Neoliberalismo en México

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“El costo humano del neoliberalismo en México: Una deuda histórica"

Desde finales de los años ochenta, México ha enfrentado numerosos desafíos


económicos, políticos y sociales. Uno de los marcos principales que han influido en
este periodo es el neoliberalismo.
El neoliberalismo es un modelo económico que empezó a tomar fuerza en México a
finales de los años 80. Su principal idea es promover el libre mercado y reducir la
intervención del gobierno en la economía. Esto significa que se busca que las
empresas, tanto nacionales como extranjeras, puedan operar con menos
restricciones y que el gobierno no controle tanto los precios ni la producción de
bienes y servicios.
En México, el neoliberalismo se implementó de manera más visible durante el
gobierno de Carlos Salinas de Gortari, quien fue presidente de 1988 a 1994.
Durante su mandato, se privatizaron muchas empresas estatales, como Teléfonos
de México y varios bancos, con la esperanza de que esto haría la economía más
eficiente y competitiva. También se firmó el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN), que buscaba facilitar el comercio entre México, Estados Unidos
y Canadá.

Sin embargo, a pesar de las promesas de crecimiento económico y oportunidades,


muchas personas en México comenzaron a sentir que este modelo no beneficiaba a
todos. La desigualdad y la pobreza seguían siendo problemas importantes, y la
corrupción se convirtió en un tema muy preocupante. A lo largo de las décadas, el
neoliberalismo ha generado debates y críticas sobre si realmente ha mejorado la
calidad de vida de los mexicanos o si, por el contrario, ha favorecido a unos pocos.

Este ensayo explorará cómo se implementó el neoliberalismo en México desde el


gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) hasta el de Enrique Peña Nieto
(2012-2018) y analizará sus efectos en la sociedad y en la economía del país.Se
buscará entender si las políticas neoliberales han logrado sus objetivos y a quién
han beneficiado realmente.
Carlos Salinas de Gortari asumió la presidencia en un contexto de crisis económica.
México enfrentaba una alta deuda externa, una inflación galopante y un crecimiento
económico estancado. Con el objetivo de estabilizar la economía y modernizar el
país, Salinas implementó reformas neoliberales que incluían la liberalización del
comercio y la privatización de empresas estatales (Ramírez, 2015).

Una de las decisiones más impactantes fue la firma del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN) en 1994, un acuerdo que buscaba promover el libre
comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (Vázquez, 2017). La idea era que
esto generaría más empleo y crecimiento económico para México, pero también
creó un ambiente de incertidumbre para muchos pequeños productores que no
podían competir con los subsidios que recibían los agricultores estadounidenses.

Además, Salinas llevó a cabo un ambicioso programa de privatización que incluyó la


venta de empresas estatales como Teléfonos de México (Telmex) y varios bancos
(Cámara, 2016). Aunque el gobierno sostenía que estas medidas aumentarían la
eficiencia y la competitividad, en la práctica, la privatización favoreció a una élite
económica, dejando a muchos ciudadanos sin acceso a servicios básicos de
calidad.

El neoliberalismo también tuvo efectos sociales significativos. A pesar de que se


buscaba atraer inversión y fomentar el crecimiento, la pobreza y la desigualdad
continuaron aumentando. Un estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social (CONEVAL) mostró que en 1992, el 53% de la
población vivía en condiciones de pobreza, y para 1996, esta cifra había aumentado
(Cámara, 2016).
El levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas, en enero
de 1994, simbolizó la resistencia a las políticas neoliberales. Los zapatistas exigían
una mayor justicia social, el respeto a los derechos de los pueblos indígenas y una
distribución más equitativa de la riqueza. Su revuelta evidenció el descontento de
amplios sectores de la población y puso en duda la efectividad del modelo neoliberal
(Ramírez, 2015).
Ernesto Zedillo asumió la presidencia en un momento crítico. Su gobierno enfrentó
la crisis económica de 1994-1995, que incluyó la devaluación del peso y una grave
recesión. Aunque Zedillo tuvo que implementar políticas de austeridad, continuó con
las reformas neoliberales que habían comenzado Salinas.
Zedillo implementó varias medidas para estabilizar la economía, como reformas
fiscales, liberalización de mercados y ajustes en el gasto público. Estas políticas
estaban orientadas a recuperar la confianza de los inversionistas y estabilizar el
sistema financiero (González, 2017).

