Apuntes final comercial
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CLASIFICACIÓN SOCIETARIA:
A. Sociedades de personas o de capital:
Las sociedades de personas son aquellas en donde lo que más importa son los socios, debido a que su base está
en la confianza en estos. Las sociedades de personas son: Colectiva, Comandita simple, Responsabilidad
limitada y unipersonales. Las de capital, por su parte, son aquellas en donde lo que importa es el valor que se
aportó, no quién lo hizo. Las sociedades por capital son: anónima, comandita por acciones y SAS. Las
diferencias prácticas entre ambos tipos societarios son:
1. Responsabilidad de los socios: En las sociedades por capital la responsabilidad se limita en los aportes
(salvo en la SRL, en donde también hay responsabilidad por deudas fiscales y laborales), mientras que en
las de capital se responde por todo. En cuanto a responsabilidad las sociedades por comandita simple se
rigen por la misma regulación de las SRL y las sociedades por comandita por acciones por la de las
sociedades anónimas.
2. Participación en la administración: En las sociedades de personas la administración se adelanta por los
mismos socios o por uno de ellos, mientras que en las de capital usualmente se escoge a terceros
especializados para que administren la sociedad. Esto depende de cada sociedad, pues se puede cambiar.
3. Nombre: En las sociedades de personales el nombre se denomina razón social y cuanta usualmente con el
nombre y apellido de algún socio, mientras que en las de capital su nombre es denominación social y
usualmente está ligada a la actividad económica.
4. Inspección: En las sociedades de personas, la inspección se puede ejercer en cualquier momento cuando el
socio lo considere necesario, mientras que en las de capital se limita por la ley (en anónimas es de 15 días
antes de la asamblea ordinaria; en las SAS es de 5).
5. Revisor fiscal: En las sociedades de capital se tiene la obligación de tener un revisor fiscal, mientras que en
las de personas solamente es necesario obligatoriamente cuando la sociedad tiene más de 5000 SM en
activos o 3000 SM en ingresos.
B. Sociedades por acciones, cuotas o partes de interés:
Esta clasificación se deriva de la división de capital. Las sociedades por acciones son las SAS, la comandita por
acciones y la anónima; las sociedades por partes de interés son las colectivas y las sociedades por cuotas son la
sociedad por comandita simple y las SRL. Las diferencias son:
1. Enajenación: En las sociedades por acciones hay libertad total para enajenar acciones; en las sociedades por
partes de interés solo se puede hacer con aprobación unánime de los socios; en las sociedades por cuotas se
puede realizar negociación libre, pero tiene que ser aprobada por la mayoría de los socios.
2. Estructura: En las sociedades por cuotas y por partes de interés, el patrimonio es único y no se divide; en
las sociedades por acciones hay una división tripartita entre patrimonio pagado, suscrito y autorizado.
3. Voto: En las sociedades por partes de interés el voto será por cabeza; en las sociedades por acciones y por
cuotas la votación será según la participación. En todas las decisiones se toman por la mayoría de votos,
pero se diferencia en el porcentaje que le corresponde a cada socio. En acciones se puede cambiar el valor
de un voto.
C. Otras clasificaciones:
También se pueden clasificar las sociedades de la siguiente manera: i) sociedades regulares, irregulares y de
hecho, donde la regular es la que se constituye conforme a la ley y sus formalidades, la irregular es la que se
creó conforme a la ley pero necesita un permiso de funcionamiento para desarrollar su objeto y no lo tiene, y la
de hecho es la que no cumple con las formalidades que exige la ley; ii) sociedades matrices y subordinadas,
en donde la matriz es la que ejerce control sobre otras sociedades denominadas filiales, y las subordinadas son
aquellas que tienen sometido su poder de decisión a la decisión de otra persona por fuera de la sociedad; iii)
sociedades por su nacionalidad, pueden ser nacionales, cuando se constituyen con arreglo a la ley colombiana,
o extranjera, que se constituye en el extranjero (puede entrar a Colombia de varias formas: si solamente va a
realizar negocios ocasionales, caso en el que puede actuar por su personería jurídica extrajera; si va a realizar
negocios permanentes, deberá constituir una sucursal); iv) sociedades abiertas o cerradas, en donde la abierta
es en la que cualquiera puede comprar acciones sin límite, y la cerrada es aquella en la que la adquisición de
cuotas o partes requiere trámites o requisitos extra).
D. Subtipos societarios:
Son creaciones doctrinales que no cumplen con tipos generales, pero que cuentan con unas características
especiales que hacen que tengan un régimen especial. Estas son: a) sociedades de beneficio e interés colectivo,
que son aquellas que buscan tener sostenibilidad social y un compromiso con la sociedad, estando esta
característica en los estatutos; b) sociedades de economía mixta, en donde hay participación de capital privado y
público, las cuales a pesar de tener un régimen privado, su creación obedece a una ordenanza de la asamblea o
del concejo; c) empresas de servicios públicos, con un régimen propio; d) sociedades civiles, que no se rigen
por el CCo; e) sociedades cotizadas en bolsa, que tienen libertad de negociabilidad por los accionistas, y que
tienen algunas reglas especiales, como la supervisión de la Superfinanciera en el manejo de recursos o la
obligación de tener junta directiva.
II. PERSONIFICACIÓN JURÍDICA:
Es una ficción que permite la circulación de la riqueza y limita la responsabilidad. En las sociedades que se
rigen por el CCo, se obtiene la personalidad jurídica al momento de elevar el contrato de sociedad a escritura
pública. En las SAS, la personalidad jurídica surge con el registro mercantil en la cámara de comercio. Una vez
nace, la sociedad comienza a ser sujeto de derechos, que implica todos los atributos de la personalidad, salvo el
registro civil, y obligaciones. Además de eso, una vez nace la personalidad jurídica, hay separación patrimonial
entre el patrimonio de la sociedad y el patrimonio del socio, aunque se limitará a la buena fe negocial y al abuso
del derecho.
III. REQUISITOS DEL CONTRATO DE SOCIEDAD:
A. Elementos esenciales:
Una sociedad comercial se entiende como la institución mercantil que surge de un contrato o acto unilateral, por
medio del cual una o más personas aportan una prestación de dar o hacer a una persona jurídica independiente
que conforman, con el ánimo de desarrollar de forma organizada un objeto social y buscando extraer una
utilidad económica. Los elementos esenciales del contrato, según la doctrina son: i) pluralidad, que se refiere al
número mínimo o máximo de socios que cada tipo de sociedad permite (colectiva: mínimo dos; SRL: mínimo 2,
máximo 25; Anónima: mínimo 5; Comandita simple: mínimo un gestor y un comanditario, máximo 25
comanditarios; Comandita por acciones: mínimo un gestor y 5 comanditarios; SAS: mínimo 1); ii) Aportes,
cualquiera que sea su tipo; iii) ánimo de percibir utilidades, pues se dice que la intención de crear una
sociedad es obtener un beneficio económico, aunque no necesariamente se deben ver utilidades; iv) animus
societatis, que significa que los socios deben tener la intención de realizar de forma conjunta el objeto social
que propone la sociedad, que siempre estará presente porque el socio asume el riesgo de participar en una
sociedad, ya sea con un beneficio o no. Este ánimo no significa la intención de desarrollar el objeto social
personalmente.
Si no se cumple con una norma de carácter imperativa, el contrato será nulo, siendo una obligación del notario o
de la Cámara de Comercio revisar los elementos del contrato. Si surge el incumplimiento del elemento de
pluralidad sobrevinientemente, se configura una causal de disolución. Si el incumplimiento versas sobre los
aportes, se podría ver alguna de las siguientes situaciones: si no hay un mínimo de aportes para desarrollar el
objeto social, deberá disolverse y liquidarse de inmediato la sociedad; si hay aportes para desarrollar el objeto,
pero uno de los socios incumple con su obligación, se podrá excluirlo de la sociedad, demandar el
incumplimiento de las obligaciones en un proceso ejecutivo o disminuir su participación hasta el monto que
haya cumplido o se comprometa a cumplir. Si no hay reparto de utilidades no se configura una causal de
disolución o de inexistencia del contrato, sin embargo, si no hay utilidades porque la sociedad no tiene tal fin, se
observará la inexistencia del contrato y se configurará la existencia de una ESAL. Si no hay ánimo de asociarse,
tampoco se configura una causal de disolución, aunque lo que procedería es la disolución por común acuerdo de
las partes o por orden judicial.
B. Requisitos de validez:
La capacidad en el contrato de sociedad se divide en dos: por una parte, la capacidad del socio, pues la ley
consagra que un menor de edad no puede ser socio de una sociedad en donde se determine la responsabilidad
ilimitadamente, mientras que en el resto de tipos societarios no hay límite. Por otra parte, la capacidad de la
sociedad se observa en los estatutos, específicamente en el objeto social, el cual debe estar específicamente
determinado, salvo en las SAS. El consentimiento libre de vicios se aplica igual en cuanto al CC, con alguna
diferencia que hace el CCo en cuanto al error en materia societaria. En el Código de Comercio se determina que
el error puede ser de tres tipos: i) el error esencial se configura cuando los socios contaban con algo que
resultaba fundamental en el contrato, pero finalmente no se configuró o no ocurrió tal (permiso de
construcción); ii) el error en la persona se configura únicamente cuando se está ante una sociedad de personas;
iii) el error en la especie se configura cuando hay un error en el tipo societario, siempre que se esté ante uno que
da más responsabilidad. En cuanto al dolo y a la fuerza, la aplicación es la del CC. El objeto ilícito se presenta
cuando las prestaciones o la actividad social sea contraria a la ley o al orden público, mientras que la causa
ilícita se presenta cuando la motivación del socio es contraria a la ley o al orden público.
