LEY DE MATRIMONIO CIVIL

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"LEY DE MATRIMONIO CIVIL” 19.947, última modificación por la ley 21.

515
ESTABLECE NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL

Capítulo I  Disposiciones generales


Artículo 1º La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. El
matrimonio es la base principal de la familia.
La presente ley regula los requisitos para contraer matrimonio, la forma de su
celebración, la separación de los cónyuges, la declaración de nulidad
matrimonial, la disolución del vínculo y los medios para remediar o paliar las
rupturas entre los cónyuges y sus efectos.
Los efectos del matrimonio y las relaciones entre los cónyuges y entre éstos y
sus hijos, se regirán por las disposiciones respectivas del CC.

Artículo 2º La facultad de contraer matrimonio es un derecho esencial


inherente a la persona humana, si se tiene edad para ello. El matrimonio
que se celebre con un menor de edad será nulo, de conformidad con las
normas del Capítulo V de la presente ley. Las disposiciones de esta ley
establecen los requisitos para asegurar el libre y pleno consentimiento de los
contrayentes.
El juez tomará, a petición de cualquier persona, todas las providencias que le
parezcan convenientes para posibilitar el ejercicio legítimo de este derecho
cuando, por acto de un particular o de una autoridad, sea negado o restringido
arbitrariamente.

Artículo 3º Las materias de familia reguladas por esta ley deberán ser
resueltas cuidando proteger siempre el interés superior de los hijos y del
cónyuge más débil.
Conociendo de estas materias, el juez procurará preservar y recomponer la
vida en común en la unión matrimonial válidamente contraída, cuando ésta se
vea amenazada, dificultada o quebrantada.
Asimismo, el juez resolverá las cuestiones atinentes a la nulidad, la separación
o el divorcio, conciliándolas con los derechos y deberes provenientes de las
relaciones de filiación y con la subsistencia de una vida familiar compatible con
la ruptura o la vida separada de los cónyuges.

Capítulo II De la celebración del matrimonio


Párrafo 1º De los requisitos de validez del matrimonio
Artículo 4º La celebración del matrimonio exige que ambos contrayentes sean
legalmente capaces, que hayan consentido libre y espontáneamente en
contraerlo y que se hayan cumplido las formalidades que establece la ley.

Artículo 5º No podrán contraer matrimonio:


1. Los que se hallaren ligados por vínculo matrimonial no disuelto;
2. Los que se hallaren ligados por un acuerdo de unión civil vigente, a
menos que el matrimonio lo celebre con su conviviente civil;
3. Los menores de dieciocho años;
4. Los que se hallaren privados del uso de razón; y los que, por un
trastorno o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada,
sean incapaces de modo absoluto para formar la comunidad de vida que
implica el matrimonio;
5. Los que carecieren de suficiente juicio o discernimiento para comprender
y comprometerse con los derechos y deberes esenciales del matrimonio,
y
6. Los que no pudieren expresar claramente su voluntad por cualquier
medio, ya sea en forma oral, escrita o por medio de lenguaje de señas.
Artículo 6º No podrán contraer matrimonio entre sí los ascendientes y
descendientes por consanguinidad o por afinidad, ni los colaterales por
consanguinidad en el segundo grado.
Los impedimentos para contraerlo derivados de la adopción se establecen por
las leyes especiales que la regulan.

Artículo 7º El cónyuge sobreviviente no podrá contraer matrimonio con el


imputado contra quien se hubiere formalizado investigación por el homicidio de
su cónyuge, o con quien hubiere sido condenado como autor, cómplice o
encubridor de ese delito.

Artículo 8º Falta el consentimiento libre y espontáneo en los


siguientes casos:
1. Si ha habido error acerca de la identidad de la persona del otro
contrayente;
2. Si ha habido error acerca de alguna de sus cualidades personales que,
atendida la naturaleza o los fines del matrimonio, ha de ser estimada
como determinante para otorgar el consentimiento, y
3. Si ha habido fuerza, en los términos de los artículos 1456 y 1457 del CC,
ocasionada por una persona o por una circunstancia externa, que
hubiere sido determinante para contraer el vínculo.

Párrafo 2º De las diligencias para la celebración del Matrimonio


Artículo 9º Los que quisieren contraer matrimonio lo comunicarán por escrito,
oralmente o por medio de lenguaje de señas, ante cualquier Oficial del Registro
Civil, indicando sus nombres y apellidos; el lugar y la fecha de su nacimiento;
su estado de solteros, viudos o divorciados y, en estos dos últimos casos, el
nombre del cónyuge fallecido o de aquél con quien contrajo matrimonio
anterior, y el lugar y la fecha de la muerte o sentencia de divorcio,
respectivamente; su profesión u oficio; los nombres y apellidos de los padres, si
fueren conocidos; los de las personas cuyo consentimiento fuere necesario, y el
hecho de no tener incapacidad o prohibición legal para contraer matrimonio.
Si la manifestación no fuere escrita, el Oficial del Registro Civil levantará acta
completa de ella, la que será firmada por él y por los interesados, si supieren y
pudieren hacerlo, y autorizada por dos testigos.

