Trabajo Final Antropologia

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 6

Introducción

En este escrito me centraré en el tercer momento de la Antropología “la construcción de la


otredad por la desigualdad”, específicamente trabajaré con el autor Néstor García Canclini
quien, desde una base neomarxista, analiza este término en el contexto del sistema
capitalista. Canclini reconoce que allí la cultura es una instancia en la sociedad que actúa
produciendo significados, pero no como una simple expresión sino inserta en estructuras
materiales que hacen posible su existencia, siendo este su punto clave, esa relación entre lo
simbólico y lo material que permite explicar el lugar que ocupa la desigualdad. La misma es
constituida como resultado de un enfrentamiento entre grupos hegemónicos y grupos
subalternos (representado por las culturas populares) debido a una apropiación desigual de
los bienes materiales y culturales, que se mantiene implícita en el quehacer cotidiano, es decir
naturalizada. La hegemonía cumple un rol necesario en ello para así seguir consolidando su
poder.

Como recurso opté por elegir estas dos


noticias que a mi parecer representan la
relación entre Desigualdad-Cultura-
Hegemonía. Cuentan sobre las “travesías” que
tienen que pasar estos chicos para, en este
caso, lograr estudiar; un relato desde una
perspectiva superadora y romántica,
instalandose en el sentido común, obviando
que se está hablando de condiciones de
acceso a la educación desiguales que no
deberían ser naturalizadas. Estos discursos no
son una operación ingenua sino una victoria
del capitalismo, es decir, su recurso más
utilizado que naturaliza la desigualdad: la
meritocracia, esa operación ideológica que
iguala las posibilidades del que “nació con
todo” y el que “nació sin nada”, dónde lo que
te determina sería cuánto te esforzas, un acto individualista y descontextualizado de las
estructuras materiales de las que se parten generando entonces esa diferenciación social que
menciona Canclini.

Cultura y desigualdad, ¿qué lugar ocupa la hegemonía?

Para introducirnos en el pensamiento de Néstor García Canclini podemos comenzar por su


definición de cultura la cual lo expresa de la siguiente manera: la cultura es “La producción de
fenómenos que contribuyen mediante la representación o reelaboración simbólica de las
estructuras materiales, a reproducir o transformar el sistema social” (Canclini 1981,p.8).
Desde esta perspectiva toma una gran distancia y se diferencia de las definiciones
tradicionales sobre este concepto, dando lugar a nuevos elementos para pensar las
desigualdades entre culturas y dentro de la misma. Basándonos en la definición que nos
otorga García Canclini, la cultura así entendida funciona como un instrumento dotado de
poder, es decir, la cultura es el lugar donde los sujetos se representan lo que sucede en la
sociedad, pero no como receptores pasivos, no es básicamente un reflejo o expresión, por el
contrario, los significados se construyen y reconstruyen colectivamente y activamente, los
sujetos intervienen en la realidad ya sea reproduciendo o transformando y reelaborando los
significados. El problema está en que, en este escenario de intercambio de significados
culturales y sociales, donde se crean relaciones entre las personas, que dan un sentido y un
orden al ambiente en el que vivimos entran en juego los aspectos materiales en una estrecha
relación con lo simbólico, que dejan en evidencia las diferencias en la sociedad, generando
las clases y los grupos que los separan. Según Canclini, por un lado, un sector hegemónico
(quien más se beneficia) y un grupo subalterno, representado por las culturas populares
quienes en dicho enfrentamiento son los más perjudicados, ya que dentro del sistema
capitalista la apropiación de los bienes materiales y culturales es desigual, menos y diferente,
configurando sentidos y significados propios, sus propias condiciones de vida y de trabajo,
como así también su red de relaciones sociales.

Partiendo de esta base, con respecto a las dos noticias que opté como recurso puedo decir
que muestra claramente cómo se pone en juego lo simbólico y lo material, porque si bien
partimos del ideal de que todos debemos tener acceso a la educación, la forma en que
accedemos a ella nunca es la misma ni la transitamos de igual modo, incluso la pandemia
dejo aún más en evidencia tal hecho, los sectores populares no contaban con los recursos
necesarios (computadoras, internet, espacios propios para estudiar y poder concentrarse,
etc.) tuvieron que ingeniárselas para poder continuar, como por ejemplo la chica de 11 años
que para obtener señal tuvo que caminar kilómetros hacia una antena y así realizar su tarea,
pero además de estas cuestiones mi intención es hacer foco en el mensaje que la sociedad
recibe sobre estos hechos.