Si hay falta de consentimiento o de capacidad, el remedio es la nulidad relativa, que busca que se retrotraigan
las cosas al estado previo a la formación del contrato. Si el consentimiento o capacidad no se ve en únicamente
un socio, se podrá restituir su aporte o se podrá sanear (por ratificación o por prescripción de dos años del
conocimiento). Si la causal recae sobre la sociedad, se deberá disolver y liquidar, igual que ocurrirá si la causal
recae sobre un socio fundamental para el desarrollo del objeto social. Si hay causa u objeto ilícito, se observará
la nulidad absoluta, que conlleva a la pérdida del aporte y no se podrá sanear.
C. Requisitos de forma:
El contrato de sociedad es un contrato consensual que tiene unos requisitos de forma con el fin de dar
oponibilidad, publicidad y la constitución de la personería jurídica. El contrato será válido y vinculante entre las
partes aún si no se cumple con esos requisitos. Para las sociedades del CCo hay dos requisitos, por una parte,
elevar el contrato a escritura pública y, por otra parte, el registro en la Cámara de Comercio. Para la escritura
pública se envían los estatutos y el notario hará un control de legalidad. Una vez cumplido esto, se debe ir a la
cámara correspondiente para cumplir con el registro mercantil, que tiene fines de oponibilidad. Si no se hace,
además de ser inoponible, habrá responsabilidad solidaria de los socios frente a los acreedores de todas las
obligaciones que cause la sociedad. Si ni siquiera se eleva a escritura pública, habrá una sociedad de hecho. Las
sociedades pequeñas que cumplan con ciertos requisitos podrán regirse por el régimen de las empresas
unipersonales. Las SAS y las EU solamente tienen el requisito del registro mercantil, pues la constitución se
puede hacer por documento privado, aunque si no se inscribe, habrá una sociedad de hecho. Si en la
constitución de alguna de estos tipos de sociedad se quiere aportar un inmueble, se requiere escritura pública.
La sociedad de hecho en todos los casos cumple con las siguientes características: i) carece de personalidad
jurídica; ii) los socios responden solidaria e ilimitadamente de las obligaciones de la sociedad; iii) los estatutos
surten efectos únicamente entre los socios.
D. Contenido del contrato:
El artículo 110 del CCo determina que el contenido del contrato es el siguiente:
1. Nombre, domicilio, nacionalidad e identificación de los socios.
2. Tipo de sociedad y nombre.
3. Ciudad de domicilio de la sociedad y sus sucursales.
4. Objeto social.
5. Capital social y la parte de este que será entregado por cada socio. En las anónimas se debe indicar el capital
autorizado, el suscrito y el pagado.
6. Forma de administrar la sociedad.
7. Época y forma en la que se llevarán a cabo las asambleas o juntas de socios ordinarias y extraordinarias.
8. Fecha y forma de llevar a cabo inventarios, balances y distribución de utilidades.
9. Duración de la sociedad y causales de disolución.
10. Forma de liquidar la sociedad, bienes que serán restituidos y formas de responsabilidad.
11. Cláusula compromisoria.
12. Información del representante legal de la sociedad.
13. Facultades y obligaciones del revisor fiscal.
14. Demás pactos estipulados.
IV. CAPITAL SOCIAL:
Es una cifra abstracta, fija y determinada que representa el valor de los bienes aportados para el desarrollo de la
actividad social. Este conforme el fondo común y sirve como garantía de los acreedores. El patrimonio es el
conjunto de activos y pasivos, por lo cual varía.
Enajenación. El valor nominal (valor incluido en los estatutos, que se mantiene igual hasta reforma estatutaria),
comercial (activos y pasivos y la participación futura o presente en el mercado) y social (valor según los libros
contables de la sociedad) de las acciones son diferentes, pues se pueden crear primas de colocación de acciones,
para que sea vendida por mucho mayor valor. Para vender una parte de interés, además de contar con el
acuerdo de todos los socios, se requiere una reforma estatutaria. Sin embargo, después de la venta de la parte de
interés, la responsabilidad se extiende por un año más desde el registro. En las sociedades por cuotas, para que
el socio ceda su cuota, debe agotar el derecho de preferencia y debe contar con la autorización de la junta de
socios, además de inscribir esto en la escritura pública y en el registro mercantil. Si se habla de acciones, no se
requiere agotar el derecho de preferencia ni se deben modificar los estatutos. En estas sociedades si hay derecho
de preferencia para la suscripción de acciones.
Tridivisión del capital. En las sociedades por acciones el capital se divide en autorizado, pagado y suscrito. El
capital autorizado es el capital máximo que los socios estiman que la sociedad necesita para desarrollar su
actividad social. El suscrito es el capital que se obliga a pagar el socio. El pagado es el que ya se ha aportado
efectivamente. El capital suscrito debe ser al menos de la mitad del autorizado y el pagado debe ser al menos de
un tercio del suscrito al momento de constituirse. El plazo para realizar el pago total es de un año. En las SAS
estas reglas no aplican, pues respecto de los porcentajes hay total libertad y en cuanto al término para pagar todo
el capital suscrito, este será de dos años. Las acciones emitidas son aquellas que ya se han repartido a los socios,
mientras que las que están en reserva son aquellas que nadie ha comprado. Las acciones en reserva son las que
se encuentran entre la diferencia entre capital autorizado y suscrito. Si un socio no ha pagado su parte de capital
suscrito, la sociedad podrá guardar sus acciones hasta que cancele el 100%. El capital pagado se garantiza por
certificado del contador o del revisor fiscal.
Aportes. Los aportes consisten en una obligación de dar o hacer que asume el asociado frente a la sociedad para
conformar el fondo social o capital social. Este aporte puede implicar la transferencia de bienes a la sociedad,
caso en el que se debe cumplir con las reglas especiales de la transferencia de cada tipo de bien. El aporte debe
ser determinado o determinable, lícito y posible, y es el que consolida el estatus de socio de la persona que ha
entregado el aporte. El aporte se rige por las reglas de la compraventa, con la diferencia de que el pago no es en
dinero, sino en acciones. Una vez se ha realizado el aporte, se consolidan los derechos en cabeza del socio. Los
derechos se dividen en derechos económicos y políticos. Los derechos políticos son: derecho a participar y a
votar en asambleas o juntas, derecho a la fiscalización individual, derecho de preferencia en la venta o
suscripción de acciones (en la anónima no hay salvo pacto en contrario respecto de la enajenación, aunque si
hay preferencia en suscripción de acciones, salvo renuncia a ese derecho; en las SRL el derecho de preferencia
apunta para la venta de acciones y la suscripción de estas), derecho a impugnar acuerdos sociales cuando
considera que el acuerdo ha violado la ley o los estatutos, y finalmente tiene el derecho de retiro. Los derechos
económicos son: derecho a participar de las utilidades sociales y derecho a recibir una cuota final de
liquidación. Los aportes pueden ser:
1. En dinero. Consiste en la obligación de transferir una suma de dinero en pesos colombianos. Si se hace en
moneda extranjera, debe calcularse con la tasa del momento del aporte para saber su valor. Este es un aporte
de capital.
2. En especie. Es un aporte de capital que se puede dar sobre cualquier cosa que tenga un valor y que sea
lícito. Es importante hacer un avalúo, pues dependiendo de ese valor se entenderá el valor del aporte y las
acciones que le corresponden al socio. Si se va a aportar un bien y el avalúo es mayor al real, habrá
responsabilidad solidaria por la errada valoración del aporte. El avalúo se puede hacer previo a la
constitución de la sociedad o después en asamblea de socios. Si un socio no está de acuerdo con el avalúo,
podrá acudir a un peritaje privado o de la Superintendencia. Algunos tipos de aportes en especie son:
establecimientos de comercio, inmuebles, muebles, derechos de propiedad industrial, usufructo de bienes,
contratos, créditos o participaciones sociales. En caso de pérdida de la cosa se deberá ver que tipo de bien:
Si todavía no se ha entregado y el bien es de cuerpo cierto y la pérdida es fortuita (si no se demuestra el
hecho fortuito, se indemnizará), se podrá sustituir por su valor en dinero o el socio se podrá retirar de la
sociedad, salvo que el bien sea fundamental para el desarrollo del objeto social, caso en el que se podrá
disolver. Desde que se recibe el bien, este tendrá la responsabilidad de custodiar el bien. Si es de género, se
aplicará la pérdida de cosas de género del CC.
