DE LA HUASTECA AL ISTMO
DE LA HUASTECA AL ISTMO
DE LA HUASTECA AL ISTMO
La Huasteca veracruzana limita al norte del estado de Tamaulipas, al sur con la región del
totonacapan, al este con el Golfo de México, al oeste con la región de la sierra de Huayacocotla y
los estados de san Luis Potosí, hidalgo y puebla.
El paisaje de la Huasteca es llano, con algunas colinas y montañas de bajas alturas. Solo en la
parte central se encuentra la sierra de Tantima, donde hay bosques de pinos amenazados por la
deforestación. Su clima es cálido húmedo. La vegetación de la región esta compuesta por grandes
superficies de pastos y de árboles, como cedro, chijol. Chaca, palo de rosa y ojite.
En los bosques campos huastecos vive una rica fauna silvestre, compuesta principalmente por
conejos coyotes, mapaches, patos, cuervos, zopilotes y lechuzas. Algunos de estos animales son
aprovechados por los lugareños en su alimentación; otros ayudan a los agricultores, pues se
alimentan de insectos y roedores que dañan los cultivos.
La gente de la Huasteca se dedica sobre todo a la agricultura y los cultivos principales son maíz,
frijol, plátano, naranja, tabaco y caña de azúcar que se industrializa en los ingenios de Zapoapita y
El Higo. Es necesario mencionar también la siembra de zapupe, del cual extrae una fibra empleada
para elaborar cuerdas, morrales, costales y otros productos.
Entre las comidas típicas que han dado fama a la Huasteca están: el zacahuil, un tamal grande de
carne de cerdo o pollo; los bocoles; el pazca y las enchiladas de pipían.
Casi todo el terreno de esta región esta formado por altas montañas y profundas barrancas. Aquí
no es fácil llegar a las poblaciones. En algunos lugares solo es posible hacerlo a caballo o a pie.
Los pobladores de la sierra de Huayacocotla celebran sus fiestas tradicionales como el carnaval,
San Juan y Todos los Santos. En estas fiestas se escucha música tanto Huasteca como de banda y
se comen tamales envueltos en totomoxtle, que es la hoja de la mazorca. Las mujeres bordan
bellos quechquemitl y blusas.
La región del Totonacapan debe su nombre a que en ella ha habitado los totonacos. De los
antepasados de este pueblo indio se conservan restos de hermosos monumentos. Totonacapan
limita al norte con la región de la Huasteca Veracruzana, al sur con la región de las grandes
montañas, al este con el Golfo de México y al oeste con el estado de Puebla.
En esta región se combina una larga llanura costera con lomeríos, cañadas y montañas. El clima
predominante es cálido húmedo. Sus principales ríos son el Cazones, el Tecolutla y el Nautla; en
sus desembocaduras, los dos últimos forman barras que se llaman igual que los ríos. Los
habitantes del Totonacapan se ocupan el la agricultura, la ganadería, la pesca y la industria.
En la región hay muchas zonas arqueológicas, las más conocidas, estudiadas y restauradas son el
Tajin y las Higueras. La primera es la más importante del estado. La región de Totonacapan se
localiza entre las regiones de la Huasteca y las grandes montañas.
Uno de los mayores exponentes de esta característica nacional es precisamente Veracruz, la cuna
del mestizaje, una tierra particularmente festiva en la que, como es de esperarse, nunca faltan
motivos para vestirse de gala y entregarse a la celebración.
Otra de las influencias culturales que subsisten en los pueblos de la sierra es el sentido mágico de
la música y la danza de origen náhuatl y totonaca, como la "danza de los tocotines", que
representa, en la memoria popular, la llegada de los conquistadores españoles y su paso por la
región de Xico Viejo. La resultante es un estado que prácticamente diario tiene algo que celebrar.
La belleza natural del estado, los sitios arqueológicos, monumentos históricos y la alegría y
hospitalidad de los veracruzanos, hacen del estado un destino turístico por excelencia. Las playas
de Veracruz tienen una gran afluencia de turistas. Veracruz también ofrece bellezas naturales
conformadas por cascadas, como la de Texolo, ubicada en Teocelo y El Salto de Eyipantla, ubicada
cerca de San Andrés Tuxtla.
