.
Se concibe como arcos de triunfo, estando las hornacinas principales ocupadas por
las estatuas reclinadas de los respectivos cardenales1, una de las principales
novedades, completándose el programa iconográfico con las esculturas de las
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Dicha actitud tiene un cierto eco en la arquitectura funeraria posterior y también en el ámbito de la
escultura española.
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virtudes tanto teologales como cardinales. El resto iconográfico de la tumba
presenta una proliferación decorativa, con mascarones, guirnaldas, putti, que cubre
la superficie y que remite al espíritu de Sansovino arraigado a la tradición anterior.
Santa Ana, la Virgen y el Niño, 1512, Iglesia de San Agustín, Roma. El lugar
donde aparece este grupo escultórico está confrontado con el lenguaje pictórico de
Rafael, ya que en el mismo lugar en el que se excava la hornacina, Rafael pintó
encima al profeta Isaías.
El estilo es más depurado en sus formas, por eso no duda en acudir a modelos
antiguos reconocibles, como las matronas romanas de la época de Flavia (por el
peinado de la Virgen, dividido en dos mitades), que se cristianizan. También
actualiza una tipología que se origina en la Edad Media, que es la Santa Ana Triple,
como un árbol genealógico de Santa Ana, la virgen María y el Niño Jesús en brazos
de la Virgen. Hay una fuerte compenetración en los gestos, las sonrisas que se
dirigen. Fue una escultura muy admirada en su tiempo, llegando a decir Vasari que
es “el único ejemplo entre las esculturas modernas que uno puede creer divino”.
Decoración exterior de la Santa Casa de Loreto, 1522. Los últimos años de vida
de Sansovino transcurrieron en la calidad de Loreto. En la decoración exterior
intervino Andrea Sansovino realizando alguno de los relieves, de motivo mariano,
con una plasticidad notable.
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Leonardo Da Vinci (1452 – 1519)
No es demasiado conocida la faceta de Leonardo como escultor, a pesar de que se
mantuvo durante algunos años como aprendiz en el taller de Andrea del
Verrocchio, donde no sólo se cultivó como pintor, sino que adquirió también
conocimientos de la producción escultórica.
Obras importantes
Estudio para el monumento Sforza, 1485 – 1490 The Royal Collection. Leonardo
ofreció sus servicios al gobernante de Milán, Ludovico el Moro, con el objetivo de
realizar un monumento ecuestre dedicado a la familia Sforza. Se han conservado
las palabras de Leonardo en su intento de persuadir a Ludovico el Moro,
comentándole que ese monumento lo quería levantar “en gloria del señor padre y
a la ilustre casa”.
Este monumento trajo problemas, los cuales hicieron que el boceto no pasara del
barro (7 metros de alto). Ese boceto fue destruido en 1499 por el ejército francés
cuando asaltaron la ciudad. Gracias a los dibujos conservados, vemos que se quería
representar un caballo encabritado sobre el escudo de un soldado caído, con las
dos patas delanteras levantadas. Esta posición del caballo es bastante frecuente en
los relieves de antiguos sarcófagos romanos, pero también las pudo haber tomado
de las representaciones iconográficas de San Jorge matando al dragón.
Monumento ecuestre, 1516 – 1519, Museo de Bellas Artes, Budapest. Parece que
esta escultura de pequeño formato es de Leonardo da Vinci, la cual podría ser su
obra póstuma realizada por encargo del rey de Francia, Francisco I, como modelo
para una estatua ecuestre de mayor formato que nunca llegó a materializarse.
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Por su propia biografía, sabemos que fue compañero de Miguel Ángel, amigo
personal de Leonardo da Vinci y al mismo tiempo maestro de Baccio Bandinelli
(uno de los escultores más notables de la etapa manierista en la región toscana).
Obras importantes
Predicación del Bautista, 1506 – 1511, Baptisterio de Florencia. Este grupo
escultórico estaba colocado encima de las Segundas Puertas del baptisterio,
realizadas por Lorenzo Ghiberti. Se observa un notable parecido en la actitud
corporal e incluso en la definición física entre ese levita y el famoso profeta
Habacuc “Il Zuccone” esculpido por Donatello para el campanario del Duomo.