3. De industria. Los socios podrán aportar su fuerza de trabajo en una obligación de hacer. Este se diferencia
con un contrato de trabajo en la subordinación. Para que se pueda entender que un aporte es de industria, se
debe cumplir con: i) obligación intuitus personae de una persona natural; ii) prestación temporal, sucesiva y
mientras la fuerza de trabajo o intelectual sea posible; iii) el aporte no hace parte del capital, ni es prenda de
los acreedores; iv) su contenido y alcance está preciso en los estatutos; v) tiene derecho de voz, pero no de
voto salvo que haya redimido acciones; vi) puede ser administrador de la sociedad; vii) participa de las
utilidades y asume las pérdidas; viii) no se puede constituir una sociedad solo con aportes de industria. El
aporte de industria puede ser con o sin estimación de valor. En el aporte con estimación de valor el socio
redime su aporte de trabajo en participaciones sociales al corte de cada ejercicio contable, con cargo a la
cuenta de pérdidas y ganancias, para lo cual se debe determinar un valor a su aporte de trabajo que se
redimirá al fin de cada ejercicio, cosa que hace que el accionista será también capitalista. Esto no es posible
en sociedades por comandita, pues el aporte es propio del comanditario, ni en la SRL pues el aporte se debe
hacer al momento de constituir la sociedad. En el aporte sin estimación de valor, el aporte no tendrá
participación social, aunque el socio tendrá derecho a recibir ciertas utilidades al finalizar el ejercicio
contable, estando su valor en los estatutos. Este socio nunca tendrá derecho de voto, pues su trabajo jamás
se convertirá en capital, aunque si tiene derecho de veto sobre cualquier decisión que afecte su condición de
socio de industria. Esto no es posible en sociedades por comandita. Si no se especifica el valor del aporte, el
valor se dará como si fuera socio mayoritario capitalista.
Los asociados deben realizar su aporte en el lugar, forma y momento estipulado en el contrato. A falta de
estipulación, los muebles se entregarán en el domicilio social. En las sociedades por cuotas y partes de interés el
pago se debe hacer íntegramente al momento de constituirse.
Variabilidad de capital. Busca explicar las fluctuaciones que puede tener el aporte de capital. La restitución
del aporte consiste en la devolución de los mismos bienes aportados en la sociedad, aunque solo es posible
cuando se trate de bienes en usufructo, cuando se haya pagado el pasivo externo en la liquidación y así se haya
pactado y cuando se declare nulo el contrato social respecto del socio reclamante. El reembolso del aporte
consiste en la devolución de la parte porcentual del patrimonio social que le corresponde a un asociado, por
causa de la liquidación de la sociedad, por el retiro del socio o por la disminución del capital social. Si este
viene por causa de la liquidación solo procederá después de pagado el pasivo externo, o antes de pagarlo si los
activos sociales exceden el doble del pasivo externo. Si es por causa del retiro del socio, dependerá del tipo
social, pues en sociedades colectivas solo se permite cuando fallece el socio y no se permite la continuidad con
los herederos; en la SRL cuando no se autoriza por la junta el ingreso de un nuevo socio; o por el ejercicio del
derecho de retiro ante reformas estructurales de la sociedad. El reembolso y la restitución eventualmente pueden
conllevar la disminución del capital social. Una disminución requiere reforma estatutaria, además de la
inscripción. Si la reducción comporta reembolso efectivo se requiere autorización de la superintendencia que
acredite que se carece de pasivo externo, que hecha la reducción de los activos sociales representan no menos
del doble del pasivo externo, o que los acreedores acepten expresamente y por escrito la reducción. En caso de
derechos laborales, se requiere aprobación del Ministerio del Trabajo. Hoy en día esta regla solo se aplica en
algunos casos específicos, como en casos de insolvencia.
La readquisición de acciones es cuando la sociedad adquiere acciones que eran de ella y que se vendieron a los
socios, por un contrato entre el asociado y la sociedad. Busca disminuir la cantidad de acciones en el mercado.
Este no reduce el capital social salvo que se haga el proceso de cancelación de acciones. Las acciones vuelven a
la sociedad, pero no en condición de reserva, sino en suspenso sin ejercer derechos. Para que se pueda hacer se
requiere la aprobación del 70% de las acciones suscritas. Para su pago, sólo se podrán usar fondos de utilidades
líquidas. Las acciones deben estar liberadas. La capitalización se puede hacer de varias formas, aunque la
manera ordinario es mediante el aporte de nuevos bienes o recursos económicos de los socios o nuevos
inversionistas emitiendo nuevas partes de interés, cuotas o acciones. Las formas más comunes son:
1. Suscripción de acciones. Es un contrato por el cual una persona se obliga a pagar un aporte y la sociedad se
obliga a reconocer su calidad de socio. Para que se haga se debe elaborar un reglamento de emisión y
colocación de acciones por la junta directiva que se deberá aprobar a la asamblea. A partir de la oferta, se
publicita y los socios podrán adquirir las partes sociales teniendo en cuenta el derecho de preferencia de
cada tipo social.
2. Capitalización de créditos. La sociedad teniendo una deuda con terceros o con los socios, en vez de pagar la
deuda en dinero o en bienes, paga en acciones, haciendo que el acreedor externo pase a ser un acreedor
interno. Busca sanear la sociedad o fortalecer la sociedad. Esta es una operación semejante a una
compensación o una dación en pago. Su materialización se hace con el traslado contable de la operación. No
se somete a una reglamento de emisión y colocación de acciones. Requiere reforma estatutaria si se trata de
una cuota social o de la aprobación de la asamblea de accionistas con una mayoría del 70% si se trata de
acciones.
3. Capitalización mediante conversión de bonos en acciones . Un bono es un título valor que incorpora una
deuda de un crédito colectivo constituido a cargo de una sociedad. La emisión de bonos presupone la
autorización de la Superintendencia Financiera, si su control le corresponde. La capitalización se puede
tratar de bonos voluntaria u obligatoriamente convertible en acciones, lo que significa que como sociedad se
tiene la opción de convertir bonos en acciones cuando cumple con ciertos requisitos. La persona que tiene
bonos no tiene derecho de voz ni de voto, aunque si podrá ejercer acciones cuando considere que la
sociedad está realizando acciones riesgosas con sus bonos. Esto es una capitalización de créditos.
4. Capitalización de utilidades. Cuando un socio tiene utilidades repartibles, puede decidir que antes de que le
entreguen esas utilidades, prefiere que se le entreguen acciones. Para ello, se trasladan los recursos de la
cuenta de resultados a la de capital. Un socio podría negarse a capitalizar sus utilidades así los demás
quieran. Para su aprobación se debe distinguir el tipo de sociedad, pues en las sociedades de cuotas sociales
se requiere aprobación unánime. En las anónimas esa capitalización puede convertirse en obligatoria
siempre que el 80% de las acciones voten a favor. Si no es así, cada socio podrá decidir si quiere o no
capitalizar.
5. Capitalización de reservas. Si es una reserva estatutaria, se requiere autorización de la junta; si es ocasional,
no requiere autorización y se hará proporcionalmente a todos los socios. Esta comprende en trasladar
contablemente los recursos de la cuenta patrimonial a la de capital.
Utilidades. Las utilidades son las ganancias obtenidas por la sociedad en un respectivo ejercicio, una vez
cumplido el pasivo externo y hechas las reservas correspondiente, que se repartirá entre los socios en función de
sus aportes. La utilidad puede ser denominada de las siguientes formas según el momento: i) utilidad bruta, que
son todos los ingresos que tiene la sociedad; ii) utilidad líquida, que son todos los ingresos restando los gastos y
costos; iii) utilidad neta repartible, que son las utilidades líquidas restando las reservas; iv) dividendos, que son
los que se pueden repartir teniendo en cuenta la participación de cada socio. Las utilidades, para ser distribuidas
deben seguir con las siguientes reglas: la distribución la proyecta la administración de la sociedad, pero la debe
aprobar la asamblea o junta de socios; deberá repartirse al menos el 50% de las utilidades netas repartibles
(salvo en las SAS); se realiza en proporción a la parte pagada de los aportes, salvo que se diga algo distinto en
los estatutos; no es posible pactar la renuncia anticipada a las utilidades; aprobadas las utilidades, se deben
entregar dentro del año siguiente y si no, se podrá acudir a un ejecutivo con el acta de asamblea.
Reservas. Son recursos retenidos por la sociedad con el fin de cubrir futuros riesgos de carácter incierto por
mandato legal, estatutario o del máximo órgano social. Las reservas legales son las que determina la ley, que
ascenderá por lo menos al 50% del capital suscrito, formado con el 10% de las utilidades líquidas de cada año.
Esta es una garantía que robustece la prenda general de los acreedores y protege a la sociedad contra pérdidas
futuras. La ley la exige para las anónimas, comandita por acciones y SRL. Las reservas estatutarias se
encuentran fijadas dentro de los estatutos por los socios, estando determinado el monto, el tiempo y la
destinación, elementos que solo se podrán cambiar por reforma estatutaria. Se forma con el porcentaje de
utilidades líquidas de cada ejercicio hasta completar el monto pactado. La reserva ocasional sirve para los casos
en que surge una situación extraordinaria para cubrir gastos. Se crea por mandato de la junta o asamblea.
