DialcticadelaautoconcienciainfinitaycrticapuraenBrunoBauerJordiMagnetColomer
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https://dx.doi.org/10.5209/ashf.78520
Resumen. Con la obra de los jóvenes hegelianos (Junghegelianer) concluye el período clásico de la filosofía alemana.
Bruno Bauer (1809-1882) fue uno de sus máximos exponentes, considerado en muchos aspectos como mentor del
movimiento. En el primer apartado del presente artículo, se contextualiza la figura de Bauer en el trasfondo de las disputas
generadas en el seno de la escuela hegeliana (1). A continuación, se analizan con mayor detenimiento dos nociones
centrales en su pensamiento, especialmente durante el período comprendido entre 1829 y 1848: su dialéctica de la
autoconciencia infinita (unendlichen Selbstbewußtsein) (2) y la forma adoptada por su crítica pura (3).
Palabras clave: autoconciencia infinita, Bruno Bauer, crítica pura, jóvenes hegelianos, izquierda hegeliana.
Sumario: 1. Aproximación a la biografía intelectual de Bruno Bauer. 2. La unendlichen Selbstbewußtsein como concepto
vertebrador de su programa filosófico. 3. Crítica pura y reconciliación espiritual.
Cómo citar: Magnet Colomer, J. (2023). Dialéctica de la autoconciencia infinita y crítica pura en Bruno Bauer. Revista
Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, 40 (1), pp. 71-82.
1. A
proximación a la biografía intelectual de tado del mismo. A esta sucesión de disputas internas, se
Bruno Bauer le añade además una creciente hostilidad externa; los
ataques realizados desde el ámbito académico, teológi-
Tras la muerte de G. W. F. Hegel en 1831, los litigios en co y/o político, principalmente por los antihegelianos
torno a su legado se acentúan en el seno de la escuela de derecha, así como las distintas medidas expeditivas
hegeliana hasta alcanzar su punto álgido durante la pri- del gobierno conservador de Friedrich Wilhelm IV con-
mera mitad de la década de 1840. Cada uno de los acto- tra el influjo de la filosofía hegeliana, se vuelven cada
res en disputa reclama para sí y en rigurosa exclusividad vez más frecuentes, evidenciando con ello la poca sim-
el título de heredero legítimo del testamento filosófico patía de la que goza en aquel momento el hegelianismo
del maestro, erigiéndose como único intérprete acredi- entre los diversos poderes establecidos de Prusia3.
1
Tuve la ocasión de exponer este trabajo en una de las sesiones del seminario anual organizado por el Grupo de estudios de filosofía clásica alemana
(GEFCA) de la Societat Catalana de Filosofia. Agradezco los comentarios y sugerencias de Robert Caner-Liese, Josep Olesti, Guillem Sales y
Salvi Turró en dicha sesión.
2
Universitat Oberta de Catalunya
[email protected]
https://orcid.org/0000-0002-3737-5098
3
Sobre los avatares de la escuela hegeliana en su conjunto véase, por ejemplo, Duque, F. La Restauración. La escuela hegeliana y sus adversarios.
Madrid, Akal, 1999.
Si entre los años 1817 y 1840 el anterior ministro de Berlín”8. Ya en algunos de sus últimos textos publicados
cultura prusiano, Karl vom Stein zum Altenstein, actúa en la revista de teología especulativa, Bauer desarrolla,
con determinación como protector de Hegel y sus discí- de modo todavía embrionario, temáticas cruciales de su
pulos, con su fallecimiento en 1840, y el ulterior nom- período crítico posterior, como la concepción en torno a
bramiento de Friedrich Eichhorn como nuevo ministro, la existencia de una autoconciencia de validez univer-
da comienzo una época visiblemente desfavorable para sal9. Según sus propias palabras, el primer distancia-
los intereses del movimiento hegeliano. Una de las pri- miento respecto de la apologética teológica, y el co-
meras medidas del recién nombrado ministro de cultura mienzo de su evolución intelectual hacia la izquierda, se
será el reemplazo del jurista liberal Eduard Gans –discí- inicia con la publicación de su estudio sobre el Antiguo
pulo directo de Hegel– de su cátedra de Berlín por el Testamento, Kritik der Geschichte der Offenbarung
jurista ortodoxo de tendencia pietista F. J. Stahl –fer- (1838)10, y con la recensión crítica de la obra de E. W.
viente partidario de las doctrinas de F. Schelling–. De Hengstenberg, Herr Dr. Hengstenberg (1839)11.
manera casi simultánea, en 1841 el propio Schelling es De especial relevancia para los recientes estudios
reclamado en Berlín por el ministro para ocupar la anti- sobre el pensamiento de Bauer es el importante hallaz-
gua cátedra de Hegel y contrarrestar así la nociva in- go, por parte de Douglas Moggach, de su manuscrito en
fluencia del hegelianismo entre profesores y estudiantes latín De pulchri principiis (1829). Moggach encontró
de la universidad. este texto del joven Bauer entre la correspondencia de
Va a ser en este contexto donde Bruno Bauer empie- Hegel depositada en el archivo de la Humboldt-Univer-
ce a despuntar como uno de los epígonos más osados y sität de Berlín. El manuscrito, ganador del premio de la
aventajados de Hegel. Partiendo de la célebre triparti- Prusia Real en filosofía, se publicó por primera vez en
ción instaurada por D. F. Strauss en Das Leben Jesu 1996 bajo el título Über die Prinzipien des Schönen. De
(1835-1836)4 entre una derecha, un centro y una iz- pulchri principiis. Eine Preisschrift12. Como veremos
quierda hegeliana5, el aporte teórico de Bauer transita más detalladamente en los siguientes apartados, este
desde una postura anclada en la derecha (aproximada- manuscrito, en el que Bauer lleva a cabo una reconside-
mente desde 1835 a 1838) hasta alzarse como un repu- ración de la estética de Kant confrontándola con las ca-
tado exponente de los Junghegelianer de izquierda tegorías de la lógica hegeliana, adelanta también ciertos
(1838-1848). Finalmente, en sus escritos de madurez tópicos recurrentes en sus escritos del período 1838-
posteriores a 1848 abandona los elementos progresivos 1848, concretamente la idea de una unidad dinámica de
de su teoría retornando hacia posiciones reconciliadoras pensamiento y ser, de concepto y objetividad.
con el orden existente6, y sus inclinaciones antisemitas El viraje de Bauer hacia el ala izquierda del hegelia-
tempranas se vuelven más manifiestas si cabe7. nismo estuvo condicionado en lo fundamental por la
A lo largo de su etapa como teólogo especulativo constatación acerca de la incapacidad mostrada por los
funda y dirige la Zeitschrift für spekulative Theologie viejos hegelianos a la hora de hacer frente a los ataques
(1836-1838), publicación que recoge escritos de los re- recibidos por Hengstenberg y otros ortodoxos. Igual-
presentantes más destacados de la derecha (K. Conradi, mente interesados en preservar una ortodoxia positiva,
K. F. Göschel, etc.). Pero a medida que Bauer radicaliza los viejos hegelianos descendieron “al mismo terreno
su crítica de la religión multiplica exponencialmente de sus adversarios, abandonando la inexpugnable forta-
sus enemistades, y en 1839 Altenstein se ve obligado a leza del punto de vista especulativo”13. Para hacer frente
destinarlo a Bonn “para protegerlo de la crítica en a las invectivas dirigidas contra la escuela hegeliana, a
ojos de Bauer se precisaba justamente de una “profun-
dización coherente de este punto de vista, que es el de la
4
La vida de Jesús (1835-1836) autoconciencia que consuma y vence todas las determi-
5
El núcleo problemático de la controversia concierne a la postura de naciones fácticas, positivas y ‘sustanciales’”14. Con esta
cada una de las corrientes con respecto a la consideración de la his- elección, emprende sin retroceso posible el camino ha-
toricidad de los evangelios. Mientras la derecha hegeliana, preocupa-
da por preservar la unidad de la naturaleza humana y divina en el
cia el radicalismo religioso.
sistema de Hegel, proclama la veracidad de la historia bíblica, y el En lugar de adoptar una plácida postura acomodati-
centro mantiene una postura ambivalente al respecto, la izquierda cia que le mantuviera a resguardo de las polémicas ini-
niega sin concesiones la autenticidad de la historia evangélica. En ciadas años antes en Berlín, durante su breve estancia
otro orden de prioridades, a diferencia de la derecha, que acepta
acríticamente la máxima hegeliana según la cual “todo lo real es ra-
cional”, la izquierda, convencida de que lo positivo no es lo racional 8
McLellan, D. Marx y los jóvenes hegelianos. Barcelona, Martínez
y de que, por tanto, la realidad histórica no coincide todavía con la Roca, 1971, p. 40.
verdad racional, impugna este idealrealismo, a saber, la implícita le- 9
Rosen, Z. “The Radicalism of a Young Hegelian: Bruno Bauer”, en
gitimación de lo establecido en la concepción hegeliana de la identi- The Review of Politics, vol. 33, nº 3, 1971, p. 378.
dad de lo racional y lo real. 10
Crítica de la historia de la revelación (1838)
6
En torno al conservadurismo de Bauer en la tercera y última etapa de 11
Bauer, B. Die gute Sache der Freiheit und meine eigene Angelegen-
su trayectoria intelectual, véase Linzbach, P. “Die konservative heit. Zürich und Winterthur, Verlag des literarischen Comptoirs,
Orientierung Bruno Bauers nach 1848. Auf den Spuren nach bislang 1842, p. 23.
unerforschten Quellen”, en Lambrecht, L. (ed.). Osteuropa in den 12
Sobre los principios de lo bello. De pulchri principiis. Un escrito
Revolutionen von 1848. Frankfurt am Main, Internationaler Verlag premiado (1996). Más recientemente, el manuscrito ha sido vertido
der Wissenschaften, 2006, pp. 169-184. también al italiano, a cargo de una edición realizada por el propio
7
Dos trabajos ahondan con especial minuciosidad en la cuestión del Douglas Moggach y Gabriele Schimmenti: Bauer, B. Sui principi del
antisemitismo en la obra de Bauer: Leopold, D. “The Hegelian Anti- bello. Palermo, Palermo University Press, 2018.
