Aprender A Hipnotizar
Aprender A Hipnotizar
Aprender A Hipnotizar
Un viaje a la playa
IMAGINA QUE ESTÁS sentado en una gran roca y que el mar está a unos seis metros por
debajo de ti... presta atención al rugido del océano al golpear contra las rocas... olfatea el aire
salado... escucha las gaviotas... descubre el sendero que va hacia la playa... baja por él...
quítate los zapatos y camina con tus pies desnudos sobre la cálida arena en dirección al mar...
deja que el tibio mar moje los dedos de tus pies... agáchate y escribe “Te quiero” y los
nombres de las personas que son especiales para ti... observa cómo las olas se llevan tu
mensaje hacia el mar. Ahora sabes que tu mensaje ha sido entregado.
Ésta es sólo una de las diversas técnicas de visualización que aprenderéis con este libro. Al
aquietar vuestra mente y aprender a sumiros en un estado hipnótico lograréis visualizar ese yo con
el que siempre habéis soñado... ¡y hacerlo realidad!
La hipnosis es mucho más que un conjunto de palabras empleado en una técnica de relajación.
Es una forma de disfrutar al máximo de la vida... un método para crear la realidad que cada uno
desea forjar para el momento actual y para el futuro.
Hipnosis para principiantes es un alimento para vuestra alma. No sólo os alimentará un solo
día, sino que os enseñará a pescar para que seáis capaces de alimentaros durante toda la vida.
Introducción
La hipnosis es una técnica que permite alcanzar deliberadamente ese estado alterado de
consciencia —que es la ensoñación diurna—y dirigir vuestra atención a determinadas metas con el
fin de materializarlas. Como el sueño diurno, la hipnosis es un fenómeno absolutamente normal,
seguro y saludable. En ambos fenómenos estaréis conscientes, aunque apartados de las distracciones
exteriores; la mente se ajusta a la frecuencia alfa; la diferencia es que en la hipnosis la mente no está
orientada a las fantasías, sino a la consecución de determinados objetivos como, por ejemplo, dejar
de fumar, hacer una dieta, mejorar la autoimagen, dominar miedos y fobias, mejorar la memoria—la
lista es interminable.
Cuando hayáis terminado de leer Hipnosis para principiantes, habréis aprendido a hipnotizar a
otras personas o a vosotros mismos, con el fin de conseguir objetivos positivos y de gran utilidad. A
lo largo de este libro expondremos paso por paso todas las técnicas de la hipnosis, así como también
ejemplos de casos que ilustran los temas específicos con el fin de que no tengáis dudas sobre la
forma de proceder. Incluso aprenderéis a modificar las técnicas explicadas para desarrollar vuestros
propios métodos.
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Si vuestro interés por la hipnosis está motivado por un deseo de «enriqueceros rápidamente» o
por la intención de ejercer control sobre los demás, será mejor que lo olvidéis. ¡No funcionará! No
encontraréis dichos procedimientos en este libro. Sin embargo, si deseáis ampliar vuestra
consciencia. volver a moldear vuestra vida o la vida de otras personas con e1 fin de enriquecerla, e
inspirados por un espíritu de hermandad y de amor, entonces seguid adelante.
La hipnosis es en la actualidad uno de los instrumentos más valiosos para enriquecer la vida.
Mediante la hipnosis se pueden eliminar hábitos perjudiciales, crear hábitos positivos y abordar de
una forma constructiva cualquier tipo de problemas con el propósito de resolverlos. Es posible
infundir felicidad para sustituir la desdicha.
Si todo esto es cierto, entonces todo el mundo debería ocuparse de autohipnotizarse diariamente.
Las razones para que esto no ocurra es la falta de educación y de conocimiento. La mayoría de la
gente carece de información o está mal informada sobre la hipnosis. En muy pocos lugares se ofrece
información sobre el tema; no se enseña en los colegios públicos y sólo unas pocas universidades
ofrecen cursillos sobre la hipnosis (y además la mayoríason superficiales). Algunas escuelas
comerciales ofrecen cursos sobre hipnosis, aunque en general a un precio bastante elevado.
Hipnosis para principiantes incluye mis veinticinco años de práctica y experiencia personal
presentados de una forma simple, clara y detallada. Se trata de un libro didáctico que comienza por
el nivel elemental, y en él he incluido todo lo que es necesario saber para dominar las técnicas de la
hipnosis y de la autohipnosis. Aquí se encuentra toda la información que precisan todos aquellos
que desean avanzar en su crecimiento personal, quienes deseen consagrar todo su tiempo a esta
profesión o dedicar, solamente media jornada laboral a esta actividad, aquellos cuyo objetivo sea
ayudar a los demás y los que quieran desarrollar sus propias técnicas hipnóticas.
También encontraréis dos suplementos. El primero es una sección que os enseñará a regresar a
una época anterior de vuestra vida actual así como también a vidas anteriores. El segundo es que
este libro os permitirá acercaros a la autohipnosis como una puerta gracias a la cual es posible
acceder al reino de la experiencia psíquica.
Para comprender este libro y dominar la hipnosis, sólo es necesario tener una inteligencia media
y saber leer. ¡Eso es todo! No se requiere ningún título universitario ni un diploma de enseñanza
secundaria. No es preciso tener una inteligencia superior. De hecho, este libro os enseñará a
desarrollar vuestra inteligencia superior.
Ningún otro libro aborda el problema de la hipnosis explicando los procedimientos específicos
en profundidad y con un espíritu humanitario.
MIS EXPERIENCIAS
Durante veinticinco años he practicado la hipnosis y he hipnotizado a cientos de personas en
todas las situaciones concebibles. Cuando comencé, dedicaba media jornada por las tardes y los
fines de semana a esta actividad sin cobrar a mis pacientes, ya que estaba aprendiendo, y de esta
forma podía mejorar mis conocimientos; durante esos años me ganaba la vida como escritor
técnico.
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Soy una persona altruista, y la hipnosis me dio la oportunidad de ayudar a los demás.
En 1976 tenía tanta demanda en la consulta que decidí dedicarme completamente a la hipnosis.
En esa época cobraba 25 dólares la sesión, lo que significaba entre 10 y 25 dólares menos de lo que
cobraban otros hipnotizadores. (Rechazo fanáticamente la codicia, y esto explica que mis
honorarios sean razonables.) En cualquier caso, a pesar de los elevados gastos que tenía (renta,
publicidad y cuentas de teléfono), creo que hice lo correcto.
Hubo dos acontecimientos separados por unos pocos meses que arruinaron el mercado de la
hipnosis en la zona donde yo trabajaba. Dos hipnotizadores (uno de ellos médico y el otro
psicólogo) fueron denunciados, pero los dos casos no tenían relación alguna entre sí. E1 médico fue
declarado culpable de un mal uso masivo y flagrante de la hipnosis en función de un
enriquecimiento personal y en detrimento de sus pacientes. Se le retiró la licencia médica pero no
fue condenado a prisión.
En el caso del psicólogo, me ocupé personalmente de presentar los primeros cargos contra él en
la oficina del abogado general del estado. La investigación reveló que yo sólo había observado la
punta de un inmenso iceberg. Fue sentenciado a ocho años de prisión.
Los medios, de comunicación se ocuparon masivamente de estos dos casos, y todos los
hipnotizadores fueron descalificados; como consecuencia resultó imposible ganarse la vida durante
algún tiempo.
Volví a dedicarme a escribir sobre temas técnicos para poder vivir mientras practicaba la
hipnosis como una actividad complementaria. En 1992 decidí retirarme (casi totalmente) y dedicar
todo mi tiempo a escribir y a dar algún taller ocasional sobre el desarrollo psíquico; practicaba la
hipnosis en casos muy especiales y viajaba frecuentemente por placer.
MI OBJETIVO
Mi objetivo al escribir este libro es presentar la hipnosis como una práctica honrada y
beneficiosa. Si se practica la autohipnosis a solas en una habitación o con una persona amada o un
amigo o amiga, los beneficios pueden ser enormes. Cuando marido y mujer practican la hipnosis
con un mismo objetivo, pueden compartir un amor, una comprensión y una armonía que nunca
antes hubieran creído posible. Por medio de la autohipnosis os acercaréis a vuestro ser superior y, a
través de él, a todos los demás; en verdad no existen aspectos negativos en la hipnosis. Si os
aproximáis a ella con integridad, obtendréis resultados muy ventajosos.
Este libro está dividido en tres partes. En la Parte Primera descubriréis qué es la hipnosis, cómo
funciona y cómo podéis dominar el arte de la hipnosis. El capítulo 1 se ocupa del tema de la
hipnosis en general. Allí encontraréis algunos mitos desprestigiados sobre la hipnosis, algunas
indicaciones de lo que se debe y lo que no se debe hacer y ciertos consejos para la entrevista inicial
con un paciente. En los capítulos 2 a 6 se exponen seis sesiones consecutivas de hipnosis
exactamente como las he realizado con un paciente cuyo objetivo era controlar su dieta. Se indican
en detalle todos los procedimientos reales con el fin de que podáis utilizarlos. (He elegido el
ejemplo del control de la dieta porque en él se utilizan la mayoría de los procedimientos que es
necesario conocer y también porque se trata de un tema muy popular.)
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En la Parte III encontraréis las aplicaciones prácticas y una gran variedad de información
complementaria. El capítulo 8 trata del uso de la hipnosis con niños y con un grupo de personas y
también de la hipnosis como espectáculo teatral. El capítulo 9 es una recopilación de casos que se
agregan a los ofrecidos en otros capítulos. Los casos seleccionados ilustran temas específicos sobre
la hipnosis. El capítulo 10 contiene ejercicios adicionales de hipnosis para lograr determinados
objetivos y con ellos se pretende complementar los ejercicios explicados en otros capítulos.
E1 capítulo 13 contiene un resumen y se ocupa brevemente de algo que está más allá de la
hipnosis: el área de los fenómenos psíquicos.
LOS EJERCICIOS
Cada sesión de los capítulos 2 a 6 contiene ejercicios que se nombran con letras o con una
combinación de un número y una letra. (Dichas letras o combinaciones no se deben pronunciar en
voz alta; sólo sirven para registrar los ejercicios grabados). El sistema de numeración no tiene un
significado especial y es fácil de identificar.
Cuando comencé a crear los ejercicios hace ya varios años, utilicé las letras del alfabeto para
clasificarlos y luego tuve que incorporar los números. Era mi sistema para organizar mi trabajo.
Finalmente, eliminé algunos ejercicios y combiné otros; los que aparecen en este libro son
únicamente los que utilizo en mi consulta. Os recomiendo que apuntéis cada ejercicio en una hoja
de papel o en una tarjeta de 12 x 8 centímetros para que podáis ordenarlos de diferente forma de
acuerdo con el fin propuesto. Como tendréis ocasión de comprobar, al finalizar la lectura de este
libro seréis capaces de crear procedimientos especiales ordenando los diferentes ejercicios en el
orden deseado.
La letra negrita indica las palabras que se deben pronunciar en voz alta. Sería bueno memorizar
estas palabras, pero es igualmente correcto leerlas. Inicialmente, deberíais memorizar el ejercicio A
(véase el capítulo 2). Es un ejercicio breve, y cuando el paciente advierta que lo sabéis de memoria,
confiará más en vosotros. Durante el ejercicio A, debéis pedir al sujeto que cierre los ojos de modo
que desde ese momento ya no tendrá forma de saber si estáis leyendo o si tenéis memorizadas las
palabras. De cualquier modo, leer—o no leer— realmente no tiene demasiada importancia. Después
de haberlo practicado durante un tiempo, seréis capaces de memorizarlo y de esta forma os sentiréis
más seguros.
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DEFINICIÓN DE TERMINOS
Género: Si el texto se refiere a un caso específico, utilizo el género adecuado (él o ella). Si el
texto no hace referencia a un caso determinado, utilizo el género femenino. Ocasionalmente utilizo
«él o ella» para indicar que cualquiera de los géneros es aplicable; pero incluso cuando empleo el
género femenino, la situación podría también aplicarse a un hombre. La razón por la cual utilizo el
género femenino es porque el 90 por 100 de mis pacientes han sido mujeres. Ateniéndome a mi
propia experiencia, debo decir que considero que las mujeres han sido más abiertas de mente y más
receptivas a la hipnosis que los hombres.
Capítulo 1
CUALQUIER PERSONA puede aprender rápida y fácilmente las técnicas necesarias para
convertirse en un hipnotizador. De cualquier forma, para llegar a ser un buen hipnotizador se
requiere ser íntegro, honrado y consagrarse a dicha actividad con fines humanitarios. En el caso de
tener todas estas cualidades, lo único que usted necesita es memorizar las técnicas y luego práctica,
práctica y más práctica para seguir aprendiendo cada vez que practique la hipnosis. Después de
haber practicado y aprendido mucho, usted podrá considerarse un hipnotizador.
¿QUÉ ES LA HIPNOSIS?
Vamos a examinar de forma rápida y de un modo ligeramente técnico cómo funciona el cerebro.
Su actividad se realiza en ciclos de frecuencia medibles que corresponden a ciertos tipos de
actividad.
En 1929 Hans Berger utilizó un aparato de EEG (electroencefalograma) para descubrir que
cuando los ojos de una persona estaban cerrados, el cerebro generaba ondas regulares en una serie
de 8 a 12 ciclos por segundo (cps). A estas ondas las denominó ondas alfa. Posteriormente fueron
descubiertos otros tipos de ondas cerebrales a las que se denominó, teta, beta y delta. Estas ondas
cerebrales se corresponden con diversas funciones mentales, incluyendo la hipnosis y la experiencia
psíquica. Los expertos coinciden en la clasificación de estas ondas y de su objetivo, pero están en
desacuerdo en lo que respecta a los límites exactos de cada tipo de onda. Un experto puede definir
una onda alfa entre los 8 y los 12 cps, en tanto otro puede afirmar que se encuentra entre los 7 y los
14 cps, y así sucesivamente. Los cuatro párrafos que presentamos a continuación nos ofrecen un
consenso general en relación con estas ondas cerebrales.
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Teta. La gama de frecuencia en teta es desde aproximadamente 4 a 7 cps. Teta forma parte de la
gama subconsciente, y en ocasiones la hipnosis tiene lugar en esta zona. Según parece, todas
nuestras experiencias emocionales se registran en esta onda. Teta es ese estado especial que abre la
puerta de la consciencia más allá de la hipnosis hacia el mundo de los fenómenos psíquicos. La
experiencia psíquica generalmente tiene lugar en teta (véase el capítulo 5).
Beta. Es la zona consciente de la mente con gamas de frecuencia a partir de los 14 cps. Beta es
donde tiene lugar nuestro razonamiento y conduce la mayor parte de nuestras ocupaciones cuando
estamos despiertos. Casi toda nuestra actividad se desarrolla principalmente a unos 20 cps. A
aproximadamente 60 cps, una persona se encuentra en un estado de histeria agudo. Por encima de
los 60 cps ignoro qué es lo que podría ocurrir, pero sospecho que no sería en absoluto placentero.
Cuando nos vamos a dormir, nuestro cerebro desciende automáticamente de la gama de beta a la
de alfa y luego, durante breves períodos, pasa a teta y a delta. La mayor parte del sueño transcurre
en alfa. La hipnosis se aprovecha de este fenómeno natural: logra que la actividad cerebral
descienda a la gama alfa sin que la persona hipnotizada esté dormida. En alfa, la mente
subconsciente está abierta a la sugestión.
La mente consciente no acepta fácilmente la sugestión. Es útil para razonar y pensar, y también
para poner en acción todo aquello que conoce. Sin embargo, la mente subconsciente es como un
esclavo obediente. No piensa ni razona, sólo responde a lo que se le dice. En esto reside el valor y el
poder de la hipnosis, ya que por medio de ella es posible hacer llegar la sugestión directamente al
subconsciente que las acepta y las convierte en realidad. En parte, la mente subconsciente informa a
la mente consciente que existe nueva información y que es preciso actuar de acuerdo con ella. La
mente consciente es proclive a actuar de acuerdo con sus contenidos, de manera que asume la nueva
información y actúa en consecuencia. Aunque nadie comprende realmente por qué razón la hipnosis
es efectiva y la mente subconsciente responde, sabemos que la técnica funciona—y además
funciona bien.
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Sugestiones
Es necesario ser muy cuidadoso con las palabras utilizadas durante el proceso de sugestión. Un
hombre utilizaba cientos de veces al día una palabra de uso vulgar que consta de cuatro letras y
cuyo significado es similar a defecar. Finalmente, convenció a su subconsciente de que deseaba
defecar, y el resultado fue una diarrea crónica. Las palabras son muy poderosas, y la mente
subconsciente las acepta literalmente.
Mitos.-
Existen demasiadas equivocaciones con respecto a la hipnosis, muchas de las cuales han sido
difundidas por películas que tratan de personas convertidas en zombis por una persona
extremadamente poderosa que exclama: «¡Mírame a los ojos!» Esto puede resultar interesante, pero
es mera ficción y no tiene ninguna relación con la verdad. A continuación expondremos algunos de
los mitos más comunes y los explicaremos.
Sólo es posible hipnotizar a las personas de mente débil. En verdad sucede lo contrario. Cuanto
más inteligente sea una persona, más sencillo será hipnotizarla. De hecho, en ciertos casos de
debilidad mental es absolutamente imposible practicar la hipnosis. Es posible hipnotizar
prácticamente a todos aquellos que desean ser hipnotizados. Solamente el 1 por 100 de la población
no puede ser hipnotizado debido a deficiencias mentales o a otras razones que escapan a nuestra
comprensión.
estado hipnótico con facilidad, ya sea cayendo en un sueño breve y luego despertándose
normalmente o abriendo los ojos al no escuchar durante un rato la voz del hipnotizador.
Estado hipnótico.-
Cualquier persona sometida a hipnosis está muy consciente de dónde se encuentra y de lo que
está ocurriendo. El sujeto escucha todo lo que sucede mientras está inmerso en un estado parecido
al sueño diurno, profundamente relajado. A menudo siente el cuerpo entumecido o no tiene
consciencia de tener cuerpo.
Autohipnosis.-
Un despacho silencioso con un mínimo de tres asientos. Una silla para el hipnotizador, un sofá para
el sujeto y otra silla (del tipo que se desee) para una tercera persona ya que los pacientes
generalmente llegan acompañados. Si se utiliza una habitación en el domicilio propio, se ahorrará
dinero. Si se alquila una oficina, ésta debe ser silenciosa, tener un amplio aparcamiento y un fácil
acceso desde cualquier punto de la ciudad.
Dos estilográficas con linterna con pilas nuevas. Son necesarias únicamente en el caso de que se
desee leer los procedimientos de inducción hipnótica y la iluminación de la habitación no sea
suficiente.
Una tarjeta de 15 x 15 centímetros (tamaño aproximado) con un gran punto rojo dibujado en ella
(véase el capítulo 3).
Todos los ejercicios de hipnosis mecanografiados y guardados en un sitio de fácil acceso para el
caso de que se produzca una laguna en la memoria. Aun después de haber aprendido de memoria
todos los ejercicios, solía imprimirlos en unas tarjetas de aproximadamente 10 x 15 centímetros
(una tarjeta para cada ejercicio) como medida de seguridad. Si no se desea mecanografiar los
ejercicios, es posible comprar otros dos libros y recortar las páginas correspondientes, pegándolas
luego en las tarjetas. Serán necesarios dos libros más, ya que muchos de los ejercicios se han
impreso en ambas caras de una misma página. El gasto mínimo que supone comprar dos libros más
elimina la incomodidad de tener que copiar todos los ejercicios.
Dos formularios impresos que deben ser firmados por el paciente atestiguando que conocen la
naturaleza de la hipnosis, que se someten a ella por voluntad propia y que el hipnotizador está libre
de cualquier responsabilidad. Debéis consultar con vuestro abogado los términos reales de dicho
formulario.
Gastos.-
Publicidad. La publicidad es cara, pero necesaria en cierto grado. Un anuncio (quizá de un tamaño
aproximado de 7,5 x 10 centímetros) en el periódico del domingo será suficiente. Con un contrato a
largo plazo, será posible conseguir un precio más bajo. Es ineludible un pequeño anuncio en las
páginas amarillas de la guía de teléfonos. Un 70 por 100 de mis pacientes llegaron a través de este
medio; un 20 por l00 de la transmisión boca a boca, y el 10 por 100 restante por medio del
periódico.
Aceptad cualquier invitación para hablar sobre la hipnosis, incluso reuniones en clubes locales,
escuelas secundarias o universidades y también reuniones de amigos, ya que representan una
excelente publicidad.
Honorarios.-
Cuando me retiré en el año 1992, mis honorarios eran de 50 dólares por sesión (cada sesión dura
entre 30 minutos y una hora). No prolongo la sesión más de una hora porque lo encuentro
contraproducente para el paciente. Los honorarios incluyen la consulta previa y la consulta posterior
a la hipnosis, una cinta donde he grabado una de las sesiones (normalmente la sesión número 5) y la
información para la autohipnosis. Si tengo que desplazarme, cobro una suma modesta en concepto
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del tiempo de traslado y de la gasolina si el domicilio del paciente dista más de 8 ó 9 kilómetros de
donde me encuentro.
En algunas zonas del país (incluso en las grandes áreas metropolitanas) es razonable cobrar
entre 50 y 100 dólares por sesión. Para ciudades pequeñas o zonas rurales es más adecuado cobrar
entre 20 y 40 dólares. Será preciso que evaluéis vuestra situación para establecer vuestros propios
honorarios.
Mi filosofía es que se debe cobrar lo necesario para cubrir gastos y obtener una retribución que
se ajuste al tiempo empleado y a la experiencia del hipnotizador.
Debéis tratar de ofrecer el paciente el menor número de sesiones posibles para alcanzar el
objetivo deseado. Yo nunca he visto a un paciente más de seis veces, ya que deseo que sea
independiente y capaz de resolver sus problemas por sí mismo. A partir de la segunda sesión enseño
a los pacientes a practicar la autohipnosis para que dispongan de los recursos necesarios para
resolver sus problemas con la misma efectividad que lo haría yo. Os recomiendo la misma
estrategia en vuestra práctica. No seáis codiciosos; debéis pensar, en primer lugar, en las
necesidades de los pacientes. De este modo trabajaréis correctamente.
