Albarracin Jesus - La Crisis Del Mercado
Albarracin Jesus - La Crisis Del Mercado
Albarracin Jesus - La Crisis Del Mercado
(1991)
JESUS ALBARRACIN
"Lo primero se sac el real quinto, y luego Corts dijo que le sacaran a l otro quinto como a Su Majestad, pues se lo prometimos en el Arenal cuando le alzamos por capitn general y justicia mayor. Luego tras esto dijo que haba hecho cierta costa en la isla de Cuba, que gast en la armada; que lo sacasen del montn, y dems desto, que se apartase del mismo montn la costa de Diego Velzquez, en los navips que dimos al travs, pues todos fuimos en ello, y tras esto, que para los procuradores que fueron a Castilla, y dems desto, para los que quedaron en Villa Rica, y para el caballo que se le muri, y para la yegua de Juan Sedeo, para el fraile de la Merced y el clrigo Juan Diaz...., de manera que quedaba muy poco de parte, y por ser tan poco, muchos soldados hobo que no lo quisieron rescibir, y con todo se quedaba Corts, pues en aquel tiempo no podamos hacer otra cosa sino callar". (Bernal Diaz del Castillo. La historia verdadera de la conquista de la nueva Espaa)
"No se trata de dinero. Es por cuestin de principio". (Dashieel Hammet. La cosecha roja)
5.
ACUMULAD, ACUMULAD, MALDITOS! (LOS DETERMINANTES DE LA ACUMULACION DE CAPITAL) 5.1. Una decisin cuidadosamente estudiada 5.2. Las mquinas nos ganan terreno 5.3. Somos una tropa, pero muchos estan en la reserva 5.4. A largo plazo, van hacia el desastre 5.5. Pero tienen forma de evitarlo
6.
LA RECTITUD NO ES SU CARACTERISTICA MAS NOTABLE (LOS CICLOS Y LAS ONDAS LARGAS) 6.1. Observemos la realidad 6.2. Como los enfermos, de vez en cuando tiene una crisis 6.3. Hay pocas buenas que incluso duran 6.4. Pero terminan acabandose y luego no es tan facil mejorar 6.5. Pioneros que muestran el camino a un rebao de corderos? 6.6. Una cosa es predicar y otra dar trigo 6.7. Afortunadamente no depende solo de ellos
7.-
LA TERCERA EDAD DE LA ECONOMIA DE MERCADO (LA ONDA LARGA DEL CAPITALISMO TARDIO) 7.1. Una segunda juventud 7.2. Pero la euforia se acaba y llega la decadencia 7.3. Hay momentos buenos, pero tambien los hay malos 7.4. Las medicinas solo curan a los sanos 7.5. Nuevas perspectivas? 7.6. El motor de la histria 7.7. La "virtud" de la austeridad III EL DINERO LO COMPLICA TODO (LOS ASPECTOS MONETARIOS Y FINANCIEROS)
8.
EL COLOR DEL DINERO (LA TEORIA MARXISTA DEL DINERO Y EL CREDITO) 8.1. Cuando las monedas eran de oro 8.2. De las deudas tambien se vive 8.3. El dinero de papel 8.4. El dinero de los mercaderes de dinero 8.5. Monedas, billetes, cuentas corrientes, tarjetas de crdito: los diferentes colores del dinero
9.
SI LOS PRECIOS SUBEN CONTINUAMENTE, ..... (LA INFLACION PERMANENTE) 9.1. Algo mas que un velo monetario 9.2. Una revolucin pacfica 9.3. Mas Estado no es peor si sirve para vivir mejor 9.4. La inflacin de instala en nuestras vidas 9.5. El dficit pblico es insostenible! 9.6. Los precios suben porque los costes aumentan? 9.7. La culpa es de los salarios?
La principal caracterstica de la economa de mercado es que su objetivo principal no es producir bienes y servicios para satisfacer las necesidades humanas, sino mercancas para ser vendidas y obtener un beneficio. El anlisis debe empezar, por tanto, por el estudio de la mercanca, que es lo que determina su valor y cuales son los mecanismos fundamentales de la produccin capitalista. Este es el objeto de la teora del valor y la explotacin. 1.1. ES NECESARIO TRABAJAR PARA VIVIR, PERO ALGUNOS VIVEN SIN NECESIDAD DE TRABAJAR
Comencemos por una sociedad primitiva en la que todo el esfuerzo humano se dedica a que la comunidad sobreviva, de forma que no es posible aplicar trabajo para acumular alimentos para el futuro, por ejemplo, porque esto supondra restar recursos para la supervivencia hoy. En esta sociedad, todo el trabajo sera necesario, con el se obtendra el producto necesario para la supervivencia de la misma y no habra ningn producto excedente que acumular para el futuro. No habra divisin social del trabajo ni sociedad de clases, porque todo el mundo debera trabajar para sobrevivir y nadie podra apropiarse del trabajo de los dems. Pero esto no querra decir que no existiera una divisin del trabajo en funcin del sexo. Una parte del trabajo necesario estara constituida por el trabajo domstico que realizan las mujeres. Adems, en estas sociedades de subsistencia, esta parte sera normalmente la mas importante, pues la preparacin de alimentos, la fabricacin de vestidos, etc, tareas encomendadas a las mujeres, constituiran la inmensa mayora de la produccin social. Fuera del trabajo domstico, la produccin seria muy pequea. La superacin del nivel de subsistencia cambiar las cosas. Una parte del trabajo social, se dedicar a producir objetos para que los individuos de la misma se alimenten, se vistan, etc y, en definitiva, sobrevivan. Es el trabajo socialmente necesario y, con el, se obtendr el producto socialmente necesario. En esta categora estar incluido el trabajo domstico, pues del total de horas de trabajo necesarias para la supervivencia, una parte la realizar la mujer en su casa. El resto del trabajo ser excedente, pues se utilizar en una produccin que no es necesaria para la supervivencia. Puesto que ya no es necesario que todos los individuos trabajen para sobrevivir, ser posible realizar una divisin tcnica del trabajo: unos producirn alimentos, otros utensilios, herramientas, etc. Tambin ser posible sostener a personas que no participan en la produccin, pero que realizan una actividad que la sociedad considera importante (militares, sacerdotes, intelectuales, etc). Habr aparecido la divisin social del trabajo. El hecho de que exista excedente, no significa que no haya escasez. La divisin social del trabajo facilitar que algunos de los miembros de la sociedad, mejor situados para ello, intenten apropiarse por la fuerza del producto excedente. De esta forma, la aparicin del excedente y de la divisin social del trabajo implican la aparicin de la propiedad privada y de la divisin de la sociedad en clases. Entonces, aunque el trabajo es necesario para vivir, algunos vivirn sin trabajar. En una sociedad desarrollada, todo el esfuerzo que realiza para reproducirse a si misma constituye el trabajo necesario y con el se obtiene el producto necesario. Este no debe interpretarse en sentido estricto, sino en un sentido histrico sociolgico. Lo que cada sociedad considera producto necesario, es resultado de su pasado, del nivel tecnolgico al que ha llegado, de su grado cultural, de sus patrones de consumo, etc. Para un indio del Amazonas, cualquier cosa por encima de sus alimentos, sus vestidos, las flechas con las que caza, etc, supondra un excedente que le hara sentirse rico. Para un habitante de los pases industriales, la reduccin de la produccin de automviles podra suponer un grave conflicto social. Pero, el producto necesario no se debe identificar con la produccin destinada al consumo, pues una parte de esta es totalmente innecesaria para la supervivencia de la sociedad e, incluso, en ocasiones perniciosa. Todo esfuerzo humano por encima del necesario constituye el trabajo excedente y con el se obtiene el producto excedente. Una parte del mismo puede destinarse a mejorar el nivel de vida de los trabajadores productivos; otra puede servir para sostener a los elementos no productivos de la sociedad
En las sociedades primitivas, la produccin estaba esencialmente basada en la satisfaccin de las necesidades de la colectividad. El trabajo no se dedicaba a producir cosas para el cambio o para el enriquecimiento convertido en un fin en si mismo. Algunos productos se intercambiaban por otros, pero esto era una cuestin accidental y el cambio no se produca mas que para una pequea parte de los bienes de los que dispona la comunidad. La primera divisin del trabajo en funcin del sexo no altero esta caracterstica de produccin para satisfacer las necesidades, no para el cambio. A partir de la divisin social del trabajo, la organizacin de la produccin en grandes unidades que trabajaban independientemente unas de otras (grandes familias patriarcales) hizo necesario el intercambio de los productos del trabajo de cada una de ellas. De esta forma, se pas a producir objetos, no para ser consumidos inmediatamente por su productor o por la comunidad de la que este forma parte, sino para ser intercambiados en el mercado por otros objetos. Esto es, se pas a la produccin de mercancas, que ha conocido su mas amplia expansin en la sociedad capitalista. Es la primera sociedad histrica en la que la mayor parte de la produccin est compuesta por mercancas. En ella, todo lo que pueda satisfacer una necesidad, o parece que la satisface, ser producido por alguien para ser vendido en el mercado. Y lo importante no ser en que grado satisface la necesidad, sino si la gente lo comprar o no. En las sociedades actuales, una parte del trabajo necesario se dedica directamente a la satisfaccin de las necesidades. Por un lado, los productos que los campesinos obtienen en sus huertas para su propio autoconsumo no han sido cultivados con el objetivo de venderlos en el mercado, sino de alimentarse, vestirse, etc ellos y sus familias. Por otro, los productos del trabajo domstico estn destinados a ser consumidos en el seno de la familia. Ambos constituyen el trabajo que se realiza fuera del mercado y su producto no se destina a la venta sino a satisfacer las necesidades de sus propios productores. El resto del trabajo social se efecta en los circuitos del mercado. Una parte ser realizado por personas que venden los productos que fabrican o los servicios que prestan y con el importe de esta venta obtienen los ingresos necesarios para comprar las cosas o pagar los servicios que necesitan para vivir. Son los trabajadores autnomos, los artesanos, los campesinos, etc. El resto ser realizado por personas que obtienen sus ingresos no de la venta de las cosas que producen, sino como pago a su trabajo. Son los asalariados. La caracterstica fundamental, tanto de los primeros como de los segundos, es que el producto del trabajo no es directamente utilizado por el que lo presta, esto es, no se dedica a satisfacer directamente las necesidades de ellos y de sus familias. Su objeto es producir cosas que se puedan vender en el mercado, es decir, producir mercancas. Una parte de la produccin de mercancas ser producto necesario, pues el trabajo domstico y el dedicado al autoconsumo de los campesinos es insuficiente para que la sociedad sobreviva. Con los ingresos que obtienen los productores por la venta de sus productos o de su fuerza de trabajo, acudirn al mercado a comprar los objetos o pagar los servicios que necesitan para sobrevivir. Pero la produccin de mercancas es mucho mayor que la que se necesita para la supervivencia de la sociedad. El resto constituye el producto excedente. 1.3. EL TRABAJO HUMANO ES LA MADRE DE TODOS LOS VALORES En las sociedades actuales, la mayor parte del trabajo social se destina a la produccin de mercancas. La mercanca es un producto del trabajo humano que no ha sido creado para ser consumido inmediatamente, sino para ser cambiado en el mercado y obtener con ello un beneficio. Por tanto, para que una mercanca encuentre un comprador, debe tener una utilidad. Esta utilidad es su valor de uso.
En la sociedad capitalista, una parte de las necesidades de los trabajadores y sus familias se cubre con el trabajo realizado en el propio seno de la familia, esto es, con el trabajo domstico. Pero solamente con l la familia no puede obtener todo lo que necesita para vivir, por lo que necesita realizar un trabajo en el mercado a cambio de un salario con el que poder comprar las mercancas que le faltan para su subsistencia. As pues, el nivel de vida de los trabajadores y sus familias est determinado por los valores de uso que se obtienen con el trabajo domstico y por las mercancas que compra con el salario del trabajo asalariado. La familia es la institucin que se encarga de la divisin sexual del trabajo haciendo recaer normalmente el trabajo domstico sobre la mujer y el trabajo asalariado sobre el hombre. El hecho de que haya familias en las que realice el trabajo asalariado el hombre y la mujer o solamente la mujer no cambia las cosas, pues, normalmente, es sobre esta ltima sobre la que recae el peso del trabajo domstico. En la sociedad capitalista, el trabajador est obligado a vender su fuerza de trabajo (esto es, su capacidad de realizar un esfuerzo humano durante un espacio de tiempo) a cambio de un salario, pues es esta la nica mercanca que tiene y que puede vender para obtener lo necesario para comprar las que le faltan a l y a su familia para subsistir. La fuerza de trabajo es, pues, una mercanca y, al igual que el valor de cualquier otra mercanca, su valor es la cantidad de trabajo necesario para producirla y reproducirla, es decir, el valor de los medios de subsistencia que el trabajador y su familia deben comprar en el mercado para subsistir. Dichos medios de subsistencia no deben interpretarse en un sentido estricto, esto es, como los imprescindibles para que el individuo y su familia vivan y se reproduzcan, sino en un sentido amplio: incluyen tambin mercancas o servicios que si bien no son necesarios para la supervivencia, si lo son desde un punto de vista histrico sociolgico. Por eso, el salario debe ser suficiente para que en el nivel de vida de los trabajadores se incluyan valores de uso como el automvil, si el capital quiere una cierta estabilidad social y que aumente la productividad del trabajo, hay un salario indirecto determinado por la prestacin de ciertos servicios imprescindibles, como sanidad o educacin para cuya prestacin el capital debe dedicar recursos, etc. Pero la fuerza de trabajo no es una mercanca mas: es la nica que es capaz de crear valor, debido a que el valor que produce (que se mide por la duracin del trabajo), es siempre superior a su propio valor (esto es, a lo que cuesta producir los medios de su subsistencia). La diferencia entre el valor producido por la fuerza de trabajo y su propio valor es la plusvala. Sigamos con el ejemplo anterior. Habamos visto que la aparicin del dinero le haba permitido al sastre vender su chaqueta por 15 libras de oro sin necesidad de tener que cambiar por ella tres pares de zapatos. Con cinco libras de oro se haba comprado unos zapatos y se haba guardado las 10 restantes en el bolsillo. Este dinero, puede guardarlo en su casa o puede utilizarlo para producir mas chaquetas, esto es, puede utilizarlo como capital. En efecto, supongamos que las 15 horas que cuesta producir cada chaqueta se descomponen en 7 horas las necesarias para producir la tela y 8 horas las que se requieren para coserla. Supongamos que cuesta 3 horas producir las mercancas necesarias para que viva un da un trabajador y su familia. Entonces, el sastre puede acudir al mercado con sus 10 libras y gastrselas en adquirir la tela (que cuesta 7 libras) y los servicios de un trabajador (cuyo salario ser de 3 libras). Se habr gastado las 10 libras, pero al final de la jornada tendr una chaqueta que puede vender por 15 libras. Utilizando su dinero como capital, habr obtenido una plusvala de 5 libras. La plusvala es la fuente de los beneficios capitalistas y es extrada de la siguiente forma. El capitalista le paga al trabajador un salario que se corresponde con el valor de la fuerza de trabajo, esto es, con el valor de los medios de subsistencia que dicho trabajador necesita para subsistir l y su familia (en el ejemplo, 3 libras, con las que adquiere mercancas que cuesta producirlas 3 horas de trabajo). Pero, en el capitalismo, el trabajador puede ganar el valor de sus medios de subsistencia solo con unas horas del total de su jornada de trabajo (solamente con 3 de las 8 horas de jornada), debido, por ejemplo, al aumento de la productividad que se deriva de la utilizacin de maquinaria, por lo que el valor de la produccin del resto de la jornada (las 5 horas restantes) se la apropia el capitalista, en forma de plusvala. La plusvala es el excedente de horas de trabajo por encima de las que el trabajador necesita para producir sus medios de subsistencia que es apropiado por el capitalista.
El valor de una mercanca, que se mide por el numero de horas de trabajo abstracto socialmente necesario para producirla, tiene varios componentes: a) El numero de horas de trabajo que se incorporan al valor de las mercancas con las materias primas, la utilizacin de la maquinaria, etc. En el total del valor de una mercanca hay que contar tambin las horas de trabajo que cost producir sus materias primas y las que se incorporan a travs del desgaste de las mquinas que se utilizan en su produccin. Es el capital constante (que llamaremos c). En el ejemplo que estamos utilizando, el capital constante seria las 7 horas de trabajo que cuesta la tela con la que se produce la chaqueta. b) El numero de horas de trabajo que el trabajador ha utilizado directamente en la produccin de la mercanca (como se ha dicho antes, en las condiciones medias de productividad, habilidad, etc de la sociedad en esa poca). Es el trabajo vivo que se incorpora al valor de la mercanca. En el ejemplo de la chaqueta, seria las 8 horas de trabajo que el operario utiliza para coserla. Pero el trabajo vivo tiene dos componentes: b.l) El capital variable (que vamos a llamar v), es decir, la parte de las horas de trabajo directo que es equivalente al valor de los medios de subsistencia que necesita el trabajador y su familia (las 3 horas de trabajo que tiene que pagar como salario). b.2) La plusvala (que llamaremos p), que es la parte de las horas de trabajo directo que es apropiada por el capitalista (las 5 horas restantes). Para llevar a cabo la produccin, el capitalista deber contar previamente con las materias primas y las mquinas y deber adelantar el salario a los trabajadores con los que estos compraran sus medios de subsistencia. En el ejemplo, tendr que contar previamente con las 10 libras de capital. Es por esto por lo que estos dos componentes del valor se llaman capital constante y capital variable. Al final del proceso productivo, el capitalista tiene una mercanca cuyo valor es superior al capital utilizado en su produccin (constante mas variable), justo en la plusvala. As pues, el valor de una mercanca ser, por tanto, c+v+p Las 15 horas que vale la chaqueta se descompondran en: 7 horas de capital constante mas 3 horas de variable mas 5 de plusvala. En el ejemplo anterior, el capitalista ha debido invertir un capital de 10 libras (7 en la tela y 3 en el salario), pero en la realidad, el capital deber ser mayor, pues deber contar tambin con una mquina. Un ejemplo mas realista podra ser el siguiente: Para producir una chaqueta, un capitalista necesita: a) Una mquina que le cuesta 1.000 libras, con la que puede producir 500 chaquetas antes de que se rompa totalmente. Por tanto, en cada chaqueta se incorporaran 2 libras como consecuencia del desgaste de la mquina. b) Tela, por importe de 5 libras para cada chaqueta. c) Una jornada de 8 horas de un trabajador, que le cuesta un salario de 3 libras. El valor de la chaqueta seguir siendo el mismo, pero las 7 libras de capital constante (7 horas de trabajo) se dividirn en 2 de desgaste de la mquina y 5 de tela. Si el trabajador trabaja 300 das al ao, producindose por tanto 300 chaquetas, el valor de la produccin seria el del cuadro
De la misma forma, el valor total de la produccin de una empresa tendr tres componentes: el valor de las materias primas y del desgaste de las mquinas utilizadas en la produccin (capital constante), el valor de la fuerza de trabajo (capital variable) y la plusvala. En la vida diaria, es comn denominar excedente a la plusvala. No hay ningn obstculo a que la llamemos as pues, de alguna forma, la plusvala no es mas que el excedente que queda despus de reponer las materias primas gastadas en la produccin y haber retribuido a la fuerza de trabajo. Pero, en general, con esta terminologa de lo que se trata es de esconder el hecho de la explotacin, por lo que es mas correcto la utilizacin del termino plusvala. 1.7. HAGAMOS LAS CUENTAS DE LA SOCIEDAD
En una sociedad en la que no existe mas actividad econmica que la produccin de mercancas, todo funcionara de la misma manera que en una empresa, pero apareceran algunas caractersticas propias derivadas del hecho de que se trata de una sociedad en su conjunto. Las principales variables, utilizando una terminologa similar a la que se usa en la contabilidad nacional convencional, y las principales relaciones contables seran las siguientes: El producto nacional bruto (PNB) sera el valor de todas las mercancas producidas por esa sociedad durante un perodo de tiempo determinado (un ao, por ejemplo) y, como ocurre con una mercanca individual o una empresa, tendra varios componentes. a) El capital constante (c), esto es, el valor que incorporan a todas las mercancas producidas las mquinas, las instalaciones industriales, etc, es decir, el consumo de capital fijo (CF) que se produce en el proceso de produccin durante el perodo, y las materias primas, etc que se utilizan en el mismo (cM) . La incorporacin de estas ultimas no crea ningn valor nuevo, pues el nico que lo hace es el trabajo vivo, por lo que, para una mercanca o una empresa, el capital constante estara formado por esos dos componentes, cF + cM . Pero una sociedad en su conjunto reproduce a lo largo del perodo las materias primas utilizadas (cM) en la produccin, y lo hace utilizando trabajo muerto (CF) y trabajo vivo (v + p) que, como se ha visto, crea nuevo valor. Por tanto, para el conjunto de la sociedad, el capital constante (trabajo muerto) que se ha incorporado al valor de la produccin es nicamente el consumo de capital fijo CF y no se deben incluir las materias primas utilizadas, pues, la parte de su valor que incorpora la maquinaria con la que se producen esta incluida en cF, y el nuevo valor creado al producirlas se incluye en el apartado siguiente.
Para comprender la produccin capitalista y el funcionamiento del mercado, tal y como se desarrollara en captulos posteriores, es preciso definir algunas variables fundamentales. Las mas importantes son las siguientes: a) La tasa de explotacin: La tasa de explotacin es el porcentaje que representan las horas de trabajo que expropia el capitalista respecto a las que el trabajador necesita para reproducir los medios de su subsistencia. Del total de la jornada de trabajo, el tiempo de trabajo necesario es el numero de horas diarias que el trabajador necesita para reproducir el equivalente de su salario. Si una trabajador trabaja ocho horas diarias y el conjunto de los medios de subsistencia de l y de su familia se produce en tres horas, este sera el tiempo de trabajo necesario y el capital variable. Las cinco horas restantes que trabaja gratuitamente para el capitalista es el tiempo de trabajo excedente y la plusvala que se apropia el capitalista. La tasa de explotacin, tambin llamada tasa de plusvala, sera la relacin entre p (trabajo excedente, 5 horas en el ejemplo) y v (trabajo necesario para reproducir los medios de subsistencia, 3 horas en el ejemplo). Seria, por tanto: p trabajo excedente 5 tasa de explotacin = ----- = ----------------------------- = --- = 166% V trabajo necesario 3 La tasa de explotacin se medira de la misma forma para una empresa (en el ejemplo de las 300 chaquetas sera 1.500 dividido por 900, es decir, tambin el 166%), una rama industrial o un pas. Sera el porcentaje que representa la plusvala que obtiene la empresa, la rama industrial o el pas, respecto al valor de las mercancas necesarias para la subsistencia de sus trabajadores.
En el captulo anterior, se expuso que el valor de las mercancas est determinado por la cantidad de esfuerzo humano que cuesta producirlas. El valor de uso no juega un papel fundamental en la determinacin de los precios aunque, por supuesto, puede tener alguna influencia en que estos se separen de los valores. Esta teora se denomina del valor trabajo y fue desarrollada por Marx y por los economistas de la llamada Escuela Clsica anteriores a l. Desde el ultimo tercio del siglo pasado, la economa convencional dominante ha sustituido la teora clsica del valor trabajo por una teora de los precios que vincula estrechamente los conceptos de valor de cambio y valor de uso que, en su caso, pasa a denominarse utilidad. El punto de partida de la misma ya no son las mercancas, que pasan a denominarse bienes, sino el comportamiento del individuo racional que, si es consumidor, busca la mxima satisfaccin de sus necesidades y, si es productor, el mximo beneficio. En consecuencia, la medida del valor de las cosas no es el esfuerzo humano que ha costado producirlas, sino lo que la gente est dispuesta a pagar para adquirirlas. 2.1. LA TEORIA ECONOMICA DOMINANTE ES LA DE LA CLASE DOMINANTE
Desde su nacimiento como ciencia, hasta la aparicin de la obra de Marx, la economa se mantuvo relativamente unida, aunque las posiciones de los diferentes autores sobre el funcionamiento de la sociedad fueron relativamente dispares. Fue el perodo de la Economa Poltica Clsica, que se desarroll, mas o menos, durante los dos primeros tercios del siglo pasado. Desde Marx hasta la actualidad, se encuentra divida en dos campos fundamentales: la economa marxista y la teora econmica convencional. Esto no excluye, como se ver, la existencia de corrientes que no pueden vincularse directamente a una o a otra. a) La Economa Poltica Clsica Como todas las ciencias, pero quizs mas que ninguna otra, la economa no es independiente del contexto social en que se mueve. Surgi como ciencia al final del siglo XVIII, esto es, al mismo tiempo que lo hizo lo que trataba de explicar: la economa capitalista; tiene por objeto fundamental la comprensin del funcionamiento de la principal institucin de ese sistema: el mercado, y la constante bsica de sus protagonistas ha sido su vinculacin a una clase: la burguesa. En consecuencia, aunque pueden encontrarse muchas y muy honrosas excepciones, no es exagerado decir que la ciencia econmica ha tenido un marcado carcter clasista desde su inicio. Marx considero a sir William Petty (1623-1687), un personaje que vivi en la Inglaterra del siglo XVII, como el primer economista clsico de la historia. Sus preocupaciones versaron sobre la naturaleza del proceso econmico y el anlisis de los mecanismos que llevan a la apropiacin del excedente por parte de la clase dominante. Como es lgico, su vinculacin con la economa no fue desinteresada, pues sus estudios sobre la tierra en Irlanda le permitieron convertirse en uno de los mayores terratenientes del pas. Pero la economa convencional acostumbra a situar el nacimiento de la ciencia econmica en 1776, el mismo ao que el de la revolucin americana, con la publicacin en Inglaterra de Investigacin sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones de Adam Smith , que dio lugar a lo que luego se ha conocido como Economa Poltica Clsica. La Economa Poltica Clsica surgi como un producto de las necesidades de la burguesa naciente en su lucha contra la sociedad feudal establecida. Hasta finales del siglo XVIII, los pocos autores que se haban preocupado del funcionamiento econmico de la sociedad haban abordado el problema desde un punto de vista bsicamente tico (como se debera distribuir el producto social entre las diferentes clases sociales, etc). A este respecto, no es una casualidad que Adam Smith (1723-1790), el primero de los economistas clsicos, fuera un profesor de moral. Pero en un perodo de capitalismo emergente, el problema ya no era tanto justificar la apropiacin del producto excedente por parte de los terratenientes, sino comprender como se formaba, particularmente la parte que le corresponde a la nueva clase dominante: la burguesa. En consecuencia, los economistas clsicos, entre los que adems de Adam Smith cabe citar a David Ricardo (1772-1823) y John Stuart Mill (1723-1790), entre otros, se preocuparon de analizar el funcionamiento del capitalismo tal y como era. Los temas que centraron su atencin fueron:
La teora del valor trabajo parte del anlisis de la mercanca, porque la principal caracterstica de la economa de mercado es la produccin para la venta. Las mercancas deben servir para satisfacer alguna necesidad para que alguien las adquiera, pero en el anlisis, esto ocupa un lugar secundario. Para la economa convencional, el principal objetivo de la economa de mercado no es la obtencin de un beneficio, sino la satisfaccin de las necesidades, aunque alguien debe obtener algn beneficio para que la produccin tenga lugar. Es decir, invierte los trminos y, en consecuencia, mitifica la economa de mercado, ocultando su caracterstica fundamental: el mvil de la produccin no es la satisfaccin de las necesidades, sino obtener un beneficio. Dicha mitificacin comienza por el abandono del concepto de mercancas, que es sustituido por el aparentemente mas neutro de bien econmico. La mercanca es un producto tpico del capitalismo, el bien es un concepto aplicable a cualquier sociedad, ya sea precapitalista, capitalista o socialista. Un bien es toda cosa apta para satisfacer una necesidad humana y que est disponible para tal funcin, independientemente del carcter de la sociedad en que se de. Es un concepto objetivo y ahistrico que debe cumplir tres condiciones. En primer lugar, debe existir una necesidad que sea susceptible de ser satisfecha por l. No todas las cosas son bienes: la vacuna de la viruela, por ejemplo, no lo es, porque esta enfermedad ha sido ya erradicada. Desde este punto de vista, son bienes tanto el autoconsumo de los campesinos o el trabajo domstico, que no son mercancas, como las lechugas que se compran en el mercado o las camisas planchadas que se recogen en la tintorera, que si lo son. En segundo lugar, los bienes deben tener una aptitud tcnica para satisfacer las necesidades a las que se dirigen. Un alimento pasado o una casa en ruinas no son bienes, porque el primero no sirve para la alimentacin y la segunda no se puede utilizar como vivienda. La tierra balda tampoco sera un bien, pues no satisface ninguna necesidad, aunque forzando las cosas, si lo es para el especulador que trafica con ella. Finalmente, los bienes lo son en relacin con el factor humano, de forma que el que satisface una necesidad con ellos debe conocer como utilizarlos. Por ejemplo, un ordenador personal no es un bien para un indio del Amazonas, porque no le satisface ninguna necesidad y no sabra operar con el. La necesidad y el conocimiento de como satisfacerla preceden al bien, ocultando el hecho de que muchas mercancas, por el solo hecho de ser producidas, crean la necesidad y la aptitud tcnica para utilizarlas. Pero no todos los bienes deben ser objeto del anlisis econmico. Los bienes libres, como el aire, que satisface la necesidad de respirar, existen en la cantidad suficiente como para que todo el mundo pueda disponer de ellos sin tasa. La economa solo se debe ocupar de los bienes econmicos, que son aquellos cuya cantidad es insuficiente para satisfacer las necesidades de todos los individuos que los necesitan, es decir, que son escasos. Un bien puede ser libre para unos y econmico para otros. El agua, por ejemplo, es un bien libre para los indios del Amazonas, pero es un bien econmico para los habitantes del desierto. Los bienes econmicos pueden ser de dos tipos. Los bienes directos son los que proporcionan directamente la satisfaccin de una necesidad. Todos los bienes de consumo estaran comprendidos en esta categora. Los bienes indirectos son los que sirven para producir bienes directos, es decir, son todos aquellos que no satisfaciendo directamente una necesidad, sirven para producir otros que si lo hacen. Entre ellos estaran comprendidos todos los medios de produccin
Para la teora econmica convencional, la investigacin debe proceder de una manera anloga a la de las ciencias naturales pues, aunque los acontecimientos econmicos no pueden ser estudiados bajo condiciones experimentales controladas, es posible simularlos con modelos abstractos que constituyen una aproximacin cientfica a la realidad. En consecuencia, para la teora convencional, la economa se libera del tiempo histrico y se aparta de las leyes de la historia. La bsqueda de las leyes histricas que mueven la sociedad, caracterstica de la Economa Poltica Clsica y del marxismo, es reemplazada por el anlisis abstracto de los procesos que mueven el mercado, como si se tratase de un fenmeno fsico y no social. La primera consecuencia de este mtodo es la no consideracin de la existencia de clases sociales y su sustitucin por un abstracto individuo racional. En la sociedad, puede haber capitalistas (individuos que compran fuerza de trabajo y medios de produccin y venden mercancas) y trabajadores (personas que venden su fuerza de trabajo y con lo que obtienen por ello compran mercancas de consumo), pero todos ellos tienen un comportamiento que, en lo fundamental, es el mismo. Con respecto a los bienes de consumo, el individuo racional buscara la mxima satisfaccin de sus necesidades y da igual que sus ingresos provengan de los beneficios o de salarios, pues su origen no afectar en nada sustancial a su comportamiento. Dados sus ingresos y el conocimiento de los precios de los bienes que satisfacen sus necesidades, se los gastarn de forma que la satisfaccin que obtienen sea la mayor posible. Es verdad que los capitalistas tienen mas ingresos que los trabajadores, pero esto no cambia las cosas: solo significa que pueden satisfacer mas necesidades porque sus ingresos son mayores, pero no que su comportamiento sea distinto. La diferencia fundamental no reside en el origen de los ingresos, sino en que los diferentes individuos los tienen diferentes. Algunas de estas desigualdades pueden estar justificadas, pues, por ejemplo, la sociedad debe premiar a todos aquellos que tienen mas iniciativas, como los empresarios, o que estn mas cualificados, como las capas superiores de la clase obrera. Otras pueden ser injustas, pero se deben a que el mercado funciona mal, pues cuando lo hace bien, la libre competencia tiende a eliminarlas. Pero el hecho es que el anlisis cientfico debe partir del comportamiento de este individuo racional medio y no de que el mismo sea capitalista o proletario. Con respecto a su relacin con la actividad productiva, las cosas son similares: en lo sustancial, nada diferencia el comportamiento de un trabajador y un capitalista, salvo en que ambos tienen diferentes posiciones en el mercado. La teora del valor trabajo parte del hecho de que es este el nico que le da valor a los bienes, pero esto no es correcto. En la realidad, la produccin se realiza porque a la misma contribuyen varios factores de la produccin. Contribuye el trabajo aportando el esfuerzo humano y obtiene un precio por ello: el salario. Contribuye la tierra aportando sus productos, ya sean los de la agricultura o las materias primas con las que se realiza la produccin, y obtiene un precio: la renta de la tierra. Y contribuye el capital, facilitando los medios de produccin con los que el trabajo transforma las materias primas, convirtindolas en bienes que sirven para satisfacer necesidades. Sus poseedores, que supieron abstenerse de su consumo, acumulando para que la sociedad produjera mas en el futuro, obtienen una recompensa por la espera. El empresario es una figura insustituible en la economa de mercado, pues es el que articula la conexin entre todos estos factores de la produccin. En efecto, su papel consiste en comprar factores productivos (los servicios del trabajo, la tierra y el capital), hacer que sea posible la produccin de bienes que satisfacen las necesidades y venderlos en el mercado. Es normal que una actividad tan importante sea premiada con un beneficio. Pero el comportamiento de los propietarios de los factores de la produccin (trabajadores que poseen fuerza de trabajo o individuos que poseen materias primas o capital) no es diferente. De la misma forma que como consumidores todos ellos trataban de conseguir la mxima satisfaccin de sus necesidades, dados sus ingresos, como productores todos ellos tratarn de obtener los mximos ingresos, dada su aportacin a la produccin. Es verdad que el comportamiento de cada uno de los factores de la produccin tendr caractersticas propias, pero esto no se deber a que el comportamiento de los individuos que los poseen sea diferente (todos buscarn el mximo de ingresos), sino a que son diferentes "factores de la produccin". Lo operativo es la distincin de los servicios, no la de los poseedores de los mismos. Para la teora econmica convencional, la distincin entre diferentes clases sociales solo pueden complicar las cosas intilmente.
