ORDEN CHARADRIIFORMES
ORDEN CHARADRIIFORMES
ORDEN CHARADRIIFORMES
SISTEMÁTICA
Las especies de este orden presentan relaciones evolutivas con los Gruiformes y los
Columbiformes. Su monofilia está poco discutida actualmente y solo hay dudas
filogenéticas en cuanto si incluir o no a la familia Pteroclidae. En el registro fósil aparecen
aves parecidas a alcavaranes y alcas a partir del Eoceno (entre 40 y 60 millones de años de
antigüedad).
Las familias son:
DISTRIBUCIÓN
Extremadamente cosmopolitas, se encuentran desde el Ártico hasta la Antártida. Tienen
representantes en todos los continentes.
ASPECTOS MORFOLÓGICOS
Cabeza redondeada. Pico fuerte, comprimido lateralmente. Puede ser largo y recto, o ancho
y algo ganchudo. Alas largas y bien desarrolladas. A veces provistas de espolón
metacarpal. Cola en forma de cuña, cuadrada o ahorquillada.
Patas con los tarsos medianamente largos, salvo algunas especies en que son muy cortos.
Pie con 3 dedos hacia delante y 1 atrás (que puede estar reducido o faltar). En algunos
representantes los dedos delanteros pueden ser brevipalmados o palmados.
En varias familias hay variaciones estacionales del plumaje, que corresponden a épocas de
cría y de reposo sexual. Las diferencias entre los sexos son poco notables.
Carecen de buche. En cambio, presentan grandes ciegos en el aparato digestivo.
HÁBITAT
Colonizaron gran variedad de zonas relacionadas con ambientes acuáticos. Generalmente
viven en el mar, playas, pantanos y marismas costeros. Pero también en ambientes
continentales, como ríos y lagunas.
HÁBITOS
Buenas voladoras. Varias especies migradoras. Algunos representantes nadan bien. Varias
formas gregarias. Por lo general, diurnas.
ALIMENTACIÓN
La mayoría se alimenta de animales y desarrollan diversos métodos para capturar sus
presas.
REPRODUCCIÓN
Nidos toscos, a veces simples depresiones en el suelo cubiertas por piedritas o conchillas.
Ponen entre 1 a 4 huevos de color blancuzco, crema u oliváceo con manchas pardas. Los
mismos son incubados indistintamente por la hembra o por el macho.
Al eclosionar, los pichones están provistos de abundante plumón y son capaces de
desplazarse al poco tiempo de nacer.
FAMILIA JACANIDAE
Son aves acuáticas de tamaño pequeño a mediano. La especie más chica mide unos 15-17
cm de longitud total.
Se caracterizan por la extrema longitud que poseen los dedos y las uñas. Estas últimas son
notablemente afiladas y en el caso del hallux supera el largo del mismo. Se trata de una
adaptación por la cual son capaces de desplazarse sobre las hojas de las plantas flotantes
sin hundirse.
Si bien ambos sexos son semejantes en la coloración de sus plumajes, las hembras adultas
son bastante más grandes que los machos.
Algunas hembras de jacana cola de faisán puede presentar más de 2 veces el peso de los
machos. Excepto por las diferencias en comportamiento y aquellas relacionadas con peso y
medidas, los sexos no pueden ser distinguidos en el campo.
La mayoría de las especies son pardo rojizo o pardo negruzco por arriba y por abajo. El
plumaje es idéntico a lo largo de todo el año, excepto en la jacana cola de faisán que posee
un plumaje de cría diferente que incluye una cola mucho más larga. Todas las demás
jacanas tienen colas relativamente cortas.
Las jacanas adultas de ambos sexos poseen escudos frontales conspicuos, desnudos y
carnosos, similares a los de algunos Rallidae (gallaretas, pollas de agua). En la jacana
(Jacana jacana), especie que habita en la Argentina, el escudete se continúa hacia abajo
hasta colgar por debajo de la base del pico en forma de lóbulos.
La mencionada especie posee además espolones metacarpales agudos. Están ubicados en la
articulación carpo-metacarpo y son de naturaleza córnea. Son utilizados como armas de
defensa, sobre todo durante sus frecuentes enfrentamientos intraespecíficos.
Son voladoras poco resistentes, y típicamente vuelan solo por distancias relativamente
cortas.
Cuando realizan revoloteos de despliegue y vuelos muy cortos, sus largos pies cuelgan.
Pero en vuelos prolongados sus pies y dedos son estirados hacia atrás.
Son buenas nadadoras, a pesar de poseer tarsos y dedos largos y delgados. Los jóvenes,
incluyendo a los pichones muy jóvenes, buscan refugio bajo el agua cuando un peligro los
amenaza; pueden permanecer sumergidos por largos períodos dejando solo los extremos de
sus picos fuera del agua. Los adultos pueden nadar debajo de la superficie.
Viven en cuerpos de agua someros en los trópicos y subtrópicos. Habitan zonas
pantanosas, bañados y lagunas poblados de una densa vegetación flotante.
Caminan sobre la vegetación acuática flotante donde buscan alimento, establecen
territorios, se aparean, nidifican, cuidan sus pichones, se resguardan de depredadores
potenciales.
Suelen extender verticalmente sus alas como una señal visual en ciertas situaciones
sociales y a veces en respuesta a la invasión territorial por parte de conespecíficos y otras
especies. Este movimiento de alas también se registra en el momento del aterrizaje.
Fuera de la estación de cría tienden a ser gregarias. No está claro si son grupos sociales
verdaderos o si el gregarismo se debe simplemente a la escasa disponibilidad de sitios
elegibles durante la estación seca.
A menudo son ruidosas, y sus voces han sido descriptas como chillidos, cacareos o una
serie de notas trinadas.
Todas las especies pasan una gran parte del día alimentándose, a veces simplemente
caminando en busca de alimento en posición normal, o más a menudo con la cabeza y el
pico cercanos al sustrato. Primordialmente su alimento consiste en insectos, que obtienen
de la vegetación flotante. También consumen un amplio rango de invertebrados (caracoles,
crustáceos). Ocasionalmente introducen la cabeza debajo de la superficie del agua para
perseguir presas como pequeños peces. Los adultos nunca alimentan a los pichones, que
son precoces, pero los conducen hacia fuentes de alimento y les indican la comida con sus
picos.
Salvo en una especie que es monógama y donde los sexos comparten las actividades de
nidificación, incubación y cuidado de los pichones, todas las demás jacanas exhiben un rol
sexual invertido, con los machos llevando a cabo la construcción del nido, incubación y
crianza. Por lo general la hembra realiza 2 puestas, que son incubadas por sendos machos.