Os recomiendo muy especialmente que solicitéis el pago de la sesión por adelantado, ya que
una vez concluida no habrá forma de cobrar si el paciente decide no pagar u os entrega un talón en
descubierto. También es posible ofrecer un incentivo para esta condición de pago por anticipado,
por ejemplo que paguen cinco sesiones en la primera consulta y se beneficien de una sexta sesión
gratuita.
En primer lugar, debéis memorizar los ejercicios o, en su defecto, tenerlos a mano para poder
leerlos fácilmente. Luego es necesario tener en cuenta una serie de situaciones, incluyendo el tono
de voz y el ritmo del discurso; la posición del sujeto y la vuestra; el ambiente (incluyendo la
iluminación, el ruido y los sonidos de fondo); la grabación de las sesiones; la utilización de un
equipo exterior; la observación del paciente y, finalmente, la comprobación de los resultados.
Utilizad vuestro propio tono de voz. Esto puede parecer una afirmación fútil pero no lo es. He
observado que muchos hipnotizadores principiantes alteran deliberadamente su vez durante las
sesiones con el propósito de conseguir más resonancia, más profundidad y cierta teatralidad. Esto es
una tontería; utilizad vuestra voz normal. Obviamente es un ventaja tener una voz melodiosa y de
gran resonancia, pero no es fundamental. Es mucho más importante saber lo que se está haciendo y
tener una buena relación con el paciente.
Sin embargo, es necesario practicar el ritmo del discurso, ya que éste debe ser lo
suficientemente lento como para ofrecer al sujeto el tiempo necesario para responder a vuestras
directivas y lo suficientemente rápido como para retener su atención e interés. Si el ritmo es
demasiado lento, la mente del paciente puede desviarse hacia otros pensamientos, y es preciso
lograr que preste atención a vuestra voz. La experiencia os ayudará a encontrar el ritmo adecuado.
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Una pausa de dos a cinco segundos es un buen promedio. Por ejemplo, relaje sus rodillas (pausa
de dos segundos); relaje sus pantorrillas (pausa de dos segundos); imagine una escalera (pausa de
tres segundos); está alfombrada. Imagine usted la alfombra (pausa de tres segundos).
En algunos ejercicios de visualización puede ser necesario hacer pausas prolongadas. Por
ejemplo: imagine que está de pie en la parte superior de una escalera de caracol (pausa 3
segundos); imagine cómo es la escalera (pausa 3 segundos); está alfombrada (pausa 3 segundos);
imagine cómo es la alfombra (pausa 3 segundos).
No utilicéis el reloj para establecer el tiempo para las pausas; hacedlo intuitivamente. Cuando
dirijo la hipnosis, yo ejecuto las instrucciones al tiempo que las indico, y de este modo encuentro el
ritmo adecuado.
Hablad en un tono de voz algo apagado y monótono. La idea es aburrir la mente consciente del
sujeto hasta el punto en que deje de ser activa, permitiendo que la mente subconsciente esté
accesible y receptiva a la sugestión. Una excesiva inflexión de la voz o demasiado dramatismo,
pueden dar como resultado que la mente consciente del sujeto pierda interés y permanezca activa,
impidiendo que la relajación profunda y la sugestión resulten efectivas.
Posición física.-
Se puede practicar la hipnosis de pie o sentado. Los pacientes pueden reclinarse en un sofá que
sea cómodo, sentarse en una silla de respaldo recto, tumbarse sobre una cama o en el suelo, sentarse
con las piernas cruzadas o permanecer de pie. Todas las posiciones son correctas, pero no
necesariamente para todas las situaciones. Por ejemplo, un breve procedimiento de dos minutos
destinado a eliminar un dolor es adecuado para una persona que está de pie, pero un procedimiento
de treinta minutos cuyo objetivo sea el control de la dieta no puede practicarse con un paciente que
permanezca de pie.
Una silla reclinable o de respaldo recto, o una silla sin apoyabrazos, son las más indicadas para
dicha situación, ya que ofrecen al sujeto un soporte adecuado y resultan cómodas; además, será
difícil que el sujeto se duerma sentado en cualquiera de dichas sillas. Yo prefiero que mis pacientes
utilicen una silla reclinable. Sin embargo, cuando practico la autohipnosis opto por una silla de
respaldo recto y sin apoyabrazos. Como operador, también me inclino por este tipo de silla.
Tumbarse sobre una cama resulta cómodo para el sujeto, pero tiene la desventaja de que éste
puede dormirse durante la sesión, ya que tanto el cuerpo como la mente están condicionados a
dormir cuando el individuo adopta esta posición y el cerebro alcanza alfa. Un operador
experimentado puede evitar que esto suceda. Obviamente, cuando se trabaja con alguien que está
postrado en la cama, se debe trabajar en esta posición.
Sentarse con las piernas cruzadas en el suelo también resulta una posición incómoda y no es
aconsejable para procedimientos prolongados. Acostumbro utilizar esta posición para meditar (una
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En general, mis pacientes utilizan la silla reclinable, y yo me coloco frente a ellos en una silla de
respaldo recto. La distancia entre ambos es de unos 60 centímetros a 1,50 metros. Es
completamente indiferente que entre nosotros haya una mesa o un escritorio. Yo me coloco lo
suficientemente cerca del sujeto como para hablar en un tono de voz normal y que me escuche
perfectamente, pero lo suficientemente lejos como para no intimidarlo/a. Para algunos
procedimientos que empleo en ocasiones especiales, debo estar de pie junto al sujeto o incluso tener
un contacto físico con él/ella. Ésta no es la regla, sino una excepción.
Lo ideal es que la silla del sujeto esté ubicada de forma tal que sus ojos no reciban la luz. Las
ventanas (a menos que las cortinas sean muy gruesas) y las luces deben estar por detrás del
paciente, ya que de esta forma le resultará más sencillo relajarse y estar cómodo/a.
Si tienen lugar distracciones inesperadas, deberéis utilizarlas en vuestro propio provecho. Cierta
vez acababa de comenzar una sesión de hipnosis cuando un carpintero comenzó a remachar clavos
en el despacho contiguo, justamente en la pared que estaba por detrás de la cabeza de mi paciente.
Abandoné el ejercicio habitual de inducción hipnótica y comencé a improvisar. Los ruidos
exteriores no lo distraen, por el contrario, le ayudarán a alcanzar el estado más saludable de la
relajación. Luego, con cada martillazo, decía: Relájese más profundamente (bang); más
profundamente (bang); más y más profundamente (bang). Mi paciente entró en una relajación
profunda como si hubiera estado en un ascensor que descendiera a gran velocidad. Ni siquiera fue
necesario continuar con el resto de los ejercicios, me limité a verbalizar las sugerencias y luego la
devolví a su estado consciente. Los resultados fueron excelentes.
Música de fondo.-
Muchos hipnotizadores utilizan regularmente una música relajante o una cinta especial de las
olas del mar mientras practican la inducción hipnótica. En algunas ocasiones he trabajado con
música y los resultados fueron satisfactorios, sin embargo también lo son cuando no la utilizo.
Podéis probar y decidir por vosotros mismos.
Equipo auxiliar.-
Todo lo que se necesita es una grabadora portátil económica. Yo la utilizo para grabar uno de
los procedimientos de inducción hipnótica mientras la practico y luego doy la cinta al paciente
(véase el capítulo 6). Si decidís utilizar sonidos de fondo, el equipo también os servirá para ese fin.
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Los puntos clave a tener en cuenta son los patrones respiratorios y el tono muscular. Cuando el
sujeto se sume en una relajación profunda, la respiración es rítmica y ligera. De vez en cuando el
sujeto respira profundamente con una exhalación suave.
Observad las manos del paciente. ¿Sujetan los apoyabrazos? ¿Están inquietas? ¿Están crispadas?
¿O descansan sin evidenciar tensión alguna?.
La cabeza debe caer hacia delante debido a que los músculos del cuello se relajan. La mandíbula
debe estar floja. No debe haber indicios de que los músculos están tensos ni rígidos.
Es posible que los párpados evidencien un ligero latido pero esto no indica que exista tensión,
por el contrario es un signo de que el sujeto se encuentra en el estado denominado REM
(movimiento ocular rápido). Este estado tiene lugar cuando la actividad del cerebro se desarrolla a
unos 10 ciclos por segundo, es decir se encuentra en la gama alfa. Si se observa el REM, el sujeto
está hipnotizado, aunque también puede suceder que un sujeto hipnotizado no revele un REM.
En general, debéis buscar signos que os indiquen que el sujeto está relajado para cercioraros de
que está sumido en la hipnosis. Los signos de tensión o nerviosismo indican que no ha sido
hipnotizado o que sólo está en una primera etapa del estado hipnótico.
He tenido pacientes que se relajaban completamente unos pocos minutos después de comenzar
la inducción hipnótica. Otros se mostraban inquietos durante la mayor parte de la primera sesión
para luego relajarse sólo ligeramente. Unos pocos no llegaron a relajarse hasta la segunda sesión.
Solamente en una ocasión no conseguí hipnotizar al sujeto, que después de la tercera sesión, aún
estaba tensa y en un estado de gran excitabilidad. Le devolví su dinero y la mandé a un colega (que
obtuvo los mismos resultados insatisfactorios).
Comprobación.-
Algunos hipnotizadores realizan pequeñas pruebas durante la inducción hipnótica con el fin de
verificar si el procedimiento está resultando efectivo. Por ejemplo, pueden solicitar al sujeto que
levante un brazo: «Su brazo es como un tronco, rígido e inmóvil.» Si el paciente responde
levantando el brazo, será evidente que aún no está sumido en la hipnosis. Si no lo levanta, la
sugestión ha dado como resultado un cierto nivel de hipnosis.
En el caso contrario, cuando el paciente desea ser hipnotizado, pero vosotros tenéis ciertas
reservas, no deberíais hacerlo. Es de vital importancia que entre ambos se establezca una relación
de confianza para que el programa sea un éxito. No debéis olvidar que el objetivo de la hipnosis es
ayudar a otra persona para que sea capaz de gobernar su forma de conducirse y mejorar en algún
sentido la calidad de su vida. Esto es difícil de conseguir si surgen obstáculos (tal como falta de
confianza, aprehensión, etc.) entre el operador y el sujeto.
No debéis titubear si creéis que no es necesario hipnotizar al sujeto. Cierta vez acudió a mi
consulta una mujer que iba a iniciar una serie de seis sesiones con el propósito de controlar su dieta.
En la consulta previa a la hipnosis, mi sexto sentido me indicó que no había armonía entre nosotros.
Después de formularle muy amablemente una serie de preguntas, la mujer reconoció que sentía
aversión por los hombres en general y que no se fiaba de ellos. Rápidamente agregó: «Sin embargo,
no permitiré que este sentimiento interfiera en nuestro tratamiento.» Obviamente, sus buenas
intenciones no eran suficientes; ella necesitaba ocuparse de ese odio antes de dedicarse a controlar
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su dieta, y sólo lo lograría con alguien que le inspirara absoluta confianza. Por lo tanto, decliné
aceptarla como paciente y le sugerí que consultara con una colega, con quien fue capaz de
solucionar el odio hacia los hombres y su compulsión a comer. Fue entonces cuando me llamó para
agradecerme mi ayuda. No tengo ninguna duda de que ella hubiera recurrido directamente a una
mujer en caso de conocer alguna. Una vez más, mi consejo es que penséis siempre qué es lo mejor
para el paciente, aunque con ello perdáis la oportunidad de ganar dinero o de vivir una experiencia
interesante.
Encuadre de la consulta.-
En primer lugar, el sujeto debe rellenar y firmar una hoja que incluya su nombre, dirección,
teléfono, objetivo de la consulta, el nombre con el que prefiere ser nombrado y cualquier otro dato
que juzguéis oportuno. Acostumbro guardar esta hoja con los datos ofrecidos por el paciente,
aunque prefiero tomar mis propias notas basándome en mis impresiones a lo largo de nuestra
conversación.
En segundo lugar, se debe preguntar al sujeto el objetivo de la consulta. Tomaros vuestro tiempo
para investigar exhaustivamente esta cuestión ya que frecuentemente la razón verbalizada no
coincide con el problema real. Si la respuesta es el deseo de controlar la dieta, es preciso descubrir
qué otros tratamientos ha realizado anteriormente con este fin. ¿Tiene algún problema de salud?.
¿Está bajo asistencia médica?. ¿Toma algún medicamento o alguna droga?. En caso de que la
respuesta sea afirmativa, ¿cuál?. ¿Lo hace bajo control médico?. No terminéis el cuestionario hasta
que os sintáis satisfechos con las respuestas.
En tercer lugar, se debe explicar detalladamente qué es la hipnosis e invitar al sujeto a que
formule las preguntas que desee para despejar cualquier tipo de aprehensión. También debéis
comunicar al paciente que el programa consta de seis sesiones y cuáles son vuestros honorarios,
dejando claro que no existen garantías de éxito, ya que el resultado depende siempre de la respuesta
del paciente. Le explicaréis asimismo que bajo el estado hipnótico no se le obligará a realizar
ninguna acción que no desee ejecutar y que en todo momento estará consciente de todo lo que
suceda y que lo recordará al despertar.
Los cinco pasos mencionados representan una mera guía, ya que, en la práctica, desarrollaréis
vuestro propio estilo y secuencia. Sin embargo, los tres puntos importantes que hay que alcanzar,
independientemente de la estructura de la consulta, son: 1) ofrecer una completa información al
sujeto sobre la hipnosis y sobre vosotros mismos como profesionales, 2) obtener una información
detallada del sujeto, y 3) establecer una relación amable y armónica.
16
· Áreas problemáticas
Atención médica. Si el sujeto está bajo atención médica, no se debe interferir con ese
tratamiento; no debéis jugar a ser médicos, a menos que lo seáis de verdad (pocos médicos conocen
o practican la hipnosis), ya que ése no es vuestro papel y puede resultar muy perjudicial para el
sujeto. En los casos en que el paciente está bajo tratamiento médico, le pido permiso para hablar
con el profesional que lo atiende. Si el sujeto no me autoriza, entonces no acepto trabajar con él. Si,
por el contrario, está de acuerdo, puedo realizar mi trabajo con la ayuda de la información obtenido
durante la conversación con el médico.
Descubrir el motivo real. Con frecuencia el objetivo que el paciente esgrime para someterse a
la hipnosis no es el problema real. A continuación expondré uno de los casos que ilustran este punto
con cierto humor: una atractiva mujer de mediana edad acudió a mi consulta para ponerse a dieta.
No me pareció que tuviera problemas de exceso de peso, pero, a pesar de todo, le expliqué qué era
la hipnosis, dándole a conocer mi programa de control de la dieta. Después de mis explicaciones,
aún mostraba cierta aprehensión a ser hipnotizada, de modo que continué formulándole preguntas
hasta que admitió que temía que yo pudiera aprovecharme sexualmente de ella mientras estaba
hipnotizada. Le comuniqué que estaría consciente en todo momento de lo que sucedería y que yo no
podía forzarla a hacer algo que ella no haría estando consciente. Sonriendo me respondió:
·”Precisamente ése es el problema”
Hace algunos años dejé de practicar la hipnosis con el fin especifico de controlar la dieta, las
fobias o el hábito de fumar, y comencé a trabajar con el único objetivo de mejorar la autoimagen y
tratar el estrés, pues considero que ambos problemas son la clave para solucionar todos lo demás.
Obviamente, en cualquier caso puedo sugerir al paciente que deje de fumar o que regule su apetito,
pero el objetivo primordial se centra en mejorar la autoimagen y/o controlar el estrés. Estimo que
cuando la imagen personal está equilibrada, los problemas desaparecen o, al menos, es posible
abordarlos de una forma satisfactoria.
Mantener la calma. En ocasiones pueden ocurrir situaciones extrañas y debéis estar preparados
para solucionarlas con serenidad y aplomo. El sujeto no debe pensar en ningún momento que no
domináis la situación. Nunca debéis mostraros consternados, confundidos ni molestos, ni tampoco
reprender al sujeto ni expresar desilusión ante una respuesta. Debéis aceptar todo lo que el sujeto
diga y saber cómo tratar la situación.
Nunca, repito nunca, debéis juzgar a vuestros pacientes. Pongamos por caso que en una sesión
surge el tema del aborto y sois radicalmente antiabortistas; no intentéis ayudar a la joven soltera que
se siente culpable por haber abortado, ya que vuestros propias sentimientos pueden aumentar su
culpabilidad en vez de ayudarla.
En cierta ocasión tuve que solucionar una de esas raras situaciones: una mujer de mediana edad
llegó a mi consulta en un estado de histeria. Lloraba, chillaba y balbuceaba incoherencias. Por
fortuna, disponía de una hora antes de mi próxima cita. Mi esposa, que era mi recepcionista, me
ayudó a conducirla hasta uno de los sofás y yo me senté frente a ella sin decir ni una palabra. Dejé
que llorara hasta que el cansancio la venciera. A través de las palabras que murmuraba supe que
deseaba suicidarse y que estaba pensando en hacerlo cuando se dirigía a mi consulta. Los detalles en
los que se apoyaba esta decisión no son relevantes para este ejemplo; su vida era una completa
17
confusión. Agotada por el llanto, finalmente me dijo: «Siento haberlo importunado. Sé que no es
posible hipnotizarme ni ayudarme mientras me encuentre en este estado.»
«Hablemos de ello», le respondí. «Sus ojos están rojos, parecen arder.» Ella asintió. «¿Por qué
no los cierra y descansa un poco mientras hablamos.» Así lo hizo, y a los pocos minutos estaba
sumida en estado hipnótico sin apenas darse cuenta. Mi propósito era inducirla a que se
comprometiera consigo misma a vivir dos semanas más para tener la oportunidad de ayudarla. La
historia tuvo un final feliz. Después de cuatro sesiones realizadas a lo largo de dos semanas,
rechazaba la idea del suicidio y comenzaba a recuperar su deseo de vivir. En las siguientes semanas
consiguió reestructurar su vida.
Olvido de las palabras. Si os olvidáis de las palabras que tenéis que decir para hipnotizar al
sujeto, no debéis perder la calma, balbucear ni disculparos. Simplemente deteneos un momento para
luego continuar con la relajación, diciendo, por ejemplo: «Relájese profundamente, cada vez más
profundamente con cada respiración.» Poco tiempo después, recordaréis las palabras olvidadas (de
lo contrario podéis buscar las hojas donde previamente las habréis copiado). Mientras tanto, podéis
improvisar el texto hablando en un tono suave, lento y seguro.
Debéis estar prevenidos ante la posibilidad de que cualquier paciente se enamore de vosotros. Es
ésta una situación que cada uno debe afrontar con sus propios recursos, pero en todos los casos es
preciso ser firme sin que el paciente se sienta rechazado como persona. Lo correcto es evitar
cualquier encuentro con el paciente fuera de la consulta, aunque se trate de un encuentro fortuito en
un bar. Siempre que alguna de mis pacientes se ha entusiasmado con la idea de intimar un poco más
conmigo, le he recordado que la recepcionista era mi mujer. De este modo he logrado enfriar la
situación. Recomiendo muy especialmente que, si os dedicáis a esta práctica, vuestro marido o
vuestra esposa trabajen como recepcionistas en vuestra consulta. Si no os dedicáis profesionalmente
a la hipnosis pero lo hacéis por pasatiempo, es conveniente que haya una tercera persona presente.
En caso contrario, podéis encontraros en situaciones desagradables.
Dependencia. Otro problema que puede surgir de este vínculo tan estrecho es la dependencia.
Como operador, usaréis la hipnosis para ayudar a una persona para que sea más independiente y en
general, ése es el resultado que se obtiene. Sin embargo, en ocasiones el sujeto encuentra cómodo
recibir apoyo del operador a quien considera «una persona fiable, fuerte y poseedora de grandes
conocimientos». Cuando esto suceda, debéis lograr que el sujeto se independice cuanto antes, por su
propio bien y por el vuestro.
He aquí una situación que ilustra el problema: La señorita X era una modelo que tenía miedo
prácticamente de todo lo imaginable. Había sido la amante de un gángster que habla sido asesinado
pocos minutos después de que ella abandonara la casa, de modo que también temía por su vida.
Durante su infancia y juventud sus padres hablan sido muy dominantes, privándola de la posibilidad
de tomar decisiones, incluso las más simples; en todo momento le decían lo que tenía que hacer. Su
agente también le indicaba lo que debía hacer. Su novio gángster siempre le habla señalado lo que
tenía que hacer. Nunca había vivido por si misma.
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Fue entonces cuando decidió consultarme, y a través de la hipnosis aprendió a ser libre. Libre
para vivir. Libre para tener coraje. Fue una gran experiencia para ella y no quería terminar el
tratamiento. Al concluir las seis sesiones me llamaba por teléfono a la consulta durante el día y a mi
casa por las noches. Las primeras veces que me llamó me mostré tolerante, más tarde le pedí
cortésmente que dejara de hacerlo. Tras dos semanas de vanos intentos, le dije con toda frialdad que
ya no volviera a llamarme ya que, si lo hacía, colgaría el teléfono. Ella se echó a llorar, pero al cabo
de un tiempo intentó encontrar una vida exitosa por sus propios medios. Ella sabía cómo hacerlo,
pero no deseaba quedarse sin un apoyo que le ofrecía seguridad. A veces es preciso adoptar una
actitud firme por el bien del sujeto y por el propio. Otra regla: Nunca permitáis que el paciente
domine la situación ni os diga lo que debéis hacer.
Ejercicio 1:
Deseo que cierre usted los ojos para realizar un ejercicio muy breve.
Quiero que imagine una pizarra, que la cree. Puede ser negra o verde, o
del color que usted desee. Créela. La pizarra tiene una bandeja y en ella
hay tizas y un borrador. ¿La ve usted ?
Muy bien. Ahora coja usted una tiza y dibuje un círculo sobre la
pizarra. ¿Lo ha dibujado ya?
Bien. Ahora escriba la letra A dentro del circulo. ¿Lo ha hecho ya?
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Ahora borre usted la letra A del interior del circulo, pero no borre el
circulo. Hágamelo usted saber cuando haya terminado.
(Esperad la respuesta).