En Xalapa, el Museo de Antropología e Historia, es el segundo más importante del país, resguarda
una colección de más de 3 000 piezas de los grupos prehispánicos que habitaron el estado. El
Museo de Ciencia y Tecnología ofrece múltiples posibilidades de conocimiento y diversión.
Recientemente se instaló en este museo el Planetario de Ciencia y Tecnología.
El estado conserva una gran diversidad de costumbres y tradiciones, tiene una rica gastronomía y
una cultura popular muy amplia. Veracruz celebra 561 fiestas titulares, 64 ferias y 43 carnavales,
es decir que se con promedio de casi dos fiestas tradicionales en cada uno de los 365 días del año.
En Veracruz se estableció el primer puerto de México, el cual cuenta con una gran tradición
popular que se refleja en su música, bailes, fiestas del Carnaval y su rica gastronomía.
En el actual territorio del estado veracruzano se asentaron las culturas olmeca, tolteca, huasteca y
mexica. En la época previa a la llegada de los españoles las tierras de la actual ciudad de Veracruz
eran habitadas por totonacas sometidos al dominio mexica; a quienes debían pagar tributo.
Los primeros europeos que llegaron a la zona lo hicieron en la incursión comandada por Juan de
Grijalva que en 1518 recorrieron la costa de la península de Yucatán y siguiendo por Tabasco
llegaron a costas veracruzanas. A la vanguardia de la expedición, el capitán Pedro de Alvarado
llegó costeando desde el sureste desembarcando en Boca del Río y deteniéndose seis días a
comerciar con los locales. Siguiendo su recorrido desembarcaron en la isla de Chalchihuitlapazco
que llamaron Sacrificios porque encontraron huellas de sacrificios humanos. Luego
desembarcaron en Costa Verde, donde volvieron a traficar. El 24 de junio día de San Juan hicieron
escala en el islote Tecpan Tlayácac, bautizado como San Juan de Ulúa, comerciando siete días con
los indígenas. Pedro de Alvarado regresó a Cuba con las mercancías conseguidas y Juan de Grijalva
continuó recorriendo la costa hasta el río Pánuco.
Entre las muchas características que distinguen al estado de Veracruz podemos asegurar que es la
entidad federativa que ha sido el primer testigo de importantes capítulos de nuestra historia: por
sus litorales se inició la conquista de los diferentes reinos mesoamericanos, en su territorio se
fundó la primera población de origen castellano y se construyó la primera iglesia de la América
continental; fue testigo del asecho de los corsarios, por sus tierras se invadió a México en 1847 y
en 1862, vio llegar a Maximiliano de Austria como Emperador y lo vio regresar embalsamado a
Europa; en los muelles de su puerto principal anclaría el vapor "Inpiranga" para llevar aquel 31 de
mayo de 1911 al General Porfirio Díaz al exilio.
La cocina veracruzana requeriría más espacio del que disponemos para poderla describir: los
"bocoles" de la región Huasteca son obligados cuando uno viaja por aquellos rumbos, el mole de
Xico, los "pambazos" xalapeños y la cecina, así como los dulces de pepita con forma de frutas y de
algunos animales, y qué decir del huachinango a la veracruzana o de un pámpano al mojo de ajo.
El estado es uno de los mayores productores de café en México, bien vale la espera de una mesa
dispuesta en el antiguo café de la "Parroquia" para degustar e esta bebida en el corazón mismo del
puerto jarocho.
En Veracruz se tejen historias acompañadas de música, baile y canto, que cuentan episodios y
momentos del pueblo; sus amores y sus mujeres así como su contexto y la naturaleza que los
rodea. Historias que parecen haber sido sacadas de un libro mágico.
Sus raíces -las danzas indígenas, el color y el ritmo negro, y las cuerdas y bailes andaluces-,
sembradas ahí, donde sus semillas, florecen al son del "Chuchumbé", "La indita", "El siquisirí"...