Para la teora del valor trabajo el valor de uso juega un papel muy limitado, porque no influye sobre el valor de cambio. En un contexto de escasez, el valor de una mercanca esta determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario que lleva incorporado y el cambio en los gustos de los individuos no influye sobre el mismo. Para la teora econmica convencional, el valor de un bien no es una cualidad intrnseca de las cosas y el trabajo no es el que les da valor. El valor de un bien se basa en la importancia que tiene para el individuo, de forma que si una necesidad desaparece, desaparece el valor de los bienes que la satisfacan. El valor de uso, que en su caso se llama utilidad, juega un papel crucial en la determinacin del valor, pues es el elemento fundamental que determina la funcin de demanda de cada bien. Su funcionamiento es el siguiente La utilidad de un bien es la aptitud que tiene para satisfacer una necesidad. La utilidad del agua es que calma la sed. Pero toda necesidad pierde intensidad a medida que se satisface. Supongamos un nafrago que es recogido por un barco. El primer vaso de agua le proporcionar una gran utilidad, pues satisfar una necesidad muy apremiante, pero la del segundo ser menor y si sigue bebiendo llegar un momento que puede transformarse en un suplicio, es decir, en que no le produzca ninguna utilidad, sino todo lo contrario, desutilidad. La utilidad que le aade cada vaso de agua, esto es, la utilidad adicional que le proporciona cada uno de ellos, es la utilidad marginal. Si bebe tres vasos de agua, la utilidad marginal del agua ser la que le proporciona el tercer vaso, si bebe cinco, ser la que le proporciona el quinto. La utilidad marginal del primer vaso ser mayor que la del segundo y esta que la del tercero, y as sucesivamente. Es decir, la utilidad marginal es decreciente conforme se satisface una necesidad. No ocurre lo mismo con todas las necesidades (para un drogadicto, cada nueva dosis le proporcionar una utilidad mayor, puesto que crea hbito), pero el consumidor racional se comportar de esta forma para la mayora de los bienes. La utilidad de un bien ser muy diferente de unos individuos a otros. Es posible, adems, que no se pueda medir directamente. Pero el comportamiento de la mayora de los individuos con respecto a la mayora de los bienes ser tal y como se ha descrito antes. El hecho de que existan bienes, como la droga, que tengan una utilidad marginal creciente, tampoco plantea ningn problema, pues basta con estudiarlos especificamente con el mismo mtodo, pero considerando sus caractersticas peculiares. El valor de uso, la utilidad en la terminologa de la teora econmica, tiene una importancia crucial, pues puede explicar las variaciones de la demanda de los distintos bienes. El hecho de que la utilidad marginal sea decreciente juega un papel clave en la demanda de cada bien. Volvamos al ejemplo de las chaquetas del capitulo anterior. Para un individuo que sea racional, la utilidad que le proporciona la primera chaqueta que pueda comprar en el mercado ser mucho mayor que la de la segunda (pues ahora ya tiene una y tiene menos necesidad de ella), esta, a su vez, mayor que la de la tercera, y as sucesivamente. Por tanto, el consumidor racional estar dispuesto a pagar menos por la segunda que por la primera, por la tercera que por la segunda, y as sucesivamente. Como ocurriera con la utilidad marginal, la demanda de chaquetas de este individuo ser decreciente, y habr que bajar el precio de las chaquetas para inducirlo a comprar mas. Sumando los comportamientos de todos los consumidores se tendr la funcin de demanda de chaquetas del conjunto de la sociedad, que nos dir que cantidad se demanda a cada precio, segn el criterio de que cuando baja el precio aumenta la cantidad demandada y viceversa. Un ejemplo de demanda podra ser el siguiente:
La demanda de un bien solo explica una parte de la formacin del precio. La otra cuchilla de las tijeras es la oferta, que funciona de forma anloga a la demanda. Para aumentar la cantidad ofrecida de una mercanca se necesitar no solo mas esfuerzo humano, sino tambin mas materias primas y mas maquinaria. El trabajo ya no es el nico factor de la produccin sino que hay otros dos: la tierra (que simboliza los recursos naturales, las materias primas, etc) y el capital (que se identifica con las mquinas, las plantas industriales, etc). De esta forma, queda eliminada la primaca del trabajo en la produccin. En la economa funciona lo que se denomina ley de los rendimientos decrecientes, que consiste en lo siguiente. Si se supone fija la cantidad de uno de los factores de la produccin (el capital, por ejemplo), cuando se aumenta la de cualquier otro (el trabajo por ejemplo), cada una de las unidades produce un rendimiento (aumenta la produccin) inferior al de las anteriores. De la misma forma que la utilidad de la ltima unidad consumida de un bien era su utilidad marginal, el aumento que genera la ltima unidad empleada de un factor es su productividad marginal. La explicacin es la siguiente. A corto plazo, los empresarios no pueden aumentar el capital de que disponen (las mquinas), por lo que solamente podrn aumentar la produccin utilizando mas intensamente los otros dos factores de la
Para el conjunto de los capitalistas que producen chaquetas, la curva de oferta seria como la que se ha representado en el Grfico 2.1.
La teora del valor subjetivo, que se ha explicado mas arriba, implica el rechazo de cualquier esquema basado en clases sociales en el que haya una contradiccin entre capital y trabajo y, por tanto, de la teora de la explotacin. Esta ltima es sustituida por una teora de la distribucin de la renta, segn la cual cada factor productivo percibe rentas de acuerdo con su contribucin al proceso de produccin. As: a) Los propietarios de tierras agrcolas, de propiedades urbanas, de recursos naturales, etc, reciben una renta, que es la retribucin que les corresponde por la utilizacin de estos factores de la produccin, denominados primarios. b) Los salarios son la recompensa del esfuerzo humano. Al contrario que en los clsicos, no los perciben solo los trabajadores, sino tambin el empresario, que tiene un salario imputado por su direccin de la produccin. c) Los propietarios del capital perciben un inters como recompensa de su espera, es decir, como pago por el sacrificio que implica renunciar al consumo presente para poder aumentar la produccin futura. Por tanto, desaparece el concepto de plusvala tal y como se concibe en Marx, pues la misma se distribuye entre la renta de la tierra, los salarios de los empresarios y la retribucin del capital invertido. En este esquema, el mercado de trabajo, que funciona como un mercado mas, ocupa un lugar central. La demanda de trabajo, esto es, el numero de trabajadores al que los empresarios estn dispuestos a dar empleo, viene determinada por el hecho de que sus rendimientos son decrecientes. Como se usan varios factores en la fabricacin de un producto, cuando alguno de ellos se mantiene en una cantidad fija, sucesivos aumentos de los restantes dan lugar a aumentos de la produccin cada vez mas pequeos. Esto tiene una importancia decisiva para el trabajo, pues a corto plazo la cantidad de capital est dada. Dada una existencia de fabricas, mquinas, etc, con ellas trabajar un determinado numero de obreros y cada aumento de estos que se haga se traducir en un aumento de la produccin, pero dicho aumento ser cada vez mas pequeo. De esta forma, los empresarios contratarn trabajadores hasta el punto en el que lo que aumenta la produccin el ultimo trabajador empleado (su productividad marginal) sea igual a lo que retira de la misma (su salario). Contratar a un trabajador adicional implicara incurrir en perdidas, porque habra que pagar un salario que sera superior a lo que dicho trabajador aumenta la produccin. Igual que en cualquier otro mercado, la demanda de trabaj que realizan los empresarios depender de su precio, esto es, del salario: cuando se reduce el salario se contratarn a mas trabajadores y viceversa.
Para la economa neoclsica, el mercado es la institucin perfecta por excelencia, pues garantiza que cualquier aumento de la produccin se traduzca inmediatamente en un aumento equivalente de la demanda que har frente a la misma. En efecto, en una economa de trueque, en la que no existe dinero y se produce para satisfacer las necesidades y en la que cada productor cambia en el mercado el exceso de produccin por encima de sus necesidades, no puede haber una superproduccin generalizada de bienes, pues la produccin excedentaria de cada persona constituye al mismo tiempo su demanda de otros bienes. Para la economa en su conjunto, la suma de las demandas tendr que ser igual a la suma de las ofertas. En una economa capitalista moderna, en la que existe dinero, las cosas funcionarn de la misma manera. Salvo el avaro excntrico, lo individuos racionales no desean dinero por el dinero mismo, por lo que no mantendrn ociosos volmenes de dinero. Entonces, todo funciona exactamente igual que en una economa de trueque, pero con el dinero como intermediario, como decan los neoclsicos, con un velo monetario. De esta forma, una duplicacin de la cantidad de dinero supondr una duplicacin de los precios, pero los precios relativos (las relaciones de intercambio entre cada dos bienes) y los volmenes de produccin permanecern inalterados, porque la cantidad de dinero no les influye. Sin embargo, entre las dos guerras mundiales, el sistema econmico de la mayora de los pases industriales se vio sacudido por una crisis sin precedentes. Como se ver en un capitulo posterior, la economa capitalista se encontraba en la fase descendente de una onda larga, que se desarroll entre el final de la primera guerra mundial y el comienzo de la segunda. Era por tanto, un momento de crisis econmica similar al que la economa capitalista esta viviendo en la actualidad. En Inglaterra, la crisis empez en 1921 y continuo con pequeas interrupciones a lo largo de los aos treinta. Incluso en 1926 se realiz una masiva huelga general que no tena precedentes en el mundo capitalista. Las severas condiciones de la depresin alcanzaron mas tarde a los Estados Unidos. El crash de 1929 hizo crecer el paro, multiplic las colas del pan y el subsidio de desempleo se extendi por todos los Estados Unidos. A la vista de estos sntomas, que no se correspondan con la teora, muchos economistas comenzaron a preguntarse si Marx no llevaba razn. La estructura neoclsica se haba montado sobre el supuesto de que el pleno empleo era el nivel al que trabajaba la economa, que todo alejamiento de l sera coyuntural y que la propia economa generara los remedios necesarios para volver a la normalidad. Pero esto no tena nada que ver con la realidad de los aos treinta: el paro alcanzaba proporciones inusitadas, la capacidad productiva ociosa era la norma y nada indicaba que esta situacin se fuera a corregir por si sola.
En el capitulo anterior, se expuso cual era el funcionamiento del mercado segn la teora econmica dominante. Para ella, los precios nada tienen que ver con los valores trabajo porque hace abstraccin de la existencia de dos clases antagnicas en la sociedad. Como consecuencia, los beneficios no son un producto de la explotacin sino, simplemente, la retribucin a uno de los factores de la produccin: el capital. Este esquema oculta el papel fundamental que tiene la formacin de la tasa de beneficio en la economa de mercado. Por encima de estas mitificaciones, el autentico motor de la misma es la obtencin de beneficios y no la satisfaccin de las necesidades de la poblacin y esto tiene como consecuencia que, incluso desde el punto de vista terico, el mercado sea una institucin muy alejada de la eficiencia que se le propugna. Frente a esta explicacin, la Ley del Valor desvela la naturaleza profunda del mercado capitalista, su eficiencia y sus deficiencias decisivas. Por otra parte, la teora econmica convencional hace abstraccin de la historia y de las particulares condiciones reales en las que se da el mercado. En la poca del capitalismo tardo, no existe un mercado tan perfecto como el que se explica en los libros y, adems no ha existido nunca. En la realidad actual, la economa de mercado es una fuente de desigualdad social y de desequilibrios que dotan a la economa capitalista de una fuerte inestabilidad. 3.1. VIVA EL MERCADO!
El problema central de toda organizacin econmica es la escasez, esto es, el hecho de que no es posible satisfacer todas las necesidades de la sociedad porque los recursos que se requeriran para ello no estn disponibles en la cantidad suficiente. Para sus defensores, la economa de mercado es un mecanismo casi perfecto para afrontar este problema, pues permite asignar los recursos productivos escasos de forma que la produccin sea la mxima posible y la mas adecuada a las necesidades de la sociedad. En una economa de mercado, la demanda de los bienes expresa las necesidades de la sociedad y orienta las decisiones de los empresarios, que contratan factores productivos en el mercado libre y con ellos producen los bienes necesarios para hacer frente a dicha demanda. Oferta y demanda generan unos precios de equilibrio, que son indicadores de la escasez de cada uno de los bienes. Con los ingresos que obtiene de la venta de sus productos, el empresario paga los costes de los materiales que ha utilizado en su produccin. El resto se corresponde a la retribucin de todos los factores que han intervenido en la produccin, esto es, se distribuye entre salarios, rentas e intereses. Si el empresario es eficiente, todava quedara un excedente que es su beneficio. Para el conjunto de la sociedad, el valor generado ser el importe de todos los bienes producidos menos el coste de los materiales que se han utilizado en su produccin. Estos ltimos deben de restarse pues, en caso contrario, se contaran dos veces: como produccin de los mismos y como parte del valor de los productos que se elaboran con ellos. El importe de la venta de esta produccin genera unos ingresos totales de la sociedad, que es la renta nacional, que se distribuye entre todos lo que han participado en la misma. Es decir, todos los factores de la produccin tienen una fuente de renta, su suma es la renta nacional y su importe coincide con el valor de la produccin. Una parte de la renta nacional se gastar en bienes de consumo y el resto se ahorrar. Dicho ahorro lo pueden efectuar los asalariados, los capitalistas o los terratenientes, pero esto no es lo importante. Cualquiera de ellos buscar prestarlos para obtener un inters que recompense el hecho de que se han abstenido de consumir toda su renta. Este ahorro ser utilizado por los empresarios para invertirlo y expandir la produccin. El aumento de la produccin permitir pagar mas a los factores que han intervenido en la misma: a los que con su ahorro hicieron posible tal aumento, a los asalariados, etc. Es decir, habr aumentado la renta nacional, cerrndose as el circuito. Si el mercado funciona libremente, cualquier perturbacin que se produzca en el sistema tender a ser corregida. Si un empresario se equivoca en sus decisiones de produccin, ofreciendo un producto para el que no existe una demanda suficiente en el mercado, obtendr una perdida y, o corrige su actuacin, o desaparecer; si existe paro, solo se debe a que los trabajadores se empean en demandar un salario
La Ley del Valor, es el mecanismo objetivo que gobierna el intercambio de mercancas en una economa capitalista y, por medio de estas, el reparto del trabajo y de todos los recursos disponibles entre las diferentes ramas de actividad. Es el mecanismo que hace que las necesidades sociales reconocidas socialmente, que en el capitalismo son las que se pueden expresar porque existe un poder de compra para ellas, sean cubiertas por el trabajo que se realiza en la sociedad, aunque dicho trabajo social sea realizado bajo una forma privada y cada productor individual no conozca que necesidades precisas (cuantitativa y cualitativamente) debe satisfacer su produccin. Hemos visto que las mercancas se cambian segn el trabajo que socialmente ha sido necesario realizar para producirlas. En el ejemplo que pusimos, una chaqueta (que costaba 15 horas de trabajo) se intercambiaba por tres pares de zapatos (cada uno de los cuales costaba 3 horas de trabajo). El cambio no
En una economa de mercado, el total de la masa de beneficio que obtiene el conjunto de los capitalistas al vender sus mercancas es igual al total de la plusvala que extraen a sus trabajadores. Esto es lgico, porque no es mas que el mismo problema visto desde dos puntos de vista diferentes. Pero esta regla no puede cumplirse para cada uno de los capitalistas individuales. En efecto, en las ramas industriales que tengan una composicin orgnica del capital mas baja tendrn una plusvala mas alta, porque emplean mas capital variable, y, por tanto, su tasa de beneficio ser mayor. Marx pone un ejemplo en el que esto se ve claramente. (Para simplificar, se supone que todas las ramas tienen la misma tasa de explotacin): TASAS DE EXPLOTACION Y BENEFICIO PARA DISTINTAS MERCANCIAS Mercanca 1 2 3 4 5 Obsrvese que cada una de las mercancas cuenta con la misma cantidad de capital (100) aunque tienen diferentes composiciones orgnicas del capital. Esto lleva a que cada una de ellas tenga diferentes tasas de beneficio. El objetivo fundamental de la economa capitalista es la obtencin del mximo beneficio, de forma que el capital se mover de unas ramas a otras buscndole. Si beneficio y plusvala coincidieran, el capital se dirigira a la mercanca 3 y abandonara las restantes. Entonces, habra un exceso de produccin de dicha mercanca, con lo que sus precios deberan caer y los beneficios de los capitalistas que la producen disminuir. De la misma forma, habra un dficit en 80 70 60 85 95 20 30 40 15 5 100% 100% 100% 100% 100% 20 30 40 15 5 120 130 140 115 105 20% 20% 40% 15% 5% capital capital tasa de constante variable explotacin c v (p/v) plusvala valor p c+v+p tasa de beneficio p/(c+v)
Cuando vimos la teora del valor y la explotacin, vimos la diferencia que haba entre valor individual y valor de cambio. Cada mercanca tiene un valor individual, es decir, ha costado un determinado numero de horas producirla. Pero su valor de cambio no est determinado por las horas concretas que cost producirla, sino por las socialmente necesarias, al nivel medio de productividad en esa sociedad en esa poca. Como se ha visto en epgrafe anterior, las mercancas no se cambian a su valores de cambio, sino a los precios de produccin. En este sentido, los precios de produccin no son mas que formas transmutadas del valor. Son los precios que resultan de la redistribucin de la plusvala total que hace que se iguale la tasa de beneficio de todos los capitalistas. Los precios de produccin no son mas que valores trabajo corregidos para que la plusvala que los capitalistas realizan sea una proporcin constante del capital que han invertido. Por tanto, estn medidos en horas de trabajo (como los valores de cambio). Para medirlos en dinero, hay que dividirlos por el precio de produccin del oro (recordar el captulo relativo a valor y precio). Los precios de mercado pueden diferir de los precios de produccin medidos en dinero por razones muy diversas. Las fluctuaciones errticas que normalmente se registran en la demanda de una mercanca, por ejemplo, provocarn fluctuaciones en los precios de la misma. Pero los precios de mercado se movern alrededor de los precios de produccin y, por tanto, estn determinados por los valores. Cuando disminuye el tiempo de trabajo socialmente necesario para la produccin de una mercanca, se producir una tendencia a que disminuya su precio y, cuando aumenta, su precio tender a aumentar tambin.
El anlisis del mercado hecho desde las perspectiva de la Ley del Valor se diferencia considerablemente del que realiza la economa convencional. La teora del valor trabajo pone de manifiesto que los beneficios no son una retribucin a la espera del capital. El conjunto de los beneficios de una sociedad no es ni mas ni menos que la suma de las plusvalas que obtienen todos sus capitalistas, esto es, es el producto excedente que se apropia la clase dominante con la explotacin de los trabajadores. Es producido por la fuerza de trabajo y los propietarios de los medios de produccin no lo son porque se hubieran abstenido antes de consumir su renta, sino porque han invertido la plusvala que obtuvieron en el pasado. En la produccin no intervienen factores de la produccin, sino trabajo vivo o trabajo muerto incorporado al capital. El mercado es, pues, un mecanismo que permite perpetuar la apropiacin del producto excedente por parte de una minora y las rentas del capital no son ninguna retribucin a la espera sino pura y simple explotacin. La retribucin del capital no se corresponde con su productividad marginal. Lo que cada capitalista obtiene es una parte del total que todos ellos han expropiado a la fuerza de trabajo. Lo que hace el mercado es redistribuir esta masa de plusvala total entre cada uno de ellos, de forma que se tienda a igualar la tasa de beneficio. La tasa de beneficio, adems, ocupa un lugar central en la determinacin de los precios. Todas estas son conclusiones que la economa convencional deja ocultas al mitificar el mercado. El mercado tampoco es el mecanismo casi perfecto y eficiente que propugnan sus defensores. El problema central de toda sociedad es la escasez, es decir, el hecho de que los recursos disponibles son insuficientes para satisfacer las necesidades sociales. La Ley del valor es el mecanismo objetivo que gobierna el intercambio de mercancas en una economa capitalista y, por medio de ellas, el reparto del trabajo y de todos los recursos disponibles entre las diferentes ramas de actividad. Garantiza que el trabajo socialmente necesario se dedica a la produccin de mercancas que satisfacen las necesidades sociales, aunque cada productor individual no conozca que necesidades precisas debe satisfacer su produccin. En esto consiste, en sustancia, la eficiencia del mercado. Pero hay algunas observaciones que hacer. En primer lugar, el mercado asignar los recursos disponibles para satisfacer solo las necesidades que se pueden expresar porque alguien paga por ellas. Dada la desigualdad que lleva implcita, el mercado tender a expresar mas las necesidades de los ricos, que las pueden pagar, que la de los pobres y, en consecuencia, una parte de los recursos se asignar a la produccin de mercancas de lujo, mientras que la produccin de bienes de primera necesidad es insuficiente. Las necesidades que no se pueden pagar no existen para el mercado, por muy importantes para la humanidad que sean. Adems, la condicin de que las necesidades se cubran es que alguien obtenga un beneficio en su satisfaccin. En la economa de mercado actual se busca la eficiencia y el equilibrio econmico, pero no importan los costes sociales. El hambre en Etiopa o la pobreza en los pases desarrollados, por ejemplo, se consideran una consecuencia inevitable, que se resuelve, muy insuficientemente, no a travs del mercado, sino con caridad, asistencia social, etc. En segundo lugar, la ley del valor pone claramente de manifiesto el carcter social que objetivamente tiene la produccin capitalista: aunque cada uno de ellos no lo sepa, hay una ley objetiva y comn para todos, de la que no se puede sustraer, que gobierna la produccin, incluida la suya. Este carcter objetivamente social de la produccin capitalista, contrasta con un sistema en el que las decisiones se toman individualmente tomando como base la informacin que da el mercado. En efecto, las necesidades no preceden a las decisiones de produccin, sino al contrario, primero se realiza la produccin y despus se comprueba si es coherente con las necesidades que expresa el mercado. La asignacin de recursos se realiza ex post, esto es, el mercado funciona indicando a los capitalistas que se han equivocado cuando ya es demasiado tarde. Nada garantiza que la suma de las decisiones individuales de los empresarios coincida con las necesidades globales de la sociedad. Es decir, el carcter anrquico de la economa capitalista, basada en la primaca del individuo, contrasta con el carcter objetivo que tiene la produccin, puesto que debe satisfacer las necesidades globales de la sociedad. La consecuencia es una inevitable dilapidacin de recursos (mercancas que no se venden mientras que
Hasta el ltimo cuarto del siglo pasado, la economa de mercado estuvo basada fundamentalmente en la libre competencia. En cada sector industrial haba un gran nmero de empresas independientes, ninguna de las cuales poda llegar a dominar el mercado, pero esta situacin se fue modificando hasta que en cada uno de ellos solo qued un conjunto muy reducido de empresas que concentraban un enorme porcentaje de la produccin. Fue una consecuencia lgica del proceso de concentracin y centralizacin del capital que se ha dado histricamente en el desarrollo del capitalismo. En efecto, para competir en mejores condiciones, cada empresa debe reducir los costes de produccin, pero esto solo se puede conseguir aumentando la productividad del trabajo. Las grandes concentraciones de capital estn en mejores condiciones para ello y expulsan a los pequeos capitales de la produccin, absorbindolos. Se produjo as un aumento del tamao de las empresas y una disminucin del nmero de las mismas. Este proceso se vio facilitado tambin por las consecuencias de la segunda revolucin industrial. A raz de ella se desarrollaron toda una serie de industrias (electricidad, petrleo, automvil, qumica, etc) que necesitaban unas inversiones mucho mas importantes que las que requeran los antiguos sectores industriales, lo que redujo el nmero de competidores potenciales. La disminucin del nmero de empresas y el aumento de su tamao permitieron que estas llegaran a acuerdos para repartirse el mercado, impedir que se produjeran bajadas de precios, etc. Se crearon crteles o sindicatos de empresas (acuerdos en los que cada firma conserva su independencia, pero todas las que lo componen estn ligados por contratos para comprar o vender y controlar as el mercado), trust (grupos de sociedades en la que cada una de ellas confa sus acciones a una sociedad comn, recibiendo a cambio una participacin en la misma; la independencia de cada una desaparece), holdings o grupos financieros (sociedad financiera que controla las empresas de distintas ramas por poseer una parte importante o el total del capital de cada una de ellas), etc. De esta forma, fue reducindose la libre competencia, que tericamente caracteriza a la economa de mercado, y desarrollndose el capitalismo de los monopolios. Este mismo proceso de concentracin y centralizacin del capital se dio tambin entre lo banca, hasta llegar a la situacin actual en la que un nmero muy reducido de grandes bancos dominan la inmensa mayora del mundo financiero. Ejercen un monopolio de hecho en la concesin de crditos, lo que les permite discriminar en favor de los monopolios, favorecer la concentracin industrial con el objetivo de garantizar mejor los crditos o, a cambio de ellos, participar en el capital de las grandes empresas industriales. Se ha desarrollado as un capitalismo financiero que va indisolublemente ligado al de los
Los tericos del mercado no incluyen en sus anlisis el carcter histrico de la economa capitalista. Cuando proponen medidas polticas son, por supuesto, mucho mas realistas, pero esto sucede porque una cosa es que sus teoras hagan abstraccin de las clases sociales y otra muy diferente que no sepan que existen y no las consideren. Por eso, a los esquemas ideales de libre competencia que utilizan debe contraponerse tambin el mercado existente en el capitalismo real. En primer lugar, el mercado no puede desligarse del contexto polticos e histrico en que se da. No es un mecanismo abstracto, sino un hecho real. Puede ser de libre competencia, de monopolios, de multinacionales, etc, y en todos ellos la asignacin de recursos se hace ex post, pero no con la misma eficiencia capitalista. La inflacin galopante en Amrica latina, por ejemplo, y, particularmente en Argentina, se produce en una economa de mercado pero, alguien estara dispuesto a hablar de la eficiencia del mercado en este caso?. Puede coexistir con autocracias o con formas avanzadas de democracia parlamentaria y su funcionamiento no es el mismo. En Chile, por ejemplo, el saneamiento relativo que se ha producido en su economa se debe a las virtudes del mercado o a la forma represiva con la que la dictadura de Pinochet ha forzado la extraccin del excedente?. Puede agravar la miseria de amplias masas (como ocurri en los siglos XVIII y XIX y ocurre en el tercer mundo hoy) o permitir aumentos sensibles del nivel de vida medio (como sucedi en los pases occidentales en los 30 aos previos a la I guerra mundial y en los 25 aos posteriores a la segunda). Situaciones tan diferentes no pueden explicarse solamente por el mercado.
