Tema 13

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Tema 13: La escultura del clasicismo en

Toscana y Roma
Miguel Ángel Buonarrotti será la figura creadora de la época, extendiéndose por
buena parte del siglo XVI. En el clasicismo escultórico jugó un papel determinante
el coleccionismo de antigüedades, el cual está espléndidamente representado en la
figura de Lorenzo el Magnífico y en su célebre Jardín de San Marcos. En ese
espacio logró reunir una importantísima cantidad de esculturas antiguas de bulto
redondo, tanto griegas como romanas y, al frente de esa colección, nombra la figura
de un conservador a un maestro escultor que había sido seguidor de Donatello,
Bertoldo di Giovanni, quien se convertirá en uno de los maestros de Miguel Ángel
cuando éste acude de adolescente al Jardín de San Marcos.

Ottavio Vannini, Miguel Ángel mostrando a Lorenzo el Magnífico la cabeza de


un fauno, 1638 - 1642, Palazzo Pitti. Esta obra mural barroca nos presenta a un
joven Miguel Ángel mostrando a Lorenzo el Magnífico la que sería su primera
obra, una copia de una de las antigüedades del Jardín de San Marcos.

La colección pontificia también desempeñó un papel de primerísimo orden a través


de los diferentes legados que los sumos pontífices dejarán Hasta que nos ha llegado
a nosotros. Son obras que aparecían a pocos metros de profundidad, del más puro
organismo: Laocoonte, descubierto en el año 1506 en el entorno de las termas
romanas del emperador Tito, Apolo del Belvedere y el Torso del Belvedere, que
llevan ese apellido por haber estado expuesto en el famoso patio del Belvedere
proyectado por Bramante. El Laocoonte y el Torso del Belvedere son obras
helenísticas, mientras que el Apolo del Belvedere es, con toda seguridad, una copia
romana del helenismo.

Andrea Sansovino (1467 – 1529)


Fue discípulo de un gran escultor y pintor florentino, Antonio del Pollaiolo. Esta
formación suya en la escultura propia del Quattrocento hace que en su obra
solamente podamos encontrar reflejos de las nuevas investigaciones formales del
clasicismo, es decir, encontraremos esculturas que pueden parecernos retardatarias
a los ojos propiamente clasicistas pero que se deben a su propia formación.

Es interesante saber que Andrea Sansovino trabajó en Portugal al servicio del rey
Manuel el afortunado en la década de 1490.

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Obras importantes
Puerta Especiosa de la Catedral de Coimbra || Portada del monasterio Jerónimo
de Belem, Lisboa.

Trazas del sepulcro del cardenal Mendoza, Catedral de Toledo. En su viaje de


regreso a Italia, Andrea del Sansovino pasa por España, en el año 1500. Se ha
considerado una de las obras claves en la introducción del renacimiento italiano en
la ciudad española.

Virgen con el Niño y San Juan Bautista, 1503, Catedral de Génova. De regreso
en Florencia, recibe una serie de encargos para la Catedral de Génova. La
impresión que tenemos es que estas esculturas están incrustadas en el Quattrocento
italiano y nos recuerda a Desiderio da Settegniano, un maestro que influirá en
estas piezas y en la propia formación de Sansovino.

Bautismo de Jesús, 1505, Baptisterio de Florencia. Realizado en mármol. Su


destino era coronar las Puertas del Paraíso realizadas por Lorenzo Ghiberti. En
principio solamente constaba de las figuras de Cristo y San Juan Bautista, puesto
que la tercera es un añadido del siglo XVIII (Rococó) de Innocenzo Spinazzi.
Destacamos el desnudo un tanto frío que protagoniza la figura de Cristo,
sumergido en las aguas del Río Jordán en el momento que es bautizado por su
primo, siendo una de las primeras interpretaciones monumentales y públicas del
desnudo masculino. Destacamos precisamente esa sobriedad, ese estatismo con el
que ha sido contrastada la actitud de Cristo. Anatomía praxiteliana de San Juan
Bautista, pues presenta una ondulación que casi nos remite a la escultura de
Praxíteles, con un cuerpo envuelto en ropajes de potente claroscuro y plasticidad.
Se puede poner en paralelo con los pliegues de las indumentarias de las obras de
Donatello.
Actualmente las obras originales han pasado al museo de la propia catedral y han
sido sustituido por réplicas.