V. ÓRGANO DE DIRECCIÓN:
Está conformado por la reunión de socios, siempre que se respeten los parámetros legales y estatutarios. Se
regula para evitar el abuso de las posiciones de control dentro de la sociedad. Las funciones de la junta o
asamblea son: i) aprobar las reformas estatutarias; ii) aprobar balances (estados financieros con firma de un
contador y con la aprobación del revisor fiscal) e informes del representante legal, del revisor fiscal y de la junta
directiva, siendo una forma de hacer control político a los administradores por parte de la sociedad; iii) disponer
de las utilidades y constituir reservas ocasionales; iv) elegir a los administradores, salvo en la anónima en donde
el representante legal lo elije la junta directiva; v) adoptar medidas que requieran el interés social, cuando no
están expresamente asignadas a ningún otro sujeto; vi) los demás de la ley y los estatutos. La ley determina que
tiene funciones en el proceso de liquidación, en la acción de responsabilidad o en la fusión y escisión.
El quórum deliberatorio es el número mínimo de socios que debe estar presente o representado en una reunión
de socios para tomar decisiones en favor de la sociedad. En la ley se determina que el número mínimo es la
mitad más una de las acciones. Es relevante que haya más de una persona, así esta tenga la mayoría de las
acciones (Salvo en las SAS). Para adoptar una decisión mayoritaria se requiere la mitad más uno de los votos
presentes en la reunión social, sin embargo, se puede colocar una mayoría calificada en los estatutos. Las
mayorías decisorias cambian según el tipo de sociedad de la siguiente forma:
1. Sociedad anónima: Las decisiones se tomarán por la mayoría de los votos presentes, salvo estipulación en
contrario.
2. SAS: Las decisiones se adoptarán mediante voto favorable de un número de accionistas que representen por
lo menos la mitad más una de las acciones presentes en la reunión, salvo estipulación en contrario.
3. SRL: Las decisiones se toman por un número plural de socios que represente la mayoría absoluta de las
cuotas en que se halle dividido el capital de la compañía.
4. Colectiva: Se requiere mayoría absoluta de los votos.
5. Comandita simple: Se requiere la mayoría de los votos de los socios gestores y la mayoría de las cuotas
sociales presentes en las votaciones.
6. Comandita por acciones: Se requiere la mayoría de los votos de los socios gestores y la mayoría de los votos
presentes.
Las reuniones del órgano de dirección se pueden clasificar en ordinarias y extraordinarias, al igual que hay
ciertas clasificaciones especiales que trae la ley. La reunión ordinaria se regulan por la ley de la siguiente
forma: i) la reunión se debe realizar dentro de los 3 primeros meses del año, salvo estipulación en contrario; ii)
el contenido de lo que se va a debatir en la reunión versa sobre los estados financieros, la repartición de
utilidades sociales, los informes de gestión correspondientes y la elección de los administradores que le
corresponde al máximo órgano social, aunque estos temas no son de exclusivo debate en las reuniones
ordinarias y podrían verse por fuera en extraordinarias o no llevarse por ciertos términos; iii) la convocatoria de
la reunión ordinaria deberá hacerse con 15 días hábiles sin contar el día de la convocatoria ni el día de la
reunión, para que se pueda ejercer el derecho de inspección de los socios. En las anónimas el término no se
puede cambiar y en las SAS el término es de 5 días hábiles (para ordinarias y para extraordinarias), aunque se
podrá cambiar en los estatutos. La reunión extraordinaria es aquella que no es ordinaria, aunque usualmente
tienen lugar cuando ocurren situaciones extraordinarias que se deben regular y decidir. Esta se convoca con 5
días de antelación calendario. Los tipos especiales de reuniones que trae la ley son los siguientes:
1. Reuniones por derecho propio. Se da cuando no se realiza la reunión ordinaria por errores en la
convocatoria o porque no se cumplió con esta. Los socios podrán reunirse por derecho propio el primer día
hábil del mes de abril a las 10 de la mañana en las oficinas del domicilio principal de la sociedad. En esta no
se aplica el quórum deliberatorio, aunque las decisiones si deben respetar la mayoría establecida en cada
tipo social.
2. Reuniones de segunda convocatoria. Se da cuando la reunión ordinaria o extraordinaria no se lleva a cabo
por falta de quórum, caso en el que se puede adelantar una reunión dentro de un término de 10 a 39 días
siguientes a la convocatoria de la primera reunión. En esta cualquier número de socios puede adelantar la
reunión, y la fecha se puede fijar por la indicación de la primera convocatoria o por la fijación de una fecha
en la reunión de la primera convocatoria con los socios que asistan.
3. Reuniones universales. La reunión universal es cuando el 100% de las acciones se reúnen sin necesidad de
que se realice una convocatoria. Esta se puede llevar a cabo en cualquier lugar por fuera del domicilio
principal de la sociedad, siempre que estén todos los socios.
4. Reuniones no presenciales. Pueden ser reuniones por comunicación simultanea o por comunicación
sucesiva. Esta debe cumplir con unanimidad y requiere la participación de un representante de la
Superintendencia (ya no). Se ha entendido que cuando se habla de unanimidad, se habla de la totalidad de
los socios presentes en la reunión. La reunión por comunicación sucesiva es aquella que se realiza por
correo, en donde la convocatoria da un término a los socios para que puedan votar la decisión
correspondiente. En estas hay que dejar constancias como si fueran reuniones presenciales.
La convocatoria se realiza por el representante legal, por el liquidador, por la junta directiva, por el revisor
fiscal, por el socio que tenga un mínimo del 20% del capital social o por la Superintendencia, siguiendo las
formas determinadas en los estatutos. El acta, por su parte, es el documento escrito donde se deja constancia de
los hechos, actos y decisiones que ocurrieron en la reunión. Es el principal medio de prueba de las decisiones
que se adoptan por el máximo órgano social. Las decisiones son vinculantes desde que se toman. Esta debe
identificar cuándo y cómo se hizo la convocatoria, identificación del quórum decisorio, propuestas que se
sometieron a decisión junto con sus votos a favor y en contra y la firma del presidente y secretario de la
asamblea. Las actas se pueden aprobar por lectura de dicha acta con posterior decisión de la asamblea o por el
nombramiento de una comisión. La única forma de revocar una decisión es mediante asamblea que cuenta con
el quórum y que en asamblea por las mayorías decisorio se vote a favor de la revocación.
Hay decisiones sociales que se encuentran viciadas, por lo que la ley ha contemplado ciertas consecuencias
para cada tipo de yerro en la decisión. Estas son: i) ineficacia, que genera que la decisión no produzca efectos
sin necesidad de la declaración de un juez. Para que se pueda ver la ineficacia se requiere que la reunión se haya
realizado por fuera del domicilio, que haya falta de convocatoria, que haya indebida formulación de la
convocatoria, que la decisión se tome sin el quórum deliberatorio requerido o en los casos en los que la ley lo
señala de forma especial. La cámara no podrá inscribir una decisión ineficaz, aunque si lo hace se podrá acudir
a la Superintendencia; ii) nulidad, que no actúa de pleno derecho, sino que requiere declaración del juez. Esta
se da porque la decisión no cumple con la mayoría decisoria, porque se exceden los límites del contrato social o
porque se viola la ley. Los facultados para impugnar esta decisión son los socios ausentes o disidentes de la
decisión, además de los administradores y el revisor fiscal en un término de 2 meses desde la decisión o desde
la inscripción de la decisión. El competente es el juez civil del circuito o la superintendencia (sin condena de
perjuicios), y se eleva por un proceso verbal; iii) inoponibilidad, cuando el acto existe, es válido y oponible
para los que lo suscribieron, pero no lo es frente a socios ausentes o disidentes que resulten afectados. Esta no
requiere decisión judicial, aunque si hay duda, se podrá acudir a la superintendencia.
El voto es un derecho político inherente a la condición de socio, que cambiará de valor dependiendo del tipo
social. Si un socio tiene varios votos, todos deben ir en bloque a un mismo sentido, salvo en las SAS. El voto se
debe ejercer siempre satisfaciendo el interés general de la sociedad, por lo cual el socio no puede poner su
interés personal por encima del de la sociedad. La ley ha traído ciertos mecanismos para proteger el derecho de
los socios. El más importante es el de la figura del abuso del derecho. Hay abuso del derecho de voto cuando
un socio emite su voto con la intención culpable de romper con el equilibrio contractual, en detrimento del
interés social o los intereses legítimos de alguno de los socios, o cuando se obtiene una ventaja injustificada. El
órgano competente para resolver este es la Superintendencia o el juez civil y tiene un término de prescripción de
5 años. Además de la nulidad, se podrá solicitar la indemnización de perjuicios que se causen debido a la
nulidad de la decisión. El abuso tiene distintas formas: el abuso de paridad se da cuando en la sociedad las
decisiones están equilibradas en un 50% y no se puede tomar decisiones; el abuso de minorías es cuando se
requiere la totalidad o una mayoría alta de acciones para tomar una decisión y los socios minoritarios votan en
contra para que no se tome la decisión aunque sea beneficiosa para la sociedad; y el abuso de mayorías es
cuando el socio que tiene la mayoría de las acciones toma decisiones que afectan o van en contra de los socios
minoritarios. La opresión se da cuando hay un conjunto de conductas concatenadas tendentes al menoscabo de
los derechos que le corresponden a los accionistas minoritarios conforme a la ley.