semitism of Bruno Bauer”, en History of European Ideas, nº 25, 13
Rossi, M. La génesis del materialismo histórico. La izquierda hege-
1999, pp. 199-206 y Eberlein, H-P. Bruno Bauer: Vom Marx-Freund liana. Madrid, Alberto Corazón, 1971, p. 172.
zum Antisemiten. Berlín, Dietz, 2009. 14
Ibid. p. 172
Magnet Colomer, J. An. Sem. His. Filos. 40 (1), 2023: 71-82 73
en Bonn estalla una controversia de mayores proporcio- en juego en la “negación determinada” de los jóvenes
nes cuando sale a la luz su Kritik der evangelischen hegelianos, donde la crítica del orden establecido y la
Geschichte der Synoptiker (1841)15. A petición expresa condena de las realidades fácticas positivas –realidades
de Bauer, Eichhorn remite el libro a las principales fa- que, en el caso de Bauer, se consideran como opuestas a
cultades de teología del país para sondear la opinión de la autoconciencia– arraiga en la tensión de lo positivo
sus colegas. El veredicto, emitido de manera casi unáni- con su concepto, del “ser” (Sein) con el “deber-ser”
me, se apresura en señalar que el contenido de la obra es (Sollen). En cambio, la interpretación exotérica de He-
a todas luces inconciliable con el cristianismo. La obra gel llevada a cabo por los viejos hegelianos permanece
sobre los Sinópticos le granjea evidentes complicidades encerrada en la positividad inmediata, incapaz de tras-
entre los jóvenes hegelianos, pero será también el deto- pasarla. Cabe remarcar que el fin último de la Posaune
nante para que en marzo de 1842 Eichhorn decida des- es “el de enfrentar la doctrina subjetivista-atea de la
tituir a Bauer de su puesto en Bonn. Desde ese momen- autoconciencia a la straussiana y panteísta de la ‘subs-
to, tanto Bauer como los demás miembros de la tancia’, en cuanto que la primera resultaba ser la más
izquierda hegeliana verán truncadas las opciones de fiel al espíritu de la misma filosofía hegeliana”22.
continuar con sus carreras académicas. Bauer hace pública la autoría de la Posaune en Die
De su último año en Bonn data también la publica- gute Sache der Freiheit (1842)23, donde se enfrenta a
ción de la que probablemente sea considerada su obra sus detractores reafirmándose más si cabe en sus pro-
más significativa, Die Posaune des jüngsten Gerichts pias posturas. Su hermano Edgar, también sale en su
über Hegel den Atheisten und Antichristen. (1841)16. defensa con la publicación de Bruno Bauer und seine
Publicada anónimamente por el editor Otto Wigand en Gegner (1842)24. Continuando su prolífica obra, en He-
Leipzig, en la Posaune Bauer simula ser un pietista or- gels Lehre von der Religion und Kunst (1842)25 Bauer
todoxo que advierte a sus correligionarios acerca de la sigue profundizando en el argumentario desarrollado en
incompatibilidad de la filosofía especulativa hegeliana la Posaune. Ya instalado de nuevo en Berlín, en 1843
con el dogma evangélico. Al contrario de lo que cree D. crea junto a su hermano el último órgano de difusión de
F. Strauss, la filosofía hegeliana no conduce al panteís- las ideas de los Junghegelianer, la Allgemeine Litera-
mo, sino al ateísmo. Hegel disuelve la idea de Dios y de tur-Zeitung, cuya duración se prolongará hasta el año
religión en la autoconciencia infinita (unendlichen Se- siguiente. En cierto modo, esta nueva revista toma el
lbstbewußtsein) y otorga a esta autoconciencia atea “los relevo de la Hallische Jahrbücher (1838-1841), la
atributos que la religión asigna a la divinidad”17. Aque- Deutsche Jahrbücher (1841-1843), ambas dirigidas por
llos seguidores de Hegel que atacan hoy la religión en la Arnold Ruge, y la Rheinische Zeitung de Karl Marx,
que se fundamenta el Estado, mañana querrán destruir luego de las sucesivas prohibiciones y clausuras a causa
el trono. Si Aleksandr Herzen consideraba la filosofía de la censura del gobierno prusiano.
de Hegel como el “álgebra de la revolución”18, para el No debe caerse en la burda generalización de atri-
Bauer enmascarado de pietista tal filosofía es la “revo- buir al movimiento de los jóvenes hegelianos una armo-
lución misma”19. nía de pareceres en sus orientaciones, ya que entre ellos
Únicamente los jóvenes hegelianos son capaces de afloraron no pocas discrepancias en relevantes cuestio-
llevar el sistema de Hegel a sus conclusiones lógicas.
nes de contenido y de forma. Mientras los Freien de
“Los sucesores más jóvenes no han dicho nada nuevo,
Berlín se inclinaron por la crítica radical, el uso de un
han levantado el velo con el que quizá el maestro cubría
estilo provocador –incluso para sus otros homólogos de
sus afirmaciones, revelando el sistema en su desnudez
izquierda– o la progresiva desvinculación con la
– ¡suficientemente escandalosa!”20. A partir de esta últi-
“masa”, el grupo reunido en torno a Ruge y Marx tendía
ma reflexión, Bauer propone distinguir entre un Hegel
a ser algo más comedido en sus aportaciones, mostran-
“exotérico” y otro “esotérico”, “entre lo que Hegel de-
do una mayor receptividad a la causa del pueblo. En el
cía o aparentaba decir y la verdadera naturaleza de su
sistema”21. La interpretación esotérica de Hegel se pone caso de los Freien, subsistían tres orientaciones en su
seno: la primera era la de Bruno Bauer, encarnación de
la crítica pura, libre de alianzas y compromisos partida-
15
Crítica de la historia evangélica de los Sinópticos (1841) rios, la segunda la de su hermano Edgar, demócrata re-
16
La trompeta del Juicio Final contra Hegel, ateo y Anticristo (1841)
17
Gómez-Heras, J. Mª. “B. Bauer (1809-1882) y su crítica a Hegel en
la ‘Posaune’ de 1841”, en Taula: quaderns de pensament, nº 6, 1986, del fetichismo de la mercancía. Veáse al respecto Kurz, R. Marx le-
p. 103. sen: Die wichtigsten Texte von Karl Marx für das 21. Jahrhundert.
18
Herzen, A. Erinnerungen. Berlín, Buek, 1907, p. 272. Frankfurt am Main, Eichborn, 2000.
19
Bauer, B. Die Posaune des jüngsten Gerichts über Hegel den Atheisten 22
Rossi, M. La génesis del materialismo histórico. La izquierda hege-
und Antichristen. Ein Ultimatum. Leipzig, Otto Wigand, 1841, p. 81. liana. op. cit. p. 102.
20
Ibid. p. 45. 23
La buena causa de la libertad (1842)
21
McLellan, D. Marx y los jóvenes hegelianos. op. cit. p. 68. Inspirán- 24
Bruno Bauer y sus adversarios (1842). Edgar Bauer también colabo-
dose en esta diferenciación instaurada originariamente por Bauer ró en la redacción de un sarcástico panfleto en defensa de su herma-
–que Marx también hará suya–, más recientemente el que fuera no, escrito –mayoritariamente– por F. Engels y publicado en 1842
máximo exponente de la “crítica de la escisión del valor” (Wertabs- bajo el pseudónimo de Friedrich Oswald, con el rimbombante título
paltungskritik), Robert Kurz, aplicó la misma distinción al acercarse de La Biblia insolentemente amenazada y milagrosamente salvada,
a los textos de Marx. La tendencia “exotérica” en el análisis teórico o el Triunfo de la Fe. Historia terrible y sin embargo verídica y
de Marx aparecería circunscrita a intereses sociales inmanentes al atrayente del ex licenciado Bruno Bauer, que muestra cómo éste,
sistema (plusvalía no pagada, reducción de la jornada laboral, reivin- seducido por el Diablo, cayó en la herejía, se convirtió en el jefe de
dicación de un salario justo, etc.), mientras que en su tendencia los Diablos y fue finalmente destronado. Epopeya cristiana en cua-
“esotérica” Marx orientaría el análisis hacia el carácter histórico del tro cantos.
propio sistema. Este último Marx sería el crítico de la forma-valor y 25
La doctrina de la religión y del arte de Hegel (1842)
74 Magnet Colomer, J. An. Sem. His. Filos. 40 (1), 2023: 71-82
volucionario y protoanarquista26, y la tercera la repre- nes, las más destacadas de este último período: Kritik der
sentada por Max Stirner, cuyo Único estaba tan alejado paulinischen Briefe (1850), Kritik der Evangelien und
de la crítica pura de Bauer27 como de la revolución de- Geschichte ihres Ursprungs (1850-1851), Philo, Strauss
mocrática propugnada por su hermano. und Renan und das Urchristenthum (1874) y Christus und
Al constatar la indiferencia de la “masa” ante las me- die Cäsaren. Der Ursprung des Christenthums aus dem
didas represivas del gobierno prusiano contra Bauer y los römischen Griechenthum (1879)30.
demás jóvenes hegelianos, la crítica de los Freien tendió a Las afinidades iniciales que Marx sentía por las
replegarse sobre sí misma. Bauer criticó con dureza el ideas de Bauer pronto mutaron en una reprobación total,
movimiento liberal y socialista de su época. Después del tal y como se encargó de exponer en La sagrada familia
fracaso de las revoluciones de 1848 y de la irremediable (1844) y La ideología alemana (1845). El juicio de
decadencia de Europa volcará sus esperanzas en la toda- Marx en sendas obras ha condicionado desde entonces
vía incipiente Rusia. Anticipando algunas ideas de Dosto- las discusiones en torno al alcance y la hipotética vigen-
yevski, en Russland und das Germanenthum (1853)28 en- cia del modelo de crítica de los jóvenes hegelianos, y de
comienda a Rusia la misión de liderar el futuro de la Bauer en particular. Si bien en su análisis de la “crítica-
humanidad y la civilización. No obstante, con el nombra- crítica” de “San Bruno”, Marx empleó exclusivamente
miento de Bismarck como primer ministro de Prusia en los artículos de la Allgemeine Literatur-Zeitung, recu-
1862, el pesimismo de Bauer sobre el devenir de Prusia se rriendo puntualmente a la Kritik der Synoptiker y a Die
desvanece. Bismarck inicia una nueva era en Europa don- gute Sache der Freiheit, su condena sirvió para zanjar
de Prusia es ahora la portadora de una misión, una misión en lo sucesivo cualquier otra consideración ponderada
cuyos rasgos definitorios parecen cumplir las expectativas sobre su obra. Sus méritos habrían sido sólo transito-
tan largo tiempo demandadas por Bauer. Por un lado, la rios, y su función preparar el camino para el nacimiento
Kulturkampf promovida por el gobierno de Bismarck del materialismo histórico. La izquierda hegeliana fue
contra la Iglesia católica lleva a la práctica la destrucción superada en la teoría por el marxismo y en la práctica
del cristianismo y, por otro, la visión filosófica de Bauer por el movimiento obrero31.