Tumbas de los cardenales Ascanio Sforza y Girolamo Basso della Rovere, 1505
y 1507, Santa María del Popolo. Fueron un encargo del papa Julio II. En estas
tumbas se consigue actualizar la tipología arquitectónica del sepulcro parietal que
tan abundantemente se veía en el Quattrocento y acercarla a las formas de
Bramante.
Se concibe como arcos de triunfo, estando las hornacinas principales ocupadas por
las estatuas reclinadas de los respectivos cardenales1, una de las principales
novedades, completándose el programa iconográfico con las esculturas de las

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Dicha actitud tiene un cierto eco en la arquitectura funeraria posterior y también en el ámbito de la
escultura española.

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virtudes tanto teologales como cardinales. El resto iconográfico de la tumba
presenta una proliferación decorativa, con mascarones, guirnaldas, putti, que cubre
la superficie y que remite al espíritu de Sansovino arraigado a la tradición anterior.

Santa Ana, la Virgen y el Niño, 1512, Iglesia de San Agustín, Roma. El lugar
donde aparece este grupo escultórico está confrontado con el lenguaje pictórico de
Rafael, ya que en el mismo lugar en el que se excava la hornacina, Rafael pintó
encima al profeta Isaías.
El estilo es más depurado en sus formas, por eso no duda en acudir a modelos
antiguos reconocibles, como las matronas romanas de la época de Flavia (por el
peinado de la Virgen, dividido en dos mitades), que se cristianizan. También
actualiza una tipología que se origina en la Edad Media, que es la Santa Ana Triple,
como un árbol genealógico de Santa Ana, la virgen María y el Niño Jesús en brazos
de la Virgen. Hay una fuerte compenetración en los gestos, las sonrisas que se
dirigen. Fue una escultura muy admirada en su tiempo, llegando a decir Vasari que
es “el único ejemplo entre las esculturas modernas que uno puede creer divino”.

Decoración exterior de la Santa Casa de Loreto, 1522. Los últimos años de vida
de Sansovino transcurrieron en la calidad de Loreto. En la decoración exterior
intervino Andrea Sansovino realizando alguno de los relieves, de motivo mariano,
con una plasticidad notable.

Anunciación. Escena de modulación tripartita, pues se encuentra repartida en tres


módulos, la cual procede de la colocación de los muros oblicuos de escasa
profundidad, peor que sirven para subdividir la escena en tres zonas diferenciadas.
El espacio del extremo de la derecha es un espacio de orden simbólico, donde se
ha representado el árbol del Paraíso, el causante del pecado original y que gracias
al misterio de la Anunciación de alguna manera queda transmutado en árbol de la
Redención, el cual se encuentra junto a un jarrón donde hay unas varas de azucenas
y rosas (aparece un gato mirándolo fijamente), que son símbolo de pureza y dolor,
asociadas a la virgen María (letanías lauretanas). María como protagonista central,
una Virgen centrada con un gesto de turbación ante el mensaje del arcángel, en un
ámbito doméstico, un habitáculo sencillo con cama de dosel y pabellón de
cortinaje. En la izquierda vemos la figura arrodillada del arcángel Gabriel que ha
descendido desde los cielos, y la presencia de Dios Padre flanqueado por un grupo
de ángeles, al que podríamos considerar un dios padre jupiterino, ya que aparece
lanzando un rayo ignífugo para transportar a la paloma del Espíritu Santo.

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Leonardo Da Vinci (1452 – 1519)
No es demasiado conocida la faceta de Leonardo como escultor, a pesar de que se
mantuvo durante algunos años como aprendiz en el taller de Andrea del
Verrocchio, donde no sólo se cultivó como pintor, sino que adquirió también
conocimientos de la producción escultórica.

Obras importantes
Estudio para el monumento Sforza, 1485 – 1490 The Royal Collection. Leonardo
ofreció sus servicios al gobernante de Milán, Ludovico el Moro, con el objetivo de
realizar un monumento ecuestre dedicado a la familia Sforza. Se han conservado
las palabras de Leonardo en su intento de persuadir a Ludovico el Moro,
comentándole que ese monumento lo quería levantar “en gloria del señor padre y
a la ilustre casa”.
Este monumento trajo problemas, los cuales hicieron que el boceto no pasara del
barro (7 metros de alto). Ese boceto fue destruido en 1499 por el ejército francés
cuando asaltaron la ciudad. Gracias a los dibujos conservados, vemos que se quería
representar un caballo encabritado sobre el escudo de un soldado caído, con las
dos patas delanteras levantadas. Esta posición del caballo es bastante frecuente en
los relieves de antiguos sarcófagos romanos, pero también las pudo haber tomado
de las representaciones iconográficas de San Jorge matando al dragón.

