Charla Mariátegui y el marxismo latinoamericano

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Mariátegui y el marxismo latinoamericano

Diapo 1
Empezaré por plantear la biografía del autor y el contexto.
Esto por dos razones:
1) sería muy aburrido ponerme a hablar sobre un personaje que quizás no todos conozcan
2) Para pensar a un intelectual hay que reubicarlo en sus condiciones materiales y discursivas de
producción. Parece obvio sin embargo, algunos trabajos se concentran excesivamente en cuestiones
biográficas y descuidan el contexto. En el caso de Mariátegui, esta desviación resulta tentadora porque
tuvo una infancia muy particular. Algunos adjudican cierta crisis de identidad vinculada con el
abandono paterno y un accidente infantil que lo postró durante un buen tiempo, acercándolo
supuestamente al misticismo.

José Carlos Mariátegui (1894- 1930) Mariátegui es un intelectual peruano que nació y creció en un
Perú en transición. Cuando vino al mundo el Perú recién se recuperaba del descalabro económico y
político que significó la Guerra del Pacífico y el capital monopólico comenzaba su implantación en
ese país a partir del Contrato Grace, que el Estado peruano firmó con una serie de acreedores de la
deuda (organizados en la Peruvian Corporation) que dejó la guerra. Se fue consolidando durante estos
años un Estado dominado por la alianza entre la burguesía imperialista, los terratenientes de las sierras
peruanas y la incipiente y aún muy débil burguesía de la costa (Partido Civil). Es lo que se conoce en
América Latina como Estado Oligárquico, donde ni los campesinos, ni el naciente proletariado,
siquiera la clase media tenían participación en la cosa pública. El sistema de poder político regional
que sostuvo en el Perú este sistema oligárquico fue el Gamonalismo, es decir la privatización de la
política a nivel local, la fragmentación del dominio y su ejercicio a escala de un pueblo y provincia
(algunos sinónimos serían Caciquismo en México, coronelismo en Brasil o feudalismo en la
perspectiva Europea). El término gamonal es un peruanismo, acuñado en el transcurso del siglo
pasado, buscando establecer un símil entre una planta parásita y los terratenientes.
En 1919, de modo casi coincidente con la vida adulta de Mariátegui, se inicia en Perú la dictadura de
Leguía, la cual durará 11 años (hasta la muerte de JCM) que marcó el desplazamiento de la
hegemonía inglesa hacia el capital norteamericano. Durante la primera etapa de su gobierno (1919-
1923), con el objetivo de desarticular a aristocracia civilista, otorgó diversas concesiones al
movimiento obrero y campesino, apoyándose en la pequeña burguesía urbana. Por supuesto, esta
apertura no fue simplemente una iniciativa reformista desde arriba, sino que respondió a un
movimiento que atravesaba toda la sociedad peruana.

1
Ola de rebeliones indígenas en el Sur (1919- 1923). Las causas de estas rebeliones son diversas:
caída de los precios de los productos que cultivaban, experiencia compartida de las trincheras tras la
guerra, acción de los anarquistas y la Asociación Pro- indígena o el Comité Pro- Derecho Indígena
Tahuantinsuyu (instrumento para que los indígenas diesen carácter público a sus denuncias). Desde los
últimos años de la década del 10, líderes o mensajeros indígenas, habían comenzado a viajar a Lima
para relacionarse con estas instituciones y así conocieron como los trabajadores de la ciudad venían
organizándose en clubes de estudios, centros culturales, federaciones y comités de huelga.
“Bienio rojo” peruano (1918-1919) que se inició con la lucha por la jornada de ocho horas, siguió un
año después con la “Huelga del Hambre” y la conformación del Comité pro-abaratamiento de las
subsistencias, frente único popular donde confluyeron diversas tendencias ideológicas. Al calor de la
lucha, y bajo distintas formas de protesta (huelgas, saqueos, uso de dinamita) que culminaron en una
sangrienta represión, fueron modificándose los reclamos desde prácticas netamente económico-
corporativas hacia instancias más políticas de acción, a través de consignas como la de libertad a los
presos políticos y la fundación de la Federación Obrera Regional de Lima.
Radicalización de las clases medias: Reforma universitaria, Universidades Populares (Haya de la
Torre). El triángulo lo completan la Revolución Mexicana y la Revolución Rusa (la primera se leería
diferente después de los otros dos sucesos)