del Estado hegeliano parece transformarse en realidad29. Sin duda alguna, el que en la actualidad no exista una
Incansable en su actividad, paralelamente consagra sus edición completa de la obra de Bauer, a lo que hay que
esfuerzos teóricos a su temática predilecta, la crítica de la añadir una exigua traducción de sus escritos a otras len-
religión. Dan testimonio de ello las siguientes publicacio- guas32, guarda estrecha relación con lo que acaba de ex-
ponerse. Para aproximarse a su obra a menudo ha sido
necesario recurrir a fuentes secundarias, fundamental-
26
Edgar Bauer puso en el punto de mira de su virulenta crítica al refor-
mente a la obra del joven Marx. Sin embargo, ello no ha
mismo liberal y al constitucionalismo de su tiempo. En Der Streit der
Kritik mit Kirche und Staat (1844) (* La disputa de la crítica con la constituido un impedimento para que el idealismo ético
Iglesia y el Estado), desarrolla argumentos que podrían considerarse y estético de Bauer haya continuado ejerciendo cierta
como comunismo libertario avant-la-lettre. A su juicio, no existe re- atracción, aun de forma subrepticia, a lo largo del siglo
conciliación posible entre el Gobierno y el pueblo. El Gobierno debe XX. A modo de ejemplo, K. Löwith alude al hecho de
emanar de la soberanía popular convirtiéndose en un poder mera- que escritos políticos pertenecientes al círculo de la Re-
mente ejecutivo del pueblo –el Gobierno del pueblo–, y dejarse ab-
sorber por él hasta su completa disolución. En lugar de agudizar el
sistencia a la ocupación alemana durante la II Guerra
conflicto entre los extremos para llegar a una resolución, el reformis- Mundial, “aceptaron las ideas de Bauer y las aplicaron al
mo del Juste milieu y el constitucionalismo apaciguan el antagonis- presente”33. Asimismo, también resulta posible rastrear
mo social. Además, considera muy limitadas las tradicionales con- el alcance de su influjo en épocas posteriores34.
cepciones políticas sobre la libertad. Para asegurar el éxito de la
revolución venidera, la libertad debe concebirse en su plena univer-
salidad, y para ello se requiere de un mejoramiento de las condicio- 30
Crítica de las epístolas paulinas (1850), Crítica de los evangelios e
nes materiales de existencia de los sectores más desfavorecidos de la historia de su origen (1850-1851), Filón, Strauss, Renan y el cristia-
sociedad. Arremetiendo contra la propiedad privada, considera a nismo primitivo (1874) y Cristo y los Césares. El origen del cristia-
aquellos individuos que no tienen propiedad (trabajadores en gene- nismo a partir de la Grecia romana (1879).
ral, desempleados y marginados) como la auténtica clase revolucio- 31
Para profundizar en el estudio comparativo entre las ideas Bauer y
naria. A resultas de la publicación del libro, Edgar Bauer cumplió las de Marx, remito al lector interesado al ya clásico trabajo de Ro-
una pena de prisión de tres años (1845-1848). sen, Z. Bruno Bauer and Karl Marx (The Hague, Martinus Nijhoff,
27
Cf. los ataques de Stirner en El Único y su propiedad (1844) al pro- 1977) y a los capítulos de Christine Weckwerth (“Bruno Bauer als
yecto de crítica pura de Bauer, equiparado a un “liberalismo humani- ein Stachel der Marxschen Philosophiekritik und Gesellschaftstheo-
tario” (Stirner, M. El Único y su propiedad. Buenos Aires, Libros de rie”) y Junji Kanda (“Bruno Bauer und die Promotion von Karl
Anarres, 2018, pp. 128-148). Acerca del vínculo entre Stirner y Marx”), recogidos en Kodalle, K-M. y Reitz, T. (ed.). Bruno Bauer.
Bauer, véase Wolf, J-C. “Stirner Zitiert Bauer”, en Kodalle, K-M. y Ein “Partisan des Weltgeistes?”. op. cit. pp. 133-149 y pp. 151-163.
Reitz, T. (ed.). Bruno Bauer. Ein “Partisan des Weltgeistes?”. Würz- 32
En castellano contamos con la traducción de Die Judenfrage (1843)
burg, Königshausen & Neumannn, 2010, pp. 211-227, así como de Bauer, sin la cual no resulta posible comprender cabalmente el
Stepelevich, L. S. “Max Stirner contra Bruno Bauer”, en Ibid. pp. conocido texto de Marx –publicado en la Deutsch-Französische
229-237. Jahrbücher como respuesta a Bauer– Sobre la cuestión judía (1844).
28
Rusia y el germanismo (1853) La editorial Anthropos reunió ambos textos en 2009, añadiendo un
29
Brazill, W. J. The Young Hegelians. New Haven and London, Yale excelente estudio introductorio a cargo de Reyes Mate. En Jóvenes
University Press, 1970, p. 205. No obstante, hay que advertir a este hegelianos. Textos sobre cuestiones histórico-políticas (Madrid,
respecto que la actitud de Bauer hacia Bismarck fue algo más com- Ediciones Libertarias, 1997), Jaime Franco Barrio también tradujo el
pleja y matizada, de modo que no pueda atribuírsele sin más una escrito de Bauer “Los ‘nacionales’ alemanes” (1842) (pp. 169-174).
posición meramente bismarckiana. Sobre esto véase Moggach, D. 33
Löwith, K. De Hegel a Nietzsche. La quiebra revolucionaria del
The Philosophy and Politics of Bruno Bauer. Cambridge, Cambridge pensamiento en el siglo XIX. Buenos Aires, Katz, 2008, p. 151.
University Press, 2003, p. 185 y Barnikol, E. Bruno Bauer. Studien 34
En 1975, el antiguo miembro de la Internacional Situacionista Gian-
und Materialen. Assen, Gorcum, 1972, p. 635. franco Sanguinetti causó un auténtico revuelo en Italia tomando
Magnet Colomer, J. An. Sem. His. Filos. 40 (1), 2023: 71-82 75
Por lo demás, gracias a la inestimable labor que vie- za determinados aspectos –si no la totalidad– del pensa-
nen llevando a cabo desde hace algunos años organis- miento de Hegel, Bauer, por el contrario, mantiene hacia
mos como el Internet Archive, gran parte de la obra de él una lealtad inquebrantable –no exenta de importantes
Bauer ha sido digitalizada y a día de hoy su acceso es revisiones críticas– que lo sitúa en una trayectoria de
libre35. Entretanto, a principios de la década del 2000 se continuidad más explícita con la herencia de Hegel.
publicaron –con apenas un año de diferencia entre sí– Con objeto de calibrar el alcance de su labor teórica
los más completos y rigurosos estudios existentes hasta durante esta etapa decisiva, mostrando cómo en su dia-
la fecha sobre la figura y la obra de Bauer, Crisi e criti- léctica de la autoconciencia infinita recepciona y recon-
ca in Bruno Bauer. Il principio di esclusione come fon- sidera los logros y limitaciones del idealismo hegeliano,
damento del político (2002)36, de Massimiliano Tomba, es preciso retrotraerse en un primer análisis a las discu-
y The Philosophy and Politics of Bruno Bauer (2003), siones generadas en torno al estatuto de la religión y sus
de Douglas Moggach. Reconociendo de antemano la productos.
deuda con estos valiosos aportes, en lo que sigue pre- Contando con tan solo veinte años, en su escrito ju-
tendemos ahondar en la concepción de la dialéctica de venil de 1829, Über die Prinzipien des Schönen, Bauer
la autoconciencia infinita y en el modelo de crítica pura da muestras de su prematuro talento al aventurarse a
de Bauer, considerando a ambos como componentes ampliar y complementar la crítica que Hegel realizó a
fundamentales –e interdependientes– de su pensamien- Kant en sus Lecciones de Estética (1828-1829) de Ber-
to durante el período de la historia de Alemania conoci- lín con ayuda del análisis lógico de las categorías brin-
do como Vormärz (1815-1848). dado por la Enciclopedia de las ciencias filosóficas
(1827). Lo que por ahora conviene resaltar de este texto,
es la concepción del arte como manifestación del espíri-
2. L
a unendlichen Selbstbewußtsein como concepto tu, así como la conflictiva relación que establece aquí el
vertebrador de su programa filosófico joven Bauer entre arte y religión. Aunque por una parte
reconozca su necesidad histórica, la religión en su con-
De entre todos los jóvenes hegelianos, Bauer destaca junto es juzgada como una expresión alienada de la ra-
por ser el más avezado intérprete de la obra de Hegel. zón respecto de sí misma. En cambio, como contrapar-
tida realmente redentora, el arte contribuye al proceso
Su compromiso con los principios básicos de la filoso-
de realización de la razón en el mundo. Guarda una es-
fía hegeliana, particularmente notorio en sus escritos
trecha vinculación con la filosofía, si bien la unidad de
del período 1838-1848, se concretiza en un proyecto
pensamiento y ser conseguida a través de las distintas
filosófico que ilustra en toda su puridad, más que ningu-
manifestaciones artísticas debe considerarse como una
na otra propuesta coetánea, la versión arquetípica de la
unidad todavía inmediata, como aquello que la filosofía
izquierda hegeliana37. En efecto, mientras el grueso de sólo alcanza luego de un laborioso trabajo conceptual38.
