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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS ANDES

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS, SOCIALES Y


CONTABLES
Escuela Profesional de Contabilidad

ENSAYO LA REALIDAD FISCAL

Docente:
Mag. CHECYA VELASQUE TAIS TALIA

Presentado por:
CANAL PIÑARES MAYLI URSULA
HURTADO CRUZ [email protected]
CRUZ QUISPE NIDA
ESTRADA SILVA DIEGO [email protected]

Cusco – Perú

2024
La Realidad Fiscal

Introducción

Las compañas políticas están acompañadas de diversas promesas sobre lo

que el gobierno debería hacer y no hacer. Algunas de estas propuestas se tratan de

mejorar el bienestar general asta objetivos específicos como rescatar empresas a

construir infraestructuras de estadios y estas realizaciones afectan el gasto público.El

tamaño, la compañía y el comportamiento del gasto no son el resultado de la decisión

que busca maximizar el bienestar de la población.

Desarrollo

Fiscales básicos

Hay diferentes niveles de gobierno que pueden intervenir en la política fiscal. Cuando

se habla de gobierno, sin ningún adjetivo, usualmente se trata del gobierno nacional.

 Los ingresos totales comprenden los ingresos corrientes y de capital, y pueden

incluir también las donaciones.

 Ingresos corrientes son los ingresos tributarios.

 Ingresos de capital son los generados por la venta de activos.

 Los gastos totales son los gastos corrientes y de capital.

 Los gastos corrientes pueden descomponerse según el tipo de gasto.

 Gastos de capital son aquellos gastos destinados a adquirir activos de capital

fijo.

 Inversión pública es la parte de los gastos de capital destinada a adquirir

nuevos bienes de infraestructura pública.

 Gasto público social es el gasto tanto corriente como de capital destinado a

proveer los servicios de educación, salud y otros servicios sociales.


 Balance fiscal es la diferencia entre los ingresos totales y los gastos totales.

 El financiamiento total son los desembolsos menos las amortizaciones.

 Balance primario es la diferencia entre los ingresos totales y el gasto primario.

 Balance estructural es el balance fiscal excluyendo los ingresos y gastos

transitorios o cíclicos.

Tamaño y estructura del gasto público

El gasto público de latino América es un total de 41,4% del PIB, en la región alcanza

apenas el 26,8% del PIB. Sin embargo, esta es una comparación engañosa por varias

razones.

El gasto público en Ecuador y Brasil representa cerca del 40% del PIB de esos países,

un coeficiente prácticamente igual al de los países desarrollados. Los gobiernos de

Argentina, Bolivia y Venezuela también son relativamente grandes sin embargo no

incluyen los gastos que hacen dichas empresas, o los recursos que controlan.

Algunos países de la región, como El Salvador, Paraguay, Perú y República

Dominicana, tienen gobiernos de Tamaño relativamente modesto, con niveles de gasto

público que no llegan al 20% del PIB.

Gasto público durante la década de los años treinta era aproximadamente 22%, nivel

inferior al de América Latina en 2008. Pero en la década del 2000 el tamaño promedio

de de los gobiernos pasó de 22% a 26,8%, con aumentos especialmente importantes

en Bolivia, Ecuador y Venezuela.

Composición del Gasto Público

El gasto público, que en promedio equivale a unos 27 puntos porcentuales del PIB

como hemos visto, se destina en su mayor parte a gastos corrientes (cerca de 20% del

PIB). Típicamente, el pago de la nómina de gasto público es un promedio representa

el 7% del PIB En América Latina, los gobiernos emplean alrededor del 3% de la


población, con Chile y Colombia teniendo burocracias pequeñas y otros países como

Panamá y Venezuela con burocracias más grandes solo Brasil y Chile tienen

burocracias eficientes la calidad burocrática depende más de la selección por mérito y

la evaluación del desempeño que de los salarios. La inversión pública es baja (5% del

PIB), y las privatizaciones de los 90 no lograron mejorar significativamente la

infraestructura, que necesitaría una inversión del 6% del PIB para igualar a países

como Corea del Sur o China también la inversión en infraestructura ha fluctuado

alrededor del 2% del PIB, alcanzando hasta un 3-4% a finales de la década del 2000.