En 1913 (19 años) tienen sus primeros trabajos en la prensa burguesa, aunque desde 1916 empieza a
manifestar cierto compromiso social y político. Sus participaciones en la prensa giraron de un cronista
de turf y social, la crónica literaria, retiros espirituales y poesía mística hacia las crónicas
parlamentarias. Empezará a delinear sus primeros proyectos editoriales en 1918. La revista Nuestra
Época ya expresa una tendencia combativa filo- socialista. Desde La Razón, proyecto que también
organiza junto con César Falcón, apoya enérgicamente los movimientos obrero y universitario que
mencionábamos. Estos les vale a ambos que el gobierno de Leguía les ofrezca optar entre un viaje a
Europa o la cárcel (vínculos personales de su flia. con la de Leguía)
No hay duda, en efecto, de que su estancia europea (fundamentalmente italiana) fue crucial para el
desarrollo de Mariátegui en todos los órdenes de su experiencia personal. “allí desposé una mujer y
algunas ideas”. Mariátegui leyó a Marx con el filtro del historicismo italiano y de su polémica contra
toda visión trascendental, evolucionista y fatalista del desarrollo de las relaciones sociales. Vivió la
experiencia de los consejos de fábrica y se vinculó con los integrantes de L’ Ordine Nuovo. Es cierto,
igualmente, que de entonces arranca lo fundamental de su obra y de su influencia en la historia
peruana.
Regresa en 1923. El regímen de Leguía se vuelve crecientemente reaccionario

2
23 de mayo de 1923: Manifestación de obreros y estudiantes oponiéndose a la consagración de Perú al
corazón de Jesús. Comandada por Haya de la Torre, bautismo del APRA.
Universidad Popular González Prada. Conferencias sobre la crisis mundial. Historia de la crisis
mundial.
Haya es deportado (viaja a México, contactos con Vasconcelos) y Mariátegui asume la dirección de
Claridad. Haya funda el APRA
Intensifica contactos con obreros y es encarcelado por breve tiempo en 1924.
Se recrudece su enfermedad y se le corta la pierna derecha.
Funda la Editorial Minerva en 1926 y edita Amauta.
Amauta será una de las expresiones más acabadas del indigenismo, corriente político y literaria que
impregna a la intelectualidad peruana. el indigenismo como formación ideológica, expresión de una
fuerza social popular, enunciada por un sector de intelectuales peruanos, sensibles frente a los
problemas actuales del indio y sobre todo, conscientes de la imposibilidad de encarar un proceso de
transformación social sin que éste implique el bienestar de las mayorías peruanas, es decir, de las
masas indígenas. En principio, el elemento aglutinador era la reacción frente al hispanismo y al
criollismo, corrientes que buscaban las raíces nacionales en la colonia o en la república pero que, pese
sus contradicciones, podrían articularse genéricamente en la tendencia tradicionalista. Junto a ellas, los
indigenistas se enfrentaron a otras vertientes como el indianismo, que recurría a una revalorización
romántica del pasado pre – hispánico, a una idealización del Incario y a un correlativo olvido de los
problemas del pueblo quechua moderno, de suerte que su imaginario resultaba celebratorio y
conciliador. En Amauta prima la perspectiva de izquierdas, y en el seno de este campo es donde se
desatan las polémicas más agudas, cuyo objetivo principal es la construcción de un programa.
Partiendo de González Prada. Radicalismo burgués que evolucionó hacia el anarquismo. El problema
del indio es un problema económico- social. En esta línea, las diferencias más importantes giran en
torno al debate sobre el “hombre nuevo”, el mestizo o el indio, entrecruzándose con otros ejes de
conflicto, tales como reformismo-revolución o nacionalismo–modernismo. También incluye otras
perspectivas más liberales que buscan la solución al problema del indio en la educación o la reforma
legal.

1927: Grupo resurgimiento (conexión con asociaciones indígenas). Este grupo editaba el Boletín El
proceso del gamonalismo, cuyos seis números aparecieron como suplemento de Amauta, con algunas
interrupciones, entre enero de 1927 y junio de 1928. Invocando la tradición de la Asociación Pro-
Derecho Indígena, fundada por el matrimonio Zulen, el objetivo central de esta publicación fue
constituirse en un instrumento para que los indígenas, individual o colectivamente, diesen carácter

3
público a las denuncias efectuadas contra los gamonales y consiguiesen, al menos, una sanción moral
para sus explotadores. Esta orientación fue propia de la primera etapa de la revista, donde el núcleo
articulador para un colectivo heterogéneo resultó ser una consigna relativamente vaga. Tal como rezan
los estatutos del Grupo Resurgimiento: “entender como el fundamento esencial de la Nueva Era
nacionalista y humana la estrecha solidaridad con el indio”1,
Esta tradición de denuncia se mantuvo en Labor, a través de secciones como “La voz de los pueblos” y
“El Ayllu”. No obstante, las querellas públicas trascendieron este nivel pues permitieron la
estructuración de una red de comunidades cuyo núcleo articulador fue la figura de Mariátegui, como
director de las publicaciones. A partir de 1928, estos vínculos sirvieron para trabajar en la construcción
de la primera Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), uno de los hechos
políticos más importantes que impulsó el Amauta (publicación Labor). En esta organización se
pretendía nuclear no sólo a los sindicatos locales, tanto urbanos como rurales, sino también a las Ligas
Campesinas.
Junio 1927: Feroz represión. Indicios de primeros contactos con la Internacional Comunista
1928: Partido Socialista Peruano,
1928-1928: El PSP asiste a Conferencias internacionales organizadas por la IIIª Internacional