autores ubicados en su órbita intelectual (L. Feuerbach, Con el trasfondo de las polémicas suscitadas a raíz
A. Ruge, M. Stirner, etc.) tienden a impugnar con dure- de la publicación del libro de Strauss, Das Leben Jesu,
junto a otros textos menores de su autor, un Bauer ya
como referente la Posaune de Bauer. Escribió un folleto bajo el alejado de la ortodoxia teológica profundiza en sus crí-
pseudónimo de “Censor” titulado Informe verídico sobre las últimas ticas a la religión, confiriendo centralidad explicativa
oportunidades de salvar el capitalismo en Italia (traducido al espa- en esta tarea a la noción de autoconciencia infinita,
ñol por Diego L. Sanromán en la editorial Melusina, 2016), el cual concepto elaborado a partir de una particular recepción
fue distribuido entre personalidades políticas, empresariales y perio-
de la teoría del espíritu subjetivo (subjektiver Geist) de
dísticas del país, las cuales elogiaron el talento de su autor y especu-
laron –erróneamente– sobre su identidad. Sanguinetti fingía ser un
Hegel. Así, en Kritik der Synoptiker y en la Posaune,
miembro de la nobleza romana que hacía balance de la convulsa si- Bauer contrapone el punto de vista sustancial de Strauss
tuación política y social en Italia, aportando lúcidas soluciones para al punto de vista de la autoconciencia infinita. Si Strauss
apaciguar el contexto de sublevación social. Al revelar su auténtica considera los evangelios como un producto mitológico
identidad al cabo de unos meses –reconociendo la influencia de e inconsciente de las comunidades cristianas primitivas,
Bruno Bauer–, que no era otra que la de un revolucionario burlándo- sustrayendo su origen del desarrollo de la autoconcien-
se de los mecanismos de justificación del poder italiano y de su esca-
so talento analítico, tuvo que exiliarse a Francia bajo el amparo de su
cia, para Bauer los evangelios son obra de la creación
amigo Guy Debord. libre de la autoconciencia de sus autores y, al mismo
35
La obra digitalizada de Bauer puede consultarse en el siguiente enlace: tiempo, expresión necesaria del nivel de autoconciencia
https://archive.org/search.php?query=creator%3A%22Bruno+Bau alcanzado por el Espíritu en el seno de las comunidades
er%22 cristianas primitivas39. Bauer hace decantar la balanza
36
Disponemos de la traducción alemana de 2005, Krise und Kritik bei entre Spinoza y Fichte, la coexistencia –llena de tensio-
Bruno Bauer. Kategorien des Politischen im nachhegelschen
nes– entre la sustancia y la autoconciencia en el sistema
Denken, y a ella nos remitiremos, cuando se precise, a lo largo de
nuestro estudio.
de Hegel, del lado fichteano:
37
Una interpretación alternativa a la aquí presentada defiende la tesis
de que Bauer “no fue un hegeliano de izquierda, sino un caso sui “La conclusión del proceso no es la sustancia, sino la au-
generis” (Barnikol, E. Bruno Bauer. Studien und Materialen. op. cit. toconciencia, que, en realidad, se ha colocado como infi-
p. 43), “que nunca se adhirió teóricamente al movimiento de los jó- nita y ha sumido en sí la universalidad de la sustancia
venes hegelianos, luchó contra sus tendencias fundamentales y lo como propia esencia. La sustancia no es más que la poten-
dañó considerablemente” (Hundt, M. “War Bruno Bauer Junghege-
lianer?”, en Kodalle, K-M. y Reitz, T. (ed.). Bruno Bauer. Ein “Par-
tisan des Weltgeistes?”. op. cit. p. 184). Ahora bien, cabría pregun- 38
Moggach, D. The Philosophy and Politics of Bruno Bauer. op. cit. p. 30.
tarse si Bauer no fue más bien un caso sui generis dentro de la 39
Rossi, M. La génesis del materialismo histórico. La izquierda hege-
izquierda hegeliana. liana. op. cit. p. 98.
76 Magnet Colomer, J. An. Sem. His. Filos. 40 (1), 2023: 71-82
cia que consuma la finitud del yo, para después ser presa ferirse a esta conciencia alienada de sí misma, una no-
de la autoconciencia infinita”40. ción que será retomada con posterioridad por Feuerbach
y el joven Marx. El cristianismo representa para Bauer,
No es correcto atribuir a Bauer, como suponen erró- en este sentido preciso, un momento de la conciencia de
neamente algunos autores41, una concepción antitética y sí, una verdad relativa. Es la religión del interés egoísta
no armonizable entre Espíritu y ser, entre la racionali- inmerso en la heteronomía y la mera particularidad, la
dad del Espíritu y la realidad concreta de la sustancia. religión que, por otra parte, mejor corresponde a la con-
Más bien, Bauer cree que el proceso interno de desarro- dición atomizada característica de la sociedad civil.
llo de la sustancia conduce a la autoconciencia de la Tan pronto como lo que debería ser una fase transi-
sustancia. Si en ocasiones pudiera dar la falsa impresión toria anterior –y, en cierto modo, necesaria– en el auto-
de que Hegel supedita la autoconciencia a la sustancia conocimiento de la humanidad cristaliza en una forma
–o a la materia– separada del Espíritu, ello se debe úni- institucional, eternizada y aparentemente inmune al
camente a su interés en compensar el excesivo peso del acontecer histórico, se convierte en un obstáculo para el
“ego” encerrado en sí mismo del racionalismo prece- progreso dialéctico de la autoconciencia. Bauer nos ad-
dente (Descartes, Kant). Pero lo verdadero no es la vierte acerca de la contradicción entre las perspectivas
sustancia en sí, sino el autoconocimiento de la sustan- de desarrollo de la autoconciencia y los productos de su
cia, su autocomprensión lograda en el proceso histórico actividad, sintomático de un nivel de desarrollo alcan-
de su desarrollo. No obstante, Strauss permanece afe- zado insuficiente43. La liberación de la dialéctica de
rrado al punto de vista de la sustancia no elevada toda- todo límite absoluto es una característica común a los
vía al poder creador de la infinita autoconciencia. Por jóvenes hegelianos. Como señala Jaime Franco, en He-
esta razón, “concede indebida preferencia a los motivos gel la dialéctica es un proceso de desarrollo universal,
‘históricos’, contenidistas, descriptivos, positivos, que pero con la inclusión de una serie de absolutos hiposta-
para Hegel no eran más que la ‘abigarrada corteza’ con siados donde dicho proceso parece interrumpirse: el
que gusta cubrirse el ‘núcleo racional’, la vida interior cristianismo, que concluye el desarrollo dialéctico en el
del espíritu”42. Entendiendo por “contenido” el ser y por ámbito de la religión, el propio sistema de Hegel, que lo
“forma” el pensamiento, en la teoría de la autoconcien- culmina en el ámbito de la filosofía y, por último, la
cia infinita de Bauer el tránsito dialéctico de la sustancia monarquía constitucional, limitándolo en el terreno po-
a la autoconciencia de la sustancia es también un retor- lítico. Son estos tres absolutos aquello que los hegelia-
no desde el ámbito del contenido al dominio de la for- nos de izquierda pretenden suprimir44.
ma. Pero de tal modo que el contenido previo se trans- Sin embargo, al sostener que la religión es un pro-
forma, a través de este desarrollo regido por la ducto de la autoconciencia, Bauer se aproxima a una
autoconciencia y la libertad racional de los sujetos, en comprensión subjetiva de la religión en tanto que fenó-
una forma renovada y, con ello, en un nuevo contenido. meno relativo a la experiencia interna del creyente, a la
En el caso de las creencias religiosas, puede decirse subjetividad sentimental. Y es sabido que Hegel rechazó
que éstas se enfrentan a la conciencia como si de un explícitamente la remisión de la religión al sentimiento.
poder separado se tratase. Mediante la división de la Ciertamente, cuando Bauer y, junto a él, Feuerbach45 y
conciencia, y su proceso de objetivación en esta separa- otros jóvenes hegelianos, incurren en esta interpretación
ción, las cualidades humanas se transponen al mundo subjetivista de la religión, están más cerca de la concep-
celestial. Sentando precedente, Bauer será el primer ción emocional de la religión de F. H. Jacobi o F.
autor en emplear la expresión “autoalienación” para re- Schleiermacher –como sentimiento de dependencia–
que de Hegel46. Bauer sólo toma en consideración la
40
Bauer, B. Die Posaune des jüngsten Gerichts über Hegel den Atheis- crítica histórica de la religión de Hegel, e ignora tanto el
ten und Antichristen. op. cit. pp. 64-65. La limitación de espacio no contenido objetivo que le otorga en su sistema como su
permite entrar a considerar aquí si D. Moggach está en lo cierto función y emplazamiento, previo al saber absoluto, en
cuando entra a valorar el modo como Bauer afronta la síntesis hege-
liana de la “sustancia” de Spinoza y el “yo” de Fichte. En su opinión,
Hegel no toma el segundo paso que Bauer le atribuye en la Posaune, 43
Bauer, B. Kritik der evangelischen Geschichte der Synoptiker. Lei-
esto es, la autoanulación de la sustancialidad. Hegel habría dejado la pzig, Otto Wigand, 1841, pp. 82-83.
sustancia y el sujeto como principios distintos y heterogéneos entre 44
Franco, J. Jóvenes hegelianos. Textos sobre cuestiones histórico-po-
sí (Moggach, D. The Philosophy and Politics of Bruno Bauer. op. cit. líticas. op cit., p. 44.
p. 108). Por su parte, en La sagrada familia (1844) Marx argumenta 45
Al margen de las numerosas coincidencias entre ambos autores en su
que la discusión entre Strauss y Bauer “es una lucha en el marco de afrontamiento del fenómeno religioso, la superación de la alienación
las especulaciones hegelianas” (Marx, K. La sagrada familia. OME religiosa es en Bauer algo más compleja que en Feuerbach. Como el
6. Barcelona, Crítica, 1978, p. 160). La sustancia spinozista, la auto- Dios idolatrado es en la concepción de Bauer una imagen transfigu-
conciencia fichteana y su unidad en el espíritu absoluto son los tres rada del yo, y las proyecciones celestiales tienen su origen en la
elementos que conforman el sistema filosófico de Hegel. Según conciencia religiosa resultante de una división espiritual interna de
Marx, Strauss se limita a continuar a Hegel desde el punto de vista este yo, para poner fin a la autoalienación no basta con reclamar,
spinozista, y Bauer desde el punto de vista fichteano. Por consiguien- como cree Feuerbach, una simple vuelta de esa proyección alienada
te, “cada uno por separado” representa solamente “un aspecto del a la esencia del ser humano. La elección no es entre Dios o el ser
sistema de Hegel” (Ibid. p. 160). A nuestro entender, la tesis hegelia- humano, al menos mientras el ser humano no anule dentro de sí este
na de la “sustancia como sujeto” estaría apuntando justamente a una desdoblamiento originario. Bauer analiza extensamente el proceso
superación procesual de esta dicotomía –presentada aquí de manera de la alienación religiosa, prosiguiendo su crítica del cristianismo, en
casi antinómica– en el sentido propuesto por Bauer. Das entdeckte Christentum (1843) (*El cristianismo descubierto),
41
Cf. Zuluaga, Mª. I. Fuentes del humanismo marxista. Hegel e iz- aparecida dos años después de La esencia del cristianismo (1841) de
quierda hegeliana. Valencia, Bonaire, 1975, p. 150. Feuerbach.