La nidificación tiene lugar sobre la vegetación flotante, flotante-emergente y menos
comúnmente emergente, en aguas de 50 cm a 2 m de profundidad y los machos realizan la
mayor parte de la construcción del nido. Los huevos son tan brillantes y lustrosos que
cuando el sol se refleja en ellos dan la impresión de estar mojados. Los huevos están
fuertemente adornados con marcas pardo oscuro o negruzco.
El macho se ocupa de la incubación. Cuando una plataforma de nido comienza a
desintegrarse (por ejemplo durante el aumento de los niveles de agua) el macho puede
construir un nuevo nido a algunos metros de distancia del primero y mover los huevos
hasta él, de uno a la vez.
El inicio de la incubación no es bien conocido, pero típicamente comienza con la postura
del tercer huevo. El período de incubación dura de 22-28 días.
La eclosión sincrónica es una ventaja y se debe al hecho de posponer la iniciación de la
incubación hasta que la puesta esté casi completa. Los propios pichones contribuyen a
coordinar la eclosión, ya que comienzan a emitir sus llamados dentro del huevo 1 o 2 días
antes de eclosionar.
En comparación con otros Charadriiformes, el desarrollo de los pichones es
extremadamente lento. El primer vuelo suele tener lugar entre las 6 y 12 semanas de vida.
Los pichones pueden dispersarse de su territorio natal a las 6 semanas, pero más
comúnmente están asociados con el macho hasta las 10 o 12 semanas.
ESTATUS DE CONSERVACIÓN
Ninguna especie amenazada.
FAMILIA ROSTRATULIDAE
Normalmente se considera que comprende 2 especies bien definidas, cada una con su
propio género monoespecífico: Rostratula bengalensis, ampliamente distribuida a través
de las partes más cálidas del Viejo Mundo (Asia, África y Australia), y Nycticryphes
semicollaris (aguatero) con una distribución restringida a la mitad meridional de
Sudamérica (desde el norte de Chile hasta el sur de la Argentina).
El reconocimiento de 2 géneros parece justificado, ya que existen diferencias significativas
entre Rostratula y Nycticryphes. Por ejemplo, la primera muestra un notable dimorfismo
sexual invertido de su plumaje (la hembra posee una coloración más llamativa que el
macho), mientras que los sexos son prácticamente idénticos en la segunda.
Poseen un tamaño mediano, con una longitud total de 28 cm y con picos relativamente
largos. El pico (más corto que el de Scolopacidae) es bastante más largo que la cabeza,
recto en los dos tercios basales y luego decurvado (curvado hacia abajo), algo ensanchado
en la extremidad y con la maxila cubriendo el ápice de la mandíbula. Este tipo de pico es
especialmente evidente en el aguatero. Como en las becasinas, este órgano es de
consistencia blanda y está provisto de terminaciones nerviosas que actúan a modo de
detectores táctiles, permitiéndoles la localización de los organismos que viven en el fango.
Ambas especies poseen ojos grandes y ubicados bien hacia delante en la cabeza para
permitir una visión binocular. Están adaptados para sus hábitos de vida crepusculares.
Aunque poseen alas amplias y redondeadas, vuelan bastante mal, recorriendo cortas
distancias en línea recta y luego descienden con las patas colgando (como ocurre en
algunas gallinetas).
Aunque parecen endebles en vuelo, sus aleteos son muy profundos y sus movimientos
fuertes. El vuelo es directo, no zigzagueante como el de las becasinas. El aguatero en
particular puede llevar a cabo un vuelo de escape más errático. Ninguna de las 2 especies
puede volar muy lejos, o mucho más de 10 m sobre el suelo, y usualmente corren hacia una
cubierta una vez posadas. Vuelan solo cuando es absolutamente necesario y cuando se
alarman prefieren ocultarse en la densa vegetación (como los Rallidae) o permanecer
inmóviles en su posición (como algunas garzas y Scolopacidae de los géneros Tringa y
Gallinago). El aguatero puede a veces volar alrededor de su área de nidificación durante
algunos minutos y, al parecer, esta especie tiene una tendencia mayor a remontar vuelo.
Ambas especies poseen patas largas, con la mitad superior de la tibia emplumada, y los
tarsos comparativamente fuertes. Los delgados dedos son muy largos y están adaptados
para la vida en un hábitat semiacuático.
El aguatero puede mostrar una mayor disposición a utilizar áreas de ambientes acuáticos
más abiertas, incluyendo estuarios en la Argentina y el Uruguay, y praderas húmedas a lo
largo de toda su distribución.
Si bien son mayormente solitarios, el aguatero nidifica semi-colonialmente. En conjunción
con sus hábitos poliándricos, Rostratula también a menudo anida en grupos. Grupos
pequeños consisten en 2 o más familias que pueden congregarse en la estación post-
reproductiva. Sin embargo, y siempre fuera de la estación de cría, cuando se alimentan o
descansan, la mayoría pasa su tiempo solitariamente.
Los juveniles de ambas especies son capaces de nadar durante cierta distancia para escapar
de algún peligro. Ambas especies pueden nadar a través de angostos canales profundos
mientras se alimentan.
Son ampliamente silenciosos fuera de la estación de cría. El aguatero raramente, si alguna
vez lo hace, emite llamadas en vuelo.
Rostratula, a diferencia del aguatero, exhibe fuertes diferencias sexuales en sus
vocalizaciones. El aguatero es conocido por emitir un murmullo quejumbroso durante la
estación de cría, pero es virtualmente silencioso.
Ambas especies son omnívoras, alimentándose de invertebrados y semillas. El aguatero
consume crustáceos, insectos acuáticos y otros invertebrados. En ambas especies se
encontraron vegetales como arroz y mijo. Las 2 especies emplean técnicas de alimentación
similares, como sondeos en los márgenes con lodo blando de diversos cuerpos de agua,
que presentan densas coberturas vegetales en su vecindad.
Aparentemente las 2 especies adoptan sistemas reproductivos muy diferentes. Rostratula
Rostratula bengalensis es conocido por su sistema de apareamiento poliándrico, aunque en
zonas de su distribución donde las densidades son bajas (sur de África) ocasionalmente
puede practicar la monogamia. En contraste, el aguatero parece adoptar una relación solo
monógama.
La construcción del nido comienza pocos días antes de la postura del primer huevo, y se
completa en el momento en que el segundo huevo ha sido puesto. Durante este período
ambos padres permanecen en estrecha proximidad del nido la mayor parte del tiempo.
El nido de ambas especies es una copa poco profunda, forrada con unos pocos tallos,
algunas hojas y ocasionalmente algunos palitos. A veces la estructura es elaborada y
construida dentro de una pequeña plataforma, con adición de mayor cantidad de materia
vegetal.