En este punto podéis dialogar brevemente con el paciente sobre la experiencia de la pizarra.
Aseguradle que, cualquiera sea la experiencia que haya tenido, ha sido positiva. Cada persona
responde de una forma diferente. Algunas ven realmente la pizarra. Otras la intuyen. Hay quienes
saben intelectualmente que está allí. Todas las respuestas son correctas. En la hipnosis no existen
experiencias erróneas; cada persona vive las situaciones de un modo personal y todas las
experiencias son válidas. Aclarad al paciente que este tipo de respuestas son frecuentes en la
hipnosis.
Ejercicio 2:
Cierre una vez más los ojos para realizar otro ejercicio de
entrenamiento. Esta vez quiero que concentre su atención en la punta
de su nariz. ¿Lo ha hecho?
Podéis conversar un rato con el paciente sobre este ejercicio y a continuación empezar con la
primera sesión de hipnosis tal y como se describe en el capítulo siguiente.
Capítulo 2
ESTA SESIÓN es una excelente secuencia de ejercicios para comprobar la respuesta del sujeto al
operador (vosotros) y para que se familiarice con los procedimientos de la hipnosis.
Justo antes de comenzar la primera sesión, dad las siguientes instrucciones al sujeto:
20
En unos pocos minutos voy a pedirle que cierre los ojos y siga mis
instrucciones. Poco después de iniciar la sesión, en tres ocasiones le
pediré que abra los ojos. Cuando lo haga, no deseo realmente que los
abra sino que simule abrirlos estirando los párpados pero sin llegar a
abrir los ojos. Luego diré algo así como: Ahora relaje los ojos» y en ese
momento usted dejará de intentar abrirlos y los relajará. Esto es lo que
quiero decir.
(Espero unos momentos para que el sujeto realice los movimientos indicados con sus párpados
tal como le he enseñado).
(Espero que el sujeto me confirme que ha entendido la consigna, en caso contrario, volveré a
repetirla hasta que la comprenda perfectamente.)
EJERCICIO A.-
Eso ha estado muy bien. Ahora siéntese en la silla y relájese. Cierre los
ojos e inspire larga y profundamente, y luego exhale todo el aire
vaciando completamente sus pulmones. Hágalo una vez más, pero
ahora retenga la respiración cuando sus pulmones se hayan llenado de
aire limpio, fresco y relajante. Reténgalo. Mantenga cerrados los ojos.
Exhale el aire muy lentamente y sienta cómo se relaja todo su cuerpo.
EJERCICIO 1A
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EJERCICIO B
Quiero que imagine que todas sus tensiones, su rigidez, sus miedos y
preocupaciones se están vaciando a través de su coronilla. Déjelas caer
por su cara, por su cuello, por los hombros, por el pecho, la cintura, las
caderas, los muslos, las pantorrillas, los tobillos y los pies para que
salgan finalmente por los dedos del pie. Todas las tensiones, miedos y
preocupaciones están fluyendo hacia el exterior a través de los dedos de
sus pies, y usted se relaja cada vez más.
EJERCICIO 1B
máximo posible los pequeños músculos que rodean los párpados. Sienta
cómo los párpados se tornan cada vez más pesados y suaves, cada vez
más relajados.
Dentro de un momento voy a pedirle que abra los ojos, pero cuando lo
haga, sus párpados estarán tan relajados y pesados que será casi
imposible abrirlos; independientemente de que los párpados se abran o
no cuando le pida que cierre los ojos otra vez, usted se relajará aún más
plenamente. Abra los párpados. Ahora cierre los ojos y relájese más.
EJERCICIO 1C
EJERCICIO 1D
EJERCICIO 1E
Quiero que imagine que está mirando una pizarra sobre la que hay un
círculo. Dentro de ese círculo dibujará usted una X Ahora borre la X y
luego el círculo. Olvídese de la pizarra y relájese profundamente.
EJERCICIO 1F
EJERCICIO 1G
Denominaré cada uno de estos niveles con las letras del alfabeto, y
cuando llegue usted al primer nivel, el nivel A, estará diez veces más
relajado que en este momento. Desde el nivel A descenderemos hasta el
nivel B, y una vez más se encontrará usted diez veces más relajado que
en el nivel A. Del nivel B pasaremos al nivel C, donde se sentirá diez
veces más relajado que en el nivel anterior. Y desde el nivel C
descenderemos al nivel D, donde experimentará el nivel más profundo
de relajación y se sentirá diez veces más relajado que en el nivel
anterior. A partir de este momento, con cada exhalación se sentirá dos
veces más relajado. Dos veces más con la siguiente respiración. Sus
manos y sus dedos están relajados y pesados, cada vez más pesados.
Sienta la pesadez en las manos y en los dedos. Pesados... cada vez más
pesados, tan pesados que parecen de plomo. Y esta sensación de pesadez
y de relajación sube ahora por sus antebrazos y por sus brazos; fluye a
través de los hombros hacia el cuello, la cara y los ojos. Signe fluyendo
en dirección a las cejos, la frente y la coronilla. Esa sensación de
pesadez y de relajación profunda fluye hacia la parte posterior de la
cabeza y del cuello. Está usted aproximándose al nivel A.
EJERCICIO 1H
caderas, los muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos, los pies y
los dedos del pie. Se está acercando usted al nivel B.
EJERCICIO 1I
En este punto es donde comienza la sugestión. Si he planificado previamente que esta será la
única sesión con el paciente, la sugestión será tan extensa como sea necesario para tratar su
problema. Por lo general, esta sesión es la primera de una serie de cuatro a seis sesiones. En este
caso, simplemente hago sugerencias generales relacionadas con el bienestar, como por ejemplo:
Podéis utilizar el mismo tipo de sugerencias o crear las vuestras. Pero deberéis emplear al menos
una sugerencia y no más de tres en esta etapa. Luego podéis continuar con el ejercicio 1J.
EJERCICIO 1J
Ahora voy a contar del 1 al 5. Cuando llegue a 5, usted abrirá los ojos,
se despertará completamente y se sentirá muy bien, relajada, renovada,
activa y de muy buen humor. ¡Se sentirá de maravilla!
1... 2... despiértese lentamente... 3... cuando diga 5 abrirá los ojos, se
despertará completamente y se sentirá muy bien, mucho mejor que
antes.. 4... 5. (En este momento normalmente chasqueo mis dedos al
contar 5 y digo:) Abra los ojos, despierte usted sintiéndose
estupendamente bien, mucho mejor que antes.
Observad los ejercicios 1A, 1B y 1C. A primera vista, parecen iguales; sin embargo, si los
estudiamos detenidamente descubriremos que las palabras empleadas son sutilmente diferentes.
Dichas diferencias son muy importantes. Comenzamos por decir al sujeto que se relaje y, a través de
la sensación de estar relajado, llegamos finalmente a decirle que está relajado.
El ejercicio 1J utiliza las palabras «o siempre que escuche mi voz en la cinta». Si no tenéis
planeado grabar ninguna sesión, omitid esta parte. Si consideráis la posibilidad de inducir una
relajación a través del teléfono, agregad «o siempre que escuche mi vez a través del teléfono» con el
fin de condicionar al sujeto para futuras sesiones.
Capítulo 3
EN ESTA SESIÓN entramos de lleno en el tema y alcanzaremos dos objetivos: iniciar las
sugerencias y los ejercicios específicos para abordar el problema de la dieta y de los hábitos
alimenticios (o el problema que preocupe al paciente) y enseñar al sujeto a practicar la autohipnosis.
EJERCICIO C
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EJERCICIO D
Una nueva sensación de pesadez surge desde los dedos de los pies. Es
dos veces más intensa que la primera vez. Imagine que cada uno de los
dedos soporta un gran peso. Sienta cómo aumenta la pesadez y los
dedos se relajan cada vez más. Y esa sensación de pesadez se traslada a
los pies, los tobillos, las pantorrillas, las rodillas, los maslos, las caderas
y la cintura. Asciende hacia el pecho, relajando su corazón, sus
pulmones y permitiéndole respirar más intensa y regularmente, y usted
se relaja cada vez más. Ahora esa fuerte sensación de pesadez fluye
hacia los hombros, los brazos y los antebrazos, las manos y los dedos.
Luego la sensación retorna a través de los antebrazos, los brazos, los
hombros y el cuello en dirección a la cara, los ojos, las cejas y la frente,
para llegar a la coronilla y descender después por la parte posterior de
la cabeza y del cuello.
EJERCICIO E
EJERCICIO F
Quiero que imagine que está mirando una pizarra. Imagine que hay un
círculo dibujado en ella. En ese círculo vamos a colocar las letras del
alfabeto en orden inverso, y, después de colocar cada una de las letras,
las borrará usted del círculo y se relajará cada vez más profundamente.
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EJERCICIO G
Ahora quiero que imagine que está mirando un cielo de verano de color
azul claro, y en el cielo hay un avión que escribe su nombre en letras
blancas y esponjosas que asemejan una nube. Vea su nombre flotando
en ese cielo azul pálido como si fuera una nube. Ahora deje que su
nombre se disuelva. Deje que el viento se lo lleve. Olvide su nombre.
Olvide incluso que algún día tuvo un nombre. Los nombres no son
importantes. Simplemente escuche mi voz y relájese cada vez más.
EJERCICIO H
Ahora quiero que imagine que estoy colocando una pesada bolsa de
arena en cada una de sus rodillas.
EJERCICIO J
Quiero que se imagine a sí mismo. Que se vea tal y como desearía ser.
Confiado y lleno de energía, sano y apuesto y con absoluto control de sí
mismo Ese es usted. Ese es realmente usted. Este es el hombre que
realmente puede llegar a ser. En este momento usted se hará una
promesa. No es una promesa para mí, sino para usted mismo... se
compromete a convertirse en ese ser real. Este compromiso lo
acompañará constantemente y será cada vez más consistente. A partir
de ahora, cada día que pase se acercará usted un poco más a ese
hombre apuesto y atractivo que desea ser. Se sentirá relajado y sereno
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EJERCICIO L
EJERCICIO M
(Quizá encontréis más adecuado emplear la palabra «atractiva» en vez de «guapa». Si el paciente
es un hombre usaremos la palabra «guapo» o «bien parecido».)
EJERCICIO N
Dentro de un momento voy a pedirle que abra los ojos y mire un punto
que voy a sostener delante de sus ojos. A pesar de abrir los ojos no se
despertará usted. No se despertará. Se relajará aún más
profundamente. Abra los ojos ahora mismo y mire el punto que estoy
sosteniendo frente a usted mientras respira profundamente.
(Mientras solicitáis al sujeto que abra los ojos, sostened una tarjeta que tenga un punto rojo
grande y brillante delante de los ojos del paciente para que éste dirija su atención hacia él. El
tamaño apropiado para la tarjeta es de 15 x 15 centímetros, preferiblemente de cartulina blanca y
con un círculo lo más grande posible. El círculo debe estar pintado de rojo brillante. Sostened la
tarjeta al nivel de los ojos del sujeto a una distancia aproximada de 1,20 metros.)
otra vez, piense 3... 3... 3... y espire. Inspire profundamente, piense 2.,.
2... 2... y espire. Inspire profundamente por última vez, espire y piense
1... 1... expulse todo el aire que queda en su cuerpo... 1.
EJERCICIO O
(Debéis reemplazar «la hora de la cena» por lo que sea indicado en cada caso. Puede ser «la
hora de la comida» o «hasta mañana», o lo que sea.)
EJERCICIO P
EJERCICIO Q
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Una vez despierto el sujeto, debéis preguntarle cómo se siente. Podéis responder a cualquier
pregunta que desee formular.
Debéis entregarle dos folios impresos con ciertos datos necesarios para que el paciente controle
su dieta y para que practique el ejercicio de autohipnosis. Uno de los folios contiene la dieta
recomendada, el otro el ejercicio de autohipnosis.82
Ejemplo de la dieta.-
Desayuno
Ración pequeña de proteínas (entre 60 y 90 g.). Ración pequeña de fruta (unos 150 g.). Una tostada
sin mantequilla.
Comida
Ración pequeña de proteínas (entre 90 y 110 g.). Ración pequeña de fruta o verdura.
Cena
Ración pequeña de proteínas (entre 110 y 150 g.). Ración pequeña de ensalada con un aliño suave.
Café descafeinado.
No tomar salsas.
Calorías diarias aproximadas: 800 a 1.000.
Esta dieta es un ejemplo que no se debe tomar literalmente para aplicar en cualquier caso. No
toda persona puede llevar una dieta de sólo 1.000 calorías diarias. No juguéis a ser médico ni
nutricionista, a menos que lo seáis de verdad. Trabajad con el paciente para encontrar una dieta
adecuada y saludable. Si el paciente sufre algún tipo de problema de salud, debéis solicitarle que
consulte con un médico para seguir la dieta apropiada. Aunque hayáis impreso la dieta, debéis estar
32
preparados para incluir cualquier modificación con el fin de adecuarla a cada uno de vuestros
pacientes.
En muchas ocasiones sólo es preciso ocuparse de un único problema alimenticio (por ejemplo,
tomar demasiados dulces, comer dos o tres raciones de alimentos cuando una sería suficiente, beber
demasiada cerveza). En estos casos no será necesario indicar una dieta completa, sino centrarse en
eliminar la apetencia por el chocolate, la cerveza o lo que sea pertinente en cada caso. El ejemplo
que ofrecemos al final del capítulo ilustra cómo abordar este tipo de problema.
¡Estírese! Y ahora siéntese en una posición cómoda. Concéntrese en un punto y, mientras lo hace,
diga mentalmente el número 5 tres veces mientras exhala. Luego cierre los ojos.
Inspire profundamente y, mientras exhala, diga mentalmente el número 4 tres veces. Mientras lo
pronuncia, intente verlo.
Inspire una vez más profundamente y repita el procedimiento con los números 3, 2 y 1,
consecutivamente.
Ahora imagine que emana de sus ojos una intensa sensación de relajación y que fluye por todo
su cuerpo como si fuera una ráfaga de aire tibio y suave que llega hasta sus pies.
Luego imagine el mismo punto que observó inicialmente. Imagine que el punto se desplaza
hacia la parte posterior de su cabeza llevando consigo sus palabras. Luego olvídese de ellas, de
modo que su mente interior las absorba.
RESUMEN DE LA SESIÓN
POSTERIOR A LA HIPNOSIS
El paciente debe disponer de suficiente tiempo para leer la dieta recomendada y la hoja de
instrucciones para la práctica de la autohipnosis, y vosotros debéis contestar a todas sus preguntas.
Es preciso que estéis bien informados sobre el tema de las dietas. Es aconsejable tener un libro
sobre nutrición para consultarlo cuando sea necesario. Muchas personas ignoran qué es un alimento
proteico, de modo que debéis prepararos para ofrecer explicaciones y ejemplos.
33
Leed en voz alta junto con el paciente las instrucciones para la autohipnosis, explicando cada
uno de los pasos a seguir. Informad al paciente que se le han dado estas instrucciones cuando se
encontraba sometido a la hipnosis y que asimismo se ha practicado una sugestión poshipnótica para
que dichas instrucciones fueran efectivas durante la autohipnosis del mismo modo que lo han sido
durante la hipnosis.
Lo más importante es que el paciente comprenda que debe practicar la autohipnosis diariamente
por dos razones:
En primer lugar, está usted entrenando su mente para que siga un curso diferente al del pasado.
La mente prefiere hacer lo que ha hecho siempre, es decir, seguir por el mismo camino. Por lo
tanto, es necesario realizar un nuevo entrenamiento que requiere dedicación. La mente no se
convencerá de que usted quiere realmente modificarse si no practica la autohipnosis con dedicación.
La mente cree que usted quiere realmente comer en exceso y estar grueso porque eso es lo que ha
estado sucediendo durante años. Ahora, usted desea invertir esa programación que lo perjudica, y
para hacerlo debe informar al subconsciente cada día lo que realmente desea en la actualidad con el
fin de que su deseo se convierta en realidad... hábitos alimenticios más moderados, pérdida del
exceso de peso... sentirse mejor... tener una figura más atractiva. Por fortuna, la autohipnosis no
tarda años en llevar a cabo esta nueva programación. La hipnosis funciona rápidamente, en
ocasiones instantáneamente, aunque lo más probable es que el proceso tarde algunos días o unas
pocas semanas en dar sus resultados. Cuando de trata de problemas pertinaces el tratamiento puede
prolongarse varios meses. Pero es preciso ser constante hasta lograr que la nueva programación sea
efectiva.
En segundo lugar, la sugestión hipnótica no es permanente. Si así fuera, bastada con tener una
sola sesión de hipnosis y comunicar al paciente una serie de instrucciones por cada problema para
solucionarlo, pero no es así. El periodo en que una sugestión hipnótica es efectiva varía
enormemente según sea la respuesta del individuo a la hipnosis. He conocido algunas personas cuya
respuesta no sobrepasaba unas pocas horas al día a menos que se reforzara el efecto mediante otra
sesión de hipnosis. Hay quienes responden a la sugestión hipnótica durante una o dos semanas;
algunos pocos, incluso más de dos semanas. Por este motivo el sujeto debe reforzar la sugestión con
sesiones diarias de autohipnosis hasta alcanzar los resultados deseados.
EJEMPLO DE UN CASO
DE CONTROL DE LA DIETA
Una mujer con exceso de peso me pidió ayuda para controlar su dieta. Su problema era una
compulsión a comer palomitas de maíz. Las compraba en paquetes de 45 kilos y comía palomitas
con mantequilla a todas horas, y para saciar su sed bebía grandes cantidades de gaseosa.
Obviamente, que la mantequilla, la sal y las gaseosas eran más perjudiciales para ella que las
palomitas de maíz, aunque éstas representaban el vehículo para ingerir los otros productos. De
modo que lo oportuno era lograr que las palomitas de maíz no fueran de su agrado.
Antes de hipnotizarla, intenté descubrir qué alimentos no le gustaban, pero parecía gustarle
todo.
«Bueno, sí», me respondió. «Las plumas húmedas de los pollos me ponen enferma. No puedo
soportar su olor. Mi padre me obligaba a matar y pelar pollos en contra de mi voluntad.»
Por fin había encontrado algo... plumas de pollo húmedas. Cuando practicamos el ejercicio J y
llegamos al momento en que ella debe colocar algo en su boca, le dije: «Hay un gran cuenco lleno
de palomitas de maíz frente a usted, pero han estado en contacto con plumas de pollo húmedas. Las
palomitas huelen como las plumas. Ahora coja un puñado de palomitas y colóquelas en su boca.»
Inmediatamente comenzó a tener arcadas y a sentir náuseas. Pensé que estaba a punto de
vomitar.
Cuando se marchó de la consulta y llegó a su casa se preparó unas palomitas. Fue entonces
cuando vomitó. Cada día intentaba comer palomitas, pero el mero hecho de prepararlas le
provocaba náuseas. Cuando volvió a la consulta para la tercera sesión, ya ni siquiera intentaba
preparar las palomitas de maíz... había abandonado el hábito y estaba perdiendo peso. Al dejar de
comer palomitas, abandonó también la gaseosa, la mantequilla y la sal.
Cuando nos acercábamos a la sesión número 6 ya había perdido casi 9 kilos y se sentía muy
bien. Le indiqué que agregara más fruta y verdura a su dieta. Había dejado de ser una adicta a las
palomitas de maíz.
La lección que debemos aprender de este ejemplo es que es preciso descubrir algún sabor u olor
que resulte repulsivo para el paciente. Dichos sabores u olores se emplearán más tarde para eliminar
un hábito perjudicial. Lo más frecuente es que el problema sean los dulces, como el chocolate o los
pasteles. Si el sujeto toma 51ibras (2 kilos) de chocolate al día y aborrece el sabor del hígado, se le
debe indicar que se visualice a sí mismo sacando de la nevera un trozo de chocolate que ha estado
muy próximo a un trozo de 2 kilos de hígado fresco. El sabor y el olor del hígado han impregnado
el chocolate... podéis haceros una idea.
Capítulo 4
Antes de comenzar con la inducción hipnótica, es aconsejable dialogar con el paciente para que
nos cuente cómo ha sido su experiencia con la autohipnosis desde la última vez que ha estado en la
consulta. ¿La ha practicado diariamente? Si no lo ha hecho, ¿cuál ha sido el motivo? ¿Ha seguido la
dieta concienzudamente? En caso contrario, ¿por qué razón? ¿Ha practicado satisfactoriamente la
autohipnosis o ha tenido alguna dificultad?
En el caso de que el sujeto no haya conseguido buenos resultados con la autohipnosis, repetid
juntos una vez más el procedimiento. Demostradle cómo hacerlo, pronunciando vuestros
pensamientos en voz alta para que aprenda el procedimiento.
35
Si no consigue relajarse o le resulta difícil concentrase, debéis asegurarle que con la práctica
estos obstáculos desaparecerán. Debéis hacerle saber que muchas personas tienen las mismas
dificultades y que no debe preocuparse por ello.
Una queja muy corriente es: «Cuando intento practicar la autohipnosis no puedo recordar lo que
debo hacer.» Comunicadle que puede consultar las copias impresas del procedimiento que le habéis
entregado y que con el paso del tiempo logrará memorizar los pasos indicados. Lo primero que
debe hacer es aprender el procedimiento e intentar sentirse cómodo sin preocuparse por los
resultados, ya que éstos serán satisfactorios una vez que logre aprender las instrucciones y las
practique metódicamente.
Aseguraos de comunicar al paciente que puede modificar cualquier parte de la sugestión para
adecuarla a sus propios fines. Puede utilizar una sola instrucción o varias. Sin embargo, es
aconsejable recomendarle que se ocupe de un asunto o problema por vez. Por ejemplo, no debería
intentar abandonar el tabaco al mismo tiempo que trata de controlar su dieta. Los problemas se
deben abordar de forma individual. El ejercicio de autohipnosis le será útil durante toda su vida, de
modo que debéis estimular al paciente para que se acostumbre a practicarlo cada día.
En este punto del programa es posible que el sujeto no esté practicando la autohipnosis de forma
regular. Esto se debe a que la mente obstinada se opone al cambio; la mente prefiere continuar por
el mismo camino antes de aventurarse por uno nuevo. El sujeto se excusará por no practicar la
autohipnosis, racionalizando diversos pretextos.