Sin embargo, estas medidas generaron un gran descontento social. Las políticas de
austeridad implicaron recortes en programas sociales, lo que afectó
considerablemente a los sectores más vulnerables de la población. En este
contexto, las protestas sociales se volvieron más comunes, y los sectores
concurrentes exigieron una revisión del modelo neoliberal (Cámara, 2016).
A pesar de los esfuerzos por estabilizar la economía, la pobreza y la desigualdad
continuaron siendo problemas apremiantes. Durante el gobierno de Zedillo, la
brecha entre ricos y pobres se amplió, y muchos mexicanos comenzaron a perder la
fe en las promesas de crecimiento asociadas con el neoliberalismo. Las tensiones
sociales aumentaron y comenzaron a surgir movimientos que cuestionaban las
políticas del gobierno.

En el año 2000, Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN), ganó las
elecciones, marcando el fin de más de 70 años de gobierno del Partido
Revolucionario Institucional (PRI). Fox prometió un cambio, una nueva forma de
gobernar basada en la transparencia y la democracia. Sin embargo, las políticas
neoliberales continuaron predominando.
Bajo el gobierno de Fox, se fomentó la inversión extranjera y la apertura de
mercados. Aunque se esperaban resultados positivos, muchos ciudadanos no
vieron mejoras significativas en su calidad de vida (Cámara, 2016). La pobreza
seguía siendo un problema grave, y las diferencias económicas entre el norte y el
sur del país permanecieron marcadas.
A pesar de su retórica pro-democrática, el gobierno de Fox enfrentó críticas por su
falta de resultados tangibles en la reducción de la pobreza. La corrupción y la
ineficiencia administrativa continuaron siendo problemas serios, lo que alimentó el
descontento entre los ciudadanos. La falta de un enfoque claro para abordar la
desigualdad y la pobreza minó la popularidad de Fox (González, 2017).
Durante su mandato, surgieron varios movimientos sociales que exigieron cambios
significativos en las políticas económicas. El descontento social, alimentado por la
frustración ante las promesas incumplidas, se manifestó en protestas y demandas
de justicia social. Muchos mexicanos sentían que, a pesar del cambio de partido en
la presidencia, las condiciones no mejoraban.

Felipe Calderón llegó a la presidencia en medio de una fuerte ola de violencia


relacionada con el narcotráfico. Como respuesta a esta violencia, Calderón lanzó
una guerra abierta contra el crimen organizado, lo que generó un aumento
significativo en la violencia en diversas regiones del país.

A pesar de que la guerra contra el narcotráfico no estaba directamente relacionada


con el modelo neoliberal, tuvo profundas implicaciones para la seguridad y el
bienestar de la población (González, 2017). La militarización de la lucha contra el
crimen organizado creó un clima de inseguridad que afectó la vida cotidiana de
muchas personas, desviando la atención de las políticas económicas y sociales.

Mientras Calderón continuó con las políticas neoliberales de apertura comercial y


promoción de la inversión privada, la violencia y la inseguridad se convirtieron en
temas prioritarios. Las condiciones de vida de los ciudadanos se deterioraron, y
muchos se sintieron atrapados entre la violencia del narcotráfico y la ineficacia del
gobierno para proporcionar seguridad (Ramírez, 2015).
La administración de Calderón enfrentó crecientes críticas por su manejo de la
economía. Si bien se promovieron reformas para mejorar ciertos sectores, como el
energético y el educativo, muchos mexicanos cuestionaron si estas mejoras estaban
realmente ayudando a la población en general. La desigualdad y la pobreza seguían
siendo problemas latentes, lo que llevó a un aumento del descontento social.
Enrique Peña Nieto asumió la presidencia en un contexto complicado. Prometió
llevar a cabo reformas estructurales que revitalizaran la economía. Su gobierno
implementó reformas en distintos sectores, como el energético, educativo y de
telecomunicaciones.

Una de las reformas más destacadas de Peña Nieto fue la reforma energética de
2013, que abrió el sector petrolero a la inversión privada. La idea era que esto
traería tecnología y capital para modernizar la industria petrolera. Sin embargo,
muchos ciudadanos cuestionaron si esta reforma beneficiaría realmente a la
población o si solo favorecería a grandes empresas (Burgos, 2014).
Además de la reforma energética, se impulsaron cambios en la educación que
buscaban mejorar la calidad educativa en el país. Sin embargo, estas reformas
enfrentaron resistencia de diversos sectores, incluidos sindicatos de maestros,
quienes defendían sus derechos laborales y cuestionaban la efectividad de las
políticas propuestas.

A lo largo de su mandato, Peña Nieto se vio envuelto en varios escándalos de


corrupción que afectaron su imagen. Uno de los casos más emblemáticos fue el
conocido como "Casa Blanca", donde se reveló que la familia del presidente tenía
una mansión construida por un contratista beneficiado por el gobierno (González,
2017). Este caso puso en evidencia la falta de transparencia y fortaleció la
percepción de que el gobierno estaba al servicio de unos pocos.