El aguatero muestra una tendencia mayor a construir una plataforma del nido, debido a que
la mayoría de los nidos han sido localizados en pastizales pantanosos, donde el nivel del
agua puede aumentar o decrecer en un corto tiempo. Los huevos de los Rostratulidae son
ovoideos y alargados. Ligeramente brillantes, están fuertemente marcados con manchas,
estrías y marcas negro o pardo negruzco sobre un fondo amarillento pálido. La nidada
típica del aguatero es de 2, aunque se han registrado casos de 3 huevos.
Los jóvenes se comportan como un grupo, siguiendo al macho muy estrechamente, y
agazapándose juntos cuando se sienten amenazados, hasta que son capaces de correr con
facilidad.
ESTATUS DE CONSERVACIÓN
1 especie amenazada (EN), ninguna en Argentina.
FAMILIA HAEMATOPODIDAE
Los ostreros poseen una distribución cosmopolita y todas las especies son de color negro o
negro y blanco. A pesar de la amplia distribución del género Haematopus, existen escasas
divergencias morfológicas entre las especies.
Uno de los problemas fundamentales es la simpatría. En Sudamérica cohabitan 3 especies.
El ostrero negro (Haematopus ater) ocupa el nicho de playas rocosas, mientras que el
ostrero común (Haematopus palliatus) explota el nicho con sustrato blando. La tercera
especie, el ostrero austral (Haematopus leucopodus), típicamente ocupa hábitats
pantanosos como también lagos y lagunas de estepas y praderas.
La mayoría de los ostreros del mundo están presentes en el Hemisferio Sur. De las 3
especies del Hemisferio Norte, 2 son migratorias, mientras que ninguna de las especies del
sur migra más que unos pocos grados de latitud entre los territorios de nidificación y de
reposo. Estas observaciones sugieren que los orígenes los ostreros deben buscarse en
Gondwana y no en el Holártico (como se sostenía en la década de 1950).
Existe una carencia de divergencia morfológica entre los ostreros tanto en las dimensiones
corporales como en la coloración del plumaje. La mayoría de las especies poseen partes
superiores, cabeza, cuello y pecho anterior negros, pecho inferior y abdomen blanco, cola
negra con supracaudales blancas. Las especies restantes poseen plumajes completamente
negruzcos.
Tienen iris, anillo ocular y picos de colores vivos (amarillo, naranja o rojo).
Existe un dimorfismo sexual. Las hembras son más pesadas y de pico más largo que los
machos.
La ranfoteca se hace más fuerte cerca del extremo que contiene varios corpúsculos de
Herbst los cuales, se supone, son mecanoreceptores y entrarían en función cuando el
ostrero se alimenta utilizando el tacto, por ejemplo en el lodo blando. Las especies que se
alimentan en sedimentos blandos poseen picos más aguzados y presumiblemente más
sensitivos que los que se alimentan en playas rocosas. Se alimentan a lo largo de las playas
y comen organismos marinos.
Generalmente las hembras tienen alas más largas que los machos, en relación a su mayor
tamaño corporal. El vuelo es poderoso, rápido y directo, pero carecen de la
maniobrabilidad típica observada en las familias Charadriidae y Scolopacidae.
Se mueven libremente sobre el suelo y pueden correr muy rápido. En relación a otras aves
vadeadoras, las patas y pies son robustos. La mayoría son nidificantes costeros, anidando
en hábitats que incluyen orillas rocosas, playas arenosas y pantanos salinos. Algunas
especies nidifican también en áreas más interiores. Todos los ostreros son territoriales
durante la estación reproductiva y una proporción de la población defiende territorios a lo
largo de todo el año. Varias especies forman bandadas de alimentación fuera de la estación
de cría. En muchos casos estas bandadas son pequeñas, con menos de 50 individuos, otras
se reúnen en bandadas que exceden a veces las 1000 aves.
Los ostreros tienen voces agudas y fuertes. Las voces de Haematopus ater y Haematopus
palliatus son muy similares, y estas 2 especies se hibridizan donde sus distribuciones se
superponen; en cambio la voz de Haematopus leucopodus es marcadamente diferente.
Los ostreros que se alimentan lejos de la costa comen principalmente artrópodos,
especialmente lombrices y larvas de insectos. En costas abiertas y estuarios poseen una
dieta más variada: bivalvos, gasterópodos, poliquetos, anfípodos, cangrejos, equinodermos
y hasta peces. En las playas rocosas los moluscos dominan la dieta (mejillones, lapas,
caracoles y quitones) mientras que en substratos blandos las presas dominantes son los
bivalvos y los poliquetos. Ciertas especies introducen el pico entre los márgenes de las
valvas de los bivalvos hasta cortar el músculo aductor posterior, que mantiene unidas las
valvas. Otra técnica es romper los caparazones para alcanzar la parte blanda.
Todos los ostreros son exclusiva o predominantemente monógamos. Durante la estación de
cría son territoriales. La fidelidad al compañero y al sitio de cría tiende a ser muy fuerte.
Atacan a los intrusos con vuelos rasantes y hasta realizan despliegues de “falso nido” (por
esta razón se los suele denominar “teros de mar”). Todos efectúan una sola postura, aunque
se realizan puestas de reemplazo si se pierde la primera.
Los huevos son puestos en una excavación hecha sobre el suelo que puede estar forrada o
no. Los nidos están frecuentemente ubicados cerca de objetos disruptivos. Típicamente el
macho juega el rol dominante en la construcción del nido, aunque la elección final del sitio
recae en la hembra. El tamaño de la puesta varía entre 1 a 4 huevos. En Sudamérica,
generalmente la nidada se compone de 2 huevos. El color suele ser gris azulado o gris
amarillento, con alguna variación. Los huevos de todas las especies están irregularmente
manchados y son muy crípticos.
El período de incubación varía entre 27-30 días. La hembra incuba en mayor medida que el
macho. Los pichones eclosionan cubiertos por un plumón pardo grisáceo manchado; este
diseño permite mimetizarlos con su hábitat.
Los jóvenes son precoces en su movilidad, abandonando el nido dentro de las 24 horas de
eclosionados, y reciben su comida de sus padres hasta después de emplumar.
ESTATUS DE CONSERVACIÓN
Ninguna especie amenazada.
FAMILIA CHARADRIIDAE
Los Charadriidae normalmente se encuentran en ambientes acuáticos abiertos, praderas y
tundra y a lo largo de las playas marinas, hábitats que comparten con los Scolopacidae.
Las 2 familias juntas comprenden la gran mayoría de los Charadriiformes. La fuerte
congruencia ecológica entre ambas familias, y su similitud morfológica ha llevado a
muchos científicos a inferir una relación evolutiva cercana entre Charadriidae y
Scolopacidae.