Normalmente existen dos razones principales para no practicar la autohipnosis cada día. La
primera es:
«No encuentro ningún punto en el que fijar mi atención para comenzar la autohipnosis.» No debéis
reprender ni sermonear al sujeto por argüir algo tan ridículo. Recordad que su mente se opone al
cambio y que el paciente está intentando comprender y desarrollar una nueva cualidad y un nuevo
estilo de vida.
Explicad con serenidad al paciente que el punto puede ser cualquier cosa que se encuentra en su
línea de visión, incluso el pomo de una puerta, una flor estampada en la tela de una cortina, una
mancha en la pared, el punto de unión entre las paredes y el techo, un enchufe de luz, un botón de
tapicería del sofá, la llama de una vela o una bombilla eléctrica. Es imposible estar en un lugar
donde no exista un punto en la línea de visión sobre el cual fijar la mirada.
La segunda razón frecuentemente esgrimida para no practicar la autohipnosis es: «No dispongo
de tiempo. Nunca estoy solo. Trabajo en una oficina de ocho de la mañana a cinco de la tarde con
un montón de gente alrededor. Luego me marcho a casa y debo atender a mi familia, que me
demanda cosas constantemente. No tengo ni un minuto para mí misma.» Ésta es una situación muy
común. A veces resulta difícil encontrar cinco minutos tres veces al día para practicar la
autohipnosis.
«Pues bien, cada vez que vaya al cuarto de baño y se siente en el water, emplee este tiempo para
practicar los ejercicios de autohipnosis.»
La respuesta más frecuente es: «No se me hubiera ocurrido que se pudieran realizar los
ejercicios sentada en el wáter.»
«Por supuesto que es posible. También lo puede hacer en la bañera mientras toma un baño. No
hay ninguna restricción.»
Y de este modo sigo explicando que la autohipnosis se puede practicar en cualquier situación y
momento. De hecho, una vez que se entrene es posible practicarla con los ojos abiertos y rodeado
de personas y de situaciones que puedan invitar a la distracción. Cuando se alcanza este punto,
llegará realmente a dominar una herramienta muy potente que podrá usar de forma inmediata para
cualquier propósito.
(Es posible que tengáis la impresión de que el potencial desarrollado para el uso de este alterado
estado de conciencia abarca mucho más de lo que se indica en este libro: y estáis en lo cierto. Este
libro es simplemente el comienzo. La mente, los pensamientos, disponen de un potencial real que
trasciende en gran medida el control de la dieta. De momento, ocuparos de dominar los temas
tratados en este libro. Una vez que lo hayáis conseguido, automáticamente se abrirá ante vosotros
una nueva etapa de desarrollo y sabréis exactamente lo que tenéis que hacer.)
En ocasiones os toparéis con algún paciente que no se muestre inclinado a realizar ningún
intento por practicar la autohipnosis o por seguir una dieta. Existen un sinfín de razones que
respaldan su actitud. Independientemente de lo que digáis o hagáis, su respuesta será: «Sí, pero...»
Cuando encuentro un paciente tan reacio a colaborar, suelo decirle: «Muy bien, si usted desea
pagarme por mis servicios y no colaborar, debe usted saber que no obtendrá ningún beneficio y
habrá perdido tiempo y dinero. No me interesa obtener dinero de un paciente que no tiene la
intención de comprometerse con el tratamiento. Por lo tanto, si usted decide persistir en su actitud,
con toda probabilidad le pediré que demos fin a nuestras entrevistas y usted ahorrará dinero.
Piénselo, es su decisión. Ahora vamos a continuar con la sesión de hoy.» Sólo me he sentido
obligado a decir este tipo de cosas un par de veces en todos los años que llevo ejerciendo mi
profesión. En ambas ocasiones los pacientes dejaron de jugar y comenzaron a cooperar. Los dos
tratamientos arrojaron resultados muy satisfactorios.
EJERCICIO I
37
EJERCICIO S
(Quizá consideréis que es más adecuado emplear la palabra «atractiva» en vez de «guapa». Si el
paciente es un hombre usaremos la palabra «guapo» o «apuesto».)
EJERCICIO T
Capítulo 5
L A SESIÓN número 4 es probablemente la más valiosa e influyente de las seis sesiones que se
explican en este libro. En esta sesión os ocuparéis del mecanismo que permite al sujeto mejorar
enormemente su autoimagen y afrontar y resolver sus problemas. Mediante dicho mecanismo es
posible crear una habitación personal y privada a la que el paciente puede acudir cuando necesita
resolver sus problemas.
Del mismo modo que habéis hecho en las sesiones previas, debéis comenzar ésta dialogando con
el paciente para descubrir si está progresando con la autohipnosis y con el control de su dieta.
Ofreceréis ayuda al sujeto para resolver cualquier obstáculo que impida su progreso, y luego
comenzaréis la sesión de inducción hipnótica.
EJERCICIO U
Este ejercicio es uno de los que más influencia tiene sobre los pacientes y es una de las
herramientas más útiles para la hipnosis y la autohipnosis. Ayuda a crear un sitio personal—una
habitación o un templo privados—donde tiene lugar una nueva programación científica. El uso que
se hace de este ejercicio para la autohipnosis se explica en el capítulo 11.
Deseo que imagine que está usted de pie en el escalón superior de una
sólida escalera de madera. Sienta la moqueta debajo de sus pies. Puede
ser del color y del tipo que usted quiera... imagínela. Ahora extienda el
brazo y toque el pasamanos. Sienta la madera lustrada en contacto con
su mano. Está usted a una distancia de diez escalones del suelo. Las
escaleras descienden hacia el suelo formando un arco. Dentro de un
momento bajaremos por la escalera. Al descender cada uno de los
escalones, usted se relajará cada vez más profundamente. En el
momento que pise el suelo se habrá relajado profundamente; nunca
había conseguido relajarse tanto. Baje ahora suave y fácilmente hasta el
noveno escalón. Sienta cómo se relaja cada vez más. A continuación
baje al octavo escalón mientras se relaja un poco más. Ahora baje al
séptimo, al sexto, al quinto, al cuarto, al tercero, al segundo, al primero.
Ahora se encuentra usted en el piso inferior. Hay una puerta muy cerca
de usted, estire la mano y ábrala. Desde la habitación contigua llega un
haz de luz Camine hacia la habitación, diríjase hacia la luz a través de
la puerta. Ahora se encuentra usted dentro de la habitación, mire a su
alrededor. Ésta es su habitación y puede ser de la forma que usted
desee. Puede ser de cualquier tamaño y de cualquier color. En ella
puede guardar todo lo que desee. Puede agregar o quitar cosas,
40
EJERCICIO W
EJERCICIO X
EJERCICIO Y
Capítulo 6
SESIÓN NÚMERO 5
E L OBJETIVO de la quinta sesión es reforzar las sesiones previas; todos los ejercicios se han
mencionado en los capítulos anteriores. La sesión número 5 es prácticamente idéntica a la cuarta
sesión, aunque ésta última presentaba un ejercicio adicional (V) que sólo se realiza una vez con un
determinado paciente.
Ésta es la sesión que acostumbro grabar en una cinta porque es excepcionalmente intensa y
efectiva. Luego entrego la cinta al paciente para que la conserve.
Durante el diálogo inicial con el paciente, debéis recordarle que la habitación que imaginó en la
sesión número 4 (y que se reforzará en esta sesión) es una herramienta especialmente importante.
Podrá volver a ella a través de la autohipnosis para alcanzar algún objetivo siempre que lo desee. En
dicha habitación puede crear su propia realidad con el fin de enriquecer su vida. Allí se encontrará
en contacto directo con su mente superior y obtendrá mejores resultados.
SESIÓN NÚMERO 6
La sexta sesión es también una sesión de reforzamiento. Doce de los ejercicios que incluye han
sido descritos en los capítulos anteriores. El nuevo ejercicio, Z, al que denomino el Viaje a la
Montaña, es de vital importancia, pues permite al sujeto expandir su creatividad y comenzar a
explorar su propia mente superior y el vasto recurso de la inteligencia superior que está a su
disposición. He presenciado algunas hermosas e intensas experiencias al practicar este ejercicio.
La brisa nos trae el olor de los cedros a medida que nos acercamos a la
cima. Por fin hemos llegado y podemos ver un profundo cañón del otro
lado de la montaña. En lo alto de la montaña encontramos una señal
que dice: «Pregunte lo que desee al cañón que está bajo sus pies, y
encontrará la respuesta escrita en el cielo.» De manera que formule
ahora mismo su pregunta y busque la respuesta en el cielo. Ahora
puede usted preguntar alguna otra cosa. Vea la respuesta escrita allí
arriba en el cielo.
Túmbese otra vez en la alta hierba. Sienta una vez más el aroma de las
flores. Advierta que la hierba y las flores vuelven a su tamaño original
en tanto nuestro prado y nuestra montaña desaparecen de nuestra
vista.
PARTE II
Regresión y autorregresión
Capítulo 7
Regresión
LA REGRESIÓN es un viaje a una época anterior a través del tiempo: puede ser a una etapa pasada
de nuestra vida actual o a una vida anterior. La hipnosis es una excelente herramienta para realizar
este viaje hacia el pasado.
No se debería intentar hacer regresar a nadie a una época pasada hasta que no se haya llegado a
ser un hipnotizador experimentado. La causa es que si la practica un operador falto de la
experiencia necesaria para hacerlo, la regresión puede ser una experiencia traumática y
desagradable para el paciente. Por ejemplo, supongamos que se hace regresar a una persona a una
vida pasada justo en el momento en que va a ser decapitada. Eso podría significar un momento
terrible para el paciente porque se trata de una experiencia real. E1 ejercicio de regresión
mencionado más adelante enseña a prevenir y/o abordar dichos acontecimientos de la vida pasada
del sujeto.
Yo solamente trabajo la regresión con aquellas personas que han sido previamente hipnotizadas
por mí o por alguna otra persona. Prefiero que el paciente que va a ser sometido a una regresión
esté familiarizado con la hipnosis. (Éste es mi modus operandi personal; pero no quiere decir que
sea necesario hacerlo como yo lo practico. Como probablemente ya habéis adivinado, soy un
hipnotizador que prefiere los procedimientos seguros, y no deseo correr riesgos con mis pacientes.
Os recomiendo que trabajéis de la misma manera. En ocasiones he tenido que corregir problemas
creados por hipnotizadores ineptos, y me subleva que algunos operadores sean tan descuidados y
tan poco sensibles. Ésta es una de las razones por las que he escrito este libro: para enseñar cómo la
hipnosis puede, y debe, hacerse de una manera segura, respetuosa y profesional.)
¿Para qué se utiliza la regresión?. A continuación expondré dos ejemplos de cómo he utilizado
personalmente la regresión.
Caso l
Un hombre de treinta y cinco años acudió a mi consulta debido a un dolor de espalda crónico
que sufría desde hacía muchos años y que nunca lo abandonaba. Afortunadamente, este hombre
tenía una elevada tolerancia innata al dolor, aunque le producía una gran incomodidad e
irritabilidad. Nunca había sufrido ninguna enfermedad ni había tenido ningún accidente. Había
consultado con muchos médicos, y todos habían coincidido en que no existía ninguna causa física
para su dolor. Incluso le habían sugerido que posiblemente se tratara de su imaginación, pero el
dolor era real.
Hice que este sujeto regresara al día en que el dolor había surgido por primera vez. Tenía
dieciséis años y se estaba entrenando para jugar con el equipo de baloncesto del instituto. De pronto
sintió un dolor tan intenso que no pudo presentarse a la prueba. Sus días de atleta habían finalizado.
La investigación bajo la regresión hipnótica reveló que había sido una estrella del baloncesto en
un pequeño colegio del medio oeste. Era un héroe local y todos lo conocían. Todas las chicas
hacían lo imposible por atraer su atención. Luego la familia tuvo que trasladarse a Chicago debido
al trabajo de su padre. Allí asistió a un instituto en el que abundaban los atletas de primera calidad;
la competencia era feroz. Su clase contaba con más alumnos de los que había en el colegio al que
había asistido. Su antigua popularidad como astro del baloncesto no tenía ninguna importancia en el
nuevo colegio.
Cuando comenzaron las pruebas, tenía miedo de fracasar debido a la enorme competencia que
existía. El miedo se agravaba por el hecho de que se había jactado mucho de ser una estrella del
baloncesto y había alardeado de sus éxitos anteriores.
Obviamente, es posible que este sujeto genere otro tipo de dolor (o síntoma) si le toca
enfrentarse con una situación que él crea que no puede afrontar. No obstante, dudo de que lo haga,
ya que ha aprendido las trampas que las personas pueden tenderse a sí mismas. También dediqué
bastante tiempo a aconsejarle cómo afrontar y resolver problemas.
Caso 2
46
Una muchacha de dieciséis años vino a mi consulta porque deseaba ponerse a dieta. Comía
compulsivamente pero su verdadero problema era que tenía una imagen muy mala de sí misma.
Trabajamos con el programa de seis sesiones que he descrito en la Parte I. Nos veíamos una vez por
semana, y mi objetivo principal era mejorar la imagen que tenía de sí misma. Resultaba muy fácil
hipnotizarla, y al cabo de cinco sesiones había perdido una aceptable cantidad de kilos y había
dejado de comer por compulsión pero, lo que es más importante, había modificado su autoimagen.
Estaba satisfecha consigo misma y se estimaba.
.Consideré que no era necesario que asistiera a la sexta sesión y comencé a llenar un talón para
reintegrarle el importe correspondiente (su madre había pagado por adelantado las seis sesiones).
Sin embargo, ella insistió en venir a la sesión número 6 porque estaba interesada en hacer un trabajo
de regresión, y yo acepté.
La hice atravesar por un ciclo de muerte y un ciclo de nacimiento. Le indiqué que retornara a
una experiencia de una vida pasada —en el caso de que hubiera existido alguna— que tuviera una
relación importante y directa con su vida actual. Revivió ciertos episodios en diversas épocas de su
vida, incluyendo la muerte de su esposo a quien había amado con devoción. En todas sus
experiencias amaba y era amada. Había experimentado el trabajo duro y había aprendido cuán
importante era y la satisfacción que brindaba. Había pasado por la experiencia de vivir con alguien
que la necesitaba y que dependía de ella y había realizado un trabajo competente.
La regresión resultó ser una hermosa experiencia para ella, y le brindó dos premios inesperados.
En primer lugar, despertó de la regresión con un mayor sentimiento de autovaloración y un gran
amor por la vida. En segundo lugar, y he aquí una verdadera sorpresa, reconoció a su marido
muerto en la persona del chico del que actualmente estaba enamorada. Aunque no eran parecidos
físicamente y tenían diferente nombre y nacionalidad, la aguda consciencia que se despertó bajo la
hipnosis le reveló este conocimiento.
EL EJERCICIO DE REGRESIÓN
Preparación
En primer lugar, utilizad una serie de técnicas de relajación y visualización para llegar a la
hipnosis tal como se describe en la Parte I. Podéis elegir los ejercicios y la secuencia que estiméis
más adecuados según vuestra propia experiencia. Una posibilidad es utilizar los ejercicios A, B, C,
D, E, F, I, G, H.
El ejercicio
47
Voy a iniciar una cuenta atrás del 10 al 1. Cada número que pronuncie
lo sumirá en una relajación cada vez más profunda. Cuando llegue al 1,
estará usted en una playa de arena blanca frente a un maravilloso
océano azul. 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1. Ahora se encuentra
usted en una playa de arena blanca frente a un bello océano azul Es el
océano de la vida, y se extiende sinfín frente a usted, hacia la derecha y
hacia la izquierda. Está usted de pie sobre las arenas del tiempo, que se
extienden infinitamente hacia su derecha y su izquierda. Ahora gire su
cabeza y mire a su izquierda. Las arenas del tiempo se extienden hacia
el futuro. Observe un banco de niebla en la playa que le impide mirar lo
que hay tras él. Ahora gire su cabeza y mire a su derecha. Las arenas
del tiempo se extienden hacia el pasado. Observe un banco de niebla en
la playa que le impide mirar lo que hay más allá de él.
Ahora deseo que se dirija hacia la derecha y que atraviese las arenas del
tiempo hacia el pasado. Introdúzcase en el banco de niebla. La niebla lo
rodea completamente. Es fresca, agradable y revitalizante. Puede
detenerse. Quédese quieto en medio de la niebla. Dentro de unos
instantes contaré de 10 a 1, y con cada número que pronuncie lo
conduciré cada vez más atrás en el tiempo mientras la niebla comienza
a desaparecer. Cuando llegue a 1, la niebla se habrá disuelto totalmente
y se encontrará usted en un episodio previo de su vida, si hubiera
alguno, que tenga una relación directa e importante con su vida actual.
Cualquiera sea la experiencia que reviva, la verá como si de una
película se tratara. Estará completamente consciente de los detalles, de
sus pensamientos y emociones, de quién es usted, de dónde se encuentra
y de lo que está haciendo. Se dará usted perfecta cuenta, como si fuera
una película, de si goza o sufre, si siente pena o si está enamorado;
estará consciente de cualquier emoción o sensación que experimente,
pero no la sentirá físicamente. Será capaz de observarlo y describirlo.
Cada vez que yo diga «RELÁJESE», inmediatamente desaparecerá lo
que esté usted experimentando y respirará profundamente, se relajará
y sentirá paz mientras escucha el sonido de mi voz y responde a mis
instrucciones.
10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1. Ahora se encuentra usted en ese
episodio del pasado, Mire a su alrededor. ¿ Qué es lo que ve ?
48
(Esperad la respuesta.)
¿Quién es usted?
(Esperad la respuesta.)
(Utilizad las palabras indicadas como, por ejemplo, «en un episodio de su vida pasada», «un año
más tarde» o «el día anterior».)
1...2...3.
(Utilizad vuestras propias palabras para expresar lo que esté indicado en cada caso.)
Cuando estéis preparados para devolver al sujeto al presente y despertarlo, debéis decir lo
siguiente:
(Decid la hora y fecha actual, día, mes y año; por ejemplo, 5 de la tarde, 4 de julio de 1997.)
y está usted cómodamente sentado en una silla con los ojos aún
cerrados. Voy a contar del 1 al 5 y chasquearé mis dedos. Entonces
abrirá usted los ojos, estará completamente despierto y se sentirá
estupendamente bien. Recordará todo lo que ha revivido. 1... 2...
regresa usted lentamente... 3... cuando cuente 5 abrirá los ojos, se
despertará y se sentirá muy a gusto... 4... 5.
Análisis
Dialogad con el paciente sobre la sesión de regresión que acabáis de realizar ya que esta
conversación posterior a la experiencia representa una importante herramienta de aprendizaje para
ambos.
Las palabras empleadas durante el procedimiento de regresión son esenciales. No debéis utilizar
atajos. Fijaos en la simbología y en la visualización que utilizo al comienzo: las arenas del tiempo,
el océano de la vida, el banco de niebla. Debo destacar que digo vamos a caminar por la playa y no
digo usted va a; esto se debe a que quiero que el paciente sepa que no está viajando solo; él tendrá
consciencia de mi presencia dondequiera que vaya, y yo estaré siempre a mano para ayudarlo y para
conversar con él.
Observad que le indico que siempre escuchará mi voz y será capaz de seguir mis instrucciones y
conversar conmigo. Eso le dará seguridad.
Observad también que abordo la situación de forma tal que el paciente no sentirá ningún trauma;
él contemplará la situación como si se tratara de una película. Introduzco la palabra clave «relájese»
como dispositivo para abandonar un episodio determinado. Se trata de una herramienta de seguridad
y también de transición.
Para profundizar el viaje, cuento hacia atrás. Para volver al momento actual cuento en sentido
ascendente. Advertid también que siempre comunico al sujeto lo que voy a hacer: «En unos
instantes contaré... y usted se despertará.» Luego digo: «Ahora voy a contar... y usted ya está
consciente...» Es una modificación sutil, pero esencial.
Después informo al sujeto que, al despertar, recordará todo lo sucedido. Estrictamente hablando,
esto no es necesario porque el sujeto siempre recuerda lo sucedido cuando despierta de la hipnosis,
a menos que el operador le haya indicado lo contrario. Estimo que la ventaja principal de la
regresión es recordar lo sucedido, y por este motivo incluyo esta frase para reforzar el mecanismo.
No es necesario incluirlo en el procedimiento.
La regresión requiere que el operador sea muy experimentado. Es preciso meditar el objetivo de
la regresión antes de realizarla y tener clara la dirección general de las preguntas que se formularán
al paciente. También es necesario estar preparado para improvisar sobre la marcha según el rumbo
que tomen los acontecimientos.
No debéis poner palabras en boca del sujeto ni sugerirle lo que debe esperar revivir. Durante el
procedimiento no digo que se dirigirá a una experiencia vivida, sino «... a una experiencia o un
episodio del pasado, si existiera alguno...» En estado hipnótico, el paciente siempre intentará
complacer al operador. Si decís a un hombre: «Diríjase usted a un episodio anterior de su vida en el
que era usted una mujer», él creará dicha situación aunque realmente nunca haya existido. Cuando
lo haga, será consciente de que la está inventado, pero no le importa puesto que eso es lo que le
habéis pedido.
Debéis elegir vuestras propias palabras muy cuidadosamente para que la sesión de regresión sea
válida. No impongáis vuestras propias ideas ni conceptos.
50
Una advertencia final para los viajes a través del tiempo: en mi procedimiento, comunico al
paciente que el futuro está a la izquierda, y así es. ¿Es posible progresar en el tiempo del mismo
modo que se regresa al pasado?. Efectivamente. No obstante, no me ocuparé de este tema en este
libro. No deberíais intentar conducir a un paciente al futuro a menos que tengáis una importante
experiencia en otras fases de la hipnosis. Sin embargo, existe la técnica para hacerlo.
Existen muchas otras técnicas de regresión que son muy efectivas. El ejercicio descrito en este
libro es el método que yo utilizo; podéis utilizarlo y también podéis crear un método propio o
practicar cualquier otro ejercicio que conozcáis al hablar con otros hipnotizadores.
