Tesis Itzel F Pano nov 2019
Tesis Itzel F Pano nov 2019
Tesis Itzel F Pano nov 2019
DERIVACIONES O SEMEJANZAS
TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE:
LICENCIADA EN DERECHO
PRESENTA:
ITZEL FAJARDO PANO
ASESORAS:
GENERACIÓN:
ENERO 2017 – DICIEMBRE 2019
QUE PRESENTA:
ITZEL FAJARDO PANO
DATOS GENERALES
II. Domicilio:
Calle Principal S/N, Col. Quinto Patio, Acapulco, Gro., C. P.
V. Correo electrónico:
[email protected]
Datos de la Investigación
I. Línea de investigación:
Derecho Civil.
II. Tema:
“Concubinato y sus características, derivaciones o semejanzas”
I. Nombre de la Institución:
Colegio de Matemáticas, Campus Acapulco.
III. Campus:
Acapulco de Juárez, Guerrero, México.
I. Nombres:
Mtra. Rosario Araceli Bernardino Casarrubias.
Mtra. Ma. Dolores Martínez Mandujano.
No interesa que dos personas de sexo opuesto unan sus vidas dentro de una
comunidad sexual al margen de las leyes, las que, por otra parte, no podrán
jamás reglamentar esta clase de actividad humana. Es el resultado de esas
relaciones sexuales lo que sí cae dentro de la ley.
El Estado puede ignorar dichas relaciones, pero no puede permitir que nazcan
niños sin nombre; que una mujer preste sus servicios y asistencia a un hombre
sin remuneración alguna ni participación en los bienes que se adquieren con su
trabajo; que en nombre de la ley se burlen los derechos del acreedor,
alegándose que las obligaciones contraídas, por la mujer no son
responsabilidad del hombre, por cuanto no es su esposa legítima; y, finalmente,
que las empresas se inhiban de las obligaciones de pagar las compensaciones
por años de servicios o la reparación indemnizatoria en caso de muerte, por
accidente, en razón de que la reclamante no es esposa del trabajador.
Otro aspecto que ahonda el problema es la situación de perjuicio que se crea
con la ignorancia legal del concubinato, “no sólo porque no logra reducir el
número de uniones libres, sino porque deja en el mayor de los desamparos a
seres indefensos y en la mayor impunidad a quien, despreciando todos los
obstáculos sociales, es el creador culpable de tal estado de cosas”
1.5 HIPÓTESIS
Ahora bien, resulta conveniente referir que los romanos dan el nombre de
concubinatus a una unión de orden inferior más duradera y que se distinguía así
de las relaciones pasajeras consideradas como ilícitas.
Con la adopción del cristianismo por parte del imperio romano, el concubinato
fue perdiendo su reconocimiento como institución legal, pues se consideraba
que afectaba a la institución matrimonial que era un sacramento. Los
emperadores cristianos buscaron la manera de hacer desaparecer el
concubinato y procuraron convencer a los concubinos de que contrajeran
matrimonio. Constantino creyó acertar ofreciendo a las personas viviendo
entonces en concubinato, y teniendo hijos naturales, legitimarlos siempre que
transformasen su unión en justae nuptiae siendo también acordado por Zenón
este mismo favor sin ningún reparo. Anastasio fue aún todavía más lejos, pues
decidió que, tanto en lo presente como en el futuro, todos los que tuvieren hijos
nacidos de concubinato podían legitimarlos contrayendo las "justae nuptiae".
Distinguiéndose los concubinos privados de los públicos. El Concilio de Basilia
entiende por estos últimos, no sólo aquellos cuyo concubinato está comprobado
por sentencia o por confesión hecha ante el Juez, o por una causa tan pública
que no pueda ocultarse por ningún pretexto, sino también aquel que conserva
una mujer difamada y sospechosa de incontinencia y se niega a abandonarla
después de haber sido advertido por su superior.
En el primer Concilio de Toledo del año 400, se excomulgaba a quien tenía una
mujer fiel como concubina, pero si la concubina ocupaba un lugar de esposa, de
modo que solamente existía una sola mujer a título de esposa o de concubina,
no sería sancionado con la excomunión.