La familia comúnmente es dividida en 2 subfamilias, Vanellinae (teros) y Charadriinae
(chorlos). En algunas ocasiones se ha sido sugerido que Charadriidae es una familia que se
originó en las bajas latitudes del Hemisferio Sur, la región donde la mayoría de las
especies se encuentran actualmente.
El grupo parece haber evolucionado bajo condiciones áridas y semidesérticas, y se
especializó en presas pequeñas que son más activas durante la noche.
A pesar de ser una familia rica en especies, no presenta gran diversificación en formas
corporales, asimismo son muy uniformes en tamaño.
Poseen cabeza grande y redondeada sostenida por un cuello corto y fuerte. Los ojos son
bastante grandes y dispuestos lateralmente, posición que les posibilita un amplio campo
visual.
El pico siempre es más corto que la cabeza, más bien grueso, recto, de consistencia sólida
y con el ápice engrosado. Poseen alas bien desarrolladas, bastante largas y puntiagudas. En
ciertas especies están provistas de un espolón metacarpal.
Los teros se caracterizan por sus alas redondeadas; en estas especies no se registran
movimientos migratorios. Ambos integrantes de la pareja suelen realizar demostraciones
de distracción, simulando incubar un falso nido o tener un ala herida.
Los chorlos, en cambio, presentan alas más largas y aguzadas. Solo las especies
sedentarias poseen alas más redondeadas. Alas largas y aguzadas implican un vuelo rápido
y energéticamente económico. Estos vuelos de larga distancia necesitan ser acompañados
por fuertes músculos pectorales, y ser abastecidos por grandes depósitos de grasa.
El plumaje de los chorlos muestra patrones de coloración en oliva, pardo, gris, negro y
blanco, que es muy críptico, debiendo los efectos disruptivos a bandas sobre la cabeza,
pecho y cola.
Aunque las diferencias sexuales en plumaje son solo ligeras, en varias especies los machos
poseen un plumaje más intensamente coloreado que las hembras. Los plumajes juveniles
no son llamativamente diferentes de los adultos.
Los hábitats incluyen márgenes de ríos y lagos, pantanos, campos secos y sabanas, como
también costas marinas. Muchas especies evitan costas rocosas.
Durante la mayor parte del año la gran mayoría de los Charadriidae operan en bandadas.
Estas bandadas pueden comprender hasta miles de individuos. La territorialidad no se
limita a la estación de cría, ya que varias especies de chorlos también defienden pequeñas
áreas de alimentación durante sus descansos migratorios o en los territorios de invernada.
A diferencia de algunas familias de este orden, todos se alimentan detectando la presa con
la vista. Se alimentan haciendo corridas repetidas, interrumpidas por paradas. Dichas
pausas pueden terminar en un picoteo para capturar una presa detectada. Los chorlos deben
poseer gran agudeza visual bajo condiciones de escasa luz, ya que rutinariamente se
alimentan tanto de noche como de día. Los teros y algunos chorlos también tantean el
suelo por medio de un temblor de patas, que transmiten una leve vibración con el objeto de
movilizar a las lombrices que están bajo la tierra; una vez localizadas, las capturan
mediante un certero picotazo. Comen pequeños invertebrados que viven cerca del suelo.
Artrópodos y gusanos proveen la mayor parte de la dieta de todos los chorlos. En hábitats
terrestres se alimentan de lombrices, arañas y especialmente larvas y adultos de diferentes
insectos (moscas, escarabajos, hormigas, quironómidos, tipúlidos); estos a veces son
complementados con pequeños frutos y semillas.
La vasta mayoría de chorlos poseen un sistema de apareamiento monógamo. No
construyen nidos muy elaborados, usualmente consisten solo en una excavación somera
que puede estar forrada con pequeños guijarros o fragmentos de conchillas y con hojas de
pasto. Ponen sus huevos con intervalos de 1 o 2 días. Los huevos tienen un color de fondo
que varía entre blancuzco, beige y verde, cubiertos con manchas y garabatos oscuros de
diferente tamaño y densidad. El tamaño de la puesta varía entre 2 a 4 huevos. Una vez que
se completa la postura, incuban durante 21-30 días antes que los huevos eclosionen. Los
pichones nacen cubiertos con plumón, poseen cabezas proporcionalmente grandes, picos
muy cortos y patas notoriamente largas. El plumón es denso y corto, con patrones de
coloración miméticos. Son precoces y se alimentan por sí mismos, pero son cuidados por
sus padres.
En la Argentina viven 2 especies de teros: el tero común (Vanellus chilensis), que habita en
todo el país y el tero serrano (Vanellus resplendens) del extremo Noroeste.
Desde el Hemisferio Norte (Ártico, Siberia, Canadá, Alaska) migran 3 especies de chorlos:
el chorlo ártico (Pluvialis squatarola), el chorlo pampa (Pluvialis dominica) y el chorlo
semipalmado (Charadrius semipalmatus). En la Patagonia nidifican 3 especies que migran
hacia el norte del país: el chorlito doble collar (Charadrius falklandicus), el chorlo cabezón
(Oreopholus ruficollis) y el chorlito pecho castaño (Zonibyx modestus). Por último, hay 3
especies sedentarias: el chorlito serrano (Charadrius alticola) de la Puna, el chorlito de
collar (Charadrius collaris) del norte y centro del país, y el chorlito de las ciénagas
(Phegornis mitchellii) de la zona cordillerana.
ESTATUS DE CONSERVACIÓN
7 especies amenazadas (3 CR, 2 EN, 2 VU), ninguna en Argentina.
FAMILIA SCOLOPACIDAE
Con la única excepción de algunas becasinas (género Gallinago) que viven y se reproducen
en América del Sur, África y Nueva Zelanda, las numerosas especies de esta familia
poseen territorios de cría que se localizan fundamentalmente en el Hemisferio Norte, pero
su condición de grandes migradoras hace que se distribuyan por casi todo el mundo.
La mayoría frecuentan terrenos pantanosos, bosques húmedos, playas arenosas,
desembocaduras de ríos y arroyos y, en general, todos los ambientes donde abunda el agua.
Sin embargo, no faltan las formas que pasan gran parte del tiempo en praderas abiertas y
secas, pastizales, cardales, etc.
Cabeza angosta y comprimida lateralmente. Ojos grandes, dispuestos muy arriba y hacia
atrás, lo que les posibilita un gran ángulo de visión y por lo tanto mejores oportunidades de
defensa. Pico delgado, corto o largo. De acuerdo al tipo de alimento y a los métodos de
búsqueda que emplean en cada caso, el pico es por lo general más largo que la cabeza,
recto o algo curvo, de consistencia blanda, con el ápice romo y recorrido en su tramo
superior por un par de surcos bien marcados en los que se implantan los orificios nasales.