La lucha por el socialismo implica la lucha contra el mercado capitalista, la lucha por la abolicin de la ley del valor. Se trata de eliminar el funcionamiento automtico de la misma, de cambiar radicalmente los criterios de eficiencia, dirigiendo los recursos humanos y materiales hacia aquellas actividades que sirvan para atender las necesidades sociales de la poblacin, independientemente de que sean rentables o no siguiendo un criterio capitalista. En su fase superior, la sociedad comunista, no existir ni mercado ni dinero, sino que la satisfaccin de las necesidades se realizara mediante el reparto libre. A nivel internacional, el desarrollo de las fuerzas productivas tiene el grado de desarrollo suficiente como para eliminar la miseria, pero la economa de mercado lo impide. Por ello el socialismo exige haber derrocado el capitalismo a nivel mundial y mientras esto no suceda, un desarrollo de las fuerzas productivas que permita que la escasez no sea un problema fundamental. Mientras esto ocurre, una vez eliminado el capitalismo en un pas, el problema es organizar la economa del perodo de transicin que conduzca al socialismo, esto es, poner en pie la planificacin socialista. Durante este perodo, es vano intentar suprimir el mercado completamente, en la medida en que seguir habiendo escasez. Se necesita una actuacin poltica consciente para hacerle retroceder progresivamente, en la medida en que el desarrollo de las fuerzas productivas y la organizacin social lo permita. 4.1. EL DESASTRE DE LA PLANIFICACION BUROCRATICA
Hasta ahora, una parte de la humanidad viva en estados postcapitalistas en los que la asignacin de los recursos se efectuaba mediante la planificacin. El debate sobre su viabilidad quedaba saldado por la evidencia de la practica, por mas que todava quedaran muchos problemas por resolver, entre los que la falta de democracia no era el menor. La crisis actual del llamado socialismo real ha puesto en duda sino su viabilidad, pues la planificacin ha funcionado durante mas de 70 aos, si al menos su eficiencia pues, durante los ltimos aos, el llamado socialismo real ha entrado en crisis. Dicha crisis hay que valorarla a la luz de lo que debera haber sido una verdadera planificacin socialista, cuyos ejes fundamentales se desarrollarn mas adelante, y no tomando como referencia una idealizada economa de mercado. La crisis del socialismo real es el resultado de la quiebra de los antiguos mecanismos de planificacin burocrtica, que arrancan de los primeros planes quinquenales. Stalin concibi la economa sovitica como una gran empresa en la que el centro impone los objetivos de produccin, asigna los recursos productivos y planifica las producciones fsicas a un nivel de detalle considerable (cerca de 20 millones de productos). El rgano encargado de esta tarea es el Gosplan. A partir de aqu, todos los agentes econmicos a todos los niveles (centrales, de cada una de las repblicas, locales, directores de empresas, etc) se limitan a obedecer y su tarea consiste en hacer que se cumplan los objetivos. Se trata
Marx y Engels no desarrollaron ninguna idea sistemtica sobre la organizacin de la economa despus del derrocamiento del capitalismo. Pensaban que no era posible formular un esquema acabado para la futura sociedad porque su organizacin econmica y social dependera de las condiciones que se dieran al comenzar a construirla. Pero eran perfectamente conscientes del problema de la asignacin de los recursos productivos en una economa socialista y en El Capital y La crtica al programa de Gotha, pueden encontrase algunas referencias de como pensaban que debera ser la nueva sociedad. La distincin entre el socialismo, como objetivo final, y la transicin al socialismo, como problema inmediato, puede encontrase en Marx. En efecto, por un lado estara lo que Marx denomino fase superior del comunismo, segunda fase del comunismo o comunismo en sentido estricto, que se corresponde con lo que actualmente se entiende como socialismo, es decir, una sociedad en la que se ha superado la escasez y, por tanto, se puede proceder a lo que Bertrand Russell denomino reparto libre (Roads of freedom. Londres 1919). Para Marx, en la fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinacin esclavizadora de los individuos a la divisin del trabajo, y en ella, la oposicin entre trabaj intelectual y trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan tambin las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, solo entonces podr rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgus y la sociedad podr escribir en su bandera: De cada cual, segn su capacidad; a cada cual, segn sus necesidades!. Pero, por otro lado, los problemas actuales no son estos ya que de lo que aqu se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todava en todos sus aspectos, en el econmico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraa procede. (el subrayado es de Marx). Es decir, Marx distingue una primera fase del comunismo, que tambin denomina etapa socialista, que se correspondera con la transicin al socialismo, tal y como la entendemos hoy da. En esta etapa de transicin al socialismo, no se parte de la abundancia y, por tanto, el calculo econmico y la distribucin son problemas bsicos., El primer problema que se plantea en estas sociedades de transicin es la determinacin de la parte del producto social que se debe destinar a servir de medios de consumo. Esta parte se obtiene deduciendo del producto social global: la reposicin de los medios de produccin consumidos, los fondos de reserva o de seguro contra accidentes, calamidades, etc, y la parte que se dedique a acumulacin para ampliar la produccin en el futuro. Estas deducciones constituyen una necesidad econmica y su magnitud se determinara segn los medios y fuerzas existentes, y en parte, por medio del calculo de probabilidades; lo que no puede hacerse de ningn modo es calcularlas partiendo de la equidad. Pero, en una sociedad de transicin al socialismo, el resto que se obtiene despus de las deducciones anteriores no debe constituir los medios para satisfacer el consumo individual, pues antes hay que deducir: Primero: los gastos generales de administracin no concernientes a la produccin. En esta parte se conseguir, desde el primer momento, una reduccin considerabilisima, en comparacin con la sociedad actual, reduccin que ira en aumento a medida que la sociedad se desarrolle. Segundo: la parte que se destine a la satisfaccin colectiva de las necesidades, tales como escuelas, instituciones sanitarias, etc. Esta parte aumentara considerablemente desde el primer momento, en comparacin con la sociedad actual y seguir aumentando en la medida que la sociedad se desarrolle. Tercero: los fondos de sostenimiento de las personas no capacitadas para el trabajo, etc; en una palabra, lo que hoy compete a la llamada beneficencia oficial.
En el comunismo, esto es, en la sociedad de productores libres asociados a la que se refera Marx, no existir ni mercado, ni dinero. La satisfaccin de las necesidades se realizara de forma que la poblacin acceder a los bienes materiales y los servicios sin pagar un precio por ellos, algo as como lo que ocurre en la actualidad en la seguridad social, en la que no hay que pagar un precio por los servicios del mdico. No se trata de una sociedad sin ninguna escasez, lo que es imposible de conseguir, sino de una situacin en la que se ha alcanzado un desarrollo de las fuerzas productivas y un tipo de cultura humana tal que impera una abundancia suficiente como para satisfacer ampliamente la mayora de las necesidades fundamentales y secundarias de la poblacin. La produccin seguir siendo insuficiente para satisfacer todas las necesidades de forma libre pero, a partir de unos niveles de satisfaccin y culturales, que se habr desarrollado enormemente, disminuir la demanda de bienes materiales y las necesidades se desarrollaran cada vez mas en la direccin de la autorrealizacin de la personalidad y las actividades creativas. Es pues, un objetivo utpico, en el sentido que tiene la utopa para la izquierda marxista: algo que todava no existe, como deca Ernst Bloch, pero que es posible conseguir y que requiere haber destruido previamente el viejo modo de produccin capitalista y haber desarrollado enormemente las fuerzas productivas de forma que sea posible una sociedad de abundancia. Mientras sobrevivan las relaciones de produccin capitalistas a nivel mundial, seguirn influyendo de algn modo, ya sea econmica, poltica o ideolgicamente. Mientras la escasez sea la norma, esto es, mientras los recursos productivos sean insuficientes para satisfacer ampliamente las necesidades sociales, no podr ser posible el reparto libre. Por eso, una vez que la clase obrera ha tomado el poder y ha derrocado al capitalismo, el problema no es construir inmediatamente la utopa, que no es posible, sino organizar la economa y la sociedad durante un perodo de transicin que conduzca a ella. El problema es el de como avanzar hacia el socialismo una vez que se han destruido las relaciones de produccin capitalistas, pero siguen subsistiendo el entramado material del mismo, su ideologa y la opresin patriarcal. Mientras haya escasez y no abundancia, es vano intentar suprimir el mercado completamente. Por un lado, el mercado continuar existiendo para los bienes de consumo individual. Esto es as porque el desarrollo insuficiente de las fuerzas productivas hace que la produccin no sea capaz de atender a todas las necesidades de la poblacin, por lo que se mantendra vivo el valor de cambio. Cada trabajador continuara vindose obligado a cambiar su fuerza de trabajo por un salario, puesto que el salario es la
En una economa capitalista, el mercado rige la asignacin de los recursos productivos, lleva implcita la desigualdad social y para el no existen las necesidades que no puedan expresarse en dinero. Esto es lo que la planificacin socialista debe eliminar progresivamente: el juego de la ley del valor. Pero el mercado es tambin un mecanismo de distribucin entre la poblacin y las empresas de los bienes y servicios producidos por la sociedad. En una economa mercado, esta funcin este ntimamente ligada a la anterior, porque la distribucin no es independiente de las condiciones materiales de produccin, que son capitalistas. Pero una vez que la produccin esta en manos de los trabajadores, se ha eliminado la funcin del mercado como asignador de los recursos productivos y se ha conseguido un avance sustancial en la igualdad social, no hay ninguna razn para que, durante el perodo de transicin, subsista su funcin como mecanismo de distribucin de los bienes y servicios. En la actualidad, el mercado es igual a capitalismo, pero el mercado ha existido mucho antes de que dominara el modo de produccin capitalista y seguir subsistiendo algn tiempo despus de su desaparicin. Pero no ser un mercado capitalista, porque no se producirn mercancas de una manera generalizada (la mayorora de los productos que se intercambien en el mercado no incorporarn plusvala) y el mercado, que no se regir por la bsqueda del mximo beneficio, ya no ser el mecanismo fundamental para asignar los recursos productivos a espaldas de los trabajadores. La planificacin socialista implica que la clase obrera toma conscientemente ese enorme volumen de decisiones que ahora se realizan a sus espaldas por parte de los capitalistas. La primera decisin a tomar seria la proporcin de la produccin anual que se dedica a la acumulacin, esto es, a aumentar la produccin en el futuro. En una sociedad en transicin al socialismo, los recursos no se asignaran por las empresas individuales siguiendo la ley del valor, sino que se asignaran conscientemente por el conjunto de la sociedad siguiendo prioridades previamente establecidas. a) Debe haber un equilibrio entre la tasa de acumulacin y el volumen de recursos que se dedica a satisfacer el consumo. Una tasa de acumulacin excesivamente elevada supondra un deterioro en el nivel de vida que afectara a la productividad. Una tasa excesivamente reducida supondra una fuerte hipoteca para el futuro. b) Determinado por la sociedad el volumen de la acumulacin y el objetivo de la misma (que necesidades se tratan de satisfacer), la seleccin entre posibilidades alternativas para cada inversin no se
La planificacin socialista debe huir de dos extremos. Por un lado, de la bsqueda del mximo de mercado o de la reproduccin al mximo de los mecanismos de mercado, porque supondra hacer que juegue plenamente la ley del valor, reproducira las viejas formas de enajenacin, aumentara la propensin a defender los intereses privados, estimulara el surgimiento de una tendencia al enriquecimiento privado, etc. Por otro, de una planificacin ultracentralizada y superdetallada de las producciones fsicas, que no es adecuado a las necesidades del perodo de transicin, no puede ser eficiente y solo responde a los intereses de la burocracia. Una vez decidido a priori por la sociedad la tasa de acumulacin y su distribucin y la proporcin de la produccin que se dedicara satisfacer el consumo socialista, que se efectuara mediante el reparto libre (que incluye lo que en la actualidad se denominan bienes pblicos -sanidad, educacin, seguridad social, etc- pero que conforme el desarrollo de las fuerzas productivas lo vaya permitiendo incorporara bienes que actualmente se compran en el mercado), aparecer el primer problema de equilibrio macroeconomico: los fondos monetarios disponibles para el consumo individual se deben de corresponder con la parte de la produccin que se dedicara a la misma. Los precios se fijaran de forma que este equilibrio sea posible. Pero, para que la produccin sea eficiente, es decir, para que no se dilapiden recursos, es preciso que el calculo econmico ocupe un lugar central. En una economa planificada, en la que existiera libre eleccin de consumo, el problema del calculo econmico se resolvera con un sistema de ecuaciones que igualaran las demandas y ofertas de cada mercanca. Tericamente aparecera imposible, pero en la practica seria factible porque no habra que disponer de una ingente informacin de todas las ramas de la produccin y resolver millones de ecuaciones. A cada factor se le asignara el valor dictado por la experiencia histrica. Los directores de las industrias socializadas llevaran a cabo sus clculos como si las valoraciones provisionales fueran correctas: si el valor atribuido fuera alto, aparecera un excedente del factor y si fuera bajo, un dficit. A travs de pruebas sucesivas se llegara a la valoracin correcta. Estos precios contables, que seran como los del mercado, produciran las igualaciones entre demanda y oferta, aunque a corto plazo, una mala orientacin de los recursos (oferta) o una mala distribucin de las necesidades (demanda), haran que aparecieran desequilibrios que, con el mtodo de prueba y error se corregiran. Las empresas colectivizadas debern tener autonoma para este calculo econmico, de forma que no es el plan central, sino ellas, el que debe realizarlo, pero los mtodos con los que se haga estarn basados en los costes, no en los precios. Sin embargo, en una economa planificada, la libre eleccin de consumo estar limitada por las decisiones previas que se hayan realizado sobre la acumulacin y el consumo socialista, de forma que los criterios sern diferentes en cada uno de estos sectores. En el sector productor de medios de produccin se utilizaran "precios contables" que iterativamente, como se ha descrito mas arriba, se irn aproximando a los valores de equilibrio. Se trata de tener un mtodo de calculo para que la produccin sea eficiente, no de reproducir los mecanismos del mercado de forma que la acumulacin se dirija a los sectores que este determina, pues este es uno de los papeles fundamentales de la planificacin. El procedimiento ser similar en el sector productor de consumo socialista. Sin embargo, en el sector productor de bienes para el consumo individual, no hay ninguna razn para que los precios relativos se ajusten de forma que se cubra la demanda y no aparezcan dficits de produccin, pues en su gran mayora son bienes secundarios y de lujo y se parte de una situacin de mayor igualdad social. De todas formas, la planificacin deber tener en cuenta la evolucin de los mismos a la hora de asignar los recursos productivos entre las diferentes ramas. Finalmente queda el problema de los incentivos. En el socialismo, los incentivos morales son fundamentales, pero ninguna sociedad puede funcionar permanentemente solo con los mismos, por lo que se necesitaran incentivos materiales para que aumente la eficiencia de la produccin. Si una empresa socialista consigue reducir sus costes, una parte debe revertir a la sociedad, pero otra puede ser repartida como primas a sus trabajadores. Esto puede introducir una cierta desigualdad social pero, por un lado, como dijo Marx, en la transicin hacia el socialismo ser imposible eliminar completamente esta contradiccin, pues se parte de la supervivencia de la ideologa burguesa, y, por otro, la situacin econmica no permite un reparto igualitario. Debe ser corregido de forma no coactiva educando a los trabajadores en el principio de la solidaridad. No hay ningn mecanismo econmico que pueda solucionar las diferencias en la productividad que existen entre las distintas ramas productivas, zonas geogrficas, etc. Los trabajadores mas productivos debern ceder parte de sus mejoras para que los menos productivos, que no lo son por su culpa, puedan vivir mejor.
QUE CRISIS? LA CRISIS! 1 Desde el principio de la dcada de los setenta, la economa de mercado, eufemismo con el que hoy se denomina al capitalismo, se encuentra sumida en una crisis de larga duracin cuyas consecuencias estn siendo devastadoras. En los pases industriales, se han alterado profundamente los rasgos que le dieron estabilidad social al capitalismo durante los aos posteriores a la Segunda Guerra Mundial. El aumento del paro, que afecta ya a 35 millones de personas en los pases que forman la OCDE, ha convertido al pleno empleo en un objetivo utpico. La mejora de los salarios reales se ha detenido porque es incompatible con el funcionamiento del sistema. El estado del bienestar est amenazado porque, segn se dice, ya no es posible mantener los niveles de prestaciones sociales a los que han estado acostumbrados los trabajadores. Y los derechos laborales retroceden porque el sistema necesita un funcionamiento mas flexible del mercado de trabajo. En definitiva, el paro, el retroceso del nivel de vida, la inseguridad social, la precariedad en el empleo e, incluso, la pobreza masiva comienzan a ser un dato estructural del perodo. La situacin en el Tercer Mundo es bastante peor. Las diferencias abismales que existan entre los pases desarrollados del Norte y el mundo pobre del Sur se han agudizado, de modo que hoy el Norte es mas rico y el Sur mas pobre. El intercambio desigual, segn el cual los pases atrasados tienen que exportar cada vez mas productos para pagar los mismos bienes importados, es mas desigual que nunca. La deuda del Tercer Mundo se ha convertido en un mecanismo de expoliacin abierto por parte de los pases industriales, pues reciben como servicio de la misma mucho ms de lo que invierten en ellos. Y el primer mundo sigue imponiendo sus criterios, sumiendo a muchos pases en la pobreza mas absoluta y a continentes enteros en la hambruna y en la desesperacin. Y a todo ello hay que unir una crisis ecolgica que no tiene precedentes en la historia de la humanidad porque afecta al ecosistema global, el auge del racismo y la xenofobia en los pases occidentales, la persistencia de la desigualdad entre los sexos, guerras fratricidas como la que asola a la antigua Yugoslavia, etc. Se podra decir que, en los albores del siglo XXI, la economa de mercado est dando de s lo peor de lo que lleva dentro. A pesar de ello, el capitalismo no se bate ni mucho menos en retirada. Los efectos objetivos que la crisis ha tenido sobre la clase obrera, la incomprensin de que el llamado socialismo real no era el verdadero socialismo, sino una degeneracin burocrtica, y la fuerte ofensiva ideolgica a la que ha dado pie el derrumbe de dicho sistema, han permitido que las ideas capitalistas penetren en amplios sectores del movimiento obrero. Por un lado, el socialismo, como forma de organizacin social alternativa al mercado, ha perdido terreno en la conciencia de los trabajadores, de modo que la economa de mercado aparece como el nico sistema posible y, por tanto, se ha extendido la falsa idea de que no hay otro remedio que plegarse a sus leyes. Por otro, la poltica econmica neoliberal se presenta como la nica capaz de conseguir que se remonte la crisis, por lo que los trabajadores deben permitir la reduccin de sus salarios, el retroceso del estado del bienestar y el deterioro de sus condiciones de vida y laborales si quieren salir de ella. El resultado es que, desde el punto de vista ideolgico, la economa de mercado aparece triunfante a pesar de los destrozos que est ocasionando. 2 La gran debilidad del socialismo es que, como proyecto alternativo a la sociedad actual, no es sentido por amplias capas de la poblacin. Pero esto no hace que el capitalismo sea mejor. Desde el punto de vista emprico, ya se han sealado cuales han sido sus efectos negativos mas evidentes. Desde el punto de vista terico, dichos efectoos son corolarios lgicos de su funcionamiento. En primer lugar, el mercado no asigna los recursos productivos de la forma mas adecuada para satisfacer las necesidades sociales. La ideologa capitalista mitifica a la economa de mercado, porque su objetivo no es la satisfaccin de las necesidades humanas, sino la produccin de mercancas para obtener un beneficio mediante su venta. El mercado slo reconoce las necesidades que pueden expresarse porque alguien paga por ellas y a condicin de que alguien obtenga un beneficio en su satisfaccin. La consecuencia es que tiende a satisfacer los deseos de unos pocos que ganan mucho, asignando los recursos a la produccin de mercancas de lujo, en contra de unos muchos que ganan poco, que ven como escasean los productos de primera necesidad, consolidando y profundizando la desigualdad social que es inherente a su propio funcionamiento.
La acumulacin de capital juega un papel fundamental en el desarrollo del modo de produccin capitalista. Una parte de la plusvala que se extrae a los trabajadores se invierte nuevamente, aumentando el capital del sistema, lo que permite a su vez expandir la produccin y la masa de plusvala en el tiempo.
Como se vio en el capitulo 1, el excedente bruto de explotacin (EBE) es la parte del valor producido durante el perodo que queda a disposicin de los capitalistas. Esta formado por el consumo de capital fijo (cF) y la plusvala (p). Una parte de este valor se gastar improductivamente en mercancas de consumo para los capitalistas (p'). Otra parte se gastar productivamente acumulando capital variable (pV) y constante (pC) o reponiendo el capital fijo consumido (CF). El resto puede ser atesorado en forma de dinero, de divisas, de ttulos de deuda del Estado, etc (pM). La inversin bruta (IB) o formacin bruta de capital (FBC), como tambin se la denomina, esta formada por el aumento del capital constante (pC) y la reposicin de capital fijo (cF). La acumulacin bruta ser la FBC mas la acumulacin de capital variable (pV). Tendramos, por tanto: EBE = reposicin de capital fijo (CF) + plusvala (p) = = plusvala consumida (p') + + acumulacin (FBCF + pv) + + atesoramiento (pM) La primera condicin para la acumulaciones es que exista plusvala que acumular. Se puede acumular mas que la plusvala recurriendo al desatesoramiento (lo que ocurre cclicamente pues, en los perodos de crisis se extrae mas plusvala que la que se acumula en capital constante y variable, y en los de auge ocurre lo contrario) o al crdito de otros pases (lo que no puede ser un proceso ilimitado en el tiempo). Pero no basta con que exista plusvala para que esta sea acumulada, pues puede terminar atesorada en forma de dinero o de capital financiero (ttulos del Estado o de otros pases). Es preciso, por tanto, entrar en los factores que determinan la acumulacin. Cuando un empresario individual planea realizar una inversin, lo primero que tiene que considerar es cual es la situacin del mercado de las mercancas que pretende fabricar con la misma y cual ser su evolucin posible en el futuro. Por tanto, deber tener en cuenta: a) cual es la demanda de las mercancas que fabricar con la inversin y cual prev que ser su evolucin en el futuro, y b) como abastece el mercado dicha demanda y como prev que sus competidores, nacionales y extranjeros, aumenten la capacidad productiva de las mismas, realizando a su vez nuevas inversiones. Si existe una demanda sin cubrir para esos productos, o si el empresario prev que, en el futuro, la demanda crecer mas que lo que lo haga la capacidad productiva, la inversin podr realizarse, porque las mercancas que produzca con ella podrn encontrar compradores. Si, por el contrario, la capacidad productiva de las empresas que fabrican esas mercancas esta infrautilizada (es decir, no se utiliza todo el capital disponible), o si se espera que la demanda de esos productos no crezca en el futuro, o lo haga menos que la capacidad productiva, el empresario tendr razones mas que suficientes para no realizar la inversin. Estos factores, validos para un empresario aislado, tambin lo son para una economa en su conjunto, de forma que la demanda global y el grado de utilizacin de la capacidad productiva son los primeros factores que determinan la acumulacin. Cuando la demanda global crece, o el capital esta a pleno funcionamiento, la acumulacin se ve impulsada. Cuando la demanda global se ralentiza e incluso decrece, o cuando existe un alto porcentaje de capacidad productiva sin utilizar, la acumulacin tiende a frenarse. Estos fenmenos se ven amplificados por el hecho de que la inversin tambin es un componente de la demanda. Ya hemos visto que cuando esta crece, tambin lo hace la acumulacin. Pero para realizar sus inversiones, los empresarios deben comprar mas mquinas a sus proveedores, lo que les obligar a aumentar la produccin, generandose nuevos ingresos (v + p), que se traducirn en una nueva demanda
A lo largo de la historia del modo de produccin capitalista, se ha producido una tendencia a que las inversiones cada vez generen menos empleo, esto es, la acumulacin cada vez ha tenido una mayor proporcin de capital constante y menor de capital variable. Esto tiene unas razones encardinadas en la naturaleza intrnseca del modo de produccin capitalista. Los capitalistas estn interesados en un aumento de la productividad por dos razones fundamentales. En primer lugar, el aumento de la productividad hace que cada trabajador reproduzca el equivalente de su salario con una menor proporcin de la jornada laboral, por lo que la plusvala aumentara. En segundo lugar, como se vio en un capitulo anterior, los beneficios que obtienen cada uno de ellos no dependen solo de la plusvala que extraen a sus propios trabajadores, sino tambin de su competitividad. Aquellos que tienen una productividad mas alta que la media obtienen un precio en el
Conforme la acumulacin se desarrolla, cada nuevo aumento de capital tiene una mayor proporcin de capital constante y una menor de capital variable (esto es lo que significa el crecimiento de la composicin orgnica del capital). Como la demanda de trabajo depende del capital variable y no del constante, cada nuevo aumento del capital requerir un numero de trabajadores adicionales cada vez menor. Es esto lo que ocurre cuando se dice que las nuevas inversiones ahorran puestos de trabajo o, dicho en otros trminos, la generacin de un puesto de trabajo requiere una inversin cada vez mayor conforme pasa el tiempo. El resultado es que las mismas inversiones cada vez generan un nmero de puestos de trabajo menor. Dado que el incremento absoluto de la poblacin obrera es, en general, mas rpido que el del capital variable, esto es, como la poblacin en edad de trabajar crece mas que los puestos de trabajo, la consecuencia es que la acumulacin capitalista produce una poblacin obrera excedentaria. Esta poblacin excedentaria creada por la acumulacin es, a su vez, una nueva palanca para que la acumulacin siga desarrollndose. En efecto, dicho excedente de poblacin, constituye el ejrcito industrial de reserva, formado no solamente por los parados, sino tambin por las mujeres y los jvenes, que en las pocas de expansin tienden a incorporarse al mercado de trabajo y en las de recesin son expulsados del mismo. El ejrcito industrial de reserva tiene como misin facilitar al capital la mano de obra que este necesita para las expansiones peridicas y sbitas de la industria, sin tener que sacar trabajadores de otras esferas de la produccin. El ciclo econmico caracterstico de la industria moderna, no sera posible sin esta poblacin obrera excedentaria. As, el ejrcito industrial de reserva no se forma linelmente, sino que tiende a incrementarse en las pocas de crisis y a absorberse en las de auge. Pero al capital no le basta la cantidad de fuerza de trabajo que le suministra el incremento natural de la poblacin. Para poder desarrollarse y hacer crecer la produccin, requiere un ejrcito industrial de reserva que no dependa de esa barrera natural. Para aumentar la oferta de fuerza de trabajo y, por tanto, el ejrcito industrial de reserva, el capitalista tiene otras vas: reemplazar trabajo vivo por capital constante, acelerando la sustitucin de puestos de trabajo por mquinas; con la misma cantidad de capital variable, poner en movimiento mas trabajo gracias a una explotacin mayor (cambiando las condiciones de trabajo, por ejemplo); utilizar mano de obra no cualificada para sustituir a la cualificada; utilizar mujeres y nios, etc. A largo plazo, los bajos salarios son consecuencia nicamente del modo de produccin capitalista y no del crecimiento de la poblacin. En efecto, el aumento de los salarios no se debe a la acumulacin y su reduccin al incremento de la poblacin obrera, sino que sus movimientos estn determinados por las expansiones y contracciones del ejrcito industrial de reserva, que no dependen del crecimiento de la poblacin, sino de las oscilaciones del ciclo econmico, intrnsecas al modo de produccin capitalista. 5.4 A LARGO PLAZO VAN HACIA EL DESASTRE
El crecimiento de la composicin orgnica que se produce con la acumulacin tiende a provocar un descenso en la tasa de beneficio. Como se vio en un capitulo anterior, la tasa de beneficio puede expresarse por: p pv tasa explotacin r = -------- = ------------ = -----------------------------C+v C/v + 1 Com. org cap. + 1 Este descenso se debe al hecho de que la plusvala crece menos que el capital total, pues solo puede surgir del capital variable, cuyo crecimiento (como consecuencia del aumento de la composicin orgnica del capital) es menor que el del capital constante y, por tanto que el del capital total. Esta ley puede aplicarse a las distintas etapas que haya pasado un pas. Tambin puede aplicarse a diferentes pases en un momento dado (las diferencias entre las tasas de beneficio de dos de ellos pueden anularse o invertirse si la productividad del trabajo de ambos cambia). Cada nueva acumulacin de capital provocar un aumento del capital variable y del nivel de empleo y, puesto que es el capital variable el que crea valor, la masa de beneficios tambin crecer. Crecer por tanto el valor de la produccin porque lo hacen sus componentes y porque, adems, este es el
Capital y produccin totales 1.200 En el momento 1, se realiza una inversin de 200, pero con el objetivo de aumentar la productividad, dicha inversin implica que se les dota a cada trabajador de mas mquinas, esto es, su composicin orgnica del capital es mayor. Supongamos que es del 80%. Entonces dicha inversin se descompondr en 160 de capital constante y 40 de capital variable. Si la tasa de explotacin contina siendo del 100%, la plusvala ser de 40 y la tasa de beneficio de la misma del 25% (40 de plusvala entre 200 de inversin). Si, durante el perodo, el capital constante se sigue desgastando en un 30%, el valor de la produccin ser de 128: 48 de capital constante (30% de 160), 40 de capital variable y 40 de plusvala . En esta situacin, el capital total se habr elevado a 1.200 (1.000 de antes mas 200 de la inversin), esto es, el capital habr crecido un 20% y, por la misma razn, el valor total a 1.088 (lo que supone un crecimiento del 13,3% sobre los 960 anteriores), el capital variable a 440 (con un crecimiento del 10%) y la plusvala a 440 (con otro 10% de crecimiento). Esa economa habra experimentado un crecimiento notable en todas sus variables. Como consecuencia del incremento del capital variable, el empleo habra crecido tambin. Pero a causa del hecho de que la nueva inversin llevaba una composicin orgnica del capital mas elevada que la existente, la plusvala habr crecido menos que el volumen total del capital (10% para la plusvala frente al 20% en que lo ha hecho el capital) y, en consecuencia, la tasa de beneficio habr descendido desde el 40% hasta el 36,6%. La acumulacin aumenta el volumen total de capital y el numero de capitalistas y, al reducir el numero de productores independientes, hace que crezca la fuerza de trabajo. Esto hace que aumente la base de la masa de los beneficios. Pero como el capital constante crece mas rpidamente, el aumento de la masa de beneficios ser paralelo a la disminucin de la tasa de beneficio. As, la progresar el modo de produccin capitalista, el desarrollo de la fuerza productiva del trabajo se expresa, por una parte, en una tendencia al descenso de la tasa de beneficio y, por otra, en un constante aumento de la masa absoluta de ellos y del valor de la produccin. Este efecto dual solo puede conseguirse mediante un crecimiento del capital global en una progresin mas veloz que la progresin a la cual desciende la tasa de beneficio. Por tanto, las mismas causas que producen una baja tendencial de la tasa de beneficio condicionan una acumulacin acelerada del capital y un aumento del valor de la produccin incesante. 760 440 1.108 228 440 440 36,66%
El descenso de la tasa de beneficio es una tendencia a largo plazo que se puede contrarrestar a corto plazo por una serie de factores, entre los que cabe sealar como mas importantes a los siguientes: a) El aumento de la tasa de explotacin El aumento de la explotacin del trabajo, mediante el aumento de la jornada laboral (lo que se denomina plusvala absoluta) o la intensificacin del trabajo (el aumento de la productividad en una misma jornada de trabajo, que se denomina plusvala relativa) puede contrarrestar el descenso de la tasa de beneficio que se produce como consecuencia del crecimiento de la composicin orgnica del capital. De la misma forma, la reduccin de los salarios por debajo de su valor, a travs del mercado, aprovechando la presin del ejrcito de reserva, o a causa de las polticas de austeridad tendientes a situar su crecimiento por debajo de la inflacin, es una de las causas mas importantes de contencin de la tendencia a la baja de la tasa de beneficio. b) El imperialismo El imperialismo ha permitido histricamente el desarrollo del capitalismo a partir de la expansin continuada de la produccin que supuso poner a su disposicin un mercado en constante crecimiento. El imperialismo, en funcin del intercambio desigual que se establece entre los pases imperialistas y los pases dependientes, opera fundamentalmente en relacin a la tasa de beneficio en el siguiente sentido: -La reduccin del coste de produccin de los elementos del capital constante, sobre todo de las materias primas. -En los pases imperialistas, el capital invertido en la produccin para los pases dependientes, al competir con elementos productivos menos desarrollados, tiene una tasa de beneficio mayor que el invertido en su propio mercado, lo que supone un aumento de la tasa media de beneficio. -El comercio exterior abarata los elementos del capital constante y los medios de subsistencia en los que se transforma el capital variable, permite la expansin de la produccin e impulsa el desarrollo capitalista, al poner a su disposicin un mercado que se expande continuamente. Adems, para los pases desarrollados, el capital invertido en la produccin para el comercio exterior tiene una tasa de beneficio mas elevada que el invertido en la produccin para el interior, porque compite con elementos productivos menos desarrollados, sus productos son mas baratos y competitivos, tienen mas calidad, etc. El capital invertido en los pases del tercer mundo tiene mas beneficios, porque los trabajadores de estos pueden ser explotados con mas facilidad. c) El aumento de la rotacin del capital Acortando el tiempo de realizacin de las mercancas y consiguiendo realizarlas (transformarlas en dinero) mas rpidamente, se puede elevar la tasa de beneficio. En efecto, el mismo capital produce en un perodo de tiempo dado tanta mas plusvala cuanto mas rpida es esta rotacin. Este aumento de la plusvala, y por tanto de la tasa de beneficio, debe compensar la inversin de capitales en la esfera de la circulacin de mercancas (capital mercantil), que al no estar invertido en la
A lo largo de su desarrollo, la economa capitalista ha estado plagada de crisis peridicas. Como se ha dicho en un captulo anterior, esto es una consecuencia del hecho de que la economa de mercado pretende satisfacer las necesidades colectivas sobre la base de la suma de las decisiones individuales de cada uno de los capitalistas. No existe nada que garantice que estos vayan a acertar a priori con las mismas sino que, antes al contrario, peridicamente ser necesario producir un ajuste. Las crisis industriales no son los nicos movimientos cclicos que se pueden registrar en la historia del capitalismo. La tasa de beneficio no solo oscila durante las crisis, sino que tambin lo hace describiendo movimientos de amplia duracin, esto es, tendiendo a elevarse durante muchos aos y cayendo durante otros. Se registra as una superposicin de ondas de larga duracin, con ciclos de corta duracin. Estas ondas largas de la economa capitalista tienen sus correspondientes fases de prosperidad y depresin. En las fases expansivas de la onda larga, las crisis industriales peridicas suelen tener poca gravedad, en las fases de descenso, son mas profundas, duraderas y graves. 6.1. OBSERVEMOS LA REALIDAD
Observemos la evolucin del capitalismo e indaguemos desde lo mas aparente a lo mas profundo. El primer movimiento que se puede detectar es la sucesin de oscilaciones en la coyuntura econmica. Para ilustrar estos movimientos cclicos, hemos escogido la evolucin de la economa americana durante los 50 aos que van desde 1880 a 1930. Dichos movimientos cclicos se refieren siempre a la economa capitalista en su conjunto, y tan importante es la sincrona de las expansiones y las recesiones entre los diferentes pases, como los desfases que puedan existir entre ellos. Pero no se ha dispuesto de series anteriores a la II Guerra Mundial mas que de Estados Unidos (lo que ha pasado despus de la misma se ver en otro captulo) e incluso estos, deben ser utilizados con cuidado. Se trata solamente de poner un ejemplo y no debe drselo mas alcance a lo que se diga a continuacin. Como un indicador de las oscilaciones de la coyuntura, se ha utilizado el crecimiento del PIB en trminos reales, esto es, descontando el aumento de los precios, y se han suavizado las curvas mediante una media mvil de tres aos para eliminar los movimientos errticos debidos, por ejemplo, a problemas de calculo estadstico, que en el perodo estudiado deben ser importantes. La produccin, por si sola, es insuficiente para detectar los cambios de coyuntura, pues esta afecta a todas las variables econmicas e, incluso, tiene repercusiones sociales y polticas. Pero, para el propsito que nos anima, nos puede servir como un compendio para describir estos movimientos cclicos. Estas tasas de crecimiento se han representado con la lnea fina del grfico 6.1. Obsrvese en dicho grfico, que pueden detectarse seis ciclos completos en el perodo, aunque su evolucin es irregular. El primero parte de 1883, se acelera el crecimiento hasta 1891, y se desacelera despus, hasta alcanzar su punto mas bajo en 1893. A partir de aqu, las tasas de crecimiento se aceleran aunque con oscilaciones hasta 1900, perodo en el que el crecimiento es superior al 7%. Desde este ao, nuevamente vuelven a descender hasta 1903 en que se sitan en el punto mas bajo. El tercer ciclo es mucho mas corto, pues discurre hasta 1907. El cuarto tiene su punto mas alto en 1910 y el mas bajo en 1914, por lo que su duracin ha sido mayor. Los dos ltimos discurren hasta 1920, el quinto, y hasta 1930,
Los ciclos de corta duracin, es decir, las crisis industriales peridicas tienen su causa fundamental en las dificultades que encuentra el capitalismo para vender sus mercancas y realizar la plusvala, que hace que peridicamente aparezcan crisis de sobreproduccin. Dado que el capitalismo tiene un carcter anrquico derivado de que la mayora de las decisiones de produccin, acumulacin, etc se toman individualmente, cada cierto tiempo se produce una situacin de superacumulacin de capital y de exceso de capacidad productiva respecto a lo que justifica el poder adquisitivo existente, sobre todo, teniendo en cuenta el subconsumo que se deriva de que los capitalistas estn interesados en mantener los salarios bajos para aumentar los beneficios. Estas crisis tienen su causa en las dificultades que encuentran los capitalistas para realizar la plusvala, esto es, para vender las mercancas: no en que estas falten, sino en que sobran. Se trata, por tanto, de crisis de sobreproduccin. El significado de estas crisis, su desarrollo y sus consecuencias, esta ligado a la evolucin de la tasa de beneficio. La crisis se caracteriza, en primer lugar, por un brusco y fuerte descenso de la tasa de beneficio. En efecto, a medida que se desarrolla la fase de auge, operan de forma creciente tres tipos de elementos. Primero, el aumento de la composicin orgnica del capital que se produce con la acumulacin durante la fase de auge. Segundo, el descenso de la tasa de explotacin que produce el crecimiento de los salarios debido al aumento coyuntural de la demanda de trabajo que implica la acumulacin y a las condiciones mas favorables para los trabajadores que crea el auge econmico. Tercero, a medida que la capacidad de produccin se desarrolla, la oferta de mercancas en el mercado aumenta hasta llegar a un momento en que se hace mayor que la demanda y los precios tienden a bajar e incluso a hundirse. Esto significa que las empresas menos productivas no pueden realizar en el mercado todo el valor de sus mercancas (recordar el tema 3) y muchas de ellas se vern obligadas a cerrar. Estos tres fenmenos (alza
Las crisis industriales peridicas no son los nicos movimientos cclicos que experimenta el capitalismo en su desarrollo a lo largo del tiempo. Tambin se producen ciclos de larga duracin, que se denominan ondas largas. Durante la fase recesiva de la onda larga, cada crisis industrial peridica desvaloriza una parte del capital existente, esto es, no produce plusvala, y, por tanto desaparece. Adems, el volumen total de plusvala que obtienen el conjunto de los capitalistas es mayor que la acumulacin, esto es, no se dedican todos los fondos que se han obtenido con la explotacin a inversiones en actividades productivas. Por tanto, como consecuencia de la crisis, se libera una parte de capital, que permanece ocioso desde el punto de vista productivo, esto es, que no se invierte, porque no existe una rentabilidad suficiente que lo justifique. Estos fondos se materializan en dinero, en activos financieros o, simplemente, se utilizan para mejorar el endeudamiento de los capitalistas. En resumen, se van creando unos fondos susceptibles de emplearse en inversiones reales creadoras de plusvala que, por el momento, no se materializan, pero que van generando una capacidad de expansin futura al capital. Para que se inicie una fase expansiva de larga duracin, se necesita: a) Que se hayan liberado los fondos de capital sufientes como para que puede realizarse una acumulacin masiva. Normalmente no basta una crisis industrial peridica para que ello ocurra, sino que, durante la fase recesiva, se necesitan varias de ellas para que el capital disponga de los fondos suficientes para iniciar una nueva fase de expansin de larga duracin.
