epigrafes

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Los primeros homínidos surgieron hace 4 millones de años en África.

Desde entonces, comenzó


el proceso de hominización. La primera etapa de la prehistoria es el paleolítico, que a si vez
tiene tres subetapas. La primera es el paleolítico inferior (1,2 mill – 100000 a.c.) cuando
llegaron los primeros homínidos a la península ibérica. Su principal yacimiento es Atapuerca y
se conservan restos del Homo Heidelbergensis, aunque se han encontrado restos anteriores
del Homo Antecessor. La segunda fase es el paleolítico medio (100000 – 40000 a.c.) que fue
cuando surgieron los neandertales, ahora descartado como antepasado del Sapiens. Sus
principales yacimientos son en El Sidrón y Gibraltar. La última fase es el paleolítico superior
(40000 ac – 9000 a.c.) en la que llegan los Sapiens a la península ibérica y se crean diferentes
culturas. Yacimientos en Tito Bustillo y El Castillo. En el paleolítico la sociedad era nómada y
cazadora (carroñera en la fase inferior y especializada en la superior). La sociedad no tenía
distinciones entre la población y esta era muy baja. Los utensilios eran de piedra.

El neolítico es la segunda fase de la prehistoria que surge en el 5000 a.c. en oriente medio. En
esta etapa la sociedad pasa de ser nómada a sedentaria ya que se descubre la agricultura y la
ganadería, aunque se sigue practicando la caza. La sociedad se diversifica y surgen tres
principales culturas: Cerámica Cardial (Levante), Sepulcros de Fosa (Cataluña) y la de Almería.

El arte en la prehistoria es la pintura rupestre. Esta tiene una finalidad no artística sino práctica.
Distinguimos dos tipos: La pintura cantábrica (Altamira) en el p.s. con animales y figuras sueltas
policromáticas y estilo naturalista, y la del levante en cuevas rocosas de la costa levantina (ps. y
neo) de estilo esquemático son figuras monocromas y humanos.

1.2

Los pueblos prerrománicos son pueblos que habitaron la península ibérica antes de los
romanos. Distinguimos tres: Los Tartessos (s. XIII – VI), los íberos (s. VI I) y los celtas (s. VIII – I).
Los Tartessos fueron una próspera monarquía asentada en los valles del Guadiana y del
Guadalquivir, aunque se deja de tener constancia histórica suya en el siglo V. Desaparecieron
por la presión económica y los ataques de otros pueblos. Arte pobre, se conservan pocos
restos como la Dama de Alisedro. El segundo pueblo son los íberos, que habitaban en el sur y el
este peninsular y surgieron de la mezcla de la población autóctona y de pueblos colonizadores.
Nunca fueron un estado unificado sino un conjunto de reinos independientes con cultura y
lengua común. Su economía estaba basada en el comercio y la agricultura y conocían la
moneda. De arte se conserva la Dama de Elche. El último pueblo son los celtas que habitaron el
norte y la meseta de la península. Eran un pueblo indioeuropeo llegado desde los Pirineos.
Nunca fueron un estado unificado, al igual que los celtas y tenían una tradición guerrera y
metalúrgica enorme. Arte pobre.

En esta época también llegaron a la península otras civilizaciones colonizadoras del


mediterráneo, estas fueron los fenicios (s. VIII – III), los griegos (s. VIII) y los Cartagineses (s. VI-
III). Los fenicios eran un pueblo del mediterráneo que venía a comerciar con la población local.
Establecieron factorías en Andalucía (Gadir). Los griegos también era un pueblo comerciante y
establecieron factorías en el Cataluña (Ampurias). Por último, los cartagineses eran un pueblo
colonizador que llegó a la actual Murcia y fundaron Catagonova y sustituyeron a los fenicios en
el control del comercio. Desaparecieron por la caída de Tiro en Babilonia.
1.3:

El proceso de conquista de la península ibérica de los romanos (218-19 a C) no fue un proceso


homogéneo. En la primera fase (218-197) irrumpieron en la península para privar de recursos a
los Cartagineses (Segunda Guerra Púnica). En la segunda fase (197-133) conquistaron la meseta
y Lusitania en busca de recursos mineros y esclavos. Se encontraron con la resistencia de
celtíberos y lusitanos. La tercera y última fase (133-19 a.C.), liderada por el propio emperador
Augusto, fue cuando invadieron el norte peninsular en busca de recursos mineros.