En las becasinas y algunas especies del género Tringa el pico está recubierto por una piel
muy fina y provisto en su porción terminal de numerosas papilas sensitivas que les
facilitan la localización de los invertebrados que habitan en el lodo.
Suelen evitar la competencia mediante la explotación de microhábitats. Esto se logra
gracias a la gran diversidad de formas y tamaños de pico. El pico delgado de los playeros
es muy útil para sondear (insertar total o parcialmente el pico en un sustrato blando), y de
esta forma detectan mediante el tanteo (sin utilizar la vista) la ubicación de los
invertebrados bajo la superficie terrestre o acuática. Muchas especies, principalmente las
becasinas, tienen en el extremo del pico numerosos elementos sensoriales que favorecen
esta búsqueda.
La conformación ancha y puntiaguda de las alas evidencia la gran capacidad de vuelo en
sus grandes viajes migratorios, que en la mayoría de las especies supone el traslado de un
hemisferio al otro. La morfología de las patas también parece estar vinculada con el modo
de vida y es así que en las especies vadeadoras o en las que frecuentan zonas de pastizales
son delgadas y largas; en tanto que son de longitud mediana en todas las demás.
Durante el vuelo nupcial de las becasinas, en cuyo transcurso el macho describe círculos a
gran altura y luego se deja caer en picada sobre el lugar donde se encuentra la hembra, se
produce un sonido muy particular debido al paso de aire a través de las plumas externas de
la cola, que están muy reducidas y estrechas.
Para la construcción de los nidos, por lo general muy rudimentarios, la mayoría de las
especies se valen de una simple depresión del suelo. Sin embargo, existen 2 o 3 especies
que nidifican sobre los árboles de zonas pantanosas, utilizando los nidos abandonados por
otras aves.
Algunas especies son monógamas, otras polígamas y otras promiscuas. Ponen de 2 a 4
huevos por nidada. Los pichones abandonan los nidos casi de inmediato y obtienen el
alimento por sí mismos.
Son muy sociables durante las migraciones, apareciendo en grandes bandadas y se
alimentan de insectos, moluscos, gusanos y crustáceos que buscan en las aguas someras, el
suelo o el fango.
En la Argentina solo nidifican 3 especies: la becasina común (Gallinago paraguaiae), la
becasina andina (Gallinago andina) y la becasina grande (Gallinago stricklandii).
El resto de las especies anidan en las tundras septentrionales y pasan el invierno ártico en
nuestras latitudes. Para realizar los viajes (que a veces alcanzan los 15.000 km) se
alimentan hasta casi duplicar su peso. Durante la migración siguen rutas definidas y tienen
determinados sitios de descanso. Una de las características del vuelo de estas bandadas es
que sus integrantes se mueven con gran coordinación, mostrando el dorso o el vientre
todos a la vez.
Ciertas especies fueron muy cazadas, principalmente en Estados Unidos. Actualmente se
está trabajando intensamente para conocer mejor sus rutas y áreas de invernada y de cría,
con el fin de protegerlas.
Entre los Scolopacidae migratorios que llegan a la Argentina desde el Hemisferio Norte
están el vuelvepiedras (Arenaria interpres) –que busca su alimento mediante una técnica
que consiste en dar vuelta con el pico piedras, caracoles, algas y otros objetos–, 3 especies
del género Tringa (pitotoy grande, pitotoy chico, pitotoy solitario), la becasa de mar
(Limosa haemastica), el prácticamente extinto chorlo esquimal (Numenius borealis), 7
especies del género Calidris (playerito blanco, playerito rabadilla blanca, playerito
unicolor, playerito pectoral, etc.) y el batitú (Bartramia longicauda).
ESTATUS DE CONSERVACIÓN
13 especies amenazadas (3 CR, 3 EN, 7 VU), ninguna en Argentina.
FAMILIA RECURVIROSTRIDAE
Dentro de los Recurvirostridae se reconocen 3 géneros: los casi cosmopolitas Himantopus
y Recurvirostra, y Cladorhynchus que está confinado a Australia. Himantopus comprende
5 especies de pico recto conocidas como teros reales. Recurvirostra agrupa 4 especies de
avocetas, que se distinguen por sus picos fuertemente recurvados. Cladorhynchus presenta
caracteres combinados entre avocetas y teros reales.
Son aves vadeadoras, delgadas, con picos flexibles y muy largos, cuellos largos y patas
notablemente largas. Estos caracteres los habilita para explorar fuentes alimentarias en
aguas relativamente profundas.
El largo del pico y del cuello les facilita la captura de presas tanto en la superficie del agua
como en lo profundo de la columna líquida y aún en las capas más superficiales del fondo.
ESTATUS DE CONSERVACIÓN
1 especie amenazada (CR), ninguna en Argentina.
FAMILIA CHIONIDAE
La familia Chionidae es la única familia de aves que poseen su rango de nidificación en la
Antártida y Subantártida. Comprende las palomas antárticas con 1 solo género y 2
especies, esta familia es exclusiva del Hemisferio Sur, estando representada en islas
subantárticas, península Antártica e islas de los océanos Atlántico Sur e Índico. En sus
desplazamientos alcanzan las costas patagónicas argentinas hasta la provincia de Buenos
Aires, Uruguay y sur de Brasil.
Frecuentan costas marinas, en particular colonias de aves y mamíferos, tanto en playas
como en ambientes rocosos. También en puertos y bases antárticas donde se alimentan.
Son de hábitos solitarios o en grupos pequeños, son confiadas, curiosas y muy
caminadoras. El vuelo es batido y no muy veloz. Las patas son brevipalmadas.
El pico posee una envoltura o estuche córneo en la mitad basal, donde se abren las narinas.
Las mejillas están en parte desnudas y verrugosas. Las alas son poco desarrolladas y el
plumaje es enteramente blanco. No poseen dimorfismo sexual.
Las 2 especies que pertenecen al género Chionis, son la paloma antártica (Chionis alba),
que nidifica en la Antártida e islas subantárticas del Atlántico y la paloma antártica de las
islas Kerguelen (Chionis minor), que habita las islas subantárticas del Océano Índico.
Se alimenta de carroña, huevos, pichones, moluscos y crustáceos. También es
cleptoparásita, robando alimento a los pingüinos cuando alimentan a sus pichones y
aprovecha placenta en los nacimientos de mamíferos marinos.
El nido lo construyen en cuevas entre rocas, es acolchado con plumas, algas y musgos.
Ponen 3 huevos blancos. Los pichones son nidícolas y poseen plumón oscuro.
Poseen un territorio grande donde caminan mucho en busca de su alimento.
ESTATUS DE CONSERVACIÓN
Ninguna especie amenazada.
FAMILIA STERCORARIIDAE
Los escúas junto a las gaviotas y a las alcas (Alcidae), se originaron en el Hemisferio
Norte.