Durante la fase expansiva de la onda larga se va realizando la acumulacin masiva y la revolucin tecnolgica a travs de los auges peridicos de corta duracin y las crisis juegan un papel corrector del proceso. Pero, conforme la fase de prosperidad va desarrollndose, el modo de produccin capitalista va sentando las bases para entrar en una nueva fase de descenso, pues los factores que permitieron la elevacin de la tasa de beneficio se van agotando progresivamente. As: a) La tasa de explotacin tiende a retroceder, por la reduccin del ejrcito de reserva y la consiguiente presin sobre los salarios, y por la recomposicin del movimiento obrero. b) La composicin orgnica del capital tiende a crecer de nuevo, conforme la acumulacin se desarrolla. c) La revolucin tecnolgica, que en un principio fue una fuente de beneficios, tiende a generalizase, convirtindose en una fuente de sobreproduccin, de agudizacin de la competencia y cada espectacular de la tasa de beneficio. d) Los nuevos mercados que surgieron en el principio de la expansin tienden a agotarse y, con ellos, las posibilidades de realizacin de la plusvala, agudizandose la competencia. As, el paso de una fase expansiva a otra depresiva es endgeno, en el sentido de que el propio funcionamiento del sistema capitalista va sentando las bases para que se produzca un nuevo descenso de la tasa de beneficio, sin que concurran circunstancias externas. Algunos factores externos pueden contribuir al cambio de tendencia, pero los fundamentales estn generados por el propio funcionamiento interno de la economa capitalista. Esto no ocurre en la fase depresiva: no hay ningn factor interno en el funcionamiento del propio sistema capitalista que garantice que se producir una nueva elevacin de la tasa de beneficio. Las crisis industriales peridicas que se registran a lo largo de la misma van liberando capital, pero: a) no basta una sola crisis para liberar el capital suficiente como para que se incorpore una revolucin tecnolgica fundamental y se recupere significativamente la tasa de beneficio y b) no es suficiente que se libere capital ocioso, sino que se requiere que este se invierta, lo que no se producir si no se ha recuperado previamente la tasa de beneficio. Una elevacin significativa de la misma depende de la tasa de explotacin y ello solo puede hacerse si la lucha de clases lo permite y los factores internos de la economa capitalista influyen sobre ella, pero no la determinan. La aparicin de un nuevo mercado que implique un descenso de la composicin orgnica del capital no esta garantizado por el propio funcionamiento del sistema. De esta forma, la salida de una onda larga recesiva depende de la concurrencia de factores externos. Es en este sentido en el que el funcionamiento de las ondas largas es asimtrico: la transicin de la fase expansiva a la recesiva se produce por razones internas, pero la salida de la fase recesiva requiere que la lucha de clases lo permita. Es por esto por lo que, en las fases recesivas, la poltica econmica y social para salir de la crisis adquiere una importancia decisiva.
Durante las dcadas de los 50 y los 60, la interpretacin de las oscilaciones econmicas sufri un giro radical. Como consecuencia del largo boom que estaba viviendo la economa occidental, las crisis eran poco duraderas y profundas, y para su explicacin bastaba el arsenal Keynesiano. Para la teora econmica, las oscilaciones de la produccin y el empleo, poco importantes, pues se producan dentro de una senda de crecimiento, tenan su origen en las correspondientes oscilaciones de la demanda, que se deban siempre a factores coyunturales. Eran oscilaciones menores de la tasa de crecimiento de la economa, dentro de una expansin que no pareca tener limites y que era interpretada como una prueba fehaciente de que Marx se haba equivocado, decan, prediciendo el derrumbe del capitalismo. Las preocupaciones de la teora econmica cambiaron incluso y la teora de los ciclos termino abandonndose en aras de una teora del crecimiento, pues el problema ya no era tanto determinar las causas de las oscilaciones econmicas, como los factores que determinaban el crecimiento de la produccin, la acumulacin y el empleo. En un mundo tan idlico, la tecnologa era un dato y el avance tecnolgico algo de lo que uno se poda olvidar, pues se produca inequvocamente y el nico problema era medir cuanto crecimiento del PIB generaba. La crisis econmica ha venido a distorsionar este estado de cosas, pues despus de mas de 15 aos, ya no puede interpretarse como un fenmeno coyuntural. En consecuencia, una parte de la economa acadmica ha vuelto sus ojos hacia la Teora de la ondas largas en busca de una interpretacin, que ha encontrado en otras fuentes distintas a los autores marxistas. Ya en los aos 30, la teora de las ondas largas fue adoptada por economistas acadmicos, particularmente por J.A. Schumpeter, y su explicacin esta jugando un papel importante en el actual revival. Segn esta teora, el avance tecnolgico juega un papel fundamental en la aparicin y desarrollo de las ondas largas y, por lo tanto, en el movimiento del capitalismo en grandes perodos histricos. En la actualidad, por lo tanto, las nuevas tecnologas podran ser el factor fundamental que sacara a la economa capitalista de la larga crisis. Merece la pena detenerse en esta interpretacin antes de entrar en la explicacin marxista. Si las revoluciones tecnolgicas se han producido en oleadas, la causa no hay que buscarla en que la investigacin cientfica y tcnica haya sido un proceso errtico que ha funcionado a saltos. Nada mas lejos de la realidad. La investigacin cientfica ha sido un proceso que ha generado un flujo relativamente suave de descubrimientos. Lo que ocurre es que las transformaciones tecnolgicas radicales han sido el resultado de la acumulacin durante un largo perodo de tiempo de gran numero de mejoras que conjuntamente han llevado a que se produzca un gran cambio. As, cuando se han acumulado una gran cantidad de investigaciones, se ha producido una incorporacin repentina a la produccin de nuevas tecnologas e inventos, esto es, una acumulacin masiva que incorpora una tecnologa radicalmente nueva, lo que induce, una vez que se generaliza al conjunto de la economa, a una onda larga de prosperidad. El agotamiento de estas invenciones inducira una nueva fase de recesin. Un smil puede servir para ilustrar este proceso. Supongamos un grifo que gotea constantemente sobre un cubo, en cuyo fondo hay una vlvula que no se abre hasta que en el cubo no se ha acumulado cierta cantidad de agua. Cuando el agua llega a un cierto nivel, la vlvula se abre, el cubo se vaca y la vlvula vuelve a cerrarse de nuevo, repitindose as el proceso sucesivamente. La corriente regular del grifo (los descubrimientos cientficos y tcnicos) da lugar a una corriente en oleadas (las revoluciones tecnolgicas). En toda esta explicacin el empresario innovador juega un papel fundamental. Para realizarse en la practica, las nuevas ideas deben de vencer una serie de obstculos iniciales pues, en general, no pueden ser aplicadas directamente en su forma original, suponen un riesgo, etc. Requiere, por lo tanto, que uno o varios empresarios innovadores superen las dificultades, introduzcan las mejoras necesarias y apliquen la idea a escala comercial. Una vez abierto el camino, por el discurrirn las dems empresas, generndose una acumulacin masiva. No es este el lugar para detenernos en los innumerables refinamientos tericos con los que Schumpeter trat de convertir esta teora en una explicacin completa del desarrollo del capitalismo a travs de ondas largas. Pero su idea bsica, la existencia de unos pioneros empresariales que muestran el camino a seguir a un rebao de competidores, parece que tiene que ver poco con el mundo actual de multinacionales, de investigacin institucionalizada y altamente burocratizada. Ya en los aos 40 esta teora fue duramente criticada, no precisamente desde las filas marxistas.
La forma en que las invenciones y descubrimientos cientficos y tcnicos terminan convirtindose en innovaciones tecnolgicas, esto es, incorporndose a la produccin, nada tiene que ver con el innovador empresario schumpeteriano. Tiene que ver con un mecanismo mas complejo de funcionamiento del sistema capitalista. En efecto, la investigacin cientfica y tcnica y la innovacin tecnolgica no son conceptos equivalentes. Una cosa son los descubrimientos cientficos y tcnicos que puedan obtenerse en un laboratorio (la investigacin cientfica) y otra que los mismos se vayan a aplicar a la produccin mediante inversiones que los incorporan (la innovacin tecnolgica). Como sostiene la teora de Schumpeter, la investigacin cientfica es un proceso permanente que produce un flujo relativamente suave de descubrimientos y las transformaciones tecnolgicas radicales se han producido en oleadas y no han sido el resultado de un solo descubrimiento, sino de la acumulacin durante un largo perodo de tiempo de gran numero de mejoras que conjuntamente han llevado a que se produzca un gran cambio. Pero, estas oleadas no se han producido milagrosamente, sino que han necesitado de una acumulacin masiva de capital para que la nueva tecnologa se incorporase de forma generalizada a la produccin. Desde el punto de vista de la actividad productiva, la investigacin podra dividirse en varias clases. Por un lado estara la investigacin cientfica fundamental, cuyos resultados no seran directamente aplicables a la produccin, pero que son la fuente fundamental de los dems descubrimientos tcnicos. En esta categora estaran incluidas las primeras investigaciones sobre la energa nuclear, el estudio de algunos nuevos materiales ahora, etc. Por otro lado estara la investigacin para aplicar los descubrimientos cientficos fundamentales a la actividad productiva. En esta categora se incluiran la obtencin de nuevos productos (las fibras sintticas y artificiales y los plsticos, despus de la II Guerra Mundial, por ejemplo), la investigacin de nuevos procesos de produccin de productos existentes y la investigacin de mejoras en los productos y los procesos de produccin existentes. Aunque la investigacin cientfica es un proceso permanente, el hecho de que se haya convertido en una actividad econmica mas hace que no sea neutral respecto a la fase por la que este atravesando el capitalismo. As, aunque hay que huir de todo esquematismo, en general, la investigacin fundamental suele ceder terreno a la mejora de los procesos y productos existentes durante la fase recesiva de la onda larga, la investigacin de nuevos productos y procesos no se suele dar hasta que el capitalismo ha iniciado una nueva fase de prosperidad, etc. Para que la investigacin cientfica y tcnica se transforme en innovacin tecnolgica, esto es, para que se incorpore realmente a la actividad productiva, se necesita que la acumulacin incorpore estos avances tcnicos. Por lo tanto, la innovacin tecnolgica depender de que se disponga de los avances tcnicos correspondientes, pero tambin de los factores de los que depende la acumulacin capitalista. En primer lugar, depender de la demanda del producto que fabricar con la inversin correspondiente en relacin con la capacidad productiva que este instalada. As, en las fases de prosperidad en las que normalmente los empresarios esperan un crecimiento de la produccin, la acumulacin y la actividad econmica, la innovacin tecnolgica se traducir en inversiones para poner en pie nuevas plantas productivas que incorporaran nuevos procesos de produccin, para fabricar nuevos productos, para aumentar la capacidad productiva de los productos ya existentes etc. Por el contrario, en las fases de recesin, en las que existe una situacin de sobreproduccin y no cabe esperar un apreciable crecimiento de la demanda, los empresarios dirigirn sus inversiones a reducir costes y racionalizar el capital que poseen. En segundo lugar, los empresarios acumulan para obtener un beneficio. As, en las fases de prosperidad, cuando ya se ha producido una elevacin sustancial de la tasa de beneficio, se ha reanudado la acumulacin de forma masiva y la demanda crece intensamente, ser fcil encontrar proyectos de inversin de nuevos productos y procesos que supongan una alta rentabilidad. Por el contrario, en las fases de recesin, en las que la tasa media de beneficio es baja, la demanda no crece y es difcil encontrar proyectos con una alta tasa de rentabilidad, cuando al mismo tiempo el coste de financiacin de las inversiones es alto, dada la escasez de capital y la poltica de austeridad en vigor para salir de la crisis, las inversiones se dirigirn a la reduccin de costes y, por lo tanto, a la racionalizacin de los procesos de produccin existentes.
Como se ha visto, las ondas largas tienen un carcter asimtrico: el paso a la fase recesiva es endgeno, determinado por los propios factores objetivos del capitalismo, pero el inicio de una nueva fase expansiva es exgeno, esto es, depende de que la lucha de clases lo permita. Sin embargo, hay que huir de todo mecanicismo en la interpretacin de las ondas largas y mucho mas en todo lo que se refiere a la salida de la fase recesiva. La tasa de beneficio ocupa un lugar central en la dinmica del capitalismo pero no es ni mucho menos el nico factor. Hasta la fecha, las ondas largas han sido verdaderas pocas histricas con caractersticas sociales y polticas propias que hacen que el anlisis del capitalismo no se pueda reducir al movimiento oscilatorio de sus variables econmicas fundamentales. Cada una de ellas ha tenido una potencia hegemnica, una particular concrecin del sistema monetario internacional, una tecnologa y organizacin del trabajo diferente, una organizacin poltica peculiar, una forma concreta de explotar a las colonias, antes, y a los pases del tercer mundo, hoy, etc. La clase obrera no ha sido menos diferente en cada una de ellas y sus formas de organizacin, su nivel de conciencia, etc, tampoco. En las salidas de las fases recesivas de cada una de ellas, ha habido siempre un aumento sustancial de la tasa de beneficio y en l ha jugado un papel primordial el aumento de la tasa de explotacin. Pero los factores que han inducido una elevacin de aquella han actuado de muy diferente manera en cada una de ellas. Por eso, no se puede hacer ninguna extrapolacin de lo que ocurri en otras ondas largas a la salida de la actual fase recesiva. El anlisis marxista nos facilita instrumentos poderosos para comprenderla y, consiguientemente, para actuar sobre ella. Pero no podemos utilizarlo como un totem: nada nos ahorra el anlisis concreto de la situacin concreta.
La actual onda larga, la que se ha venido en llamar del capitalismo tardo, es un ejemplo de como funcionan los movimientos a largo plazo de la economa capitalista. La fase ascendente de la misma se desarroll durante los veinticinco aos posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La fase descendente se inici a partir de los primeros aos de la dcada de los setenta y en ella se encuentra todava. Desde entonces, la economa capitalista ha sufrido un cambio de tendencia caracterizado por la reduccin de los ritmos de crecimiento econmico, la aparicin del desempleo masivo y la agudizacin de una serie de factores de inestabilidad. La evolucin econmica durante esta fase recesiva no ha sido lineal. Durante la misma, la economa capitalista ha sufrido dos recesiones generalizadas (1975 y 1982) y, en la actualidad, se encuentra al final de una recuperacin cclica, de modo que una nueva recesin apunta en el horizonte. Aunque la poltica de austeridad puesta en marcha por la mayora de los gobiernos ha conseguido cierta recuperacin de la tasa de beneficio, dicha recuperacin ha sido insuficiente, de modo que los factores que determinaron el cambio de tendencia siguen actuando. 7.1 UNA SEGUNDA JUVENTUD
A partir de la Segunda Guerra Mundial y hasta el final de la dcada de los sesenta, el modo de produccin capitalista conoci una larga fase expansiva determinada por la confluencia de dos procesos: el aumento de la tasa de beneficio, por un lado, y la ampliacin del mercado a largo plazo que supuso la Tercera Revolucin Tecnolgica (con nuevos productos, como las fibras sintticas y artificiales, los plsticos, la electrnica, etc), por otro. La debilidad y, en parte, la atomizacin de la clase obrera, provocadas a raz de las sucesivas derrotas del proletariado tras el ascenso del fascismo y el termino de la Segunda Guerra Mundial, permiti una elevacin formidable de la tasa de explotacin en la mayora de los pases industriales. Esto indujo una extraordinaria elevacin de la tasa de beneficio que favoreci considerablemente la acumulacin de capital. Por otro lado, la extensin al conjunto de la economa de los avances tecnolgicos, que en un principio estuvieron ligados a la industria militar (desarrollo de la electrnica y de la energa atmica, aparicin de materias primas sintticas, etc), generando lo que se ha llamado Tercera Revolucin Tecnolgica, origin una importante reduccin en el precio del capital constante, favoreciendo as a largo plazo la elevacin de la tasa de beneficio y la acumulacin de capital. Como consecuencia de esta evolucin favorable, a partir de los aos cincuenta se produjo un crecimiento de los salarios reales en la mayora de los pases industriales, lo que condujo a una situacin de relativa estabilidad social. Durante esta fase expansiva, la economa capitalista registro algunas crisis industriales peridicas pero, salvo la recesin generalizada de 1958, ninguna de ella adquiri gravedad y solamente supusieron una ralentizacin momentnea en la lnea de intenso crecimiento que se estaba viviendo. Pero desde finales de la dcada de los sesenta pueden observarse todos los datos del paso a una nueva fase de relativo estancamiento de larga duracin. La lenta desaparicin del ejrcito de reserva industrial en la mayora de los pases industriales bloque, a pesar de la automatizacin creciente, una elevacin suplementaria de la tasa de explotacin. La revolucin tecnolgica, al generalizase, pas de ser una fuente de aumento de beneficios, a ser una fuente de sobreproduccin, de agudizacin de la competencia y de cada espectacular de la tasa de beneficio. La aplicacin deliberada de las tcnicas keynesianas anticrisis por parte de los gobiernos acentu la inflacin general, no impidi el crecimiento del paro, y termin provocando la crisis del sistema monetario internacional, con sus repercusiones negativas respecto al comercio y la circulacin de capitales. Por ultimo, la poca de las materias primas y la energa baratas concluyo, provocando graves problemas econmicos en los pases que mayor dependencia tenan de ellas, agravando las desigualdades entre ellos y contribuyendo decisivamente a la agudizacin de la competencia internacional. En definitiva, el capitalismo entr en una nueva fase de larga duracin, en la que todava se encuentra.
Todos estos factores provocaron un cambio de tendencia en la economa capitalista, aunque para que la misma se hiciera evidente hubo de pasar algn tiempo, pues no apareci una crisis aguda hasta 1975 y se imput a la elevacin del precio del petrleo. Pero, desde el principio de la dcada de los setenta, pueden detectarse todos los sntomas que indican que la mayora de los pases industriales se suma en una fase recesiva de larga duracin, caracterizada por menores ritmos de crecimiento econmico y de acumulacin. En el grfico 7.1, se han representado con lneas de puntos los porcentajes anuales de crecimiento de la produccin (medida por el PIB) y de la inversin (medida por la Formacin Bruta de Capital), del conjunto de los pases de la OCDE (formada por EE.UU., Japn y la CEE y el resto de los principales pases de la Europa Occidental) en el perodo 1960 a 1990. Para detectar el ciclo, se han calculado las medias mviles de 3 aos (es decir, a cada ao se le imputa la media del mismo y del anterior y del posterior) de dichas tasas de crecimiento (lnea continua fina), con el objeto de evitar los factores errticos que siempre estn presentes en la medicin de estas variables (se espera que cuando se utilizan medias se compensaran los errores de un ao con los de los contiguos). Para poner de manifiesto la tendencia se han utilizado medias mviles de 7 aos (lnea continua gruesa), con lo que se supone que la tendencia de cada ao es el crecimiento medio de los tres anteriores, del mismo y de los tres posteriores. Si los ciclos tuvieran una duracin regular de 7 aos, este procedimiento debera eliminar el factor cclico y dejar solo la tendencia de la economa. Esto supone una aproximacin burda a ambos fenmenos porque, entre otras cosas, los ciclos no han sido regulares cada siete aos pero, con todo, sirve para ilustrar lo que ha ocurrido y cual ha sido la evolucin de la onda larga. Obsrvese que, desde el final de la dcada de los sesenta se ha registrado un descenso continuado y progresivo de la tendencia de ambas variables (produccin y acumulacin), reflejando una trayectoria similar a la que se describa cuando se trataron los aspectos tericos de la onda larga. Por lo que respecta a la produccin, el paso a la fase recesiva de la onda larga se ha traducido en un descenso medio del crecimiento del 5% al ao, en el perodo 1960 a 1973, a otro del 2,7% desde entonces. El ritmo de desarrollo de los pases industrializados se ha reducido, pues, mas de la mitad y por mucho que, durante la fase recesiva, se hayan registrado recuperaciones coyunturales, las dos crisis de 1974-75 y 1982 determinan un perodo fuertemente depresivo. El cambio en el ritmo de acumulacin ha sido aun mas acusado: de un crecimiento medio de la FBCF del 6,2% al ao, en el perodo 1960 a 1973, se ha pasado a otro del 2,3% desde 1974. Este cambio de tendencia en el ritmo de crecimiento de los pases industriales ha tenido graves repercusiones sobre sus niveles de ocupacin y paro (mas de 25 millones de parados en el conjunto de la OCDE) y ha influido muy negativamente sobre el Tercer Mundo que, ahogado por el problema de la deuda, se ha empobrecido aun mas. Sin embargo, la crisis ha tenido repercusiones muy distintas en los diferentes pases que componen la OCDE. En el grfico 7.2 se han representado las tendencias del crecimiento de la produccin en EE.UU., Japn y la CEE siguiendo el procedimiento explicado mas arriba. Obsrvese que el cambio de tendencia ha sido muy pronunciado en Japn (que ha pasado de crecer a ritmos medios del 9,6% anuales antes de 1970, al 4% desde 1974) y en la CEE (que antes de 1970 creca en torno al 4,8% y desde 1974 lo esta haciendo a una media del 2,3% al ao). En los EE.UU. por el contrario, el cambio de tendencia en el crecimiento fue muy acusado hasta 1981 (se redujo aproximadamente hasta la mitad) pero desde entonces parece haberse recuperado no menos intensamente. Esto se debe a la particular intensidad que ha tenido la ultima recuperacin cclica en la economa americana, que vicia el calculo de la tendencia. En efecto, el fenmeno de recuperacin de la tendencia, que puede detectarse en general en todos los grficos, no es mas que un efecto estadstico que solo se debe al procedimiento de calculo que se ha utilizado. Dicho procedimiento, basado en medias artmeticas, prima los valores de los ltimos aos, que se corresponden, como se ver, a una recuperacin cclica, no a que la tendencia se hay invertido. En el caso de EE.UU., dicha recuperacin cclica ha sido muy fuerte: en 1984, por ejemplo, la economa americana creci el 7,8%, una tasa equivalente a la del perodo de expansin. Una nueva recesin volvera a reducir la tendencia, por lo que no se puede sacar ninguna conclusin respecto a que se este saliendo de la crisis. Los datos de los ltimos 30 aos parecen indicar, por tanto, que la economa occidental se ha situado en una onda larga depresiva, caracterizada por menores ritmos de crecimiento de la produccin y de la acumulacin. La causa fundamental de este cambio de tendencia, aunque no la nica, es el descenso que se ha registrado en la tasa de beneficio a partir de 1970 (vase Grfico 7.3 relativo a la
A lo largo de la actual fase recesiva de larga duracin se han producido ciclos de menor amplitud, que pueden observarse en el grfico 7.4. En dicho grfico, la lnea continua representa la evolucin de las tasas de crecimiento del PIB y las rectas los crecimientos medios de los perodos anterior y posterior a 1974, ao en el que claramente la economa occidental ya se haba situado en la fase recesiva. En algunos aos, el crecimiento de la produccin ha sido mayor que la media y en otros ha sido menor, de forma que desde 1970 pueden detectarse tres ciclos pero nuevamente, la dinmica del capitalismo parece corresponderse con lo que se haba sealado tericamente en un capitulo anterior. El primero de los ciclos se desarroll en la transicin de la onda larga de la fase expansiva a la recesiva. A partir de la recesin de 1970, que la mayora de los autores todava sitan en el perodo previo a la actual crisis econmica, se produjo un auge, que alcanz su punto mximo en 1972 y 1973, al que le sucedi una crisis en 1974 y 1975. Durante los aos inmediatamente anteriores a la elevacin de los precios del petrleo, se produjo una auge prcticamente simultaneo en todos los pases industriales, en el que se registraron intensas tasas de crecimiento de la produccin, la acumulacin y el comercio internacional. Pero este auge seria el canto del cisne de la economa occidental, pues ya se haban dado todas las condiciones para que se iniciara la fase depresiva, en particular, el descenso de la tasa de beneficio, por lo que el intenso ritmo de acumulacin que se produjo entonces no vendra sino a agravar la crisis de sobreproduccin que se desencaden despus. A este auge le sucedi en 1974 y 1975 una crisis que no fue menos simultanea en todos los pases que lo haba sido el auge anterior. Su profundidad se vio agravada por la transferencia de plusvala de los pases industriales a los rabes que supuso la elevacin del precio del petrleo pero, como se ha dicho antes, esta no fue la causa fundamental, pues tanto la tasa de beneficio, como los ritmos de crecimiento econmico ya hablan iniciado antes el descenso. Esta fue la segunda recesin generalizada desde la Segunda Guerra Mundial, pues aunque durante la fase expansiva tambin se produjeron crisis industriales peridicas, solamente la recesin generalizada de 1957-1958 es digna de mencin por su profundidad. Ya en la fase recesiva se han producido dos ciclos: uno completo, desde 1975 a 1982, y otro incompleto, desde 1983 hasta la actualidad. La crisis ha tenido una gran simultaneidad en todas las zonas. Los aos 1975 y 1982 marcan los perodos mas bajos de crecimiento en todas los pases industriales, aunque en la primera crisis se adelant Japn un ao y en la segunda la CEE. La evolucin concreta de ambos ciclos ha sido la siguiente: Durante 1976, la mayora de los pases industriales registraron una recuperacin de sus tasas de crecimiento realmente apreciable pero, a partir de aqu y hasta 1978 en EE.UU. y 1979, en Japn y la CEE, la recuperacin fue mucho mas dbil, vacilante y sobre todo, no generalizada. Durante dicha recuperacin, los problemas fundamentales que habian determinado el cambio de tendencia permanecieron sin resolver y, por el contrario,se agravaron las tensiones inflacionistas y no se logr reducir el paro que se haba generalizado en la crisis anterior. Desde 1978-79, se inici un nuevo perodo de descenso que, salvo en la CEE, en la que se produjo un ao antes, alcanz su punto mas bajo en 1982, ao que marca la segunda recesin generalizada de la fase recesiva de la onda larga. A partir de 1983 se inici un nuevo ciclo. La recuperacin que desde entonces ha registrado la economa internacional ha sido limitada, pues las tasas de crecimiento no han llegado a alcanzar a las que se dieron durante los pasados aos de auge, pero ha tenido una cierta intensidad (en 1988, la economa americana creci un 4,4% y la CEE un 3,7%) y, sobre todo, ha durado siete aos. Sin embargo, hay factores que explican la intensidad y duracin de la esa recuperacin cclica.
