Bolilla 2 Gasto Publico
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Fonrouge: El gasto público puede tener un concepto jurídico y uno económico.
El gasto público, que por lo común supone una erogación en dinero,
generalmente fue definido tomando en cuanta los fines limitado del estado,
caracterizándoselo en función de su naturaleza jurídica y actividades de las
entidades administrativas. Los autores que pertenecen a la escuela moderna,
consideran que se elaboró un nuevo concepto de gasto público de naturaleza
económico- social, en reemplazo de la anterior concepción de tipo jurídico. De
acuerdo con esto, no es indispensable para caracterizar el gasto público que la
erogación sea efectuada por organismos típicamente estatales, sino que
también puede serlo por entidades de tipo privado o semiprivado de las cuales
se valga el estado para el cumplimiento de sus fines de orden económico-social.
La única condición admisible para distinguirlo de gasto privado, es que el ente
privado este dotado de la facultad de mandar, ordenar, de establecer
obligaciones a los habitantes, y que habría recibido por delegación del estado.
Características:
- Erogación dineraria: El gasto público siempre consiste en el empleo de
bienes valuables pecuniariamente que en la época actual de economía
moderna, se identifican con el dinero.
- Efectuadas por el Estado: En sentido amplio comprende todas las su-
mas que por cualquier concepto salen del tesoro público y consisten en
empleos de riqueza.
Puede tratarse de gastos para la administración pública propiamente di-
cha o para entidades descentralizadas estatales, siempre que tales eroga-
ciones incidan sobre las finanzas del estado.
- En virtud de ley: en los estados de derecho rige el principio de legalidad
en cuanto al gasto, es decir, no hay gasto público legítimo sin ley que lo
autorice. Este gasto está regulado por la ley de contabilidad pública que
establece pautas jurídicas comprensivas de todas las erogaciones que se
presuma que deben hacerse en el ejercicio. La relación ley-gasto no es
siempre tan inmediata como sostenía la concepción tradicional. . En senti-
do lato la relación puede tornarse mediata en el caso de erogaciones para
empresas públicas comerciales e industriales que aún subsisten en algu-
nas provincias. También puede darse el caso de erogaciones imprevistas y
urgentes que el PE puede realizar sin autorización legislativa previa.
- Para cumplir sus fines de satisfacer necesidades públicas: ideal-
mente, la erogación estatal debe ser congruente con los fines de interés
público asignados al Estado, pero cabe preguntarse qué sucede con los
fondos salidos de la tesorería estatal que no apuntan a esos fines. En reali-
dad, buena parte de los gastos no responden a la satisfacción de necesi-
dades públicas pero sin embargo no dejan de ser gastos públicos sin son
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realizados con caudales públicos. No cabe duda de que se tratará de gas -
tos ilegítimos (la necesidad pública es el presupuesto de legitimidad pero
no de existencia).
La teoría financiera de los gastos toma como dato de hecho la finalidad que
deba lograrse con ellos, el reparto de los ingresos como los efectos que
producen o han producido los gastos públicos sobre la vida social económica de
la nación. El gasto tiene una vital importancia en la vida social, económica y
política de los países ya que es un importante medio de distribución de la
riqueza, pues el Estado invierte y gasta devolviendo a la sociedad lo que
percibe.
Según Fonrouge: en concordancia con la misión del Estado Moderno, la
función del gasto público de neutra que era en las finanzas clásicas, ha pasado a
ser activa en las modernas, esto es, con finalidad extrafiscal. El
intervencionismo social que deriva en intervención económica, se orienta hacia
fines políticos (propaganda directa o indirecta), sociales (ayuda familiar,
subsidios), o económicos (control de precios, nacionalizaciones) y asignan al
gasto público no solamente la finalidad niveladora de riqueza, sino propósitos de
regulación económica o de estímulo de las actividades privadas.