Mientras las gaviotas y alcas radiaron en gran número de especies con gran número de
representantes en el Norte, los escúas comprenden solo 7 especies representados en los dos
hemisferios. La familia Stercorariidae es de distribución cosmopolita, habitan todos los
océanos, mayormente en altas latitudes. Comprende aves comúnmente llamadas escúas,
salteadores o gaviotas pardas; está representada en todo el mundo por 7 especies, de las
cuales 4 se encuentran en Argentina, 3 de ellas migradoras desde el Ártico. Son aves
costeras y pelágicas que nidifican en islas, islotes y tundras en forma colonial o solitaria.
Su alimentación varía según las especies; la mayoría de ellas son carroñeras, mientras otras
se alimentan de peces, predan huevos y pichones de otras especies de aves, además de ser
cleptoparásitas. En cuanto a la sistemática de este grupo, hay divergencias importantes, han
sido clasificados en diversas formas en especies y subespecies, agrupados en 1 o 2 géneros.
Una de las clasificaciones más aceptadas propone a la familia Stercorariidae compuesta
por 2 géneros, Stercorarius, posee 3 especies, los pequeños escúas, que nidifican en el
Hemisferio Norte (norte de América del Norte y norte de Eurasia) migrando durante el
invierno boreal a las costas marinas del sur de Sudamérica. Las especies son el escúa ártico
(Stercorarius parasiticus), escúa pomarino (Stercorarius pomarinus) y escúa de cola larga
(Stercorarius longicaudus). Poseen diferencias de plumaje, morfología, coloración,
ecología y distribución que los separa de los grandes escúas del género Catharacta.
El género Catharacta, con 5 taxas, ha sido clasificado de diferentes maneras en especies y
subespecies. Algunos autores, tratan a todo el género en una sola, pero otros han
reconocido 4 o 5 especies.
Dentro del género Catharacta, los grandes escúas, encontramos 4 especies, una sola de
ellas nidifica en el Hemisferio Norte, el gran escúa (Catharacta skua), en el norte de
Europa. El escúa de Chile (Catharacta chilensis) se distribuye en el sur de Chile, Tierra del
Fuego y sur de Santa Cruz. El escúa de Malvinas (Catharacta antarctica Antarctica) fue el
primero de los escúas descriptos del Hemisferio Sur. Los ejemplares son raros en las
colecciones de museos y las fotografías infrecuentes. El escúa pardo (Catharacta
antarctica lonnbergi) es una especie circumpolar antártica y subantártica, distribuyéndose
a lo largo de las islas del arco de Scotia y la Península Antártica hasta los 65° de latitud
Sur. El escúa polar del sur (Catharacta maccormicki) se reproduce principalmente en el
continente antártico extendiendo su distribución hacia el norte de la península hasta las
Islas Orcadas del Sur.
Estas 2 especies defienden territorios de nidificación y alimentación cercanos a colonias de
pingüinos. En las costas del continente antártico, donde el escúa polar del sur nidifica
alopátricamente, generalmente se alimenta de peces y preda huevos y pichones de
pingüinos. El escúa pardo nidifica alopátricamente en diversas zonas en islas subantárticas,
alimentándose principalmente de huevos y pichones de pingüinos o adultos de pequeños
Procellariiformes. Las 2 especies se hibridizan en el área de simpatría, el resultado de
dicha hibridación causa influencias en el pool génico de ambas especies y crea problemas
de identificación a campo de las mismas al existir diferencias morfométricas poco
marcadas.
La mayoría de las áreas reproductivas de todas las especies de escúas están
geográficamente separadas, mientras que áreas de especial interés son las zonas de
simpatría.
Los escúas comprenden aves parecidas a gaviotas, marinas y de hábitos predadores y
“piratas”, generalmente merodean las colonias de aves marinas para predar huevos y
pichones o capturar individuos enfermos o heridos. Persiguen también a otras aves en
vuelo rápido e irregular, para hacerles soltar o regurgitar su alimento, al que atrapan en el
aire. También comen carroña, peces y crustáceos.
Con fuerte pico robusto y ganchudo con ranfoteca compuesta. El plumaje generalmente
pardo o pardo y blanco, alas largas y puntiagudas. No hay dimorfismo sexual. Las patas
son palmadas.
Nidifican en una concavidad en el suelo donde acomodan con algunas piedras, líquenes o
musgos. Ponen 2 huevos color verde claro manchado de pardo. Son muy territoriales y
defienden extremadamente sus huevos y pichones.
ESTATUS DE CONSERVACIÓN
Ninguna especie amenazada.
FAMILIA LARIDAE
SUBFAMILIA LARINAE
Las gaviotas son cosmopolitas, distribuyéndose desde el Ártico hasta la Antártida, con
representantes en todas las regiones.
Generalmente de color gris o blanco, a menudo con cabeza y extremidades de las alas
negros. Las crías más oscuras que los adultos y de colores miméticos.
Los machos generalmente son de mayor tamaño que las hembras. El pico es fuerte,
comprimido y terminado en gancho. No poseen dimorfismo sexual pero si estacional y de
edad. Las glándulas de sal están ubicadas en la zona superciliar y dejan una impronta
notoria en el cráneo.
Habitan en litorales marinos, frecuentan además ríos, lagunas, esteros, pantanos y campos
abiertos. Son aves con gran capacidad de vuelo, que planean valiéndose de las corrientes
ascendentes y raramente se internan en el mar abierto.
La mayoría son gregarios y suelen integrar grandes bandadas. En época de cría pueden
formar colonias de hasta miles de individuos, a veces asociadas con otras aves.
Todas las gaviotas tienen un amplio repertorio de señales, llamados y posturas. Son
excelentes voladores y nadan muy bien.
Se alimentan generalmente en vuelo. Acosan a otras aves para robarles comida. Su dieta se
compone de crustáceos, moluscos, insectos, peces y carroña. Algunas especies se
alimentan de desperdicios en áreas portuarias, basurales o playas. Siguen a los arados para
comer larvas, insectos y otros invertebrados. También siguen a los barcos.
Nido poco elaborado, es una simple depresión en el suelo o entre juncos. Nidifican sobre
rocas, guijarros, matas de vegetación, dunas y algas secas arrastradas por la marea.
Algunas especies construyen sus nidos con plantas acuáticas en lagunas. Utilizan en la
construcción pasto seco, restos vegetales, musgos, líquenes, plumas, barbas de ballenas,
lana de ovejas, etc. Ambos sexos se encargan de incubar y alimentar a sus crías. Los
pichones son nidífugos.
La mortalidad de estas aves es alta en el territorio de cría y durante el primer año de vida,
pasado este período crítico, disminuye. En algunas gaviotas anilladas se comprobó que
pueden alcanzar los 25 años de vida.