Diapo 2: Su proyecto intelectual:El socialismo indigenista

Producto de una aleación entre una particular visión del marxismo y el contacto con la realidad
peruana.
Sólo después de su contacto con el marxismo comprenderá profundamente lo peruano
Construye a partir de debates. Mariátegui se enfrentó a los problemas peruanos a través de una
constante polémica. Esa polémica lo enfrentó, sucesivamente, a los ideólogos del orden oligárquico-
imperialista (indianismo, hispanismo), al nacionalismo democrático aprista, al socialismo europeo que
no se desligaba de sus bases racionalistas, positivistas, evolucionistas y economicistas y finalmente,
con la dirección oficial de la III Internacional en América Latina.
Frase: síntesis, volveremos a ella después de una recorrida por el proyecto intelectual.

Diapo 3: Proyecto mariateguiano (no es estático ni esquemático)

1
“Estatutos del Grupo Resurgimiento”, Boletín El proceso del gamonalismo Nº 1 en Amauta Nº 6, enero 1927, p. 2.

4
¿Existen las etapas en el pensamiento de Mariátegui? Edad de piedra y marxismo o hay una
continuidad. Terán se traslada de una lectura obrerista, sindicalista, clasista y una perspectiva
internacionalista hacia la traductibilidad nacional de su teoría. Se encuentra continuidad incluso en uso
de elementos leninistas.

Daremos cuenta de la forma que tiene el proyecto entre 1928-1929.


Algo sobre la metodología de citas (no creemos que puede deducirse un pensamiento, por eso contexto
y debates, pero sirve a modo ilustrativo)

Diapo 4: Formación social peruana

El problema del indio es el problema de la tierra (González Prada, Haya de la Torre). Distinto
soluciones legales, raciales, educativas.
El problema del indio era el núcleo de su programa político- ideológico, al que relacionaba
directamente con el problema de la tierra, cuya solución vinculaba principalmente a la liquidación de
la feudalidad.

Explicar la formación social peruana, entender las raíces del problema (clic)
Apuntaré a una constatación final: la de que en el Perú coexisten tres economías diferentes. Bajo el
régimen de economía feudal nacido de la Conquista subsistente en la sierra algunos residuos vivos
todavía de la economía comunista indígena. En la costa, sobre un suelo feudal, crece una economía
burguesa que, por lo menos en su desarrollo mental, da la impresión de una economía retardada
El problema de la tierra, 7 Ensayos (1928)

La conquista trajo la feudalidad


Pero la evaluación que Mariátegui efectuaba de la conquista española como un hecho negativo en la
historia peruana no se obtenía únicamente de la comparación externa, sino que también se derivaba del
contraste con el nivel de desarrollo que había desplegado la sociedad incaica. En sus palabras…

“La destrucción de esta economía –y por ende de la cultura que se nutría de su savia– es
una de las responsabilidades menos discutibles del coloniaje, no por haber constituido la
destrucción de las formas autóctonas, sino por no haber traído consigo su sustitución por
formas superiores. El régimen colonial desorganizó y aniquiló la economía agraria inkaica,
sin reemplazarla por una economía de mayores rendimientos.”2

La conquista fracturó al Perú en sierra y costa. (no dualidad, sí dialéctica)

2
JCM, “El problema op. cit. p. 34

5
Se instaló entonces en Perú lo que Mariátegui consideró un liberalismo deformado, pues no destruyó
el latifundio. Asimismo, el latifundio no llevaría al desarrollo del capitalismo internamente pues
exportaba materia prima. Economía colonial. Debilidad de la clase burguesa, ante los terratenientes y
ante capital extranjeros.