Artículo 10° Al momento de comunicar los interesados su intención de


celebrar el matrimonio, el Oficial del Registro Civil deberá proporcionarles
información suficiente acerca de las finalidades del matrimonio, de los
derechos y deberes recíprocos que produce y de los distintos regímenes
patrimoniales del mismo.
Asimismo, deberá prevenirlos respecto de la necesidad de que el
consentimiento sea libre y espontáneo.
Deberá, además, comunicarles la existencia de cursos de preparación para el
matrimonio, si no acreditaren que los han realizado. Los futuros contrayentes
podrán eximirse de estos cursos de común acuerdo, declarando que conocen
suficientemente los deberes y derechos del estado matrimonial. Este inciso no
se aplicará en los casos de matrimonios en artículo de muerte.
La infracción a los deberes indicados no acarreará la nulidad del matrimonio ni
del régimen patrimonial, sin perjuicio de la sanción que corresponda al
funcionario en conformidad a la ley.

Artículo 11° Los cursos de preparación para el matrimonio, a que se refiere el


artículo anterior, tendrán como objetivo promover la libertad y seriedad del
consentimiento matrimonial que se debe brindar, particularmente en su
relación con los derechos y deberes que importa el vínculo, con el fin de
contribuir a que las personas que deseen formar una familia conozcan las
responsabilidades que asumirán de la forma más conveniente para acometer
con éxito las exigencias de la vida en común.
Estos cursos podrán ser dictados por el Servicio de Registro Civil e
Identificación, por entidades religiosas con personalidad jurídica de derecho
público, por instituciones de educación públicas o privadas con reconocimiento
del Estado, o por personas jurídicas sin fines de lucro cuyos estatutos
comprendan la realización de actividades de promoción y apoyo familiar.
El contenido de los cursos que no dictare el Servicio de Registro Civil e
Identificación será determinado libremente por cada institución, con tal que se
ajusten a los principios y normas de la Constitución y de la ley. Para facilitar el
reconocimiento de estos cursos, tales instituciones los inscribirán,
previamente, en un Registro especial que llevará el Servicio de Registro Civil.

Artículo 12° Se acompañará a la manifestación una constancia fehaciente


del consentimiento para el matrimonio, dado por quien corresponda, si fuere
necesario según la ley y no se prestare oralmente ante el oficial del Registro
Civil.

Artículo 13° Las personas pertenecientes a una etnia indígena, según el ART 2
de la ley 19.253, podrán solicitar que la manifestación, la información para el
matrimonio y la celebración de éste se efectúen en su lengua materna.
En este caso, así como en el que uno o ambos contrayentes no conocieren el
idioma castellano, o fueren sordomudos que no pudieren expresarse por
escrito, la manifestación, información y celebración del matrimonio se
harán por medio de una persona habilitada para interpretar la lengua de el o
los contrayentes o que conozca el lenguaje de señas.
En el acta se dejará constancia del nombre, apellido y domicilio del intérprete,
o de quien conozca el lenguaje de señas.

Artículo 14° En el momento de presentarse o hacerse la manifestación, los


interesados rendirán información de dos testigos por lo menos, sobre el
hecho de no tener impedimentos ni prohibiciones para contraer matrimonio.

Artículo 15° Inmediatamente después de rendida la información y dentro de


los noventa días siguientes, deberá procederse a la celebración del
matrimonio. Transcurrido dicho plazo sin que el matrimonio se haya efectuado
habrá que repetir las formalidades prescritas en los artículos precedentes.
Artículo 16° No podrán ser testigos en las diligencias previas ni en la
celebración del matrimonio:
1. Los menores de 18 años;
2. Los que se hallaren en interdicción por causa de demencia;
3. Los que se hallaren actualmente privados de razón;
4. Los que hubieren sido condenados por delito que merezca pena aflictiva
y los que por sentencia ejecutoriada estuvieren inhabilitados para ser
testigos, y
5. Los que no entendieren el idioma castellano o aquellos que estuvieren
incapacitados para darse a entender claramente.

Párrafo 3º De la celebración del matrimonio


Artículo 17° El matrimonio se celebrará ante el oficial del Registro Civil que
intervino en la realización de las diligencias de manifestación e información.
La celebración tendrá lugar ante dos testigos, parientes o extraños, y podrá
efectuarse en el local de su oficina o en el lugar que señalaren los futuros
contrayentes, siempre que se hallare ubicado dentro de su territorio
jurisdiccional.
El matrimonio en artículo de muerte podrá celebrarse ante el Oficial del
Registro Civil, sin los trámites previos de la manifestación e información.

Artículo 18° En el día de la celebración y delante de los contrayentes y


testigos, el Oficial del Registro Civil dará lectura a la información mencionada
en el artículo 14 y reiterará la prevención indicada en el artículo 10, inciso
segundo.
A continuación, leerá los artículos 131, 133 y134 del CC. Preguntará a los
contrayentes si consienten en recibirse el uno al otro como marido o mujer y,
con la respuesta afirmativa, los declarará casados en nombre de la ley.

Artículo 19° El Oficial del Registro Civil levantará acta de todo lo obrado, la
que será firmada por él, por los testigos y por los cónyuges, si supieren y
pudieren hacerlo. Luego, procederá a hacer la inscripción en los libros del
Registro Civil en la forma prescrita en el reglamento.
Si se trata de matrimonio en artículo de muerte, se especificará en el acta el
cónyuge afectado y el peligro que le amenazaba.