Tras un periodo de estancia en Florencia, Leonardo da Vinci retornó a Milán en


1506, permaneciendo allí hasta que fue abandonada por el ejército francés en 1513.
Durante estos años, Leonardo estuvo trabajando en otra estatua ecuestre.

Estudio para el monumento Trivulzio, 1508 – 1511, Royal Library, Windsor


Castle. Pensado para honrar a Giangiacomo Trivulzio, debiendo coronar su tumba
en la iglesia de San Celso de Milán. Recurre a esa misma noción de caballo
encorvetta, con las patas delanteras alzadas, pero en esta ocasión ni siquiera se
llegó a hacer un modelo en barro, sino que se quedó en papel.

Monumento ecuestre, 1516 – 1519, Museo de Bellas Artes, Budapest. Parece que
esta escultura de pequeño formato es de Leonardo da Vinci, la cual podría ser su
obra póstuma realizada por encargo del rey de Francia, Francisco I, como modelo
para una estatua ecuestre de mayor formato que nunca llegó a materializarse.

Giovan Francesco Rustici (1475 – 1554)


Nace en el seno de una familia noble y acomodada, considerado como uno de los
escultores más importantes y destacados de la Florencia toscana de su generación.

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Por su propia biografía, sabemos que fue compañero de Miguel Ángel, amigo
personal de Leonardo da Vinci y al mismo tiempo maestro de Baccio Bandinelli
(uno de los escultores más notables de la etapa manierista en la región toscana).

Obras importantes
Predicación del Bautista, 1506 – 1511, Baptisterio de Florencia. Este grupo
escultórico estaba colocado encima de las Segundas Puertas del baptisterio,
realizadas por Lorenzo Ghiberti. Se observa un notable parecido en la actitud
corporal e incluso en la definición física entre ese levita y el famoso profeta
Habacuc “Il Zuccone” esculpido por Donatello para el campanario del Duomo.
Podemos encontrar un guiño hacia la escultura griega, pues la actitud del levita
con esas piernas entrecruzadas, con el brazo en la madera, está reproduciendo la
actitud del Hércules Farnesio de Lisipo. Vemos como las tres figuras tienen en
común el hecho de estar dirigiendo su mirada hacia abajo para poder conectar con
el espectador mucho más fácilmente. Son figuras que demuestran la maestría
técnica en el tratamiento de los pliegues que tienen la atmósfera de Leonardo da
Vinci y la capacidad de plasticidad.

Mercurio, 1515, Fitzwilliam Museum, Cambridge. En realidad, fue ejecutada con


motivo de la entrada triunfal del papa León X a su ciudad natal de Florencia, quien
pertenecía a la familia de los Medici. Su boca está abierta porque allí estaba el
surtidor de agua, ya que esta escultura se concibió como el remate de una fuente.
Tiene el brazo derecho levantado, con la que portaría el caduceo, atributo
característico de este dios, el cual ha desaparecido.

Como consecuencia del saqueo de Roma, se exilió de la ciudad y fue a Francia


para trabajar al servicio del rey Francisco I, contribuyendo a la expansión del
manierismo en Francia.

Niño Jesús y San Juanito, Museo del Louvre. Muestra una representación en
altorrelieve de estos dos primos hermanos. Se ha confinado el mármol con el
alabastro veteado para el fondo de este gran medallón de formato circular. Este
abrazo que se produce entre dos familiares, San Juanito aparece representado con
su indumentaria (la llevaría en su madurez), y el Niño Jesús portando en su hombro
la cruz junto a otros símbolos de la Pasión como premonición del futuro.

Lorenzo Lotti, “Lorenzetto” (1490 – 1541)


Podríamos decir que es un fiel seguidor de Rafael, trasladando a la triple dimensión
escultórica muchos dibujos originales del gran pintor. Eso se comprueba en la
decoración de la capilla Chigi realizada por Rafael.

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Obras importantes
Profetas Elías y Jonás, 1520, Capilla Chigi, Santa María del Popolo, Roma. El
profeta Elías se caracteriza por la teatralidad de su composición, mientras que en
Jonás vemos el reflejo de la adolescencia. Es uno de los desnudos masculinos más
depurados que nos ofrece la escultura clasicista romana, que sobre todo por la
actitud un tanto introspectiva del joven profeta, de inmediato tenemos el recuerdo
de las esculturas antiguas de Antinoo.