PARTE III
Aplicaciones prácticas
e información complementaria
Capítulo 8
LAS TECNICAS y los ejercicios de los que nos ocupamos en este libro son para adultos,
específicamente a partir de los catorce años. Los niños no necesitan procedimientos tan prolongados
ya que su actividad cerebral se encuentra predominantemente en alfa. Es mucho más sencillo y más
rápido inducirlos al estado hipnótico; cuanto más pequeños sean, más rápidamente responderán y
más breve deberá ser el procedimiento. Además, debido a que no pueden centrar su atención
durante mucho tiempo, no prestarán atención a un texto tan extenso y aburrido. Para hipnotizar a los
niños generalmente emplea el contacto físico.
La mente de los niños es muy poderosa porque no encubren sus opiniones con falsas tonterías
como hacemos los adultos. No han desarrollado aún inhibiciones ni obstáculos artificiales que
bloqueen sus pensamientos y su comportamiento como nos sucede a los adultos. Como resultado,
los niños responden fácil, rápida y muy efectivamente a la sugestión hipnótica. Lleva mucho más
tiempo condicionar a los adultos—con el fin de que puedan sortear sus inhibiciones—y acceder al
niño que llevan dentro de sí. Los niños suelen pensar: «Yo puedo.» La mayoría de los adultos
tienden a pensar: «Yo no puedo.». Ya lo escribió Virgilio, el poeta, hace más de 2.000 años: «Ellos
pueden hacerlo porque se creen capaces de realizarlo.»
Historia de un caso
Mana (no es su nombre real), que entonces tenía once años, sentía un persistente dolor de su
oído izquierdo desde hacía un tiempo debido a una grave infección. E1 médico le había recetado un
medicamento para que la infección remitiera, pero el efecto estaba resultando muy lento y los
analgésicos no calmaban el dolor.
Pedí a María que se sentara frente a mí de modo que yo pudiera ver su oreja izquierda.
«No.»
«Cierra los ojos, María. Voy a ponerte la mano sobre la oreja pero sin tocarla».
«¿Sientes el calor de mi mano?» (La palma de mi mano derecha estaba sobre su oreja izquierda
pero sin establecer contacto.)
«Muy bien. Ahora quiero que imagines que tienes un ojo interior que puede llegar a todas las
partes del interior de tu cuerpo. ¿Puedes hacerlo?»
«Sí.»
«Magnífico. Ahora mira con ese ojo dentro de tu oreja izquierda en el sitio exacto donde sientes
el calor de mi mano. ¿Puedes ver el interior de tu oreja?»
«Sí.»
«Muy bien. Ahora imagina una energía muy intensa que sale de mi mano en dirección a tu oreja.
Esta energía te ayudará. Ahora quiero que ilumines el interior de tu oreja con tu propia energía.
Ilumina la oreja con esa energía. Ésa es tu energía curativa que hará desaparecer el dolor y curará el
oído. ¿Lo has conseguido?»
«María, voy a contar hasta 3 y chasquearé mis dedos. Cuando lo haga, abrirás los ojos y ya no te
dolerá el oído, no volverá a dolerte más. 1... 2... 3. Abre los ojos y te sentirás muy bien.»
Abrió sus ojos y sonrió. «Muchas gracias», me dijo. El dolor se había desvanecido y ella salió a
jugar.
Este procedimiento duró unos dos minutos. Lo único que hice fue dirigir la increíble habilidad
creativa de la niña para que solucionara la situación. Por otro lado, la infección remitió rápidamente
para desaparecer en veinticuatro horas.
Debéis grabar en vuestra mente los diferentes puntos relacionados con la técnica en este caso en
particular. Primero, pregunté a la niña qué era lo que pasaba, puesto que, aunque yo sabía cuál era la
52
situación, deseaba que ella definiera el problema para que centrara su atención en él. Segundo, le
pedí que me dijera si ella deseaba que el problema existiera. Una vez más, yo conocía la respuesta,
pero al responder negativamente, se comprometió a solucionarlo. Tercero, le pregunté si quería que
la ayudara. Su respuesta afirmativa reforzó su compromiso y la hizo confiar en mí y en lo que yo
iba a hacer. En este punto, ya habíamos resuelto la mitad del problema. A partir de entonces, utilicé
y guié sus propias energías creativas para solucionar lo que quedaba de él.
Este ejercicio es especialmente efectivo para niños con edades comprendidas entre cinco y ocho
años. La actividad cerebral a esta edad se desarrolla casi exclusivamente en alfa, de modo que se
necesita muy poco tiempo para que la hipnosis y la sugestión arrojen resultados positivos. E1
procedimiento de inducción hipnótica es prácticamente físico en su totalidad en vez de verbal. Las
indicaciones son breves y concretas. Generalmente, este procedimiento no se prolonga más de dos
minutos y se lo puede emplear para cualquier tipo de problemas como, por ejemplo, que el niño
deje de mojar la cama por las noches o eliminar el miedo a la oscuridad.
También utilizo este breve ejercicio para adultos a quienes ya he hipnotizado y para aquellos
cuya capacidad de concentración es limitada debido a alguna enfermedad. Los ejercicios breves
también son aconsejables para eliminar un dolor o una crisis de ansiedad en una situación de
emergencia.
Se le debe solicitar al niño que se ponga de pie junto a una pared con los pies juntos y los
talones contra la pared. Luego se debe colocar una silla a una distancia aproximada de 60 ó 70
centímetros frente al niño y el operador se sentará frente a él. Luego se le darán las siguientes
instrucciones:
En este momento, extended vuestros brazos y mantenedlos en esta posición para mostrarle al
niño que vais a sujetarlo.
Si el niño no ha entendido lo que habéis dicho, explicadlo hasta que lo tenga claro, y luego
continuad.
En este momento le daréis las indicaciones que le ayudaran a resolver su problema. Por
ejemplo:
53
Los bebés mojan la cama porque son muy pequeños para ir al cuarto de
baño. La gente mayor no moja la cama porque pueden ir al servicio
cuando desean. Tú eres un niño muy mayor y creces cada día un poco
más. Tú puedes ir al cuarto de baño cuando lo deseas porque eres
mayor. A partir de ahora acudirás al servicio cuando lo necesites. Y
cuando estés durmiendo, te despertarás si sientes deseos de ir al baño.
Ya no volverás a mojar la cama porque ahora puedes despertarte e ir al
cuarto de baño cuando sientas deseos de hacerlo. Te sentirás muy bien
cada vez que te levantes por las noches para ir al lavabo en vez de
mojar la cama.
Es bastante usual que el niño exprese deseos de ir al cuarto de baño inmediatamente después de
despertarse de esta breve sesión de hipnosis. Cuando lo haga, estará reforzando la sugestión.
La inducción nos permite ganar la confianza del niño. Cualquier niño sabe que puede inclinarse
fácilmente sin perder el equilibrio. Sin embargo, cuando el operador le pide que se incline, el niño
pierde el equilibrio y cae entre sus brazos tal como se le ha indicado. De esta manera se establece un
vínculo de confianza con el hipnotizador, porque sin que él sepa el motivo, todo ha sucedido como
el operador le ha dicho. La razón de que pierda el equilibrio (aunque esto no se le explicará al niño)
es que nadie puede estar de pie junto a una pared con los pies juntos y luego inclinarse sin caer al
suelo, ya que sus nalgas hacen presión contra la pared y empujan el cuerpo hacia delante,
haciéndole perder el equilibrio. Este procedimiento es efectivo para los niños más pequeños porque
los mayores pueden descubrir el truco.
Cuando sujetáis al niño entre vuestros brazos, establecéis un contacto y una corriente de
simpatía. Al mismo tiempo, el niño está en una posición que le impide impacientarse o distraerse.
La sugestión es breve, 1ógica y concreta. Siempre debería ser una sugestión positiva que le haga
sentirse seguro y a gusto consigo mismo. El ejemplo citado se sostiene por el deseo de todos los
niños de ser mayores y conseguir las metas de un adulto.
El niño despierta rápida y fácilmente, puesto que se da cuenta que, una vez que lo han ayudado
a ponerse de pie, el procedimiento ha terminado.
Este ejercicio es excelente para niños de cualquier edad, desde cinco años hasta cien. Suelo
utilizarlo para niños de entre nueve y catorce años. Este procedimiento también requiere que el niño
se encuentre en una determinada posición, que se establezca un contacto físico y que el texto sea
breve. La sesión completa durará aproximadamente entre cinco y siete minutos, según lo que os
extendáis con vuestras sugerencias.
La niña debe sentarse en una silla de respaldo recto sin apoyabrazos y colocada de manera tal
que no le dé la luz en los ojos. Debe colocarlas manos en su regazo, y los pies deben estar planos
sobre el suelo y un poco separados. E1 operador se sentará frente a ella, ligeramente hacia la
derecha. Una buena posición es colocar el pie derecho entre los pies de la niña, pero sin tocarlos. De
este modo el ojo derecho del hipnotizador estará en el mismo plano vertical que el ojo derecho de la
niña.
Pediréis a la niña que mire hacia delante con el fin de que su línea de visión llegue a vuestro
pecho o cintura, según sea vuestro tamaño y el de ella.
Colocad la punta de vuestro dedo índice de la mano derecha sobre vuestro pómulo derecho justo
por debajo de vuestro ojo derecho y decid:
Comenzad a mover el dedo lentamente desde vuestra mejilla hasta la frente de la niña. Debéis
tardar aproximadamente 5 a 10 segundos para darle tiempo a que concentre plenamente su mirada y
de este modo sus ojos realicen un cierto esfuerzo.
En unos instantes voy a coger suavemente tus manos, una por vez, y
fuego las dejaré caer sobre tu regazo. Cada vez que lo haga, te relajarás
un poco más.
Con vuestros dedos pulgar e índice, levantad con suavidad la muñeca derecha a unos 5
centímetros de su regazo, luego dejarla caer otra vez. Decid: ¡Relájate!, mientras dejas caer tu
mano sobre tu regazo. Repetid el procedimiento tres veces con la mano derecha y otras tres con la
mano izquierda.
La posición física es fundamental. Debéis estar de pie frente al sujeto para que se vea obligado a
miraros. De esta forma adoptaréis una postura de autoridad que conducirá al paciente a realizar lo
que le indiquéis sin cuestionarlo. Sin embargo, os colocaréis ligeramente hacia uno de los lados con
el fin de no bloquearlo y de este modo evitaréis que se intimide o se muestre aprensivo.
El movimiento del dedo hacia la frente hace que los ojos del sujeto se desplacen en sentido
ascendente y experimenten un ligero cansancio o esfuerzo. Con esta acción se dispara
automáticamente el nivel alfa de la actividad cerebral.
56
Se trata de una técnica de relajación rápida que se refuerza y se profundiza con el ejercicio de
levantar las manos del regazo.
Este procedimiento se encuentra a mitad de camino entre el que se utiliza para los niños
pequeños y el que se emplea con adultos. Es muy efectivo para cualquier edad y suelo emplearlo
con frecuencia.
Resumen
Los procedimientos de hipnosis utilizados con niños suelen ser cortos y rápidos. Normalmente
consisten en una actividad física o en el contacto físico que tiene como fin llevar a cabo la
inducción hipnótica. Es preciso estructurar correctamente la sugestión a fin de transmitir con
rapidez el mensaje de una forma alegre y optimista. Los dos procedimientos que se explican aquí
son los que suelo utilizar, pero de ningún modo son los únicos que existen. Estos ejemplos son
útiles cuando se empieza a trabajar con la hipnosis.
Generalmente no es necesario hacer sesiones previas a la hipnosis con los niños, ya que sus
mentes no están bloqueadas con ideas erróneas y preconcebidas tal como sucede con los adultos.
Los niños aceptan las cosas tal como son y responden en consecuencia. En muchos sentidos son
más adultos que los propios adultos, de modo que así es como hay que tratarlos. Existe una regla
esencial que debéis recordar al trabajar con niños: nunca se los debe menospreciar ni se los debe
tratar de un modo condescendiente. Son iguales a vosotros y merecen ser tratados con respeto.
Una advertencia: Nunca, jamás se debe hipnotizar a un niño sin el consentimiento de sus
padres, y en toda ocasión debe estar presente al menos uno de los padres durante la sesión de
hipnosis. Mejor aún si están presentes los dos padres o dos personas en las que el niño tenga plena
confianza; el niño se sentirá protegido y más confiado. Y también vosotros os protegeréis de falsas
acusaciones o posibles denuncias legales.
Grabadlo en vuestra mente: NUNCA debéis hipnotizar a un niño sin la autorización de sus
padres, y SIEMPRE que lo hagáis deben estar presentes en la sesión dos testigos adultos que sean
responsables.
HIPNOSIS EN GRUPO
habitación donde realizo las sesiones de hipnosis.) En otras palabras, en la sala no debe haber humo
ni tampoco un aire impregnado de olor a tabaco. E1 motivo de esta medida es que las personas bajo
estado hipnótico se vuelven hipersensibles y el humo, aunque sea de un solo cigarrillo, puede causar
que muchas de las personas sufran un acceso de tos.
El ejercicio de demostración
Comenzad la sesión con los ejercicios A, B, C, F, G, I o cualquier otra serie que consideréis
oportuna. (Los ejercicios A y B se encuentran en el capítulo 2; los ejercicio C, F, G e I en el
capítulo 3.) Luego verbalizad algunas sugerencias generales como por ejemplo:
Es usted una persona valiosa y amable, y todos los días aprenderá cómo
utilizar su mente y sus habilidades de una forma ventajosa.
(En este momento dejaréis de hablar y controlaréis los treinta segundos que debéis permanecer
callados). Cuando se haya cumplido el tiempo indicado, despertad a los sujetos con un ejercicio
semejante al ejercicio Q (del que nos ocupamos en el capítulo 3).
HIPNOSIS TEATRAL
Al comienzo él no puede saber quiénes de todas las personas del público son susceptibles de ser
hipnotizadas, pero lo que si sabe es que estadísticamente existen tres o cuatro personas
hipnotizables en cualquier grupo de doce que elija. De modo que invita a doce voluntarios a subir al
escenario. Los voluntarios suelen ser personas desinhibidas y sin responsabilidades exactamente lo
que busca el hipnotizador.
Realiza una breve serie de ejercicios y observa detenidamente la reacción de estos doce
voluntarios. Como buen conocedor de las personas y de su trabajo, le resulta sencillo descartar a
aquellos que pueden traerle problemas. Entonces les pide amablemente que vuelvan a sus butacas o
los deja permanecer en el escenario pero no cuenta con ellos para su demostración.
Moviéndose con rapidez, se concentra en los sujetos que él sabe perfectamente que responderán
a la hipnosis. Lleva a cabo unos breves ejercicios para inducirlos a una ligera hipnosis e induce a los
sujetos a que realicen una serie de acciones divertidas. Por ejemplo, solicita a un hombre que
pronuncie un discurso incitador en nombre de la liberación femenina o le indica a otro que ladre
como un perro. El repertorio es muy extenso.
La mayoría de los hipnotizadores teatrales son personas muy hábiles, muy conocedoras del
género humano y utilizan métodos seguros. Un hipnotizador torpe o descuidado podría perjudicar a
los sujetos.
Capítulo 9
Casos adicionales
A LO LARGO DE ESTE LIBRO hemos expuesto algunos casos específicos para ilustrar ciertos
temas y técnicas. En este capítulo encontraréis otros ejemplos que os darán una perspectiva más
amplia de los usos de la hipnosis (he seleccionado los más interesantes). Aunque estos casos no
llegan siquiera a revelar todo lo que se puede llegar a conseguir mediante la hipnosis, encontraréis
ejemplos suficientes para haceros una idea de lo que podéis encontrar y cómo abordar cada
situación.
· Los miedos y las fobias (incluyendo el miedo a la muerte, al fracaso, a viajar en avión, a la
imposibilidad de adecuarse a situaciones nuevas).
· Los sentimientos de culpa (incluyendo la culpa por haber timado a alguien, por mentir o por haber
abortado).
Controlar determinados hábitos (incluyendo morderse las uñas y el abuso del alcohol).
· Controlar el estrés.
UN CASO REFERIDO
A UNA SITUACIÓN DE EXAMEN
Cuando mi hija menor, Eileen, tenía quince años, asistía a una clase de mecanografía en el
colegio. Para conseguir una puntuación sobresaliente debía mecanografiar 45 palabras por minuto.
Ella podía incluso teclear más palabras, pero no en una situación en la que se sintiera presionada y,
por lo tanto, se bloqueaba en los exámenes. La sola palabra «examen» paralizaban su cerebro y sus
dedos.
Al día siguiente logró escribir las 45 palabras por minuto y obtuvo un sobresaliente. Nos
comunicó que se habla sentido relajada y segura durante toda la prueba.
Es preciso destacar que la hipnosis no consiguió que Eileen hiciera algo que habitualmente no
era capaz de hacer. Ella tenía la capacidad para hacerlo pero había ciertos obstáculos en su camino.
hubiera intentado. Sin embargo, si hubiera mencionado esa cifra, supongo que el esfuerzo realizado
y el hecho de no haber alcanzado el objetivo, hubieran agregado otro problema, que se sintiera
frustrada. De manera que es necesario ser muy cuidadoso con las indicaciones que se dan al sujeto.
Se trata de ayudarlo a lograr un determinado propósito para mejorar su situación y no de introducir
nuevos problemas.
UN CASO DE INSOMNIO
Una mujer de edad acudió a mi consulta para preguntarme cuáles eran mis honorarios y saber si
por medio de la hipnosis podría curarse del insomnio que padecía. En general, pasaba toda la noche
en vela y no conseguía descansar. Todas sus consultas médicas las hacía a través de la Seguridad
Social y no podía pagar un programa de varias sesiones. Como máximo podía pagar una sesión de
25 dólares.
Me conmueven especialmente las personas mayores, de modo que le dije que lo haría
encantado. Debo decir, sin embargo, que en ese momento no tenía la menor idea de cómo podría
ayudarla a resolver el problema en una sola sesión.
En respuesta a mis preguntas me comunicó que podría utilizar la grabadora de su hijo. De modo
que puse en marcha la mía y la guié a un estado de relajación profunda. Mis instrucciones incluían
los siguientes elementos clave:
Que seria capaz de conciliar un sueño profundo y natural que le proporcionaría el descanso que
necesitaba, y que dormiría profundamente hasta que fuera el momento de despertar.
Que se despertaría siempre que me escuchara ordenarle que así lo hiciera; cuando tuviera lugar
alguna situación de emergencia en la que fuera necesario que estuviera despierta y en estado de
alerta; una vez que ya hubiera dormido lo suficiente, o cuando sonara su reloj despertador.
Que escucharía esta grabación cada noche durante un periodo de treinta días, y que siempre
caería en un sueño profundo y reparador de forma inmediata.
Que, al final de los treinta días, su mente estaría completamente entrenada y ya no seria
necesario utilizar esta cinta.
Desconecté la grabadora y la dejé dormir en mi despacho durante quince minutos más, al cabo
de los cuales la desperté. No puse en marcha la grabadora para despertarla porque mi intención era
que la cinta la ayudara a dormirse. Cuando despertó, estaba totalmente descansada y consciente. Le
entregué la cinta y se marchó.
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Un mes más tarde, me llamó para comunicarme que ya no utilizaba la cinta y que dormía muy
bien todas las noches. ¡E1 tratamiento habla sido efectivo!
Este caso ilustra algunos temas muy interesantes, incluyendo la necesidad de improvisar un
método en un momento determinado y de utilizar la alteración de nuestra propia conciencia para
obtener la información necesaria. Yo suelo emplear este procedimiento varias veces al día para
conectar con mi mente superior y obtener un mayor conocimiento. Vosotros también podéis
desarrollar esta práctica.
Una prostituta deseaba abandonar su profesión para casarse. Se había enamorado y quería
convertirse en un ama de casa común y corriente y llegar a ser madre. Su problema era que no
disfrutaba del sexo. Jamás había sido capaz de experimentar un orgasmo. Para ella el sexo era un
acto mecánico para conseguir lo que deseaba. Ahora pretendía modificar esta situación; quería
disfrutar del sexo, pero no sabía cómo hacerlo.
Se trataba de un caso difícil porque era necesario abordar diferentes aspectos del problema, a
saber: la pobre imagen que tenía de si misma, el sentimiento negativo hacia los hombres en general
y el miedo de abandonar su dureza y dar rienda suelta a su feminidad.
Pagó por adelantado seis sesiones y yo me propuse dos objetivos básicos para cada sesión. En
primer lugar, quería abordar los diversos temas mencionados. En segundo lugar, quería que se
visualizara haciendo el amor y experimentando placer y satisfacción.
Durante la primera sesión le pedí que se comprometiera consigo misma a tener relaciones sólo
con el hombre que amaba. Esta indicación obtuvo un éxito inmediato, sin embargo la visualización
de un sexo gozoso no fue efectiva.
Una semana más tarde, al comienzo de la segunda sesión, me informó que tenía relaciones
sexuales diarias con el hombre que amaba, pero que aún no las disfrutaba. Durante la hipnosis su
visualización pareció originar cierta excitación física durante el sexo mental.
En la tercera sesión, que tuvo lugar una semana después, me comunicó que no obtenía ningún
placer con sus relaciones sexuales reales. En esta sesión experimentó un intenso orgasmo durante la
visualización. A1 día siguiente me telefoneó para contarme que después de la sesión había ido a
buscar a su amante y había experimentado el placer físico más profundo que jamás podía haber
imaginado.
Nunca más la volví a ver ni supe nada de ella. No regresó a las siguientes sesiones y tampoco
me llamó para reclamar que le devolviera el dinero que habla pagado por las tres sesiones restantes.
No pude ponerme en contacto con ella ya que se habla negado a darme su dirección. Espero que la
historia haya tenido un final feliz.
Una jugadora profesional de tenis atravesaba una mala racha y no lograba salir de ella. Cada vez
que perdía un partido, se hundía en una profunda depresión. Siempre que jugaba, pensaba que iba a
perder, y así sucedía efectivamente. Incluso las jugadoras muy inferiores a ella conseguían ganarle.
Trabajaba como entrenadora profesional en un club muy elegante y corría el riesgo de perder su
empleo debido a sus actuaciones incompetentes dentro de la pista. Su servicio había perdido fuerza,
se encontraba siempre en la posición incorrecta y perdía el equilibrio, tenía poca vitalidad y energía,
sus movimientos eran lentos y perdía el ritmo acertado.