En este sentido, aunque las inversiones del capital se asentaron especialmente en la costa,
profundizando la dualidad que señalábamos, la diferencias entre la agricultura de la costa y de la
sierra residían más en la técnicas que en las formas de trabajo, pues en ambos espacios
predominarían los modos de explotación pre- capitalista, aunque en la costa yanaconazgo y enganche ,
mientras que en la costa servidumbre asociado a la comunidad

Las necesidades del capital implantado en tales condiciones, encuentran en las relaciones
precapitalistas un elemento decisivo para su operación. En la medida en que el valor de la fuerza de
trabajo explotada por el capital monopólico, se constituye fundamentalmente en el área no capitalista
de la economía, la tasa de ganancia de ese capital resulta mucho más alta en este país en relación con
la que puede obtener en la economía metropolitana, en las mismas ramas de producción.
Capital monopólico y precapital, se combinarán así, contradictoriamente, en una estructura
económica conjunta, bajo el dominio del primero, en una tendencia de acentuación de ese dominio.

El comunismo inkaiko no fue reemplazado por una forma superior de organización (menos atacado
durante la colonia y más durante la república)
Mariátegui basó su conceptualización en la célula del imperio, el ayllu (comunidad), que existía desde
tiempos pre-incas. El ayllu representaba a través de la propiedad colectiva de la tierra, de las aguas,
tierras de pasto y bosques y de la cooperación común en el trabajo, la base del comunismo agrario y su
persistencia en las sierras peruanas. Idea de mito. Elementos de socialismo práctico (Mazzeo)
Su particular posición lo colocó en una situación incómoda, pues mientras algunas indigenistas lo
tildaron de europeizante, los liberales lo criticaron duramente por su idealización de una sociedad
despótica y teócrática. Mariátegui diferenció el comunismo agrario del comunismo moderno, pues era
consciente de que un orden nuevo no podía renunciar a ninguno de los progresos materiales y morales
de la sociedad burguesa.

La consecuencia política de esta disidencia es ¿qué tipo de revolución se debe llevar adelante?

Diapo 5: Imperialismo

Somos antiimperialistas porque somos marxistas, porque somos revolucionarios, porque oponemos
el capitalismo al socialismo como sistema antagónico, llamado a sucederlo, porque en la lucha
contra los imperialismos extranjeros, cumplimos nuestros deberes de solidaridad con las masas
revolucionarias de Europa
Punto de vista antiimperialista (1929)

Haya sostiene que hay que realizar una revolución antiimperialista, porque (parafraseando a Lenin) en
América Latina el imperialismo sería el primer estadío del capitalismo.

6
Para Mariátegui, por el contrario, la lucha contra el imperialismo se asocia directamente con la lucha
por el socialismo.
Presenta este documento en la Conferencia de Partidos Latinoamericanos. Allí los peruanos,
quienes habían compartido el espacio de Amauta con varios apristas, se esfuerzan por mostrar como se
deslindaron del aprismo. Esta separación tiene, entre otros factores, un claro impulso en los giros
tácticos de la IC.
De frente único a Clase contra clase. El APRA es el Kuomintang latinoamericano. (Revolución
Mexicana)
La alianza con la pequeña burguesía no es factible, incluso por cuestiones raciales. En este punto la
posición de Mariátegui es más dura aún que la de la IC, justamente por remarcar estos factores.

Diapo 6: Revolución socialista

“El VI Congreso de la Internacional Comunista ha señalado una vez más la posibilidad para
pueblos de economía rudimentaria, de iniciar directamente una organización económica colectiva,
sin sufrir la larga evolución por la que han pasado otros pueblos”

Sin embargo Mariátegui tampoco va a acordar en el carácter de la revolución con la Internacional.


Para la IC todos los países latinoamericanos eran semi-coloniales, por lo tanto correspondía una
revolución democrático burguesa (agraria y antiimperialista) bajo la dirección del proletariado y
su vanguardia, guerra a los terratenientes y la burguesía nacional considerados agentes del
imperialismo yanqui e inglés. Para Mariátegui el Perú no era un país semi-colonial y consideraba que
la táctica adecuada era la de revolución socialista
Al caracterizar la sociedad peruana como semi- feudal Mariátegui dejaba ciertamente claro que en el
Perú, a diferencia de lo que había ocurrido en otros países de América Latina como Argentina o
Brasil, la revolución democrático- burguesa no se había completado. La razón principal se encontraba
en la debilidad de la burguesía nacional, cuyo signo más evidente era la persistencia de la feudalidad.
Una visión lineal del problema sugeriría la necesidad de una reforma agraria liberal para instalar
definitivamente el capitalismo en Perú, sin embargo, Mariátegui rechazaba como solución válida el
fraccionamiento de los latifundios para crear la pequeña propiedad.