Podemos encontrar un guiño hacia la escultura griega, pues la actitud del levita
con esas piernas entrecruzadas, con el brazo en la madera, está reproduciendo la
actitud del Hércules Farnesio de Lisipo. Vemos como las tres figuras tienen en
común el hecho de estar dirigiendo su mirada hacia abajo para poder conectar con
el espectador mucho más fácilmente. Son figuras que demuestran la maestría
técnica en el tratamiento de los pliegues que tienen la atmósfera de Leonardo da
Vinci y la capacidad de plasticidad.
Niño Jesús y San Juanito, Museo del Louvre. Muestra una representación en
altorrelieve de estos dos primos hermanos. Se ha confinado el mármol con el
alabastro veteado para el fondo de este gran medallón de formato circular. Este
abrazo que se produce entre dos familiares, San Juanito aparece representado con
su indumentaria (la llevaría en su madurez), y el Niño Jesús portando en su hombro
la cruz junto a otros símbolos de la Pasión como premonición del futuro.
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Obras importantes
Profetas Elías y Jonás, 1520, Capilla Chigi, Santa María del Popolo, Roma. El
profeta Elías se caracteriza por la teatralidad de su composición, mientras que en
Jonás vemos el reflejo de la adolescencia. Es uno de los desnudos masculinos más
depurados que nos ofrece la escultura clasicista romana, que sobre todo por la
actitud un tanto introspectiva del joven profeta, de inmediato tenemos el recuerdo
de las esculturas antiguas de Antinoo.
Obras importantes
Baco, 1515, Museo del Bargello, Florencia. Es un encargo de Giovanni Bartolini.
Tenemos la interpretación del dios del vino concebido como un adolescente lleno
de gozo, pues está por saborear el líquido que sostiene en esa típica vasija griega.
Se trata de un elegantísimo desnudo juvenil donde la cabeza, como suele ser
habitual, está cubierta por una guirnalda de pámpanos y racimos de uvas, mientras
que a su espalda aparece semi-recostado la figura de un sátiro, que es uno de los
personajes que suele integrar el cortejo del dios. Se trata de una iconografía muy
similar a la del Baco de Miguel Ángel, aun cuando el formato sea algo inferior y
la cual le sirve de referente ya que ambos estaban en la misma sala.
Madonna del Parto, 1518, Iglesia de San Agustín, Roma. Realizada en mármol.
Desde siempre se pensó que Sansovino había tomado como modelo retratos de
Agripina, puesto que se conservan en grupos escultóricos de aquella matrona
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romana en compañía de su hijo, el futuro emperador Nerón, cosa que no se
descarta.
Indudablemente, aparece revestido de la corporeidad miguelangelesca que le
influencia, encontrando un grupo escultórico dotado de gran ímpetu dinámico, con
un niño Jesús que parece querer abandonar los brazos de su madre.
Es una de las imágenes más veneradas en la ciudad, puesto que, sobre todo a partir
del siglo XVIII, se le vienen encomendando las romanas que se encuentran a punto
de dar a luz para encontrar la buenaventura. Su hornacina se encuentra llena de
exvotos e incluso en determinadas ocasiones, el cinturón que está situado bajo los
pechos se cubre con una faja de plata, e incluso el niño Jesús es cubierto con unos
pañales también en plata, fruto de esta intensa devoción (han sido donados).
A consecuencia del Saqueo de Roma del 1527 por parte de Carlos V, Jacopo
Sansovino tuvo que dejar fugitivamente la ciudad de Roma y establecerse en
Venecia, donde su carrera va a experimentar un cambio radical, puesto que no es
que deje de trabajar la escultura, pero sí que se dedica prioritariamente a la
arquitectura, siendo el gran arquitecto de Venecia a partir de la década de 1530, ya
alejado del clasicismo.
Loggetta del Campanile de San Marcos, Venecia, 1537 – 1549. Sin abandonar del
todo su faceta del escultor, lo cierto es que acabaría convirtiéndose en el gran
arquitecto de la Venecia del siglo XVI. A él se le debe tanto el diseño arquitectónico
como la decoración escultórica de esta loggetta. Jacopo Sansovino ha conformado
lo que serían los relieves ejecutados en mármol con una serie de esculturas,
mayormente profanas o alegóricas, realizadas en bronce en hornacinas adinteladas:
Mercurio, Minerva, Apolo y alegoría de la paz.