Registro fósil: la gaviota fósil más antigua es del Mioceno.
SUBFAMILIA STERNINAE
Los gaviotines comparten muchos caracteres con las gaviotas, pero son más estilizados,
poseen alas más largas y aguzadas, y la cola generalmente es furcada. Las patas son
pequeñas y palmadas. El pico es fino, más bien cónico y agudo.
Por lo general son blancos ventralmente, gris muy claro dorsalmente y negro en algún
sector de la cabeza (generalmente la corona). Pico y patas de coloración brillante (rojo,
amarillo) combinado con negro.
Habitan en ambientes marinos y dulceacuícolas. Se alimentan de peces, crustáceos e
insectos. Para obtener su alimento, se zambullen en picada sobre las presas potenciales.
Reproducción colonial. Nidifican sobre bancos de arena, que comparten con otras aves
acuáticas como rayadores. El nido es una leve depresión en el suelo, en la cual ponen 2 a 3
huevos de fondo claro con manchas negruzcas, castañas o grises.
Los pichones son nidífugos y a poco de nacer siguen los padres para que los alimenten.
Grandes migradores de zonas frías.
SUBFAMILIA RYNCHOPINAE
Las 3 especies vivientes de Rynchopinae pertenecen al género Rynchops. Comparten un
mismo comportamiento alimentario y sus respectivas adaptaciones estructurales asociadas,
además de ser parecidas en la coloración del plumaje.
La familia cubre un área geográfica amplia, con el rayador indio distribuido en la región
Indomalaya (sur de Asia), el rayador africano ocupando gran parte de África, y el rayador
(Rynchops niger) presente en todo el continente americano.
Se pueden comparar en tamaño con gaviotines de tamaño mediano a grande, o con
gaviotas medianas a pequeñas. Su envergadura alar varía entre 1,02 y 1,27 m. Los machos
son notablemente más grandes que las hembras en las especies americana y asiática.
El plumaje de los rayadores adultos es mayormente negruzco por arriba y blanco por
debajo. El pico es, en su mayor parte, rojo anaranjado, y las patas rojas. Los cambios
estacionales son mínimos, excepto por la adquisición de un collar blanco durante la
estación de reposo sexual en las especies americana y africana. Los jóvenes son mucho
menos conspicuos que los adultos, con plumaje pardo moteado de blancuzco por arriba.
Los pichones presentan un plumón bien camuflado, color arena con pintas negras.
Poseen cabeza grande, pico largo, alas largas y aguzadas que se extienden cubriendo y
sobrepasando la corta cola. Las patas tienen un tamaño intermedio entre las de gaviotas y
las de gaviotines. Los 3 dedos delanteros están conectados por membranas hendidas.
El carácter más curioso es el pico, en el cual las mandíbulas son muy diferentes en tamaño
y forma. La superior o maxila está muy comprimida lateralmente hasta el ápice, pero en la
base es más inflada y posee una sección oval. La inferior, luego de una ampliación similar
en la base está mucho más comprimida que la maxila hasta constituir una lámina similar a
una cuchilla, extendiéndose de 1 a 3 cm más allá del extremo de la maxila.
Cuando las mandíbulas están cerradas, el borde en forma de cuchillo de la mandíbula
inferior se inserta en un angosto canal de la maxila. A pesar de que la ranfoteca de la
mandíbula tiene una longitud bastante mayor que la de la maxila, su parte ósea solo es
ligeramente más larga. El significado de este extraño pico está relacionado con el
particular método de alimentación de los rayadores.
A diferencia de las gaviotas y gaviotines, son activos durante la noche, a menudo volando
y gritando en bandadas, y alimentándose desde el ocaso hasta el amanecer. El ojo posee
una abertura de la pupila inusualmente amplia. Para proteger la retina de los reflejos
solares en las arenas de las playas, la pupila circular se cierra hasta formar una angosta
línea vertical, como en los felinos. Son aves sociales, que anidan en colonias y duermen en
grupos, por lo general en compañía de gaviotines y especies afines. La alimentación, en
cambio, es llevada a cabo independientemente de otras especies y puede realizarse en
forma solitaria, en parejas, en grupos familiares o en bandadas de tamaño moderado.
El método de alimentación es único entre las aves. Vuelan a escasa distancia del agua,
hundiendo parte de la mandíbula con el fin de localizar cardúmenes y asir una presa luego
de colisionar con la misma. Va rozando o rayando un trecho de 50 cm a 1,00 m, dejando
una estela o raya sobre el agua. Luego da la vuelta y recorre el mismo trecho otra vez.
Se ha comprobado que es un método de alimentación eficaz en hábitats con altas
densidades de peces o camarones, en aguas someras o cerca de la superficie de aguas más
profundas. Debido a que es un mecanismo más táctil que visual, permite una alimentación
crepuscular y nocturna.
Su dieta se compone casi exclusivamente de peces, pero también los camarones pueden
constituir un ítem de importancia (sobre todo en la costa sudeste de América del Norte). El
tamaño de las presas oscila entre 4 y 12 cm de largo. La chance de obtener un pez mientras
rayan con la mandíbula podría reducirse si también la maxila surcara el agua. Usualmente
esto no ocurre porque el ave eleva la maxila unos 45º.
Aparentemente la estela que dejan en su recorrido atrae a los peces hacia la superficie, lo
cual explica el hecho de que el ave vuelva a rayar sobre la misma zona.
Cuando la mandíbula roza un pez, la cabeza y la parte superior del cuello son dirigidos
hacia abajo con un movimiento brusco, doblándose debajo del cuerpo de tal manera que la
maxila alcanza a tocar la presa. El tiempo empleado en atrapar un pez y retornar la cabeza
a su posición normal solo demora una fracción de segundo. El vuelo no se interrumpe
mientras el pez es atrapado, aunque se produce un mayor aleteo.
Los peces son llevados en forma transversal al pico. El borde en forma de cuchillo de la
mandíbula y la maxila extremadamente angosta proveen poca estabilidad para el acarreo
de un pez vivo, pero el mismo es asido tan poderosamente que las mandíbulas penetran su
cuerpo y a veces llegan casi a dividirlo en dos partes.
El hecho de alimentarse por vía táctil y en condiciones de oscuridad los habilita a buscar el
alimento en aguas turbias y cenagosas, donde los peces son menos accesibles para los
depredadores visuales.
Aunque las 3 especies son nidificantes coloniales, a veces las colonias consisten solo en
unas pocas parejas y aún una pareja sola puede criar exitosamente. En playas arenosas
suelen juntarse con gaviotines, gaviotas, chorlos y otras especies, o formar una colonia
monoespecífica. En la actualidad las colonias están formadas por menos de 100 parejas,
aunque de manera excepcional algunos miles de parejas pueden congregarse, sin contar las
especies asociadas.
