didcnep
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Es el alumno, casi sin ayuda, el que planea y realiza la actividad científica. El profesor da a los
alumnos una guía de lo que pueden realizar, pero se deja a estos, con la supervisión del
docente, introducir nuevas variables. En este tipo de actividades resulta fundamental diseñar
actividades que no acaben convertidas en «recetas» de trabajo. En Primaria es muy
conveniente la práctica dirigida y controlada por el docente, y, debido al nivel cognitivo y el
bagaje científico de los alum- nos, las actividades se centrarán en la comprobación de algún
hecho o fenómeno, asociación de los hechos observados a teorías o leyes que conoce, análisis
de datos y obtención de conclusiones.
A la hora de diseñar cualquier actividad científica se deben tener en cuenta los siguientes
aspectos
Además, todo profesor, antes de proponer la realización de una actividad científica que ha
diseñado, debe realizarla él con anterioridad para observar incidencias, peligrosidad, etc...
A continuación, se presentan los criterios más importantes que deben guiar la selección de las
actividades científicas
Que favorezcan el aprendizaje del contenido científico. Que incrementen la actitud científica,
hacia la ciencia y hacia el trabajo práctico.
Hay que tener en cuenta las peculiaridades del lenguaje científico, así como las diferencias y
características generales del discurso escrito y oral. En función de la edad de los alumnos
pueden facilitárseles fichas con dibujos en los que los alumnos solo deben colorear.
Aprendizaje cooperativo. Gran parte del trabajo de laboratorio se lleva a cabo en parejas o
pequeños grupos, lo que propicia un trabajo colaborativo.
En resumen, se fomenta una enseñanza más activa y participativa donde se impulsa el método
científico y el espíritu crítico. Aunque hablamos de trabajo de laboratorio, este no tiene por
qué circunscribirse de forma exclusiva a este lugar, ya que es cierto que en muchas ocasiones
las experiencias planteadas pueden realizarse cómodamente en el aula, sin recurrir al
laboratorio. Por ejemplo, la germinación de una semilla y la evolución de su crecimiento o el
estudio de la metamorfosis del gusano de seda en mariposa son dos actividades perfectamente
factibles para ser realizadas en el aula. Hay que ser conscientes de que trabajar dentro del aula
resulta mucho más cómodo, pues no tenemos que preparar el laboratorio ni movilizar a los
alumnos.
Tal y como comentábamos anteriormente, el desarrollo de actividades fuera del aula, en este
caso en el laboratorio, presenta algunos inconvenientes. En primer lugar el número de alumnos
que se aconseja para trabajar en el laboratorio es reducido, por lo que para organizar estas
actividades en muchos casos se hace necesario la existencia de un profesor de desdoble que se
encargue de trabajar con el resto de alumnos en el aula o con actividades alter- nativas, que
pueden ser o no de carácter práctico.
Esto facilita la comparación de los resultados y el tener una percepción del modo en que han
trabajado los alumnos. Ayudar a los alumnos a buscar pautas, patrones o tendencias en los
datos encontrados. Guiar a los alumnos a extraer conclusiones basadas en pruebas.