Solo Chile, El Salvador y Panamá superan los estándares internacionales en calidad

de infraestructura, mientras que Argentina, Bolivia y Paraguay enfrentan graves

deficiencias. La eficiencia en el uso de los recursos públicos es baja, con proyectos

mal seleccionados y evaluados, y la corrupción y los retrasos burocráticos agravan el

problema los recursos son vulnerables a recortes presupuestarios, lo que retrasa

proyectos y afecta el mantenimiento de la infraestructura. En cuanto al gasto social,

América Latina destina una mayor proporción de recursos fiscales a educación y salud

en comparación con otras regiones en desarrollo, aunque su gasto total en términos

del PIB es inferior al de países desarrollados o los antiguos países comunistas de

Europa del Este y Asia Oriental.

En América Latina, el gasto social en educación y salud ha aumentado

significativamente en las últimas décadas. Entre 1990 y 2007, subió más de 3 puntos

porcentuales del PIB, pasando del 7.2% al 11.3%. Además, el gasto per cápita

aumentó de $288 a $556 (en términos constantes de 2000). Este crecimiento refleja un

mayor enfoque en el gasto social en la región, superando las expectativas según los

niveles de ingreso actuales. Aunque el gasto social ha aumentado en América Latina,

sigue siendo bajo en comparación con los estándares internacionales y, en muchos

casos, no beneficia principalmente a los sectores más pobres con la excepción de

Chile, donde el gasto es progresivo, en la mayoría de los países el gasto en educación


y salud se distribuye de manera uniforme entre los distintos niveles de ingreso

mientras que el gasto en educación primaria es más equitativo, en niveles superiores

tiende a favorecer a los grupos de ingresos más altos. En salud, la distribución varía

significativamente entre países, siendo más equitativa en algunos (como Argentina y

Chile) y regresiva en otros (como Bolivia).

El gasto social en educación y salud en América Latina es poco progresivo y presenta

importantes ineficiencias. Aunque la matrícula escolar y la cobertura de salud han

aumentado desde los años 90, los recursos no se han asignado eficientemente gran

parte de estos fondos se destinan a aumentos salariales, especialmente para los

maestros, sin evaluar el desempeño ni mejorar las prácticas educativas.

El gasto en pensiones en América Latina es altamente regresivo, ya que beneficia

principalmente a los grupos de ingresos más altos, con solo el 27% de la fuerza laboral

afiliada al sistema de seguridad social y una baja cobertura para los mayores de 65

años a pesar de la baja proporción de población en edad de retiro, los sistemas de

pensiones enfrentan grandes déficits. En contraste, los programas de transferencias

condicionadas, como Oportunidades en México o Bolsa Familia en Brasil, son los más

focalizados en los pobres, aunque representan menos del 1,5% del PIB, estos

programas tienen un fuerte impacto redistributivo, al ofrecer ingresos y mejorar el

acceso a la educación y salud.

LA INESTABILIDAD DEL GASTO PÚBLICO

El gasto público en los países en desarrollo, especialmente en América Latina, es

inestable y suele moverse en la misma dirección que la actividad económica, lo que

amplifica los ciclos económicos en lugar de estabilizarlos. Idealmente, el gasto público

debería aumentar en épocas de desaceleración económica para suavizar los ciclos,

pero en la práctica, en la región tiende a ser procíclico, es decir, aumenta en épocas

de expansión económica y disminuye en recesiones, exacerbando las fluctuaciones


además el gasto público en un país puede ser considerado procíclico o contracíclico

según cómo se relacionen las fluctuaciones del PIB y del gasto público a lo largo del

tiempo si ambos crecen o disminuyen juntos, el gasto público es procíclico; si se

mueven en direcciones opuestas, es contracíclico. En países como Guatemala,

Nicaragua, Perú, Uruguay y Venezuela, más del 40% de las fluctuaciones del PIB

entre 1960 y 2003 se reflejaron en fluctuaciones del gasto público en la misma

dirección, lo que indica una fuerte prociclicalidad además, en los países

latinoamericanos, las fluctuaciones del gasto público son amplias, con aumentos

significativos en años de crecimiento económico en contraste, en los países

desarrollados, las fluctuaciones son menores y suelen ser contracíclicas, es decir, el

gasto público aumenta en tiempos de crisis. Sin embargo, durante la crisis de 2008-

2009, varios países latinoamericanos adoptaron políticas fiscales expansivas,

aumentando el gasto público en respuesta a la desaceleración económica.