7.4.
Bajo el capitalismo tardo, la investigacin cientfica y tcnica ha pasado a ser una actividad planificada y un negocio mas del que obtener un beneficio. Por un lado, los Estados favorecen la investigacin cientfica y el descubrimiento y mejora de los mtodos que permitan aplicar en la practica los avances cientficos, en muchas ocasiones, por un inters militar, aunque luego los descubrimientos pasan a tener aplicaciones industriales. Este fue el caso de los avances tecnolgicos que se produjeron a raz de la II Guerra Mundial, ligados a la industria de armamentos, y lo es ahora por motivos parecidos con la Iniciativa de Defensa Estratgica de Reagan, el proyecto Eureka de la CEE o las investigaciones de la quinta generacin de ordenadores de Japn o Inglaterra. Por otro lado, las grandes compaas dedican una parte importante de los recursos que generan a la investigacin y el desarrollo. Estos gastos I+D, como se les denomina, tienen como objetivos mejorar la tecnologa de la propia empresa, en unos casos, o producir patentes, mtodos industriales, etc con cuya venta en el mercado obtener un beneficio, en otros. Este ultimo es el caso de las universidades y los centros de investigacin pretendidamente independientes. El capitalismo tardo, al haber convertido la investigacin cientfica y tcnica en una actividad econmica mas, ha producido una considerable aceleracin de la innovacin tecnolgica. Sin embargo, ni el estado actual del avance tecnolgico ni los resultados que aporten los planes de investigacin gubernamentales o de las grandes compaas, sern el elemento fundamental que saque a la economa capitalista de la fase recesiva de la onda larga en la que se encuentra. Como ocurriera en las ondas largas anteriores, ahora los avances tecnolgicos no se transformaran en verdaderas revoluciones tecnolgicas mientras no se apliquen masivamente, lo que requiere unos ritmos de acumulacin muy superiores a los actuales. De momento, no estamos en presencia de una tecnologa radicalmente nueva, que solo se podra implantar con una acumulacin masiva, sino de inversiones para racionalizar la tecnologa existente. Dicha acumulacin masiva requiere un nivel de tasa de beneficio que todava no existe y que las nuevas tecnologas, por si solas, son incapaces de generar. Si los ritmos actuales de acumulacin se mantuvieran durante algunos aos (y hay que sealar que todava son inferiores a los que se dieron durante la fase expansiva de la onda larga), estas innovaciones produciran una nueva revolucin tecnolgica, cuyos efectos para la humanidad seran mas negativos que positivos. Entonces, las nuevas tecnologas haran que la acumulacin prosiga creciendo en espiral. Pero, como se ha visto, la recuperacin actual de la tasa de beneficio no justifica que tal oleada de inversiones se produzca y, por el contrario, es mas que probable una nueva recesin cclica. Adems, las nuevas tecnologas , por si solas, son incapaces de iniciar el proceso. En efecto, para producir la salida de la fase recesiva de la onda larga, las nuevas tecnologas deberan inducir una nueva oleada de inversiones innovadoras, esto es, deberan ser capaces de iniciar el proceso de la acumulacin capitalista en espiral . No hay ningn dato que permita afirmar que ello se este produciendo o vaya a realizarse en un prximo futuro. En primer lugar, la acumulacin masiva no depende solo de que se disponga de una tecnologa nueva sino, lo que es mas importante, de que se hayan liberado los recursos necesarios para que la misma pueda ser aplicada generalizadamente. Hasta el momento, esto no se ha producido y, por el contrario, son todava muchos los sectores capitalistas que quedan por reestructurar.En este sentido, no son las nuevas tenologias las que producirn una elevacin de la tasa de beneficio, sino la elevacin de la tasa de beneficio la que permitir la aplicacin generalizada de las nuevas tecnologas y, por lo tanto, la salida de la fase recesiva de la onda larga. En segundo lugar, no esta claro que las nuevas tecnologas supongan una elevacin sustancial de la tasa de beneficio. En efecto, una tecnologa nueva, aunque sea extraordinariamente rentable, deja obsoleto a parte del capital existente, por lo que los beneficios que debe producir deben ser mayores que las perdidas que supone desechar ese capital. Adems, la tecnologa nueva es costosa y tiene grandes costes de mantenimiento. En tercer lugar, subsiste un problema de sobreproduccin que dificulta notablemente la acumulacin masiva. La produccin masiva de nuevas maquinas no podr realizarse mientras que no haya una demanda masiva de las mismas. Ello requiere que la demanda global vuelva a pulsar de nuevo y que lo haga de una forma mantenida en el tiempo, que se haya acabado con la situacin de excedentes de capacidad productiva que existe en muchos sectores, etc. En definitiva, las decisiones de inversin que realiza un capitalista tambin dependen de las mercancas que produce.
La aparicin o la creacin de un nuevo mercado tampoco puede ser el factor que desencadene la acumulacin masiva de los capitales ociosos. En tiempos muy recientes puede hablarse de una afluencia de capitales a algunas zonas del tercer mundo (fundamentalmente a pases del extremo oriente, como Corea, Taiwan, Ceylan, etc), que han contribuido decisivamente al surgimiento de unas potencias semiimperialistas, pero el mercado que han generado es a todas luces insuficiente y, por el contrario, son un factor adicional para agravar aun mas la competencia interimperialista exarcervada con la crisis econmica. El mercado potencial que suponen los pases del Este europeo no es una solucin a corto plazo, aunque no se puede descartar que lo puedan ser a largo plazo. a) Son sociedades con bajo poder adquisitivo. Por la va de una oferta mas amplia de consumo no se encontrara una demanda efectiva y la desigualdad que introducira el mercado no hara sino reducirla. Se necesitara, por tanto, crear previamente el poder adquisitivo suficiente, lo que se podra conseguir introduciendo capital que mediante una superexplotacin mayor ofreciera productos mas rentables a otros mercados. Pero el problema del capital es de superproduccin y esto dificulta a corto plazo las cosas. b) Son sociedades de baja productividad, pero la crisis afecta al conjunto de la sociedad y del sistema econmico. Por un lado, la baja productividad determina que el sistema productivo no sea rentable y esta es una de las condiciones que dificulta que el capital se decida a adquirirle. Por otro, existe una crisis de produccin de valores de uso, pero la falta de productividad tambin afecta a sectores como sanidad, enseanza, transporte, etc, sectores en los que el capital no entrara.
Por consiguiente, a corto plazo, el capital no puede sortear la bsqueda de una solucin de la crisis econmica en su propia casa. Solo un aumento de la tasa de beneficio que fuera capaz de sostenerse en el tiempo podra inducir a la acumulacin masiva de los capitales excedentes y provocar una nueva fase de ascenso. Entonces si podra producirse una nueva revolucin tecnolgica y la aparicin de nuevos mercados. Es en este sentido en el que el paso de una fase de descenso a otra de ascenso no es endgeno, pues tal aumento de la tasa de beneficio solo puede ser inducido por el concurso de factores externos. Hemos visto que para que se produzca un aumento de la tasa de beneficio se requiere una disminucin de la composicin orgnica del capital o un aumento de la tasa de explotacin y para que aquel sea fuerte, el concurso de ambos. Hay tres formas de reducir la composicin orgnica del capital: la inversin masiva en zonas geogrficas o sectores en los que es baja, la reduccin del capital constante por cada del valor de las materias primas y la reduccin del perodo de rotacin del capital, por mejoras en el transporte, por ejemplo. No hay ningn elemento que indique que esto hoy puede hacerse fcilmente. En las metrpolis imperialistas no es posible reducir la composicin orgnica del capital, pues hay que introducir una tecnologa nueva mas cara y que ahorra mano de obra, es decir, que implica mas capital constante y menos variable. Las inversiones en el extremo oriente, mencionadas antes, no son suficientes, tienen contradicciones y no se pueden comparar con las que se pudieron producir en las colonias en el siglo pasado, por ejemplo, y las que se puedan realizar en los pases del Este, a corto plazo, no sern masivas y no estarn exentas de contradicciones. La cada del valor de las materias primas no juega ahora, pues en el inicio de la crisis el problema fue el contrario y todava estn muy por encima del valor que tenan en los momentos previos a la misma y la elevacin actual del precio del petrleo juega en sentido contrario. Por ultimo, la reduccin del perodo de rotacin del capital no parece que pueda tener un efecto decisivo en el momento presente. Por lo tanto, para que la tasa de beneficio se recupere, se requiere un aumento sustancial de la tasa de explotacin. Adems, si el aumento de la plusvala producida por este medio solo sirve para neutralizar el aumento de capital, constante y variable, que implica la acumulacin masiva, entonces el aumento de la tasa de beneficio ser de corta duracin. Por lo tanto, se requiere que el aumento de la tasa de explotacin sea muy intenso y que se reduzca la composicin orgnica del capital porque varios de los factores mencionados concurran a la vez. La dificultad para el capitalismo es que todo esto depende de la lucha de clases. As, el paso de una fase de depresin a otra de prosperidad depende de que la lucha de clases lo permita. Durante la actual fase de descenso, el capital debe reestructurar el aparato productivo, introducir nuevas tecnologas, desarrolladas durante la fase de prosperidad anterior, pero no incorporadas
A pesar de los retrocesos que se han producido en la mayora de los pases industriales, el nivel de resistencia que aun mantiene la clase obrera de los mismos impide que la classe dominante pueda lograr una recuperacin de la tasa de beneficio de tanta intensidad como se requerira para iniciar una nueva fase de prosperidad. A ello no es ajeno la situacin en que se encontraba la clase obrera cuando sobrevino la crisis econmica. Durante la ultima fase de prosperidad del capitalismo tardo, la clase obrera de la mayora de los pases industriales fue adquiriendo una gran fuerza organizativa, de forma que, al estallar la crisis econmica, las tasas de afiliacin sindical en la mayora de estos pases eran considerablemente elevadas. Adems, durante estos aos, los trabajadores conquistaron importantes mejoras sociales, como la seguridad social, la extensin de los seguros de paro, etc, y, en general, gozaron de un nivel de vida sin precedentes. Esto, que en su momento represent un factor de integracin consciente utilizado por la burguesa, hizo que, al sobrevenir la crisis, la clase obrera no fuera derrotada por el paro, como ocurri en los aos treinta. Por una parte, su capacidad organizativa impidi la profundizacin de la ofensiva del capital (el empleo se redujo muy fuertemente en 1975 en todos los pases de la OCDE, pero desde entonces, salvo en el Estado espaol, en la mayora de ellos no ha vuelto a registrar decrecimientos significativos, de forma que el aumento del paro tiene mucho mas que ver con el crecimiento de la poblacin que con el descenso del empleo) y, por otra, el fuerte aumento del paro fue paliado en la mayora de los pases por un seguro muy extendido. Aunque con el transcurso de la crisis, la ofensiva de la burguesa ha avanzado y los trabajadores se han debilitado, lo cierto es que la clase obrera todava goza de un apreciable grado de resistencia. Para acelerar el desgaste de los trabajadores y hacer posible su salida a la crisis econmica, la classe dominante ha puesto en marcha la poltica de austeridad. Ya se ha visto que la condicin necesaria para que el capitalismo inicie una nueva fase de prosperidad es el aumento de la tasa de beneficio, lo que, entre otras cosas, implica aumentar la tasa de explotacin. Evidentemente, esto no lo ha podido hacer de golpe, sino que ha necesitado poner en marcha una ofensiva de larga duracin. Adems, tanto las crisis peridicas como las ondas largas no vienen determinadas solamente por las relaciones entre las dos clases fundamentales, sino que se derivan tambin de la anarqua inherente al sistema, pues no existe un intelectual colectivo del capitalismo, sino que la mayora de las decisiones fundamentales sobre produccin, acumulacin, etc, se toman individualmente. En este contexto, aunque el estado burgus tiene como misin la defensa de los intereses colectivos del capital, esto es, la garanta de la explotacin de los trabajadores y la armonizacin en lo posible de las decisiones individuales de los capitalistas, nunca lo consigue plenamente. Esto dificulta las cosas, pues internamente el capital tambin tiene contradicciones (en una crisis, los capitalistas menos competitivos y productivos deben desaparecer). Por eso, la marcha hacia la elevacin de la tasa de explotacin no es lineal, pues al mismo tiempo debe resolver otros problemas que tambin estn influyendo sobre la crisis. En ultima instancia, la austeridad pretende elevar la tasa de beneficio del sistema. Para ello debe elevar la tasa de explotacin mediante la reduccin del valor de reproduccin de la fuerza de trabajo, esto es, del capital variable. Las medidas concretas con las que pretende conseguirlo son la reduccin de los salarios reales de los trabajadores, la aparicin de paro y el aumento del ejrcito de reserva, para presionar hacia abajo los salarios, y la reduccin de los salarios indirectos, esto es, de las prestaciones de la seguridad social, de las pensiones, de los gastos sociales del estado (sanidad, enseanza, etc). Pero tal reduccin del capital variable, en ausencia de otros fenmenos, supondra un aumento de la composicin orgnica del capital que empujara hacia abajo a la tasa de beneficio. Para evitarlo, el aumento de la tasa de explotacin debe compensar con creces el crecimiento de la composicin orgnica del capital, y esto se consigue aumentando la intensidad de la explotacin de los trabajadores, es decir, su productividad. De esta forma, la aparicin de paro debe coexistir con un proceso de sustitucin de trabajo vivo por maquinas, con el aumento de los ritmos de trabajo, etc, es decir, debe haber una produccin material mayor con un menor numero de trabajadores. Esta es la razn fundamental por la que la reestructuracin del aparato productivo y de sectores enteros de la economa y las inversiones en racionalizacin juegan un papel fundamental como complemento de la poltica de austeridad.
III EL DINERO LO COMPLICA TODO (LOS ASPECTOS MONETARIOS Y FINANCIEROS) I. EL COLOR DEL DINERO (LA TEORIA MARXISTA DEL DINERO Y EL CREDITO)
En los captulos anteriores, se analizaron los aspectos reales de las ondas largas, esto es, los ligados a la produccin y a la acumulacin de capital productivo. Se hizo abstraccin de los aspectos monetarios y financieros con el objetivo de poner de manifiesto las tendencias profundas inherentes a la acumulacin de capital, pero esto no quiere decir que dichos aspectos carezcan de importancia sino que, al contrario, ocupan un papel central en el desarrollo de la economa capitalista. 8.1 CUANDO LAS MONEDAS ERAN DE ORO
Como se vi en el Capitulo 3, el dinero metlico puro (consideraremos como tal solamente al oro para simplificar el anlisis) es una mercanca que como unidad de cuenta sirve para expresar las relaciones de intercambio de todas las dems. Si producir una chaqueta cuesta 15 horas de trabajo y producir una libra de oro cuesta una hora, el valor de cambio de la chaqueta en el mercado ser 15 libras. Es decir, el valor de cambio de una mercanca en trminos de dinero ser: Valor de cambio de la mercanca Valor de cambio en dinero = -------------------------------------Valor de cambio del oro Trabajo socialmente necesario para producir la mercanca = ----------------------------------------------------------------------= Trabajo socialmente necesario para producir el oro
Pero, como tambin se vi en el Capitulo 3, las mercancas no se intercambian de acuerdo con sus valores de cambio, sino segn sus precios de produccin. Estos no son mas que formas transmutadas del valor: son los precios que resultan de la redistribucin de la plusvala total que hace que se iguale la tasa de beneficio de todos los capitalistas. Pero esto no cambia la sustancia de las cosas, de forma que el precio de produccin de una mercanca, en trminos de dinero, ser la relacin que existe entre su precio de produccin, medido en horas de trabajo, y el precio de produccin del oro, medido de la misma forma, es decir:
Precio de produccin de la mercanca en horas Precio de produccin en dinero = --------------------------------------------------------------Precio de produccin del oro en horas
Los precios de mercado pueden diferir de los precios de produccin en dinero por razones muy diversas: fluctuaciones erraticas en la demanda o en la oferta de la mercanca, cambios en las modas, etc. Pero oscilaran alrededor de ellos, de forma que, en ltima instancia, estarn determinados por los valores. Si el precio de produccin de una mercanca medido en horas de trabaJo cae, porque la productividad del sector que la fabrica ha aumentado, su precio de mercado descender tambin. De la misma forma, si el precio de produccin del oro aumenta, porque desciende la productividad de las minas, por ejemplo, los precios de las dems mercancas disminuirn. Es decir, los precios de mercado en trminos de oro dependen de los valores y no se ven afectados por el hecho de que la cantidad de oro aumente o disminuya. Pero el dinero no solamente es una unidad de cuenta, sino que tambin es una mercanca por medio de la cual se intercambian todas las dems. De hecho, el dinero es dinero y cumple su papel como tal en la circulacin de mercancas. Cualquier otra se demandar para ser consumida o ser utilizada como medio de produccin, pero el oro, salvando su papel como materia prima en la joyera, se demandar como dinero para realizar las transacciones. Ser necesaria, pues, una determinada cantidad de dinero para que la circulacin de mercancas pueda realizarse. La cantidad de dinero metlico necesaria para la circulacin, que vamos a denominar M, depender, en primer lugar, del importe total las mercancas que circulan en la sociedad en un perodo de tiempo (un ao por ejemplo). Si en la sociedad se compran y venden 500 chaquetas, cada una de las cuales cuesta 15 libras, y 1.000 pares de zapatos, a 5 libras cada uno, el importe total de todas las transacciones ser 12.500 libras (7.500 por las chaquetas y 5.000 por los zapatos). Es decir, el importe total de la circulacin de mercancas ser igual a la suma, para todas las mercancas, de los productos de su precio por el numero de transacciones que se realizan con ellas. En segundo lugar, depender tambin del numero de operaciones que se realizan con una misma moneda en el perodo de tiempo, esto es, de la velocidad de circulacin del dinero. Una misma moneda puede efectuar varios cambios sucesivos: el minero lleva las 15 libras al mercado y se compra una chaqueta; esas mismas monedas se las gasta el sastre en adquirir un par de zapatos y pagar el sueldo de un obrero, etc. Siguiendo el ejemplo anterior, si cada moneda circulara solamente una vez al ao, el volumen total de dinero que sera necesario para que se pudieran efectuar las transacciones anteriores ascendera a 7 500 libras. Si cada moneda circulase tres veces, solamente seran necesarias 2.500 libras. As pues, la cantidad de dinero necesaria para la circulacin de mercancas ser: Importe total de las transacciones Demanda de dinero para la circulacin = ----------------------------------------------Velocidad de circulacin del dinero
Esta expresin se puede simplificar recogiendo todos los precios en un ndice general de precios, que llamaremos P y que es una media ponderada de los de todas las mercancas, y expresando por T el volumen de transacciones de todas ellas. En tal caso, la cantidad de dinero necesaria para la circulacin de mercancas ser: PxT M =-------- V o tambin MxV=PxT
Dados los precios de las mercancas (que dependen de los valores y no de la cantidad de dinero que exista en circulacin), el volumen de transacciones y los hbitos de pago de la sociedad, se necesitar una determinada cantidad de dinero para que las transacciones puedan efectuarse. Si existe mas dinero en circulacin que dicha cantidad necesaria, el exceso ser retirado de la circulacin ofrecindolo en prstamo o atesorndole. Si el dinero en circulacin es insuficiente para atender al volumen de transacciones, se desatesorara, se pondrn mas minas en funcionamiento o aumentar su velocidad de circulacin. Es decir, las variables autnomas son los precios (determinados por los valores) y las transacciones (determinadas por la circulacin de mercancas) y el dinero metlico entrar o saldr de la circulacin de mercancas o circular mas o menos rpidamente segn sea necesario para que se pueda realizar el volumen de transacciones. Las variaciones en los precios o en las transacciones afectarn a la cantidad necesaria de dinero metlico en circulacin, pero la inversa no es cierta, es decir, la cantidad de dinero metlico existente no afectar a los precios de las mercancas, porque dependen de los valores, y, por tanto, tampoco afectar al ndice general de precios. Pero esto solamente ocurrir en una economa en la que el nico medio de pago es el dinero metlico. Como se vi en el Capitulo 1, en las sociedades actuales, el dinero se ha sofisticado enormemente: los billetes emitidos por el banco central y las cuentas corrientes depositadas en la banca privada son los medios de pago generalmente utilizados y el dinero metlico ha desaparecido de la circulacin (las monedas actuales solamente se utilizan para el cambio fraccionario y no tienen nada que ver con el oro). Esto nos lleva a la consideracin del crdito y del papel del dinero como capital. 8.2. DE LAS DEUDAS TAMBIEN SE VIVE
Hasta ahora se ha supuesto que las transacciones de todas las mercancas se realizan siempre a cambio de dinero, pero esto no es necesario ni de hecho ocurre en la realidad. Una mercanca se puede vender al contado, cobrando su importe en dinero, pero tambin se puede vender a crdito. El sastre de nuestro ejemplo puede vender la chaqueta a cambio de que se la pague el comprador transcurrido un tiempo determinado. En este caso, le estar dando un crdito comercial. Dichos crditos han sido normales en la historia del capitalismo y, en principio, se derivaron de la separacin en el tiempo entre la compra y la entrega de una mercanca o en el espacio entre comprador y vendedor. Pero sigue siendo una transaccin de mercanca por dinero metlico que se sita en la esfera de la circulacin, aunque entre la entrega de la mercanca y el cobro del dinero transcurra un tiempo. El mayor o menor recurso al crdito comercial de una sociedad afectar a la cantidad necesaria de dinero para la circulacin (la reducir cuando aumente el crdito comercial y la aumentar cuando este disminuya). Pero, en sustancia, no cambia el funcionamiento de una economa en la que solo existe dinero metlico, tal y como se ha descrito en el epgrafe anterior. Pero existe un crdito de una naturaleza muy diferente que aparecer incluso en una sociedad en la que solo exista dinero metlico. Es el crdito para inversiones productoras de plusvala.
Hasta ahora hemos tratado una economa en la que la moneda metlica es el nico dinero. Sin embargo, en las sociedades actuales, el oro ha desaparecido de la circulacin y ha sido sustituido por los billetes de banco. La peseta, la libra, el dlar, etc, que parecen no tener ninguna relacin con el oro, son las monedas de papel, emitidas por los bancos centrales de cada estado, que se utilizan como unidad de cuenta y medio de pago en cada uno de ellos. Hay razones objetivas e histricas para que as haya ocurrido. El uso exclusivo del oro como medio de pago acarrea serias dificultades: se necesita transportar grandes cantidades de moneda para realizar las transacciones, con el consiguiente coste y riesgo de perdida; facilita las operaciones fraudulentas, limando las monedas, por ejemplo, con la consiguiente inseguridad monetaria; puede aparecer penuria de moneda metlica, ante un desarrollo brusco del comercio, lo que estrangulara las posibilidades de desarrollo capitalista, etc. Por todas estas razones, desde un principio, parte de la moneda metlica en circulacin fue sustituida por signos de papel que la representaban. El capitalista que ejerca de banquero se haca cargo del deposito de oro que le entregaba un cliente y emita un documento por su importe con el que este ltimo poda realizar transacciones. Pero la aceptacin de tal documento dependa de la solvencia del capitalista que lo emita, por lo que muy pronto, tal funcin paso a ser realizada por los estados y as apareci el billete de banco. Durante la mayor parte de la historia del capitalismo, el papel moneda ha sido convertible en oro, esto es, el banco central que emita los billetes se comprometa a reponer su equivalente en oro a la presentacin de los mismos en sus ventanillas. La expresin El Banco de Espaa pagara al portador la cantidad de ..... pesetas, que hasta hace poco figuraba en los billetes quera decir exactamente esto. Pero constitua una reminiscencia del pasado porque, desde hace muchos aos, los billetes de banco no son convertibles en oro. A lo sumo, se pueden convertir en divisas extranjeras, pero el tipo de cambio al que puede hacerse esta fijado por el mercado y, adems, la conversin esta sometida normalmente a restricciones legales. As pues, el papel moneda que circula actualmente no es convertible y su vinculacin con el oro no es directa. Comprender su funcionamiento exige comenzar por los billetes de banco convertibles. La forma mas simple de papel moneda convertible en oro es cuando est respaldado por una reserva de ese metal al 100%. Es lo que ocurre cuando el banco central de un pas se limita a emitir billetes exactamente por el mismo importe del oro que recibe, comprometindose a convertir los billetes en moneda metlica a la presentacin de los mismos en sus ventanillas. En el activo del banco, figurara el oro y, en el pasivo, los billetes emitidos, y ambas cantidades seran exactamente iguales. En este caso, los billetes seran como el oro y todo funcionara como se ha descrito antes, salvo que en lugar de circular el metal, circularan papeles, con el consiguiente ahorro en el transporte, mayor seguridad, etc. Esto no es lo que ocurre en la actualidad. Pero no habra necesidad de que las reservas de oro respaldaran al 100% a los billetes emitidos para que la convertibilidad se mantuviera, porque el banco central sabe que los poseedores de papel moneda nunca acuden de una sola vez a convertir sus billetes en monedas metlicas. Por ejemplo, si un banco central tiene unas reservas de oro de 100.000 libras y las conversiones de papel moneda en oro que le demanda el pblico nunca ascienden a mas de un 25% de sus reservas, podra emitir hasta 400.000 libras en billetes sin que la convertibilidad de los mismos se viera afectada. Este margen de maniobra le permitira al banco emitir billetes para realizar crditos comerciales, lo que facilitara la circulacin de las mercancas e, incluso, financiar las actividades del estado. La contrapartida de los billetes emitidos ya no seran solamente las reservas de oro, sino tambin crditos al sector privado y al estado. Un ejemplo del balance del banco central en tal situacin podra ser el siguiente:
Mientras el banco central pueda mantener la convertibilidad del papel moneda, tal sistema no planteara ningn problema respecto a la naturaleza del dinero: los billetes de banco seran "tan buenos como el oro" y al igual que el pueden ser retirados o reinyectados en la circulacin en cualquier momento. El hecho de que solo una fraccin de los billetes est cubierta por el oro, representa nicamente una economa social de medios de pago que es posible dado que no todo el mundo exige al mismo tiempo que se convierta en oro. Sin embargo, para que ello ocurra, se requiere que no se emita en cantidades excesivas. Si la cantidad de billetes en circulacin es igual a la necesaria para la circulacin de mercancas mas la demanda de dinero para atesoramiento, el papel moneda estar jugando un papel similar al de la moneda metlica y los precios no tienen porque verse afectados. En la practica, estar sustituyendo al oro pero, a los ojos de todo el mundo, los billetes sern como oro, puesto que se puede acudir al banco central a cambiarlos por el, aunque solamente una fraccin est cubierta por el metal. Pero si la cantidad de billetes es superior a la necesaria, los billetes de papel se devaluarn automticamente. En efecto, una chaqueta vale 15 libras de oro, pero aunque el oro exista en exceso, el precio no se ver influido, pues es un depsito de valor que siempre puede ser atesorado. Sin embargo, si los billetes de libra emitidos son el doble de la cantidad necesaria, esto es, si 1 billete de libra = 1/2 libra de oro, por ejemplo, el precio de la chaqueta en billetes se duplicar y pasar a costar 30 libras de papel, e igual ocurrir con las dems mercancas. Los precios en billetes se habrn elevado por encima de los precios denominados en moneda metlica, o lo que es lo mismo, se habr producido una inflacin. La libra de papel se habr devaluado y, al contrario de lo que ocurre con el oro, el dinero en exceso no ser atesorado, sino mantenido en la circulacin, porque nadie desear mantener un deposito de valor en un billete que se devala. Por otra parte, el exceso de billetes tambin afectara al tipo de inters. As pues, la inflacin solo se produce en el caso del papel moneda. Los precios de las mercancas en trminos de oro pueden subir, porque el valor del oro descienda, por ejemplo, pero en sentido estricto esto no es inflacin. Es un fenmeno que, en todo caso, puede ser explicado por la ley del valor y responde a cambios en los costes de produccin del oro, no a que este exista en exceso. La inflacin es un fenmeno tpicamente monetario que tiene su origen en una emisin excesiva de dinero que hace subir el ndice general de precios. Se debe a que el dinero de papel pierde valor, pero los precios, en trminos de moneda metlica, permanecen incambiados. El papel moneda no convertible aparece cuando se elimina la obligatoriedad del banco central emisor de convertirlo en oro a la presentacin de los billetes en sus ventanillas. Como se ha dicho, es lo que ocurre normalmente en la actualidad. Su funcionamiento no difiere sustancialmente del papel moneda parcialmente convertible: basta con limitar la emisin de billetes de banco no convertibles a la cantidad de dinero socialmente necesaria para evitar la depreciacin monetaria y que tal dinero cumpla su papel objetivo. Una moneda de papel de esta clase solo circulara por el mismo importe por el que habra circulado en su lugar una moneda de papel convertible. Solo si se emite en exceso respecto a las necesidades de la sociedad capitalista, se podra provocar una elevacin del ndice general de precios y, por tanto, una depreciacin del billete. Ocurrira entonces, como con el papel moneda convertible, salvo con una diferencia importante.
_________________________________________________________________________________________ BALANCE DEL BANCO CENTRAL EMISOR DE BILLETES NO CONVERTIBLES _________________________________________________________________________________________ ACTIVO (CONTRAPARTIDA DE LOS BILLETES EMITIDOS) Reservas de oro ......... 100.000 Crditos a la banca ..... 75.000 Crditos al sector privado 125.000 Crditos al sector pblico 100.000 _______ Billetes emitidos. 400.000 PASIVO (BILLETES EMITIDOS)
El banco central no puede actuar sobre todas estas variables. Si el pas tiene un supervit en la balanza de pagos, las reservas de divisas aumentarn y la circulacin de billetes lo har tambin (tendr que aumentar la emisin para poder comprar las divisas que poseen los exportadores). De la misma forma, si el sector publico incurre en dficit y lo financia mediante crditos del banco emisor, la circulacin de billetes tambin aumentara. En la actualidad, no es normal que los bancos centrales den crditos al sector privado, por lo que la posibilidad mas clara de actuacin que tienen son los crditos a la banca privada. Pero esto nos lleva al epgrafe siguiente.