Nos hallamos entonces en presencia de una nueva concepción del gasto público
como consecuencia en las funciones que por fuerza de las circunstancias ha
dado en llamarse “estado de bienestar”; que no puede definirse concretamente,
pero en términos generales corresponde a una “economía en la que la previsión
de servicios estatales y pagos de trasferencia han alcanzado un elevado grado
de desarrollo”.
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demuestra que el gasto público significa un importante factor de redistribución
del ingreso y del patrimonio nacional, de estabilización económica, de
incremento de la renta nacional y su influencia es decisiva sobre aspectos tan
esenciales como la plena ocupación, el consumo, el ahorro y la inversión.
Esta evolución del concepto está íntimamente ligada a la nueva concepción
sobre la misión del Estado:
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1) Criterio Jurídico-Administrativo: desde este punto de vista las legisla-
ciones son proclives a hacer las siguientes distinciones:
a- Jurisdiccional o institucional: atiende a la estructura organizativa
del Estado y expone las distintas unidades institucionales que ejecuta-
ran el presupuesto. Cada unidad institucional se denomina jurisdic-
ción y comprende cada uno de los poderes integrantes de la estructu-
ra administrativa y de sus respectivas dependencias. También se
asigna el carácter de jurisdicción a las erogaciones correspondientes
al servicio de la deuda pública y a las obligaciones a cargo del Tesoro.
b- Por finalidades y funciones: junto con la clasificación jurisdiccional
los gastos pueden ser distribuidos según las necesidades a cuya satis-
facción tienden o al fin del Estado que pretenden llenar (eje gastos de
justicia, de enseñanza…). En realidad, la distribución jurisdiccional o
institucional revela en cierto modo el destino de los gastos, porque la
competencia de los departamentos del Estado resulta de las finalida-
des y funciones que debe cumplir. Esta clasificación permite identifi-
car con mayor claridad la orientación seguida por el Estado y el tipo
de necesidades que prefiere atender prioritariamente.
c- Por la constancia o por la permanencia del gasto: según el pri-
mer criterio (constancia) son gastos fijos los que no dependen de una
mayor actividad o de que aumente el rendimiento de los entes dedi-
cados a la prestación de servicios divisibles, son gastos variables los
directamente vinculados con la mayor actividad de producción. Esta
clasificación tiene importancia en cuanto a los presupuestos de las
entidades de objeto comercial, industrial o financiero (empresas del
estado)
Conforme el segundo criterio (permanencia), son gastos fijos los repe-
tidos de un ejercicio a otro con un monto invariable, son gastos varia-
bles los que sufren alteraciones notorias en su monto o tienen carác-
ter extraordinario, apareciendo en unos ejercicios y faltando en otros.
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inevitabilidad y periodicidad los autores clásicos extraían la conclusión
de que debían ser financiados con recursos ordinarios, principalmente
los tributos. Los gastos públicos extraordinarios surgían ante situaciones
imprevistas y excepcionales. Su excepcionalidad e imposible previsión,
hacía que para financiar estas erogaciones no hubiese más remedio que
recurrir al crédito público y a gravámenes de emergencia.
Al entrar en decadencia las ideas liberales, tomo cuerpo el intervencio-
nismo que considero inválida la clasificación recién mencionada. Pero
cuando retornaron las ideas liberales, volvió a tomar vigencia esta clasifi-
cación. Se lo caracterizo doctrinalmente de la siguiente forma:
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Finalmente también pueden clasificarse los gastos en productivos e
improductivos. Los primeros son destinados a desarrollar medios de producción
y a servicios prestados a los particulares; los segundos no son directamente
productivos, corresponden a los destinados a asegurar el orden público
(administración, justicia, policía, etc.).