Durante la crisis económica de 2008-2010, los países desarrollados adoptaron

políticas fiscales expansivas, con los miembros de la OECD implementando medidas

equivalentes al 2,5% del PIB, y Estados Unidos tomando el mayor paquete de

estímulo, del 5,5%. La provisión de liquidez internacional por parte de los bancos

centrales y el FMI permitió que los países en desarrollo, incluidos los latinoamericanos,

pudieran financiar estas políticas, que de otro modo habrían sido inviables, además,

estos países estaban mejor preparados que nunca, con déficits fiscales controlados y

niveles de deuda manejables.

En cuanto a los efectos del gasto público, los gastos de inversión son más vulnerables

a la inestabilidad que los gastos corrientes, como salarios y administración pública,

aunque los gastos sociales en áreas como educación y salud son menos sensibles a

las fluctuaciones del gasto total, siguen siendo afectados por los recortes este tipo de

gasto es especialmente vulnerable a las políticas de ajuste fiscal, y una estrategia

basada solo en impuestos podría, paradójicamente, incrementar el gasto social.


La muestra la relación entre la prociclicalidad del gasto público y la amplitud del ciclo

del gasto en América Latina y otras regiones en América Latina, la correlación entre el

componente contracíclico del PIB y el gasto público central es positiva en la mayoría

de los países, lo que indica que el gasto sigue las fluctuaciones económicas

(prociclicalidad). Los países con mayor prociclicalidad son Guatemala, Paraguay, Perú

y Uruguay. Además, la amplitud del ciclo del gasto público en la región es

considerable, con países como Nicaragua y Venezuela mostrando variaciones de más

del 15% del PIB entre años buenos y malos.

los países de la OCDE tienen una correlación muy baja o negativa, lo que implica una

política más contracíclica, y la amplitud del ciclo es mucho más reducida, incluso

negativa, ya que en tiempos de recesión aumentan el gasto. Otros países en vías de

desarrollo también presentan una mayor prociclicalidad que los países desarrollados,

con un ciclo de gasto más amplio que en la OCDE además destaca que los gastos de

inversión son más vulnerables a las fluctuaciones del ciclo económico, mientras que

los gastos corrientes, como salarios y administración pública, son más estables.

También resalta que el gasto social es sensible a los cambios en el gasto primario,

más que a las variaciones en los ingresos fiscales.

EL PROCESO DE DECIDIR CUÁNTO Y EN QUÉ GASTAR

tanto en las familias como en los gobiernos, se basa en la elaboración de un

presupuesto los gobiernos definen su presupuesto anualmente, estableciendo el

monto total del gasto, su distribución y cómo financiarlo a través de ingresos

tributarios, venta de activos y financiamiento en países con separación de poderes,

este proceso involucra al Ejecutivo y al Congreso en tres etapas: preparación,

aprobación y ejecución. El Ejecutivo elabora el presupuesto, lo presenta al Congreso

para su aprobación, y luego es responsable de su implementación, mientras que el

Congreso monitorea su cumplimiento, sin embargo, en la práctica, los resultados del

proceso presupuestario no siempre coinciden con lo planificado, debido a errores en la


formulación o presiones para gastar más de lo previsto el proceso presupuestario es

clave para gestionar los recursos públicos, y se estructura a través de instituciones

presupuestarias que definen las reglas, procedimientos y prácticas para elaborar,

aprobar e implementar los presupuestos. Estas instituciones son esenciales para

determinar el gasto público, su composición, el déficit fiscal (la diferencia entre

ingresos y gastos) y las necesidades de endeudamiento, sin embargo, en algunos

casos, las reglas pueden no ser adecuadas o no cumplirse correctamente, lo que

impide que los recursos se gestionen de manera efectiva.

En un escenario ideal, un planificador central benevolente tomaría decisiones

presupuestarias basadas en criterios técnicos, como los beneficios sociales, la

estabilización económica y la sostenibilidad de la deuda en la realidad, el proceso

presupuestario involucra a múltiples actores con intereses propios, lo que puede

generar decisiones ineficientes, gastos procíclicos o déficits insostenibles esto ocurre

cuando los actores persiguen sus propios objetivos sin considerar el impacto global del

gasto, lo que se asemeja a una "tragedia de los comunes".