El papel moneda es el dinero que se utiliza en menos proporcin en las sociedades actuales. Las empresas pagan las nominas abonandolas en las cuentas corrientes que sus empleados mantienen en un banco, estos pagan los recibos de sus clientes cargandoselos en sus cuentas corrientes, etc. Cualquier persona no llega a ver en billetes mas que la pequea parte de los ingresos que necesita para los pagos de bolsillo y, desde la extensin de las tarjetas de crdito, esta parte cada vez es menor. Es decir, cada vez se utiliza mas el dinero bancario, esto es, los depsitos en cuentas corrientes en bancos privados. En la actualidad, el dinero es, pues, algo mas complejo, no solamente que el oro, sino que los billetes emitidos por el banco central, incluso. Pero esta complejidad no cambia la naturaleza del dinero, sino que simplemente modifica su funcionamiento. Ya se ha visto que el dinero es una mercanca y este hecho no se altera porque lo que circule no sea moneda metlica, sino papel. Una moneda de libra o un billete de libra es un deposito de valor que puede convertirse en capital productor de plusvala o puede ser prestado para obtener un inters. Como dicen los capitalistas, el dinero produce mas dinero. Pero el hecho de que el dinero sea una mercanca hace que haya comerciantes que trafican con ella: son los banqueros. Un banco privado es una institucin que concentra en sus manos gran cantidad de dinero prestable, que tiene dos orgenes fundamentales. Por un lado, dicho dinero proviene del hecho de que, en general, son los cajeros de los empresarios y de muchos trabajadores que perciben sus salarios mediante transferencias a sus cuentas corrientes en un banco, de forma que en sus manos se queda la diferencia entre los ingresos y los gastos de estos. Por otro lado, concentran el ahorro de los individuos y de las empresas, un conjunto de pequeas sumas que termina constituyendo una gran cantidad. Todos estos fondos constituyen el pasivo del banco y pueden tomar la forma de cuentas corrientes (cuando el titular de la misma puede recuperar el dinero depositado o pagar a una tercera persona simplemente firmando un cheque), cuentas de ahorro (que son las cuentas cuyos fondos no se pueden movilizar mediante cheques, sino que exigen que el titular de la misma acuda personalmente a la ventanilla del banco para obtener los fondos), cuentas a plazo (cuando el titular se compromete a no recuperar el dinero hasta que no transcurra un plazo determinado), etc. En general, el banco paga un tipo de inters por estos depsitos, que suele ser mayor cuanto mas restricciones hay para la recuperacin del dinero por parte del cliente. En el caso de las cuentas corrientes, dicho tipo de inters suele ser muy reducido e, incluso, puede no haberlo, pues se interpreta que es un servicio que el banco realiza a cambio de disponer de los fondos. En la medida que el titular de una cuenta corriente puede realizar una transaccin pagando con un cheque, dichas cuentas son dinero. En efecto, estn denominadas en la unidad de cuenta del pas correspondiente (libras, pesetas, dlar), son un deposito de valor que esta a disposicin del titular en cuanto este desee hacerlo y constituyen un medio de pago aceptado por la costumbre (se puede comprar cualquier cosa pagando con un cheque o con una tarjeta de crdito) y, en general, protegido por la ley (suele estar penalizado el pago con un cheque sin fondos, esto es, sin que en la cuenta corriente exista el saldo correspondiente para hacer frente a dicho cheque). A las cuentas corrientes tambin se las denomina dinero escritural, porque no es un dinero que circule materialmente, sino que funciona haciendo anotaciones en los libros de los bancos (se hace una anotacin deducindolo de la cuenta del que paga y anotndolo en la del que recibe). Con el desarrollo de la informtica actual, el funcionamiento de tal dinero se ha simplificado enormemente: basta, por ejemplo, con acudir a un cajero automtico para disponer del dinero de una cuenta corriente sin que tenga que intervenir en ese momento ningn empleado del banco y sin que importe que sea domingo, por la noche, etc. El banco utiliza los fondos recibidos para prestarlos a un inters mayor que el que tiene que pagar por ellos. Cumple, pues, una funcin social en el capitalismo ya que son unos intermediarios que sirven para superar el fraccionamiento del capital social: reciben pequeos fondos de mucha gente, los concentran en sus manos y se los prestan a los que los necesitan. Si no existieran bancos, todos estos fondos estaran en los bolsillos de los trabajadores o en las cajas de las empresas y, en consecuencia, seran improductivos. Pero los bancos los recogen, garantizan a sus clientes que no los perdern (lo que no ocurrira si cada individuo fuera el que realizara los prestamos) y los prestan a sus clientes, estableciendo unas garantas de devolucin que no seran posibles sin ellos. Su funcin social es tan importante que el hecho de que este en manos privadas constituye una contradiccin. Pero dicha contradiccin hay que situarla en el contexto de la que se produce en general en el sistema capitalista, que se mencion en el Capitulo 4: el carcter social que objetivamente tiene la produccin, que desvela la ley del valor, y el hecho de que las principales decisiones para realizarla se efectan individualmente por los
Crditos al sector privado 800.000 Comerciales .. 300.000 de capital ... 300.000 Cartera valores 200.000 Crditos al sector pblico 100.000 ________
1.000.000
8.5 MONEDAS, BILLETES, CUENTAS CORRIENTES, TARJETAS DE CRDITO.... LOS DIFERENTES COLORES DEL DINERO
As pues, en las sociedades actuales, el dinero existente est constituido por los billetes en circulacin (que son los emitidos por el banco central menos los que se encuentran en las cajas de la banca privada que, en consecuencia, no circulan) y por los depsitos en cuentas corrientes en la banca privada. A esta cantidad se la denomina oferta monetaria. Los depsitos de ahorro y a plazo no son dinero propiamente dicho, pues con ellos no se pueden realizar transacciones, dado que es preciso que el titular acuda fsicamente a la ventanilla del banco a retirar su dinero, en el caso de las cuentas de ahorro, e incluso que espere hasta que termine el plazo, en el caso de las cuentas a plazo. Pero se pueden considerar casi dinero, es decir, son activos muy lquidos porque los que los han depositado los podran convertir en dinero fcilmente. La oferta monetaria mas este tipo de depsitos constituye lo que se denomina disponibilidades liquidas, que sera la cantidad de dinero entendida en un sentido muy amplio. La contrapartida de todo este dinero no estara constituida por reservas de oro, sino por crditos concedidos a los diferentes agentes sociales: los capitalistas privados, el estado e incluso el resto del mundo, puesto que las reservas de divisas que posee el banco central no son otra cosa que crditos concedidos al sistema financiero del pas al que corresponden. En las sociedades actuales, el dinero es, pues, mas complejo que el dinero metlico, los billetes de banco convertibles, etc. Pero su funcionamiento no difiere sustancialmente del que se describi en este ltimo caso. Si la oferta monetaria es igual al stock necesario de dinero, los billetes de banco, las cuentas corrientes, etc, sern tan buenos como el dinero metlico y sus efectos sobre el mercado nacional sern similares. Pero si crece por encima de el, afectar a los precios, al tipo de inters, al mercado nacional y las relaciones econmicas del pas con el resto del mundo, de forma similar a la que se describi para el papel moneda. La diferencia mas importante es que ahora el dinero es una cuestin mas compleja.
__________________________________________________________________________________________________________ BALANCE CONSOLIDADO DEL SISTEMA CREDITICIO __________________________________________________________________________________________________________ ACTIVO (CONTRAPARTIDA DEL DINERO EXISTENTE) PASIVO (DINERO EXISTENTE) __________________________________________________________________________________________________________ CRDITO AL SECTOR PRIVADO ... 925.000 Del banco emisor 125.000 Comerciales 300.000 De capital 300.000 Cartera valores 200.000 _______ CRDITOS AL SECTOR PUBLICO .. 200.000 Del Banco Emisor 100.000 De banca privada 100.000 ________ CRDITOS AL SECTOR EXTERIOR.. 100.000 __________ CIRCULACIN DE BILLETES ............ 300.000
Billetes emitidos 400.000 Menos caja de bancos 100.000 DEPSITOS EN CUENTA CORRIENTE ...... 700.000 ________ OFERTA MONETARIA .. ........... 1.000.000 DEPSITOS DE AHORRO Y A PLAZO ...... 225.000 _________ DISPONIBILIDADES LIQUIDAS.... 1.225.000 _________ PASIVO SISTEMA FINANCIERO ......... 1.225.000
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Consolidando los balances del banco emisor y de la banca privada que se han utilizado como ejemplo, se podran obtener las principales variables monetarias. (Consolidar dos balances consiste en sumarlos eliminando las partidas que aparecen en uno en el activo y en otro en el pasivo; por ejemplo, los crditos del banco central a la banca privada aparecen en el balance del primero en el activo y en el del segundo en el pasivo, por lo que al sumarlos podra ser eliminada dicha partida). La cantidad de dinero ya no depende de la produccin o de las entradas de oro en el circuito econmico, sino de decisiones de los diferentes agentes econmicos. Puede aumentar porque lo haga la demanda de crditos, porque el estado financie su dficit con emisin de papel moneda o recursos al sistema financiero o porque haya un supervit de la balanza de pagos (lo que obligara al banco central a emitir billetes para comprar las divisas que entraran como resultado de tan supervit). Evidentemente, puede disminuir por las razones contrarias. El objeto de la poltica monetaria es, precisamente, intentar influir sobre la cantidad de dinero en circulacin, en un sistema en el que, dado su funcionamiento, los mecanismos son mas complicados. Puede reducir la cantidad de dinero aumentando el coeficiente de caja (lo que obligara a los bancos a reducir los crditos para recuperar dinero liquido y, por tanto los deposito), encareciendo el dinero, esto es, elevando el tipo de inters (lo que tendra un efecto similar, ya que hara disminuir la demanda de crditos), financiando el dficit del estado con deuda publica vendida a particulares (lo que reducira los crditos del sistema financiero al sector publico), etc. Pero todos estos mecanismos no son tan automticos como podra parecer a simple vista, ya que entre todos ellos hay un montn de decisiones de capitalistas individuales difcilmente predecibles.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la economa capitalista ha vivido una inflacin permanente. Incluso en las recesiones, los precios no han dejado de elevarse, lo que, en general, no ocurri en las ondas largas anteriores. Tal fenmeno tiene su origen en el cambio del papel del Estado en la economa, que supuso la llamada "revolucin keynesiana" y en la continua expansin del crdito que ha caracterizado al capitalismo tardo. Como consecuencia de estas polticas, durante la fase de expansin, las crisis han sido muy poco profundas pero la contrapartida ha sido una permanente elevacin de precios. En la fase recesiva actual, la inflacin permanente no solo no ha desaparecido, sino que, al contrario, es una fuente de contradicciones. 9.1. ALGO MAS QUE UN VELO MONETARIO
Como se ha visto en el captulo anterior, en una sociedad en la que el nico medio de pago y unidad de cuenta es la moneda metlica, la cantidad de la misma que haya en circulacin no afectar a los precios porque estos dependen de los valores. El exceso de dinero en circulacin por encima de la cantidad necesaria ser retirado, porque el oro nunca es una mercanca invendible. La inflacin tal y como la entendemos actualmente, esto es, como un proceso de elevacin continuada de los precios, no es posible. Los precios de las mercancas pueden subir porque aumente la productividad de las minas de oro, lo que se traducir en una reduccin del precio de produccin del oro, pero este es un fenmeno perfectamente explicable por la ley del valor. Sin embargo, en las sociedades actuales, en las que el dinero est compuesto por billetes de banco y depsitos a la vista, las variaciones de la oferta monetaria pueden afectar a los precios denominados en la unidad de cuenta del pas correspondiente (dlar, libra, peseta, etc). En las crisis, el crecimiento de la productividad de la sociedad que provoca la desaparicin de las empresas menos productivas, hace que se reduzca el valor de las mercancas, con lo que los precios en trminos de moneda metlica descenderan. Pero un aumento de la oferta monetaria, por encima de la cantidad necesaria de dinero, puede hacer que los precios, denominados en la unidad de cuenta del pas no lo hagan. De la misma forma, en las expansiones, el aumento de la cantidad de dinero tiene efectos fundamentalmente inflacionistas, porque en una situacin de circulacin rpida de mercancas y de pleno empleo de los recursos productivos, como suele ocurrir en las mismas, dicho aumento solo sirve para financiar el aumento de los precios. La cantidad de dinero tambin puede afectar a la actividad econmica. Esto es claro en el caso de una economa basada en la moneda metlica. Recordemos lo que se dijo en los captulos 1 y 5. El PNB genera unos ingresos en la colectividad que se reparten entre salarios (capital variable en trminos de valor) y Excedente Bruto de Explotacin (compuesto por la plusvala, p, mas el consumo de capital fijo, cF), es decir: PNB = salarios (v) + EBE = = salarios (v) + Plusvala (p) + cons. cap. fij. (cF) La plusvala, a su vez, tiene varios componentes: la parte que se consume por parte de los capitalistas (p'), la que se acumula en capital variable (pV), la que se acumula en capital constante (pC) y la que se atesora en forma de dinero (pM). Por tanto, la ecuacin anterior podra ponerse de la forma siguiente: PNB = Gastos de consumo (v + p' + pv) + + Gastos de inversin (pC + CF) + + Atesoramiento (pM) Si se produce atesoramiento, es decir, si una parte de los ingresos totales generados por la sociedad no se gasta, sino que se mantiene como un depsito de valor en forma de moneda metlica, la demanda total de mercancas, compuesta por los gastos de consumo mas los gastos de inversin, ser
Los peligros para el capitalismo de la produccin estancada, la desaparicin de empresas y el aumento del paro, que se producen en una crisis, pueden considerarse mayores que el no saneamiento del aparto productivo a largo plazo y la inestabilidad monetaria. En efecto, en estos momentos, es cuando el capitalismo se encuentra mas dbil, pues es entonces cuando aparecen de forma mas violenta sus contradicciones internas. La crisis tiende tambin a debilitar a la clase obrera, a travs del crecimiento del ejrcito industrial de reserva que provoca, pero mientras tanto, puede generarse una situacin de gran conflictividad social, que no depende solo de los factores objetivos, y ponerse en cuestin su dominacin de clase. Esto es lo que ocurri despus de la depresin de 1929 y la crisis que sigui. Entonces, los grupos mas importantes del capital y los gobiernos de los principales pases optaron por la inflacin como medio de mitigar los efectos de la crisis. La llamada "revolucin keynesiana", con el cambio que supuso respecto al papel que debera jugar el Estado en la gestin de la economa, no fue mas que la expresin ideolgica consciente de este cambio de prioridades por parte de la clase dirigente. En las pginas finales de la "Teora general de la ocupacin, el inters y el dinero", el libro que se considera la formulacin terica mas acabada del cambio que se debera producir en la poltica econmica de los gobiernos para remontar la crisis, Keynes insisti en el papel terico que tena esta revolucin. Para l la nueva teora se terminara imponiendo, porque el factor determinante eran las ideas y no los intereses materiales. Aquellas tardaran mas o menos tiempo en imponerse, pero terminaran hacindolo. Pero se equivocaba: eran los intereses materiales del capitalismo, agobiado por el paro masivo, una gran conflictividad social y una crisis profunda, los que permitieron el triunfo de las ideas keynesianas. Estas solamente fueron el vehculo ideolgico de un cambio consciente en las prioridades de la burguesa. Como se vio en el captulo anterior, la oferta monetaria es la contrapartida de los crditos que el sistema financiero ha concedido a los sectores privado y pblico y de las reservas de divisas extranjeras que existen en sus cajas. Puede aumentar porque lo hagan dichos crditos o porque se produzca un supervit en la balanza de pagos. En los aos treinta, la creacin de dinero por parte de la autoridad monetaria estaba sometida a una ortodoxia financiera segn la cual el Estado no deba financiarse con emisin de dinero y las reservas de divisas estaban sometidas al funcionamiento del patrn oro (que se ver mas adelante) por lo que la nica posibilidad de hacer crecer la cantidad de dinero era que lo hiciera el crdito al sector privado. En condiciones de una marcha normal de la economa, el banco central tiene un mecanismo para que dichos crditos aumenten y, con ellos, la oferta monetaria: la reduccin del coeficiente legal de caja que tiene que mantener la banca privada. Si esto se produce, la banca podr aumentar sus crditos a los empresarios que los utilizarn para financiar nuevas inversiones, lo que supondr una demanda efectiva adicional que impulsar la actividad econmica. Pero en una situacin de crisis, est poltica no tendr xito. En tal situacin, las perspectivas de los empresarios son pesimistas y la tasa de beneficio es baja, por lo que no plantearn nuevas inversiones y no demandarn mas crditos a sus bancos. Los intentos de las autoridades de aumentar la demanda efectiva haciendo crecer la oferta monetaria fracasarn. La poltica monetaria ser impotente para sacar a la economa de la crisis y el aumento de la cantidad de dinero solo provocar perturbaciones. Tal era a grandes rasgos la situacin que exista en los aos treinta, en los que las reglas del capitalismo liberal eran las dominantes. Pero exista otro mtodo, aunque rompa con dichas reglas e implicaba un cambio en el papel que el Estado debera jugar en la economa: el aumento de la cantidad de dinero para financiar las actividades del sector pblico. En efecto, si no exista demanda efectiva suficiente, el estado poda crearla gastando por encima de sus ingresos y financiando el dficit resultante con emisin de papel moneda o crditos de la banca privada. Si lo haca as, la cantidad de dinero aumentara sin ninguna dificultad, lo que facilitara la realizacin de las mercancas invendidas, y la actividad del estado que se realizara con este nuevo dinero generara nuevos ingresos en la sociedad que impulsaran la demanda. Adicionalmente, el gasto pblico podra dirigirse a ciertas actividades que paliaran la
En la poca de capitalismo liberal, anterior a la onda larga del capitalismo tardo, las funciones del Estado eran muy limitadas. En primer lugar, deba garantizar las condiciones generales de la produccin que no pueden asegurarse por parte del capital privado, esto es, las condiciones tcnicas generales (medios de transporte, correos), sociogenerales (un orden social estable, la garanta de que funcionar el mercado en todo el territorio), la reproduccin del trabajo intelectual indispensable para la produccin econmica (sistema educativo), etc. En segundo lugar, tena que legitimar al sistema econmico y al propio Estado mediante una poltica destinada a producir un consenso entre la poblacin sobre ambos. Se trataba de que los trabajadores identificaran sus propios intereses con los del sistema econmico y el Estado, de forma que asumieran que la mejor defensa de su nivel de vida era la defensa de la economa capitalista de libre competencia y la mejor defensa de sus libertades, la defensa del Estado. Se trataba, en suma, con palabras clsicas, de conseguir que la ideologa dominante fuera la ideologa de la clase dominante. Finalmente, deba garantizar que cualquier amenaza al sistema econmico y poltico, ya fuera de dentro del pas o del exterior, podra ser reprimida. Esto es, garantizar que cuando fallara el consenso entre la poblacin y se produjera un descontento social o hubiera una amenaza exterior, habra un ejrcito y un aparato del Estado que los hara frente. En resumen, para el capitalismo de libre competencia, las funciones del Estado se deberan reducir al mantenimiento del orden jurdico nacional, del sistema monetario y aduanero, del mercado, del ejrcito, etc, con el mnimo coste. En este Estado, las atenciones sociales solo podan ser incluidas interpretando muy laxamente sus funciones aunque, como muestran las leyes de pobres en la Inglaterra del siglo XIX, cuando las circunstancias lo exigan, tambin las ampliaban en aras del mantenimiento del sistema. Pero, en general, sus posibilidades para intervenir en la economa eran muy reducidas. El cambio del papel del Estado en la economa que supuso la llamada "revolucin keynesiana" tuvo consecuencias importantes. En los aos treinta, su intervencin fue diseada para combatir la crisis. El aumento del gasto pblico financiado con emisin de dinero tena este objetivo prioritario, aunque es evidente que, de forma secundaria, dichos gastos se podan utilizar para paliar la conflictividad social que estaba determinando el paro masivo y el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores. Pero este papel del Estado cambi an mas despus de la Segunda Guerra mundial. El enorme aumento de los beneficios y de la tasa de beneficios que se produjo en los primeros momentos de la fase de expansin del capitalismo tardo, hizo que se generaran los recursos suficientes y, por tanto, la posibilidad de aumentar los gastos del Estado. Como consecuencia del auge, creci la recaudacin tributaria y el aumento de los gastos ya no necesit financiarse fundamentalmente con emisin de dinero. Se produjo un "circulo virtuoso" en el que el crecimiento econmico generaba mas renta, la renta mayor recaudacin impositiva y esta mayores posibilidades de financiacin de los gastos sociales del estado. El Estado ampli sus funciones como consecuencia de la complejidad que estaba adquiriendo el sistema econmico. En primer lugar, aparecieron funciones productivas nuevas, que no podan ser asumidas por la iniciativa privada por su baja rentabilidad a corto plazo, por su carcter estratgico, o por su dificultad, como la energa nuclear, la investigacin, etc. En segundo lugar, la experiencia del perodo de crisis anterior a la guerra mundial exiga la adopcin de las tcnicas keynesianas anticrisis, esto es, un
La gran depresin de los aos treinta condujo a una cada enorme de precios. Es lo que haba sucedido en general en las depresiones anteriores aunque, en este caso, se produjo a una escala jamas conocida. Ya se han explicado cuales son las razones de que as ocurriera. Sin embargo, en la onda larga del capitalismo tardo, la inflacin permanente ha sido la tnica dominante. Desde 1950, los precios no han dejado de elevarse, no importa que la economa se encontrara en expansin o en crisis. En las crisis mas agudas de la fase recesiva actual, el aumento continuado de los precios ha sido particularmente acentuado. De hecho, se ha acuado una nueva terminologa para describir este fenmeno: "inflacin rampante", para catalogar a la subida de precios como una situacin normal en el funcionamiento de la economa capitalista, "estanflacin", para referirse al extrao fenmeno de estancamiento econmico y al mismo tiempo inflacin, etc. La primera causa de la inflacin permanente hay que buscarla en el cambio del papel del Estado en la economa que se ha tratado mas arriba. Como se ha dicho, el aumento del gasto pblico financiado con emisin de billetes tiene un efecto inflacionario, de modo que, en los primeros momentos, esta fue la fuente principal de la inflacin permanente. Despus de la Segunda Guerra Mundial, en la fase de expansin del capitalismo tardo, aunque el gasto pblico continu siendo elevado, como consecuencia de la creciente implantacin del estado del bienestar, su papel inflacionista se redujo, dado que el crecimiento econmico que se produjo permiti financiar con impuestos una parte creciente del mismo. Pero continu siendo inflacionista pues, en general, la mayora de los gobiernos de los pases occidentales mantuvieron dficits presupuestarios casi permanentemente. Dichos dficits impulsaron constantemente a la oferta monetaria y no menos invariablemente hicieron crecer los precios. Pero se consideraba normal, pues tal poltica formaba parte de las tcnicas keynesianas anticrisis.
En la actual fase recesiva, la inflacin permanente ha continuado siendo la tnica dominante e, incluso, ha tendido a agravarse, pero han cambiado los papeles del dficit del Estado y de la expansin del crdito como determinantes fundamentales de la misma y, adems, han aparecido problemas nuevos. La crisis econmica ha determinado, en general, un aumento de los dficits pblicos que, en la mayora de los pases industriales, se encuentran a un nivel muy superior al que tenan en los aos de expansin. Por un lado, la crisis ha impreso un menor crecimiento de los ingresos totales del Estado e incluso ha reducido algunos de sus componentes. En efecto, el descenso del empleo ha afectado a las cuotas a la seguridad social, el menor ritmo de actividad a los impuestos, tanto directos, como indirectos, etc. Por otro lado, ha provocado un aumento de los gastos, tanto para paliar los efectos de la crisis sobre los trabajadores (seguros de paro y subsidios de desempleo, por ejemplo), como para hacer frente a las necesidades de reconversin de las empresas capitalistas. Adems, se ha producido un aumento considerable de los gastos en armamento en los principales pases capitalistas, lo que ha hecho que algunos dficit pblicos adquieran cotas astronmicas (el de Estados Unidos, por ejemplo, pero no es ni mucho menos el nico caso). Este aumento de los dficits pblicos no es deseado por el capital, por dos razones que estn relacionadas. En primer lugar, el aumento del gasto pblico y del dficit no es el tipo de poltica que el capital necesita para salir de la crisis y, por el contrario, contribuye a impedir tal salida. Como se ha dicho, el aumento de la tasa de beneficio que se produjo durante los primeros momentos de la fase de expansin del capitalismo tardo, permiti que hubiera recursos suficientes para que los gastos del Estado crecieran y se extendiera el Estado del Bienestar, y para que una parte sustancial de los mismos se financiara con cargo a impuestos. Pero, con la crisis, ocurre todo lo contrario. Por un lado, la tasa de beneficio ha cado y su recuperacin requiere un aumento de la tasa de explotacin. Esto se puede conseguir reduciendo los salarios reales, pero tambin actuando sobre los llamados salarios indirectos (sanidad, enseanza, etc) y diferidos (pensiones). Por otro lado, la recuperacin de los beneficios capitalistas exige una reduccin de los impuestos que recaen sobre ellos, lo que agravara el dficit pblico. Estas son las razones reales de que los organismos internacionales y la mayora de los gobiernos de los pases industriales tengan como uno de sus objetivos fundamentales la reduccin del dficit pblico. En segundo lugar, hay tambin una razn monetaria que est ligada a la anterior. Durante la actual fase recesiva, la inflacin permanente sigue siendo la tnica dominante. El capital necesita un cierto grado de subida de precios para poder realizar la plusvala, pero la inflacin debe estar sometida a ciertos lmites. Por un lado, todos los pases estn interesados en reducirla para que sus mercancas no pierdan competitividad en el mercado internacional. Por otro, la inflacin tiene que controlarse pues, si se disparara, se desarticulara todo el sistema econmico. En consecuencia, los organismos internacionales no han cesado de recomendar polticas monetarias restrictivas, basadas en un control del crecimiento del crdito y de la oferta monetaria y el mantenimiento de altos tipos de inters y los gobiernos, en mayor o menor medida, las han puesto en prctica. Hay que sealar, que no se trata de volver a una ortodoxia financiera como la que exista en la poca del capitalismo liberal, pues se sigue propugnando un cierto crecimiento de las variables monetarias (de hecho, en la recesin de 1974, la primera respuesta de los gobiernos a la misma fue la articulacin de polticas monetarias expansivas) sino de someter este ltimo a ciertos lmites. En estas condiciones, de limitacin del crecimiento del crdito y de la cantidad de dinero, cuanto mas aumente el dficit del sector pblico y se financie con cargo al banco central, menor margen quedar para que crezca el crdito al sector privado. El crecimiento de este ltimo es una fuente de inflacin, pero es la que mas le conviene al capital, pues aminora los efectos que tiene la crisis sobre los beneficios y facilita la realizacin de la plusvala. Por el contrario, como se ha dicho, el dficit pblico no es la mejor poltica para que el capital remonte la crisis, sino la peor, pues supone un obstculo para el crecimiento de la tasa de beneficio, y, adems, es una fuente de inflacin permanente no deseada. Tambin por estas razones se ha propugnado la reduccin del dficit pblico y, mientras esto se produca, su financiacin de forma ortodoxa con deuda pblica a tipos de inters altos, en vez de
Para la teora econmica convencional, la inflacin puede ser de dos tipos: de demanda, cuando los precios suben porque esta crece mas que la oferta, y de costes, cuando la elevacin de precios se produce porque lo hace el de algunos de los componentes que se utilizan en la produccin de las mercancas. En ambas clases de inflacin, los precios no subiran si no se adaptar la cantidad de dinero a la nueva situacin, pero los factores monetarios cumple nicamente un papel pasivo, pues las causas son reales y no monetarias. Sin embargo, esto no es correcto. Ya se ha visto que la inflacin es un fenmeno monetario y no real. Los precios en moneda metlica estn determinados por los valores y sus variaciones no dependen de la cantidad de dinero ni de la mayor o menor demanda efectiva. Si se elevan los precios denominados en unidad de cuenta del pas correspondiente es porque esta se devala respecto al oro, porque existe en una cantidad superior a la necesaria para la circulacin de mercancas. Si la demanda efectiva crece, pero la cantidad de dinero permanece estable, los precios no se elevarn, pero lo harn si la cantidad de dinero crece, aunque la demanda permanezca estable. Todo lo que se ha dicho vale, pues, para la llamada inflacin de demanda, pero es preciso detenerse en la inflacin de costes. Desde el punto de vista de la teora del valor, la llamada inflacin de costes es una cuestin carente de sentido. Como se dijo en el capitulo 3 y se ha reiterado en los siguientes, los precios de produccin, en trminos de moneda metlica, dependen, en primer lugar, de los valores de las mercancas, esto es, de la cantidad de trabajo socialmente necesario que llevan incorporado; en segundo lugar, de la tasa de beneficio media, esto es, del porcentaje que supone la plusvala total respecto al valor del capital, constante y variable, total, y, en tercer lugar, del precio de produccin del oro, que nuevamente vuelve a depender de los valores y de la tasa media de beneficio. Los precios de mercado oscilaran alrededor de los precios de produccin, de forma que dependen nicamente de los valores y de la tasa de beneficio, esto es, de factores reales y no monetarios. En estas condiciones, un aumento del valor de una mercanca, por un descenso en la productividad del sector que la fabrica (una materia prima que se obtiene en una mina, por ejemplo), hara elevarse el valor y el precio de produccin de todas las dems. Pero es un fenmeno perfectamente explicable por la ley del valor que no depende de ninguna cuestin monetaria. Habra un nuevo punto de equilibrio que se correspondera con la variacin que se ha producido en el sistema de produccin, nunca un proceso continuado de elevacin de precios, por lo que extrictamente hablando, no se podra calificar de inflacin. De la misma forma, la elevacin del precio de una materia prima, porque el sector que la fabrica est en una situacin monopolstica, por ejemplo, tampoco provocara ninguna inflacin. El sector monopolista obtendra un beneficio extraordinario, porque estara vendiendo una mercanca a un precio superior al de produccin, con lo que su tasa de beneficio sera superior a la media. En los dems sectores, ocurrira lo contrario: veran reducir sus ganancias y su tasa de beneficio. Pero no habra ninguna elevacin de precios en trminos de moneda metlica. Se habra producido una transferencia de plusvala de los dems sectores al monopolista, pero nada mas. Sin embargo, si la cantidad de dinero creciera, los dems sectores podran estar en condiciones de impedir el descenso de sus beneficios procediendo a una elevacin de precios. Pero la causa de la inflacin subsiguiente no sera la primitiva elevacin del precio de la materia prima, sino el aumento de la cantidad de dinero. El hecho de que la materia prima sea importada y su precio aumente por decisin de los monopolistas extranjeros, no cambia las cosas. Una elevacin del precio del petrleo, por ejemplo, no afectara a los precios de las mercancas de los pases que lo utilizan como input, aunque si a los beneficios. Si la cantidad de dinero permaneciera estable, se producira una transferencia de plusvala de los pases consumidores a los pases productores, la tasa de beneficio caera en los primeros, algunas actividades productivas obtendran prdidas y desapareceran, etc, pero los precios no se veran afectados, porque no dependen de este hecho, sino de los valores. Tendra un impacto recesivo de
En una economa de moneda metlica, el crecimiento de los salarios no se traduce en elevaciones de precios, sino en un descenso de la tasa de explotacin y, consiguientemente, de la tasa de beneficio, de forma que, segn la teora del valor, la inflacin salarial no es posible. Nuevamente hay que repetir que los precios dependen de los valores y que estos no dependen del salario, sino del trabajo socialmente necesario. Sin embargo, si podra tener efectos sobre la actividad econmica, pues el descenso de la tasa de beneficio afectara a la acumulacin. De la misma forma, en una economa con billetes de banco y depsitos bancarios, el crecimiento de los salarios no se traducira en subidas de precios siempre y cuando la oferta monetria no variase, o lo hiciese dentro de los margenes de la cantidad de dinero necesaria para la circulacin de mercancas. Como en el caso de la moneda metlica, se producira un descenso de la tasa de beneficio, que tambien afectara a la situacin econmica. Pero las sociedades actuales no se caracterizan por este funcionamiento ortodoxo, sino por el crecimiento continuado de las variables monetarias y la inflacin permanente. En ellas, se registra un incremento continuado de los precios que reduce el poder adquisitivo de los salarios, los trabajadores reclaman revisiones de los mismos para resarcirse, a lo que los empresarios responden elevando nuevamente los precios. Es la famosa "espiral inflacionista de precios y costes" de la que sistemticamente se culpa a los trabajadores y a la que se intenta cortar limitando el crecimiento de sus ingresos. Sin embargo, acudiendo a la teora del valor y la explotacin, dicho proceso se aclara y sus verdaderos culpables aparecen nitidamente. En condiciones de estabilidad monetria, un aumento de los salarios significara que los trabajadores pueden adquirir mas mercancas para su subsistencia, lo que a su vez quiere decir que habra aumentado el capital variable. Como el valor total no depende de lo que se pague a los trabajadores, sino del total de trabajo socialmente necesario que se haya realizado, esto se traducir en un descenso de la tasa de explotacin. Dado que la estabilidad monetria impide que los precios de mercado, denominados en la unidad de cuenta del pais, crezcan por encima de los precios de produccin, denominados en monda metlica, la consecuencia ser que descender la tasa de beneficio. A partir de aqu, los empresarios intentarn aumentar la tasa de explotacin por todos los medios: reduciendo los salarios cuando el ejrcito de reserva haya aumentado suficientemente, realizando inversiones que hagan crecer a la productividad del trabajo, etc. Nada de esto lo tienen garantizado de antemano, pues la lucha de clases no depende solo de los factores objetivos, y el tiempo que transcurra hasta que lo consigan puede ser muy grande. Sustancialmente, esto es lo que ocurra en las ondas anteriores a la del capitalismo tardo.