Párrafo 4º De los matrimonios celebrados ante entidades religiosas de


derecho público
Artículo 20° Los matrimonios celebrados ante entidades religiosas que
gocen de personalidad jurídica de derecho público producirán los
mismos efectos que el matrimonio civil, siempre que cumplan con los
requisitos contemplados en la ley, en especial lo prescrito en este Capítulo,
desde su inscripción ante un Oficial del Registro Civil.
El acta que otorgue la entidad religiosa en que se acredite la celebración del
matrimonio y el cumplimiento de las exigencias que la ley establece para su
validez, como el nombre y la edad de los contrayentes y los testigos, y la fecha
de su celebración, deberá ser presentada por aquellos, o por un mandatario
especialmente facultado para este efecto por los contrayentes, ante cualquier
Oficial del Registro Civil, dentro de quince días, para su inscripción. Si el
último día del plazo fijado en este inciso recae en día sábado, feriado o inhábil,
éste pasará al día hábil inmediatamente siguiente. El mandato deberá
otorgarse por escritura pública e indicar el nombre, apellido, profesión u oficio
y domicilio de los contrayentes y del mandatario.
El Oficial del Registro Civil verificará el cumplimiento de los requisitos legales y
dará a conocer a los requirentes de la inscripción los derechos y deberes que
corresponden a los cónyuges de acuerdo a esta ley. Los comparecientes
deberán ratificar el consentimiento prestado ante el ministro de culto de su
confesión. De todo lo anterior quedará constancia en la inscripción respectiva,
que también será suscrita por ambos contrayentes.
Sólo podrá denegarse la inscripción si resulta evidente que el matrimonio no
cumple con alguno de los requisitos exigidos por la ley. De la negativa se podrá
reclamar ante la respectiva Corte de Apelaciones.
Los efectos del matrimonio así inscrito se regirán, en todo, por lo prescrito en
esta ley y en los demás cuerpos legales que se refieren a la materia.

Capítulo III De la separación de los cónyuges


Párrafo 1º De la separación de hecho
Artículo 21° Si los cónyuges se separaren de hecho, podrán, de común
acuerdo, regular sus relaciones mutuas, especialmente los alimentos que se
deban y las materias vinculadas al régimen de bienes del matrimonio.
En todo caso, si hubiere hijos, dicho acuerdo deberá regular también, a lo
menos, el régimen aplicable a los alimentos, al cuidado personal y a la relación
directa y regular que mantendrá con los hijos aquel de los padres que no los
tuviere bajo su cuidado. En este mismo acuerdo, los padres podrán convenir un
régimen de cuidado personal compartido.
Los acuerdos antes mencionados deberán respetar los derechos conferidos por
las leyes que tengan el carácter de irrenunciables.

Artículo 22° El acuerdo que conste por escrito en alguno de los siguientes
instrumentos otorgará fecha cierta al cese de la convivencia:
a. escritura pública, o acta extendida y protocolizada ante notario público;
b. acta extendida ante un Oficial del Registro Civil, o
c. transacción aprobada judicialmente.
No obstante, lo dispuesto en el inciso anterior, si el cumplimiento del acuerdo
requiriese una inscripción, subinscripción o anotación en un registro público, se
tendrá por fecha del cese de la convivencia aquélla en que se cumpla tal
formalidad.
La declaración de nulidad de una o más de las cláusulas de un acuerdo que
conste por medio de alguno de los instrumentos señalados en el inciso primero,
no afectará el mérito de aquél para otorgar una fecha cierta al cese de la
convivencia.

Artículo 23° A falta de acuerdo, cualquiera de los cónyuges podrá solicitar


que el procedimiento judicial que se sustancie para reglar las relaciones
mutuas, como los alimentos que se deban, los bienes familiares o las materias
vinculadas al régimen de bienes del matrimonio; o las relaciones con los hijos,
como los alimentos, el cuidado personal o la relación directa y regular que
mantendrá con ellos el padre o madre que no los tuviere bajo su cuidado, se
extienda a otras materias concernientes a sus relaciones mutuas o a sus
relaciones con los hijos.

Artículo 24° Las materias de conocimiento conjunto a que se refiere el


artículo precedente se ajustarán al mismo procedimiento establecido para el
juicio en el cual se susciten.
En la resolución que reciba la causa a prueba, el juez fijará separadamente los
puntos que se refieran a cada una de las materias sometidas a su
conocimiento.
La sentencia deberá pronunciarse sobre todas las cuestiones debatidas en el
proceso.

Artículo 25° El cese de la convivencia tendrá también fecha cierta a


partir de la notificación de la demanda, en el caso del artículo 23.
Asimismo, habrá fecha cierta, si no mediare acuerdo ni demanda entre los
cónyuges, cuando, habiendo uno de ellos expresado su voluntad de poner fin a
la convivencia a través de cualquiera de los instrumentos señalados en las
letras a) y b) del artículo 22 o dejado constancia de dicha intención ante el
juzgado correspondiente, se notifique al otro cónyuge. En tales casos, se
tratará de una gestión voluntaria y se podrá comparecer personalmente. La
notificación se practicará según las reglas generales.

Párrafo 2º De la separación judicial


1. De las causales
Artículo 26° La separación judicial podrá ser demandada por uno de los
cónyuges si mediare falta imputable al otro, siempre que constituya una
violación grave de los deberes y obligaciones que les impone el
matrimonio, o de los deberes y obligaciones para con los hijos, que
torne intolerable la vida en común.
No podrá invocarse el adulterio cuando exista previa separación de hecho
consentida por ambos cónyuges.
En los casos a que se refiere este artículo, la acción para pedir la separación
corresponde únicamente al cónyuge que no haya dado lugar a la causal.

