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Unidad 7
Finanzas Públicas Derecho tributario material o sustantivo. Concepto
El derecho tributario material prevé los aspectos
sustanciales de la relación jurídica que se establece entre el Estado y los sujetos pasivos con motivo del tributo. Dentro de esa concepción, puede decirse que con el tratamiento del derecho tributario material nos adentramos en el corazón mismo de nuestra disciplina. En efecto, el derecho tributario material tiene la trascendental función de regular la relación jurídica que unirá al acreedor Estado y a los deudores contribuyentes durante el lapso que transcurra entre la creación de un tributo dirigido a ciertas personas y su pago por estos últimos. A fin de conseguir tal cancelación, esta sección de la materia se complementa por otra que le está indisolublemente unida: el derecho tributario formal. Será este quien le proporcionara las reglas mediante las cuales se comprobará la legitimidad de la acreencia fiscal y la forma en que esta se convertirá en el importe dinerario líquido que ingresara al tesoro público. Así, el derecho tributario material estudia básicamente el hecho imponible, y todas las consecuencias jurídicas que de él emanan. Sus normas establece táctica o expresamente quien es el sujeto activo, quienes son sujetos pasivos, y quienes “pueden ser” los obligados al pago (capacidad jurídica tributaria). Abarca así mismo las circunstancias objetivas o subjetivas que neutralizan los efectos normales de la configuración del hecho imponible (exenciones y beneficios tributarios); los elementos indispensables para fijar la magnitud de la pretensión pecuniaria fiscal (elementos cuantitativos); y los medios extintivos de la obligación tributaria, entre otros importantes aspectos como la solidaridad, el domicilio y los privilegios. Finalmente, digamos que es también al derecho tributario material a quien le corresponde investigar si existe o no la causa como elemento jurídico integrante de la relación obligacional. Relación jurídica tributaria principal La relación jurídica tributaria principal es el vínculo jurídico obligacional que se entabla entre el fisco como sujeto activo, que pretende el cobro de un tributo, y un sujeto pasivo, que está obligado a su pago. Esta relación tiene identidad estructural con la obligación de derecho privado, surgiendo las principales diferencias de su objeto, que es el tributo. Si el vínculo entre dos sujetos significa la facultad legal concedida a uno de ellos para exigir determinado comportamiento del otro, tal vinculación constituye una relación jurídica porque necesariamente debe ser normada por el derecho. Tal relación puede ser definida en un doble sentido: a) como la vinculación establecida por una norma jurídica entre una circunstancia condicionante (la realización del hecho imponible) y una consecuencia jurídica (el mandato de pago). b) como la vinculación establecida por esa misma norma legal entre la pretensión del fisco como sujeto activo y la obligación de aquel que la ley designe, como sujeto pasivo. Tanto esa pretensión como su correlativa obligación integran la consecuencia jurídica de haberse producido la circunstancia condicionante (o sea, la realización o configuración del hecho imponible) Atento a este concepto, es dable observar la estructura lógica de las normas que regulan la relación jurídica tributaria principal. En ellas encontramos, como partes diferenciadas el supuesto hipotético (hecho imponible) Cuestión terminológica: la relación jurídica sustancial no es la única que surge del ejercicio de la potestad tributaria; pero si es la principal, puesto que toda la normatividad física tiende al primordial objetivo del pago público. La doctrina ha dado a esta relación distintas denominaciones. Así, la predominante la llama simplemente obligación tributaria (Guiliani Fonrouge), pero también se la ha denominado deuda tributaria (Gianini), relación de deuda tributaria (Carretero Perez), y crédito impositivo (Blumenstein). Talentosos autores no se atan a una sola terminología y emplean varios nombre (por ejemplo: Jarach la llama: relación jurídica propiamente dicha, relación jurídica tributaria sustancial, relación jurídica stricto sensu).creemos que la denominación más correcta es la de la relación jurídica tributaria principal, pero no nos oponemos a otros nombre, vario de los cuales incluso empleamos con frecuencia. Apuntes de clase: Obligación tributaria: es una obligación de dar- deudor a acreedor- sumas de dinero. El acreedor y en este caso en nuestra materia será al Estado a través de la Afip. Obligación tributaria: es el objeto de estudio de lo que es derecho tributario material o sustantivo. Coordinación entre las nociones de relación jurídica tributaria y potestad tributaria: cuando los esquemas que el Estado construye en ejercicio de la potestad tributaria se aplican a integrantes singulares de la comunidad, ya no hay actuaciones de la potestad tributaria - que se agota mediante la emanación de la norma- , sino ejercicio de una pretensión pecuniaria por parte de un sujeto activo respecto de un sujeto pasivo. Para cumplir esta última actividad, el Estado prescinde de su poder de imperio y se ubica como cualquier acreedor que pretende el cobro de lo que cree que lo que es adeudado. Así, como todo acreedor, el fisco se encamina a que una cuota de riqueza ajena pase a sus arcas. Pero hay diferencia entre los acreedores en general y el fisco. Respecto de los primeros, su acreencia surge principalmente del acuerdo previo de voluntades con sus deudores, en cambio, el acreedor “fisco” primero actúa en un plano de supremacía atribuyendo a las personas obligaciones que estas no asumieron espontáneamente, y luego produce una mutación convirtiéndose en el polo positivo de una relación jurídica cuyo polo negativo es ubicado un sujeto pasivo. El ulterior poder coactivo del fisco (por ejemplo rematar los bienes del deudor) es el que habitualmente emana de todas aquellas normas que impone obligaciones pecuniarias. El destinatario legal tributario debe ser un particular. Desde el plano conceptual, el Estado Nacional, el provincial y el municipal, asi como los órganos que le pertenecen no pueden ser destinatarios legales tributarios, por cuanto técnicamente carecen de capacidad contributiva. Dice Jarach: "La capacidad contributiva significa apreciación por parte del legislador de que el hecho económico que se ha verificado para el sujeto le permite distraer una suma de dinero de sus necesidades privadas para destinarla a contribuir a los gastos públicos. Pero estos conceptos básicos del hecho imponible no tendrían sentido si el hecho imponible se atribuyese al Estado, a las entidades públicas o las dependencias de ellas. Las situaciones o las actividades económicas de las mismas nunca representan capacidad contributiva porque toda la riqueza del Estado ya sirve directamente a las finalidades públicas y sería sin sentido atribuirle una capacidad de contribución a las finalidades para las cuales toda su actividad y su existencia misma están destinadas" En virtud de lo expuesto es objetable el articulo 5 in fine de la ley 1683, que incluye como posibles obligadas tributarias a las reparticiones centralizadas, descentralizadas y autárquicas del Estado Nacional, Provincial o municipal, así como las empresas estatales y mixtas. Las entidades nombradas (salvo las empresas mixtas en la parte del capital que es de personas privadas) tienen una característica básica común: son de propiedad del Estado el cual podría eventualmente suprimirlas y establecer el destino de sus fondos. Si bien estos entes aparecen formalmente como propietarios de sus bienes, en realidad resulta serlo tan solo el Estado. Si ello es así, no se advierte sentido que el Estado detraiga bienes de su patrimonio para que estos vuelvan a ingresar a dicho patrimonio por otro conducto. Lo dicho nos lleva a pensar que los “tributos” que pagan las reparticiones o las empresas estatales no son verdaderamente tales, sino transferencias de fondo de un sector a otro de la economía estatal.