En los captulos anteriores, se ha estado considerando una economa cerrada, entendiendo por tal a la que no realiza comercio exterior, pero ha sido una simplificacin realizada solo para facilitar la exposicin. En la realidad, todos los pases llevan a cabo transacciones comerciales, monetarias y financieras con los dems. Como cada uno de ellos tiene su propia unidad monetaria, hace falta un mecanismo internacional que establezca las relaciones que existen entre las monedas de cada pas. Este es el papel del Sistema Monetario Internacional, que a lo largo de la historia del capitalismo, ha tomado formas muy diferentes (el patrn oro, el sistema de cambios flexibles, el sistema de cambios fijos). El sistema vigente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, entr en crisis en los primeros aos setenta, simultneamente con el cambio de tendencia del capitalismo tardo. Desde entonces, dicha crisis se ha agudizado y constituye uno de los mayores obstculos para que el capitalismo inicie una nueva fase de prosperidad. 10.1. CUANTO VALE UN DOLAR?
La moneda, como el ejrcito, es un signo de la soberana nacional, de forma que cada estado tiene la suya. Para que sean posibles los intercambios comerciales entre los diferentes pases, es necesario que exista una relacin entre todas ellas. Esta relacin es el tipo de cambio, que es el precio de la unidad monetaria de otro pas en trminos de la unidad monetaria del pas correspondiente. Si se acude a las pginas econmicas de un peridico, se encontrar un cuadro similar al siguiente: MERCADO DE DIVISAS (MADRID) COMPRADOR 1 dolar EEUU 1 franco francs 1 libra esterlina 1 marco alemn 100 yenes japoneses 92,563 18,396 181,922 62,529 70,202 VENDEDOR 92,795 18,442 182,378 62,285 70,378
La balanza de pagos de un pas es un registro contable de todas las transacciones econmicas realizadas entre los individuos, empresas e instituciones residentes en ese pas y el resto del mundo. Es un documento til, porque permite saber cual es la situacin internacional de ese pas y, por tanto, puede servir de gua para que la poltica econmica intente corregir los desequilibrios que se puedan producir. La balanza de pagos clasifica las transacciones segn su naturaleza (mercancas, servicios, movimientos de capital a largo y a corto plazo) y para cada uno de las mismas establece los ingresos y pagos de divisas que han generado en un perodo de tiempo, as como el saldo. Hay adems saldos intermedios: la balanza por cuenta corriente, llamada as porque comprende las operaciones que influyen sobre la renta nacional del pas, est formada por la suma de las balanzas comercial y de servicios, y la balanza bsica, que comprende adems el saldo de la balanza de capital a largo plazo. El saldo total se corresponde con la variacin que se ha producido en las reservas del pas. Un ejemplo poda ser el siguiente:
Turismo 500 Transportes 100 Rentas de inversiones 75 Otros servicios 125 3.- Cuenta corriente (1+2) 1.800 4.- Capital a largo plazo 900
100 + 400 150 - 50 175 - 100 75 + 50 2.000 750 350 400 2.750 - 200 + 150 - 300 + 450 - 50 -250
Inversiones y prestamos: del pas en el exterior 50 del exterior en el pas 850 5.- Balanza bsica (3+4) 2.700 6.- Capital a corto plazo
En el ejemplo anterior, el pas import mercancas durante el ao por un valor de 1.500 millones de dlares y las export por 1.000. Por tanto, su balanza comercial presenta un dficit de 500. Este se vio compensado en parte por la balanza de servicios, como consecuencia de que los gastos en turismo, transportes y otros servicios que realizaron en el exterior los residentes del pas, mas los pagos de intereses dividendos, etc que tuvieron que realizar a sus prestamistas extranjeros, fueron menores que los ingresos por estas mismas partidas. El resultado es que la balanza por cuenta corriente present un dficit de 200 millones de dlares, inferior al de la balanza comercial. Dicho saldo es el resultado de que el pas demand mercancas y servicios de otros por un importe de 2.000 millones de dlares, generando en ellos la renta correspondiente, mientras que las compras de mercancas y servicios que los dems le efectuaron fue solo de 1.800. Un dficit en la balanza por cuenta corriente significa, pues, que el pas est generando ingresos netos en el exterior y un supervit, lo contrario. Una parte de este dficit ha sido financiado con entradas netas de capital a largo plazo. A pesar del dficit por cuenta corriente, el pas invirti en el exterior 300 millones de dlares netos, dando crditos comerciales, comprando inmuebles o empresas en el extranjero, etc. La consecuencia es que, a su vez, tuvo que obtener crditos comerciales, prestamos a largo plazo o vender acciones o inmuebles a residentes de otros pases, por un importe de 450 millones de dlares. El dficit final de la balanza bsica fue de 50 millones de dlares, pero se produjeron salidas de capital a corto plazo como consecuencia de la especulacin contra su moneda, por un importe de 250 millones de dlares. El resultado final fue que sus reservas de divisas descendieron en 300 millones de dlares. 10.3. DIFERENTES FORMAS DE FIJAR LOS CAMBIOS
Desde el punto de vista terico, el tipo de cambio de una moneda lo fija el mercado como una mercanca mas, pero no est regido directamente por la ley del valor ni por ninguna otra ley interna, sino por el juego de la oferta y la demanda de divisas extranjeras que realizan los residentes de un pas con el objetivo de llevar a cabo transacciones con el exterior. La demanda de divisas se realizar para pagar importaciones o rentas por los prestamos recibidos del exterior, para comprar acciones o hacer prestamos a otros pases, para realizar turismo en el extranjero, etc. Los individuos, empresas o instituciones acudirn al banco central o a la banca privada en
El patrn oro estuvo vigente en su forma mas pura hasta la Primera Guerra Mundial. Es un sistema de tipos de cambio fijos, en el que cada pas establece la cantidad de oro a la que equivale su moneda.
Durante el perodo que discurri entre las dos guerras mundiales, la mayora de los pases comenzaron a emitir billetes de banco no convertibles. Al perderse la convertibilidad fija en oro, la cantidad de este metal que representaba cada billete solo poda establecerse a posteriori por el mercado pasndose, as, a un sistema de tipos de cambios flexibles. Como se ha visto en un epgrafe anterior, el tipo de cambio de equilibrio se forma en el punto en el que la demanda y la oferta de divisas extranjeras coinciden. Los factores mas importantes de los que depende son los siguientes:
Como ocurri con muchas otras cosas, la Segunda Guerra Mundial acab con el sistema monetario internacional que haba estado vigente desde 1913. Poner fin al caos y a las devaluaciones competitivas de la preguerra y construir un sistema econmico internacional estable requera la vuelta a los tipos de cambio fijos, pero ya no era posible volver al patrn oro clsico. Por un lado, el oro ya no poda ser la nica moneda internacional, debido a su escasez en relacin con el desarrollo que haba experimentado la economa capitalista hasta ese momento. Por otro, la rigidez de su funcionamiento y, en particular, el hecho de que tal sistema corrigiera los desequilibrios de las balanzas de pagos a travs de sus efectos sobre la actividad interna de los pases, contrastaba con la poltica keynesiana dominante y con el nuevo papel que habra de jugar el Estado en la gestin de la economa. En 1944, Estados Unidos e Inglaterra convocaron una conferencia en Bretton Woods (New Hampsphire) con el objetivo de poner en pie un nuevo orden monetario internacional, en la que jug un papel importantsimo el propio J. M. Keynes. Se dise un sistema de tipos de cambio fijos pero ajustables y se crearon instituciones para gestionarlo (el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial de Reconstruccin y Desarrollo). Dicho sistema ha estado vigente durante toda la fase de prosperidad del capitalismo tardo y ha quebrado exactamente al mismo tiempo que se produca el cambio de tendencia con el que se inici la crisis actual. El sistema estaba basado en el establecimiento de una paridad fija entre el dlar y el oro: la Reserva Federal de los Estados Unidos (que es la que hace el papel de banco central en ese pas) se comprometa de devolver oro por cada dlar que se le presentara a razn de 35 dlares la onza. La potencia de la economa americana, que no haba sufrido ninguna destruccin durante la guerra, al contrario de los sucedido en Europa, y las grandes existencias de este metal que posea garantizaban que la convertibilidad del dlar se mantendra a largo plazo, con lo que se estableca una mayor liquidez, ya que el oro no era el nico medio de pago y el dlar era tan bueno como l. En este sentido, el funcionamiento del dlar a nivel internacional era similar al del billete de banco convertible que se describi en el captulo 8. El hecho de que las transacciones en dlares representaran menos riesgo y no tuvieran costes de transportes, como suceda con el oro, hizo que se convirtiera en la moneda en la que se realizaba la mayor parte del comercio mundial y en la que los distintos pases mantenan la inmensa mayora de sus reservas. Las dems monedas fijaban su paridad con respecto al dlar (lo que supona hacerlo tambin con respecto al oro, puesto que entre ambos exista una relacin fija), con lo que se estableca un conjunto de tipos de cambio para todas. Las autoridades monetarias de cada pas se comprometan a mantener
El funcionamiento de la economa capitalista depende de la solidez del sistema monetario internacional, solidez que est ligada a la existencia de una potencia hegemnica que garantice una moneda estable que pueda ser utilizada como base para las transacciones internacionales. Esto se rompi a causa de que el persistente dficit de la balanza de pagos americana, que contina en la actualidad, inyect tal cantidad de dlares en el mundo que fue imposible mantener la estabilidad del sistema. Una parte de las causas hay que buscarlas en el papel que jugaron los Estados Unidos en el mundo durante este perodo. Los gastos militares y las inversiones americanas en el exterior han sido una fuente continua de oferta de dlares. Pero las mas importantes tiene su raz en la prdida de competitividad de la economa americana. La debilidad de la economa americana tiene su origen en que han desaparecido las ventajas de productividad que tena respecto a sus competidores. Los datos a este respecto son elocuentes. En la parte superior del grfico 10.1 se ha representado el crecimiento de la productividad aparente (PIB por persona ocupada) en Estados Unidos y en la CEE de 12 miembros, desde 1960. Obsrvese que la productividad americana ha crecido muchsimo menos que la de la CEE durante todo el perodo y que, adems, su tendencia es decreciente. Esto significa (parte inferior del grfico) que mientras la productividad de la CEE se multiplic por 2,5 durante ese perodo de 30 aos, la de los Estados Unidos solo creci un 48 por 100 en total. El resultado es que, en 1987, la productividad aparente de la economa japonesa haba igualado a la americana y la de Alemania y Francia la haban superado sensiblemente.
_____________________________________________________________________________________ PIB, EMPLEO Y PRODUCTIVIDAD EN 1987 _____________________________________________________________________________________ PIB EMPLEO PRODUCTIVIDAD miles de miles depersonas miles de ECUs millones de ECUs por personas _____________________________________________________________________________________________ EE.UU 3.903 112.439 34,7 Japn 2.061 59.110 34,9 Alemania 970 25.987 37,3 Francia 764 21.508 35,5 Inglaterra 580 23.354 24,8 Italia 659 22.859 28,8 Espaa 251 11.451 21,9 TOTAL CEE 3.721 127.280 29,2 _______________________________________________________________________________________ Fuente: OCDE y CEE
Esta prdida de competitividad de la economa americana se ha traducido en un dficit de su balanza de pagos por cuenta corriente que es tan permanente como los supervit registrados por Alemania y Japn. El deterioro solo pareci detenerse durante los primeros aos del mandato de Reagan, pero su poltica ha agravado las cosas a largo plazo. El freno que supuso al desarrollo tecnolgico, a los gastos de educacin, etc agrav el desfase de productividad de la economa americana, lo que unido a los enormes gastos que exiga la carrera de armamentos, consolid el dficit de la balanza de pagos. La poltica econmica que desde entonces se ha puesto en prctica para financiarlo, ha contribuido a reforzar los problemas estructurales. El dficit de la balanza de pagos est relacionado con el del presupuesto americano, que ha alcanzado cotas histricas sin precedentes. Para financiarlo, durante la poca de Reagan se puso en marcha una poltica de tipos de inters altos para atraer capitales de Europa y Japn. Pero esto ha hecho que dichos capitales se dirijan a inversiones especulativas, a expensas de las inversiones productivas, perjudicando, por tanto, el aumento de la productividad y sumergiendo a la economa americana en un circulo vicioso. Algunos factores adicionales contribuyeron a agravar la situacin an mas. Para combatir el dficit se necesitaba que la cotizacin del dlar disminuyera, sobre todo respecto al marco y al yen. De esta forma, se abarataran las exportaciones americanas y se encareceran las importaciones provenientes del resto del mundo, con lo que el dficit se reducira. Esto supona una continua presin a la depreciacin del dolar a largo plazo. Exista, pues, una posibilidad de prdida de capital para los inversores extranjeros (que prestaron su capital a un precio del dlar mas alto y que pueden recuperarlos con un dlar depreciado), lo
En las pginas anteriores, se han desarrollado los elementos necesarios para comprender la naturaleza y las caractersticas de la crisis en la que se encuentra sumida la llamada "economa de mercado" desde mediados de la dcada de los setenta. En la primera parte (captulos 1 a 4), se hizo un anlisis terico del funcionamiento de dicha economa y de sus problemas y contradicciones, vindose que el sistema dista mucho ser el mecanismo perfecto que pretenden sus apologistas. En la segunda parte (captulos 5 a 7), se abord la dinmica a largo plazo de la produccin y la acumulacin, concluyndose que la economa capitalista se desarrolla a travs de ondas de larga duracin que a su vez estn atravesadas por ciclos peridicos mas cortos. Es en este contexto en el que hay que situar la crisis econmica actual. Finalmente, en los captulos 8 a 10, se han introducido los factores monetarios y financieros que, como se dijo, son fundamentales para entender la dinmica de la economa de mercado, pues ocupan un papel central en su funcionamiento. A este respecto, la situacin actual estara marcada por una fuerte inestabilidad. En este captulo final, a modo de conclusin, se abordan los rasgos generales de la situacin econmica actual.
Para la mayora de los economistas, la crisis actual tiene su origen en una fecha y una causa concreta: 1973 y la elevacin del precio del petrleo que se produjo entonces. Segn esta interpretacin, la crisis se ha prolongado porque en 1979 el precio del petrleo volvi a aumentar de nuevo cuando pareca que la mayora de los pases industriales se estaban adaptando a la nueva situacin caracterizada por una energa cara. A partir de estas subidas de precios, se habran generado una serie de perturbaciones estructurales que explicaran las dificultades para remontar la crisis. Pero, desde 1983, la situacin pareca haber cambiado. La intensa recuperacin registrada desde entonces mostraba que la economa occidental poda iniciar una nueva fase de prosperidad. Evidentemente, los problemas que an permanecan por resolver eran muchos y graves, pero los malos tiempos habran quedado atrs. En 1990, una "tercera crisis energtica" podra hacer su aparicin con el conflicto del Golfo Prsico, en un momento en el que la economa occidental pareca estarse debilitando coyunturalmente. Pero, si dicho conflicto se solucionaba favorablemente y el precio del petrleo permaneca bajo, la recesin sera corta y le seguira un nuevo perodo de recuperacin. Esta interpretacin de la crisis, que coloca al petrleo en el centro de la escena, es admitida no solo por los gobiernos de los pases industriales y sus asesores, sino tambin por la inmensa mayora de la poblacin. Es preciso, por tanto, pasar revista a la cronologa de los acontecimientos antes de colocar al petrleo en el justo lugar que ocupa en una explicacin de la crisis econmica menos unidireccional y mas ajustada a la realidad. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la del Yom Kippur, en 1973, el precio del barril de petrleo se mantuvo por debajo de los 3 dlares, lo que hizo que la estructura productiva de todos los pases se adaptar a una energa barata. Pero en 1973, la Organizacin de Pases Exportadores de Petrleo (OPEP) se reuni en Kuwait y decidi subir el precio hasta 6 dlares y romper los convenios basados en acuerdos con las compaas petrolferas extranjeras, con lo que pasaba a controlar la oferta. Estas decisiones hicieron que el precio del crudo se elevara an mas, pues en solo un mes se situ en 10 dlares. Fue lo que se conoce como "primera crisis energtica" que, segn la explicacin dominante, precipit a la economa occidental en la recesin. La mayora de los gobiernos pusieron en marcha polticas econmicas y sociales tendientes a adaptar las estructuras productivas de sus pases al nuevo precio de la energa, pero cuando pareca que esto se estaba consiguiendo, el problema volvi a aparecer. En 1979, durante los primeros tiempos de la revolucin iran, este pas suspendi la produccin de petrleo, con lo que su precio dio un salto hasta los 30 dlares, llegando a alcanzar los 34 en 1981. Fue lo que se conoci como "segunda crisis energtica", que volvi a precipitar a la economa occidental en una nueva recesin. A partir de la guerra Iran-Irak, el precio inici un descenso. Por un lado, ambos pases aumentaron la produccin para financiar la guerra y otros lo hicieron para hacer frente a su deuda externa, con lo que la oferta creci considerablemente. Por otro, algunos pases de la OPEP, como Kuwait, Arabia Saud y los Emiratos Arabes Unidos, contaban con enormes inversiones en los pases industriales como resultado de los grandes ingresos por exportaciones que haban obtenido anteriormente, y sus intereses estaban mas del lado de estos que del de los productores. Finalmente, la demanda de petrleo tendi a estabilizarse, en parte, como consecuencia de la crisis econmica y, en parte, por la adopcin de medidas de ahorro energtico. El resultado fue que el precio descendi, primero moderadamente, pero de forma muy acusada a partir de 1986, llegando a alcanzar 16 dlares en 1990. Para esta explicacin, la reduccin del precio del petrleo y el relativo xito de las polticas neoliberales que se haban puesto en marcha, determinaron una expansin econmica que, como se ha dicho, ha sido la mas "larga de la posguerra mundial". Pero el problema ha aparecido de nuevo, dando al traste con la recuperacin. En la reunin de la OPEP del 26 y 27 de julio de 1990, Irak consigui una elevacin del precio de referencia del petrleo desde los 14 dlares en que se encontraba en junio hasta 21, por la va de conseguir un recorte de 500.000 barriles diarios a Kuwait y 400.000 a los emiratos. Pero esto era insuficiente para paliar si quiera los problemas de una economa como la iraqu devastada por la guerra con Irn, altamente endeudada con Kuwait y Arabia Saud y con gran dependencia de las importaciones para abastecer a la poblacin. Una semana despus de la reunin de la OPEP se produjo la invasin y el precio del barril se dispar, llegando a alcanzar los 45 dlares. La "tercera crisis energtica" estaba servida y, con ella, una nueva recesin.
Colocar al petrleo en el lugar central de la crisis econmica supone darle un papel que no tiene y olvidar otras causas mas profundas. Es cierto que juega un papel estratgico, pues es la energa dominante con la que funciona el aparato productivo de los pases industriales y la que en gran medida determina los patrones de consumo de sus poblaciones y una materia prima insustituible para la produccin de muchos artculos de uso cotidianos. Se le ha llamado "oro negro" y no sin razn. Pero su papel no se puede exagerar. Hay que comenzar diciendo que en ningn momento se han producido problemas de desabastecimiento que hayan paralizado el funcionamiento de la economa. No ha ocurrido en 1973 ni en 1979 y ni siquiera ha sucedido en 1991, cuando la mayor zona de produccin del mundo estaba en guerra, lo que debera haber dificultado la extraccin y la distribucin, y centenares de pozos ardan en Kuwait. No existen perspectivas de desabastecimiento, al menos en el plazo de duracin de una vida humana, pues antes de que esto ocurra, los pozos que estn ardiendo ya se habrn apagado. Y es lamentable que as suceda, porque con el petrleo se quema alegremente un recurso que a la naturaleza le ha costado millones de aos "fabricar", que en el futuro podra ser incluso una fuente de alimentos, pero que hoy, tal y como se est utilizando, tiene un impacto enormemente negativo sobre el medio ambiente. Las repercusiones econmicas fundamentales se producen a travs de las variaciones en su precio. Es esto lo que ha ocurrido en las tres crisis energticas y no que el abastecimiento haya estado en peligro. A este respecto, la elevacin del precio del petrleo puede influir sobre la actividad econmica de los pases consumidores de esta fuente de energa a travs de varias vas diferentes. a) La contraccin de la demanda Una elevacin del precio del petrleo implica una transferencia de plusvala desde los pases consumidores a los productores que se traduce en un dficit en la balanza de pagos por cuenta corriente de los primeros y en un supervit en la de los segundos. Como se vio en el captulo 9, esto implica una detraccin en el flujo circular de la renta de los pases consumidores, lo que se traduce en un descenso de la demanda y de la produccin. Por lo tanto, tendra un efecto recesivo claro. Pero esto solo es verdad para cada pas tomado aisladamente, no para la economa capitalista en su conjunto. La elevacin del precio del petrleo supone tambin un aumento del poder de compra en los pases productores que puede ser utilizado de varias formas diferentes. En primer lugar, puede ser atesorado en forma de oro, diamantes, etc, en las arcas de sus gobernantes o de su clase dirigente, en cuyo caso, una parte de los ingresos no habr sido devuelta al mercado, lo que tendr efectos recesivos en el conjunto del mercado mundial capitalista. No parece que este tipo de atesoramiento haya sido muy importante en ninguna de las tres crisis energticas. En segundo lugar, puede ser invertido en bancos occidentales o en empresas de los pases industriales en busca de una rentabilidad. Esto es lo que parece que ocurri en gran medida (los famosos "petrodlares") pero, independientemente de las repercusiones monetarias y financieras que tuvo, supone devolver una parte sustancial de los ingresos a los propios
En primer lugar, la crisis hay que situarla en el contexto de los movimientos a largo plazo que experimenta la economa capitalista. Como se ha visto en el captulo 6, dichas ondas largas constituyen perodos histricos complejos, cuyas caractersticas y causas son difcilmente resumibles. Cada una de ellas ha tenido una tecnologa que la ha caracterizado, una potencia hegemnica, un sistema de relaciones econmicas internacionales especfico, un modo de vida, unas determinadas relaciones entre las clases, etc. Pero hay una variable que, por el papel crucial que ocupa en la economa capitalista, es un sintetizador de todos estos fenmenos. Como ya dijimos en el texto, se trata de la tasa de beneficio. Durante los 25 aos que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, la economa occidental conoci una larga fase de prosperidad determinada, fundamentalmente, por el aumento de la tasa de beneficio que permitieron las sucesivas derrotas de la clase obrera tras el ascenso del fascismo y el trmino de la guerra y por la incidencia de la "tercera revolucin tecnolgica" que se produjo entonces. Pero desde el final de la dcada de los sesenta, todos los datos indican que se ha situado en una larga fase recesiva, caracterizada por menores ritmos de crecimiento de la produccin y la acumulacin. La causa fundamental de este cambio de tendencia, aunque no la nica, es el descenso que se registr en la tasa de beneficio mucho antes de que se produjera la crisis del petrleo de 1973. La salida de la crisis exiga, pues, una poltica econmica tendiente a restaurar el nivel de dicha tasa que exista antes de la misma pero, en la actualidad, no parece que lo haya hecho de forma suficiente. Se encuentra todava la economa de mercado en la fase recesiva de la onda larga?. Para algunos sectores de la izquierda, se puede asegurar que si no ha salido de la crisis econmica, est a punto de hacerlo. Durante los ltimos aos, el capitalismo ha experimentado una importante
A lo largo de la onda larga recesiva, se han producido ciclos de menor duracin cuyas causas y naturaleza son distintas a las de las ondas largas: se deben a las peridicas situaciones de sobreproduccin en las que se coloca la economa capitalista. Durante la fase descendente de la onda larga, se han producido dos recesiones generalizadas (1974-75 y 1982-83). Desde la recesin de 1982-83, los principales pases industriales han vivido una recuperacin econmica que ha sido limitada, pues las tasas de crecimiento no han llegado a ser las que se dieron durante los 25 aos de prosperidad posteriores a la Segunda Guerra Mundial, pero ha tenido una cierta intensidad (en 1988, los Estados Unidos crecieron el 4,5 por 100 y el conjunto de la OCDE el 4,4 por 100) y, sobre todo, ha durado siete aos. En los meses previos a la crisis del Golfo, el nivel de actividad de la mayora de los pases industriales era todava satisfactorio, pues persista el crecimiento, la acumulacin an presentaba tasas de aumento positivas y el empleo continuaba aumentando, pero la fase coyuntural de expansin pareca haber llegado a su fin. En efecto, Japn y Alemania mantenan todava altas tasas de crecimiento durante 1990, pero la economa americana haba entrado ya en una recesin, como lo muestra el hecho de que la tasa de crecimiento del ltimo trimestre de ese ao haya sido fuertemente negativa. La recesin americana habra de tener un impacto negativo sobre el conjunto de la economa occidental que difcilmente podra ser compensado, dado que el PIB de los Estados Unidos es el doble que el japons y mas de cuatro veces el alemn y que la actividad econmica tambin se haba debilitado en el resto de la CEE. En este contexto, la crisis del Golfo supona un factor negativo adicional. Aunque sus efectos, en teora, deberan ser menores que los de las dos crisis energticas precedentes, el alza del precio del petrleo debera contribuir a debilitar la actividad econmica, de la misma forma que su reduccin haba permitido antes la prolongacin del auge. Las expectativas eran, pues, bastante pesimistas y as se reflejaba en las previsiones de todos los organismos internacionales, la mayora de las cuales daban por descontada la recesin, de una manera u otra. Sin embargo, la forma en que se ha resuelto la crisis del Golfo Prsico parece haber cambiado el panorama. Ahora se espera que la recesin sea corta y poco profunda en base al aumento de la demanda que supondrn los gastos militares y la reconstruccin de Kuwait, a los efectos beneficiosos del descenso del precio del petrleo que traer consigo el fin de la guerra, y al cambio de expectativas de los empresarios y consumidores de los pases industriales. Nada de esto parece ajustado a la realidad. a) Los gastos de armamento Para muchos analistas, la experiencia histrica sugiere que las guerras siempre han sido beneficiosas para la marcha de la economa. Despus del primer ao de la Segunda Guerra Mundial, el PIB americano creci el 18%; al principio de la guerra de Corea, el crecimiento se dispar desde cero, en
El funcionamiento de la economa occidental depende de la solidez del sistema monetario internacional, solidez que est ligada a la existencia de una potencia hegemnica que garantice una moneda estable que pueda ser utilizada como base para las transacciones internacionales. Durante la fase de prosperidad, el capitalismo tardo se rigi por un sistema de tipos de cambio fijos en el que el dlar, la moneda de la potencia hegemnica, era junto al oro la moneda de reserva internacional. Pero este mundo se acab hace ya dos dcadas. El persistente dficit de la balanza de pagos americana inyect tal cantidad de dlares en el mundo que fue imposible mantener la estabilidad del sistema. Una parte de las causas hay que buscarlas en el papel que jugaron los Estados Unidos en el mundo durante este perodo. Los gastos militares y las inversiones americanas en el exterior han sido una fuente continua de oferta de dlares. Pero las mas importantes tiene su raz en la perdida de competitividad de la economa americana que se ha tratado en el Captulo 10. Desde hace dos dcadas, el sistema est en crisis y ninguna de las soluciones que se han buscado ha servido para solucionarla. Por el contrario, los desequilibrios entre las balanzas de pagos de los pases industriales y entre las de estos y las de los pases del tercer mundo se han agudizado. El dficit de la balanza de pagos americana es solo una parte de los desequilibrios econmicos internacionales, pues la otra cara de la moneda son los supervit en las balanzas de pagos de Alemania y Japn y el aumento de los desequilibrios internos en la CEE. En efecto, ha crecido el supervit alemn y de los pases ligados a esta economa (Blgica y Holanda) y han aumentado los dficit del resto, algunos como el de Inglaterra (que tiene que ver con su declive industrial) y el del estado espaol (que se debe en gran parte a la naturaleza del proceso de integracin que se ha producido), con gran intensidad. Por lo que respecta al tercer mundo, los dficit de su balanza de pagos y su endeudamiento han crecido tambin considerablemente. Existe, como consecuencia, una tendencia a la depreciacin del dlar y a la apreciacin del marco y del yen, que introduce una fuerte inestabilidad en el sistema monetario internacional. Esta inestabilidad provoca una serie de movimientos especulativos de capital, buscando una rentabilidad en las variaciones del tipo de cambio, que contribuyen a agravarla y dificultan el normal desarrollo del comercio mundial. A ellos se ha unido las incertidumbres provocadas por la reunificacin de Alemania, las consecuencias de la guerra del Golfo y la llegada de la recesin. Ninguno de estos desequilibrios tiene que mejorar como consecuencia de la forma en que se ha resuelto la crisis del Golfo. Antes al contrario,
Como se dijo en su momento y se ha repetido ahora, las ondas largas son fenmenos histricos que no se pueden circunscribir a las variables econmicas. Cada una de ellas ha tenido unas caractersticas propias, una potencia hegemnica, un determinado "orden internacional", etc. De cada una de ellas se ha salida de la fase recesiva de una forma diferente, por lo que las analogas histricas para entender la crisis actual estn de mas. Durante la fase de expansin del capitalismo tardo y durante la fase recesiva, hasta hace bien poco, las relaciones internacionales haba que enmarcarlas dentro del "statu quo" que fue diseado en Yalta, despus de la Segunda Guerra Mundial. Este marco se ha roto, primero a causa de la crisis de los pases del Este y ahora con el "nuevo orden internacional" buscado por los Estados Unidos. No es este el lugar adecuado para tratar dichos problemas ni las pginas finales del presente libro el sitio mas idneo para hacerlo. Pero, al menos, desde el punto de vista econmico, la situacin internacional que se abre no se caracteriza por la estabilidad. El mundo unipolar, que muchos parecen entrever, en el que los Estados Unidos seran el gendarme de un orden capitalista mundial, no es algo tan sencillo de construir a pesar de las apariencias. Por un lado, los factores que originaron la crisis econmica han evolucionado, pero no hasta el punto de haberse creado las condiciones para una fase expansiva de larga duracin. El capitalismo se ha reestructurado y la clase obrera de los pases industriales ha retrocedido, pero no ha sido suficiente. La tasa de beneficio es mas elevada que la que exista en los primeros aos de la crisis econmica, pero su recuperacin no es capaz todava de generar un proceso de acumulacin masivo. La economa occidental contina, pues, sumergida en la crisis econmica y, en este contexto, una eventual recuperacin coyuntural sera contradictoria, en la medida en que los problemas de fondo continan vigentes. Por otro lado, el momento coyuntural no parece el mejor. La expansin registrada desde 1983 haba llegado a su fin antes de la crisis del Golfo, de forma que una nueva recesin apuntaba por el horizonte. La forma en que se ha resuelto el conflicto har que no sea tan grave como se previ en los peores momentos del bloqueo a Irak, pero no hay ningn elemento con la suficiente envargadura que pueda detener a las fuerzas internas de la economa occidental que estaban invirtiendo el sentido del ciclo. Como ha dicho un financiero americano, si no hay recesin, puede ser una recuperacin que se parezca a una recesin. La debilidad de la actividad econmica no ser el nico factor negativo que deba afrontar el nuevo orden internacional. El "gendarme del mundo" debe hacer frente a graves problemas en su propia casa: su prdida de competitividad, el elevado dficit de la balanza de pagos, el creciente dficit presupuestario, la crisis bancaria, etc. Ninguno de estos problemas tiene una solucin fcil. La integracin europea ha retrocedido, por un lado, como consecuencia de la unificacin alemana, por otro, por el fcil y escaso papel poltico que han jugado los doce durante la crisis del Golfo. Las perspectivas de una extensin de la economa de mercado a la URSS y el resto de pases del Este son hoy mas lejanas que hace un ao, porque la crisis es mas aguda y las medidas reformistas estn perdiendo credibilidad.