VI. PACTOS PARASOCIALES:
Son acuerdos entre algunos o todos los socios, entre socios y la sociedad o entre socios y terceros, que buscan
modificar la disciplina societaria, aunque no se encuentran en los estatutos ni son públicos. Aunque en
Colombia no hay una regulación expresa, si ha habido normas específicas que han regulado algunos temas
específicos: Inicialmente, el CCo dijo que estos pactos no tenían validez, pues se decía que toda regulación de la
sociedad debía ser pública. Posteriormente, se permitió la validez de estos, siempre y cuando no contraríen los
estatutos sociales, siendo este un contrato atípico que sólo cuenta con validez entre las partes del contrato.
Actualmente, son excepcionalmente oponibles frente a terceros siempre que se cumplan con algunos requisitos,
aunque en anónimas solo funciona respecto de acuerdos de voto (en las SAS todos). Si los pactos parasociales
involucran a la totalidad de los socios, y no se afectan los intereses de terceros, se podría dar en ciertos
supuestos una modificación de los estatutos sociales. Los pactos podrían reglamentar los estatutos, modificar su
contenido o tratar vacíos (sin limitación). Si se busca modificar o reglamentar el contenido ya existente, se
podrá hacer libremente, sin embargo, no se pueden afectar derechos de terceros. Finalmente, los pactos podrían
generar obligaciones para los que lo suscriben, aunque también podrían tener obligaciones respecto de la
sociedad y respecto de terceros. Los pactos tienen función de servir como mecanismo de protección a los
accionistas, además de servir como instrumento para determinar el funcionamiento interno de la sociedad y de
servir como vehículo de resolución anticipada de conflictos. Respecto de cada tipología societaria existen una
regulación diferente:
1. Colectivas: No se admite la existencia de pactos.
2. Anónimas: Solo se admite si se cumplen con tres requisitos: el pacto no se puede suscribir por
administradores (subjetivo), solo procede por el acuerdo de un sindicato de voto (objetivo) y debe constar
por escrito y debe estar depositado en las oficinas de la administración (forma). Si se cumplen con los
requisitos, el pacto será oponible. Si no se cumple, los votos que van en contra del pacto, no se deberían
entender contados.
3. Sociedades inscritas en bolsa: Además de los requisitos de las sociedades anónimas, para que el pacto sea
oponible, se debe publicar en la bolsa de valores, so pena de que ni siquiera sea existente entre las partes.
4. SAS: Respecto de los requisitos de la anónima, se hicieron cambios. Por una parte, el pacto sí se puede
llevar a cabo por los administradores. Por otra, en cuanto al requisito objetivo, en las SAS, los pactos
pueden tratar de cualquier tema. Finalmente, respecto de los requisitos de forma, estos se mantienen y se
agrega un límite de 10 años para el pacto.
Las cláusulas más habituales dentro de los pactos son las siguientes (aunque hay libertad total): i) pactos de
confidencialidad; ii) sindicatos de voto, que son acuerdos de socios para votar conjuntamente en una decisión
determinada; iii) acuerdos sobre transferencias de acciones. Los acuerdos respecto de transferencia de acciones
se pueden dar de las siguientes formas: a) pactos de derechos de preferencia; b) pactos de drag along, que son
derechos de arrastre en donde cuando el socio mayoritario decida vender sus participaciones, arrastrará a la
venta a los demás socios; C) pactos de tag along, en donde se genera un derecho de acompañamiento por parte
de los socios minoritarios cuando el socio mayoritario venda sus acciones; d) pactos de puts o de opción de
venta por el socio minoritario al mayoritario cuando se cumplan ciertas condiciones; e) pactos de opción de
compra del mayoritario respecto de las participaciones minoritarias; f) pactos de lock up o de no enajenación de
acciones por un término. Estos pactos están en una jerarquía similar a los estatutos sociales.
VII. ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN
Es un órgano de gestión interna o de gestión externa, que toma decisiones del desarrollo interno de la sociedad,
pero que también es la expresión que tiene la sociedad frente a terceros, al ser la cara visible de esta. Sus
funciones básicas son: gestionar la fuerza laboral dentro de la empresa, ordenar y disponer de los bienes sociales
de conformidad con las facultades de la ley, los estatutos y el máximo órgano social, y representar a la sociedad
frente a terceros. No obstante, no todos los administradores cuentan con todas las facultades. La relación
jurídica entre la administración y la sociedad se puede definir doctrinalmente de 3 formas: i) relación orgánica,
que implica que el administrador es una parte de la sociedad, siendo un elemento sin la cual no puede actuar,
por lo que su regulación está en la ley y en los estatutos; ii) relación contractual, según la cual dentro de la
relación hay un contrato de representación, de forma que las cosas que no se regulen por la ley o los estatutos,
se regirán por la figura del mandato; iii) relación fiduciaria, según la cual hay una relación en la que se
representan los recursos ajenos y hay actos de confianza de los socios al administrador, por lo que el
administrador igual debe cumplir con los deberes de fidelidad y diligencia. En Colombia las 3 teorías se aplican.
Los socios pueden ser administradores en algunos tipos societarios (colectiva, SRL y comandita el gestor). Si no
se hace referencia a un administrador, se entenderá que todos tienen la facultad de administrar. Los
administradores en Colombia son los siguientes:
1. Representante legal: es la persona encargada de administrar la sociedad y representarla ante terceros. En
algunas sociedades hay un solo representante, aunque se ha permitido que haya varios representantes legales
o que, incluso, lo sea una persona jurídica, siempre que se identifique a la persona natural que va a
desarrollar la gestión. Salvo disposición en contrario, el representante puede celebrar o ejecutar todos los
actos necesarios para el desarrollo del objeto social o los que se relacionan con la existencia y
funcionamiento de esta. En todas las sociedades salvo en las SAS, se debe nombrar un representante titular
y uno suplente, que actuará en las faltas absolutas o parciales del titular. Son elegidos por el máximo órgano
social, salvo en la anónima en donde lo elige la junta directiva y salvo pacto en contrario. No requiere
reforma estatutaria, salvo que se esté ante una sociedad colectiva. Requiere inscripción en el registro
mercantil, al igual que requiere inscripción la renuncia del representante (desde el cual hay 30 días para
inscribir a un nuevo representante, momento desde el cual el que renunció queda libre).
2. Junta directiva. Es un cuerpo colegiado que se encuentra entre el máximo órgano y la representación legal.
Tiene la finalidad de controlar al representante, al igual que discutir y decidir sobre las operaciones
estratégicas de la sociedad. Sus funciones deben estar indicadas en los estatutos, pues la ley no las regula.
Según el CCo, salvo disposición en contrario, la junta tendrá atribuciones para ordenar que se ejecute o
celebre cualquier acto o contrato comprendido dentro del objeto social y para tomar las determinaciones
necesarias en orden a que la sociedad cumpla con sus fines. Esta figura es solamente obligatoria en las
anónimas y en las comandita por acciones, y debe conformarse por al menos 3 miembros con sus suplentes,
elegidos a través de un sistema de cociente electoral, salvo en las SAS. Una vez elegidos por el máximo
órgano solo deben representar los intereses de la sociedad, por lo que se busca que sea independiente.
Requiere del registro en la Cámara, pero no de reforma. La junta se puede reunir por ella misma, o por
convocatoria del representante legal, del revisor fiscal o de dos de sus miembros principales. Solamente
puede emitir decisiones en reuniones con quórum y con mayorías decisorias, decisiones que se incorporarán
en un libro de actas que no se debe someter a registro. Sus integrantes tienen las siguientes inhabilidades: no
pueden hacer parte de más de 5 juntas directivas (no en SAS), no pueden actuar como miembros de una
sociedad competidora salvo autorización, y no pueden ser miembros de una misma familia cuando ocupan la
mayoría de las curules, salvo en sociedades de familia y en SAS.
3. Administrador de hecho. Solo aplica para las SAS. Son las personas naturales o jurídicas que, sin ser
formalmente administradores, se inmiscuyen en una actividad positiva de gestión, administración o
dirección de la sociedad. Estos pueden ser visibles, cuando se presentan como tal ante terceros, u ocultos,
cuando la persona nunca se muestra como administrador, pero toma decisiones al interior de la entidad.
Según la Superintendencia, deben ejercer actos que sean intrusivos en los asuntos de la sociedad. Para eso,
la doctrina ha recogido algunos supuestos: i) el ejercicio de una actividad positiva de gestión igual o
equiparable a la de un administrador de derecho; ii) un ejercicio reiterado y sistemático de la actividad
gestora; iii) el ejercicio independiente de la actividad; y iv) la tolerancia o aceptación de la sociedad.
4. Factor. Es el administrador del establecimiento de comercio, derivado del contrato de preposición, siempre
que tenga facultades representativas. Es una forma de mandato que tiene por objeto la administración de un
establecimiento o parte o ramo de la actividad del mismo. Su designación y sustitución está sujeta a registro.
A partir de la designación del factor, el establecimiento pasa a ser una sucursal societaria.