El nido se forma por la acción de un rayador pateando arena hacia los costados, mientras
apoya el vientre y se mueve despacio en círculos. Los pichones usan la misma técnica para
enterrarse parcialmente en la arena con el fin de protegerse. El nido finalizado tiene unos
20-30 cm de diámetro y 2-4 cm de profundidad.
Los huevos son de color gris pálido, arena, crema u oliva con manchas y líneas pardas y
púrpuras. La nidada se compone de 2 a 4huevos. La incubación dura entre 21 y 26 días.
Ambos sexos incuban. Debido a que la incubación comienza cuando se deposita el primer
huevo, los pichones eclosionan asincrónicamente.
En los primeros días de vida los pichones son alimentados por ambos padres mediante
regurgitación. Cuando divisan algún peligro, los jóvenes permanecen inmóviles, echados
sobre la arena y mimetizándose con esta.
FAMILIA THINOCORIDAHINOCORIDAE
Las agachonas son endémicas de la Región Neotropical, donde habitan en zonas andina
(desde Ecuador hasta Tierra del Fuego) y patagónica. En la época invernal la agachona
chica (Thinocorus rumicivorus) migra hasta el este de la Argentina y al Uruguay.
Difieren ampliamente de la mayoría de los Charadriiformes y se asemejan bastante a los
Pteroclidae (gangas), familia que con frecuencia se considera cercana a los
Charadriiformes (antes se incluía en Columbiformes, pero actualmente forma el orden
Pterocliformes). Aunque los primeros taxónomos reconocieron que las agachonas se
parecen a las aves limícolas (Charadriidae, Scolopacidae) en algunos caracteres
osteológicos, también notaron que muestran similitudes con los Passeriformes
(especialmente en la anatomía craneal), las gangas y los Galliformes.
Las agachonas difieren de la mayoría de los Charadriiformes por poseer buche, molleja y
ciego intestinal. Sus patas son cortas y el dedo posterior está presente.
Sin embargo, salvo raras excepciones, todas las clasificaciones de aves propuestas en los
últimos 100 años han incluido a las agachonas en el orden Charadriiformes. Sus caracteres
aberrantes han sido considerados como el resultado de una dieta vegetariana. La apariencia
externa de las agachonas recuerda a las codornices, excepto por sus alas largas y aguzadas.
La cola es medianamente corta y tiene forma de cuña.
Su vuelo errático y en zigzag recuerda al de los Scolpacidae del género Calidris
(playeritos).
El rango de tamaño varía desde el de un gorrión hasta el de un chorlito. Las 2 especies del
género Attagis son mucho más grandes, semejándose a los lagópodos (Galliformes
Tetraonidae) en tamaño, forma y coloración, aunque difieren en vuelo por sus alas largas y
aguzadas. La cabeza es pequeña. El pico, corto y fuerte (similar al de los gorriones),
presenta las narinas protegidas por un opérculo membranoso en forma de escudo (cuya
función se desconoce, aunque se ha especulado con que podría actuar como un elemento
protector contra las tormentas de polvo y arena que se producen con periodicidad en las
áreas desérticas en que viven).
Las patas son cortas, pero los dedos relativamente largos y fuertes. El dígito medio es tan o
más largo que el tarso, mientras que el hallux está bien desarrollado.
Presentan coloraciones crípticas, con las partes dorsales y el pecho festoneadas y
manchadas de negro, pardo, rufo, ante y blancuzco. Solo los machos de las especies más
pequeñas (Thinocorus) poseen la cara, el cuello y el pecho gris. Aparte de esto, el
dimorfismo sexual es menor. Los jóvenes se parecen a los adultos y los pichones recién
eclosionados están cubiertos por un plumón denso.
Dentro de su área de distribución exclusivamente sudamericana, las agachonas habitan en
praderas y ambientes semidesérticos de la Patagonia y los Andes. Fuera de la época de cría
suelen formar pequeñas bandadas. En una oportunidad se contaron 80 individuos, lo cual
es notable si se tiene en cuenta la baja densidad poblacional de estas aves.
A pesar de poseer alas bien desarrolladas pasan la mayor parte del tiempo sobre el suelo,
alimentándose en lugares con vegetación baja. Se alimentan en silencio y cuando algo las
alerta se inmovilizan y permanecen agazapadas confiando en su mimetismo, que les
asegura no ser detectadas. Sin embargo, también pueden huir caminando con la cabeza
levantada.
Duermen sobre el suelo, haciendo excavaciones someras. A menudo son halladas en
parejas o pequeñas bandadas, que posiblemente representen grupos familiares.
Los machos son territoriales y pasan largos períodos sobre posaderos elevados (rocas,
matas, estacas) donde ascienden cuando oyen el canto de algún conespecífico. La actividad
vocal es mayor durante la noche.
Los miembros de esta familia se alimentan de pequeños trozos de plantas (brotes, extremos
de hojas, pequeñas hojas verdes). Esto lo realizan mientras caminan lentamente en
posición agazapada. La agachona chica, que suele alimentarse en lugares arenosos,
posiblemente consume más semillas que las especies restantes.
Aparentemente son monógamos y territoriales. Los nidos son simples excavaciones en el
suelo, forradas con musgos y fibras vegetales. Están situados cerca de una piedra, una mata
o un pequeño arbusto. Muchos nidos están ubicados sobre estiércol seco de caballo.
Generalmente ponen 4 huevos (a veces 3), que se parecen a los de los Scolopacidae por su
forma piriforme, superficie lisa y coloración críptica. El color de fondo varía (crema,
rosado, blanco, verdoso) y están profusamente manchados de pardo oscuro. Los huevos de
la agachona grande (Attagis gayi) y la agachona patagónica (Attagis malouinus) son de
color oliváceo manchado de pardo.
Al menos en las especies del género Thinocorus, solo incuban las hembras. El macho pasa
mucho tiempo sobre una percha cercana al nido, donde actúa como centinela emitiendo
una voz de advertencia y corriendo junto a la hembra cuando advierte algún peligro.
La hembra suele cubrir los huevos con restos vegetales o tierra cuando abandona el nido,
ya sea para alimentarse o por algún disturbio. La cobertura de los huevos se realiza
rápidamente, con la ayuda de los pies, y el nido termina pareciendo una acumulación de
restos vegetales.
La incubación dura alrededor de 26 días en la agachona chica. Los pichones son altamente
precoces. Apenas se secan luego de eclosionar, ambos padres los sacan fuera del nido.
Desde el comienzo los pichones se alimentan por sí mismos. Los jóvenes pueden volar a
las 6 semanas de vida.