“Congruentemente con mi posición ideológica, yo pienso que la hora de ensayar en el Perú


el método liberal, la fórmula individualista, ha pasado ya. Dejando aparte las razones
doctrinales, considero fundamentalmente este factor incontestable y concreto que da un

7
carácter peculiar a nuestro problema agrario: la supervivencia de la comunidad y de
elementos de socialismo práctico en la agricultura y la vida indígenas.”3

Información que se ocultó sobre las resoluciones de la IC para homogeneizar a todos los países
como semi-coloniales

Diapo 7: Alianza obrero- campesina / ¿Quién era el sujeto de esa revolución?

Nosotros creemos que entre las poblaciones ‘atrasadas’, ninguna como la población indígena
incásica, reúne las condiciones tan favorables para que el comunismo agrario primitivo, subsistente
en estructuras concretas y en un hondo espíritu colectivista, se transforme, bajo la hegemonía de la
clase proletaria, en una de las bases más sólidas de la sociedad colectivista preconizada por el
comunismo marxista

Si hasta acá entendimos porque el problema del indio es social y económico, a partir de aquí
intentaremos entender porque la raza tiene los medios para transformarlo.
Como ya hemos visto, a diferencia de Haya de la Torre, Mariátegui excluye a burgueses y pequeño
burgueses. (Haya también tenía un sustento racial para su alianza y era el mestizaje. La alianza que
proponía para construir un “capitalismo antiimperialista” era la unión de los “trabajadores manuales e
intelectuales”, cuyo substrato común era el subconsciente indio. De esta manera, construía una
“mística del mestizaje” que aparecía como el resultado de un largo proceso físico y espiritual en que
el pueblo peruano había aprendido a reconocer las necesidades indígenas como propias, íntimas y no
sólo sociales. De ahí se desprendía hegemonía pequeño- burguesía)

Pero a diferencia de la IC integra el factor clase y el factor raza en una política revolucionaria.
Para Mariátegui el elemento racial era central en la difusión del socialismo. Por ejemplo, es central
que la vanguardia obrera, tras entrar en contacto con el movimiento sindical, puedan jugar un rol en la
emancipación de su raza. Es frecuente que estos obreros regresen temporalmente al medio indígena. El
mismo idioma, el mismo color de piel, los transforma en propagandistas.
La unificación de estas problemáticas respondía a la realidad de los indígenas serranos, pues éstos
pasaban seis o siete meses en los ayllus para después trabajar en las minas, los latifundios serranos o
las haciendas de la costa. Así, este tipo de emigración temporal podía utilizarse para difundir la
propaganda socialista en el seno de las comunidades. En palabras de Mariátegui…

3
JCM, “El problema… op. cit. p. 32

8
“Los sindicatos del proletariado agrícola, y de los mineros, tendrán una carga pesada en
las tareas impuestas por la afluencia temporal de estas masas indígenas (…) Precisa,
pues, una gran labor en las comunidades, y Ayllus, etc. donde deben de establecerse
bibliotecas, comisiones de enseñanza que luchen contra el analfabetismo, secciones de
deportes, etc, que estando a cargo de compañeros preparados desarrollen una enseñanza
activa que tienda a capacitarlos en su rol de clase, explicándoles su condición de clase,
sus derechos y los medios de reivindicarlos. De esta manera el indio será un militante del
movimiento sindical, esto es soldado que luche por la liberación social de su clase.”4

Además los obreros y campesinos peruanos serían, por el arraigo de sus tradiciones, más socialistas
que cualquier proletario europeo.

Cuál es el lugar que Mariátegui le asigna al campesinado como sujeto revolucionario?


Miroshevski, populismo, movimiento de campesinos
Algunos estudiosos contemporáneos han retomado, aunque en clave valorativa inversa, las tesis de
Miroshevski sobre el protagonismo del campesinado en el proyecto mariateguiano. A modo de
ejemplo, Oscar Terán consideró que para Marátegui el sujeto revolucionario era la “fusión” de la clase
obrera y el campesinado indígena; mientras que más abiertamente Flores Galindo aseveraba…
“Al incluir a los indígenas en el término proletariado se terminaba comprendiendo de una manera
diferente la alianza entre obreros y campesinos. Desaparecía la imposición o la sobreposición de la
clase obrera y en sustitución emergía una relación igualitaria”
Visión clásica del marxismo sobre campesinado. Oscilante entre reacción y revolución. Para que se
oriente a revolución es necesaria la hegemonía del proletariado en una alianza obrero- campesina
(revolución rusa). El campesinado como clase pasiva ¿Rompe Mariátegui con esto?

Incidencia de la revolución mexicana y China en la forma en que pensó el problema del campesinado?
Creo que Mariátegui digirió ambos procesos muy mediado por IC.