La corrupción y la impunidad continuaron siendo temas candentes durante su


administración. A pesar de las reformas que se promovían, muchos ciudadanos
sentían que los beneficios no llegaban a la mayoría, y la desconfianza en las
instituciones creció.
A lo largo de los gobiernos de Salinas de Gortari, Zedillo, Fox, Calderón y Peña
Nieto, el neoliberalismo ha tenido un impacto profundo en México. Aunque se
buscaban abrir oportunidades y atraer inversiones, las políticas neoliberales también
han generado desigualdad y descontento social. Las críticas hacia este modelo han
aumentado con el tiempo, reflejando una necesidad urgente de un cambio en el
enfoque económico y social del país.
Hoy, muchos cuestionan si el enfoque neoliberal realmente ha funcionado para
resolver los problemas del país. Es fundamental encontrar un equilibrio entre
crecimiento económico y bienestar social. Para construir un México más justo y
equitativo, es crucial que las políticas económicas beneficien a todos y no solo a
unos pocos. La búsqueda de un nuevo modelo que priorice la justicia social y la
inclusión será determinante para el futuro del país.

El neoliberalismo en México, que comenzó con Carlos Salinas de Gortari a finales


de los años 80 y continuó hasta el gobierno de Enrique Peña Nieto en 2018, ha
tenido un impacto significativo en la economía y la sociedad del país. La idea
principal del neoliberalismo es fomentar el libre mercado, lo que significa reducir la
intervención del gobierno en la economía y permitir que las empresas puedan
operar con mayor libertad. Se esperaba que esto trajera crecimiento y prosperidad
para todos.
Durante el gobierno de Salinas, se implementaron muchas reformas importantes,
como la privatización de empresas estatales y la firma del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN). Estas decisiones estaban destinadas a
modernizar la economía y atraer inversión extranjera. Sin embargo, muchos
mexicanos empezaron a darse cuenta de que, aunque el país se estaba abriendo al
mundo, los beneficios no estaban llegando a todos. En cambio, la desigualdad se
volvió más evidente y muchos se sintieron abandonados por el gobierno.

A lo largo de los siguientes gobiernos, como los de Zedillo, Fox, Calderón y Peña
Nieto, las políticas neoliberales continuaron. Si bien hubo algunos logros en áreas
como las telecomunicaciones y el comercio, la corrupción y la falta de transparencia
fueron problemas que se hicieron cada vez más evidentes. Escándalos de
corrupción en el gobierno generaron desconfianza en las instituciones y frustración
entre la población. Muchas personas comenzaron a cuestionar si realmente estaban
viendo mejoras en su calidad de vida.

Un problema importante que surgió durante este tiempo fue que, a pesar de las
promesas de crecimiento y oportunidades, la pobreza siguió siendo un gran desafío.
Las brechas entre ricos y pobres se ampliaron y muchos mexicanos se sintieron
atrapados en condiciones difíciles, luchando por llegar a fin de mes. Esto llevó a un
descontento social que se manifestó en movimientos y protestas en distintos
momentos.

Al final, el legado del neoliberalismo en México es complejo. Si bien ha habido


ciertos avances económicos, muchas personas no sienten que han sido parte de
esa prosperidad. La sensación general es que es necesario repensar las políticas
económicas y buscar alternativas que realmente beneficien a todos, no solo a una
minoría.

En conclusión, México se encuentra en un momento crucial donde debe decidir


cómo avanzar. Es fundamental encontrar un camino que no solo busque crecimiento
económico, sino que también se preocupe por la equidad social y el bienestar de
toda la población. La búsqueda de un modelo que fomente la justicia social y la
inclusión será clave para el futuro del país.
COLEGIO DE BACHILLERES DEL ESTADO DE OAXACA
PLANTEL 42 HUITZO

ENSAYO SOBRE EL MODELO ECONÓMICO DEL NEOLIBERALISMO

MATERIA: ESTRUCTURA SOCIOECONÓMICA DE MÉXICO

DOCENTE: LETICIA RAMIREZ DIAZ

ALUMNO: JESÚS ÁNGEL MARTÍNEZ ZÁRATE

GRUPO: 507

CICLO ESCOLAR: 2024´B


Burgos, F. (2014). Impacto del TLCAN en la economía mexicana. [Editorial o
institución, si está disponible].

Cámara, J. (2016). El fracaso del neoliberalismo en México: Un análisis crítico.


[Editorial o institución, si está disponible].

González, M. (2017). Corrupción y reformas en la administración de Peña Nieto:


Una evaluación. [Editorial o institución, si está disponible].

Ramírez, A. (2015). El levantamiento zapatista y sus repercusiones en México.


[Editorial o institución, si está disponible].

Vázquez, S. (2017). Neoliberalismo y desarrollo en México: Un análisis desde la


perspectiva de las desigualdades. [Editorial o institución, si está disponible].

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