La vi por primera vez una mañana. Tenía que jugar por la tarde con una jugadora mediocre y
estaba segura de que la despedirían si perdía ese partido.
En estado hipnótico le indiqué que visualizara un partido de tenis perfecto en el que el ritmo de
su juego fuera notable, su servicio potente y sus movimientos ágiles y rápidos. Hice que visualizara
por anticipado las jugadas de su oponente y que se colocara en la posición correcta para devolver
los golpes. Ella visualizó un partido en el que jugó con gran destreza y ganó a su oponente sin que
ésta pudiera marcar ni un solo punto.
Esa tarde ganó el partido—por pocos puntos de diferencia—, pero ganó por primera vez en
muchas semanas en las que jugaba a diario.
Después de cuatro sesiones de hipnosis, cada vez que jugaba un partido ganaba con gran
diferencia a cualquier otra jugadora, de modo que ya no fue necesario continuar con las sesiones.
Habla aprendido rápidamente a practicar la autohipnosis, y estoy seguro de que ya no volverá a
hundirse.
EL CASO DE UN ABORTO
Una enfermera psiquiátrica trajo a su hija de catorce años a la consulta porque la niña sentía
intensos sentimientos de culpa por haber abortado recientemente. Habla caído en una honda
depresión y se había apartado de todos sus amigos. No tenía fe en si misma ni en ninguna otra
persona. E1 chico con el que habla tenido relaciones la había abandonado al enterarse de que estaba
embarazada. Los otros chicos ahora la consideraban una chica fácil e intentaban seducirla.
En realidad, era una persona valiosa y encantadora que habla cometido un error con un chico del
que creía estar enamorada. No merecía este castigo constante que estaba sufriendo.
Mi tarea era que llegara a perdonarse y a perdonar a los demás y devolverle la confianza en si
misma para reconstruir su autoimagen. En general, utilicé las técnicas más comunes que se
encuentran en este libro, y el tratamiento fue un verdadero éxito.
Sin embargo, quiero destacar que en este caso utilicé el ejercicio del Viaje a la Playa (que se
describe en el capítulo 10). En el Viaje a la Playa le indiqué que realizara cuatro acciones mientras
estaba de pie en la arena junto a la orilla del mar.
En primer lugar, le solicité que escribiera en la arena la frase «Yo perdono» y que luego
escribiera su nombre, el nombre de su exnovio, el de otras personas hacia las que hubiera sentido
resentimiento y de «todos los demás». Luego le indiqué que visualizar una ola que mojaba sus pies
y cubría el mensaje escrito sobre la arena. A1 retirarse la ola, se había llevado el mensaje consigo,
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habla llevado el mensaje hacia el océano de la vida donde se habla convertido en realidad. Todo
estaba completamente olvidado.
En segundo lugar, le pedí que escribiera sobre la arena las palabras «Yo amo» seguidas por su
propio nombre, por cualquier otro nombre especial que ella eligiera y también por «todos los
demás». Una vez más, la ola arrastró el mensaje hacia el océano de la vida y su amor se convirtió en
realidad.
En tercer lugar, le indiqué que permaneciera de pie frente al mar y que se girara a la derecha
para ver una puerta abierta en medio de la playa. Le comuniqué que a la derecha se encontraba el
pasado y que ésa era la puerta hacia el pasado. Le pedí que se dirigiera a la puerta, que la cerrara y
echara la llave y que luego arrojara la llave al mar. De este modo habla cerrado la puerta del pasado
para que ya no la atormentaran los sufrimientos de esa época.
En cuarto lugar, le ordené que se girara hacia la izquierda y comenzara a caminar en dirección a
otra puerta que estaba cerrada. Le comuniqué que de este lado se encontraba el futuro y que ésa era
la puerta que conducía hasta él. Le pedí que quitara el cerrojo para abrir la puerta y que guardara la
llave en su bolsillo. La insté a que mirara a través de la puerta y se viera a si misma completamente
relajada, hermosa, madura, serena y muy feliz. Ése era su futuro, y ella tenía la llave en su poder.
Este tipo de sesión resulta especialmente intensa y muy efectiva. Debéis tener en cuenta que en
este caso me he limitado a exponer los principios generales; vosotros deberéis utilizar las palabras
adecuadas para cada caso.
En este caso, yo fui el operador y el sujeto al mismo tiempo. Con él intento demostrar que la
autohipnosis puede ser de un valor incalculable en una situación de emergencia.
De inmediato mantuve la herida cerrada entre mis dedos lo más fuerte que pude. Sentado en
proa, cerré los ojos y casi instantáneamente alteré mi estado de conciencia (pensándolo
retrospectivamente, creo que me sumergí en teta)
Visualicé mi barbilla en perfectas condiciones. La cubrí con una luz curativa y dije
mentalmente: «La sangre no mana. No siento dolor. No hay cicatriz. No hay infección ni
inflamación. Será una curación perfecta mil veces más rápida que mi poder curativo normal.»
Permanecí sentado durante unos cinco minutos, manteniendo la herida cerrada mientras me
mantenía en un estado alterado de conciencia con los ojos cerrados. Mantuve la visión de una
barbilla perfecta mientras repetía mentalmente las palabras antedichas una y otra vez.
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Luego abrí los ojos y regresé a mi estado normal. Dejé de mantener la herida cerrada y ya no
sangraba. Se había formado una costra y no me dolía. Mi esposa quería que volviéramos a tierra
para que me curaran y vendaran la herida, pero me negué, ya no era necesario. Continuamos
navegando y disfrutamos varias horas antes de volver a tierra.
Cuando me desperté a la mañana siguiente, descubrí que la costra se habla desprendido durante
la noche. La única señal que quedaba del accidente era una delgada línea roja de unos tres
centímetros en mi barbilla. Después de una semana, incluso esa línea habla desaparecido sin dejar
rastros del accidente, y en ningún momento la barbilla se inflamó ni sentí dolor.
UN CASO RELACIONADO
CON LA MEMORIA
Un hombre me llamó para concertar una entrevista con el objetivo de realizar una serie de
sesiones para mejorar su memoria, ya que sufría graves lagunas. Por supuesto, se olvidó de la cita
concertada. Telefoneó una vez más para hacer una nueva cita. Una vez más se olvidó de ella. Esto
sucedió en cuatro ocasiones consecutivas. Sabía que si lograba que acudiera una sola vez a la
consulta, lograría que volviera a la siguiente sesión mediante una sugestión posthipnótica y
finalmente podría ayudarle a resolver su problema.
De modo que cuando volvió a llamar, le sugerí que escribiera de inmediato la fecha y hora de la
cita, que era para la mañana siguiente a las 9. Le indiqué que lo apuntara en el espejo retrovisor de
su coche y esperé ante el teléfono mientras lo hacia para que me confirmara que habla hecho lo
indicado.
Esta vez acudió a la cita, y después de seis sesiones, a las que acudió siempre puntualmente,
gozaba nuevamente de una magnifica memoria.
Hace algunos años, cuando empezaba a practicar la hipnosis profesionalmente, una joven mujer
acudió a mi consulta con muletas y su pantorrilla y su pie escayolados. Un par de días atrás,
mientras caminaba descalza por el patio de su casa, se habla resbalado y se había golpeado contra
algo, como consecuencia se había ocasionado una herida en la planta del pie, desde el dedo gordo
hasta el talón, que había dejado el hueso al aire. Fue necesario darle muchos puntos y el médico le
había comunicado que debería llevar la escayola al menos tres semanas y quizá aún más.
Ella había solicitado una entrevista para controlar su dieta, de manera que la hipnoticé e inicié el
programa de sugestión con ese fin.
Esta mujer era una de las personas más receptivas que he conocido; caía en estado hipnótico
simplemente con decirle: «Cierre sus ojos y relájese.» Respondía de maravilla.
Antes de despertarla, realicé con ella un procedimiento similar al que utilicé conmigo mismo
cuando sufrí el accidente en el barco.
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A la semana siguiente acudió a la consulta sin muletas, sin la escayola y con zapatos de tacón.
Se quitó el zapato del pie derecho y me mostró la herida de la planta del pie. Pude observar una fina
línea roja desde el dedo gordo hasta el talón. No había hinchazón, y la herida se había curado.
Este caso tuvo una culminación graciosa, y ella estaba deseando contármelo. Parece ser que
había acudido a la consulta de su médico un día después de la sesión de hipnosis y se había
empeñado en que le quitara la escayola. E1 médico se negó a hacerlo y mantuvieron una acalorada
discusión y ella lo amenazó con coger un martillo y hacerlo por sí misma. E1 médico accedió a
quitarle la escayola a fin de que no se hiciera ningún daño, pero le advirtió que lo hacía bajo su
entera responsabilidad y que le costaría más dinero. La mujer me comentó que cuando el médico
vio el pie completamente curado su mirada no tenía precio.
E1 doctor se puso furioso. «Pensé que era usted más sensata. ¿Cómo se le ocurre consultar con
esos curanderos?. Es obvio que no confía usted en su médico. Considere que ésta es la última vez
que acude a mi consulta. Encuentre otro médico o, mejor aún, encuentre algún matasanos».
Sin alterarse, la mujer le preguntó: «Doctor, ¿cómo explica usted que se me haya curado el
pie?»
«Es evidente que cometí una equivocación con el diagnóstico», expresó el médico con un
bufido y abandonó de inmediato la consulta.
Este caso ilustra la oposición ciega y fanática que existe en relación con la hipnosis. La gente
tiende a rechazar todo aquello que no comprende.
Nuestro papel como hipnotizadores no es enfrentarnos directamente con estas personas, sino
ofrecerles con suma paciencia toda la información referente a la hipnosis. Y lo que es más
importante, ofrecer nuestros servicios con integridad, honradez y sensibilidad. Es preciso aprender
primero a hipnotizar a las personas, y luego llevar adelante esa práctica con honradez.
Capítulo 10
Ejercicios adicionales
EN ESTE CAPÍTULO encontraréis unos pocos ejercicios más para completar los que ya hemos
descrito. Los que se describen aquí son ejercicios más especializados que se pueden adecuar
fácilmente a una serie de ejercicios estándar para alcanzar un determinado objetivo.
Este ejercicio es uno de los más efectivos; es flexible y se emplea en un sinfín de situaciones. En
los capítulos 7 y 9 se describe una versión modificada del mismo. También es posible utilizar este
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ejercicio como sustituto del ejercicio del Viaje a la Montaña incluido en la sexta sesión (véase el
capítulo 6).
Imagine que está sentado en una gran roca y que el mar está a seis
metros por debajo de usted... preste atención al rugido del océano al
golpear contra las rocas... huela el aire salado mientras el viento le
golpea la cara... advierta el contraste que existe entre las rocas y
nuestra playa.
Camine hacia el mar hasta que el agua le llegue hasta las rodillas y
sienta la refrescante reafirmación de la vida... ahora recoja este
mensaje de amor por la vida que le ofrece el mar... el mensaje sube por
sus pies hasta inundar todo su cuerpo con un renovado interés y amor
por la vida.
Este ejercicio es idóneo para una sesión de hipnosis de grupo, pero también se puede utilizar en
una sesión individual con ligeras variantes. También es aconsejable cuando se trabaja con niños.
(Esperad entre 30 segundos y un minuto para que el sujeto cree su sitio favorito y que lo
explore. Luego continuad.)
(En este punto se incluyen las indicaciones propias para cada caso.)
MIGRAÑAS
Quiero que imagine que está mirando una pantalla de color azul pálido.
Sobre ella está escrito el número 20. Mírelo detenidamente. Ahora hágalo
desaparecer relajándose profundamente. Ahora mire el número 19, y
déjelo que desaparezca. Mire el número 18, y déjelo que desaparezca...
17, y déjelo que desaparezca... 16, y déjelo que desaparezca. Una niebla
de un azul más profundo se está formando sobre la pantalla... 15... 14...
13... el azul es cada vez más profundo... 12... 11... 10... la pantalla es
ahora de color azul oscuro. Ahora respire profundamente y relájese un
poco más mientras ve cómo la pantalla se transforma en un color
púrpura y sobre ella se observa un destellante número 10. Ahora deje
que ese número 10 se disuelva en el color púrpura y en su lugar surge el
número 9. Ahora aparece el 8... el 7... el 6... la pantalla se torna verde...
5... 4... 3... 2... 1... 0. Ahora olvídese de los números y de la pantalla y
relájese aún más profundamente.
TABACO
Quiero que imagine que tiene un cigarrillo en la mano. Vea las volutas
de humo y sienta cómo se introducen en su nariz.. huele fatal, como si
estuvieran quemando basura. Mire nuevamente las volutas de humo del
tabaco llegando hasta sus ojos. El humo huele mal y le hace arder los
ojos. Hay olor a rancio y a suciedad. Huele simplemente fatal... es una
inmundicia. Ahora apague el cigarrillo en el cenicero y márchese...
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Este procedimiento se refiere al tabaco como si tuviera un olor espantoso, parecido a cuando se
queman residuos de basura, y también un sabor horrible. Cuando practiquéis este ejercicio podéis
utilizar las palabras que creáis más convenientes o eficaces. En el ejemplo del caso del control de la
dieta del que nos ocupamos en el capítulo 3, se mencionaba el olor y el sabor de las plumas de pollo
mojadas para eliminar el hábito de consumir palomitas de maíz. Podéis intentar descubrir cuáles
son las cosas que le resultan repulsivas al sujeto para incluirlas luego en el ejercicio para dejar de
fumar.
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Capítulo 11
Autohipnosis
PUEDE PARECER una redundancia incluir un capítulo especial para la autohipnosis, pero es
necesario explicar algunas cosas de las que aún no nos hemos ocupado. Los primeros diez capítulos
ofrecen el conocimiento básico de esta herramienta poderosa que se denomina autohipnosis. En este
capítulo exploraremos este tema en profundidad.
Puede ser muy positivo compartir la experiencia de aprendizaje de la autohipnosis con otra
persona utilizando los métodos descritos en este libro. Esta experiencia compartida puede ser de
enorme valor para ambos, ya que los unirá mental y emocionalmente y promoverá el amor y respeto
mutuo. También es un hecho que el aprendizaje resulta más fácil y más rápido cuando se realiza
con otra persona.
¿Pero qué pasa con aquellos que no tienen a nadie con quien compartir la experiencia de
aprendizaje de la autohipnosis?. ¿Qué pueden hacer?. ¿Cómo pueden aprender?.
Dejad vuestras preocupaciones de lado. Este capítulo se ocupa de todo lo que está relacionado
con la autohipnosis, agrega algunas modificaciones y os enseña a realizarla de una manera fácil,
efectiva y económica en cualquier sitio solitario que escojáis—y sin necesidad de un compañero.
En el capítulo 9, en el caso del corte en la barbilla, os relaté cómo utilicé la autohipnosis para
controlar el dolor y curar la herida. Otros ejemplos mencionados a lo largo del libro dejan claro que
la autohipnosis tiene un potencial infinito para enriquecernos en cualquier nivel de la vida.
internan en los reinos de la experiencia psíquica. Por el momento nos limitaremos a ocuparnos de
los usos prácticos cotidianos.
A continuación os contaré una experiencia divertida que me sucedió con la autohipnosis. Tenía
cita con el dentista para que me extrajera dos muelas. La noche anterior me había condicionado para
detener el flujo de la sangre. E1 día de la cita, al sentarme en el sillón del dentista, me
autohipnoticé. Cuando el dentista extrajo las muelas, bloqueé el flujo de sangre para que no manara
a través de la herida abierta. El dentista estaba perplejo y no dejaba de decirle a su asistente: «No
sangra. ¿Cómo es posible?. No lo comprendo.» Yo sonreí mentalmente, ya que no me era posible
sonreír físicamente debido a todos los aparatos, algodón y otros objetos que me sujetaban la boca.
Además, visualicé una curación rápida y completa. Después de setenta y dos horas la hinchazón
había remitido y las heridas se habían curado completamente; el dentista había pronosticado entre
una y tres semanas.
Y ahora os contaré otra graciosa experiencia que tuvo uno de mis pacientes con la autohipnosis.
Formaba parte de un grupo que participaba en una investigación sobre los sueños en el hospital
local. Una vez por semana mi paciente dormía en el hospital con un electroencefalograma (EEG)
conectado a su cabeza. Con ello se pretendía registrar las ondas de su actividad cerebral. A1
observar el gráfico, los médicos podían establecer si se encontraba en estado alfa, beta, teta o delta,
y también podían afirmar en qué momento el paciente dormía y cuándo estaba despierto. Mi cliente
se autohipnotizó de inmediato en cuanto le conectaron el EEG. E1 aparato registró un profundo
estado alfa, indicativo de que el sujeto dormía, aunque él estaba completamente despierto. Uno de
los médicos preguntó: «¿Qué está sucediendo aquí?» Luego el hombre regresó alternadamente al
estado beta, luego a alfa, después otra vez a beta y finalmente a alfa mientras la máquina lo
registraba. Los cambios confundieron a los médicos hasta que el sujeto les comunicó lo que estaba
haciendo. La respuesta de los médicos no se puede reproducir aquí.
He ideado y escrito prácticamente todo el contenido de este libro en estado alfa. ¿Qué significa
esto?. Significa que es posible desarrollar una actividad y tener los ojos abiertos aunque se
encuentre uno en un estado alterado de conciencia. Pensadlo un momento. ¡Qué herramienta
maravillosa es la autohipnosis!. Nos transporta a otro estado mientras estamos cómoda y
tranquilamente sentados con los ojos cerrados pensando en un objetivo determinado. Pero utilizar la
autohipnosis en este sentido no es fácil de lograr ya que requiere un periodo prolongado de
precondicionamiento en estado hipnótico o autohipnótico. Dicho precondicionamiento es similar al
utilizado para el control de la dieta, pero las indicaciones son diferentes; será necesario idear las
propias técnicas y sugerencias para este caso. Y además requiere práctica, mucha práctica. No os
olvidéis de mis palabras, el tiempo y el esfuerzo se verán recompensados con los resultados.
Desarrollad vuestra propia disciplina y ateneros a ella; los resultados serán un verdadero éxito.
Ahora bien, ¿estáis preparados para comenzar? Entonces vamos a ocuparnos de la parte central
de este tema.
CÓMO COMENZAR
Para comenzar, es preciso contar con un método para programaros a vosotros mismos con
orientaciones y sugerencias. Con gran probabilidad, lo primero que aparece en la mente es la
necesidad de comprar cintas para la hipnosis y escucharlas. Bueno, esa es una solución posible, no
tengo ningún problema con esas cintas comerciales ya que he grabado varias que existen en el
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mercado. Sin embargo, pueden resultar algo caras y generalmente no se adaptan a los propios
deseos o a las necesidades específicas de cada caso. Por menos dinero podéis comprar cintas
vírgenes y luego grabarlas de acuerdo con vuestros objetivos.
Sí, así es; deberíais consultar con vosotros mismos antes de practicar la autohipnosis.
¿Estoy realmente preparado para dedicar metódicamente 15 minutos diarios durante el resto de mi
vida a esta valiosa actividad?.
Antes de comenzar a aprender cómo practicar la autohipnosis, realizad primero los siguientes
ejercicios de condicionamiento.
Ejercicio 1
Sentaos cómodamente con la cabeza bien derecha. Sin desplazar la cabeza, mirad hacia arriba.
Esto resultará bastante incómodo, pero debéis mantener los ojos en esa posición la mayor cantidad
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de tiempo posible. Cuando experimentéis una tensión que ya no podéis soportar, cerrad los ojos y
colocad vuestros ojos en la posición normal; luego permaneceréis sentados con los ojos cerrados
durante unos dos minutos, relajándoos y dejando la mente en blanco.
E1 beneficio de esta práctica es que os habéis introducido en un ligero nivel del estado alfa. Al
deslizar los oíos hacia arriba, se dispara el estado alfa y, como dicho estado es necesario para la
hipnosis, practicando este ejercicio os estáis entrenando (y estaréis preparando vuestra mente) para
alcanzar el estado alfa siempre que lo deseéis.
Ejercicio 2
Sentaos cómodamente y cerrad los ojos. Visualizad las letras de vuestro nombre lentamente, una
por vez. Luego borrad vuestro nombre y abrid los ojos.
A muchas personas les resulta muy difícil llegar a la visualización, de modo que no es
desalentéis si tenéis alguna dificultad. Si la primera letra de vuestro nombre es la H y no lográis
visualizarla, describidla mentalmente... dos barras verticales con una barra horizontal en el punto
medio entre ellas... como los postes de la portería de un campo de fútbol. Intelectualmente sabéis
que la H está allí. Con la práctica, llegaréis a visualizarla. Como sucede con cualquier aprendizaje,
es preciso practicar, practicar y practicar, con el fin de perfeccionar la capacidad de visualizar. Esto
se aplica cuando se desea aprender la autohipnosis o cuando se quiere aprender a tocar un
instrumento musical. Cuando se trata de la hipnosis, es como si estuvierais aprendiendo a tocar el
instrumento de vuestra mente. Es posible que sólo deseéis tocar este instrumento como aficionados
o quizá pretendáis llegar a ser expertos; en cualquier caso, todo depende de vosotros, del grado de
devoción, tiempo e integridad que estéis dispuestos a invertir en ello.
EJERCICIOS DE AUTOHIPNOSIS
Caso 1
Supongamos que sólo estáis interesados en resolver un problema específico (por ejemplo, el
control de la dieta) y no tenéis como objetivo principal dominar la autohipnosis. En ese caso,
simplemente debéis grabar la sesión del control de la dieta que se encuentra en la Parte I a un ritmo
que os resulte cómodo.
Después de haber grabado la sesión 1, poneos cómodos y reproducid la sesión mientras os dejáis
hipnotizar (mediante la cinta).
No es necesario realizar las seis sesiones en seis días consecutivos, podéis dejar pasar una
semana entre cada sesión. Sin embargo, si se deja pasar un periodo más prolongado que una
semana, las sugestiones residuales poshipnóticas tienden a debilitarse e incluso pueden llegar a no
ser efectivas.
Caso 2
Supongamos que actualmente no es vuestro objetivo resolver ningún problema en especial, sino
que simplemente deseáis conocer y dominar la técnica de la autohipnosis para emplearla en el
momento que sea necesario.