5. Liquidador. Es la persona designada por el máximo órgano social para administrar y representar a la
sociedad durante el proceso de liquidación. El liquidador tendrá todas las funciones del administrador
derivadas de la situación de liquidación. Sus obligaciones principales son: llevar a cabo el inventario y
valorar los activos y pasivos del patrimonio, recomponer el patrimonio, pagar el pasivo externo, repartir a
los socios el remanente, rendir cuentas y registrar el acta final de liquidación. Las accesorias son: continuar
y concluir las operaciones sociales, exigir cuentas, dar curso al proceso liquidatorio, cobrar créditos, obtener
restitución de bienes, reducir a activos líquidos, llevar libros o hacer reservas.
6. Otros. Todo aquel que, de acuerdo con los estatutos, ejerza funciones de administrador societario.
Los deberes del administrador se dividen en tres grandes, además de siempre ir en búsqueda de los beneficios
de la sociedad por encima de los suyos propios o los de alguno o algunos de los socios. El deber de buena fe es
un principio de derecho que presume que las actuaciones de los administradores deben ser legítimas, exentas de
fraude o de cualquier vicio, de forma que el administrador no solo se obliga a cumplir con la ley o con los
estatutos, sino también debe buscar alcanzar los fines plenos de la sociedad.
El deber de diligencia determina que el administrador debe comportarse como un buen hombre de negocios, es
decir, de la forma como profesionalmente se comportaría con sus propios negocios. Acá hay un estándar de
diligencia, lo que implica que en cada decisión se debe comportar de forma oportuna, cuidadosa y debe
observar como lo haría un administrador bajo las mismas circunstancias. La Superintendencia determina que el
administrador para ser diligente debe informarse lo suficiente antes de tomar una decisión, discutir sus
decisiones con los órganos de administración y debe vigilar el desarrollo y el cumplimiento de las decisiones
adoptadas. La CSJ ha dado algunas pautas para interpretar la diligencia, en el entendido de que respecto del
administrador se espera una diligencia superior a la del hombre medio, además de esperar una mayor previsión
y prudencia en las actuaciones, además de una iniciativa y capacidad superior. Ese comportamiento no alcanza
los niveles de exigencia de que trata la culpa levísima, por lo que no se le puede responsabilizar del fracaso
económico de los negocios sociales cuando haya cumplido con sus deberes, en el entendido de que sus
obligaciones son de medio y no de resultado. El administrador, derivado de este deber, además de cumplir la ley
y los estatutos y de realizar los esfuerzos para el desarrollo del objeto social, debe dar un trato equitativo a los
socios, además de custodiar la información de la sociedad. Según la regla de discrecionalidad, el juez no puede
evaluar la diligencia del administrador en la toma de una decisión siempre que se demuestre que actuó de
manera informada, de buena fe y en ausencia de conflictos de interés. En Colombia se presume la culpabilidad
del administrador, sin embargo, con regla de discrecionalidad no se aplica de igual forma.
Según el deber de lealtad, el administrador tiene la obligación de actuar con rectitud en la defensa del interés
social. Por esto, no debe usar sus facultades para fines distintos de los que le han sido otorgados y deben trazar
una línea demarcatoria entre sus intereses personales y los de la compañía. Lo anterior, implica abstenerse de
incurrir en conflictos de interés en beneficio propio o de un tercero y a guardar secretos sobre la información
empresarial. Un conflicto de interés se define como la implicación que tiene el administrador a no anteponer su
interés por sobre el de la sociedad, lo que implica que, si hay un interés del administrador o de un tercero a él
vinculado, se debe proteger siempre el interés de la sociedad, y si hay duda, se acuda ante el máximo órgano
social para resolver esa duda. Aunque en este tema no se ha mencionado quienes son los terceros vinculados al
administrador, se puede entender que hay conflicto de interés con las siguientes personas: i) cónyuge o
compañero permanente; ii) parientes del administrador, de su cónyuge o compañero, hasta el segundo grado de
consanguinidad, civil o de afinidad; iii) las sociedades en las que el administrador o cualquiera de sus familiares
detentan la calidad de controlantes; iv) las sociedades representadas por el mismo administrador; v) los
patrimonios autónomos en los que el administrador o cualquier familiar sea fideicomitente o beneficiario, o que
ejerza control efectivo o que tenga derecho a gozar o disponer activos, beneficios, resultados o utilidades; vi) las
personas que ejerzan control directo o indirecto sobre la sociedad en las que el administrador ejerce sus
funciones o las subordinadas de dichos controlantes.
La doctrina y la jurisprudencia ha traído una lista enunciativa de los casos en los que podría haber conflicto: i)
transacciones con la sociedad; ii) aprovechamiento de los bienes sociales o su condición de administrador; iii)
aprovechamiento de oportunidades de negocios; iv) actos de competencia; v) determinación de su propia
remuneración. Para que exista conflicto de interés se requiere efectivo o potencial contraposición de intereses de
la sociedad con el del administrador. Si es así, según la Superintendencia, requiere aprobación de la operación
que se va a llevar adelante. En caso en el que sea pertinente incurrir en un conflicto de interés lo debe autorizar
el máximo órgano social, siempre que garantice el deber de información, garantice el deber de abstención de
votación y siempre que se salvaguarde el interés social. Podría darse el caso en el que la asamblea haya dado
autorización previa general o específica, pero siempre se debe indicar específicamente a qué tipo de conflicto se
refiere y siempre que se indique la operación a realizar.
La responsabilidad del administrador es la consecuencia por el incumplimiento de la ley o de sus deberes.
Según el CCo, los administradores tienen responsabilidad solidaria e ilimitada de los perjuicios que por dolo o
culpa ocasionen a la sociedad, a los socios o a terceros, por incumplimiento de la ley, por extralimitación de sus
poderes o por incumplimiento de los estatutos sociales. La responsabilidad se predica de todos los
administradores, incluso si no participaron de la violación, salvo que no haya tenido conocimiento del hecho o
que haya realizado actos de oposición. La culpa se presume de los administradores. Si el administrador es una
persona jurídica, será responsable esta y la persona natural que actúa como administrador. Las cláusulas que
absuelven la responsabilidad de los administradores se tendrán por no escritas. Los afectados tienen las
siguientes acciones civiles para buscar la responsabilidad del administrador:
1. Acción social de responsabilidad. Es una acción contractual, que implica el incumplimiento de los deberes
del administrador por los daños causados a la sociedad. Se propone en asamblea, y si la mitad más uno de
los socios aprueba la acción, tiene como efecto inmediato que el administrador quede removido. Luego de la
aprobación, se tiene que presentar la acción ante el Juez Civil del Circuito o ante un tribunal de Arbitraje.
Excepcionalmente la puede formular cualquier administrador, al revisor fiscal, a cualquier socio o a algún
acreedor que represente por lo menos el 50% del pasivo externo de la sociedad a iniciar la acción cuando no
se ha iniciado dentro de los 3 meses siguientes a su aprobación por el máximo órgano social. Hay una
acción derivada según la cual cualquier socio puede presentar la acción para resarcir daños generados a la
sociedad.
2. Acción individual de responsabilidad. Es la acción que tienen los socios o terceros en contra del
administrador cuando incumple sus funciones y causa daños a terceros. Es una acción extracontractual. Por
esta vía solo se puede acudir cuando el daño ya se materializó.
3. Responsabilidad en insolvencia. Los administradores son civilmente responsables del faltante del pasivo
externo cuando la prenda común de losa creedores sea desmejorada con ocasión de conductas dolosas o
culposas, dentro de un proceso de insolvencia.
En el ámbito administrativo, la Superintendencia ha creado sanciones en contra de los administradores que
incumplen sus deberes. Las sanciones van más allá de sanciones económicas, y podrían ser incluso ordenar la
abstención de los actos que generan el conflicto, la remoción del cargo o la inhabilidad para ejercer actos de
comercio. En materia penal también hay ciertas sanciones, por ejemplo, por la violación de reserva industrial o
comercial, la administración desleal, la utilización indebida de información privilegiada o la corrupción privada.
VIII. ÓRGANOS DE SUPERVISIÓN:
En Colombia hay un doble esquema de control, pues hay uno interno, que es el que realiza la revisoría fiscal y
el control que realizan los socios, y uno externo, que es el que realiza la Superintendencia de Sociedades, o por
la SIC.
A. Control interno:
El control interno se ejerce por la revisoría fiscal, que es el órgano que se encarga de revisar de manera interna
el funcionamiento de la sociedad, en aspectos jurídicos, técnicos o económicos, que es designado por el máximo
órgano social y que debe ser conformado por contadores públicos. La función principal del revisor es la de
proteger los intereses de la sociedad, del Estado, de los acreedores sociales y de los propios asociados. Además
de eso tiene otros tipos de funciones: i) en cuanto a las operaciones sociales, debe controlar las actuaciones de
los administradores, además de velar por la custodia permanente de los bienes que conforman el patrimonio
social; ii) en cuanto a la contabilidad y los documentos de la sociedad, debe autorizar los balances sociales que
presenta el administrador, verificar que la contabilidad, inventarios y libros sociales cumplan con los requisitos
de ley, además de colaborar con las entidades estatales de vigilancia, mediante informes respecto de los asuntos
de su competencia; iii) respecto a la asamblea de accionistas o junta de socios, debe impugnar decisiones que no
se ajusten a la ley, intervenir con voz en las reuniones o ejercer las acciones de responsabilidad contra
administradores; iv) finalmente, también debe convocar a reuniones extraordinarias cuando existan motivos,
además de presentarles informes ordinarios sobre sus funciones.