42
Rossi, M. La génesis del materialismo histórico. La izquierda hege- 46
Rosen, Z. “The Radicalism of a Young Hegelian: Bruno Bauer”. op.
liana. op. cit. p. 172. cit. pp. 396-397.
Magnet Colomer, J. An. Sem. His. Filos. 40 (1), 2023: 71-82 77
la parte final de la Fenomenología del espíritu (1807). la capacidad de la razón para actualizarse y realizarse en
A diferencia de Hegel, la religión (en cuanto representa- el mundo está en función de la transformación de la
ción) no es en Bauer asimilable a la filosofía (en cuanto realidad objetiva, y su dinamismo se explica atendiendo
concepto). a la dialéctica hegeliana entre universalidad, particulari-
Si, como hemos visto, la autoconciencia se realiza a dad y singularidad. Cuando a principios de la década de
través de una serie de mediaciones, donde el progreso 1840 la noción de autoconciencia infinita irrumpe en su
consiste en negar las realidades previamente creadas léxico, esa motilidad dialéctica se radicaliza en un sen-
por ella y plasmadas en una sustancia ya caduca que tido inmanente.
obstaculiza el ulterior desarrollo, y si la filosofía es la El proceso de desarrollo de la autoconciencia infinita
autoconciencia del espíritu de una época, entonces el tiene en Bauer un carácter bidimensional. Por un lado,
desarrollo de esta autoconciencia no puede sustraerse comprende un plano objetivo, una suerte de perfeccio-
del devenir histórico. La idea según la cual la dialéctica nismo histórico donde la unidad de pensamiento y ser
del espíritu autoconsciente de Bauer es un mero subjeti- hace referencia a un proceso siempre renovado e inaca-
vismo queda refutada ante su insistencia por preservar bado, donde el concepto nunca se ve encarnado en las
la unidad de autoconciencia e historia. La relación entre instituciones fáctico-empíricas. En este sentido, la ver-
conciencia filosófica y ser histórico es, pues, en Bauer, dad racional no reside para Bauer en las instituciones
igual de determinante que en los demás jóvenes hege- socio-políticas existentes y, por consiguiente, los sujetos
lianos. En consecuencia, no hay que entender esta auto- no pueden verse ratificados en ellas. La condición de
conciencia como una estructura estática, sino como un posibilidad para el desarrollo de una filosofía de la histo-
proceso activo en la realización histórica de la razón y ria es la conciencia de la no identidad entre la Idea de
la libertad. Por expresarlo con palabras de Bauer, “la universalidad de la autoconciencia y la historia. Tomba
historia no es otra cosa que el devenir del espíritu cons- emplea una sugestiva metáfora cuando caracteriza la
ciente de su libertad, o el devenir de la autoconciencia autoconciencia en Bauer como “un faro de luz que ilu-
infinita real y libre”47. Su proyecto filosófico durante la mina retrospectivamente la historia”50. Por otro lado, la
época de Vormärz es primordialmente un “republicanis- teoría de la autoconciencia infinita incorpora también
mo inspirado por Hegel”48, articulado como una doctri- una dimensión subjetiva que atañe a su idealismo ético.
na de la trascendencia del interés particularista como Con este plano se alude al proceso por medio del cual los
fuente de heteronomía. Prosigue, además, “el proyecto sujetos repudian las formas de vidas simplemente dadas
trascendental iniciado por Kant y perfeccionado, sobre y alienadas, trascienden la particularidad y se elevan
todo, por Hegel”49. hacia una individualidad autoconsciente. Paralelamente
En su manuscrito de 1829, aparece el concepto he- al decurso acontecido en el plano objetivo, el retorno a sí
geliano de Wirklichkeit (realidad efectiva) referido a la mismo desde la otredad, la autoconquista de sí por parte
realización histórica de la razón. Para el primer Bauer, de la autoconciencia, es en Bauer un proceso inaplaza-
ble, sin el cual los sujetos, incapaces de autodeterminar-
se libremente, no pueden convertirse en agentes activos
47
Bauer, B. Hegels Lehre von der Religion und Kunst von dem Stand-
puncte des Glaubens aus beurtheilt. Leipzig: Otto Wigand, 1842, p.
de la transformación de la realidad objetiva.
163. Debe llamarse la atención acerca del empleo de una
48
Según Tomba, alejado de esta interpretación, la República constituye ilustrativa distinción a la que Bauer recurre en su escrito
para Bauer “la forma política de una inmanencia incondicionada del de 1829 y que años más tarde reformula en la Posaune.
poder” (Tomba, M. Krise und Kritik bei Bruno Bauer. Kategorien Nos referimos a las nociones de subjetividad inmediata
des Politischen im nachhegelschen Denken. Frankfurt am Main, Pe- y subjetividad genuina. Mientras la segunda contribuye
ter Lang, 2005: 67). Sin embargo, en una nota a pie de página, ausen-
a la realización de la razón al tomar parte activa en el
te en la edición italiana original de 2002 –cuando todavía no había
aparecido el estudio de Moggach, publicado en 2003–, Tomba afirma
proceso, la primera, lejos de ayudar en la consecución
que su negativa a considerar a Bauer en la tradición republicana de- de la unidad de pensamiento y ser, se convierte en un
bería revisarse en vista a la interpretación del proyecto filosófico- escollo para el progreso dialéctico de la autoconciencia.
político de Bauer por parte de Moggach como un “rigorismo republi- Esta subjetividad inmediata es equiparable a la noción
cano” (Ibid. p. 123). Christine Weckwerth considera que Moggach de autoconciencia individual esgrimida en la Posaune.
“interpreta la obra de Bauer como una teoría positiva de la libertad en Es la autoconciencia empírica y particular incapacitada
el sentido de Hegel” (Weckwerth, C. “Bruno Bauer als ein Stachel
der Marxschen Philosophiekritik und Gesellschaftstheorie”, en Ko-
para lograr la unidad con su objeto, inmersa en los “que-
dalle, K-M. y Reitz, T. (ed.). Bruno Bauer. Ein “Partisan des Welt- haceres cotidianos” y preocupada únicamente en “al-
geistes?”. op. cit. p. 139). Siguiendo la diferenciación que establece canzar sus ambiciones egoístas”51. En cuanto al concep-
Tomba en su obra, podría decirse que los intérpretes del pensamiento to de subjetividad genuina, en la Posaune aparece
de Bauer se han centrado mayoritariamente en el pars destruens de reformulado equiparándose a la autoconciencia general,
su obra, y no tanto en el pars construens, esto es, en su intento de siendo aquella que se desenvuelve en el ámbito de lo
pensar “el concepto de libertad en una dimensión universal” (Tomba,
universal y lo infinito. Implícitamente subyace aquí una
M. Krise und Kritik bei Bruno Bauer. Kategorien des Politischen im
nachhegelschen Denken. op. cit. p. 130). Creemos que Moggach
crítica al subjetivismo abstracto de procedencia kantia-
corrige este desvío concediendo un peso excesivo al pars construens, na, pues la unidad entre idealismo y empirismo es en
mientras que en su estudio Tomba mantiene un equilibrio más logra- Kant una unidad puramente subjetiva que tampoco al-
do entre ambas partes. Para una presentación condensada de la con- canza la anhelada unión con su objeto. En su plantea-
cepción de Moggach sobre el republicanismo de Bauer, véase Mog-
gach, D. “Republican Rigorism and Emancipation in Bruno Bauer”,
en Moggach, D. (ed.). The New Hegelians. Politics and Philosophy 50
Tomba, M. Krise und Kritik bei Bruno Bauer. Kategorien des Politis-
in the Hegelian School. Cambridge, Cambridge University Press, chen im nachhegelschen Denken. op. cit. p. 69.
2006. pp. 114-135. 51
Rosen, Z. “The Radicalism of a Young Hegelian: Bruno Bauer”. op.
49
Moggach, D. The Philosophy and Politics of Bruno Bauer. op. cit. p. 2. cit. p. 383.