Artículo 27° Sin perjuicio de lo anterior, cualquiera de los cónyuges podrá


solicitar al tribunal que declare la separación, cuando hubiere cesado la
convivencia.
Si la solicitud fuere conjunta, los cónyuges deberán acompañar un acuerdo que
regule en forma completa y suficiente sus relaciones mutuas y con respecto a
sus hijos. El acuerdo será completo si regula todas y cada una de las
materias indicadas en el artículo 21. Se entenderá que es suficiente si
resguarda el interés superior de los hijos, procura aminorar el
menoscabo económico que pudo causar la ruptura y establece
relaciones equitativas, hacia el futuro, entre los cónyuges cuya
separación se solicita.

2. Del ejercicio de la acción


Artículo 28° La acción de separación es irrenunciable.
Artículo 29° La separación podrá solicitarse también en el procedimiento a
que dé lugar alguna de las acciones a que se refiere el artículo 23, o una
denuncia por violencia intrafamiliar producida entre los cónyuges o entre
alguno de éstos y los hijos.

Artículo 30° Tratándose de cónyuges casados bajo el régimen de sociedad


conyugal, cualquiera de ellos podrá solicitar al tribunal la adopción de las
medidas provisorias que estime conducentes para la protección del patrimonio
familiar y el bienestar de cada uno de los miembros que la integran.
Lo dispuesto en el presente artículo se aplicará sin perjuicio del derecho que
asiste a las partes de solicitar alimentos o la declaración de bienes familiares,
conforme a las reglas generales.

Artículo 31° Al declarar la separación, el juez deberá resolver todas y cada


una de las materias que se señalan en el artículo 21, a menos que ya se
encontraren reguladas o no procediere la regulación judicial de alguna de ellas,
lo que indicará expresamente. Tendrá en especial consideración los criterios de
suficiencia señalados en el artículo 27.
El juez utilizará los mismos criterios al evaluar el acuerdo presentado o
alcanzado por los cónyuges, procediendo en la sentencia a subsanar sus
deficiencias o modificarlo si fuere incompleto o insuficiente.
En la sentencia el juez, además, liquidará el régimen matrimonial que hubiere
existido entre los cónyuges, si así se le hubiere solicitado y se hubiere rendido
la prueba necesaria para tal efecto.

3. De los efectos
Artículo 32° La separación judicial produce sus efectos desde la fecha en que
queda ejecutoriada la sentencia que la decreta.
Sin perjuicio de ello, la sentencia ejecutoriada en que se declare la separación
judicial deberá subinscribirse al margen de la respectiva inscripción
matrimonial. Efectuada la subinscripción, la sentencia será oponible a terceros
y los cónyuges adquirirán la calidad de separados, que no los habilita para
volver a contraer matrimonio.

Artículo 33° La separación judicial deja subsistentes todos los derechos y


obligaciones personales que existen entre los cónyuges, con excepción de
aquellos cuyo ejercicio sea incompatible con la vida separada de ambos, tales
como los deberes de cohabitación y de fidelidad, que se suspenden.

Artículo 34° Por la separación judicial termina la sociedad conyugal o el


régimen de participación en los gananciales que hubiere existido entre los
cónyuges, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 147 del CC.
El derecho de los cónyuges a sucederse entre sí no se altera por la
separación judicial. Se exceptúa el caso de aquél que hubiere dado lugar a la
separación por su culpa, en relación con el cual el juez efectuará en la
sentencia la declaración correspondiente, de la que se dejará constancia en la
subinscripción.
Tratándose del derecho de alimentos, regirán las reglas especiales
contempladas en el Párrafo V, del Título VI del Libro Primero del CC.
Artículo 36° No se alterará la filiación ya determinada ni los deberes y
responsabilidades de los padres separados en relación con sus hijos. El juez
adoptará todas las medidas que contribuyan a reducir los efectos negativos
que pudiera representar para los hijos la separación de sus padres.

Artículo 37° El hijo concebido una vez declarada la separación judicial de los
cónyuges no goza de la presunción de paternidad establecida en el artículo
184 del CC. Con todo, el nacido podrá ser inscrito como hijo de los cónyuges, si
concurre el consentimiento de ambos.

4. De la reanudación de la vida en común


Artículo 38° La reanudación de la vida en común de los cónyuges, con ánimo
de permanencia, pone fin al procedimiento destinado a declarar la separación
judicial o a la ya decretada, y, en este último caso, restablece el estado civil de
casados.

Artículo 39° Decretada la separación judicial en virtud del artículo 26, la


reanudación de la vida en común sólo será oponible a terceros cuando se
revoque judicialmente dicha sentencia, a petición de ambos cónyuges, y se
practique la subinscripción correspondiente en el Registro Civil.
Decretada judicialmente la separación en virtud del artículo 27, para que la
reanudación de la vida en común sea oponible a terceros, bastará que ambos
cónyuges dejen constancia de ella en acta extendida ante el Oficial del Registro
Civil, subinscrita al margen de la inscripción matrimonial. El Oficial del Registro
Civil comunicará estas circunstancias al tribunal competente, quien ordenará
agregar el documento respectivo a los antecedentes del juicio de separación.

Artículo 40° La reanudación de la vida en común, luego de la separación


judicial, no revive la sociedad conyugal ni la participación en los
gananciales, pero los cónyuges podrán pactar este último régimen en
conformidad con el artículo 1723 del CC.
Artículo 41° La reanudación de la vida en común no impide que los cónyuges
puedan volver a solicitar la separación, si ésta se funda en hechos posteriores
a la reconciliación de los cónyuges.