En ambas noticias se puede leer como los medios de comunicación invisibilizan la


desigualdad de condiciones, en este caso, en la educación, apelando al esfuerzo, la valentía,
el compromiso, esto es, destacando el mérito individual de las personas, lo que se conoce
como meritocracia, un discurso que se instala en el sentido común, pero que no cuestiona la
desigualdad, sino que, de algún modo, la justifica y reproduce. Para citar un ejemplo, la
maestra del alumno de 6 años que realiza un largo y peligroso trayecto para llegar a la
escuela dice : "Me gusta el desafío de trabajar en esta zona, uno transita el sacrificio del
chico" (nota en clarín). Desde una apreciación personal el sacrificio que ella menciona es visto
como algo positivo, es descontextualizado de cuál es la verdadera realidad, es decir, no es
señalado como resultado de una desigualdad, naturalizamos que algunos tengan autos o la
posibilidad acceder a un transporte público para llegar al colegio, pero otros no y el por qué,
casi nunca, entra en discusión, así como tampoco se buscan verdaderas posibilidades de
resolución para que se acorte la brecha de desigualdad. Antes de seguir, me gustaría aclarar
que estoy citando el dicho de una maestra, pero no como la culpable ya que ella no tiene la
responsabilidad de lo que sucede, no estamos criticando o analizando acciones individuales
sino a un sistema en particular, el capitalista, y más bien en lo que me quiero centrar es como
nosotros somos cooptados por estos discursos y los interiorizamos y naturalizamos.

Es entonces que podemos plantear el siguiente interrogante ¿cómo logra interiorizarse esta
línea de pensamiento en gran parte de la sociedad, incluso por los sectores populares que
son los que se encuentran en desventaja. Ante esto Canclini toma un concepto gramsciano, el
de hegemonía entendida como un proceso de dirección política e ideológica; el poder
hegemónico genera aquellos significados que se instalan en el sentido común, aquello que
aparece como natural y dado, es más sutil que la dominación, la cual se basa en la coerción
directa, en cambio la hegemonía se reproduce y actúa a través del consenso y logra
mantenerse en la conciencia práctica, término que es mencionado por Lins Ribeiro, definido
como ese saber tácito compartido que organiza y orienta a los sujetos sobre cómo
comportarse. El sistema capitalista y la hegemonía van de la mano, en esa división entre
cultura popular y cultura dominante, la hegemonía logra mitigar la resistencia
contrahegemónica creando la ilusión de que todos podamos disfrutar o llegar a disfrutar (si
nos esforzamos debidamente) de las superioridades de esa cultura dominante. Por lo tanto,
retomando el recurso elegido y en relación con lo que describí anteriormente, lo que se logra
establecer con la difusión de estas noticias es que la desigualdad se nos presente como
producto de frustraciones individuales, situaciones atomizadas, como si nuestro obrar fuera el
problema, porque “el que quiere puede” y basta con solo desearlo para que, en base a
nuestros méritos poder consagrarnos. Lo que sucede en realidad es que el problema es
mucho más profundo, se trata de un sistema que necesita que esto se consolide de esta
manera en la sociedad; la diferenciación social sería el producto de la división entre quienes
cuentan con la astucia y la iniciativa superadora y quienes no tienen ni el “talento” ni hacen el
esfuerzo suficiente para sustraerse de su situación de escasez. Esta idea, desde mi
perspectiva, aparece en las dos noticias, se premia la acción de estos chicos desde una visión
progresista y un espíritu individualista pero independientemente de las condiciones objetivas
en las que se encuentran, es decir, aquí se habla del desafío y el sacrificio pero no es el
mismo que hace una familia con un buen pasar económico para poder pagar, por ejemplo,
clases particulares a su hijo porque tiene una dificultad con alguna materia a ponderar el
esfuerzo del niño que camina km para llegar al colegio cruzando arroyos, a muy bajas
temperaturas o el caso de la joven de 11 años, que sin señal, no tuvo otra opción que caminar
hacia una antena para poder lograr tener señal y continuar conectada para realizar su tarea.
Aquí podemos volver a mencionar a Canclini y la relevancia que tiene su definición de cultura
al relacionar lo material y lo simbólico dos elementos inseparables y sumamente necesarios
para la producción de la cultura y su respectivo análisis. Sus condiciones materiales de vida
como el acceso a internet, no contar con un lugar propio, seguro y cómodo para estudiar ni
medios de transporte para llegar a la escuela, entre otras, son significadas en un discurso
meritocrático que tiene como base la idea de igualdad de oportunidades minimizando o
naturalizando, como recalqué varias ocasiones en este escrito, la desigualdad. A su vez esto
genera formas de representación y reelaboración simbólica propias, una forma singular de
relacionarse con una institución escolar, con la idea de educación, con su familia, la manera
de comunicarse, etc. Por otra parte, considerar intentar desnaturalizar estos discursos no
podría ser sin entrar en una relación conflictiva con el poder hegemónico, ya que en esa
apropiación desigual entra en juego una lucha por la hegemonía, que tiene el poder y dicta los
recursos, las reglas y los esquemas para interpretar la realidad, de igual manera la forma en
que se valoran y evalúan, así como también los medios materiales para poder reproducirlos
como es en este caso, el sistema capitalista hace uso de los medios de comunicación para
intentar diversificar estos discursos meritocraticos en la sociedad.

Algunas conclusiones

También podría gustarte