4.- Conciencia

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CONCIENCIA E INCONCIENCIA… ¿y subconciente?

Las diferencias con otras personas no


son razones para juzgarlas.

¿Qué pasaría si, en el día de hoy, todos los humanos


morimos? Todo el universo seguiría impasiblemente su curso
normal. ¿Qué somos… meros espectadores… testigos de…
o…? Bueno, les puedo asegurar “concientemente” de que
por ser la conciencia la esencia del ser, no moriremos todos
ni hoy ni mañana… tal vez el 30 de Febrero.

Nuestro afán por “conocer” como podemos “conocer la


verdadera Realidad”, lo que pruebe que existimos, comenzó
con la Intuición y la concluiremos con la Conciencia.

Obviamente, una vez más, tendremos problemas


conceptuales y de definición; tantos que sería preferible
decir que la conciencia no tiene definición… todavía; pero
me “remordería la conciencia” tomar esta posición evasiva,
puesto que sería justo lo que hemos estado criticando
constantemente.

Puede parecernos increíble que el mayor atributo de


nuestra interacción neuronal, la que nos permite hasta
verbalizar conceptos abstractos, sea también nuestro mayor
misterio. ¿Será porque hemos errado o mal interpretado los
aspectos empíricos, o porque hemos partido de premisas
falsas o incompletas… o porque la conciencia está más allá
de los límites del conocimiento humano?

Si definimos la conciencia como “la suma de las actividades


mentales que ¿causan?, los pensamientos (ideas, planes…),
gustos, deseos… y todo lo que usamos para decidir y
actuar”, entraríamos en el conflicto de los científicos, los
filósofos y los religiosos.

La mayor parte de lo poco que se sabe de la conciencia


proviene del estudio de sus (¿aparentes?) manjfestaciones.

Presumamos que sea posible conciliar las razones científicas


con las inferencias filosóficas. Trataré de exponer sus
opiniones pero sin caer en la pedantería del blá blá filosófico
o del teosófico formal.

A la mayoría de los científicos les interesa explicar el como la


materia puede presentar esta característica tan peculiar;
ellos “piensan” que la base de la conciencia reside en el
pensamiento conciente el que, junto con las tomas de
decisiones, tienen, si no su origen, por lo menos su registro
o traducción física, en el cerebrum. Revisemos algunos de
sus planteamientos, contradicciones, dudas y escuelas; nos
servirá de repaso:

• A la conciencia se la percibe más como expresión de


conducta que como la actividad de un área cerebral.

• La conciencia, por ser individual, seria indefinible y


temporal en ningún caso mecánica, es decir, solo seria
una posibilidad.

• Esto significaría que los animales, por no contar con el


recurso de la razón, carecerían de conciencia; no piensan,
solo comen pienso. Las “máquinas” tampoco tendrían
conciencia, sin embargo, los sicólogos se ganan la vida
tratando a “robots” que no piensan por si mismos.
• ¿Qué es el pensamiento? (El diccionario dice que es “la
facultad de pensar” y una de las definiciones de pensar es
intentar o crear ánimo de hacer algo)… “Pienso, luego
existo”

• La mente no solo es evolutiva sino que “cambia”. Trata


con objetos independientes de ella misma.
Selectivamente, sin razones aparentes, fija su atención
en algunos de ellos y excluye a otros. Esta selección es
distinta entre individuos y suele ser distinta para un
mismo individuo en tiempos o circunstancias distintas.
Evidentemente la conciencia usa el cedazo para filtrar
observaciones y recuerdos, es selectiva.

• Desde otro punto de vista la conciencia puede ser interna


e intuitiva.

• Desde otro: es subjetiva pues es la sumatoria –no


siempre conciente- de infinitos fenómenos conectados en
forma absolutamente personal.

• También particulariza y diferencia entre el grado de sueño


(media vida dormida) y el de vigilia o lúcida (la otra media
vida); no se nos dan explicaciones para los grados
intermedios.

• Se nos dice que la conciencia requiere comprensión pero


no se aclara la participación de la fe (¿un obstáculo?)

• La teoría de la “inferencia inconsciente” postulaba que de


no ser todas las operaciones del cerebro concientes, la
conciencia sería un proceso activo en que cierta forma de
memoria estaría asociada con la atención.
• El “movimiento conductista” negó la existencia de la
conciencia aduciendo que toda conducta se explica por la
relación entre estímulos y respuestas regida por el
principio de causalidad… así se relegaba a la conciencia al
grupo de las palabras “inútiles”.

• A los “integradores” les parece que diferentes tipos de


pensamientos estarían ligados a sectores especializados,
las llamadas áreas asociativas.