La magia de los fandangos envuelve todos estos elementos que hacen de lo cotidiano un son que
sorprende, asombra y expresa la esencia de la raza jarocha, que es única, diferente y maravillosa.
El origen del son se remonta al siglo XVI, aunque es durante el siglo XVII que ciertos valores
considerados ya mexicanos adquirieron mayor importancia. El conjunto de eventos festivos incluía
imágenes, música, bailes y vestido, que pasaron a formar parte de las tradiciones mexicanas.
Sus raíces indígena, hispana y africana, junto con sus propios rasgos culturales, fue lo que les dio
identidad.
La noción de lo popular cobró especial importancia y se hizo un elemento de división entre lo que
era criollo, mestizo y español; de esta manera, la cultura popular comenzó a representarlos como
pueblo, a diferenciarlos y caracterizarlos. Esta identidad abarcó valores, ideas, religión, el idioma
español o castellano, a la vez que festejos y costumbres populares.
Estas fiestas, a través de su música y danza, han reflejado y recreado la vida del pueblo a lo largo
de la historia. Los cantos, las danzas e invocaciones son, de hecho, su forma de expresión. Por tal
causa su significado es siempre histórico. El festejo se convierte en un momento de encuentro
entre la gente que participa, de toma de conciencia en cada una de las personas que están ahí,
además del hecho evidente que es el de divertirse y compartir.
Estas fiestas, además de contar con las raíces de las que ya hablamos, tienen sus rasgos locales.
Dentro de estas características particulares está el canto popular, que habla del presente del
pueblo, o ranchería, y su contexto. Las canciones y, en este caso, los sones, se hacen populares en
el momento en que la gente las acepta y las canta. Cabe mencionar que los sones no son
canciones, pues nunca se cantan igual; los versos varían y los músicos también. Se vuelve canción
cuando su uso es de tipo comercial. Algunas veces esta música desaparece con el tiempo y las que
permanecen se vuelven tradicionales y hasta folklóricas.
La canción folklórica tiene su sustento en la tradición, que considera toda la carrera histórica,
mientras la popular sólo el momento específico de un pueblo. La música popular se transmite de
generación en generación, de manera oral o por imitación. Así, es raro encontrar registros por
escrito, y por tal razón se ha ido perdiendo. Esta circunstancia también encuentra causas en la
urbanización.
Actualmente se han rescatado algunas tradiciones y sones, y éstos se están volviendo a interpretar
en diversas latitudes del país; tal es el caso del sur de Veracruz. El son, género musical al que se le
ha catalogado como el conjunto de músicas populares de América Central, y que, de acuerdo a su
ubicación geográfica, muestra rasgos y elementos propios, existe en diversas partes de México (en
las diferentes regiones y estados de la República, cada una con sus repertorios e interpretaciones)
y de América Latina.
Las regiones en donde se da el son en México van desde la planicie de la costa de Veracruz; la
Huasteca, que comprende Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz; la tierra caliente de
Michoacán; el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, y las subregiones abajeña y alteña en Jalisco,
cada una con diversos estilos y modalidades, tanto en la música y los instrumentos, como en la
danza y sus coreografías y vestuarios.
DIVERSIDAD Y CONTRASTE DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE VERACRUZ
Veracruz es una de las 32 entidades federativas que forman la República Mexicana y es el tercer
estado con mayor número de población indígena en términos absolutos, después de Oaxaca y
Chiapas. Se localiza en el este del país, limitando con el Golfo de México. Si se compara esta región
con las costas del Pacífico, las llanuras costeras de Veracruz son más anchas y extensas y la
vertiente del Golfo de México-Caribe es más húmeda y lluviosa.
En su territorio se hallan varias de las cuencas hidrográficas más importantes del país: Pánuco,
Papaloapan, Coatzacoalcos, Tuxpam-Nautla. Los límites naturales favorecieron la división política
moderna, que se diseñó a partir del siglo XIX, con el inicio de la vida nacional independiente de
España.
