TP Grupos
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Determinar qué es lo
correcto y lo incorrecto ha sido un tema de debate de múltiples perspectivas filosóficas
y éticas, que ponían el foco en las consecuencias de los actos, en el carácter moral de la
persona o en el contexto histórico y sociocultural. Es decir, la mayoría de las teorías
coinciden en que, lo que esta “bien y mal” no es posible de ser determinado de manera
objetiva, sino que depende de múltiples factores que lo atraviesan, específicamente el
contexto histórico, social y económico. Castoriadis nos permite pensar esta idea a partir
del imaginario social, que se define como un conjunto de significaciones por las cuales,
una sociedad, se instituye como tal, inventando sus formas de relación social y sus
figuraciones subjetivas que operan como organizadores de sentido de cada época. En
este sentido podríamos decir que lo que esta bien y mal lo define la propia sociedad y a
su vez determina como esta actúa. Todos sabemos como debemos actuar y que es lo que
no debemos hacer en una determinada sociedad, debido a que lo correcto se cristaliza
normalizándose, actuando como lo instituido. Es decir que la forma de actuar
correctamente se repite, reproduciéndose así la subjetividad dominante. Pero también
podemos hablar de lo instituyente, como aquello que se opone a aquella idea dominante
de lo que esta bien y de lo que esta mal, y que si se normaliza luego permitiría generar
cambios en las sociedades. Por ejemplo, el que las mujeres estudien, sean actrices o
autoras, estaba mal visto hasta principios del siglo XX siendo una lucha que sigue
manteniéndose en ciertos aspectos, pero que, gracias a los movimientos feministas, se
generaron importantes cambios en la forma en la cual se estructura la sociedad.
Este relativismo del “bien y el mal” lo expresaron múltiples autores mediante distintas
obras. En el arte podemos encontrarnos con las preguntas acerca de a que concebimos
como correcto/incorrecto, planteando que lo que esta bien en algunas sociedades puede
estar mal en otras.
Nos pareció interesante en el presente trabajo mostrar algunos recursos artísticos que
permiten ampliar estas concepciones. "Lo Malo de Ser Bueno" del Cuarteto de Nos,
aborda la idea de que ser bueno puede ser también perjudicial en ciertas situaciones.
Esto puede interpretarse como una crítica al concepto tradicional de bondad y
moralidad, ya que sugiere que el comportamiento "bueno" puede ser subjetivo y
relativo. La canción dice que el ser “bueno” en ciertas ocasiones, termina siendo más
“malo” que lo malo, es decir, que no podemos plantear una idea fija de un buen actuar
ya que es no solo relativo al contexto, sino que también depende de para quien es malo,
a quien perjudica. Esta perspectiva se alinea con el concepto de relativismo moral, que
sostiene que lo que se considera correcto o incorrecto depende del contexto cultural,
social y personal.
Al cuestionar la bondad y sugerir que ser bueno puede tener consecuencias negativas, la
canción refleja una visión del bien y el mal que es compleja y matizada, en lugar de
absoluta y fija. En resumen, "Lo Malo de Ser Bueno" del Cuarteto de Nos puede ser
vista como una expresión artística de las complejidades y ambigüedades inherentes a la
moralidad y al concepto de lo correcto y lo incorrecto. Así como también relativiza lo
normal y anormal, al plantear que “lo normal es lo raro” haciendo referencia a que en
ciertos contextos sociales lo correcto es percibido como anormal.
Lo que está bien y mal se normaliza, siendo lo incorrecto motivo de castigo.
En “categorías y la socialización escolar”, Varela plantea que, en las sociedades
correctivas, se buscaba la normalización de las infancias por medio de la
resocialización. Debido a la llamada “cuestión social”, es decir, la pobreza, las
revueltas, etc. se busca neutralizar a la clase obrera, ubicando al niño proletariado como
“salvaje” al cual se lo debe civilizar, debido a que están “mal” educados según los
regímenes de poder de la época. Los modos de sancionar lo anormal cambio con el paso
de las sociedades disciplinarias a las correctivas, donde ya no se buscarían controlar los
cuerpos por medio de los premios a la buena conducta y el castigo a los niños mal
disciplinados para alcanzar la normalidad, sino que el control pasa a estar en el interior
del individuo, en la autodisciplina, es decir, el propio niño entiende como “debe” actuar.
En “vigilar y castigar”, Foucault, agregara que las disciplinas, son los dispositivos de
poder que constituyen el funcionamiento de la norma, domesticando y productivizando
los cuerpos por medio de la vigilancia sistemática y ya no por medio del castigo que
buscaba segregar o eliminar a los sujetos. Las disciplinas no solo operan a nivel
institucional, sino que también se infiltran en las estructuras sociales y en la forma en
que los individuos se perciben a sí mismos y a los demás.
"Todos a los botes" del Indio Solari puede relacionarse con la idea de disciplinas de
poder de Foucault, ya que canta sobre la necesidad de la resistencia y la rebelión contra
las estructuras de poder opresivas y las injusticias sociales. La canción critica la
corrupción política, el abuso de autoridad y la explotación económica, llamando a la
acción colectiva y a la resistencia contra estas instituciones de poder, instituciones que
nos violentan y maltratan.
La canción puede interpretarse como un llamado a romper con las disciplinas de poder
que oprimen y controlan a la sociedad y los cuerpos, convirtiéndolos en objetos del
poder docilitándolos según su interés, al ejercitar los cuerpos para mayor utilidad
económica y disminuir su fuerza para su obediencia política, fuerza, que en esta canción
se plantea como necesaria de recuperar. Busca alentar a la gente a rebelarse y resistir,
desafiando las normas y estructuras sociales establecidas, lo instituido según
Castoriadis, cuestionando la autoridad y promoviendo la emancipación y la justicia
social.