Según ellos, cada mitad del encéfalo tiene cuatro


protuberancias llamadas lóbulos; dos anteriores –el frontal
y el temporal- y dos posteriores –el occipital y el parietal.
El lóbulo frontal estaría asociado con la “personalidad”,
justo el lugar donde se generarían las ideas… ¿y dónde se
degerar.ian?

El lóbulo temporal es el que nos permitiría oír, entender y


diferenciar los sonidos.

El lóbulo occipital sería el responsable de interpretar las


señales visuales.

El lóbulo parietal tendría que ver con el tacto, con las


sensaciones de calor, frío y dolor.

El hemisferio izquierdo controlaría el lado derecho del


cuerpo y el derecho al lado izquierdo. Según dicen los
científicos, una de las dos mitades es siempre dominante;
en el 90% de la población, el hemisferio dominante es el
izquierdo, lo que explica el que la mayoría seamos
diestros. (¿Será esta también la razón por la cual
predomina la verborrea insustancial por sobre las ideas
creativas?)

• En el siglo XX la “psicología cognoscitiva”, estableció


modelos sicológicos basados en los ordenadores, es decir,
nos definía como procesadores de informaciones
biológicos.

• La ciencia reaccionó. Los neurocientíficos comenzaron a


estudiar en animales vivos (sin conciencia); los
neurofisiólogos en anestesiados (no concientes) y los
neuroanatomistas en las “cajas negras” de los animales
muertos. Un descubrimiento importante fue el que las
neuronas suelen morir si sus salidas de informaciones
desembocan solo en neuronas ya muertas. Esto causaría
cambio en la conciencia; ¿Si o No?... No… sabemos.

• También se descubrió que cuando no existe el cuerpo


calloso, la comunicación entre los hemisferios se reduce al
ítem, que es considerado parte del inconsciente, la
pregunta: ¿Permanece la conciencia unificada si se corta
el cuerpo calloso? Las experiencias con animales ¡¿?! y
pocos humanos, obviamente no comprueban nada. Se ha
llegado al punto en que algunos científicos afirman que el
cuerpo calloso es solo para sujetar los hemisferios, sin
función fisiológica… otros dicen que solo es para que se
manifieste la epilepsia (Tenemos que comprender sus
grados de frustración).

• Ante tanta duda y misterio, no quedó otra solución que


inventar el subconciente. La situación empeoró, al final de
cuentas “todos los males sociales serian consecuencia del
sub-conciente”. Los vacíos y quebradas de la psicología
cognoscitiva, con sus computadores y cajas negras no se
llenarían ni con “terremotos”.

• El fracaso del subconciente abrió la puerta a la teoría que


postula que todo acto conciente nace inconsciente-mente,
es decir, sin que nos demos cuenta, el cerebro procesaría
informaciones en todo momento. Sería, entonces,
importante el saber cómo, qué, cuándo y por qué lo
inconsciente pasa a ser conciente. Digo: “saber”.

• Hoy no tenemos muchas respuestas categóricas. La


tecnología ‘scanning’ ha permitido aprender mucho
‘viendo’ al cerebro en actividad, en estado normal o
accidentado o muerto, pero todaqvñia predominan las
suposiciones a la espera de una explicación ‘científica’
que, fundamentada en el principio “Debemos simplificar
las cosas lo mas posible… pero no mas”, pruebe que
todos los aspectos de la conciencia (sentir, pensar, amar)
se basan en una fundación común.

• Cuando la ciencia no encuentra respuestas aparece la


seductiva pseudo ciencia… a ratos hasta poética.

• La cara es el espejo de la conciencia (alma).

• Es la linterna que enfoca los distintos aspectos de las


interrelaciones de los mundos interiores y exteriores.

• Los estados de conciencia son mundos o planos o


moradas presentes en los estados de vida y de muerte.

• Está conformada por visiones inferiores (físicas, etéreas


y astrales), súper naturales (ideas) y espirituales
(sentir) conducentes a conocer lo universal y lo
verdadero.

• Nuestro mundo no es concebido para “ciegos” ni es


sinfonía sin sonido… se necesita un estado de
conciencia que creamos nosotros mismos (infierno).

• La divinidad es abstracta – Dios es concreto. No cabe


en la conciencia porque lo infinito no cabe en lo
limitado.

Como apreciamos, contamos con mucha especulación y


poquísimas comprobaciones. Terminemos denunciando
suposiciones y preguntas más relevantes para ver si algún
genio las compone usando el pensamiento lateral.