La “fusión” entre clase obrera y campesinado ocurría en el plano sindical, marcando aquí sí una
diferencia muy significativa con la política del Comintern. La Internacional Sindical Roja sugería que
obreros y campesinos debían organizarse separadamente en Sindicatos y Ligas respectivamente, a
efectos de articularse, aunque sin perder su independencia, en un bloque obrero campesino. Aún así,
los peruanos prefirieron incluir en la constitución de la Confederación General de Trabajadores del
Perú no sólo a los “sindicatos obreros del país regularmente constituidos y conforme al principio
obrero” sino también a las “ligas campesinas y las federación de comunidades indígenas”

4
“Manifiesto de la CGTP: A la clase trabajadora del país” en Labor Nº 10, 7/9/29, p. 10.

9
(directamente vinculado con la necesidad de circulación de ideas que mencionábamos al inicio)

Diapo 8: Partido
Fiel al tiempo en que participó considera que el partido es la forma de organizar a las masas en pos de
un objetivo socialista.
Las críticas se enfocaron en ese momento hacia la homologación entre partido y bloque obrero-
campesino, posición compartida por otras delegaciones
En efecto, los peruanos defendían un partido cuya composición respondía a las masas obreras y
campesinas organizadas, pero aclaraban que dentro de esta organización de masas operaría un grupo
marxista- leninista que procuraría imponer una orientación revolucionaria. (creemos que esta
afirmación no es solamente un intento de adaptarse a la IC)
Se negaban a denominarlo Partido Comunista. Esta posición era fundamentada como la “táctica”
adecuada para las condiciones concretas del Perú, vinculadas no sólo al “atraso” de este país, sino
también al contexto represivo que impediría la constitución de un partido comunista legal.
DISTINTO PS REFORMISTA. En las condiciones actuales del Perú un PS significaba un avance. Por
otra parte, para ver las implicancias revolucionarias que le otorgaban conviene mencionar que existían
un PS con características socialdemocrátas al que JCM no se incorporó y además que se separó del
APRA cuando este quizó constituirse en Partido.
Al respecto, consideramos que Mariátegui y sus compañeros peruanos entendían el partido como
una actividad por la cual se tiende a conquistar las más amplias masas y a organizar las fuerzas
sociales necesarias para derrotar al régimen.
Estaba más preocupado por fomentar otras organizaciones gremiales que el partido, lo adecuado para
las circunstancias concretas.
Esta posición no era estrictamente anti-leninista, pues compartía núcleos básicos de esta corriente
política, como la importancia otorgada a la vanguardia partidaria y a la hegemonía proletaria. Sin
embargo, entraba en abierta colisión con la interpretación estalinista del leninismo la cual, centrándose
únicamente en la existencia misma del partido, terminaba considerando a la organización
revolucionaria como un fetiche. Este enfrentamiento se torna más visible si volvemos a considerar el
sospechoso extravío de la obra política de Mariátegui, cuyo eslabón perdido es la figura del editor
César Falcón, devenido en fervoroso defensor de Stalin durante la década del treinta.

Diapo 9: Perú integral


¿Cuál era entonces el lugar que los indígenas ocupaban en el planteo de la IC?

10
La unidad peruana está por hacer, y no se presenta como un problema de articulación y
convivencia, dentro de los confines de un estado único, de varios antiguos pequeños estados o
ciudades libres. En el Perú el problema de la unidad es mucho más hondo porque no hay aquí que
resolver una pluralidad de tradiciones locales o regionales sino una dualidad de raza, de lengua, y
de sentimientos, nacida de la invasión y de la conquista del Perú autóctono por una raza extranjera
que no ha conseguido fusionarse con la raza indígena, ni eliminarla, ni absorberla.

Regionalismo y centralismo, 7 ensayos. 1928

Los indígenas debían luchas por la autodeterminación nacional (federación de naciones). Para JCM
la creación de repúblicas indígenas sólo llevaría a la constitución de un estado indio burgués.
En el imaginario reproducían debate espartaquistas – leninistas. En el imaginario del “oficialismo”
este debate reproducía los cánones del debate Lenin- Rosa Luxemburgo sobre la revolución polaca en
la IIª Internacional. En este caso, mientras que los espartaquistas colocaban la unidad de los obreros
rusos, alemanes, austríacos y polacos por encima de la lucha por la autodeterminación de Polonia, los
leninistas subordinaban la lucha de clases a la liberación nacional.
Sin embargo, Mariátegui era fiel a los planteos de Lenin, pero más en su método que en su letra.
“la función de la idea socialista cambia en los pueblos política o económicamente coloniales. En esos
pueblos, el socialismo adquiere, por la fuerza de las circunstancias, sin renegar absolutamente de
ninguno de sus principios, una actitud nacionalista”