Cuando terminó la conquista, comenzó el proceso de romanización, por el cual la península se


adaptó a la tradición romana. Económicamente se adoptó la moneda y se incorporó Hispania a
el circuito económico del imperio. Socialmente, se adoptó el sistema social y el derecho
romano. Surgieron personalidades como el Emperador Adriano o Séneca (filósofo).
Culturalmente el latín se impuso sobre las lenguas autóctonas menos sobre el euskera. Dotaron
las ciudades de muchas obras públicas como acueductos y se construyeron importantes
calzadas como la Vía de la Plata además de crearse foros económicos y culturales. Se impuso el
cristianismo.

1.4:

Los visigodos llegaron a la península ibérica como federados del imperio romano para expulsar
a los bizantinos, suevos y alanos. Cuando lo hicieron, establecieron su reino en Hispania con
capital el Tolosa (Francía). Los francos los derrotaron el la batalla de Vouillé (507) por lo que
abandonaron Francia y se establecieron solo en la península ibérica con capital en Toledo. Por
primera vez Hispania era un reino independiente. Los monarcas visigodos tuvieron tres
principales objetivos: la unificación territorial con la expulsión de los bizantinos por el Rey
Leovigildo, la integración social de hispanorromanos y visigodos conseguida por el Rey
Recaredo con la unificación religiosa (catolicismo) y por el rey Recesvinto con la unificación
jurídica, y la estabilidad política con el intento del Rey Leovigildo de establecer una monarquía
hereditaria. Fracasó por la negativa de los nobles. Para gobernar estaba el Officium Palatanium,
compuesto por el Aula Regia que era un órgano de asesoramiento del rey y los concilios que
eran reuniones del rey con altos cargos de la nobleza y la iglesia donde se tomaban las
decisiones importantes tanto políticas como religiosas.

2.1:

La conquista musulmana surgió en el contexto de la expansión del imperio islámico y la crisis


del reino visigodo. Los nobles enfrentados al rey Rodrigo pidieron ayuda a los musulmanes que
enviaron ayuda con tropas dirigidas por Tariq formadas por bereberes (tropa) y árabes
(oficiales) que cuando ganaron la batalla de Guadalete (711) provocaron la inestabilidad del
reino visigodo y conquistaron la península en apenas 5 años, aunque su control en el norte fue
muy débil. La primera etapa fue la del Emirato de Córdoba (711-929), que primero fue el
emirato dependiente (711-756), cuando Al-Ándalus dependía política y religiosamente del
Califa de Bagdad, y liego vino el emirato independiente, cuando Abderramán I llegó a Al-
Ándalus refugiado de la guerra civil en la capital del imperio entre las familias de los Omeyas y
los Abasies. Abderramán I declaró Al-Ándalus en emirato independiente políticamente, pero
seguía obedeciendo religiosamente al Califa. La siguiente fase fue el Califato (929-1031) que
comenzó cuando Abderramán III declaró Al-Ándalus independiente política y religiosamente.
Esta fue la mejor época de Al-Ándalus convirtiéndose en el mayor foco cultural de Europa con
su hijo Al-Hakam II. Su hijo, Hixam II estuvo dominado por su visir (Almanzor) que destacó por
sus victorias contra los reinos cristianos. A su muerte (1002), comenzó una crisis que puso fin al
califato en 1031. Cuando desapareció el califato Al-Ándalus se dividió en 27 taifas (1031-1086),
destacando la de Sevilla o Toledo. Sobrevivieron por el pago de parias a los reinos cristianos. La
conquista castellana de Toledo (1085) provocó la llegada de los Almorávides, un pueblo
musulmán del norte de África que incorporó Al-Ándalus a su imperio. Estos derrotaron a
Alfonso VI en la batalla de Sagrajas. También entraron en crisis por los ataques de los
Almohades en el norte de África, cosa que propició la aparición de las segundas taifas. Esto
facilitó la expansión cristiana, liego frenada por la llegada de los Almohades que también
incorporaron Al-Ándalus a su imperio. Su victoria en Alarcos (1085) llevó a Alfonso VII a
promover una alianza cristiana y a pedir al Papa que lo declarara cruzada (guerra santa). La
derrota almohade de Las Navas de Tolosa (1212) provocó que la expansión cristiana no se
pudiera parar hasta que solo quedó el Reino de Granada, que fue conquistado por los Reyes
Católicos en 1492. Este reino fue un gran foco cultural y muy prospero.

2.2:

Al-Ándalus desarrolló una economía urbana a diferencia de la Europa feudal. En la agricultura,


los musulmanes introdujeron nuevas técnicas de regadío el los valles del Ebro, Guadalquivir y
Segura e introdujeron nuevas culturas. Destacaron talleres como el de Toledo en la producción
de productos de lujo y Al-Ándalus importaba productos de lujo y exportaba manufacturas.