En la unidad histórico-cultural de la región Golfo de México y Veracruz están nucleadas las diversas
etnias en términos de los rasgos socio-culturales y lingüísticos que las diferencian en lo particular,
formalizadas en varias subáreas culturales específicas, pero a la vez inmersas en la superárea
cultural llamada Mesoamérica por los investigadores de la antropología y arqueología.
La cultura Totonaca destaca por la cerámica muy variada, la escultura en piedra, la arquitectura
monumental y avanzada concepción urbanística de las ciudades.
Los totonacas se desarrollaron en la parte central de Veracruz y hacia el clásico tardío, su área
ocupacional llegaba al sur hasta la cuenca del río Papaloapan, al oeste a los municipios de Acatlán
estado de Oaxaca, Chalchicomula estado de Puebla, el Valle de Perote, las sierras de Puebla y de
Papantla y las tierras bajas del río Cazones. Lo más relevante de la cultura totonaca se alcanzó
durante el clásico tardío cuando construyeron centros ceremoniales como El Tajín, Yohualichán,
Nepatecuhtlán, Las Higueras, Nopiloa y el Zapotal.
Huasteca es el nombre de una región en México que comprende el norte de Veracruz, el sur de
Tamaulipas y partes de los estados de San Luis Potosí e Hidalgo. En mucho menor medida
comprende algunas zonas de los Estados de Puebla y Querétaro. Esta comarca se conformó debido
a la afluencia maya vía marítima hacia su territorio. Tradicionalmente se acepta como Huasteca al
área en que se desarrolló la cultura de los Huastecos.
Los actuales nahuas se llaman a sí mismos macehuale y traducen este término como campesino,
que podría provenir de la antigua división clasista de la sociedad nahua entre pillis (la élite) y
macehuales (el pueblo, los campesinos), pues se supone que la mayoría pertenece a la clase
campesina. La palabra náhuatl puede derivarse de la tradición tolteca y referirse a una nación
dominante, organizada en cuatro grandes regiones geopolíticas. Los toltecas hablaban lengua
náhuatl, la cual fue adoptada posteriormente por otros grupos. Durante la hegemonía mexica, el
náhuatl fue la lengua oficial en Mesoamérica, por cuanto la aplicación a los aztecas del término
nahuatlaca significaba la gente que manda. Actualmente no existen los nahuas, en tanta nación
que manda, sino macehualmej: los campesinos.
TOTONACOS
Los pueblos totonacos se identifican por poseer una cultura propia que incluye aspectos tan
relevantes como la organización social, costumbres, lengua, etc. Sin embargo, son capaces de
desenvolverse en espacios compartidos con la población mestiza y otros grupos étnicos.
A su vez, existen diferencias entre los totonacos de la Sierra y los de la Costa, así como entre los de
la Sierra Norte y los de la Sierra Sur, pero en general comparten una misma identidad, la de
Totonacapan.
A principios del siglo XX, los habitantes de la Sierra migraban temporalmente a comunidades de la
costa veracruzana. A partir de los años 50, sus desplazamientos fueron hacia las ciudades cercanas
y el Distrito Federal.
Entre los totonacas domina la familia extensa, un nuevo matrimonio vivirá cerca de la familia del
marido. La herencia de padres a hijos se efectúa hasta la muerte del padre; sólo hasta entonces se
forman nuevas unidades domésticas. Por costumbre, los totonacas de la Sierra heredan al
primogénito; mientras que los totonacas de la costa reparten la herencia en entre los hijos
varones. Los hombres de una elevada posición económica suelen tener más de una esposa.
Los matrimonios se efectúan a temprana edad, y aún se acostumbra el "pago" por la novia: una
compensación por la fuerza de trabajo que se pierde (bienes, dinero o trabajo). La Boda Totonaca
registra normas estrictas de organización como sociedad por la importancia que le dan a tan
especial evento; consagrando en ésta gran parte de la cultura, gastronomía y folklor que regocija
a propios y extraños.