- TEORIAS CLASICAS
El financiamiento del gasto público representa serios peligros para los Es-
tados:
a) Si para sanear el gasto el gobierno recurre al empréstito, es muy posi-
ble que se llegue a la bancarrota. Ello acaece porque al tener que amorti-
zar los empréstito, aumentan los gastos posteriores, de lo cual surge un
déficit cada vez mayor y la necesidad de recurrir a nuevos préstamos.
b) También se considera que como agente secundario del déficit se pre-
senta la inflación. La emisión de moneda aumenta la oferta monetaria, lo
que hace que la moneda se deprecie, por lo que aumentan los precios y
ello logra un incremento del gasto público.
- TEORIAS MODERNAS
Consideran exageradas las conclusiones acerca de la peligrosidad del défi-
cit generado por el gasto público. Tanto si se ha recurrido al empréstito
como a la emisión, si las sumas obtenidas son empleadas para la inversión
que incremente la producción general se produce un efecto multiplicador
de la inversión que lleva a un crecimiento de la renta nacional.
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Puede decirse que el incremento de los gastos se desarrolló en ritmo lento gasta
1914, y se aceleró notoriamente después de esa fecha. Para Griziotti, ente los
motivos provocantes del aumento de los gastos públicos, se debían distinguir
entre causas:
CAUSAS APARENTES:
A) variaciones en el valor de la moneda: la depreciación del signo monetario es
un fenómeno constante observable en la generalidad de los países. Esta
depreciación obliga a armonizar las cifras teniéndola en cuenta, puesto que de
lo contrario las conclusiones serán equivocadas.
B) Evolución de las reglas presupuestarias: la adopción de ciertos principios de
derecho presupuestario ha llevado a modificar las formas de computar las
erogaciones, y esto puede dar lugar también a un incremento aparente del
gasto.
CAUSAS RELATIVAS:
Algunos autores hablan de estas causas, que si bien no son estrictamente
aparentes, tampoco son reales, puesto que se hallan compensadas en sí
mismas. así, las anexiones que incrementan el territorio pueden aumentar los
gastos, pero ese incremento puede ser compensado con nuevos ingresos que
surjan en las regiones anexadas.
CAUSAS REALES:
a) gastos militares: es notorio que el equipamiento de las fuerzas armadas
modernas exige sumas extraordinarias que se incrementan por las tensiones
internacionales, la guerra fría, etc.
b) Expansión de las actividades del estado: las nuevas actividades que debe
asumir el estado llevan a la expansión de sus funciones tradicionales y al
consiguiente aumento de gastos; así tenemos nuevas actividades por gestiones
industriales y comerciales antes desconocidas, cargas de seguridad social, etc.
c) Aumento de los costos: el aumento de bienes y servicios incide
considerablemente en los presupuestos públicos, aparte de que el progreso
técnico determina los gastos antes desconocidos.
d) Burocracia y presión política: en cuanto a la burocracia es necesario
diferencia entre lo que constituye el cuerpo de funcionarios y lo que
corrientemente se conoce bajo dicho nombre de burocracia, el estado debe
contar con un cuerpo de funcionarios responsables y conscientes de su función
que son indispensables para mantener un buen nivel en la prestación de los
servicios estatales. La burocracia no es la simple suma de funcionarios, sino alto
intangible pero omnipresente, que actúa a través de una maraña de
regulaciones y procedimientos superabundantes, y cuya única justificación es
incrementar el número de empleados estatales.
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Punto 9. Efectos del gasto público sobre los distintos factores de la
economía. El gasto público en la República Argentina (Villegas)
Aun en los sistemas económicos neoliberales que actualmente prevalecen en la
economía mundial, los gastos públicos han perdido su carácter neutro y
asumido un papel activo. Para darse cuenta de los efectos que produce el gasto
público debe considerarse lo importante que resulta el volumen de los gastos
con relación al PBI.
El gasto público suele exceder largamente el 30% del PBI. La sola existencia de
un gasto de semejante magnitud tiene considerable influencia sobre la
economía. Existe una diferencia importante entre el impacto del ingreso y del
gasto. Las consecuencias del recurso no siempre se advierten en forma rápida,
debido especialmente al proceso de repercusión de los impuestos y a su
influencia no inmediata sobre el mecanismo de los precios.