78 Magnet Colomer, J. An. Sem. His. Filos. 40 (1), 2023: 71-82
miento trascendental no hay lugar para la realidad independizados de los sujetos racionales, como es el
efectiva (Wirklichkeit) de la razón, es decir, para su ca- caso del Espíritu absoluto, adquieren una vida autóno-
pacidad de realizarse en el mundo modelando la reali- ma sin reconocer ya su génesis subjetiva. A juicio de
dad objetiva. En contra de esta concepción estática y Bauer, los universales no son trascendentes sino inma-
estéril de la razón, Bauer apela a la unidad de objetivi- nentes a la historia. Los sujetos pueden reconocer estos
dad y concepto en Hegel, donde la objetividad se dota universales concretos –no desacoplados de la acción
de una forma racional y el concepto adquiere una exis- subjetiva– mediante el juicio reflexivo sobre el curso de
tencia material. No obstante, debe tomarse en conside- la historia y, a continuación, identificarse con ellos tras-
ración que el concepto de razón no opera en Bauer cendiendo así su particularidad al devenir seres autóno-
como una categoría metateórica, y en la historia no mos, portadores autoconscientes de la razón. Tal es la
anida razón alguna que espere el momento propicio forma que adopta la síntesis entre universalidad y parti-
para ser implementada. Más bien, el concepto de razón cularidad en su planteamiento. La supuesta existencia
es para Bauer un logro histórico52. de entidades suprahistóricas (Espíritu absoluto, Provi-
La noción de autonomía de la que hace uso Bauer dencia, etc.), que gobiernan en secreto el decurso histó-
en oposición a la heteronomía dominante es “una ver- rico desde afuera, debe ser negada por completo. Bauer
sión historicizada del perfeccionismo kantiano, o Vo- abogará, incluso, por una revisión de la noción hegelia-
llkommenheit, tomada como un compromiso inflexible na de “espíritu objetivo” (objektiver Geist), al juzgar
en la transformación de las relaciones políticas y las que éste no arraiga suficientemente en la subjetividad.
instituciones”53. En el proceso dialéctico de la autocon- El intento baueriano de compensar el sobrepeso del es-
ciencia infinita, la unidad entre lo particular y lo uni- píritu objetivo a partir de una reivindicación del espíritu
versal como creación de la singularidad se respalda en subjetivo, responde a su interés por afirmar la libre au-
una crítica inmanente de las instituciones existentes. toconciencia y la libertad humana ante cualquier poder
Bauer rechaza el impotente Sollen o deber kantiano trascendente y ante cualquier institución positiva.
porque en él razón y realidad nunca llegan a confor- Si el déficit del idealismo hegeliano es hipostasiar el
marse; deberían hacerlo, pero no pueden. Frente a esta Espíritu absoluto, diferenciándolo de los individuos
noción insatisfactoria del deber en Kant, el Sollen de concretos, el déficit del materialismo es hundir al Espí-
Bauer presenta un carácter objetivo, es un poder cons- ritu en la sustancialidad, reforzando así el particularis-
titutivo. Como se ha visto en el breve análisis de la mo de la conciencia inmediata. Por este motivo, Bauer
Posaune realizado en el primer apartado, este deber dirigirá su crítica principalmente contra aquellas doctri-
funciona en Bauer como “negación determinada”, nas de la libertad basadas en la afirmación del particula-
apunta a la disparidad entre la autoconciencia y las rismo, ya sea éste religioso, económico o político56. En
instituciones realmente existentes, en las que el con- su particular cruzada va a apostar por el valor de la
cepto de libertad no concuerda con sus plasmaciones teoría como la más sólida –aunque no la única– forma
históricas actuales. Es en los “momentos de ruptura” de de práctica, sometiendo al elevado nivel de exigencia de
la continuidad, en las situaciones de crisis, donde la su crítica pura al Estado prusiano, al liberalismo, al so-
autoconciencia infinita aparece “como tensión y lucha cialismo y a las diversas religiones influyentes en la
contra un determinado mundo histórico”54. Se trata, Prusia de su tiempo.
pues, de un Sollen impulsado por la autoconciencia y, a
su vez, vinculado a la fuerza de actualización de la ra-
zón y a la resolución de las contradicciones del presen- 3. Crítica pura y reconciliación espiritual
te histórico. No se trata en modo alguno de una catego-
ría escindida y contrapuesta al ser, sino de un deber-ser En el noveno capítulo de Die gute Sache der Freiheit,
que impulsa inmanentemente al ser. El proceso históri- Bauer concibe la tarea de la crítica pura como una de-
co de alienación y redención del espíritu es en Bauer un claración de guerra al dominio de lo “positivo no
proceso inmanente, una “teleología de la acción subje- reconocido”57. Al desvelar lo hasta entonces no recono-
tiva condicionada por las contradicciones necesarias e cido como producto de la autoconciencia histórica, la
inmanentes de la historia”55. crítica deviene un aporte fundamental al proceso de
Pero Bauer no escatima tampoco ciertas observacio- desmitificación, al desvanecimiento de la ilusión de lo
nes críticas en torno a determinados planteamientos positivo como caído del cielo, como facticidad irrevo-
problemáticos intrínsecos al sistema filosófico de He- cable. Gracias a la crítica, lo positivo puede revelarse
gel. El primero de ellos concierne al recurso a universa- como lo que propiamente es: “obra de la humanidad y
les hipostasiados que trascienden el poder de los indivi- de su historia”58. Ayudándole a recorrer el camino de
duos. Estos elementos trascendentes del sistema, vuelta hacia sí desde la falsa apariencia de independen-
cia de sus propias creaciones, desde sus diversos extra-
52
Tomba, M. Krise und Kritik bei Bruno Bauer. Kategorien des Politis-
ñamientos religiosos y políticos, la crítica contribuye a
chen im nachhegelschen Denken. op. cit. pp. 72-73. reconciliar al ser humano con su espíritu. La condición
53
Moggach, D. The Philosophy and Politics of Bruno Bauer. op. cit. p. necesaria para el logro de tal cometido es su someti-
33. Moggach desarrolla más extensamente esta interpretación en miento incondicional a la “tiranía del concepto”59, así
torno a la idea de perfeccionismo en “Post-Kantian Perfectionism,”
en Moggach, D (ed.), Politics, Religion, and Art: Hegelian Debates.
Evanston, Northwestern University Press, 2011, pp. 179-203. 56
Ibid. pp. 10 y 51.
54
Tomba, M. Krise und Kritik bei Bruno Bauer. Kategorien des Politis- 57
Bauer, B. Die gute Sache der Freiheit und meine eigene Angelegen-
chen im nachhegelschen Denken. op. cit. p. 69. heit. op. cit. p. 197.
55
Moggach, D. The Philosophy and Politics of Bruno Bauer. op. cit. p. 58
Ibid. p. 198.
115. 59
Ibid. p. 200.
Magnet Colomer, J. An. Sem. His. Filos. 40 (1), 2023: 71-82 79
como el ejercicio de esta tiranía teórica frente a cual- liberación”65. Sin embargo, la orientación pietista del
quier realidad o institución positiva no reconocida. La rey de Prusia dinamita cualquier esperanza de reformar
función principal de la crítica pura es, como sostiene el Estado en la dirección esperada, y en su lugar Prusia
Hans Martin Sass, “el desarrollo del principio de la se convierte en paradigma del “Estado cristiano”
autoconciencia”60. (christliche Staat). A causa del profundo desengaño
En su enfrentamiento con las demás corrientes filo- experimentado ante la reaccionaria senda socio-política
sóficas, políticas y teológicas, la crítica pura debe insis- tomada por la nación prusiana, Bauer dirige su crítica
tir en resaltar las discrepancias existentes entre el espí- no solamente contra la religión, a la que considera su
ritu auténticamente desalienado y la realidad fáctica. opuesto puro, sino también contra las estructuras oficia-
“La crítica –escribe Bauer– es la crisis que rompe el les del Estado prusiano. Como la concepción del “Esta-
delirio de la humanidad y permite al hombre reconocer- do cristiano” es diametralmente opuesta a la concepción
se de nuevo”61. Dada la demanda de tener que lidiar con hegeliana, Bauer y Ruge se enzarzan en una polémica
la pura teoría, otra máxima a la que debe atenerse es la con F. J. Stahl, jurista y ministro de cultura, por la de-
necesidad de permanecer independiente de afiliaciones fensa que este último lleva a cabo de la ideología del
partidarias de cualquier tipo. Pero aunque Bauer preten- “Estado cristiano” en su obra Die Kirchenverfassung
da liberar la crítica de todo elemento positivo, de modo nach Lehre und Recht der Protestanten (1840)66. Bauer
que su función sea estrictamente negativa, en ocasiones le responde de inmediato con la redacción del texto Der
“tal negación sólo aparece como preliminar”62. El an- christliche Staat und unsere Zeit (1841)67, y Ruge hace
claje de su crítica en la realidad material, así como su lo mismo en su escrito Der christliche Staat. Gegen den
preocupación por la felicidad terrenal del ser humano, Wirtemberger über das Preussenthum (1842)68.
por la libertad y el bienestar del individuo, confiere Lo cierto es, sin embargo, que no existe unanimidad
también a la crítica pura una misión histórica redentora. en la literatura secundaria cuando se trata de precisar la
La conversión del principio teorético en oposición vinculación exacta que la crítica de Bauer mantiene
práctica es un requisito inherente a su crítica que no respecto al Estado. El desacuerdo fundamental surge a
entra en contradicción con la férrea defensa de un esta- partir de las disímiles interpretaciones surgidas en torno
tuto autónomo para la teoría. Tanto es así que la tarea a la valoración del contenido de la obra de Bauer Die
que Bauer encomienda a la filosofía consiste en sacudir preussische Landeskirche (1840)69. Así, mientras Mog-
los órdenes existentes actuando sobre el terreno políti- gach cree que en Landeskirche Bauer está describiendo
co. De acuerdo a esto, no parece del todo ajustada a la el concepto racional o ideal de Estado, y no el Estado
verdad la opinión de Marx según la cual en la obra de prusiano existente70, autores como Rosen opinan que en
Bauer y los Freien de Berlín el “acto transformador de Landeskirche el Estado prusiano encarna ya para Bauer
la sociedad se reduce a la actividad cerebral de la el Estado de la razón, un verdadero progreso en la vida
crítica”63. Más bien, los Freien confiaron ingenuamente del espíritu71. Como el año de publicación del libro
en que la agitación provocada por sus escritos llevaría coincide con el primer año de reinado del Friedrich
por sí misma a la transformación práctica de la realidad Wilhelm IV y, por tal motivo, resulta improbable que
objetiva, pero en ningún caso tal transformación queda- pudiera percatarse ya entonces de las intenciones con-
ba circunscrita sólo al ámbito de la actividad teórica. servadoras del nuevo monarca, nos inclinamos a pensar
Parafraseando al Marx de la Crítica de la filosofía del que en Landeskirche Bauer no realiza una mera apolo-
derecho de Hegel (1843), podría decirse que la crítica gía del Estado prusiano. Su rechazo visceral hacia cual-
no es en Bauer una pasión de la cabeza, sino la cabeza quier institución positiva, le aproximaría más a la no-
de la pasión. La expresión de esta crítica adquiere en sus ción de verdad que Hegel emplea en la sección sobre
lógica de la Enciclopedia de las ciencias filosóficas
escritos un tono mesiánico-apocalíptico en referencia al
–como concordancia entre una realidad y su concepto,
advenimiento de una inminente catástrofe o –como
donde se contrapone el concepto normativo y racional
contrapartida– de la revolución histórica, un tono com-
de Estado (lo que debería ser) al Estado real (lo que
partido por el resto de miembros de los Junghegelianer,
es)– que a la legitimación del orden institucional de la
incluyendo al joven Marx. La diferencia fundamental
“eticidad” (Sittlichkeit) moderna –como habiendo con-
entre el enfoque de Bauer y Marx radica en el hecho de
cluido el proceso de materialización de la libertad– del
que la fuerza impulsora de la historia no es en Marx la
Hegel de la Filosofía del derecho (1820).
crítica teórica, sino la revolución –socialista–64.