¿Cuál sería la naturaleza “primitiva” de la conciencia? ¿Tener


una imagen interior del mundo exterior? pero, ¿qué es una
imagen?, ¿por ejemplo, podemos comunicar a un ciego, lo
que exactamente es un color? La comunicación con los no
ciegos la comunicación supone un “correlato neuronal”

¿Puede la conciencia aceptar contradicciones?... ¿se


duerme… existe la posibilidad de accidentes… es
determinada por el destino?... ¿el qué?

Algunos científicos se atreven a afirmar que los humanos


somos los únicos seres que -vivos- tenemos conciencia, es
decir, que nos damos cuenta de que pensamos... “pienso,
luego existo” (Juego de lógica: ¿existen las piedras?)… Otros
se atreven a buscar las bases de la conciencia humana en
animales… ¡en anestesiados!... qué inconscientes…
Filosóficamente podemos hipotetizar que la conducta
humana es el resultado de una complicada interacción
neuronal; (decimos “complicada” porque -de partida-
tenemos que aceptar que el ‘simple’ ver es un proceso
constructivo muy complejo; la neurona –considerada como
unidad- es complicada, tan complicada que no sabemos de
ella todo lo que necesitaríamos saber para satisfacer la
hipótesis).

La idea de que el cerebro tenga un aparato operativo que


“controla las actividades cognoscitivas”, seria asimilarla a la
función de un director de orquesta, es decir, implica la
existencia de “estructuras conceptuales” (un nuevo nombre
para “ideas” o “pensamientos”). Por ejemplo, si miramos a
una persona por detrás, le vemos la nuca pero inferimos que
tiene cara; seria gran sorpresa si no fuese así. La psicología
nos sugiere que la conciencia supone cierta forma de
“atención” y de “imaginación”

Este enfoque psicológico del problema necesita que la


neurociencia conteste la pregunta: ¿cuál es la relación entre
la actividad neuronal y la conciencia?; ¿Dónde están esas
neuronas?; ¿son neuronas especificas?; ¿tienen algún tipo
de conexión energéti9ca “especial”?; ¿es su impulso distinto
a los de las demás?; ¿Qué hacen las neuronas para
almacenar información?; ¿podemos atender a mas de un
objeto al mismo tiempo?

No podemos desconocer el hecho de que, a veces


(demasiadas), el cerebro se pueda engañar estableciendo
enlaces erróneos; por ejemplo, la voz del ventrílocuo, pero –
pese a ello- no podemos descartar el que el proceso sea de
enlaces, sean estos de origen genético o adquiridos por la
repetición experimental. Que sea como en el lenguaje: unas
pocas letras dan origen a muchas palabras y están pueden
ser unidas en una innumerable cantidad de frases.

Tampoco podemos dejar de considerar la posibilidad de un


tercer tipo de enlace, el que se refiere a objetos cuyos
rasgos nos son desconocidos.

¿Sería una ayuda el comparar la conciencia con lo que


llamamos inconciencia? La que controla –en forma
excelente- lo reflejo, lo automático.

Es evidente que hay una vinculación entre la evolución del


neo-cortex, del sistema límbico y de la formación reticular
con la de aquellos órganos que relacionan los procesos
concientes con los inconscientes, es decir, lo “animal” de
nuestras almas –desde el miedo al deseo sexual (divertido
sin “hasta”)- con los procesos memorísticos y de
aprendizaje.

Nos es relativamente fácil distinguir entre lo conciente y lo


inconsciente; lo difícil es explicar porque las experiencias
subjetivas se originarían en percepciones objetivas. Es
increíble el que pensamientos, sensaciones, sentimientos…
el amor, etc. sean meros procesos fisiológicos en un muy
concreto cerebro. Así percibido, deduciríamos que el alma no
sería etérea pero, a pesar de grandes esfuerzos científicos,
aún no se ha establecido que la actividad conciente esté
ubicada en algún sector de la masa encefálica. La paradoja
cuerpo-mente persiste; nuestros cerebros o no están
dotados o no han evolucionado lo suficiente como para
explicar este misterio. Algunos hasta se atreven a afirmar
que “la razón es esclava de las pasiones”
Pero algo se ha avanzado. Productos químicos como el
alcohol, la nicotina, la cafeína, el prozac, el LSD y otras
porquerías alteran la salud de nuestros procesos mentales.

Creo que la pregunta acertada sería: ¿Quién y cómo controla


mi mente? (de inmediato me asaltan el punto ciego, las
ilusiones ópticas, la esposa)… ¡Hasta las acciones voluntaria
podrían ser solo ilusiones!.. ¿Somos acaso el sueño de una
mariposa que sueña que es un humano que sueña…?

Tiempo de considerar el tercer enlace.

Desde el comienzo ha existido el conflicto entre las ideas de


una conciencia individual autónoma y la de que fuese un
reflejo de la de Dios.