El novio debe de ir acompañado de sus padres y padrino ya que este será el mediador entre los
padres de la novia y el novio, para poner el plazo de tiempo para casarse; estos van desde tres
hasta diez años, en este tiempo el primero debe de llevar una pieza de carne o cerveza. Cabe citar
que en muchas de las ocasiones, la futura pareja no se conoce, de ahí que existan estos plazos de
acuerdo a lo convenido tanto por los padres como por los padrinos de la boda.
Llegado el momento del casamiento, este se inicia al cambiar a la novia sobre un petate nuevo,
presenciando esta acción padres y padrinos; este petate será el lecho nupcial, ahí debe de estar
un guajolote al cuál es entregado por el novio a su futura esposa un día antes de la ceremonia.
Esto con el fin de que en el “Baile de Xalasju” (chiquitos), se danza el guajolote en un cartón de
cerveza, aguardiente, regalos del novio entre incienso en un Pumaji, todos los familiares.
De acuerdo a la creencia si es que el animal se hace “popo”, la novia no es señorita, todo esto se
resuelve después contándose con la aprobación del desposado y los familiares de ella; si este no
acepta, el padre de la novia deberá de pagar todos los gastos que se originaron.
La lengua totonaca y la tepehua pertenecen a la familia totonacana, se derivan del tronco macro-
maya. De acuerdo al censo llevado a cabo en 1990, más de 200 mil personas hablantes esta
lengua; la mayoría pobladores de Puebla y Veracruz, además del Estado de México, Distrito
Federal, Quintana Roo, Tlaxcala, Tamaulipas, Campeche, Hidalgo y en menor proporción en Jalisco.
En los años 50, se suponía que las lenguas totonacas, tepehua, mixe, zoque y popoluca constituían
la rama totozoque de la familia de las lenguas mayenses. Pero, investigaciones más reciente
informan que la afinidad sólo se daba por préstamos lingüísticos, dados por la convivencia
histórica y cultural entre sus hablantes.
HUASTECOS DE VERACRUZ
En la época precolonial la huasteca estaba poblada por diversos grupos: huastecos, tepehuas,
otomíes y totonacos, ubicados en el sur y suroeste. En el norte y noroeste se hallaban los nahuas
entreverados con guachichiles, pames y diversos grupos chichimecas. La región era conocida con
el nombre de Xiuhcoac, que significa "serpiente de turquesas".
Los nahuas han sido identificados con los aztecas o mexicas, estos constituían la sociedad
dominante en Mesoamérica antes y durante la llegada de los españoles. El náhuatl era reconocido
como la lengua oficial en toda Mesoamérica. Después de la caída de Tula la población nahua llegó
en oleadas migratorias a poblar el norte de Veracruz y el oriente de San Luis Potosí. Esta población
nahua se consolida en el centro y sur de la Huasteca a partir de la conquista mexica en el siglo XV.
Grupos importantes de huastecos fueron nahuatizados durante esta invasión. Desde entonces
hasta la fecha el idioma náhuatl ha sido hablado en la Huasteca. En la parte baja del Pánuco en
Veracruz, los nahuas emigrantes establecieron alianzas con los huastecos para defenderse de los
ejércitos mexicas. Los nahuas aztecas invadieron el territorio de los huastecos, ocupando casi todo
el sur de la región, desde Tuxpan, Temapache y Tampatel hasta Aquismón (San Luis Potosí), con el
propósito de rodear al señorío independiente de Meztitlán, al que no habían podido derrotar, para
someterlo al gobierno de la Triple Alianza.
NAHUAS DE LA HUASTECA
Los actuales nahuas se llaman a sí mismos macehuale y traducen este término como campesino,
que podría provenir de la antigua división clasista de la sociedad nahua entre pillis (la élite) y
macehuales (el pueblo, los campesinos), pues se supone que la mayoría pertenece a la clase
campesina.