Lo que no puede negarse es el hecho de que aun
Durante los primeros años del reinado de Friedrich criticando el Estado realmente existente, Bauer perma-
Wilhelm IV, Bauer se mantiene expectante esperando nece en todo momento aferrado a los límites fijados por
de parte del nuevo monarca la aprobación de una cons-
titución liberal que permita a Prusia emprender el cami-
no “hacia la racionalización y hacia la verdadera 65
Rossi, M. La génesis del materialismo histórico. La izquierda hege-
liana. op. cit. p. 150.
66
La constitución de la iglesia según la doctrina y la ley de los protes-
60
Sass, H. M. “Nachwort”, en Bauer, B. Feldzüge der reinen Kritik. tantes (1840)
Frankfurt am Main, Suhrkamp, 1968, p. 226. 67
El Estado cristiano y nuestra época (1841)
61
Bauer, B. Die gute Sache der Freiheit und meine eigene Angelegen- 68
El Estado cristiano. Contra Wirtemberger sobre el prusianismo
heit. op. cit. p. 204. (1842)
62
McLellan, D. Marx y los jóvenes hegelianos. op. cit. p. 176. 69
La iglesia estatal prusiana (1840)
63
Marx, K. La sagrada familia. OME 6. op. cit. p. 97. 70
Moggach, D. The Philosophy and Politics of Bruno Bauer. op. cit. p.
64
Weckwerth, C. “Bruno Bauer als ein Stachel der Marxschen Philoso- 90.
phiekritik und Gesellschaftstheorie”, en Kodalle, K-M. y Reitz, T. 71
Rosen, Z. “The Radicalism of a Young Hegelian: Bruno Bauer”. op.
(ed.). Bruno Bauer. Ein “Partisan des Weltgeistes?”. op. cit. p. 143. cit. p. 402.
80 Magnet Colomer, J. An. Sem. His. Filos. 40 (1), 2023: 71-82
la concepción hegeliana del Estado, considerando a éste proceso de emancipación superficial. La masa ha de
como un componente esencial y necesario de toda for- elevarse todavía a su concepto, liberarse de su encierro
mación social avanzada, como producto de la autocon- en la singularidad, pero se encuentra “limitada senso-
ciencia y manifestación del espíritu. Como creación rialmente y privada de una suerte de espiritualización”,
enraizada en la autoconciencia, el verdadero Estado re- muy alejada de la toma de conciencia que haría posible
presenta para Bauer “la existencia objetiva de la univer- la liberación efectiva de su “esclavitud espiritual”80. En
salidad de la autoconciencia liberada”72. El Estado no es este sentido, Bauer entiende la emancipación funda-
un poder externo a los sujetos, sino un producto suyo. mentalmente “como un proceso de autoilustración
En este sentido, el propósito de la crítica de Bauer es intelectual”81.
poner al descubierto “el carácter teológico de las cate- El objeto de reflexión de la crítica pura “son las
gorías constitutivas del estado moderno”73, su naturale- condiciones de posibilidad de la libertad, no su imple-
za religiosa. Por este motivo, adopta la forma de una mentación práctica”82 ni la prefiguración de lo nuevo en
crítica de la trascendencia política como trascendencia un determinado programa político, sea este liberal o
religiosa. Se dirige a la superación de toda forma de socialista. Aunque la autoconciencia como poder histó-
otredad y de trascendencia, a la eliminación de la tras- rico pueda incidir en la transformación de lo político, no
cendencia del poder del estado y de su existencia como persigue la realización de un deber-ser político, sino
objeto de culto, reconociendo en el Estado y en la reli- espiritual. Por el contrario, la emancipación de la “masa
gión los productos de la propia actividad. de hermanos libres” supone para Bauer una implemen-
Precisamente, su adhesión a la concepción hegeliana tación pervertida del contenido conceptual de los con-
de la naturaleza espiritual del Estado le enfrentará tam- ceptos de libertad e igualdad, pues en ella se suprime la
bién, además de a Stahl y a otros defensores del “Estado voluntad individual y pasa a instituirse un nuevo dogma
cristiano”, a los liberales alemanes del sur. Para dar en sustitución del antiguo, que “dominará a los herma-
cumplimiento efectivo a la elevada exigencia y a la pu- nos de la misma manera”83. En la “guerra de la multitud
reza que se le atribuyen, la crítica debe evitar verse contra el espíritu y la autoconciencia”84, la crítica pura
“arrastrada por intereses políticos”74, de lo contrario se elige el segundo bando, y lucha encarnizadamente a su
hundirá en la heteronomía dominante. Frente a la ten- favor.
dencia, comúnmente extendida entre sus adversarios, a Por la adopción de un punto de vista dualista que su
considerar la pretensión de la crítica pura como la apli- dialéctica de la autoconciencia infinita no puede en
cación de “un tipo especial de liberalismo, quizás por su modo alguno admitir, la promoción del Estado secular
aplicación extrema” y, en consecuencia, también en por parte del movimiento liberal constituye a ojos de
contra de lo que creía Stirner75, en Was ist jetzt Gegens- Bauer una seria amenaza para la libertad. En efecto, el
tand der Kritik? (1844)76 Bauer deja claro que ésta ha apoyo de los liberales a la separación entre Estado e
sometido el propio liberalismo a una “crítica disolven- Iglesia, supone que la vida espiritual de los sujetos es y
te”, pues “sus verdaderos y decisivos desarrollos iban debe ser distinta al Estado. En el lado opuesto, Bauer,
más allá […] de la pretensión de politizar”77. La crítica como hemos visto, preconiza la absorción de la vida
pura no admite ningún excursus político que ponga en espiritual de los sujetos por parte del Estado. Pero la
riesgo su autonomía. La unidad indiferenciada a la que crítica de Bauer contra el liberalismo no se circunscribe
se remiten el liberalismo y el socialismo, y en la que únicamente a esta problemática. Si los liberales se unen,
encuentran un respaldo práctico, es la “masa”, la “des- aun de forma vacilante, a la causa del pueblo llano,
composición de la especie en la cantidad de átomos in- Bauer defiende el poder de la crítica independiente de la
dividuales”, “mera sustancia elemental, el precipitado “masa”, de la ley mayoritaria. “Lo popular era equiva-
de una forma orgánica descompuesta”78, es decir, el lente a ignorancia y materialismo, destrucción de la
cultura, fin de la filosofía crítica y, por ende, denegación
“adversario natural de la teoría”79. El propósito de orga-
de la libertad. Los liberales favorecían reformas políti-
nizar a las masas sin que éstas hayan iniciado un proce-
cas y sociales. Bauer creía en el criticismo teorético
so previo de transformación activa de su ser espiritual,
puro, en abolir las malas formas, no en reformarlas”85.
sin que hayan mostrado valentía alguna de emprender
Analizando las movilizaciones políticas y sociales acae-
una lucha a nivel individual por la conquista y el desa-
cidas entre 1838 y 1844, Bauer considera que tales lu-
rrollo de la libertad de la autoconciencia, no puede
chas estuvieron sujetas a intereses materiales inmedia-
conducir más que al fracaso de la revolución o a un
tos; su fracaso –anunciado– ha de buscarse en el apego
a estos intereses egoístas sustentadores del mismo orden
72
Bauer, B. “Die christliche Staat und unsere Zeit“, en Bauer, B. Fel- social dominante que se pretende transformar. La única
dzüge der reinen Kritik. Frankfurt am Main, Suhrkamp, (1841) 1968, lucha con posibilidades reales de trascender el estado de
p. 31.
73
Tomba, M. Krise und Kritik bei Bruno Bauer. Kategorien des Politis-
chen im nachhegelschen Denken. op. cit. p. 125. 80
Bauer, B. “Die Gattung und die Masse”, en Bauer, B. Feldzüge der
74
Bauer, B. “Was ist jetzt Gegenstand der Kritik?”, en Bauer, B. Fel- reinen Kritik. op. cit. (1844), p. 214.
dzüge der reinen Kritik. op. cit. (1844), p. 204. 81
Weckwerth, C. “Bruno Bauer als ein Stachel der Marxschen Philoso-
75
Véase al respecto nota a pie número 27. phiekritik und Gesellschaftstheorie”, en Kodalle, K-M. y Reitz, T.
76
¿Cuál es ahora el objeto de la crítica? (1844) (ed.). Bruno Bauer. Ein “Partisan des Weltgeistes?”. op. cit. p. 138.
77
Bauer, B. “Was ist jetzt Gegenstand der Kritik?”, en Bauer, B. Fel- 82
Tomba, M. Krise und Kritik bei Bruno Bauer. Kategorien des Politis-
dzüge der reinen Kritik. op. cit. (1844), p. 204. chen im nachhegelschen Denken. op. cit. p. 131.
78
Bauer, B. “Die Gattung und die Masse”, en Bauer, B. Feldzüge der 83
“Die Gattung und die Masse”, en Bauer, B. Feldzüge der reinen
reinen Kritik. op. cit. (1844), p. 214. Kritik. op. cit. (1844), p. 222.