La sociedad andalusí era muy variada. La población musulmana estaba conformada por los
árabes (aristocracia), los bereberes y los muladíes (cristianos conversos al Islam), y la no
musulmana estaba formada por los mozárabes (cristianos no conversos sujetos a un impuesto
especial) y los judíos. La convivencia fue pacífica hasta la expulsión de los mozárabes por los
Almorávides en el siglo XI. Culturalmente, Al-Ándalus fue un gran foco cultural, especialmente
durante el califato. Destacaron en filosofía (Averroes), matemáticas, astronomía, literatura y
arquitectura. La población árabe hablaba árabe y los mozárabes lenguas romances y árabe.

El legado judío fue muy importante por sus grandes aportaciones en todos los ámbitos y eran
grandes personalidades de la época como banqueros. Destaca el filósofo Maimónides.

2.3:

Los primeros núcleos de resistencia cristiana surgieron en el norte de la península con


población local poco romanizada y resistencia visigoda. En la cordillera cantábrica, tras ganar la
batalla de Covadonga en el 722, el rey Rodrigo fundó el Reino Astur que se expandió por Galicia
y Cantabria. Más tarde se trasladará la capital a León (Reino Astur-Leones) Castilla se
independizará en el siglo X y Portugal en el XII. En los pirineos tras la desintegración de la
marca hispánica durante el siglo IX nacerá el reino de Pamplona (batalla de Roncesvalles), los
condados Aragoneses, Sobrarbe y Ribagorza y los Condados Catalanes.

La fortaleza militar del califato parará la reconquista hasta la ocupación de Toledo en 1085. Los
almorávides detienen esta expansión hasta la aparición de las segundas taifas cuando se
conquista Zaragoza Lleida y Portugal en torno al 1150, provocando la llegada de los almohades
y frenando el avance. Tras la derrota cristiana de Alarcos (1195) se potenció una alianza
Cristiana. Tras la victoria de Las Navas de Tolosa (1212), el avance cristiano fue imparable hasta
que solo quedó el Reino Nazarí de Granada (Castilla) y hasta Valencia de Aragón.

El rey era la máxima autoridad en Castilla y en los Condados Catalanes eran los Condes de
Barcelona. La corte (nobles cercanos al rey) y el consejo real (asesoramiento) completaban el
organigrama político. El poder real estaba limitado por la iglesia, las revueltas de los nobles y
las prerrogativas de la corte, además de los fueros. El reino de navarra surgió por la herencia de
Sancho III. Los matrimonios se usaban como uniones y las herencias podían dividir o unir
territorios.

2.4:

Existieron tres modelos de repoblación. El primero (s. IX-X) que se aplicó al norte del Duero
fuer por presura, que consistía en el asentamiento libre de campesinos, nobles y clero en los
territorios reconquistados. El segundo modelo (s. XI), al norte del Tajo, que por concejos, que
consistían en la fundación de nuevos municipios con privilegios (fueros) para los nuevos
habitantes de esas poblaciones. Por último, el tercer modelo (s. XII.XIII), hasta el norte del
Guadalquivir, consistía en repartimientos. Estos eran concesiones de tierra a nobles y órdenes
militares a cambio de la ayuda en la reconquista.

Los modelos de repoblación dieron diferencias entre el sistema feudal peninsular al europeo.
La nobleza y el clero aumentaron sus señoríos por los modelos de repoblación. Los nobles
debían vasallaje al rey por lo que le debían pagar impuestos y prestar ayuda militar, pero los
nobles tenían todas las competencias (fiscal, militar…) en sus señoríos. El rey solo tenía
autoridad en los señoríos de realengo. La sociedad feudal estaba organizada en tres
estamentos: nobleza y clero (privilegiados) y el pueblo llano (no privilegiado). Los primeros no
pagaban impuestos y el pueblo sí. Había desigualdad ante la ley y no había movilidad entre
estamentos, sino que estaban determinados por nacimiento.