Hacía el siglo X hubo grandes abusos de parte del clero para los cuales se
procuró un remedio con diferentes penas, en algunos casos se ordenó que los
culpables de este crimen fueran depuestos. El Concilio de Trento hizo
importantes declaraciones al respecto, refiriéndose a los legos los cuales dice:
"Gran pecado es que los solteros tengan concubinas, pero es mucho más grave
y en notable desprecio de este sacramento del matrimonio que los casados
también en semejante estado de condenación y se atrevan a mantenerlas y
conservarlas algunas veces en su misma y hasta en compañía de sus propias
mujeres".
Para ocurrir, pues el Santo Oficio con oportunos remedios a un mal de tanta
trascendencia estableció la excomunión contra semejantes concubinarios, así
solteros como casados de cualquier estado, dignidad o condición que, después
de ser amonestados por el ordinario aun procediendo de oficio por tres veces,
no despidieran las concubinas y apartasen de su trato, no serían absueltos
hasta que efectivamente obedecieran a la corrección dada.
El concubinato tiene un origen muy remoto, fue admitido como institución legal
en el Código de Hammurabi que es el más antiguo texto legal que se conoce.
En Roma fue regulado por el Jus gentium, alcanzando su mayor difusión a fines
de la República. Entre los germanos existió el concubinato para las uniones
entre libres y siervos, debido a que no se permitía el matrimonio entre personas
de distinta condición social, siendo sustituido después por el matrimonio
llamado de mano izquierda o morganático, por el cual la mujer de condición
inferior no participaba de los títulos ni rango del marido, siguiendo los hijos la
misma condición de la primera sin heredar a éste. El concubinato subsistió en la
Edad Media, no obstante, la creciente oposición del Cristianismo. Así, en
España lo consagraron antiguas costumbres y ciertas disposiciones legales,
tomando el nombre de arragania, que posteriormente fue sustituido por el de
amancebamiento.
En general, en todo el centro del país había poligamia, lo mismo que en Jalisco,
Michoacán y, en la Mixteca y en algunas tribus de Tampico y Sinaloa. En
cambio, otras tribus eran monógamas como los Chichimecas, los de Nuevo
México y en especial los de Yucatán; Landa expresamente nos dice que,
aunque dejaban con facilidad a sus mujeres, nunca los Yucatecos tomaban más
de una como se ha llegado en otras partes. Entre los toltecas la poligamia se
castigaba severamente.
Había ceremonias especiales para desposar a la mujer principal pero, además,
se podían tener tantas esposas secundarias como conviniese. El sistema
matrimonial de los mexicanos era una especie de transacción entre la
monogamia y la poligamia, sólo existía una esposa legítima, siendo aquella con
la que el hombre se había casado observando todas las ceremonias, pero
también había un número indefinido de concubinas oficiales que tenían su sitio
en el hogar y cuyo estatuto social era de ninguna manera sujeto de burlas o de
desprecio.
La Ley del Matrimonio Civil del veintitrés de julio de mil ochocientos cincuenta y
nueve, hacía referencia al concubinato dentro de las causas de divorcio
(artículo 21, fracción XIX). Procedía el divorcio, entre otros, por el concubinato
público del marido, lo cual calificaba al concubinato como la relación sexual
ilícita habida fuera del matrimonio.
Hasta ahora se había quedado al margen de la ley los que en tal estado vivían,
pero el legislador no puede cerrar los ojos para no darse cuenta de un modo de
ser generalizado en algunas clases sociales, y por eso en el anteproyecto se
reconoce que produce algunos efectos jurídicos el concubinato, ya en bien de
los hijos, y a favor de la concubina, que al mismo tiempo es madre y que ha
vivido por mucho tiempo con el jefe de la familia. Estos efectos se producen
cuando ninguno de los que viven en concubinato es casado, pues se quiso
rendir homenaje al matrimonio, que la comisión considera como la forma moral
y legal de constituir familia, y si se trata de concubinato, es, como se dijo antes,
porque se encuentra muy generalizado, hecho que el legislador debía ignorar.