79
Bauer, B. “Was ist jetzt Gegenstand der Kritik?”, en Bauer, B. Fel- 84
Ibid. p. 223.
dzüge der reinen Kritik. op. cit. (1844), p. 211. 85
Brazill, W. J. The Young Hegelians. op. cit., p. 201
Magnet Colomer, J. An. Sem. His. Filos. 40 (1), 2023: 71-82 81
cosas actual, impertérrita frente a cualquier pugna de egoísta a la que hay que culpabilizar del fracaso de las
intereses forjados y generados por la formación social revoluciones previas. En el caso de la Revolución Fran-
existente, es la lucha que la autoconciencia infinita lleva cesa, dicha actitud, partidaria y protectora de los intere-
a término para superar (aufheben) sus límites y contra- ses particulares y comerciales, fue prevaleciente entre
dicciones previas. los girondinos, acérrimos enemigos de los jacobinos90.
La superación de la alienación en la autoconciencia La particularidad, pues, deberá ser extirpada por el nue-
del crítico que rechaza identificarse con la masa acentúa vo orden político republicano. No obstante, la vincula-
el carácter autorreferencial de la crítica pura en detri- ción de Bauer con este “jacobinismo práctico” debería
mento de la modestia intelectual. Precisamente por ha- aminorarse a la luz de sus advertencias sobre la aporía
ber reconocido lo positivo como producto del espíritu inherente a la lógica política de Rousseau, ya manifes-
subjetivo, y por haber sido capaz de llevar a término, en tada en la Revolución Francesa: “la coacción a la
sí mismo y por medio de su actividad, el tránsito desde libertad”91. La autoconciencia de la certeza de la propia
el punto de vista de la sustancia a la autoconciencia de libertad no puede imponerse y, una vez lograda, “deja a
la sustancia, del mero “en sí” al “para-sí”, el partidario los no libres, la libertad de no ser libres”92. La libertad
de la crítica pura está más legitimado y capacitado para no puede imponerse coercitivamente, ya que su realiza-
sacar a la luz la verdad de la sociedad desligada de inte- ción presupone la voluntad y el empeño de liberarse,
reses particulares y sustanciales, tarea que no pueden una elección consciente y libre por parte de los indivi-
acometer los críticos liberales ni los socialistas. duos. Por lo tanto, aunque en algunos aspectos su pos-
Bauer aplica de nuevo su crítica pura a los diversos tura pueda caracterizarse como jacobinismo, Bauer
acontecimientos revolucionarios de 1848 en Die bürger- pretende evitar a toda costa la degeneración de la Revo-
liche Revolution in Deustschland seit dem Anfang der lución en Terror.
deutsch-katholischen Bewegung bis zum Gegenwart Como expresión ideológica de una clase particular
(1849)86, donde califica la oleada revolucionaria de farsa –a saber, la trabajadora– y de sus intereses inmediatos,
y error cómico. Fue dirigida por el “Bürger” (ciudadano), el socialismo representa para Bauer el reverso de una
término usado por Bauer para describir aquellos sectores misma moneda. Comparte los mismos principios regu-
de las clases medias pseudorevolucionarias –o “revolu- lativos heterónomos que sus adversarios liberales. El
cionarias a pesar de ellas mismas”–, las cuales pretenden proceso dialéctico donde se trasciende lo particular no
“preservar las viejas formas de la sociedad poniéndose a es en Bauer una labor inconsciente determinada por la
su cabeza”87, y cuyas ataduras con el orden existente, los necesidad, como en Marx, sino un “acto de liberación
intereses específicos de la clase a la que pertenecen, se ética”93. Expresado en otros términos, la identificación
convierten en un lastre para el progreso efectivo de cual- de los sujetos con la comunidad de autoconciencias se
quier proceso revolucionario. Las clases medias constitu- realiza siempre en libertad, y es resultado de una re-
yen un factor de estabilidad del organismo social, no su- flexión crítica sobre los procesos objetivos de la historia
ponen en ningún caso una amenaza real al mismo. Como y la intención de resolver las contradicciones entre
tienen demasiado que perder con el hundimiento del régi- concepto y realidad, mientras que la identificación de la
men social en curso, “no crean ninguna nueva imagen y clase trabajadora con el socialismo aparece, por norma
fallan al destruir la vieja”88. Pero el viejo orden no puede general, condicionada por la necesidad. La dimensión
ser conservado ni reformado, debe ser destruido en su subjetiva del proceso histórico de transformación social
totalidad. Sin embargo, el hecho de que Bauer critique hacia el socialismo lo ocupa necesariamente el proleta-
vehementemente el liberalismo y el concepto de “ciuda- riado, en cambio el plano subjetivo en la dialéctica de la
dano” que le es implícito, no conlleva en ningún caso una autoconciencia infinita de Bauer no puede ser adscrito a
renuncia a la necesidad de la lucha ni a la transformación ninguna clase o sujeto colectivo en particular, tampoco
política. Aun separándose de la corriente mayoritaria que a ningún yo empírico –más allá de la figura del crítico
lideró la revolución y de sus distintos portavoces, en puro–. De otra parte, si la revolución social contribuye
1849 saldrá en defensa de los insurrectos berlineses de a constituir la verdadera comunidad, la revolución polí-
marzo de 1848. tica libera únicamente a los elementos de la sociedad de
De algún modo, la postura defendida por Bauer se masas. En la primera acepción, la revolución no será
encuadra dentro de lo que Hegel denominó jacobinismo solamente política, sino también emancipación social.
práctico. “A pesar de su pesimismo sobre la capacidad No por casualidad Bauer irá aislándose cada vez
del proletariado para la acción autónoma, Bauer descri- más en una torre de marfil construida a su medida. Su
be como componente principal de las masas a la vaci- inmamentismo especulativo ha sido caracterizado con
lante burguesía liberal –no a la incipiente clase indus-
trial, nota J. M.–, cuya adhesión a los intereses 90
El análisis crítico de Bauer sobre la Revolución Francesa y sobre el
económicos privados vuelve imposible la oposición al papel de los girondinos en particular, se encuentra en Bauer, B. Ges-
estado existente”89. Es justamente esta orientación chichte der Politik, Kultur und Aufklärung des 18. Jahrhunderts.
Deutschland und die Französische Revolution. Charlottenburg, Ver-
lag von Edgar Bauer, 1845, espec. pp. 131-266.
86
La revolución burguesa en Alemania desde el inicio del movimiento 91
Tomba, M. Krise und Kritik bei Bruno Bauer. Kategorien des Politis-
alemán-católico hasta la actualidad (1849) chen im nachhegelschen Denken. op. cit. p. 133.
87
Ibid. p. 203. 92
Bauer, B. Das entdeckte Christentum. Eine Erinnerung an das ach-
88
Bauer, B. Die bürgerliche Revolution in Deustschland seit dem An- zehnte Jahrhunderts un ein Beitrag zur Krisis des neunzehnten.
fang der deutsch-katholischen Bewegung bis zum Gegenwart. Ber- Zürich & Winterthur, Druck und Verlag des literarischen Comptoirs,
lín, Gustav Hempel, 1849, p. 25. 1843, p. 270.
89
Moggach, D. The Philosophy and Politics of Bruno Bauer. op. cit. p. 93
Moggach, D. The Philosophy and Politics of Bruno Bauer. op. cit. p.
54. 165.
82 Magnet Colomer, J. An. Sem. His. Filos. 40 (1), 2023: 71-82
razón como una forma renovada de estoicismo94. El tozuda resistencia de la realidad externa. A partir de la
análisis del pauperismo intelectual de su época, que década de 1850, Bauer encuentra al fin la unidad de
Bauer condenó por su “simplificación de los concep- pensamiento y ser, pero ya no en un perfeccionismo
tos”, y al que Löwith dedica algunas páginas en De histórico de la autoconciencia orientado al porvenir,
Hegel a Nietzsche95, anticipa y recuerda la altanería in- sino en la “coherencia” y “estabilidad” de las socieda-
telectual y el radicalismo elitista de ciertas filosofías des agrarias premodernas. En adelante, su pensamiento
posteriores. Cuando las fuerzas revolucionarias fraca- renuncia también a la idea de una subjetividad creativa
san en su intento de transformar la dimensión objetiva y “rompe sus vínculos con el proyecto filosófico de
de acuerdo a las expectativas de Bauer, la tensión entre emancipación y con el movimiento político concreto”96.
los planos objetivo y subjetivo se intensifica en el seno Se reconcilia con la objetividad y positividad del orden
de su dialéctica de la autoconciencia, convirtiéndose la existente97, de un modo incluso más armonizador que el
dimensión subjetiva en una suerte de refugio frente la propio Hegel.
96
Moggach, D. The Philosophy and Politics of Bruno Bauer. op. cit.
p. 179.
97
Bauer “desarrolló el vocabulario ideológico del partido para los
conservadores prusianos en la década de 1860 y fue uno de los cola-
boradores más importantes del conservador Kreuzzeitung” (Sass, H.
M. “Nachwort”, en Bauer, B. Feldzüge der reinen Kritik. op. cit., p.
264). Tomaron un camino análogo su hermano Edgar y Franz Szeliga
–pseudónimo de Franz von Zychlinski–, uno de los más estrechos
colaboradores –y defensores– de Bauer. Edgar Bauer dejó atrás sus
proclamas libertarias de juventud y “en la década de 1850, fue confi-
dente de la policía danesa; luego volvió a Alemania y terminó sus
días como propagandista de la reacción clerical que de joven había
94
Cf. Rossi, M. La génesis del materialismo histórico. La izquierda combatido” (Bredlow, L.A.“Prólogo”, en Stirner, M. Escritos meno-
hegeliana. op. cit. pp. 105-106 y Löwith, K. De Hegel a Nietzsche. res. Logroño, Pepitas de calabaza, 2013, p. 18). Desde 1870 editó las
La quiebra revolucionaria del pensamiento en el siglo XIX. op. cit., “Kirchliche Blätter” de Hannover. Szeliga optó, en cambio, por la
p.151. carrera militar en el ejército prusiano, convirtiéndose en general de
95
Ibid. pp. 148 y 388. infantería.