2.5:

Las coronas estaban organizadas políticamente de diferente manera. En la Corona de Castilla el


rey tenía un poder absoluto por la creencia del origen divino de su poder, por lo que las cortes
eran meramente consultivas. La audiencia (tribunal superior) y el mayordomo real (hacienda)
completaban el organigrama político. En la Corona de Aragón la autoridad del rey estaba muy
limitada por las cortes, una en cada reino. El monarca tenía virreyes en cada reino, que en
algunos casos tenían supervisión como la Generalitat en Cataluña o el Justicia Mayor en
Aragón. En Navarra el Tribunal de Comptos (tribunal de cuentas) y las cortes limitaban el poder
real ya que era una monarquía pactista. Los reyes dividían el territorio en regiones (merindades
en Castilla y veguerías en Aragón) para la mejor administración de este, y sus gobernadores
tenían competencias fiscales y judiciales. Muchos municipios contaban con fueros. Los
municipios estaban dirigidos por la oligarquía local (patriciado), y se limito este poder
nombrando corregidores. En Cataluña se produjeron enfrentamientos entre el artesanado y el
patriciado (Conflicto de la fa Biga y la Busca).
3.1:

Los reyes católicos (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón) celebraron su boda secreta en
1469 y llevaron a cabo la unión dinástica entre sus reinos. Isabel tomó el trono de Castilla
cuando acabó la guerra civil por el trono y ganó contra Juana la Beltraneja y Fernando cuando
murió Juan II. En 1475 al comenzar la guerra civil en Castilla firmaron la Concordancia de
Segovia por la que acordaban gobernar conjuntamente sus territorios, Isabel siendo reina
consorte en Aragón y viceversa. Esta unión supuso la creación de una administración común,
aunque cada uno conservó sus leyes, lengua, economía y costumbres. La política exterior y la
inquisición fueron elementos comunes. Castilla siempre ejerció un papel dominante por su
mayor tamaño y poder económico. El reinado de los reyes católicos supuso el paso de una
monarquía feudal a una autoritaria con el sometimiento de las instituciones que limitaban el
poder real: nobleza (inclusión en las cortes), iglesia (derecho de presentación) y los municipios
(corregidores). También se creó un órgano burocrático central eficaz que fueron los consejos,
chancillerías y audiencias, la hacienda, la santa hermandad y un ejercito profesional. También
se buscó la unificación religiosa con la expulsión de los judíos (1492) y la de los mozárabes
(Castilla, 1502). Isabel y Fernando iniciaron la guerra contra Granada en 1481 que finalizó en
1492. El rey de Granada, Boabdil II entregó Granada a cambio de que se respetara la cultura,
tradición y religión de los habitantes de Granada.

3.2:

Conquistada Granada, Isabel autorizó y financió una expedición de Cristóbal Colón que
pretendía llegar a Las Indias por el Atlántico. Esta expedición había sido ya ofertada a otras
coronas e incluso a los propios reyes católicos unos años atrás. El cambio de parecer se debió a
la búsqueda de Portugal de nuevas rutas para las especias. El 12 de octubre de 1492 Cristóbal
Colón llega a América (San Salvador) creyendo que eran Las Indias, cosa que creerá hasta su
muerte. Más tarde llegará a Cuba y a La Española. En 1494 Castilla y Portugal de dividieron el
mundo en una línea imaginaria vertical próxima a Cabo Verde.

Los territorios americanos descubiertos pertenecerían a Castilla, que impulso estas


expediciones mediante capitulaciones. Tras llegar a las Antillas, las exploraciones pretenden
llegar a las Indias (llegada el Pacífico de Núñez de Balboa y primera vuelta al mundo de Elcano).
Más tarde se conquistaron los imperios precolombinos (Azteca por Hernán Cortés y el Inca por
Francisco Pizarro), y más regiones como Yucatán, Chile, Florida o el sur de Estados Unidos. La
magnitud y rapidez de las conquistas se debió a la superioridad militar española y a las
enfermedades traídas de Europa que mataban a muchísimos americanos nativos. Los
territorios nativos se conquistaban por el derecho de encomienda, que permitía su explotación
laboral a cambio de su cristianización y la corona dictó las Leyes de Indias por las protestas de
algunos religiosos. Para los indígenas las conquistas supusieron un descenso demográfico, la
imposición del cristianismo, procesos de sincretismo cultural, la adopción del sistema de castas
y la economía y la llegada de nuevos recursos agropecuarios (ovejas, trigo…). Para los
españoles supuso el paso de la monarquía hispánica a ser la primera potencia mundial, nuevos
territorios, el establecimiento del monopolio en el comercio con América (Casa de
Contrataciones, Sevilla) y la llegada de metales preciosos y nuevos productos (tomate,
tabaco…).
3.3:

La casa de los Austrias llegó a España de la mano de Carlos I, cuando heredó el trono español
por la muerte de su padre, Felipe I, y la incapacidad de su madre de reinas (Juana la Loca, hija
de los reyes católicos). Cuando llegó a la corona de Castilla también estaba optando a el cargo
de emperador de Alemania, y ese cargo se pagaba. Cuando llegó a Castilla subió los impuestos
y se fue dejando a extranjeros a España (Adriano de Utrecht), lo que provocó el descontento de
la población y la Revuelta de las Comunidades (1500-1502), cuando la baja nobleza y el pueblo
se revelaron contra la monarquía. Gracias al apoyo de la alta nobleza el rey consiguió apaciguar
las revueltas ganando la Batalla de Villalar (1521). A la vez, en Aragón se produjo la Revuelta de
las Germanías, cuando artesanos y comerciantes se revelaron por la presión fiscal, finalizando
con la victoria de las tropas del virrey. Ambas revueltas reforzaron la autoridad del rey en
ambos reinos y la alianza con algunos nobles, incorporándolos a los consejos de gobierno. En la
política exterior, el monarca quería restaurar la universidad cristiana, en la cual el tenía la
autoridad total sin subordinarse al Papa. Esto le llevó a enfrentarse con Francia por el control
del milanesado (victoria de pavía), con los musulmanes por la defensa de su fé y con los
protestantes en Alemania, que a pesar de haber sido derrotados en Muhlberg obtuvieron la
independencia religiosa (Paz de Hasburgo, 1555). Carlos I abdicó en su hijo Felipe II en 1556,
heredando los territorios castellanos, y dejando los territorios alemanes a su hermano
Fernando. Felipe II potenció el sistema de gobierno polisinodial creado por los reyes católicos
por la dificultad de gobernar tantos territorios (Filipinas, América…) y la idea de universidad
cristiana pasó a ser la de la monarquía hispánica: un imperio cristiano sostenido por Castilla.

Felipe II vivió la rebelión de las Alpujarras (1568-1570) contra los moriscos por la prohibición de
su lengua y costumbres. Esta revuelta fue sofocada por el hermano del rey. Por otra parte, la
huida de Antonio Pérez y su refugio en Zaragoza provocó la rebelión allí por el no respeto al rey
de los fueros y su enfrentamiento con el Justicia Mayor. Esto terminó con la victoria del rey y la
retirada de los fueros a ese territorio. En los conflictos externos, la defensa de la hegemonía
española nos llevó a muchos conflictos, como a enfrentarnos a Francia hasta en cuatro
ocasiones y con Inglaterra (derrota armada invencible, 1588). La defensa de la fe provocó
enfrentamientos con los turcos y con los protestantes, que resultó en la división del territorio
de Flandes en dos. La muerte de Sebastian I en Portugal sin descendencia permitió a Felipe II
hacerse con el trono tras una breve guerra. La unión fue solo personal pero no administrativa.

3.4:

Tras morir Felipe II en 1598, el imperio español vivió una crisis que terminó con la hegemonía
española. Los Austrias menores delegaron mucha parte de su gobierno en validos (ministros,
de confianza). Su nepotismo y actuación al margen de los consejos provocó el rechazo del
pueblo y de la nobleza. De Felipe III destacó el Duque de Lerma, que adoptó una política
exterior pacifista (Tratado de Londres, Guerra de los 12 años con las provincias unidas) por la
falta de recursos y la expulsión de los moriscos. El Conde Duque de Olivares (valido de Felipe
IV) intentó mantener la hegemonía europea participando en la guerra de los 30 años que
condujo a la Crisis de 1640. Carlos II tuvo otros validos como Valenzuela.

La crisis de 1640 se produjo cuando el Conde Duque de Lerma propuso la unión de armas por
la falta de recursos para financiar las múltiples guerras. Esta unión consistía en que todos los
reinos de la corona debían aportar sus recursos (tropas, dinero…) para las guerras en las que
estaba España en ese momento para aliviar la presión sobre Castilla. Esto fue rechazado por las
Cortes Aragonesas por lo que Olivares propició la entrada de Francia en el conflicto y esto llevó
a la revolución en 1640 en Cataluña que provocó su unión a Francia y si vuelta a España en
1658, la independencia de Portugal y revueltas en otras partes.

La guerra de los 30 años fue una guerra por la defensa del catolicismo contra los protestantes
promovida por el Conde Duque de Olivares. Tras los éxitos iniciales de los cristianos (rendición
de Breda) el conflicto dio un giro con la entrada de Francia en el lado protestante. Esto y la
crisis de 1640 propiciaron el fin del conflicto (Paz de Westfalia, 1648), aunque Paris y Madrid
continuaron en guerra hasta 1658.

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