Sin embargo, es verdad que poco a poco se reconocen ciertos derechos a favor
de los concubinos; así en la Ley Federal del Trabajo en el artículo 501 hace
referencia al concubinato; la Ley del Instituto Mexicano del Seguro Social en
sus artículos 72, 92, fracción I; la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado en su artículo 23, fracción I, aparecen
menciones de la concubina como beneficiaria en las situaciones que cada ley
regula.
El artículo 291 Bis del Código Civil para el Distrito Federal, establece que: las
concubinas y los concubinos tienen derechos y obligaciones recíprocos,
siempre que sin impedimentos legales para contraer matrimonio, han vivido en
común en forma constante y permanente por un periodo de dos años que
precedan inmediatamente a la generación de derechos y obligaciones a los que
alude ese capítulo.
Entonces, concubinato es una comunicación o trato de un hombre con su
concubina, el concubinato es una unión sexual licita, que está permitida por la
ley, que es informal y no requiere de formalidades, ni celebrarse ante ninguna
autoridad competente, que se establece entre un hombre y una mujer, está el
carácter heterosexual de esta relación de hecho, es un hombre y una mujer,
que no tienen impedimentos para casarse, para unirse, en este caso los
impedimentos los establece la ley, deben durar más de dos años y debe haber
la intención de cohabitar y que exista un hijo en común, éstos son los rasgos,
las características esenciales del concubinato.
Al respecto, los artículos 291 Bis, 291 Ter, 291 Quáter, 291 Quintus, del Código
Civil para el Distrito Federal disponen:
"El derecho que otorga este artículo podrá ejercitarse solo durante el año
siguiente a la cesación del concubinato."
Bajo ese contexto, en virtud de que la legislación civil contempla dos regímenes
patrimoniales para los cónyuges: el de sociedad conyugal y el de separación de
bienes, y las partes tienen libertad para elegir el régimen patrimonial que deberá
imperar, de ahí que si el concubinato se equipara al matrimonio, cuya diferencia
sustancial existe en la celebración solmene de un contrato; entonces, también
en el concubinato debe considerarse que ante la falta de acuerdos relativos al
patrimonio familiar, debe regir el de sociedad conyugal.
En concordancia con lo establecido en los artículos 178, 179, 180, 181, 182 Bis,
182 Ter, 182 Quáter, 182 Sextus, del Código Civil para el Distrito Federal,
establecen que las capitulaciones patrimoniales son los pactos celebrados entre
las partes para constituir el régimen matrimonial y reglamentar la administración
de los bienes; la cual debe recaer en ambos cónyuges, salvo pacto expreso.
Además, mientras no se pruebe que los bienes fueron obtenidos por solamente
uno de los cónyuges y que pertenecen a uno, entonces se presume que forman
parte de la sociedad conyugal.
Los artículos citados del Código Civil para el Distrito Federal prevén:
"Artículo 179. Las capitulaciones matrimoniales son pactos que los otorgantes
celebran para constituir el régimen patrimonial de su matrimonio y reglamentar
la administración de los bienes, la cual deberá recaer en ambos cónyuges,
salvo pacto en contrario."
"Artículo 181. El menor que con arreglo a la ley pueda contraer matrimonio,
puede también otorgar capitulaciones, las cuales serán válidas si a su
otorgamiento concurren las personas cuyo consentimiento previo es necesario
para la celebración del matrimonio."
"Artículo 182 Ter. Mientras no se pruebe, en los términos establecidos por este
código, que los bienes y utilidades obtenidos por alguno de los cónyuges
pertenecen sólo a uno de ellos, se presume que forman parte de la sociedad
conyugal."
"Artículo 182 Quáter. Salvo pacto en contrario, que conste en las capitulaciones
matrimoniales, los bienes y utilidades a que se refiere el artículo anterior
corresponden por partes iguales a ambos cónyuges."
III. Los bienes adquiridos por cualquier título propio que sea anterior al
matrimonio, aunque la adjudicación se haya hecho después de la
celebración de éste; siempre que todas las erogaciones que se generen
para hacerlo efectivo corran a cargo del dueño de éste;
VII. Los bienes comprados a plazos por uno de los cónyuges antes de
contraer matrimonio tendrán el carácter de privativo cuando la totalidad
o parte del precio aplazado se satisfaga con dinero propio del mismo
cónyuge. Se exceptúan la vivienda, enseres y menaje familiares."