En este caso, utilizaréis la grabación para hipnotizaros durante el periodo inicial del aprendizaje.
Os aconsejo que a continuación grabéis los siguientes seis pasos:
Grabad las siguientes indicaciones para la primera sesión con el ritmo adecuado:
NOTA: En este punto no debéis distraeros, de modo que dejad que la cinta en blanco avance
hasta que se desconecte automáticamente al llegar al final. Vosotros permaneceréis en la habitación
hasta que decidáis que es hora de marcharos, practicando cualquier tipo de programación y
contando del uno al cinco cuando hayáis terminado.
(No grabéis nada en la cinta durante diez segundos para daros tiempo de entrar en la
habitación).
NOTA: En estas sesiones de autohipnosis es posible hacer más de una al día, pero no debe pasar
más de una semana entre las sesiones; si así sucediera, debéis comenzar nuevamente desde el
principio para conseguir mejores resultados. También es posible que deseéis recordar los textos
grabados de vez en cuando, aunque hayáis progresado lo suficiente como ya no necesitar la
grabación. Ésta es una forma de recargar las baterías. También puede darse la posibilidad de que se
os ocurra crear nuevas grabaciones para determinados objetivos.
Caso 3
Es posible obtener los mismos resultados aunque no dispongáis de una grabadora, ya sea porque
no tenéis el dinero para comprarla o simplemente porque no os apetece; sin embargo, el
procedimiento será un poco más prolongado.
Si éste fuera el caso, debéis llevar a cabo el procedimiento indicado para el Caso 2 pero sin
utilizar una grabadora. Esto implica memorizar el texto e impartiros mentalmente las instrucciones
mientras las escucháis y os relajáis.
.No es sencillo memorizar las instrucciones. La parte de la mente que se hace cargo de
memorizarlas tiende a fluir hacia el estado beta para realizar su trabajo. La parte de la mente que
tiene que responder a las indicaciones y sumergirse en un estado de autohipnosis debe dirigirse al
estado alfa para conseguirlo.
Como resultado, la frecuencia de las ondas cerebrales tienden a vacilar entre alfa y beta, y esto
simplemente significa que cada sesión será algo menos efectiva que si utilizarais una grabación. Por
lo tanto, será necesario repetir estas sesiones un mayor número de veces para conseguir resultados
satisfactorios. Pero, de cualquier modo, funcionará; sólo tenéis que perseverar en la tarea.
USOS DE LA AUTOHIPNOSIS
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Vuestra mente subconsciente es como un sirviente obediente, y hará todo lo que se le pida. E1
subconsciente no razona, simplemente actúa. Si no le dais instrucciones, la mente subconsciente
hará lo que dejéis que otros le ordenen. Si no establecéis una buena autoimagen en vuestra mente y
dejáis que otros impriman en vuestra mente que no sois personas valiosas, entonces os convertiréis
en ello. ¿Por qué se etiqueta de «malo» a un niño? Quizá porque los padres, maestros, compañeros
y otras personas lo han castigado diciéndole: «¡Eres un niño malo!» cuando el niño se expresaba de
una forma que no creían conveniente. Si en un determinado momento un niño se comporta de una
manera inaceptable, esto no significa que el niño sea un ser humano inaceptable, sin embargo el
niño ignora esto y, al recibir ese mensaje de los adultos, su mente queda programada con la frase
«Eres una persona inaceptable», y con ello se ha conseguido perjudicarlo enormemente.
Si tenéis una imagen pobre de vosotros mismos, podéis utilizar la autohipnosis para mejorarla y
cambiarla por la imagen que anheláis.
Si queréis deshaceros de un hábito que os perjudica —como por ejemplo dejar de fumar, de
tartamudear o de mentir—podéis hacerlo mediante la autohipnosis.
También es posible mejorar las propias capacidades. Si tenéis que dar una conferencia, podéis
hacerlo en casa en estado de autohipnosis el día anterior. De este modo perfeccionaréis vuestro
discurso y lo expondréis tal y como lo hayáis programado previamente.
También lograréis establecer contacto con vuestro ser superior—vuestro ser espiritual—ese ser
que todo lo sabe.
Estableced vuestros objetivos y luego disfrutad de la vida cuando la mente los convierte en
realidad.
Cuando era niño tenía dos deseos para cuando fuera mayor. Uno era que me dejaría el bigote y
el otro que quería ser escritor profesional. He mantenido fielmente desde entonces esos dos sueños,
esas imágenes. Aunque en aquel momento lo ignoraba, me estaba comprometiendo en un proceso
de autohipnosis. He usado bigote desde que tengo diecinueve años (eones atrás) y he sido escritor
profesional desde 1963. Como adulto, tengo otros sueños y metas. Algunos se han materializado
(como ser hipnotizador profesional, por ejemplo). Otros están en proceso y, con la excitación de un
niño, observo cómo se desarrollan los acontecimientos.
Vosotros también podéis hacer que vuestros sueños se conviertan en realidad practicando la
autohipnosis metódicamente cada día. Ahora sabéis cómo hacerlo.
Capítulo 12
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Aplicaciones prácticas
Aunque un solo libro no puede contener la enorme cantidad de situaciones que existen, en este
capítulo ofreceremos instrucciones detalladas para un amplio espectro de casos. A partir de estos
ejemplos, podréis llegar a realizar lo que realmente os propongáis.
Algunas personas prefieren trabajar acompañadas. Es posible que haya quienes no se sientan
cómodos al escuchar su propia vez en la cinta. Para aquellos que se encuentren en esa situación, es
recomendable trabajar con un compañero.
(Debo aclarar que a muchas personas les resulta extraño escuchar la propia voz grabada, pero en
cuanto os acostumbréis os beneficiaréis enormemente de las sesiones de autohipnosis grabadas por
vosotros mismos.)
Dos ventajas de las que podéis beneficiaros al trabajar con un compañero son: la posibilidad de
practicar la autohipnosis en cualquier momento sin tener que coordinar horarios con otra persona y
además trabajar situaciones muy íntimas. Cuando se trabaja con un compañero existen otras dos
ventajas: No es preciso que preparéis las grabaciones (el compañero leerá las instrucciones para
vosotros, y luego vosotros las leeréis para él; de este modo practicáis como hipnotizadores y como
sujetos) y, por añadidura, dos cabezas a menudo son mejor que una para decidir cuál es el mejor
método para abordar diferentes situaciones.
E1 compañero elegido puede ser la propia pareja, un hermano, uno de los padres, un amigo, un
socio—es decir, cualquier persona en la que confiéis plenamente y con la que tengáis una buena
relación.
Clubes de hipnosis
Un club de hipnosis es el estado final del sistema del compañero. Es un club en el que se reúne
un grupo de personas que comparte el interés por la hipnosis y la practican juntos para ayudarse a
resolver problemas. Es muy divertido, y es posible aprender mucho de una forma muy rápida.
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Los miembros de un club de hipnosis pueden ayudarse a ganar autoestima, amor y confianza, a
liberarse de un dolor, a gozar de mayor energía y entusiasmo, a mejorar su salud física y mental y a
controlar el estrés y la depresión.
También pueden ser de gran ayuda mutua para controlar el estrés y aprender a relajarse, así
como eliminar el aburrimiento y la desazón diaria. Mediante el apoyo mutuo, pueden conseguir que
sus capacidades creativas innatas se pongan en movimiento, que las relaciones familiares sean más
fáciles y efectivas y que cada individuo tenga un mayor respeto por sí mismo.
Los estudiantes que sean miembros de un club de hipnosis lograrán mejorar su memoria, tendrán
más éxitos con sus exámenes, desarrollarán la autoconfianza y la autodisciplina, mejorarán sus
capacidades atléticas e intelectuales y podrán solucionar cualquier confusión y frustración.
Un club de hipnosis puede ser formal o informal. Un club formal creará unos estatutos,
impondrá ciertos requisitos a los socios, cobrará las cintas grabadas y los libros y establecerá los
horarios para las reuniones, así como el espacio físico donde se llevarán a cabo. Un club informal
incluirá a todos los miembros que se comprometan a reunirse un día determinado. Cada miembro
traerá su copia de Hipnosis para principiantes y desempeñará el papel de hipnotizador y de sujeto
alternativamente con el fin de encontrar solución a sus problemas. Incluso pueden ensayar nuevos
métodos y experimentar.
Los clubes y grupos de hipnosis representan un método excelente para ayudarse mutuamente a
mejorar las propias capacidades. Los miembros se benefician al ayudar a otros y al ser ayudados
por ellos.
No deberíais dejar pasar la oportunidad de formar un grupo de hipnosis con vuestra propia
familia, ya que es una forma maravillosa de potenciar el amor y la comprensión.
Una regla para cualquier grupo, ya sea formal, informal o un grupo familiar, es atenerse a una
programación. Si el grupo lo desea, puede reunirse cada día, pero los miembros no lo deben sentir
como una imposición. Es aconsejable realizar una reunión semanal, evitando un horario y dejando
que suceda espontáneamente. Disciplinar la mente para crear los milagros que deseamos
materializar requiere perseverancia. En ningún caso deberíais reuniros menos de una vez cada dos
semanas ya que los efectos residuales de la sugestión hipnótica se desvanecen al cabo de una
quincena.
También es aconsejable no cancelar ni posponer una reunión una vez concertada, pues puede
convertirse en una costumbre que finalmente anulará los resultados. Es evidente que quizá en algún
momento sea necesario cancelar una reunión, pero no debe convertirse en um hábito, porque al
83
hacerlo se le dice claramente y a viva voz a la mente: «Mis objetivos no son importantes. Vuelve a
programarlos», y eso es exactamente lo que hará vuestra mente, volver a programar las metas para
que no os resulte posible ateneros a ellas.
CONTROL DE HÁBITOS
Caso 1
Por ejemplo, si se desea eliminar la costumbre de morderse las uñas, durante la sesión 2 no
visualizaréis un trozo de chocolate en vuestra boca, sino que lo sustituiréis por una uña que tiene un
sabor muy desagradable.
Para obtener resultados satisfactorios, el sentido común debe prevalecer en todo momento.
Caso 2
Es preciso emplear siempre el sentido común y ser creativos; de este modo encontraréis en todo
momento las instrucciones adecuadas.
Caso 2
2. Después del ejercicio V, grabad las instrucciones indicadas (para contar con ejemplos véase el
caso 2 del capítulo 7).
3. A continuación grabad: Ahora no voy a pronunciar palabra alguna durante tres minutos
para visualizar la meta deseada.
4. Dejad que corra la cinta durante tres minutos para tener el tiempo suficiente para visualizarse a sí
mismo y a la meta que se desea alcanzar antes de recibir más instrucciones. En el caso del hábito
de morderse las uñas, visualizad unas uñas largas, sanas y bonitas. La visualización debe ser
completa y detallada. Es posible dedicar más de tres minutos a la visualización, cada sujeto puede
elegir el periodo de tiempo que crea necesario. No existe un número mágico de minutos; la
elección corresponde a cada persona. Si se trabaja con un compañero, éste debería decir: «Ahora
voy a dejar de hablar durante tres minutos mientras tú visualizas.» Entonces simplemente
permanecerá en silencio durante ese periodo de tiempo, o el que sea necesario, antes de continuar
con las instrucciones restantes.
5. Grabad los ejercicios de hipnosis W y 1J. En el ejercicio W, eliminad las referencias al control de
la dieta y sustituidlas por las que se adecuen al hábito que se desea controlar.
6. Cerrad los ojos y dejad correr la cinta para entrar en estado hipnótico. (Esto no es necesario si se
trabaja con un compañero.)
7. Escuchad la cinta una vez cada mañana (o más a menudo) hasta deshaceros del problema que os
preocupa. Si trabajáis con un compañero, éste deberá pronunciar el texto de los ejercicios para
vosotros todos los días, y con esto se hace evidente que el uso de una cinta representa una gran
ventaja.
8. Si el hábito eliminado tiende a recurrir, utilizad nuevamente la cinta diariamente hasta que
vuelva a desaparecer. Normalmente no es necesario repetir más de una vez el procedimiento
después de haber abordado inicialmente el problema.
Para los otros usos descritos en este capítulo, sólo nombraremos los ejercicios e indicaciones tal
como se ha hecho en el Caso 3, bajo la presunción de que el único interés del sujeto es resolver un
problema específico a la mayor brevedad posible. Cualquiera sea la situación de la que se trate, es
posible utilizar el propio procedimiento de autohipnosis (como en el Caso 2) o un procedimiento
completo para aprender la autohipnosis (como en el Caso 1). También es posible trabajar con un
compañero en cualquiera de las siguientes situaciones.
FOBIAS
Agorafobia
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No hay ninguna necesidad de que estas personas padezcan ya que la hipnosis puede ayudarlos.
NOTA: Es posible crear cualquier otra visualización con la condición de mantener la idea de
disfrutar de los espacios amplios y abiertos que el Creador le ha ofrecido al sujeto para su propio
beneficio.
5. Cerrad los ojos y dejad correr la cinta para entrar en estado hipnótico.
6. Escuchad la cinta al menos una vez cada mañana hasta deshaceros de vuestro problema.
Claustrofobia
La hipnosis puede ser de gran utilidad para tratar todo tipo de fobias, entre ellas la claustrofobia.
NOTA: Es posible crear cualquier otra visualización con la condición de mantener la idea de
disfrutar de los espacios pequeños y estrechos que el Creador le ha ofrecido al sujeto para su propio
beneficio.
Otras fobias
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Se procederá del mismo modo que para las dos fobias descritas; sólo es preciso cambiar las
indicaciones y las instrucciones para la visualización. Ambas deben ser expresadas con un sentido
positivo: estar agradecido por lo que se posee y por lo que se es; sentir aprecio por uno mismo;
disfrutar de todas las situaciones que previamente han causados problemas. Es aconsejable dejar
que la mente se libere para crear visualizaciones poderosas y vívidas y con el fin de que la
sugestión sea efectiva. No existe límite alguno para lo que se desee alcanzar, pero es preciso
dedicarse con esmero a la tarea.
JUBILADOS
Muchos jubilados tienen una gran cantidad de problemas. Han quedado relegados del mercado
de trabajo y a menudo se sienten inútiles. El proceso de envejecimiento implica dolores y
debilidades físicas que los frustran porque les impiden disfrutar más de la vida. Sus ingresos son
limitados, con frecuencia incluso llegan a niveles de pobreza. Desean hacer algo constructivo, pero
tienen dificultades para encontrar una ocupación. Sus hijos han crecido y tienen sus propios
problemas, y ellos se sienten un poco abandonados. Necesitan compañía, pero no saben dónde
buscarla. Su autoestima se deteriora y caen en estados depresivos.
Obviamente existen jubilados que no sufren de este tipo de problemas, pero la realidad es que
hay muchos que tienen que afrontar todos estas dificultades. No hay motivo para que una persona
de cualquier edad no disfrute de la vida al máximo. La hipnosis puede ser de gran ayuda.
Seguid las mismas instrucciones que para las situaciones anteriormente descritas en este mismo
capítulo.
2. Repase las indicaciones específicas para cada situación. Puede utilizar las siguientes ideas:
Estoy muy a gusto con los años que tengo porque soy mucho más sabio
y tengo más experiencia que nunca.
3. Grabad las instrucciones adecuadas para la situación específica que tenéis en mente con el
fin de realizar el ejercicio de visualización. Una de las técnicas que podéis utilizar es la del Viaje a
la Playa que describimos en el capítulo 10, ya que es un ejercicio especialmente efectivo. Mientras
os encontráis en la playa, visualizaros a vosotros mismos haciendo cualquier cosa que os resulte
placentera.
6. Escuchad diariamente la cinta, al menos una vez, hasta que desaparezcan los problemas.
Yo mismo soy ahora un jubilado y he experimentado lo que significa ser relegado del mercado
laboral prematuramente. Por fortuna, mi mujer y yo hemos sido previsores y no nos hemos quedado
en una situación precaria. De cualquier modo, yo aún tuve que seguir trabajando porque, debido a la
edad que ambos teníamos, no nos correspondía la seguridad social. (Sin embargo, por mi edad a
nadie le interesaba contratarme; y ésta es una situación muy común.) Si no lograba encontrar
trabajo en un periodo de tiempo razonable, atravesaríamos una situación un tanto crítica. ¿Qué es lo
que hice para encontrar trabajo? En primer lugar, consideré todo lo que era capaz de hacer y que no
tuviera impedimento alguno por la edad. Ésta es la lista que escribí:
Utilizando la autohipnosis, establecí mis metas y las hice realidad. Los resultados fueron los
siguientes:
Hasta que llegué a la edad de jubilarme me gané cómodamente la vida escribiendo artículos
técnicos para diversas empresas.
Escribí una serie de libros sobre astrología, hipnosis, crecimiento personal y desarrollo psíquico
que fueron publicados con éxito.
riompré cinco villas compartidas en Cancún, Méjico, adonde podemos ir de vacaciones varias
veces al año por el resto de nuestras vidas.
Tengo una vida plena de libertad, goce y éxito, y todo esto gracias a que utilizo mi estado
alterado de conciencia a través de la autohipnosis y de la práctica psíquica (el siguiente paso
después de la hipnosis).
Vosotros podéis conseguir lo mismo que he conseguido yo o aún más. Con toda seguridad,
gozáis al menos de una habilidad que podéis capitalizar, y probablemente habrá más de una. Es
preciso que empecéis a usar la cabeza, vuestro estado alterado de conciencia y vuestra mente
creativa, y que logréis que vuestra vida se llene de buenos momentos. No debéis depender de otros.
Confiad en vosotros mismos. Podéis lograrlo. Este libro os brinda la clave, pero deberéis utilizar la
llave para abrir vuestras propias puertas hacia un futuro prometedor.
Con frecuencia, los familiares de un jubilado se sienten agobiados por tener que atenderlo, o se
sienten culpables por no ayudarlo más, o piensan que esta persona es una carga. Existen muchas
razones para que la familia se sienta estresada, y la autobipnosis puede ser muy útil para encontrar
soluciones a estos conflictos.
Se debe utilizar el mismo procedimiento general que ya hemos descrito detalladamente en este
capítulo.
Los procedimientos de inducción a la hipnosis son de gran utilidad para disolver las tensiones y
el estrés. En el paso 2, incluid sugerencias amables y positivas para vosotros mismos y para la
persona mayor en cuestión:
Para la visualización del paso 3, utilizad el viaje a la playa descrito en el capítulo 10. Mientras
os encontréis en la playa, visualizaros charlando alegremente o realizando juntos alguna actividad.
Recordad que las personas mayores son muy sabias y tienen muchas experiencias para
compartir, si les dais la oportunidad. Vosotros os beneficiaréis de sus consejos y ellos mejorarán su
autoestima.
PERSONAS CONFINADAS
EN EL INTERIOR
Todos ellos tienen una gran oportunidad en sus manos: el tiempo. El tiempo puede jugar a favor
o en contra, según lo que elijamos.
Este libro os enseña a encontrar tiempo para vosotros. Cualquiera puede mejorar sus
circunstancias si decide hacerlo. Cualquier persona que se encuentre confinada tiene mucho tiempo
libre para dedicarse a sí misma: empezad ahora mismo. Al contar con el tiempo, disfrutáis de una
enorme ventaja en relación con quienes tienen muy poco tiempo libre para dedicar a su crecimiento
personal.
Aprended la técnica de autohipnosis y practicadla varias veces al día hasta ser un experto.
Podéis hacerlo en un tiempo récord porque disponéis de mucho tiempo libre.
He aquí algunas sugerencias para corregir cualquier problema físico que podáis tener, mejorar
vuestra autoimagen y vuestra actitud mental y descubrir y utilizar vuestros talentos ocultos (por
ejemplo, estando en la cama es posible escribir, pintar, contestar un servicio de llamadas telefónicas
o hacer recados por teléfono).
Dirijo todas mis energías curativas innatas para mi (parte del cuerpo
que esté dolorida) y me curaré cien veces más rápido de lo normal.
Utilizad el ejercicio del Viaje a la Playa (capítulo 10) para enviar vuestro amor y vuestra
indulgencia y para crear un futuro promisorio para vosotros mismos.
· Discapacitados
Leed la sección anterior porque todo lo que se incluye en ella se puede aplicar a vuestro caso.
Además, quizás gocéis de capacidades adicionales al tener algún tipo de movilidad, y esto se
traduce en una mayor oportunidad para conseguir trabajo o para dedicaros a alguna afición.
Ejercitad vuestra imaginación. Utilizad la autohipnosis para ganar una consciencia que os permita
ampliar vuestros horizontes. Este procedimiento es realmente efectivo.
NOTA: Emplead la palabra «temporal», y aunque los médicos o cualquier otra persona
consideren que vuestro estado es permanente, nunca aceptéis que ésa es vuestra realidad. Pueden
haber juzgado correctamente la situación, pero también vosotros sois capaces de expresar vuestra
mejor opinión. Después de todo, se trata de vuestra vida. Emplead la hipnosis y disfrutad de la vida
dentro de las limitaciones de vuestra situación actual, pero nunca os rindáis ante ella. Luchad
siempre por mejorar. Si no notáis ningún progreso por la razón que sea, todo estará bien en la
medida que sigáis empeñados en conseguirlo, porque al hacerlo estáis enriqueciendo vuestra vida en
alguna forma. Los únicos que fracasan son quienes se rinden. Cread vuestras propias sugerencias
adicionales.
· Prisioneros
Lograd que vuestro tiempo trabaje para vosotros aprendiendo la práctica de la autobipnosis y
creando una vida nueva y placentera. Para hacerlo se requiere perseverancia y tiempo; haced que
sea posible. Son muchas las cosas que debéis resolver, incluidas la culpa y la indulgencia, la
disposición, la autoestima, el entusiasmo, la fe en la propia persona, el control de si mismo, la
responsabilidad, los derechos propios y los de los demás.
Utilizad el ejercicio del Viaje a la Playa (véase el capítulo 10) para enviar indulgencia y amor y
también para cerrar la puerta del pasado y abrir la puerta del futuro. Cuando estéis en la playa frente
al mar de la vida, la puerta del pasado está a vuestra derecha y la del futuro a la izquierda.