“La Tercera Internacional estimula y fomenta la insurrección de los pueblos de Oriente,


aunque esta insurrección carezca de carácter proletario y de clases, y sea, antes bien, una
insurrección nacionalista. Muchos socialistas han polemizado precisamente, por esta
cuestión colonial, con la IIIª Internacional. Sin comprender el carácter decisivo que tiene
para la revolución social la emancipación de las colonias del dominio capitalista…”5

Asimismo, en su debate frente a Luis Alberto Sánchez (1927) colocó un rótulo al Perú Nuevo que se
proponía construir: “Perú integral” (ni el perú colonial, ni el perú incaico)

Es interesante introducir aquí la comparación con Gramsci, quien se diferencia de JCM pues defiende
la federación de naciones, aunque se asemeja porque su posicionamiento tiene que ver con un análisis
de la cuestión meridional.

5
JCM, Historia de la crisis mundial, Lima, Amauta, 1985, p. 144.

11
Aporte de Mariátegui a reformulación de la idea de nación en el marxismo, la nación no
desaparecerá con el socialismo, sino que tendrá unas características específicas. (noción totalmente
histórica y para nada esencialista)

El verdadero sujeto para Mariátegui es el pueblo- civilización y eso se desprende de su planteo de la


cuestión nacional? (mazzeo)

Diapo 10: Tradición era un elemento importante en esta idea de Perú Integral.

No existe, pues, un conflicto real entre el revolucionario y la tradición, sino para los que conciben
la tradición como un museo o una momia. El conflicto es efectivo sólo con el tradicionalismo. Los
revolucionarios encarnan la voluntad de la sociedad de no petrificarse en un estadio, de no
inmovilizarse en una actitud

Heterodoxia de la tradición (1927)

Podríamos mencionar la reconceptualización del concepto de tradición presente en el discurso


mariateguiano, cuyo objetivo es fortalecer este proceso que desemboca en el nacimiento de un “Perú
Integral”. “El indio es el cimiento de nuestra nacionalidad en formación” (Mariátegui, 1970b: 97),
asevera. Al respecto, la socialización de la nación despojaría al pasado de sus deformaciones
interesadas.
Lo pasado se mezcla con lo presente en algo nuevo, donde ambos elementos se resignifican

Diapo 11: Mito

La idea de mito, conviene observarla integrada a todo el esquema de pensamiento de Mariátegui


(relacionarlo con comunismo inkaiko)
El proletariado tiene un mito: la revolución social. Hacia ese mito se mueve con una fe vehemente y
activa. La burguesía niega, el proletariado afirma. La inteligencia burguesa se entretiene con una
crítica racionalista del método, de la teoría, de la técnica de los revolucionarios ¡Qué
incomprensión! La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia; está en su fe, en su pasión,
en su voluntad. Es una fuerza religiosa, mística, espiritual. Es la fuerza del Mito.
El hombre y el mito (1925)

12
Polémica con basamentos racionalistas, positivistas, evolucionistas y economicistas del marxismo
europeo (Plejanov, Kautsky, Berstein). Esa polémica respondía a un clima de época general, marcada
por el descreimiento de la noción de progreso tras la primera guerra mundial. De aquí que recurre a
intelectuales de la burguesía como Nietzche, Freud, Bergson, Croce y Sorel para recuperar la
dimensión voluntarista y revolucionaria del marxismo, aunque de manera dialéctica, sin desestimar la
raigambre económica del mito.

Sólo una conciencia de clase, sólo el ‘mito’ revolucionario con su profunda raigambre económica,
y no una infecunda propaganda anticlerical aislada, lograrán substituir los ‘mitos’ artificiales
impuestos por la civilización de los invasores y mantenidos por las clases burguesas, herederas de
su poder.

El problema de las razas (1929)

Mariátegui no deja, en este sentido, de ser determinista (entendiéndolo como basamento material y no
como mecanicismo).
Creemos que este diálogo con la cultura burguesa contemporánea no es un elemento para alejarlo a
JCM de la tradición marxista, por el contrario nos sirve para introducirlo en un debate del marxismo
en los años veinte, entre una vertiente dogmática y positivista frente a otra abierta y romántica.
Muchos autores han reproducido este enfrentamiento como ortodoxia - heterodoxia, pues lo veían a
la luz de la consolidación del estalinismo. Sin embargo, ambas corrientes disputaban en ese entonces
la noción de ortodoxia dentro del marxismo), la cual aún no estaba asociada al estalinismo, como
ocurrirá después de la segunda mitad de los treinta. (como vimos en los debates aún había
posibilidades de disentir dentro del comunismo latinoamericano, integrar teoría y práctica
En claro tono polémico, sostenía Lukács

Diapo 13: Mariátegui marxista ortodoxo


Aún así, nos parece oportuno utilizar en esta investigación la noción de “ortodoxia” como
categoría historiográfica6. Por un lado, porque como herramienta heurística permite organizar la
evidencia histórica y por otro, porque aparece como referencia al contenido histórico correspondiente,
observable empíricamente. En este último sentido, cabe aclarar que su exterioridad frente al debate

6
E. P. Thompson “Algunas observaciones sobre clase y ‘falsa conciencia’ ” en Historia Social Nº 10, primavera- verano
1991, p. 28.