UN PAPEL CRUCIAL DE LAS INSTITUCIONES PRESUPUESTARIAS

Las instituciones presupuestarias pueden ayudar a prevenir estos problemas,

estableciendo reglas que promueven la disciplina fiscal estas incluyen: restricciones

numéricas sobre el déficit, el gasto y la deuda; reglas de procedimiento que separan

las responsabilidades entre el Ejecutivo y el Congreso, y centralizan el control del

gasto en el ministro de Finanzas, para evitar decisiones impulsivas y garantizar una

gestión fiscal responsable.

, se exploran varios aspectos relacionados con el gasto público en América Latina,

centrándose en su estructura, composición y el contexto fiscal de la región.

Tamaño y Composición del Gasto Público


Tamaño del Gasto Público: Se menciona que, en comparación con los países

desarrollados, el gasto público en América Latina es relativamente bajo, alcanzando

un promedio de 26.8% del PIB, mientras que en los países desarrollados es de 41.4%.

Sin embargo, hay variaciones significativas dentro de la región. Por ejemplo, países

como Ecuador y Brasil tienen un gasto público que se aproxima al 40% del PIB.

Diversidad Regional: La diversidad en el tamaño del gasto público entre los países

latinoamericanos es notable. Algunos países tienen gobiernos más grandes (como

Argentina y Venezuela), mientras que otros, como El Salvador y Perú, presentan un

tamaño más modesto, con gastos públicos por debajo del 20% del PIB.

Evolución Histórica: A lo largo de las décadas, el tamaño promedio del gasto público

en América Latina ha aumentado, pasando de un 22% en la década de 1930 a un

26.8% en 2008. Este aumento se ha visto impulsado por reformas y cambios políticos

en varios países.

Composición del Gasto Público

Gastos Corrientes vs. Gastos de Capital: La mayor parte del gasto público se destina a

gastos corrientes (aproximadamente 20% del PIB), lo que incluye salarios de

funcionarios públicos y otros gastos operativos. Los gastos de capital, que son

cruciales para la inversión pública y el desarrollo infraestructural, representan menos

de una quinta parte del total.

Inversión Pública: La inversión pública promedio es solo del 5% del PIB, comparado

con más del 8% en otras regiones como África o Asia. Esto indica un desafío

significativo para mejorar la infraestructura y los servicios públicos.

Calidad Burocrática: La calidad de la burocracia varía ampliamente entre los países.

Mientras que Brasil y Chile tienen burocracias eficientes y alineadas con las

prioridades gubernamentales, otros países enfrentan problemas de calidad burocrática

debido a prácticas deficientes en la selección y promoción de personal.


Desafíos Fiscales

Rigideces Presupuestarias: Se discute cómo las rigideces en los procesos

presupuestarios pueden llevar a ineficiencias y a fluctuaciones inadecuadas en el

gasto público. Esto puede afectar negativamente la capacidad de los gobiernos para

responder a crisis económicas o necesidades sociales emergentes.

Perspectivas Futuras: Se enfatiza la necesidad de reformar los procesos

presupuestarios para mejorar la estabilidad fiscal y la efectividad del gasto público.

Esto incluye una mayor transparencia y responsabilidad en la gestión fiscal.

Este resumen abarca los puntos clave discutidos entre las páginas 25 a 35,

proporcionando una visión general sobre el estado actual y los desafíos del gasto

público en América Latin.

REFLECCIONES.

El gasto público es una herramienta poderosa para promover el desarrollo y el

bienestar social. Sin embargo, su gestión requiere un equilibrio cuidadoso entre

las necesidades inmediatas de la población y la sostenibilidad fiscal a largo

plazo. La transparencia, la planificación estratégica y la participación ciudadana

son elementos clave para garantizar una asignación eficiente y equitativa de los

recursos públicos.

En un mundo cada vez más interconectado, los gobiernos enfrentan el desafío

de ajustar sus estrategias de gasto para responder a crisis globales como el

cambio climático y las pandemias. Solo a través de una gestión responsable y

ética del gasto público, las naciones podrán asegurar un futuro próspero y

equitativo para sus ciudadanos.


REFERENCIAS.

INDES,DEPARTAMENTO DE INVESTIGACION Y ECONOMISTA

JEFE.(LA REALIDAD FISCAL)

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