Acercaros a la puerta del pasado, cerradla con llave y arrojad la llave al mar, de donde ya no podréis
recuperarla. Luego acercaros a la puerta del futuro, abridla al máximo y guardad la llave en vuestro
bolsillo (de este modo conservaréis la llave de vuestro futuro). Mirad el futuro a través de la puerta
y visualizaros como os gustaría ser.
Visualizaros estrechando la mano del carcelero y alejándoos de la prisión como si fuerais una
persona libre.
Visualizaros en una entrevista para obtener un puesto de trabajo de la que salís victoriosos.
Observaros desempeñando el trabajo conseguido.
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Aunque aún estéis en la cárcel, visualizaros en una buena relación con los otros reclusos y con
los funcionarios de la prisión. Visualizaros como una persona respetada por todos.
Si no disponéis de una grabadora y cintas, será necesario que memoricéis los procedimiento y
repetirlos mentalmente. Esto lleva más tiempo, pero vosotros disponéis de él. ¡Buena suerte!
Tener que permanecer en casa debido al mal tiempo es una bendición enmascarada. En vez de
gruñir porque os sentís encerrados, deberíais estar contentos. En primer lugar, todas las condiciones
climáticas son necesarias aunque no os deis cuenta de ello, y en segundo lugar, ésta es una excusa
perfecta para usar ese tiempo en vuestro propio provecho con el fin de enriquecer vuestro modo de
vida a través de la autohipnosis.
El mal tiempo que hace hoy es necesario por alguna razón y me alegro
por ello.
Las visualizaciones para el paso 3 pueden ser cualquiera de las que ya hemos mencionado o
algo nuevo. Dejad que vuestra mente vuele libremente y visualizaros siempre contentos y con éxito.
· Parados
Existen diferentes tipos de dolor: jaquecas; dolores persistentes y crónicos, tal como el que
produce la artritis o un constante dolor de espalda; agudos, que son generalmente de corta duración,
como el de una herida, una quemadura o un golpe en un dedo del pie; y el dolor producido por
diversas enfermedades que pueden ser breves o prolongados. La hipnosis puede aliviar o reducir
enormemente cualquiera de estos dolores.
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5. Grabáis diez procedimientos de inducción, las instrucciones indicadas para «eliminar el dolor» y
los ejercicios finales de hipnosis.
Es una situación absurda; para el momento en que por fin estéis preparados para tratar el
problema ya habrán pasado treinta minutos. Durante todo ese tiempo habéis tenido que aguantar el
dolor de la quemadura; obviamente no es la forma más inteligente de abordar una emergencia
mediante la hipnosis.
Lo apropiado para estos casos es conocer de antemano las instrucciones de memoria para poder
solucionar el problema en unos pocos segundos, evitando así prolongar el sufrimiento que produce
el dolor. Es aconsejable que leáis una vez más el caso de la herida en la barbilla, expuesto en el
capítulo 9, para entender cómo se solucionan las situaciones de emergencia.
Si padecéis un dolor crónico como el que produce la artritis o las migrañas frecuentes, debéis
preparar con anticipación una cinta para utilizarla cuando surja la necesidad.
· Heridas y curación
Mi mujer, Dee, y yo acostumbramos acudir a subastas de muebles, donde nos encontramos con
algunas personas conocidas con quienes mantenemos relaciones ocasionales.
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Estas subastas son caóticas. Docenas de personas corren de un lado a otro, mirando los artículos,
hablando y atropellándose. Los empleados trasladan los muebles mientras solicitan a gritos a los
compradores que se aparten de su camino.
En una de esas subastas, mi esposa encontró a una mujer con la que nos hablamos encontrado
en otras ocasiones, sentada en un rincón de una de las habitaciones más caóticas. Normalmente esta
mujer se movía con mucha energía y no dejaba de sonreír, pero en esta ocasión su rostro reflejaba
que no se encontraba muy bien.
«No», respondió la mujer. «Tengo un grave ataque de vértigo y he tenido que sentarme pues
estaba a punto de caerme.» Le explicó que sufría de vértigo desde hacia muchos años; al principio
habla logrado controlar los ataques con una medicación que ahora ya no era efectiva. Además de
perder el equilibrio, se le nublaba la vista y se sentía mareada y con náuseas.
«Mary», le dije, «¿me dejaría usted que la hipnotizara ahora mismo?» Su respuesta fue
afirmativa de modo que permanecí de pie junto a ella y me incliné con el fin de que mi boca
estuviera a escasos centímetros de su oreja derecha. Mi intención era dirigirme a ella en un tono de
voz normal y que me entendiera a pesar del barullo y desorden que nos rodeaba.
Le pedí que cerrara los ojos, y comencé una cuenta atrás del diez al uno, a continuación hicimos
un ejercicio de relajación desde la cabeza hasta los pies, y para finalizar, el ejercicio de la escalera
(ejercicio U).
Mientras ella permanecía en su habitación durante el ejercicio U, la llené de una curativa luz
blanca. Intensifiqué la luz entre los oídos (el vértigo se produce por un problema de oídos) y le
comuniqué que esa luz había curado su vértigo. Luego la desperté contando de uno a cinco.
Me sonrió. «Me siento estupendamente bien», me dijo. El vértigo había desaparecido. Se puso
de pie y disfrutó de lo que quedaba de la subasta.
Algunas semanas más tarde la encontramos otra vez y corrió hacia mi para decirme que ya no
había vuelto a sufrir otro ataque de vértigo. Antes de la sesión de hipnosis tenía al menos varios
ataques por semana, y en ocasiones incluso diariamente.
Como veis, es aconsejable aprender de memoria los ejercicios de hipnosis, al menos algunos de
ellos. De este modo estaréis capacitados para ayudar a otras personas. Si tenéis un amigo postrado
en la cama reponiéndose de una operación, preguntadle si desea que lo hipnoticéis, y si accede,
lograréis acelerar su curación y aliviar el dolor y la incomodidad de su situación (volved a leer el
caso de la herida en la barbilla descrito en el capítulo 9).
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Si os encontráis ante una situación de emergencia, como por ejemplo un accidente de coche y la
asistencia médica aún no ha llegado, podréis utilizar la hipnosis para aliviar el sufrimiento de los
heridos. En este caso no debéis decir «Voy a hipnotizarte». Simplemente os acercaréis a la víctima
y la abrigaréis con una manta o un abrigo. A menos que su vida corra un serio peligro, no debéis
mover a un herido ya que podría ser perjudicial. Hablad con seguridad y con calma y decidle: «Le
ayudaré a relajarse y a sentirse mejor hasta que llegue el médico. Escuche mi voz y siga mis
instrucciones.» Luego practicad un procedimiento breve de relajación e indicad al herido que se
sienta mas cómodo y que tenga fuerzas para resistir hasta que llegue el médico. Este tipo de
situaciones requieren que pensemos con rapidez y que improvisemos. Por este motivo es
verdaderamente importante ser un experto en hipnosis; podéis ser de gran ayuda.
Una advertencia: Si colaboráis en un grave accidente, no debéis pronunciar nada que pueda
preocupar a las personas afectadas. Por ejemplo, supongamos que os dice: «No siento mi pie
derecho. ¿Está bien?» En ningún caso respondáis: «Está prácticamente amputado y no puedes
sentirlo porque el accidente ha seccionado los nervios.» En lugar de esto, diréis algo así como. por
ejemplo: «No te preocupes por nada. Veo que estás bien. Cuando venga el médico se ocupará de
todo, entretanto concéntrate en relajarte y en sentirte cada vez más cómodo.» Sólo una cosa más: si
la víctima está perdiendo mucha sangre, debéis intentar detener la hemorragia mientras dialogáis
con el herido en un tono suave y sereno para conseguir que se relaje.
LA HIPNOSIS APLICADA
A PROBLEMAS LABORALES
He trabajado como escritor de artículos técnicos para tres diferentes compañías en las que he
observado todos los problemas mencionados. En cada ocasión expliqué a los administradores y
ejecutivos más destacados de la empresa la importancia de la hipnosis para resolver o disminuir
dichos problemas. Teniendo en cuenta que yo ya recibía una paga como escritor, sugerí que me
permitieran dar una serie de seminarios para enseñar a algunos voluntarios a utilizar la autohipnosis.
También me ofrecí a tratar cada caso de forma específica sin cobrar por estos servicios.
Todos ellos demostraron ser muy poco sensatos. Su actitud frente a mi propuesta seguramente
fue similar en relación con otras decisiones, ya que las tres compañías se presentaron en quiebra
poco tiempo después de que finalizara mi contrato.
Si algún gerente, empresario o una persona influyente dentro del mundo empresarial lee este
libro, le suplico que tome en cuenta el contenido del mismo para aplicarlo a sus negocios. La
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mayoría de los problemas laborales más importantes son problemas humanos, y la hipnosis es una
herramienta muy útil para solucionarlos. La mejor forma de fracasar es dejar pasar la oportunidad.
De modo que sed audaces y aprovechadla en esta ocasión por el bien de vuestros negocios y de
todos vuestros magníficos empleados.
Este libro ofrece toda la información que necesitáis. No es preciso añadir sugerencias
específicas complementarias.
CONSULTANDO CON
UNA AUTORIDAD SUPERIOR
Es probable que la herramienta más valiosa que se menciona en este libro sea consultar con una
autoridad superior para beneficiarse de su consejo y de su ayuda. Y cuando digo autoridad superior,
me refiero a cualquiera que, vivo o muerto, represente una autoridad superior para vosotros,
incluyendo al Creador, Jesucristo, el Buda, Krishna, Confucio, Mohandas Gandi, el profeta
Mahoma, Moisés, Abraham, uno de los propios padres, un amigo, un socio, un presidente pasado o
presente; en definitiva, cualquier persona.
Por ejemplo, si se trata de un ingeniero que intenta resolver un complicado problema, puede
consultar con el gran inventor Nikola Tesla. Si el sujeto es un escritor que tiene dificultades con la
novela que está escribiendo, quizá desee consultar con Harper Lee o algún otro destacado escritor.
Un diplomático puede sentir el deseo de comunicarse con Benjamín Franklin. Simplemente debéis
realizar los siguientes pasos:
3. Permaneced en ella todo el tiempo que deseéis, ya que es allí donde consultaréis con vuestra
autoridad superior. Olvidaos de la cinta, ya que no hay nada más grabado en ella y la grabadora
se desconectará automáticamente cuando la cinta llegue al final.
Cuando Gandhi acude a. mi llamada, me dirijo a él como si se tratera de cualquier otra persona.
Le explico mi problema o le formulo una pregunta y espero su consejo. Nos comunicarnos. Cuando
he obtenido lo que buscaba, y si él no tiene otra cosa que decirme, le agradezco que haya venido. Él
se marcha y la puerta se cierra.
100
Relizo todo este proceso mentalmente, pero, como ya he dicho, podéis hacerlo en voz alta.
Generalmente hablo mentalmente o en un susurro, porque el sonido de mi voz me distrae, y recojo
también mentalmente la respuesta de mi invitado.
Este método es efectivo porque vuestra mente superior entra en contacto con la mente superior
del invitado Por este motivo podrías consultar con un bebé recién nacido y recibir una información
valiosa e inteligente ya que la mente consciente del bebé aún no se ha desarrollado.
Esta experiencia es realmente espiritual y muy poderosa. Gandi me ha ofrecido una ayuda
inapreciable, así como también otros personajes a los que he invitado a mi habitación.
Cada persona tiene una experiencia única al invitar a alguien a su habitación y pedirle consejo.
Algunos ven a la persona entrando en su estancia y escuchan su voz (esto es lo que me sucede
frecuentemente). Otros no ven ni oyen a su invitado pero sienten su presencia y reciben la
información solicitada (también he vivido esta experiencia). Otros no ven ni sienten nada, pero
actúan como si la presencia estuviera allí y hablan con su invitado (he practicado esto varias voces).
Todas las situaciones son válidas y efectivas.
En ocasiones he recibido la información solicitada mientras conducía mi coche horas más tarde
de haber realizado la sesión en mi habitación (incluso uno o dos días más tarde). Sin embargo, lo
normal es recibir el consejo solicitado durante las 72 horas posteriores a la consulta. En caso
contrario, repetid la sesión y persistid en ello hasta conseguir vuestro propósito. Cada vez os
resultará mas fácil y más efectivo.
Con frecuencia la respuesta buscada puede revelarse de un modo extraño o sutil. Suelo comprar
el periódico solamente los miércoles y los domingos, porque esas dos ediciones contienen todos los
anuncios, el resumen de todas las noticias y los mejores cómics. Un domingo por la tarde me dirigía
a mi habitación para hacer una consulta con Ernest Hemingway. Deseaba abandonar mi empleo y
dedicarme a escribir, a dar conferencias y ayudar a la gente por medio de la hipnosis. No estaba
demasiado decidido a hacerlo puesto que llevaba 18 años trabajando en el mismo sitio y era un
ejecutivo que disfrutaba de un salario confortable. Abandonarlo por algo tan inseguro parecía una
tontería. Expliqué mi situación a Hemingway. No respondió nada; simplemente me escuchó. Le
agradecí que hubiera venido y se marchó.
A la mañana siguiente, mientras conducía hacia mi trabajo, sentí una imperiosa urgencia de
comprar el periódico. Considero que el periódico de los lunes es el menos interesante y, sin
embargo, allí estaba yo comprándolo impulsivamente.
Durante el almuerzo me dediqué a leerlo, y en una de las páginas interiores encontré un artículo
de relleno en el que se leía: «Hay muchas buenas maneras de fracasar, pero la más exitosa es dejar
pasar una oportunidad.» Estas palabras destacaban de la página y me indicaban lo que yo necesitaba
saber. Aprovecharía la oportunidad y abandonaría mi trabajo y conseguiría tener éxito en aquello
que decidiera hacer. Así lo hice y aquí estoy.
101
Os recomiendo que os aventuréis por esta poderosa vía de comunicación con la inteligencia
superior.
Existe aún otro uso muy efectivo de la hipnosis que es fácil de poner en práctica: dormirse
escuchando una cinta que habréis grabado previamente. No me estoy refiriendo a utilizar la hipnosis
para dormir mejor —aunque también es posible emplearla para ese fin—, sino a aplicarla para
alcanzar cualquier meta que os propongáis.
Ni vuestra mente subconsciente ni vuestras facultades auditivas duermen jamás. Por lo tanto,
aunque estéis dormidos mientras la cinta avanza, vuestra mente absorbe toda la información e inicia
el proceso de materializar vuestra realidad. Al dormir os encontráis en un profundo estado
hipnótico, y por esta razón el procedimiento resulta muy efectivo. Realizad los siguientes tres
pasos:
Luego os iréis a dormir mientras la cinta hace todo el trabajo. Al día siguiente la entrevista será
un éxito.
102
Capítulo 13
El siguiente paso
TODO LO QUE HABÉIS LEÍDO hasta este momento os capacita para enriquecer vuestra vida
mediante la hipnosis y la autohipnosis. Este capítulo contiene la información necesaria para ir un
poco más allá de la autohipnosis y aventuraros en el asombroso reino de la experiencia psíquica.
EL REINO DE LO PSÍQUICO
Palabras como visualización, alfa y teta han aparecido repetidas veces a lo largo de este libro. Se
han hecho muchas referencias a algo que existe más allá de la hipnosis y se os ha dicho que vuestras
capacidades son prácticamente ilimitadas. Se ha destacado también que se pueden realizar muchas
otras cosas además de las interesantes situaciones de las que ya nos hemos ocupado. Ya habéis
aprendido cómo dominar y modificar vuestra vida en todos los sentidos. ¿Qué más se podría hacer?
Y de hecho la hay. Tenéis la capacidad de desarrollar vuestro sexto sentido (el sentido psíquico)
y utilizarlo con la misma facilidad que practicáis la autohipnosis. Cuando realizáis algunos de los
ejercicios mencionados en este libro la hipnosis os conduce hasta—y a través de—la puerta del
reino psíquico. Por ejemplo, cuando practiquéis el ejercicio U, que consiste en dirigirse hacia la
propia habitación interior y comunicarse con otros seres humanos inteligentes, en realidad os
encontraréis en el reino psíquico.
Meditad un momento acerca de dónde vivimos, quiénes somos y qué es la vida. Vuestra
experiencia vital como seres humanos en una sola dimensión de un diminuto planeta situado en un
universo de increíbles proporciones dentro de otros universos. ¿Cuántas dimensiones existen?. No lo
sabemos, pero sí sabemos que hay muchas. ¿Cuántos universos hay? Muchos. Cuando se piensa en
estas cosas, uno se siente muy insignificante. En realidad somos insignificantes en un sentido físico.
De hecho no somos realmente seres físicos, sino que habitamos temporalmente un receptáculo
que llamamos cuerpo. Somos seres inteligentes—seres espirituales—, energías vivientes y eternas
que siempre han existido y que siempre existirán. Somos una parte significativa de la inteligencia
103
cósmica y, como tal, tenemos acceso a cualquier información que contenga dicha inteligencia.
Ahora no os sentís tan insignificantes, ¿verdad?
Bien, nunca deberíais sentiros insignificantes porque participáis de todo lo que existe. Modestos,
sí. Humildes, también. Pero nunca insignificantes.
Las consecuencias de lo que acabo de decir son enormes y sobrecogedoras. ¿Significa esto que,
de algún modo, tenemos acceso a la información de otras dimensiones, de otros mundos, de otras
mentes? Así es, eso es exactamente lo que he querido decir. Y es más que eso: es la pura verdad.
¿Cómo es posible?
No habéis hecho más que iniciaros en ello a través de la autohipnosis. Si tenéis la intención de
iniciaros en el reino de lo psíquico, os recomiendo mi libro Psychic Development for Beginners
(Desarrollo psíquico para principiantes), Llewellyn Publications, 1996).
Visualización
Es posible ir a cualquier lugar en un nivel de inteligencia mental sin que vuestro cuerpo físico
abandone la habitación. Esto es un viaje astral, y la visualización es una herramienta útil para
practicarlo.
Alfa
Es posible conseguir todo aquello de lo que nos hemos ocupado en los primeros doce capítulos
introduciéndonos en el nivel alfa, en cualquier zona del nivel alfa. Cuando más profundo lleguéis
(frecuencia inferior), más cerca estaréis del nivel teta y más profundas serán vuestras experiencias.
Para entrar en el reino de lo psíquico es necesario que la actividad cerebral se desarrolle en el nivel
teta, pues desde allí es posible disfrutar de experiencias más profundas. Sin embargo, también es
posible conseguir una experiencia psíquica en el nivel alfa.
104
Teta
En este nivel es posible realizar un viaje astral, comunicarse con otras mentes o con otras
fuentes de inteligencia, aprovechar los recursos de la inteligencia universal y experimentar una
profunda iluminación.
Alcanzar el nivel teta es relativamente fácil. En primer lugar, es preciso ser un experto en
autohipnosis para que la mente esté entrenada para introducirse instantáneamente en alfa por el
mero hecho de desearlo. Esto sucederá automáticamente si practicáis la autohipnosis diariamente al
menos durante 15 minutos; en un momento determinado os daréis cuenta de que todo lo que
necesitáis para entrar en alfa es desearlo. Así es como yo lo hago: simplemente deseo que suceda.
Podéis compraros instrumentos que os indiquen que habéis alcanzado alfa o teta, pero yo no los
recomiendo por dos razones. La primera es que son muy caros, y la segunda es que las instrucciones
de los siguientes párrafos permiten estar siempre en control de la situación y no depender de ningún
artefacto. Mi objetivo es que seáis capaces de ser totalmente autosuficientes e independientes.
Cuando lleguéis a ser tan diestros con la autohipnosis como he indicado, seréis capaces de
programaros para entrar en teta cada vez que estéis en vuestra habitación y hagáis una cuenta atrás
del diez al uno mientras visualizáis los números.
Cierta vez necesitaba consultar con una inteligencia superior para que me guiara en un asunto
personal. No ocurría nada especial, aunque yo sabía que había alcanzado el estado teta. Al día
siguiente, mientras conducía mi coche, fui visitado por esa inteligencia que había solicitado. Las
palabras claves son: Paciencia, Perseverancia, Práctica.
RESUMEN
Habéis. estudiado muchos ejercicios de hipnosis: breves y extensos. Habéis leído casos
específicos y aprendido los ejercicios utilizados. Os he ofrecido ejemplos sobre cómo modificar o
improvisar ejercicios y secuencias, y probablemente ya los habéis asimilado mentalmente.
Los ejercicios de hipnosis que contiene este libro son los que yo utilizo. Son muy efectivos, pero
existen muchos otros ejercicios que también lo son. Cada hipnotizador desarrolla sus propios
ejercicios y secuencias.
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Utilizad los ejercicios mencionados en este libro para comenzar a desarrollar vuestras
capacidades, pero no debéis limitaros a ellos. Es posible alterarlos, cambiarlos o eliminarlos a
vuestra conveniencia y a la luz de vuestra propia experiencia y vuestro creciente conocimiento.
La improvisación sólo está limitada por vuestra imaginación: podéis aumentar vuestra
imaginación por medio de la autohipnosis.
Utilizad la visualización para obtener resultados satisfactorios. En el capítulo 8 logré que la niña
que sufría de dolor de oídos creara un tercer ojo para mirar con él el interior de su oído. Luego lo
iluminó como si una luz eléctrica iluminara una caverna. Con frecuencia, cuanto más extrañas o
menos usuales sean las técnicas de visualización empleadas, más efectivos serán los resultados. No
debéis permitir que el pensamiento convencional os limite. Liberad vuestra mente.
Y no digáis por ejemplo: «No se ahogará usted porque es una buena nadadora.»
El uso de las palabras ahogar o temer condicionan de forma automática al sujeto para que
espere lo peor, y en vez de ayudarle a deshacerse de su miedo, se reforzaran sus temores. De modo
que medite muy cuidadosamente las palabras que va a utilizar. Otra palabra clave que se debe evitar
es «no puede».
Siempre que elaboro una programación, independientemente de cuál sea el fin a alcanzar,
concluyo con: Y sin que nadie resulte perjudicado. Os recomiendo hacer lo mismo. Es obvio que no
deseáis alcanzar ninguna meta que pudiera resultar perjudicial para vosotros o para cualquier otra
persona.