IV TIEMPO DE TRIBULACIONES (LA CRISIS DE LA ECONOMIA DE MERCADO) 11 SED DE MAL (LA POLITICA ECONOMICA NEOLIBERAL) Desde el principio de la crisis, las ideas keynesianas, que haban animado la poltica econmica de los gobiernos de los pases industriales durante el perodo de expansin posterior a la segunda guerra mundial, fueron perdiendo terreno en beneficio de las recetas neoclsicas, porque estas aparecan a los ojos de la clase dirigente como el mejor camino para hacer efectivos los objetivos de la poltica de austeridad. De la misma forma que las ideas neoclsicas le haban dado el cuerpo econmico al liberalismo del ltimo tercio del siglo XIX y el primero del XX, ahora, adaptadas a los nuevos tiempos, han vuelto a ser la base del neoliberalismo que impregna la poltica econmica de los gobiernos occidentales y de los organismos internacionales. 11.1. Como el ave Fnix, la economa neoclsica renace de sus cenizas Desde el principio de la dcada de los setenta, la economa de mercado se encuentra sumida en una crisis de larga duracin caracterizada por la reduccin acusada de los ritmos de crecimiento del PIB y de la acumulacin y el paralelo aumento de los niveles de desempleo. Los factores que han determinado este cambio de tendencia son mltiples, pero el mas importante de todos ellos y el que los resume es el descenso de la tasa de beneficio que se produjo entonces. Para restaurar el nivel de la tasa de beneficio que exista antes de la crisis, el capital adopt una estrategia: la poltica de austeridad. Como se ha visto en un captulo anterior, la tasa de beneficio es igual a la tasa de explotacin dividida por la composicin orgnica del capital mas uno, de modo que, para conseguir su objetivo, la poltica de austeridad debera actuar sobre el numerador y el denominador de dicha relacin. Por un lado, debera lograr el aumento de la tasa de explotacin mediante la reduccin del valor de la fuerza de trabajo (lo que se consigue disminuyendo los salarios reales, las prestaciones de la seguridad social, las pensiones, los gastos sociales del Estado, etc) y una mayor intensidad en la explotacin de los trabajadores para que crezca la productividad (lo que se logra con inversiones que sustituyan hombres y mujeres por mquinas, con un cambio en la organizacin del trabajo, etc). Por otro, debera favorecer la reduccin de la composicin orgnica del capital media de la economa, lo que implicaba que tal poltica debera permitir la desaparicin de las empresas menos competitivas, incentivar la reestructuracin del aparato productivo con cargo al empleo, etc. La consecucin de estos objetivos exiga el abandono de las ideas keynesianas que haban sido hegemnicas desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Siguiendo la terminologa convencional, el capital no se enfrentaba a una crisis de demanda, porque el cambio de tendencia de la economa de mercado no estaba originado por ninguna dificultad para que el capital pudiera vender sus mercancas y realizar la plusvala. Se trataba de una crisis de oferta, cuya causa era que se haban alterado las condiciones bajo las que se realiza la produccin y la acumulacin, de forma que la produccin no era rentable debido a que los costes salariales eran muy elevados. Marx la hubiera calificado como una crisis determinada por el hecho de que, en trminos relativos, la burguesa era demasiado dbil y los trabajadores demasiado fuertes, lo que se habra traducido en una distribucin de la renta favorable a los salarios y en un descenso de la tasa de beneficio. En tales condiciones, las medidas destinadas a estimular la actividad econmica por el lado de la demanda, caractersticas de la economa keynesiana, no abordaban la causa fundamental de la crisis que, como se ha sealado, no era otra que el descenso de la tasa de beneficio. El crecimiento del consumo o del gasto pblico, por ejemplo, no llevaran a que los empresarios aumentaran su produccin, porque el problema no era que la demanda fuera insuficiente, sino que los costes eran muy elevados. En tales condiciones, una mayor demanda solo provocara una elevacin de los precios. Por las mismas razones, la inversin no crecera ante el aumento de la demanda, porque sera muy difcil encontrar proyectos que
Como se ha visto reiterdamente en captulos anteriores, si los salarios crecen como la productividad, su participacin en el PIB no variar y, por consiguiente, tampoco lo har la de los beneficios. El resultado es, por tanto, que si se establece la regla de que el crecimiento de los salarios reales no supere el de la productividad, el numerador de la ecuacin de la tasa de beneficio no se ver negativamente afectado por dicho crecimiento salarial. Para que la tasa de beneficio no se vea afectada, es preciso que tampoco vare la relacin capital producto, esto es, el denominador de la mencionada ecuacin. La relacin capital producto puede ponerse de la siguiente forma: K Relacin capital/producto = Y (K/L) relacin capital/trabajo ------ = ------ = --------------------------------- (Y/L) productividad
Por tanto, el denominador de la ecuacin de la tasa de beneficio tampoco variar, si se establece una segunda regla: que la acumulacin genere un aumento de la productividad que compense el crecimiento de la relacin capital trabajo que se produce como consecuencia de la misma (puesto que el objetivo es dotar a los trabajadores de mas mquinas para que sean mas productivos).
13 LOS PROBLEMAS CRECEN (LA CRISIS DE DEMANDA Y LA INESTABILIDAD FINANCIERA) El capitalismo no ha sido capaz de crear las condiciones para iniciar una nueva fase expansiva de larga duracin y, como consecuencia, la crisis econmica se ha complicado. La dinmica interna de la onda larga recesiva ha hecho que se liberen grandes volmenes de capital que no se han invertido en actividades productivas, debido al bajo nivel de la tasa de beneficio, lo que ha tenido dos efectos. Por un lado, han aparecido dificultades para realizacin de la plusvala, de modo que una crisis de demanda ha venido a aadirse a la crisis de oferta. Por otro, estos capitales han buscado su rentabilidad en el sector financiero, que ha crecido considerablemente, introduciendo una enorme inestabilidad en el funcionamiento de la economa de mercado. Ambos elementos, crisis de demanda e hipertrofia financiera se han visto agudizados por la poltica neoliberal que se ha puesto en prctica durante los ltimos doce aos y el resultado es que la situacin comienza a parecerse en muchos aspectos a la que exista durante la crisis de los aos treinta. 13.1. La espiral de la crisis Las ondas largas recesivas estn determinadas por el descenso de la tasa de beneficio, por lo que, siguiendo la terminologa convencional, empiezan siendo crisis de oferta, esto es, el problema fundamental no es que la produccin no encuentre una demanda, sino que no es rentable. El capitalismo no iniciar una nueva onda larga expansiva hasta que no haya logrado un aumento significativo de la tasa de explotacin y una reduccin de la composicin orgnica del capital, por lo que la poltica de austeridad seguir siendo necesaria para el capital. Sin embargo, la dinmica interna de la onda larga recesiva genera una crisis de demanda aadida que subsistir hasta que el sistema haya creado las condiciones para iniciar una nueva fase expansiva de larga duracin. Veamos como se produce. Las crisis industriales peridicas no estn provocadas por la demanda, sino por la oferta, pero durante las mismas es normal que se termine produciendo una insuficiencia de la demanda. Son crisis de sobreproduccin y, por tanto, en ellas se combina el descenso de la tasa de beneficio con dificultades de realizacin de la plusvala. A medida que se desarrolla la expansin coyuntural, la composicin orgnica del capital aumenta, como consecuencia de la acumulacin, y la tasa de explotacin disminuye, debido al crecimiento de salarios propiciado por el aumento coyuntural de la demanda de trabajo que se produce durante la expansin. Esto, por si solo, explica que se termine produciendo un descenso fuerte y brusco de la tasa de beneficio media de la economa, de modo que la causa de la recesin no reside en que la demanda sea insuficiente porque los salarios son bajos, sino precisamente en que la tasa de beneficio desciende porque son altos. Pero aparecen tambin problemas de realizacin de la plusvala. Conforme la capacidad productiva va creciendo durante la expansin, como consecuencia de la acumulacin, la oferta de mercancas va aumentando y llega a un momento en que se hace mayor que la demanda, con lo que los precios tienden a caer por debajo de los valores. Los capitalistas no pueden realizar en el mercado toda la plusvala que han obtenido de sus trabajadores y, por tanto, la tasa de beneficio desciende. De modo que la causa de la recesin es la sobreproduccin en que se ha situado la economa y no la demanda. Los problemas derivados de una demanda insuficiente aparecern despus, pero no son la causa de la crisis, sino su consecuencia. Por un lado, el descenso de la tasa de beneficio provoca una disminucin de la demanda de inversin. Por otro, el aumento del paro que se produce durante la recesin crea las condiciones para que se reduzcan los salarios reales, lo que se traduce en una disminucin de la demanda de consumo. Entonces aparece una crisis de demanda que se va aadiendo a la crisis de oferta pero, al mismo tiempo, se van creando las condiciones para que esta ltima se supere. En efecto, la tasa de beneficio tiende a recuperarse, por un lado, porque ha descendido la composicin orgnica del capital debido al cierre de fbricas que se produce en la recesin y, por otro, porque la tasa de explotacin tiende a aumentar como consecuencia de la reduccin de los salarios reales y el deterioro de las condiciones laborales que permiten los altos niveles de paro. A partir de aqu, el crecimiento de la acumulacin subsiguiente empujar a la demanda agregada, sentando las bases de un nuevo auge cclico. La dinmica a largo plazo de la economa capitalista funciona de una manera diferente a como se ha descrito que lo hace en el corto plazo. De la misma forma que ocurre con los ciclos industriales peridicos, las ondas largas recesivas no estn provocadas por la demanda, sino por la oferta, aunque durante las mismas es normal que se termine produciendo una insuficiencia de la demanda. Pero as como en
Como se dijo en la Introduccin, la economa contenida en El Capital es perfectamente asequible y resulta de una actualidad asombrosa, pero leer los escritos originales de Marx se ha convertido en una tarea titnica por el excesivo nmero de pginas y de temas que contiene. Sin embargo, existen algunas selecciones de lecturas de Marx tiles. Las que se recomiendan son las siguientes: * FREEMAN, Robert.Karl Marx. Teora econmica. Ediciones Pennsula. Madrid 1961. 308 pginas. Seleccin de los principales prrafos de Marx sobre la ideologa, la metodologa y la economa marxistas ordenados sistemticamente y con notas introductorias a cada unos de ellos. El libro era la base de un curso impartido por el autor en la Universidad de Nueva York durante los aos sesenta. Las lecturas estn bastante bien escogidas, pero con demasiados cortes, lo que hace que el conjunto resulte excesivamente esquemtico. * MUOZ, Jacobo. Marx. Antologa. Ediciones Pennsula. Barcelona 1988. 462 pginas. Es una seleccin de textos de Marx, sin ninguna nota introductoria a cada uno de ellos, con criterios mas polticos que econmicos, pero que contiene lecturas que no estn en el libro reseado antes. Las lecturas estn magnficamente ordenadas desde el punto de vista lgico y resulta de utilidad para todos los que deseen leer algo mas que los escritos econmicos de Marx. Los textos econmicos se encuentran en las pginas 253 a 371. Pueden encontrarse multitud de manuales y libros introductorios a la economa marxista, pero no todos son recomendables y en particular algunos deben ser evitados. Entre los muchos que son utilizables, se ha preferido seleccionar los siguientes: * MANDEL, Ernest. Introduccin a la economa marxista. Editorial Nova Terra. Barcelona 1966. 116 pginas. * SALAMA, P y VALIER, J. Una introduccin a la economa poltica. Editorial Fontamara. Barcelona 1976. 243 pginas. * MANDEL, Ernest. Tratado de Economa Marxista. Editorial Era. Mxico 1969. Dos tomos: 377 y 424 pginas. 2. LA TEORIA DEL VALOR Y LA EXPLOTACION
Este tema es el objeto del captulo 1 y por el que parece razonable empezar. Conviene comenzar las lecturas por los captulos del libro de Mandel como introduccin a las lecturas de El Capital, que no deben evitarse. Hay que pasar despus a ver la relacin que existe entre los conceptos marxistas y los que actualmente se utilizan en la macroeconoma y la contabilidad nacional y este es el tema de la ltima de las lecturas. * MANDEL, Ernest. Tratado de Economa Marxista. Opus citado. - Captulo I (producto necesario y producto excedente) - Captulo II (el intercambio, la mercanca y el valor) * Marx, Karl. El Capital. Siglo XXI. Madrid 1983. Para este apartado, se recomiendan las siguientes lecturas, todas ellas del Libro I: - captulo 1 (la mercanca, el valor de uso y el valor de cambio) - captulo 3, epgrafe 1 (el dinero y los precios) - captulo 4, epgrafe 3 y captulo 5 (el valor de la fuerza de trabajo y la explotacin) - captulos 6 y 7 (capital constante, variable y plusvala) - captulo 13 (la maquinaria y la gran industria) - captulo 17 (la transformacin del valor de la fuerza de trabajo en salario
Las relaciones entre la economa marxista y la teora econmica convencional han sido siempre conflictivas. Solamente en la economa moderna pueden encontrarse autores que han bebido de las dos fuentes obteniendo resultados apreciables pero, desafortunadamente el nivel es superior al que se pretende dar a las actuales lecturas, por lo que se ha prescindido de ellos. Nos hemos limitado, pues a las controversias mas clsicas y hemos pretendido ser objetivos, pero no neutrales. Las dos primeras lecturas facilitan un anlisis del marco y evolucin de la teora econmica. La tercera, pretende introducir al lector en la economa convencional utilizando un autor no marxista. La cuarta, contiene la polmica entre marxismo y marginalismo que se desarroll en el siglo XIX y que desde muchos puntos de vista ha vuelto a ser actual y, la ltima, una aguda crtica al marginalismo desde las posiciones marxistas actuales. * THERBORN, Gran. Ciencia, clase y sociedad. Sobre la formacin de la sociologa y del materialismo histrico. Siglo XXI, Madrid 1980. 466 pginas. En el capitulo 2 ("Economa y teora econmica del capitalismo", pginas 72 a 110) puede encontrarse el anlisis de la Teora Econmica como un producto del capitalismo. * MANDEL, Ernest. Tratado de Economa Marxista. Opus citado. Captulo XVIII: Origen, auge y extincin de la economa poltica (pginas 292 a 332). Es una aproximacin desde el punto de vista del marxismo de la historia de la llamada "ciencia econmica". * FELLNER, William. Origen y contenido del anlisis econmico moderno. Ediciones Ariel. Barcelona 1963. En l, puede encontrase una excelente exposicin del anlisis de la escuela clsica (pginas 61 a 140) y neoclsica (167 a 300) desde un punto de vista no marxista. Solo para lectores muy interesados en el tema. * HILFERDING, BHM-BAWERK, BORTKIEVICZ. Economa burguesa y economa socialista. Cuadernos de Pasado y Presente. Argentina 1974. En la parte I, se encuentra el clsico trabajo de BHMBAWERK, principal exponente de la teora del valor subjetivo y fundador de la llamada "escuela austriaca", cuya crtica contemporanea a Marx se convirti en la respuesta "oficial" de los marginalistas. En la parte II, se encuentra la respuesta, tambin contemporanea, de HILFERDING desde una ptica marxista. El libro cuenta con una introduccin del Paul M. Sweezy relativa a la polmica, cuya lectura tambin se recomienda. * SALAMA, PIERRE. Sobre el valor. Era. Mxico 1978. En la parte I (El enfoque neoclsico) se encuentra la crtica a la teora del valor marginalista, desde una perspectiva marxista actual. 4. LA TRANSFORMACION DE LOS VALORES EN PRECIOS DE PRODUCCION Y LA FORMACION DE LA TASA DE BENEFICIO GENERAL. LA CRITICA NEORICARDIANA
El captulo 3 trata de un tema crucial para la economa marxista y su explicacin del funcionamiento del mercado: la transformacin de los valores trabajo en precios de produccin, problema al que va ligada la formacin de la tasa de beneficio general del sistema. Este tema es tambin el centro de la crtica que ha desarrollado durante los ltimos aos la llamada escuela neoricardiana. El fundamento metodolgico de esta corriente puede encontrarse en la obra de Bortkiewicz que resea mas adelante, pero su desarrollo se ha producido en dcadas recientes. En 1961, Piero Srraffa, un economista italiano profesor de Cambridge, que en su juventud haba sido amigo de Gransci y que era el que sacaba sus escritos de la crcel, public un libro ("Produccin de mercancas por medio de mercancas", Oikos, Madrid 1965) que a pesar de tener las dimensiones de un folleto, estaba llamado a revolucionar la economa por la herida de muerte que infringa a los fundamentos mas profundos de la teora econmica dominante: el marginalismo. A partir de l, toda una corriente de economistas ha resucitado los esquemas de anlisis de la economa poltica clsica, enriquecidos por las modernas tcnicas matemticas contemporaneas.
4.
El otro tema que se trata en el captulo 3 es el funcionamiento de la economa de mercado en la realidad. Las lecturas que se recomiendan son las siguientes: * MANDEL, Ernest. Tratado de Economa Marxista. Editorial Era. Mxico 1969. Dos tomos: 377 y 424 pginas. Capitulo XII: El capitalismo de los monopolios. * MANDEL, Ernest. El capitalismo tardo. Ediciones Era. Mxico 1972. El tema puede encontrarse en los captulos VII (La reduccin del tiempo de rotacin del capital fijo y la presin hacia la planificacin de las compaas y la planificacin econmica) y X (La concentracin y centralizacin internacionales del capital).
En los aos 30, hubo una polmica en las universidades anglosajonas sobre la viabilidad de una economa socialista. Fue una polmica acadmica y a lo largo de la misma se dijeron muchas tonteras, pero resulta de inters en la actualidad porque demostr la posibilidad de que una planificacin socialista fuera eficiente as como los criterios que no podran olvidarse. Una serie de autores neoclsicos (George Halm, von Hayek, Lionel Robins, von Mises) negaban la posibilidad de cualquier tipo de calculo econmico en una economa socialista porque en ella no existira un mercado de medios de produccin, con lo que la racionalidad econmica sera imposible. A favor del socialismo, desde posiciones no marxistas, participaron Fred M. Taylor, Oskar Lange, B.E. Lipincott, Enrico Barone y A.C. Pigou. Sus posiciones partan de la posibilidad de que la oficina del plan reprodujera las condiciones del mercado, lo que adems representara una economa mas eficiente. La crtica a ambas posturas desde posiciones marxistas corri a cargo de Maurice Dobb y Charles Betelheim. Las cuatro primeras lecturas que se dan a continuacin corresponden a esta polmica. Aunque es excesivamente terica, esos textos aclaran muchos de los puntos que ha puesto de actualidad la crisis del socialismo real. Conviene leerlos para comprobar que no hay nada nuevo bajo el sol. El libro de Trotsky es contemporneo a la polmica anterior, pero no tiene nada que ver con ella. Es una crtica a la planificacin burocrtica sovitica sorprendente, por lo temprana y por el papel fundamental que da al calculo econmico, al papel que debe jugar el mercado, etc. Es insustituible para comprender la crisis actual del socialismo real. El articulo de Mandel sobre el perodo de transicin es una sistematizacin posterior de las ideas que Trotsky sealaba para la economa sovitica. Como podr comprobar el lector, este texto ha sido fundamental para la elaboracin del captulo 4 del presente libro. Finalmente, los trabajos de Novec y de Mandel, con los que se acaban las lecturas del tema, entran en la polmica actual sobre el papel del mercado en la planificacin. Evidentemente, el tema no est cerrado, pues la polmica sigue abierta, pero basta con estas lecturas para situarse en ella. * LANGE, Oskar y TAYLOR, F.M. Sobre la teora econmica del socialismo. Ariel. Barcelona 1070. En l puede encontrase la defensa del socialismo desde perspectivas no marxistas * BETELHEIM, Charles. Problemas tericos y prcticos de la planificacin . Madrid 1962 * DOBB, Maurice. Economa poltica y capitalismo. Fondo de Cultura Econmica. Mxico 1945. * DOBB, Maurice. El calculo econmico en una economa socialista. Ariel. Barcelona 1970. * TROTSKY, L. La revolucin traicionada. Fundacin Federico Engel. Madrid 1991. El libro, que lleva el subttulo Que es y donde va la Unin sovitica?, fue publicado en 1936, en un momento en el que, a 20 aos del triunfo de la revolucin de octubre, esta pregunta pareca superflua. La crtica de la planificacin burocrtica, el papel que el mercado debe jugar en la planificacin, la necesidad de mantener los equilibrios econmicos, etc, resultan sorprendentemente actuales para la mayora de los que no conozcan la obra de Trotsky. Todos estos puntos econmicos pueden encontrase en los primeros seis captulos. * MANDEL, Ernest. La economa del perodo de transicin. Fifty year of word revolution 1917-1967. Nueva York 1968. (Existe traduccin castellana). Contiene un tratamiento sinttico del papel de la planificacin y el mercado durante el perodo de transicin al socialismo * NOVE, Alec. La economa del socialismo factible. Siglo XXI. Madrid 1986. Constituye la mas aguda crtica moderna de los problemas de la planificacin, tomando como ejemplo el caso de la Unin Sovitica. * MANDEL, Ernest. En defensa de la planificacin socialista. Inprecor, diciembre de 1989. Es la respuesta de Mandel a las crticas de Nove
7.
Situar la crisis econmica actual en el contexto de una onda larga puede parecer una mana de cierta corriente de economistas marxistas empeados en encontrar mecanismos mgicos que lo resuelvan todo. Pero esto es as por el extrao racionalismo que se ha instalado en la teora econmica convencional despus de la Segunda Guerra Mundial, al que se ha hecho referencia en el texto, pues en la historia de la llamada ciencia econmica el estudio de las ondas largas ha sido una constante. Las ondas largas haban despertado inters ya en el siglo pasado, tanto entre autores marxistas, como neoclsicos. Jevons (1884), Wicksell (1894), Casel (1918) y von Gelderen (1913), entre otros, aceptaron la existencia de estos ciclos largos. Pero fue Kondratiev, en la dcada de los aos veinte, quien hizo el primer estudio estadstico con datos de Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Dichos datos, que abarcaban desde finales del siglo XVIII hasta 1920, sugeran la existencia de "ondas largas" con una extensin media de 50 aos. Kondratiev consideraba las ondas largas como una expresin de las fuerzas internas del capitalismo, esto es, segn sus propias palabras, "surgen de causas inherentes a la propia esencia de la economa capitalista". Su funcionamiento sera "endogeno": el comportamiento cclico de la economa capitalista estara determinado por fuerzas internas que seran incluso las que determinaran las condiciones que favorecen la innovacin tecnolgica. Para Kondratiev, por tanto, no es la innovacin tecnolgica la que crea las ondas largas, sino que estas vienen determinadas por fuerzas mas profundas, que configuran el desarrollo de la economa capitalista. Adems, Kondratiev observaba un abanico amplio de fenmenos econmicos y sociales que se configuran endogenamente: guerras y descubrimientos de yacimientos de oro, expansin geogrfica de los mercados, etc. Las innovaciones tecnolgicas ejercen una gran influencia sobre el desarrollo capitalista, pero se producen como respuesta a los factores endogenos, no son su causa. El carcter exogeno de las ondas largas ha sido defendido desde dos puntos de vista muy diferentes. El primero, cuyo representante mas destacado es Schumpeter, parte de la idea de que los ciclos largos son causados por los procesos innovadores. Se ha hecho referencia a esta posicin en el texto, y no nos detendremos mas en ella. La segunda, desde nuestro punto de vista mas correcta, parte de la idea de que las ondas largas estn determinadas por factores externos, pero no por las innovaciones tecnolgicas, sino por fenmenos extraeconmicos no sistemticos y no peridicos que, adems, habran sido diferentes en las distintas fases del capitalismo. Es en esta segunda posicin en la que hay que situar a autores como Trostki, Mandel o Rostow. Teniendo en cuenta las observaciones anteriores, las lecturas que se han seleccionado son las siguientes: * ROSEMBERG, N. y FRISCHTAK, C.R. La innovacin tecnolgica y los ciclos largos. Papeles de economa espaola nmero 28. Es un panorama de las diferentes posiciones sobre las ondas largas que no es el mejor de los existentes, pero si el mas claro castellano. Admite la existencia de movimientos de larga duracin, pero duda que se pueda encontrar evidencia emprica de la existencia de ondas largas. * MANDEL, Ernest. El capitalismo tardo. Ediciones Era. Mxico 1972. Capitulo IV: Las ondas largas en la historia del capitalismo. En el se trata la controversia terica sobre las ondas largas a la luz de la posicin que se mantiene en el presente libro. En este texto est descrita la polmica rusa de los aos 20. * KONDRATIEV, N.D. Las ondas largas en la economa. Revista de Occidente. Madrid 1946. Contiene las posiciones originales de Kondratiev. * TROSTSKY, L. La curva del desarrollo capitalista. Crticas de la economa poltica. Edicin Latinoamericana, nmero 3. Mxico 1977. Es el articulo fundamental de Trotsky sobre el tema, que marc el debate de la polmica rusa de los aos 20. Extraordinariamente sencillo, pero clarificador.
8.
EL DINERO Y LA INFLACION
Los aspectos relacionados con el dinero y el crdito presentan una dificultad adicional, sobre todo si no se conoce cual ha sido la historia de la teora monetaria en la ciencia econmica. Se ha preferido no dar ninguna bibliografa sobre esta ltima para no recargar un volumen de lecturas que resulta ya excesivo. Las dos primeras referencias bibliograficas se refieren a las ideas originales de Marx, en los Grundisse la primera y en El Capital la segunda. Los captulos del Tratado de Mandel constituyen una recapitulacin de la teora marxista del dinero y el crdito y en ellos puede encontrarse una critica a las principales posiciones de la teora monetaria convencional. El resto de las lecturas circunscriben el problema a la era del capitalismo tardo: inflacin permanente, papel del Estado, etc * ROSDOLSKY, Roman. Gnesis y estructura de El Capital de Marx. Siglo XXI. Madrid 1978. La naturaleza y caractersticas del dinero se encuentran en los captulos 4 a 8 (pginas 129 a 203) y el dinero como capital en el captulo 27 (pginas 424 a 440) * Marx, Karl. El Capital. Siglo XXI. Madrid 1983. Vase los siguientes captulos del Libro III: Capitulo XXI: El capital que devenga inters Captulo XXII: El tipo de inters Captulo XXIII: El inters y la ganancia empresarial Captulo XXV: Crdito y capital ficticio * MANDEL, Ernest. Tratado de Economa Marxista. Editorial Era. Mxico 1969. Dos tomos: 377 y 424 pginas. En los captulos VII (El crdito) y VIII (La moneda) se pueden encontrar los elementos fundamentales de la teora marxista clsica del dinero y el crdito, as como apuntes crticos sobre el monetarismo y la moderna teora monetaria, desde el punto de vista marxista. * MANDEL, Ernest. El capitalismo tardo. Ediciones Era. Mxico 1972. En el captulo XIII se encuentra tratada la inflacin permanente que ha caracterizado a la economa capitalista desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, as como un tratamiento mas elevado que en la anterior bibliografa de la teora marxista del dinero. En el captulo XV, pueden encontrarse todos los aspectos relacionados con el papel econmico del Estado en la era del capitalismo tardo. * MANDEL, Ernest. Las ondas largas del desarrollo capitalista. Siglo XXI. Madrid 1986. En el Captulo 3 (La inflacin y el boom de la posguerra) se pasa revista a los aspectos monetarios en la onda larga del capitalismo tardo. 9. El neoliberalismo Desde que Reagan gan las elecciones americanas en 1980, el neoliberalismo ha dominado la poltica econmica de todos los gobiernos occidentales. La naturaleza y caractersticas de dicha poltica econmica son abordadas en el captulo 11 y sus consecuencias sobre la situacin actual en el 13, pero un tema como este, que esta influyendo decisivamente la evolucin de la crisis, requiere algunas ampliaciones. Sobre la economa neoclsica, fundamento ltimo del neoliberalismo, ya se ha dado bibliografa en el epgrafe 3 anterior, de modo que aqu nos limitaremos a profundizar en la forma en que se presentan hoy da. La primera lectura analiza los principales elementos de la llamada revolucin conservadora, en la que hay que situar los aspectos econmicos del neoliberalismo. La segunda entra en la crtica terica de la poltica de oferta, el monetarismo, la ideologa de mercado, etc, que son los elementos centrales de la poltica econmica neoliberal. Las dos siguientes analizan su concrecin en la