Capítulo IV De la terminación del matrimonio


Párrafo 1º Disposiciones generales
Artículo 42° El matrimonio termina:
1. Por la muerte de uno de los cónyuges;
2. Por la muerte presunta, cumplidos que sean los plazos
señalados en el artículo siguiente;
3. Por sentencia firme de nulidad;
4. Por sentencia firme de divorcio, y
5. Por voluntad del cónyuge de la persona que ha obtenido la
rectificación de la ley N°21.120, en aplicación de lo dispuesto en
el artículo 19 de dicho cuerpo legal.

Párrafo 2º De la terminación del matrimonio por muerte presunta


Artículo 43° El matrimonio termina por la muerte presunta de uno de los
cónyuges, cuando hayan transcurrido diez años desde la fecha de las
últimas noticias, fijada en la sentencia que declara la presunción de muerte.
El matrimonio también se termina si, cumplidos cinco años desde la fecha
de las últimas noticias, se probare que han transcurrido setenta años
desde el nacimiento del desaparecido. El mismo plazo de cinco años desde
la fecha de las últimas noticias se aplicará cuando la presunción de muerte se
haya declarado en virtud del N°7 del artículo 81 del CC.
En el caso de los números 8 y 9 del artículo 81 del CC, el matrimonio se
termina transcurrido un año desde el día presuntivo de la muerte.
El posterior matrimonio que haya contraído el cónyuge del desaparecido con
un tercero conservará su validez aun cuando llegare a probarse que el
desaparecido murió realmente después de la fecha en que dicho matrimonio se
contrajo.

Capítulo V De la nulidad del matrimonio


Párrafo 1º l. De las causales
Artículo 44° El matrimonio sólo podrá ser declarado nulo por alguna de las
siguientes causales, que deben haber existido al tiempo de su celebración:
a. Cuando uno de los contrayentes tuviere alguna de las incapacidades
señaladas en el artículo 5º, 6º ó 7º de esta ley, y
b. Cuando el consentimiento no hubiere sido libre y espontáneo en los
términos expresados en el artículo 8º.

Artículo 45° Es nulo el matrimonio que no se celebre ante el número de


testigos hábiles determinados en el artículo 17.

Párrafo 2º De la titularidad y del ejercicio de la acción de nulidad


Artículo 46° La titularidad de la acción de nulidad del matrimonio corresponde
a cualesquiera de los presuntos cónyuges, salvo las siguientes excepciones:
a. La nulidad fundada en el número 3º del artículo 5º podrá ser demandada
por cualquiera de los cónyuges o por cualquier persona fundándose en el
interés superior del niño, niña o adolescente, pero alcanzados los
dieciocho años por parte de ambos contrayentes, la acción se radicará
únicamente en el o los que contrajeron sin tener esa edad;
b. La acción de nulidad fundada en alguno de los vicios previstos en el
artículo 8º corresponde exclusivamente al cónyuge que ha sufrido el
error o la fuerza;
c. En los casos de matrimonio celebrado en artículo de muerte, la acción
también corresponde a los demás herederos del cónyuge difunto;
d. La acción de nulidad fundada en la existencia de un vínculo matrimonial
no disuelto corresponde, también, al cónyuge anterior o a sus herederos,
y
e. La declaración de nulidad fundada en alguna de las causales
contempladas en los artículos 6º y 7º podrá ser solicitada, además, por
cualquier persona, en el interés de la moral o de la ley.
El cónyuge menor de edad y el interdicto por disipación son hábiles para
ejercer por sí mismos la acción de nulidad, sin perjuicio de su derecho a actuar
por intermedio de representantes.
Artículo 47° La acción de nulidad del matrimonio sólo podrá intentarse
mientras vivan ambos cónyuges, salvo los casos mencionados en las letras c) y
d) del artículo precedente.

Artículo 48° La acción de nulidad de matrimonio no prescribe por tiempo,


salvo las siguientes excepciones:
B. los casos previstos en el artículo 8º, la acción de nulidad prescribe en el
término de tres años, contados desde que hubiere desaparecido el hecho
que origina el vicio de error o fuerza;
C. Cuando se tratare de un matrimonio celebrado en artículo de muerte, la
acción de nulidad prescribirá en un año, contado desde la fecha del
fallecimiento del cónyuge enfermo;
D. Cuando la causal invocada sea la existencia de un vínculo matrimonial
no disuelto, la acción podrá intentarse dentro del año siguiente al
fallecimiento de uno de los cónyuges, y
E. Cuando la acción de nulidad se fundare en la falta de testigos hábiles,
prescribirá en un año, contado desde la celebración del matrimonio.

Artículo 49° Cuando, deducida la acción de nulidad fundada en la existencia


de un matrimonio anterior, se adujere también la nulidad de este matrimonio,
se resolverá en primer lugar la validez o nulidad del matrimonio precedente.

Párrafo 3º De los efectos


Artículo 50° La nulidad produce sus efectos desde la fecha en que queda
ejecutoriada la sentencia que la declara, retrotrayéndose las partes al estado
en que se encontraban al momento de contraer el vínculo matrimonial, sin
perjuicio de lo dispuesto en el presente artículo y en los dos artículos
siguientes.
La sentencia ejecutoriada en que se declare la nulidad de matrimonio deberá
subinscribirse al margen de la respectiva inscripción matrimonial y no será
oponible a terceros sino desde que esta subinscripción se verifique.