La palabra náhuatl puede derivarse de la tradición tolteca y referirse a una nación dominante,
organizada en cuatro grandes regiones geopolíticas. Los toltecas hablaban lengua náhuatl, la cual
fue adoptada posteriormente por otros grupos. Durante la hegemonía mexica, el náhuatl fue la
lengua oficial en Mesoamérica, por cuanto la aplicación a los aztecas del término nahuatlaca
significaba la gente que manda. Actualmente no existen los nahuas, en tanto nación que manda,
sino macehual ej: los campesinos.
Como para otros grupos indígenas, para los nahuas de Veracruz algunas enfermedades sólo
pueden ser tratadas por especialistas, quienes realizan terapias tradicionales y utilizan plantas
medicinales de la región, combinadas en algunos casos con medicina alópata. Algunas de estas
enfermedades son la pérdida de la sombra, el susto, el daño, etcétera.
Cuando la casa está terminada, se hace una ceremonia en sábado o domingo, o de martes a
jueves, porque el viernes es día de brujos y el lunes es día de las ánimas. Los nuevos dueños
consiguen un curandero y ponen ofrenda, que se compone de flores, ceras, velas, pan, huevos,
dos gallinas y un gallo, aguardiente, tortillas, café, caldo blanco con pechuga y refrescos. El dueño
busca a dos mujeres para que ayuden a la señora a hacer la comida y a dos señores para que
ayuden al curandero.
El curandero realiza un ritual en el techo de la casa y dentro de la habitación, donde nueve cruces
de madera "comerán" la ofrenda; después, el curandero invita a los presentes a "levantar" (comer)
la ofrenda. El curandero hace una cruz de pétalos de cempoal y pone ofrenda en cada horcón. En
cada esquina echa ajosmecatl y ajo. En el techo de la casa pone de ofrenda el tamal de gallo,
prende una cera durante un rato, arroja aguardiente y reza; después destapa el tamal y lo ofrece.
Al terminar los rezos, levanta el tamal y baja del techo.
Los nahuas del norte de Veracruz elaboran productos artesanales de alfarería, carpintería,
cestería, textiles tejidos y bordados. Las mujeres elaboran textiles y cerámica. En telar de cintura
hacen bordados en punto de cruz, tejen lienzos para mamali, que son un tipo de rebozo de hilaza
blanca con bordados de chizo en uno de los extremos, sobre el lienzo terminado se bordan con
punto de gobelino figuras geométricas y florales; además, tejen fajas o ceñidores de un solo color
o en franjas.
Elaboran objetos de alfarería para uso doméstico y objetos de uso ritual: candeleros, copaleros y
juguetes, utilizando arena de las riberas de los ríos, arcillas y rocas calcáreas. Las piezas de uso
ritual las recubren con tierra blanca y roja. Dejan las piezas en la sombra para que se sequen a la
temperatura ambiente, enseguida las cuecen al aire libre y después las cubren con madera de
jonote, otate y ortiga. La mejor temporada para la alfarería es en vísperas de Todos Santos.
La migración es una de las consecuencias de las precarias condiciones económicas en las que viven
las comunidades indígenas. Recientemente se ha dado inmigración a la zona nahua del norte del
estado en un área que abarca desde Tuxpan hasta Tempoal por la llanura costera y Huayacocotla,
Benito Juárez, Ixhuatlán de Madero, Llamatlán y Chicontepec en la zona serrana, pues
intermitentemente llegan campesinos de los estados de Hidalgo y Tamaulipas.
A partir de 1978 se inició un movimiento migratorio que culminó en 1981. Esta migración la
originó la explotación de un yacimiento petrolero en el paleo delta de Chicontepec. Los migrantes
fueron trabajadores de Pemex, de la Secretaría de Salud y del instituto Mexicano del Seguro Social,
que, entre otros, dotaron a la zona de red de servicios de salud. Estos movimientos migratorios
modificaron algunos hábitos de la población.
Todas las localidades indígenas de la Huasteca son ejidos y la propiedad de la tierra es comunal.
Estas poblaciones están divididas jurídicamente en municipios, con las subdivisiones internas
correspondientes a rancherías, anexos, ejidos o comunidades. La división económica interna
responde a las actividades sociales y a la división en oficios que complementan las actividades
agrícolas.