La ley determina que esta figura solo es obligatoria en las sociedades por acciones, salvo en las SAS; en las
sucursales de compañías extranjeras; en demás sociedades cuando se delega la administración siempre que se
disponga por los socios excluidos en al menos un 20%; y para compañías que tengan activos superiores a 5000
SM o ingresos superiores a 3000 SM, incluso si se trata de una SAS o una EU. Los revisores tienen ciertas
inhabilidades respecto de su vínculo económico o contractual dentro de la misma sociedad u otras del mismo
grupo, además de su vínculo de parentesco con los administradores, directivos, auditores o contadores, entre
otros trabajadores de la sociedad. Tampoco se puede ejercer la revisoría por una persona cuando es revisora de
más de 5 sociedades por acciones o cuanto se cree que puede actuar en conflicto de interés. El incumplimiento
de las obligaciones o de las inhabilidades conlleva sanciones de la Superintendencia o de la Junta Central de
Contadores cuando se actúa con negligencia o dolo. De igual forma se puede incurrir en sanciones penales por
falsedad de documento privado.
El control interno también se puede ejercer por los socios o accionistas de dos formas: i) control como órgano,
mediante la aprobación o improbación de balances e informes de los administradores, nombrando y revocando a
los administradores u ordenando la acción social de responsabilidad en contra de los administradores; ii) control
individual, mediante el derecho de acudir a las asambleas para exigir informes, el derecho de inspección, la
impugnación de decisiones sociales por parte del socio ausente o disidente o iniciando la acción social de
responsabilidad previa aprobación de la asamblea o por vía de la acción derivada cuando hay afectación directa
al patrimonio del socio.
El oficial de cumplimiento es una figura que actúa preventivamente para evitar el incumplimiento de la
normatividad legal antes de sanciones judiciales. No revisa la actuación social, sino se especifica en ciertos
elementos. En Colombia en 2016 se implementó el sistema de autocontrol y gestión del riesgo de lavado de
activos y financiación del terrorismo (SAGRLAFT). Además, en Colombia se aplica el programa de
transparencia y ética empresarial (PTEE) para la prevención de conductas de corrupción y soborno
transnacional. Las sociedades que deben cumplir con esta son: las que tengan ingresos anuales superiores a
160.000 SM y las que se desarrollan actividades económicas que se consideran de riesgo. El oficial de
cumplimiento se designa por la junta directiva o por el máximo órgano social. Debe ser una persona natural, que
ejerce máximo como oficial en 10 sociedades al tiempo, y que debe acreditar siempre una capacitación
suficiente para desempeñar el cargo. Sus obligaciones son: i) proponer el PTEE o el SAGRLAFT; ii) velar por
el cumplimiento efectivo, eficiente y oportuno del PTEE y del SAGRLAFT; iii) presentar una vez al año
informes al máximo órgano social; iv) coordinar el programa de capacitación a los funcionarios de la empresa
respecto del PTEE y del SAGRLAFT; v) garantizar el funcionamiento de los canales de denuncia de los
funcionarios de la entidad; vi) verificar el proceso de debida diligencia; vii) evaluar el cumplimiento de las
figuras de ley.
B. Control externo:
El control externo se ejerce por las superintendencias y se divide en 3 etapas fundamentales:
1. Inspección. Es la revisión de oficio que hace la entidad. Desde que se constituye como sociedad, hay
posibilidad de que la Superintendencia haga la inspección. Esta es la atribución que tiene para solicitar de
manera ocasional la información que requiera sobre la situación jurídica, contable, económica y
administrativa de cualquier sociedad no vigilada por la Superintendencia Financiera. Según la ley, la
superintendencia puede: i) solicitar a cualquier persona información para verificar hechos; ii) a petición de
parte puede ordenar la modificación de cláusulas estatutarias cuando estas violen normas legales; iii) a
petición de parte, puede realizar investigaciones administrativas sobre irregularidades o vigilancia de la ley
o los estatutos; iv) imponer sanciones o multas cuando incumplan la ley, los estatutos o las órdenes de la
Superintendencia.
2. Vigilancia. Se ejerce de forma permanente sobre las sociedades sometidas a vigilancia por causales de la ley
o por decisión del Superintendente ante irregularidades. La ley determina que las causales para imponer la
vigilancia son: i) sociedades que tengan activos o ingresos superiores a 30.000 SM; ii) sociedades que
tengan a su cargo pasivos pensionales; iii) sociedades que se sometan a procedimientos de insolvencia; iv)
sociedades controladas o parte de grupos empresariales; v) sociedades prestadoras de servicios a
instituciones financieras; vi) fondos ganaderos. Además de esas causales, la vigilancia se podría causar
después de un procedimiento administrativo en los siguientes casos: a) cuando por abuso cometido por los
órganos sociales se presente una violación reiterada o grave de las normas legales o estatutarias; b) cuando
la sociedad suministre información falsa; c) cuando la sociedad no lleve contabilidad de conformidad con la
ley; d) cuando la sociedad realiza operaciones no comprendidas en el objeto social; e) cuando los bienes o
participaciones sociales sean objeto de acción de extinción de dominio. Las funciones de la
Superintendencia en el contexto de la vigilancia son las siguientes: 1) realizar visitas a las sociedades e
investigar sobre su manejo; 2) ordenar la modificación de cláusulas estatutarias cuando no se ajustan a la
ley; 3) convocar reuniones extraordinarias; 4) enviar delegados de la Superintendencia a la reunión; 5)
ordenar la suspensión de actos u operaciones realizadas por fuera del objeto social; 6) decretar la disolución
y ordenar la liquidación; 7) designar al liquidador; 8) autorizar de forma general las reformas de fusión y
escisión; 9) autorizar la colocación de acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto o de
acciones privilegiadas; 10) autorizar la emisión de bonos.
3. Control. Se da por incumplimiento en el orden jurídico o económico grave y permanente, después de
incumplir las órdenes de la superintendencia. Además de observarse cuando hay un incumplimiento de
normas jurídicas o estatutarias, se podría ejercer por el riesgo de entrar a insolvencia, por no llevar la
contabilidad regular o por llevar contabilidad paralela o por faltas graves del deber de diligencia del
administrador o constantes conflictos de interés. Las funciones de la Superintendencia por el control son: i)
promover a la sociedad para que diseñe un plan que conjure las razones por las cuales se ejerció el control;
ii) autorizar reformas estatutarias; iii) autorizar la colocación de acciones; iv) autorizar la constitución de
garantías, venta de bienes u operaciones que no correspondan al giro ordinario de los negocios; v) autorizar
el avalúo de aportes en especie; vi) ordenar la remoción e inhabilitación para ejercer el comercio de
administradores, revisores fiscales o demás empleados; vii) imponer multas; viii) convocar a la sociedad al
trámite de insolvencia.
Además de lo anterior, la Superintendencia de Sociedades tiene funciones de la siguiente índole: a) dar apoyo
en asuntos de su competencia al sector empresarial y demás organismos estatales; b) dar respuesta consultiva
relativas a asuntos de su competencia; c) declarar la existencia de grupos empresariales; d) disponer de un
centro de conciliación y arbitraje para dirimir conflictos; e) actuar como juez en impugnación de decisiones,
pactos parasociales, conflictos entre socios, abuso del derecho de voto, etc….
IX. LIQUIDACIÓN Y DISOLUCIÓN DE SOCIEDADES:
La terminación de la vida de la sociedad se da en tres pasos:
A. Disolución:
Se determina que, a partir del acaecimiento de un hecho, solamente podrá adelantar los actos encaminados a
ponerle fin a las relaciones patrimoniales. La sociedad no podrá seguir con su objeto social, salvo que sea
conducente para el pago de los acreedores. La sociedad mantiene la personería jurídica después de acaecida la
causal de disolución. Las causales generales de disolución según el CCo son: i) vencimiento del término, que
opera por ministerio de la ley, no aplica para SAS ni para EU; ii) imposibilidad de desarrollar el objeto social,
por bloqueo societario, porque el objeto devino en ilícito o por cualquier otra causal; iii) terminación de la
empresa social, cuando se termina lo que se buscaba con la empresa social; iv) reducción o aumento de socios,
por fuera del límite legal; v) por causales estatutarias; vi) de común acuerdo; vii) por decisión de autoridad
competente, por decisión de la Superintendencia de Sociedades, por decisión del juez respecto a la insolvencia o
por nulidad del contrato social; viii) no cumplimiento de la hipótesis de negocio en marcha, cuando la
sociedad genera tales pérdidas que la sociedad no puede desarrollar su finalidad, por la aplicación de fórmulas
matemáticas a la información de la sociedad para determinar si puede cumplir con sus obligaciones en el corto o
mediano plazo. Si el administrador se da cuenta, debe convocar una asamblea e informar que se está ante esta
situación, con la finalidad de que tome una de 3 posibles decisiones: a) disolver la sociedad y liquidar para
pagar a los acreedores antes de que entre en impago; b) capitalizar la sociedad para pagar las obligaciones; c) no
hacer nada.