Artículo 51° El matrimonio nulo que ha sido celebrado o ratificado ante el


oficial del Registro Civil produce los mismos efectos civiles que el válido
respecto del cónyuge que, de buena fe y con justa causa de error, lo contrajo,
pero dejará de producir efectos civiles desde que falte la buena fe por parte de
ambos cónyuges.
Si sólo uno de los cónyuges contrajo matrimonio de buena fe, éste podrá optar
entre reclamar la disolución y liquidación del régimen de bienes que hubieren
tenido hasta ese momento, o someterse a las reglas generales de la
comunidad.
Las donaciones o promesas que por causa de matrimonio se hayan hecho por
el otro cónyuge al que casó de buena fe, subsistirán no obstante la declaración
de la nulidad del matrimonio.
Con todo, la nulidad no afectará la filiación ya determinada de los hijos, aunque
no haya habido buena fe ni justa causa de error por parte de ninguno de los
cónyuges.
Artículo 52° Se presume que los cónyuges han contraído matrimonio de
buena fe y con justa causa de error, salvo que en el juicio de nulidad se
probare lo contrario y así se declare en la sentencia.

Capítulo VI Del divorcio


Artículo 53° El divorcio pone término al matrimonio, pero no afectará
en modo alguno la filiación ya determinada ni los derechos y
obligaciones que emanan de ella.

Párrafo 1º De las causales


Artículo 54° El divorcio podrá ser demandado por uno de los cónyuges,
por falta imputable al otro, siempre que constituya una violación
grave de los deberes y obligaciones que les impone el matrimonio, o
de los deberes y obligaciones para con los hijos, que torne intolerable
la vida en común.
Se incurre en dicha causal, entre otros casos, cuando ocurre cualquiera de los
siguientes hechos:
1. Atentado contra la vida o malos tratamientos graves contra la
integridad física o psíquica del cónyuge o de alguno de los hijos;
2. Trasgresión grave y reiterada de los deberes de convivencia, socorro y
fidelidad propios del matrimonio. El abandono continuo o reiterado del
hogar común, es una forma de trasgresión grave de los deberes del
matrimonio;
3. Condena ejecutoriada por la comisión de alguno de los crímenes o
simples delitos contra el orden de las familias y contra la moralidad
pública, o contra las personas, previstos en el Libro II, Títulos VII y VIII,
del CP, que involucre una grave ruptura de la armonía conyugal;
4. Suprimido; causal homosexual.
5. Alcoholismo o drogadicción que constituya un impedimento grave para
la convivencia armoniosa entre los cónyuges o entre éstos y los hijos, y
6. Tentativa para prostituir al otro cónyuge o a los hijos.

Artículo 55° Sin perjuicio de lo anterior, el divorcio será decretado por el


juez si ambos cónyuges lo solicitan de común acuerdo y acreditan que
ha cesado su convivencia durante un lapso mayor de un año.
En este caso, los cónyuges deberán acompañar un acuerdo que,
ajustándose a la ley, regule en forma completa y suficiente sus
relaciones mutuas y con respecto a sus hijos. El acuerdo será completo si
regula todas y cada una de las materias indicadas en el artículo 21. Se
entenderá que es suficiente si resguarda el interés superior de los hijos,
procura aminorar el menoscabo económico que pudo causar la ruptura y
establece relaciones equitativas, hacia el futuro, entre los cónyuges cuyo
divorcio se solicita.
Habrá lugar también al divorcio cuando se verifique un cese efectivo
de la convivencia conyugal durante el transcurso de, a lo menos, tres
años, salvo que, a solicitud de la parte demandada, el juez verifique
que el demandante, durante el cese de la convivencia, no ha dado
cumplimiento, reiterado, a su obligación de alimentos respecto del
cónyuge demandado y de los hijos comunes, pudiendo hacerlo.
En todo caso, se entenderá que el cese de la convivencia no se ha producido
con anterioridad a las fechas a que se refieren los artículos 22 y 25, según
corresponda.
La reanudación de la vida en común de los cónyuges, con ánimo de
permanencia, interrumpe el cómputo de los plazos a que se refiere este
artículo.

Párrafo 2º De la titularidad y el ejercicio de la acción


Artículo 56° La acción de divorcio pertenece exclusivamente a los
cónyuges.
Cualquiera de ellos podrá demandarlo, salvo cuando se invoque la causal
contemplada en el artículo 54, en cuyo caso la acción corresponde sólo al
cónyuge que no hubiere dado lugar a aquélla.

Artículo 57° La acción de divorcio es irrenunciable y no se extingue por el


mero transcurso del tiempo.

Artículo 58° El interdicto por disipación es hábil para ejercer por sí mismo la
acción de divorcio, sin perjuicio de su derecho a actuar por intermedio de
representantes.

Párrafo 3º De los efectos


Artículo 59° El divorcio producirá efectos entre los cónyuges desde que quede
ejecutoriada la sentencia que lo declare.
Sin perjuicio de ello, la sentencia ejecutoriada en que se declare el divorcio
deberá subinscribirse al margen de la respectiva inscripción matrimonial.
Efectuada la subinscripción, la sentencia será oponible a terceros y los
cónyuges adquirirán el estado civil de divorciados, con lo que podrán volver
a contraer matrimonio.