Básicamente la Conciencia sería una actividad –¿más


“propiedad” que “proceso”?- reflexiva del Espíritu mediante
la cual unificaría percepciones y conocimientos abstractos
del ser con -y en- la Realidad… si es que, primeramente, es
posible conciliar tanta contradicción que percibimos en los
seres sociales, ejecutores de parte de la Realidad.

Esas 100 mil millones de neuronas, de una u otra manera,


integran al pensar con el sentir, al cuerpo con la mente y el
espíritu… pero es el resultado lo que preocupa… ¿es real o
ilusión?

Los materialistas aseguran enfáticamente que no es la


conciencia la que determina la existencia humana sino que,
por el contrario, sería la existencia social (¿conservación de
la especie?) la que determinaría las conciencias
individuales… Hoy, más que nunca, no se puede negar la
influencia social pero aún en las sociedades contradictorias,
las conciencias debieran ser similares… ¿y lo son?... ¿o la
similitud es la falta de conciencia (social o individual)?

En forma limitada se habla mucho de “conciencia social”, en


verdad la conciencia es absolutamente de responsabilidad
personal y es inaccesible a los demás… y, a veces, hasta
inaccesible a nosotros mismos… hasta creemos nuestras
propias mentiras.

Por otro lado, no todas las actividades cerebrales son


concientes, algunas -ejecutadas en el complejo-R y en el
sistema límbico- son afectivas o automáticas o
“inconscientes” y, no es una exageración, los actos
inconscientes son “perfectos”. En cambio, en los actos
concientes, donde predominan la atención y la memoria, o
nos equivocamos o nos quedamos dudando o buscamos mas
informaciones porque las subjetividades crean conflictos y
contradicciones.

Paulatinamente, la escala de incongruencias nos lleva a los


conceptos relativos del Bien y del Mal. Esta es la razón por la
que se le ha asignado a la conciencia un carácter moral que
juzga las conductas de los individuos… y de las sociedades.

Al no contar con una explicación científica del proceso


conciencia, abusamos del concepto recurriendo a tradiciones
absurdas. Se discute el que la gran mayoría de las hipótesis
tratan de integrar los aspectos que se suponen son parte de
ella (“la suma de las partes no es igual a…”) en lugar de
“simplificar no más allá de lo posible”.
No se sabe como ‘funciona’ la conciencia... ni siquiera se
sabe que sea ‘algo’ que ‘funciona’, es decir, de si es un
proceso físico o no (con o sin participación de la materia).

El tercer enlace introduce mas preguntas, para mí, las


básicas serían: ¿qué es el alma?, ¿en que consiste el libre
albedrío? Pero hay otras…

¿Cómo explicar que un yogui haya permanecido por más de


10 horas en el interior de una urna sellada reduciendo
voluntariamente la absorción de oxígeno en un 30% y
técnicamente “parando” los latidos del corazón? ¿Control de
lo involuntario?

Y, para terminar, una pregunta a su conciencia: ¿si supiese


en adelanto como va a ser su vida en la Tierra…?

La Mente no ha sido capaz de explicarse a sí misma, todo lo


que se refiere a ella es causa de polémica… y lo que no se
refiere a ella, ¡también! ¿Invitación a definirla bajo este
aspecto?

(Hoy, 16 de Septiembre del 2011 se reúnen, en Sao Paulo,


un neurocientífico de la Universidad Western, de London,
Ontario, Canadeá con el Dalai Lama para conversar de la
conciencia… ¿reacciones químicas o meditación?...
¿Lloramos o reímos?)

Al fin de cuentas, la mente no sería más que el proceso


“infinito” de desarrollo individual de la curiosidad y de la
imaginación con el objetivo de tomar decisiones y actuar en
la satisfacción de nuestras necesidades… o gustos Siempre,
¡SIEMPRE! hay que estar aprendiendo y comprendiendo…
aunque solo sospechemos para que

Las capacidades mentales y espirituales tienen un indicador,


como el de la gasolina de los automóviles; cuando la aguja
muestra E hay que llenarlas para poder seguir avanzando.

Y, al igual que los autos (materiales), sufren fallas físicas,


químicas… y si el conductor está bajo la influencia del
alcohol, experimente deficiencias memorísticas, delirio y
sonambulismo… Para pensar.

Hemos delineado los planos y re-construido la estructura


básica de la mente, la esencia de nuestro ser. Ahora
correspondería proveer los materiales de costrucción, los
muebles, recursos y –sin vanidad- las decoraciones de sus
distintos pisos y habitaciones para poder tomar las
decisiones correctas en la satisfacción de sus necesidades
(“reales” -de la realidad).

También debemos preocuparnos de su mantención, es decir,


de su Salud… también una Necesidad-

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