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europeo no impidió que su accionar político e ideológico lo acercase a la tradición “ortodoxa” que
reseñábamos con las palabras de Lukác, a la par que lo enfrentase con la corriente opuesta.

“Pues suponiendo – aunque no admitiendo – que la investigación reciente hubiera probado


indiscutiblemente la falsedad material de todas las proposiciones sueltas de Marx, todo ‘marxista
ortodoxo’ serio podría reconocer sin reservas todos esos nuevos resultados y rechazar sin excepciones
todas las tesis sueltas de Marx sin tener en cambio que abandonar ni por un minuto su ortodoxia
marxista. Así pues, ‘marxismo ortodoxo’ no significa reconocimiento acrítico de los resultados de la
investigación marxiana, ni ‘fe’ en tal o cual tesis, ni interpretación de una escritura ‘sagrada’. En
cuestiones de marxismo la ortodoxia se refiere exclusivamente al método. Esa ortodoxia es la
convicción científica de que en el marxismo dialéctico se ha descubierto el método de investigación
correcto, que ese método no puede continuarse, ampliarse ni profundizarse más que en el sentido de
sus fundadores. Y que en cambio, todos los intentos de “superarlo” o “corregirlo” han conducido y
conducen necesariamente a su deformación superficial, a la trivialidad, al eclecticismo”

Al respecto, podemos sostener que aunque esto no implicó una participación directa del debate,
Mariátegui no desconocía el enfrentamiento existente dentro del marxismo entre una vertiente
mecanicista y otra más flexible y dialéctica. Por supuesto, el intelectual peruano abiertamente tomaba
partido por esta última, tal cómo puede desprenderse de un breve recorrido por otras aseveraciones.

Diapo 14: Punto 1 y 2

1. La ortodoxia es la convicción científica de que en el marxismo dialéctico se ha descubierto el


método de investigación correcto
2. La ortodoxia no significa reconocimiento acrítico de los resultados de la investigación marxiana, ni
‘fe’ en tal o cual tesis, ni interpretación de una escritura ‘sagrada’

“El marxismo, del cual todos hablan pero muy pocos conocen y sobre todo, comprenden, es un
método fundamentalmente dialéctico. Esto es, un método que se apoya íntegramente en la realidad, en
los hechos. No es, como algunos erróneamente suponen, un cuerpo de principios de consecuencias
rígidas, iguales para todos los climas históricos y todas las
latitudes sociales. Marx extrajo su método de la entraña misma de la historia. El marxismo, en cada
país, en cada pueblo, opera y acciona sobre el ambiente, sobre el medio, sin descuidar ninguna de sus
modalidades.”

Diapo 15: Punto 3

3. El marxismo puede continuarse, ampliarse y profundizarse en el sentido de sus fundadores

“En general, la fortuna de la herejía depende de sus elementos o de sus posibilidades de devenir un
dogma o de incorporarse en un dogma. El dogma es entendido aquí como la doctrina de un cambio
histórico. Y, como tal, mientras el cambio se opera, esto es para pensar con libertad, la primera
condición es abandonar la preocupación de la libertad absoluta. El pensamiento tiene una necesidad
estricta de rumbo y objeto. (...) El sorelismo como retorno al sentido original de la lucha de clases,
como protesta contra el aburguesamiento parlamentario y pacifista del socialismo, es el tipo de herejía
que se incorpora al dogma. Y en Sorel, reconocemos al intelectual que, fuera de la disciplina del
partido, pero fiel a una disciplina superior de clases y de método, sirve a la idea revolucionaria. Sorel

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logró una continuación original del marxismo, porque comenzó por aceptar todas las premisas del
marxismo, no por repudiarlas a priori y en bloque, como Henri de Man en su vanidosa aventura. Lenin
nos prueba, en la política práctica, con el testimonio irrecusable de una revolución, que el marxismo es
el único medio de proseguir y superar a Marx.”

Libertad del dogma, ¿oximoron en los veinte?

Diapo 16: Punto 4, Otra polémica dentro del marxismo. Polémica con el revisionismo, al cual
considera heterodoxo
Pone en duda la crisis del marxismo, un poco es lo que pretendemos hacer rediscutiendo a JCM hoy,

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