Artículo 60° El divorcio pone fin a las obligaciones y derechos de


carácter patrimonial cuya titularidad y ejercicio se funda en la existencia
del matrimonio, como los derechos sucesorios recíprocos y el derecho de
alimentos, sin perjuicio de lo dispuesto en el Párrafo 1 del Capítulo siguiente.

Capítulo VII De las reglas comunes a ciertos casos de separación,


nulidad y divorcio
Párrafo 1º De la compensación económica
Artículo 61° Si, como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de
los hijos o a las labores propias del hogar común, uno de los cónyuges
no pudo desarrollar una actividad remunerada o lucrativa durante el
matrimonio, o lo hizo en menor medida de lo que podía y quería,
tendrá derecho a que, cuando se produzca el divorcio o se declare la
nulidad del matrimonio, se le compense el menoscabo económico
sufrido por esta causa.

Artículo 62° Para determinar la existencia del menoscabo económico y la


cuantía de la compensación, se considerará, especialmente, la duración del
matrimonio y de la vida en común de los cónyuges; la situación patrimonial de
ambos; la buena o mala fe; la edad y el estado de salud del cónyuge
beneficiario; su situación en materia de beneficios previsionales y de salud; su
cualificación profesional y posibilidades de acceso al mercado laboral, y la
colaboración que hubiere prestado a las actividades lucrativas del otro
cónyuge.
Si se decretare el divorcio en virtud del artículo 54, el juez podrá denegar la
compensación económica que habría correspondido al cónyuge que dio lugar a
la causal, o disminuir prudencialmente su monto.

Artículo 63° La compensación económica y su monto y forma de pago, en su


caso, serán convenidos por los cónyuges, si fueren mayores de edad, mediante
acuerdo que constará en escritura pública o acta de avenimiento, las cuales se
someterán a la aprobación del tribunal.

Artículo 64° A falta de acuerdo, corresponderá al juez determinar la


procedencia de la compensación económica y fijar su monto.
Si no se solicitare en la demanda, el juez informará a los cónyuges la existencia
de este derecho durante la audiencia preparatoria.
Pedida en la demanda, en escrito complementario de la demanda o en la
reconvención, el juez se pronunciará sobre la procedencia de la compensación
económica y su monto, en el evento de dar lugar a ella, en la sentencia de
divorcio o nulidad.

Artículo 65° En la sentencia, además, el juez determinará la forma de pago de


la compensación, para lo cual podrá establecer las siguientes modalidades:
1. Entrega de una suma de dinero, acciones u otros bienes. Tratándose de
dinero, podrá ser enterado en una o varias cuotas reajustables, respecto
de las cuales el juez fijará seguridades para su pago.
2. Constitución de derechos de usufructo, uso o habitación, respecto de
bienes que sean de propiedad del cónyuge deudor. La constitución de
estos derechos no perjudicará a los acreedores que el cónyuge
propietario hubiere tenido a la fecha de su constitución, ni aprovechará a
los acreedores que el cónyuge beneficiario tuviere en cualquier tiempo.

Artículo 66° Si el deudor no tuviere bienes suficientes para solucionar el


monto de la compensación mediante las modalidades a que se refiere el
artículo anterior, el juez podrá dividirlo en cuantas cuotas fuere necesario.
Para ello, tomará en consideración la capacidad económica del cónyuge deudor
y expresará el valor de cada cuota en alguna unidad reajustable.
La cuota respectiva se considerará alimentos para el efecto de su
cumplimiento, a menos que se hubieren ofrecido otras garantías para su
efectivo y oportuno pago, lo que se declarará en la sentencia.

Párrafo 2º De la conciliación
Artículo 67° Solicitada la separación, sea que la demanda se presente
directamente o de conformidad al artículo 29, o el divorcio, el juez, durante la
audiencia preparatoria, deberá instar a las partes a una conciliación,
examinando las condiciones que contribuirían a superar el conflicto de la
convivencia conyugal y verificar la disposición de las partes para hacer posible
la conservación del vínculo matrimonial.
El llamado a conciliación tendrá por objetivo, además, cuando proceda, acordar
las medidas que regularán lo concerniente a los alimentos entre los cónyuges y
para los hijos, su cuidado personal, la relación directa y regular que mantendrá
con ellos el padre o la madre que no los tenga bajo su cuidado, y el ejercicio de
la patria potestad.

Artículo 68° Si el divorcio fuere solicitado de común acuerdo por ambos


cónyuges, las partes podrán asistir a la audiencia a que se refiere el artículo
anterior personalmente o representadas por sus apoderados.

Artículo 69° En la audiencia preparatoria, el juez instará a las partes a


conciliación y les propondrá personalmente bases de arreglo, procurando
ajustar las expectativas de cada una de las partes.

Artículo 70° Si las partes no alcanzaren acuerdo, el juez deberá pronunciarse


sobre las medidas que se adoptarán en forma provisional, respecto de las
materias indicadas en el inciso segundo del artículo 67, mientras dura el juicio.