A su vez, los efectos de los gastos públicos no se limitan al impulso
momentáneo que puede percibirse de la economía, ya sea en forma de una
disminución de la desocupación o de un incremento de la actividad industrial.
Tienen efectos secundarios que amplían su acción económica creando en la
misma medida gastos y producciones.
Las ideas intervencionistas han resultado exitosas en los países desarrollados y
un mero fracaso en los subdesarrollados.
Los efectos económicos dependen en gran medida de la naturaleza de los
gastos que se realizan o se aumentan. Duverger, dice, realizar inversiones
productivas es más eficaz que desarrollar armamento, acrecentar el poder de
compra de las clases pobres es más eficaz que aumentar aún más el de las
clases ricas.
Para poder efectuar una correcta y adecuada elección de gastos públicos, con
efectos previsibles y beneficiosos, se hace necesario tener en cuenta los
siguientes factores:
a) Estructura económica (desarrollada o en vías de desarrollo).
b) Estado (recesión o expansión).
c) Medios o recursos de financiación.
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Un egreso público se traduce siempre en un ingreso del mismo monto para quienes lo perciben –p. ej., los
empresarios constructores de una obra pública–. Ese ingreso será consumido en parte por tales empresarios
al pagar los sueldos de sus empleados y los salarios de sus operarios; en consecuencia, la parte consumida
por los empresarios se ha traducido en ingresos para los empleados y operarios. A su vez, éstos consumirán
parte de sus respectivos ingresos gastándolos en mercaderías y servicios; esos gastos de consumo crean, por
tanto, nuevos ingresos para los proveedores de esas mercaderías o servicios. Y así se va prolongando dicho
proceso en forma casi indefinida.
El principio del multiplicador sirve, en resumidas cuentas, para establecer el incremento total de los
consumos resultantes de un gasto público.
PRINCIPIO ACELERADOR: Muy vinculado con la regla del multiplicador aparece otro principio, que los
economistas generalmente denominan del acelerador. Esta segunda máxima está estrechamente
relacionada con el principio del multiplicador, ya que demuestra cómo la inversión en equipos, maquinarias y
bienes de capital se halla, en gran parte, determinada por los aumentos de consumo.
Este principio del acelerador puede ser explicado sumariamente partiendo de la premisa de que cuando el
consumo o demanda de un determinado artículo permanezca invariable o constante, las empresas
productoras de él no precisarán nuevas inversiones. En tales circunstancias, las empresas productoras sólo
necesitarán invertir en la reposición normal de los equipos, maquinarias y bienes de capital empleados. Pero
si la demanda o consumo de esos artículos se incrementa, las empresas que los producen necesitarán,
suponiendo que ya hayan estado empleando todos sus equipos, además de la inversión para la reposición
normal de éstos, una nueva inversión para la adquisición de más equipos, maquinarias y bienes de capital.
Así, por ejemplo, y suponiendo que no se descubran nuevas técnicas de producción, un 10% de incremento
en la demanda o consumo de un artículo requerirá un 10% de aumento en la existencia total de equipos y
bienes de capital utilizados en su elaboración. Si suponemos que cuando la demanda de ese artículo era
constante el coeficiente de reposición normal de los equipos y maquinarias destinados a su producción era
del 10%, resultará entonces que las empresas productoras de aquél, como consecuencia del referido
aumento en el consumo, deberán invertir, además de aquel 10% necesario para la reposición, otro 10% para
la adquisición de nuevos equipos y maquinarias. En consecuencia, podemos comprobar que un 10% de
aumento en el consumo de determinado artículo se ha traducido en un incremento del 100% (10% x 10%) en
la inversión de los bienes de capital destinados a su producción.
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