Frontal de altar con Cristo y la Samaritana, Capilla Chigi. Está representando el


pasaje evangélico de Cristo y la samaritana, un relieve de formato apaisado que
carece de todo tipo de referencias paisajísticas, arquitectónicas o ambientales, y
que por ello se ha cifrado exclusivamente la graduación de las propias figuras
protagonistas todo lo que sería la riqueza de la perspectiva. Y, por supuesto, las
diversas técnicas asociadas al relieve, encontrando las figuras más cercanas que se
salen, mientras las más alejadas están en un claro bajorrelieve.

Madonna de la tumba de Rafael, 1520, Panteón de Roma. Aquí volvemos a


palpar el gusto por la antigüedad de Lorenzetto.

Jacopo Tatti, “Sansovino” (1486 – 1570)


Fue discípulo de Andrea Sansovino, de manera que, por admiración tomó su
apellido como apodo artístico. Había nacido en Florencia, pero en el año 1506 se
marchó a Roma, atraído por su esplendor, quedando en un primer momento
sugestionado por el estilo de Rafael porque cazaba muy bien con su personalidad,
un estilo caracterizado por una placidez y unas formas absolutamente suaves.

Obras importantes
Baco, 1515, Museo del Bargello, Florencia. Es un encargo de Giovanni Bartolini.
Tenemos la interpretación del dios del vino concebido como un adolescente lleno
de gozo, pues está por saborear el líquido que sostiene en esa típica vasija griega.
Se trata de un elegantísimo desnudo juvenil donde la cabeza, como suele ser
habitual, está cubierta por una guirnalda de pámpanos y racimos de uvas, mientras
que a su espalda aparece semi-recostado la figura de un sátiro, que es uno de los
personajes que suele integrar el cortejo del dios. Se trata de una iconografía muy
similar a la del Baco de Miguel Ángel, aun cuando el formato sea algo inferior y
la cual le sirve de referente ya que ambos estaban en la misma sala.

Madonna del Parto, 1518, Iglesia de San Agustín, Roma. Realizada en mármol.
Desde siempre se pensó que Sansovino había tomado como modelo retratos de
Agripina, puesto que se conservan en grupos escultóricos de aquella matrona

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romana en compañía de su hijo, el futuro emperador Nerón, cosa que no se
descarta.
Indudablemente, aparece revestido de la corporeidad miguelangelesca que le
influencia, encontrando un grupo escultórico dotado de gran ímpetu dinámico, con
un niño Jesús que parece querer abandonar los brazos de su madre.
Es una de las imágenes más veneradas en la ciudad, puesto que, sobre todo a partir
del siglo XVIII, se le vienen encomendando las romanas que se encuentran a punto
de dar a luz para encontrar la buenaventura. Su hornacina se encuentra llena de
exvotos e incluso en determinadas ocasiones, el cinturón que está situado bajo los
pechos se cubre con una faja de plata, e incluso el niño Jesús es cubierto con unos
pañales también en plata, fruto de esta intensa devoción (han sido donados).

A consecuencia del Saqueo de Roma del 1527 por parte de Carlos V, Jacopo
Sansovino tuvo que dejar fugitivamente la ciudad de Roma y establecerse en
Venecia, donde su carrera va a experimentar un cambio radical, puesto que no es
que deje de trabajar la escultura, pero sí que se dedica prioritariamente a la
arquitectura, siendo el gran arquitecto de Venecia a partir de la década de 1530, ya
alejado del clasicismo.

Loggetta del Campanile de San Marcos, Venecia, 1537 – 1549. Sin abandonar del
todo su faceta del escultor, lo cierto es que acabaría convirtiéndose en el gran
arquitecto de la Venecia del siglo XVI. A él se le debe tanto el diseño arquitectónico
como la decoración escultórica de esta loggetta. Jacopo Sansovino ha conformado
lo que serían los relieves ejecutados en mármol con una serie de esculturas,
mayormente profanas o alegóricas, realizadas en bronce en hornacinas adinteladas:
Mercurio, Minerva, Apolo y alegoría de la paz.

Puertas de la Sacristía, Basílica de San Marcos, Venecia, 1547. Observamos unos


relieves que se caracterizan por captar hasta el más mínimo de los detalles, como
por ejemplo la escena de la Resurrección de Cristo, donde los expertos han podido
ver la influencia que pintores venecianos como Tintoretto infunden en su obra, con
el trato vaporoso y trémulo, la angustia, se traducen en estas puertas de bronce.

Marte y Neptuno, 1554, Escalera de los Gigantes, Palacio Ducal, Venecia.


Representa al dios de la guerra y al dios del mar, los dos dioses tutelares de la
ciudad de Venecia, pues tutelan el poderío naval de la serenísima república de
Venecia y son los que dan nombre a la escalera de los gigantes que se encuentra en
el patio principal del palacio ducal.

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