Párrafo 3º DE LA MEDIACIÓN DEROGADO

Capítulo VIII  De la ley aplicable y del reconocimiento de las


sentencias extranjeras
Artículo 80° Los requisitos de forma y fondo del matrimonio serán los que
establezca la ley del lugar de su celebración. Así, el matrimonio celebrado en
país extranjero, en conformidad con las leyes del mismo país, producirá en
Chile los mismos efectos que si se hubiere celebrado en territorio chileno.
Sin embargo, podrá ser declarado nulo de conformidad a la ley chilena, el
matrimonio celebrado en país extranjero que se haya contraído en
contravención a lo dispuesto en los artículos 5º, 6º y 7º de esta ley.
Tampoco valdrá en Chile el matrimonio que se haya contraído en el extranjero
sin el consentimiento libre y espontáneo de los contrayentes.
Artículo 81° Los efectos de los matrimonios celebrados en Chile se regirán por
la ley chilena, aunque los contrayentes sean extranjeros y no residan en Chile.
Artículo 82° El cónyuge domiciliado en Chile podrá exigir alimentos del otro
cónyuge ante los tribunales chilenos y de conformidad con la ley chilena.
Del mismo modo, el cónyuge residente en el extranjero podrá reclamar
alimentos del cónyuge domiciliado en Chile.
Artículo 83° El divorcio estará sujeto a la ley aplicable a la relación
matrimonial al momento de interponerse la acción.
Las sentencias de divorcio y nulidad de matrimonio dictadas por tribunales
extranjeros serán reconocidas en Chile conforme a las reglas generales que
establece el CPC.
En ningún caso tendrá valor en Chile el divorcio que no haya sido declarado por
resolución judicial o que de otra manera se oponga al orden público chileno.
Tampoco se reconocerá valor a las sentencias obtenidas en fraude a la ley. Se
entenderá que se ha actuado en fraude a la ley cuando el divorcio ha sido
declarado bajo una jurisdicción distinta a la chilena, a pesar de que los
cónyuges hubieren tenido domicilio en Chile durante cualquiera de los tres
años anteriores a la sentencia que se pretende ejecutar, si ambos cónyuges
aceptan que su convivencia ha cesado a lo menos ese lapso, o durante
cualquiera de los cinco años anteriores a la sentencia, si discrepan acerca del
plazo de cese de la convivencia. El acuerdo o la discrepancia entre los
cónyuges podrá constar en la propia sentencia o ser alegado durante la
tramitación del exequátur.
Artículo 84° La ley que rija el divorcio y la nulidad del matrimonio se aplicará
también a sus efectos.

Capítulo IX De los juicios de separación, nulidad de matrimonio y


divorcio
Párrafo 1º Disposiciones generales
Artículo 85° La tramitación de la separación judicial, de la nulidad de
matrimonio y del divorcio se regirá por lo dispuesto en este Capítulo y en las
demás leyes que resulten aplicables, del modo que parezca más conforme con
la paz y la concordia entre los miembros de la familia afectada.
Cuando existieren menores de edad comprometidos, el juez deberá considerar
especialmente el interés superior del niño, y oirá a aquél que esté en
condiciones de formarse un juicio propio, teniéndose debidamente en cuenta
sus opiniones, en función de su edad y madurez, al resolver todos los asuntos
relacionados con su persona o sus bienes.
El juez, en cualquier momento, podrá adoptar de oficio las medidas que crea
convenientes para el cumplimiento de lo anterior, así como para solucionar de
la mejor manera posible las rupturas o conflictos matrimoniales.
Artículo 86° El proceso será reservado, a menos que el juez, fundadamente y
a petición expresa de los cónyuges, resuelva lo contrario.

Párrafo 2 Competencia y procedimiento


Artículo 87° Será competente para conocer de las acciones de separación,
nulidad o divorcio, el juzgado con competencia en materias de familia, del
domicilio del demandado.
Artículo 88° Los juicios de separación, nulidad o divorcio se tramitarán
conforme al procedimiento que señale, para tal efecto, la ley sobre juzgados de
familia.
Sin perjuicio de lo anterior, se aplicarán las reglas especiales que siguen.
Artículo 89° Las acciones que tengan por objetivo regular el régimen de
alimentos, el cuidado personal de los hijos o la relación directa y regular que
mantendrá con ellos aquél de los padres que no los tenga bajo su cuidado,
cuando no se hubieren deducido previamente de acuerdo a las reglas
generales, como asimismo todas las cuestiones relacionadas con el régimen de
bienes del matrimonio, que no hubieren sido resueltas en forma previa a la
presentación de la demanda de separación, nulidad o divorcio, deberán
deducirse en forma conjunta con ésta o por vía reconvencional, en su caso, y
resolverse tan pronto queden en estado, de acuerdo al procedimiento
aplicable.
La misma regla se aplicará en caso de que se pretenda modificar el régimen de
alimentos, el cuidado personal de los hijos o la relación directa y regular que
mantendrán con el padre o la madre que no los tenga bajo su cuidado, que
hubieren sido determinados previamente. El cumplimiento del régimen fijado
previamente sobre dichas materias se tramitará conforme a las reglas
generales.
Artículo 90° En el llamado a conciliación a que se refiere el artículo 67, se
incluirán las materias señaladas en el inciso segundo de dicha disposición, aun
cuando no se hubieren solicitado en conformidad a lo dispuesto en el artículo
precedente, y se resolverán tan pronto queden en estado, de acuerdo al
procedimiento aplicable.
Artículo 91° Cuando se haya interpuesto solicitud de divorcio, en cualquier
momento en que el juez advierta antecedentes que revelen que el matrimonio
podría estar afectado en su origen por un defecto de validez, se los hará saber
a los cónyuges, sin emitir opinión. Si en la audiencia, o dentro de los treinta
días siguientes, alguno de los cónyuges solicita la declaración de nulidad, el
procedimiento comprenderá ambas acciones y el juez, en la sentencia
definitiva, se pronunciará primero sobre la de nulidad.

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