A parte de las causales generales, en la regulación de cada tipo societario se ha traído algunas causales que
solamente aplican para cada caso:
1. Colectiva. Estas se aplican salvo acuerdo unánime o que los estatutos lo dispongan diferente: i) muerte de
alguno de los socios; ii) incapacidad sobreviniente de algún socio; iii) liquidación concursal de algún socio;
iv) enajenación forzosa de la parte de interés; v) renuncia o retiro de un socio.
2. Comandita. Causales especiales de la colectiva respecto de los gestores o desaparición de la categoría de
gestores y comanditarios.
3. SRL. Cuando supere el máximo de 25 o el mínimo de 2 socios; el no cumplimiento de la hipótesis de
negocio en marcha (pérdidas que reduzcan el patrimonio por debajo del 50% del capital); cuando agotado el
derecho de preferencia no se acepta a ningún socio y no se opta por la exclusión del socio.
4. Anónima. Cuando el 95% de las acciones suscritas pertenezcan al mismo accionista (no aplica para SAS,
para empresas de servicios públicos, ni para SEM); no cumplimiento de la hipótesis de negocio en marcha.
5. SAS. No cumplimiento de la hipótesis de negocio en marcha. Además de eso, no se aplican las causales
generales de término, objeto social o porcentaje de acciones en un socio.
La causal de disolución se puede declarar por los asociados en asamblea o por orden de autoridad competente,
salvo en el caso del término que actúa por ministerio de la ley. La orden judicial puede provenir por un
desacuerdo de los socios en asamblea a lo que acuden a la Superintendencia o por el juez civil. También podría
ocurrir por la supervisión de la autoridad administrativa.
La ley ha determinado que hay ciertas formas de continuar el desarrollo del objeto social:
1. Enervación de la causal de disolución. Consiste en dejar sin efecto la situación que condujo a la disolución
de la sociedad. Generalmente ocurre antes del inicio del proceso, aunque la ley lo permite dentro de los 18
meses siguientes a la ocurrencia de la causal, realizando cambios o reformas dentro de la sociedad. No tiene
lugar en caso del vencimiento del término o cuando hay decisión judicial.
2. Reactivación. Tiene lugar cuando el proceso ya inició, pero todavía no se han distribuido los remanentes a
los asociados. Para eso deben terminar el proceso de liquidación y continuar con el desarrollo del objeto
social, evitando que se extinga la personería jurídica. Para ello se exige que el pasivo externo no supere el
70% de los activos sociales, además de la aprobación de la asamblea de accionistas con las mismas
mayorías requeridas para una reforma estatuaria, siempre garantizando el derecho de retiro.
3. Fusión impropia. Tiene lugar cuando ha iniciado el proceso de liquidación antes de transcurridos 6 meses
desde la ocurrencia de la causal. Se presenta cuando los socios deciden continuar con el desarrollo del
objeto social mediante la constitución de una nueva sociedad. Acá se extingue la personalidad y se
constituye una nueva. Para ello se requiere aprobación de la asamblea con la mayoría requerida para una
fusión. Además, la nueva sociedad debe realizar el mismo objeto social y debe garantizar el derecho de
retiro. Además, debe cumplir con los requisitos de la fusión.
4. Reconstitución. Puede tener lugar en cualquier momento del proceso de liquidación, antes de inscribir el
acta final en la Cámara. Se presenta cuando los socios deciden crear una nueva sociedad que continúe con la
empresa social. Acá se extingue la personalidad jurídica de la sociedad disuelta y se constituye una nueva
que puede variar su objeto social. Aplica todo lo relativo al trámite de la fusión, salvo el derecho de retiro.
Los efectos jurídicos de la disolución social son: i) en la empresa social, las actividades de la sociedad a partir
de ese momento se centran en las actividades de liquidación; ii) en el patrimonio social, su misión pasará a ser
el de garantizar la prenda general de los acreedores; iii) en los órganos sociales, la asamblea de socios o junta de
accionistas, la representación legal o el revisor fiscal no se extinguen y adquieren una importancia. Por su parte,
la junta directiva se debe extinguir porque no tienen funciones de liquidación y solo tendrían funciones
consultivas; iv) en la razón social, debe acompañarse el nombre con la expresión “en liquidación”
B. Liquidación voluntaria:
El proceso de liquidación es un proceso técnico y jurídico de carácter imperativo encaminado a terminar el
haber social, para que, con la realización de los activos de la sociedad, se logre cancelar el pasivo externo e
interno de la sociedad, con la consecuente extinción de la persona jurídica. Es voluntario, en la medida en que el
direccionamiento del proceso liquidatorio está en manos de los socios. Si los socios no están de acuerdo, se
podrá acudir a otras figuras. El proceso se rige por los siguientes pasos:
1. Nombrar al liquidador. La nombra la junta de socios o la asamblea de accionistas, aunque lo podría
designar la Superintendencia de Sociedades. Liquidador puede ser cualquier persona capaz o incluso el
representante legal, siempre que se apruebe su informe, o los socios cuando no se ha delegado a un tercero
la administración de la sociedad. El nombramiento se debe inscribir en la cámara. Responde bajo las reglas
de responsabilidad de los administradores, aunque su responsabilidad se extiende hasta por 5 años desde la
aprobación de la cuenta final de liquidación.
2. Dar aviso a los acreedores. La primera tarea del liquidador es avisar a los acreedores del inicio de la
liquidación. Además, se debe avisar a la DIAN (dentro de los 10 días siguientes a la ocurrencia de la causal,
so pena de que el administrador responde con su patrimonio de estas deudas), al Ministerio del Trabajo (para
que revise el pago de obligaciones laborales) y a demás acreedores (mediante aviso en diario y en las
oficinas del domicilio principal o sucursales). Los acreedores se pueden hacer parte del proceso liquidatorio
en cualquier momento, aunque se rige por las reglas de prelación. Si hace presencia después de la
calificación de los créditos podría tener que hacer valer su condición mediante juez. Si hace presencia
después de terminado el proceso, sólo podrá reclamar los depósitos judiciales hechos.
3. Realizar el inventario del patrimonio. Consiste en que el liquidador debe elaborar una relación de activos
sociales, obligaciones por pagar y demás obligaciones que puedan afectar el pago de los acreedores,
detallando la prelación u orden legal para su pago. Al dar a conocer el inventario, debe garantizar el derecho
de contradicción. Posteriormente debe dar a conocer el inventario a los socios con anticipación de 15 días a
la aprobación. Si se encuentra que no hay capacidad para pagar la totalidad de los pasivos de la sociedad,
deberá dar aviso a la superintendencia, para que se inicie una liquidación judicial. Si en este momento se da
cuenta que no hay pasivos externos, el liquidador podrá convocar reunión con el propósito de someter a
consideración el inventario como la cuenta final de liquidación. Si se comprueba que existían obligaciones
frente a terceros, los asociados serán responsables solidariamente por 5 años desde la inscripción del acta de
liquidación.
4. Recomponer el patrimonio. En este momento el liquidador debe continuar y concluir las operaciones
sociales, exigir el informe de gestión a los administradores, cobrar los créditos a favor de la sociedad,
obtener la restitución de los bienes de la sociedad, vender los bienes para constituir una masa líquida y
cobrar el faltante a los socios (en sociedades por cuotas o partes de interés). Esto se puede dar desde el
inicio del proceso de liquidación.
5. Pagar el pasivo externo. En este momento se debe diferenciar las obligaciones según el momento en que se
dieron, entre las que se generaron antes de la inscripción en el registro mercantil de la apertura de la
liquidación y las que se generaron con posterioridad. En esta etapa se paga conforme a las reglas de
prelación de créditos. Si no hay activos suficientes se da aviso y se paga de conformidad con la prelación y a
prorrata de los fondos existentes. El liquidador, sin embargo, podría acordar y pagar desde antes en el
proceso.
6. Distribuir remanentes y aprobar cuentas finales de liquidación . Luego de pagado el pasivo externo, el
liquidador procederá a elaborar las cuentas finales de liquidación. Si aún quedan activos, se elaborará una
liquidación de remanentes a distribuir entre los asociados de conformidad con los estatutos. El liquidador
procederá a entregar a los asociados lo fijado en la liquidación de remanentes, aunque si no concurren al
proceso, se les deberá dar aviso 3 veces con un intervalo de 10 días, vencido lo cual el liquidador deberá
entregar lo correspondiente a la junta departamental de beneficiencia del domicilio social. El liquidador
convocará a reunión para que aprueben las cuentas finales de liquidación y distribución de remanentes, fruto
de lo cual se eleva acta de la cuenta final de liquidación. El liquidador depositará acá las acreencias no
reclamadas y las provisiones para obligaciones condicionales o en litigio en depósito judicial.
7. Inscribir las cuentas finales de liquidación . Una vez inscrita el acta, la sociedad se extingue con el acta que
aprueba la cuenta final de liquidación. En este momento la sociedad no responde y los órganos dejan de
funcionar. Si aparecen nuevos bienes de la sociedad, el liquidador deberá establecer el valor de estos y
adjudicarlos a los acreedores insolutos o a los socios en función de su porcentaje en el capital social.